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Para orientar nuestra brújula desde la partida, comencemos entendiendo que esta
moderna disciplina: el Coaching Ontológico, deviene de la propuesta de la Ontología
del Lenguaje, y ésta no es ni más ni menos que una nueva interpretación de lo que
significa ser humano.
Justamente la palabra Ontología remite al significado del ser. La Ontología del
Lenguaje define el significado del ser humano, a través del lenguaje: el ser humano es
un ser de lenguaje. Se crea, acciona y se despliega como tal a partir del lenguaje.
Podemos enunciar aquí entonces los tres postulados básicos de la Ontología del
Lenguaje:
3) Los seres humanos se crean a sí mismos a través del lenguaje: el ser humano
puede diseñar su propia forma de ser, a través de la capacidad generativa del
lenguaje, del DECLARAR lo que quiere ser y hacer, y de coordinar acciones
con los otros, a través de sus conversaciones, para lograrlo.
NO ACTUAMOS DE ACUERDO A CÓMO SOMOS, SOMOS DE ACUERDO A
CÓMO ACTUAMOS.
Como se podrá Ud. imaginar ya a esta altura, el Coaching, -práctica conversacional que
se deriva de estos postulados-, puede aplicarse en cualquier ámbito de la vida. Le
propongo detenernos esta vez, en un área que forma parte de mi trabajo cotidiano: el
desarrollo profesional y el mundo laboral.
Hay una frase muy de moda, a estas horas, para nombrar el trabajo del Coaching
dedicado a profesionales y directivos de empresas: “Coaching Ejecutivo”, como Ud.
seguramente habrá podido escuchar por ahí.
Como Coach que soy, creo que si hay alguna frase que describa justamente a este
“Coaching Ejecutivo”, no puede ser otra que "mostrarle al profesional CÓMO
HACER las cosas que YA CONOCE", sea cuál sea su posición laboral, y el lugar
donde se desempeñe.
Porque el conocimiento sobre el QUÉ hacer ya está dado, pero lo que falta es el
CÓMO hacerlo. Que sepamos, por ejemplo, cuáles son las estrategias de las compañías
exitosas, o de los líderes excelentes, no nos garantiza que las llevemos automáticamente
a la práctica, y menos aún a la práctica eficaz!!!
Para ello, el Coach es quien acompaña, guía sobre el terreno de implementación,
distingue competencias del aprendiz, y las pone a trabajar, arroja luz sobre sus errores
para aprender de ellos, explora posibilidades aún inexploradas...
Como psicóloga que también soy, si tengo que definir a este Coaching Ejecutivo,
considero, decididamente, que es toda una metodología para transformar "la forma de
SER", entendiéndose por ella los aspectos más concientes y fácilmente manejables por
la persona misma.
Seamos claros: quienes eligen trabajar con un Coach como guía, y se comprometen con
los resultados del proceso, encuentran en el camino, que cambian actitudes,
percepciones sobre personas y situaciones, conductas e incluso hábitos para encarar
aspectos cotidianos, ... ligados al trabajo. Ahora bien, esta suerte de
TRANSFORMACIÓN PERSONAL, constituye de por sí un "potencial bagaje", para
transferir a otros ámbitos de la vida. La persona es una sola, y sus aspectos más
positivos (actitudes, tendencias, conductas, conversaciones), que ponga en juego en este
proceso, también los podrá adaptar a su situación familiar, social, etc, si existe la
suficiente motivación para ello.
Claro que todo ésto no es automático, ni se obtiene de un día para el otro. Quien crea
que el Coaching es como una “píldora instantánea”, lejos está de la realidad.
Sí puede ser la gran oportunidad del autodescubrimiento, pero para ello, -como para
todo en la vida!!!-, hay que comprometerse con un diseño de acciones a poner en
práctica, y con LOS RESULTADOS QUE SE QUIEREN LOGRAR a través de esas
acciones.
Asimismo, para quienes comparten un objetivo de trabajo común, como lo son tanto un
emprendimiento conjunto, como una gran empresa, el reflexionar e intercambiar sobre
la experiencia del día a día, puede ser sólo el primer paso del camino que toma un
proceso de Coaching grupal, en la serie de conversaciones que se darán entre ese grupo
constituído y su Coach. Porque luego, y a lo largo del camino, le irán ocurriendo otras
cosas no menos importantes: el cuestionarse por la satisfacción de los logros obtenidos,
las formas particulares de vivenciar los momentos compartidos como grupo, y
fundamentalmente su funcionamiento como “equipo de trabajo”.
Gradualmente irán apareciendo, además, juegos y tendencias del grupo mismo, que lo
sorprenden en el trabajo cotidiano: son éstas las particulares formas de “ser en el hacer”.
Y aparece entonces inevitablemente la pregunta que se le presentifica aquí a todo grupo,
y que el coach podrá conducirlo a formularse a sí mismo:
¿Qué conductas, hábitos, formas de hacer las cosas y producir, tenemos en el día a
día, que nos traen consecuencias en nuestros resultados, y en el nivel de satisfacción
que experimentamos con nuestro negocio?
Psicóloga (UBA)