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Aristóteles es quien emprende por primera vez un abordaje autónomo de la rhetoriké tékne (“arte retórica”). Sin
embargo, ciertas prácticas y representaciones de la retórica tuvieron sus orígenes mucho antes de la proliferación
de los sofistas y profesores de oratoria y también del estudio de conjunto que sobre la palabra persuasiva realizaron
los filósofos -siglos V-IV a.C.- (Ej.: en la Ilíada de Homero se muestra la importancia de la palabra persuasiva para
los líderes político-militares. Incluso se puede encontrar ejemplos de los tres géneros de discursos retóricos que
distinguirá Aristóteles siglos más tarde).
Las grandes revoluciones en el campo de la técnica suelen afirmarse gracias a innovaciones que facilitan que la
tecnología disponible se vuelve apropiable por una cantidad significativa de sujetos. Es decir, dispositivos ya
existentes pero poco difundidos reconfiguran su alcance y su campo de aplicación al rediseñarse de manera tal que
se tornen accesibles para una cantidad considerable de usuarios. En el caso de la escritura en Grecia, el verdadero
hito de su afirmación como técnica coincidió decisivamente en la difusión de la escritura sobre cueros de
animales. Esto motivó un verdadero cambio de paradigma en el campo del saber y el pensamiento.
El nuevo soporte del cuero superaba al formato de la inscripción en piedra (paredes, estelas y tablillas) en la
medida que favorecía la circulación de la escritura en una escala mucho más amplia, a la vez que ofrecía un
formato económico y perdurable que el papiro; de este modo ayudó a que la palabra escrita democratizara su
acceso y posibilitara la conformación de un embrionario espacio intelectual de lectores-escritores en la lengua
griega.
La difusión de la escritura sobre cuero impulsó la transcripción de cuero a cuero, con posibilidades de llevarlos de
una ciudad a otra, mostrarlos, dar lectura pública de ellos en las ocasiones más variadas y estudiar detenidamente
los textos en cuestión. De la multiplicación de oportunidades de fruición de las unidades textuales dependen,
también, el fortalecimiento de la memoria colectiva, la preservación de noticias de eventos y conquistas
memorables y la idea misma de escritos en los cuales dar cuenta del propio saber o de un cierto ámbito del saber.
Así también se abrió un espacio intelectual en el cual su protagonista es la figura del sabio (sophós): individuo que
se destaca por la posesión y divulgación de un cierto saber y en base a ello es valorado públicamente.
La creación de un circuito de producción y difusión de textos escritos permitió el pasaje de un modo de saber
transmitido de boca en boca a formas organizadas de archivos, presentación y discusión de conocimientos. En este
contexto cumple una función central la aparición de ciertos textos escritos generalmente en prosa en el ambiente
jónico (segunda mitad del siglo VI a.C.) que llevan el título de Perí phúseos (Acerca de la naturaleza) y que
constituyen los primeros tratados científicos de Occidente. Estos buscaban un saber comprensible, plausible,
defendible y eventualmente objetable sobre el fenómeno en cuestión que era la naturaleza, esto dio un primer
esbozo de comunidad científica.
El discurso científico que comienza a desarrollarse en este período se caracteriza por el paulatino deslizamiento de
explicaciones de la realidad que acuden a divinidades hacia otras que establecen como principios poderes regulares
bien definidos y apelan a explicaciones elementales.
Junto con la emergencia de esta cosmovisión según leyes regulares, cristalizada en la noción de Phúsis o
naturaleza, se fue constituyendo toda una terminología técnica en las diferentes áreas del saber. Sector por sector,
se asiste a un proceso de enriquecimiento y especialización de los recursos expresivos necesarios para tratar los
distintos argumentos. Este cambio de visión parece consumado en el siglo VI a.C. cuando Anaximandro se refiere
al principio (arké) llamándolo “lo infinito” o lo “indeterminado”. Anaximandro encuentra en lo ilimitado un
principio de carácter universal, regular, mensurable y predecible. Esto solo es posible bajo el supuesto de un
kósmos que puede ser explicado porque compre un lógos, un ordenamiento racional.
La nueva concepción lógica del kósmos planteó asimismo la necesidad de desarrollar terminología y mecanismos
argumentativos y racionales que permitieran dar cuenta de diversos fenómenos constitutivos no solo del universo
natural, sino también del cultural, lo cual se fue cristalizando en la conformación de diferentes saberes y artes.
