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Del Centro de Investigación Ocular de
Australia, Universidad de Melbourne, East
Melbourne, Australia, y el Instituto de
Investigación Ocular de Singapur, Universidad
Nacional de Singapur, Singapur (TYW); y el
Centro para la Investigación de la Visión,
Universidad de Sydney, Sydney, Australia
(PM). Dirija las solicitudes de reimpresión al
Dr. Wong en el Center for Eye Research
Australia, University of Melbourne, 32
Gisborne St., East Melbourne 3002, Australia,
o en twong@unimelb.edu.au .
N Engl J Med 2004;351:2310-7.
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artículo de revisión
conceptos actuales
Retinopatía Hipertensiva
Tien Y. Wong, MD, Ph.D., y Paul Mitchell, MD, Ph.D.
La retinopatía hipertensiva es una condición caracterizada por una espectro de
signos vasculares retinales en personas con presión arterial elevada.1
La detección de la retinopatía hipertensiva con el uso de un oftalmólogo
El alcance se ha considerado durante mucho tiempo como parte de la evaluación estándar de las
personas con hipertensión.2-4Esta práctica clínica está respaldada tanto por5y actual6informes del
Comité Nacional Conjunto para la Prevención, Detección, Evaluación y Tratamiento de la Presión
Arterial Alta (JNC, por sus siglas en inglés), que enumeran la retinopatía como uno de varios
marcadores de daño de órganos diana en la hipertensión. Sobre la base de los criterios JNC, la
presencia de retinopatía puede ser una indicación para iniciar un tratamiento antihipertensivo, incluso
en personas con hipertensión en etapa 1 (presión arterial, 140 a 159/90 a 99 mm Hg) que no tienen
otra evidencia de objetivo- daño de órganos
A pesar de la recomendación del JNC, las implicaciones clínicas de la retinopatía hipertensiva
no están claras. Muchos médicos no realizan regularmente un examen oftalmoscópico como
parte de la atención que brindan a los pacientes hipertensos, ni incluyen los hallazgos
retinianos al tomar decisiones sobre el tratamiento. Además, no existe un consenso claro con
respecto a la clasificación de la retinopatía hipertensiva o si un examen de retina es útil para la
estratificación del riesgo.
La evidencia que respalda las pautas del JNC sobre los hallazgos retinales en la hipertensión se
basa en estudios anteriores que pueden no tener una relevancia directa para la práctica clínica actual.
7-10Estos estudios tienen varias limitaciones importantes. Primero, debido a que involucraron a
pacientes que tenían hipertensión no controlada y no tratada, la generalización a poblaciones
contemporáneas de pacientes con niveles más bajos de presión arterial puede ser problemática. En
segundo lugar, la retinopatía tal como se define en estos estudios se basó en un examen
oftalmoscópico directo. Se ha demostrado que esta técnica no es confiable, con altas tasas de
variabilidad interobservador (20 a 42 por ciento) e intraobservador (10 a 33 por ciento) cuando se usa
en personas con hipertensión leve.11,12En tercer lugar, aunque muchos estudios anteriores citan una
mayor mortalidad entre las personas con retinopatía hipertensiva,8-10pocos estudios han demostrado
asociaciones entre la retinopatía hipertensiva y resultados cardiovasculares específicos (p. ej.,
accidente cerebrovascular incidente y enfermedad coronaria) o han controlado adecuadamente los
factores de confusión relevantes (p. ej., hiperlipidemia y tabaquismo). Por lo tanto, hasta hace poco no
se ha examinado si la retinopatía hipertensiva predice el riesgo de resultados cardiovasculares
independientemente de otros indicadores de riesgo. El propósito de esta revisión es evaluar estudios
recientes (es decir, desde 1990 en adelante) con respecto a la fisiopatología, epidemiología y
asociaciones cardiovasculares de la retinopatía hipertensiva y la evidencia que respalda su uso para la
estratificación del riesgo en personas con hipertensión.
contexto histórico y clasificación
La retinopatía hipertensiva fue descrita por primera vez por Marcus Gunn en el siglo XIX en una
serie de pacientes con hipertensión y enfermedad renal.7Los signos retinianos que observó
incluían estrechamiento arteriolar generalizado y focal, mellas arteriovenosas,
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hemorragias retinianas en forma y en forma de mancha,

