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El senor queri a morir
~
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ril o alfo mbras, sillas dignas d- .
, 111 rer
esante que un par de ojos que dicen v. ocul tan
\11 uebles de es ' / 1 1b t Ur J11a.5 J lieta sabía hacer arte con una simple mir ~~
. l ulru ras de marmo y a a astro, CUad . la vez, u . a~
rrasero rea , ese d 1 /. re,. a e supango que no era voluntano. Mi hermano Fe-
rque don e os paJaros se despa h
originales, un Pª . . / e a.
sus trinos, goq eos, p1op1os. Lo rnás s· li , el pintor (frustra do ) de 1a .fam il 1a,
aunqu · c~uetea con el
ban a gusro co n . 1n.
specie de estatua de madera algo n,~ pe arniento de que todo arte es mvoluntano, una necesi-
gu lar era una e •• 14\
ido un metro ochenta- y más ancL ::más bien orgánica de quitarnos de encima ideas y vi-
a1ra que yo - m iJJ
- pec,o cien kilos, sin zapatos-, que representaba aun . ue de otro modo, se descompondrían en nuestra
s10nes q '
samurái. Vestía como uno de ellos y su peluca lleva~ recordando rodas las veces que me pidió plata
rnente. Yo ,
la típi ca coleta. El dueño de casa yacía a tres pasosdt! me:,
para llegar a fin de les digo~ mis sobrinos: "Hay que
fiero guerrero. estudiar y tendrán mas herramientas para que no se les
Hi ce mi trabajo, rodeado de agentes de la División pudra la cabeza" ("como a su padre Felipe", aunque esto
Homicidim, mientras Julieta Bencombinato, la secreta- último no se los digo). Hay que ver cómo me escuchan.
ri a de Malvesruto, me esperaba en la cocina. Me reuní - Por cierto, la estatua es una obra interesante - dije,
con c:ll a antes de irme. para estirar un poco la charla.
Era un a chi ca cortés, que hablaba lo necesario ~ - El señor la compró en un viaje a Japón, después
cada tanto sc: comía las uñ as. Usaba anteojos con mar· de visitar la muestra de un artista excéntrico, Kenzi
cos de un color turquesa suave, que le daban un roque Iwate, en la ciudad de Kobe. Kenzi se inspiró en unos
dc: exótica di(,tinción. autómatas de madera que se hacían en el siglo diecio-
ch ¡ , ·
.. - El c,c:ñor c:staba enfermo, pero este final es__mu)' o, os famosos karakuri. Eran aparatos mecanicos
lnJUSto para ti. ¿Tiene algun a hipótesis? -/ me di¡o. creados para sorprender al público, que se usaban en el
6
Por el momen to, solo tenía hipo. Me con to los de~ . ttatro O en la corte del emperador. Había algunos que
¡ vian el té, otros que podían escribir o lanzar fl ec has,
dc: la d0 ¡ · ser ,
c:ncia que: lo aquejaba y los daros d e su rned
1
•
, 1
~o dc: cabecera, el doctor Uri Geller. Le pregunte, f lltgo de a ·
d.
.
ccionar d1 versas poleas y engrana¡e
· s ocultos
tnc:rc' 1· ·f' ar1 1'º tntro dc.:l ,
ia, ~ no \e: habría o!vidado de algo signl ic -~ armazon de madera.
para cornc:ntar . ll . , . d excraJl - ;Y
. me: Y e: a me dedico una mira ª di · tst e que/ h ace? - le pregunte. /
ante:, de: nc:ga r I f11 C 1 - No h d ·vo al se-
L con un movim iento de cabeza. n . ·1 ñ()r ¡ . ace nada, pobrec ito. Es eco ratl '
tarnc.:nte corrob , pa1sa e: gust 6
· ª a porque él se veía a si/ mi·smo corno
1
an de pal vo; e
- Bue n o, seno - r earta resc u eso es o v10, tI
b · ·enel a la r casa s se llen
erar
Uta no t' que dete ners e Y esp
heza rot.. . ' 1 con l iene otro rem edio
0 svid -· • b• /n su
. / ier cosJ 110 s bien cerr ado s; los anim ales tam ie . ,
- ·Y fre0 lJ
¿ qui en es uste d para afir mar cual qu · na dec ena d e vaca s mun.o/ por 1a acu mul aoo1 _
no sé? d e Pol
¿Acaso sabe algo que yo Yo en
dano
- Non o, seno - sus pulm ones. A Mal vest uto eStaS
' r Car tare scu , pero ...
