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MODULO 1 VIOLENCIA DE GÉNERO

Contenido
INTRODUCCION ............................................................................................................................ 3
TITULO I ......................................................................................................................................... 5
GÉNERO .......................................................................................................................................... 5
1. EL CONCEPTO DE GÉNERO:............................................................................ 5
2.- DIFERENCIA ENTRE SEXO Y GÉNERO ............................................................... 7
3 .-ANÁLISIS DE GÉNERO ................................................................................... 10
4.- LA VISIÓN DE GÉNERO .................................................................................. 11
5.- DEFINICION DE VIOLENCIA DE GÉNERO......................................................... 13
6.- ACCIONES PARA ELIMINAR LA VIOLENCIA POR RAZONES DE GÉNERO ............. 17
7.- MODALIDADES DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO ................................................ 17
TITULO II ..................................................................................................................................... 21
LOS DERECHOS HUMANOS DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO ................................. 21
1. LOS DERECHOS HUMANOS ........................................................................... 21
2.- LA PERSPECTIVA DE GÉNERO DE LOS DERECHOS HUMANOS .......................... 24
3.- POLÍTICAS PÚBLICAS ENMARCADAS EN LOS DERECHOS HUMANOS ................. 28
4.- CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE
DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER.................................................................. 31
5.- ANALISIS DE LA CONVENCION DE ELIMINACION CONTRA LA DISCRIMINACION
FEMENINA ......................................................................................................... 33
TITULO III .................................................................................................................................... 39
LA PROSTITUCION COMO VIOLENCIA DE GÉNERO.............................................................. 39
1.- LA PROSTITUCION ........................................................................................ 39
2.- POSICIONES SOBRE LA PROSTITUCION ........................................................... 41
3.- RÉGIMEN LEGAL DE LA PROSTITUCIÓN EN EL PERU........................................ 48
4.- PROSTITUCIÓN LEGAL, ILEGAL O CLANDESTINA. ............................................ 51
4.1- Prostitución legal. ........................................................................................ 51
5.- ANALISIS MARCO LEGAL ................................................................................ 62

1
5.1.- NORMA CONSTITUCIONAL .......................................................................... 62
5.2.- CODIGO PENAL .......................................................................................... 64
6.- CONVENCION INTERAMERICANA PARA PREVENIR, SANCIONAR Y ERRADICAR LA
VIOLENCIA CONTRA LA MUJER "CONVENCION DE BELEM DO PARA" .................... 72
ANEXO........................................................................................................................................... 81
CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS...................................... 81
DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER .............................................................................. 81
BIBLIOGRAFIA ............................................................................................................................. 99
EXAMEN .......................................................................................................... 100

2
INTRODUCCION

Erradicar la pandemia de la violencia de género es el verdadero reto del siglo XXI,


mucho más que cualquier otro tipo de avance científico, cultural o tecnológico. Si la
humanidad aprendiera a detectar, parar y prevenir esta enfermedad histórica, se
produciría un punto de inflexión en su evolución: el fatuo “homo sapiens” pasaría a ser
persona, ser humano.
Es la primera causa de muerte de la mujer en el mundo, pero también es la primera
causa generadora de guerras. El niño que crece en el mito de la superioridad del varón
frente a la mujer, incorpora a sus más íntimas creencias la de que unos seres son
superiores a otros sólo por su sexo. Es fácil extrapolar esta idea a la de superioridad por
la raza, por la lengua, etc.
Por otra parte, de la misma forma en la que el hombre maltrata a la mujer, maltrata a la
tierra, suponiendo que ambas están ahí para su uso y disfrute. Abusa de los recursos
como si fueran inagotables, contamina y destruye a la madre tierra, con el mismo
desprecio con que abusa sexualmente de mujeres y niños, los entrena para la guerra o
los mata. Es este un lento suicidio del ser humano y de su entorno, porque la mujer no
es posesión del varón, sino una sola cosa con él, al igual que la tierra. Ambas no son un
recurso inagotable, a veces mueren.
El primer paso para afrontar el reto de la erradicación de la violencia de género es
aprender a detectarla. Los grandes dictadores siempre introducen sus doctrinas
solapadamente, manipulan la comunicación. La violencia de género suele manifestarse
en primer lugar cómo agresión verbal en sus formas más encubiertas. Es muy
importante conocer sus mecanismos, porque las secuelas psicológicas de los malos
tratos psíquicos son igual o más graves que las de los malos tratos físicos.
Siempre hay alguien que pregunta ¿por qué ella no se va? en vez de preguntar ¿por qué
él la agrede? La sociedad suele poner el centro de gravedad de los malos tratos en la
víctima, buscando las razones por las que merece o se deja maltratar, y justifica al
agresor diciendo que es un enfermo o un borracho.

3
Las y los profesionales de salud, psicología, asistencia social y otros especialistas
involucrados en el tema, tienen un importantísimo papel que jugar en la detección,
atención, derivación de la víctima y denuncia si fuera necesario.
La violencia contra la mujer es una medusa de múltiples cabezas y hay que cortarlas
todas, una a una, pero al final hay que ir al corazón de la bestia. Ese corazón es el
nuestro, porque inevitablemente estamos dentro de una cultura y hemos mamado su
veneno al igual que su néctar. Para empezar a erradicar la violencia de género podemos
empezar a estar atentas a nuestro lenguaje sexista, a la educación que damos a
nuestros hijos, a nuestros roles en la sociedad, a las agresiones verbales solapadas que
aguantamos y, sobre todo, a nuestro pensamiento; sí, como cuando sin darnos cuenta
nos encontramos sintiendo y actuando como seres humanos de segunda clase.

4
TITULO I
GÉNERO

1. EL CONCEPTO DE GÉNERO:

El concepto de género se refiere a la construcción social de las relaciones entre mujeres


y varones, aprendidas a través del proceso de socialización, cambiantes con el tiempo
que varían entre una cultura a otra, y aun dentro de una misma cultura.

El término fue utilizado en los años setenta para describir las características de mujeres
y varones que son construidas socialmente, en contraste con las que son determinadas
biológicamente. Esta distinción tiene implicancias muy importantes.

Está conformado por cuatro elementos interrelacionados en los que se expresa y a


través de los cuales se reproduce, los símbolos, los conceptos normativos, lo político –
socia –institucional y la identidad subjetiva. Supone un conjunto de ideas y
comportamientos y el rechazo a la validez interpretativa de dos esferas o mundos
separados: hombres y mujeres.
Postula que uno no puede ser comprendido sin el otro, que uno de ellos no puede
cambiar si no cambia el otro. El concepto aparece entre las feministas a mediados de
los años 70 para insistir sobre el carácter eminentemente social de las distinciones
basadas en el sexo y rechazar los determinismos biológicos que se apoyan en la
diferencia sexual.
El concepto pone énfasis en la construcción social de los roles y en las relaciones entre
los géneros (en tanto que productos culturales y no biológicos). Se reconoce así la
subordinación de las mujeres como un producto social, situado en una cultura y un
tiempo histórico específico, resultado de arreglos sociales privados. 1

Se conoce como Género, el conjunto de relaciones sociales basadas en las diferencias


percibidas entre los sexos, además es una forma primaria de relaciones significativas de

1 (PINZÁS, ALICIA. Las mujeres, las palabras y el mundo global. Lima, Flora Tristán, 1995. p.
19).

5
poder que se traducen en símbolos culturales, conceptos normativos, instituciones y
organizaciones sociales e identidad subjetiva2.

El concepto que se refiere a las diferencias socioculturales que existen entre mujeres y
hombres en determinados períodos históricos y culturas. Las sociedades configuran una
serie de responsabilidades, papeles y funciones y determinan diferencias en el acceso a
los recursos, en las necesidades y en la visión del mundo de las mujeres y los hombres
de las distintas clases sociales.

En el léxico del desarrollo, el género es una variable de análisis que permite analizar los
papeles que desempeñan las mujeres y los hombres y sus respectivas dificultades,
necesidades y oportunidades. El término “género” no es sinónimo de “mujer” sino que
hace referencia a los atributos socioculturales, al análisis de las funciones de cada sexo
y de sus interrelaciones.

Es el sexo socialmente construido, nos referimos a características, roles, espacios y


rasgos de personalidad que la sociedad asigna a varones y mujeres en función de su
sexo y a las relaciones entre ambos. 3

El concepto de género se desarrolla al interior del debate teórico feminista y su objetivo


fundamental fue evidenciar la fragilidad y falsedad de las explicaciones biologistas de la
subordinación de la mujer. Se trató de distinguir dos esferas que se confunden cuando
se trata esta tema: la biológica y la cultural.

Sexo alude a los aspectos físicos, biológicos y anatómicos que distinguen lo que es un
macho y una hembra. Género por el contrario nos remite a las características que social
y culturalmente se atribuyen a hombres y mujeres a partir de las diferencias biológicas,
constituyendo así lo que se conoce como género masculino y género femenino. Cuando
asumimos una perspectiva de género pensamos en los dos polos de la relación y no sólo
en uno de ellos.

2
(SCOTT, JOAN. “El género: una categoría útil para el análisis histórico”. En Género, conceptos
básicos. Lima, Facultad de Ciencias Sociales, PUCP, 1996).

3
(ASOCIACIÓN BENÉFICA PRISMA. Guía del asesor. Componente socio–humano. Módulo género.
Lima, Servigraf América, 1998. p. 17).

6
Género no alude solamente a construcciones socio - culturales y psicológicas. Implica
también mirar las relaciones que se desarrollan a partir de estas construcciones, que son
relaciones de desigualdad.

Los roles, espacios, atributos y en general lo que identifica como lo femenino tiende a
ser subvalorizado. El trabajo doméstico es un buen ejemplo.

2.- DIFERENCIA ENTRE SEXO Y GÉNERO

Veamos algunas ideas importantes que nos servirán para desarrollar este importante
tema: El término SEXO alude a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres
(órganos genitales y reproductivos) y que son naturales, congénitas y universales, por lo
tanto inmutables, irreversibles.

El término GÉNERO se refiere a las diferencias construidas por la sociedad para hombres
y mujeres, a su forma de relacionarse y dividir sus funciones. Estas diferencias se
pueden modificar y cambian según el tiempo, contexto y clase social, etnia, edad,
región, cultura, religión. Se expresan en “lo femenino” y “lo masculino”. Son las
características sociales, culturales, políticas, psicológicas, jurídicas y económicas que
hacen diferentes a las mujeres y los hombres.

Las relaciones de género están además interrelacionadas e implicadas en otras


relaciones sociales: de producción, etnicidad, nacionalidad, religión y otras de carácter
generacional. El sistema de género como tal, no está aislado, que se articula con otros
sistemas de relaciones sociales

La Comprensión del género en la familia

 Explica las diferencias de características de varones y mujeres


 Visibiliza la asignación de roles en función del sexo.
 Permite entender que el género se aprende desde el nacimiento y nos
enseña a comportarnos para ser percibidos como mujeres y varones.
 La Familia es considerada como la Institución primaria para la
organización de las relaciones de género en la sociedad.

7
 Es en la familia donde la división del trabajo, la regulación de la
sexualidad y la construcción social de los géneros se encuentran
enraizadas.

El enfoque de género es una herramienta teórica - metodológica desarrollada para


analizar los significados, prácticas, símbolos, representaciones, instituciones y normas
que las sociedades elaboran a partir de la diferencia biológica entre varones y mujeres.
Contempla específicamente la dimensión de las relaciones sociales y de las estructuras
de poder, y hace hincapié en la necesidad de entender cómo se realizan estas relaciones
en cada contexto social y cultural.

Como metodología aporta en el análisis, los modos en que las diferencias sociales y de
género trascienden a las personas enraizándose en las sociedades.

El enfoque de género explica el ordenamiento social y la distribución desigual de los


recursos, las decisiones, el poder y el trabajo entre mujeres y hombres, basados en las
diferencias de género y en relaciones de subordinación.

La perspectiva de género busca fortalecer la familia, promover relaciones equitativas,


armónicas y solidarias entre varones y mujeres y la promoción de la igualdad de
derechos y oportunidades para niños, niñas, jóvenes, mujeres, varones y adultos
mayores.

Esta perspectiva busca promover un conjunto de medidas de equidad que permitan


compensar las desventajas que les impiden disfrutar por igual, de los beneficios del
desarrollo y tener un acceso igualitario a las decisiones públicas y privadas. Es
considerada como la Visión a lograr en el largo plazo.

Esta perspectiva considera los problemas necesidades e intereses que surgen de las
desigualdades socialmente constituidas, para que mujeres y varones puedan realizarse
plenamente en su identidad, roles y capacidades, sin discriminación alguna.

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DIFERENCIAS ENTRE SEXO Y GÉNERO

SEXO GÉNERO

Diferencias biológicas entre mujeres Construcciones Sociales y


y varones culturales

Mujeres: Asignación diferenciada de roles.


Posibilidad de gestar y alumbrar. Asignación diferenciada de atributos,
Posibilidad de dar de lactar. cualidades, capacidades.
Desarrollo de los senos. Restricciones diferenciadas para
Aparato reproductivo interno. varones y mujeres.
Varones: Prescripciones diferenciadas para
Aparato reproductivo externo. mujeres y varones.
Inviabilidad de gestar, alumbrar y dar de Derechos y obligaciones distintas para
lactar. mujeres y varones:
Producción de espermatozoides. Privilegios y exclusiones
Diferencias Principales: Vestido y ornamentos diferentes.
Cromosómicas: XX / XY Usos y costumbres sobre el arreglo
Anatómicas: sistema reproductor, personal diferenciado.
caracteres sexuales secundarias: (senos,
voz, vello, etc).
Fisiológicas: diferencias hormonales
Varones: testosterona
Mujeres: estrógenos y progesterona.

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3 .-ANÁLISIS DE GÉNERO

El análisis de género4, nos permite visualizar dentro de un sistema que las relaciones
entre el género femenino y masculino son relaciones de poder, donde lo masculino
domina lo femenino (subordinación).

A este sistema que subordina el género femenino en el cual se encuentra la mayoría de


las sociedades, incluida la nuestra, se le llama Sistema Patriarcal.

El análisis de género nos evidencia que actualmente la construcción social nos adjudica:
ROLES diferentes para cada sexo; ESPACIOS diferentes para cada sexo y ATRIBUTOS
diferentes para cada sexo:

Espacios y atributos para cada sexo

Para proceder a realizar un análisis de género de una situación en particular, debemos


cruzar sus variables con La Situación de acuerdo a la edad: El comportamiento de las
mujeres no es igual a los 18 años que a los 60.

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El análisis de género es una herramienta para examinar una situación y cada uno de sus
componentes teniendo en cuenta especialmente el componente género. El análisis de género
nos permite visualizar dentro de un sistema las relaciones entre el género femenino y
masculino como relaciones de poder, donde lo masculino domina lo femenino (subordinación).
El análisis de género nos evidencia que actualmente la construcción social nos adjudica: ROLES
diferentes para cada sexo; ESPACIOS diferentes para cada sexo y ATRIBUTOS diferentes para
cada sexo.

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 La Unidad Doméstica: La composición de la unidad, el tamaño, el ciclo biológico
(expansión, edad, hijos), la jefatura de hogar (permanente, temporal) y el tipo de
unidad doméstica a la que pertenece.
 La Clase social.
 El Factor étnico: La cultura y la raza a la que pertenecen las mujeres.

4.- LA VISIÓN DE GÉNERO

Es una herramienta que permite percibir la realidad desde un punto de vista que abarca
un mayor espacio.

Esta herramienta considera de manera explícita las diferencias de género determinadas


por la sociedad y las relaciones entre mujeres y hombres en un contexto determinado.

Al considerar las relaciones de género como relaciones de poder, su visión implica un


contenido político.

La visión de género busca volver a definir el concepto y la práctica del desarrollo, al


igual que los elementos que tienen mayor o menor prioridad en el cambio.

Plantea superar el conflicto entre los espacios público y privado.

Tiene como propósito lograr la equidad entre los sexos dentro del proceso de desarrollo
y desafía la posición subordinada de la mujer, reconociéndola como participante activa
en el desarrollo.

Las necesidades son las aspiraciones más importantes, comunes a todos los seres
humanos. Sin embargo, al tener distintas posiciones sociales, diferentes roles y desigual
acceso y control de los recursos, resulta que hombres y mujeres tienen distintas
necesidades.

Las necesidades de género implican, de estas aspiraciones, las que son comunes a las
mujeres o los hombres, en virtud de su ubicación social, de acuerdo a sus atributos de
género.

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Las necesidades de género pueden clasificarse como:

 Necesidades prácticas de género.- Son las necesidades que


resultan de las condiciones reales y actuales de vida. Se perciben
inmediatamente y tienen que ver con la sobrevivencia. Por
ejemplo: Necesidad de agua potable, energía eléctrica,
abastecimiento de alimentos, instalaciones sanitarias, etc.
 Necesidades estratégicas de género.- Son las que se derivan de la
desigual posición de hombres y mujeres en la sociedad, así como
del interés en el logro de relaciones de equidad entre los sexos y
de una sociedad más equitativa.

Al inclinarse hacia la transformación y flexibilización de los roles de género, no se


perciben de manera inmediata.

Apuntan hacia cambios en áreas como leyes, educación libre de sexismo, un modelo
económico participativo, vida sin violencia y ciudadanía plena para las mujeres.

Uno de los valores principales de los conceptos de necesidades prácticas y estratégicas


de género es el de permitir visualizar el alcance y transformación potencial de los
proyectos de desarrollo y de las organizaciones que involucran mujeres, a fin de hacer
real y efectivo el logro de sus metas de desarrollo.

Cuando los proyectos o las organizaciones se limitan a considerar necesidades


prácticas, la tendencia será que las mujeres se limiten a reproducir los roles
tradicionales de género, como ama de casa, etc.

A la inversa, al contemplar exclusivamente las necesidades estratégicas, se corre el


riesgo de atraer únicamente a mujeres para las que no resultan reales las necesidades
de sobrevivencia. -

De manera más específica, a continuación presentamos un cuadro en donde, con mayor


detalle, se definen y se dan ejemplos de lo que son tanto las necesidades prácticas
como las necesidades estratégicas de género.

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El género como categoría de análisis social permite ver e interpretar dos de las
dimensiones de la desigualdad social:

La condición y la posición de las personas, en particular la condición y la posición


desventajosas que tienen las mujeres en la sociedad.

5.- DEFINICION DE VIOLENCIA DE GÉNERO

¿Por qué utilizamos el término violencia por razones de género, en vez de "violencia
hacia la mujer y los niños", "violencia hacia la pareja", violencia doméstica", o hasta
"violencia sexual"?

El género es lo que nos ayuda a conceptualizar la violencia en términos más amplios - y


comprender el género es de vital importancia para desarrollar estrategias de
transformación personal y social para eliminar la violencia y para lograr innumerables
metas del desarrollo relacionadas con este tema.

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La violencia por razones de género incluye todas estas otras descripciones de violencia,
pero están enmarcada en términos más amplios en el entendido que las causas y
soluciones a la violencia son a la vez personales, políticas y estructurales.

La violencia por razones de género adquiere muchas formas - física, sexual, psicológica,
libertades restringidas, coerción y amenazas - que se producen tanto en el ámbito
público como privado. Los hombres, las mujeres y los niños, todos son víctimas de esta
"forma de género" de la violencia. A pesar de ello, la violencia por razones de género es
predominantemente violencia del hombre o violencias de los hombres.

Es violencia del hombre contra la mujer y los niños, contra otros hombres y contra sí
mismo. Es conflicto bélico, es violencia conyugal, es intimidación, son las palizas a los
homosexuales, es abuso infantil y es violación. Y es más.

Los hombres son principalmente quienes usan la violencia, y los hombres, sobre todo los
más jóvenes, son generalmente los más implicados en otros tipos de violencia, tanto
como víctimas como practicantes de la violencia.

La violencia por razones de género se distingue de otros tipos de violencia en cuanto a


que están enraizada en comportamientos prescritos, en normas y actitudes basadas en
el género y la sexualidad.

En otras palabras, está enraizada en discurso de género sobre masculinidad y


femeneidad (normas y definiciones prescritas de lo que significa ser un hombre o una
mujer) - y en el lugar que ocupan los hombres y las mujeres con relación a sí mismos y
a otros grupos de mujeres y hombres. Estos discursos de género permiten o animan un
comportamiento violento dentro de un contexto de privilegio asumido y poder jerárquico
para ciertos grupos de hombres.

La violencia sobre la base de género es una articulación de, o una coacción de,
jerarquías de poder y desigualdades estructurales nutridas por sistemas de creencias,
normas culturales y procesos de socialización.

En resumidas cuentas, la violencia por razones de género tiene sus raíces en la parte
estructural y personal. Se centra en el patriarcado - un sistema que coloca al hombre
sobre la mujer (y sobre otros hombres) e instila un sentido de derecho y privilegio en

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muchos hombres. El patriarcado también institucionaliza los contextos sociales,
culturales y legales que permiten la violencia sobre la base del género.

