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TECNOLÓGICO NACIONAL DE MÉXICO

Instituto Tecnológico de Toluca

Nombre de la alumna: Ingrid Citlali Martínez Ruaro

Docente: Fernando Sanchez Solis

Materia: Economía

Título: Noticias
Primer noticia

No extrapoles las tendencias del


año pasado a la economía global
La inesperada resiliencia de la economía mundial en 2023 ha
llevado a muchos analistas a adoptar una perspectiva optimista
para este año. Pero dada la escalada de la crisis en Medio Oriente
y la persistente volatilidad de los mercados, las posibilidades de
una recuperación económica mundial sólida parecen escasas

CAMBRIDGE. Los economistas conductuales han popularizado el


término “sesgo de actualidad” para describir nuestra tendencia a
dejarnos influenciar desproporcionadamente por los últimos
acontecimientos en comparación con los anteriores. ¿Podría este
fenómeno cognitivo explicar por qué numerosos analistas tienen
una inclinación bastante optimista sobre la economía mundial en
2024? ¿O existen tendencias realmente positivas que contrarrestan
los obvios y crecientes desafíos al crecimiento global?

Un editorial reciente del Financial Times casi al concluir el 2023


reflejó el optimismo predominante y proclamó que “después de la
resiliencia de este año, hay muchas posibilidades de que la realidad
el próximo año también sea mejor de lo esperado”. Las tendencias
que respaldaron la inesperada resiliencia de la economía global en
2023 “también ofrecen muchas razones para ser optimistas de cara
al 2024”.

Este sentimiento optimista se ha extendido a los mercados


financieros. Un número cada vez mayor de comentaristas ha
predicho que los mercados bursátiles terminarán el año por encima
de los niveles ya elevados de 2023, que se vieron impulsados por
un notable repunte de fin de año.

El sentimiento optimista actual contrasta marcadamente con las


sombrías predicciones que dominaron el periodo previo a 2023,
cuando Bloomberg Economics afirmó que había un 100% de
probabilidad de que Estados Unidos cayera en una recesión.
También está en desacuerdo con una serie de acontecimientos
económicos, financieros, geopolíticos y políticos. En particular,
parece estar impulsado predominantemente por un solo factor: los
bancos centrales recortan agresivamente las tasas de interés en
medio del más suave de todos los aterrizajes suaves para la
economía estadounidense.

Sin duda, los bancos centrales tienen una enorme influencia sobre
el sentimiento de los mercados financieros. Desde la crisis financiera
mundial de 2008, los banqueros centrales han actuado como los
principales responsables de la formulación de políticas en el mundo,
reduciendo las tasas de interés, inundando las economías con
liquidez, impulsando enormes ganancias en prácticamente todas las
clases de activos y facilitando un cambio notable en la distribución
de la riqueza que benefició abrumadoramente a los más ricos. Pero
esta tendencia se revirtió en 2022, cuando los bancos centrales,
liderados por la Reserva Federal de Estados Unidos, respondieron
tardíamente al aumento de la inflación embarcándose en uno de los
ciclos de subidas de tipos de interés más agresivos de la historia.
Las pérdidas posteriores tanto en activos de alto como de bajo
riesgo parecían estar a punto de continuar en 2023 hasta que el
pronóstico de consenso giró hacia recortes significativos de las tasas
y se renovó el discurso sobre una “venta de la Fed”.

Si bien los bancos centrales han tenido un efecto significativo en la


confianza del mercado, su impacto en los resultados económicos
reales ha sido limitado. Sus políticas ultraconciliadoras durante la
década de 2010 ayudaron a mantener a flote la economía mundial,
pero el crecimiento general siguió siendo decepcionantemente
bajo, desigual y todavía alejado de las realidades climáticas. Se
esperaba que el cambio hacia políticas monetarias más estrictas en
2022 provocara un mayor desempleo y un crecimiento lento; en
cambio, la tasa de desempleo de Estados Unidos terminó 2023 en
un notablemente bajo 3.7%, y el crecimiento anualizado del tercer
trimestre se aceleró hasta el 4.9 por ciento. Además, la medida en
la que los aumentos agresivos de las tasas de interés contribuyeron
a reducir la inflación se ha convertido en tema de debate entre los
economistas.

