Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Docente: Alumna:
Isaura Peña Belén Marín
C.I: 28.607.198
Las fracturas coronarias constituyen las lesiones de origen traumático más frecuentes en
dentición permanente. Hoy en día se les considera un problema de salud pública, ya que además de
demandar esfuerzos en el ámbito educacional y preventivo, requieren tratamiento restaurador en el
paciente. La prevalencia de estos traumatismos varía entre 26 al 76% de las lesiones dentales y pueden
ocurrir en la infancia y en la adolescencia, aunque no es raro observarlas en la edad adulta. La aplicación
de un tratamiento rápido y adecuado es esencial para disminuir el daño ocasionado por el impacto y
prevenir la aparición de complicaciones. La restauración del diente afectado por el trauma constituye
una prioridad no sólo por su implicación estética y psicológica en el paciente sino por su valor biológico y
funcional para el sistema estomatognático.
1. Infracción de esmalte: Cuando se produce una fractura incompleta del esmalte (grieta o fisura),
sin pérdida de sustancia dental.
2. Fractura de esmalte: Cuando se produce una fractura con pérdida de sustancia dental pero
localizada en el esmalte.
3. Fractura esmalte - dentina: Cuando se produce una fractura con pérdida de sustancia dental
que abarca al esmalte y a la dentina, pero sin compromiso pulpar.
La respuesta a las pruebas pulpares suele ser positiva y la radiografía es muy útil para determinar el
tratamiento a realizar. Si el nervio está afectado es necesario un tratamiento de endodoncia.
A: Infracción coronal y fractura coronal no
complicada de esmalte.
➢ Epidemiologia:
Las fracturas coronales suelen producirse en los incisivos maxilares con una prevalencia del 96% con
respecto al resto de los dientes. Dentro de este grupo, los incisivos centrales se ven afectados en
aproximadamente el 80% de los casos con respecto a los incisivos laterales. De acuerdo a lo descrito en la
literatura el género masculino es el más afectado en una proporción 3,6:1,0 con respecto al femenino y
las edades más susceptibles están entre los 7 y 20 años.
➢ Diagnóstico:
➢ Fractura:
Los signos radiográficos se revelan por una banda radiolúcida perirradicular. Algunos investigadores
concluyeron que son más comunes las fracturas iatrogénicas que las ocasionadas por trauma.
➢ Tratamiento:
Las fracturas horizontales del tercio apical son las que tienen mejor pronóstico y
pueden repararse muchas veces conservando la vitalidad pulpar. Generalmente no hay
movilidad y el diente se encuentra asintomático y no requiere tratamiento. Las fracturas
horizontales del tercio cervical o gingival debido la movilidad del fragmento coronarlo y a la
facilidad con que pueden infectarse, tienen pronóstico reservado. El tratamiento inicial
consiste en reposicionar el segmento coronal (si está desplazado) y luego la estabilización del
diente para permitir la cicatrización del ligamento periodontal que brinda soporte al segmento
coronal. El grado de luxación y de movilidad del segmento coronal afecta el pronóstico, en
virtud e que cuanto más grave es la luxación, tanto menor será la probabilidad de lograr la
reducción de la fractura. Las fracturas horizontales del tercio medio tienen un mal pronóstico
por la dificultad de elegir qué fragmento conviene conservar, además de la formación
frecuente de bolsas periodontales.
➢ Conducto terapia
Los dientes sufren un ligero grado de movilidad dental fisiológica y dicha movilidad afecta en mayor
medida a los dientes unirradiculares, es decir, los que tienen una sola raíz. Esto se puede observar en
enfermedades como la periodontitis y el trauma oclusal, llegando a ser extremadamente perjudicial. El
desplazamiento de dientes se da por ciertas causas principalmente, y a continuación analizaremos
cuáles son las más comunes.