Pero, la violencia por razones de género también se basa en las presiones, miedos y
emociones reprimidas que subyacen la "masculinidad hegemónica" o muchas de las
formas de dominio masculino aceptadas en muchas culturas del mundo. A esto hay que
añadir la experiencia personal sobre violencia que tienen los individuos - siendo
alimentados en una cultura de violencia - y aprendiendo y experimentando la violencia
en el ambiente que les rodea - la familia, los medios de comunicación o la comunidad.

El alcance y los efectos de la violencia por razones de género son profundos. La


violencia por razones de género es una plaga en todas las sociedades de todas las
regiones del mundo. Ningún grupo, sin tener en cuenta su cultura, clase o situación, es
inmune a su devastación. Insidiosamente incapacita a las familias y las alianzas, y a la
capacidad de muchas a relacionarse entre sí o con otros mediante el amor, la compasión
o el respeto. La violencia extiende el miedo y el odio a uno mismo como un virus - un
virus que consume los derechos básicos tanto de los adultos como de los niños. En un

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sentido muy amplio, la violencia por razones de género restringe los logros del
desarrollo, la paz y la libertad.

¿Por qué debemos trabajar con el hombre para eliminar la violencia por razones de
género? Para empezar, el hombre ocupa un lugar céntrico en todos los actos de
violencia, y la violencia es parte céntrica de los que significa ser hombre en muchas
culturas. Además, la mayoría de los líderes políticos, culturales y sociales del mundo -
aquellos que ocupan un mejor lugar para poder influenciar el cambio - también, son
hombres.

Cuando imaginamos dejar a los protagonistas claves y las poderosos fuera de la


estrategia general para prevenir la violencia, nos damos cuenta de que trabajar con el
hombre es un elemento esencial para la prevención efectiva. Lo que es más, como
estamos hablando de violencia de género, tenemos que recordar que el género es un
elemento importante en la vida de todos nosotros/as, de todos los hombres y mujeres
del mundo.

El hombre es un ser de género también, y los hombres disfrutan de los privilegios y las
consecuencias de las políticas de género en las que viven. Finalmente, trabajar en pos
de una alianza más fuerte - entre hombres y mujeres, y los diferentes actores que
trabajan para eliminar la violencia - se cosechará como beneficios marginales una mejor
calidad de vida y unas mejores relaciones para los hombres, las mujeres, los niños y las
comunidades, y será el ímpetu para innumerables ganancias adicionales del desarrollo.

Al reconocer que la violencia por razones de género está relacionada con el desarrollo
de la masculinidad (por ejemplo, la forma en la que un grupo define "lo que significa ser
hombre") y que estos están informados por sistemas de creencias, normas culturales y
procesos de socialización - hemos ayudado a identificar y reforzar los puntos de entrada
de varias iniciativas para la prevención de la violencia a nivel mundial que intentan
trabajar con hombres y jóvenes como socios.

Al prestar atención a las responsabilidades de los hombres, vamos más allá de ver al
hombre como parte del problema simplemente, y empezamos a verlo como parte de la
solución al implicarlos directamente en las estrategias de prevención e intervención. Sin
comprometer al hombre como socio, sin permitir que tanto el hombre como la mujer

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comprendan su función y responsabilidad en la eliminación de la violencia - estaríamos
intentar solucionar un problema multidimensional desde una perspectiva muy limitada.

6.- ACCIONES PARA ELIMINAR LA VIOLENCIA POR RAZONES DE GÉNERO


En respuesta a la epidemia de violencia por razones de género, se han puesto en
marcha una amplia gama de iniciativas, programas y políticas durante las últimas
décadas para ayudar a prevenir la violencia. Estos incluyen:

 Convenciones y campañas internacionales


 Políticas naciones de prevención e igualdad
 Defensa y medios de comunicación
 Políticas organizativas
 Organizaciones de la sociedad civil orientadas hacia el género
 Intervenciones a nivel local y comunitario
 Activismos personal
Muchas de estas iniciativas de prevención, explícitamente reconocen la necesidad de
trabar con hombres y jóvenes como socios para animar al cambio social en pos de un
mundo menos violento.

7.- MODALIDADES DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

La violencia que padecen las mujeres comprende cuatro modalidades, que van desde la
agresión física, con resultado de muerte en multitud de ocasiones, la violencia sexual, la
psicológica y la económica.

Se conceptualiza distintos tipos de violencia categorizándolas en:

FÍSICA.- La que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o


riesgo de producirlo y cualquier otra forma de maltrato o agresión que afecte su
integridad física.

PSICOLÓGICA.- La que causa daño emocional y disminución de la autoestima o


perjudica y perturba el pleno desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus
acciones, comportamientos, creencias y decisiones, mediante amenaza, acoso,

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hostigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación o
aislamiento.

SEXUAL.- Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin
acceso genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida
sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación,
incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de
parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explotación,
esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.

ECONÓMICA Y PATRIMONIAL.- La que se dirige a ocasionar un menoscabo en los


recursos económicos o patrimoniales de la mujer, a través de la perturbación de la
posesión, tenencia o propiedad de sus bienes, pérdida, sustracción, destrucción,

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retención o distracción indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos
personales, bienes, valores y derechos patrimoniales.

SIMBÓLICA.- La que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o


signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las
relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.

VIOLENCIA DOMÉSTICA.- Aquella ejercida contra las mujeres por un integrante del
grupo familiar, independientemente del espacio físico donde ésta ocurra, que dañe la
dignidad, el bienestar, la integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial,
la libertad, comprendiendo la libertad reproductiva y el derecho al pleno desarrollo de
las mujeres. Se entiende por grupo familiar el originado en el parentesco sea por
consanguinidad o por afinidad, el matrimonio, las uniones de hecho y las parejas o
noviazgos. Incluye las relaciones vigentes o finalizadas, no siendo requisito la
convivencia;

VIOLENCIA INSTITUCIONAL.- Aquella realizada por las/los funcionarias/os,


profesionales, personal y agentes pertenecientes a cualquier órgano, ente o institución
pública, que tenga como fin retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan
acceso a las políticas públicas y ejerzan los derechos previstos en esta ley. Quedan
comprendidas, además, las que se ejercen en los partidos políticos, sindicatos,
organizaciones empresariales, deportivas y de la sociedad civil;

VIOLENCIA LABORAL.- Aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de


trabajo públicos o privados y que obstaculiza su acceso al empleo, contratación,
ascenso, estabilidad o permanencia en el mismo, exigiendo requisitos sobre estado civil,
maternidad, edad, apariencia física o la realización de test de embarazo. Constituye
también violencia contra las mujeres en el ámbito laboral quebrantar el derecho de igual
remuneración por igual tarea o función. Asimismo, incluye el hostigamiento psicológico
en forma sistemática sobre una determinada trabajadora con el fin de lograr su
exclusión laboral;

VIOLENCIA CONTRA LA LIBERTAD REPRODUCTIVA.- Aquella que vulnere el


derecho de las mujeres a decidir libre y responsablemente el número de embarazos o el
intervalo entre los nacimientos.

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VIOLENCIA OBSTÉTRICA.- Aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y
los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un
abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales.

VIOLENCIA MEDIÁTICA.- Aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes


estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera
directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame,
discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como así
también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes
pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales
reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres.

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TITULO II
LOS DERECHOS HUMANOS DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO

1. LOS DERECHOS HUMANOS

Los derechos humanos son aquellos que todo ser humano posee y que tiene el derecho
de disfrutar simplemente por su condición de ser humano.

Durante la Conferencia Mundial de los Derechos Humanos de 1993, los Estados


reafirmaron, mediante la declaración de Viena, que estos derechos nacen con la persona
y que su protección es responsabilidad de todo Estado.

Se basan en el principio fundamental de que todas las personas poseen una dignidad
humana inherente y tienen igual derecho de disfrutarlos, sin importar su sexo, raza,
color, idioma, nacionalidad de origen o clase, ni sus creencias religiosas o políticas.

En esa conferencia también se reconocieron específicamente los derechos humanos de


las mujeres, así como las obligaciones de los Estados de protegerlos, promoverlos y
garantizarlos, incluyendo el derecho de vivir libre de la violencia de género.

Sin embargo, un problema importante con los derechos humanos es que la mayor parte
de los sistemas y mecanismos nacionales, regionales e internacionales que se han
establecido para hacerlos valer, se han desarrollado e implementado a partir de un
modelo masculino. Por lo tanto, hasta la fecha, el sistema de derechos humanos no ha
tomado en cuenta, de una manera adecuada, la experiencia y las circunstancias
especificas de las mujeres. Pero gracias al movimiento internacional de mujeres por los
derechos humanos, esta situación está cambiando. Las personas y organizaciones
defensoras delos derechos de las mujeres recurren, cada vez más, a los sistemas de
derechos humanos para exigir compensaciones por las injusticias infligidas a las
mujeres.

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El concepto de derechos humanos y del Derecho de los Derechos Humanos son, por
naturaleza, dinámicos. Esto quiere decir que aunque una gama de derechos humanos
fundamentales ya tiene reconocimiento jurídico, nada excluye la posibilidad de darles
una interpretación más amplia o de luchar para que la comunidad internacional acepte,
en cualquier momento, derechos adicionales.

De esta forma, los derechos humanos van adquiriendo nuevos significados y


dimensiones. Este dinamismo hace de los derechos humanos una herramienta
potencialmente muy poderosa para promover la justicia social y la dignidad de todas las
personas. En la medida en que los grupos oprimidos demanden el reconocimiento de sus
derechos y visibilicen la necesidad de nuevas formas de protección, así irán
transformándose los derechos humanos para ir incluyendo cada vez más y mejor la
variada gama de necesidades humanas.

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Es decir, la lista universalmente reconocida de derechos humanos protegidos (según se
encuentra en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los instrumentos
subsiguientes) representa un importante consenso sobre la dignidad que debe conferirse
a todo ser humano y sobre la voluntad de la sociedad de respetar los derechos básicos
de todos/as por igual. Al mismo tiempo, existen derechos humanos que aún no se han
incluido en las listas de derechos protegidos e reconocidos. En consecuencia, se
producen violaciones de derechos humanos que no se consideran como tales y por las
que nadie es llamado a rendir cuentas.

En la historia de los derechos humanos se perciben dos corrientes: una que representa
la lucha por proclamar derechos antes no advertidos y obtener su aceptación como
derechos humanos, y la otra que representa la continua lucha por asegurar que los
derechos establecidos sean respetados.

Tal vez debido a este dinamismo, los derechos humanos se discuten y estudian desde
muchas perspectivas o ángulos. Por ejemplo se pueden estudiar desde su desarrollo
histórico en tres o más generaciones o se pueden entender como un código de
conducta, o como libertades fundamentales, como garantías constitucionales, como

23
derechos que atañen a los seres humanos por el mero hecho de serlo, como los
derechos comprendidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos y los
instrumentos subsiguientes o, muy limitadamente, como los derechos de los ciudadanos
o los prisioneros políticos. Y, aunque la mayoría los conoce principalmente a través de
los relatos de tremendas violaciones y abusos masivos cometidos por las
demasiadasdictaduras y Guerras del Siglo XX, son pocas las que lo relacionan con las
sistemáticas violaciones a los derechos de las mujeres.

Es más, hasta las mismas mujeres desconocen las luchas que en diferentes campos y
en diferentes niveles se han dado a través de la historia por el reconocimiento de los
derechos humanos de las mujeres. Los libros de historia sobre la evolución de los
derechos humanos de las mujeres. Los libros de historia sobre la evolución de los
derechos humanos no las incluyen y realmente son pocas las personas que entienden
que los derechos humanos, al ser indivisibles, inalienables y universales deben ser
entendidos desde una perspectiva de género porque de lo contrario, no se estaría
hablando de derechos humanos, sino de los derechos del hombre.

Aún para quienes los conocen de una manera más amplia, los derechos humanos desde
una perspectiva de género son todavía pocos conocidos. Pero no voy a desarrollar una
teoría sobre esto. Voy a limitar esta charla a dar algunas ideas de cómo enmarcar las
políticas públicas dentro de los principios y estándares de los derechos humanos desde
una perspectiva de género.

2.- LA PERSPECTIVA DE GÉNERO DE LOS DERECHOS HUMANOS

En el año 2003, el concepto “Los Derechos de las Mujeres son Derechos Humanos” es
aceptado por la gran mayoría de los y las defensoras de derechos humanos aunque no
podríamos decir lo mismo del público en general. Pero dentro del mundo de los
derechos humanos el concepto es tan aceptado, en teoría al menos, que muchas
personas que

24
recién entran a este mundo se preguntan por qué es necesario aún definirlos. ¿No son
las mujeres humanas? ¿No son los derechos humanos inherentes a todos los seres
humanos?
Pues bien, no siempre fue así. Las mujeres hemos tenido que luchar por nuestra
humanidad durante quizás miles de años. En realidad, la idea de los derechos de las
mujeres, sin lo humano y lo internacional, es un concepto muy reciente si tomamos en
cuenta los cinco o seis milanos que la humanidad ha estado viviendo bajo el Patriarcado.
Es más, las mujeres hemos tenido que seguir luchando por nuestra
humanidad y nuestros derechos aún después de que se aceptó la noción de derechos
humanos internacionales para todos (por “todos” entiéndase “todos los hombres”, por
supuesto).

Para sintetizar un desarrollo muy complejo, debo decir que al menos seis conceptos
tuvieron que establecerse antes de que los derechos humanos internacionales de las
mujeres pudieran ser realidad

25
1.-Las personas individuales tuvieron que adquirir derechos frente al estado bajo leyes
internacionales. Este cambio conceptual se dio en el siglo 19, por medio de tratados
internacionales que otorgaban derechos a las personas contra los estados con respecto
a la esclavitud y la guerra. Una vez establecido esto, las organizaciones no
gubernamentales de mujeres pudieron cabildear a favor de otros tratados concernientes
explícitamente a ellas, como fueron las Convenciones de 1904 y 1910, destinadas a
combatir el tráfico de mujeres. Estas no eran aún consideradas convenciones de
derechos humanos y por supuesto, no garantizaban a las mujeres la igualdad ni eran
género sensitivas, ya que estos conceptos vinieron mucho después.

2.-El concepto de derechos


humanos internacionales tenía que
ser aceptado. La magnitud de los
horrores de la Segunda Guerra
Mundial y la necesidad de proteger
a las y los individuos de abusos a tal
escala, ofreció suficientes incentivos
a los estados para acordar la
necesidad de un sistema de
protección de los derechos
humanos; así se creó la Carta de las
Naciones Unidas en 1945 y la
Declaración Universal de Derechos
Humanos en 1948.

3.- Se tenía que considerar a las mujeres capaces de tener derechos legales. Este
obstáculo era muy real, ya que las leyes mismas se los habían negado durante siglos. A
través de la historia había habido muchas/os que defendían los derechos de las mujeres,
pero no fue sino hasta el siglo dieciocho que un movimiento de mujeres tomó forma.
Dos mujeres prominentes entre éstas fueron Mary Wollstonecraft, quien publicó la
Reivindicación de los Derechos de las Mujeres, en 1779 y, Olympe de Gouges, quien

26
escribió, en 1791 su Declaración de los Derechos de la Mujer, basado en los principios
encontrados en la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano francés. Otra
proclamación temprana sobre los derechos de las mujeres fue la Declaración de Séneca
Falls, escrita en 1848.

4.- La idea de que hombres y mujeres podían tener iguales derechos tuvo que ser
aceptada. Este concepto ni siquiera fue tomado en cuenta por las organizaciones
intergubernamentales hasta después de que se había creado y ya tenía camino recorrido
la Liga de Naciones. Un grupo de diez delegaciones latinoamericanas, consecuentes con
sus exitosas experiencias en la redacción y adopción de instrumentos de derechos de las
mujeres en América Latina, pidió formalmente que un tratado sobre igualdad de
derechos para las mujeres se pusiera en la agenda de la Asamblea de la Liga.
Desdichadamente, el comité se reunió solamente en tres oportunidades antes de la
disolución de la Liga, por lo tanto el tratado nunca fue ni siquiera redactado.

5.- El feminismo tenía que desarrollar metodologías y teorías que pusieran las vidas de
las mujeres en primera fila y que borraran la distinción artificial entre las esferas pública
y privada. Las metodologías género sensitivas y las teorías de género desarrolladas
durante los años setenta y ochenta en todo el mundo demostraron que el género no
solamente se refería a las maneras en las cuales los roles, las actitudes, los valores y las
relaciones con respecto a los niños y niñas, mujeres y hombres se construyen en las
sociedades; demostraron que el género también construye instituciones sociales como el
Derecho, el control social, la religión, la familia, el imaginario, la ideología, etc., las
cuales crean posiciones sociales distinguibles para una asignación desigual de derechos
y responsabilidades entre los sexos. El desarrollo de perspectivas de género ayudó a
visibilizar las relaciones de poder entre los sexos y, por lo tanto, la increíble
discriminación padecida por las mujeres en todas las esferas a través de todo el mundo.

6.- El sesgo androcéntrico en la teoría y práctica de los derechos humanos


internacionales tenía que ser develada. Esto no se empezó a dar sino hacía el final de
los años ochenta, cuando las pensadoras feministas iniciaron su crítica del paradigma

27
de los derechos humanos y a proponer uno más inclusivo, género sensitivo, que
incluyera mujeres de todos los colores, edades, capacidades, regiones, y prácticas
sexuales, religiosas y culturales

3.- POLÍTICAS PÚBLICAS ENMARCADAS EN LOS DERECHOS HUMANOS

Todos los años, los Estados miembros de la Asamblea General de la ONU pasan una
resolución en la que se comprometen a enmarcar sus políticas públicas dentro de los
Principios, normas y estándares de los Derechos Humanos así como una en la que se
comprometen a transversalizar la perspectiva de género en todo su accionar. En otras
palabras, todos los años, los Estados se comprometen a enmarcar sus políticas públicas
en el marco de los derechos humanos desde una perspectiva de género.

Y, así como la transversalización de la perspectiva de género no significa incluir en una


política una o más tareas de interés para las mujeres, el trabajar las políticas públicas
desde un marco de derechos humanos no significa incluir en las políticas públicas un
área o tema de derechos humanos al tiempo que las demás áreas, sectores o temas se
desarrollan fuera de este marco. Trabajar las políticas públicas desde el marco delos
derechos humanos con perspectiva de género significa un cambio profundo en la
manera de conceptualizar, construir y diseñarlas políticas públicas.

¿Qué significa en concreto trabajar las políticas públicas desde un marco de los derechos
humanos? Significaría que las políticas públicas estarían diseñadas de tal manera que:

1.- El acercamiento a cada área temática se ha hecho desde un marco conceptual que
está basado en los estándares internacionales de los derechos humanos y dirigida
operacionalmente a promover, proteger y garantizar los derechos humanos desde una
perspectiva de género.

En otras palabras, las políticas públicas deberán integrar las normas, estándares y
principios del sistema internacional de derechos humanos en los objetivos y resultados
esperados de cada área o tema de la política pública.

28
¿Cuáles serían esas normas, estándares y principios? Serían aquellos contenidos en los
tratados, declaraciones y programas de acción internacionales, regionales y nacionales,
así como las Recomendaciones Generales y las Observaciones o Comentarios Finales
de los órganos de tratados de la ONU tales como el comité de la CEDAW y las
jurisprudencias de las cortes regionales, constitucionales, etc. Los principios serían:
igualdad y equidad, “accountability”, empoderamiento y participación.

Así la selección y definición


de objetivos, la evaluación
de resultados y la toma en
consideración de los retos y
obstáculos enmarcados en
los principios y normas de
los derechos humanos,
tendrían primero que nada
un ligamen o conexión
expresa a un derecho
humano contenido en un
instrumento internacional de
derechos humanos. Esto no
significa que la indivisibilidad
e interdependencia de todos
los derechos humanos se
esté dejando de lado. Enfocar un objetivo en un derecho humano en particular se hace
para facilitar la tarea pero se debe tener siempre en mente los otros derechos humanos
que también son afectados por cada política.

Por ejemplo, si el objetivo es el empoderamiento económico de las personas de menos


recursos –las mujeres—este objetivo debe ser definido y evaluado haciendo una
conexión directa con los derechos respectivos en la CEDAW y en el Pacto internacional
de los Derechos económicos Sociales y Culturales, pero sin descartar los otros tratados,

29
como la Convención contra la discriminación racial, por ejemplo, para asegurar que el
empoderamiento económico de las mujeres no sea logrado sin tomar en cuenta otros
derechos a que las mujeres tienen derecho como el no ser discriminadas por razón de
su etnia, o que el empoderamiento económico no sea a expensas de sacrificar su
derecho a la salud y al descanso.

