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AMORCITO

yueuna)
Olenka, la hija del asesor d colegio retirado Plemiánnikov,
del pórtico,
estaba senta
pensativa, en un
peldaño
insistían en
en el patio
Hacía
casa.
calor, las moscas molestar y resul-
su
la noch ya estaba cerca. Desde el este
adable pensar que
vanzaban oscuras nubes y, de vez en cuando, llegaba una brisa
húmeda.
del patio, mirando al cielo, estaba Kukin,
De pie, en medio
diversiones Tívoli, quien se hospedaba
empresario del parque de
pabellón de la casa.
en un
habrá lluvia!
-Otra vez!-decía con desesperación-. jOtra
vez
Como si fuera a propósi-
Todos los diías llueve, todos los dias!
tremendas
Es la muerte! ;Es la ruina! ¡Todos los días tengo
to...
pérdidas!
Agitó los brazos y prosiguió, dirigiéndose a Olenka:
-Ya ve usted, Olga Semiónovna, cómo es nuestra vida. /Es
para llorar! Uno trabaja, se afana, sufre, no duerme de noche,
ensando en la manera de mejorar las cosas y todo. para que
For un lado, es el
público, ignorante y salvaje. Le doy la meo
interesa eso
Ea, la magia, excelentes cupletistas, pero /le
307 Lo entiende acaso? No, lo que el público necesita esu
f de teria. jQuiere vulgaridades! Por otro lado, mire usted e
el diez
dempo. Casi todas las noches llueve. Desde que empezó,tambier
may siguió lloviendo
en junio, jes algo terrible! sin parar todo
El público
el mes y luego
no viene. y sin embargo el
aTrendamiento, lo pago o no? A los actores, /les pago o no?
tardecer del día siguiente el cielo volvióa nublarse y Kukin
uecia con
risa histérica:
queMuy bien!... i0 se inunde
todo el pargue y
me ahog iQue llueva! ;Que suerte
en estc
lmismo! Ya sé que no voya tener
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CUENTOS cOMPLETos. AMORCITO
ANTÓN CHÉJOV
mundo ni tampoco en el otro... iQue los actores me
tampoco
el juzgado! ;Que me manden a Siberia a los trabajosdemanden
j A m o r c i t o !
pero c o m o llovió el día de la
ante
lleven al cadalso! /Ja, ja, ja! forzados Era surostro no cesaba de trasuntar un aireboda
Janoche,
Era
dich
de desesperación.
y también
por
Que me
Al tercer dia sucedió lo mismo... Olenka. las cosas marcharon bien.
de la boda
escuchaba a| Kukin
en silencio, con expresion seria, y a veces las lágrimas a k i n
Después
pesp el
Ella atendia la
aba el orden en parque, anotaba los gastos,
sus ojos. Al final, las desgracias de Kukin la decaja,pagarlos ueldos, y sus mejillas rosadas, junto se
con su ocupaba
ingenua
a
terminó enamorándose de el. Era flaco, de baja estatura comovier y radiante fugazmente ya en la ventanilla de
sonrisa, aparecían
de
amarilla y el cabello peinado sobre las sienes; hablaba eco cara y
boletería, ya
entre bastidores, ya en el bufetvntanilla
débil vocecita de tenor y al hablar torcia la boca; en su cara
la b
decir empezabay loa
ya
a sus onocidos que lo mas notable, lo más importante
siem-
pre estaba reflejada la desesperacion, y a pesar de
todo, suscitá cesario que había enel mundo era el teatro y que solo en
en Olenka un sentimiento el teatro uno podía obtener el gozo auténtico y llegar a ser culto
autentico y prorundo. Constantemente
ella amaba alguien y no podia vivir sin ello. Antes amaba s
a
a y humano.
papá, que ahora estaba enfermo y pasaba el tiempo sentado en Pero 1acaso el público es capaz de entenderlo? -decía ella-.
