Está en la página 1de 36

Pompeyo Del Valle

Nació en Tegucigalpa el 26 de octubre de 1929. Allí ejerció el


periodismo en el diario El día y en la redacción de la Revista de la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
La más clara cualidad de Pompeyo del Valle reside, precisamente,
en su sencillez, en la diafanidad de su lenguaje, con esa sensación de
creerse, y ser, en todo momento, poeta. Desde su primer libro, La
ruta fulgurante, de fuerte acento revolucionario, la vitalidad y el
optimismo, en cualquiera de los temas tratados, son características
de su poesía. Con Óscar Acosta, publicó igualmente una
recopilación de poemas de varios autores sobre Exaltación de
Honduras.
Contradijo la ya conocida ideología de algunos poetas, incluso de
aquellos que surgieron antes de Neruda y García Lorca, y de los que
desafían los nuevos tiempos. La típica imagen del escritor que se
esconde tras la “facha” de un hombre rebelde, de barba descuidada,
harapos en lugar de ropa y un misterioso caminar, no comulga con la
mística de Pompeyo del Valle.
Creció en los callejones de la antañona capital de Honduras, hijo de
Carlos del Valle y Soldevilla y de Carmen Moncada Rivera,
pertenece a la generación literaria de los años 50. La misma que ha
visto los frutos de hombres de la talla de Óscar Acosta, José Adán
Castelar, e incluso Clementina Suárez. Ellos, han sido partícipes de
sus ideales, también de las que podrían llamarse rebeldías; esas que
le hicieron ganarse, algún tiempo, la prisión.
El poema de su vida. Pompeyo del Valle es poeta y ensayista. Por
varios años fue reportero del diario “El Cronista” y redactor de
planta de “El Día”.
También fue director y locutor del espacio “Meridiano” que se
transmitía por Radio América. Además, director de la revista de la
Universidad Nacional Autónoma de Hondura y de “El gato negro”
magazine de narraciones, sucesos extraordinarios y novedades.
En el transcurso de su vida, ha recibido distinciones, premios y
reconocimientos por sus aportes a la literatura y a la cultura. Entre
ellos destacan el premio de literatura Ramón Rosa, el premio de
Narrativa de la UNAH otorgado por su libro “Los hombres verdes
de Ula” y hoja de Laurel de Oro de la Secretaría de Cultura.
En agosto de este año recibió un homenaje por los cincuenta años de
su libro de poesía “La ruta fulgurante” brindado por sus amigos
escritores y los nuevos talentos literarios.
“Si algo hay de trascendente en la poesía de Pompeyo no son los
artificios, la pirotecnia verbal, la imaginaria vacua o el fácil
desenfado con que muchos construyen su retablo de las maravillas,
sino la genuina e inclaudicable acción de un ser humano que abre su
corazón para ayudar a otros a vivir” expresa Samuel Trigueros en el
discurso ofrecido en el homenaje a Pompeyo del Valle.
Y así lo confirma su poesía “comprendo que esto tiene que ser así.
No debemos olvidarnos de la alegría. A pesar de todo y sobre todo
tenemos que ser fuertes para reír y para crecer en la dulzura. Y sobre
todo ser sencillos, ser como deben ser los hombres limpios: ser
claros y luminosos como la lluvia que trabaja alegremente como un
gran corazón enamorado”.
Esa es la vida, dice Pompeyo del Valle, tuve la dicha de escribir en
un tiempo en el que debíamos tener esperanza, la misma que ahora
no pueden encontrar los nuevos poetas “y si usted se fija encontrará
que escriben a la fatalidad, con pesimismo, no hay fe, ni esperanza
en muchos de los mensajes de este tiempo”.
Obras

Poesía: La ruta fulgurante (1956, publicado con el pseudónimo de


Adán Marino); Antología mínima (1958); El fugitivo (1963); Cifra y
rumbo de abril (1964); Nostalgia y belleza del amor (1970);
Monólogo de un condenado a muerte (1978); Ciudad con dragones
(1980); Duración de lo eterno (1989); Poemas escogidos (1989) y El
encantado vino del otoño (2002). En 1991 se publicó Pompeyo del
Valle (Antología).
Cuento o relato breve:
Retrato de un niño ausente (1969); Los hombres verdes de Ula
(1982) y Una escama de oro y otra de plata (1989).
Ensayo:
Sentido de la fuerza de Ramón Rosa (1976); El hondureño hombre
mítico (1977) y Comer y beber en Honduras (2002).
Froylán Turcios