Estos acontecimientos sugieren que las políticas de los bancos


centrales por sí solas (los inversores actualmente esperan que la
Reserva Federal reduzca las tasas de interés en alrededor de 1.5
puntos porcentuales) pueden no ser suficientes para generar el
impulso de crecimiento necesario para resistir los vientos en contra
que enfrenta la economía global.

De hecho, sería difícil encontrar una economía sistémicamente


significativa preparada para un crecimiento espectacular en 2024.
Mientras China sigue cargada con un modelo económico que
produce rendimientos decrecientes, las autoridades han reconocido
que su tasa de crecimiento está limitada por ineficiencias internas,
de una deuda excesiva, una mayor fragmentación global y la
militarización del comercio y la inversión por parte de Occidente.
Europa, por su parte, es poco probable que reproduzca el
desempeño inesperadamente sólido del año pasado, dada
especialmente la lentitud de la manufactura global y el
estancamiento económico de Alemania.
Una vez más, los comentaristas parecen poner sus esperanzas en
el excepcionalismo económico estadounidense. Pero las cosas han
evolucionado durante el año pasado. Los menores ahorros de los
hogares durante la era de la pandemia y el aumento de la deuda
actúan como obstáculos para la economía notablemente ágil y
resiliente de Estados Unidos. Además, es probable que los recientes
aumentos de las tasas de interés sigan limitando las nuevas
hipotecas para los hogares, las empresas que navegan por la
montaña de deuda corporativa que se espera venza en 2025 y las
instituciones no bancarias altamente apalancadas que enfrentan sus
pérdidas.

El clima geopolítico actual tampoco es propicio para un crecimiento


sólido. Las devastadoras consecuencias del brutal ataque de Hamás
contra Israel el 7 de octubre, tras el cual Israel destruyó gran parte
de Gaza y, según se informa, mató a más de 23,000 palestinos –
en su mayoría civiles, entre ellos miles de mujeres y niños– han
puesto a prueba las esperanzas de contener la crisis. Israel y la
milicia libanesa Hezbollah, respaldada por Irán parecen
encaminarse hacia mayores hostilidades, y los ataques contra
buques comerciales en el mar Rojo por parte de los hutíes yemeníes
ya están perturbando el comercio global de una manera que
renueva las presiones estanflacionarias sobre la economía global.

Más allá de Oriente Medio, las democracias occidentales y muchos


países en desarrollo se enfrentan a elecciones importantes en 2024.

Dadas estas circunstancias, las posibilidades de un crecimiento


global sólido en 2024 parecen escasas. Sin embargo, hay dos
maneras de mitigar las amenazas que plantea un entorno
económico y geopolítico cada vez más frágil. En primer lugar, las
autoridades deben lanzar importantes reformas de las políticas
económicas, centrándose en reformas estructurales destinadas a
cultivar los motores del crecimiento y la productividad del mañana.
En segundo lugar, la comunidad internacional debe esforzarse más
para poner fin a las atrocidades en Medio Oriente antes de que el
conflicto se extienda aún más por toda la región y alimente la
agitación geopolítica más allá de ella. Sin estas intervenciones, los
optimistas de hoy se sentirán profundamente decepcionados hacia
fin de año.

Fuente: El economista
Comentario:
Entre estos factores, el autor destaca la guerra en Ucrania, la elevada inflación, los
problemas de la cadena de suministro y el aumento de los tipos de interés. Estos
factores podrían conducir a un menor crecimiento económico, una mayor inflación
y un aumento de la volatilidad de los mercados financieros.
El autor concluye que, si bien es posible que la economía global continúe creciendo
en 2024, es probable que lo haga a un ritmo más lento que el de 2023. Además, es
probable que la inflación continúe siendo elevada, lo que podría afectar al poder
adquisitivo de los consumidores y a la inversión empresarial.
En mi opinión, el artículo del Economista es un análisis acertado de la situación
económica global. Es cierto que la economía global mostró un buen desempeño en
2023, pero existen una serie de factores que podrían afectar su crecimiento en 2024.

