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Universidad de San Carlos de Guatemala

Centro Universitario Metropolitano


Escuela de Ciencias Psicológicas
Licenciatura en Psicología
Neuropsicología
Licda. Nátaly Molina

Lóbulo Parietal: Anatomía, Funciones y


Patologías

Grupo No. 6
201808548 Ricardo Andrés González López

201808782 Yiznarda García Francia

201214823 Diego Salvador Hernández Rodríguez

201909122 Magda Leticia Quirán Pirir

201906917 Londy Rocío Ordoñez Zamora

201907091 Diana Alessandra Palacios Matias

Guatemala, 07 de diciembre 2020


Objetivos
 Lograr diferenciar la localización, forma y relación del lóbulo parietal del cerebro,
conociendo que se encuentra limitado por la cisura central por un costado, la
cisura transversal por la parte inferior y la cisura parietooccipital por el otro
costado, además de su propia división interna generando la corteza
somatosensorial primaria, el lóbulo parietal superior y lóbulo parietal inferior.
Todo ello es equivalente tanto por el hemisferio izquierdo como en el derecho.

 Conocer como el lóbulo parietal ejecuta las funciones vinculadas a las somestesia,
(referido a sensaciones que se perciben con todo el cuerpo como la temperatura,
la presión, el dolor y no están localizadas en un órgano concreto, a diferencia de la
vista, el oído). Encargándose de la representación simbólica de nuestro cuerpo
proyectada sobre la corteza parietal, es decir, nos permite diferenciar los límites
con nuestro entorno, nos otorga la autoconsciencia de nuestra identidad física.

 Descubrir sobre las patologías relacionadas con el lóbulo parietal y/o en alguna de
sus estructuras anatómicas, así como las capacidades que pueden resultar
dañadas, producidas sobre todo por las lesiones cerebrales que pueden sufrir los
individuos; tomando la Neuropsicología como punto de observación y referencia.
Lóbulo Parietal
El lóbulo parietal proporciona los mecanismos corticales que perciben estímulos
somatosensoriales y los integra con la memoria de experiencias pasadas y con otras
percepciones sensoriales aferentes para generar el reconocimiento de parte del sujeto de
los eventos somáticos y extracorporales. Contribuyen en la función de atención y
determina el mapa mental que proporcional la conciencia del interior del cuerpo y del
mundo que lo rodea.

También juega un papel importante en la integración de información de diferentes


sentidos para construir una imagen coherente del mundo. Integra información de las vías
visuales ventrales que procesan lo que son las cosas y las vías dorsales visuales que
procesan donde están las cosas.

Esto nos permite coordinar nuestros movimientos en respuesta a los objetos de nuestro
entorno. Contiene una serie de distintos mapas de referencia del cuerpo, el espacio
cercano y el espacio lejano, que se actualizan constantemente a medida que nos
movemos e interactuamos con el mundo.

El lóbulo parietal consta de:

La corteza somatosensorial primaria (Áreas de Brodmann 1, 2 y 3),

El lóbulo parietal superior (Áreas de Brodmann 5 y 7)

El lóbulo parietal inferior (Áreas de Brodmann 39 y 40).


Anatomía y funciones
Corteza Somatosensorial Primaria
Está ubicada después de la cisura de Rolando, en la circunvolución parietal ascendente.

Recibe información desde los núcleos talámicos del lado opuesto del cuerpo con un
patrón somatotópico organizado que recibe el nombre de homúnculo sensitivo, el que, a
semejanza del motor, también es proporcional a las sensaciones que codifica. Está
asociada con el área motora principal y con las demás áreas corticales.

La información sensorial proveniente de los músculos y de las articulaciones, importante


para la propiocepción de los miembros se proyecta al área 3a y la información
proveniente de la piel, importante para el sentido del tacto, en el área 3b. El área 1 tiene
como función básica procesar la información de la piel (área 3b) mientras que el área 2
combina la información proveniente de las áreas 3 y 1. Las representaciones del área 3
son sencillas, mientras que las de las áreas 1 y 2 son complejas.

El área 1 proyecta a otras áreas del lóbulo parietal como la 5 y 7 que son áreas
secundarias para facilitar el aprendizaje, configurar la imagen corporal y planificar los
movimientos en el espacio extra personal.
Lóbulo Parietal Inferior
Corteza Somatosensorial Secundaria
La corteza somatosensorial secundaria ubicada en el área 40 de las áreas de Brodmann
tiene también organización somatotópica pero, al contrario que SI, que recibe la
información sensitiva exclusivamente del lado opuesto, en este caso la información es
bilateral (recibe proyecciones de los campos de receptores de la misma modalidad y de
ambos lados).


