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Guía Procesal Civil, 31/01/ 2020

TEMA Nº 1
EJECUCIÓN DE LA SENTENCIA.- NOCIONES GENERALES
FALLO: Es la resolución o pronunciamiento definitivo en una causa, que dicta un juez
o tribunal.
SENTENCIA DEFINITIVA: La sentencia Interlocutoria se diferencia de la
sentencia DEFINITIVA, en virtud que al declarar con lugar la demanda y condenar al
pago de una suma de dinero, estamos en presencia de una definitiva de CONDENA, y
para robustecer este criterio conviene asentar de inmediato criterios doctrinales y
jurisprudenciales que pueden ayudar a comprender mejor el asunto: Veamos primero la
doctrina autoral extranjera al definir la sentencia, y en especial la Interlocutoria:
GIUSEPPE CHIOVENDA (Instituciones de Derecho Procesal Civil, Tomo III,
asienta… Omissis conceptualmente, SENTENCIA es el pronunciamiento sobre la
demanda de fondo, o más precisamente la resolución del Juez que afirma existente o
inexistente la voluntad concreta de la ley deducida en juicio. Una sentencia
interlocutoria puede resolver un punto que no vaya al fondo. La doctrina autoral patria.
ARISTIDES RENGEL ROMBERG (Tratado de Derecho Civil Venezolano), la
sentencia interlocutoria, es la que se dicta en el curso del proceso, para resolver
cuestiones incidentales.-
Además de los criterios de la doctrina autoral expresada por los autores antes,
señalados, entre otros, y la jurisprudencial también supra indicada, está Alzada a mayor
abundamiento considera explanar, la definición del diccionario Jurídico Usual Tomo
VII de CABANELLAS, define a la SENTENCIA DEFINITIVA: Del verbo definirse,
terminar, es aquella según Caravantes, por la cual el juez resuelve terminar el proceso,
la que con vista de todo lo alegado y probado por los litigante sobre el negocio
principal, pone fin a la controversia suscitada ante el Juzgador.-
El mismo Diccionario define la SENTENCIA INTERLOCUTORIA, ASÍ. Del latin
inter y locutio, mientras se habla o discute, o decisión intermedia.
Según Caravantes, la que pronuncia el Juez en el transcurso del pleito, entre su principio
y fin, sobre algún incidente o artículo de previo pronunciamiento, para preparar la
sentencia definitiva.-
Es la decisión que hace un Juez por litigio pendiente. La Nulidad no es declarable de
oficio, debe ser alegada por las partes mediante la apelación. A los efectos de apelación
el lapso para intentar el recurso comienza a contarse desde el siguiente día de su
publicación.
SENTENCIA DEFINITIVA FIRME: Es aquella calidad o condición que adquiere la
sentencia judicial cuando contra ella no proceden recursos legales que autoricen su
revisión.
SENTENCIA EJECUTORIADA: Mediante la cual el tribunal ordena a solicitud del
Beneficiario la ejecución de la Sentencia
SENTENCIA EJECUTADA o FALLO EJECUTADO: Es aquella que se ha
cumplido por organismo jurisdiccional competente. Es aquel que ha sido cumplido por
virtud de la ejecución judicial efectuada en acatamiento a lo ordenado por el dispositivo
del fallo y con apego al procedimiento legal.
EXPERTICIA COMPLEMENTARIA DEL FALLO: En la sentencia que se
condene a pagar frutos, intereses o daños se determinará la cantidad de ellos, y si el juez
no pudiere estimarla según las pruebas, dispondrá que esta estimación lo hagan los
peritos, con arreglo a lo establecido para el justiprecio de bienes ( ART 249 CPC)
TUTELA JUDICIAL EFECTIVA: Es la protección que da el Estado a través del
órgano jurisdiccional para que se aplique el debido proceso, se respeten los lapsos y las
fechas sean ejecutables; la posibilidad cierta de que las partes vean concretado los
derechos que les han sido reconocidos por los órganos jurisdiccionales. (ART 26
CRBV)
EJECUCIÓN DE LA SENTENCIA. COMPETENCIA (Art. 523 CPC)
JUEZ COMPETENTE PARA LA EJECUCIÓN DE LA SENTENCIA.
La ejecución de un fallo judicial se presenta una primera etapa en la cual se le da
oportunidad al condenado para que en forma voluntaria cumpla con su obligación y,
solo en el supuesto de incumplimiento, se procede a la fase de la ejecución forzada, en
donde el Juez ejecuta las medidas necesarias para garantizar la satisfacción de aquel que
ha sido beneficiado por un fallo judicial siempre en los límites de lo sentenciado. Esto
es que, una vez iniciada la fase de ejecución y practicada la Medida de Embargo
ejecutivo, por ningún concepto el ejecutante debe ser negligente o desidioso en llevar
adelante e impulsar los subsiguientes actos de ejecución. En definitiva, el artículo 547
indica que debe haber actividad en el expediente llevando adelante la ejecución de la
sentencia, una vez que se haya practicado el embargo ejecutivo, esas actividades como
todos las conocemos están referidas al avalúo o justiprecio de los bienes embargados, el
nombramiento de los respectivos expertos, publicación de carteles de remate, subasta de
los bienes y el remate de los mimos. Todos estos actos procesales de la ejecución los
encontramos desde el artículo 523 del Código de Procedimiento Civil consecutivamente
al 584 eiusdem
La jurisdicción en sentido procesal, desde la instauración del juicio hasta su conclusión
por la sentencia definitiva, entendida como actividad del Estado dirigida a resolver
conflictos intersubjetivos, aparece limitada a través de la competencia, que se determina
por razón del territorio, la materia y la cuantía. Conforme a tales elementos, el
conocimiento del juicio corresponderá a determinados tribunales, a los cuales se
atribuye la competencia, cuyo desconocimiento o impugnación deberá formularse en la
etapa de cognición, ya no podrá impugnarse la misma por vicios de incompetencia del
tribunal que haya conocido.
Llegada la fase de ejecución de la sentencia, ya no podrá discutirse la competencia
territorial, por la materia o la cuantía, para determinar a cuál tribunal corresponde la
ejecución, pues permitirlo sería retrotraer el proceso a la etapa cognoscitiva y a la
discusión que debió plantearse en tal fase del proceso jurisdiccional, Es preciso el
artículo 523 del Código de Procedimiento Civil al señalar cuál resulta ser el tribunal
competente para la ejecución de la sentencia, estableciendo al efecto:

1. Que la ejecución de la sentencia o de cualquier otro acto que tenga fuerza de tal,
corresponderá al tribunal que haya conocido la causa en primera instancia…
QUIEN DEBE SOLICITAR LA EJECUCIÓN DE LA SENTENCIA.
Según el criterio plasmado y mantenido en forma inveterada, diuturna y pacifica en la
Jurisprudencia patria, tal como lo enseña Sentencia Nº 30 de SALA DE CASACIÓN
CIVIL del Tribunal Supremo de Justicia, dictada en el Expediente Nº 00-967,
en fecha 24/01/2002:
“…Se denuncia la falta de aplicación del artículo 524 del Código de
Procedimiento Civil, en vista de que el fallo adjudica el derecho a solicitar la
ejecución de la transacción que puso fin al presente juicio a los árbitros, en lugar de
declarar que ése derecho corresponde a las partes de conformidad con lo previsto en la
norma cuya infracción se delata.
La recurrida en su parte pertinente expresa:
“...Igualmente considera este Tribunal que la transacción celebrada entre las partes en
fecha 05/03/98, no puede en modo alguno ser objeto de ejecución, en virtud de que los
únicos que podrían pedir la ejecución de ella son los Arbitros designados al efecto, si
consideramos que si han cumplido con las obligaciones contenidas en dicha
transacción, por lo que mal podría el Tribunal a-quo declarar la ejecución de una
transacción cuyo deber y conocimiento le es dado únicamente a los Arbitros
designados, y, ASI SE DECIDE...”.
El artículo 524 ejusdem acusado de infracción, dispone:
“...Cuando la sentencia haya quedado definitivamente firme, el Tribunal, a petición de
la parte interesada, pondrá un decreto ordenando su ejecución...”.
La norma transcrita asigna el derecho a solicitar la ejecución de una sentencia u
otro acto con fuerza de cosa juzgada a “la parte interesada”. Tal regulación refleja el
uniforme criterio doctrinario, acogido por nuestro sistema procesal civil, conforme
al cual, el derecho a solicitar la ejecución de un acto con fuerza de cosa juzgada es
extensión del derecho a accionar y, en este sentido, está sujeto al mismo principio de
legitimación que gobierna la proposición de la acción.
Así, en la exposición de motivos de nuestro Código de Procedimiento Civil, indica:
“...Mediante el sistema que se mantiene, la ejecución no es objeto de una nueva
acción (actio iudicati), como en otros derechos, ni da origen a una nueva relación
jurídica procesal, sino que constituye el desenvolvimiento final de la única relación
jurídica procesal que se constituye entre las partes desde el momento mismo en que la
demanda judicial es notificada al demandado...".
Por otra parte, en relación con el alcance del concepto de legitimación para actuar
es la opinión del profesor Piero Calamandrei, la siguiente:
“...Se ha dicho, en general, que los órganos jurisdiccionales no proveen si no son
estimulados por un sujeto agente (nemo iudex sine actore: véase anteriormente, P. 31);
pero aquí, al hablar de los requisitos de la acción entendida como derecho a obtener
una providencia jurisdiccional favorable, se dice algo más: esto es que a fin de que el
juez provea en sentido favorable al solicitante, no basta que la demanda le sea
propuesta por una persona cualquiera, sino que es necesario que le sea presentada
precisamente por aquella persona que la ley considera como particularmente idónea
para estimular en aquel caso concreto la función jurisdiccional...”. (Piero Calamadrei.
Instituciones de Derecho Procesal Civil. Tomo I. Pág. 262.).
El maestro Eduardo Couture, a su vez, explica el derecho de petición en los siguientes
términos:
“...La acción, como forma típica del derecho de petición, asume formas variadas
dentro del proceso. Unas veces se apoya en el derecho para obtener una sentencia de
condena; otras en la sentencia para obtener la ejecución. Pero la unidad de contenido
es evidente; sólo difieren las formas. La jurisdicción abarca tanto el conocimiento
como la ejecución...”. (Eduardo Couture, Fundamentos del Derecho Procesal Civil,
pág. 443 yss.).
Es claro que la posibilidad de ejecución va unida junto con el derecho a accionar y por
tanto la legitimación para accionar implica la potestad para proceder con la ejecución,
y por ello los sujetos legitimados para ello serán los mismos que tienen concedido el
derecho de petición, y así, siendo que son las partes las titulares del derecho de
accionar, la ejecución les corresponde a ellas y no a otros sujetos…”
CLASIFICACION O MODALIDADES DE EJECUCION DE SENTENCIAS.
Doctrinariamente se ha formulado una clasificación de la ejecución forzada atendiendo
al momento de la ejecución, el título en que se funda y la singularidad o pluralidad de
los acreedores que podrán solicitarla, entre otros criterios, atendiendo al número de los
sujetos activos o pasivos de la ejecución se habla de dos tipos de ejecución:

1.- LA SINGULAR O INDIVIDUAL:


A la ejecución singular o individual se refiere la mayoría de las disposiciones del
Código de Procedimiento Civil relativas a la materia, siendo su característica
fundamental que a ella se procede a instancia de un solo acreedor para la satisfacción de
su crédito y recae sobre uno o más bienes del ejecutado. Doctrinariamente se distinguen
los siguientes tipos:
a) Ejecución específica o no dineraria: se refieren a las previsiones contempladas en
los artículos 528, 529 y 530 del Código de Procedimiento Civil y se corresponde con la
ejecución de condenas de hacer, de no hacer o de entrega de cosas determinadas.
Según el procesalista Abdón Sánchez Noguera, en su obra `De la decisión de la causa y
la ejecución de sentencia, comentarios y anotaciones al Código de Procedimiento Civil´
en su segundo edición, respecto a esta especie de ejecución –cumplimientos de
obligaciones de hacer o no hacer- ha dicho lo siguiente;

“… se corresponde esta hipótesis de ejecución con lo dispuesto en los artículos 1266 y


1268 del Código Civil, que regulan los efectos de las obligaciones de dar, hacer o no
hacer. En tales casos, no debe olvidarse que al deudor ya se la ha fijado un plazo para
el cumplimiento de la obligación una vez que la sentencia haya quedado
definitivamente firme, conforme al artículo 524 y la ejecución forzosa de la sentencia
deriva precisamente del cumplimiento dentro de tal plazo, para lo cual el acreedor
ejecutante deberá solicitar al juez y éste acordar autorización para hacer ejecutar el
mismo la obligación que no fue cumplida por aquel o para destruir lo que el deudor
haya hecho en contravención a la obligación de no hacer. …puede sin embargo el
acreedor optar por una forma distinta de ejecución de la sentencia cuando el
cumplimiento de la obligación o la destrucción de lo hecho, en contravención de la
obligación no sea conveniente para el, o porque la naturaleza de la obligación no
permita la ejecución en especie o la misma se hiciere demasiado oneroso. En tales
casos deberá entonces abstenerse de solicitar la autorización de que trata el
encabezamiento de artículo 529 y pedir en su lugar que se proceda a la determinación
del crédito en una cantidad de dinero para luego proceder a la ejecución como si se
tratara de la ejecución prevista en el artículo 527. Para la determinación del crédito se
procederá entonces en la forma prevista en el artículo 527, que a su vez remite al
artículo 249, como ya se indicó al comentar tal artículo…”
“… En las ejecuciones de hacer o de no hacer pareciera que el mandamiento de
ejecución no fuera necesario y que la autorización que otorga el Tribunal al acreedor
ejecutante bastará por si misma para que este procediera a la ejecución de la
obligación o a la destrucción de lo hecho en contravención a la obligación de no hacer,
más puede ocurrir que al proceder el acreedor a la ejecución o a la destrucción de lo
que corresponda, encuentre oposición del deudor que imposibilite tal ejecución y se
hará necesario entonces que ese acreedor encuentre amparo en un mandamiento de
ejecución para que pueda ejercer el derecho ejecutivo que se la acordado.
… tal mandamiento de ejecución deberá contener entontes la orden de ejecución de la
obligación o de destrucción de lo hecho en contravención a la obligación de no hacer,
facultándose para el uso de la fuerza pública si fuere necesario a fin de que el acreedor
por sus propios medios pueda dar cumplimiento a lo que se le hubiere autorizado
hacer…”
b) Ejecución dineraria: comprende la ejecución de condena al pago de cantidades de
dinero, sea que la sentencia misma haya determinado el pago de tales cantidades o que
se proceda conforme a la misma como sustitutiva del cumplimiento específico de una
condena no dineraria ante su imposibilidad de cumplimiento.
c) Expropiación: a ella se refiere el artículo 527 del Código de Procedimiento Civil y
supone la obligación del ejecutado de pagar al ejecutante una cantidad líquida de dinero,
mediante el remate de bienes de su propiedad; con el acto de remate se consuma
materialmente la expropiación judicial, se transmite la titularidad del bien rematado al
adjudicatario.
2.- EJECUCIÓN COLECTIVA, CONCURSAL O UNIVERSAL:
Se diferencia de la anterior:

a) por la diversidad de presupuestos, objetivos y subjetivos como son: el estado de


insolvencia del ejecutado y la calidad de comerciante del ejecutante y del ejecutado;

b) por la pluralidad de sujetos que la promueven, como son los acreedores del
ejecutado;

c) por la paridad, en igualdad de condiciones, de una pluralidad también de derechos de


crédito; y,

d) por los bienes sobre los cuales recae, ya que mientras la ejecución colectiva será
sobre la totalidad o universalidad de los bienes del deudor ejecutado.
De acuerdo a las modalidades de ejecución previstas en el Código de
Procedimiento Civil que regulan la ejecución forzosa se derivan una clasificación
atendiendo al tipo de condena que haya recaído.
1. Ejecución por el pago de una cantidad de dinero: está prevista en el artículo 527
del Código de Procedimiento Civil, con esta forma de ejecución, el ejecutante obtiene la
satisfacción del crédito determinado y liquidado en la sentencia mediante la
expropiación de bienes del ejecutado que realiza el juez ejecutor quien en nombre del
estado se subroga por aquel en el ejercicio del derecho de propiedad, para disponer del
mismo y ceder mediante el procedimiento de remate y venta al mejor postor en venta
pública. El ejecutante obtiene así la satisfacción pecuniaria.
Dos situaciones pueden presentarse cuando la condenatoria se refiere a cantidades de
dinero; la primera cuando se trate de cantidades líquidas, la segunda cuando las
cantidades no estén liquidadas.
a) si la sentencia hubiere condenado al pago de una cantidad líquida de dinero, la
ejecución se hará efectiva en forma inmediata mediante el libramiento del mandamiento
de ejecución para embargar bienes que sean propiedad del deudor que no excedan del
doble de la cantidad y costas por los cuales se siga la ejecución”.

b) Si la cantidad no estuviere líquida, deberá entonces el juez disponer que se practique


lo conveniente para que sea haga la liquidación, conforme a lo dispuesto en el artículo
249 del Código de Procedimiento Civil, esto es, que su estimación y determinación lo
hagan peritos con arreglo a lo establecido para el justiprecio de bienes de que trata los
artículos 556 y siguientes del mismo Código de Procedimiento Civil y una vez
verificada la liquidación se procederá entonces al embargo de bienes del deudor.