Llegamos así a la época del florecimiento de las técnicas en el siglo V a.C. Los primeros decenios del 400 fueron
testigos de una impresionante productividad en el campo de la escritura de tratados especializados sobre medicina,
arquitectura, escenografía, retórica, etc.
En este contexto se debe ubicar el desarrollo y sistematización del ejercicio persuasivo de la palabra. Gorgias
exhibe la voluntad de convertir la retórica en un arte, al que equipara con la medicina. Establece así que como el
médico prescribe fármacos para restablecer la salud del cuerpo, el orador brinda discursos para alcanzar la salud
del alma. La tecnificación de la palabra persuasiva debe enmarcarse entonces sobre el trasfondo de la confianza en
que la existencia de leyes que gobiernan el ámbito de lo humano, análogas a aquellas que gobiernan la naturaleza,
así como también sobre la creencia en la posibilidad de aprehenderlas y sistematizarlas.
La aparición de compendios y manuales de retórica hizo posible el manejo consciente del lenguaje con la vista
puesta en producir ciertos efectos en los escuchas. La escritura y la profesionalización técnica produjeron una
objetivación del discurso que se constituyó en pieza de estudio y se volvió así pasible de crítica y revisión.
El enfoque platónico conceptualiza la retórica tradicional como saber aparente: sin un dominio específico de
objetos a los que aplicarse, se trata de una práctica de logos destinada a la adulación, orientada hacia una
persuasión sin conocimiento, en que la palabra se halla al servicio de la adquisición de poder personal, el sentido
de la vida humana se piensa desde una forma radical de hedonismo y la política se concibe bajo una forma de una
democracia extrema animada por una voluntad de dominio imperial. Sin embargo, a diferencia de Platón,
Aristóteles se propone rehabilitar la retórica en tanto disciplina técnica autónoma, relativa a los discursos públicos
en asambleas tribunales y ceremonias políticas; para ello emplea la estrategia de vincularla estrechamente con la
dialéctica, concebida esta última no ya cómo saber filosófico supremo (Platón) sino como arte de la interacción
dialógica con un interlocutor. La caracterización aristotélica piensa la retórica como un saber técnico, orientado a
la construcción de un discurso persuasivo ante auditorios públicos, donde se ponen en juego instancias colectivas
de decisión vitales para el funcionamiento institucional de la ciudad-Estado.
Aristóteles - La Retórica
Aristóteles considera que “el carácter (ethos) es el que prácticamente constituye la más eficaz de las pruebas”, el
carácter actúa por empatía, por identificación y transferencia. Por lo tanto, adherir a un discurso es siempre, en el
fondo, identificarse con su autor.
3 elementos constitutivos de la autoridad (“carácter moral” = ethos) del locutor:
1- Un elemento extra discursivo, anterior al discurso, “una prevención favorable al orador” del orden de la
reputación, del prestigio, incluso del carisma.
2- Un primer elemento intradiscursivo, “efecto del discurso mismo”, que es la impresión, el fantasma del autor
construido a partir de la lectura de un texto o la audición de una voz. La identidad “ética” del locutor está
construida a partir de rasgos idiosincrásicos de todos los niveles: la voz, los usos lexicales, la sintaxis, la forma de
articular las palabras, etc.
3- Ducrot introduce un tercer elemento, intradiscursivo: “aquello a que el orador podría decir de sí mismo, en tanto
que objeto de la enunciación”. En situación argumentativa, los locutores son compelidos frecuentemente a
valorizar su persona, a fin de autolegitimarse.
En el caso del habla en general, estas maniobras de “presentación de sí” son estudiadas por las diferentes teorías de
las interacciones. La retórica se interesa en ellas cuando son puestas al servicio de una intención estratégica y
coorientadas con los fines generales de la argumentación.
Mayordomo – Elocutio
Elocutio: operación retórica por la que se obtiene una construcción lingüística que manifiesta la construcción
macroestructural correspondiente al nivel de la dispositio, por lo que en el eje de representación vertical del
modelo retórico la elocutio viene a continuación de la dispositio, sobre cuyos materiales actúa. La elocutio es la
verbalización de la estructura semántico-intensional del discurso, con el fin de hacerla comprensible por el
receptor.
