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Instituto Nuestra Señora de Fátima

Cuarto Año “C” – Historia

Docente: Fernando N. Teruel Mendoza

Guía de Lectura Nº1


La doble revolución (Industrial y Francesa)

1. Introducción.

1.1. ¿Cuándo?

1.2. Algunos Conceptos centrales.

1.3. Doble revolución – doble paradoja

1.4. ¿Por qué estudiarlo?

2. La Revolución Industrial

2.1. La situación previa a la Revolución en Gran Bretaña

2.2. Los cambios

2.3. Algunas consecuencias de la Revolución Industrial

3. La Revolución Francesa

3.1. Situación en Francia antes del estallido de la Revolución

3.2. Las diferentes fases de la Revolución Francesa: el péndulo del poder

3.3. Algunas consecuencias de la Revolución Francesa

3.4. El Imperio Napoleónico

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Tema I. INTRODUCCIÓN
1.1. ¿Cuándo?

En historia, el “cuando” de los fenómenos estudiados es siempre una dimensión fundamental: la


historia puede ser definida como la “ciencia de los hombres en el tiempo”.

Muchas veces, la pregunta por el “cuando” de un hecho histórico tiene más de un sentido: Al
preguntarnos, por ejemplo, “¿Cuándo fue la independencia argentina?”, podemos responder que ocurrió el
9 de julio de 1816. Sin embargo, aunque la respuesta no es incorrecta, debemos tener en cuenta que ese día
sólo se firmó la Declaración de Independencia: en realidad, nuestra independencia de la Corona española
fue un proceso mucho más largo, que comenzó antes y terminó después de 1816.

Veamos ahora la localización en el tiempo de la Revolución Francesa y la Industrial. Suele decirse


que la Revolución Francesa fue en 1789. Eso porque el 14 de julio de ese año aconteció un hecho (la toma
de la cárcel de la Bastilla por parte de un sector del pueblo), que es muy representativo de lo que fue la
revolución. Sin embargo, la Revolución Francesa como un proceso histórico se extiende aproximadamente
de 1789 a 1799 (más adelante veremos el porqué de esas dos fechas).

En el caso de la Revolución Industrial, que se da originalmente en Gran Bretaña, es imposible


buscar una fecha exacta: siendo una transformación principalmente económica, no se la puede localizar
temporalmente en un día o un año determinado. Dado que las principales trasformaciones comenzaron
cerca de la década de 1780 y que la consolidación de esas trasformaciones se puede ver alrededor de 1840,
podemos decir que la Revolución Industrial ocupa aproximadamente ese período de tiempo: 1780-1840.

Más adelante construiremos una línea de tiempo para representar estas dos trasformaciones,
además de otras que ocurrieron aproximadamente en la misma época.

Un elemento importante a la hora de ver este período es la idea de cambio y continuidad: La


historia humana está hecha de cambios y de continuidades. El momento histórico que estamos viendo
(fines del siglo XVIII y principios del XIX) fue un período en que se produjeron algunos de los cambios
sociales, económicos, políticos y culturales más significativos de la historia. Muchas de las cosas que se
iniciaron entonces continúan hasta nuestros días.

1.2. Algunos conceptos centrales:

Dentro de este capítulo, iremos trabajando progresivamente con tres conceptos: Burguesía,
liberalismo político y capitalismo. Son términos que iremos definiendo progresivamente a lo largo de toda
la unidad.

Por ahora, podemos ir adelantando algunas cosas: La burguesía es un grupo o actor social que no
es ni noble, ni campesino, ni obrero; se fue formando lentamente desde fines de la Edad Media a partir de
comerciantes, artesanos, profesionales, empleados del Estado, etc. Hasta finales del siglo XVIII en la mayor
parte del mundo no existía y, en los lugares donde si existía (principalmente Europa y sus colonias), no
tenía aún un puesto totalmente predominante en la política y la economía.

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El liberalismo es una ideología, es una forma de entender y de practicar la política y la
económica, que surge en esta época y después se va expandiendo progresivamente por el mundo.

El capitalismo es un sistema económico, diferente del feudalismo, del esclavismo antiguo, del
comunismo, etc. Estudiaremos solamente algunas de las principales características (existencia de propiedad
privada, libre competencia entre las empresas, poca intervención del Estado en la economía, objetivo del
enriquecimiento individual, etc.) de uno de los tipos de capitalismo que ha habido en la historia: el
capitalismo industrial. Éste surge también a finales del siglo XVIII en Gran Bretaña y luego se va
expandiendo progresivamente a gran parte del mundo.

Recordemos que en historia todo tiene que ver con todo de alguna forma: El ascenso de la
burguesía, la génesis del liberalismo y la consolidación del capitalismo industrial desde fines del siglo
XVIII no son tres fenómenos sin relación, sino que, como veremos más adelante, están muy relacionados.

1.3. Doble revolución – doble paradoja

¿Por qué tenemos en la misma Unidad a la Revolución Francesa y a la Revolución Industrial? ¿Será
sólo por que sucedieron más o menos al mismo tiempo? En realidad, no es por eso.

La Revolución Industrial y la Revolución Francesa son las dos caras de una misma moneda: el
ascenso de la burguesía. Por eso las llamamos la “doble revolución”. Ya vamos a ir viendo porque
decimos eso.

La historia es “como una masa”: los aspectos políticos, sociales, económicos, culturales, etc. se
encuentran siempre mezclados, interrelacionados, interdependientes unos de otros. Por eso resultan a
primera vista raras, aparentemente incomprensibles, difíciles de entender, dos paradojas (o
contradicciones) que se dan en la doble revolución:

• Paradoja británica: La Revolución Industrial fue una revolución económica enorme, pero
casi sin revolución política.
• Paradoja francesa: La Revolución Francesa fue una revolución política y cultural
inmensa, pero casi sin revolución económica.
A pesar de estas diferencias, ambas fueron revoluciones sociales que tuvieron, a lo largo del
tiempo, un mismo efecto: el ascenso de un grupo social que llamamos burguesía.

1.4. ¿Por qué estudiarlo?

Al estudiar historia, lo hagamos o no porque estamos “obligados”,


siempre es sano preguntarse por qué y para que lo hacemos. En otras palabras:
En que nos ayuda, en que nos hace crecer como personas, para que nos sirve
saber un poco de historia. Son buenas preguntas para que cada uno se vaya
respondiendo a lo largo de todo el año, y también más allá de este año.

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Por ahora, para el caso puntual de la doble revolución y sus efectos, digamos que es importante
conocerla (aunque sólo sea en algunas de sus características principales), porque en ella se forman algunos
de los elementos que siguen presentes, ejerciendo una importante influencia sobre todas las personas del
mundo, hasta hoy en día. Por supuesto, dentro de esas personas estamos nosotros.

Tema II. LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL


2.1. La situación previa a la Revolución en Gran Bretaña

• El Régimen Político: Monarquía Parlamentaria.


Los regímenes políticos en la Europa de fines del siglo XVIII eran muy variados, si bien
prácticamente todos los países tenían monarquías hereditarias (el trono de trasmitía “por sangre”,
principalmente de padres a hijos). En algunos Estados el régimen imperante era el absolutismo ilustrado,
como en Francia y Rusia. En Gran Bretaña, desde aproximadamente un siglo antes, el régimen político era
más bien una monarquía constitucional o parlamentaria.

El rey seguía existiendo, pero no tenía la totalidad del poder, sino que lo compartía: el rey poseía la
mayor parte del poder ejecutivo, pero el legislativo se encontraba en manos de un Parlamento. Éste se
encontraba formado por dos Cámaras (o secciones):

- La Cámara “de los Loores”, es decir, integrada por nobles,

- La Cámara “de los Comunes”, integrada por grandes comerciantes, banqueros, etc. (es decir, por algunos
burgueses, los más ricos e influyentes).

El punto central del sistema inglés es que las leyes tenían supremacía (estaba “más alta”) que el rey.
Las leyes sancionadas por el parlamento no podían ser abolidas (canceladas) ni suspendidas por el rey.
Entonces, es importante ver que, desde antes de la Revolución Industrial, en Gran Bretaña la burguesía no
estaba excluida del gobierno, sino que tenía parte de él.

Monarquía
Parlamentaria

El Rey EL Parlamento
(Poder Ejecutivo) (Poder Legislativo)

Cámara de los Cámara de los


Loores Comunes (Alta
(Nobleza) Burguesía)

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• El sistema económico preindustrial.
-Actividades agrícolas: Antes de la R.I., la
principal actividad económica era la agricultura.
Esta se desarrollaba en condiciones precarias: las
herramientas eran mayormente de madera, el
abono era escaso, y las tierras fértiles eran pocas
en Gran Bretaña. El excedente (parte de la
cosecha que queda después de retirar lo
necesario para la alimentación del campesino y
su familia) era más bien escaso.

- Predominio de las manufacturas artesanales:


Las manufacturas, es decir los objetos fabricados
por el hombre (no extraídos directamente de la
naturaleza), era construidos artesanalmente. Las formas
más comunes eran el trabajo en pequeños y medianos
talleres (donde se agrupaban los artesanos profesionales)
o el sistema doméstico (en el cual un campesino fabricaba
algunas cosas en su tiempo libre, para después venderlas
a comerciantes.) Para esto se utilizaban herramientas, no
maquinas.

