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ORIGEN:
Según la doctrina, el contrato colectivo puede tener dos orígenes: o bien el común
acuerdo de las partes o bien la resolución de la autoridad. Esto último ocurre cuando
en los conflictos de orden económico se dicta la sentencia colectiva que puede
implicar una reducción de personal o modificaciones a la jornada, el salario y, en
general, a las condiciones de trabajo, según lo dispone el artículo 919, lo que
precisamente es el contenido del contrato colectivo.
NATURALEZA:
Las clausulas sindicales son parte integrante de la convención colectiva y como tal son
actos jurídicos convencionales mediante las cuales los interlocutores (sindicato y
empleador) establecen condiciones a las relaciones sindicales, y las normas que
generan obligaciones para ambas partes.
Según esta cláusula el trabajador que pretendía trabajar en una empresa determinada,
para ser admitido se encontraba sujeto a la condición de no afiliarse en una sindicato
en concreto o a ninguno en general.
Según la cual, aun los trabajadores no afiliados al sindicato deben efectuar aporte al
mismo, los que también son retenidos por el empleador.
Concepto
Las cláusulas sindicales son parte integrante de la convención colectiva y como tal son
actos jurídicos convencionales mediante las cuales los interlocutores (sindicato y
empleador) establecen condiciones a las relaciones sindicales, y las normas que
generan obligaciones para ambas partes.
Según Pinkas Blanck, las cláusulas sindicales, pueden ser restricciones a la libertad o
más abiertamente una forma de agremiación compulsiva.
Alberto Arria Sala, señala : “ son aquellas conforme las cuales los interlocutores
sociales hacen permisible que el sindicato proponga la contratación de personal y
dentro de esa cláusula sindical, surgen otras como la denominada en el foro laboral
cláusulas de corte “económico” referidas a permitir la existencia de “permisos
sindicales “ que se otorgan a los miembros de la junta directiva sindical, delegados
sindicales , a los fines de estos puedan gestionar actividades en el orden interno y
externo de la empresa, “para asistir a convenciones sindicales que sean designados
para desempeñar cargos legislativos, administrativos o los de índole similar”.
Laski, afirma “no soy partidario del sindicalismo voluntario. No veo yo que haya motivo
para proteger por medio de la ley al trabajador individual que es incapaz o que no
quiere ingresar a un sindicato y prefiere tratar individualmente con su patrón. La
cláusula de exclusión me parece una consecuencia lógica del contrato colectivo”.
Para Bueno Magano, “la cláusula de exclusividad sindical constituye uno de los
aspectos de la libertad sindical y se refiere al interés del grupo profesional en asegurar
su autonomía colectiva”.
Conviene distinguir entre cláusulas de seguridad sindical permitidas por la ley y las
impuestas por la ley, dado que únicamente estas últimas tienen como resultado un
sistema de monopolio sindical contrario a los principios de libertad sindical.
La admisibilidad de las cláusulas de seguridad sindical en virtud de convenciones
colectivas, fueron dejadas a la elección de los Estados ratificantes, según se
desprende de los trabajos preparatorios del Convenio núm. 98.
Los problemas relacionados con las cláusulas de seguridad sindical deben resolverse
a nivel nacional, de acuerdo con la práctica y el sistema de relaciones laborales de
cada país. En otros términos, tanto aquellas situaciones en que las cláusulas de
seguridad sindical están autorizadas como aquellas en que están prohibidas, se
pueden considerar conformes con los principios y normas de la OIT en materia de
libertad sindical.
En casos en que se había instituido la deducción de las cuotas sindicales y otras
formas de seguridad sindical, no en virtud de la ley, sino de una cláusula incluida en un
convenio colectivo o de una práctica establecida por las dos partes, el Comité se negó
a examinar los alegatos, basándose en la declaración de la Comisión de Relaciones
de Trabajo de la Conferencia Internacional del Trabajo en 1949, en la que se
establecía que el Convenio núm. 98 no debería interpretarse en el sentido de que
autoriza o prohíbe las cláusulas de seguridad sindical y que estas cuestiones deben
resolverse de acuerdo con la reglamentación y la práctica nacionales. De conformidad
con esta precisión, los países y con más razón aquellos en los que existe el pluralismo
sindical no estarían obligados en modo alguno, de acuerdo con el Convenio, a tolerar,
sea de hecho sea de derecho, las cláusulas de seguridad sindical, mientras que los
otros países que las admiten no se verían imposibilitados de ratificar el Convenio.
Basándose en la declaración de la Comisión de Relaciones de Trabajo de la
Conferencia Internacional del Trabajo en 1949, el Comité ha estimado que una
legislación que establece el derecho a no sindicarse o a no permanecer en un
sindicato no constituye en sí una violación de los Convenios núms. 87 y 98.
Cuando se encuentran en vigencia cláusulas de seguridad sindical que exigen la
afiliación a una organización dada como condición para obtener trabajo, puede
producirse una discriminación injusta si se establecen condiciones irrazonables para la
afiliación de las personas que la soliciten.