manchas algodonosas e inflamación del disco óptico (Fig. 1, A
2 y 3). En 1939 Keith et al. demostraron que estos signos de
retinopatía eran predictivos de muerte en pacientes con
hipertensión.10Los autores describieron un sistema de
clasificación ampliamente utilizado que clasificaba estos
signos en cuatro grupos de gravedad creciente.
Sin embargo, varias revisiones de la retinopatía
hipertensiva desde 199613-16han cuestionado la utilidad
del sistema de clasificación de Keith et al.
(posteriormente modificado por Scheie8) y su relevancia
para la práctica clínica actual. Las principales críticas a
las clasificaciones original y modificada son que no
permiten al médico distinguir entre grados bajos de
retinopatía (p. ej., los signos de grado 1 no se distinguen B
fácilmente de los signos de grado 2) y que los grados de
retinopatía no están estrechamente relacionados con la
gravedad. de hipertensión17
Además, una categorización detallada de la
retinopatía en cuatro grados no parece estar
respaldada por estudios retinales con el uso de
angiografía con fluoresceína.18

fisiopatología

La circulación retiniana sufre una serie de cambios

fisiopatológicos en respuesta a la presión arterial elevada.19
En la etapa vasoconstrictora inicial, hay vasoespasmo y un
aumento del tono arteriolar retiniano debido a mecanismos
locales de autorregulación. Esta etapa se ve clínicamente
como un estrechamiento generalizado de las arteriolas
retinianas. La presión arterial persistentemente elevada
conduce a engrosamiento de la íntima, hiperplasia de la
pared media y degeneración hialina en la etapa
subsiguiente, esclerótica. Esta etapa corresponde a áreas
focales y generalizadas más severas de estrechamiento
arteriolar, cambios en las uniones arteriolares y venulares
(es decir, corte o pellizco arteriovenoso) y alteraciones en el
reflejo de luz arteriolar (es decir, ensanchamiento y
acentuación del reflejo de luz central, o “cableado de cobre”).
A esto le sigue una etapa exudativa, en la que hay
ruptura de la barrera hematorretiniana, necrosis de los
músculos lisos y las células endoteliales, exudación de
sangre y lípidos e isquemia retiniana. Estos cambios se
manifiestan en la retina como microaneurismas,
hemorragias, exudados duros y manchas algodonosas.
La inflamación del disco óptico puede ocurrir en este
momento y por lo general indica una presión arterial
muy elevada (es decir, hipertensión maligna). Debido a
que ahora se dispone de mejores métodos para el
control de la presión arterial en la población general,
rara vez se observa hipertensión maligna.
Figura 1.Ejemplos de retinopatía hipertensiva leve.
El panel A muestra mellas arteriovenosas (flecha negra) y
estrechamiento focal (flecha blanca). El panel B muestra cortes
arteriovenosos (flechas negras) y ensanchamiento o acentuación
("cableado de cobre") del reflejo de luz central de las arteriolas
(flechas blancas).
Por el contrario, otras complicaciones vasculares retinianas
de la hipertensión, como los macroaneurismas y las
oclusiones de las ramas de las venas, no son infrecuentes en
pacientes con presión arterial crónicamente elevada. Sin
embargo, es posible que las etapas de la retinopatía
hipertensiva descritas aquí no sean secuenciales.18,19Por
ejemplo, pueden verse signos de retinopatía que reflejan la
etapa exudativa, como hemorragia retiniana o
microaneurisma, en ojos que no tienen características de la
etapa esclerótica (p. ej., corte arteriovenoso).19Los signos
exudativos son inespecíficos, ya que se observan en la
diabetes y otras afecciones.
ep idemiología
Desde 1990, se han realizado siete estudios epidemiológicos
de base poblacional (con un total de 26 477 participantes) de
diversos signos de hipertensión por jubilación.