Segunda noticia

Las exportaciones mexicanas crecieron


2.6% en 2023; dejan de ser el motor de
la economía
Después de caer 9.4% en 2020, las exportaciones mexicanas
de mercancías se incrementaron 18.6% en 2021 y subieron
16.7% en 2022.
Las exportaciones de México crecieron a una tasa interanual
de 2.6% en 2023, a 593,012 millones de dólares, y dejaron de
ser el motor de la economía nacional en ese año, informó este
viernes el Inegi.

En el acumulado de enero a noviembre, el Índice Global de la


Actividad Económica (IGAE), que es una medida utilizada en
México para evaluar la evolución de la actividad económica del
país en su conjunto, muestra un crecimiento de 3.3% respecto al
mismo periodo del año anterior.

“Las exportaciones de México contribuyeron negativamente al


crecimiento del PIB; hubo una desaceleración y esta fue menor
gracias a que México ganó participación de mercado (en las
importaciones de productos) en Estados Unidos)”, dijo Luis de la
Calle, director general de la consultoría De la Calle, Madrazo,
Mancera (CMM).

Después de caer 9.4% en 2020, las exportaciones


mexicanas de mercancías se incrementaron 18.6% en 2021 y
subieron 16.7% en 2022.

En cuanto a la demanda, la economía de Estados Unidos, el


principal mercado de exportación, creció 2.5% en 2023,
impulsada por el consumo, pero no por su sector industrial, ni por
sus importaciones.
A su vez, las importaciones mexicanas tuvieron una caída de
1.0% interanual, a 598,475 millones de dólares, con lo que México
registró un déficit de 5,464 millones de dólares.

Mientras que las exportaciones petroleras descendieron


14.8% a tasa anual, a 33,219 millones de dólares, las ventas no
petroleras aumentaron 3.9%, a 559,793 millones de dólares.

Sólo en diciembre, las exportaciones mexicanas fueron de


49,250 millones de dólares (-0.2% interanual), las importaciones
totalizaron 45,007 millones (-6.9%) y el saldo de la balanza
comercial fue de 4,242 millones a favor.

En diciembre de 2023, los ascensos más pronunciados en las


manufacturas se observaron en las exportaciones de equipo
profesional y científico (20.6%), de productos automotrices
(13.2%), de aparatos de fotografía, óptica y relojería (12.9%), de
productos textiles, artículos de vestir e industria del cuero (1.8%) y
de productos químicos (1 por ciento).

A su vez, el aumento anual de las exportaciones de productos


automotrices derivó de un incremento de 17.7% en las ventas
canalizadas a Estados Unidos y de un retroceso de 9.6 % en las
dirigidas a otros mercados.

En diciembre de 2023, el valor de las exportaciones petroleras se


integró por 2,243 millones de dólares de ventas de petróleo crudo
y por 355 millones de dólares de exportaciones de otros productos
petroleros.
En ese mes, el precio promedio de la mezcla mexicana de crudo
de exportación se situó en 69.09 dólares por barril, cifra menor en
5.72 dólares con respecto a la del mes previo y en 0.74 dólares a
la de diciembre de 2022.

Con respecto al volumen de crudo exportado, éste se ubicó en el


mes de referencia en un millón 47,000 barriles diarios, nivel
superior al de 900,000 barriles diarios de noviembre y al de
916,000 barriles diarios de diciembre de 2022.

En el último mes de 2023, el valor de las exportaciones


agropecuarias y pesqueras fue de 1 901 millones de dólares,
monto que implicó una disminución anual de 7.9 por ciento.