Si la inventio comienza el proceso de elaboración textual con la obtención de la estructura de conjunto referencial
y la dispositio continúa con la construcción de la Macroestructura, la elocutio cierra el proceso al producir la
superficie textual que llega al receptor.
La construcción lingüística que es la elocutio debe manifestar adecuadamente los contenidos del discurso con el fin
de que el orador alcance con el discurso la finalidad que pretende con relación al destinatario.
El nivel de dispositio y el de elocutio forman parte conjuntamente del texto retórico, mientras que el de inventio es
el del referente (que aunque es imprescindible para la elaboración del texto, está fuera de éste). Esto hace que la
elocutio sea en la construcción textual una prolongación en el nivel macroestructural de la dispositio.
Los niveles de dispositio y elocutio mantienen una conexión que se fundamenta en la solidez de la construcción
textual del discurso retórico. Cicerón define a la elocutio: “la elocución es la acomodación a la invención de las
palabras apropiadas”, se trata de la obtención de palabras que sean idóneas para expresar las ideas halladas por
medio de la inventio.
1) Figuras:
- Conversión de sentido que requiere de varias palabras, todo un pequeño sintagma. Adornos producidos a partir
de diferentes relaciones en presencia entre varias palabras.
- Como dispositivos retóricos dependen de su activación de a dimensión lineal del signo linguistico complejo que
es el texto retórico.
Se organiza por la distinción de:
● Figuras de dicción
Existen allí donde la figura desaparecería si se cambian las palabras. Son modificaciones que atañen a
los niveles fonológicos, morfológicos y sintácticos (plano de la expresión).
Ejemplos: aliteración (repetición de sonidos semejantes), elipsis (supresión consistente en la cancelación
de uno o varios elementos que pueden ser recuperados con el contexto), hiperbatón (se abandona el
orden normal en la construcción oracional).
● Figuras de pensamiento
Subsisten siempre, cualquiera sean las palabras que se decida emplear. Son modificaciones que afectan a nivel
semántico (plano del contenido).
Ejemplos: interrogación (consiste en una pregunta que va dirigida al destinatario de modo enfático y sin
respuesta), oxímoron (agrupación de dos palabras de significado contrario que produce una contradicción en el
interior), ironía (presentar una expresión cuyo significado es contrario al que realmente tiene).
Se dividen en: frente al público y frente al asunto.
2) Tropos:
Conversión de sentido que recae sobre una palabra. Adornos producidos por sustitución de una (o varias)
palabra(s) por otra (u otras), sustitución que, con el respectivo cambio de significado que implica, debe ser repuesta
por el auditorio. Lo que diferencia entre sí es la fundamentación que se establece para la sustitución.
Los tropos son la metáfora, la metonimia y la sinécdoque, mecanismos linguisticos de índole semántica:
● Metáfora: es el dispositivo retórico que mayor atención ha recibido. Es un metasemema de supresión-
adición que consiste en la sustitución de un elemento léxico por otro con el que tiene uno o varios temas en común.
Esta sustitución implica un cambio de significado, puesto que el elemento que sustituye al que está ausente
adquiere como significado el del elemento sustituido. En la metáfora está ausente el término de significado directo.
Aristóteles la define como “traslación de un nombre ajeno” y la fundamentación es que la analogía funciona
cuando existen dos relaciones de correspondencia entre miembros que pueden ser intercambiados. Es decir, la
sustitución es posible porque poseen rasgos comunes que se intercambian.
Ej: Antes que el tiempo arado cubra de nieve la hermosa cumbre. (nieve es canas, cubre es cabeza)
● Metonimia: es un tropo por el que un término es sustituido por otro con el que mantiene una relación de
contigüidad que puede ser: causa-efecto, continente-contenido, materia-objeto, etc. Es un metasemema de
supresión adición que consiste en la sustitución de un elemento léxico por otro con el que se relaciona por
combinación.
● Sinécdoque: es un tropo por el que se sustituye un elemento léxico por otro con el que se mantiene una
elación del todo a la parte o de la parte al todo. Es una metasemema asociado a la metonimia.
La teoría de la argumentación de Perelman, surge como una disciplina que estudia las técnicas discursivas que
permiten producir o acrecentar la adhesión de un auditorio.