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B Figura 3.Ejemplo de Retinopatía Hipertensiva

Maligna.
Son visibles múltiples manchas algodonosas (flechas blancas),
hemorragias retinianas (flechas negras) e inflamación del disco
óptico.

coeficiente de relación osciló entre 0,80 y 0,99 en cuatro

Figura 2.Ejemplos de retinopatía hipertensiva
moderada.
El panel A muestra hemorragias retinianas (flechas negras) y
una mancha algodonosa (flecha blanca). El panel B muestra
manchas algodonosas (flechas blancas) y mellas
arteriovenosas (flechas negras).
nopatía20-27En los siete estudios, se utilizaron fotografías recientes probablemente se deban a una mayor
de la retina para definir signos específicos de retinopatía sensibilidad de la fotografía, en comparación con la
sin tener en cuenta un sistema de clasificación
predeterminado. Todos los estudios se realizaron en la
comunidad general e incluyeron personas con y sin
antecedentes de hipertensión.
En general, estos estudios muestran que los signos de
retinopatía hipertensiva pueden identificarse de forma
fiable con un examen estandarizado de fotografías del
fondo de ojo. La reproducibilidad fue sustancial para la
clasificación de hemorragias retinianas y microaneurismas
(p. ej.,k= 0,80 a 0,99) y regular a moderado para la
clasificación de las mellas arteriovenosas y el
estrechamiento arteriolar focal (k=0,40 a 0,79).25,28
En cuatro poblaciones, se estimó el estrechamiento
arteriolar generalizado a partir de una evaluación de los
diámetros de los vasos retinianos con el uso de fotografías
digitalizadas.25,28-31Esta técnica parece tener una
reproducibilidad sustancial (es decir, la correlación intraclase
estudios).25,28-31
Sobre la base de la clasificación fotográfica, estos
estudios epidemiológicos muestran que los signos de
retinopatía hipertensiva son comunes en personas de 40
años o más, incluso en aquellas sin antecedentes de
hipertensión. Las tasas de prevalencia oscilaron entre el 2 y
el 15 por ciento para varios signos de retinopatía,20-25en
contraste con el informe anterior del Framingham Eye Study
que encontró una prevalencia de menos del 1 por ciento
entre los participantes que se sometieron a un
exploración oftalmoscópica con dilatación.32Las tasas
más altas de prevalencia en estos estudios más
oftalmoscopia clínica, para detectar ciertos signos de
retinopatía. Sin embargo, no ha habido estudios que
hayan comparado directamente la sensibilidad o la
fiabilidad de la fotografía con la de la oftalmoscopia para
la detección de la retinopatía hipertensiva, como sí ha
habido para la retinopatía diabética.
Se ha informado una mayor prevalencia de retinopatía
entre las personas negras que entre las blancas, una
diferencia que se explica en gran parte por los niveles más
altos de presión arterial entre las personas negras.21,33
La variación racial confirma los resultados de una encuesta
poblacional anterior que utilizó oftalmoscopia directa34y
sugiere que el examen de la retina puede ser
particularmente útil para la estratificación del riesgo entre
los negros. Las variaciones en la prevalencia de signos
específicos de retinopatía hipertensiva según la edad y el
sexo no se han demostrado de forma consistente.