(()l:ttcralc" Je cr~rn íllllíkr cnt ci..: víví:i cr, .u 11i:, 11 ~1í ,,
1 , lff) J 'J I Jfllj LJI; 'l.; TV;J'J '-1 !H.'¡;; ¡ • : /,1/2 r ·,,, . ,, .
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Bel gra no I{ , lcjoi, d e j;¡ co i narc:t qu e u 1:ir 11 bi<.. ifm I,:,, , .,,/;•,' r· ,in h,)rn},rc ele rr:,r;;_·, v~h \ r:,. ír-:: ,, ;, ~-: ·. ¡
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afcuado. J\ 1ru .c 1n<:JJtír;1 qu e no ha y:J ur,:J rcgu b,;: ~,,·:·~ar,,,'. d,·. ,m ffl ' .1d() t;JJ I 11: rrm ri:, r,t r: ' jlif: :; füí /fJ ,~,~
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Mí prc')xímo Pª"º fu e c11 tn:v í1,ta rni e u ,n el d,1 1,,- /·.I d,1 .u Jf 1,.; r í Cd kr h íz,, un ~(;·,v ) <~u.e mdJub--:1 ,1 ...1:
Uri Gcll cr. l·'. ra un hornb n.: rcgord <.: t<.:, de.: cachttc:, f, r:.': h;; bí;i dí d1,, c,x.i,J l,, q ue ·,abía. f .A: ::c..;raduí :: k rlr:;i:-
llenos y rosado ..,, que tenía una gran urgcn cía: que,.·, H,: ¡;¡ r¡{.:'l<.l.
desapareciera pronto de .., u con~u lt<,rÍ<>. Un Jet.u.tí: ru.. uuda ali,cJ r, má.".' al!,, Ún <lctalk: cualquitra. k
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policia l tiende a ser to lerado (qu é r<.: m w íoJ pero jam;, r .i:~r1 r¡ uc rm: l lam c.: .
c.,crá amado por ,., u.., anfítr ione..,, por ..,c.:r la c.: nc..armdí;, h.:rr,f; en l,J ah.,ur <l <J de la <,Ítua(.íé,n. Ln tm:m1.s11:,)
Je rn al.:is notí cia.i,. l,:iLía '-' ·,z:•,ína J q i, Ín i,abc.:r que.: al ~-ñm \ lahe-,ruu, it
- El señor Mal vestut o era un pacícn te cn <.:'i tad', 'fiubL:J p<1u , tíc.:mp o c.:n c.; <,tc.: mundcJ.
termin al. Loe., est udios í nd íca run claram ente quc '.!
quedaban tr<.:<., me~es de vida Iúcida . Ue ahí c:n addarr lJrr, día.., Jc.:i,pu éi, dc.:tu vírnc~ a Ernc¿,ro \iuJSí.a. tl
~e, podía estar un día bien y dos mal, o entrar cn c..ofíl.l. •·i·i,.- _í,1 ck: .\fa ] vc.:i,tut o. La dc:tc.:n<..íéJn ~ produ1o g.ra!.;.a'>
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1111 lh ir,-- -1
El no qu ería perd er la nocí(, n de real ídad. · ,J.Uc, tc.: ¡<.: fon1 ' ·co an (m1m< , · J que.: 1·nrorm r 1 ú qw: ti
- ¿(~ié c¡u i<.: re decir con eso'( ~ru, :1 IH 1 · ·J . rto ba"i ura1 "'" boba de
. 'r,i u a C.:"itaba c.:n uc.: •en Ui=
- Me ;,i ,., ombré> qu e no s<.: preoc upara pur lo ,&íl'•: 1J1 ·. 11", J\I J: f . rt
, · J UJmc ,., y c.:num trarn<h un ma illo mu\· ·
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· <>e r1 v1a n.: Lu<.: rJu c.. u r<::li p ue..,ta: "N·ªda de . 1~, t, rll ·1 •• · Rc.: 601.oab a J,. h ud la.., dw1ta l"'> - ,
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J c.: \ U c o ccc. 1011 pa, ru cu ar
1 . •
(.. (
Ernesto Nicosia, un empresario de sesenta años ~r ·da me estafó en reiteradas ocasiones. No sería extrañr,
1
mm . .
testó; sus abogados no dejaron de plante~r recursos lX1 l dz
. tentara a/o-una Jugarreta sucia, en vista de su 9
quem 1 o / ,
.
su culpabilidad er~ tan patente que sena co~denadol eta y su sordidez moral. Ast que declaro enfatzcamente aue
T
una cantidad de anos que, dada su edad, bien pod· nada de lo que me pertenece le pertenecerá jamás al señ11r
considerarse infinita. Consternado, repetía la máxi aludido, bajo amenaza de abandonar mi tumba y resurg1r
de todos los culpables del mundo: "Soy inocente". de entre los muertos para hacer justicia con mi propia man.ti.