2.-En la definición de objetivos y en el sistema de evaluación de resultados queda


claramente identificado quiénes son las y los titulares de los derechos y obligaciones
involucrados. Si tomamos de nuevo el ejemplo del empoderamiento económico,
tendríamos que identificar quiénes son los responsables de respetar, proteger y
garantizar que las mujeres y los hombres gocen de los derechos asociados con el
empoderamiento económico. También significa incluir un análisis de que leyes,
instituciones, estructuradas y procedimientos administrativos deben ser modificados
para promoverlo, así como también se deben identificar e implementar los mecanismo
“accountability”, es decir, mecanismos de esclarecimiento de la verdad, rendición de
cuentas, y reparación y resarcimiento por violaciones a los derechos involucrados.

3.- Se han incluido estrategias de empoderamiento delos y las destinatarias. Estrategias


que se dirigen a los y las destinatarias como titulares de derecho y no como simples
beneficiarias de planes, políticas, programas o proyectos. De nuevo con el ejemplo del
empoderamiento económico, vemos que el objetivo no debe ser solamente el
mejoramiento del estatus económico de las mujeres sino empoderarlas para que puedan
cambiar cualquier aspecto de su vida e influenciar su propio destino. Evaluaciones
tradicionales de los resultados de políticas de erradicación de la pobreza o de
empoderamiento económico sólo se fijan en los indicadores económicos mientras que
una evaluación desde el marco de los derechos humanos incluiría una evaluación de la
redistribución del poder y el trabajo dentro de la familia, la auto estima y autonomía
lograda, etc.

4.- Se ha requerido una alta participación de las y los destinatarios de las políticas en la
definición y evaluación de los objetivos y resultados. Para lograr esto se requieren
metodologías y técnicas basadas en procesos participativos en vez de enfocadas a lograr

30
una meta. Tomando de nuevo el ejemplo del empoderamiento económico, la definición
de los objetivos y la evaluación de los resultados se harían a través de procesos
diseñados de tal manera que los y las destinatarias no solo participarían sino que lo
harían como titulares de derechos y no como víctimas de la pobreza necesitadas/os de
asistencia estatal.

5.- Se ha puesto especial atención a no reproducir la discriminación, a fomentar la


igualdad/equidad y se ha dado oído a los grupos vulnerabilizados. Cuáles son y quiénes
pertenecen a estos grupos tendrá que ser definido por los y las destinatarias a través del
proceso participatorio que se diseñó desde el principio.

En nuestro ejemplo del empoderamiento económico, esto quiere decir que la definición
de los objetivos y la evaluación de los resultados, deben contener mecanismos para
garantizar el no reforzamiento de desigualdades de poder entre hombres y mujeres y
entre personas de etnias, edades, clases, etc. distintas.

4.- CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE


DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER

La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la


Mujer o CETFDCM (también conocida por sus siglas en inglés CEDAW) es un importante
tratado internacional de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1979, fruto del
trabajo de años realizado por la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer,
que fue creada en 1946 por el Consejo Económico y Social de la ONU.

Dicha Comisión, basándose en la Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación


Contra la Mujer de Naciones Unidas de 1967, comenzó a preparar la CETFDCM en 1974.
El 18 de diciembre de 1979 fue aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas y
el 3 de septiembre de 1981 entró en vigencia.

Es habitual que la prensa confunda la CETFDCM, firmada en 1979, con su Protocolo


Facultativo (Protocolo CETFDCM), firmado en 1999.

31
La Convención fue la culminación de más de 30 años de trabajo de la Comisión de la
Condición Jurídica y Social de la Mujer, órgano creado en 1946 para seguir de cerca la
situación de la mujer y promover sus derechos. La labor de la Comisión ha coadyuvado
a poner de manifiesto todas las esferas en que a la mujer se le niega la igualdad con el
hombre. Estos esfuerzos en pro del adelanto de la mujer han desembocado en varias
declaraciones y convenciones, de las cuales la Convención sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación contra la mujer es el documento fundamental y más
amplio.

La CEDAW ha sido considerada el máximo logro del primer Decenio de la Mujer de las
Naciones Unidas, siendo su antecedente inmediato la Declaración sobre la eliminación
de la discriminación contra la mujer, proclamada por la Asamblea General en su
Resolución No. 2263 (XXII), del 7 de noviembre de 1967, que dado su carácter
declarativo no tenía fuerza vinculante.
La CEDAW es un Tratado del Sistema Universal de Derechos Humanos suscrito y
ratificado sin reservas por el Estado peruano y por lo tanto tiene vigencia a nivel
nacional.
El 1 de junio de 1982 el Congreso de la República del Perú emitió la Resolución
Legislativa que aprueba la “Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer” CEDAW aprobada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas por Resolución 34/180 del 18 de diciembre de 1979, que fue suscrita
por el Estado peruano el 23 de julio de 1981.
El Presidente de la República promulgó la Resolución Legislativa 23432 que aprueba la
CEDAW el 5 de junio de 1982, comprometiéndose el Estado peruano a garantizar su
cumplimiento efectivo en el país. El documento de ratificación fue entregado a las
Naciones Unidas el 13 septiembre de 1982.
De acuerdo a lo dispuesto en la Constitución Política del Perú (1993), los tratados que
versan sobre derechos humanos deben ser aprobados por el Congreso de la República
(Art 56) antes de su ratificación.
Asimismo, se señala que “Los tratados celebrados por el Estado y en vigor forman parte
del derecho nacional” (Art.55).

32
A su vez, la Cuarta Disposición final y transitoria de la Constitución Peruana vigente
establece que “Las normas relativas a los derechos y a las libertades que la
Constitución reconoce se interpretan de conformidad con la Declaración
Universal de Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos internacionales
sobre las mismas materias ratificados por el Perú”.

5.- ANALISIS DE LA CONVENCION DE ELIMINACION CONTRA LA


DISCRIMINACION FEMENINA

La Convención tiene como finalidad eliminar efectivamente todas las formas de


discriminación contra la mujer, obligando a los estados a reformar las leyes con tal fin y
discutir sobre la discriminación en el mundo. En su artículo 1, la CETFDCM define la
discriminación contra la mujer como: Cualquier distinción, exclusión o restricción
hecha en base al sexo que tenga el efecto o propósito de disminuir o nulificar
el reconocimiento, goce y ejercicio por parte de las mujeres,
independientemente de su estado civil, sobre la base de igualdad del hombre
y la mujer, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las
esferas política, económica, social, cultural, civil o en cualquier otra esfera.

También establece un programa de acción para poner fin a la discriminación por razón
de sexo: los Estados que ratifican el Convenio tienen la obligación de consagrar la
igualdad de género en su legislación nacional, derogar todas las disposiciones
discriminatorias en sus leyes, y promulgar nuevas disposiciones para proteger contra la
discriminación contra la mujer. También deben establecer tribunales y las instituciones
públicas para garantizar a las mujeres una protección eficaz contra la discriminación, y
adoptar medidas para eliminar todas las formas de discriminación contra la mujer
practicada por personas, organizaciones y empresas.

Entre los tratados internacionales de derechos humanos la Convención ocupa un


importante lugar por incorporar la mitad femenina de la humanidad a la esfera de los
derechos humanos en sus distintas manifestaciones. El espíritu de la Convención tiene
su génesis en los objetivos de las Naciones Unidas: reafirmar la fe en los derechos

33
humanos fundamentales, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la
igualdad de derechos de hombres y mujeres.

La Convención define el significado de la igualdad e indica cómo lograrla. En este


sentido, la Convención establece no sólo una declaración internacional de derechos para
la mujer, sino también un programa de acción para que los Estados Partes garanticen el
goce de esos derechos.

En su preámbulo la Convención
reconoce explícitamente que "las
mujeres siguen siendo objeto de
importantes discriminaciones" y
subraya que esa discriminación
viola los principios de la igualdad
de derechos y del respeto de la
dignidad humana".

Según el artículo 1, por


discriminación se entiende "toda
distinción, exclusión o restricción basada en el sexo (... ) en las esferas política,
económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera". La Convención afirma
positivamente el principio de igualdad al pedir a los Estados Partes que tomen "todas las
medidas apropiadas, incluso de carácter legislativo, para asegurar el pleno desarrollo y
adelanto de la mujer, con el objeto de garantizarle el ejercicio y el goce de los derechos
humanos y las libertades fundamentales en igualdad de condiciones con el hombre"
(artículo 3).

En los 14 artículos subsiguientes se detalla el programa en pro de la igualdad. La


Convención se concentra en tres aspectos de la situación de la mujer. Por una parte, el
de los derechos civiles y la condición jurídica y social de la mujer, que se abordan
pormenorizadamente. Pero además, y a diferencia de otros tratados de derechos

34
humanos, la Convención se ocupa de los que tienen que ver con la reproducción
humana y con las consecuencias de los factores culturales en las relaciones entre los
sexos.

La condición jurídica y social de la mujer recibe la más amplia atención. Desde la


aprobación en 1952 de la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer no ha
cejado el interés por los derechos fundamentales de la mujer en cuanto a su
participación en la vida política. De ahí que disposiciones sobre este particular se hayan
vuelto a incluir en el artículo 7 de la presente convención, que garantiza a la mujer el
derecho al voto, a ocupar cargos públicos y a ejercer funciones públicas.

También se estipula la igualdad de derechos de la mujer para garantizarle la


oportunidad de representar a su país en el plano internacional (articulo 8). La
Convención sobre la Nacionalidad de la Mujer Casada, aprobada en 1957, se tiene en
cuenta en el artículo 9, que establece el derecho de la mujer a mantener su
nacionalidad, independientemente de su estado civil.

De esta manera la Convención destaca el hecho de que la condición jurídica de la mujer,


en lugar de ser fijada en función del reconocimiento de la mujer como persona por
derecho propio, con frecuencia se ha vinculado al matrimonio, lo que hace que su

35
nacionalidad dependa de la de su esposo. En los artículos 10, 11 y 13 se establece el
derecho de la mujer al acceso sin discriminación a, respectivamente, la educación, el
empleo y las actividades económicas y sociales. Este derecho recibe especial atención en
el caso de la mujer de las zonas rurales, cuya particular lucha y vital contribución
económica merecen, como se indica en el artículo 14, más atención en la etapa de
planificación de políticas.

En el artículo 15 se reconoce la plena igualdad de la mujer en materias civiles y


comerciales, y se dispone que todo instrumento que tienda a limitar su capacidad
jurídica al respecto "se considerará nulo". Por último, en el artículo 16, la Convención
aborda nuevamente la cuestión del matrimonio y las relaciones familiares y establece la
igualdad de derechos y obligaciones de la mujer y el hombre en lo tocante a la selección
del cónyuge, la paternidad, los derechos personales y la posesión de bienes.

Aparte de las cuestiones de derechos civiles, la Convención también dedica suma


atención a una preocupación de importancia vital para la mujer, a saber, el derecho de
procreación. En el preámbulo se dicta la pauta al afirmarse que "el papel de la mujer en
la procreación no debe ser causa de discriminación". El vínculo entre la discriminación y
la función procreadora de la mujer es una cuestión que se refleja constantemente en la
Convención.
Por ejemplo, el artículo 5 aboga por "una comprensión adecuada de la maternidad como
función social", lo que requiere que ambos sexos compartan plenamente la
responsabilidad de criar los hijos. En consecuencia, las disposiciones relativas a la
protección de la maternidad y el cuidado de los hijos se proclaman como derechos
esenciales y se incorporan en todas las esferas que abarca la Convención, ya traten
éstas del empleo, el derecho de familiar la atención de la salud o la educación. La
obligación de la sociedad se extiende a la prestación de servicios sociales, en especial
servicios de guardería, que permitan a los padres combinar sus responsabilidades
familiares con el trabajo y participar en la vida pública.

Se recomiendan medidas especiales para la protección de la maternidad que "no se


considerará discriminación" (artículo 4). Cabe destacar que la Convención, que también

36
establece el derecho de la mujer a decidir en cuanto a la reproducción, es el único
tratado de derechos humanos que menciona la planificación de la familia. Los Estados
Partes tienen la obligación de incluir en el proceso educativo asesoramiento sobre
planificación de la familia (artículo 10 h)) y de crear códigos sobre la familia que
garanticen el derecho de las mujeres "a decidir libre y responsablemente el número de
sus hijos y el intervalo entre los nacimientos y a tener acceso a la información, la
educación y los medios que les permitan ejercer estos derechos" (artículo 16 e)).

El tercer cometido general de la Convención es el de ampliar la interpretación del


concepto de los derechos humanos mediante el reconocimiento formal del papel
desempeñado por la cultura y la tradición en la limitación del ejercicio por la mujer de
sus derechos fundamentales. La cultura y la tradición se manifiestan en estereotipos,
hábitos y normas que originan las múltiples limitaciones jurídicas, políticas y económicas
al adelanto de la mujer. Reconociendo eso relación, en el preámbulo de la Convención
se destaca "que para lograr la plena igualdad entre el hombre y la mujer es necesario
modificar el papel tradicional tanto del hombre como de la mujer en la sociedad y en la
familia".

En consecuencia, los Estados Partes están obligados a coadyuvar a la modificación de


los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres para eliminar "los
prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén basados
en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en funciones
estereotipadas de hombres y mujeres" (artículo 5). El artículo 10 c) estipula la
modificación de los libros, programas escolares y métodos de enseñanza para eliminar
los conceptos estereotipados en la esfera de la educación. Por último, todas las
disposiciones de la Convención que afirman la igualdad de responsabilidades de ambos
sexos en la vida familiar e iguales derechos con respecto a la educación y al empleo
atacan enérgicamente los patrones culturales que definen el ámbito público como un
mundo masculino y la esfera doméstica como el dominio de la mujer. En suma, la
Convención proporciona un marco global para hacer frente a las diversas fuerzas que
han creado y mantenido la discriminación basada en el sexo.

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El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer se encarga de velar
por la aplicación de la Convención. El mandato del Comité y la aplicación del tratado se
definen en los artículos 17 a 30 de la Convención. El Comité está compuesto de 23
expertos "de gran prestigio moral y competencia en la esfera abarcada par la
Convención", nombrados por sus gobiernos y elegidos por los Estados Partes a título
personal.
Se prevé que los Estados Partes presenten al Comité, por lo menos cada cuatro años, un
informe sobre las medidas que hayan adoptado para hacer efectivas las disposiciones de
la Convención. Durante su período anual de sesiones los miembros del Comité examinan
esos informes con los representantes de los gobiernos y consideran de consuno las
esferas que requieren nuevas medidas nacionales. El Comité también hace
recomendaciones de carácter general a los Estados Partes sobre aspectos relativos a la
eliminación de la discriminación contra la mujer.

38
TITULO III
LA PROSTITUCION COMO VIOLENCIA DE GÉNERO

1.- LA PROSTITUCION

La prestación de servicios personales íntimos, trabajo sexual o prostitución como se le


suele llamar en el Perú a los servicios sexuales brindados generalmente por una mujer a
cambio de una contraprestación económica (prostituta o prostitución en adelante), es un
problema que no es fácil resolver, es mucho más complejo de lo que se podría pensar;
pues no sólo se trata del intercambio de sexo por dinero como un acto exclusivamente
personal sino que ha sido englobado y estigmatizado dentro del marco de las conductas
desviadas, incluso la criminalidad.

Se dice comúnmente que la prostitución es la más antigua


de las profesiones; sin embargo, no se la ha encontrado
entre los pueblos etnológicamente más antiguos. Tuvo
origen y se desarrolló en la forma típica comercializada
sólo en civilizaciones avanzadas y a la vez más complejas
a nivel social y moral.

En los pueblos del Oriente cercano y de la cuenca del


Mediterráneo existía la prostitución sagrada. Se la
encuentra también en algunas regiones de la India, donde
las prostitutas, llamadas deva-dasis (siervas y esclavas de
los dioses), eran cantoras y bailarinas y disfrutaban de
particular instrucción.
Las meretrices del culto, consideradas como mujeres
sagradas, atestaban los patios de los templos y eran consideradas como transmisoras de
las virtudes fecundativas. Su presentación revestía carácter de un acto social piadoso, en
el cual las relaciones sexuales colectivas eran legítimas como cumplimiento de un ritual
sagrado.

39
La prostitución indiscriminada y comercializada, llamada también profana, florece muy
pronto junto a la sagrada, pero se distingue de ella por una diversa mentalidad. En la
prostitución sagrada la sexualidad se entiende como valor que se ejerce en dependencia
de la divinidad, y el lucro derivado de las prestaciones va a beneficio sobre todo del
templo; en la prostitución profana prevalece el uso arbitrario del cuerpo y
el interés comercial, como ocurre hoy.

La prostitución profana, tanto femenina como masculina, se estructuraba según una


jerarquía. La categoría más elevada de las prostitutas entre los griegos era la de las
¡heteras, dotadas de notables cualidades físicas y culturales, que gozaban de particular
influencia en hombres políticos.

En la base de la prostitución hay una extensa organización can ramificaciones


internacionales, que impone un código de comportamiento; es la única ley que las
prostitutas y sus explotadores se sienten obligados a respetar.
La organización de la prostitución se llama proxenetismo, en la cual actúan cuatro
categorías distintas: los protectores, los dueños de los locales en los cuales tiene lugar
el comercio prostitutivo, las alcahuetas y los traficantes.

Normalmente las prostitutas obran bajo la guía de un protector, que a menudo se


convierte en el amante parásito de la prostituta, al que ella ama y teme. Al protector le
incumbe atraer a las prostitutas: muchachas descarriadas, huidas de casa o a la
búsqueda de aventuras en concursos (más o menos trucados) de belleza o de cine.
Se comienza con algún cliente y con muchos regalos. Pero muy pronto la muchacha
descubre en el protector a su amo absoluto, que puede también venderla a otro
protector. Aunque en proporción menor, también hay mujeres que hacen de
protectoras. El dueño es el amo del local puesto (totalmente o en parte) a disposición de
los encuentros con las prostitutas.

Alcahueta es la mujer que conoce el arte de seducir a la muchacha disponible a la


prostitución, la pone en relación con el protector o directamente con los clientes y le

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enseña el oficio. El traficante es el colocador, pagado por una comisión de protectores o
dueños de casas que se compromete a trasladar prostitutas tanto a nivel nacional como
internacional.

2.- POSICIONES SOBRE LA PROSTITUCION

Las diversas posiciones se agrupan en torno a tres grupos pincipales: el prohibicionismo,


el regulacionismo y el abolicionismo.

Prohibicionismo

El prohibicionismo consiste en perseguir la prostitución en todos sus aspectos. Considera


la prostitución como una actividad inmoral y tanto las prostitutas como los clientes son
considerados como criminales. Esta ha sido la posición más extendida tradicionalmente y
en la que se basan las leyes en vigor en la mayor parte del mundo. Estas posiciones
están asociadas a corrientes ideológicas conservadoras.

Regulacionismo

Las posiciones regulacionistas buscan regular la prostitución como una profesión


legítima. La defensa del regulacionismo se da desde distintas corrientes de pensamiento
liberales, progresistas y feministas. Desde un punto de vista liberal se puede considerar
que prohibir la prostitución supone limitar la libertad individual de prostitutas,
proxenetas y clientes.

Desde un punto de vista progresista se argumenta que, aunque la prostitución pueda


no ser deseable, la prohibición no consigue que la prostitución desaparezca, sino que
empuja a las prostitutas a una clandestinidad en la que sus condiciones de vida
empeoran.

Desde las posiciones regulacionistas se tiende a utilizar la denominación «trabajador


sexual» para cualquiera que ejerza la prostitución, así como otras profesiones
relacionadas con el sexo.

41
Abolicionismo

El abolicionismo considera la prostitución como una forma de violencia contra la mujer


que debe ser abolida por completo. Por lo tanto, la prostituta no es vista como una
criminal, sino como una víctima de explotación; mientras que los clientes y proxenetas
son vistos como explotadores. El modelo nórdico, vigente en Suecia, Noruega e Islandia,
es el reference legal actual de esta posición, ya que ilegaliza comprar sexo, pero no
venderlo. De forma que se persigue a los clientes para reducir la demanda y no a las
prostitutas.

Desde las posiciones abolicionistas se tiende a utilizar la denominación «mujeres


prostituidas» o «mujeres en situación de prostitución».La actitud cultural-legislativa
contemporánea oscila entre tres orientaciones diversas, que van de la reglamentación al
prohibicionismo y al abolicipnismo.

Se tiende, gracias a programas más racionales y eficaces de los adoptados en los siglos
pasados, a limitar rigurosamente el comercio y el ejercicio de la prostitución, reservando
para ella locales autorizados y controlados, llamados casas cerradas. La primera
reglamentación en el sentido moderno tuvo lugar en Francia en 1802.

En muchos países las motivaciones sociales de la reglamentación se basan en la


presunción de que la prostitución es un fenómeno ineliminable, e incluso en parte útil
para satisfacer las tensiones sexuales, sobre todo las masculinas, mientras que hay que
poner freno al libertinaje más evidente y un dique a la difusión de las enfermedades
venéreas.