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estratificado20-25Se han realizado menos estudios sobre
la incidencia de la retinopatía hipertensiva. Dos estudios
indican que la incidencia de varios signos de retinopatía
durante un período de cinco a siete años oscila entre el
6 y el 10 por ciento.26,27
presión arterial
Numerosos estudios han confirmado la fuerte asociación
entre la presencia de signos de retinopatía hipertensiva y la
presión arterial elevada.20,21,23-27,29-31,35Dos estudios han
evaluado aún más el efecto de un historial de presión
arterial elevada sobre la aparición de signos retinales
específicos.36,37En ambos estudios, el estrechamiento
arteriolar retiniano generalizado y el corte arteriovenoso se
asociaron con una elevación de la presión arterial que se
había documentado entre seis y ocho años antes de la
evaluación retiniana; los estudios fueron controlados por los
niveles de presión arterial concurrentes. Esta asociación
sugiere que el estrechamiento generalizado y las muescas
arteriovenosas son marcadores de daño vascular por
hipertensión crónica. Por el contrario, otros signos
(estrechamiento arteriolar focal, hemorragias retinianas,
microaneurismas y manchas algodonosas) se relacionaron
con los niveles de presión arterial actuales pero no con los
anteriores.36,37y por lo tanto puede ser más indicativo de la
gravedad de la hipertensión reciente.
Además, la observación de signos de retinopatía en
personas sin antecedentes conocidos de hipertensión
sugiere que estos signos pueden ser marcadores de un
estado prehipertensivo. Por ejemplo, se ha demostrado
que el estrechamiento generalizado y focal de las
arteriolas retinianas predice el riesgo de hipertensión en
personas normotensas.38Otros factores no relacionados
con la hipertensión (p. ej., hiperglucemia,15,22
inflamación y disfunción endotelial24) también pueden
estar involucrados en la patogenia de la retinopatía.
el riesgo de accidente cerebrovascular
La evidencia más sólida de la utilidad de una evaluación de la
retinopatía hipertensiva para la estratificación del riesgo se basa
en su asociación con el accidente cerebrovascular. Es bien sabido
que la circulación retiniana comparte características anatómicas,
fisiológicas y embriológicas con la circulación cerebral. Un
estudio de autopsia de pacientes con accidente cerebrovascular
mostró una estrecha correlación entre los hallazgos arteriolares
retinales y cerebrales.39
También se han informado alteraciones funcionales en el flujo sanguíneo
retiniano en pacientes con accidente cerebrovascular lacunar.40
Datos epidemiológicos de cuatro grandes, población-
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Los estudios basados en estudios mostraron asociaciones
independientes entre los signos de la retinopatía hipertensiva,
según lo definido por los hallazgos en las fotografías de la retina,
y el riesgo de accidente cerebrovascular. El estudio
Atherosclerosis Risk in Communities, un estudio de cohorte
multicéntrico, mostró que algunos signos de retinopatía (p. ej.,
hemorragias retinianas, microaneurismas y manchas
algodonosas) estaban asociados con un riesgo de accidente
cerebrovascular clínico recién diagnosticado que era de dos a
cuatro veces mayor como para los pacientes que no tenían estos
signos, incluso cuando el análisis se controló por los efectos de
las elevaciones a largo plazo de la presión arterial, el
tabaquismo, los niveles elevados de lípidos y otros factores de
riesgo de accidente cerebrovascular.41Este estudio también ha
demostrado que los signos de retinopatía están asociados con
un rendimiento cognitivo reducido en pruebas neuropsicológicas
estandarizadas,42lesiones de la sustancia blanca cerebral,43y
atrofia cerebral como se define sobre la base de los hallazgos en
la resonancia magnética nuclear (RMN).44
En el estudio Atherosclerosis Risk in Communities, el riesgo
relativo de cinco años de accidente cerebrovascular entre los
participantes que tenían retinopatía hipertensiva y lesiones
cerebrales en la resonancia magnética, en comparación con
aquellos que no tenían ninguno de estos hallazgos, fue de 18,1
(intervalo de confianza del 95 por ciento, 5,9 a 55.4); entre los
participantes que solo tenían lesiones en la sustancia blanca, el
riesgo relativo de accidente cerebrovascular fue de 3,4 (intervalo
de confianza del 95 por ciento, 1,5 a 7,7).43Este patrón parece
reflejar una enfermedad microvascular cerebral subclínica más
grave o extensa en personas con marcadores tanto cerebrales
como retinales de daño hipertensivo de órganos terminales. En
el Cardiovascular Health Study, después de controlar el análisis
