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¿QUÉ ES EL LENGUAJE PARA NIETZSCHE?

JOAN LUCK VALDERRAMA TÉLLEZ, CÓDIGO 1911025894


YURELI COSTANZA CANACUE RODRIGUEZ CÓDIGO 1811020829

INSTITUCIÓN UNIVERSITARIA POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO


FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
PROGRAMA DE PSICOLOGIA
BOGOTÁ DC
2019
¿QUÉ ES EL LENGUAJE PARA NIETZSCHE?

“El lenguaje no es un producto consciente individual o colectivo” (Nietzsche,


1974:177) Nietzsche afirmaba que el pensamiento consciente no es posible sino a
través del lenguaje; desde cualquier perspectiva —incluso la de la lógica—
parafraseando a Kant, Nietzsche dice que una de las tareas de la razón consiste
en analizar conceptos que el hombre encuentra en sí mismo y que no
necesariamente tienen nada que ver con la realidad exterior. Para Nietzsche el
problema del origen del lenguaje reside en saber si surge como institución, puesto
que depende de una formación arbitraria, o bien, si el elemento sonoro depende
del contenido conceptual.

Ninguna conciencia filosófica puede concebirse sin lenguaje, no ha sido la


conciencia la que ha presidido la fundación del lenguaje; y, sin embargo, cuanto
más nos adentramos en su naturaleza, sucede con el lenguaje, lo mismo que con
el ser orgánico: creemos verlo formarse ciegamente y nos es imposible negar la
intencionalidad, hasta en los menores detalles, de dicha formación (Nietzsche,
1974: 181). El lenguaje aparece como producto de la necesidad o el resultado de
un instinto o impulso. Ahora, si el lenguaje es un impulso o una necesidad ¿es la
necesidad de comunicarse la que permite su existencia? Si esto fuera así, se
desprendería que la comunicación juega un papel preponderante en el desarrollo
del individuo. Nietzsche afirma que “todo arte comporta un grado de retórica”
(Nietzsche, 1974: 183). Esta tesis la podemos circunscribir no sólo al arte, sino a
todo tipo de discurso, independientemente del medio que se utilice: radio,
televisión, prensa y en general a la publicidad.

Hasta qué punto es válido persuadir a nuestro interlocutor, si bien es cierto que el
impacto del mensaje es lo que causa la aceptación o el rechazo de una serie de
ideas, ¿por qué no intentar persuadir? Contestando con las palabras del mismo
Nietzsche, “el hombre no le tiene miedo a la mentira, a lo que teme es a los
perjuicios que pueda tener al ser engañado”. La persuasión retórica no queda
exclusivamente en el campo de las obras de arte, también la encontramos en el
diseño gráfico de carteles, revistas, libros, periódicos, en los spots de radio, así
como en las propagandas de televisión y cine, en pocas palabras en todo proceso
de comunicación. Planteamientos nietzscheanos que tienen mayor significado y
amplitud en estos días en la sociedad de consumo.

“Toda relación interhumana tiende a que cada uno pueda leer el alma del otro; la
lengua común es la expresión sonora del alma común. Cuanto más íntima y
sensible sea esta relación, mayor será la de la lengua (Nietzsche, 1974: 185)”. Para
entablar una relación con el otro, es necesario que exista un sistema de símbolos
que sirva como intermediario para saber si el contenido de su alma es semejante o
diferente al mío; en consecuencia, para “saber”, para identificarme o alejarme del
otro por sus ideas o sentimientos, es necesario que exista un lenguaje que haga la
función de enlace.
Hasta para el monólogo interno, el pensamiento y la reflexión se necesita del
lenguaje porque “cuanto menos se reconoce más se enmudece y, en este silencio
forzoso, tanto más se le empobrece y empequeñece al alma (Nietzsche, 1974:
185)”. El diálogo con uno mismo enriquece el espíritu, permite reflexionar para decir
las cosas, para comunicar lo que se lleva dentro. Aunque cabe destacar que en
Nietzsche la reflexión no es al estilo racionalista.