2. Ejecución por la entrega de una cosa mueble o inmueble:


Está prevista en el artículo 528 del Código de Procedimiento Civil:
Esta modalidad de la ejecución se cumplirá con la simple desposesión o despojo de la
cosa que haga el juez al ejecutado y la entrega de la misma al ejecutante titular de ella,
conforme a la sentencia, si se tratare de un inmueble se trasladará el juez al lugar donde
esté ubicada y efectuará la entrega con anuencia del deudor o haciendo uso de la fuerza
pública si fuere necesario si el deudor opusiere resistencia; y si se trata de cosas
muebles se trasladará el juez al lugar donde estuviere depositada o al lugar donde se
encuentre, procediendo a ocuparla para hacerle entrega al acreedor, independientemente
de que la misma se encuentre en poder del deudor o de un tercero, en virtud de esta
entrega, el acreedor readquiere la misma cosa que fue objeto de la pretensión, por lo que
no hallándosela, podrá el ejecutante solicitar la estimación de su valor para procederse a
la ejecución como si se tratara de cantidades de dinero.
3. Ejecución por el cumplimiento de obligaciones de hacer o no hacer:
Está previsto en el artículo 529 del Código de Procedimiento Civil y los supuestos que
allí se regulan corresponden a lo dispuesto en los artículos 1266 y 1268 del Código
Civil, que regulan los efectos de tales obligaciones.
En tales casos no ha de olvidarse que al deudor ya se le concedió un lapso para el
cumplimiento voluntario de la sentencia dentro del cual debió hacer o no hacer lo que la
misma hubiera dispuesto, derivando la ejecución forzosa del incumplimiento voluntario,
para lo cual el ejecutante deberá solicitar al juez y éste acordar autorización para hacer
ejecutar el mismo la obligación no cumplida por aquel, o para destruir lo que el deudor
haya hecho en contravención a la obligación de no hacer, siendo por cuenta del
ejecutado los gastos que se ocasionen con motivo de la ejecución. Pero, ante la
imposibilidad de la ejecución de la obligación en especie porque la misma sea
demasiado onerosa o resulte inconveniente para el ejecutante, podrá pedir que se
proceda a la determinación del crédito en una cantidad líquida de dinero para luego
proceder a su ejecución conforme a lo previsto en el artículo 527 del Código de
Procedimiento Civil, determinación que se hará conforme a lo previsto en el artículo
294 eiusdem.
4. Ejecución por el cumplimiento de obligaciones alternativas.
Esta prevista en el artículo 530 del Código de Procedimiento Civil. En este caso se
puede señalar que vencido el lapso de cumplimiento voluntario de la sentencia, cesa
para el ejecutado el derecho a elegir la entrega de las cosas que alternativamente hubiere
sido condenado a entregar, naciendo a favor del acreedor ejecutante el derecho a elegir
cuál de las cosas debe ser la que se le entregue, lo que se cumplirá conforme al
procedimiento previsto en el artículo 528 del Código de Procedimiento Civil.
Si las cosas que deben ser entregadas perecen, se procederá conforme a lo previsto en
los artículo 1218 y 1219 del Código Civil, esto es que si al momento de la ejecución “
una sola de las cosas prometidas alternativamente subsiste”, o “cuando una sola de las
cosas prometidas alternativamente pueden ser objeto de obligaciones”, la obligación y
por ende la ejecución, se convertirán en la obligación pura y simple de entregar la cosa
que no hubiere perecido, sin que pueda liberarse el dedor de la ejecución ofreciendo
pagar el valor de la cosa en lugar de su entrega.
Si todas las cosas hubieren perecido, el deudor entonces deberá pagar el precio de la
última cosa que pereció; precio que no determinando la norma la forma como ha de
establecerse, se procederá como lo establece el artículo 528 del Código de
Procedimiento Civil, para la estimación de la cosa mueble que no pudiere ser habida,
esto es con arreglo a lo previsto en el artículo 249 eiusdem y en caso de que el deudor,
no pague el precio así determinado, se procederá como si se tratara de la ejecución de
condena de pago de cantidades líquidas de dinero que regula el artículo 527 del Código
de Procedimiento Civil.

5. Ejecución para el cumplimiento de contratos:


Esta prevista en el artículo 531 del Código de Procedimiento Civil y tal dispositivo legal
prevé dos supuestos:
a) Cuando la sentencia declara que una de las partes no ha cumplido con su obligación
en tal caso si ello es posible y no resulta excluido por el contrato (por convenio de las
partes o por imposibilidad en razón de su propia naturaleza), la sentencia bastará por si
misma para agotar la ejecución, produciendo el efecto de aquella que se correspondan
con la acción mero declarativa o declarativa de certeza, al producir los efectos de
contrato no cumplido con lo cual se tendría como no celebrado el contrato, quedando a
salvo el derecho del ejecutante de continuar la ejecución por la costas si a ellas se
hubiere condenado el ejecutado.
b) Cuando la sentencia tuviere por objeto contratos que tienen por objeto la
transferencia de la propiedad de una cosa determinada, o la constitución o transferencia
de otro derecho, su ejecución queda sometida a la condición de que exista constancia
auténtica en autos del cumplimiento de sus obligaciones por parte del ejecutante, por lo
que no existiendo no podrá procederse a la ejecución; y si existiere, la sentencia bastará
por si sola y servirá por ella misma de título traslativo o constitutivo del derecho que ha
declarado.
EFECTOS DE LA SENTENCIA (Arts. 272 y 273CPC)

1. Cosa Juzgada: Material; y, Formal


2. Costas
Ningún Juez podrá volver a decidir la controversia ya decidida por una sentencia, a
menos que haya recurso contra ella o que la ley expresamente lo permita.
La sentencia definitivamente firme es ley de las partes en los límites de la controversia
decidida y es vinculante en todo proceso futuro.
NECESIDAD DE LA INTERVENCIÓN JUDICIAL. CONCEPTO
Para que exista ejecución de sentencia debe haber intervención judicial. El Estado a
través de los órganos expresamente creados para tal fin, administra justicia por encima y
en contra de la voluntad de los particulares.
ACTIO JUDICATI
Por Actio Judicati se entiende la acción de lo juzgado y sentenciado y concretamente,
consiste en aquella particular acción que corresponde al actor victorioso de la litis para
provocar la realización, la actuación material del derecho que el actor le ha sido
reconocido en la sentencia. Esta actio judicati, y en relación a su naturaleza, fundada
como está en la sentencia o en el título a ella equivalente, es distinta y diferente de la
acción inicialmente propuesta cuyo origen fue la relación jurídica material, la relación
jurídica sustancial deducida en juicio que quedó agotada con el pronunciamiento
judicial que la declaró con lugar.
Es la acción de cumplir con lo ordenado por el fallo. Es la acción de lo juzgado, de lo
sentenciado, que entra a mi patrimonio por haberme sido reconocido ese derecho.
PRESCRIPCIÓN DE LA ACTIO JUDICATI
Nuestro ordenamiento jurídico en su Código Adjetivo regula lo relativo a la perención
de la instancia en el artículo 267 del Código de Procedimiento Civil, que establece:
“Toda instancia se extingue por el transcurso de un año sin haberse ejecutado ningún
acto de procedimiento por las partes. La inactividad de Juez después de vista la causa
no producirá la perención…”
Según se desprende de la norma transcrita, después de vista la causa (LAPSO DE
SENTENCIA O EJECUCIÓN DE SENTENCIA), no hay perención; Así lo ha
ratificado, la Sala Constitucional del Máximo Tribunal en sentencia de fecha 23 de
septiembre del año 2002, en la que expresamente ha indicado que en la fase ejecutoria
no puede haber perención de la instancia, sino prescripción de la actio judicati, tal
como lo contempla El artículo 1977 eiusdem, que regula la prescripción de la ejecutoria
en los siguientes términos:
“Todas las acciones reales se prescriben por veinte años y las personales por diez, sin
que pueda oponerse a la prescripción la falta de título ni de buena fe, y salvo
disposición contraria a la Ley.
La acción que nace de una ejecutoria se prescribe a los veinte años, y el derecho de
hacer uso de la vía ejecutoria se prescribe por diez” (resaltado mío).
La prescripción en este caso es de 20 años por ser considerada una acción netamente
real. No se puede alegar la prescripción del instrumento con que me están demandando,
porque eso quedó en la sentencia, estamos hablando es de la acción de la ejecución que
nació de una sentencia o otras figuras jurídicas que aparejan a la sentencia
definitivamente firme (carácter de cosa juzgada).
FIGURAS JURÍDICAS QUE APAREJAN EJECUCIÓN. AUTOCOMPOSICIÓN
PROCESAL (Art. 525 CPC)
Las partes podrán de mutuo acuerdo que conste en autos, suspender la ejecución por un
tiempo que determinarán con exactitud, así como también realizar actos de composición
voluntaria con respecto al cumplimiento de la sentencia: CONCILIACIÓN (257 CPC);
CONVENIMIENTO (Art. 263 CPC), TRANSACCIÓN (Arts. 255, 256 CPC);
DESISTIMIENTO (Art. 263 CPC)

Al respecto con la idea de darle mayo9r inteligencia a este material, me refiero a


Sentencias y autos que aparejan ejecución:
El artículos 523 del Código de Procedimiento Civil comienza señalando que “la
ejecución de la sentencia o de cualquier otro acto que tenga fuerza de tal…”, con lo
cual está precisando que no solo las sentencia definitivas que toquen al fondo del asunto
controvertido en el proceso serán susceptibles de ejecución, pues existen otros autos y
determinaciones judiciales, que sin constituir sentencia de fondo, pueden también ser
objeto de ejecución.
Dentro de esta categoría y asimilándose a las sentencia definitivas se incluyen
los MODOS ANORMALES DE TERMINACIÓN DEL PROCESO; como son la
transacción, el convenimiento, el desistimiento la conciliación y demás actos que
ponen fin al juicio y determinan su cumplimiento, sin que se haya dado
cumplimiento a las mismas, podrá el acreedor acudir a la vía ejecutiva e iniciar los
trámites de la ejecución como si se tratara de la ejecución de una sentencia…”.
(ABDON SANCHEZ NOGUERA. MANUAL DE PROCEDIMIENTOS ESPECIALES
CONTENCIOSOS. EDICIONES PAREDES. De lo precedentemente expuesto se
concluye lo siguiente:
1) El proceso de cognición se inicia con la demanda y concluye con la sentencia o
mediante un acto de autocomposición –transacción, convenimiento, conciliación,
desistimiento-.
2) Llegada la fase de ejecución de la sentencia, ya no podrá discutirse la competencia
territorial, por la materia o la cuantía, para determinar a cuál tribunal corresponde la
ejecución, pues permitirlo sería retrotraer el proceso a la etapa cognoscitiva y a la
discusión que debió plantearse en tal fase del proceso jurisdiccional.
3) El artículos 523 del Código de Procedimiento Civil precisa que no sólo las sentencia
definitivas que toquen al fondo del asunto controvertido en el proceso serán susceptibles
de ejecución, pues existen otros autos y determinaciones judiciales, que sin constituir
sentencia de fondo, pueden también ser objeto de ejecución, como lo son los modos
anormales de terminación del proceso; la transacción, el convenimiento, el desistimiento
la conciliación y demás actos que ponen fin al juicio y determinan su cumplimiento.
Aunque, la doctrina actual mayormente aceptada, las únicas sentencias susceptibles de
ejecución son las denominadas “de condena”; mientras que las llamadas sentencias
mero-declarativas y constitutivas no aparejan ejecución. En este mismo sentido, se ha
dicho que el mandato contenido en la Ley civil sustantiva, por ejemplo, consistente en
la inserción de los fallos definitivamente firmes recaídos en los juicios sobre estado civil
y capacidad de las personas, en los Libros correspondientes del estado civil, por los
funcionarios encargados de tales registros, no puede considerarse ni siquiera como una
ejecución impropia. Ergo, conforme al criterio doctrinario imperante, en el presente
procedimiento, en el cual ha recaído sentencia definitivamente firme, declarativa de la
disolución del vínculo matrimonial, no hay ejecución que decretar por el Órgano
Jurisdiccional, con la salvedad de que la Inserción de la aludida resolución Judicial de
fecha 20 de Junio de 2008, en los Libros respectivos llevados por el funcionario que
presenció el matrimonio aquí disuelto y por el Registrador Principal competente, fue ya
ordenada por el Tribunal en el mismo texto de la sentencia, con fundamento en lo
dispuesto en los artículos 506 y 507 del Código Civil.
Ahora bien, con firme intención que ustedes se documenten de situaciones
jurídicas relacionadas con el tema trascribo parcialmente decisión de la SALA
CONSTITUCIONAL del Tribunal Supremo de Justicia, dictada en el Exp. n° 02-
3065, de fecha 06 días del mes de octubre dos mil tres, Magistrado-Ponente: JOSÉ
MANUEL DELGADO OCANDO
“…Conoce esta Sala como tribunal de alzada, de la tutela constitucional
invocada por la apoderada judicial de la sociedad Editorial Diario de Los Andes C.A.
contra el Juzgado Segundo de Primera Instancia del Trabajo y Agrario de la
Circunscripción Judicial del Estado Táchira, por la presunta violación de los derechos
al debido proceso, a la defensa y a la igualdad de las partes.
El juez a quo declaró parcialmente con lugar el amparo propuesto, tras
determinar que mediante el mismo se impugnó la sentencia dictada por el tribunal
accionado el 6 de agosto de 2002 y las actuaciones procesales posteriores, y constatar
la violación del debido proceso, al omitirse la fijación de un lapso para el cumplimiento
voluntario de dicha decisión.
Ahora bien, contrariamente a lo indicado por el sentenciador en el fallo consultado,
esta Sala observa que el objeto del amparo incoado no se limita a la decisión del 6 de
agosto de 2002 y las actuaciones ulteriores, sino que comprende todos los actos
procesales practicados después de emitirse, el 30 de mayo de ese año, el auto de
homologación del convenimiento en la demanda, razón por la cual, la presunta
agraviada solicitó se ordenara reponer la causa a ese estado, para permitir la
ejecución del convenimiento.
En este orden de ideas, se aprecia que la apoderada judicial de la accionante
consideró que, una vez homologado el antedicho medio de autocomposición procesal,
el juez debió notificarla del auto de homologación, para luego fijar la oportunidad para
la ejecución voluntaria del mismo, a instancia de parte; sin embargo, el tribunal omitió
tal actuación, así como oficiar “lo conducente” a la parte demandada, de acuerdo con
lo señalado en el auto de homologación.

Al respecto, se observa que al haber convenimiento en la demanda por parte


de sujeto pasivo de la pretensión, la controversia jurídica queda resuelta, de ahí el
carácter autocompositivo del acto unilateral in commento; en consecuencia, una vez
que el juez lo homologa “se procederá como en sentencia pasada en autoridad de
cosa juzgada”, tal y como lo establece el artículo 263 del Código de Procedimiento
Civil.
Ciertamente, “equivalen a las sentencias definitivamente firmes y aparejan,
por tanto, ejecución como ellas, las transacciones judiciales y desde luego los actos de
conciliación, el convenio en la demanda y el desistimiento” (Arminio
Borjas. Comentarios al Código de Procedimiento Civil Venezolano, Tomo IV, cuarta
edición. Librería Caracas, Piñango, 1973, p. 247). Sin embargo, es necesario
determinar la forma en que debe ejecutarse la sentencia en casos como el de autos.
(Negrillas mía)
Con respecto a lo anterior, la doctrina patria sostiene que el artículo 524 del
Código de Procedimiento Civil “no extiende a la autocomposición, a los modos
anormales de terminación del proceso, el trámite de poner en estado de ejecución y
conceder un plazo de cumplimiento; lo cual significa que en el caso de la transacción,
la conciliación y el convenimiento se puede propender a la ejecución inmediatamente,
tan pronto sea exigible el crédito reconocido o constituido en el acuerdo o
convenio” (Henríquez La Roche, Ricardo. Código de Procedimiento Civil, Tomo IV.
Caracas, Centro de Estudios Jurídicos del Zulia, 1997, p. 77). No obstante y sin negar
la posibilidad de ejecutar inmediatamente el convenimiento en la demanda, una vez que
sea homologado por el juez, esta Sala ha sostenido en reiteradas oportunidades
(sentencias núms. 980/2003 del 30 de abril y 2609/2002 del 23 de octubre, entre otras)
la necesidad de instar, en un primer momento, a la ejecución voluntaria, y, si ello no es
posible, decretar el cumplimiento forzoso.…”
PRESUPUESTOS DE LA EJECUCIÓN.
La Ejecución para su realización requiere la presencia de determinados presupuestos:
El derecho a la ejecución, es preciso señalar que ningún sentido tendrá el proceso como
institución si, una vez lograda una sentencia favorable sobre el fondo, no se
estableciesen los instrumentos necesarios para que ésta tuviese plena efectividad
práctica; de otra manera la jurisdicción carecería totalmente de razón de ser. Además,
este derecho exige por parte de los órganos judiciales el mejor uso posible de los
mecanismos que la ley establece, ya que de nada sirven unas buenas herramientas si no
son usadas correctamente.
El derecho a que se respeten y ejecuten las resoluciones judiciales firmes en sus propios
términos no ínsitas a ellas. Este derecho sin la tutela judicial se vería reducido a
producir decisiones puramente declarativas que no ampararían los intereses de quienes
la impetrasen. Y ciertamente, la ejecución ha de hacerse en los propios términos de la
parte dispositiva de la resolución a ejercitar, pues lo contrario supondría igual fraude al
derecho a la tutela judicial efectiva, causando indefensión a la parte que se viera
perjudicada por semejante modificación.
Entonces, conviene formularse la siguiente interrogante: ¿cuáles son los Presupuestos
de la ejecución?
La Doctrina patria distingue lo siguiente:
1.- La existencia de un título ejecutivo o Presencia de una sentencia que apareje
ejecución.
Constituido por una sentencia definitiva y firme, contra la cual se haya agotado o no se
hayan interpuesto oportunamente los recursos que contra ella concede la ley, lo que
permite a la misma, adquirir el carácter de cosa juzgada y por ello no sometido a
cambios o modificaciones.