por presión arterial elevada y factores de riesgo, las personas
con signos similares de retinopatía (hemorragias retinianas,
microaneurismas y manchas algodonosas) tenían el doble de
probabilidades de tener antecedentes de accidente
cerebrovascular que aquellas que no tenían estos signos (odds
ratio, 2,0; intervalo de confianza del 95 por ciento, 1,1 a 3,6).25
Estudios basados en la población en Wisconsin45y en japon46
han demostrado que los riesgos de accidentes cerebrovasculares
fatales y no fatales son de dos a tres veces más altos en personas
con signos de retinopatía que en personas que no tienen estos
signos, una asociación que es independiente de los factores de
riesgo cardiovascular.
Estos estudios basados en la población también muestran
asociaciones sustancialmente más débiles y menos consistentes entre
otros cambios en la retina (p. ej., estrechamiento generalizado y focal
de las arteriolas y mellas arteriovenosas) y accidente cerebrovascular,
25,42muerte por accidente cerebrovascular,45
deterioro cognitivo,42y cambios cerebrales en la resonancia
magnética.43,44Los signos retinianos más fuertemente asociados
2313
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Los accidentes cerebrovasculares (es decir, hemorragias retinianas,
microaneurismas y manchas algodonosas) se correlacionan con una
ruptura de la barrera hematorretiniana.18,19
Por lo tanto, la asociación de estos signos con el accidente
cerebrovascular puede sugerir que la alteración de la
barrera hematoencefálica es una posible característica
fisiopatológica en el desarrollo de la enfermedad
cerebrovascular. Estos hallazgos también respaldan el
concepto de que una evaluación de signos específicos, en
lugar de la presencia o ausencia de retinopatía hipertensiva,
puede ser importante para la estratificación del riesgo.
el riesgo de coronaria
cardiopatía
Hay menos datos sobre la asociación de la retinopatía
hipertensiva y el riesgo de enfermedad coronaria. En la
Encuesta Nacional de Examen de la Salud, las personas con
estrechamiento de las arteriolas retinianas, detectadas por
oftalmoscopia, tenían de dos a seis veces más
probabilidades de tener una enfermedad coronaria
preexistente que aquellas sin estos cambios, después de
que se controlara el análisis por la presencia o ausencia de
hipertensión y diabetes y para los niveles de colesterol
sérico.47En un estudio de 560 hombres con hipertensión e
hiperlipidemia, la presencia de retinopatía hipertensiva
predijo una duplicación del riesgo de enfermedad coronaria
(riesgo relativo, 2,1; intervalo de confianza del 95 por ciento,
1,0 a 4,2), y la presencia de retinopatía generalizada o focal
el estrechamiento de las arteriolas predijo casi una
triplicación de este riesgo (riesgo relativo, 2,9; intervalo de
confianza del 95 por ciento, 1,3 a 6,2).48Por el contrario, el
estudio Riesgo de aterosclerosis en las comunidades mostró
que la
el estrechamiento de las arteriolas retinianas se asoció con
una enfermedad coronaria subsiguiente en las mujeres
(riesgo relativo, 2,2; intervalo de confianza del 95 %, 1,0 a
4,6), pero no en los hombres (riesgo relativo, 1,1; intervalo
de confianza del 95 %, 0,7 a 1,8).49Este hallazgo puede
reflejar el mayor riesgo de enfermedad coronaria
microvascular entre las mujeres que entre los hombres.
tratamiento
Algunos estudios experimentales50,51y ensayos clínicos52,53
han demostrado que los signos de retinopatía hipertensiva
remiten con el control de la presión arterial, aunque
también se ha informado la resolución espontánea de estos
signos en presencia de hipertensión arterial.54No está claro
si los medicamentos antihipertensivos que se cree que
tienen efectos beneficiosos directos sobre la estructura
microvascular (p. ej., inhibidores de la enzima convertidora
de angiotensina) reducirían el daño de la retinopatía más
allá de la reducción efectuada por la disminución de la
presión arterial. En un pequeño estudio de 28 pacientes con
hipertensión leve que fueron asignados al azar para recibir
tratamiento con enalapril o hidroclorotiazida, la
opacificación de la pared arteriolar de la retina se redujo
significativamente después de 26 semanas de tratamiento
con enalapril; no se redujeron otros signos de retinopatía.53
Por el contrario, la hidroclorotiazida no tuvo ningún efecto
sobre los signos de retinopatía. Sin embargo, hasta la fecha,
no hay datos de ensayos controlados prospectivos que
demuestren que la reducción específica de la retinopatía
hipertensiva también reduce la morbilidad y la mortalidad
asociadas con la enfermedad cardiovascular. Tampoco está
claro si el