su sillón, a oscuras, respirando con dificultad; luego amaba a su Lo que él necesita es teatro de teria. Anoche poníamos en escena
tía, que vivía en Briansk y los visitaba una vez cada dos años; v Fausto al revés y casi todos los palcos estaban vacios; si Váne-
antes aun, cuando era alumna del colegio, amaba a su chka y yo hubiéramos ofrecido alguna obra vulgar, puedes estar
profesor
de francés. Era una señorita apacible, bondadosa y compasiva, de seguro, el teatro habria estado repleto. Mañana Vánechka y yo
mirada mansa y tierna; tenía buena salud. Mirando sus llenas y representaremos Orfeo en los infiernos. ¡Venga usted también!
sonrosadas mejillas, su blanco y suave cuello, que tenía un lunar, Todo lo que Kukin decía sobre el teatro y los actores, lo re-
su ingenua y bondadosa sonrisa, que aparecía en su rostro cuando petía ella también. Igual que él, despreciaba al público por su
ella escuchaba algo agradable, los hombres pensaban: «Si, no está indiferencia hacia el arte y por su ignorancia; intervenia en los
mal.., y sonreían también, mientras que las damas no podian ensayos, dando indicaciones a los actores; vigilaba la conducta
contenerse y, en plena conversación, la asían de la mano y excla* Ge los músicos, y cuando el periódico local publicaba alguna nota
maban, contentas: STavorable al teatro, ella llorabay más tarde iba a la redaccion
-iAmorcito! a pedir explicaciones.
La casa que habitaba desde el día de su nacimiento y que enc OS actores la querían y la llamaban «Amoreito» y
testamento estaba anotada se hallaba en un exu
«Vanechka
a su nombre, or las
am u vez ella los compadecía y les daba pequenos pres
de la ciudad, en el arrabal
gitano, cerca del parque tamos, ycuando la engañaban a veces, lloraba a escondidas, sin
noches, al oír la música y el estallido de los cohetes, ellaimagu
fron-
quejarse a su marido.
a Kukin
desafiando a su destino y acometiendo en ataque
un Tambiénnvierno las cosas marchaban bien. Arrendaron
tal contra su
principal enemigo: el indiferente público; su l,
cora
el teatro de la d lo alquilaban por
eriodos hres ciudad por
la
latía e, a
periodos por toda la temporada y
con
nddrugada,
dulce ansiedad, ahuyentando el sueño, y cuando golpeat breveslocales.
los aficionadosI
aficionad ya al elenco
Olenkaucraniano, prestidigitador, ya
engordabayayalresplandecía
a
de satis-
regresaba a casa, ella, desde su dormitorio, rle. a
suavemente en la ventana le sonreía con n,
travésde las cortinas, más
y carino,su
pidió
pidió
su
mientras
Se quejaba tornaba más flaco y
Kukin se pérdidas,
de lasquetremendas aunque durante todo el
más amarillo
que la cara y un hombro. sus abros
mano y se casaron.
Y cuando vio mejor su cuello y hom Viemo las cosas iban bastante bien. Por las
Sas noches tosia y
ella
redondeados y sanos, levantó los brazos
y exclamo
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CUENTOS COMPLETOS. AMORCITO
ANTÓN CHÉJOV
le hacía beber té de frambuesa y de tilo, le frotakn Olenka
rotaba el pecho meses espués, regresaba un día de misa,
agua de colonia y lo envolvia en sus suaves chales, o Con
con
Tres
cAa de
stida de
luto.