Las áreas 5 y 7 de Brodmann de la corteza cerebral, situadas detrás del área sensitiva
somática SI y por encima de SII, se conocen como áreas de asociación sensitiva, dado que
reciben información de una gran variedad de fuentes (de SI y SII, de los núcleos
ventrobasales del tálamo, de otras áreas del tálamo y de la corteza visual y auditiva), que
se vinculan con motivaciones y oportunidades particulares para la acción.
Lóbulo Parietal Superior
El Lóbulo Parietal Superior recibe una fuerte entrada de la corteza somatosensorial
primaria. Las fibras de asociación corticales lo conectan con la corteza adyacente,
incluidos el lóbulo occipital, el lóbulo temporal y el lóbulo insular, por tanto, proporciona
acceso directo a las señales táctiles, visuales, auditivas y vestibulares. Fibras recíprocas
conectan el LPS con el núcleo pulvinar, el giro cingulado anterior y los núcleos talámicos
laterales.

El lóbulo parietal superior derecho se denomina como no dominante se encarga de la


atención selección y ubicación de los estímulos, desconecta y cambia la atención del
objetivo según la actividad que se esté desarrollando.

El lóbulo parietal superior izquierdo se denomina como el dominante debido a que se


encarga de la parte del lenguaje con lo cual una lesión podría provocar una disfasia y
agnosia.
Precúneo o Precuña
Un investigador del Centro
Nacional de Investigación sobre
la Evolución Humana de Burgos
ha liderado un estudio sobre la
importancia del precúneo, la
zona media de la corteza
parietal superior, que resulta
clave para integrar
informaciones sobre el cuerpo y
sobre el ambiente exterior. El
tamaño del precúneo es el
carácter más variable entre
individuos adultos. Además, “un tamaño más grande en estas áreas parietales se asocia a
veces también a una mayor complejidad de los surcos cerebrales”.

Los datos indican que la marcada variabilidad del precúneo se localiza en sus áreas más
dorsales y anteriores, que incluyen la superficie interna y externa de los lóbulos parietales
superiores y que, a nivel funcional, son cruciales para integrar informaciones sobre el
cuerpo (información somática) y sobre el ambiente exterior (información visual).

Capacidad de imaginación y simulación


Estas funciones son también determinantes para la capacidad de imaginación y
simulación, sobre todo en los procesos egocéntricos, es decir, que se basan en las
relaciones espaciales y temporales entre individuo y ambiente. “Son funciones que,
además de coordinar el cuerpo en el espacio y el tiempo, también están implicadas en la
percepción de uno mismo en el contexto social”.

Se sabe que el precúneo participa en cuatro funciones generales: la consciencia, los


movimientos corporales en el espacio, la autoconsciencia, la recuperación de la memoria
episódica y las imágenes visoespaciales.

Recibe la entrada sensorial multimodal. Posee fuertes conexiones recíprocas con el lóbulo
frontal, lo que incluye las áreas pre-motora y motora suplementarias, lo mismo que las
áreas pre-frontales, dorsolateral y ventromedial.

El precúneo tiene conexiones con el tálamo dorsal, incluido el núcleo pulvinar.


Consciencia
Se considera que el precúneo tiene una actividad tónica durante el estado de reposo
diurno. Recaba y procesa información continuamente sobre el mundo dentro y alrededor
de uno. Recibe la entrada de la corriente visual dorsal de modo que supervisa
constantemente el campo periférico.

La activación conjunta del precúneo y la corteza pre-frontal puede subyacer a un estado


de autoconsciencia reflexiva, y la actividad se correlaciona con la divagación mental.

Estas dos áreas muestran una desactivación significativa durante esta dos de consciencia
alterada como el sueño, la hipnosis, el ensueño y el estado vegetativo persistente.

El precúneo se vuelve menos activo durante las tareas cognitivas o perceptuales dirigidas
a una meta. Su actividad se reduce con el envejecimiento normal, pero más en pacientes
con demencia.

Movimientos corporales en el espacio


El precúneo se activa cuando la persona se prepara para hacer un movimiento o al
ejecutar un movimiento en el espacio, sobre todo, movimientos como señalar, alcanzar y
sacádicos (movimientos rápidos de ojos).