Las caídas más pronunciadas se registraron en las exportaciones de


garbanzo (54.6%), de fresas frescas (32.4%), de jitomate (20.6%),
de legumbres y hortalizas frescas (17.8%) y de aguacate (8.2 por
ciento).

En contraste, los aumentos anuales más relevantes se presentaron


en las exportaciones de ganado vacuno (32.1%) y de frutas y frutos
comestibles (12.2 por ciento).

Las exportaciones extractivas se ubicaron en 764 millones de


dólares, con un decremento anual de 14.4 por ciento.

Fuente: El economista
Comentario:
La noticia "Las exportaciones mexicanas crecieron 2.6% en 2023; dejan de ser el
motor de la economía" del diario El Economista, informa que las exportaciones
mexicanas de mercancías crecieron a una tasa interanual de 2.6% en 2023, a
593,012 millones de dólares. Este crecimiento, aunque positivo, es inferior al
registrado en los dos años anteriores, cuando las exportaciones mexicanas
crecieron a tasas de 18.6% y 16.7%, respectivamente.
La noticia también señala que, como consecuencia de este menor crecimiento, las
exportaciones dejaron de ser el motor de la economía mexicana en 2023. En ese
año, el crecimiento del PIB de México fue de 2.2%, impulsado por el consumo
interno, que creció a una tasa de 2.8%.
En mi opinión, la noticia es un reflejo de la desaceleración de la economía global,
que está afectando a los mercados de exportación de México. La guerra en Ucrania,
la elevada inflación y los problemas de la cadena de suministro están reduciendo la
demanda de bienes y servicios mexicanos.
Además, la noticia también refleja los cambios que se están produciendo en la
economía mexicana. El consumo interno está ganando peso, impulsado por el
crecimiento de la clase media mexicana. Esto está creando oportunidades para las
empresas mexicanas que operan en el mercado interno.

Tercera noticia

La economía de Estados Unidos mantiene


su pujanza al crecer un 0,8% en el cuarto
trimestre
La primera economía del mundo creció un 2,5% en 2023, desafiando las previsiones que
apuntaban a una recesión
Un cliente en un centro de Costco en Washington.MICHAEL REYNOLDS (EFE)

El guion de los expertos, incluidos los de la Reserva Federal, preveía que Estados Unidos
entrase en recesión en el último tramo de 2023. Sin embargo, impulsada por la fortaleza
del consumo, la primera economía del mundo ha desafiado todas las expectativas y ha
resistido con mucha más fuerza de lo previsto el endurecimiento de la política
monetaria. El producto interior bruto (PIB) creció un 0,8% (a una tasa anualizada del
3,3%) en el cuarto trimestre del año, según la primera estimación publicada este jueves
por la Oficina de Análisis Económico, dependiente del Departamento de Comercio. Con
ello, la economía de Estados Unidos creció un 2,5% en el conjunto del año.

El crecimiento del cuarto trimestre supone una ralentización con respecto al 1,2%
trimestral (4,9% anualizado) del tercero, cuando la economía aceleró de forma
sorprendente y creció al mayor ritmo desde 2021, pero sigue siendo una evolución
dinámica de la actividad económica y supera las previsiones de los analistas. El dato,
que será revisado por dos veces a medida que llegue información adicional, muestra
que el consumo sigue siendo el motor de la expansión.

El aumento del PIB real reflejó los incrementos del gasto de los consumidores tanto en
bienes como en servicios, las exportaciones, el gasto de las administraciones estatales
y locales, la inversión fija no residencial, el gasto de las administraciones federales, la
inversión en inventarios privados y la inversión fija residencial. Las importaciones, que
restan en el cálculo del PIB, también aumentaron.

En el conjunto de 2023, el PIB real aumentó un 2,5% (del nivel anual de 2022 al nivel
anual de 2023), frente a un aumento del 1,9% en 2022. El crecimiento reflejó
principalmente aumentos del gasto de los consumidores, de la inversión fija no
residencial, del gasto de las administraciones estatales y locales, de las exportaciones y
del gasto de las administraciones federales, que se vieron compensados en parte por
descensos de la inversión fija residencial y de la inversión en existencias. Las
importaciones disminuyeron. La economía, por tanto, se aceleró, en contra de todas las
previsiones.