riguroso casualidad,
Andreich Pustovalov,
caminaba a su ladotriste,un
Lindo mío! -le decía con absoluta sinceridad. Vasili And
cabellos- ;Lindito mío! alisándoleellos
Vasili
vecino suyo, mercader encargado del
del mercader Babakaiev. lambiên élsalía depósito
maderas de la
a iglesia:
Durante la cuaresma Kukin viajó a Moscú para de sombrero de paja y un chaleco blanco iglesia;
formar la çco levaba un
Ilevaba
con cadenita
terrateniente que un comerciante. de
pañía y ella no podia dormir sin él y pasaba las noches junto a más parecia
un
ventana, mirando las estrellas. En aquelos la tiene su orden, Olga
Semiónovna nuestrosen tono
posado y con ompasión en su voz-. Si alguno de-decia
momentos se -Cada
cosa
raba con las gallinas, que tampoco duermen de noche compa intimos
re-
y se
intranquilas, si el gallo no está en el gallinero. Kukin s sie nten Dios lo desea asi,
Kukin se den muere
e s porque y en estos casos
debemos
en Moscú, le escribió que pensaba volver para la
Semana Santa recordarlo y resignarnos.
y en sus cartas ya hacía disposiciones con respecto a Tívoli. Después de acompañara lenka hasta la puerta de su
en víspera del Lunes Santo, a avanzadas horas de la noche
Pero sedespidió y siguió su camino. Durante el resto del dia, sucasa,él
repo-
S0-
naron derepente lugubres golpes en el portón; alguien golpeaha voz resonó en los oidos de Olenka y apenas cerraba ella los
el postigoy este retumbaba como un tonel: ¡bum! ojos se le aparecia su oscura barba. Por lo visto, ella a su vez le
¡bum! tbumt
La somnolienta cocinera corrió a abrir la puerta, causó impresión, ya que poco tiempo después fue a visitarla una
chapoteando en
los charcos con los pies descalzos. seora de edad, a quien ella apenas conocía y quien, no bien se
por favor! -decía del otro lado del portón una sorda
-jAbra, habia sentado a la mesa, se puso a hablar sin tardanza acerca de
voz de abajo- jUn telegrama! Pustovalov, en el sentido de que era una persona buena y seria y
También antes Olenka recibía telegramas de su marido, pero que cualquier mujer estaria muy contenta casándose con él. Tres
esta vez, sin saber por
qué, se quedó atönita. Con manos temblo- dias más tarde el mismo Pustovalov le hizo una visita; se
abrió el
quedó
rosas telegrama y leyó lo siguiente: poco tiempo, unos diez minutos, y habló poco, pero Olenka lo
«lván Petrovich falleció hoy súbitamente coratán esperamos quería ya, lo quería tanto, que no pudo pegar ojo en toda la noche,
disposiciones tepelio martes». ardía como si tuviera fiebre a la mañana
Asi estaba en el telegrama: «tepelio» y una palabra incom
y siguiente mandó llamar
a
la señora de edad. Al cabo de poco tiempo se comprometieron;
prensible «coratán»; la firma era del director de la compañia de luego celebraron la boda.
operetas. Despues del casamiento las cosas marcharon bien. Habitual-
iPalomito mío! -exclamó entre sollozos Olenka-. ¡Vánechka, uente el permanecía en el depósito de maderas hasta la hora de
querido mio! Para qué te habré yo encontrado? Para que tc
umorzar, luego iba a hacer diligencias y lo reemplazaba Olenka,
habre yo conocido y amado? Y por qué dejaste sola a tu poDre
desgraciada Olenka? Aucdaba en la oficina hasta la noche, escribiendo las cuentas
y
despachando las mercaderias.
El sepelio de Kukin se realizó el martes, en Moseu, en
menterio de Vagankovo; Olenka regresó a casa el miércoles
-El precio de la madera sube ahora cada año un veinte por
iento -decía
enzó a ella a los compradores y a sus conocidos-Figurese,
apenas entró en su dormitorio cayó sobre la camay antes
cinas vendíamos maderas locales, pero ahora Vánechka tiene que
llorar en voz tan alta
que se la oía en la calle y en las
casas
vecinas.
v1ajartodos los años a las provincias de Moguilev para Duse
-iAmorcito! -decían las vecinas, persignandosc .¡Y qué tarifas!-exc.