➢ La movilidad dental
La boca es un engranaje perfecto que está estructurada de una forma natural estratégica. Cada
pieza tiene su función y por eso, cuando se pierde una de ellas, la mordida adopta posiciones que en la
mayoría de ocasiones son incorrectas y dañinas con el objetivo de compensar la pieza o piezas perdidas.
Se genera un desequilibrio completo del aparato estomatognático al tratar de encontrar la mordida más
correcta posible.
Cuando existe una ausencia dental los dientes adyacentes y opuestos intentarán ocupar el espacio
libre y se irán inclinando poco a poco hasta encontrar el contacto perdido. Irán perdiendo anclaje poco a
poco, habrá movilidad e incluso podrán perderse. Finalmente, el cambio de posición de los dientes hará
que estos se articulen de forma incorrecta, apareciendo contactos indebidos y sobrecargas que
provocaran desgastes y dolor.
El diente posee lo que se denomina aparato periodontal que está compuesto por el hueso, el
ligamento periodontal y cemento. Muchos pacientes sufren un ligero grado de movilidad dental, esta
movilidad entra dentro de unos parámetros básicos. Bien es cierto que es movilidad va a afectar a los
dientes unirradiculares, es decir, a los dientes que tienen una sola raíz.
El desplazamiento de los dientes tiene fundamentalmente dos causas posibles: por un lado, la
existencia de un estrés inusual mientras se mastica, que se produce sobre el periodonto, es decir, sobre
el tejido que rodea la raíz del diente y lo fija a la encía. Este periodonto suele estar previamente enfermo
cuando esto se produce. Por otro lado, este desplazamiento también puede deberse a un traumatismo
sobre dicho tejido sano.
Una de las primeras razones por las que aparece el desplazamiento de dientes en pacientes es la
existencia de una higiene dental muy deficiente. El hecho de acumular sarro entre los dientes, va a hacer
que se cree un proceso infeccioso e inflamatorio que irá destruyendo e incidiendo sobre el hueso y los
ligamentos periodontales.
El bruxismo es otra de las razones por las que puede surgir este problema. La continua presión
que ejerce el paciente sobre sus dientes, va a crear un proceso inflamatorio que destruirá los ligamentos
periodontales y el hueso. La combinación de ambos factores podría ser definitiva para la aparición del
desplazamiento de los dientes.
En otra de las situaciones que se pueden encontrar problemas de la movilidad de los dientes, es en
el caso de pacientes embarazadas que presentan gingivitis o periodontitis. Este hecho unido a los
diferentes cambios hormonales que se sufren durante el embarazo hará que el tejido periodontal sea
mucho más delgado, haciendo más susceptible a proceso periodontales.
Un buen consejo es acudir a los profesionales para proceder a la eliminación temprana de los
cálculos dentales, de esta manera se evitará el avance en la destrucción de los ligamentos periodontales
y el hueso. Esto lo debe evaluar un profesional por lo que conviene visitar periódicamente la clínica
dental.
Llevar a cabo placas de mordida o la ferulización van a ser fundamental para poner solución al
problema de movilidad. En todos aquellos casos de enfermedad sistémica, lo primero que se debe tener
claro es que habrá que someterse a un tratamiento médico junto con el tratamiento odontológico.
Una de las mejores propuestas siempre es el tratamiento preventivo, es decir, mantener siempre
una buena higiene que impida debilitar la estructura de los dientes o encías y acudir a los profesionales
para mejorar ciertos problemas como el bruxismo desde el inicio, impidiendo que todo ello desemboque
en desplazamiento dental.
Las lesiones de origen traumático suelen ser frecuentes en la dentición primaria y constituyen en la
actualidad uno de los principales motivos de consulta odontopediátrica. Las estadísticas revelan que del
15 al 30% de la población infantil mundial menor de 3 años está afectada.