La Reserva Federal de Estados Unidos ha acometido las subidas de tipos más agresivas
desde la década de 1980 para hacer frente a una inflación que también era la más alta
en cuatro décadas. Su presidente, Jerome Powell, está logrando hasta el momento el
ansiado aterrizaje suave de la economía, esto es, la reducción de la inflación sin llegar a
provocar una recesión. El ahorro acumulado durante la pandemia y la fuerte creación
de empleo han contribuido a esa evolución mejor de lo esperado. Pese a las subidas de
tipos de interés, los conflictos internacionales, las turbulencias bancarias, las huelgas y
demás contratiempos, la economía estadounidense ha aguantado vigorosa todo el año
2023.

Ahora, el banco central estadounidense se prepara para empezar a bajar los tipos de
interés, aunque sin excesivas prisas. Los miembros del comité de política monetaria de
la Reserva Federal pronosticaban en diciembre una bajada de 0,75 puntos en el precio
del dinero a lo largo de este 2024, aunque no está claro el momento en que se producirá
el primer movimiento. Se espera que Powell dé algunas pistas tras la reunión de la
Reserva Federal de la semana que viene.
Las previsiones de los miembros del comité de política monetaria del banco central
estadounidense para 2024 publicadas en diciembre anticipan el escenario deseado: un
crecimiento del 1,4%, una tasa de paro del 4,1% y una inflación que se acerca al objetivo
del 2%.

La economía estadounidense entra así a velocidad de crucero en 2024, año electoral en


que el presidente, Joe Biden, buscará la reelección. El crecimiento, las inversiones
industriales y en infraestructuras y la creación de empleo son algunas de las bazas del
balance económico de su presidencia. Sin embargo, en el ánimo de los votantes sigue
pesando la elevada inflación padecida en sus tres primeros años de presidencia. La
inflación ha bajado, pero los precios no han bajado, y los consumidores lo comprueban
cuando van al supermercado o la gasolinera.

Tom Barkin, presidente de la Reserva Federal de Richmond, advertía este mes de los
riesgos sobre crecimiento e inflación. “Un aterrizaje suave es cada vez más concebible,
pero en modo alguno inevitable. Veo cuatro riesgos. La economía estadounidense
podría quedarse sin combustible. Podríamos sufrir turbulencias inesperadas. La
inflación podría estabilizarse a una altitud de crucero superior a nuestro objetivo del
2%. Y el aterrizaje podría retrasarse si la economía estadounidense sigue desafiando
las expectativas”, señalaba en un discurso en Raleigh (Carolina del Norte).

Fuente: El país
Comentario:
La noticia "La economía de Estados Unidos mantiene su pujanza al crecer un 0,8%
en el cuarto trimestre" del diario El País informa que el producto interior bruto (PIB)
de Estados Unidos creció un 0,8% (a una tasa anualizada del 3,3%) en el cuarto
trimestre de 2023. Este crecimiento es inferior al registrado en el tercer trimestre,
cuando el PIB creció un 1,9% (a una tasa anualizada del 6,9%).

La noticia señala que el crecimiento del PIB en el cuarto trimestre fue impulsado
por el gasto en consumo personal, que creció un 3,3%. El gasto en inversión
empresarial también creció, pero a un ritmo más lento que en el tercer trimestre.

El crecimiento económico de Estados Unidos en el cuarto trimestre es un indicador


positivo de la recuperación de la economía estadounidense tras la pandemia de
COVID-19. Sin embargo, el crecimiento es inferior al esperado por los analistas.
La guerra en Ucrania, la elevada inflación y los problemas de la cadena de
suministro están afectando negativamente a la economía estadounidense. Estos
factores podrían conducir a un menor crecimiento económico en 2024.