xclamaba, cubriéndose ambas mejillas
Olga con las
Semiónovna, jcómo se desespera la pobre: manos, señal de
en
terror-. Qué tarifa
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CUENTOS COMPLETOS. AMORCITO
ANTON CHÉJOV
Le parecía que desde tiempos remotos: bien, gracias a Dios -decía Olenka a sus
dedicaba a -Estamos
v i v a n com conocidos-.
en madera, que
lo más importantey lo más
necesario en la Comerciar
vida era que
todos sotros!
la madera y que había algo
íntim y conmovedor Ojalá valov partia a la
provincia de
traer madera, ella lo extrañaba mucho, no podía Moguilev
en la Cuando P u
estaca, tabla, listón, alfarjía, rollizo,
, tirantillo,
coste palabras.
ero...Por la visital el
dormir porpar:
las
las noches soñaba con montañas enteras de tablones noches, llora aba. A veces
veterinario militar
con interminables caravanas de carros que
y de
transportaban
tirante que
hombrejoven, o jugaba
alquilaba un pabellón de su casa. LeSmirmin
ne alquilaba
contaba
mad
a largas distancias; Sonaba que todo un regimiento de tronoa ella a los
historia
naipes y esto la divertia.
tamaño de doce porcinco, atacaba el depósito de mader , del Iguna ate interesantes resultaban los relatos de su
Especialmer
estaba casado y tenía un hijo,
propia
acción de guerra, y que los troncos, las vigas y los coster familiar; pero se hallaba sepa-
eros vidade su mujer porque ella lo había engañado; ahora la odiaba
golpeaban, emitiendo el sonoro ruido de madera seca: todos.caíanse doenviaba
de
v de nuevo se levantaban encaramandose unos sobre
otros: Olenia sualmente cuarenta rublos para la manutención
mensua
yle
I niño. Escuchándolo Olenka suspiraba y meneaba la cabeza,
dejaba escapar un gritose y despertaba, mientras
Pustovalov lee deln
decía con ternura: sentia lástima por él.
y
-Olenka, qué tienes, querida? jPersígnate! iQu
Que Dios guarde a usted! -decía, despidiéndolo, mientras
Sus pensamientos eran los mismos que los de su marido. lo acompañaba con la bujia hasta la escalera-. Gracias por haber
Si
él opinaba que en la habitación hacia calor o que los compartido mi aburrimiento y que la Reina de los Cielos le dé a
negocios
marchaban con cierta lentitud, lo mism0 pensaba ella. Su marido usted mucha salud...
no era afecto a las diversiones y en los diías festivos se
quedaba Imitando a su marido, se expresaba siempre en forma digna
en casa; ella hacía lo mismo. yjuiciosa; el veterinario desaparecía detrás de la puerta, cuando
-Ustedes siempre están en casa o en la oficina -les decían sus ella lo llamaba para decir:
conocidos Por qué no van alguna vez al teatro o al circo?
-Vánechka y yo no tenemos tiempo para ir al teatro -respondiía
-Sabe, Vladímir Platónich, deberia usted de hacer las paces
con su mujer. Debería de perdonarla, aunque sea por el hijo... El
ella con dignidad. Somos gente de trabajo y no estamos para estas chico, seguramente, ya entiende todo.
cosas. Y además, qué hay de bueno en estos teatros? Y cuando
regresaba Pustovalov, le contaba a media voz acerca
Los sábados iban a oír las Vísperas, los días de fiesta a misa y, del veterinario de su desdichada
y vida familiar, y los dos suspi-
regresando de la iglesia, caminaban juntitos, con rostros enterne Faban, meneando la cabeza, y hablaban sobre el chico, que, se-
cidos; los dos olían bien y el vestido de seda de ella producia un
Suramente, extrañaba a su padre; luego, por un extraño correr
con
agradable murmullo; en casa tomaban té con pan de leche y pensamiento, ambos se colocaban ante los iconosy, hacienao
toda clase de dulces, luego comían un pastel. Todos los dias, a
mediodia, en el patio de la casa y aun en la calle flotaba un sabros
POnundas reverencias, rogaban a Dios que les mandara hijos.