Desempeña una función importante al prestar atención a un objetivo y al cambiar la


atención a otro, forma parte de una red que elabora información sobre mapas que ayudan
a ubicarse en los mismos, actúa como los “ojos de la mente”.

Recuperación de la memoria episódica


Recaba e integra la información del pasado referente al yo y al mundo externo,
especialmente en el campo de las tareas espaciales.

Autoconsciencia
Se refiere al reconocimiento de que uno se pertenece a uno mismo, y que uno es quien
inicia la acción; mencionando que es uno mismo quien participa en la producción de la
acción de forma causal. (Gallagher, 2000). De acuerdo a Vogeley y Fink, el área del
precúneo desempeña la función en las tareas relacionadas con el yo, como lo serían la
orientación espacial, memoria episódica o juicios sociales. Se ha visto que el precúneo se
ha activado cuando se procesan intenciones relacionadas con el yo.
Ha sido abordado el debate respecto a que el precúneo forma parte de una red
relacionada con el procesamiento de la teoría de la mente; en donde el precúneo y el
cingulado posterior (AB 31) se activan y esto ocurre en situaciones relacionados con el yo.
El precúneo izquierdo se activa en forma preferente al atribuir emociones e intenciones a
las acciones de los demás, esto según estudios de (Ochsner et al., 2004; Abrahan et al.,
2008).

Surco Intrapariental
Se le conoce también como fisura intraparietal, y se abrevia SIP. Se encuentra en el
aspecto lateral, y separa al lóbulo parietal superior del lóbulo parietal inferior. El SIP
contiene la corteza intraparietal. Su forma y curso son variables, pero en general se
extiende desde el surco postcentral y llega hasta el lóbulo occipital. Se vuelve más
profundo y su corteza más extensa a medida que se acerca al lóbulo occipital (Lewis y Van
Essen, 2000).

El SIP anterior tiene que ver más con el procesamiento Somatosensorial, mientras que el
SIP posterior procesa las señales visuales. Cada una de las áreas del SIP funciona en
respuesta a más de una modalidad sensorial, lo que quiere decir que su corteza es un área
integradora multimodal. Actúa concentrando la atención en el espacio ante estímulos que
sobresalen y sobre todo aquellos vinculados con amenazas. Con esto se puede decir que
los estímulos emocionales negativos pueden concentrar la atención en un sitio específico
de los mecanismos del SIP (Pourtois y Vuilleumier, 2006).

La información que se transmite por la corriente visual dorsal define la ubicación del
objetivo, la que se transmite por medio de la corriente visual ventral que lo identifica. Esas
señales descendientes del lóbulo frontal actúan en una pre-selección de dichos objetivos.
Es la corriente visual ventral quien alerta a la corriente visual dorsal para que se pueda
generar un programa motor en el SIP y la región circundante, esto con la finalidad de que
se va y se agarre el paquete deseado, que es lo que se llama “observa y toma”.

Área Intraparietal Lateral (región parietal de las sacadas)


Esta área recibe información referente a los objetos en el hemicampo contraletal. Su
ubicación, dirección y velocidad (del objeto) se registran, con ayudas de señales trabajas
en los sistemas visual, auditivo y Somatosensorial. Esta área también vigila la posición
actual del ojo con respecto al cuerpo, en un mismo sentido en que la orientación de la
cabeza hacia la gravedad (haciendo la referencia al sentido vestibular).
Esta área determina la importancia relativa del objeto y sus aspectos destacados, y ya
después de ello, programa y ejecuta una sacada hacia ese objeto. Se trata de un control
que es ascendente de la atención, pues ésta es determinada por lo atractivo del objetivo
(Buschman y Miller, 2007).

Área Intraparietal Medial (región parietal del alcance)


De acuerdo a Connolly y los demás autores que investigaron el lóbulo parietal, cerca del
lóbulo occipital hay una región del banco medial del SIP, y se extiende de forma lateral
hasta la superficie del lóbulo parietal superior que se describe como la “región parietal del
alcance” (Connolly et at., 2003). Esta región opera en forma parecida a la programación de
sacadas, y es responsable de planear y ejecutar movimientos de alcance orientados de
forma visual de la extremidad superior.