2.- Una instancia ejecutiva, es decir, Presencia o exigencia de la ACTIO JUDICATI.


El acreedor tiene la facultad de hacer efectivo el cumplimiento de la condena contenida
en la sentencia, sobre el patrimonio del deudor; pero si no hay la instancia de la
ejecución, no podrá procederse a la misma. Esa instancia de parte supone tanto el
requerimiento para el cumplimiento voluntario, como para la ejecución forzosa cuando
aquel no se ha producido.

3.- Un patrimonio ejecutable o sea Existencia de bienes sobre los cuales debe
recaer la ejecución.
Sin patrimonio ejecutable no hay posibilidad de ejecución de la sentencia. El ejecutado
no podrá cumplir ni voluntaria ni forzosamente la sentencia si carece de patrimonio que
sea factible de ejecutar, distinguiendo que existen también otras categorías de sentencia,
como las declarativas y las constitutivas de estado, que agotan la ejecución con el solo
pronunciamiento.
4.- Inejecución voluntaria del fallo por parte del deudor

A manera de corolario, amplío la temática sobre PRESUPUESTOS DE LA


EJECUCIÓN
En el artículo 529 del Código de Procedimiento Civil, Tal como es evidente, el referido
artículo se encuentra contemplado entre las normas generales que rigen la Ejecución de
la Sentencia, y al respecto el destacado autor, Abdón Sánchez Noguera en su obra
MANUAL DE PROCEDIMIENTOS ESPECIALES CONTENCIOSOS, respecto de la
Ejecución de Sentencia, nos enseña: “El Proceso de cognición se inicia con la demanda
y concluye con la sentencia o mediante un auto de composición-transacción,
convenimiento, desistimiento. Al producirse la sentencia de fondo, sin que la parte
contra quien obre el mandato contenido en la misma ejerza los recursos ordinarios o
extraordinarios que le concede la ley, o cuando habiéndolos ejercido no hubieren
enervado los efectos del fallo, la sentencia alcanza ejecutoriedad y por ello procede su
ejecución. No obstante, llegado tal estado, la sentencia sólo será ejecutable una vez que
el interesado lo solicite, y sólo a partir de ese momento el fallo entra en la etapa de
ejecución propiamente dicha…”. Y particularmente, refiriéndose a los Presupuestos de
la Ejecución, señala: “1.La existencia de un título ejecutivo: constituido por una
sentencia definitiva y firme, contra la cual se hayan agotado o no se hayan interpuesto
oportunamente los recursos que contra ella concede la Ley, lo que permite a la misma
adquirir el carácter de cosa juzgada y por ello no sometida a cambios o modificaciones-
nulla executio sine titulo-.Así deriva del contenido del artículo 1.930 del Código Civil,
en concordancia con el artículo 524 del Código de Procedimiento Civil al establecer que
“ cuando la sentencia haya quedado definitivamente firme, el Tribunal a petición de
parte interesada pondrá un decreto ordenando su ejecución”.”
Los Presupuestos Procesales según Calamandrei, citado por el Dr. Rodrigo Rivera
Morales en su trabajo PRESUPUESTOS PROCESALES Y CONDICIONES DE LA
ACCIÓN EN EL PROCESO CIVIL. ACTUALIDAD DE DOS CONCEPTOS
FUNDAMENTALES, expone: “Los presupuestos procesales son los requisitos
necesarios para que pueda constituirse un proceso válido, o una relación procesal
válida. También lo dice que son las “condiciones que deben existir a fin de que pueda
tenerse un pronunciamiento cualquiera, favorable o desfavorable, sobre la demanda,
esto es, a fin de que se concrete el poder-deber del juez de proveer sobre el mérito”.”
En este orden de ideas, nuestro destacado doctrinario José Angel Balzán, en su libro De
la Ejecución de la Sentencia de los Juicios Ejecutivos de los Procedimientos Especiales
Contenciosos, al referirse a los Presupuestos de la Ejecución, nos indica: “La ejecución
para su realización requiere de la presencia de determinados presupuestos, a saber:
¡)Presencia de un Título que apareje ejecución; 2)Presencia o exigencia de la actio
judicati; 3)Existencia de bienes sobre los cuales deba recaer la ejecución, y
4)Inejecución voluntaria del fallo por parte del deudor condenado en la sentencia...”
DECRETO DE EJECUCIÓN: EJECUCION VOLUNTARIA (Art. 524
CPC). Cuando la sentencia haya quedado definitivamente firme, el Tribunal, a petición
de la parte interesada, ordenará su ejecución por medio de un decreto.
En dicho decreto el Tribunal fijará un lapso que no será menor de tres días ni mayor de
diez, para que el deudor efectúe el cumplimiento voluntario, que es lo que conoce
como lapso para Cumplimiento Voluntario y no podrá comenzarse la ejecución
forzada hasta que haya transcurrido íntegramente dicho lapso sin que se hubiese
cumplido voluntariamente la sentencia. Mientras no se solicite no comenzará esta etapa
del proceso.
EJECUCIÓN FORZADA (Art. 526 CPC) Transcurrido el lapso establecido en el Art.
524 CPC, sin que se hubiese cumplido voluntariamente la sentencia, se procederá a la
ejecución forzada.
El mandamiento de ejecución ordenará: Va dirigido a cualquier Juez Ejecutor de
Medidas. Es una orden general para afectar los bienes de la propiedad del deudor o
ejecutado ubicados en una localidad diferente a aquella donde el Juez ejecutor tiene su
sede (Art. 527 CPC)
1. Que se embarguen bienes pertenecientes al deudor en cantidad que no
exceda del doble de la cantidad y costas por las cuales se siga la ejecución.
2. Que se depositen los bienes embargados
3. Que a falta de otros bienes del deudor, se embargue cualquier sueldo,
salario o remuneración de que disfrute, siguiendo la escala de ley.

ACTOS ASIMILABLES A SENTENCIAS.


Vencido el término de la suspensión o incumplido el acuerdo, continuará la ejecución
conforme lo previsto en el CPC.
BIENES EXCLUIDOS DE LA EJECUCIÓN (Art. 1.929 CCV)
Las sentencias que hayan de ejecutarse por los Tribunales de la República, se llevarán a
efecto sobre los bienes muebles o inmuebles del deudor y sobre sus derechos y acciones
que puedan enajenarse o cederse.
No están sujetos a la ejecución:
1. El lecho del deudor, de su cónyuge y de sus hijos.
2. La ropa de uso de las mismas personas y los muebles y enseres de que
estrictamentenecesiten el deudor y su familia.
3. Los libros, útiles e instrumentos necesarios para el ejercicio de la
profesión, arte u oficio del deudor.
4. Los dos tercios del sueldo o pensión de que goce el deudor.
5. El hogar constituido legalmente.
6. Los terrenos o panteones y sus accesorios, en los cementerio

MANERAS DE DETENER LA EJECUCION (Art. 532 CPC)


Salvo lo dispuesto en el artículo 525 CPC, la ejecución, una vez comenzada, continuará
de derecho sin interrupción, excepto en los casos siguientes:
Excepciones:
1. Cuando el ejecutado alegue haberse consumado la prescripción de la
ejecutoria y así se evidencie de las actas del proceso. Si el ejecutante alegare
haber interrumpido la prescripción, se abrirá una articulación probatoria de
ocho días para promover y evacuar las pruebas y el Juez decidirá al noveno
día. De esta decisión se oirá apelación libremente si el Juez ordenare la
suspensión de la ejecución y en el solo efecto devolutivo si dispusiere la
continuación.
2. Cuando el ejecutado alegue haber cumplido íntegramente la sentencia
mediante el pago de la obligación y consigne en el mismo acto de la
oposición documento auténtico que lo demuestre. En este caso, el Juez
examinará cuidadosamente el documento y si de él aparece evidente el pago,
suspenderá la ejecución; en caso contrario dispondrá su continuación. De la
decisión del Juez se oirá apelación libremente si el Juez ordenare la
suspensión de la ejecución y en el solo efecto devolutivo si dispusiere su
continuación.
La impugnación del documento y el consiguiente juicio de tacha, no será causa de
suspensión de la ejecución.
APLAZAMIENTO AMIGABLE O AUTO COMPOSICIÓN PROCESAL (Art.
525 CPC)
Las partes podrán de mutuo acuerdo que conste en autos, suspender la ejecución por un
tiempo que determinarán con exactitud, así como también realizar actos de composición
voluntaria con respecto al cumplimiento de la sentencia.
Vencido el término de la suspensión o incumplido el acuerdo, continuará la ejecución
conforme lo previsto en este Título.

DIVERSOS TIPOS O FORMAS DE EJECUCIÓN


En la sentencia definitivamente firme, porque lo que procede en tal hipótesis para
seguridad de la parte favorecida por el fallo, es comenzar la ejecución, y practicar en
ella todos los actos necesarios para llegar a los de remate y adjudicación, los cuales
quedan subordinados a lo que se decida en la sentencia.

Por otra parte sostiene el maestro Carnelutti que cuando se alcanza una sentencia
definitivamente firme contra la cual no procede recurso, debe procederse a la
ejecución voluntaria de esa sentencia, y en caso de renuencia por parte del obligado, la
ley dispone de una serie de medidas tendientes al cumplimiento forzoso del contenido
de la obligación previamente declarada. Es aquí donde entra a funcionar la noción de
medidas definitivas o ejecutivas, las cuales pueden concebirse como los medios
procesales del que puede disponer el Juez en orden a la ejecución forzada de una
sentencia definitivamente firme.

Consideramos que para hacer efectiva la sentencia ejecutoriada dependiendo de su


contenido, deben activarse cualquiera de los tipos de medidas definitivas o ejecutivas
contempladas en los artículos 527,528, 529,530 y 531 del Código de Procedimiento
Civil, y el alcance de ellas se encuentra en orden y función concreta y inmediata tanto
de la sentencia definitiva, como de la ejecución definitiva y forzosa del fallo, medidas
estas que no pueden conceptuarse como cautelares o preventivas.

Vamos a revisar a manera ilustrativa, a ese respecto, transcribo parcialmente, lo


expuesto por la SALA CONSTITUCIONAL DEL TRIBUNAL SUPREMO DE
JUSTICIA, en la sentencia dictada el 19 de octubre de 2000 (Caso: Ramón Toro León),
en la cual expresó lo siguiente:
“... El Código de Procedimiento Civil, según la naturaleza del fallo, distingue varias
formas de ejecución de la sentencia:
1) La inserción del fallo en su totalidad o sectores de él, en un registro público u otra
institución semejante (artículo 531).
2) La publicación de la sentencia en la prensa.
3) La autorización al acreedor para ejecutar el cumplimiento de la obligación de hacer,
condenada en el fallo; o para destruir lo que se haya hecho en contravención a la
obligación de no hacer (artículo 529 del Código de Procedimiento Civil).
4) Si la condena contenida en la sentencia hubiere recaído sobre cantidades de dinero,
la desposesión de bienes del ejecutado que se adelanta mediante el embargo ejecutivo,
y la posterior pérdida de la propiedad del bien por parte del ejecutado, como resultado
del remate.
5) Mediante la desposesión forzosa de un bien mueble o inmueble del ejecutado, que se
lleva a efecto haciendo uso de la fuerza pública si fuese necesario, si la sentencia
hubiera ordenado la entrega de alguna cosa determinada (artículos 528 y 530 del
Código de Procedimiento Civil).
Esta entrega forzosa requiere que la sentencia ordene al ejecutado dar la cosa al
ejecutante, la cual tiene que estar plenamente identificada en el fallo; y dicha figura es
distinta al embargo ejecutivo, ya que no persigue el remate del bien. Igualmente, difiere
de la entrega material prevenida en el artículo 929 del Código de Procedimiento Civil,
la cual es una actuación de jurisdicción voluntaria, en beneficio del comprador de unos
bienes.
La entrega de los artículos 528 y 520 eiusdem sólo funciona con bienes que se
encuentran en posesión del ejecutado, y su naturaleza es semejante a la entrega
contemplada en el artículo 572 del Código de Procedimiento Civil, la cual faculta al
adjudicatario del remate a entrar en posesión de la cosa que se le adjudicó en el
remate, pudiendo el Tribunal hacer uso de la fuerza pública para lograr tal cometido.
Quien adquiere en remate, o es puesto por la vía de la entrega en posesión de la cosa
determinada, que fue ordenada entregarla en el fallo, adquiere los derechos que tenía
sobre la cosa el propietario o poseedor del bien, fueren dichos derechos principales,
accesorios o derivados (artículo 572 ya citado).
Estas entregas, que desposeen de bienes al ejecutado, cierta práctica forense, si se trata
de inmuebles, las decreta libre de cosas y personas, lo cual funciona contra el
ejecutado, salvo el beneficio de competencia (artículo 1950 del Código Civil), ya que
ella se decreta contra el que se dictó la sentencia, pero no puede pretenderse que afecte
a quienes no han sido partes, así sean poseedores precarios del bien.
La desposesión jurídica de bienes del ejecutado, en materia de ejecución de sentencia,
se puede lograr por dos vías: a) mediante el embargo ejecutivo, el cual no contrae que
el ejecutado desocupe el inmueble, a menos que no pague la cantidad que fije el
Tribunal mientras él se encuentre allí, caso en que ordenaría la desocupación,
utilizando la fuerza pública si fuese necesario (artículo 537 eiusdem); b) mediante la
entrega del bien que la sentencia mandó al ejecutado a entregar, la cual no tiene
pautado un proceso concreto en el Código de Procedimiento Civil, por lo que las
normas de embargo y remate, en lo concerniente a la desposesión del ejecutado, deben
ser aplicadas por analogía. En este último supuesto no hay embargo, sino desposesión
directa, ya que al entregar forzosamente el bien al ejecutante, se cumple el fallo, sin
que ni siquiera pueda solicitarse su estadía en el inmueble o la retención del mueble.
Observa la Sala, que contra estas medidas ejecutivas, no existe la previsión legal de la
oposición por parte del ejecutado, por lo que éste, quien debe cumplir con la sentencia,
está en cierta forma a merced de la ejecución.
Establecido lo anterior, la Sala observa, que al contrario de lo previsto para el
ejecutado, el Código de Procedimiento Civil protege a los terceros que pueden ser
víctimas de la ejecución en un proceso donde ellos no fueron partes. No se trata de
detentadores de los bienes en nombre del ejecutado, como lo serían los mandatarios,
empleados u otras personas sin ningún derecho sobre el bien, sino de aquellos que
debido al embargo, o a la entrega forzosa, verían menoscabados sus derechos de gozar,
o usar el bien, o de ejercer sobre él algún derecho de retención.
Por ello, el Código de Procedimiento Civil permite al propietario del bien embargado,
preventiva o ejecutivamente (artículos 370, ordinal 2 y 546), oponerse al embargo; e
igualmente tal oposición se la consagra el artículo 546, al poseedor precario a nombre
del ejecutado, o a aquél que sólo tiene un derecho exigible sobre la cosa embargada, y
así se ratifique el embargo, expresa la norma que se respetará el derecho del tercero.
Este derecho –conforme al citado artículo 546- debe serle respetado aun en caso de
remate, lo que significa que ni el embargo ejecutivo, ni la entrega del bien en los casos
de los artículos 528, 530 y 572 del Código de Procedimiento Civil, conlleva a la
desocupación del inmueble por parte del tercero que interponga una oposición.
La oposición del tercero prevista en el Código de Procedimiento Civil (artículo 546), es
al embargo, pero siendo tal figura una manifestación del derecho de defensa, ella tiene
que ser aplicable a la entrega forzosa, distinta al embargo. De allí, que a esta Sala
asombra, la ilegal práctica forense denominada por ella entrega material libre de cosas
y personas, ya que además de no existir tal figura en la ley, ella –de aplicarse- no
podría perjudicar los derechos de los terceros, tenidos en cuenta, no solo para fundar
la oposición a las medidas, sino para desvirtuar en la fase ejecutiva los acuerdos entre
partes que les puedan ser perjudiciales, como son los derechos prevenidos en los
artículos 554 y 562 eiusdem.
El respeto a los derechos del tercero, mientras no se diluciden, evita sean desocupados
de los inmuebles al ejecutarse estas medidas, y obliga al ejecutante o al adjudicatario
en remate, según los casos, como causahabiente de los derechos de propiedad y
posesión sobre el bien, así como de los derechos principales, accesorios, derivados que
sobre la cosa tenía el ejecutado, al hacerlos valer contra el ocupante del inmueble en
juicio aparte, donde éste haga valer sus derechos para la desocupación.
Luego, la sentencia en contra del tercer opositor con motivo de la oposición del
artículo 546 del Código de Procedimiento Civil, lo que permite es que se siga la
ejecución sobre el bien al cual se le ratificó el embargo, pero sus efectos no van mas
allá, ya que la oposición al embargo solo versa sobre si se mantiene o no la medida
sobre el bien, y hasta allí llega la declaración judicial, más no sobre los derechos de
los terceros, que deberán ser dilucidados aparte, bien porque éstos acudan a la vía de
la tercería (artículos 370, ordinal 1º y 546 eiusdem), o bien por el ejecutante o al
adjudicatario del bien en remate, hagan valer los derechos del propietario o poseedor,
en juicio aparte, contra el tercero ocupante.
Siendo éste el marco legal de la ejecución, la “entrega material” no podrá desconocer
los derechos del arrendatario (tercero con relación al juicio entre Texeira y
Rodríguez), a continuar gozando del bien arrendado, hasta que el contrato de
arrendamiento terminara por causas legales, y por tanto, la medida contra el ejecutado
no podrá perjudicar a quien no era deudor condenado, como lo pretendió la decisión
impugnada.
El que las medidas ejecutivas no contraen la desocupación de terceros, como los
arrendatarios, se deduce del propio Código de Procedimiento Civil, cuando en el
artículo 542 otorga derecho al depositario a percibir los frutos de la cosa, en ese caso
la embargada, sin diferenciar si el arrendamiento era anterior o no a la fecha del
embargo.
Es mas, los casos de entrega forzosa del bien que contempla el Código de
Procedimiento Civil, son básicamente tres, y ninguno tenía lugar en el caso de autos.
Los casos son:
1) Que en la sentencia el juez mande a entregar alguna cosa mueble o inmueble
(artículo 528 del Código de Procedimiento Civil).
2) Que en la sentencia se condene en forma alternativa la entrega de una de varias
cosas por parte del deudor, y este no diere cumplimiento a la orden en el lapso fijado
por el juez para el cumplimiento.
3) Que el adjudicatario haya pagado el precio del remate y solicite se le ponga en
posesión de la cosa que se le adjudicó (artículo 572 eiusdem).
Constata la Sala, que el juicio de ejecución de hipoteca que dio lugar al fallo
impugnado mediante el amparo, terminó por un acto de autocomposición procesal, por
lo cual el Tribunal nunca ordenó en su sentencia la entrega del bien arrendado, lo que
además no podía hacerlo dentro de tal proceso; y, además, la fase ejecutiva nunca
llegó a remate, por lo que tampoco era aplicable el artículo 572 citado. En
consecuencia, ninguno de los supuestos que permitía la “entrega forzosa” había tenido
lugar.
Por tratarse de una interpretación vinculante sobre el alcance del derecho de defensa
y el debido proceso, en relación con los terceros afectados por la fase de ejecución de
sentencia, no quiere la Sala dejar de advertir, que los terceros con algún derecho
sobre el inmueble, que puedan hacer valer, son aquellos que lo han adquirido antes
del embargo ejecutivo o del registro prevenido en el artículo 549 del Código de
Procedimiento Civil, o en los otros casos, de la sentencia que ordena la entrega del
bien.
Quienes detenten por cualquier causa el bien ejecutado después de esas fechas, no lo
hacen legítimamente con relación al ejecutante o al adjudicatario, ya que el ejecutado
no puede –por ser fraudulento- en detrimento del acreedor (ejecutante) o del
adjudicatario, desmejorar los derechos de éstos, creando nuevos detentadores del bien,
que entorpezcan la posesión legítima que merece obtener el ejecutante o el
adjudicatario en remate...”.(Resaltado mío)
Criterio este que fue reiterado en decisiones dictada por la Sala Constitucional,
sentencia No. 222, de fecha 09/03/2005, con ponencia del Magistrado JESUS
EDUARDO CABRERA ROMERO, expediente No. 03/2688; y sentencia No.1202,
de la Sala Constitucional de fecha 16/06/2006, con ponencia de la Magistrada
CARMEN ZULETA DE MERCHAN, expediente No. 05/1339.
Aplicando a la situación que se analiza, la doctrina transcrita precedentemente, no es
posible con la oposición planteada impedir la continuidad del juicio de ejecución de
sentencia y la ejecución del embargo practicado; sin embargo, se le deberá respetar el
derecho de la arrendataria, en la oportunidad y términos expresados.
En conclusión: los diversos tipos o formas de ejecución, los podemos resumir:

A) EJECUCIÓN SINGULAR O INDIVIDUAL: Supone la obligación del


ejecutado de entregar una cosa determinada sea mueble o inmueble.
1. Específica (Art. 528 CPC) Mandamiento de entrega. Si en la sentencia
(definitivamente firme) se hubiere mandado a entregar alguna cosa mueble o inmueble,
se llevará a efecto la entrega, haciéndose uso de la fuerza pública, si fuere necesario. Si
no pudiere ser habida la cosa mueble, podrá estimarse su valor a petición del solicitante,
procediéndose entonces como si se tratara del pago de cantidad de dinero.

2. Expropiación: Se refiere al tipo de bienes que se están ejecutando o una


obligación.

Una vez que se ejecute tiene que protocolizarse en el Registro Inmobiliario.

B) EJECUCIÓN COLECTIVA, CONCURSAL O UNIVERSAL: Recae sobre la


universalidad de los bienes del deudor ejecutado.

C) EJECUCIÓN CONTRA LA NACIÓN; LOS ESTADOS Y LAS


MUNICIPALIDADES:
Para la ejecución de sentencias contra estos Entes, son aplicables los privilegios y
prerrogativas de la Republica en fase de ejecución, los cuales han sido justificados en
razón del carácter con que actúan estos entes públicos como tutores del interés público,
lo que conlleva a razonar que una pérdida sufrida por el Estado implicaría un perjuicio
indirecto para toda la comunidad. Otros en cambio pretenden justificar la existencia de
prerrogativas procesales en la tutela que hace el legislador de ciertos valores o
instituciones constitucionales como el principio de legalidad presupuestaria consagrado
en el artículo 314 de la Constitución y cuyo desarrollo legislativo se encuentra en el
artículo 2 de la Ley Orgánica de la Administración financiera del Sector Público.
Efectivamente La Constitución plantea que la gestión fiscal estará regida y será
ejecutada con base en principios de eficiencia, solvencia, transparencia, responsabilidad
y equilibrio fiscal, y a tal fin los ingresos, gastos y endeudamientos de la República
deben responder a una planificación anual y plurianual (Articulo 311 de la Constitución
de la Republica Bolivariana de Venezuela). planificación que se manifiesta en la Ley
de Presupuesto Anual y Ley de endeudamiento Anual, las que deben resultar
armonizadas por la (sic) dentro de la Ley del marco plurianual para la formulación
presupuestaria que es la que establece los límites máximos de gasto y endeudamiento
que hayan de contemplarse en los presupuestos Nacionales, y que resultan aplicables a
Estados y Municipios, lo que implica que no se hará ningún gasto que no haya sido
previsto en la Ley de Presupuesto. Esto permite concluir que efectivamente el
legislador, a los fines de no afectar el principio de Legalidad Presupuestaria y la
continuidad de la prestación de los servicios públicos, podría establecer mecanismos
legales a fin de que el cumplimiento de la sentencia no sea una imprevisión en el
presupuesto, como podría ser la existencia obligatoria de partidas presupuestarias para
el cumplimiento de sentencias a los cuales se pudiera cargar la condenatoria, que
pareciera ser la tendencia preferida por el legislador.

Al respecto, Establece el artículo 87 del Decreto con fuerza de Ley Orgánica de la


Procuraduría General de la República (publicada en Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela Nº 5.892, extraordinaria del 31/07/2.008) lo siguiente:
“…Cuando la República sea condenada en juicio, el Tribunal encargado de ejecutar la
sentencia notificará al Procurador o Procuradora General de la República quien,
dentro del lapso de sesenta (60) días siguientes, debe informarle sobre su forma y
oportunidad de ejecución.
Dentro de los diez (10) días siguientes de su notificación, la Procuraduría General de
la República participará al órgano respectivo de lo ordenado en la sentencia. Este
último deberá informar a la Procuraduría General de la República sobre la forma y
oportunidad de ejecución de lo ordenado en la sentencia, dentro de los treinta (30) días
siguientes de recibido el oficio respectivo.”…
Esta norma procesal establece prerrogativas y privilegios que gozan la República, los
Estados y los Municipios, y todos los Institutos Públicos, según el artículo 98 de la Ley
Orgánica de la Administración Pública (publicada en Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela Nº 5.890, extraordinaria del 31/07/2.008) que dispone que los
Institutos Públicos gozaran de los privilegios y prerrogativas que la ley le otorgue a la
Republica, los Estados, los Distritos Metropolitanos o los Municipios. Esta misma ley
anteriormente citada en el artículo 96, define quienes son los Institutos Públicos, al
expresar que son personas jurídicas de derecho público de naturaleza fundacional,
creadas por Ley Nacional, Estadal u Ordenanza Municipal, dotada de patrimonio propio
con las competencias determinadas en éstas.
Las partes involucradas en este proceso de ejecución de sentencia son la Gobernación
del Estado Portuguesa, ente político territorial y el Instituto de Vialidad y Transporte del
Estado Portuguesa, organismos públicos creados con personalidad jurídica y patrimonio
propio mediante decreto que goza también de los privilegios procesales y prerrogativas
que la ley otorga a la Nación, a los Estados y a los Municipios. La ejecución de
sentencia contra la Nación, los Estados, los Municipios, los Distritos Metropolitanos y
los Institutos Públicos gozan de privilegios procesales, en el sentido que no pueden ser
ejecutados como cualquier particular o persona jurídica colectiva, ya que la ley le otorga
prerrogativas y privilegios procesales, que no es una imposibilidad para su ejecución,
sino como el sometimiento a un procedimiento especial para ejecutar lo juzgado, en este
sentido, la vigente Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República establece el
procedimiento, la forma y manera que se llevará a cabo la ejecución de la sentencia
cuando haya sido condenada la República.
La Ley Orgánica del Poder Público Municipal, establece el procedimiento para la
ejecución de sentencia que haya recaído en contra de la entidad pública territorial del
Municipio, a tales efectos, consagra el Artículo 160 de la citada ley, lo siguiente:
…“Cuando el Municipio o una entidad municipal resultaren condenados por sentencia
definitivamente firme, el Tribunal, a petición de parte interesada, ordenará su ejecución.
A estos fines, notificará al alcalde o alcaldesa o a la autoridad ejecutiva de la entidad
municipal, que debe dar cumplimiento voluntario a la sentencia dentro de los diez días
siguientes a la notificación. Dentro de ese lapso, el Municipio o la entidad municipal,
según el caso, podrá proponer al ejecutante una forma de cumplir con la sentencia. Si
esa forma fuere rechazada, las partes podrán suspender el lapso establecido para la
ejecución voluntaria por el tiempo que se convenga o realizar actos de composición
voluntaria. Transcurrido el lapso para la ejecución voluntaria sin que la sentencia se
haya cumplido, se procederá a la ejecución forzosa.”…
De estas dos normas transcritas la contenida en el artículo 87 de la Ley Orgánica de la
Procuraduría General de la República y el Artículo 160 de la Ley Orgánica del Poder
Público Municipal, es procedente aplicar analógicamente el procedimiento establecido
en ésta última ley, ya que según la sentencia de la extinta Corte Suprema de Justicia de
la Sala Política Administrativa del 11/11/1.999, estableció que para aquella fecha la Ley
Orgánica del Régimen Municipal prevé un mecanismo especial, para la ejecución de las
sentencias contra los entes que gozan de los privilegios del Fisco Nacional, como
anteriormente dijimos los Estados, los Municipios e Institutos Públicos, por lo tanto este
órgano jurisdiccional acoge la aplicación del artículo 160 de la citada ley.
En este sentido, La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia
de fecha 28/11/2002 (Caso Instituto Autónomo de Salud del Estado Apure, INSALUD
APURE) señaló
“…De manera que las prerrogativas no constituyen un impedimento para el ejercicio
del Derecho de acceso a la justicia y a la tutela judicial efectiva, que se vería
materializado, en este caso, con la ejecución de la sentencia, sino que más bien, tales
normas son reguladoras de un procedimiento especial de ejecución, que garantiza la
continuidad de los servicios públicos y la protección del interés general, por lo que el
juez, para hacer efectivo el cumplimiento de lo fallado, debe recurrir al sistema con el
mismo orden de prelación –dispuesto en el texto normativo- que la ley pone a su
disposición para hacer ejecutar la cosa juzgada por parte de La Republica, y de no
resultar efectivos tales mecanismos, en última instancia , y en aras de garantizar el
efectivo ejercicio del derecho de acceso a la justicia, puede acudir a la ejecución
forzosa del fallo a través del procedimiento ordinario…”

Igualmente la Sala constitucional en sentencia de fecha 14 de Diciembre de 2006


(CASO COMPAÑÍA ANONIMA DE ELECTRICIDAD DEL CENTRO, C.A.) señalo:

“…En este sentido debe señalarse que si bien es cierto que la Ley Orgánica de
administración Pública consagró la aplicación de los privilegios procesales a entes
distintos a la Republica, como es el caso de los Institutos Autónomos (artículo 97), tal
normativa no hizo extensivo dicho privilegio a las denominadas Empresas del Estado,
ya que es menester aclarar que para tal privilegio sea aplicable a determinado ente
público es necesario que exista expresa previsión legal al respecto…”

Conviene igualmente recordar que el privilegio procesal, no es otra cosa que una
concesión legal que asiste a un determinado sujeto de derecho, mediante el cual se le
exime de determinadas obligaciones que son inherentes al común de las personas, como
por ejemplo, el artículo 16 de la Ley Orgánica de Hacienda Pública Nacional
que prohíbe la aplicación de medidas ejecutivas preventivas o ejecutivas sobre los
derechos, bienes, rentas, derechos o acciones pertenecientes a la Nación,
erigiéndose esta en un privilegio que es la excepción a la norma, ya que al resto de
las personas naturales o jurídicas le son aplicables estas medidas, otro ejemplo seria la
prerrogativa procesal que establece la suspensión de la causa por efectos de la
notificación del Procurador General de la República.
En este sentido, se enfatiza que, dado el carácter público del fin que persiguen estos
entes, debe aplicarse un régimen especial de ejecución del fallo, con el objeto de
preservar el principio de legalidad presupuestaria y la prestación del servicio y, al
mismo tiempo, respetar el derecho legítimo de aquel que resultó favorecido por una
decisión judicial luego de transitar un proceso.
De allí que, el Decreto con Fuerza de Ley Orgánica de la Procuraduría General de la
República, prevé, en los artículos antes transcritos, un procedimiento especial para la
ejecución de los fallos que tengan carácter de cosa juzgada, procedimiento en el cual, de
no haber acuerdo entre las partes, los montos a ser cancelados por el Estado, deben ser
cargados a los próximos dos ejercicios presupuestarios
Ahora bien, buscando la forma de dejar más claro el tema, traemos a colación la
Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, dictada en el
expediente N° 02-0154 de fecha 06 días del mes de julio de dos mil cuatro,
mediante la cual plasmó el siguiente criterio:
“…Observa la Sala que el régimen de ejecución de sentencias condenatorias se
rige por el procedimiento establecido en el Código de Procedimiento Civil, salvo los
casos excepcionales establecidos en la ley, entre los cuales se encuentra la ejecución de
fallos contra la República, en virtud de una serie de prerrogativas por la función y el
servicio que presta el Estado a la colectividad. Esta serie de prerrogativas ha sido
consagrada en la Ley Orgánica de la Hacienda Pública Nacional y en la Ley Orgánica
de la Procuraduría General de la República, entre las cuales se encuentra un privilegio
de inejecución, que consiste en la prohibición expresa de decretar medidas de ejecución
preventiva o definitiva contra los bienes, rentas, derechos o acciones pertenecientes a
la Nación.
En este sentido, el artículo 102 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal
extiende esas prerrogativas a los entes municipales al disponer que los Municipios
gozaran de los mismos privilegios y prerrogativas que la legislación nacional otorga al
Fisco Nacional y que regirán para ellos las disposiciones contenidas en la Ley
Orgánica de la Hacienda Pública Nacional en cuanto les sean aplicables.
Ahora bien, el artículo 253 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela establece que corresponde a los órganos del Poder Judicial conocer de las
causas y asuntos de su competencia mediante los procedimientos que determinen las
leyes, y ejecutar o hacer ejecutar sus sentencias.
En este sentido la Sala estima que si bien la existencia de prerrogativas para
los entes municipales excluye la posibilidad de que sus bienes sean objeto de medidas
de ejecución preventiva o definitiva contra los bienes, rentas y derechos, tal situación
no puede ser entendida como un obstáculo para que el particular que resulte favorecido
con la decisión logre el restablecimiento de sus derechos y las compensaciones por los
daños sufridos, lo cual lo legitima para exigir el cumplimiento efectivo de lo ordenado
por el Juez y obliga a éste a su vez a dar cumplimiento a sus decisiones, conforme lo
dispuesto en el artículo 253 Constitucional.
Al respecto, esta Sala Constitucional, en sentencia del 3 de agosto de 2001,
(Caso: Municipio García del Estado Nueva Esparta), señaló:
“los órganos jurisdiccionales pueden, al realizar el control de la
Administración, bien sea nacional, estadal o municipal, dictar sentencias que
contengan una carga económica para éstas, quienes deberán cumplirla -forzosamente
de ser necesario-, sin alegar como pretexto la falta de previsión presupuestaria. Es así,
que para el cumplimiento de lo antes descrito, en los presupuestos públicos se
determinan partidas para el cumplimiento de las sentencias, ello sin menoscabo de que
se puedan hacer rectificaciones presupuestarias para dar fiel cumplimiento a lo
ordenado por los órganos administradores de justicia".
Siendo ello así, el artículo 104 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, ha
establecido un mecanismo para la ejecución de los fallos condenatorios contra los
entes municipales que, en caso de no ser cumplido, permite al Juez ejecutar la
sentencia conforme al procedimiento ordinario pautado en el Código de Procedimiento
Civil, que contempla el procedimiento de ejecución forzosa de las sentencias
condenatorias de carácter patrimonial.
No obstante, la Sala considera que si bien puede aplicarse el procedimiento de
ejecución forzosa de las sentencias condenatorias de carácter patrimonial contra los
entes Municipales, y el tribunal establecer los mecanismos necesarios para el pleno
cumplimiento de sus fallos, no resultan procedentes, por mandato expreso del artículo
16 de la Ley Orgánica de la Hacienda Pública Nacional, en concordancia con el
artículo 102 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, las medidas de embargo
preventivo o ejecutivo contra los bienes, acciones y derechos de los Municipios…”

TEMA N°2
LA EJECUCIÓN DE LA SENTENCIA DEL EMBARGO DE BIENES.
DIFERENCIAS ENTRE EL EMBARGO EJECUTIVO Y EL EMBARGO
PREVENTIVO. EFECTOS.

