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Ángela, te pido por favor que leas esta carta, la escribo quizás pensando solo en mi y en

lo vivido contigo dando como resultado a Paola y Manuel. Un día decidí invitarte a hacer
mi vida contigo, aceptaste y fue maravilloso. Por esos momentos y por nuestros hijos, te
pido que leas esta carta y la respondas.

Posiblemente, has pensado que la decisión que tomé fue abrupta, apresurada y hasta me
dijiste que parecía una persona bipolar, no te puedo culpar por lo que pienses, eres un ser
humano, están en tu derecho y debo respetar eso.
Trataré de comenzar por el principio: desde la llamada que recibí hace casi 27 años,
comenzando a vivir en Parque Central, sí.., la llamada de la esposa de alguien que trabajaba
contigo en los Cortijos, creo que fue la primera vez que comencé a temblar, a sudar y a
sentir mi voz quebradiza, todo por una posible infidelidad de tu parte, por cierto, recuerdo
ver en ese momento llegar a casa a tus padres, venían de comprara algo, mientras la esposa
de tu compañero llorando me decía que prestara atención a lo que me decía, ella estaba
completamente segura de que tenías algo con su esposo porque te habían visto, podrás
imaginar lo que hizo en mi esa llamada, pero lo negaste, ella estaba loca, para mi eso fue
suficiente, luego su esposo se disculpó conmigo.
Una vez, ya trabajando tu en el Palacio de Justicia, yo, llegaba de trabajar, eran
aproximadamente las 8,30 de la noche, un carro estaba frente al edificio y de repente
arrancó, nosotros seguimos la ruta para dejar a Félix y… ¡oh sorpresa…! vi que estabas
bajándote del carro en Parque Central, porque lo sé?, …porque yo no estaba en mi carro,
recibía una cola de un violinista y pude ver todo lo que sucedió, el violinista volvió al
edificio a dejarme. Entonces te esperé abajo en la reja del edificio, te pregunté por que no te
dejó en la puerta y no supiste que responder, dijiste “me dejaron ahí”, todo esto pasó
alrededor de los años 90, esa época para mí fue difícil, recuerdo que te alejaste mucho de
mi, Aquitano me decía hablen, hablen…, yo presentía que no había mucho que hablar,
comenzó mi terapia de autosugestión “no está pasando nada, no es lo que tu piensas…”.
Por cierto, en esa época me dijiste que te ibas de la casa, que te ibas a vivir a Coche porque
no querías acostarte conmigo, vale decir que yo no salía con otra persona, en esa época
viajaba mucho, podíamos comprar lo que quisiéramos para el apartamento, recuerdo que el
trabajo siempre fue al lado de tu hermano, a quien no hubiera podido presentarle a una
novia mía por respeto.
Ya para el 2000, mi preocupación no cesaba, recuerdo que me vetaste a las reuniones de
fin de año, eran exclusivas sólo para el personal de los tribunales que organizaban una cena,
eso fue nada agradable cuando veía algunas fotos con otras personas que no trabajaban o no
pertenecían a los tribunales, bueno, eso ya pasó. Recuerdo para esa época la llamada
plañidera de Valentina pidiéndome que la salvara dejándote ir de viaje a Cuba con ella,
parece que estaba en un compromiso muy delicado y sólo tu compañía podría salvarla, ¿te
imaginas…? Así pasaron muchas cosas más, que no es necesario mencionar. Me has
preguntado en ocasiones ¿por qué no te dejé si te portaste tan mal? porque siempre lo
negaste llorando y yo quería imaginar que eso fuera cierto. Creo que lo que me llevó a
tomar esta decisión, fue que siendo madre, no te importó la familia, o por lo menos es lo
que pienso.
Te dejo unas interrogantes que te pido por favor me respondas:
¿Sabes la importancia que tiene una familia?
¿Sabes la importancia de tener un hogar en familia?
¿Sabes cuantas parejas pueden llegar a quererse sinceramente como tu papá y tu mamá?
¿Es necesario la separación del padre de sus hijos?
¿Sabes cual es la importancia de la honestidad con uno mismo?
¿Sabes cual es la importancia de quererse uno mismo?
¿Sabes la importancia, paz y tranquilidad que da confiar en alguien?
¿Puedes vivir feliz contigo misma?
¿Qué opinas de la infidelidad?
¿Vale la pena engañar?
¿Tienes idea del daño que has hecho todo este tiempo?
¿Vale la pena vivir con alguien que te engaña?
¿Hasta cuando crees posible ser amante de alguien?
¿Si vas a mantener una relación con el otro, tendrá confianza en ti?
¿Con el tiempo que dirás a tus hijos al saber de tu divorcio?
¿Qué puede opinar tu amante de ti como mujer amorosa y fiel?
¿Qué puedo opinar yo de ti como mujer amorosa y fiel?

Te puedo confesar con toda sinceridad, que ya mi mente no encuentra manera de justificar
lo que pienso y dudo de ti en cunado te ausentas, es muy difícil no pensar que escondes
algo, sabes que no me equivoco con tu teléfono celular.
Quiero pedirte disculpas por no estar en capacidad de soportar tanta indiferencia y
silencio de tu parte, tu silencio ayudó a mi decisión de salir de la casa, jamás te vi dispuesta
a tratar el tema. Para mi, no trabajaste, no dijiste, no tomaste en cuenta lo que estábamos
pasando, todo se resumió a acostarte sin despedirte, a acompañar a la vieja, ese cambio
notorio de Tamara en el cuarto de los bebés, ella misma me comentó ¿por que sucede eso,
los bebé no duermen en su cama? y mucho antes, te dije en algunas ocasiones que yo sentía
que evitabas despedirte para no invitarte a acostarnos, también te dije que es lo que
presentía no que fuera así. Total de los totales, la idea hubiera sido apartar a quien nos daño
y no apartarnos nosotros, por supuesto que quien nos dañó lo hizo con tu aprobación
disfrute y consentimiento, Pedro, Antonio, Juan, José, el nombre y el hombre no importa,
ellos no me dañan quien intenta enamorarte no me hace nada, lo que realmente daña es tu
consentimiento y aprobación, insisto en que es tu consentimiento creo que soy algo
generoso a culpar a los demás. Te tomaste a la ligera cuando te comenté alguna vez que no
había odiado a nadie, entendí que no me tomaste en serio, yo no se que haría si intentaran
en un caso adverso dañar a alguien de los míos, tu mamá, malo, la bere, mis hijos y nietos,
no perdonaría eso. Tu sabías que eso me dañaba y continuaste después de haber hecho algo
maravilloso, ser madre de esos ángeles que la vida te dio. Nuestra vida siempre estuvo a tu
modelo, tu mami se vino a vivir con nosotros y yo la quiero como mía, pero nuestra vida
siempre estuvo acompañada por alguien, te comenté varias veces que lo menos importante
era que estuviéramos solos, siempre fue en compañía, no es por tu mami, es en general, eres
así y por nuestro amor lo aprobé.
Espero nuevamente que respondas esta carta, eso para mí, sería una muestra de importancia
a todo lo sucedido.

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