El movimiento tiene éxito mayor si el objeto que se busca está en la fóvea (parte del
órgano de la vista). Si el objeto está en periferia (cuando se intenta alcanzar una taza de
café mientras se lee un periódico, por ejemplo) se activa una región mayor de la corteza
parietoocciítal incluido el precúneo. Para alcanzar un objeto en la periferia se hacen
ajustes continuos, lo que se sugiere como “piloto automático” debido a que la persona no
es consciente de los ajustes.

Es apropiado recordar que, aunque las competencias motoras del lóbulo parietal son muy
limitadas, se disponen de algunas conexiones con estructuras subcorticales, partiendo en
la ejecución de movimientos gruesos; por el contrario, los movimientos finos están
relacionados con el Área 4 del lóbulo frontal. También es responsable de situar la posición
espacial de los objetos y del cuerpo. (Portellano, 2005).

Área intraparietal anterior (Región parietal de alcance y agarre)


A esta área se le conoce como la región del agarre, se ubica en el banco lateral anterior
del surco (Grol, 2007). Cuando se manipulan o fijan objetos las células cerebrales de esta
área se activan (Buxbaum, 2003). Las neuronas que ese encuentran en esta área son
sensibles a la forma, el tamaño y la orientación de los objetos que se quieran tomar. El
área intraparietal anterior vela por la colocación y la acción de la mano (Tunik, 2005). Esta
área transmite señales para que se realicen los movimientos de los dedos y el brazo que
se usará para alcanzar y agarrar el objeto; en esta sección se integra información manual y
auditiva.
Área intraparietal ventral (Navegación en el espacio)
Se encuentra ubicada en las profundidades del SIP y cuenta con un mapa somatotópico
fundamental presente en casi toda la cabeza. Por ella entra información de las áreas que
procesan estímulos visuales de orden superior. Asimismo, recibe información del área
motora, somatosensorial, auditiva y vestibular (Lewis y Van Essen, 2006). Se reconoce al
movimiento de la persona y de las cosas para así coordinar los movimientos de la cabeza y
los ojos. Las células cerebrales de esta área se estimulan ante la dirección y velocidad de
los objetos que se ven en movimiento. También hay neuronas en el área intraparietal
ventral que son activadas cuando los ojos se mueven para buscar algo (Schlack, 2003).
Esta es una región que integra información recibida de las cortezas visual, vestibular y
auditiva (Schlack, 2002). En el área intraparietal ventral se lleva a cabo la planificación de
respuestas para que el cuerpo se mueva en el espacio que ocupa y evade los obstáculos.

Área intraparietal posterior (Análisis tridimensional)


Esta área ocupa el banco lateral del SIP cercano al lóbulo occipital, es posterior al área
intraparietal lateral (David Clark, Nash Boutros y Mario Mendez, 2012). Recibe
información visual y analiza detalles de objetos tridimensionales y texturas (Tsutsui, 2002).
Permite la existencia de recuerdos de corto plazo acerca de características generales de
un objeto que luego se pueden comparar con el objeto actual. Es en esta área donde se
integra información de las corrientes visuales dorsal y ventral. Las señales de esta área son
enviadas a la sección intraparietal anterior para que los dedos se muevan de manera
necesaria para tomar objetos (Grefkes y Fink, 2005).

Lóbulo parietal inferior


Se encuentra en el giro supramarginal y al giro angular (Zilles, 2003). De acuerdo con
estudios se ha encontrado que existe diferencias y asimetría entre el lóbulo parietal
inferior derecho y el izquierdo. Esta región cortical es una de las últimas en madurar. Esta
área se conecta con el lóbulo occipital y temporal por medio de fibras de asociación
cortas. La información táctil, propioceptiva y visual se integra en este lóbulo para
distinguir un objetivo (Aguirre y D´Esposito, 1997). En este lóbulo “todos los hechos se
almacenan y recuperan” (Bear, 1983). El lóbulo parietal inferior se activa cuando la
persona recuerda y reconoce información previa; su función es codificar e imitar
secuencias motoras. Según estudios realizados, se propone que áreas específicas en el LPI
se encargan de codificar diferentes tipos de secuencias. En este lóbulo se llevan a cabo
procesos empleados en aritmética y en la lectura.
Se ha descubierto que existe una pequeña diferencia entre el LPI de las mujeres al LPI de
los hombres (Frederikse, 1999). También se encontró un aumento en la materia gris del
giro supramarginal derecho en niños con autismo, lo que provoca dificultades en
comunicación, interacción social y comportamientos estereotipados (Brieber, 2007).