PREVENTIVO EJECUTIVO

Se puede hacer en cualquier etapa del proceso. Solo procede en estado de ejecución de
sentencia
Sólo procede sobre bienes muebles propiedad Procede tanto bienes muebles como
del demandado. Inmuebles

Puede ser solicitado por cualesquiera de las Sólo podrá ser solicitado por el
partes que lo estime necesario vencedor del pleito

Cabe oposición de parte No cabe oposición de parte, pero si de


Tercero.

Con el embargo ejecutivo se elimina algunos privilegios e inmunidades que


afectan al embargo preventivo, tal es el caso de la inembargabilidad por vía
preventiva del sueldo de los miembros del cuerpo castrense: oficiales, militares
y personales de tropa.
 Si se embargan sumas de dinero no hay que designar depositario judicial. El
tribunal suplirá tales funciones hasta entregar el dinero en ejecutante.
EFECTOS:
1. Quedan suspendidos los beneficios de disponer y disfrutar que son
propios a la propiedad sobre la cual recae la medida
2. La cosa embargada podrá ser perseguida en manos de quien se encuentre,

DISPOSICIONES RELATIVAS AL EMBARGO DE BIENES (Arts. 534 al 538


CPC)
EL EMBARGO EJECUTIVO consiste en la aprehensión por la autoridad judicial
de un bien mueble o inmueble y su puesta en manos de un depositario para su
ulterior venta en remate a fin de satisfacer el pago de cantidades de dinero
ordenado en la sentencia.
Según el Código de Procedimiento Civil, en su articulo 534 que señala: “El
embargo se practicará sobre los bienes del ejecutado que indique el ejecutante.
En cualquier momento en que el ejecutado ponga a disposición del Tribunal
bienes suficientes para llevar a cabo la ejecución, el Tribunal decretará el
levantamiento del embargo que se haya practicado sobre el inmueble que le
sirve de morada.
Un mismo bien podrá ser objeto de varios embargos. Los derechos de los que
los hayan hecho practicar se graduarán por su orden de antigüedad. Rematado
el bien, el derecho de los embargantes se trasladará sobre el precio en el
mismo orden y cuantía en que hayan sido practicados los embargos. Quedan a
salvo las preferencias y privilegios legales”.
¿CÓMO SE PRACTICA UN EMBARGO? (Art. 536 CPC): se debe saber cómo describir
los bienes objeto del embargo, porque quien señala los bienes objeto del embargo es
la parte ejecutante, a través de su abogado. Entonces, este es el momento del
levantamiento del acta del embargo, tiene que hacer una identificación plena del bien
objeto del embargo; para diferenciarlo de otros bienes del mismo género y de la
misma especie.
Se recomienda embargar los bienes que tengan mayor valor, que sean
fáciles de poderse expropiar, para obtener de una forma rápida y expedita
un dinero, con el cual satisfacer al ejecutante.
PROCEDIMIENTO:
Cuando se decreta el embargo ejecutivo, en tribunal de la causa se libra Mandamiento
de Ejecución al Tribunal Ejecutor de Medidas competente, una vez recibido y dar
entrada a dicha comisión, se le pide al Tribunal Ejecutor que fije el día y la hora para
practicar el embargo ejecutivo; llegada la oportunidad y el ejecutante no comparece se
declara desierto el acto, si comparece el Tribunal se va a trasladar ese día fijado, llega
el juez, el secretario accidental, el abogado ejecutante, el depositario judicial y el
práctico, a quienes designa y juramente para que reciba y resguarde los bienes
embargados y determine el valor de las cosas que van a ser embargadas,
respectivamente. Una vez constituido el Tribunal, seguidamente procederá a notificar
al ejecutado o a cualquier otra persona que se encuentre en el sitio de la misión del
Tribunal.
Seguidamente, el ejecutante señala los bienes a embargar, Se determina el valor de los
objetos a embargar porque el decreto del embargo va a ser el doble de la ejecución.
Ejemplo, si me condenan a pagar 20 millones, el embargo es por 40 millones, más las
costas que son el 30%, si recae sobre cantidades liquidas de dinero se embargan los
montos condenados en el fallo mas las costas. Estas costas son las de ejecución
porque el ejecutado no cumplió voluntariamente; (si no hay autocomposición procesal
u oposición a la medida)
Acto Seguido, declarará consumada la desposesión jurídica del ejecutado y entregará la
cosa por inventario al Depositario que nombrará, previamente, levantando un acta que
contenga la descripción de las cosas embargadas y las demás circunstancias del acto, tal
como establece el Articulo 536 del CPC.
Cuando se embargan cantidades de dinero en el embargo ejecutivo, éstas van
al ejecutante; a diferencia del embargo preventivo, el dinero se queda en el
deposito de un banco.
Alguna de las situaciones que regula el CPC son las siguientes:
 La potestad del Juez para ordenar la apertura de puertas, depósitos o
recipientes, utilizando los servicios, hasta donde sea posible, de un cerrajero
profesional, o de técnico en la apertura del recipiente de que se trate
 La forma en que han de realizarse los embargos de créditos, que se
efectuará mediante notificación al deudor del crédito embargado, en la morada,
en la oficina o establecimiento de este; y en defecto de la presencia de este,
mediante notificación al representante legal o judicial de la persona jurídica, si
este fuere el caso, por cualquiera de los directores o gerentes o por e receptor
de correspondencia de la empresa, debiendo constar, en todo caso, el nombre,
apellido y cédula de identidad de la persona notificada.
 En materia de sueldos, salarios y remuneraciones a embargar se aplica lo
previsto en la Leyes Laborales vigentes.
No participan de esta escala los embargos que por razón de cautelas en los
juicios de divorcios, exceso en la administración conyugal y otros comprendido
dentro del concepto del patrimonio conyugal.
 El señalamiento de los bienes a embargar los realizará preferentemente el
propio embargado, siempre que no haya perjuicio para el embargante,
conforme con el Art. 597 del CPC.
Practicado el embargo ejecutivo, una de las características del procedimiento
de ejecución, es que como ha nacido un título ejecutivo, que es la
sentencia definitivamente firme, que se origina y nace por un proceso previo
de cognición, las defensas que puede dar el ejecutado en la fase de ejecución
de sentencias son limitadas y taxativas; en el sentido, que el ejecutado no
puede tener las mismas defensas que tenía en la fase de cognición.
Las defensas son taxativas porque las partes de común acuerdo deciden
suspender la ejecución.
La ejecución, no solo puede suspenderse por la voluntad de las partes, sino
también por la muerte del juez, del ejecutante o del ejecutado; en estos casos
se debe notificar a los herederos, en estos casos también se suspende la
ejecución.
Si en el proceso se practicare EMBARGO EJECUTIVO sobre bienes que no
son propiedad del ejecutado, sino de un tercero, ese tercero tiene 2 vías para
atacar la practica de ese embargo: la OPOSICIÓN AL EMBARGO, y la
TERCERÍA, que son la adhesiva, la excluyente o la de dominio. Tercería, que
en este caso es tercería de dominio, porque se invoca la propiedad de la cosa
embargada. La ejecución no puede perjudicar ni dañar a los terceros; y si los
daña, la ley contempla la forma de que el tercero pueda hacer valer sus
derechos, que es la OPOSICIÓN AL EMBARGO, conforme a las previsiones
del artículo 546 del Código de Procedimiento Civil; En ese sentido la referida
norma adjetiva establece que si se presentare algún tercero alegando ser el
tenedor legítimo de la cosa, el juez aunque actúe por comisión en el mismo
acto suspenderá el embargo o la entrega del bien;
previamente evaluar los dos (2) requisitos concurrentes que prevé la norma
cuales son, que exhiba el opositor una prueba fehaciente de la propiedad
de la cosa por un acto jurídico válido y constatar que la cosa se haya
efectivamente en su poder.
EMBARGO. DESOCUPACION DE INMUEBLE (Art. 537 CPC)
Si el ejecutado ocupare el inmueble, el Tribunal fijará la cantidad que debe pagar éste
para continuar ocupándolo hasta el remate ajustándose en lo posible a las disposiciones
sobre regulación de alquileres. Los pagos se efectuarán por mensualidades anticipadas y
en caso de incumplimiento el Tribunal ordenará la desocupación del inmueble y la
llevará a cabo utilizando para ello la fuerza pública si fuere necesario.

EMBARGO DE COSAS CORRUPTIBLES (Art. 538 CPC)


Si entre las cosas embargadas hubiere cosas corruptibles, el Juez podrá, previa audiencia
de ambas partes, autorizar al Depositario para que efectúe la venta de dichas cosas,
previa estimación de su valor por un perito que nombrará el Tribunal. Dicha venta se
anunciará mediante un solo cartel que se publicará en un periódico que circule en la
localidad, pudiéndose prescindir de éste en caso de que el temor de la corrupción de los
bienes, sea de tal naturaleza que haga necesaria dicha omisión. El producto de la venta,
con la cual se favorecerá a quien ofrezca el mayor precio de contado por encima del
precio fijado por el perito, se destinará a los fines de la ejecución
PARTICIPACIÓN AL REGISTRADOR DE EMBARGO DE INMUEBLE (Art.
535 CPC)
Cuando la cosa embargada fuere un inmueble o un derecho que tenga sobre él el
ejecutado, el Juez participará de oficio el embargo al Registrador del Distrito donde esté
situado el inmueble, indicando sus linderos y demás circunstancias que lo determinen
distintamente, a fin de que se abstenga de registrar toda escritura que verse sobre
gravamen o enajenación del inmueble embargado.
El Registrador será responsable de los daños y perjuicios que cause por el
incumplimiento de la orden del Juez
OPOSICIÓN Y SUSPENSIÓN AL EMBARGO EJECUTIVO. INCIDENCIA.
Pueden oponerse (Art. 546 CPC): LOS TERCEROS: son los únicos que pueden
oponerse al embargo ejecutivo, en la Oportunidad para oponerse al embargo:
1. Si al practicar el embargo, o
2. Después de practicado y
3. Hasta el día siguiente a la publicación del último cartel de remate,
si en el momento de la ejecución del embargo se presentara algún tercero alegando ser
el tenedor legítimo de la cosa, el Juez aunque actúe por comisión, en el mismo acto,
suspenderá el embargo, siempre y cuando el opositor reúna los requisitos exigidos por
la norma de marras las siguientes CONDICION: demuestre posesión y titularidad
1. Si aquélla se encontrare verdaderamente en su poder y,
2. Presentare el opositor prueba fehaciente de la propiedad de la cosa por un acto
jurídico válido (tiene que ser documento público, porque caso contrario, no tiene
efectos ante terceros, no trasmite la propiedad).
PRUEBA FEHACIENTE. Es aquella que genere en el Juzgador la convicción de que
ciertamente le asiste la razón al tercero, por ello creemos que la prueba fehaciente debe
reunir las siguientes características: 1°.- Debe ser un medio documental, pues es la
mínima formalidad de la que se puede desprender la fehaciencia de la prueba. 2°.- Debe
ser preconstituido, es decir, anterior al decreto o a la ejecución de la medida. 3°.- Debe
ser representativo de un acto jurídico válido, es decir, que el instrumento demuestre la
existencia del derecho reclamado por el tercero, como derivación de un negocio
celebrado conforme a la Ley. 4°.- Debe demostrar que el tercero es el titular del derecho
reclamado, y 5°.- El instrumento debe generar al Juzgador, la convicción de que al
tercero, le asiste el derecho invocado.

OPOSICION, NO AL EMBARGO SINO A LA OPOSICION DEL TERCERO:


OPOSICION DEL EJECUTANTE O EJECUTADO
Si el ejecutante o el ejecutado (las partes) se opusieren a su vez a la pretensión del
tercero, con otra prueba fehaciente, el Juez no suspenderá el embargo, y abrirá una
articulación probatoria de ocho días sobre a quién debe ser atribuida la tenencia,
decidiendo al noveno, sin conceder término de distancia.
El Juez en su sentencia revocará el embargo si el tercero prueba su propiedad sobre la
cosa. En caso contrario confirmará el embargo, pero si resultare probado que el opositor
sólo es un poseedor precario (Arrendatario, Comodatario, Depositario) a nombre del
ejecutado, o que sólo tiene un derecho exigible sobre la cosa embargada, se ratificará el
embargo pero respetando el derecho del tercero. Si la cosa objeto del embargo produce
frutos se declararán embargados éstos, y su producto se destinará a la satisfacción de la
ejecución.
A manera de corolario y darle más inteligencia a este material, es importante trae a
colación el siguiente análisis:

Establece el artículo 546 del Código de Procedimiento Civil: De la oposición al


embargo y de su suspensión

En la Doctrina se debate si la Oposición de Terceros prevista en el artículo 546 del


Código de Procedimiento Civil, se puede hacer al Embrago Cautelar o Preventivo, ya
que esta disposición se encuentra en capítulo referido a la ejecución de Sentencia, en el
presente caso, la Oposición esta referida al Embargo Ejecutivo.
El artículo 546 eiusdem prevé dos supuestos; el primero referido a la propiedad, es
decir, a una pretensión petitoria de dominio, y el segundo referido a la protección
posesoria. Señala el Dr. Henríquez La Roche, que cuando el opositor alega propiedad,
ejerce incidentalmente una reivindicación, reclamando ser suyas las cosas embargadas.
Este supuesto esta previsto en el ordinal 1 el artículo 370 del citado Código, para la
intervención por vía de tercería de dominio, es igualmente el fundamento de la
Oposición de Tercero prevista en el ordinal 2do del citado artículo. Existe la opción
para el tercero propietario de la cosa embargada en Juicio ajeno de reivindicarla por vía
de tercería o por medio de la Oposición al Embargo.
Señala el procesalista Rafael Ortiz Ortiz, que el Código de Procedimiento Civil ha sido
muy exigente y determinante en cuanto al requisito de la propiedad abandonando el
criterio de la posesión.
El artículo 587 eiusdem, establece que las Medidas Preventivas sólo podrán ejecutarse
sobre bienes que sean propiedad del demandado o ejecutado; y el artículo 546 ibidem
establece dos extremos para que proceda la suspensión, si el opositor prueba que el bien
embargado se encuentra verdaderamente en su poder y, aporta al proceso prueba
fehaciente de la propiedad de la cosa por un acto jurídico válido.
Señala el Dr. Henríquez La Roche, que la palabra fehaciente se refiere al mérito de la
prueba documental que esta tasado por el Código Civil, al valor de convicción que tiene
en el ánimo del Juez según las pautas legales, y la frase “acto jurídico válido” que
sustituye la mención “acto jurídico que la ley no considere existente”, contenida en el
Código derogado, equivale a “acto válido jurídicamente”, es decir, acto legítimo en
consideración a la causa y a cualquier otro elemento constitutivo de las obligaciones.
A tales efectos, la sala de Casación Civil, en sentencia de fecha 27 de Julio de 2004
(caso E.G. Saldivia contra Inversiones Playa Sur) estableció lo siguiente:

“…Conforme al artículo transcrito, para que prospere la oposición del tercero al


embargo, este tiene que comprobar ante el juez de la causa de manera sumaria que es
propietario legítimo y poseedor de la cosa embargada, pues el legislador exige que el
opositor demuestre en forma concurrente que la cosa se encuentre verdaderamente en
su poder y que es su propietario legítimo, a través de una prueba fehaciente capaz de
constituir un acto jurídico valido…”
Por su parte, el Doctor IVAN DARIO TORRES, en su obra titulada “Medidas Preventivas
y ejecutivas en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo (página 179), establece tres (03)
requisitos para hacer procedente la intervención del tercero en el embargo practicado
con ocasión del procedimiento en ejecución de sentencia: 1) Que el tercero sea el
tenedor legítimo de la cosa embargada; lo cual deberá demostrar fehacientemente por
un acto jurídicamente válido; 2) Que la cosa embargada este realmente en su poder; y
3) Que la oposición se formule en tiempo oportuno.