Froylán Turcios (7 de julio de 1874 en la ciudad de Juticalpa,


departamento de Olancho, en la república de Honduras - San José,
Costa Rica, 19 de noviembre de 1943).
fue un poeta, narrador, editor, antólogo y periodista hondureño que
junto a Juan Ramón Molina fue el intelectual de Honduras más
importante de principios del siglo XX. Nacido como José Froylán
De Jesús Turcios. Fue un escritor, periodista y político hondureño.
Es considerado uno de los intelectuales hondureños más importantes
de principios del siglo XX.
Vida
Fue Ministro de Gobernación, diputado del congreso nacional, y
delegado de Honduras ante la Sociedad de Naciones de Ginebra,
Suiza. Dirigió el diario El Tiempo de Tegucigalpa y fundo las
revistas El Tiempo de Tegucigalpa y fundó las revistas El
Pensamiento (1894), Revista nueva (1902), Arte y Letras (1903) y
Esfinge (1905), entre otras. En Guatemala editó los periódicos El
Tiempo (1904) y El Domingo (1908) y de regreso en Honduras El
Heraldo (1909), El Nuevo Tiempo (1911) y Boletín de la Defensa
Nacional (1924).
Imbuido de las luchas americanistas, fue secretario privado del
guerrillero patriota Augusto César Sandino en Nicaragua, y en el
plano literario amigo de Rubén Darío, Juan Ramón Molina y
numerosas figuras del pensamiento universal. Realizó una férrea
labor de defensa nacional, denunciando la política del Gran Garrote
implementada por Estados Unidos en la región centroamericana y
las Antillas.
El Vampiro es la noble historia de amor de 140 páginas`. Turcios
comenzó a escribirla en Guatemala, lugar donde vivió 2 años: de
1908 a 1909, pero el libro fue concluido en Tegucigalpa en enero de
1910, logrando su primera impresión en octubre.
La obra tiene como tema central el amor de dos primos, Rogerio de
Mendoza, quien frisaba con 14 años, y Luz de Mendoza, con 15
años. Ambos residen en compañía de la madre de Rogerio y tía de
Luz (aunque también le llamaba mamá) Francisca Marroquín, quien
era viuda, y además de varios criados, algunos de ellos como
Genaro. La familia ocupa una casona de porte señoral ubicada en
uno de los barrios Aristocráticos de la Antigua Guatemala. Los
jóvenes llevan una vida muy conservadora en aquella mansión,
estudiaban música y literatura, con una maestra de nacionalidad
alemana. Aquel jardín, que era describió como algo hermoso según
Rogerio, fue el contexto de las tiernas palabras de amor que se
decían Luz & Rogerio, así como los juramentos de amor eterno,
aunque nunca se besaron, sólo cuando Rogerio acausa de un
accidente con armas de fuego, este empeora y al cuidado de Luz esta
le besa en sus pálidos labios.
Rogerio se va a su cuarto, cansado y trastornado, tiene sueños
horribles y tenebrosos, al despertarse, oye que el padre Félix había
muerto estrangulado mientras este dormía, Rogerio va al cuarto de
Luz, que estaba a lado del de él, ve en el cuarto de ella: sobre un
túmulo blanco, cubierto de rosas blancas entre cuatro enormes
blandones, la vi muerta. Un bucle negro caíale sobre el rostro
palidísimo. En la nieve del cuello brillaba una ligera mancha de
sangre. - ¡Luz! -grite, con el alma loca, lanzada fuera de los
horizontes de la vida, por un trágico soplo supraterrestre. Y rode,
fulminado, sobre el pavimento.
Así concluye la obra, en palabras de Froylán Turcios.
La novela se divide en 64 capítulos en numeración romana, y es de
tipo Renacentista.
Obras

Turcios fue un cuentista de finos rasgos preciosistas, inclinándose a


los temas violentos. Inició en Honduras en el siglo XX el género del
cuento. Además de cultivar la poesía preciosista, elaboró sus relatos
como filigranas estilísticas. Sus textos en prosa, influidos por el
italiano Gabriele D'Annunzio, se caracterizan por la pericia en la
trama, el valor exacto y a la vez ornamental de las palabras y los
finales inesperados o impactantes que marcaron luego buena parte
del género en América Latina.
En 1910 publicó la novela El vampiro, cuyo tema gira alrededor de
la muerte y tiene un estilo modernista, razón por la cual la realidad
no se ve reflejada directamente en la obra. Al año siguiente publicó
otra novela más breve llamada El fantasma blanco. Entre sus
volúmenes de poesía y cuento se hallan, entre otros:
Mariposas (1895),
Renglones (1899),
Hojas de otoño (1905),
Prosas nuevas (1914),
Floresta sonora (1915),
Cuentos del amor y de la muerte (1930),
Páginas de ayer (1932), y
Cuentos completos (1995).
En el 2004, José Antonio Funes Rodríguez obtuvo el Premio de
Estudios Históricos Rey Juan Carlos I, otorgado por la Cooperación
cultural española en Honduras, por su tesis El Modernismo en
Honduras: vida y obra narrativa de Froylán Turcios
Ramón Amaya Amador

Nació en Olanchito (1916), falleció en Checoslovaquia (1996).