Patologías
Esquizofrenia
Es un trastorno del neurodesarrollo, que dura toda la vida y que afecta a la persona en
cómo piensa, siente y en su comportamiento. Existe la presencia de delirios,
alucinaciones, lenguaje o comportamiento desorganizado y capacidad cognitiva alterada.
Los pacientes con esquizofrenia presentan deficiencias en la atención, debido a la
corriente visual dorsal que ayuda en áreas del lóbulo parietal importantes en la atención,
siendo posible que exista un defecto en el sistema que causen las deficiencias
atencionales. Presentan además delirios de pasividad asociados a hiperactividad y la
reducción del volumen de la materia gris en el lóbulo parietal inferior. Se ha descubierto la
existencia de una inversión en el giro angular izquierdo normal mayor que el derecho,
regiones base del lenguaje, esto puede explicar los problemas de lenguaje y pensamiento
presentes en la esquizofrenia.
Las personas con mayor riesgo a la esquizofrenia muestran mayor activación en el lóbulo
parietal inferior y el surco intraparietal, siendo esta una acción compensatoria relacionada
con la atención de la tarea y la preparación de la respuesta. En los hombres al existir una
reducción de materia gris en el precúneo se observa un mayor aumento de materia gris en
el lóbulo parietal inferior derecho. El lóbulo parietal posterior y el precúneo se relacionan
con la diferencia entre el yo y los otros.
La esquizofrenia es relacionada con la red frontal-límbica-temporal-parietal de la cual
forma parte el lóbulo parietal inferior. Se presenta una asimetría entre el lóbulo parietal
inferior izquierdo en relación al derecho, siendo el derecho el más grande y es la corteza
tempoparietal izquierda que en menos tamaño se relaciona con las alucinaciones
auditivas.

Atención
Hay 3 redes de la atención que están relacionadas con la corteza parietal, siendo estas: 1)
red por omisión, que se activa durante el reposo, siendo la base de la divagación mental,
pensamientos espontáneos e introspectivos, permitiendo el recuerdo de sucesos pasados
y planear el futuro, esta red se suprime al activarse alguna de las otras dos redes, 2) red
de atención dorsal, se activa ante la presencia de estímulos externos importantes
ascendente o cuando se le pide al individuo que dirija la atención voluntariamente
descendente, su estructura se activa de forma bilateral comprendiendo el surco
intraparietal y la unión del surco precentral frontal y superior, y 3) red de atención ventral,
unión tempoparietal derecha y corteza frontal ventral derecha, al concentrarse la atención
la red dorsal se suprime para evitar el desvió de la atención, tanto la red de atención
ventral como la dorsal actúan en conjunto para enviar señales que permiten cambiar la
atención de un objeto a otro.

Negligencia espacial
Trastorno de la atención visual, que impide reconocer el lado opuesto del cuerpo, no hay
conciencia de la deficiencia, incapacidad de copia correcta de figuras simétricas simples,
relacionado el lóbulo parietal inferior en la unión temporoparietal, debido a la presencia
de un mapa de cuerpo contralateral en el izquierdo como un mapa ipsilateral, una lesión
en el hemisferio derecho genera la pérdida del mapa del lado izquierdo. Debido a que el
cerebro no puede localizar objetos del lado opuesto después de una lesión, no es posible
la atención a objetos.
Se relaciona con el lóbulo parietal inferior y la unión temporoparietal, que comprende la
materia blanca presente en las profundidades de la corteza, aunque puede darse al sufrir
daño en áreas como los subcorticales, lóbulo frontal y giro temporal superior. Se
correlaciona con lesiones de giros suspramarginales y postcentrales. Lesiones que afectan
las rutas de la materia gris entre la región temporoparietal y la corteza frontal causan
seminegligencias que pueden no ser negligencias, pero afectan la atención al cambiarla de
un objeto a otro.
Debido a que la red de atención ventral se localiza en el hemisferio derecho, perderla
puede inhibir la atención dirigida hacia el lado contrario de la lesión. La estimulación
vestibular calórica mejora elementos de la negligencia sensorial.
Los pacientes con negligencia espacial olvidan el hemiespacio contralateral a la lesión
cuando deben realizar varias tareas en el espacio. Esto es detectable por medio de la
conducta del paciente, como, por ejemplo, come solo de medio plato, lee la mitad de un
párrafo y escribe en la mitad de la hoja.