- Población discontinua: El crecimiento de la población


era discontinuo, con etapas de aumento seguidas por
otras de disminución. Frecuentemente la población
atravesaba epidemias y hambrunas. Si a esto sumamos las
malas condiciones de salud, se ve que la mortandad era alta y que la población se encontraba más o
menos estancada en su crecimiento.

- Comercio: Desde tiempos renacentistas, se había hecho muy importante el comercio marítimo o de
larga distancia. Inglaterra ya tenía una larga tradición en el mismo.

• Otras condiciones
- Algunos condicionantes geográficos.

Gran Bretaña es una isla europea,


ubicada en el Mar del Norte del Océano
Atlántico. Está conformada por tres
países: Escocia al norte, Inglaterra al
centro y al sur, y Gales al sur-oeste. A
principios del siglo XIX se agrega Irlanda
y se forma el Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte. El clima es muy húmedo y durante
parte del año las temperaturas son bajas.

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La superficie de Gran Bretaña más Irlanda del Norte es de 244.883 kilómetros cuadrados (Km2).
Para entender un poco que significa este dato, tengamos en cuenta que la superficie de la provincia de
Córdoba es de 161.787 Km2 y que la provincia de Buenos Aires tiene una superficie de 307.571 Km2. La
República Argentina tiene hoy una superficie de 3.761.274 Km2 (es decir que es unas 15 veces más extensa
que Gran Bretaña) y Rusia tiene, hoy en día, una superficie de aproximadamente 17.075.400 Km2. (es decir
que incluye casi 70 veces la superficie de Gran Bretaña). A pesar de su escasa superficie, Gran Bretaña
llegó a dominar, durante el siglo XIX, gran parte del mundo.

Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte 244.883 Km2

Provincia de Córdoba 161.787 Km2

Provincia de Buenos Aires 307.571 Km2

República Argentina 3.761.274 Km2

Rusia 17.075.400 Km2

Miremos ahora en el mapa la ubicación de Gran Bretaña. ¿Qué vemos? En primer lugar, al igual que
otros países como España y Portugal, Gran Bretaña tiene una excelente posición para la navegación
oceánica (recordemos la importancia de su flota). Además, al encontrase separada del resto del continente
europeo por el Canal de la Mancha, tiene buenas defensas ante un intento de invasión. Sin embargo, a estas
ventajas se agrega una desventaja: por su limitada superficie, su producción agrícola y ganadera tiene
algunas limitaciones, por eso Gran Bretaña deberá, con el tiempo, comenzar a importar alimentos.

- La flota británica.

A finales del siglo XVIII, Gran Bretaña tenía una de las


flotas militares y comerciales más importantes del mundo. Sólo la
flota española era más importante, aunque no por mucho tiempo.
En un mundo donde no había aviones, ni trenes, ni camiones, la
forma de transporte a media y larga distancia más rentable era
por barco: Por vía marítima se podían trasportar más cosas, de
forma más barata y más rápida. El que controlara los mares podía
llevar y traer productos a largas distancias, invadir otros países,
etc.

2.2. Los cambios

• ¿Qué fue la Revolución Industrial?


La revolución industrial sería un momento histórico en el que algo “despego”, aumentó de
altura, “tomo vuelo”. Pero, ¿Qué fue lo que despegó? “Las sociedades humanas desde entonces se hicieron
capaces de una constante, rápida y hasta el presente ilimitada multiplicación de hombres, bienes y servicios”. 1

1 HOBSBAWN, Eric: La era de la revolución (1789-1848; Critica, Buenos Aires, 2003. P. 35

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Lo que aumentó notablemente, lo que despegó, fue entonces la cantidad de personas, de cosas fabricadas y de
servicios: esto ocurrió primero en Gran Bretaña, y después se extendió al mundo entero.

Tengamos en cuenta que no es que antes de la Revolución Industrial no hubiese habido aumentos
en la población y en la producción de bienes, sino que la Revolución Industrial fue un aumento rápido y
grande de ellos.

Hasta ahora hemos definidos algunos aspectos de la Revolución Industrial, pero aún no hemos
narrado los diferentes cambios que ocurrieron. Eso haremos a continuación.

• Los cambios demográficos.


Una trasformación importante que comenzó a darse durante la Revolución Industrial fue el
crecimiento demográfico general: aumentó, lenta pero firmemente, la cantidad de personas: primero en
occidente (Europa y algunas de sus colonias) y luego en todo el mundo. De hecho, en 1820 la población
mundial era aproximadamente el doble que en 1720. Este crecimiento demográfico se debió, entre otras
razones,

- Al aumento de la producción agrícola. Esto redujo las hambrunas (periodos en que la falta de
alimentos causaba gran mortandad) y permitió mantener más población.
- A las mejoras en los sistemas de salud y a los avances en la medicina. Esto redujo el número de
epidemias y enfermedades mortales, al menos entre las clases altas.
- Al aumento de la cantidad de parejas que se casaban jóvenes y que tenían varios hijos.
Pero no sólo creció la población en general, sino que aumentó principalmente la población urbana,
la que habitaba las ciudades. Al mismo tiempo comenzó a disminuir la proporción de población rural,
es decir la que ocupaba los campos. Esta lenta pero continuada tendencia (aumento de población
urbana y descenso de la rural), se sigue registrando hasta hoy en día en la mayor parte de los países del
mundo.

Un buen dato para observar esto es que en 1800 la ciudad más poblada del mundo era Londres, la
capital de Gran Bretaña, con aproximadamente 1.000.000 de habitantes, en esos tiempos la ciudad de
Córdoba tenía unos pocos miles de habitantes; pero en 2022 Londres estaba ya cerca de los 9.000.000 y
nuestra ciudad contaba con cerca de 1.650.000 habitantes. Nueva York, en los Estados Unidos de
América, ronda hoy los 20.000.000 de habitantes.

El principal fenómeno que causó estos cambios en la población fue la emigración del campo a la
ciudad: muchos de los campesinos fueron a vivir a las ciudades. Esto se debió a varias razones:

- Por la modernización de la agricultura, que veremos más adelante, no hacían falta ya tantos
trabajadores en el campo.
- Por el sistema de fábricas que se fue generando hacían falta más trabajadores en la ciudad.
Pero, ¿Cómo se logró que los campesinos dejaran el campo y fueran a las ciudades?: Se prohibió el
acceso de los campesinos a algunas tierras, se les aumentó los impuestos (que ya no podían pagar con su
trabajo agrícola), o directamente los dueños de las tierras los expulsaron de ellas, obligándolos de esa forma
a buscar trabajo en las ciudades.

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La mayor parte de esos campesinos que dejaron el campo y fueron a trabajar a la ciudad
conformarían un nuevo grupo social, el de los obreros o proletarios, casi inexistente hasta la época de la
revolución industrial.

• La modernización de la agricultura.
Durante el siglo XVIII, primero en Gran Bretaña y luego en otros lugares, la agricultura dio un
vuelco grande. Antes, la agricultura estaba destinada a alimentar a la familia del campesino y sólo una
parte del excedente iba a parar a las ciudades. El
cambio es que se pasa a una agricultura destinada a
generar los mayores excedentes posibles para vender
al mercado urbano, mercado ahora mucho más
grande debido al crecimiento de la población urbana.

¿Cómo fue posible que el campo aumentara su


capacidad de producir alimentos? Por varias razones:
mejoras tecnológicas como el uso del arado de hierro
(que permitía utilizar más tierras), introducción de
nuevos cultivos, mejoras en la fertilización de la tierra,
el uso de los primeros tractores a vapor, etc. Como
dijimos antes, esta modernización permitió producir
más alimentos para mantener a la creciente población
urbana, pero además hizo que fueran necesarios menos campesinos para trabajar en el campo.

Pero debemos tener en cuenta una cosa más: a pesar de los aumentos en la producción de
alimentos, la población urbana británica creció tanto que los alimentos comenzaron a ser insuficientes.
Recordemos la pequeña superficie de las islas británicas: llegó un momento en que ya no se podían cultivar
más tierras. Esta escasez llevó a que Gran Bretaña necesitará importar alimentos de otras partes del
mundo: esto será de gran importancia para nuestro país durante más de un siglo.

• Las innovaciones tecnológicas


Una de las condiciones para que pudiera darse el aumento de la
producción industrial fueron las innovaciones tecnológicas: estas
permitían producir más productos, más baratos y en menos tiempo. La
mayoría de los nuevos inventos estuvieron basados en el uso de la
energía generada por el vapor. La primera máquina a vapor fue
patentada por James Watt en 1769. Entre los inventos que utilizaban el
vapor podemos citar máquinas de tejer desde 1790, barcos a vapor
desde 1807 y la locomotora desde 1825, entre otros inventos. El
ferrocarril, que se expandió rápidamente por todo el mundo a partir de
1840 aproximadamente, significó un cambio enorme en el trasporte de
personas y bienes por todo el mundo.