Por lo que pude averiguar, Nicosia y Malvestu~ Por otra parte, quiero expresar un último deseo.
terminaron con su sociedad a las patadas, tras acusan Sabe Dios que no he tenido palabras cariñosas con prtÚ-
mutuamente de un montón de trapisondas; la dispuJ ticamente nadie en mi vida adulta. Pero si acaso alguna
por Genji, el poeta automático, no fue más queelde1] persona se merece una palabra amable de mi parte, esta es la
nante final. Si bien el caso parecía cerrado, yo sufrí u: señorita Julieta Bencombinato, mi constante empleada. m,
nuevo ataque de hipo al leer el testamento de Malvt heredera. Por tal motivo, dejo instrucciones y dinero para
tuto, hallado en una caja de seguridad. que el artista japonés Kenzi lwate haga especialmenre para
ella una réplica de Genji, el poeta automárico, afin de que
docena de poemas elegid{)s
Buenos Aires 8 de noviembre de YJJ. pueda escribirle al menos una
' (
que sean amorosos, pero decentes. · · ·
En completa posesión de mis facultades mentales! . por el mismo Kenzi,
111h
buen estad0 de salud, dejo constancia de que eSte esel t
no te11ó d· Deci·¿/1 11 amar a Julieta, quien me aren¿·10/ so rpren-
1
testament0 1/1.d0
.. · . va por mí efectuado. Debido a que •¡~ ida. El ¿· / . cando que
hZJ0 s nz contr · • •h Jera un',rr. d / u 10 una cita para conversar. pretex · .
ªJe matnmonzó, decido que mi ere eb1a vis . . / 1 mañana s1-
sal sea la seño . r 1· ) A /la /e co . 1tar a su tía enferma. Ins1sn a ª .
po d , rztaJu zeta Bencombinato (. . . · e prif gl}iente 1 d ·é rnensa1c: 3
d Y e teléfono sonó en vano. Le eJ
n dera tomar posesión de la totalidad de mis bien~s,d " llrante 1d/ ~o en con·
nzrs eudasy di • 0,nieaa · tac e 1a hasta que fue ella la que se PLP JO d
E sponer de todo lo que es de mi pr r Jirl' to, co un h e
xculpo al . J lo que L/r. alg d / n una voz delgada y suave corno d·
cont · . , e1ecutor de este testamento ue . .tfou· o on M . / d n la entra a
znuaczon . J ¡ ,{la1 a .,
1 del C · e cito a las cinco de la car e e B
lnt . 'en est zlo llano para que no ue Uo frl ' eme . é el su 6 ce
l 5eñor 1¡/1 In.e b . / nteno de la Chacarica. Me rom _ _
erpretaciones E l . ªJe e L 1 lurnna: :i que
Nicos · d · xc uyo especíji"camente a . ieJ''1 1In.i t n acroze y caminé hasta as co
ia e cual . . s1qt1 if an un
parte d . quier intento por querer tomar íO,,,, templo griego.
e rn.rs bien es. N.ada le correspon de a esa per-
sia es inocente. El sen-or Dav1d .
uliera había adelgazado hast a el asom bro y su car, bace1.•Ahora bien , Nico
J
en parre oculta por unas enor mes gafas de sol I , se suicidó. .
demacrada. El murallón del cam posa nto estaba'CUst~ u~ Su confesión man sa hizo que mi hipo se esfum ara.
. • por
diado por una larga fila de tipas en el apogeo de S\li Caminamos haci a el parq ue Los Andes, dominado
s con sus flores azuladas y sin parásitos.
flore s amarillas, que escupían ese líqu ido que cae ~ los jacarandá
taria me cont ó la historia completa. Fue
sus copas, que algún poeta nom bró com o el "llanto ~ La secre
ión que no me hizo bien; cuando ella se
las tipas, .. La realidad es bien dife rent e: ese rocío no una conversac
quedé un rato solo en el parque, con el ánimo
es otra cosa que el detr itus de un pará sito que bebe ~ fue, me
lido. Más tard e prep aré un informe con mano s
savia. Pero queda mejor a la man era del poeta: las tipai demo
lloraban, y Julieta también. temblorosas, que pres enté ante mis jefes y luego fue de-
rivado a la justicia com pete nte.