Ataxia óptica
Se presenta tras una lesión en el lado relacionado con la corriente de procesamiento
visual dorsal del lóbulo parietal superior posterior. Afecta en la capacidad para alcanzar y
tomar objetos con la mano contraria a el área de lesión, siendo inexactos sus movimientos
al usar la visión periférica, pero hay mayor exactitud con la visión foreveal, su
recuperación conlleva la interacción entre la corriente visual dorsal dañada y la corriente
visual ventral intacta, estando estas interrelacionadas.
Holmes y Horax consideran la ataxia óptica como alteración oculomotora secundaria a la
incapacidad de orientarse y localizar los objetos en el espacio de forma correcta.

Apraxia
Es el resultado de lesiones o daños cerebrales. Lo que impide la apraxia es que no pueda
generar ni enviar instrucciones sobre movimiento al cuerpo, no responde. Para
ejemplificar la apraxia podemos utilizar el ejemplo: cuando una persona le ordenaba a
otra mover los ojos de arriba hacia abajo, la persona que recibía las ordenes no lo podía
hacer, ya que sufría el tipo de apraxia oculomotora.

Síndrome de Gerstman
Este síndrome surge en 1924 cuando Getsman descubrió el caso de una mujer de 52 que
sufrió un accidente cerebrovascular, la misma sufría la incapacidad de reconocer sus
propios dedos, así es como se presentan los síntomas de la enfermedad. El síndrome de
Getsman es una enfermedad neurológica que le impide al paciente el reconocimiento
pantomímico, pueden surgir confusiones como izquierda-derecha, dificultad en nombrar
los dedos, dificultad para la escritura, dificultad con los números.

Sindrome de Balint
Este trastorno simula a la visión del paciente como en un túnel, no le permite tener
visibilidad de toda parte visual, sino se centra y enfoca específicamente solo en un punto.
Una de las causas de este trastorno en el daño en el área del lóbulo occipital.

Otras consideraciones
Los pacientes con lesiones en los lóbulos parietales pueden manifestar una inconsistencia
en el desempeño de tareas asignadas. Una lesión que afecte al lóbulo parietal no
dominante puede producir una deficiencia en el procesamiento del componente no
sintáctico del lenguaje, los pacientes no comprenden el mensaje transmitido por otra
persona.
Conclusiones
 El lóbulo parietal se encuentra ubicado entre otras áreas de la corteza cerebral,
como lo son el lóbulo frontal y el lóbulo occipital, la Cisura de Silvio le divide del
lóbulo temporal; su parte interna se limita por la circunvolución cingular, se
encuentra dividida su superficie por diversas zonas que pertenecen a la corteza
somatosensorial asociativa. Cada área del lóbulo parietal tiene un lugar físico
específico protegido por el hueso craneal homónimo; en las investigaciones y
estudios que se ha realizado se consigue comprender de mejor manera la
estructura del cerebro humano para así continuar en la labor de descubrir la
función de cada área del mismo.

 El lóbulo parietal dentro de sus funciones no solo se encarga de percibir los


estímulos e información somatosensoriales de diferentes sentidos e integrarlo con
la memoria y percepciones sensoriales aferentes generando reconocimiento de las
partes del cuerpo propio, el de otros y el entorno, también contribuyen en la
atención, el mapa mental de referencia y la conciencia. También juega un papel
importante en la integración de información para construir una imagen coherente
del mundo para poder coordinar nuestros movimientos en respuesta a los objetos
de nuestro entorno.

 Una patología es el estado anormal de la vida, con base racional y médica, con
especialistas que tratan el estado anormal que se presente. Si nos enfocamos en
las patologías presentadas en el lóbulo parietal, nuestro paciente puede presentar
dificultades con el sistema locomotor, memoria, atención, etc. Alguna de las
principales patologías que se puede presentar en un paciente con una lesión en el
LP son las siguientes: Esquizofrenia, negligencia espacial, ataxia óptica, apraxia,
síndrome de Gerstmann o Balint, etc, las patologías ubicada en el LP implican
examinar la causa de la enfermedad, el efecto que esta tiene y el procedimiento
correcto para tratarla, como por ejemplo: si el paciente presenta una apraxia del
habla es necesario intervenir con terapia del lenguaje para lograr desarrollar la
habilidad.
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