Autor de Prisión Verde. México, 1950, que en opinión de Longino
Becerra “es, sin duda alguna su mejor obra… Este libro recoge la
experiencia, dolorosa y brutal, del novelista como trabajador
bananero”. Amanecer. Novela. Guatemala, 1953, Bajo el signo de la
paz. Crónicas de un viaje a China Popular, Tegucigalpa, 1953.
Constructores. Tegucigalpa, 1958. Los Brujos de Imaltepeque,
Novela, Tegucigalpa, 1958. Destacamento rojo. México. 1962.
Operación gorila. Moscú, 1970 (en ruso). (En español 1991),
Cipotes (1981), Jacinta Peralta (1996), el señor de la Sierra (1993).
Entre sus obras inéditas: Rieles gringos (1951), Biografía de un
machete (1959), Buscadores de Botijas (1961), Un aprendiz de
Mesías (1961), Tierras bravas de coyol (1962), Huellas descalzas
por las aceras (impresa en 1981 con el título Cipotes), el hombre
embotellado (1965), Tierra Santa (1965), La abanderada (s.f), Ciclo
Morazánico (1966), en 5 tomos. Memorias y enseñanzas del
alzamiento popular de 1954 (1989), en colaboración con Rigoberto
Padilla Rush. El señor de la Sierra (1993); Con la misma herradura
(1993); Memorias de un canalla (2004). Escribió ensayos y teatro,
además de novela. El camino de Mayo es la Victoria. Tegucigalpa,
1974. Peste Negra (1956) y La Mujer Mala (1959), son ejemplos de
su incursión en otros géneros literarios.
De él ha dicho Roberto Sosa: “Con Ramón Amaya Amador la
novela social hondureña comienza a adquirir relieves de dignidad y
no obstante que la crítica literaria ha subrayado a su narrativa
defectos de construcción, ha reconocido su poder captativo y
transfigurador de la situación del cuadro de realidad que le toco
vivir. Los libros de Amaya Amador señalan la explotación que los
monopolios extranjeros han verificado y verifican en nuestro país.
Señalan el trabajo embrutecedor que las peonadas sufrientes hicieron
y hacen en la selva artificial de los bananales hondureños. No podía
hacer otra cosa quien fue gota de esa sucia corriente. De allí la
fuerza conmovedora de su obra”.
Para Longino Becerra, “fue dueño de una gran capacidad
fabuladora”; para Julio Escoto conto con “una dedicación
disciplinada a su trabajo”; José D. López Lazo considera que Amaya
Amador “cultivo todos los géneros… sin embargo, habría de
quedarse con la narrativa y dentro de esta, con la novela…
Necesitaba de un género que se volcase sobre la realidad exterior, en
su caso concreto, sobre la realidad histórica. La historia, nuestra
Historia, concebida como el producto de la lucha de clases, define su
obra… hacia ahí confluye casi toda su obra. Pienso que no tuvo
conciencia, no delimito el peligroso punto en donde literatura e
historia se rozan, pienso que para él fueron dos realidades
mínimamente diferentes. Para el hacer literatura era una forma
directa de hacer historia, de liberar a un pueblo de tanta opresión. De
ahí que su obra apenas evolucionara literariamente. La sinceridad, lo
auténtico, su visión dinámica del hombre y de la sociedad lo salvan.
Su obra convoca la dignidad y la esperanza de los postergados. El
dinamismo de la Historia le da madurez a su obra, aunque no la
profundidad necesaria para llamarla universal. Al presentarnos un
hombre como producto histórico, Amaya Amador lo hace caminar:
hace caminar de su aparente estatismo de piedra a la sociedad
hondureña. A pesar vio y convivió con un hombre en un estado casi
natural, no lo condeno a la pasividad histórica de esta existencia,
sino que lo ubico como protagonista de los procesos sociales. Hizo
el primer gran esfuerzo por humanizar y enriquecer la Historia
propia sin deformarla en sus movimientos esenciales… el novelista
de Olanchito es el más leído entre los humildes. En esto radica
nuestra deuda con él, la deuda de Honduras con él: le empezó a abrir
bien los ojos, los ojos que si son sus ojos: los de su pueblo…:”.
Obras
“Prisión Verde” fue editada por una casa editorial de México y
recorrió los caminos de Américo con la venia consagratoria de los
más grandes escritores del continente. Traducida a varios idiomas,
“Prisión Verde” había hecho de su autor, el humilde hijo del
Olanchito, el peón venero de los canales de la compañía, una
personalidad respetable y admirada por intelectuales de todos los
países de la tierra y querida con coraje y lasta las lágrimas por todos
los hombres y mujeres de todas las latitudes que amasan con su
sangre y con su sudor y con sus sacrificios las enormes riquezas de
unos pocos sobre la miseria y sobre el martirio y sobre la muerte de
la inmensa masa de los trabajadores irredentos.
“Amanecer”, inspirada en el movimiento reivindicador de la
revolución de octubre de Guatemala. “Bajo el Signo de la Paz”,
impresiones de su viaje a Pekín. “Destacamento Rojo” narración
casi exacta de las peripecias, a veces clandestinas, de los
trabajadores de su desigual conflicto con los consorcios
monopolistas. No conocimos “Fronteras de Caoba” ni “Rieles
Gringos”. Pero aquí en su amada Honduras público lo que nosotros
creemos es el fruto más maduro de su valiosa producción intelectual:
“Los Brujos de Ilamatepeque”; y “Constructores” a la que nosotros
no le dábamos mayores méritos, pero que el simple hecho de haber
sido traducida al idioma alemán acusa la importancia y
potencialidad de su significación.
Sus artículos periodísticos, folletos, cuentos y poemas posiblemente
quedaran en el anonimato, si es que manos afectuosas no recogen en
volúmenes la extensa e intensa producción literaria que quedo en sus
archivos de viajero o allá en Praga, donde él tenía la importante
sección de una revista literaria de circulación universal.
Óscar Acosta

Ya sea inspirando a más personas o formando parte de la acción.


