Está en la página 1de 8

1.

INTRODUCCIÓN
A poco más de un año de iniciado el gobierno actual es plausible considerar que
ya se han definido con claridad las principales líneas personales y de política a
seguir a través de decisiones, documentos oficiales y de pronunciamientos
emitidos por el titular del ejecutivo y sus colaboradores. En ese sentido, -y
siguiendo con la consideración de supuestos- es aceptable plantear que el
gobierno evitará al máximo elevar en términos reales los precios de energéticos,
por lo que continuará la contracción de la inversión pública con el afán de contener
el déficit fiscal operacional (a partir de obtener un superávit primario sistemático) y
la deuda pública en niveles que no afecten la calificación crediticia del país. Del
mismo modo, suponemos que no se debilita notablemente el dinamismo de la
actividad económica de Estados Unidos y que, aunque se ratifique y dé inicio el
TMEC, en general se mantendrá la incertidumbre en los empresarios nacionales e
internacionales, por lo que no habrá un repunte importante de la inversión privada
nacional ni externa.
Por otro lado, el segundo escenario, que llamamos pesimista (P), considera
también como supuestos de base que se mantiene o quizá se profundiza la falta
de confianza del sector privado en las políticas públicas, por lo que se debilita aún
más la inversión privada, lo que reduce el crecimiento del PIB. Aunado a lo
anterior, consideramos que se reduce el crecimiento de la economía mundial y la
de Estados Unidos, lo que a su vez afecta aún más el dinamismo de la economía
mexicana con lo cual cae notablemente la recaudación fiscal. Ello obliga a que, en
ausencia de una profunda reforma fiscal, el gobierno federal eleve el precio de los
energéticos con lo que se presionan notablemente la inflación, la tasa de interés y
el tipo de cambio, complicando así la estabilidad macroeconómica del país.
En ambos escenarios consideramos como telón de fondo una desaceleración
mundial del producto y del comercio, básicamente auspiciada por la siguiente serie
de factores: a) la guerra comercial Estados Unidos- China y el mantenimiento del
proteccionismo en un grupo importante de países, b) se eleva la conflictividad en
medio oriente, c) el surgimiento de la epidemia mundial del coronavirus, d) se
mantiene el complicado marco político y económico en América Latina ocasionado
por fuertes choques sociales en varios países por conflictos políticos e ideológicos,
e) avanzan los triunfos electorales pendulares (derecha-izquierda-derecha) y f) se
mantienen los escándalos de corrupción dentro y fuera de México. Todos estos
factores combinados debilitan el adecuado funcionamiento macroeconómico.
Este ejercicio prospectivo no visualiza un escenario optimista, debido al carácter
personal de gobernar y de violentar la autonomía de órganos ciudadanos y de
concentrar el poder; asimismo, a la evidente ausencia de articulación de las
políticas y de hechos concretos y políticas públicas claras y contundentes que
fomenten el crecimiento económico a través del fortalecimiento del estado de
derecho, de la seguridad y, por tanto, de la confianza empresarial que recuperen
el dinamismo de la inversión.
Los dos ejercicios se realizaron con la simulación dinámica y estocástica de:
modelo macroecono-métrico de la economía mexicana para el horizonte 2020-
2024, de los cuales se derivan tasas medias de crecimiento del PIB y del empleo
muy reducidas, menores a la tasa media observada desde los años noventa. En
ese sentido, el escenario inercial arroja tasas de 1.27 % y 1.59 % y el escenario
pesimista de 0.64 % y 1.04 % respectivamente. Estos resultados tendrían también
fuertes efectos sobre la calidad del empleo, como es el caso de la Tasa de
Condiciones Críticas de Ocupación (TCCO), que harían que de una tasa actual del
20 % de la población ocupada, en el escenario inercial rebasaría el 30 % y en el
pesimista llegaría al 40 % hacia 2024.
Como ya se comentó, corregir estos resultados altamente preocupantes requeriría
de una alteración radical de la política económica y de la reversión de muchas
políticas públicas y del tono del discurso presidencial que hasta ahora se han
definido, lo que se ve muy poco probable.