-Vine a pedirle perd ón al seño r Dav id -me di¡~
entre moqueos. Cuando David Mal vest uto se enteró de su enferme-
- ¿Perdón ? dad Ydel poco tiem po de vida que le quedaba, decidió
ap~ovechar la ocasión para vengarse del hombre al que
- Sí, A su tumba. El seño r quer ía mor ir, pero nodr
cualquier modo. odiaba: su antiguo socio, Erne sto Nicosia. Tuvo, entonces,
unaidea ¡·igna: utili zar al autómata, que no era preos· a-
ma
-No entiendo -au nqu e yo emp ezab a a entender. illente d . .
· dec1°~ d' ecora tivo -Jul ieta me habí a men udo -, Yª qu_e
D d dad, quiso
- es e que supo de su enfe rme al· po al s· b' .u1sp1-
su .fin · Er a O6ses1v · o, cont rola dor, no soporta ba queerJ rad0la hacer un mov imie nto único y let ,. ¡1· ien era de
/ horri ble, en, los inoie .r
nsiv os karak u-ri, era una rep Ka exa
gu1en lo contra d IJera ·· tení a un cara cter i un
1h , ¿·· u n automata que h ab1a / sido utilizado para entrenar a los
sall1 , .
e ombre más egoísta del mun do, jamás me i¡o L!ra1s. Lo d dos del autó mata aferraban e1111 ªno-o 0
de
palab ra ca · - obre Un lll artillo . s e
nnosa y yo lo ama ba. od 1b ,iolenra·
·t s de P íl1ente . e una espa da y mov ían e razo \ d
Julieta d e¡o · / caer sus lagr .
/ imas : d etn L1 ,, arriba y b ªJo: . / ar a su la e
. ' esqu¡ a los san1 uráis deb1 an pas ·
emociones ·hll' . E , ro era w1,
. r var los 1 a riesg o de mon r. n can ,
d go pes,
e¡ 5,11l- ú cec:nic:a
1
- Julie.ta, pued e h a b lar, la ¡h1p . !. .. ese ucho-•· . ¿ 00 duro mu
h0 tie: e ent rena1n1e . desp 1ada a,
/ an, l nto algo
a cuarte1e
J
- Es c abor reci .
J.,
le Ji.i 11
01 ,
. ierro que con Nicosia se dl 1· Po, y . /
se retu-o al imp laca ble autor nata d
Dand esrab que su exs ociº not11•¡11 11v¡e.
li b don ee
a conv encido de i no
1
ue e r · ºY repo sa en un mus eo de Ko e,
robado di
nero Y eso, para él, era lo peor q
6
. . I ate escudriñó sus entrañas para hacer
arttsta Kenz1 w / ill . . ca,
. e ue luego vend1a a m onar1os Japones
pias penectas, q / l d ,, es o
. Malv estuto contrato a un a
extran)eros. . . ron para robar
el inartillo de guerra de la casa de N1cos1a y después colo-
có la pieza entre los dedos del autómata. Movió la perilla
correspondiente y corrió a ocupar el lugar correcto, para
esperar el golpe.
Entonces llegó el turno de Julieta: quitar el martillo
de las manos del autómata, dejar lo en el basural, en-
viar el anónimo. Los que tocaron el martillo -el la-
drón, Malvestuto y Julie ta- lo hicieron con guantes,
para no dejar huellas.
Al saberse esto, Nicosia salió libre. Julieta tendrá,
por un tiempo, algunos problemas con la justicia, pero
luego la espera una recompensa: el dinero de Malves·
tuto y los poemas de Genji.
A mi juicio, hay una sola persona que merece de
veras un castigo ejemplar y es el doctor Uri Geller, el
de lo.s ca~hetes rosados. Fue la propia Julieta quien Jlle
_ umo 1ª me1o
conf · r peor noticia que pudo ·b· el se·
rec1 ir
~or D~vid Malvestuto cuando ya se había retirado, por
impa cient e, al otro mundo.
bDebid o al tmpe
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le error de un emp 1eado del
_
1a oratorio y 1 f 1
' ª a a ta de cheq ueo r pf
3
de los datos Pº l0·
tt del docto r 1 d.
d ' os estu tos se habían mezcla¿O co!l 11'
t otro pacic: nt El - erro e
f e. senor Mal ves tu to habí a rnu
per teto estado de salud.
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