Para la fabricación y el funcionamiento de las máquinas de vapor se necesitaban dos elementos, hierro
y carbón, cuya producción aumentó y mejoró notablemente durante la revolución industrial.

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Dijimos que la Revolución Industrial había sido un
despegue, una multiplicación de personas de bienes y de
servicios. En los apartados anteriores vimos cómo había
aumentado la población y la producción agrícola. Veamos
ahora como aumentó la producción industrial. Lo primero
cuyo incremento podemos ver notablemente fue la producción
textil, especialmente de los textiles de algodón, materia prima
que Gran Bretaña traía de su colonia en la India. Gracias a los
adelantaos tecnológicos, la producción y exportación textil
británica se disparó alcanzando rápidamente altos niveles que
no dejaron de aumentar.

• La economía industrial moderna

La Revolución Industrial no fue sólo un cambio en la cantidad de producción, sino


un significativo cambio en la forma de producir. ¿Cómo era la forma de producir
antes? Estaban los talleres artesanales con un limitado grupo de personas y con
importantes relaciones personales, no necesariamente económicas, entre los maestros,
artesanos y aprendices. Además, los campesinos ocupaban parte de su tiempo libre en
fabricar las herramientas y ropas que usaban. Finalmente estaba la manufactura urbana, donde se concentraban
varios trabajadores, pero poco especializados y con un nivel bajo de tecnología.

Con la Revolución Industrial surge un nuevo sistema, que lentamente se irá expandiendo por todo el
mundo. No es que hayan desaparecido las otras formas (por ejemplo, aún hoy en día hay artesanos), pero la
mayor parte de la producción se realiza ahora bajo una nueva forma: el sistema fabril o de fábricas. Las fábricas
son grandes edificios en el cual se concentran los obreros y las maquinarias. El trabajo es dirigido y supervisado
por patrones o capataces.

Las tareas se organizaban mediante la especialización de los


trabajadores: cada obrero cubría una sola labor y estaba atado a tiempos
precisos de trabajo. Para entender un poco más esto pesemos en una silla:
un carpintero la fábrica por completo: corta la madera, la lija, la clava, etc. Y
para eso utiliza herramientas simples: martillo, tenazas etc. Pero en una
gran fábrica de sillas hay una sección especial para los cortes, otros obreros
se encargan del pulido, otros se encargan de clavarlas, etc. Y para eso se
utilizan complejas maquinarias.

En síntesis, la concentración de las maquinarias y de los obreros y la


especialización del trabajo, son dos de los rasgos esenciales del sistema fabril.

• Cambios y conflictos sociales:

La sociedad cristiana occidental, según estudiamos al ocuparnos de la edad media o cristiandad, estaba
regida por el principio del estatuto. En una sociedad regida por el estatuto cada hombre aceptaba y ejercía

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una función determinada, la cual tenía carácter generalmente permanente, es decir, duraba para toda la
vida y se transmitía por herencia (excepto en el caso del clero). Esa función le daba una posición o status.
Cada status tenía derechos y deberes propios. Variaba según la jerarquía. Así teníamos que el clero tenía su
estatus, y su función (la predicación y administración de los sacramentos), la nobleza, se dedicaba a la
guerra y la política; lo mismo para el artesano e incluso el escalón más bajo, el de los campesinos siervos, se
disponía de derechos: el siervo estaba seguro de su posición, tenía su patrimonio hereditario, y nadie podía
quitarle su tierra ni dejarlo desamparado. Estábamos ante la presencia de una sociedad naturalmente
ordenada, y que guardaba el principio de que las estructuras y los límites era lo que podían hacer que el
hombre no abusara de sus semejantes, y que el poderoso no asfixie al débil.

Pero esta concepción social era una barrera para la codicia de la alta burguesía que se consolidaba a
través del negocio financiero o industrial, esto produjo que se utilizaran todos los medios intelectuales,
económicos y políticos para destruirla.

De esta manera, el estatuto dejó de tener vigencia, y fue reemplazado poco a poco por el contrato. Según
esta forma los hombres se relacionan unos a otros "libre, voluntaria y temporalmente." Las comillas no son
casuales, pues de esta manera, las relaciones humanas se flexibilizaron, y fue posible que los poderosos se
abusaran desmedidamente de los menos poderosos, a los que estaban unidos sólo por contrato, no por
lazos interpersonales ni estatutos.

Antes, el obrero o artesano era miembro de una corporación o gremio. Dentro de esta estructura tenía
sus derechos y deberes. Nadie podía darle menos de lo que le correspondía: estaba amparado. Una vez
liberado, las posibilidades que tiene dependen del poder para negociar un contrato justo con quien pudiera
emplearlo como trabajador. Ningún estatuto lo ampara. Depende de su capacidad de negociación, que
obviamente es poca.

Con la revolución industrial se van perfilando entonces, se van definiendo progresivamente, dos
grandes grupos sociales: la burguesía y los obreros (o proletarios). Hay que tomar en cuenta que la
burguesía existía desde fines de la Edad Media, pero es con la Revolución Industrial que va tomando
nuevas características y se va definiendo mejor.

Una importante diferencia entre la burguesía y los proletarios, pero no la única, es que la primera es
dueña de los medios de producción: dinero, materias primas y maquinarias. Los obreros o proletarios sólo
son dueño de su fuerza de trabajo (es decir, del trabajo que podían realizar con sus cuerpos) por la cual
reciben un salario. Ambas cosas, los medios de producción de la burguesía y la fuerza de trabajo de los
proletarios, son necesarias para producir cualquier cosa. Pero la distribución de la ganancia no era
equitativa: La burguesía se llevaba la mayor parte. Además, la burguesía tenía acceso a mejor educación,
salud, seguridad, etc.

Las condiciones de trabajo en las fábricas eran durísimas: los obreros podían ser obligados a trabajar
hasta 16 horas por día, el salario era escaso, no había vacaciones, ni licencia por enfermedad, se utilizaban
muchas veces mujeres y niños (porque cobraban salarios más bajos y eran más fáciles de disciplinar), etc.
De esta forma, los proletarios u obreros se convirtieron en un grupo social sumamente pobre,
prácticamente sin acceso a la salud y la educación, sin participación real en la vida política (aunque a veces
pudieran votar), etc.

Algunas de estas diferencias entre la burguesía y los asalariados se mantienen hasta hoy en día, aunque
otras, como veremos más adelante en la asignatura, han ido disminuyendo.

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La burguesía no era homogénea (no es lo mismo el dueño de una pequeña carnicería que el dueño de
un gran frigorífico). Por eso, podemos dividirla en dos grandes subgrupos. Por un lado, la burguesía
industrial o gran burguesía (los capitalistas), que fue el grupo que durante la Revolución Industrial tenía el
capital necesario para crear fábricas y comprar las maquinarias. Entre quienes tenían los recursos
necesarios para hacer eso se encontraban los grandes comerciantes (por ejemplo, los que se dedicaban al
comercio de ultramar), los grandes financieros (dueños de bancos, por ejemplo) y los grandes propietarios
que obtenían rentas de sus tierras. Era éste sector de la burguesía el que en Gran Bretaña tenía presencia
importante en el Parlamento y por lo tanto podía lograr el apoyo del Estado.

El otro gran subgrupo de la burguesía era la clase media o pequeña burguesía, cuyos miembros no se
convirtieron generalmente en industriales. Estaba conformada por pequeños comerciantes, profesionales
(médicos, abogados, etc.) y empleados públicos.

En resumen, con la Revolución Industrial se hacen visibles dos grandes actores sociales, la burguesía y
los obreros o asalariados. ¿Pero qué pasa con los demás grupos? El grupo de los campesinos no
desaparece, pero va disminuyendo cada vez más (muchos de los campesinos se van a las ciudades y se
transforman en obreros, como ya vimos) y perdiendo importancia. Los nobles siguen existiendo (incluso
hasta hoy en día en muchos países). Pero lo que sucede con la Revolución Industrial es que la posición
económica de una persona no tiene ya que ver con su “nobleza” o derecho de nacimiento, sino con su
posesión de los medios de producción.

2.3. Algunas consecuencias de la Revolución Industrial

• El capitalismo industrial y liberalismo económico.


Suele decirse que con la Revolución Industrial se consolida el
capitalismo industrial. Básicamente, esto significa que la industria (la
producción de bienes manufacturados) comienza a ser el principal
motor de la economía, la actividad principal, superando al comercio (la
circulación de bienes) y a la agricultura y minería (extracción de
materias primas). Es decir que las actividades secundarias comenzaron
a superar a las primarias y terciarias durante largo tiempo, primero en
Gran Bretaña y luego en gran Parte del mundo.

Asimismo, algunas ideas relacionadas con el capitalismo, como


la defensa de la propiedad privada, la libre competencia entre las
empresas, la poca intervención del Estado en economía y el objetivo de enriquecimiento individual,
también se fortalecieron y difundieron.