El aspecto más discutible de la reglamentación es que tales Estados reconocen los


aspectos negativos de la prostitución de lo contrario deberían dejarla libre como
cualquier otra actividad-, pero a la vez la oficializan. Además, la reglamentación legitima
el comercio de las prostitutas, que, una vez fichadas, se sienten más destinadas a ese
trabajo.
El aspecto social positivo de la reglamentación es la posibilidad de un control, aunque
sea reducido, y de una parcial protección legal y social de la prostituta.

42
A finales del siglo XLX, la Asociación inglesa de moralidad (The National Vigilance
Association) inició una campaña contra la trata de blancas. Después de varias
reuniones, se firmó en París una convención internacional (4 de mayo de 1919) que
prohibía alistar para la prostitución a las menores, aunque consintieran, y usar para las
mayores cualquier medio de coacción.
Pero la trata clandestina de menores
continúa, como se ha indicado antes,
incluso con la complicidad de algunos
familiares. Para la trata de personas
mayores habitualmente no se recurre a
la violencia física; se proponen espejismos
de ganancias fáciles y de afirmación, que
luego se resuelven en formas renovadas
de esclavitud.
El régimen prohibicionista considera la
prostitución como tal un "delito" y
propone su eliminación

La orientación legislativa abolicionista


parte del principio de que la prostitución
en sí misma no ha de ser ni reconocida ni
prohibida por el Estado, por pertenecer a
las relaciones privadas. Con ello se
suprime el fichaje y la visita sanitaria de las prostitutas, que no pueden ser sometidas
a leyes discriminatorias especiales.

Entre las mayores no es delito conceder el cuerpo propio con fines de lucro, con tal de
que salvaguarden las leyes emanadas de la tutela del orden público, como la prohibición
de la seducción o de actos obscenos en lugar público, el atentado contra el pudor, la
provocación al vicio. Disposiciones estas que son interpretadas cada vez de modo más
elástico.

43
En particular, el abolicionismo se propone reprimir la organización de la prostitución.
El "lenocinio" y cualquier forma de inducción a la prostitución y el mantenimiento de
locales dedicados habitualmente a la prostitución se consideran "delito
penal". Además, el abolicionismo se propone una educación cultural que favorezca la
reeducación de las prostitutas y, dentro del respeto de las personas haga disminuir
la demanda de relación prostitutiva.

Los abolicionistas replican que la defensa del pudor público no se aseguraría con la
apertura de las "casas cerradas": las prostitutas "clandestinas" han sido siempre
más numerosas que las que actúan en los locales autorizados; contra el peligro de
contagio, a su vez, se debe instaurar una campaña sanitaria cívica; el mero control de
las prostitutas autorizadas no resolvería el problema.

La prostitución es una forma de explotación que debe ser abolida y no una profesión
que hay que reglamentar. Es una forma de violencia de género: «lo que las mujeres
prostituidas tienen que soportar equivale a lo que en otros contextos correspondería a la
definición aceptada de acoso y abuso sexual. ¿El hecho de que se pague una cantidad

44
de dinero puede transformar ese abuso en un «empleo», al que se le quiere dar el
nombre de -˜trabajo sexual comercial-™?»

Regular la prostitución legitima implícitamente las relaciones patriarcales: equivale a


aceptar un modelo de relaciones asimétricas entre hombres y mujeres, establecer y
organizar un sistema de subordinación y dominación de las mujeres, anulando la labor
de varios decenios para mejorar la lucha por la igualdad de las mujeres. Al legitimarla se
convierte en un soporte del control patriarcal y de la sujeción sexual de las mujeres, con
un efecto negativo no solamente sobre las mujeres y las niñas que están en la
prostitución, sino sobre el conjunto de las mujeres como grupo, ya que la prostitución
confirma y consolida las definiciones patriarcales de las mujeres, cuya función sería la de
estar al servicio sexual de los hombres. ¿Cómo vamos a educar a nuestros hijos e hijas
en igualdad con mujeres tras los escaparates como mercancías o es un posible futuro
laboral de nuestras hijas?

Si reglamentamos la prostitución,
integrándola en la economía de
mercado, estamos diciendo que
esto es una alternativa aceptable
para las mujeres y, por tanto, si es
aceptable, no es necesario remover
las causas, ni las condiciones
sociales que posibilitan y
determinan a las mujeres a ser
prostituidas. A través de este
proceso, se refuerza la
normalización de la prostitución
como una «opción para las pobres».

¿Por qué los hombres acuden a la prostitución actualmente en una sociedad como la
española donde no hay tal nivel de represión sexual como había hace 40 años? En una
época de libertad sexual como la actual, acuden a la prostitución como un ejercicio de
poder y sumisión sobre otra persona con la que no tienen que tener ninguna

45
consideración porque la pagan y debe estar a su servicio, convirtiéndola en un objeto de
su consumo.

Muchos hombres, en las relaciones sociales y personales, experimentan una pérdida de


poder y de masculinidad, y no consiguen crear relaciones de reciprocidad y respeto. Son
éstos los hombres que acuden a la prostitución, porque lo que buscan en realidad es
una experiencia de total dominio y control. Este grupo de hombres parecen tener
problemas con su sexualidad y la forma de relacionarse con el 50% del género humano,
que creen que debe de estar a su servicio.

Presuponer que la necesidad sexual masculina es una necesidad biológica que no puede
ser puesta en cuestión, similar a las necesidades de nutrición, contradice
manifiestamente el hecho comprobado de que las personas, mujeres y hombres, pasan
largos periodos de sus vidas sin relaciones sexuales ¡y sin llegar al fatal desenlace que
habría tenido la privación de alimento! Los hombres debemos resolver nuestros
problemas de socialización para aprender a vivir sin servidoras sexuales y domésticas.

46
La prostitución jamás se da en condiciones de libertad; nunca es objeto de un contrato
de compraventa entre personas iguales en derechos y libertades. No se vende la
actividad o el producto, como el cualquier trabajo, sino el propio cuerpo sin
intermediarios. Y el cuerpo no se puede separar de la personalidad. Además, sólo alguna
afortunada podrá poner «límites», pero la mayoría tendrán que satisfacer a los
prostituidores porque pagan (un «cliente» a quien una prostituta le negara un acto
sexual particular o una relación sin preservativo, podrá siempre alquilar a otra mujer
más necesitada que accederá a su demanda).

El punto de vista según el cual las intrusiones repetidas en el cuerpo y los actos sexuales
tolerados, pero no deseados, pueden ser vividas sin perjuicio es, por lo menos, dudoso.
Las mujeres han referido en numerosas ocasiones sus estrategias para terminar
rápidamente con el cliente, porque si las prostitutas necesitan y desean el dinero de la
prostitución, no desean la sexualidad prostitucional que, en tanto que tal, es una forma
de «violación remunerada». Incluso si alguien dice que elige la prostitución de forma
libre, ¿podemos considerar una elección libre la explotación y la violencia de género?

En nombre de una concepción del ser humano como persona, del bien común y del
respeto a los derechos humanos, la colectividad ha juzgado necesario con frecuencia
poner límites a la libertad individual (venta de órganos, esclavitud, uso abusivo de
drogas, etc.), estableciendo que hay prácticas, por muy libremente que se quiera decir
que se han asumido, que van en contra de los derechos humanos más elementales. No
obstante, conviene recordar que los usuarios masculinos de la prostitución no se
preocupan de saber si la prostituta consiente y es libre, cuestión que no les inquieta lo
más mínimo. En este sentido, no se puede desvincular el tráfico de mujeres con la
legalización de la prostitución, porque el tráfico es una consecuencia de la oferta y la
demanda que rige el negocio de la prostitución.

¿A quién beneficia la regulación de la prostitución? A los proxenetas que pasan a


denominarse empresarios dándoles un baño de respetabilidad. De ahí su prisa porque se
regule. A las redes de trata de blancas que se convierten en corporaciones
empresariales que cotizan en bolsa como en Australia. Es el negocio ilegal que más

47
dinero mueve en el mundo, junto con el de drogas y armas. A los «clientes», puesto que
esto les colocaría en una situación de «normalidad».

Pedimos que, de entrada, se aplique la ley. Que se persiga a los proxenetas que están
campando por sus fueros, los clubes, los burdeles de carretera, que todo el mundo
conoce. Y que, se centren las medidas en la erradicación de la demanda, a través de la
denuncia, persecución y penalización del prostituidor (cliente) y del proxeneta: Suecia
penaliza a los hombres que compran a mujeres o niños con fines de comercio sexual,
con penas de cárcel de hasta 6 meses o multa, porque tipifica este delito como
«violencia remunerada». En ningún caso se dirige contra las mujeres prostituidas, ni
pretende su penalización o sanción. La novedosa lógica detrás de esta legislación se
estipula claramente en la literatura del gobierno sobre la ley: «En Suecia la prostitución
es considerada como un aspecto de la violencia masculina contra mujeres, niñas y niños.
Es reconocida oficialmente como una forma de explotación de mujeres, niñas y niños, y
constituye un problema social significativo.., la igualdad de género continuará siendo
inalcanzable mientras los hombres compren, vendan y exploten a mujeres, niñas y niños
prostituyéndoles».

Además otro elemento esencial de la ley sueca provee amplios fondos para servicios
sociales integrales sean dirigidos a cualquier prostituta que desee dejar esa ocupación;
también provee fondos adicionales para educar al público para contrarrestar el histórico
sesgo masculino. La prostitución siempre ha existido, dicen. También las guerras, la
tortura, la esclavitud infantil, la muerte de miles de personas por hambre. Pero esto no
es prueba de legitimidad ni validez.

3.- RÉGIMEN LEGAL DE LA PROSTITUCIÓN EN EL PERU

En el Perú, la prostitución no es considerada un delito por la ley, lo que sí está


considerado delito es el proxenetismo: obtener beneficios económicos a partir de la
explotación sexual a una persona. La prostitución es considerada como una actividad
legal entre personas adultas que, sin embargo, no es reconocida como una actividad
laboral, ya que no encuentra cabida dentro de los campos laborales convencionales. La
prostitución, al igual que el proxenetismo, implica una remuneración económica a partir

48
del servicio sexual de una persona. Sin embargo, en la prostitución, es la persona que
realiza el servicio sexual quien gana íntegramente a partir de su servicio y quien decide
por voluntad propia ejercer la actividad. En ese sentido la prostitución en sí no quiebra
la ley, pero quiebra el orden social y el orden moral por ser considerada como una
actividad ilegítima de ser elegida por voluntad propia que, además, se apropia
íntegramente de su ganancia. Es a partir de este supuesto que la prostitución puede ser
considerada como un fenómeno social estigmatizado. El estigma es entendido como lo
que no cumple con el requerimiento de los códigos morales dominantes (Wuthnow,
1989). Un estigma deriva de la interpretación que le dé un grupo de personas
pertenecientes a una determinada cultura con significados particulares que construyen y
reconstruyen imaginarios acerca de lo deseable en una sociedad. En la prostitución, el
estigma refiere a un comportamiento sexual y uso del cuerpo no deseado y vergonzoso
para la sociedad.

49
Recalcando que la prostitución no es delito en el Perú, lo que sí está considerado delito
es el proxenetismo: obtener beneficios económicos a partir de la explotación sexual a
una persona. La prostitución es considerada como una actividad legal entre personas
adultas, pero que sin embargo, encontramos resistencia a que sea reconocida
plenamente como una actividad laboral, ya que aparentemente no encuentra cabida
dentro de los campos laborales convencionales, tropezando con uno de los principales
obstáculos para su reconocimiento, que es el reproche moral y social que se le otorga a
esta actividad, sin considerarse por encima de todo, el derecho a la libertad y su
carácter laboral, por consiguiente de actividad económica y sustento para quienes la
ejercen.

Lo que es peor, cada vez que se identifica o interviene un establecimiento o local donde
hay personas que realizan trabajos sexuales, se habla erróneamente de locales donde se
ejerce la “prostitución clandestina” en vez de referirse a locales que funcionan como
“prostíbulos clandestinos” que es como propiamente y en todo caso debería
corresponder mencionar en alusión directa a sus propietarios o conductores que si están
infringiendo la ley, porque el ejercicio de la prostitución propiamente dicha no es delito,
el funcionamiento de un prostíbulo sí lo es5

Esto es así porque los propietarios, administradores o conductores del local de una u
otra forma promueven o favorecen la prostitución de una persona, fungiendo de
encubridores o mediadores, incluso allanando obstáculos que se presentan en el curso
de la actividad legal para que esta continúe ejerciéndose8 , y eso es lo que
precisamente el Art. 179° del Código Penal, reconoce como delito de Favorecimiento a la
Prostitución, el cual sanciona no la prostitución, sino las actividades conexas a ella
efectuadas por otras personas.6

5
7 Exp. N° Exp. N° 6231/97. BACA CABRERA, Densey / ROJAS VARGAS, Fidel y NEIRA HUAMAN,
Marlene. Jurisprudencia Penal, Procesos Sumarios. Tomo II. Gaceta Jurídica. Lima. “El hecho de haber
administrado un inmueble donde se ejercía el comercio sexual clandestino configura el delito de
proxenetismo, al haber promovido o favorecido las actividades de las citadas agraviadas”.
6
Exp. N° 7903/97. BACA CABRERA, Densey / ROJAS VARGAS, Fidel y NEIRA HUAMAN, Marlene.
Jurisprudencia Penal, Procesos Sumarios. Tomo II. Gaceta Jurídica. Lima.

50
Lo mismo sucede con el delito de Rufianismo7 , que sanciona a la persona que explota la
ganancia obtenida por una persona que ejerce la prostitución; o, el delito de
Proxenetismo8, que comprende al que compromete, seduce o sustrae a una persona
para entregarla a otro con fines de que se prostituya. En todos estos casos, de acuerdo
a la legislación vigente, la persona que presta servicios personales íntimos a cambio de
una contraprestación económica sin interesar si lo hace de manera consentida o forzada
se convierte en agente pasivo de estos delitos, vale decir en la victima, aunque en la
práctica podamos apreciar todo lo contrario, pues suele suceder que cada vez que se
interviene un local donde se ejerce la prostitución, las trabajadoras que son encontradas
en su interior, son tratadas como si fueran autoras de algún tipo de delito, cuando en
realidad pudieran ser víctimas de proxenetas, rufianes u otros que favorecen la
prostitución, pero jamás personas imputables penalmente por el servicio que están
brindando. La modernidad al parecer ha ha invertido las cosas: La víctima aparece como
culpable y el victimario como inocente.

4.- PROSTITUCIÓN LEGAL, ILEGAL O CLANDESTINA.

4.1- Prostitución legal.

Hemos partido del concepto inicial de que la prostitución en el Perú, no es delito, por
tanto su ejercicio es totalmente legal. Por su parte, el Art. 2º de la Constitución Política
del Perú que consagra los derechos fundamentales de las personas, ha señalado en el
inciso 24.a que “nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda ni impedido de
hacer lo que ella no prohíbe13”, por lo que siendo la prestación de servicios personales
íntimos, trabajo sexual o prostitución, una actividad legal que no está prohibida por la
ley, no es un delito, por lo tanto la prostitución en el Perú es legal; legalidad que de
acuerdo a Ley no alcanza a quienes la promueven, favorecen, la facilitan, se lucran, se
comprometen, seducen o sustraen a una persona para entregarla a otro con el objeto
de tener acceso carnal, porque esas personas si cometen delitos penales, aún cuando la
trabajadora sexual brinde sus servicios personales íntimos con total voluntad y libertad.

7
Rufianismo. Art. 180 del Código Penal
8
Proxenetismo. Art. 181 del Código Penal.

51
En sus fundamentos de la STC N° 06712-2005-HC. Fundamento N° 47; el TC precisa lo
siguiente: “En el caso de autos se ha dicho que el reportaje buscaba demostrar una red
de prostitución en el vedettismo nacional, y que para ello era necesario mostrar a una
bailarina, como era la querellante, justamente manteniendo relaciones sexuales sin
autorización legal14 para hacerlo”. Si la prostitución es legal en el Perú, en que aspecto
podríamos entender que se requiere autorización legal para ejercerla.

Respecto a la prostitución ilegal; y, de conformidad a lo dicho en el acápite anterior, no


existe prostitución ilegal en el Perú; sin embargo no siempre fue así; el 18 de Enero de
1924, siendo Presidente del Perú el señor Augusto B. Leguía, se promulgó la Ley 4891 -
“Ley de Vagancia” que estuvo vigente en nuestro país durante 62 años (Derogada
mediante Ley N° 24506 del 14 de Mayo de 1986); mediante esta ley, las mujeres que
tenían la condición de prostitutas de profesión (en la ley se lee “meretrices de
profesión), si se sustraían de figurar en los padrones del caso y burlaban las
prescripciones de los reglamentos de policía, defensivos de la salud, de la higiene y del
decoro públicos, eran estigmatizadas y calificadas como “vagas” inhabilitándolas para
una plena aceptación social y por tanto acreedoras a penas privativas de libertad no
menor de un año ni mayor de cinco años.

De allí deviene entonces las denominaciones de prostitución clandestina o ilegal cuando


no se cumplía con lo normado en la ley y la única prostitución aceptada como legal, era
aquella en donde la prostituta se reconocía como tal y se acercaba ante la autoridad a
recabar su Carnet de Prostituta y cumplía con los requisitos que establecía la
normatividad vigente; en el otro extremo la prostituta era clandestina, perseguida,
detenida y encarcelada. Estigma que lamentablemente aún prevalece hasta la fecha
como un rezago inquisitivo en la mente de algunas autoridades que siguen viendo a la
prostituta más que como víctima, como una infractora de la ley.

Es a partir de este supuesto que la prostitución suele ser considerada por un sector de la
sociedad como un fenómeno social estigmatizado, ilícito, rechazado, inmoral,
vergonzoso, etc.; pero al margen de aquello no es ilegal. No existe prostitución ilegal en

52
el Perú. Sobre la prostitución clandestina, entendiendo por clandestina todo aquello que
se hace de forma oculta o secreta para burlar la ley, al no existir una reglamentación
nacional clara y precisa respecto al ejercicio de este tipo de actividades desde el 14 de
Mayo de 1986 en que se deroga la “Ley de Vagancia” con la promulgación de la Ley N°
24506, no se puede hablar de prostitución clandestina sin base ningún fundamento
legal, reglamentación ni definición al respecto; es así que, el Tribunal Constitucional
tratando de dar una respuesta en este sentido, intenta encontrar el fundamento
apropiado para encontrar una definición de lo que se denomina frecuentemente
“prostitución clandestina” en una Ordenanza Municipal; así señala entonces refiriéndose
a la prostitución y en mérito a la Ordenanza Municipal N° 141 de 1998; lo siguiente9 :
“Su ejercicio está regulado básicamente a través de la Ordenanza N.° 141 de la
Municipalidad Metropolitana de Lima, Sobre Obligatoriedad de Portar Carné de Salud, la
misma que señala en su artículo 6° que: Las personas que ejerzan el meretricio (…),
además del Carné de Salud, están obligadas a poseer un Certificado de Control Periódico
epidemiológico, serológico y tebeciano, los cuales serán expedidos por la Autoridad
Sanitaria Municipal por períodos quincenales, trimestrales y semestrales, según
corresponda.

En caso de que no se cumplan estas exigencias, según el artículo 14°, la Dirección de


Salud y Bienestar Social de la Municipalidad podrá sancionar inclusive con una multa a la
persona infractora dedicada a tal actividad”17 . En sus fundamentos en la STC N°
06712-2005-HC. Fundamento N° 48 precisa que: “Queda claro que la prostitución
clandestina debe estar proscrita por ser un oficio no permitido en nuestro
ordenamiento18”. No encontramos al respecto un fundamento legal válido para que el
TC opine de esta manera.

Estas precisiones del Tribunal Constitucional, dejan en evidencia el vacío legal existente
respecto a la falta de reglamentación para el ejercicio formal de la prostitución en el
Perú a extremos de considerarlo como “un oficio no permitido en nuestro
ordenamiento”; su regulación se ha dejado a discreción de las autoridades locales que
pretenden reglamentarla sin criterios uniformes, algunas de ellas de manera represiva y

9
STC N° 06712-2005-HC. Fundamento N° 48

53
otras considerando incluso su ejercicio como ilegal utilizando medidas prohibicionistas,
sin considerar que en nuestra legislación el ejercicio de la prostitución, no es constitutivo
de delito ni es considerada ilegal.
No siendo ilegal, tampoco se regula la forma en que esta actividad debe desempeñarse
cuando lo es voluntariamente, por lo que puede afirmarse que el ejercicio de esta
actividad en nuestro país se desarrolla dentro de un ámbito de vacío jurídico, con clara
vulneración de los derechos fundamentales de las personas afectadas. La prostitución no
es una actividad ilegal, sin embargo, a nivel municipal en determinadas ordenanzas
municipales se prohíbe tanto el ofrecimiento, como la solicitud, la negociación o la
aceptación, directa o indirectamente, de servicios sexuales retribuidos en el espacio
público.