I asi
vivieron los Pustovalov en paz, en amor y en
olor a
borsch, cordero asado o pato; en los días de vigilia ode cu
Anta durante seis años. Pero una vez, en invierno, Vasili
pescado y no se podía pasar cerca del portón sin sentir ganas Andreich, después de beber té caliente en el depósito, salió sin la
comer. El samovar en la oficina
do y a los clientes se les convid
siempre estaba con agua
hirvien
a téy rosquillas. Una vezpor
gorraTa a despachar madera, cogió frío y cayó enfermo. Lo atendian
los
nejores médicos la enfermedad se impuso y
murió al cabo de de la dad, pero
m i n a n d o
Semana los esposos iban a la casa de baños y volvian caml viuda.
ses. Y de nuevo Olenka quedó
cuatro meses.
Juntitos, los dos con rostros colorados.
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CUENTOS COMPLETOS. AMORCITO
ANTÓN CHÉJOV
olódechka, y de quéquieres que hable?
-Porqué me has abandonado, palomito mío?_soll. a con lágrimas en lOs
Duésdel entierro-. Cómo voy a vivr ahora sin ti, solay desgra Ylo abrazaba ojos, suplicándole que no
os eran dichosos.
ciada? Buena gente, tengan piedad de mí que soy una
enojara, y ambos
Llevaba vestido negro con crespones y desechó para- huérfana.. ero,
esta dicha
no fue
larga. El veterinario se había ido
sombrerito y los guantes; salia pocas veces y solo lo haciasiempr imiento, se habia ido para siempre, ya
regimier
su
el
regimiento había sido trasladdado muy lejos, poco menos que
con
la iglesia oa visitar la tumba de su marido; vivía en s para ir Jjunto que a
una monja. Y solo al transcurrir seis meses, se quitó los crecnComo Y Olenka quedó sola.
Giberia.
y comenzó a abrir los postigos
de las ventanas. A veces se crespones
la veia ir Esta vez estaba ya completamentesola. Su padre hacía tiempo
al mercado con su cocinera, pero cómo vivía ahora en su casav que había muerto y su sillón; hallaba tirado en el desván,
pasaba ahora alli, de eso solo podian hacerse conjeturas. Algumn eto de polvo y con una pata menos. Ella estaba más delgada
cubierto.
por ejemplo, adivinaban algo porque la habían visto tomar el bella, y en la calle los transeúntes ya no la miraban como
ymenos
sonreían; por visto, habían pasado ya sus mejores
lo
en su pequeño jardín, en compañia del veterinario, quien le leia s ni le
antes
el periódico en voz alta, y aun porque, al encontrarse en el comeo Has se había quedado atrás, y comenzaba ahora una nueva vida
aios,
con una dama conocida, Olenka le había dicho: desconocida, en la cual mejor era no pensar. Al anochecer, Olenka
-Nuestra ciudad carece de un adecuado control veterinario y se Sentaba en el pórtico y desde el Tívoli llegaba a sus oidos la
esta es la causa de muchas enfermedades. En todo momento se oye núsica y el estallido de los cohetes pero eso ya no suscitaba en
hablar de que la gente se enferma por causa de la leche y porque ela ninguna clase de ideas. Paseaba su mirada indiferente por el
se contagian de los caballos y de las vacas. En realidad, hay que patio vacío, sin pensar ni desear nada, y luego, al llegar la noche,
cuidar la salud de los animales domésticos de la misma manera ba a dormir; en los sueños se le aparecía su patio desierto. Comia
como se cuida la de las personas. ybebía como por obligación.
Pero lo fundamental, y lo peor, era no tener ninguna opinión.