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• Los conflictos sociales.
Como vimos, las diferencias entre los capitalistas y asalariados llevarán a que, con el pasar de los
años, se acentué el conflicto, a veces violento, entre los dos grupos sociales a lo largo de todo el siglo XIX

• Ideología del progreso ilimitado:


Imaginemos que somos un pensador o intelectual británico de la época de la Revolución
Industrial… Por un lado, vemos que la ciencia avanza, cada vez más que se producen más cosas, etc. Pero
por el otro lado, vemos que hay más pobres, que hay mucha miseria, etc. ¿Cómo pensaron los intelectuales
de esa época que se resolvería el problema? Concibieron la idea del
progreso ilimitado, un concepto que se mantuvo hasta hace pocos años.

La ideología del progreso ilimitado afirma que los bienes y los


servicios, desde la revolución industrial, crecen ilimitadamente (sin
límites) y que, por lo tanto, tarde o temprano esto llevara a que el
bienestar se expanda (se “derrame”) entre todas las personas, ricos y
pobres, desapareciendo el hambre, la miseria, las epidemias, el
analfabetismo, etc.

Esta idea de progreso ilimitado demostró, con el tiempo, ser mitad verdadera y mitad falsa. Fue
cierto que el progreso material ha sido ilimitado: cada día se producen más y mejores cosas. Pero fue falso
que esto llevaría a que todas las personas del mundo disfrutaran de una situación de bienestar: la pobreza,
el hambre, etc. siguen existiendo. Por otro lado, el tiempo ha ido demostrando que incluso los que más
tienen, no son necesariamente felices. Por lo tanto, la idea del progreso ilimitado, una de las herencias más
grande que nos dejó la Revolución Industrial, ha ido cayendo en los últimos años, al demostrarse que el
progreso material ilimitado no significa necesariamente una mejor distribución de la riqueza y un progreso
ilimitado en la felicidad de las personas.

• Predominio Británico y D.I.T.


Otra consecuencia de la Revolución Industrial fue el predominio británico. Desde la revolución
industrial en el siglo XVIII y, por lo menos, hasta la primera guerra Mundial de principios del siglo XX,
Gran Bretaña fue la principal potencia financiera, industrial y comercial del mundo. Su poder militar no era
el único, pero sí el más fuerte y su presencia se extendió por todo el globo. Tengamos presente esta idea
cuando veamos la historia argentina del siglo XIX y XX.

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El capitalismo industrial provocó la División Internacional del Trabajo (DIT). La DIT no crea de un
día para otro, en realidad se hace visible muchas décadas después de la Revolución, pero ésta es la
principal causa de su creación. La DIT consiste, básicamente, en que algunos espacios del mundo se
encargan de la extracción de materias primas (por ejemplo, carnes, algodón, trigo, etc.) y otros lugares del
mundo se encargan de la trasformación de esas materias primas en producción industrial (Principalmente
Gran Bretaña, el resto de Europa y Estados Unidos de América). La división del trabajo (extracción –
transformación) a nivel internacional implicará que los países que se encargan de las materias primas
obtengan menos ingresos que los que se encargan de la transformación (por ejemplo, un kilo de lana vale
mucho menos que los pulóveres que se pueden fabricar con ese kilo de lana). Esto también debemos
tenerlo presente cuando veamos la historia argentina, porque nuestro país se dedicará principalmente a la
extracción de maneras primas, que venderemos a Gran Bretaña. Incluso hasta hoy en día, se puede seguir
entendiendo parte del sistema económico la distinguir entre países centrales y periféricos.

• Otras consecuencias:
o Crecimiento y enriquecimiento de los grandes prestamistas y burgueses (nace la burguesía
industrial, muy vinculada y dependiente de la bancaria y comercial)
o Crecimiento de los transportes, las comunicaciones y los productos para la venta
o Necesidades crecientes de combustibles (carbón, hulla y otros derivados) ya controlados por las
familias poderosas del ámbito financiero
o Enorme potenciación del comercio internacional: la necesidad de abastecimiento de materias primas
para la industria y de mercados para la colocación de los productos que no se pueden vender en el país.
o Crecimiento de los préstamos y créditos para el desarrollo industrial

• ¿Quién salió ganando? Ascenso económico de la burguesía industrial.

Después de todo lo que hemos visto, podemos apreciar cuantos cambios y consecuencias implicó la
Revolución Industrial. Tengamos presentes especialmente dos: como la alta burguesía, o capitalista, cobró
cada vez mayor poder económico, por ser la propietaria de las fábricas, y como el capitalismo industrial
modificó profundamente la situación mundial. Una cosa más: la Revolución Industrial comenzó en Gran

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Bretaña aproximadamente en 1780, pero después sus cambios se fueron expandiendo por gran parte del
mundo, y otros países (por ejemplo, Alemania, Francia, Estados Unidos, etc.) fueron industrializándose
algunas décadas más tarde.

Tema III. LA REVOLUCIÓN FRANCESA

3.1. La situación en Francia antes del estallido de la Revolución.

• El “Antiguo Régimen”: Absolutismo ilustrado y sociedad estamental

El “Antiguo Régimen” es una forma de denominar la situación en Francia, y en la mayoría de los


países de Europa, antes de la Revolución Francesa.

El Estado del Antiguo Régimen era una monarquía absolutista: El rey tenía, por derecho divino
según se afirmaba, la totalidad del poder. Pero se suele decirse que era un absolutismo ilustrado: la
Ilustración fue una corriente de ideas que surgió en el siglo XVIII, cuyas ideas fueron tomadas por varios
reyes. Era una filosofía “racionalista”: afirmaba que, así como la naturaleza tiene sus leyes (por ejemplo, la
de gravedad), lo social también podía ser organizado de una forma racional, científica. Para la Ilustración,
¿Quién era el único capaz de organizar a las personas de forma racional? El rey, porque era el único que
tenía el poder y la autoridad necesaria para imponer al pueblo las reformas y leyes necesarias. Por eso los
reyes se rodearon de filósofos y se dijo que el absolutismo pasaba a ser ilustrado. En realidad, el principal
interés de los monarcas seguía siendo el poder: mantener y, en lo posible expandir, el poder de sus Estados.
Pero hicieron que pareciera que su principal interés era organizar a sus súbditos para darles más bienestar.:
“todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. El Estado intervenía fuertemente en economía, indirectamente
(mediante leyes) o directamente (mediante compañías del Estado, por ejemplo).

Otra característica del Antiguo Régimen en Francia era la pervivencia de una sociedad estamental:
la gente de dividía en tres estamentos bien diferenciados: la nobleza, el clero y el tercer estado (burguesía y
campesinado). Había con numerosas prácticas feudales y un gran poder de la nobleza: esta seguía teniendo
parte del poder político (recordemos que en Francia no había un parlamento permanente como en Gran
Bretaña) y del poder económico. Al mismo tiempo, ni la burguesía ni los campesinos tenían derechos
políticos permanentes. Sin embargo, podían dirigirse al Rey para hacerle solicitudes o reclamos, pero el
monarca podía decidir si responder o no. Esto era sumamente molesto para la alta burguesía francesa,
que tenía bastante poder económico, pero no político.

El Estado Francés del Antiguo Régimen venia pasando, antes de la revolución, por una crisis fiscal:
gastaba mucho más de lo que recaudaba, y cobraba altos impuestos a la burguesía y el campesinado. Entre
las causas de esta crisis está el derroche del monarca y la nobleza, la mala administración y,
principalmente, el militarismo. El Estado francés estaba continuamente en guerra, lo que le ocasionaba
enormes gastos. Por ejemplo, poco antes de la Revolución Francesa había apoyado a los norteamericanos en
su propia guerra de independencia.

14
Los grupos sociales antes de la
revolución.
Tenemos en primer lugar al rey, que en tiempos de la
Revolución era Luis XVI. Era la cabeza del Estado, que
gobierna sin ninguna limitación, sólo era responsable de sus
actos ante Dios. “El Estado soy Yo”, había dicho poco tiempo
antes otro rey, Luis XIV. La monarquía no siempre había sido
así. Antes del absolutismo ilustrado, el rey era la autoridad
máxima, pero su función consistía en gobernar lo mejor
posible a la nación, obedeciendo los mandamientos de Dios y
buscando el bienestar de sus súbditos. Sin embargo, con la
llegada del absolutismo ilustrado, la función de los reyes se fue
degenerando, dejando de preocuparse por su pueblo y
gobernándolos sin ningún límite o, más comúnmente, dejando
los poderes de gobierno en manos de secretarios o ministros.

La nobleza francesa era numerosa y, como ya dijimos, tenía


numerosos privilegios políticos, sociales y económicos. Eran consejeros
de Estado, generales, dueños de grandes extensiones de tierra, etc.
Antiguamente solo llegaban a la nobleza aquellos que habían prestado
grandes servicios al reino durante la guerra o la paz. Sin embargo, desde
hace algunos siglos, los títulos de nobleza franceses podían comprarse,
por lo tanto, cualquier persona con dinero suficiente podía ser "noble".

La burguesía, al igual que en


gran Bretaña, se dividía en subgrupos.
La Alta burguesía, más rica e influyente, dedicada principalmente al
comercio, crecía en poder económico. Pero algo limitaba su ascenso: los
privilegios de la nobleza y del rey, que impedían que la alta burguesía
pudiera obtener más poder. La Baja burguesía, conformada
principalmente por artesanos, pequeños comerciantes y otros
trabajadores urbanos. Su situación era muy precaria por la crisis fiscal.