Así por ejemplo la Ordenanza Municipal Nº 384-MSI – San Isidro multa el ejercicio de la
prostitución en la vía pública por un monto de 100% del valor de una UIT y la misma
sanción a la persona o usuario que solicita en la vía pública la actividad de la
prostitución. Lo que a criterio de la investigadora Carolina Villacampa Estiarte19 , este
tipo de interveciones, “(…) ha supuesto poco más que un traslado de la prostitución de
la calle a la desarrollada en espacios cerrados o a la oferta de servicios sexuales a través
de internet, disminuyendo la seguridad de las condiciones de ejercicio de la prostitución
callejera (…)”. En el EXP. N.° 6712-2005-HC/TC – Caso Magaly Medina, el Tribunal
Constitucional se pregunta: “¿es permisible que el derecho a la información pueda tocar
temas tan sensibles como las relaciones sexuales de una persona, por más que haya
estado en un supuesto de prostitución clandestina20? Este Colegiado considera que no”.

Una persona puede estar en el supuesto de prostitución clandestina? Como hemos visto
anteriormente, el TC considera que se da el presupuesto de prostitución clandestina por
el incumplimiento de las normas municipales referidas y en el caso concreto a la
Ordenanza N.° 141 de la Municipalidad Metropolitana de Lima, a la no tramitación y
tenencia de un Carnet de Salud como único presupuesto para considerar que se está
ejercitando la prostitución de manera clandestina. Sin embargo, nos parece que el
Tribunal Constitucional debió haber tomado en cuenta, que la Ley General de Salud,
interpretada sistemáticamente con la Ley Orgánica de Municipalidades, prohíbe a las

54
autoridades administrativas condicionar el desarrollo de actividades económicas10 a la
presentación de un carné de sanidad. Efectivamente la Ley General de Salud 26842 en
su artículo 13° señala “Toda persona tiene derecho a que se le extienda la certificación
de su estado de salud cuando lo considere conveniente. (…)”,
prohíbe por tanto a las autoridades públicas exigir la presentación de carnet de sanidad
como condición para el ejercicio de actividades profesionales, de producción, comercio o
afines11

No solo eso, sobre el particular, la Comisión de la Oficina Regional de INDECOPI de


Piura emitió la Resolución 737-2009/INDECOPI-PIU del 28 de setiembre de 2009,
declaró “que respecto de las personas que elaboran, manipulan y/o expenden alimentos
y bebidas, dicha exigencia sí constituía una barrera burocrática ilegal, pues vulnera la
prohibición establecida por el artículo 13 de la Ley General de Salud”. Por su parte, la
Sala de Defensa de la Competencia N° 1 del Tribunal de Defensa de la Competencia y
de la Propiedad Intelectual, mediante Resolución N° 2141-2010/SC1-INDECOPI12 ,
expresó al respecto que condicionar el ejercicio de actividades económicas a la
obtención de un carné de sanidad constituye una barrera burocrática ilegal, confirmando
en ese extremo la Resolución 737- 2009/INDECOPI-PIU.

Pero además, la Sala de Defensa de la Competencia N° 1 del Tribunal de Defensa de la


Competencia y de la Propiedad Intelectual también se pronunció en el caso anterior en
otro de la extremos de la Resolución emitida por la Oficina Regional de INDECOPI –
Piura, declarando la NULIDAD DE OFICIO de la Resolución 737-2009/INDECOPI-PIU en

10
Actividad Económica: Proceso donde se generan e intercambian productos, bienes o servicios para cubrir
las necesidades de las personas. La actividad económica permite la generación de riqueza dentro de una
comunidad (ciudad, región, país) mediante la extracción, transformación y distribución de los recursos
naturales o bien de algún tipo de servicio.
11
Ley General de Salud. LEY Nº 26842. Promulgada el 9 de julio de 1997. Publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 20 de julio de 1997. Artículo 13.- Toda persona tiene derecho a que se le extienda la
certificación de su estado de salud cuando lo considere conveniente. Ninguna autoridad pública podrá
exigir a las personas la certificación de su estado de salud, carné sanitario, carné de salud o documento
similar, como condición para el ejercicio de actividades profesionales, de producción, comercio o afines.
Lo dispuesto en la presente disposición no exime a las personas del cumplimiento de las disposiciones
relacionadas con el carné o certificado de vacunaciones, de conformidad con lo que establece la norma de
salud, ni de aquellas relacionadas con la certificación de su estado de salud como requisito para obtener
licencias
12
Resolución N° 2141-2010/SC1-INDECOPI
http://sistemas.indecopi.gob.pe/sdc_Jurisprudencia/documentos/1-93/2010/Re2141.pdf

55
el extremo que declaró que dicha Comisión carecía de competencia para emitir un
pronunciamiento respecto de la exigencia de presentar un carné de sanidad en la
prestación de servicios personales íntimos. La razón es que la prestación de tales
servicios sí constituye una actividad económica, al tratarse de una provisión de servicios
en el mercado permitida por el ordenamiento jurídico, por lo que le es aplicable la
regulación en materia de eliminación de barreras burocráticas a cargo del INDECOPI;
siendo expuesto de la siguiente manera: “(…) esta Sala considera que los servicios
sexuales sí constituyen una actividad económica, pues involucran la prestación de un
servicio a cambio de una contraprestación. Por ello, de acuerdo con el principio de no
discriminación consagrado en la Constitución Política del Perú (Art. 2.2.), también se les
debe aplicar la regulación de eliminación de barreras burocráticas”.

Se afirma que el concepto de barrera burocrática alude a límites arbitrarios o


injustificados impuestos por el Estado que impiden el acceso o la permanencia en el
mercado13; por lo que debemos entender que respecto de la exigencia de presentar un
carné de sanidad en la prestación de servicios personales íntimos, y siendo que su
ejercicio constituye una forma legítima de acceso a las libertades relacionadas a una
actividad económica debidamente reconocida por INDECOPI14 , esta exigencia ha
quedado definitivamente suprimido; sin que ello signifique indudablemente su desarrollo
en un marco empresarial en donde pudieran configurarse ilícitos penales vinculados al
favorecimiento a la prostitución, rufianismo, proxenetismo o trata de personas; la
Resolución comentada es un precedente que deberá tenerse presente en su
oportunidad.

13
Rizo Patrón, Javier. «La libertad de acceso al mercado, su protección constitucional y el análisis
de razonabilidad de las ordenanzas que la limiten». Gaceta Constitucional, 21(2009), p. 85.
14
El Decreto Legislativo 1033, decreto legislativo que aprueba la Ley de Organización y Funciones
del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad
Intelectual, publicado el 25 de junio de 2008, define en su artículo 1 al INDECOPI como un
organismo público especializado, con personería jurídica de derecho público interno, que goza de
autonomía funcional, técnica, económica, presupuestal y administrativa. Se encuentra adscrito a
la Presidencia del Consejo de Ministros. En el literal a) del numeral 2.1 del artículo 2 se prevé
como función administrativa del INDECOPI: Vigilar la libre iniciativa privada y la libertad de
empresa mediante el control posterior y eliminación de las barreras burocráticas ilegales e
irracionales que afectan a los ciudadanos y empresas, así como velar por el cumplimiento de las
normas y principios de simplificación administrativa.
56
La legislación nacional no hace distingos entre prostitución forzada y prostitución
consentida. Una prostitución consentida supone el ejercicio libre y voluntario, en el que
la entrega sexual es a cambio de una contraprestación económica con el total
consentimiento de la trabajadora sexual; en tanto que la prostitución forzada se ejerce
en el mismo sentido, pero bajo coacción o presión derivada de una situación de
violencia, intimidación o abuso. Estas dificultades de definición tienen que ver con
distintos factores. En primer lugar, todavía hoy no está claro en absoluto cuál es el
“problema” al que se intenta hacer frente cuando nos proponemos enfrentar de alguna
manera el fenómeno social de la prostitución. Por un lado, observamos que en el ámbito
internacional las convenciones internacionales, las exposiciones de motivos de las leyes
o las declaraciones políticas de distinto origen, insisten en que el objetivo es acabar con
el abuso y la explotación a los que se ve sometido un número considerable de personas,
mujeres y niñas en su mayor parte, que son coaccionadas o empujadas por la necesidad
a practicar la prostitución en una auténtica situación de esclavitud, por lo que se
estarían refiriendo a la prostitución forzada15.

Sin embargo, la paradoja aparece cuando observamos que la mayor parte de las
medidas políticas, municipales y policiales van dirigidas más bien a controlar los
problemas de orden que desencadena el ejercicio de la prostitución consentida en las
calles y establecimientos sin licencia: controles y redadas policiales con el objeto de
desalojar a prostitutas y clientes; decisiones de los gobiernos locales de “prohibir”, bajo
sanción de multa, la prostitución realizada en determinadas zonas, calles o locales no
autorizados. Sin desconocer los problemas que genera el ejercicio de la prostitución en
los espacios públicos para vecinos y para la sociedad en general, resulta claro que este
tipo de medidas, más que proteger a las víctimas de la explotación sexual, que en la
mayoría de casos no existe, lo que defienden es el bienestar y el orden público, bienes
colectivos de la comunidad que se encuentran debidamente justificados, pero que
generan agravio en personas que ven en la prostitución consentida un medio de trabajo.

Si la única respuesta al fenómeno de la explotación sexual es ésta, tendríamos que


detrás de esta paradoja se encuentra una gran ficción, pues a pesar de todas las

15
Julia Ropero Carrasco y Julia Ruiloba Alvariño. Explotación sexual y prostitución: paradojas e
hipocresías que impiden la protección de las víctimas. p.3.

57
declaraciones y discursos, las medidas municipales y policiales contra la prostitución no
se dirigen a proteger a las víctimas de la explotación, sino a la sociedad frente al
ejercicio público de la prostitución callejera, porque todos sabemos que la prostitución
callejera es en nuestro país en su mayoría, si no lo es en su totalidad, prostitución
consentida y sin ningún tipo de explotación por parte de terceros.

En el contexto normativo actual, la prostitución en el Perú es legal, no es ilegal ni


clandestina, por lo que en reconocimiento de los Derechos Fundamentales contemplados
en la Constitución Política del Perú, es que ya se debe de dejar de ver a las personas
que brindan servicios personales íntimos de manera libre, voluntaria y consentida, como
mal ejemplo, como un ser despreciable o degradado, o como una trabajadora ilegal o
clandestina para pasar a ser una trabajadora sin distingos discriminatorios que brinda
servicios personales íntimos a cambio de una retribución económica. El ejercicio de la
prostitución en forma individual o independiente, no constituye delito y no corresponde
confundir esta conducta con la que verdaderamente posee relevancia penal, que no es
otra, que la desplegada por los que la favorecen o promueven la prostitución, por los
rufianes y por los proxenetas en agravio de mujeres que son forzadas a prostituirse.

Podemos decir también, que actualmente la prostitución es una actividad laboral y legal,
pero de alguna manera solo “tolerada” por el ordenamiento jurídico; es decir, no existe
alguna ley que prohíba su ejercicio (que no incluye el favorecimiento a la prostitución, ni
el rufianismo, proxenetismo o trata de personas), no es una actividad ilegal, ni
prohibida, ni clandestina; pero pese a ello subsiste el reproche moral y social que de una
u otra forma se refleja en el comportamiento drástico y algunas veces hostil de las
autoridades policiales y municipales respecto a su ejercicio, quienes optan por la
represión de una actividad que encuentra mucha resistencia a ser reconocida como una
actividad laboral.

No obstante, se debe resaltar el logro de objetivos normativos importantes como la


Resolución N° 2141-2010/SC1-INDECOPI, que reconoce a la prestación de servicios
personales íntimos como una actividad económica, al tratarse de una provisión de
servicios en el mercado permitida por el ordenamiento jurídico, por lo que le es aplicable

58
la regulación en materia de eliminación de barreras burocráticas a cargo del Indecopi,
respecto de la no exigencia de presentar un carné de sanidad en la prestación de
servicios personales íntimos. Prostitución Legal, Ilegal y Clandestina en el Perú.

El ejercicio de la prostitución como actividad laboral no debe ser discriminada. Se debe


considerar al respecto de esta discriminación, que no se puede hacer distinciones donde
la ley no las hace, pues ello implicaría una contravención a la Constitución Política del
Perú y una vulneración al reconocimiento de los derechos fundamentales de las
personas. La prostitución en el Perú dentro del ámbito normativo requiere por ello ser
regulada y reglamentada. La prostitución es un trabajo cuando se ejerce de manera
consentida y libremente, pero no en régimen de esclavitud, forzada o de abuso. Es este
último con el que hay que acabar. No hay suficientes leyes que protejan a las víctimas
de la prostitución forzada.

Respecto al ejercicio de la prostitución en el Perú, la legislación actual no hace distingo


entre una prostitución forzada y una prostitución consentida, libre o voluntaria. En
ambos casos prima el carácter proteccionista del Estado, al criminalizar el entorno en el
cual se desenvuelven estas actividades, mediante tipos penales como el de
favorecimiento a la prostitución, rufianismo, proxenetismo, trata de personas,
involucrando como víctima a la persona que realiza trabajos sexuales, siendo irrelevante
para la tipicidad vigente si dichas personas han consentido o no su dedicación a la
prostitución.

En el caso de una prostitución no forzada, al no afectar los tipos penales antes descritos
directamente la libertad sexual de la persona que se prostituye con su consentimiento,
es evidente que el espíritu de la ley al incorporar estos delitos en nuestro ordenamiento
penal fue la de establecer efectos punitivos en las conductas de las personas
regularmente implicadas en la organización y el funcionamiento del fenómeno criminal
de la prostitución forzada, esto es, la de quienes obligan a los sujetos a prostituirse y la
de aquellos que se lucran a través de su explotación conocedores de que no se
prostituyen libremente y no para el caso de la prostitución libre, voluntaria o consentida,

59
porque no se estaría afectando el derecho a la libertad sexual de la trabajadora
presuntamente afectada; sin embargo forma parte de la política criminal del Estado.

Si bien es cierto que estamos frente a tipos penales que son expresión de una actual
política criminal, sin embargo pueden ser objeto de revisión y discusión, ya que
actualmente su aplicación resulta poco adecuada al tratamiento del complejo fenómeno
social de la prostitución, van en contra del derecho a la libertad y generan agravio a las
personas que brindan servicios personales íntimos en su calidad de trabajadoras
sexuales, muy distinto al caso en que este mismo tipo de servicios fuera prestado de
manera forzada, abusiva o por parte de menores de edad. Al no afectar directamente la
libertad sexual de la persona prostituida carecería de razón de ser mantener en su
actual contenido las figuras penales antes mencionadas, al menos en el contexto en el
que al parecer el legislador consideró en su oportunidad estos delitos, por lo que
merecerían al punto de vista del autor, una revisión.

Una nueva legislación normativa por tanto, debería considerar también la posibilidad de
un proceso regulador conducente a la explotación de los servicios sexuales prestados
por una persona adulta en tanto que sea voluntario y consentido e incluso la obtención
de beneficios de carácter económico de tercero sobre la base de dicha prestación que
sea igualmente voluntaria, distinguiendo de esta manera entre prostitución voluntaria y
no voluntaria, incriminándose únicamente aquellas conductas que impliquen una
vulneración de los derechos de las personas tratadas o explotadas sexualmente de
manera forzada o en contra de su voluntad, así como en el caso de menores de edad.
Realidad que no podemos desconocer por la gran cantidad de prostíbulos con Licencia
Municipal que actualmente vienen funcionando a nivel nacional sin una regulación clara
ni transparente de protección a las trabajadoras sexuales.

Otro de los aspectos a tenerse en cuenta, dentro del concepto de lo que es la


explotación sexual y que nuestra legislación no considera al no hacer distingos entre lo
que significa prostitución forzada y consentida, pero que necesariamente tendría que
pronunciarse en caso de producirse una reforma o reglamentación es lo concerniente a
la explotación laboral de quien realiza trabajo sexual consentido, derivada de la

60
imposición de condiciones abusivas, que no obstante ser aceptadas por la victima dada
su condición de sometimiento y subordinación respecto del propietario o responsable del
funcionamiento del establecimiento que fija las condiciones de trabajo, constituye una
vulneración sobre sus derechos laborales; de allí la necesidad de la existencia de una
normatividad uniforme para el ejercicio de la prostitución, a efecto de determinar qué es
lo que debe considerarse un patrón adecuado de prestación de servicios personales
íntimos, sin generar abusos ni excesos en contra de las trabajadoras.

Este también es el caso de los prostíbulos que actualmente funcionan en el Perú


amparados por Licencias Municipales, pero en donde por esta omisión, no se regula
ningún tipo de trato adecuado, derechos ni beneficios de las trabajadoras. Igualmente
es el caso de las Ordenanzas Municipales que sin mayor criterio intentan regularizar el
ejercicio de la prostitución callejera de manera inadecuada con niveles claros de
hostigamiento, abuso y agresividad.

Es necesario otorgar una real protección jurídica necesaria a la trabajadora sexual,


dejando de lado la supuesta protección estatal de la dignidad y libertad sexual de la
mujer que no es otra cosa que seguir manteniendo la defensa del prejuicio moral
existente respecto de la prostitución y a un Derecho Penal con el cual presuntamente
estamos protegiendo a la mujer, pero que termina por incriminar penalmente cualquier
conducta vinculada al ejercicio del trabajo sexual consentido, victimizando sin serlo a la
trabajadora sexual, en perjuicio de su dignidad y reconocimiento de la actividad que
realiza como una actividad laboral.

Tal como está previsto constitucionalmente, en el artículo 2°, inciso 15, toda persona
tiene derecho “a trabajar libremente, con sujeción a la ley”. Es más, sobre la base del
artículo 22 de la Constitución, se reconoce que “el trabajo es un deber y un derecho. Es
base del bienestar social y un medio de realización de la persona”. Este es el marco que
ha dotado la Carta Magna al derecho al trabajo, y sobre el cual se debiera tratar y
solucionar el presente caso.

61
Finalmente, considero que la prostitución como fenómeno social vigente debe ser un
tema de debate público. Se necesitan leyes laborales que las reconozcan desde el punto
de vista de trabajadoras del sexo a las personas que brindan servicios personales
íntimos a cambio de una contraprestación económica; que se negocien y pacten
espacios públicos o cerrados para practicar la prostitución, para que puedan ejercer
libremente y en condiciones de seguridad, si bien es cierto en la calle son más libres y
no están explotadas por mafiosos es necesario considerar otros espacios y otras
oportunidades en las cuales puedan desarrollarse con la libertad y la tranquilidad que les
brindaría el sentirse seguras, no acosadas, ni perseguidas y cumpliendo con las normas
que se establezcan en relación y donde debe primar prioritariamente el respeto del
derecho de los demás.

5.- ANALISIS MARCO LEGAL

5.1.- NORMA CONSTITUCIONAL

Artículo 2º.- Toda persona tiene derecho:

Inciso 1.- A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre


desarrollo y bienestar.

Inciso 2.- A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivos de origen,
raza, sexo, idioma religión, opinión, condición económica o de cualquier índole.

Inciso 24.- A la libertad y a la seguridad personales.

En consecuencia:

a. Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella
no prohibe.

b. No se permite ninguna forma de restricción de la libertad personal, salvo en los casos


previstos por la ley. Están prohibidas la esclavitud, la servidumbre y la trata de seres
humanos en cualquiera de sus formas.

62
c. Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse
no está previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como
infracción punible; ni sancionado con pena no prevista en la ley.

f. Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del juez o por las
autoridades policiales en caso de flagrante delito.

g. Nadie puede ser incomunicado sino en caso indispensable para el esclarecimiento de


un delito, y en la forma y por el tiempo previsto por la ley. La autoridad está obligada
bajo h. responsabilidad a señalar sin dilatación y por escrito, el lugar donde se halla la
persona detenida.

El Artículo 2º de nuestra Constitución Política del Estado, señala los derechos de las
personas, como son el derecho a la vida, a su identidad, así como a la igualdad ante la
ley, sin discriminación, son derechos inalienables tanto de hombres como de mujeres y
sobre todo aplicables a todos sin distinción alguna, al margen de la actividad que se
realice. En el inc.24 numeral a) “nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda ni
impedido de hacer lo que ella no prohíbe”, siendo el trabajo sexual una actividad que no
está prohibida por la ley, no es un delito, por lo tanto el tratar de poner normas que se
apliquen sólo a un grupo “legalizado” y reprimir y sancionar a otro grupo “clandestino”,
estaríamos transgrediendo la Constitución, pues el trato debe ser igualitario, y lo que no
está prohibido para un grupo tampoco debe prohibirse para el otro.

La Constitución es ley de leyes, ninguna norma puede ir en contra de lo dispuesto en la


Carta Magna.

Es por ello, que al surgir iniciativas legislativas como el detener a las personas por no
contar su Documento Nacional de Identidad (argumento utilizado por la Policía para
detener a las trabajadoras sexuales), fue finalmente desestimada pues se tendría que
hacer una modificación constituciona del Art. 2º,inc.24, numeral f, en que se contempla
sólo dos situaciones en la que un sujeto podría ser detenido, por mandato judicial
motivado por el juez y por encontrarse en flagrante delito.