Para cumplir estos propósitos el artículo se estructura de la siguiente manera. En
la primera sección se presentan los rasgos principales del entorno internacional
que inciden en ambos escenarios de manera distinta en términos del grado de
complejidad que adquieran y que se refleja en el dinamismo del PIB de Estados
Unidos. En la sección dos se apuntan los elementos estructurales y de política que
están pesando de manera más acentuada en el ciclo económico mexicano. La
sección tres presenta los resultados de la solución numérica que arrojan las
simulaciones realizadas con: modelo macroeconométrico de la economía
mexicana. El artículo cierra con algunas conclusiones y comentarios finales.
2. El entorno internacional
El entorno internacional se ha tornado complejo y preocupante debido a la
confluencia de varios factores que han tomado particular intensidad en los últimos
meses y que han elevado sensiblemente la incertidumbre mundial. De hecho, las
perspectivas económicas para 2020 y los años subsecuentes aún antes de la
aparición del coronavirus- perfilan un menor dinamismo económico que se explica
-entre otros- por los siguientes factores:
1. Consecuencias del Brexit.
La separación del Reino Unido de la Unión Europea tendrá múltiples afectaciones
económicas, muchas de ellas aún desconocidas y no medibles, pues se restringirá
la libre movilidad de factores y seguramente habrá choques financieros y
cambiarios que inicialmente afectarán flujos comerciales y la producción en ese
continente. De igual modo, no es despreciable considerar que se ha exacerbado la
xenofobia dentro del Reino Unido y en muchos otros países del continente en los
que están incrementando los sentimientos nacionalistas y separatistas, lo que en
el largo plazo podría afectar la estabilidad de la Unión Europea y de su moneda.
2. La guerra comercial entre Estados Unidos y China.
El proteccionismo de Donald Trump ha debilitado sensiblemente el comercio y el
valor agregado mundiales al afectar cadenas de valor de la producción global de
bienes y servicios y también de suministros de la industria tecnológica, en
particular de las empresas gigantes del sector tecnológico que tienen presencia
mundial como Google, Apple y Huawei. Su discurso proteccionista no sólo ha
afectado a China, sino también a México y Canadá, al sujetarlos a aranceles en
diversos productos.
3. La recesión de Alemania.
El Bundesbank declaró a finales de octubre de 2019 el inicio de la recesión en
Alemania, primera economía de Europa y cuarta del mundo, después de tres
trimestres consecutivos de contracción económica. Una de las razones que lo
explican es la caída de la actividad industrial, las débiles ventas (mundiales) de
automóviles y los temores de las múltiples consecuencias del Brexit.
4. La desaceleración de la economía estadounidense.
La actual fase de expansión económica estadounidense que arrancó en 2010 ha
sido la más larga de la historia, tras sumar más de 120 meses consecutivos de
crecimiento del PIB total. Por otro lado, es importante resaltar que la curva de
rendimientos se ha invertido varias veces, lo que explica la decisión de la FED de
iniciar un ciclo de relajamiento de su política monetaria y frenar la corrección de su
hoja de balance en tanto que muestra su preocupación por la reducción del
dinamismo de la actividad económica.
Por otro lado, desde septiembre de 2019 la producción industrial de los Estados
Unidos ha mostrado retrocesos que están afectando la producción y las
exportaciones manufactureras mexicanas. 
5. El coronavirus
El principal antecedente de una epidemia como el “coronavirus” en China fue el
brote de SARS en 2003 que costó 60,000 millones de dólares, pero el brote del
coronavirus tiene dos particularidades que se tienen que considerar: a) ha sido
más mortal y b) el papel de la economía China en el mundo hoy (16 % del PIB
mundial) es mayor que en 2003 (4 % del PIB mundial).
En virtud de ello, se estima que la crisis sanitaria costará en China entre el 1 % y
el 2 % del PIB y de manera adicional, Goldman & Sachs pronostica que el impacto
en el PIB mundial por el coronavirus será de alrededor de 0.4 %.
6. La “caída” de la economía china
Junto con el punto anterior, existen importantes preocupaciones sobre la marcada
reducción del dinamismo de la economía china -que por varios años ha sido el
motor del crecimiento mundial- ya que adicionalmente a los problemas de salud
pública que presenta, ha dado muestras fehacientes de sufrir una desaceleración
importante en su crecimiento total e industrial de largo plazo, tal como se ve en la.