Introducir la cuestión de los juicios valor lo lleva a interrogarse por la existencia de una lógica de los juicios de
valor que nos permita razonar sobre lo que es preferible y nos permite distinguir el bien de mal. Las exploraciones
de Perelman lo llevan a concluir que no existe nada parecido a una lógica de los juicios de valor que nos permita
razonar sobre los fines y valores, sin embargo, descubre que en la antigüedad griega, éstos desarrollaron un
conjunto de procedimientos y técnicas que tenían como propósito orientar la forma como se llevaban las
discusiones y deliberaciones y que denominaron retórica.
Tipos de juicios:
Los juicios de valor están presentes en aquellos textos que hacen prevalecer un valor o una regla, o que intentan
mostrar que tal acción o tal decisión es preferible a otra.
La retórica es el dominio donde se puede discutir sobre lo que es preferible, plausible o razonable, es el antiguo
arte de saber persuadir y convencer. La retórica no parte, como si lo hace la lógica formal, de inducciones o
deducciones formalmente correctas, sino de argumentaciones, que no tienen el carácter demostrativo y apodíctico
de las anteriores, y pretenden ganar la adhesión del auditorio. La retórica, es entonces, una técnica del discurso
persuasivo que busca obrar sobre los hombres por medio del logos y que opera en la fase previa a la toma de una
decisión.
El ocaso de la retórica antigua, acaece cuando los estudios sobre la misma se reducen a la clasificación de las
formas de ornar el estilo, tal es el caso de la denominada retórica clásica, que en su esencia se opuso a la antigua.
Bajo esta nueva concepción de la retórica, la disciplina que según Aristóteles se componía de tres partes:
1) una teoría de la elocuencia, que constituía su eje central y permitía la articulación la lógica demostrativa y la
filosofía,
2) una teoría de la composición del discurso y
3) una teoría de elocuencia, queda reducida a una de sus partes, de suerte que en los últimos tratados de retórica
ofrecen una teoría restringida de la elocución.
Al suceder esto, la retórica pierde el nexo con la filosofía que venía dado por la dialéctica.
Genette describió como “una retórica restringida” porque primero se restringe a la teoría de la elocución, luego la
teoría de los tropos. Y una de las causas de la muerte de la retórica radica allí: murió, según Ricoeur, cuando el
gusto de clasificar las figuras suplantó enteramente el sentido filosófico que animaba el vasto imperio retórico, que
la hacía mantener todas sus partes juntas y ligaba el todo al organon y a la filosofía primera. Si las figuras
argumentativas no se integran a la retórica concebida como el arte de persuadir y convencer, dejan de ser figuras
retóricas y se vuelven ornamentos referentes sólo a la forma del discurso.
En la nueva retorica, Barthes plantea que “la retórica debe ser siempre leída dentro del juego estructural de sus
vecinas (gramática, lógica, poética, filosofía). Perelman agrega que se necesita además precisar sus relaciones con
la dialéctica.
Aristóteles distinguió dos tipos de razonamientos que Perelman retoma como punto de partida de la nueva teoría
de la argumentación:
Analíticos Dialécticos
•Las inferencias son puramente formales. •Parten de lo que es aceptado pero su fin es hacer
admitir otras tesis que son controvertidas: se proponen
•Son demostrativos y su propósito es de establecer convencer.
conclusiones ciertas e indiscutibles
•No es impersonal, dado que acciona sobre los
•Son impersonales porque de alguna manera su espíritus.
resultado depende de la persona que los emite.
Es importante distinguir netamente los razonamientos analíticos de los dialécticos ya que unos se refieren a la
verdad y los otros a la opinión. En este punto, según Perelman, se sitúa la novedad y el error de Petrus Ramus:
partiendo del Trivium, las artes del discurso, él define a la gramática como “el arte de bien hablar”, en otras
palabras, el arte de hablar correctamente. Y a la dialéctica como el arte del bien razonar y a la retórica como el arte
del bien decir, del uso elocuente y ornado del lenguaje.
Ramus rechaza ruidosamente la distinción aristotélica de los razonamientos y dice que dialéctica y lógica es una y
la misma doctrina para conocer todas las cosas. Esta amplitud dada a la dialéctica, le quita a la retórica de
Aristóteles sus dos partes esenciales: la invención y la disposición, para no dejarle sino la elocución, el estudio de
las formas del lenguaje adornado. Así Ramus publica en 1572 la primera retórica limitada al estudio de las figuras.