En este orden de ideas, Respecto a la posibilidad de que los terceros se opongan a


CUALQUIER MEDIDA PREVENTIVA por la vía incidental prevista en el artículo 546 del
Código de Procedimiento Civil, se ha pronunciado la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en los siguientes términos:

“...la Sala juzga que contra el decreto y ejecución de las medidas cautelares, la
empresa accionante podía haber formulado la oposición prevista en el artículo 546 del
Código de Procedimiento Civil, el cual constituye un medio ordinario, eficaz y
especialísimo, para impugnar la eficacia del decreto, sin que pueda alegarse que contra
la medida de secuestro no era posible su interposición, pues el artículo 604 eiusdem,
describe la posibilidad del tercero para ejercer oposición en contra de las medidas
cautelares.
Ahora bien, aunque la doctrina ha discutido la posibilidad para el tercero de realizar
oposición a la medida preventiva de secuestro, cuando apoye su pretensión en el
artículo 546 del Código de Procedimiento Civil, esta Sala, acorde con su doctrina y en
resguardo de la garantía constitucional a la tutela judicial efectiva, plasmada en el
artículo 26 del Texto Constitucional, ha dejado sentado lo siguiente:
‘Por otra parte, contra el decreto y ejecución de las medidas cautelares, las empresas
accionantes podían haber formulado la oposición prevista en el artículo 546 del Código
de Procedimiento Civil, el cual constituye un medio ordinario, eficaz y especialísimo,
para impugnar la eficacia del decreto, sin que pueda alegarse que contra la medida de
secuestro no era posible su interposición, todo conforme lo dispuesto por el artículo
604 del Código de Procedimiento Civil, de cuyo texto emerge la posibilidad del tercero
para ejercer oposición en contra de las medidas cautelares.
En este sentido, la doctrina ha discutido la posibilidad para el tercero de realizar
oposición a la medida preventiva de secuestro, cuando apoye su pretensión en el
artículo 546 del Código de Procedimiento Civil.
(...)
Esta Sala, acorde con su doctrina y en resguardo de la garantía constitucional a la
tutela judicial efectiva plasmada en el artículo 26 del Texto Constitucional dejó sentado
lo siguiente:
‘Ello revela, a juicio de esta Sala que, una vez dictada la medida de secuestro, la
empresa accionante contaba con la posibilidad de ejercer una tercería, de conformidad
con lo dispuesto en el ordinal 1° del artículo 370 del Código de Procedimiento Civil; sin
embargo, esta vía judicial prevista de manera especial y precisa en el Código adjetivo
para la defensa de los derechos e intereses de aquellas personas que sin ser partes en
la causa, requiere de un trámite que no es breve ni sumario, y por lo tanto, no puede
ser considerado como un medio judicial idóneo para la protección inmediata de los
derechos de un tercero ajeno a la demanda. Conforme a los artículo 373 y siguientes
del indicado Código de Procedimiento Civil, quien intenta la tercería se inserta en un
procedimiento largo, que no permite el restablecimiento inmediato de la situación
jurídica infringida por la violación de derechos y garantías constitucionales…’
(Confróntese. Sentencia n° 1130 del 5 de octubre de 2000, con Ponencia del
Magistrado doctor Jesús Eduardo Cabrera Romero).
En efecto, considera esta Sala, que los artículos 26, 49 y 257 de la Constitución de la
Republica Bolivariana de Venezuela hacen posible la oposición al embargo, consagrada
en el artículo 546 del Código de Procedimiento Civil, en la medida en que la tutela
judicial efectiva exige cualquier medio idóneo eficaz para garantizar la propiedad del
tercero que presentare prueba fehaciente de su derecho a la cosa por acto jurídico
válido.
Bajo la nueva perspectiva constitucional, por tanto, la tutela judicial efectiva frente a la
violación a derechos o garantías constitucionales no puede menos que avalar el uso de
los medios judiciales ordinarios creados por el legislador para sostener la defensa de
los derechos e intereses del justiciable (Ver sentencia de la Sala del 9 de noviembre
2001 exp. nº 00-2202).’Los artículos 26, 49 y 257 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela hacen posible la oposición a cualquier medida preventiva,
mediante el medio contemplado en el artículo 546 del Código de Procedimiento Civil;
además, no existe argumento legal, que pueda hacer nugatorio el derecho de un
tercero que evidentemente no forma parte de la situación o relación procesal, para
que a través de los medios ordinarios, establecidos por el legislador, obtenga la tutela
jurisdiccional del derecho sustancial reclamado.
APELACIÓN. CASACIÓN. COSA JUZGADA
En este último caso la cosa podrá ser objeto de remate, pero aquél a quien se le
adjudique estará obligado a respetar el derecho del tercero, y para la fijación del
justiprecio de la cosa embargada se tomará en cuenta esta circunstancia. De la decisión
se oirá apelación en un solo efecto, y en los casos en que conforme al artículo 312 CPC
sea admisible, el recurso de casación. Si se agotaran todos los recursos la sentencia
producirá cosa juzgada, pero la parte perdidosa en vez de apelar de la sentencia de
primera instancia podrá proponer el correspondiente juicio de tercería, si hubiere lugar a
él.

SUSPENSIÓN DE LA MEDIDA DE EMBARGO POR EL TRANSCURSO DEL


TIEMPO. (NEGLIGENCIA DEL EJECUTANTE)
SUSPENSION POR FALTA DE IMPULSO (Art. 547 CPC)
Si después de practicado el embargo transcurrieren más de tres meses sin que el
ejecutante impulse la ejecución, quedarán libres los bienes embargados.

TRASLADO DE UNOS BIENES A OTROS EMBARGO SUPLEMENTARIO.


TRASLADO DE EMBARGO (Art. 548 CPC)
El ejecutante podrá pedir que se traslade de unos bienes a otros el embargo hecho con el
objeto de la ejecución, y que se embarguen nuevos bienes además de los ya
embargados, y el Juez lo decretará así, si del justiprecio que se haya efectuado, deduce
que será necesario para la eficacia de la ejecución. En caso de hipoteca, el embargo se
limitará a los bienes hipotecados y el acreedor sólo podrá pedir el embargo de otros
bienes cuando rematados los hipotecados hayan resultado insuficientes para su pago.
Con respecto a la ejecución de los inmuebles que no le estén hipotecados tendrán los
derechos de un acreedor quirografario.
PUBLICIDAD DEL REMATE. CARTELES DE REMATE. REQUISITOS (Art.
550 CPC)
No podrá procederse al remate de los bienes embargados hasta tanto se hayan cumplido
las disposiciones. Cabe destacar, que la publicidad del remate constituye una garantía
para el ejecutado de que el mayor número de personas conocerán del futuro acto de
venta de los bienes que les fueron embargados y, de esta manera, mayor número de
postores podrán concurrir a dicho acto. Siendo esto así, tal publicidad constituye un
elemento fundamental para la validez del acto, por lo cual de existir vicios que puedan
afectar a tal grado dicha publicidad que generen que la misma no alcance su fin,
podrían producirse violaciones a los derechos de las partes en el proceso.

Conforme a las precisiones de las normas contenidas en los artículos 551, 552 y 553
del Código de Procedimiento Civil, y muy especialmente se colige que el “El cómputo
de los días que deben mediar entre las diferentes publicaciones, se hará como se
establece en el artículo 197.”, esto por aplicación del ya indicado precepto del artículo
553 del Código Adjetivo; es decir, se aclara que si no se cumple con lo preceptuado en
dichas normas; sobre viene la reposición del proceso ejecutorio, por la falta de
observancia de la referida precisión legal, encontrando nuevamente en este estadio
procesal el Órgano Jurisdiccional, que la parte actora incurre en supresión de las
formas legales, al haber realizado las publicaciones en lapsos que difieren totalmente
con el alcance normativo reseñado, produciendo el desorden cronológico, viciando en
forma reiterativa la fase publicitaria a la que se contraen las normas precedentemente
referidas, lo cual debe atraer al Sustanciador la obligación de verter
un pronunciamiento repositorio, en guarda y defensa de los derechos e intereses de
los terceros que por anuncio del acto de remate quieran intervenir en la causa como
postores y posibles adquirientes del bien anunciado.

Haciendo consideración de lo sentado y aplicando la vertiente casacionista establecida


por el Máximo Tribunal de la República, con relación a la interpretación que se debe
dar, en cuanto al modo de efectuar las publicaciones a las que alude la norma que
contiene la publicidad del remate en caso de bienes inmuebles, por contemplación a la
indicada norma del artículo 553 del Código Adjetivo, que dichas publicaciones deberán
efectuarse por días continuos, mediando entre ellas el lapso de los diez días que asigna
el artículo 552 eiusdem.
BIENES MUEBLES (Art. 551 CPC).- 3 PUBLICACIONES CON INTERVALOS
DE 3 DÍA
El remate de los bienes muebles se anunciará, en 3 distintas ocasiones, de 3 en 3 días,
mediante carteles que se publicarán en un periódico del lugar donde tenga su sede el
Tribunal y, además, en uno del lugar donde estén situados los bienes, si tal fuere el caso.
BIENES INMUEBLES (Art. 552 CPC).- 3 PUBLICACIONES CON
INTERVALOS DE 10 DÍAS
El remate de los bienes inmuebles se anunciará, en 3 distintas ocasiones, de 10 en 10
días continuos, mediante carteles.
COMPUTO DE LOS DIAS (Art. 553 CPC)
El cómputo de los días que deben mediar entre las diferentes publicaciones, se hará
como se establece en el artículo 197.
UN SOLO CARTEL (Art. 554 CPC)
Las partes pueden, de mutuo acuerdo celebrado durante la ejecución, efectuar el remate
con base en la publicación de un solo cartel, siempre que no haya terceros interesados
que puedan perjudicarse con la supresión. Si se presentare algún tercero impugnando el
acuerdo de las partes, y acredita su interés ante el Juez, se dejará sin efecto el acuerdo y
se harán las publicaciones en las formas previstas en este Capítulo.
REMATE. CARTELES. CONTENIDO (Art. 555 CPC)
Los carteles indicarán:
1. Los nombres y apellidos tanto del ejecutante como del ejecutado.
2. La naturaleza de la cosa, y una breve descripción de ella, y si fuere
inmueble su situación y linderos, expresándose si el remate versará sobre la
propiedad o sobre cualquier otro derecho.
En el último cartel, o en el único cartel si hubiere habido supresión por convenio de las
partes, se indicará además el justiprecio de la cosa, o de cada una de ellas si fueren
varias; los gravámenes que éste tenga, y el lugar, día y hora en que se efectuará el
remate.
Para conocer los gravámenes oficiará el Juez con debida anticipación al Registrador del
lugar donde esté situado el inmueble pidiéndole noticia de ellos. Estas diligencias se
harán por cuenta del ejecutante.
CERTIFICACIÓN DE GRAVÁMENES (Art. 555 CPC) (Parte Final)
Para conocer los gravámenes oficiará el Juez con debida anticipación al Registrador del
lugar donde esté situado el inmueble pidiéndole noticia de ellos. Estas diligencias se
harán por cuenta del ejecutante.
Por ejemplo, Que el primer cartel de remate fue publicado en fecha 07 de diciembre
de 2011 y los segundos fueron publicados en fecha 23 de enero de 2012; para
esa fecha en que los segundos carteles fueron publicados transcurrieron más de los
diez días siguientes al de la primera publicación.

Violando lo dispuesto en el Artículo 552 del Código de Procedimiento Civil: “El remate
de los bienes inmuebles se anunciará, en tres (3) distintas ocasiones, de diez en diez
días mediante carteles que se publicarán en la misma forma indicada en el artículo
anterior”. Lo que implica que en el presente caso no se ha hecho la publicación del
segundo cartel de diez en diez días como el citado artículo.

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia de fecha 16 de


Abril de dos mil siete (2007) con ponencia del Magistrado PEDRO RAFAEL RONDÓN
HAAZ, Exp. 03-2515, sostuvo:

“… esta Sala reconoce que para el momento cuando correspondía la publicación del
tercer cartel- diciembre de 2002- hubo una situación conflictiva a nivel nacional que
pudo efectivamente hacer imposible la publicación tempestiva de dicho cartel. No
obstante, en este caso hay que tomar en consideración si, precisamente en derivación
de la antedicha situación, se afectaron o no el goce de los derechos y garantías
constitucionales en el proceso.

La subversión del orden de publicación de los carteles de remate no pudo subsanarse


de forma voluntaria y libre por una de las partes, como acaeció en este caso. La
apelante arguyó que la publicación y posterior consignación del tercer cartel fue
realizada cuando se había levantado el paro nacional y que, por ende, había sido
diligente en el cumplimiento de sus deberes procesales.

Dicha actitud de la demandante en el proceso originario, aún si se considera


diligente, dejó en estado de indefensión a la demandada, pues no le fue posible la
obtención de certeza acerca de la oportunidad de realización del acto de remate. Así,
el agravio constitucional que sufrió es atribuible al juzgado de la causa pues el juez,
como director del proceso, debió ordenar la corrección de la subversión procedimental,
para así garantizar el cabal ejercicio de las garantías constitucionales del proceso.

El artículo 14 del Código de Procedimiento Civil, establece: “El juez es el director del
proceso y debe impulsarlo de oficio hasta su conclusión a menos que la causa esté en
suspenso por algún motivo legal. Cuando esté paralizada el juez debe fijar un término
para su reanudación que no podrá ser menor de diez días después de notificación de las
partes o sus apoderados.”

Esta norma preceptúa el principio general de que el juez es el conductor del proceso y
sobre él pesa la obligación consecuente de impulsarlo hasta su conclusión. Si bien la
regla general es que las partes están a derecho, el juez debe cumplir un papel tutor en
la causa a favor de que esta mantenga la marcha correspondiente, con el debido
acatamiento a los derechos constitucionales que informan la actividad jurisdiccional.

En el caso sub examine, las partes estaban a derecho; sin embargo, el juez debió tomar
correctivos a la subversión del orden de publicación de los carteles y no debió permitir
su publicación bajo el libre arbitrio del demandante, a través, por ejemplo, de la
fijación de una fecha para la publicación del cartel restante. Dicha omisión del juzgado
de la causa violó el derecho a la defensa del demandado quien no pudo asistir al acto
de remate debido a la incertidumbre que se generó a raíz de la publicación
extemporánea del último cartel. Así se declara...” (Negrillas adicionadas)

De igual forma dispone la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en


sentencia de fecha 03 de septiembre de 2003 con ponencia del Magistrado: Iván
Rincón Urdaneta, Exp. 02-2552 lo siguiente:

“… el legislador procesal ha dispuesto que el remate de los bienes inmuebles se


publicará en tres ocasiones distintas (primer, segundo y tercer cartel), de diez en diez
días, como lo ordena el artículo 552 del Código de Procedimiento Civil, norma que vale
decir, es de estricto orden público. Con lo cual el presunto agravio al derecho
constitucional de la solicitante, que se consumaría con el remate, no resulta inminente
en la realidad, sino que por el contrario deberá aguardar al cumplimiento de las
formalidades y lapsos previstos por el legislador para su verificación; en este caso, la
publicación y consignación del segundo y tercer cartel de remate, en las oportunidades
respectivas… “

De las sentencias supra transcritas emerge la necesidad de respetar el orden de


publicación de los carteles de remate a objeto de salvaguardar los derechos
constitucionales de las partes, lo contrario significaría una subversión del
procedimiento, debido a ello, el Juez como director del proceso debe reponer la
causa al estado de publicar nuevamente el primer cartel de remate, y una vez
publicado debe ser consignado ante este tribunal con prontitud, a los efectos de que
el tribunal disponga de cierto tiempo para librar el segundo cartel de remate a objeto
de que la publicación tenga lugar al décimo día y así sucesivamente hasta completar
los tres carteles de remate.

JUSTIPRECIO (Art. 556 CPC)


Es un precio justo que dan los peritos, los expertos a una cosa.
FORMA DE DESIGNACIÓN
Después de efectuado el embargo se procederá al justiprecio de las cosas embargadas,
por peritos que se nombrarán uno por cada parte, (2) asociados a un tercero que elegirán
las mismas partes (1), o que en defecto de ellas por inasistencia o desacuerdo en su
designación, designará el Tribunal. Las partes al designar su perito consignarán en el
mismo acto una declaración escrita del designado firmada por éste, manifestando que
aceptará la elección.
En caso de no consignar la parte la manifestación a que se refiere el presente artículo, el
nombramiento lo efectuará el Juez en el mismo acto.
OPORTUNIDAD EN QUE PUEDE PROPONERSE LA RECUSACIÓN DE LOS
PERITOS (Art. 556 CPC; 3er Aparte)
La recusación contra los peritos deberá proponerse el mismo día de su nombramiento o
en los dos días subsiguientes. Propuesta ésta, el perito, o la parte que lo nombró,
consignará, dentro de los tres días siguientes a la proposición de la recusación, las
razones que tenga que invocar contra ella, y la incidencia de recusación quedará abierta
a pruebas por ocho días decidiendo el Juez al noveno. Si la recusación fuere declarada
con lugar el Juez en la decisión que pronuncie al respecto nombrará el nuevo perito que
sustituirá al recusado
CONDICIONES PARA SER PERITO AVALUADOR. OPORTUNIDAD EN QUE
DEBEN CONCURRIR LOS PERITOS (Art 556 CPC; 2do Aparte)
Para ser perito avaluador se requiere residir en el lugar donde estén situados los bienes y
poseer conocimientos prácticos de las características, calidad y precios de las cosas que
serán objeto del justiprecioSi hubiese cosa de especie y naturaleza diferentes se harán
tantos peritajes como sean necesarios, determinando el Tribunal los que deban
ejecutarse separadamente.
DILIGENCIAS DEL JUSTIPRECIO CUANDO LOS BIENES ESTÁN FUERA
DE LA JURISDICCIÓN DEL TRIBUNA (Art. 557 CPC)

JUSTIPRECIO COMISION
Cuando los bienes que vayan a ser objeto del justiprecio estén situados fuera de la
jurisdicción del Tribunal, éste comisionará a uno competente del lugar donde se
encuentren los bienes, para que efectúe las diligencias del justiprecio.

OBSERVACIONES DE LAS PARTES. FALTA DE ACUERDO DE LOS


PERITOS PARA LA FIJACIÓN DEL JUSTIPRECIO (Art. 558 CPC)
Designados los peritos y pasada la oportunidad de su recusación, las partes presentarán
al Tribunal a los que hayan nombrado para que el Juez tome juramento de cumplir su
encargo con honradez y conciencia. Si hubiere peritos designados por el Tribunal serán
notificados mediante boleta, a menos que éstos se presenten voluntariamente.
Una vez juramentados los peritos, el Juez, de acuerdo con ellos, fijará oportunidad para
que concurran al Tribunal, y reunidos en la oportunidad señalada, oirán las
observaciones que deseen hacerles las partes que puedan contribuir a la fijación del
valor racional de las cosas.
ACTA DE JUSTIPRECIO. OTRAS FORMAS DE PRESENTAR EL PERITAJE.
JUSTIPRECIO ACTA (Art. 559 CPC)
De la reunión y decisión de los peritos se levantará un acta que contendrá las razones y
argumentos que sirvieron de fundamento para la fijación del justiprecio y el valor
asignado al bien o bienes objeto de él. También podrán los peritos consignar el
justiprecio mediante escrito que entregarán al Tribunal el día fijado para la reunión.
Normalmente, los peritos hacen un informe escrito dirigido al Juez, expresando las
razones de su decisión, contentivo de tres partes: a.- Narrativa. – b.- Motiva y c.-
Dispositiva.
JUSTIPRECIO VINCULANTE (Art. 560 CPC)
El justiprecio fijado por los peritos de acuerdo con las disposiciones anteriores será
vinculante para el Juez.