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El no contar con el Documento Nacional de Identidad (D.N.I.) no está contemplado
como motivo de detención, por lo tanto se tendría que hacer una modificatoria
constitucional.

5.2.- CODIGO PENAL

En Mayo del 2004 el Código Penal ha sufrido una modificación sustancial en lo referente
a los delitos contra la Libertad sexual, en los artículos 170º, 171º, 172º, 173º, 174º,
175º, 176º, 176º-A, 179º, 180º, 181º, 182º, 183º, 183º-A. Así mismo se incorpora los
artículos 179º-A, 179-B, 181º-A, 182º-A. El Congreso de la República ha dado la Ley
siguiente: Artículo 1º.- Modifíquese el texto de los artículos 170º, 171º, 172º, 173º,
174º, 175º, 176º, 176º-A, 179º, 180º, 181º, 182º, 183º,183º-A de los Capítulos IX, X y
XI del Título IV, del Libro Segundo del Código Penal en los términos siguientes:

ARTICULO 170º VIOLACIÓN SEXUAL

El que con violencia o grave amenaza obliga a una persona a tener acceso carnal por vía
vaginal, anal o bucal o realiza otros actos análogos introduciendo objetos o partes del
cuerpo por alguna de las dos primeras vías, será reprimido con pena privativa de la
libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho años.

La pena no será menor de ocho ni mayor de quince años e inhabilitación conforme


corresponda:

1. Si la violación se realiza por dos o más sujetos.

2. Si para la ejecución del delito se haya prevalido de cualquier posición o cargo que le
dé particular autoridad sobre la víctima, o de una relación de parentesco por ser
ascendiente, descendiente o hermano, por naturaleza o adopción o afines de la víctima.
3. Si hubiere cometido por personal perteneciente a las Fuerzas Armadas, Policía
Nacional del Perú, Serenazgo, Policía Municipal o vigilancia privada, en ejercicio de su
función pública.

4. Si la víctima tiene entre catorce y menos de dieciocho años.

64
5. Si el actor tuviere conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión
sexual grave.

6. Si se perpetra de una manera continuada por un largo período de tiempo.

Era necesario hacer una modificación del Código Penal para definir la Violación Sexual.
Antes, para que constituya delito tenia que existir penetración vaginal, cualquier
penetración de otra índole (anal, bucal, introducción de objetos) no era considerada una
violación sexual, pues la tipicidad de este delito no encuadraba la conducta con la
descripción hecha en la ley, por lo tanto, no había violación.

También es importante la inclusión del numeral 3 del Art.170º como agravante de la


violación cuando es efectuado por personal de las FFAA, PNP, serenazgo, policía
municipal o vigilancia privada, pues por su condición de servicio y responsabilidad de
velar por el bienestar de la comunidad hace de estas personas depositarias de la
confianza de la población; por ello agrava su situación.

ARTÍCULO 179º.- FAVORECIMIENTO A LA PROSTITUCIÓN. El que promueve o favorece

la prostitución de otra persona, será reprimido con pena privativa de la libertad no


menor de cuatro ni mayor de seis años.

La pena será no menor de seis ni mayor de doce años cuando:

1. La víctima es menor de dieciocho años.

2. El autor emplea violencia, engaño, abuso de autoridad, o cualquier medio de


intimidación.

3. La víctima se encuentra privada de discernimiento por cualquier causa.

4. El autor es pariente dentro del cuarto grado de consaguinidad o segundo de afinidad,


o es cónyuge, concubino, adoptante, tutor o curador o tiene al agraviado a su cuidado
por cualquier motivo.

5. La víctima ha sido desarraigada de su domicilio habitual o está en situación de


abandono o de extrema necesidad económica.

6. El autor haya hecho del proxenetismo su oficio o modo de vida.

65
7. Si el agente actúa como integrante de una organización delictiva o banda.

Este artículo de sancionar el favorecimiento de la prostitución con un mínimo de cuatro


años y no mayor de seis de pena privativa de la libertad, se refiere cuando el delito es
cometido en contra de las mujeres mayores de edad, sin embargo, las penas son más
drásticas cuando se explota a las mujeres menores de 18 años; siendo el trabajo sexual
un negocio muy rentable para los/las que lo promueven, surgen formas de explotación
sexual creándose mafias que comercializan con sexo, organizándose y creando redes a
nivel nacional e internacional.

ARTÍCULO 180º.- RUFIANISMO.- El que explota la ganancia obtenida por una


persona que ejerce la prostitución será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de tres ni mayor de ocho años. Si la víctima tiene entre catorce y menos de
dieciocho años, o es cónyuge, conviviente, descendiente, hijo adoptivo, hijo de su
cónyuge o de su conviviente o si está a su cuidado, la pena no será menor de ocho ni
mayor de diez años.

Si la víctima es menor de catorce años, o cónyuge, o conviviente, descendiente, hijo


adoptivo, hijo de su cónyuge o de su conviviente o si está a su cuidado, la pena será no
menor de diez ni mayor de doce años.

Antes de la modificatoria se había adjetivizado la ganancia con la palabra “deshonesta”


la cual ha sido suprimida. Generalmente el qu funge de rufián es la pareja de la
Trabajadora Sexual, muchas veces es él quien cobra por el servicio, y vive de lo
obtenido por ella. La explotación que ejerce el rufián se debe a la relación de
dependencia emocional que tiene con la explotada quien finalmente acepta
sometiéndose a la voluntad de su pareja.

ARTÍCULO 181º.- PROXENETISMO.- El que compromete, seduce o sustrae a una


persona para entregarla a otro con el objeto de tener acceso carnal, será reprimido con
pena privativa de la libertad no menor de tres ni mayor de seis años.

La pena será no menor de seis años ni mayor de doce años, cuando:

66
1. La víctima tiene menos de dieciocho años.

2. El agente emplea violencia, amenaza, abuso de autoridad u otro medio de coerción.


3. La víctima es cónyuge, concubina, descendiente, hijo adoptivo, hijo de su cónyuge o
de su concubina, o si está a su cuidado.

4. Si el agente actúa como integrante de una organización delictiva o banda.

5. La víctima es entregada a un proxeneta.

El/la proxeneta es la persona que involucra a otra para que se prostituya, muchas veces
empleando la violencia, o actuando en compañía de otros actores.

ARTÍCULO 182º.- TRATA DE PERSONAS. El que promueve o facilita la captación,


entrada o salida del país o el traslado dentro del territorio de la República de una
persona para que ejerza la prostitución, someterla a esclavitud sexual, pornografía u
otras formas de explotación sexual, será reprimido con pena privativa de la libertad no
menor de cinco ni mayor de diez años. La pena no será menor de diez ni mayor de
quince años, si media alguna de las circunstancias agravantes enumeradas en el artículo
anterior.

La Trata de Personas es un tema que preocupa a muchas organizaciones, pues como se


sabe, actualmente el tráfico de mujeres para someterlas a prostitución se da en todo el
mundo, ya que existen mafias organizadas a nivel internacional, que reclutan o captan a
jóvenes por intermedio de avisos ya sea en medios escritos o por Internet, atrayendo
con ofertas de trabajo a mujeres, quienes mediante engaños son obligadas a
prostituirse.

ARTÍCULO 183.- EXHIBICIONES Y PUBLICACIONES OBSCENAS. Será reprimido


con pena privativa de la libertad no menor de dos ni mayor de cinco años el que, en
lugar público, realiza exhibiciones, gestos tocamientos u otra conducta de índole
obscena.

Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años:

1. El que muestra, vende o entrega a un menor de dieciocho años, por cualquier medio,
objetos, libros, escritos, imágenes visuales o auditivas, que por su carácter obsceno,

67
pueden afectar gravemente el pudor, excitar prematuramente o pervertir su instinto
sexual.

2. El que incita a un menor de dieciocho años a la práctica de un acto obsceno o le


facilita la entrada a los prostíbulos u otros lugares de corrupción.

3. El administrador, vigilante o persona autorizada para controlar un cine u otro


espectáculo donde se exhiban representaciones.

ARTÍCULO 183-A.- PORNOGRAFÍA INFANTIL El que posee, promueve, fabrica,


distribuye, exhibe, ofrece, comercializa o publica, importa o exporta por cualquier medio
incluido la Internet, objetos, libros, escritos, imágenes visuales o auditivas, o realiza
espectáculos en vivo de carácter pornográfico, en los cuales se utilice a personas de
catorce a dieciocho años de edad, será sancionado con pena privativa de la libertad no
menor de cuatro ni mayor de seis años y con ciento veinte a trescientos sesenta y cinco
días multa.

Cuando el menor tenga menos de catorce años de edad la pena no será menor de seis
ni mayor de ocho años y con ciento a trescientos sesenta y cinco días multa. Si la
víctima se encuentra en alguna de las condiciones previstas en el último párrafo del
artículo 173º, o si el agente actúa en calidad de integrante de una organización
dedicada a la pornografía infantil la pena privativa de la libertad será no menor de ocho
ni mayor de doce años. De ser el caso, el agente será inhabilitado conforme al artículo
36º, inc. 1),2),4) y 5).

ARTICULO 2º.- Incorpórese al Código Penal los artículos 179º-A, 181-A, 182-
A a los capítulos IX, X y Xi del Título IV, del Libro segundo del Código Penal en
los términos siguientes: Artículo 179º-A.- Usuario-cliente El que, mediante una
prestación económica o ventaja de cualquier naturaleza tiene acceso carnal por vía
vaginal, anal o bucal o realizaactos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo
por alguna de las dos primeras vías con una persona de catorce y menor de 18 años,
será reprimido con pena privativa de la libertad no menor de cuatro ni mayor de seis.

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La incorporación de esta nueva figura jurídica en el Código Penal ha significado el primer
gran paso hacia la lucha contra la explotación sexual de menores de edad, pues
anteriormente el cliente era un agente ajeno a las sanciones impuestas por la ley.

Artículo 181-A.- Turismo Sexual Infantil El que promueve. publicita, favorece o


facilita el turismo sexual, a través de cualquier medio escrito, folleto, impreso, visual,
audible, electrónico, magnético o a través de Internet, con el objeto de ofrecer
relaciones sexuales de carácter comercial de personas de catorce a dieciocho años de
edad será reprimido con pena privativa de la libertad no menor de dos ni mayor de seis
años. Si la víctima es menor de 14 años, el agente será reprimido con pena privativa de
la libertad no menor de seis ni mayor de ocho años.

El agente también será sancionado con inhabilitación conforme al artículo 36º incisos 1º,
2º, 4º y 5º. Será no menor de ocho ni mayor de diez años de pena privativa de la
libertad cuando ha sido cometido por autoridad pública, sus ascendientes, maestro o
persona que ha tenido a su cuidado por cualquier título a la víctima.

Una forma de explotación infantil es el turismo sexual, es común ver en artículos de


Internet o incluso en medios escritos publicaciones en la que se ofrece servicios de
“jovencitas”, “chibolitas”, “nenitas”, “colegialas” que sugiere al usuario la minoría de
edad de estas, resultándoles atractiva la oferta. Era necesario poner freno a esta
explotación y si bien es cierto que las penas son ínfimas, es importante crear conciencia
en el cliente, pues el solicitar este tipo de servicio ahora les significaría una pena.

Artículo 182º-A.- Publicación en los medios de comunicación sobre delitos de libertad


sexual. Los gerentes o responsables de las publicaciones o ediciones a transmitirse a
través de los medios de comunicación masivos que publiciten la prostitución infantil, el
turismo sexual infantil o la trata de menores de 18 años de edad serán reprimidos con
pena privativa de la libertad no menor de cuatro ni mayor de seis años.

El agente también será sancionado con inhabilitación conforme al inciso 4º del artículo
36º y con trescientos sesenta días multa.

69
5.3.- LEGISLACIÓN MUNICIPAL

Los gobiernos locales son autónomos y por consiguiente pueden hacer su propia
normativa. La Municipalidad de Lima es la que se encarga de otorgar las Licencias
especiales a los diferentes prostíbulos de la ciudad normando de alguna manera el
Trabajo Sexual. Por ello la prostitución que se ejerce en la calle es considerada
clandestina, más no puede considerársele ilegal pues la prostitución no es un delito.
Actualmente existe una corriente de opinión acerca de la creación de “zonas Rosas o
Rojas”, con lo que piensan unos que se solucionaría el problema de salud de las
Trabajadoras Sexuales de la calle pues las tendrían controladas para sus exámenes
médicos. Lo que en la práctica no sería eficaz, pues aparecerían nuevas zonas, además
que el Estado sería el una especie de “proxeneta legal” al lucrar con esta actividad. Por
ello, que la Municipalidad de Lima Metropolitana, intentando ordenar el trabajo sexual,
dispuso una Ordenanza para prohibir actividades que atenten contra la salud, la moral y
las buenas costumbres, que a continuación detallamos.

La Municipalidad Metropolitana De Lima prohibio la realización de actividades que


atenten contra la salud, la moral y buenas costumbres en el ámbito del Cercado de
Lima, mediante la Ordenanza Nº236

Que señala que, conforme a lo previsto por el artículo 191ºde loa Constitución Política
del Perú, las municipalidades son los órganos de gobierno local con autonomía política,
económica y administrativa en los asuntos de su competencia; Que, la Ley orgánica de
Municipalidades Nº23853 establecen que son funciones de la Municipalidad, entre otras
planificar el desarrollo de sus circunscripciones y ejecutar los planes correspondientes
así como realizar las acciones tendientes a proporcionar al ciudadano el ambiente
adecuando para la satisfacción de sus necesidades vitales de vivienda, salud y
seguridad;

Que la Ordenanza Nº062-MLM”Reglamento de Administración del centro Histórico de


Lima” establece los lineamientos generales para conservación, recuperación y realce
como Patrimonio Cultural de la Humanidad y determina los usos compatibles y
complementarios de las actividades a realizarse en el Centro histórico, prohibiendo la

70
realización de actividades que incidan en el deterioro físico y ambiental del Centro
Histórico, así como en desmedro de los valores culturales de su población;

Que como una de las principales líneas estratégicas del plan de gobierno municipal
actual, se encuentra la de “Promover a Lima como capital turística y Cultural”, siendo
necesario dotar de infraestructura turística apropiada y crear las condiciones de
seguridad necesario para que esta parte del plan pueda llevarse a cabo;

Que, se ha detectado e identificado establecimientos que, autorizados para hospedaje,


no desarrollan esta actividad, realizando y/o permitiendo la realización de actividades
que atenten contra la moral y las buenas costumbres;

Que, igualmente se ha comprobado la presencia en zonas aledañas a los mismos, de


personas que ejercen la prostitución clandestina, ofreciendo sus servicios en la vía
publica y utilizando los establecimientos indicados para su ilegal actividad, sin ningún
control sanitario, convirtiéndose en peligro y amenaza contra la salud de las personas;

Que, igualmente se ha comprobado la presencia en zonas aledañas a los mismos, de


personas que ejercen la prostitución clandestina, ofreciendo sus servicios en la vía
publica y utilizando los establecimientos indicados para su ilegal actividad, sin ningún
control sanitario, convirtiéndose en peligro y amenaza contra la salud de las personas;

Que, es necesario y de interés vecinal, dictar la normatividad legal que garantice el


cumplimiento de las políticas de tratamiento y conservación de la ciudad, especialmente
en el Centro Histórico de Lima, brindando a sus habitantes un nivel de vida digno en
orden a preservar la seguridad, la salud , la moral y las buenas costumbres;

Aprobó la siguiente: ORDENANZA Articulo Primero.- Es prohibida en le ámbito del


Cercado de Lima, inclusive en la vía pública, parques y plazas y en general todos los
bienes de uso público, la realización de actividades que atenten contra la salud y las
buenas costumbres, así como cualquier tipo de transacción comercial inherente a la
prostitución.

Articulo Segundo.- La Municipalidad Metropolitana de Lima, a través de sus órganos


competentes pondrá a disposición del Ministerio Publico, Fiscalia de Prevención del

71
Delito, a las personas que incurran en los hechos previstos y en los Artículos 179º, 183º
inciso 2) y 289º del Código Penal.

Articulo Tercero.- Los establecimientos comerciales ubicados en el Centro Histórico de


Lima, que permitan faciliten el ejercicio clandestino de prostitución en sus locales, serán
sancionados con multa y clausura, por incurrir en la infracción prevista en el código 1-
011 DMVC, del Régimen de Aplicación de Sanciones (RAS) aprobado por la Ordenanza
Nº 061-MML, de acuerdo a la Decreto de alcaldía Nº 074-96-MML.

Articulo Cuarto.- Sin perjuicio de la imposición de la sanción señalada en el Articulo


Tercero, la Municipalidad Metropolitana de Lima denunciara ante el Ministerio Publico a
los propietarios, administradores, representantes o conductores de los establecimientos
y en general a toda persona que por acción u omisión permita o facilite el ejercicio
clandestino de la prostitución, incurriendo en el ilícito penal previsto y sancionado en el
Articulo 179º del Código Penal.

Articulo Quinto.- La Municipalidad Metropolitana de Lima, a través de sus órganos


competentes, solicitara la intervención y colaboración del Ministerio Publico para la
erradicación de la prostitución clandestina, de acuerdo a lo establecido en la presente
Ordenanza.

6.- CONVENCION INTERAMERICANA PARA PREVENIR, SANCIONAR Y


ERRADICAR LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER "CONVENCION DE BELEM
DO PARA"

La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra


la Mujer, conocida como la "Convención de Belém do Pará", fue suscrita en el Vigésimo
Cuarto Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de los
Estados Americanos en Belém do Pará Brasil, el 9 de junio de 1994.

Como bien señala la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la


Convención de Belém do Pará es reflejo de una creciente preocupación sobre la
seriedad y gravedad de la discriminación histórica y la violencia contra las mujeres, de
donde se deriva la imperiosa necesidad de adoptar estrategias públicas y
comprehensivas para su prevención, sanción y erradicación.1

72
La adopción de la Convención significó el poderoso consenso entre los Estados y la
ciudadanía de que la lucha para erradicar la violencia contra las mujeres requiere de
acciones concretas y garantías efectivas.2 Esta iniciativa se basó en el reconocimiento
por parte de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de 1993 de que la violencia
contra las mujeres constituye una violación de derechos humanos, en la adopción más
tarde de la Declaración de la ONU sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer,
y en los acontecimientos consecutivos en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer
de 1995.

La Convención de Belém do Pará reconoce que la violencia contra las mujeres es una
manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y
hombres. En su Artículo 1 define la violencia contra las mujeres como “cualquier acción
o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual
o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”.

El concepto de violencia contra las mujeres reflejado en la Convención se fundamenta


en el derecho a la vida, a la integridad física y psíquica, a la libertad personal, y al
derecho a la igualdad de protección ante la ley, reconocidos en el sistema
interamericano de derechos humanos.

En su Artículo 5 reconoce que la violencia impide y anula el derecho de las mujeres a


ejercer otros derechos fundamentales y dispone que: "toda mujer podrá ejercer libre y
plenamente sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales y contará
con la total protección de esos derechos consagrados en los instrumentos regionales e
internacionales sobre derechos humanos".

La Convención se refiere además a la relación que existe entre la violencia de género y


la discriminación y, en el Artículo 6 establece que el derecho de la mujer a una vida
libre de violencia se refiere al derecho de la mujer a ser libre de toda forma de
discriminación, y al derecho de la mujer a ser valorada y educada, libre de patrones
estereotipados de comportamiento y prácticas sociales y culturales, basadas en
conceptos de inferioridad o subordinación.

73
La Convención autoriza a las personas a presentar peticiones ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, denunciando la violación de sus principales
garantías. Al igual que en la Convención Americana, se establecen derechos de acción
muy amplias: cualquier persona o grupo, o una organización no gubernamental
reconocida por ley en un Estado miembro, pueden presentar una denuncia, que
posteriormente será tramitada por la Comisión de conformidad con su Reglamento.
Finalmente, un Estado parte o la Comisión de Mujeres podrán solicitar que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos emita una opinión consultiva sobre la
interpretación de la Convención.

En el Perú la Convención Belém do Pará fue aprobada por Resolución Legislativa N°


26583 de 22 de marzo de 1996. Fue ratificada el 4 de abril de 1996 y depositada el 4
de junio de 1996. Finalmente, entró en vigencia el 4 de julio de 1996..

CAPITULO II - DERECHOS PROTEGIDOS

Artículo 3.- Toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito
público como en el privado.

Artículo 4.- Toda mujer tiene derecho al reconocimiento, goce, ejercicio y protección
de todos los derechos humanos y a las libertades consagradas por los instrumentos
regionales e internacionales sobre derechos humanos. Estos derechos comprenden,
entre otros:

a. el derecho a que se respete su vida;

b. el derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral;

c. el derecho a la libertad y a la seguridad personales;

d. el derecho a no ser sometida a torturas;

e. el derecho a que se respete la dignidad inherente a su persona y que se proteja a


su familia;

f. el derecho a igualdad de protección ante la ley y de la ley;

g. el derecho a un recurso sencillo y rápido ante los tribunales competentes, que la


ampare contra actos que violen sus derechos;

h. el derecho a libertad de asociación;

74
i. el derecho a la libertad de profesar la religión y las creencias propias dentro de la
ley, y

j. el derecho a tener igualdad de acceso a las funciones públicas de su país y a


participar en los asuntos públicos, incluyendo la toma de decisiones.