Nuestras vivencias nos corresponden exclusivamente a nosotros, forman parte de


nuestra riqueza espiritual y son lo más original que tenemos. Muchas de estas
vivencias no se pueden comunicar por medio de un lenguaje lógico, ya sea oral o
escrito, pero se puede lograr a través de la empatía; La música como suplemento
del lenguaje, por ejemplo, reproduce muchos estímulos y situaciones enteras de
estímulos que el lenguaje no puede representar (Nietzsche, 1974: 56)”. La música
no es ningún suplemento, es un lenguaje que logra manifestar estímulos y
sensaciones que no se encuentran en la literatura, ni en el cine o en otro tipo de
discurso, el lenguaje no es una transcripción literal de la realidad como
generalmente se cree, porque el lenguaje en muchas ocasiones no es una copia
sino un indicio, un signo. Existen emociones, vivencias que efectivamente no
pueden cifrarse de manera exacta con un lenguaje que maneja las estructuras de
la lógica tradicional.

Es imposible separar retórica y lengua: es imposible que no haya una retórica del
lenguaje, la retórica es la esencia del lenguaje (Nietzsche, 1974: 81)”. todo intento
de comunicar es un intento de convencer, de persuadir. No existe un mensaje
“desinteresado”. También, el lenguaje es una convención social, al generalizar una
serie de fenómenos que tienen parecido, sin analizar las circunstancias específicas
de cada acontecimiento, nos lleva a falsear la realidad, por ello el lenguaje no puede
develarnos la realidad, el lenguaje es metafórico y comparativo. No se pretende
decir que puede alcanzarse la verdad porque “desde el principio el lenguaje y la
verdad son indisociables (Nietzsche, 1974: 88)”. Lo que pasa es que en la
cotidianidad no se encuentra uno con verdades esquemáticas, “objetivas”, como lo
pretende la ciencia, no puede dejarse de lado la subjetividad porque si el lenguaje
estuviera constituido exclusivamente bajo el concepto de verdad el problema se
complicaría, por qué, en función de qué diría que la piedra es dura o que el agua
es fría, esto se da a través de lo subjetivo. Una de las críticas nietzcheanas más
importantes al lenguaje, ya que éste pierde su carácter vital, su carácter particular,
y se convierte en general (Nietzsche, 1974: 90)”.

Es aquí cuando una palabra se recuerda y se asocia experiencias parecidas y se


adapta a fenómenos diferentes, por lo que puede concluirse que todos los
conceptos surgen por igualación de lo desigual y no necesariamente por la
representación mental real de lo acontecido. A modo de conclusión según
Nietzsche, el origen del lenguaje es instintivo, está constituido por las vivencias
individualizadas, únicas; el lenguaje tiene un fundamento vital, es ilógico y no es
cúmulo de sabidurías almacenadas, sino la manifestación de un ser “pensante” que
expresa lo que ha visto, lo que ha percibido; el lenguaje puede entenderse como la
manifestación, la respuesta a una necesidad por querer comunicarse (Alpilar,
2005).

El lenguaje instaura y permite las reglas que facilitan la determinación y el juicio,


pero sobre todo la diferencia esencial entre lo verdadero y lo falso. Es la legislación
del lenguaje la que proporciona las leyes de la verdad.
¿Qué es una palabra? La reproducción en sonidos articulados de un estímulo
nervioso. Pero partiendo del estímulo nervioso inferir además una causa existente
fuera de nosotros, es ya el resultado de un uso falso e injustificado del principio de
razón. Como podríamos decir legítimamente, si la verdad estuviese solamente
determinada por la génesis del lenguaje, y si el punto de vista de la certeza fuese
también lo único decisivo respecto a las designaciones, cómo, no obstante,
podríamos decir legítimamente: la piedra es dura, ¡como si además captásemos lo
duro de otra manera y no únicamente como excitación completamente subjetiva!
(Nietzsche, 1873, pag 5).

Para Nietzsche, en la base de la construcción de las palabras, lo que encontramos


es una total desconexión entre el sujeto y el objeto tomados en sí mismos, entre
dos esferas absolutamente distintas como lo son el sujeto y el objeto, no hay
ninguna causalidad. Lo que Nietzsche busca dejar explícito es que no existe una
correspondencia entre las designaciones y las cosas, que con las palabras jamás
se llega a la verdad ni a una expresión adecuada de los objetos. Con lo anterior, el
filósofo se lanza vivamente contra la lógica conceptual y su pretensión de
veracidad.
BIBLIOGRAFÍA

Alpilar, A. (2005). Nietzsche y el lenguaje. Revista Pensamiento. Ciudad de México,


México. 12 pp.
Nietzsche, Federico (1974). El libro del filósofo, Taurus, España.
Nietzsche, Friedrich (1873). Sobre verdad y mentira en sentido extramoral.
Madrid.

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