IMPUGNACIÓN DEL PERITAJE POR LAS PARTES Y POR


TERCEROSJUSTIPRECIO. IMPUGNACIÓN U OPOSICIÓN. (Art. 561 CPC)
El mismo día de la reunión de los peritos en el Tribunal para la fijación del justiprecio,
podrán las partes impugnar el resultado por error sobre la identidad o calidad de la cosa
justipreciada, lo cual probarán dentro de los cinco días siguientes, resolviendo el Juez el
sexto día, la pretensión del impugnante, y en caso de declarar firme el justiprecio fijado
por los peritos impondrá al impugnante una multa de mil bolívares. De la decisión del
Juez no se oirá apelación.
FACULTAD DE LAS PARTES PARA CELEBRAR ELLAS EL PERITAJE (Art.
562 CPC)
Las partes pueden, de mutuo acuerdo celebrado durante la ejecución, efectuar ellas el
justiprecio, siempre que no perjudiquen a terceros; pues, si lo impugna algún tercero,
ese justiprecio se deja sin efecto.

TEMA N° 3.- DE LA SUBASTA PÚBLICA DE LOS BIENES EMBARGADOS.


Antes de entrar a delimitar la materia de este tema, debemos analizar la subasta y
remate de bienes anticipada prevista en los artículos 538 y 564 CPC.

En materia de bienes embargados, establece el Código de Procedimiento Civil


Venezolano en el artículo 538 del Código de Procedimiento Civil, prevé la venta
judicial de bienes embargados que están expuestos a sufrir corrupción y se considera en
este caso, como un anticipo en el remate de los bienes objeto de embargo, por cuanto
puedan correr peligro de deterioro. No obstante, para autorizar la venta anticipada de
dichos bienes, De modo pues, que según lo expuesto, existen tres supuestos en los que,
por excepción, es posible realizar la venta en subasta pública, de los bienes muebles
embargados, mediante la publicación de un (01) solo cartel, deberán concurrir los
siguientes requisitos a saber:

1.- Que se trate de bienes muebles expuestos a corrupción o deterioro, es decir que se
trate de bienes perecederos tales como alimentos o cualquier tipo de productos que sean
susceptibles de deteriorarse o perderse por el solo transcurso del tiempo y de bienes
sujetos a descomposición (oxidación) o desperfecto de los mismos por ser inanimados.
2.- Que los bienes estén expuestos a sufrir en su valor por la demora, esto es, cuando
por el solo transcurso del
tiempo los bienes embargados puedan ver disminuido su valor de mercado.
3.- cuando el depósito de dichos bienes pueda ocasionar gastos que no guarden relación
con su valor.

La venta concebida así por nuestro legislador, se considera anticipada porque solo es
procedente cuando, llevado a cabo el embargo de los bienes, pueda ocurrir que entre
éstos, se encuentren algunos susceptibles de corrupción, por lo que puede el Juez, previa
la realización de una audiencia de las partes, y avalúo de los mismos por un único
perito, autorizar su venta mediante la publicación de un solo cartel de remate.
En cambio el artículo 564, ejusdem, prevé la venta de los bienes, aún cuando no se haya
llevado a cabo el procedimiento establecido para el Justiprecio de los mismos, pero ya
en la fase de remate de los bienes embargados, tal y como se lee en el orden del Código
in comento cuando expresa: “(…) CAPÍTULO IX, De la subasta y venta de los bienes
(…)”, Así en este capitulo, el artículo 563 del mismo, es la norma rectora del acto de
remate, y la disposición siguiente (564), constituye la excepción a dicho acto, puesto
que la misma está dada cuando el remate verse sobre “…bienes muebles que estén
expuestos a corrupción o deterioro…” .
Ahora bien, en cuanto a los conceptos de “Corrupción” y “deterioro” a que se refieren
las normas objeto de examen, en comentarios al artículo 564 del Código de
Procedimiento Civil, ha expresado el destacado procesalista Ricardo Henríquez La
Roche, en su obra Código de Procedimiento Civil, Tomo IV, página 209, lo siguiente:
“Existe una sobre-reglamentación de la venta de cosas corruptibles, lo cual es
criticable: la prevista en el artículo 538 y la que regula esta disposición. Como el
primero de los artículos se refiere a bienes sujetos a corrupción –palabra esta cuya
semántica es más restringida que la palabra deterioro- habráse de concluir que aquella
disposición será aplicada por el juez antes que ésta, si la cosa es susceptible de
corrupción y no de deterioro. La diferencia en ambas dicciones radica en que la
corrupción se refiere a la descomposición de los elementos que conforman una cosa
viva, como los animales y las plantas, o el producto de éstas, como los frutos, la leche,
etc. El deterioro concierne a la descomposición (oxidación) o desperfecto de bienes
inanimados.
La aplicación de una y otra norma tiene significación para el juez. La venta efectuada
de acuerdo a las reglas de este artículo 564, acarrea una responsabilidad suya si se
prueba que no había necesidad de hacer el remate de los bienes, lo cual tiene el riesgo
de que la valoración errónea del juez pueda acarrearle responsabilidad administrativa
y civil. En el caso del artículo 538, la responsabilidad civil del juez ejecutor no es
aplicable, habida cuenta de que la norma no lo prevé y el juez actúa previa audiencia
de las partes y con sujeción a un justiprecio imparcial que constituye la base de las
ofertas.”

Por lo tanto, en primer lugar la realización de una audiencia con las partes, el avalúo de
la cosa sujeta a remate y por último, el anuncio de su venta mediante un solo cartel, y
fijará la oportunidad y lugar que crea conveniente para efectuarlo, pero haciendo saber
al público el día y la hora de la venta. La adjudicación se hará al mayor postor, y sólo se
aceptarán propuestas de contado y pago inmediato. El Juez será responsable de los
perjuicios que cause a las partes por efectuarse un remate conforme a lo previsto en este
artículo si se prueba que no había necesidad de hacerlo. Puesto que en el caso que nos
ocupa, deberá probarse si se trata de bienes sujetos a descomposición física por ser de
carácter perecedero debido a su naturaleza, en virtud de que se refiere a un bien
mueble, en virtud de garantizar el debido proceso y el derecho a la defensa de las
partes, todo de conformidad con lo preceptuado en los artículos 538 del Código de
Procedimiento Civil y 37 de la Ley de Depósito Judicial.
DE LA SUBASTA PÚBLICA DE LOS BIENES EMBARGADOS (Art. 563 CPC)
Llegados el día y la hora indicados en el último o único cartel de remate para la
realización de éste, se procederá a efectuarlo con sujeción a las disposiciones siguientes.
CONTINUIDAD DEL ACTO DE REMATE (Art. 566 CPC)
Una vez comenzado el acto de remate éste continuará hasta su consumación, para lo
cual se tendrá por habilitado el tiempo necesario sin petición de las partes.
QUIENES PUEDEN SER POSTORES (Art. 575 CPC)
Para hacer proposiciones de adquisición en un remate se requiere la capacidad de
ejercicio y no estar sujeto a ninguna de las prohibiciones establecidas en los artículos
1.481 y 1.482 del Código Civil. El apoderado requiere de facultad expresa para poder
hacer proposiciones por su poderdante.
INCAPACIDADES PARA SER POSTORES (Arts. 1.481 y 1.482 CCV)
1. Entre marido y mujer no puede haber venta de bienes.
2. No pueden comprar, ni aun en subasta pública, ni directamente, ni por
intermedio de otras personas:
 El padre y la madre los bienes de sus hijos sometidos a su potestad.
 Los tutores, protutores y curadores, los bienes de las personas sometidas a su
tutela, protutela o curatela.
 Los mandatarios, administradores o gerentes, los bienes que estén encargados de
vender o hacer vender.
 Los empleados públicos, los bienes de la Nación, de los Estados o sus
Secciones, o de los establecimientos públicos de cuya administración estuvieren
encargados, ni los bienes que se venden bajo su autoridad o por su ministerio.
 Los Magistrados, Jueces, Fiscales, Secretarios de Tribunales y Juzgados y
Oficiales de Justicia, los derechos o acciones litigiosos de la competencia del
Tribunal de que forman parte.

CAUCIÓN QUE DEBEN PRESTAR LOS POSTORES. (Art. 565 CPC) (INICIO
DEL REMATE)
Una vez llegado el momento del remate el Juez se constituirá con el Secretario, y
procederá a fijar la caución que deban prestar los postores para que les sean admitidas
sus propuestas. Una vez ofrecidas las cauciones el Juez las examinará, y si las encuentra
convenientes y aceptables las declarará constituidas en el mismo acto. Al ejecutante se
le aceptará como caución su crédito.
OBJETO DE LA CAUCIÓN
Tiene por objeto cubrir los gastos que ocasione un nuevo remate en caso del
incumplimiento del pago del precio por el adjudicatario en el lapso establecido, y los de
la prolongación del depósito hasta el nuevo pago del precio.
FIJACIÓN DEL LAPSO PARA OÍR PROPOSICIONES DE COMPRA
Seguidamente el Secretario dará lectura a las certificaciones relativas a la libertad o
gravámenes que puedan afectar los inmuebles, y a cualquier otra información que el
Juez considere conveniente. Acto continuo fijará un lapso para oír las proposiciones de
compra, de las cuales se dejará constancia si así lo exigiere el postor. Concluido el
tiempo el Juez examinará las que se hayan hecho y adjudicará la buena pro al mayor
postor si su propuesta fuere de pago en efectivo, e inmediato, o al mejor postor en caso
de que la mayor propuesta no sea en efectivo y con pago inmediato.
LAPSO PARA ENTREGAR EL PRECIO
Cuando el remate no se haya hecho a plazo, el adjudicatario deberá entregar el precio
dentro de los tres días siguientes a aquél en que se le haya hecho la adjudicación.
REMATE DE BIENES MUEBLES E INMUEBLES CUANDO SEAN VARIOS
QUE CONSTITUYAN UNIDADES SEPARABLES (Art. 574 CPC)
Cuando los bienes a rematar, muebles o inmuebles, sean varios que constituyan
unidades separables se sacarán a remate uno por uno, siguiéndose el orden que indique
el ejecutado, o, en su defecto, el Tribunal.
Si el producto del remate de uno o varios bienes fuere suficiente para satisfacer el
monto de la ejecución se suspenderá el remate por lo que respecta a los restantes y se
declararán libres de embargo.

PROPUESTAS A PLAZOS (Art. 576 CPC)


Se admitirán propuestas a plazos, si el ejecutante y el ejecutado las aceptaren,( entre las
partes ) o si las aceptare el primero, dándose por satisfecho desde luego del precio
ofrecido, siempre que este precio no sea superior al crédito. Si lo fuere se requerirán
también el consentimiento de quien resulte interesado en el resto del precio.

DIVERSAS BASES DE JUSTIPRECIO. VARIOS ACTOS DE REMATE (Art.


577 CPC)
1. Acto de Remate: Se toma como base la mitad del justiprecio
2. Acto de Remate: Se toma como base 2/5 del justiprecio

AVENIMIENTO
Entendimiento o arreglo entre rivales sobre una nueva base de remate (Tercer Acto de
Remate) Consignación del precio. (Art. 578 CPC)
Si en el segundo remate no hubiere postura que cubra la base o sea aceptada por las
partes, éstas concurrirán, a fin de procurar un avenimiento sobre una nueva base de
remate, administración o arrendamiento, o sobre algún otro medio de allanar la
dificultad.
Si no se consiguiere nada a este efecto, el Juez señalará el quinto día para proceder, en
un tercer remate, al arrendamiento de la cosa bajo las condiciones que estipulen las
partes, o que establezca el Juez en defecto de ellas.
COPIA CERTIFICADA DEL ACTO DE REMATE (Art. 573 CPC)
Verificado el remate, el Secretario del Tribunal estará en el deber de dar, dentro del
tercer día, al rematador que lo pidiere y hubiere cumplido con las obligaciones
impuestas en el remate, copia certificada del acta de ésta para que le sirva de título de
propiedad.
CONSIGNACIÓN DEL PRECIO DEL REMATE (Art. 567 CPC)
Cuando el remate no se haya hecho a plazo, el adjudicatario deberá entregar el precio
dentro de los tres días siguientes a aquél en que se le haya hecho la adjudicación.
ADJUDICACIÓN (Art. 572 CPC)
La adjudicación en el remate transmite al adjudicatario una vez pagado el precio del
remate los mismos e iguales derechos que sobre ella tenía la persona a quien se le
remató, y, con la sola excepción establecida en el único aparte del artículo 1.911 del
Código Civil, transmite no sólo la propiedad y posesión que tenía el ejecutado, sino
también todos los derechos que tenía, fueren principales, accesorios y derivados sobre la
cosa.
Después de pagado el precio, el adjudicatario tiene derecho a ser puesto en posesión de
la cosa que se le adjudicó, por el Tribunal, el cual hará uso de la fuerza pública, si fuere
necesario, para efectuar tal acto. La posesión que adquiere el adjudicatario en razón de
la adjudicación es una posesión legítima. En los casos en que la adjudicación se haya
efectuado mediante la proposición del pago del precio a plazos la cosa adjudicada queda
afectada para garantizar el pago del precio con hipoteca legal si la cosa fuere inmueble,
y con prenda sin desprendimiento de la tenencia si fuere mueble.

Cónsono con lo anterior, cabe mencionar sentencia proferida por la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 06 de diciembre del año 2005, con Ponencia
del Magistrado Jesús Eduardo Cabrera (caso Jorge Ramón Velásquez Simons y
Mauricio Valbuena Plata), cito:
“……Afirmó dicho juzgador, que “(…) de las actas consignadas por el presunto
agraviado de las cuales se evidencia que, antes de la celebración del acto de remate
celebrada el 18 de agosto de 2003, se hicieron presentes, el 14 de agosto de 2003, los
apoderados de la Sociedad Mercantil BANCO SOFITASA, C.A., consignado escrito
mediante el cual solicitan se efectúe la purga de la hipoteca, fundamentándose entre
otros alegatos, en el criterio sostenido por el Dr. Oswaldo Parillo (sic) Araujo, en su
obra de la Ejecución de la Hipoteca Transcribiendo: ‘…y en consecuencia, el acreedor
ejecutante tomará dichas obligaciones hipotecarias en caso de adjudicación’, en el
acta de remate expresamente quedó establecido tal consecuencia, pues al adjudicatario
al adquirir los derechos y acciones ‘lo hace a sabiendas que sobre el presente inmueble
pesa acreencia gravámenes y medidas opuestas en otro juicios o procedimientos a todo
evento el Tribunal salva los derechos de terceros’, es decir, que el adjudicatario
adquiere el bien dado en remate, a sabiendas que sobre el pesa hipoteca convencional
especial y de primer grado a favor de la hoy quejosa, y que sobre el mismo fueron
decretadas medidas de prohibición de enajenar y gravar y de embargo en otros juicios,
por tanto, es él el que debe responder por haber adquirido la propiedad. Por lo tanto,
lo pedido a través de esta vía de amparo en cuanto a que se anule el Acta de Remate,
tal y como fue expuesto por la Juez del tribunal presunto agraviante, en nada beneficia
ni perjudica al accionante, porque las cosas volverían a la deudora y el único
perjudicado sería el demandante del juicio principal quien fue el vencedor y quien
como antes se dijo, está consciente de la hipoteca y de las medidas recaídas sobre el
inmueble, sin que los presuntos agraviados modificaran para nada la situación en que
se encuentran (…)
Siendo así, una vez que se haya consumado el remate de los bienes embargados, no se
podrá declarar la nulidad del remate, ni de los actos procesales anteriores a su
realización, salvo por motivos excepcionales provenientes de la inconstitucionalidad
del acto.
Esto, obedece a que cuando se adquiere un bien por remate judicial, ésta viene a ser
una de las formas previstas en nuestro ordenamiento jurídico, para adquirir la
propiedad con presunción de buena fe con respecto al adjudicado, que en el presente
caso fue el ciudadano REY ARÉVALO CRUZ IVÁN, quien adquirió los derechos y
acciones que correspondían al identificado inmueble.
De esta forma, considera esta Sala pertinente señalar, que si el accionante en amparo,
lo que pretendía con los planteamientos realizados, era impugnar no sólo el acto de
remate efectuado, sino la adjudicación realizada, ésta no era la vía idónea para ello.
Además, el remate y la adjudicación, en nada perjudican al acreedor hipotecario, ya
que mientras no se cancele la hipoteca, ésta sigue vigente sobre el bien (artículo 1.877
del Código Civil)…….”

