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PLURALISMO JURÍDICO EN COLOMBIA.

El Pluralismo
Jurídico hace
referencia a la
preexistencia de
múltiples sistemas
jurídicos en una
misma superficie
terrestre. Esta tesis
implica tres cosas:
reconocer que el
derecho oficial, el
derecho del estado, no es el único existente; que distintas prácticas
jurídicas  justicia indígena, justicias comunitarias pueden ser
reconocidas como distintas formas de derecho; lo anterior supone, por
tanto, que el reconocimiento de soberanía que algunos estados
establecen al pretender la concesión de la fuerza jurídica, se relativiza.
Pluralismo Jurídico es la coexistencia dentro un Estado de diversos
conjuntos de normas jurídicas positivas en un plano de igualdad,
respeto y coordinación. Este, adquiere sus antecedentes en las
primeras ilustraciones del derecho como tal, y fue reconocido como un
fenómeno de carácter social en el 99. Así mismo, florecieron las
sociedades primitivas y las primeras estructuras jurídicas, entre ellos el
status- parentesco.

En aquel entonces, se abrió campo al estudio entre el derecho y la


sociedad; fue allí donde se dedujo que las normas obedecerían la
estructura social del estado, la cual es definida como conjunto de
pautas entre individuos y grupos.

Malinowski estipula en una de sus obras un buen concepto de derecho


y a su vez define este desde su función y forma, pues dice que la
función es fomentar o mantener el orden social y a su vez debe ser
respaldado por normas jurídicas que se encuentran legalmente
escritas en nuestro ordenamiento jurídico, cuando habla de derecho se
refiere a las abstracciones de pautas concretas del comportamiento en
sociedad. Por tal razón el derecho es tan plural como la sociedad
misma.
El derecho es ordenador de asociaciones humanas y a partir de estas
se producen normas de control social, de las cuales surge el derecho.
Desde finales de la década de 1980, diversos autores han estudiado y
debatido el pluralismo jurídico, con la finalidad de determinar las
relaciones entre el Estado y la sociedad; y con ello, construir nuevos
conceptos sobre el derecho para un mundo posmoderno. Sin
embargo, hasta el momento no existe ningún acuerdo sobre cómo
conceptualizar el pluralismo jurídico presente en las sociedades y en
los Estados, pues dependiendo de la visión y disciplina de cada autor,
el concepto implora diferentes tácitos. Por ello, la lectura realizada
tiene como propósito estudiar el pluralismo jurídico como un
fenómeno, esto es, como un hecho presente en diversos momentos
de la historia de la humanidad, con el objetivo de dejar de lado la
perspectiva dominante que idealiza el derecho a un cuerpo uniforme,
organizado y consistente.
Inicialmente, los estudios sobre pluralismo jurídico se concentraron en
la existencia de sistemas normativos por fuera del Estado, es decir,
sistemas normativos no oficiales como los culturales, que pueden ser
regulados por la costumbre, la religión o la economía, etc. los cuales
son vinculantes para las personas que pertenecen a comunidades
específicas( ANCESTRALES).
Las luchas sociales causaron también la ampliación de los derechos
políticos a estratos más amplios de ciudadanos, y cuando se impuso el
sufragio universal, existió un cambio importantísimo, de tipo
sociológico dentro del Estado, pues de un Estado elitista, dominado
por una única clase, con base en el voto censitario, pasamos a un
Estado de pluralidad de clases, en donde diversas ideas y valores
luchan por el poder en el Estado.
La existencia de pluralidad de clases dentro del aparato estatal
comenzará a definir poco a poco un nuevo derecho, comprometido
con la realización de ciertos valores materiales dentro de las
sociedades, los cuales dibujarán sistemas normativos pluralistas
dentro del propio Estado, pues cada grupo que lucha por el poder,
busca la materialización de diferentes políticas con base en criterios
económicos, políticos, técnicos, axiológicos, etc.
Finalmente, en la actualidad, el Estado ya no cuenta con un poder
centralizado que le permita controlar y dirigir de forma autónoma la
sociedad o la economía. Por lo tanto, el Estado necesita de nuevas
formas de actuación y nuevas estructuras que ayuden a coordinar
diversos actores en búsqueda del bien común. Aun así, en muchos
casos las viejas estructuras estatales no son conscientes de los
cambios sucedidos en las últimas décadas y pretenden continuar
dirigiendo las sociedades como en periodos pasados, esto es,
pretenden continuar tomando decisiones de forma autónoma,
autosuficiente y cerrada, sin rendición de cuentas y sin tener en
consideración los diversos intereses presentes en las sociedades
plurales del siglo XXI.

Paulatinamente, con la llegada de la constitución del 91 se crea un


nuevo modelo de nación colombiana, orientado a fortalecer varias
diferencias dentro de la sociedad.
La Carta del 91 dejó claro el principio del pluralismo jurídico. En el art
70 por el respeto a la igualdad y dignidad de todas las culturas
establecidas en nuestro territorio. La norma orgánica es una vuelta al
derecho de Aldea que estableciera la casa de Austria al desarrollar el
proceso de conquista española. Por ella, las autoridades de los
pueblos indígenas podrán ejercer funciones jurisdiccionales dentro de
su ámbito territorial de conformidad con sus propias normas y
procedimientos, siempre que no sean contrarias a la Constitución y
leyes de la República, dejando a la ley la coordinación o articulación
en relación a los dos sistemas judiciales, El art 286 de la misma Carta
establece que los territorios de las comunidades indígenas, se
consideran que son entidades territoriales, con autonomía
administrativa y presupuestal y les otorga la capacidad para ser
representadas judicial y extrajudicialmente y se desprende de lo
anterior, el papal protector del Estado y la responsabilidad del aparato
estatal de velar por las garantías que la Carta del 91 exige de
conformidad con el derecho de aldea y la formalización de un derecho
consuetudinario propio.
El derecho a la diversidad étnica impone al Estado una debida
regulación normativa que se adecué a la organización estatal que nos
impone la Carta. Velando por un pluralismo jurídico, podemos ver en
gran parte de nuestro territorio que coexiste la jurisdicción indígena y
la jurisdicción ordinaria. Bien lo ha explicado la Corte Constitucional de
que existan cuatro órdenes normativos. En primer lugar, la
Constitución y la legislación Nacional General, dentro de los cuales el
indígena es considerado como ciudadano en igualdad de derechos de
carácter colectivo derivado de nuestro carácter pluralista; en segundo
lugar, los tratados internacionales sobre derechos humanos que el art
93 de la Carta ha incorporado a nuestro sistema normativo bajo el
nombre de Bloque de constitucionalidad o como precedente
jurisprudencial internacional. En este caso, el Convenio 169 de la
O.I.T., la declaración de Naciones Unidas sobre derechos de los
indígenas, la Convención internacional sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación racial y la misma jurisprudencia de la
Convención Interamericana de Derechos Humanos. Igualmente la
propia legislación Indígena Nacional
y los sistemas normativos de derecho interno creados con fundamento
en las cosmovisiones de los pueblos indígenas, que articulan sus
sistemas de autoridad, representación, decisión, control y regulación
social con base al Manual para la defensa y representación legal de
comunidades y miembros de las comunidades indígenas en la
respectiva de la Defensoría del Pueblo en unción de la USAID. Falta
una verdadera política del Estado y que el legislador imprima una
normatividad más acorde con la existencia y representación de dichos
pueblos, que se hunden en nuestras raíces ancestrales.

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