Las luxaciones dentarias en la dentición primaria son lesiones severas que pueden involucrar la
pérdida de los dientes afectados y son producidas por impactos de gran intensidad. Dentro de las
luxaciones que generan daño al ligamento periodontal se halla la intrusión dental considerada por la
mayoría de los autores como una Emergencia Traumatológica
La intrusión es sin duda uno de las más graves lesiones de luxación, lo que lleva a la necrosis pulpar
en el 96% de los casos de dientes con raíces completamente formadas. Por lo tanto, la endodoncia debe
hacerse lo más rápidamente posible para evitar la reabsorción e inflamación de la raíz.
Andreasen observó que el 100% de la necrosis pulpar se daba en dientes con ápice cerrado y el
62,5% en los dientes con ápice abierto.
Tronstad recomendó el tratamiento endodóntico de los dientes intruídos con ápice abierto en 1-2
semanas, evaluando la sensibilidad pulpar posteriormente con el frío.
Anteriormente se creía que el desarrollo en que se encontraba la raíz, nos daba el pronóstico sobre
el éxito del tratamiento. Actualmente se cree que es la profundidad a la que se encuentra el diente
intruído, la causa de la necrosis pulpar y de la supervivencia del diente.
Algunos estudios han demostrado que las intrusiones de hasta 3 mm tienen un pronóstico
excelente, mientras que incisivos con intrusión grave, mayor de 6 mm; el pronóstico es más
desfavorable debido a que se produce una reabsorción radicular inflamatoria y la necrosis pulpar.
No existe un consenso en cuanto al tratamiento más idóneo para la luxación intrusiva, por lo que se
sugieren diferentes técnicas que van desde la reerupción espontánea, reubicación quirúrgica seguida
inmediatamente por la retención y el reposicionamiento ortodóntico.
Kenny sugiere que la reducción quirúrgica (reposicionamiento inmediato) permite que el diente
pueda volver a su estado original (reposicionamiento pasivo) o reposicionamiento con tracción
(reposicionamiento activo).
Skieller también sugiere la reposición quirúrgica inmediata. Sin embargo, este tratamiento ha sido
asociado con una alta incidencia de anquilosis, necrosis pulpar y la pérdida de hueso marginal.
Según Ebeleserder una ventaja de la técnica quirúrgica es que puede ser fácilmente llevada a cabo,
por otra parte, devuelva a los tejidos adyacentes a la situación anatómica original, permitiendo la
reparación y hacer la endodoncia lo más rápidamente posible.
1. Reacción pulpar
En dientes con ápice cerrado es imposible la revascularización, pudiendo ello ocurrir en los dientes
inmaduros (más de 1 mm de diámetro apical). El proceso de revascularización, en resumen, se
produciría de la siguiente manera: en el tercer día después del reimplante se aprecian grandes lesiones
pulpares, sobre todo en la pulpa coronal (necrosis, desorganización de la capa de odontoblastos).
Siguiendo el módulo de reparación tisular, a las dos semanas el tejido afectado en la parte coronal es
reemplazado gradualmente por células proliferativas del mesénquima y por capilares, conduciendo a la
formación de una capa de nuevas células a lo largo de la pared dentinal, en las zonas donde los
odontoblastos habían sido destruidos.
Al mes se pueden observar fibras nerviosas regeneradas. Los vasos neoformados aparecen en toda la
pulpa. Si no es posible la revascularización, se va a producir la infección de la pulpa necrótica, que ocurre
en dos o tres semanas.
2. Reacción periodontal
Inmediatamente después del reimplante, se forma un coágulo entre las dos zonas del ligamento
periodontal seccionado. La solución de continuidad generalmente se encuentra en la mitad del
ligamento, pero puede ocurrir a nivel del cemento o en el hueso alveolar. Dos semanas después, la
herida está cicatrizada y las fibras de colágeno se extienden desde el cemento hasta el hueso. En este
momento se empiezan a observar procesos de reabsorción a lo largo de la superficie radicular, pudiendo
evolucionar a una nueva reparación con cemento (reabsorción superficial) o a procesos de reabsorción
inflamatoria o anquilosis.