Por otra parte, la Sala de Casación Civil del TSJ, en sentencia de fecha
15/11/2000, Expediente N° 00-070, Magistrado ponente Dr. FRANKLIN
ARRIECHE G, señala el criterio reiterado y diuturno que sirven de efectos de la
adjudicacion:

“…Con el remate entre el Tribunal y las partes surge una relación jurídico
procesal, donde el adjudicatario tiene derecho a ofrecer una caución y a defenderla si
es que alguien la impugna; donde él se ve obligado a pagar los gastos del nuevo
remate, si no consignare el precio (artículo 570 Código de Procedimiento Civil); donde
queda sujeto al pago de costas (artículo 571 eiusdem), y también queda sujeto a que
contra él se haga efectiva la responsabilidad que nace por los perjuicios que
causare sino paga el precio (artículo 571 ibidem); teniendo –además- dentro del
proceso el derecho de que se le ponga en posesión de la cosa adquirida.
El legislador sostiene en el artículo 572 del Código de Procedimiento Civil, que
la adjudicación en el remate trasmite al adjudicatario una vez pagado el precio del
remate, los mismos e iguales derechos que sobre ella tenía la persona a quién se le
remató, con lo cual se trasmite no solo la propiedad y posesión que tenía el ejecutado,
sino también todos los derechos que tenía, fueren principales, accesorios y derivados
sobre la cosa rematada; además está en el derecho de ser puesto en posesión - por el
Tribunal- de la cosa que se le adjudicó, haciendo uso de la fuerza pública si fuere
necesario.
Por lo tanto, debe entenderse que con la adjudicación del bien se consuma el
acto de remate, se satisface la pretensión del actor, cesa la intervención de las partes y
la sentencia que le sirve de fundamento debe considerarse ya ejecutada, por lo que la
entrega material viene a constituir la garantía brindada por el tribunal que garantiza el
derecho del adquirente en la posesión legítima del objeto rematado.
En consecuencia, con la adjudicación del inmueble en el acto de remate,
culminó la fase de ejecución de la sentencia por lo que ni siquiera podía el tercero
amparar su intervención con base en lo dispuesto en el artículo 376 del Código de
Procedimiento Civil, y al no haber agotado el camino de la acción de tercería
previamente, carece de legitimación como parte en el proceso y por ende, para
recurrir en casación, al no cumplirse uno de los requisitos necesarios para la admisión
del recurso extraordinario, como es el interés legítimo del recurrente…”

ACCIÓN PARA ATACAR EL REMATE (Art. 584 CPC)


El remate no puede atacarse por vía de nulidad por defectos de forma o de fondo, y la
única acción que puede proponerse contra sus efectos jurídicos es la reivindicatoria.
La SALA CONSTITUCIONAL del TSJ, en sentencia de fecha 23/10/2001, Exp.
Nº: 00-316, con ponencia del MAGISTRADO: JESÚS EDUARDO CABRERA
ROMERO, estableció el siguiente criterio:
“…Pasa ahora a examinar los alegatos expuestos y recaudos existentes, y al
respecto observa:
El Código de Procedimiento Civil en su artículo 584 establece que:

Artículo 584:
El remate no puede atacarse por vía de nulidad por defectos de forma o de fondo, y
la única acción que puede proponerse contra sus efectos jurídicos es la reivindicatoria”
.
Conforme a dicha norma transcrita dentro del proceso civil donde tiene lugar, el
remate es intocable, lo que garantiza la seguridad jurídica del acto a favor de los
adjudicatarios; y contra los efectos jurídicos del remate, y ya fuera del proceso donde
tuvo lugar, no es viable una acción autónoma de nulidad, siendo la única vía posible
para recuperar el bien cuya propiedad ha adquirido el mejor postor del remate, la
acción reivindicatoria.

La norma es clara, pero ella no excluye, ni puede interpretarse en esa forma, que el
remate adelantado con infracción de derechos y garantías constitucionales que lesiona
a alguien (parte o tercero), pueda mantenerse incólume a pesar de las violaciones
constitucionales.
Cuando surge una situación como la señalada, la acción de amparo es procedente, ya
que mal puede surtir efectos e infringir la situación jurídica de alguien, situaciones
violatorias de los derechos constitucionales de ese alguien.
De allí que en el caso de autos, no es posible por parte del juez constitucional dejar de
analizar la posibilidad de infracciones constitucionales ocurridas en relación con el
remate, aduciendo la prohibición del artículo 584 del Código de Procedimiento Civil,
que no previene las consecuencias de las transgresiones constitucionales.
En consecuencia el amparo no era inadmisible por las razones esgrimidas por el a quo,
y así se declara.

Ahora bien, el presente amparo resulta improcedente porque la violación alegada,


proveniente del incumplimiento de una norma legal (del Código de Procedimiento Civil),
con motivo de la publicación de los carteles, no constituye per se una violación
constitucional, ni un atentado al debido proceso.

De los recaudos remitidos, se observa que en el auto de admisión de la


demanda, se ordenó la citación del demandado hoy accionante, y aunque entre
los documentos consignados, no hay constancia de que tal notificación se
hubiera realizado, la continuación del procedimiento en forma normal y el
hecho de que el interesado no lo alega como defensa, llevan la certeza a esta
Sala de que el accionante en amparo, demandado en ese juicio, estaba en
conocimiento del procedimiento que se seguía, y en consecuencia a derecho
para ejercer debidamente su defensa, lo cual no hizo oportunamente.
La infracción de normas procesales, necesariamente no constituye violaciones
de derechos constitucionales. El demandado conocía de la ejecución, había incumplido
la orden de cumplimiento voluntario, luego conocía de la fase ejecutiva del fallo
dictado en su contra, y los carteles de remate se publicaron, pudiendo haberse
planteado antes del remate cualquier nulidad proveniente de su decreto y publicación.

El que se haya obviado un cartel en la localidad donde estaba ubicado el


inmueble y el cual es un llamado dirigido a los terceros para que concurrieran a hacer
posturas, a juicio de esta Sala, no lesiona la situación jurídica del ejecutado, quien muy
bien, por esa causa, podía solicitar antes del remate la nulidad de las actuaciones y
oponerse al mismo, lo que no hizo, y por ello a juicio de esta Sala el amparo es
improcedente y así se declara…”

Asimismo, en sentencia del 31 de octubre de 2002 (caso: Joksi Nairobi Badillo


Rodríguez), esta Sala estableció:
“…Concluye así la Sala que la existencia de la acción reivindicatoria prevista en el
artículo 584 del Código de Procedimiento Civil, no excluye la posibilidad que se
interponga y se admita la acción de amparo cuando el acto de remate se considere
violatorio de derechos y garantías constitucionales”.
Tal como lo asentó la Sala en los fallos que fueron parcialmente transcritos, el remate
es un acto que, por su naturaleza, no es susceptible de nulidad conforme lo disponen los
artículos 206 al 214 del Código de Procedimiento Civil, por lo que la única vía posible
para la recuperación del bien objeto de remate es la acción reivindicatoria; no
obstante, pueden existir supuestos en los que dicho acto se efectúe en franca violación
de derechos constitucionales, situaciones en las que el amparo constitucional resulta la
vía idónea para la restitución de la situación jurídica infringida. (Cfr. s.S.C n°
1253/20.05.03)”.
Más recientemente, en sentencia del 29 de enero de 2004 (caso: Pedro González
Solares), esta Sala, dejó asentado:
“…El 24 de ese mismo mes y año se llevó a cabo el remate que el aquí
quejoso denunció como lesivo de sus derechos y garantías constitucionales,
por cuanto se le impidió su participación como postor, no obstante que tenía
derecho a ello en su carácter de parte actora ejecutante, en razón de la cesión
de derechos litigiosos que se mencionó supra.
El Juzgado a quo declaró con lugar la demanda de amparo, por cuanto
consideró que al querellante se le vulneraron sus derechos constitucionales a
la defensa y al debido proceso cuando se le impidió su intervención en el acto
de remate, no obstante que tenía derecho a ello.
Para la decisión la Sala observa:
(…)La norma es clara, pero ella no excluye, ni puede interpretarse en esa forma, que el
remate adelantado con infracción de derechos y garantías constitucionales que lesiona
a alguien (parte o tercero), pueda mantenerse incólume a pesar de las violaciones
constitucionales.
Cuando surge una situación como la señalada, la acción de amparo es procedente, ya
que mal puede surtir efectos e infringir la situación jurídica de alguien, situaciones
violatorias de los derechos constitucionales de ese alguien.
En el caso que se examina, se comprueba que, en el acta que se levantó en la
oportunidad cuando se efectuó el remate, el Juzgado agraviante obvió por completo las
advertencias que hizo el aquí quejoso en cuanto a que tenía derecho a la intervención
en el acto en su carácter de cesionario y, por ende, sustituto procesal de la parte actora
ejecutante, lo que aparejó que le impidiera su participación en el mismo, conducta ésta
que se deduce del propio texto del acta en la que se lee:
“Se anunció dicho acto por el Alguacil del Tribunal en la forma de Ley y la parte
actora no compareció, se presentó el Dr. ALEJANDRO UGARTE SPERANDIO (...) en
su carácter de apoderado judicial del ciudadano PEDRO GONZÁLEZ SOLARES, quien
expone:
(omissis)
(...) Igualmente, quiero dejar expresa constancia en nombre de mi representado, que no
tan solo se me impide participar en el presente acto de remate con los mismos derechos
procesales que el cedente; BANCO VENEZOLANO DE CRÉDITO, sino que también se
me impide actuar como Postor común al no permitirme consignar cheque de mi cuenta
personal como caución para participar en el citado acto, con lo cual se deja en el más
absoluto estado de indefensión a la parte que represento.
(omissis)
En este estado y vistos los alegatos presentados por el exponente este Tribunal ordena
la continuación del presente acto de remate (...).
(omissis)
(...) vencido por tanto el lapso señalado por el Tribunal para oír posturas en el presente
remate, sin que se hubiese hecho otra distinta o mayor de la ofrecida por el ciudadano
FRANCESCO CARROCIO VENDITTO, el Tribunal la acepta y en consecuencia, LE
CONCEDE LA BUENA PRO al ciudadano FRANCESCO CARROCCIO
VENDITTO...”. (subrayado añadido)
De la trascripción que antecede se colige que el remate se llevó a cabo en
clara infracción de los derechos a la defensa y al debido proceso del quejoso
por cuanto se le impidió su intervención en el acto no obstante que tenía
derecho a ello, con lo cual se le privó de la posibilidad de que ofreciera su
crédito como caución y de que se le adjudicara el bien objeto de la subasta;
ello, producto de la falsa apreciación jurídica del Juzgado agraviante, el cual no
lo consideró parte, cuando, en realidad, lo era por efecto de la sustitución
procesal que se produjo con la cesión de los derechos litigiosos que le
hiciera Venezolano de Crédito S.A. Banco Universal, la cual no requería la
notificación del demandado, por haberse hecho en fase de ejecución y porque
éste se encontraba a derecho. (Cfr. HENRIQUEZ LA ROCHE, Ricardo, Código
de Procedimiento Civil, Tomo I, p. 436).
Concluye entonces esta Sala que el Juzgado agraviante actuó fuera de su competencia
cuando efectuó el remate en menoscabo de los derechos constitucionales del quejoso, lo
cual hace nulo el acto, con fundamento en el artículo 25 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela. Así se decide…”
La SALA CONSTITUCIONAL del TSJ, en sentencia de fecha 09/02/2006, Exp. 04-2610,
Magistrado-Ponente: FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ, señalo lo
siguiente:

“…En abundancia, previo estudio de las actas procesales que integran el


expediente, advierte la Sala que el acto de remate se llevó a cabo en clara
infracción de los derechos al debido proceso, a la defensa y a la tutela judicial
efectiva de los accionantes por cuanto se les impidió su intervención en el acto
no obstante que les asistía derecho para ello, y más aun, con relación a la vía
ordinaria contemplada en el artículo 584 del Código adjetivo antes referido, que
no puede ser activada por los quejosos por cuanto no tienen el carácter de
propietarios, requisito sine qua non para el ejercicio de la acción reivindicatoria.
Reafirmando el criterio anterior, es de vital importancia advertir que el
ejercicio de la acción reivindicatoria, como antes se dijo, no corresponde sino a
quien pueda pretender un derecho de propiedad sobre el objeto que fue
rematado y no para aquellas personas que puedan pretender algún derecho
sobre el valor del bien obtenido en remate, como en este caso, ya que se trata
de ex trabajadores –acreedores privilegiados- de la empresa ejecutada.
En el mismo sentido, resulta comprobado que la juzgadora agraviante
actuó fuera de su competencia y con usurpación de funciones cuando efectuó
el remate en menoscabo de los derechos constitucionales de los quejosos, lo
cual además de hacer procedente la acción ejercida, hace nulo el acto, con
fundamento en el artículo 25 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela…”
EN ESTA SENTENCIA LES RECOMIENDO BUSCAR Y LEER EL VOTO
SALVADO DEL DR. JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO, LES SERVIRÁ
PARA OBTENER DESTREZAS AL MOMENTO DE FIJAR CRITERIO
CONTRADICTORIO Y ALEGAR EN UN ASUNTO.
La SALA DE CASACIÓN CIVIL del TSJ, en sentencia de fecha 28/03/2007,
Exp. 2006-000853, con ponencia del Magistrado: LUÍS ANTONIO ORTÍZ
HERNÁNDEZ, ratifica el criterio siguiente:
“…Ahora bien, el acto de remate representa la culminación de un proceso y éste
sólo puede ser cuestionado a través de la acción reivindicatoria según lo preceptuado
en el artículo 548 del Código de Procedimiento Civil, cuyo texto expresa:
“El remate no puede atacarse por vía de nulidad por defectos de forma o de fondo, y la única acción que puede
proponerse contra sus efectos jurídicos es la reivindicatoria.” (Resaltado de la Sala).
En atención a la norma trascrita, la doctrina de la Sala ha sostenido el criterio
que se evidencia en sentencia N° 332 de fecha 27 de abril de 2004, expediente N° 2001-
000341 en el juicio de Miriam Fer de Strubinger y otro, contra Esthenga Kerch de
Restrepo y otros, mediante la que se estableció:
“…Como ha quedado establecido en el presente fallo, en el juicio principal por cobro de bolívares, intentado mediante
el procedimiento por intimación se decretó una reposición inútil, contrario a los principios de celeridad, seguridad
jurídica y no sacrificio de la justicia por formalidades no esenciales, contenidas en los artículos 26 y 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por el Juzgado Superior Accidental en lo Civil, Mercantil, del
Tránsito, del Trabajo y de Menores de la Circunscripción Judicial del estado Yaracuy, en fecha 27 de mayo de 1996, y
un fraude procesal palpable en el desistimiento por parte del ejecutante aún cuando había un convenimiento de la
intimada, todo ello en desmedro de los derechos adquiridos por los terceros adjudicatarios del bien inmueble objeto del
remate.
Constatado como ha sido la existencia de los carteles o publicaciones del referido acto de remate lo cual conlleva su
validez, la realización del mismo, y su culminación con la adjudicación hecha por el a quo a los terceros intervinientes,
ciertamente son estos últimos los propietarios del bien inmueble y los colusionados en el juicio principal, sólo pueden, a
tenor de lo previsto en el artículo 584 del Código de Procedimiento Civil, intentar la acción reivindicatoria, como única
vía procesal existentepara atacar el acto de remate válidamenterealizado. Así sedictamina.
Quedan expuestas de manera clara, precisa e inequívoca, las razones por las cuales el acto de remate realizado en el
juicio principal por cobro de bolívares, vía intimatoria, es totalmente válido, motivo por el cual los terceros, hoy
recurrentes, son los legítimos propietarios del bien inmueble que les fue adjudicado. En consecuencia, la recurrida
debió aplicar la disposición contenida en el artículo 584 del Código de Procedimiento Civil, que no aplicó, referente
al procedimiento que se debe seguir como única vía procesal prevista para atacar los efectos jurídicos derivados del
acto de remate. Todo lo cual conlleva a la declaratoria de procedencia de la denuncia de falta de aplicación de los
artículos 12, 17, 266 y584 eiusdem, y el 548 del Código Civil. Así se decide…”.
Aplicando la jurisprudencia anteriormente transcrita al caso de estudio, la Sala
observa que el presente recurso de casación es inadmisible, ya que de conformidad con
lo previsto en el artículo 584 del Código de Procedimiento Civil, la única defensa que
puede ejercerse a los fines de enervar los efectos del remate es la acción
reivindicatoria, en razón de que el extraordinario que ocupa la atención de la Sala, fue
anunciado contra una sentencia que inadmitió la oposición de un tercero, contra el
remate, y en consecuencia, el recurso de hecho propuesto debe ser declarado sin lugar,
tal como se hará de manera expresa, positiva y precisa en el dispositivo del presente
fallo. Así se decide.
No puede esta Máxima Jurisdicción dejar pasar la errónea actuación de los
jueces de primera y segunda instancia en el sentido de haber dado trámite a la
oposición formulada por el tercero, cuando lo procedente era no admitir la misma
fundamentándose en la previsión contenida en el artículo 584 del Código de
Procedimiento Civil citado. Así se declara…”
REFLEXIÓN: El abogado es el actor obligado y privilegiado dentro del mundo
jurídico, por ello, como facilitador con mis muchos o pocos conocimientos en la materia
busco como resultado final la formación del futuro abogado de la USM Núcleo Barinas,
sea un profesional creativo, capaz de auto prepararse, independiente, crítico y
persuasivo ante su entorno; pero, para ello Recuerde: Que “El Derecho se
aprende Estudiando; pero se ejerce Pensando” (Maestro Eduardo J. Couture).

El Abogado es un cultor del Derecho, necesita de una conciencia definida de sus


obligaciones y derechos, perfecta formación ética, académica y humanística, luz
del compromiso axiológico con su entorno y se convierte en gendarme de la
legalidad y el Estado de Derecho; basándose en el estudio, constancia,
honestidad, responsabilidad, prestigio, solidaridad, un estilo decoroso para
nuestra inefable profesión y hacer (aunque suene quijotesco) una
mejor sociedad.

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