Tabla 1.Clasificación de la retinopatía hipertensiva sobre la base de datos recientes basados en la población.

Grado de retinopatía Signos retinales Asociaciones Sistémicas*

Ninguno Sin signos detectables Ninguno

Leve Estrechamiento arteriolar generalizado, arteriola focal Modesta asociación con el riesgo de clínica
estrechamiento riolar, mella arteriovenosa, ataque,41,43accidente cerebrovascular subclínico,43
opacidad ("cableado de cobre") de la pared enfermedad coronaria,48,49y muerte45
arteriolar, o una combinación de estos signos

Moderado Hemorragia (mancha, punto o en forma de llama), Fuerte asociación con el riesgo de accidente cerebrovascular clínico,41,43

microaneurisma, mancha algodonosa, exudado accidente cerebrovascular subclínico,43deterioro

duro o una combinación de estos signos cognitivo,42y muerte por causas cardiovasculares45

Maligno Signos de retinopatía moderada más hinchazón Fuerte asociación con la muerte.
del disco óptico†

* Una asociación modesta se define como una razón de probabilidad mayor que 1 pero menor que 2. Una asociación fuerte se define como una razón de
probabilidad de 2 o mayor.
† Neuropatía óptica isquémica anterior, caracterizada por tumefacción unilateral del disco óptico, pérdida visual y visión sectorial.
debe descartarse la pérdida de campo.

2314 n ingl j med351;22www.nejm.org noviembre25, 2004

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la focalización en personas con retinopatía hipertensiva para
intervenciones establecidas de reducción de riesgos ofrece
ventajas adicionales sobre el uso de estrategias sin tener en
cuenta los hallazgos en la retina.
investigación futura
Los datos recientes sugieren que existen varias líneas de retinopatía predicen otras complicaciones hipertensivas,
investigación futura. Primero, se debe desarrollar un
sistema de clasificación estandarizado para la
retinopatía hipertensiva que sea relevante para las
situaciones clínicas contemporáneas y refleje los datos
recientes. La evidencia de estudios recientes respalda el
desarrollo de un sistema de clasificación fotográfica que
sería similar a la clasificación fotográfica de la
retinopatía diabética. Sin embargo, aún no está claro si
la fotografía de la retina debe ser una parte rutinaria del
tratamiento de la hipertensión o si la fotografía es
superior a la oftalmoscopia para la detección de
signos de retinopatía hipertensiva.
En segundo lugar, se necesitan estudios prospectivos
adicionales que demuestren asociaciones
independientes de la retinopatía hipertensiva con
diversos resultados cardiovasculares. Por ejemplo, no
hay estudios recientes que se centren en si los signos de
como disfunción renal o insuficiencia cardíaca
congestiva. Tampoco está claro si un examen de la
retina conferiría un mayor beneficio en subgrupos
específicos de poblaciones (p. ej., personas más jóvenes,
45mujer,49y negros33). Un estudio longitudinal en curso
que involucra a una población multiétnica proporcionará
más información sobre estos temas.54
En tercer lugar, es importante comparar el valor
relativo de una evaluación de la retina (basada en un
examen oftalmoscópico realizado con o sin