El campesinado rural era el grupo social más numerosa en


Francia, vivía generalmente en una situación inestable, expuesto a
epidemias, hambrunas, etc. No tenía ninguna representación política.

El clero, es decir los sacerdotes, tan respetados en la Francia de


antaño, había entrado también en cierta relajación de costumbres,
aunque en su mayoría seguí siendo fiel a la Iglesia y al pueblo de
Francia.

Además de estos grupos sociales se fue gestando otro, muy


pequeño pero muy influyente en la revolución: los “ideólogos”,
llamados así porque eran intelectuales burgueses y relacionados con la

15
Ilustración. A ellos se les debe gran parte de las ideas de la Revolución Francesa.

• La ideología del liberalismo político.


La Revolución Francesa no fue sólo un cambio de gobierno o la muerte de un rey. Una de sus
principales consecuencias fue la formación y triunfo de una importante ideología política que dura hasta
nuestros días, la cual llamaremos liberalismo, y que se opone firmemente a toda la tradición anterior. Esta
ideología no existía acabadamente antes de la Revolución, sino que se fue gestando con ella. Sin embargo,
la explicaremos ahora, para que la tengamos presente al ver como se fueron dando los acontecimientos
durante el proceso revolucionario. Esta ideología fue la de la burguesía, especialmente de la alta burguesía
y de los “filósofos”, y luego se fue expandiendo por el mundo entero.

El liberalismo afirma la libertad humana por sí misma, sin sujeción alguna a ninguna verdad, ni orden
natural que provenga desde fuera de la razón humana. La libertad de la cual el liberalismo hace su
principio supremo es una cierta libertad que tiene dos características que lo distingue:

- El hombre es bueno por naturaleza, por lo cual no necesita en general autoridades que lo limiten desde
fuera de su conciencia.

- El derecho y la ley es una creación humana, por lo tanto, no puede ser inmutable, pues como es
“construido” por el hombre, puede cambiar según los tiempos. Según lo que los hombres consideren como
bueno y verdadero.

En el orden de las ideas el Liberalismo es el conjunto de lo que se llaman principios liberales, con las
consecuencias lógicas que de ellos se derivan.

Principios liberales son:

1. La absoluta soberanía del individuo con entera independencia cualquier autoridad superior;

2. Soberanía de la sociedad con absoluta independencia de lo que no nazca de ella misma;

3. Soberanía "popular", es decir, el derecho del pueblo para legislar y gobernar con absoluta
independencia de todo criterio que no sea el de su propia voluntad, expresada ya sea por el sufragio o por
la mayoría parlamentaria;

4. Libertad de pensamiento sin limitación alguna en política, en moral o en religión (es decir,
relativismo)

Estos son los llamados principios liberales más radicales.

El fondo común de ellos es el racionalismo individual, que lleva a transformar la libertad que, en sentido
legítimo, es la facultad y el derecho de hacer el bien, en un libertinaje individualista, perjudicial para la
vida social.

Entre los precursores del liberalismo político: Hay filósofos y escritores que terminan dando forma a los
principios que se aplicarán en Francia en la Revolución de 1789. Entre ellos podemos citar a Maquiavelo,
Voltaire, Montesquieu, D’Alembert, Hobbes y Rousseau.

16
Una buena guía para apreciar los puntos más importantes del liberalismo político es la “Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”, sancionada a principios de la Revolución, en 1789. En este
documento se observan los puntos esenciales del futuro liberalismo:

- Es contrario a la sociedad jerárquica y a los privilegios de los nobles. Pero, en realidad, no está tampoco
a favor de una sociedad verdaderamente democrática e igualitaria. Esto puede verse en el primer artículo
de la Declaración, que dice: “Los hombres nacen libres e iguales en derechos, y las distinciones sociales sólo
pueden fundarse en la utilidad común.” Es decir que acepta la existencia de distinciones sociales,
básicamente las diferencias económicas y políticas, como ya veremos.

- La propiedad privada de los bienes es un derecho natural sagrado e inviolable. Cuando en casos
extremos el Estado, y sólo el Estado, despoje a alguien de sus bienes, debe indemnizar a esa persona.

- La ley remplaza al rey en cuanto a primacía: ahora las leyes son absolutas (nada ni nadie por encima de
la ley).

- Todos los ciudadanos tienen derecho a participar en la formación de las leyes, personalmente o a través
de sus representantes. Pero esos representantes no necesariamente son elegidos de forma democrática.

Esto era, básicamente, lo que decía la Declaración. Pero en historia siempre hace falta ver más allá
de las palabras. En realidad, quienes apoyaban esta ideología no eran necesariamente demócratas, sino
creyentes en:

- Un Estado constitucionalista (la ley escrita sobre todas las cosas).


- Un Estado secular (separado de la religión), en la práctica enemigo de la Iglesia Católica, a la cual el
liberalismo identifica como un adversario.
- Un Estado con libertades civiles y garantías para la iniciativa privada (es decir que no impidiera el
ascenso de la burguesía, como pasaba con el Estado del Antiguo Régimen).
- Un Estado donde los derechos fueran formalmente iguales para todos, aunque no fuera así en la
práctica. Por ejemplo, que todos tengamos los ciudadanos tengan derecho a elegir y ser elegidos
como gobernantes, ¿significa que en la realidad cualquiera pueda ser presidente?
- Un Estado gobernado, en la práctica, por los contribuyentes y los propietarios (es decir la
burguesía), no por el conjunto del pueblo.
La ideología liberal, por lo tanto, defiende básicamente los intereses de la burguesía,
especialmente de la alta burguesía. Sin embargo, no podía mostrarse así porque necesitaba el apoyo de
todo el pueblo para desplazar al Antiguo Régimen. Por eso, la nueva ideología no dice representar
solamente sus intereses, sino que habla de “libertad igualdad y fraternidad” para todo el pueblo, para toda
“la nación francesa”.

La teoría y la práctica política que establece el liberalismo son sumamente diferentes a la del
Antiguo Régimen que existía antes de la Revolución. ¿Cómo, entonces, logró triunfar?

3.2. Las diferentes fases de la Revolución Francesa: El péndulo del


poder.

17
Dijimos anteriormente que la Revolución Francesa duró aproximadamente diez años. A principio
tenemos aún al Antiguo Régimen, al final tenemos un régimen político que responde básicamente al
liberalismo político. Tratemos ahora de hacer, muy brevemente, un recorrido por los principales
acontecimientos de la Revolución, manteniendo presente la idea de péndulo: un péndulo que se mueve
entre dos extremos y que finalmente se detiene en el centro, que en este caso será el liberalismo político.

• Los Estados Generales y la Asamblea Nacional Constituyente: el


péndulo se mueve hacia la moderación. 1789-1791
Debido a la crisis fiscal y a algunos conflictos entre el clero y la nobleza con el rey, el monarca
decide llamar a Estados Generales. Los Estados Generales eran una especie de asamblea consultiva no
permanente, que se reunía a pedido del rey para aconsejarle sobre algunos aspectos de gobierno. Estaba
dividido en tres “Estados” o secciones: La primera conformada por la nobleza, la segunda por el clero y,
finalmente, el Tercer Estado, conformado básicamente por la burguesía. Los campesinos no participaban. El
Tercer Restado era el que tenía menos poder, pero una vez reunido se niega a obedecer al rey, proclama
que sus miembros son los únicos verdaderos representantes de la nación y forma la Asamblea Nacional.

A favor de la Asamblea Nacional sus líderes organizan una movilización en París, en la cual se toma
la cárcel de la Bastilla (14 de julio de 1789). La Asamblea Nacional no elimina la monarquía, Luis XIV sigue
siendo rey, pero se restringen sus poderes: el rey deberá ahora respetar la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano y la Constitución que la Asamblea sanciona en 1791. La Asamblea anula los
privilegios de la nobleza.

La dinámica de los hechos demostró que el liberalismo constituía la piedra angular del nuevo régimen.

 La ley Allarde del 2 de marzo de 1791 suprimió las corporaciones y asociaciones gremiales, base
de la economía productiva artesanal. Éste es el comienzo de la desprotección de los trabajadores, cuyas
condiciones de trabajo ya no son reguladas por el gremio.
 Simultáneamente fueron decretadas la libertad mercantil y la libertad laboral.
 En el ámbito rural, la anulación de las rentas feudales y los diezmos eclesiásticos y su remplazo
por impuestos pagados al estado, fueron medidas que, además de beneficiar exclusivamente a los
burgueses, abocaron al campesinado francés a una situación aún peor que la que padecía antes. Los
impuestos al nuevo estado superarían con creces los montos de las rentas y los diezmos.
 Con anterioridad a todas esas medidas, ya en noviembre de 1789 habían sido confiscados todos los
bienes eclesiales, a los que se sumarían tiempo después los recursos expropiados a los enemigos del
sistema. Fueron los denominados “bienes nacionales”.
 A los miembros del Clero católico, se los obligó a someterse al Gobierno (Constitución Civil del
Clero), y ponerse fuera de la autoridad del Papa. Esto provocó una oleada de persecuciones a los
sacerdotes que no prestaran juramento contra el Papa.
 Los derechos civiles como el de ingresar en la Guardia Nacional o el de sufragio, estuvieron
limitados, a los ciudadanos activos, esto es, a aquéllos cuyo nivel de rentas les permitía pagar la
contribución directa, imposible para la mayoría.