De esta manera, fue instaurada en la retórica clásica, esta retórica de las figuras que condujo progresivamente a la
degeneración y muerte de la retórica.
En efecto Aristóteles había opuesto la retórica a la dialéctica pero como contracara. La retórica se interesaba por
los argumentos utilizados en una controverisa, o en una discusión con un solo interlocutor, mientras que la retórica
se refiere a las técnicas del orador que se dirige a una masa reunidad en una plaza pública que no posee ningún
saber especializado y es incapaz de seguir un razonamiento un poco elaborado.
La nueva retórica, por oposición a la antigua, concierne a los discursos dirigidos a toda clase de auditorios. La
teoría de la argumentación cubre todo el campo del discurso que busca persuadir o convencer, cualquiera sea el
auditorio y cualquiera sea la materia sobre la cual versa.
Perelman explica que una argumentación jamás puede procurar la evidencia y no es posible argumentar contra lo
que es. La argumentación no puede intervenir más que si la evidencia es discutida. Todos los que creen poder
despejar la verdad independientemente de la argumentación solo tienen desprecio por la retórica que se ocupa de
las opiniones: podría servir para propagar verdades garantizadas en el orador por la intuición o la evidencia, pero
no para establecerlas.
→ Demostración y argumentación
● El hecho de que en una demostración los signos utilizados deben estar desprovistos de toda ambigüedad.
Mientras que la argumentación Se desarrolla en la lengua natural, la ambigüedad no está excluida.
● Una demostración correcta es conforme a las reglas que son explicitadas en los sistemas formalizados
● El status de los axiomas, de los principios de los que se parte, son diferentes en ambas:
En la demostración los axiomas no están en discusión sea por que se consideren evidentes o verdaderos o porque
se consideran simples hipótesis en todo caso a nadie le interesa si son o no aceptados por el auditorio. Por el
contrario, como el fin de la argumentación no es deducir las consecuencias de ciertas premisas sino producir o
acrecentar la adhesión de un auditorio a las tesis que se presentan a su asentimiento, ella no se desarrolla jamás en
el vacío. Es decir, presupone un contacto de espíritus entre el orador y su auditorio. Por lo tanto, el contenido de las
premisas goza de especial importancia para el auditorio. Además, en la argumentación es posible que se llegue a
conclusiones diferentes e incluso opuestas a pesar de tener un mismo punto de partida, lo que no sucede en la
demostración, en donde las conclusiones se imponen necesariamente.
→ Factores de la argumentación:
Según Perelman, el auditorio no está constituido necesariamente por aquellos que interpela el orador. El autor
define al auditorio como: el conjunto de aquellos sobre los cuales el orador quiere influir con su argumentación. Es
muy variable, puede ir desde el orador mismo (deliberación íntima) hasta la humanidad entera (auditorio
universal), pasando por una infinidad de auditorios particulares.
Lo anterior solo es posible si existe un lenguaje común que permita la comunicación y el consentimiento o
concurso mental del interlocutor, y esto último exige del orador, cierta disposición a pensar en el interlocutor:
buscar lo argumentos que pueden influir en interlocutor, preocuparse por él y su estado de ánimo.
El filósofo no dispone como el sabio o el sacerdote de un conjunto de tesis filosóficas admitidas por todos los
miembros de su auditorio. Es la razón por la cual estará buscando hechos, verdades y valores universales. Para esto
apelará al sentido común o a la opinión común, a la intuición o a la evidencia, presumiendo que cada miembro del
auditorio universal hace parte de esta comunidad a la cual el orador hace alusión y que tiene las mismas intuiciones
y comparte las mismas evidencias.
La distinción entre los discursos que se dirigen a algunos y los que serían válidos para todos, permite hacer
comprender mejor lo que opone el discurso persuasivo al que pretende ser convincente. En lugar de considerar que
la persuasión se dirige a la imaginación, al sentimiento, en resumen al autómata, mientras que el discurso
convincente hace un llamado a la razón, en lugar de oponer uno a otros, como lo subjetivo a lo objetivo, se los
puede caracterizar de una manera más técnica y también más exacta, diciendo que el discurso dirigido a un
auditorio particular busca persuadir mientras que el dirigido a un auditorio universal busca convencer. Esta
distinción no depende de la cantidad de personas que escuchan sino de las intenciones del orador. Un discurso
convincente es aquel cuyas premisas y argumentos son universalizables, es decir, aceptables en principio por todos
los miembros del auditorio universal.
