Está en la página 1de 3

Tarea final NTSC

Pablo Silva
Capacitación a docentes en tecnología para que esta pueda ser transversal a todas
las asignaturas, mayor.

Repercusiones de la multifuncionalidad de las salas de tecnologías digitales

Pablo se dirige con sus alumnos de 1° año a la sala de tecnologías digitales para
enseñarles a usar los nuevos kits de robótica, pero la misma está ocupada por la
profesora de inglés que está conectada por videoconferencia con estudiantes de Londres.
Al otro día ocurre lo mismo, pero ahora está la directora y la adscripta entregando
boletines.
Esta escena se repite constantemente en la mayoría de los liceos del Uruguay y
generalmente no se encuentran soluciones para desentrañar este gran problema.
Las salas de tecnologías digitales son un proyecto educativo maravilloso, allí estudiantes
y docentes pueden desarrollar el aprendizaje colaborativo, el pensamiento lógico, la
integración disciplinaria y la creatividad. Kemly Camacho (2006) dice:

Cuando un grupo social se apropia de la tecnología, es capaz no


solamente de usarla para transformar sus propias condiciones de vida,
sino que la transforma a ella misma por medio de procesos de
innovación tecnológica con identidad social.1

Pero la inversión tecnológica que se ha realizado en las instituciones educativas no fue


acompañada por un proceso de transformación estructural y organizativo. Como lo
plantea Castells (1998):

Las sociedades actuales no cuentan con infraestructuras que soporten


estas nuevas tecnologías, incluso la mentalidad y la idea tanto de
mercado como de trabajo, se encuentra encallada en una imagen del
mundo post-industrial capitalista. 2

Se observa una falla en el sistema y en la lógica organizativa, no hay interrelación


organizada (lógica), no hay dinámica (proceso tecnológico del insumo) y tampoco sinergia
(potenciación mutua de las partes). Las organizaciones educativas no funcionan como un
sistema, como partes interrelacionados trabajando por un solo fin.
Por el contrario, cada subsistema, (llamese adscripción, dirección, administración,
docentes) utiliza (o no) sus recursos para metas específicas que no concuerdan en un fin
común. Entonces ese “sistema” por más pulmón, corazón y demás órganos que tenga si
no tiene conexiones es imposible que tenga una buena vida.
Las tecnologías de información y comunicación pueden ser un elemento que potencia el
desarrollo, pero eso depende de aspectos organizativos, de desarrollo de habilidades y
capacidades, de acciones de integración, entre otros.
Los métodos de gestión son obsoletos, no hay consenso, no hay trabajo en equipo, no
hay interconexión.
Nos encontramos aquí con un tema de brecha digital que es más complejo que el tener o
no tener acceso a la tecnología, y que sin lugar a duda va a requerir de un esfuerzo
conjunto de las partes interesadas.
En 2003, en la cumbre de Ginebra, (en Camacho, 2006, para. 17) se hablaba de la
solidaridad digital y se planteaba esta idea:

Reconocemos que la construcción de una Sociedad de la Información


integradora requiere nuevas modalidades de solidaridad, asociación y
cooperación entre los gobiernos y demás partes interesadas, es decir, el
sector privado, la sociedad civil y las organizaciones internacionales.
Reconociendo que el ambicioso objetivo de la presente Declaración
-colmar la brecha digital y garantizar un desarrollo armonioso, justo y
equitativo para todos- exigirá un compromiso sólido de todas las partes
interesadas, hacemos un llamamiento a la solidaridad digital, en los
planos nacional e internacional.3

Cuando hablamos de brecha, hablamos de la inclusión o exclusión de los beneficios de la


sociedad de la información. Y hay brecha digital, como lo plantea Kemly Camacho (2006)
en diferentes formas:
- a nivel de infraestructura, porque, aunque se disponen de computadoras
conectadas a la red, a veces no son suficientes, a veces no se tiene acceso, y otras no
funcionan.
- en la capacitación, porque hay insumos, programas, robots, que no se saben usar
y que tampoco se brinda la capacitación necesaria para si hacerlo.
- y también brecha digital hacia el uso de los recursos disponibles porque muchas
veces es imposible acceder a ellos por coincidencia de horarios, por falta de docentes,
etc.
La teoría del iceberg de Hemingway puede aplicarse perfectamente al problema de la
brecha digital en el que nos encontramos actualmente en Uruguay. El Estado se ha
ocupado de atender lo que se percibe a simple vista, e invirtió en el plan ceibal, en
computadoras para los estudiantes, en salas tecnológicas, en conectividad; pero el resto
pasa inadvertido.
Ese resto en el que aún no se ha trabajado implica un trabajo integral de fortalecimiento
organizativo, de desarrollo de capacidades, de profesionalización administrativa y
docente, pero claramente esta inversión no representa un negocio tan importante como si
es la venta masiva de conectividad y computadoras.
Si pensamos en el futuro, es importante ocuparse no tanto del desarrollo de la información
sino del desarrollo de una sociedad plural y diversa.
Concluimos, base al planteo de Burch (2003), que el desarrollo y acceso a la tecnología
no debería ser un negocio sino un proceso participativo e interactivo. El conocimiento
deber ser una construcción social compartida, no una propiedad privada, y las tecnologías
tienen que ser un soporte para todo ello y no un fin en sí mismo.
Notas y referencias

(1) CAMACHO, Kemly. (2006) La brecha digital. Recuperado de: http://vecam.org/article550.html.


(2) CASTELLS Manuel, La Era de la Información. Economía, Sociedad y Cultura, Vol. 1 La
Sociedad Red, Alianza Editorial, S.A., Madrid 1998.
(3) CMSI-GINEBRA (2003) Declaración de principios. Ginebra. Recuperado de: http://www.
   itu.int/wsis/docs/geneva/official/dop-es.html

Lecturas complementarias

BURCH, Sally. (2003) Sociedad de la información, sociedad del conocimiento. Material del curso
http://vecam.org/article518.html

También podría gustarte