El rey y la mayor parte de la nobleza se niegan a aceptar estas restricciones y llaman en su auxilio a
los gobernantes de otros países (por ejemplo, Inglaterra, algunos Estados alemanes y Holanda), los que
intentan ingresar a Francia para disolver la Asamblea y devolver el poder al rey.

18
Decimos que en este periodo el péndulo se mueve hacia la moderación porque la Asamblea
Nacional no elimina del todo al Antiguo Régimen, sino que sólo lo restringe en algunos de sus aspectos.
Por lo tanto, el liberalismo aún no triunfaba del todo.

• La Convención Nacional: el péndulo se mueve hacia el “exceso”.


1792-1794

En esta etapa los cambios se radicalizan.

La Asamblea Constituyente en Asamblea Legislativa, y dejó el poder en manos de la Convención


Nacional y el Comité de Salud Pública, que se encargó de “limpiar” el territorio de opositores.

El estamento burgués, auténtico promotor de dicho proceso, estaba integrado por dos grandes grupos:
"girondinos" y "jacobinos". Los primeros se ubicaban a la derecha de la Asamblea. Los otros a la izquierda.
Las ideas de ambos grupos coincidían en sus principios, aunque variaban en la manera de aplicarlos. De
entonces arranca la conocida división entre izquierdas y derechas de la que tanto se habla hoy. Sobra decir
que la mentalidad de las dos facciones que se disputaron el poder (jacobinos y girondinos) era
esencialmente la misma, aunque sus intereses inmediatos y métodos resultaran distintos.

Los Girondinos representaban a la gran burguesía comercial, cuyos intereses no estaban en romper
totalmente con las estructuras sociales tradicionales. Su deseo del primer momento fue una solución a la
inglesa, es decir, un régimen monárquico parlamentario comandado y compartido por los notables de la
nobleza y la burguesía. Eso no implicaba que no fueran revolucionarios. Eran liberales “conservadores”.

Los Jacobinos pensaban hacer todo de la manera más radical. Eran los que más invocaban el papel de las
masas y se presentaban como defensores del pueblo sin que nadie los aceptara. Fue de esta forma como el
bando jacobino consiguió hacerse con las riendas de la Revolución en esta segunda etapa. A través de ello
pudo aplastar cualquier oposición disidente y aprovechar las pretensiones y los excesos de las masas
pobres cuando era preciso. Ese papel fue hábilmente interpretado por personajes de la talla de Danton o
Robespierre.

A finales del invierno de 1794, ahogada en sangre la oposición interna y conjurada la amenaza exterior,
los acontecimientos se precipitaron en la dirección prevista. Primero se usó a los más pobres para actos de
vandalismo, y luego, se los eliminó dejándolos sin defensa contra las tropas realistas antirrevolucionarias.

Los pretextos esgrimidos por los defensores de la dictadura jacobina, no fueron nunca otra cosa que
palabras sin fundamento real alguno. Las excusas por las que se habría recurrido al terror se resumen en
dos: la amenaza exterior, representada por los ejércitos realistas extranjeros, y el peligro interno, encarnado
en los elementos contrarrevolucionarios, pero ninguno de esos dos elementos significaba un peligro real
que justificasen los crímenes cometidos en nombre de la "libertad, la igualdad y la fraternidad".

La represión y las matanzas se prolongaron bastante tiempo después de que la rebelión hubiese sido
aplastada. Gran cantidad de templos fueron saqueados, obras de arte quemadas, Iglesias profanadas, etc.

El 21 de enero de 1793 es decapitado el Rey Luis XVI. No sería, naturalmente el único, más de 17.000
franceses morirían de la misma manera.

19
Decimos que en esta época el péndulo se movió hacia el exceso porque, si durante la Asamblea
Nacional los cambios habían sido insuficientes para los intereses de la alta burguesía, durante la
Convención fueron excesivos: los derechos se expandieron demasiado, no había estabilidad económica que
permitiera ganancia, el Estado revolucionario intervenía demasiado sobre la economía, etc.

• El directorio: el péndulo se va centrando en el liberalismo. 1795-1799

Los líderes de la Convención van cayendo progresivamente: primero les retira su apoyo la alta
burguesía, después de la baja, luego parte del campesinado, etc. En 1795 el Directorio remplaza a la
Convención como órgano de gobierno.

En agosto de 1795 era promulgada una nueva Constitución, que retornaba al sistema de censos y
consagraba explícitamente el poder de unos pocos “representantes” y el beneficio como pilares del régimen
republicano. Este régimen consagró la arbitrariedad como norma, y elevó a la más alta burguesía comercial
y financiera al gobierno.

Fue cobrando altura la figura de Napoleón Bonaparte, quien tomaría el poder como Cónsul en 1799
y luego como emperador en 1804. El problema de la burguesía francesa era entonces el de evitar un doble
peligro (para ellos): el peligro de la restauración del Antiguo Régimen (lo cual obtuvo eliminando la
monarquía, aboliendo la nobleza y ganando la guerra contra los demás países) y el peligro de que se
repitieran los excesos de la Convención (lo cual logró refrenando al campesinado y a la pequeña o baja
burguesía, y asegurando un gobierno estable que garantizara su progreso económico

3.3. Algunas consecuencias de la Revolución Francesa

• ¿Qué sucedió con los actores sociales?


Luis XVI fue ejecutado junto con su esposa y la Revolución elimino a la monarquía como forma de
gobierno. Sin embargo, algunos años después algunos familiares del rey intentarían recuperar el poder (la
llamada "Restauración")

La nobleza desapareció como estrato social al perder sus privilegios. Algunos nobles fueron
ejecutados, sin embargo, otros lograron usas sus riquezas para dedicarse al comercio o a la industria: pero
entonces ya no eran más nobles, sino que se habían trasformado en burgueses.

La alta burguesía y los profesionales ocuparon los cargos de los nuevos gobiernos y se aseguraron
de que el Estado garantizara su bienestar. Sus ganancias se incrementaron y pasaron a ser el grupo
dominante de la sociedad. La baja burguesía por su parte, obtuvo algunos derechos y la capacidad de
lograr cierto ascenso social, si bien la mayoría siguió viviendo de forma precaria.

El clero francés fue duramente golpeado, aunque se recuperó con el tiempo. La Iglesia en Francia ya
no tuvo casi intervención en la política (A pesar de que la gran mayoría de la población seguía profesando
la fe católica y no había adoptado la ideología liberal).

20
El campesinado siguió siendo pobre. Lentamente se fue formando, también en Francia, un
asalariado industrial, a medida que la revolución industrial se fue desarrollando también allí.

• La expansión francesa por Europa: las guerras napoleónicas.

Ya vimos como Francia logró salir victoriosa de las guerras en que intervino, pero no se limitó a
protegerse, sino que comenzó a tomar otros países. En la época de Napoleón, Francia llegó a dominar la
mayor parte de Europa a excepción de Gran Bretaña, Rusia y otros pocos países. La principal consecuencia
de esta expansión es que paralelamente a la conquista militar se transmitían las ideas de la Revolución por
el resto de los países.

• El liberalismo político.
El liberalismo como teoría y práctica política que surgió con la Revolución no se quedó en Francia,
sino que sus ideas se fueron expandiendo por todo el mundo, llegando hasta nuestros días.

Se encontraba presente en las ideas de algunos de revolucionarios argentinos y está también


presente en gran parte de los regímenes políticos del mundo actual.

Esa ideología resultó destructiva para la tradición religiosa, espiritual, cultural y social de occidente
y sólo pudo imponerse a partir de grandes matanzas (como las de la Vendée en Francia) o una gran
propaganda cultural y educativa (como gran parte de la configuración del Sistema Educativo Argentino)

Esta ideología tuvo su realización en la democracia de partidos, que coloca al número (la mayoría de
individuos) como criterio de acceso al poder y como criterio de verdad. Esta fascinación por la cantidad,
tiene como consecuencia que todo lo que la mayoría diga o acuerde es cierto y verdadero. En todos los
países, durante el siglo XX, más tarde o más temprano, va a aparecer la forma de gobierno "republicana" y
democrática.

El problema está en que, dado que las limitaciones son pocas, el poder del dinero no está limitado de
ninguna manera en su accionar, por lo tanto, bajo un régimen liberal, nadie le impide ponerse en marcha
para captar la voluntad de las personas a través de promesas, publicidades, dádivas, "planes sociales", etc.
Por eso se suele decir que los que tienen los medios para hacer propaganda y llegar a las mayorías son los
verdaderamente libres, el resto no puede competir con ellos.

El Estado, por lo tanto, queda reducido teóricamente al rol de “guardián”, pero con menos atribuciones
que el Estado en su forma clásica. Incluso la palabra "política" cambió su significación: si antes describía las
actividades de poder del Estado, ahora se refería a los esfuerzos de individuos y de sus partidos para
ocupar posiciones en el gobierno.