Óscar Acosta es uno de esos sujetos cuya vida, indudablemente,
merece nuestro interés debido al grado de influencia que tuvo en la
historia. Conocer la existencia de Óscar Acosta es conocer más
acerca de periodo preciso de la historia del género humano.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la
trascendencia que atesoró Óscar Acosta en la historia. Cómo vivió y
lo que hizo durante el tiempo que permaneció en la tierra fue
determinante no sólo para quienes trataron a Óscar Acosta, sino que
posiblemente produjo una huella mucho más profunda de lo que
podamos sospechar en la vida de personas que tal vez nunca
conocieron ni conocerán ya nunca a Óscar Acosta en persona. Óscar
Acosta fue un ser humano que, por alguna causa, merece ser
recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe
borrarse de la historia.
Conocer lo bueno y lo malo de las personas significativas como
Óscar Acosta, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una
cosa fundamental para que podamos valorar no sólo la existencia de
Óscar Acosta, sino la de todas aquellas personas que fueron
inspiradas por Óscar Acosta, aquellas personas a quienes de un
modo u otro Óscar Acosta influenció, y por supuesto, conocer y
descifrar cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la
sociedad en la que vivió Óscar Acosta.
(Tegucigalpa, 1933 - 2014) Poeta, narrador, periodista y editor
hondureño. Junto con José Luis Quesada, fue uno de los más
importantes integrantes de la llamada Generación del 50,
caracterizada por el deseo de renovación del lenguaje y la vigilada
elaboración metafórica.
Diplomático de carrera, Óscar Acosta creó en Tegucigalpa, en
compañía de otros intelectuales, la Editorial Nuevo Continente y las
gacetas Extra y Presente, y más tarde la Editorial Iberoamericana.
En la década de 1960 fue directivo de la Editorial Universitaria y de
la gaceta literaria Universidad de Honduras. Mientras hacía estudios
de derecho, organizó con otros alumnos el Círculo Literario
Universitario.
Entre otros galardones, recibió en 1960 el Premio de Poesía Rubén
Darío, en Nicaragua; el de Ensayo Rafael Heliodoro Valle, por la
UNAH, en 1979; el Nacional de Literatura Ramón Rosa y el de los
Juegos Florales Centroamericanos de Quetzaltenango, Guatemala.
Como diplomático representó a Honduras en Perú, España, Italia y
El Vaticano; más tarde fue asesor en la Cancillería Hondureña.
Miembro de número de la Academia Hondureña de la Lengua,
encabezó además de esto la Asociación de Prensa.
Entre sus libros de poesía hay que nombrar Responso al cuerpo
presente de José Trinidad Reyes (1953), Poesía Menor (1957),
Tiempo detenido (1962), Antología personal (1965 y 1971) y Mi
país (1971). Su poesía es profunda y sosiega, de tono intimista.
El arca (1956) es una compilación de cuentos que abrió un nuevo
sendero a la literatura hondureña, rompiendo con la tradición
costumbrista de la narrativa del su país. Recopiló asimismo poemas
de otros autores en proyectos como Antología de la novedosa poesía
hondureña (1967) y Poesía hondureña del día de hoy (1971). Entre
sus estudios resalta Rafael Heliodoro Valle, vida y obra (1964).
Obras
Entre sus libros de poesía cabe mencionar los siguientes:
Responso al cuerpo presente de José Trinidad Reyes (1953).
Poesía Menor (1957).
Tiempo detenido (1962).
Antología personal (1965 y 1971).
Mi país (1971).
El arca (1956); una colección de relatos que abrió un nuevo camino
a la literatura hondureña, rompiendo con la tradición costumbrista de
la narrativa de su país.
Recopiló también poemas de otros autores en obras como Antología
de la nueva poesía hondureña (1967) y Poesía hondureña de hoy
(1971). Entre sus estudios destaca Rafael Heliodoro Valle, vida y
obra (1964) Su poesía es profunda y serena, de tono intimista.
Libros:
Responso poético al cuerpo presente de José Trinidad Reyes (1955)
La marca (1956).
Poesía menor (1957).
Tiempo detenido (1962).
Mi país (1971).
Poesía. Selección 1952-1965 (1965).
Poesía. Selección 1952-1971 (1976).
Rafael Heliodoro Valle. Vida y obra (1964).
Roberto Castillo

Narrador, filósofo y ensayista.