Aristóteles sobre el carácter del auditorio y como examina sus pasiones y emociones, distinguió tres géneros
oratorios según las funciones que en cada caso incumben: en el género deliberativo, el orador aconseja o
desaconseja y su opinión concluye en lo que parece más útil; en el género judicial, acusa o defiende para decidir
lo justo; en el género epidíctico alaba o critica y su discurso tiene que ver con lo bello y lo feo.
Perelman propone que el género epidíctico es central ya que su papel es intensificar la adhesión a valores, sin los
cuales el discurso que pretende llegar a la acción no podría encontrar un punto de apoyo para conmover y mover a
sus auditores. En este género, el orador busca crear una comunión alrededor de ciertos valores, y puede
aprovecharse de la emoción suscitada para excitar a la acción y a la revuelta. No hay que confundir la consecuencia
de un discurso y su fin, éste busca reforzar una comunión alrededor de ciertos valores que se tratan de hacer
prevalecer y que deberán orientar la acción en el porvenir. Es así como toda la filosofía práctica, dice Perelman,
tiene que ver con el género epidíctico.
→ Premisas de la argumentación
El orador si quiere obrar eficazmente con su discurso debe adaptarse a su auditorio. Es decir, el orador no puede
escoger como punto de partida su razonamiento sino tesis admitidas por aquellos a quienes se dirige. Adaptarse al
auditorio es escoger como premisas de argumentación tesis admitidas por este último. Hay que distinguir distintos
objetos de acuerdo:
Debido a que la argumentación presupone una multiplicidad de objetos de acuerdo, se hace necesario selección
previa de los elementos como la forma de presentarlos, esta selección permite otorgarle presencia a ciertos
elementos que se retienen con facilidad y que por ese mismo hecho impiden olvidarlos. La presencia afecta
directamente la sensibilidad, y juega un papel fundamental cuando se busca rememorar situaciones o realidades
distantes en el tiempo y el espacio. En la selección de lo dado, es cardinal mirar la función que cumplen las
interpretaciones, las clasificaciones y el uso de las nociones.
→ Tipos de argumentos
Los argumentos se presentan bajo la forma de un nexo o bajo la forma de una disociación:
● Nexo: se presentan bajo la forma de un nexo (o unión) que permite transferir a la conclusión la adhesión
acordada a las premisas. Argumento que se produce uniendo ideas o proposiciones.
Perelman distingue tres tipos de argumentos por nexo:
1) Los cuasilógicos: se caracterizan por conectar ideas de una manera aparentemente lógica y, por lo tanto, se
comprenden aproximándolos al pensamiento formal de naturaleza lógica o matemática.
2) Los argumentos fundados sobre la estructura de lo real: son aquellos que replican las relaciones (lazos) que
existen entre elementos de lo real.
3) Los argumentos que fundan la estructura de lo real: a partir de un caso particular conocido, establecen un
precedente o una regla general que permite explicar lo que ocurre en la “realidad”.
● Disociación: trata de separar elementos o ideas que, a nivel del lenguaje, aparecen como unidas o mezcladas.
Argumento que busca resolver una dificultad que le presenta el pensamiento común. Sirve para resolver
incompatibilidades.
→ Argumentos cuasilógicos:
1) CONTRADICCIÓN E INCOMPATIBILIDAD
En argumentación, no hay contradicción sino incompatibilidad cuando una regla afirmada o una tesis sostenida
conlleva un conflicto con otra tesis o regla afirmada. En este caso, la argumentación se esforzará por mostrar que la
tesis que se combate lleva a una incompatibilidad, la cual se parece en esto a una contradicción, consistente en dos
aserciones entre las cuales es preciso elegir.
Ejemplo: El crecimiento económico de un país es imposible en un contexto de aumento del gasto público.
Cuando no hay incompatibilidad entre dos reglas, sino que la afirmación de una regla es incompatible con las
condiciones o las consecuencias de su aseveración o aplicación, estamos frente a una autofagia.
Ejemplo de autofagia: Prohibido prohibir
2) IDENTIFICACIONES
Aparecen en el discurso ordinario simulando la identidad formal. La identificación de dos expresiones puede
resultar de la definición o del análisis de algo.