El tratamiento de la avulsión es el reimplante, pero el porcentaje de éxito a largo plazo varía entre el 4 y
el 70%, ya que va a depender de las condiciones clínicas específicas de cada caso en particular.
El objetivo del tratamiento es evitar o disminuir los efectos de las dos grandes complicaciones, las del
ligamento periodontal y la pulpa. Las alteraciones celulares del ligamento periodontal no se pueden
evitar; sin embargo se pueden agravar según el tiempo y condiciones en que el diente esté fuera de la
boca (deshidratación), pues en medio seco el fibroblasto no vive más de una hora2. Si se consideran
seguras las complicaciones (por las condiciones que presenta el diente), hay que instaurar medidas que
frenen el proceso de reabsorción.
En los dientes inmaduros es posible la revascularización. En dientes con ápice cerrado la necrosis es
inevitable, por lo que las medidas terapéuticas deben ir encaminadas a eliminar la infección del
conducto radicular.
En resumen, los factores clínicos a tener en cuenta son: 1) tiempo que lleva el diente fuera de la boca
(período extraoral), 2) estado del ligamento periodontal (medio de conservación) y 3) grado de
desarrollo radicular.
Reimplante inmediato
Para obtener las mayores probabilidades de éxito es preciso que los fibroblastos se encuentren en el
mejor estado, pues al no estar irrigados pierden rápidamente metabolitos.
Por tanto, el factor que más repercute en el éxito es la rapidez en realizar el reimplante2-7. Hay que
procurar hacerlo en los primeros cinco a veinte minutos2,3. Si nos consultan telefónicamente es preciso
indicar a la persona que atienda al niño que si el diente está limpio debe reimplantarlo de la forma más
suave, sosteniéndolo por la corona. Si está algo sucio, hay que lavarlo con agua o suero fisiológico y a
continuación colocarlo en el alvéolo. Es prioritario atender al paciente en nuestra clínica con carácter de
urgencia.
Medios de conservación
1. Saliva, agua
El agua es el medio de transporte menos adecuado, pues al ser hipotónica desencadena la lisis celular. Si
el almacenamiento en agua es de más de veinte minutos provoca grandes reabsorciones radiculares. La
saliva no es muy idónea, tanto por su osmolaridad (60-80 mOsm/kg) y pH, como por contener gran
cantidad de bacterias. No obstante, si el diente se pone debajo de la lengua o en el vestíbulo bucal, los
fibroblastos pueden mantenerse vitales unas dos horas8. Pero tanto el agua como la saliva (por los
enzimas salivares y gérmenes) alteran la estructura del fibroblasto, por lo que no son aconsejables como
medio de transporte del diente4, aunque desde luego son mejores que hacerlo en seco.
2. Suero fisiológico
Tiene una osmolaridad de 280 mOsm/kg y es estéril, por lo que es un medio de conservación a corto
plazo aceptable, manteniendo la vitalidad celular de dos a tres horas. La temperatura de transporte no
juega un papel importante4.
3. Medios de cultivo
Los medios de cultivo celular, como el sobrenadante de cultivo de fibroblasto gingival9, que contienen
factores de crecimiento, son significativamente los mejores medios de conservación; pero al ser sus
disponibilidad tan escasa, casi utópica, quedan reservados al ámbito puramente académico, por lo que
su recomendación es poco realista.
4. Otros medios
Se han realizado estudios de la vitalidad celular con medios que podían ser más accesibles en el lugar del
accidente. Así se probó con bebidas, como el Gatorade® o soluciones conservantes de lentes de
contacto, pero se han considerado poco útiles, ya que conservan las células del ligamento periodontal
menos tiempo que la solución salina8.
➢ La ferulización dental
En algunos casos, los dientes con movilidad pueden ser tratados con un procedimiento conocido
como ferulización dental. Esta consiste en unir los dientes entre sí para aumentar su estabilidad. El
tratamiento de ferulización dental no duele y es de una alta eficacia.