Repetía las ideas del veterinario y sobre cualquier asunto tenia
Ela veia los objetos que la rodeaban y comprendía todo lo que
ahora la misma opinión que tenía él. Era evidente que no podia pasaba alrededor de ella, pero no podía formar su opinión sobre nin-
pasar ni siquiera un año sin cariño y que encontró su nueva dicha
gin asunto ni sabía tampoco de qué hablar. ;Y qué terrible resulta
en un ala de su propia casa. A otra mujer en su lugar la hubieran
Juzgado con severidad, pero nadie podia pensar mal de
Olenka,
oSI tener ninguna opinión! Se ve, por ejemplo, una botella en pie, o
pues todo era muy claro en su vida. Ni ella ni el veterinario reve csta lloviendo, o bien un muzhik está
viajando en su carro, pero
laban a nadie el cambio que se había operado en sus relac a que está allí la botella o la lluvia, o el muzhik y que sentiao
en, eso ni se sabe ni se sabría explicar, aunque le dieran a uno
mas aun, trataban de ocultarlo, pero no lo lograban, ya que en
no podia tener secretos. Cuando lo visitaban los colegas del eg blos. En los tiempos de Kukin y de Pustovalov y más tarde
e la
miento, ella, sirviéndoles el té o la cena, se ponía a el veterinario Olenka podía explicarlo todoy hubiera po
la ciudad. ar Su opinión sobre cualquier:asunto, ahora, en cambio, sus pensa-
peste de los vacunos, de la perlesía, de los m a t a d e r o s de z reti
mientras que él se sentía terriblemente confundido y, ientos ysu
s corazón patio. Y sentia
rados los visitantes, la cogía por la mano y le susurraba, en0
und miedo amargura, estaban tan
y
desiertos
comido ajenjo

como su
hasta hartarse.
como si hubiera
entiendes! Cuan co a poco, la ciudad se ensanchaba en todas direcciones;
iTle he pedido ya que no hables de lo que no
or de
Dal gitano donde antes
tenían
do
los veterinarios conversamos entre nosotros, hazi era una calle, y en el sitio
crecieron
no entrometerte. jAl final, esto ya resulta tedioso! de madera,
Ela lo miraba, sorprendida y alarmada, y le preg
intaba: edificios yseparque Tívoliredy de callejuelas.
una

depósitos
los
Cuán rápido
corre
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CUENTOS COMPLETOS. AMORCITO
ANTÓN CHÉJOV
el tiempo! La casa de Olenka se tornó más oscura. nar que no toma mi casa?;
oscura, el mío, y iAcaso no Olenka
vivir? Ay Dios, Si yo no pienso cobrarles... -se agitó sirve
s
paray
Oxidado, el cobertizo tiende a inclinarse hacia un cost techo está
Ustedes vivirán aqui.., para mí
ortigas. Latodo el
vivir?
Usted
patio exterior se halla cubierto de malezay de volvid a
llorar-.
es
suficiente el
Olenka está más vieja y más fea; en verano permanece Qué alegría, Dios mío!
el pórtico, y su alma, igual que antes, está vacía; tada en abellon. siguiente
abellón.
ya estaban pintando el techo y
solo hay Al diade la casa y Olen blanqueando
las
queda sent:ela
paredes en jarras, andaba por el patio dando
un tedio y un leve sabor a ajenjo. En invierno ella se
junto a la ventana, contemplando la nieve. Y cuando órdenes. Sui astro estaba iluminado por su antigua sonrisa, y toda
de primavera, cuando el viento trae el tañido de las llegauns
camnanags de parecía y nozada, como si se hubiera
animada
despertado
la catedral, y los recuerdos del pasado de golpe invaden deun largo sueño..Llegó la mujer del veterinario, una dama flaca y
su mente
corazón oprime dulzura y le hace a de cabellos cortos y cara caprichosa, acompañada de Sasha, un
su se con
derramar abundan
lágrimas, pero solo por un instante; luego vuelve el vacío y unn nião regordete, de claros ojos azules, con hoyuelos en las meillas
no sabe para qué vive. Bryska, la gatita negra, wCUva DOca estatura no correspondia a su edad (tenía nueve años
buscando mimos
ronronea suavemente, pero estas caricias gatunas no cumplidos). Y apenas entro en el patio, el chicuelo se puso a correr
conmueven
a Olenka. Acaso es esto lo que ella necesita? Si tuviera un tras la gata y no tardó en oírse su risa alegre.
amor
que se apoderara de todo su ser, su alma, su mente; que le diera Tia!.. es suya esta gata? preguntô a Olenka-. Cuando
ideas, dirección a su vida; que calentara su sangre aletargada...Y tenga crías, regálenos, por fàvor, un gatito. A mamá le dan mucho
ella echa a la negra Bryska de sus rodillas, diciéndole con fastidio: miedo los ratones.
