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Café Inmigrante
Salón de Té
Historia de Inmigrantes
Familia Ivanovic Lokvicic
Dalmacia, Isla de Brac, en un pueblo costero llamado
Sutivan nace en 1895 Juan Ivanovic, hijo de Juan y
Ángela. Su infancia transcurrió lentamente frente al
Mar Adriático. Siempre pensó en su imaginación
infantil que existían mejores parajes más allá de ese
horizonte.Su juventud lo sorprendió en plena
Primera Guerra Mundial. Desde una trinchera
combatió bajo la bandera del Imperio Austro
Húngaro. Por largos tres años defendió su querida
tierra y cultura. El último año de guerra, herido en
una batalla, estuvo en un hospital. La metralla de una
granada lo postró por largo tiempo, pero era joven,
robusto e impetuoso. Terminada la conflagración, se
caso con el amor de toda su juventud, Dinka Lokvicic.
Decidieron entonces buscar mejores oportunidades y
miraron hacia América, ya habían allá algunos
incasablemente en Argentina (1922) como tripulate de embarcaciones que remontaban el Río de la Plata. Siberia, Vesta, Lloyd
Nº5, Curzola, fueron algunas naves que conocieron a este virtuoso cocinero. Luego Punta Arenas. Chile fue su destino. Allí ya
vivían algunos parientes. Cruzando la pampa a caballo logró su objetivo, Gauchos y Tehuelches conocieron su paso amigable. Ya
en destino, y habiendo juntado algo de dinero arrendó un pequeño Hotel en el cual atendía a muchos de sus compatriotas recién
llegados. Casi todos sin contar con recursos llegaban donde este bonachón “Paisano”, así no duró largo tiempo el negocio,
entonces las emprendió con la venta de vinos, papas y suministros para la larga lista de embarcaciones que surcaban el Estrecho.
Prosperó y pudo traer a su amada desde la lejana Dalmacia, luego de casi 11 años de soledad. En 1933 nace Ivo, Juan Ivanovic
Lokvicic. Cuando el retoño apenas cumplía 3 años, la familia emprende viaje a Río Grande, Tierra del Fuego. Allí se emplean en
una hacienda ganadera de la familia Menéndez. La cualidades culinarias del matrimonio Ivanovic Lokvicic sorprenden a más de
un visitante en esas remotas tierras. En 1939 regresan a Punta Arenas e instalan en una esquina un pequeño almacén de menestras
y carnicería. Quillota 599, esquina de la actual calle Mejicana. Allí detienen su peregrinar y transcurren tranquilamente los años.
Ivo se transforma en un apuesto joven y galán. Codo a codo junto a sus padres lleva adelante el boliche. En 1963 conoce a Anita, se
casan. Al año siguiente, en una helada noche de Junio, con la ciudad cubierta de nieve nace Dinka. Ella hereda el don más
preciado de sus nonos, la habilidad de sus manos para la repostería y la cocina.
Dinka Ivanovic Cabezas, hija de Juán Ivanovic Lokvicic y Anita Cabezas, nieta de Juan y Dinka, en un afán perseverante de
mantener las tradiciones funda el Café Inmigrante. Es así como un viernes 24 de febrero de 2006 Café Inmigrante abre sus puertas.
La herencia entonces permanece y el amor por las raíces fecunda.
Ellos, Los Inmigrantes, no se irán nunca... Están aquí... ¡Se han quedado para siempre junto a nosotros......!
Historia de Inmigrantes
Familia Radojkovic Damianovic
Eran tres en cada campamento. Tres es el mejor
número cuando se ha de vivir alejado del mundo
tanto tiempo. Si uno se enferma siempre hay dos
para hacer los miles de trabajos, desde preparar la
comida, mantener el fuego, lavar la ropa, hacer pan,
afilar y preparar las herramientas, y vigilar día y
noche la faena, graduando el paso del agua,
recogiendo las "cosechas" y uno que si surge un
disgusto puede hacer de árbitro y arreglar el asunto,
en fin , tantas y tantas cosas.
