Está en la página 1de 1

Si están leyendo kesto, estoy muerta

Perdón por el dramatismo, pero enserio, si alguien está leyendo esto, probablemente yo ya no esté viva, y es más que seguro que yo misma haya cometido el acto de matarme.

Primero que todo, si no sus familia o amigos, te recomiendo que dejes de leer.

Segundo, desde ya pido perdón, sé que tenía a gente buena a mi alrededor, pero yo era el problema.

Para empezar, nunca fui feliz. Si, hubo muchísimos momentos en donde me reí hasta llorar, en donde estaba tan sonriente que me dolían los cachetes, pero el ver a una persona con una sonrisa en la cara no quiere decir que sie ntan que su vid a es miserable. Y eso es exactamente lo que me pasaba a mí. Siempre estaba sonriente, tratando de aparentar que todo estaba bien, cuando en realidad, toda mi vida era un desastre.

Cuando cumplí catorce, o sea el año pasado, fue cuando todo empezó a desmoronarse. No sé bien que fue lo que desencadeno todo, pero de lo que estoy segura es de que la única persona que tuvo la culpa de eso, es yo misma.

Al principio , solo eran pensamientos intrusivos. Quería lastimarme a mi o a mi familia; en realidad no lo quería hacer, y cuando esos pensamientos venían a mi cabeza enserio creía que estaba enferma, es decir, quien en su vida piensa que quie re lastimar a su familia o seres queridos.

Bueno, los pensamientos in trusivos fueron el comienzo por así decirlo. Después, lo siguie ron pequeños tics, sacarme la pie l de las uñas, refregarme lo s ojos hasta que estén rojos y me ardan, clavarme las uñas. No sé si cuentan como tics, pero quizás si como una forma de autolesionarme, no sé.

En ese momento, yo ya sabía que no estaba bien. Las cosas que antes me interesaban, no tenía ni el mínimo entusiasmo por hacerlas. No tenía energía para levantarme, solo salía de mi cuarto para comer e ir al baño. Y por la única razón que nadie se dio cuenta de todo esto, es porque yo me encargue de mantenerlo en secreto, y asegurarme de nunca decirle a nadie de lo que me estaba pasando.

Bueno, ya estamos a casi fin es de novie mbre para esta época. No soportaba más nada. Mis amigos en ese momento no hablaban conmigo, y yo tampoco hacia un esfuerzo para mantener una conversación. Entonces, yo ya no podía más. Justo esa noche tuve una discusión con mi mama, y creo que esa fue la gota que rebalso el vaso. Espere a que todos se fueran a dormir, y agarre un sacapuntas y le desatornille la cuchilla. Estuve a nada de cortarme las venas, verticalmente, sabiendo que para cuando todos se despierten, yo ya iba a estar muerta. Pero no lo hice. No pude. Y la única razón no fue por mi familia, o mis amigos. No. Fue porque no quería que me doliera. Eso fue lo único que pensé en ese momento. Podrán decir que está mal que no me importe mi familia, o que no me importe como afectaría mi muerte a mis allegados, pero sinceramente, no puedo hacer que me importe. Por más que trate, no puedo, no sé por qué.

Al día sig uiente, yo actué como si nada. Puse mi mejor cara, y seguí haciendo mi vid a. Pasaron lo s meses, y pensé que todo estaba mejorando. Por fin .

Pero no, cuando empezó el 2021, pensé que cualquie r proble ma, remordimiento, o cualquier cosa que me pudiera la stimar quedaba en el 2020. Pero no fue así. En febrero, los pensamientos intrusivos volvieron a aparecer, y esta vez peor que nunca. Eran muy detallados, y me asustaban. Eran muy realistas.

Pasaron tres o cuatro meses, y llego julio. En este punto, yo ya estaba miserable. No tenía a nadie con quien hablar, casi todos mis amig os estaban mejor sin mí. Y obviamente, era una decepción para mi familia. Aunque nadie lo admitie ra, yo sabía que yo era la hija menos favorita, y que mi hermana era “perfecta”. Pero eso ya había deja do de afectarme hace años. Yo ya había asimilado que no importe lo que haga, siempre iba a haber alguien mejor que yo, más inteligente, más linda, más buena. Y llego el punto a que ya ni me importaba.

A mitad de julio, yo ya había pla neado suicidarme. Lo único que me paraba era buscar la forma que menos dolor me causaría. No podía hacerlo con monóxido de carbono porque no tengo una cochera. No puedo usar pastillas porque no tenía de donde sacarlas. No iba a usar una pistola, por obvias razones. Entonces, mi única opción era cortarme las venas. Yo ya sabía que iba a dole r, pero era la única manera.

Para ver si dolía, me corte. Un pequeño corte. Y dolió . Pero no por mucho, y lo más sorprendente es que fue como adictivo. Porque una vez que haces un corte y se pasa el ardor, te encontrar queriendo sentir ese dolo r de nuevo. Fue la misma sensación de cuando te tocas un moretón, sabes que te duele, pero lo seguís tocando, porque el dolor que in fringe en uno mismo es indescriptiblemente excitante.

Y ahora, sigo acá. Estoy viva, por ahora. No trate nada aún. Estoy esperando a que se me ocurra alg o más indoloro, pero hasta ahora mi única opción es cortarme las venas. Pero creo que voy a esperar a la oportunidad de conseguir pastillas para hacerlo. Para suicidarme. Igualmente, si espero lo suficiente, capaz que me pase alg o y yo no tenga que hacer nada, capaz que me atropelle un camión. O me quieran robar y me disparan en la cabeza. Uno nunca sabe lo que depara el mañana.

Antes de que me suicide, me voy a asegurar de que cada una de las personas que realmente hicieron que me quiera quedar un poco más tengan al menos un adió s. Una despedida.

Y también me tengo que acordar de cambiar esta carta, porque algunas cosas no tienen sentido.

Cuando este muerto, todas mis cosas (ropa, zapatos, zapatillas, maquillaje) va a ser quemado. Mis pinturas y acrílicos, y todo mi material artístico va a ser guardado en una caja , y esa caja va a ser guardada en el altillo. Y todo lo que quede, pueden hacer lo que quieran. No es como si yo vaya a estar ahí para decidir qué hacer.

Mi teléfono va a quedar blo queado, y me voy a asegurar de resetearlo antes de matarme. No tengo nada escondido, pero ahí hay cosas que en un futuro podrían traer problemas.

En conclusión, la fecha de mi suicidio queda demorada hasta que encuentre una manera de hacerlo sin dolor. O sino hasta que me del valor para cortarme las venas. Pero, antes de que termine el año, yo voy a estar muerta. Es una promesa.

También podría gustarte