Artículo 5.- Toda mujer podrá ejercer libre y plenamente sus derechos civiles,
políticos, económicos, sociales y culturales y contará con la total protección de esos
derechos consagrados en los instrumentos regionales e internacionales sobre derechos
humanos. Los Estados Partes reconocen que la violencia contra la mujer impide y
anula el ejercicio de esos derechos.

Artículo 6.- El derecho de toda mujer a una vida libre de violencia incluye, entre
otros:

a. el derecho de la mujer a ser libre de toda forma de discriminación, y

b. el derecho de la mujer a ser valorada y educada libre de patrones estereotipados


de comportamiento y prácticas sociales y culturales basadas en conceptos de
inferioridad o subordinación.

CAPITULO III - DEBERES DE LOS ESTADOS

Artículo 7.- Los Estados Partes condenan todas las formas de violencia contra la
mujer y convienen en adoptar, por todos los medios apropiados y sin dilaciones,
políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia y en llevar a cabo
lo siguiente:

a. abstenerse de cualquier acción o práctica de violencia contra la mujer y velar por


que las autoridades, sus funcionarios, personal y agentes e instituciones se comporten
de conformidad con esta obligación;

b. actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia


contra la mujer;

c. incluir en su legislación interna normas penales, civiles y administrativas, así como


las de otra naturaleza que sean necesarias para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra la mujer y adoptar las medidas administrativas apropiadas que sean
del caso;

75
d. adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a abstenerse de hostigar,
intimidar, amenazar, dañar o poner en peligro la vida de la mujer de cualquier forma
que atente contra su integridad o perjudique su propiedad;

e. tomar todas las medidas apropiadas, incluyendo medidas de tipo legislativo, para
modificar o abolir leyes y reglamentos vigentes, o para modificar prácticas jurídicas o
consuetudinarias que respalden la persistencia o la tolerancia de la violencia contra la
mujer;

f. establecer procedimientos legales justos y eficaces para la mujer que haya sido
sometida a violencia, que incluyan, entre otros, medidas de protección, un juicio
oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos;

g. establecer los mecanismos judiciales y administrativos necesarios para asegurar


que la mujer objeto de violencia tenga acceso efectivo a resarcimiento, reparación del
daño u otros medios de compensación justos y eficaces, y

h. adoptar las disposiciones legislativas o de otra índole que sean necesarias para
hacer efectiva esta Convención.

Artículo 8.- Los Estados Partes convienen en adoptar, en forma progresiva, medidas
específicas, inclusive programas para:

a. fomentar el conocimiento y la observancia del derecho de la mujer a una vida libre


de violencia, y el derecho de la mujer a que se respeten y protejan sus derechos
humanos;

b. modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres,


incluyendo el diseño de programas de educación formales y no formales apropiados a
todo nivel del proceso educativo, para contrarrestar prejuicios y costumbres y todo
otro tipo de prácticas que se basen en la premisa de la inferioridad o superioridad de
cualquiera de los géneros o en los papeles estereotipados para el hombre y la mujer
que legitimizan o exacerban la violencia contra la mujer;

c. fomentar la educación y capacitación del personal en la administración de justicia,


policial y demás funcionarios encargados de la aplicación de la ley, así como del
personal a cuyo cargo esté la aplicación de las políticas de prevención, sanción y
eliminación de la violencia contra la mujer;

76
d. suministrar los servicios especializados apropiados para la atención necesaria a la
mujer objeto de violencia, por medio de entidades de los sectores público y privado,
inclusive refugios, servicios de orientación para toda la familia, cuando sea del caso, y
cuidado y custodia de los menores afectados;

e. fomentar y apoyar programas de educación gubernamentales y del sector privado


destinados a concientizar al público sobre los problemas relacionados con la violencia
contra la mujer, los recursos legales y la reparación que corresponda;

f. ofrecer a la mujer objeto de violencia acceso a programas eficaces de rehabilitación


y capacitación que le permitan participar plenamente en la vida pública, privada y
social;

g. alentar a los medios de comunicación a elaborar directrices adecuadas de difusión


que contribuyan a erradicar la violencia contra la mujer en todas sus formas y a realzar
el respeto a la dignidad de la mujer;

h. garantizar la investigación y recopilación de estadísticas y demás información


pertinente sobre las causas, consecuencias y frecuencia de la violencia contra la mujer,
con el fin de evaluar la eficacia de las medidas para prevenir, sancionar y eliminar la
violencia contra la mujer y de formular y aplicar los cambios que sean necesarios, y

i. promover la cooperación internacional para el intercambio de ideas y experiencias y


la ejecución de programas encaminados a proteger a la mujer objeto de violencia.

Artículo 9.- Para la adopción de las medidas a que se refiere este capítulo, los Estados
Partes tendrán especialmente en cuenta la situación de vulnerabilidad a la violencia
que pueda sufrir la mujer en razón, entre otras, de su raza o de su condición étnica, de
migrante, refugiada o desplazada. En igual sentido se considerará a la mujer que es
objeto de violencia cuando está embarazada, es discapacitada, menor de edad,
anciana, o está en situación socioeconómica desfavorable o afectada por situaciones
de conflictos armados o de privación de su libertad.

CAPITULO IV - MECANISMOS INTERAMERICANOS DE PROTECCION

Artículo 10.- Con el propósito de proteger el derecho de la mujer a una vida libre de
violencia, en los informes nacionales a la Comisión Interamericana de Mujeres, los
Estados Partes deberán incluir información sobre las medidas adoptadas para prevenir
y erradicar la violencia contra la mujer, para asistir a la mujer afectada por la violencia,

77
así como sobre las dificultades que observen en la aplicación de las mismas y los
factores que contribuyan a la violencia contra la mujer.

Artículo 11.- Los Estados Partes en esta Convención y la Comisión Interamericana de


Mujeres, podrán requerir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos opinión
consultiva sobre la interpretación de esta Convención.

Artículo 12.- Cualquier persona o grupo de personas, o entidad no gubernamental


legalmente reconocida en uno o más Estados miembros de la Organización, puede
presentar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos peticiones que
contengan denuncias o quejas de violación del artículo 7 de la presente Convención
por un Estado Parte, y la Comisión las considerará de acuerdo con las normas y los
requisitos de procedimiento para la presentación y consideración de peticiones
estipulados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en el Estatuto y el
Reglamento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

CAPITULO V - DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 13 .- Nada de lo dispuesto en la presente Convención podrá ser interpretado


como restricción o limitación a la legislación interna de los Estados Partes que prevea
iguales o mayores protecciones y garantías de los derechos de la mujer y
salvaguardias adecuadas para prevenir y erradicar la violencia contra la mujer.

Artículo 14.- Nada de lo dispuesto en la presente Convención podrá ser interpretado


como restricción o limitación a la Convención Americana sobre Derechos Humanos o a
otras convenciones internacionales sobre la materia que prevean iguales o mayores
protecciones relacionadas con este tema.

Artículo 15.- La presente Convención está abierta a la firma de todos los Estados
miembros de la Organización de los Estados Americanos.

Artículo 16.- La presente Convención está sujeta a ratificación. Los instrumentos de


ratificación se depositarán en la Secretaría General de la Organización de los Estados
Americanos.

Artículo 17 .- La presente Convención queda abierta a la adhesión de cualquier otro


Estado. Los instrumentos de adhesión se depositarán en la Secretaría General de la
Organización de los Estados Americanos.

78
Artículo 18.- Los Estados podrán formular reservas a la presente Convención al
momento de aprobarla, firmarla, ratificarla o adherir a ella, siempre que:

a. no sean incompatibles con el objeto y propósito de la Convención;

b. no sean de carácter general y versen sobre una o más disposiciones específicas.

Artículo 19 .- Cualquier Estado Parte puede someter a la Asamblea General, por


conducto de la Comisión Interamericana de Mujeres, una propuesta de emnienda a
esta Convención.

Las enmiendas entrarán en vigor para los Estados ratificantes de las mismas en la
fecha en que dos tercios de los Estados Partes hayan depositado el respectivo
instrumento de ratificación. En cuanto al resto de los Estados Partes, entrarán en
vigor en la fecha en que depositen sus respectivos instrumentos de ratificación.

Artículo 20.- Los Estados Partes que tengan dos o más unidades territoriales en las
que rijan distintos sistemas jurídicos relacionados con cuestiones tratadas en la
presente Convención podrán declarar, en el momento de la firma, ratificación o
adhesión, que la Convención se aplicará a todas sus unidades territoriales o solamente
a una o más de ellas.

Tales declaraciones podrán ser modificadas en cualquier momento mediante


declaraciones ulteriores, que especificarán expresamente la o las unidades territoriales
a las que se aplicará la presente Convención. Dichas declaraciones ulteriores se
transmitirán a la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos y
surtirán efecto treinta días después de recibidas.

Artículo 21.- La presente Convención entrará en vigor el trigésimo día a partir de la


fecha en que se haya depositado el segundo instrumento de ratificación. Para cada
Estado que ratifique o adhiera a la Convención después de haber sido depositado el
segundo instrumento de ratificación, entrará en vigor el trigésimo día a partir de la
fecha en que tal Estado haya depositado su instrumento de ratificación o adhesión.

Artículo 22.- El Secretario General informará a todos los Estados miembros de la


Organización de los Estados Americanos de la entrada en vigor de la Convención.

Artículo 23.- El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos


presentará un informe anual a los Estados miembros de la Organización sobre el

79
estado de esta Convención, inclusive sobre las firmas, depósitos de instrumentos de
ratificación, adhesión o declaraciones, así como las reservas que hubieren presentado
los Estados Partes y, en su caso, el informe sobre las mismas.

Artículo 24.- La presente Convención regirá indefinidamente, pero cualquiera de los


Estados Partes podrá denunciarla mediante el depósito de un instrumento con ese fin
en la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos. Un año
después a partir de la fecha del depósito del instrumento de denuncia, la Convención
cesará en sus efectos para el Estado denunciante, quedando subsistente para los
demás Estados Partes.

Artículo 25.- El instrumento original de la presente Convención, cuyos textos en


español, francés, inglés y portugués son igualmente auténticos, será depositado en la
Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos, la que enviará copia
certificada de su texto para su registro y publicación a la Secretaría de las Naciones
Unidas, de conformidad con el artículo 102 de la Carta de las Naciones Unidas.

EN FE DE LO CUAL, los plenipotenciarios infrascritos, debidamente autorizados por sus


respectivos gobiernos, firman el presente Convenio, que se llamará Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer
"Convención de Belem do Pará".

HECHA EN LA CIUDAD DE BELEM DO PARA, BRASIL, el nueve de junio de mil


novecientos noventa y cuatro.

80
ANEXO
CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS
DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER
Los Estados Partes en la presente Convención,
Considerando que la Carta de las Naciones Unidas reafirma la fe en los derechos
fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la
igualdad de derechos del hombre y la mujer,
Considerando que la Declaración Universal de Derechos Humanos reafirma el principio
de la no discriminación y proclama que todos los seres humanos nacen libres e iguales
en dignidad y derechos y que toda persona puede invocar todos los derechos y
libertades proclamados en esa Declaración, sin distinción alguna y, por ende, sin
distinción de sexo,
Considerando que los Estados Partes en los Pactos Internacionales de Derechos
Humanos tienen la obligación de garantizar al hombre y la mujer la igualdad en el goce
de todos los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos,
Teniendo en cuenta las convenciones internacionales concertadas bajo los auspicios de
las Naciones Unidas y de los organismos especializados para favorecer la igualdad de
derechos entre el hombre y la mujer,
Teniendo en cuenta asimismo las resoluciones, declaraciones y recomendaciones
aprobadas por las Naciones Unidas y los organismos especializados para favorecer la
igualdad de derechos entre el hombre y la mujer,
Preocupados, sin embargo, al comprobar que a pesar de estos diversos instrumentos las
mujeres siguen siendo objeto de importantes discriminaciones,
Recordando que la discriminación contra la mujer viola los principios de la igualdad de
derechos y del respeto de la dignidad humana, que dificulta la participación de la mujer,
en las mismas condiciones que el hombre, en la vida política, social, económica y
cultural de su país, que constituye un obstáculo para el aumento del bienestar de la
sociedad y de la familia y que entorpece el pleno desarrollo de las posibilidades de la
mujer para prestar servicio a su país y a la humanidad,
Preocupados por el hecho de que en situaciones de pobreza la mujer tiene un acceso
mínimo a la alimentación, la salud, la enseñanza, la capacitación y las oportunidades de
empleo, así como a la satisfacción de otras necesidades,

81
Convencidos de que el establecimiento del nuevo orden económico internacional basado
en la equidad y la justicia contribuirá significativamente a la promoción de la igualdad
entre el hombre y la mujer,
Subrayando que la eliminación del apartheid, de todas las formas de racismo, de
discriminación racial, colonialismo, neocolonialismo, agresión, ocupación y dominación
extranjeras y de la injerencia en los asuntos internos de los Estados es indispensable
para el disfrute cabal de los derechos del hombre y de la mujer,
Afirmando que el fortalecimiento de la paz y la seguridad internacionales, el alivio de la
tensión internacional, la cooperación mutua entre todos los Estados con independencia
de sus sistemas económicos y sociales, el desarme general y completo y, en particular,
el desarme nuclear bajo un control internacional estricto y efectivo, la afirmación de los
principios de la justicia, la igualdad y el provecho mutuo en las relaciones entre países y
la realización del derecho de los pueblos sometidos a dominación colonial y extranjera o
a ocupación extranjera a la libre determinación y la independencia, así como el respeto
de la soberanía nacional y de la integridad territorial, promoverán el progreso y el
desarrollo sociales y, en consecuencia, contribuirán al logro de la plena igualdad entre el
hombre y la mujer,
Convencidos de que al máximo participación de la mujer, en igualdad de condiciones
con el hombre, en todos los campos, es indispensable para el desarrollo pleno y
completo de un país, el bienestar del mundo y la causa de la paz,
Teniendo presente el gran aporte de la mujer al bienestar de la familia y al desarrollo de
la sociedad, hasta ahora no plenamente reconocido, la importancia social de la
maternidad y la función de los padres en la familia y en la educación de los hijos, y
conscientes de que el papel de la mujer en la procreación no debe ser causa de
discriminación sino que la educación de los niños exige la responsabilidad compartida
entre hombres y mujeres y la sociedad en su conjunto,
Reconociendo que para lograr la plena igualdad entre el hombre y la mujer es necesario
modificar el papel tradicional tanto del hombre como de la mujer en la sociedad y en la
familia,
Resueltos a aplicar los principios enunciados en la Declaración sobre la eliminación de la
discriminación contra la mujer y, para ello, a adoptar las medidas necesarias a fin de
suprimir esta discriminación en todas sus formas y manifestaciones,

82
Han convenido en lo siguiente:
PARTE I
Artículo 1
A los efectos de la presente Convención, la expresión "discriminación contra la mujer"
denotará toda distinción, exclusión a restricción basada en el sexo que tenga por objeto
o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer,
independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la
mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política,
económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera.

Artículo 2
Los Estados Partes condenan la discriminación contra la mujer en todas sus formas,
convienen en seguir, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, una política
encaminada a eliminar la discriminación contra la mujer y, con tal objeto, se
comprometen a:
a) Consagrar, si aún no lo han hecho, en sus constituciones nacionales y en cualquier
otra legislación apropiada el principio de la igualdad del hombre y de la mujer y
asegurar por ley u otros medios apropiados la realización práctica de ese principio;
b) Adoptar medidas adecuadas, legislativas y de otro carácter, con las sanciones
correspondientes, que prohíban toda discriminación contra la mujer;
c) Establecer la protección jurídica de los derechos de la mujer sobre una base
de igualdad con los del hombre y garantizar, por conducto de los tribunales nacionales o
competentes y de otras instituciones públicas, la protección efectiva de la mujer contra
todo acto de discriminación;
d) Abstenerse de incurrir en todo acto a práctica de discriminación contra la mujer y
velar porque las autoridades e instituciones públicas actúen de conformidad con esta
obligación;
e) Tomar todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer
practicada por cualesquiera personas, organizaciones o empresas;
f) Adaptar todos las medidas adecuadas, incluso de carácter legislativo, para modificar o
derogar leyes, reglamentos, usos y prácticas que constituyan discriminación contra la
mujer;

83
g) Derogar todas las disposiciones penales nacionales que constituyan discriminación
contra la mujer.

Articulo 3
Los Estados Partes tomarán en todas las esferas, y en particular en las esferas política,
social, económica y cultural, todas las medidas apropiadas, incluso de carácter
legislativo, para asegurar el pleno desarrollo y adelanto de la mujer, con el objeto de
garantizarle el ejercicio y el goce de los derechos humanos y las libertades
fundamentales en igualdad de condiciones con el hombre.

Articulo 4
1. La adopción por los Estados Partes de medidas especiales de carácter temporal
encaminadas a acelerar la igualdad de facto entre el hombre y la mujer no se
considerará discriminación en la forma definida en la presente Convención, pero de
ningún modo entrañará, como consecuencia, el mantenimiento de normas desiguales o
separadas; estas medidas cesarán cuando se hayan alcanzado los objetivos de igualdad
de oportunidad y trato.
2. La adopción por los Estados Partes de medidas especiales, incluso las contenidas en
la presente Convención, encaminadas a proteger la maternidad no se considerará
discriminatoria.

Articulo 5
Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para:
a) Modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, con miras a
alcanzar la eliminación de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier
otra índole que estén basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera
de los sexos o en funciones estereotipadas de hombres y mujeres;
b) Garantizar que la educación familiar incluya una comprensión adecuada de la
maternidad como función social y el reconocimiento de la responsabilidad común de
hombres y mujeres en cuanto a la educación y al desarrollo de sus hijos, en la
inteligencia de que el interés de los hijos constituirá la consideración primordial en todos
los casos.

84
Artículo 6
Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas, incluso de carácter
legislativo, para suprimir todas las formas de trata de mujeres y explotación de la
prostitución de la mujer.
PARTE II
Artículo 7
Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación
contra la mujer en la vida política y pública del país y, en particular, garantizando, en
igualdad de condiciones con los hombres el derecho a:
a) Votar en todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegibles para todos los
organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones públicas;
b) Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de
éstas, y ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los
planos gubernamentales;
c) Participar en organizaciones y asociaciones no gubernamentales que se ocupen de la
vida pública y política del país.

Artículo 8
Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar a la mujer, en
igualdad de condiciones con el hombre y sin discriminación alguna, la oportunidad de
representar a su gobierno en el plano internacional y de participar en la labor de las
organizaciones internacionales.

Artículo 9
1. Los Estados Partes otorgarán a las mujeres iguales derechos que a los hombres para
adquirir, cambiar o conservar su nacionalidad. Garantizarán en particular, que ni el
matrimonio con un extranjero ni el cambio de nacionalidad del marido durante el
matrimonio cambien automáticamente la nacionalidad de la esposa, la conviertan en
apátrida o la obliguen a adoptar la nacionalidad del cónyuge.
2. Los Estados Partes otorgarán a la mujer los mismos derechos que al hombre con
respecto a la nacionalidad de sus hijos.

85
PARTE III
Artículo 10
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer, a fin de asegurarle la igualdad de derechos con el
hombre en la esfera de la educación y en particular para asegurar, en condiciones de
igualdad entre hombres y mujeres:
a) Las mismas condiciones de orientación en materia de carreras y capacitación
profesional, acceso a los estudios y obtención de diplomas en las instituciones de
enseñanza de todas las categorías, tanto en zonas rurales como urbanas; esta igualdad
deberá asegurarse en la enseñanza preescolar, general, técnica y profesional, incluida la
educación técnica superior, así como en todos los tipos de capacitación profesional;
b) Acceso a los mismos programas de estudios y los mismos exámenes, personal
docente del mismo nivel profesional y locales y equipos escolares de la misma calidad;
c) La eliminación de todo concepto estereotipado de los papeles masculino y femenino
en todos los niveles y en todas las formas de enseñanza, mediante el estímulo de la
educación mixta y de otros tipos de educación que contribuyan a lograr este objetivo y,
en particular, mediante la modificación de los libros y programas escolares y la
adaptación de los métodos en enseñanza.
d) Las mismas oportunidades para la obtención de becas y otras subvenciones para
cursar estudios;
e) Las mismas oportunidades de acceso a los programas de educación complementaria,
incluidos los programas de alfabetización funcional y de adultos, con miras en particular
a reducir lo antes posible la diferencia de conocimientos existentes entre el hombre y la
mujer;
f) La reducción de la tasa de abandono femenino de los estudios y la organización de
programas para aquellas jóvenes y mujeres que hayan dejado los estudios
prematuramente;
g) Las mismas oportunidades para participar activamente en el deporte y la educación
física;
h) Acceso al material informativo específico que contribuya a asegurar la salud y el
bienestar de la familia.