Definición: Cuando, gracias a una definición, se pretende identificar el definiens (término que define) con el
definiendum (término que es definido), se trata de un uso argumentativo cuasilógico de la identidad. Desde el
punto de vista argumentativo, toda noción puede definirse de más de una manera.
Ejemplo: El Grupo Clarín es un monopolio
Ejemplo: El caso AMIA es el mayor atentado terrorista que sufrió nuestro país
Análisis: Se trata de descomponer las partes de un todo (por ejemplo, un concepto) para recomponerlo y así
comprenderlo.
Ejemplo: La palabra metodología se conforma a partir de la unión de los términos griegos metá (más allá), odós
(camino) y logía (estudio) y hace referencia al camino o conjunto de procedimientos racionales utilizados para
alcanzar los objetivos que rigen una investigación científica.
Regla de reciprocidad: Asimila entre sí a dos seres o dos situaciones, mostrando que los términos correlativos en
una relación deben ser tratados de la misma manera, porque hay entre ellos una relación de reciprocidad. La
identificación de las situaciones es indirecta en el sentido de que requiere la intervención de la noción de simetría.
Ejemplo: Lo que es honroso aprender, es honroso enseñar.
Ejemplo: Mal está robar y mal comprar objetos robados.
Ejemplo: "Si un jugador se va por la cláusula de rescisión, ¿por qué no puede hacerlo un entrenador?", se
preguntó ante los periodistas Sampaoli.
4) TRANSITIVIDAD E INCLUSIÓN
Transitividad: Es la propiedad formal de una relación que permite pasar la afirmación de que ella existe entre un
término y un segundo, entre este segundo término y un tercero, a la conclusión que se da entre el primer término y
el tercero. O un silogismo o entimema.
Ejemplo: Los amigos de mis amigos son mis amigos.
Ejemplo: El crecimiento de un país depende de la reducción del gasto público. Argentina necesita crecer.
Argentina debe reducir el gasto público.
Inclusión: La inclusión de la parte en el todo permite decir que todo es más grande que cada una de sus partes.
Ejemplo: El todo vale más que una parte
Ejemplo: La integridad del equipo vale más que la individualidad de sus jugadores.
5) DIVISIÓN Y COMPARACIÓN
División: Argumento que puede servir tanto de medio de prueba como, también, para crear presencia por la
enumeración de las partes.
Ejemplo: El equipo Argentino se caracteriza por la calidad táctica del técnico, la solidez de la defensa, la
seguridad del arquero y la precisión de los volantes.
Ejemplo: La cantidad de gente apostada en el lugar, la presencia de Berni sin los debidos recaudos y el descuido
de los protocolos requeridos en situación semejante, nos permiten dudar sobre la validez del peritaje forense
Comparación: La comparación constituye un argumento cuasilógico cuando no da lugar a una pesada o a una
medida efectiva que utilice un sistema de pesas y medidas; pero el efecto persuasivo de tales comparaciones está
constituido, sin embargo, por la idea subyacente de que se podría apoyar su juicio por una operación de control.
Ejemplo: Es más rico que Rockefeller.
Ejemplo: El caso Nisman es como el caso AMIA.
Nexos de coexistencia
Establecen lazos entre fenómenos de nivel desigual, de los cuales uno se presenta como expresión o manifestación
del otro y, por lo tanto, es difícil decir cuál es el elemento que precede al otro.
- Asocian una persona con sus actos, un grupo con los individuos que lo componen y, en general, una esencia con
sus manifestaciones.
- También pueden comprender un nexo simbólico en la medida en que acercan un símbolo a lo que simboliza
mediante un enlace de coexistencia.
- En este tipo de argumentos, todo lo que se afirma de la persona se justifica por la manera como esta se
manifiesta, pero es la unidad y la estabilidad de la persona la que unifica el conjunto de sus actos.
- Un hecho se evalúa a partir de la consideración que se tiene de la persona/grupo/institución que lo llevó cabo.
Ejemplo: La incapacidad del árbitro se evidenció en su atroz negligencia durante el partido al dar como válido
un gol con la mano.
Ejemplo: Es imposible que el árbitro haya visto la mano del jugador porque es un profesional sumamente
capacitado y, de hacerlo, hubiera anulado la jugada.
Ejemplo: El origen afgano del atacante de Orlando habla de su tendencia extremista y radicalizada.