“Aunque no nos fue mal, tampoco nos fue todo lo bien que esperábamos. Tuvimos percances, principalmente a la entrada del invierno
en que, a pesar de todas las precaucione se nos mojaron los víveres y nos quedamos sin harina, fideos ni azúcar. No quedó otro remedio
que salir en busca de ayuda a los campamentos y para ello la única ruta posible era la orilla de mar, con su estrecha faja de arena cortada
por enormes rocas, pantanos en que desembocaban los riachuelos. Era un camino difícil y desconocido, porque no se sabía a qué
distancia encontraríamos a alguien; sin embargo, no era posible pensar en internarse para subir a los cerros, porque la nieve cubría
peligrosas ciénagas, hondonadas y bosquecillos, constituyendo trampas mortales".
Más de una vez pensé que nunca volvería a ver a kum Yulé y a Marko Martinic. Seis días demoraron en un viaje y yo solo en el
campamento, comiéndome las uñas de impaciencia. Al tercer día no sabía si salir o no a buscarlos, pero mi obligación era cuidar nuestros
bienes. Dormía con el Winchester y el revólver al alcance de la mano. Los peligros eran muchos: podía desembarcar los indios yaganes
que andaban siempre en sus canoas pescando y robando lo que encontraba. Para esos indios no hay mal tiempo; son buenos marinos y
andan en su embarcaciones lo mismo de día que de noche, llevando el fuego sobre un pedazo de turba o un poco de arena en el fondo del
bote y mientras la mujer rema, el hombre armado con un arpón o con una rústica red y anzuelos de hueso, se dedica a pescar. -Sí, -dijo el
kum, retornando su relato; ese era un peligro pero mucho peor era el de los aventureros que cruzaban el canal Beagle, los loberos y los
nutrieros de diversas nacionalidades que eran verdaderos piratas. Bien armados y acostumbrados matar indios, no tenían ningún
escrúpulo en liquidar a cualquiera sobre todo si sabían que podía tener oro. De manera que Martinic y yo tampoco íbamos tranquilos en
nuestro penoso caminar de campamento en campamento, pidiendo aquí un poco de azúcar, más allá algo de harina, después arroz, y
cargando con todo eso sobre las espaldas en unos sacos de lona que por la noche colgábamos de los árboles para evitar la humedad del
suelo, mientras nosotros nos acurrucábamos junto a la fogata hasta el amanecer... Es como para no olvidarse, pero, ¡qué diablos!, éramos
jóvenes y queríamos hacernos ricos pronto, aun arriesgando la vida."La cosa fue que volvimos tan pobres como habíamos ido, porque
cuando esperábamos la mejor cosecha, apareció en la desembocadura del río, ya entrado el otoño, la goleta de Pascualini. Había
recogido a todos los otros mineros de la isla y nos urgió para subir al barco. No había alternativa. Dejarlo todo y embarcar de regreso, Si
no, no habría viaje hasta el año siguiente. En un par de horas, guardábamos en la ruca las herramientas, las canaletas de madera y
algunos rústicos utensilios; tomamos nuestra ropa y las botellas de oro que no habíamos logrado llenar en todo un año, y abandonamos
Navarino con el firme propósito de volver en la primavera... No volvimos nunca más : no era negocio. Todo el oro recogido apenas si nos
alcanzó para pagar los gastos de la expedición.-Así es la vida, kume. Si hubiéramos vuelto quizá nos habríamos quedado allá para
siempre con un par de agujeros en la espalda.