Cuando dos o tres dientes, por ejemplo los incisivos inferiores que son unos de los primeros en verse
afectados por la periodontitis, presentan movilidad dental, se pueden unir a los dientes adyacentes más
estables.
Una técnica muy común es utilizar resina de relleno para sujetar los dientes que quedan unidos
por la férula. Esto se puede aplicar ya que una vez que están unidos son mucho más estables. Esto te
permitirá comer con mayor comodidad.
➢ Férula de resina: Se caracteriza por ser estética y fácil de realizar, pero frecuentemente se
fractura en el área interdental, ya que el material es frágil. Esta férula es rígida y por lo tanto
viola la demanda para la ferulización en la mayoría de los casos Además, debido a su similitud en
el color y la fuerza de adhesión al esmalte grabado, es difícil de retirar sin dañar la estructura
dental subyacente. En el caso que se coloquen puntos de resina a nivel interproximal en tercio
incisal se considera una férula flexible, férula recomendada en la guía de traumatología dental
de la Asociación Internacional de Traumatología dental del 2011.
➢ Fijación de alambre resina: Fue introducida en 1987 y desde entonces ha sido revisada y
probada tanto in vitro como in vivo.13 Una de sus ventajas principales es que la férula se
construye con materiales que generalmente están disponibles en el consultorio. Este tipo de
ferulización puede ser modificada fácilmente a una férula rígida cambiando la dimensión del
alambre o añadiendo resina a lo largo de la superficie vestibular de alambre hasta el espacio
interdental. Se recomienda el uso de alambres de ortodoncia 0,3 o 0,4 mm.
➢ Arco de alambre labial (Ridson): En esta técnica se utiliza un alambre de acero inoxidable que
será el alambre pivote (0,4mm), se realiza alrededor del cuello de un molar y se trenza,
midiendo previamente hasta donde será extendido en el arco. Luego se pasan alambres en cada
diente (0,3-0,4 mm) alrededor del cuello, cada uno de trenzado sucesivo en el alambre pivote
hasta alcanzar el molar de la hemiarcada opuesta; de esta forma el alambre principal o pivote
cumple la función de arco, para brindar la estabilidad y rigidez en segmentos alveolares
fracturados. La principal desventaja de este procedimiento es el daño periodontal y de la
mucosa bucal. Es utilizado como una alternativa de ferulización rígida ante la carencia de
materiales.
Modo de preparación
Cuando el hidróxido de calcio se usa como medicación temporal intraconducto, se emplean preparados
que no fraguan, y que se solubilizan y reabsorben en los tejidos vitales.
El vehículo más usado para ser mezclado con el hidróxido de calcio es el agua destilada, aunque entre
los más frecuentes también se encuentran la solución anestésica, clorhexidina, suero fisiológico,
paramonoclorofenol alcanforado, yodoformo y propilenglicol.
Para rellenar el conducto con hidróxido de calcio, se puede utilizar una pasta industrializada (ejemplo,
Calcipulpe®, Septodont®; Octocanal®, Clarben); o preferiblemente preparar una pasta en el momento
del uso, utilizando hidróxido de calcio puro, en polvo, disponible en casas comerciales o fabricado por un
laboratorio farmacéutico.
En este caso el hidróxido de calcio en polvo debe mezclarse con un vehículo acuoso, de los
anteriormente citados, hasta obtener la consistencia deseada. Para ello, debemos poner sobre una
loseta de vidrio esterilizada una pequeña cantidad de hidróxido de calcio puro, y a su lado, algunas gotas
de agua destilada.
Luego mezclar con una espátula lentamente los dos componentes, llevando paulatinamente el
polvo al líquido, hasta obtener una mezcla homogénea y cremosa.
Cuando se requiere prolongar la acción del hidróxido de calcio durante más de una semana,
como ocurre en los tratamientos de apicoformación, se recomienda un vehículo viscoso como el
propilenglicol o la glicerina.