Vete, vete... ¡Nada tienes que hacer aqui! Y así, día tras dia, Olenka conversó con él, le hizo tomar el té y sintió de repente
año tras año, sin ninguna alegría y sin ninguna opinión. Con o que entraba un calor agradable en su pecho y que su corazón se
que decía Mayra, la cocinera, estaba ya todo dicho. oprimía dulcemente como si el chiquillo fuese su hijo. Y cuando,
anochecer de un caluroso día de julio, cuando por la calle
Al por la tarde, él estaba haciendo los deberes en el comedor, ella lo
aban un rebaño y nubes de
polvo llenaban el patio, de pronto miraba con ternura, susurrando:
alguien golpeó en el portón. Olenka misma fue a abrir y apenas Palomito mío.., lindito... Chiquillo miío, qué inteligente
miró al visitante quedó atónita: en la calle estaba el
veterinario que eres, qué
blanquito!
Smirnin, ya canoso y vestido de civil. De repente ella recordó todo e llama isla a una porción de tierra -leyó el chico-rodeada
de
y, Sin poder contenerse, rompió a llorar y apoyó la cabeza sobree agua por todas
partes.
pecho de él; sin decir una palabra, presa de una fuerte agitaco e lama isla a una porción de tierra... -repitió ella, y era
no se
dio cuenta cómo habían entrado en la casa y cómo se
habían esta la primera
sentado a la mesa para tomar el té. de tan
etantos opinión suya expresada con seguridad, despues
años de silencio de vacío en la mente.
iPalomito mío! -murmuraba, temblando de alegría- jvnu Yya y
tenía sus opiniones y durante la cena conversaba con los
mir Platónich! De dónde lo Dios?
trae
padres de Sasha acerca de las dificultades que los niios tenian
Quiero instalarme aquí definitivamente
Pasé a
-contaba él-.
estable.

ahoralapara
instrucei4
estudiar en los colegios, recalcando que, apesar de
retiro y quiero vida libre y
probar suerte aquí; anhelo una
clásica por cuanto
Además, ha llegado el momento de mandara mi hijo al colegio.
ie, Sabe sabe:

elclegio
olegiepara
ofrecíaOntodas las perspectivas:
mejor que launo
era
podía estudiar luego
profesional,
secundaria. Ha crecido. Me he reconciliado mi mujer, mo
para
Sasha empe médico
con
una hosteria.
osteria,
iY dónde está ella? Olenka. -Está en
que para ingeniero. Karkov,
-preguntó
junto con mi hijo, mientras yo ando buscando un apart.
ento.
para ar apezó a ir al
su hermanacolegio.
Su madre había ido
y no volvía; su padre partía todos los
a
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CUENTOS C O M P L E T O S . A M O R C I T O
ANTÓN CHËJOV
solia vida, l a daría
ar con satistacción, con
lágrimas de alegri
rebaños y pasar afuera
días a inspeccionar
parecía a Olenka que Sasha queda
ra v a
completamente
varios dias, y le uno a saber porqué... Por
Vaya
de sus pandona- compañar a Sasha al
colegio, regresa
do, que era un extraño en casa
y que se padres oria de atisfecha, sosegada, llenade
amor, su rostro,
a
casa, sin
hambre; y ella lo trasladó
a su pabellón y lo acomodó alli apresurarse
sati
rejuve-
en mo año y medio, sonrie, radiante; los
pequeña habitación. necio
satisf
sienten y le dicen:
transeúntes,
Hace ya medio año que Sasha vive en su casa. Todas le enos días, Olga Semiónovna! Cómo le va, amorcito?