3.4. El imperio napoleónico.

21
Napoleón, uno de los generales del ejército revolucionario, habiéndose dado cuenta de que la
Revolución iba a terminar perdiéndose sin un liderazgo fuerte, se convirtió en el primer cónsul (1799) y,
posteriormente, Emperador de los Franceses (1804). Creía fervientemente en los principios de la revolución
liberal, pero consideraba que el terror jacobino no daba completo resultado.
Los monárquicos, defensores de la Europa anterior a la revolución, encabezaron una alianza contra
Napoleón, pero cometieron un error: tomaron como aliada a Inglaterra, que, si bien simulaba estar en
contra de Napoleón, todos los banqueros apoyaban sus reformas: ellos también eran liberales.
Desde la coronación de Napoleón comenzaron una serie de campañas militares exitosas que terminaron
con la ocupación de España, Portugal, Austria, Prusia, Polonia, y varios territorios del este europeo, hasta
que fue detenido por el invierno ruso en 1812.
Estos conflictos, llamados las "Guerras Napoleónicas," son fundamentales para entender los procesos de
independencia en América latina que veremos en una próxima unidad.
La coalición opositora a Napoleón incluía a Austria, Prusia, Rusia, e Inglaterra. Dentro de esta coalición
los ingleses no eran de ningún modo partidarios del retorno del régimen anterior. Sin embargo, había que
asegurar que del lado que cayera el triunfo, los liberales dominarían. Las tropas inglesas eran financiadas
desde la City de Londres.
Tras la invasión de la coalición a Francia, Napoleón abdica en la Isla de Elba, vigilada por los ingleses
(abril de 1814), pero logra escapar.
Regresa a Francia (1815), donde gobierna por 100 días, e inicia una corta campaña a Bélgica. La derrota
definitiva de Napoleón se produce en Waterloo. Es el fin de Napoleón, que será internado en una isla del
Atlántico Sur (Santa Elena), donde moriría en 1821.
Según el Tratado de París de 1815, Francia debía volver a sus fronteras anteriores.

22
ACTIVIDADES
Primera Parte: Cuestionario

1) Hacer un cuadro comparativo entre el sistema político existente en Gran Bretaña antes de la Revolución
Industrial y en Francia antes de la Revolución Francesa.

Gran Bretaña Francia


Nombre del régimen político Nombre del régimen político:

Características Características

Lugar ocupado por la burguesía: Lugar ocupado por la burguesía:

23
2) Enumeren y desarrollen en profundidad las transformaciones sociales que se dieron en Gran Bretaña
durante la Revolución Industrial.

3) Enumeren y expliquen brevemente las consecuencias de la Revolución industrial.

4)
a. ¿Cuáles son los puntos esenciales del liberalismo político en relación a la sociedad jerárquica, la propiedad
privada, la ley y la representación? Enumeren y expliquen.

b. ¿Más allá de eso, en que creían realmente la mayoría de los que pensaron en el liberalismo político de esa
época?

5) Respondan reflexivamente por que decimos que la Revolución Industrial fue principalmente económica y la
Francesa fue principalmente política y cultural, pero las dos fueron revoluciones sociales.

6) Decir si la siguiente afirmación es verdadero o falsa y justificar.


- “Los obreros franceses de la época de la revolución trabajaban en fábricas con malas condiciones, y la
burguesía se llevaba la mayor parte de las ganancias de la producción”

Segunda parte: Análisis documental.

Leer las siguientes fuentes y resolver las consignas:

1) Carta de Boulton a James Watt (1769). La carta se la dirige un burgués, dedicado a la fabricación de textiles
y con mucho dinero, al inventor de la máquina de vapor, James Watt, para proponerle hacer una sociedad
entre los dos para fabricar las máquinas de tejer a vapor que invento Watt. 2

“(…) mi idea es la de instalar una fábrica cerca de la mía, a orillas de nuestro canal, en donde podría poner
todo lo necesario para la realización de las maquinas. Con esta fábrica, podremos suministrar a todo el mundo
máquinas de cualquier tamaño. Con estos medios y con Vuestra asistencia podremos contratar y enseñar a
algún buen obrero (dándole instrumentos mucho mejores que los que cualquier otro, para producir una sola
máquina, le entregaría) y podremos poner a punto vuestro invento con un costo inferior en un veinte por ciento
al de cualquier otro sistema y con una diferencia en cuanto a la precisión similar a la que existe entre el
producto de un herrero y el de un constructor de instrumentos matemáticos. Y, así las cosas, no tendría sentido
producir sólo para tres condados, sino que sería mucho más conveniente producir para todo el mundo.”

2 La carta se encuentra en L.T.C. Roit: James Watt, pp. 47-48.

24
a. ¿Qué ventajas tendría, según el autor de la carta, fabricar las máquinas de Watt en una fábrica como
la que él propone instalar?
b. Con que aspecto de la Revolución Industrial se relaciona esta carta. Justifiquen.

2) Petición de pequeños propietarios de tierras sobre las “tierras comunes” del condado de
Northamptonshire, en Gran Bretaña (1797). Las “tierras comunes” eran espacios que los campesinos podían
utilizar para llevar a sus animales a alimentarse, buscar agua, etc. En el siglo XVIII el gobierno comenzó a
“cercar” esas tierras, es decir a impedir el acceso a las mismas. Veamos que reclaman los campesinos y por
qué: 3

“Los demandantes piden poder exponer a la corte de justicia en base a los siguientes hechos:
Que con el pretexto de hacer mejorías en las tierras (…)
se privará a los campesinos sin tierra y a todas las personas que tienen derechos sobre las tierras comunes que se
pretenden cercar, del indispensable privilegio del que actualmente gozan, es decir, de que sus bueyes, terneros y
ovejas puedan pacer a lo largo y a lo hacho de dichas tierras. (…) Bajo el empuje de la necesidad y de la falta de
trabajo, los campesinos se verán obligados a emigrar en masa hacia las ciudades industriales, en donde la
naturaleza misma del trabajo en el telar o en la fragua reduciría pronto su vigor, debilitaría a su descendencia
(…)”

a. A qué aspectos de la Revolución Industrial hace referencia esta petición. Justifiquen.

3) Manchester en 1795 vista por un cronista. Manchester fue un de las primeras y principales ciudades
británicas donde apreció el sistema fabril. Veamos lo que dice un viajero que la visita en esa época: 4

“(…) El invento y los progresos de las máquinas para reducir el trabajo han tenido una gran influencia en la
extensión de nuestros comercios y asimismo han aumentado el empleo, especialmente de niños, en las industrias
algodoneras. Pero los sabios designios de la providencia implican que en esta vida no haya beneficios que no
vengan acompañados de desgracias. Y es que en estas industrias algodoneras y en fábricas hay muchas y obvias
desgracias (…). En esas fábricas se emplean niños de tiernas edades: muchos de ellos son trasladados en masa,
para hacer el aprendizaje, a industrias ubicadas a centenares de millas de distancia; en ellas prestan sus servicios
ignorados, indefensos y olvidados por aquellas personas a las que la naturaleza o las leyes habían confiado su
custodia. Por lo general estos niños están obligados a trabajar demasiado tiempo en ambientes cerrados, con
frecuencia durante toda la noche: el aire que respiran está envenenado por el aceite o por otras sustancias utilizadas
por las máquinas y nadie se preocupa de sus condiciones higiénicas.”

a. ¿A qué grupo social pertenecen esos niños?


b. ¿Qué ventajas y que desventajas tiene el sistema de fábricas para el autor?

4) Lean el siguiente texto de Adam Smith, economista inglés del siglo XVIII.

3 La carta se encuentra en Common Journals, del 19 de julio de 1797.


4 El relato aparece en AIKIN John: A descripción of the country from thirty to forty miles round Manchester, Londres 1795.

25
Cada individuo en particular pone todo su cuidado en buscar el medio más oportuno de emplear con mayor
ventaja el capital del que puede disponer. Lo que desde luego se propone es su propio interés, no el de la
sociedad en común: pero estos mismos esfuerzos hacia su propia ventaja le inclinan a preferir, sin premeditación
suya, el empleo más útil a la sociedad como tal. [...]. Como cualquier individuo pone todo su empeño en emplear
su capital en sostener la industria doméstica, y dirigirla a la consecución del producto que rinde más valor,
resulta que cada uno de ellos colabora de una manera necesaria en la obtención del ingreso anual máximo para
la sociedad. Ninguno se propone, por lo general, promover el interés público, ni sabe hasta qué punto lo
promueve. Cuando prefiere la actividad económica de su país a la extranjera, únicamente considera su seguridad,
y cuando dirige la primera de tal forma que su producto represente el mayor valor posible, sólo piensa en su
ganancia propia; pero en este como en muchos otros casos, es conducido por una mano invisible a promover un
fin que no entraba en sus intenciones. Mas no implica mal alguno para la sociedad que tal fin no entre a formar
parte de sus propósitos, pues al perseguir su propio interés, promueve sus designios. No son muchas las cosas
buenas que vemos ejecutadas por aquellos que dicen obrar solamente por el bien público, porque, fuera de
lisonja, es necesario para obrar en realidad por este solo fin un patriotismo del que se darán en el mundo muy
pocos ejemplares. (...).