En casos de hemorragias pulpares provocadas por la extirpación pulpar o por una sobreinstrumentación
del conducto durante la primera visita; se debe mezclar el hidróxido de calcio hasta conseguir una pasta
consistente y colocarla en la cámara pulpar, atacándola dentro de los conductos con la ayuda de una
lima embolada en algodón, fabricada por el profesional.
La pasta de hidróxido de calcio debe llenar por completo la totalidad del conducto, para ello es útil
realizar una radiografía de comprobación. El hidróxido de calcio puro no es radiopaco, por lo que
algunos autores recomiendan añadir a la mezcla de hidróxido de calcio una pequeña cantidad de
yodoformo, que aumentará considerablemente su radiopacidad para detectarlo radiográficamente.
También existen preparados comerciales de hidróxido de calcio con yodoformo (Metapex®, Metadental)
u otros que incorporan sulfato de bario para darle radiopacidad (Metapaste®, Metadental).
En los dientes en los que ha fracasado el tratamiento endodóntico, las bacterias más prevalentes son las
anaerobias facultativas, especialmente el Enterococcus faecalis; en estos casos se recomienda mezclar
una proporción de hidróxido de calcio con paramonoclorofenol alcanforado, obteniendo buenos
resultados.
Se realiza la introducción de la pasta acuosa de hidróxido de calcio en los conductos radiculares
mediante un léntulo preferiblemente manual (Handy lentulo®, Maillefer), o con una lima, llevándolo
hasta la constricción apical.
Algunos autores recomiendan que una vez se haya rellenado el conducto, se coloque una punta de
gutapercha del mismo calibre que el último instrumento utilizado, para evitar los espacios vacíos y para
facilitar el traspaso de una ligera cantidad de pasta más allá del foramen apical por su acción
antiinflamatoria, alcalinizante y antiexudativa.
Caliskan también apoya esta conducta en casos de lesiones crónicas con presencia de fístula (23).
Una vez llenado el conducto con hidróxido de calcio, debemos limpiar la cámara pulpar, colocar una
bolita de algodón y sellar adecuadamente la cavidad de acceso con un cemento temporal resistente,
como el IRM® de Dentsply Maillefer, ya que un mal sellado puede favorecer la filtración de saliva, la cual
inhibirá la acción del hidróxido de calcio, y esto llevará probablemente al fracaso del procedimiento.
Modo de empleo
Es difícil retirar la totalidad del hidróxido de calcio de los conductos en una segunda sesión, ya que
éste tapona los túbulos dentinarios dificultando el sellado (24). Se sugiere irrigar abundantemente con
hipoclorito de sodio al 2,5 por ciento. Después de esto colocar EDTA líquido (EDTA solution®, Pulpdent)
(Figura 8) (25) con una pipeta (Figura 9) y dejar que actúe durante 5 minutos y realizar una última
irrigación con hipoclorito de sodio, para remover la pasta de hidróxido de calcio remanente, y propiciar
así las condiciones óptimas para la obturación definitiva del conducto.
➢ TÉCNICA DE FRANK
Como material de obturación temporal se sugiere una pasta de hidróxido de calcio, debido a su
rápida disponibilidad, la simplicidad de preparación y la facilidad de eliminación. El hidróxido de calcio
también tiene la ventaja de no provocar problemas si el exceso de material pasa hacia la zona periapical,
puesto que puede reabsorberse. No obstante, se han obtenido resultados satisfactorios comparables
con otras pastas y medicamentos; por lo tanto, es relativamente poco importante qué medicación o
pasta se utilice.
Es importante colocar la obturación del conducto radicular tan pronto como se han efectuado el
desarrollo y el cierre apicales. A pesar de que la pasta de sellado absorbible es adecuada para reducir el
espacio del conducto y sus contaminantes, debe reemplazarse por una obturación permanente para
prevenir la posible recidiva de patología periapical. La gutapercha es la obturación no reabsorbible del
conducto radicular de elección. La terapia no se considera finalizada hasta que se ha logrado un
desarrollo apical adecuado y se ha colocado una obturación permanente del conducto.