7. El entorno doméstico
Es conocido que en México -al menos desde 1971 cuando se acuñó el término
atonía- en el primer año de un nuevo gobierno el crecimiento tiende a
desacelerarse como consecuencia de la curva de aprendizaje. Sin embargo, las
múltiples señales enviadas, la falta de coordinación del gabinete económico y de
congruencia en las políticas y las decisiones que ha tomado el gobierno actual -
aún antes de tomar posesión- han provocado una lectura muy negativa de los
mercados y aún de la ciudadanía que ha empeorado la calificación de la deuda
soberana y han acentuado la caída de la inversión privada y el estancamiento del
consumo.
CONCLUSIÓN
Contar con un buen análisis macroeconómico que permita conocer lo que ocurre
en la economía del país, el rumbo que lleva y los riesgos más relevantes a los que
se enfrentan representa una de las ventajas que puede tener una empresa frente
a su competencia, especialmente en entornos tan complejos y retadores como el
actual.
Uno de los retos importantes que enfrentan todas las empresas es el de entender
bien el entorno económico en el que operan, ya que en función de ello lograrán
tomar las mejores decisiones y producir los mejores resultados para sus
accionistas, clientes, trabajadores, proveedores y acreedores.
La gran mayoría de los reportes y productos de análisis macroeconómico que se
producen requieren cierto nivel de conocimientos especializados, que no todos los
líderes de la empresa poseen, por lo que frecuentemente se quedan sin explotar a
fondo para la toma de decisiones importantes. La relación entre las principales
variables de la economía, que se agrupan en lo que se denomina “marco
macroeconómico”, y las variables relevantes de la empresa debería ser uno de los
principales focos de atención de los ejecutivos que toman decisiones. Entender
cabalmente cómo los cambios en el entorno económico afectan el desempeño de
la empresa permite adecuar su funcionamiento para obtener los mejores
resultados.
Cuando hablamos del desempeño de las grandes variables económicas, estamos
haciendo generalizaciones que deben tomarse con la debida reserva, ya que la
reacción de los diferentes hogares y empresas en lo particular puede ser muy
diferente a la reacción de la mayoría. Por ejemplo, cuando hablamos de la
inflación nos referimos al aumento en los precios de una canasta de bienes y
servicios que se considera representativa del gasto de los consumidores, pero en
los hechos cada hogar enfrenta una inflación diferente que dependerá de la
combinación de bienes y servicios que consuma. Sin embargo, cuando la inflación
reportada por el INEGI está aumentando, la gran mayoría de los hogares en el
país estará observando también un incremento en los precios de su canasta de
consumo particular.
Contar con una guía básica de interpretación de las principales variables
macroeconómicas y sus efectos sobre las variables relevantes de la empresa
representa una ayuda valiosa para la función ejecutiva, y eso es justo lo que
pretendemos brindar en este artículo.
Crecimiento del PIB
Por mucho, la variable más importante del marco macroeconómico es el
crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), ya que integra mucha información
relevante de implicaciones importantes. Recordando que el PIB es la suma el valor
monetario de la producción de bienes y servicios al interior de un país, una tasa de
crecimiento elevada bajo circunstancias normales refleja una situación económica
favorable.
En este entorno, las ventas y cobranza de las empresas van bien, lo que genera
excedentes que pueden canalizar a mejorar sus productos y servicios mediante la
inversión en maquinaria y equipo; a pagar bonos a sus empleados o reducir sus
niveles de deuda. Las personas perciben mayores ingresos por su trabajo o su
capital en las empresas, y los que buscan trabajo lo encuentran con relativa
facilidad, por lo que incrementan sus compras de bienes y servicios,
generando una mayor demanda que perciben las empresas. Si además hay
perspectivas de crecimiento del PIB elevado para los siguientes años, las
empresas consideran hacer inversiones para ampliar su capacidad productiva
para cubrir las mayores ventas que anticipan, contratando más personal. Los
hogares anticipan ingresos más elevados, lo que les permite incrementar sus
niveles de consumo y ahorro.
Por el contrario, cuando el crecimiento del PIB es muy bajo, o incluso negativo, las
empresas enfrentan un entorno más adverso, con ventas que se contraen y
cobranza que se hace más difícil. Las inversiones se posponen para mejores
tiempos al igual que las contrataciones, o incluso se tienen que recortar gastos y
nómina para mantenerse a flote. Las personas encuentran menos trabajo o ven
mayores riesgos para conservar el que tienen, lo que las lleva a gastar menos.