(Adam Smith, Investigaciones sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, 1776. Fragmento.)

a) ¿Qué función asigna Smith al interés individual y al “egoísmo”?


b) ¿Qué relaciones establece entre interés individual e interés social?
c) ¿En que se relaciona esto con la ideología del liberalismo?

4) La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, sancionados por la Asamblea Nacional en 1789.
Veamos algunos artículos de la declaración:

Art. 1º. Los hombres nacen libres e iguales en derechos, y las distinciones sociales solo pueden fundarse en
la utilidad común.

Art. 5º. La ley tiene derecho a prohibir las acciones nocivas a la sociedad. Todo lo que no está vedado por
la ley no puede ser impedido, y nadie puede ser obligado a ejecutar lo que ella no ordena.

Art. 10º. Nadie debe ser molestado por sus opiniones, aunque sean religiosas, con tal que su manifestación
no turbe el orden público establecido por la ley.

Art. 17º Siendo la propiedad un derecho inviolable y sagrado, nadie puede ser privado de ella sino cuando
la necesidad pública, legalmente justificada lo exija evidentemente a condición de una justa
indemnización.

a. A que dimensiones del liberalismo político hacen referencia cada uno de los artículos. Justifiquen
b. Que grupos sociales apoyarían o atacarían estas leyes y por qué.

26
5) Carlos Sacheri: "La Iglesia frente al liberalismo". En El Orden natural, Cruzamente, Buenos Aires, 1980.

EL LIBERALISMO

"Una de las corrientes principales que caracterizan a la cultura moderna es el llamado liberalismo.
Como su etimología lo indica, la doctrina liberal tiene por esencia propia la exaltación de la
libertad humana.
La Iglesia siempre rechazó al liberalismo en numerosos documentos, condenando formalmente
sus tesis más graves. (...)
¿Cuáles son los motivos de tal severidad por parte de la Iglesia, frente a una doctrina que dominó a
las naciones de Occidente durante casi tres siglos? Una consideración atenta de los principales
aspectos de la doctrina liberal nos permitirá comprender las razones del sostenido combate que la
Iglesia ha librado heroicamente, con todos los riesgos que ello supuso, con todos los mártires que
contó en sus filas.

Fuentes doctrinales:
La corriente liberal tuvo particular vigencia durante los siglos XVIII y XIX. A través del proceso
revolucionario francés de 1789 – que constituyó la primera Revolución internacional – se extendió
rápidamente en los países europeos, difundida por los ejércitos napoleónicos, e infundió su
inspiración ideológica al movimiento emancipador de los países de Hispanoamérica. Desde fines
del siglo XIX, el liberalismo clásico fue adoptando posturas más matizadas, ante la tremenda
evidencia del caos social y económico causado en Europa por la aplicación de sus principios
fundamentales.
Las raíces doctrinales de la corriente liberal pueden sintetizarse en cuatro principales: 1) el
nominalismo del siglo XIV, con su negación de la universalidad del conocimiento y su énfasis en lo
individual; 2) el racionalismo del siglo XVI con su exaltación de la razón humana; 3) el iluminismo
que dio lugar al librepensamiento y a la concepción del hombre como absolutamente autónomo en
lo moral. A ellos debe sumarse el influjo del protestantismo, sobre todo en su versión calvinista,
que fomentó – como lo prueban los estudios de Troelsch, Tawney, Sombart, Belloc y Max Weber –
el espíritu de acumulación de riquezas.

El humanismo liberal:
Desde el punto de vista filosófico, el liberalismo considera a la libertad como la esencia misma de
la persona, desconociendo que los actos humanos son libres en cuanto suponen una guía u
orientación de la razón.
El hombre es considerado como naturalmente bueno y justo, poseedor de una libertad absoluta,
que no reconoce límite alguno. El “buen salvaje” rousseauniano es el arquetipo del individuo
independiente y soberano, incapaz de malicia alguna. Es bueno por el simple hecho de ser hombre,
sin que su perfección requiera una educación, un esfuerzo o una decisión personales.
En la medida del ejercicio pleno de su independencia, el ser humano está llamado a un progreso
indefinido y necesario, tanto intelectual como moral. En el plano de la conducta, el sujeto no puede
estar sometido a regulación ética alguna que no provenga de su propia autodeterminación. Este
subjetivismo moral lleva aparejada la negación de todo orden objetivo de valores, del derecho
natural y de la ley o Providencia divina.

La economía liberal
El liberalismo económico centra todo en la iniciativa y el interés individuales. Adam Smith habla
del “sano egoísmo individual” como motor del dinamismo económico. La única ley fundamental es
la ley de la oferta y la demanda; respetándola cabalmente producirá espontáneamente la armonía
de los intereses particulares.

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Esta concepción asigna al lucro, a la ganancia por la ganancia misma, el carácter de fin último de la
economía. El afán de lucro no reconoce limitación de ningún tipo moral ni religioso. El derecho de
propiedad es exaltado como derecho absoluto, de modo tal que el dueño puede llegar hasta la
destrucción del bien que posee, en nombre de sus derechos (ver “Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano” de 1791); no se asigna a la propiedad ninguna función
social.
El trabajo humano – en particular, el del obrero – es asimilado a una mercancía más, objeto de
compra-venta en el mercado, con olvido total de la dignidad propia del asalariado. El salario,
sometido a la “ley de bronce”, sólo tiene en cuenta al individuo que trabaja y no al sostenimiento
de su familia.

La sociedad y el Estado
En razón de postular que el solo respeto de la libertad absoluta de cada ciudadano asegura
automáticamente la armonía de los intereses particulares, el liberalismo suprime todos los grupos
e instituciones existentes entre los individuos y el Estado. Es así como la familia se ve gravemente
afectada por la introducción del divorcio, por la total libertad de designar herederos, por la
división del patrimonio familiar. Así también, la ley Le Chapelier (1791) suprimió todas las
organizaciones artesanales y profesionales existentes en Francia, prohibiendo toda forma de
reunión y de asociación, por considerarlas atentatorias de la libertad individual.
El Estado, definido cómo dictatorial por naturaleza, es relegado a mero custodio de la libertad y la
propiedad de cada ciudadano; en virtud del "laissez faire, laissez passer”, la autoridad política
carece de toda función positiva.

La moral y el derecho
Dado que el individuo es autónomo, no reconoce otras normas que las que él mismo se dicte.
Todos los valores morales se reducen a lo subjetivo, razón por la cual, lo que uno concibe como
recto o justo no tiene por qué ser admitido por los demás.
Así como la moral se separa totalmente de la religión, el derecho se independiza de la moral
(positivismo jurídico). Todo derecho es subjetivo y no reconoce otra regla que la voluntad de los
sujetos que libremente acuerdan convenios, contratos, sociedades, etc.
En nombre del sufragio universal y de la soberanía popular, la democracia liberal expresa en forma
de ley lo que los individuos han decidido. El derecho positivo no reconoce ninguna dependencia
con relación al derecho natural y se exige en principio la separación total entre Iglesia y Estado.

Cultura y religión
Esta exaltación de los valores individuales también afecta el plano de la cultura, que es concebida
como una actividad autónoma, desvinculada de los valores éticos. El culto del “arte por el arte” es
una expresión concreta de tal actitud. En el plano religioso, el liberalismo conduce primeramente a
un indiferentismo y, luego, al ateísmo. Su naturalismo integral lo seculariza todo. La religión se
reduce a sentimientos subjetivos, separados de las actividades diarias.
Ese ateísmo práctico se traduce en el laicismo educativo y social, que elimina toda referencia a lo
trascendente y exalta la libertad de conciencia y de cultos. (...)

Lo expuesto muestra claramente que la doctrina liberal elabora una concepción de la persona y de
las relaciones sociales en abierta oposición al sentido cristiano de la vida."

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Bibliografía
AA.VV.: Historia I, Norma, Colombia, 1997.

ACHER, Daniela (et al): Historia 2: América y Europa entre los siglos XIV y XVIII. Puerto de Palos,
2019

DEVOTO, Fernando (dir.) y CHIARAMONTE, José Carlos (coord.): H1, historia argentina y
latinoamericana (1780-1930); Tinta Fresca, Buenos Aires, 2007.

GROSSO, Baltasar: "Modulo de 5º B"; inédito, s.l., 2016.

HOBSBAWN, Eric: La era de la revolución (1789-1848); Crítica, Buenos Aires, 2003.

KINDER, Hermann y HILGEMANN, Werner: Atlas Histórico Mundial (II). De la Revolución


Francesa a nuestros días; Istmo, Madrid, 1999.

MANN, Michael: Las fuentes del poder social, II. El desarrollo de las clases y los Estados nacionales,
1970-1914; Alianza, Madrid, 1997.

NÉRE, Jacques (Comp.): Historia Contemporánea; Labor, Barcelona, 1979.

Guía de lectura elaborada por Fernando N. Teruel Mendoza

para uso EXCLUSIVO de 4º Año “C” del Instituto Nuestra Señora de Fátima

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