Paciente con hipertensión

Historial médico, examen e investigaciones y manejo de laboratorio apropiados

Examen de la retina por un médico

Signos equívocos o
Sin retinopatía retinopatía leve Retinopatía moderada Retinopatía maligna
examen no es posible

atención de rutina atención de rutina Detección de diabetes tratamiento urgente atención de rutina

Referencia de oftalmología Posible oftalmología de hipertensión Posible oftalmología

innecesario remisión remisión si el paciente
Seguimiento estrecho de tiene límite o incon-
riesgo cardiovascular hipertensión persistente,
sin otra evidencia de
daño de órgano diana;
diabetes; o visuales
síntomas

Vigilancia estrecha del riesgo cardiovascular Posible indicación para el

tratamiento de la hipertensión Posible indicación para el tratamiento de
otras condiciones de alto riesgo

Figura 4.Evaluación y Manejo de la Retinopatía Hipertensiva.

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el uso de la fotografía) con otras estrategias de
estratificación de riesgo (por ejemplo, el uso de
electrocardiografía y ecocardiografía). Finalmente, existe la
necesidad de evaluar si la terapia específica que se enfoca
en la microcirculación retiniana puede revertir los cambios
en la retinopatía y, de ser así, si este enfoque también
resultará en última instancia en una reducción del riesgo
cardiovascular.
el enfoque clínico
¿Cómo debe utilizar el médico la evidencia
disponible? Esta revisión proporciona evidencia
convincente de que ciertos signos de retinopatía
hipertensiva están asociados con un mayor riesgo
cardiovascular que es independiente de otros
factores de riesgo. Sobre la base de la fuerza de
estas asociaciones informadas, proponemos una
clasificación simplificada de la retinopatía
hipertensiva (ninguna, leve, moderada y maligna)
según la gravedad de los signos retinianos (Tabla
1). El médico puede continuar brindando atención
En pacientes hipertensos con inflamación del disco óptico, el
médico debe descartar neuropatía óptica isquémica
anterior, que ocurre con más frecuencia que la retinopatía
hipertensiva maligna y se manifiesta típicamente como
inflamación unilateral del disco, pérdida visual y defectos de
los campos visuales sectoriales.
No hay evidencia suficiente para recomendar una
consulta oftalmoscópica de rutina para todos los
pacientes con hipertensión. Si los hallazgos clínicos
iniciales son equívocos (p. ej., hay hipertensión dudosa o
inconsistente sin otra evidencia de daño de órgano
diana), una consulta oftalmoscópica puede ser útil para
complementar la evaluación de riesgos y las decisiones
de tratamiento. Para algunos pacientes (p. ej., aquellos
con diabetes o síntomas visuales), la derivación también
puede ser importante para descartar otras afecciones,
como la retinopatía diabética o la oclusión de las venas
de la retina.
conclusiones
Los signos de retinopatía hipertensiva son comunes y se correlacionan

de rutina a pacientes sin retinopatía, llevar a cabo con presión arterial elevada. Estudios recientes muestran que algunos

un control más atento del riesgo cardiovascular de estos signos (p. ej., hemorragias retinianas, microaneurismas y

en pacientes con retinopatía leve (es decir, manchas algodonosas) predicen accidente cerebrovascular y muerte

aquellos que solo tienen signos arteriolares en la por accidente cerebrovascular independientemente de la presión

retina) o adoptar un enfoque agresivo para arterial elevada y otros factores de riesgo. Los pacientes con estos

reducir el riesgo en pacientes con retinopatía. signos de retinopatía pueden beneficiarse de una estrecha vigilancia

retinopatía moderada (fig. 4). del riesgo cerebrovascular y de medidas intensivas para reducir ese

riesgo.

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El diario Nueva Inglaterra de medicina

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