Murió el 2 de enero de 2008 a la edad de 57 años. Como sucede con
muchos de los grandes, se fue antes de tiempo. Parodiando la
descripción que él hiciera de Tivo, el inolvidable personaje de su
novela, El Corneta, de Roberto se podría decir: “Contrario al espíritu
del país, pendenciero y revoltoso, siempre fue hombre de
sentimientos reposados, hablar suave, eterno aspirante a bailador…”.
Y es obligado agregar que fue una de las mentalidades más
brillantes y reflexivas que iluminaron la oscura década de los
ochenta, cuando pensar y escribir era un oficio de alto riesgo.
Además de incansable y excepcional trabajador de las letras, fue
catedrático de Filosofía en la UNAH por más de veinte años, donde
no escatimó esfuerzos para compartir su acervo cultural con sus
alumnos. Maestro como pocos, nunca se dejó atrapar por la soberbia
que aqueja a algunos que se precian de mucho saber, y siempre
enarboló la bandera de la tolerancia y el respeto. Sabía enseñar
porque sabía escuchar y observar.
Editorial Guaymuras le debe mucho a Roberto Castillo. Él fue
miembro fundador de esta casa editorial, donde imprimió su talento
de diversas formas: en la revista Alcaraván, de cuyo consejo de
redacción formó parte; en sus publicaciones El
Corneta, Subida al cielo y otros cuentos y Figuras de agradable
demencia, que revitalizaron la narrativa hondureña y fueron obras
fundacionales en el catálogo de Guaymuras. También fue el
coordinador del primer consejo editorial, y codirigió la empresa en
los años difíciles de 1984-85.
Su vida y las letras Realizó estudios de Filosofía en la Universidad
de Costa Rica. En 1984 ganó el Premio Latinoamericano de Cuento
Plural, de México, con el cuento “La Laguna”. En 1986 obtuvo el
segundo lugar para cuentos inéditos, en el concurso auspiciado por
el Ateneo Cultural de Buenos Aires, Argentina. En 2002, con el
ensayo El siglo que se fue, ganó el Premio Centenario de José
Carlos Lisboa, Academia Minera de Letras, Brasil. Recibió el
Premio Nacional de Literatura Ramón Rosa en 1992.
Codirigió, junto a Rigoberto Paredes, la revista Imaginaria, en
Tegucigalpa. En 1985, la revista norteamericana Chasquí tradujo al
inglés su novela El Corneta, bajo el título de Tivo, the bugler. Fue
antológico en Los Centroamericanos (Alfaguara, 2002) y en Cuentos
hondureños (Editorial Popular, 2005). OBRA. Cuento: Subida al
cielo y otros cuentos (1980); Figuras de agradable demencia (1985);
Traficante de ángeles (1997). Novela: El corneta (1981); La guerra
mortal de los sentidos (2002). Ensayo: Filosofía y pensamiento
hondureño (1992); El siglo que se fue (2004). Su cuento, “Anita la
Cazadora de insectos”, fue llevado al cine por el director Hispano
Durón en 2002; y otro de sus cuentos, “Celene y los espejos” fue
realizado como corto cinematográfico por Roberto Adriano, en la
Universidad Pedagógica Nacional (UPN). Honduras ha perdido a
uno de sus mejores hijos, pues, sin duda, alguien con el talento y la
calidad humana de Roberto Castillo no nace todos los días.
Roberto donó su biblioteca a La Universidad Nacional Autónoma de
Honduras, institución que rinde un merecido reconocimiento a este
admirable intelectual hondureño al inaugurar el 13 de febrero de
2013 la Colección Roberto Castillo Iraheta como parte de la
Colección Hondureña del Sistema Bibliotecario de la UNAH.

Obras
Cuento
Subida al cielo y otros cuentos (1980).
La laguna (1984).
Figuras de agradable demencia (1985).
El hombre que se comieron los papeles (1986).
Traficantes de ángeles (1990).
Novela
El corneta (1981).
La guerra mortal de los sentidos” (2000).
Ensayo
Filosofía y pensamiento hondureño (1992).
Jorge Luis Oviedo

Nació el 4 de diciembre de 1957 en el pequeño pueblo de La


Libertad, en Comayagua, Honduras. Sus padres son Dora Isabel
Castillo de Oviedo y Augusto Cesar Oviedo. Durante su infancia
estudió en la escuela La Democracia, posteriormente realizó
estudios de agricultura en la Escuela John F. Kennedy, donde obtuvo
el título de Perito Agrícola en el año de 1973. En 1979 ingresa a la
Escuela Normal de Varones en Comayagua y se gradúa como
profesor de primaria básica, tras esto ingresó a la Universidad
Nacional Autónoma de Honduras donde se graduó de la carrera de
letras.
Descubrió su atracción por la narrativa cuando encontró influencias
de José Cecilio del Valle, Juan Rulfo, Mario Vargas Llosa, Jorge
Luis Borges entre otros escritores. Así fue como en 1982 público
Antología del Cuento Hondureño, libro que le valió su convocatoria
y premiación de Poesía y también de Cuento de la Universidad de
Panamá.
Durante el periodo presidencial de Carlos Roberto Reina (1995-
1998), fungió como asesor presidencial y era él quien redactaba los
discursos presidenciales. Luego se convirtió en docente de la UNAH
donde fomentó la lectura de los estudiantes y creó un taller literario
junto a Rafael Rivera, Roberto Quesada y Ricardo Maldonado. Tras
34 años de docencia, se jubiló en febrero de 2016, desde entonces
decidió dedicarse a cultivar la tierra.
Jorge Luis Oviedo sobresale en la esfera literaria hondureña como
uno de los más talentosos escritores contemporáneos. Su versatilidad
como autor se evidencia en su incursión en múltiples campos
literarios.