En conclusión, el crecimiento económico de Estados Unidos en el cuarto trimestre


es un indicador positivo, pero es necesario vigilar los factores que podrían afectar
a la economía estadounidense en 2024.

Cuarta noticia
El déficit comercial de México se
reduce 80% en 2023
La economía mexicana redujo su déficit comercial en 80% durante 2023 hasta los
5,463 millones de dólares (mdd), por debajo del saldo negativo de 26,879 mdd de
2022, según cifras originales publicadas este viernes por el Inegi.

El instituto lo atribuyó a una ampliación del superávit de la balanza de productos


no petroleros, que pasó de 8,263 mdd en 2022, a 13,073 mdd en 2023.

Y también lo explicó por un menor déficit de la balanza de productos petroleros,


que pasó de 35,142 mdd a 18,536 mdd.

Pese al déficit, las exportaciones totales subieron 2.6% anual hasta los 593,011.6
mdd. Además, las importaciones decrecieron 1% anual hasta los 598,475.4 mdd.

Las ventas petroleras se contrajeron 14.8% en 2023 al totalizar 33,218.6


mdd. Mientras que las no petroleras cerraron en 559,793.1 mdd, 3.9%
más que un año antes.

En tanto, las importaciones petroleras se desplomaron 30.2% hasta los


51,754.9 mdd.
Y las compras no petroleras fueron de 546,720.5 mdd, un crecimiento
anual de 3.1%.

La balanza comercial de México se publica un día después de revelarse el


crecimiento de 3.1% del PIB en 2023 de Estados Unidos, a donde van más
del 83% de las exportaciones mexicanas.

“Al interior de las exportaciones no petroleras, las dirigidas a Estados


Unidos avanzaron, a tasa anual, 2% y las canalizadas al resto del mundo
retrocedieron 7.5%”, destacó el Inegi.

Superávit en diciembre

Solo en diciembre, México tuvo un superávit de 4,242.4 millones de


dólares, 331.6% más que el mismo mes del año anterior, según cifras
originales.

Aún así, las exportaciones totales en el último mes de 2023 retrocedieron


0.2 % a tasa anual hasta los 49,249.6 mdd.

Las importaciones cayeron 6.9 % hasta los 45,007.2 mdd.

Dentro de las exportaciones de diciembre, las ventas petroleras


supusieron 2,597.5 mdd, un decremento del 8.7% anual, y las no
petroleras fueron de 46,652.1 mdd, un alza del 0.4%.

En importaciones, las compras petroleras fueron de 2,758.3 mdd, un


desplome de 45.8% anual.

Y las no petroleras descendieron a 42,249 mdd, una caída de 2.3%.

El tercer año consecutivo de déficit ocurre después de dos años seguidos


de un superávit comercial, de 34,013 mdd en 2020 y 5,409 mdd en 2019.

Fuente: Forbes
Comentario:
La noticia "El déficit comercial de México se reduce 80% en 2023" del portal Forbes
informa que el déficit comercial de México se redujo a 5,463 millones de dólares en
2023, desde los 26,879 millones de dólares registrados en 2022. Esta reducción es
la mayor registrada en la historia de México.

La noticia señala que la reducción del déficit comercial se debió a un aumento de


las exportaciones y una disminución de las importaciones. Las exportaciones
mexicanas de mercancías crecieron a una tasa interanual de 2.6% en 2023,
mientras que las importaciones crecieron a una tasa de 1.9%.

La reducción del déficit comercial es una noticia positiva para la economía


mexicana. Indica que la economía mexicana está ganando competitividad y que las
empresas mexicanas están exportando más bienes y servicios.

Sin embargo, es importante señalar que la reducción del déficit comercial se debe,
en parte, a la desaceleración de la economía global. La guerra en Ucrania, la
elevada inflación y los problemas de la cadena de suministro están afectando
negativamente a la demanda de bienes y servicios mexicanos.

En conclusión, la reducción del déficit comercial es una noticia positiva para la


economía mexicana, pero es importante seguir de cerca la evolución de los factores
que podrían afectar a la economía global en el futuro.

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