Pero todo eso no quiere decir que no fuera a meterse en otros asuntos aún peores: cazar zorros y guanacos para vender las pieles, en la Isla
Grande de Tierra del Fuego, el páramo más inhóspito del mundo. Allí, cada uno por su santo, arreando una tropilla de caballos para
abrir senda en la nieve, se guarecían bajo un calafate, tapados con pedazos de lona o una frazada a modo de toldo, y pasaban días y
noches de mortal angustia sin más paisaje que la estepa blanca que moría en el lejano horizonte contra un cielo gris. Siempre con el arma
al brazo, temiendo el ataque de los errabundos onas, o, lo que era peor, quedar sepultados para siempre bajo la nieve que, a veces, caía
blanda e inexorablemente durante semanas enteras. Se acababan las provisiones y, entonces, desde el precario refugio había que cazar
un "carancho", desplumarlo y colgarlo de una rama para que a la vista de su carne negra, flaca y dura, se acercaran otros de la misma
especie.
Y con eso había que alimentarse, cocido apenas en la breve fogata de ramas verdes; derretir nieve en una olla para preparar café
y, por cierto, olvidarse del pan nuestro de cada día. Las pieles eran un buen negocio- pero la mayor dificultad estaba en
transportarlas. Toda una tropa de diez o doce caballos se hacía poco; había que recorrer, yendo y viviendo, centenares de
kilómetros durante meses y, al final, encontrar una embarcación que cruzara el Estrecho para llegar a Punta Arenas. Mientras se
es joven y no se tienen obligaciones de hogar, todo anda bien, pero, cuando uno "se amarra", todo se pone complicado.-Nunca
estábamos seguros de volver, -añadió kum Julé. Y, al final, uno termina pensando que no valía la pena andar arriesgando el
pellejo por cuatro pesos locos que se nos iban de las manos sin saber cómo ni cuándo. A veces me preguntaba por qué diablos no
agarraba mis pilchas y me volvía a mi tierra; pero, no sé por qué iba quedando, hasta que me casé con la Dorina. Después
comenzaron a nacer mis hijas: tres una tras otra, cada año más o menos por la misma fecha. Para vivir y mantenerlas trabajé en
todo: sembré papas, repollos; esquilé ovejas en las estancias grandes y, por último puse un boliche y, ahora, una panadería...
Don Pedro, como que era panadero -de los que reparten pan, no de los que lo hacen-, dijo:-Es buen negocio. La gente puede no
comer ni papas ni repollo; pero, no puede vivir sin pan. Los ojos claros de Kum Julé demostraron alegría: -Cuando mi panadería
sea tan grande como la de Marusic, donde usted trabaja, lo voy a contratar para que reparta mi pan, en un carretón azul con un
letrero que dirá Panadería Dalmacia, tirado por un caballo blanco con cascabeles en el collar.
(El anterior relato ha sido extraído del libro Desde Lejos Para Siempre, escrito por Don Nicolás Mihovilovic Rajcevic).
Julio Radojkovic Miric, kum Julé, hijo de Pedro y Magdalena llegó a Chile un 18 de Octubre de 1906, cien años atrás, a los 20 años
de edad. Había nacido en Skrip, Isla de Brac el año 1886. Con fecha 3 de enero de 1914 constituyó su familia junto a Dorina
Damianovic Martic, hija de Vicente y Magdalena. De este matrimonio nacieron María Magdalena (Tía Lenka), Olga Danela (Tía
Uva), Aurora (falleció a los pocos días de su nacimiento) y finalmente Yugoslavia Julia (Slavia). Un 18 de Octubre de 1933 el
nono Julio logra adquirir su sueño, su Panadería Dalmacia. Mediante una hipoteca con el Banco de Punta Arenas compra a Don
Lorenzo Seguic Kuzmanic la propiedad ubicada en la manzana número 19 de esta ciudad, que deslinda al sur con la calle
Colchagua (hoy Balmaceda), al Este con Av. Libertad (hoy Av. España). Durante más de 20 años las “marraquetas” de kum Julé
fueron las más apreciadas de la ciudad. El pan nuestro de cada día le permitió sacar adelante su familia y a cada una de sus tres
hijas. Si bien nunca logró obtener su carrito azul tirado por un caballo blanco, si podemos testimoniar que llevó una vida llena
de alegría junto a su esposa y sus tres hijas, su gran herencia.