Oviedo ha publicado poesía, cuento breve, novela corta y también ha


hecho investigación bibliográfica y crítica literaria. En total ha
publicado más de diez obras distintas, parte de las cuales ha sido
traducida al inglés, el griego, el alemán y el italiano. Su trabajo
también se ha difundido en Latinoamérica y Europa a través de
trabajos suyos o sobre su obra que han sido publicados en diferentes
libros y revistas, como el artículo de Claudio Soriano, “Jorge Luis
Oviedo, trabajador de la cultura hondureña”, publicado en El
Nacional de Ahora de República Dominicana. Revistas literarias
como Ojuebey, Casa de las Américas, Ínsula y Hojas Universitarias
también han dedicado espacio a promover al autor hondureño.
Asismismo varios diarios latinoamericanos importantes como el
Excélsior de Méjico, El Espectador de Bogotá y
Barricada de Nicaragua han contribuido a dar a conocer a Oviedo.
Oviedo también ha sido reconocido por la calidad de su trabajo con
el Premio Hispanoamericano de Poesía Universidad de Panamá y el
Premio Hispanoamericano de Cuento Universidad de Panamá,
otorgados simultáneamente en 1982 por sus libros Aproximaciones
(poesía) y La muerte más aplaudida (cuento).
Originario de La Libertad, en el departamento de Comayagua,
Oviedo ha estado en contacto con la literatura desde temprana edad.
El autor reporta que de niño tuvo “acceso a lecturas generales de
todo tipo” (Ramírez 77). Más tarde, como estudiante de secundaria
14 dedicaba sus horas libres a la lectura de autores latinoamericanos.
Sin embargo, no fue sino hasta que ingresó a la Universidad
Nacional Autónoma de Honduras que decidió dedicarse al estudio
de la literatura, para lo cual rechazó una beca de la escuela de
medicina y se inscribió en la carrera de letras. Actualmente
desarrolla su actividad literaria en adición a sus responsabilidades
como maestro de educación media y catedrático universitario.

Obras
Cuentos
La muerte más aplaudida (1983).
Cinco cuentos (1985).
El Último vuelo del Pájaro Travieso (1988).
Teleño, el niño que conocía el mar (1992).
Cuentos y personajes (2000).
El cazabrujas y otros personajes (2001).
Antología
El nuevo cuento hondureño (1985).
Palabra insurrecta: Poesía rebelde hondureña (1986).
Antología del cuento hondureño3 (1988).
Antología de la poesía hondureña (1993).
Poesía
Aproximaciones (1984).
Xibalbá (1985).
Lamento por todos (1994).
Cuentos infantiles
El gigante y el bosque (1996).
Novelas
La gloria del muerto (1987).
La turca (1988).
Como mi general no hay dos (1990).
Horacio Castellanos Moya