mirándola,
ma-
ñanas Olenka entra en su cuarto, el niño duerme profundamo
-Ahora ya no es tan fácil estudiar en el colegio -cuenta ella
te, sin respirar, apoyando la mejilla en una mano. Le da lástin
stima en el m e r c a d o -
Figúrese, ayer, en primer año mandaron tantos
despertarlo. deberes: una traducción del latin, un problema y una fåbula
-Sashenka, Sashenka! -le dice tristemente-. ¡Levántate de
pa- es facil para un chico?
lomito! Es hora de ir al colegio. memoria...Acaso
ella se pone a hablar de los deberes, de los profesores, de los
El muchacho se levanta, se viste, dice una oración y se sienta a
Sasha.
mismo dice
tomar el té; bebe tres vasos de té y come dos rosquillas y la mitad manuales, diciendo lo que
de un pan francés con manteca. Aún no se ha despertado del todo Después de las dos almuerzan juntos; al anochecer, juntos hacen
bs deberes y lloran. Acostándolo en la cama, lo santigua larga-
y está de mal humor.
-Sashenka, no conoces la fábula de memoria; no la has aprendi- mente y susurra una oración; luego, acostada ella misma, piensa
do bien-dice Olenka y lo mira de tal manera, como si lo despidiera en aquel lejano y nebuloso füturo en que Sasha, teminados sus
para un largo camino-. Estoy preocupada por ti. Trata de estudiar estudios, será algún día médico o ingeniero, tendrá una gran casa
bien, palomito... Hay que obedecer a los profesores. propia, caballos y carruajes; se casará y tendrá hijos.. Ella se
-¡Ya lo sé, ya lo sé! -dice Sasha. duerme, pensando siempre en lo mismo, y de sus ojos cerrados
se asoman las lágrimas y se deslizan lentamente por las mejillas. Y
Luego él va por la calle al colegio, pequeñito, pero con una
la gatita negra está recostada cerca de ella y ronronea:
gorra grande y con un cartapacio a la espalda. Tras él, camina
sigilosamente Olenka. -Mur..., mur..., mur.
De repente se oyen fuertes golpes en el portón. Olenka se des
Sashenka-a-a! -lo llama.
El se vuelve y ella le pone en la mano un dátil o un carame0 Era y el miedo le corta la respiración; su corazón late con fuerza.
Al doblar por el callejón en que está el colegio, el chico stet medio minuto y vuelven a resonar los golpes. «Debe serun
lenta; ama de Karkov -piensa ella, y todo su cuerpo empieza
vergüenza de ser acompañado por una mujer alta y co1pu
vuelve la cabeza y dice: L a madre quiere que Sasha vaya a vivir con ella, en
-kegresa a casa, tía; a partir de aquí ya llegaré solo. hasta . Dios mío!». Está pres de desesperación; la cabeza,
los pies en toao ci
la se detiene y lo sigue con la mirada, sin pestanealcon mund as manos se le ponen fríos y, al parecer,
que el chicuelo desaparece en la entrada del colegio. jAh, un min
no hay persona mas desdichada que ella.
Pero transcurre
del
tan pron
quiere! Entre sus cariños anteriores ning había sido mas, se que regresó
el veterinario
desinter club. «Ah bue oyen voces es
ella. Poco a
do, nunca su alma se había sometido de a Dios», piensa
tan manera
no, es nada, gracias
poco cae
Z más
tan abnegada y tan placentera como ahora, al tomar eeerd
I
peso de |uien a sentirse
bien; se acuesta
Iensa en Sasha, su corazón y vuelve
duerme profundamente en la habitación
incremento su que daria
sentimiento maternal. Por este chiquillo, ella ina y, de
extraño, por los hoyuelos de sus mejillas, por su gorra,
vez en
cuando, dice en sueños:
Te voy a dar! ¡Vete! No me ques!
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