Lomo Palta; Lomo de Cerdo al horno, aliños 6.600 Lomo Queso Cebollitas y Champiñones; Lomo de 6.900
naturales, acompañado de palta, todo en pan Cerdo al horno, aliños naturales, acompañado de
amasado casero untado en mayonesa. queso fundido, cebollitas caramelizadas y
Lomo Palta Queso; Lomo de Cerdo al horno, 6.900 champiñones en mantequilla, todo en pan
aliños naturales, acompañado de palta y amasado casero untado en mayonesa.
queso fundido, todo en pan amasado casero Lomo Queso; Lomo de Cerdo al horno, aliños 6.300
untado en mayonesa. naturales, acompañado de queso, todo en pan
Lomo Tomate ; Lomo de Cerdo al horno, 6.200 amasado casero untado en mayonesa.
aliños naturales, acompañado de tomate Lomo Lechuga Tomate; Lomo de Cerdo al horno,
natural, todo en pan amasado casero untado aliños naturales, acompañado de lechuga y tomate 6.600
en mayonesa. natural, todo en pan amasado casero untado en
Lomo Palta Tomate; Lomo de Cerdo al horno, 6.900 mayonesa.
aliños naturales, acompañado de tomate Lomo solo; Lomo de Cerdo al horno, aliños 5.900
natural y palta, todo en pan amasado casero naturales, sin acompañamiento, en pan amasado
untado en mayonesa. casero untado en mayonesa.
Lomo Tomate Queso ; Lomo de Cerdo al 6.900
horno, aliños naturales, acompañado de
tomate natural y queso fundido, todo en pan
amasado casero untado en mayonesa. Los Cerditos Súper Especiales
Lomo Completo; Lomo de Cerdo al horno, 6.900
Lomo Tejano
aliños naturales, acompañado de palta,
Lomo de cerdo asado al horno, servido sobre pan amasado
tomate natural, queso fundido, todo en pan
extra tamaño acompañado de Salsa de Barbecue & Spicy
amasado casero untado en mayonesa.
Bourbon, Pepinillo Dill, Queso Cheddar y Panceta de
Lomo a la Chilena; Lomo de Cerdo al horno, 6.900
Cerdo.
aliños naturales, acompañado de porotos
$ 7.500
verdes, ají verde, tomate y lechuga, todo en
pan amasado casero untado en mayonesa.
Lomo Ranchero ; Lomo de Cerdo al horno, 6.900 Lomo Chillanejo
aliños naturales, acompañado de jamón de Lomo de cerdo asado al horno, servido sobre pan amasado
pierna de cerdo ahumado, queso fundido, extra tamaño acompañado de láminas de arrollado huaso y
todo en pan amasado casero untado en chorizo parrillero calidad Premium, además tomate,
mayonesa. cilantro y finas tiritas de cebolla morada natural
Lomo Ranchero Palta ; Lomo de Cerdo al 7.200 $8.500
horno, aliños naturales, acompañado de
jamón de pierna de cerdo ahumado, queso más...
fundido y palta, todo en pan amasado casero Estos lomitos especiales se sirven sobre bollitos de pan
untado en mayonesa. amasado en casa, en distintas deliciosas combinaciones de
Lomo a la Bolognesa ; Lomo de Cerdo al 7.300 agregados, todo acompañado de mayonesa casera.
horno, aliños naturales, acompañado de
queso fundido, jamón de cerdo. tuco casero, Tripleta - Tres bollitos de pan, lomo palta, lomo tomate,
orégano, tomate natural, todo en pan lomo queso.
amasado casero untado en mayonesa. $ 5.700
Lomo Queso Tocino - Pancetta; Lomo de 7.200 Cuarteto - Cuatro bollitos, lomo palta, lomo tomate, lomo
Cerdo al horno, aliños naturales, queso, lomo tocino.
acompañado de queso fundido y tocino, todo $ 7.600
en pan amasado casero untado en mayonesa. Quinteto - Cinco bollitos lomo palta, lomo tomate, lomo
queso, lomo tocino, lomo chucrut.
$ 9.500