Nacido en Tegucigalpa el 21 de noviembre de 1957, Horacio


Castellanos Moya se mudó de muy niño a El Salvador, país de
origen de su padre. Allí crecería y realizaría sus estudios en el Liceo
Salvadoreño de la capital.
En 1979, por razones políticas, abandonó sus estudios de Letras en
la Universidad de El Salvador para exiliarse a Toronto, Canadá,
donde cursó estudios de Historia. Más tarde se marcharía a Costa
Rica, lugar en el que trabajó como corrector para la Editorial
Universitaria Centroamericana. También vivió en México, que fue
su residencia durante doce años en los que compaginó la literatura
con su carrera periodística.
Castellanos Moya fue redactor de la Agencia Salvadoreña de Prensa,
corresponsal, analista político y editor, además de ser redactor de los
importantes periódicos El Día y Excélsior. También fue escritor
residente en Fráncfort y profesor visitante de la Universidad de
Pittsburgh.
En su narrativa se desprende su preocupación por la violencia, en
especial durante las guerras civiles en Centroamérica. Es
característico en sus novelas el uso del monólogo y del lenguaje
coloquial.
El 18 de septiembre de 1981 llegó a la ciudad de México, donde
permaneció por una década y trabajó como redactor en la Agencia
Salvadoreña de Prensa (SALPRESS), corresponsal de la revista
brasileña Cuadernos del tercer mundo, analista político de la
empresa privada ANAFAC y editor de la Agencia Latinoamericana
de Servicios Especiales de Información. Entre septiembre de 1986 y
enero de 1987 se trasladó de la ciudad de México al pueblo de
Tlayacapa (Cuernavaca), donde escribió su primera novela.
La diáspora, dedicada a contar las experiencias de los intelectuales
salvadoreños exiliados a causa del conflicto armado (1979-1992).
Esta obra ganó el Premio Nacional de Novela 1988, patrocinado por
la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas". Al finalizar
el período bélico salvadoreño (1979-1992), regresó a San Salvador a
participar en la fundación del primer medio impreso de la posguerra:
el semanario Primera plana (San Salvador, 1995-1996).
Como periodista se ha desempeñado como corresponsal, editor y
director de diversos periódicos y revistas en las capitales mexicana y
salvadoreña. Sus escritos han sido difundidos por numerosas
publicaciones periódicas de Hispanoamérica, entre las que se
encuentran el diario La opinión (Los Ángeles, California), las
revistas Tendencias y Cultura (San Salvador, El Salvador), el
periódico semanal Journal do Pais y Cuadernos del tercer mundo
(Río de Janeiro), los diarios El día y Excélsior (México), las revistas
Proceso, Casa del tiempo, Plural, Límite sur, Estrategia y La brújula
en el bolsillo (México).
Residente por algunos meses en España, después de esa estancia dio
a conocer sus obras, entre ellas La diabla en el espejo en 2000,
finalista del premio internacional "Rómulo Gallegos", en su edición
del año 2001.
Con "El asco" Castellanos Moya logró una repercusión
internacional. Es una novela que realiza un homenaje a los
personajes de Thomas Bernhard que incluso logró impresionar al
traductor al español del escritor austríaco. Se publicó en 1997 y ya
lleva siete ediciones en El Salvador, en donde se convirtió en el libro
de culto de los últimos años, pasando de mano en mano.
Definido por Roberto Bolaño como un "melancólico que escribe
como si viviera en el fondo de alguno de los muchos volcanes de su
país".
Obras
Novelas
1989: La diáspora.
1996: Baile con serpientes.
1997: El asco. Thomas Bernhard en San Salvador.
2000: La diabla en el espejo.
2001: El arma en el hombre.
2003: Donde no estén ustedes - Saga de la Familia Aragón 1.
2004: Insensatez.
2006: Desmoronamiento - Saga de la Familia Aragón 2.
2008: Tirana memoria - Saga de la Familia Aragón 3.
2011: La sirvienta y el luchador - Saga de la Familia Aragón 4.
2013: El sueño del retorno - Saga de la Familia Aragón 5.
2018: Moronga - Saga de la Familia Aragón 6.
2022: El hombre amansado - Saga de la Familia Aragón 7.
Eduardo Bähr

En 1964 obtuvo una licenciatura en Lengua y Literatura en la


Escuela Superior del Profesorado, ahora Universidad Pedagógica
Nacional Francisco Morazán y en 1975, un posgrado en Letras
Hispánicas en la Universidad de Cincinnati, Ohio, Estados Unidos.
Entre 1976 y 2002 fue profesor de literatura en dos universidades
hondureñas, en las que además dirigió dos compañías de teatro
universitario, Teatro de la Escuela Superior del Profesorado entre
1965 y 1981 y Teatro de la Universidad Nacional Autónoma de
Honduras, entre 1989 y 1991. También fue miembro del Consejo de
Dirección de varias revistas de arte y letras, como Alcaraván,
Presente, Astrolabio y Galatea.
La obra de Bähr incluye cuentos y guiones de teatro. Desde 1965
hace parte del elenco estable del Teatro Nacional y ha actuado en las
compañías del Teatro Universitario de Honduras, dirigido por
Francisco Salvador (1978); el Teatro Infantil de Honduras, dirigido
por Mercedes Agurcia; del Teatro Universitario La Merced, dirigido
por Rafael Murillo Selva (1975-1977) y del Teatro Zambra, dirigido
por Jacques Borbault del Theatre Du Soleil, de París como Director
invitado (1989).
También ha hecho algunas incursiones en cine como actor en las
películas Utopía o El Cuerpo Disperso y El Mundo al Revés, una
ficción dirigida por Raúl Ruiz (1976); No hay Tierra Sin Dueño,
ficción dirigida por Sami Kafati, (1978); El Viaje de Suyapa,
cortometraje de ficción dirigido por Katia Lara (2007); y como actor
en el videoclip La Casa de La Justicia, de Karla Lara dirigido por
Katia Lara (2006).