86
Artículo 11
1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en la esfera del empleo a fin de asegurar, en condiciones
de igualdad entre hombres y mujeres, los mismos derechos, en particular:

a. El derecho al trabajo como derecho inalienable de todo ser humano;


b. El derecho a las mismas oportunidades de empleo, inclusive a la aplicación de los
mismos criterios de selección de cuestiones de empleo;
c. El derecho a elegir libremente profesión y empleo, el derecho al ascenso, a la
estabilidad en el empleo y a todas las prestaciones y otras condiciones de
servicio, y el derecho al acceso a la formación profesional y al readiestramiento,
incluido el aprendizaje, la formación profesional y el adiestramiento periódico;
d. El derecho a igual remuneración, inclusive prestaciones, y a igualdad de trato
con respecto a un trabajo de igual valor, así como a igualdad de trato con
respecto a la evaluación de la calidad de trabajo;
e. El derecho a la seguridad social, en particular en casos de jubilación, desempleo,
enfermedad, invalidez, vejez u otra incapacidad para trabajar, así como el
derecho a vacaciones pagadas;
f. El derecho a la protección de la salud y a la seguridad en las condiciones de
trabajo, incluso la salvaguardia de la función de reproducción.
2. A fin de impedir la discriminación contra la mujer por razones de matrimonio o
maternidad y asegurar la efectividad de su derecho a trabajar, los Estados Partes
tomarán medidas adecuadas para:
a. Prohibir, bajo pena de sanciones, el despido por motivo de embarazo o licencia
de maternidad y la discriminación en los despidos sobre la base de estado civil;
b. Implantar la licencia de maternidad con sueldo pagado o con prestaciones
sociales comparables sin pérdida del empleo previo, la antigüedad o beneficios
sociales;
c. Alentar el suministro de los servicios sociales de apoyo necesarios para permitir
que los padres combinen las obligaciones para con la familia con las
responsabilidades del trabajo y la participación en la vida pública, especialmente

87
mediante el fomento de la creación y desarrollo de una red de servicios
destinados al cuidado de los niños;
d. Prestar protección especial a la mujer durante el embarazo en los tipos de
trabajos que se haya probado puedan resultar perjudiciales para ella.
3. La legislación protectora relacionada con las cuestiones comprendidas en este artículo
será examinada periódicamente a la luz de los conocimientos científicos y tecnológicos y
será revisada, derogada o ampliada según corresponda.

Artículo 12
1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en la esfera de la atención médica a fin de asegurar, en
condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, el acceso a servicios de atención
médica, inclusive los que se refieren a la planificación de la familia.
2. Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo 1 supra, los Estados Partes garantizarán a
la mujer servicios apropiados en relación con el embarazo, el parto y el período posterior
al parto, proporcionando servicios gratuitos cuando fuere necesario y le asegurarán una
nutrición adecuada durante el embarazo y la lactancia.

Artículo 13
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en otras esferas de la vida económica y social a fin de
asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, los mismos derechos, en
particular:
a. El derecho a prestaciones familiares;
b. El derecho a obtener préstamos bancarios, hipotecas y otras formas de crédito
financiero;
c. El derecho a participar en actividades de esparcimiento, deportes y en todos los
aspectos de la vida cultural.

Artículo 14
1. Los Estados Partes tendrán en cuenta los problemas especiales a que hace frente la
mujer rural y el importante papel que desempeña en la supervivencia económica de su

88
familia, incluido su trabajo en los sectores no monetarios de la economía, y tomarán
todas las medidas apropiadas para asegurar la aplicación de las disposiciones de la
presente Convención a la mujer de las zonas rurales.
2. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en las zonas rurales a fin de asegurar, en condiciones de
igualdad entre hombres y mujeres, su participación en el desarrollo rural y en sus
beneficios, y en particular le asegurarán el derecho a:
a. Participar en la elaboración y ejecución de los planes de desarrollo a todos los
niveles;
b. Tener acceso a servicios adecuados de atención médica, inclusive información,
asesoramiento y servicios en materia de planificación de la familia;
c. Beneficiarse directamente de los programas de seguridad social;
d. Obtener todos los tipos de educación y de formación, académica y no académica,
incluidos los relacionados con la alfabetización funcional, así como, entre otros,
los beneficios de todos los servicios comunitarios y de divulgación a fin de
aumentar su capacidad técnica;
e. Organizar grupos de autoayuda y cooperativas a fin de obtener igualdad de
acceso a las oportunidades económicas mediante el empleo por cuenta propia o
por cuenta ajena;
f. Participar en todas las actividades comunitarias;
g. Obtener acceso a los créditos y préstamos agrícolas, a los servicios de
comercialización y a las tecnologías apropiadas, y recibir un trato igual en los
planes de reforma agraria y de reasentamiento;
h. Gozar de condiciones de vida adecuadas, particularmente en las esferas de la
vivienda, los servicios sanitarios, la electricidad y el abastecimiento de agua, el
transporte y las comunicaciones.
Parte IV
Artículo 15
1. Los Estados Partes reconocerán a la mujer la igualdad con el hombre ante la ley.
2. Los Estado Partes reconocerán a la mujer, en materias civiles, una capacidad jurídica
idéntica a la del hombre y las mismas oportunidades para el ejercicio de esa capacidad.
En particular, le reconocerán a la mujer iguales derechos para firmar contratos y

89
administrar bienes y le dispensarán un trato igual en todas las etapas del procedimiento
en las cortes de justicia y los tribunales.
3. Los Estados Partes convienen en que todo contrato o cualquier otro instrumento
privado con efecto jurídico que tienda a limitar la capacidad jurídica de la mujer se
considerará nulo.
4. Los Estados Partes reconocerán al hombre y a la mujer los mismos derechos con
respecto a la legislación relativa al derecho de las personas a circular libremente y a la
libertad para elegir su residencia y domicilio.

Artículo 16
1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas adecuadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en todos los asuntos relacionados con el matrimonio y las
relaciones familiares y, en particular, asegurarán, en condiciones de igualdad entre
hombres y mujeres:
a. El mismo derecho para contraer matrimonio;
b. El mismo derecho para elegir libremente cónyuge y contraer matrimonio sólo por
su libre albedrío y su pleno consentimiento;
c. Los mismos derechos y responsabilidades durante el matrimonio y con ocasión
de su disolución;
d. Los mismos derechos y responsabilidades como progenitores, cualquiera que sea
su estado civil, en materias relacionadas con sus hijos; en todos los casos, los
intereses de los hijos serán la consideración primordial;
e. Los mismos derechos a decidir libre y responsablemente el número de sus hijos y
el intervalo entre los nacimientos y a tener acceso la información, la educación y
los medios que les permitan ejercer estos derechos;
f. Los mismos derechos y responsabilidades respecto de la tutela, curatela,
custodia y adopción de los hijos, o instituciones análogas cuando quiera que
estos conceptos existan en la legislación nacional; en todos los casos, los
intereses de los hijos serán la consideración primordial;
g. Los mismos derechos personales como marido y mujer, entre ellos el derecho a
elegir apellido, profesión y ocupación;

90
h. Los mismos derechos a cada uno de los cónyuges en materia de propiedad,
compras, gestión, administración, goce y disposición de los bienes, tanto a título
gratuito como oneroso.
2. No tendrán ningún efecto jurídico los esponsales y el matrimonio de niños y se
adoptarán todas las medidas necesarias, incluso de carácter legislativo, para fijar una
edad mínima para la celebración del matrimonio y hacer obligatoria la inscripción del
matrimonio en un registro oficial.

Artículo 17
1. Con el fin de examinar los progresos realizados en la aplicación de la presente
Convención, se establecerá un Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la
Mujer (denominado en adelante el Comité) compuesto, en el momento de la entrada en
vigor de la Convención, de dieciocho y, después de su ratificación o adhesión por el
trigésimo quinto Estado Parte, de veintitrés expertos de gran prestigio moral y
competencia en la esfera abarcada por la Convención. Los expertos serán elegidos por
los Estados Partes entre sus nacionales, y ejercerán sus funciones a título personal; se
tendrán en cuenta una distribución geográfica equitativa y la representación de las
diferentes formas de civilización, así como los principales sistemas jurídicos.
2. Los miembros de Comité serán elegidos en votación secreta de una lista de personas
designadas por los Estados Partes. Cada uno de los Estados Partes podrá designar una
persona entre sus propios nacionales.
3. La elección inicial se celebrará seis meses después de la fecha de entrada en vigor de
la presente Convención. Al menos tres meses antes de la fecha de cada elección, el
Secretario General de las Naciones Unidas dirigirá una carta a los Estados Partes
invitándolos a presentar sus candidaturas en un plazo de dos meses. El Secretario
General preparará una lista por orden alfabético de todas las personas designadas de
este modo, indicando los Estados Partes que las han designado, y la comunicará a los
Estados Partes.
4. Los miembros de Comité serán elegidos en una reunión de los Estados Partes que
será convocada por el Secretario General y se celebrará en la Sede de as Naciones
Unidas. En esta reunión, para la cual formarán quórum dos tercios de los Estados
Partes, se considerarán elegidos para el Comité los candidatos que obtengan el mayor

91
número de votos y la mayoría absoluta de los votos de los representantes de los Estados
Partes presentes y votantes.
5. Los miembros de Comité serán elegidos por cuatro años. No obstante, el mandato de
nueve de los miembros elegidos en la primera elección expirará al cabo de dos años;
inmediatamente después de la primera elección el Presidente del Comité designará por
sorteo los nombres de esos nueve miembros.
6. La elección de los cinco miembros adicionales del Comité se celebrará de conformidad
con lo dispuesto en los párrafos 2, 3 y 4 del presente artículo, después de que el
trigésimo quinto Estado Parte haya ratificado la Convención o se haya adherido a ella. El
mandado de dos de los miembros adicionales elegidos en esta ocasión, cuyos nombres
designará por sorteo el Presidente de Comité, expirará al cabo de dos años.
7. Para cubrir las vacantes imprevistas, el Estado Parte cuyo experto haya cesado en sus
funciones como miembro del Comité designará entre sus nacionales a otro experto a
reserva de la aprobación del Comité.
8. Los miembros del Comité, previa aprobación de la Asamblea General, percibirán
emolumentos de los fondos de las Naciones Unidas en la forma y condiciones que la
Asamblea determine, teniendo en cuenta la importancia de las funciones del Comité.
9. El Secretario General de las Naciones Unidas proporcionará el personal y los servicios
necesarios para el desempeño eficaz de las funciones del Comité en virtud de la
presente Convención.

Artículo 18
1. Los Estados Partes se comprometen a someter al Secretario General de las Naciones
Unidas, para que lo examine el Comité, un informe sobre las medidas legislativas,
judiciales, administrativas o de otra índole que hayan adoptado para hacer efectivas las
disposiciones de la presente Convención y sobre los progresos realizados en este
sentido:
a. En el plazo de un año a partir de la entrada en vigor de la Convención para el
Estado de que se trate; y
b. En lo sucesivo por lo menos cada cuatro años y, además, cuando el Comité lo
solicite.

92
2. Se podrán indicar en los informes los factores y las dificultades que afecten al grado
de cumplimiento de las obligaciones impuestas por la presente Convención.

Artículo 19
1. El comité aprobará su propio reglamento.
2. El comité elegirá su Mesa por un período dos años.

Artículo 20
1. El comité se reunirá normalmente todos los años por un período que no exceda de
dos semanas para examinar los informes que se le presenten de conformidad con el
artículo 18 de la presente Convención.
2. Las reuniones del Comité se celebrarán normalmente en la Sede de las Naciones
Unidas o en cualquier otro sitio conveniente que determine el Comité.

Artículo 21
1. El comité, por conducto del Consejo Económico y Social, informará anualmente a la
Asamblea General de las Naciones Unidas sobre sus actividades y podrá hacer
sugerencias y recomendaciones de carácter general basados en el examen de los
informes y de los datos transmitidos por los Estados Partes. Estas sugerencias y
recomendaciones de carácter general se incluirán en el informe del Comité junto con las
observaciones, si las hubiere, de los Estados Partes.
2. El Secretario General transmitirá los informes del Comité a la Comisión de la
Condición Jurídica y Social de la Mujer para su información.

Artículo 22
Los organismos especializados tendrán derecho a estar representados en el examen de
la aplicación de las disposiciones de la presente Convención que correspondan a la
esfera de sus actividades. El Comité podrá invitar a los organismos especializados a que
presenten informes sobre la aplicación de la Convención en las áreas que correspondan
a la esfera de sus actividades.
PARTE VI
Artículo 23

93
Nada de lo dispuesto en la presente Convención afectará a disposición alguna que sea
más conducente al logro de la igualdad entre hombres y mujeres y que pueda formar
de:
a. La legislación de un Estado Parte; o
b. Cualquier otra convención, tratado o acuerdo internacional vigente en ese
Estado.

Artículo 24
Los Estados Partes se comprometen a adoptar todas las medidas necesarias en el
ámbito nacional para conseguir la plena realización de los derechos reconocidos en la
presente Convención.
Artículo 25
1. La presente Convención estará abierta a la firma de todos los Estados.
2. Se designa al Secretario General de las Naciones Unidas depositario de la presente
Convención.
3. La presente Convención está sujeta a ratificación. Los instrumentos de ratificación se
depositarán en poder del Secretario General de las Naciones Unidas.
4. La presente Convención estará abierta a la adhesión de todos los Estados. La
adhesión se efectuará depositando un instrumento de adhesión en poder del Secretario
General de las Naciones Unidas.

Artículo 26
1. En cualquier momento, cualquiera de los Estados Partes podrá formular una solicitud
de revisión de la presente Convención mediante comunicación escrita dirigida al
Secretario General de las Naciones Unidas.
2. La Asamblea General de las Naciones Unidas decidirá las medidas que, en su caso,
hayan de adoptarse en lo que respecta a esa solicitud.

Artículo 27
1. La presente Convención entrará en vigor el trigésimo día a partir de la fecha en que
haya sido depositado en poder del Secretario General de las Naciones Unidas el
vigésimo instrumento de ratificación o de adhesión.

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2. Para cada Estado que ratifique la Convención o se adhiera a ella después de haber
sido depositado el vigésimo instrumento de ratificación o de adhesión, la Convención
entrará en vigor el trigésimo día a partir de la fecha en que tal Estado haya depositado
su instrumento de ratificación o adhesión.

Artículo 28
1. El Secretario General de las Naciones Unidas recibirá y comunicará a todos los
Estados el texto de las reservas formuladas por los Estados en el momento de la
ratificación o de la adhesión.
2. No se aceptará ninguna reserva incompatible con el objeto y el propósito de la
presente Convención.
3. Toda reserva podrá ser retirada en cualquier momento por medio de una notificación
a estos efectos dirigida al Secretario General de las Naciones Unidas, quien informará de
ello a todos los Estados. Esta notificación surtirá efecto en la fecha de su recepción.

Artículo 29
1. Toda controversia que surja entre dos o más Estados Partes con respecto a la
interpretación o aplicación de la presente Convención que no se solucione mediante
negociaciones se someterá al arbitraje a petición de uno de ellos. Si en el plazo de seis
meses contados a partir de la fecha de presentación de solicitud de arbitraje las partes
no consiguen ponerse de acuerdo sobre la forma del mismo, cualquiera de las partes
podrá someter la controversia a la Corte Internacional de Justicia, mediante una
solicitud presentada de conformidad con el Estatuto de la Corte.
2. Todo Estado Parte, en el momento de la firma o ratificación de la presente
Convención o de su adhesión a la misma, podrá declarar que no se considera obligado
por el párrafo 1 del presente artículo. Los demás Estados Partes no estarán obligados
por ese párrafo ante ningún Estado Parta que haya formulado esa reserva.
3. Todo Estado Parte que haya formulado la reserva prevista en el párrafo 2 del
presente artículo podrá retirarla en cualquier momento notificándolo al Secretario
General de las Naciones Unidas.

95
Artículo 30
La presente Convención, cuyos textos en árabe, chino, español, francés, inglés y ruso
son igualmente auténticos, se depositará en poder del Secretario General de las
Naciones Unidas.

96
CONCLUSIONES

 La única diferencia con que nacemos hombre y mujeres es nuestro sexo.


 Nuestras características físicas corresponden a lo que heredamos de nuestros
padres. Todas las demás diferencias son sociales y culturales, llegando a convertirse
en “verdades absolutas” enfrentando a hombres y mujeres como si fueran
diferencias “naturales”.
 Estas diferencias sociales y culturales se han abordado en los programas y proyectos
como GÉNERO.
 De las diferencias de género se establecen también roles para hombres y mujeres de
manera diferentes y contrapuestas.
 Es a través de la vida familiar, la escuela, la comunidad y los grupos en los que
participamos que se aprenden las diferencias de género.
 No es suficiente flexibilizar algunos roles se trata de practicar la tolerancia y aceptar
la diversidad que todos tenemos como personas independientemente de sí se es
hombre o mujer.
 La felicidad es algo a lo que tanto hombres y mujeres aspiramos no debe estar
condicionada por nuestro sexo.
 El género es lo que la mayoría de la gente piensa que es (o que debe ser) un
hombre y una mujer. El género construye identidades sociales que atribuyen
características diferentes a cada sexo. En esta construcción de identidades
intervienen las diferentes instituciones sociales: La familia, la escuela, la Iglesia, los
Medios de Comunicación y la cultura en general.
 El acuerdo adoptado en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing (1995)
en el sentido de que es necesario dar reconocimiento institucional pero también
público al hecho de que los derechos de las mujeres son derechos humanos, pone
finalmente y de forma clara las cosas en su lugar. El grave atentado contra los
derechos fundamentales que implica el recurso a la violencia de género, sea física o
psíquica, como expresión de poder, es injustificable en cualquiera de sus posibles
manifestaciones. Tampoco es tolerable el manido recurso a la tradición como forma
de justificación de determinadas prácticas que atentan claramente contra la vida o la
dignidad de las mujeres, se produzcan dónde se produzcan. El respeto a la

97
diversidad cultural no debe servir de excusa para el mantenimiento de situación de
grave desigualdad entre seres humanos.
 Creemos, por tanto, que el amplio debate social que implica un proceso de revisión y
crítica en profundidad de muchas de nuestras concepciones sobre el significado de
ser hombre o mujer, las normas sociales y de convivencia en las que nos basamos,
nuestras expectativas, nuestras aspiraciones, en definitiva el diseño de la sociedad
futura que deseamos debe proseguir y ampliarse más. Deberíamos ser capaces de
generar como alternativa una cultura de la igualdad, la paz y el respeto a la vida en
todas su manifestaciones. Para ello se requerirá el compromiso de todas y todos,
tanto individual como colectivamente, de los organismos públicos, de las ONGs, y,
sin duda, también del mundo universitario. En este sentido son cada vez más
numerosos las líneas de investigación sobre género, y más activos los grupos de
investigadores/as que los llevan a cabo, desarrollando propuestas novedosas como
alternativas de solución a la complejidad de la problemática y construcción social del
género humano

98
BIBLIOGRAFIA

 AGUILA REPORTA, LOLA Y OTROS. Día Internacional de la no violencia contra la


mujer. Madrid, La Morada, 2001.

 ASTURIAS, LAURA Y OTROS. Comunicación, género y ética; Violencia de Género


y prevención y las madres en la educación, una voz siempre presente, pero
¿reconocida?. Lima, 2001. Internet.

 CAROLINA VILLACAMPA ESTIARTE. Políticas de Criminalización de la Prostitución:


Análisis crítico de su fundamentación y resultados. Publicado en Revista de Derecho
Penal y Criminología. 3° Epoca. N° 7 – Enero 2012. Pág. 62

 BARDALES MENDOZA, OLGA. Estudio de las investigaciones en violencia familiar


y sexual en el Perú. Lima, Programa Nacional contra la Violencia Familiar y
Sexual – PNVFS, 2003.

 BARBIERI QUINO, CECILIA Y VÁSQUEZ SÁNCHEZ, LUIS. Violencia familiar en el


Callao: Análisis de la actuación estatal. Lima, Defensoría del Pueblo, 2002.

 BUNCH, CHARLOTTE Y CARRILLO, ROXANA. Violencia de Género: Un problema


de desarrollo y derechos humanos. New Jersey, Center for Women’s Global
Leaderships, 1999.

99
EXAMEN

1. QUE ES VIOLENCIA DE GÉNERO

2. CUALES SON LAS MODALIDADES DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

3. LOS DERECHOS HUMANOS DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO 21

4. HAGA UN RESUMEN DE SOBRE LA CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS

FORMAS DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER

5. HAGA UN RESUMEN SOBRE RÉGIMEN LEGAL DE LA PROSTITUCIÓN EN EL PERU

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