Cuando la economía crece poco o se contrae, la mayoría de las empresas y
hogares la pasa mal.
Aquí podemos notar la relación que hay entre el crecimiento del PIB, que es la
variable más importante de la economía para las empresas, con las ventas.
Usualmente, a mayor ritmo de crecimiento de la economía habrá un mayor
crecimiento de las ventas, y lo mismo ocurre en sentido contrario. Si la empresa
tiene su presupuesto de ventas bien estimado para el entorno macroeconómico, y
el pronóstico de crecimiento del PIB se reduce, podría esperar que sus ventas
también se reducirán respecto a lo previsto. Dependiendo de la magnitud de los
cambios, la empresa tendría que adaptar su estrategia al nuevo entorno. El
crecimiento del PIB también influye sobre otras variables de la empresa, como
pueden ser la cobranza, la disponibilidad de financiamiento, y desde luego los
resultados para los accionistas.
Inflación
Podríamos considerar a la inflación como la segunda variable más relevante para
las empresas, ya que está directamente relacionada con los precios que pueden
cobrar por sus productos y servicios, pero también con sus costos.
Como decíamos, la inflación mide la variación en los precios de una canasta que
se considera representativa del gasto de los consumidores. Una inflación baja y
estable en la economía, usualmente refleja un comportamiento también estable de
la mayoría de los precios, que a su vez es resultado de costos para las empresas
también estables. Esto facilita la toma de decisiones en el tiempo al extender los
horizontes de planeación de las empresas, permitiéndoles, por ejemplo, tener
menos ajustes en sus inventarios y capital de trabajo.
Por el contrario, cuando la inflación es elevada, los precios que perciben los
hogares están aumentando, y usualmente también lo están haciendo los costos
que tienen las empresas tanto por insumos como por servicios. Cuando la inflación
es elevada también es común que haya mayores discrepancias en el
comportamiento de los precios particulares, con algunos aumentando mucho más
que otros; es decir, los aumentos son más disparejos. Cuando esto ocurre, el
horizonte de planeación efectivo de las empresas se reduce y frecuentemente se
requerirán más ajustes en los inventarios y capital de trabajo.
Uno de los costos más relevantes para las empresas es el de la nómina, y los
salarios suelen estar estrechamente vinculados a la inflación. Una empresa que
está en su proceso de planeación y anticipa niveles elevados de inflación puede
incorporar en su planeación ajustes también elevados en los salarios que
demandarán sus empleados para compensar la pérdida del poder adquisitivo que
representa la inflación.
Así, las expectativas que se tengan para la inflación deberían verse reflejadas en
las decisiones de precios de las empresas y en sus proyecciones de costos, lo que
también tendrá impacto sobre otras decisiones, como los niveles adecuados de
inventarios.
Tasas de interés
Por último, entre las principales variables económicas tenemos a las tasas de
interés, que representan los costos que la empresa paga por el financiamiento que
recibe. Si bien cada empresa tiene un costo de financiamiento específico que
depende del riesgo que representa por su actividad y posición financiera, al
moverse las tasas de interés de la economía también se mueve el costo financiero
de la empresa. Las tasas de interés son muy diversas, dependiendo del tipo de
acreditado y del plazo, habiendo también tasas fijas y variables. Sin embargo, la
tasa de interés de fondeo bancario a un día, que es la tasa de referencia que
determina el Banco de México con su política monetaria es de las más relevantes
para ser consideradas por la empresa, ya que las tasas de interés variables de
corto plazo están estrechamente relacionadas.
Cuando las tasas de interés cambian, también lo hacen los costos financieros que
enfrenta la empresa, y el impacto dependerá de la posición financiera que tenga.
Empresas con altos niveles de deuda y tasas variables tendrán mayores costos
cuando las tasas de interés suben, mientras que empresas menos apalancadas y
con mayores niveles de liquidez se verán menos afectadas.
Desde luego hay muchas otras variables que pueden tener impacto sobre las
variables de la empresa y sus decisiones, como por ejemplo el tipo de cambio, el
consumo privado o la inversión fija bruta de la economía, pero eso quedará para
otra ocasión.

También podría gustarte