Su libro El Cuento de la Guerra, le valió ser galardonado en 1970


con el Premio Nacional de Literatura Martínez Galindo. El tema
central de este libro es el conflicto bélico que se libraron los
ejércitos de Honduras y El Salvador en 1969 (nota 1). Existen
traducciones parciales de este libro al inglés, francés, alemán,
neerlandés, sueco, tagalo, entre otros.
Bähr es miembro de Artistas de la Gente, un colectivo de cinco
intelectuales de generaciones y disciplinas diversas que desarrollan
una crítica artística con contenido político [1] (enlace roto
disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión
y la última)..
En 1995 recibió la Medalla Gabriela Mistral con la que el Gobierno
de Chile galardonó por esta única vez a 50 intelectuales alrededor
del mundo (tales como Carlos Monsiváis, Octavio Paz, Rafael
Alberti, Mario Benedetti y Elena Poniatowska, entre otros).
En la actualidad, vive en Tegucigalpa, Honduras, en donde ejerce
como Director de la Biblioteca Nacional.
Obras
Narrativa
Fotografía del Peñasco, 1969.
El Cuento de la Guerra, 1971.
Guerra a la Guerra, Literatura Comparada. (Textos de Roque Dalton
y Eduardo Bähr), 1995.
La Flora Maga. en Línea de Fuga, N.º 5, enero-marzo, México. y
1997-1998, "La Flora Maga" en L'ordinaire Latino-américain, N°
176, IPEALT, Toulouse, France. 1999.
Literatura infantil
Mazapán, 1982.
El Diablillo Achís, 1991.
Malamuerte, 1997.
El niño de la montaña de la Flor, traducido al catalán por la Editorial
Vilatana, España, 2003.
Ensayo
"Tegucigalpa. Paseo por la ciudad desolada", in Nueva Sociedad, n.°
120, julio – agosto. Caracas, 1992.
"Fondo de Reptiles", en Honduras: Prensa, Poder y Democracia,
CEDOH, Tegucigalpa, 2002.
Julio Escoto

Nació en San Pedro Sula (1944). Cuentista y crítico literario, además


de ensayista. Obras: Los Guerreros de Hibueras (cuento).
Tegucigalpa, 1967. La balada del herido pájaro y otros cuentos.
Tegucigalpa, 1969. El árbol de los pañuelos. San José, 1972.
Antología de la poesía amorosa en Honduras, Tegucigalpa, 1975.
Casa del Agua. Tegucigalpa, 1975, Días de ventisca, noches de
huracán. San José, 1980. Bajo el almendro... junto al volcán (1988),
El ojo santo: la ideología en las religiones y la televisión (1990);
José Cecilio del Valle: una ética contemporánea (1990). El general
Morazán vuelve a marchar desde su tumba (1992). Rey del Albor,
Madrugada (1993); Ecología para jóvenes de 10 a 190 años; Todos
los cuentos (1999).
Premio Nacional de Literatura "Ramón Rosa" (1975). De él se ha
dicho que es "probablemente el primer escritor hondureño que ha
abordado la novela con un sentido claro de técnica", de acuerdo a
Andrés Morris, mientras que Manuel Salinas lo considera "un
narrador nato, ubicándose en la vanguardia de la moderna narrativa
hondureña." Escoto ha definido al escribir "como un hombre en
introspección constante, en análisis continuo, en búsqueda de algo
que quizás él mismo no ve con suficiente claridad.. es solo un tipo
humano diferente, no mejor que el artesano, que el niño que juega en
la arena, sino con diferencias, nada más. Sus características le dan
una particular visión del mundo, desde luego".
Dirige la revista literaria Imaginación y el Centro Editor, en San
Pedro Sula. Máster con especialidad en Literatura Hispanoamericana
por la Universidad de Costa Rica. Fue jefe de la Unidad de
Comunicación de la FHIA en La Lima, Cortés, Jefe de la División
Editorial y Técnica del Instituto Interamericano de Ciencias
Agrícolas en Costa Rica.
Fue Director Ejecutivo de la Revista Desarrollo Rural de las
Américas; Director de la EPUCA. Premio Gabriel Miró, rama de
cuento, en Alicante, España; Premio José Cecilio del Valle, rama de
ensayo. Su obra El árbol de los pañuelos fue traducida parcialmente
al inglés y al polaco y algunos de sus cuentos han sido en Alemania.
Galardonado durante el XII Recital de otoño (1994) en su ciudad
natal. Columnista de diario El Heraldo. En su opinión, "el escritor...
es en alguna forma el barómetro, el sismógrafo de la sociedad y
debe aplicar su inteligencia en advertir sobre aquello que se ve o va
mal para la nación. Es su función de orientador de opinión, si quiere
ser honesto con sus principios, su creencia y su fe. Venderla al mejor
postor es fácil, ha habido y hay tantos casos así en Honduras. Pero
hacerlo es cruel, sobre todo en una comunidad tan ausente de luces,
tan manipulada y prostituida, tan engañada por quienes buscan
únicamente el usufructo del poder".
En opinión de Jorge Eduardo Arellano, Escoto es "el intelectual con
mayor conciencia de la identidad hondureña... así lo ha demostrado
en su obra tanto de creación como de pensamiento".
Obras
Los guerreros de Hibueras – 1967.
La balada del herido pájaro y otros cuentos – 1969.
El árbol de los pañuelos – 1972.
Antología de la poesía amorosa en Honduras – 1975.
Casa del agua – 1975.
Todos los cuentos – 1990.
Rey del albor, Madrugada – 1993.
El génesis en Santa Cariba – 2007.
Magos mayas monjes Copán -2009.
Downtown Paraíso – 2018.

También podría gustarte