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¿Fue el absolutismo una causa común entre la Rev. Francesa y Revolución Americana?
En estricto sentido no, porque Inglaterra poseía una monarquía constitucional desde la
Revolución gloriosa. Pero en ambos casos se luchaba contra regímenes que se estimaban
abusadores. Además, en las colonias americanas no existía la idea de un “antiguo régimen”
(sociedad estamental) que había que superar.
Causas comunes de las revoluciones: Mercantilismo
Ejemplos de control
➢ Restricciones al comercio de la propiedad raíz (por ejemplo,
mayorazgos, bienes eclesiásticos, etc.).
➢ Precios del trabajo y de bienes.
➢ Monopolios de producción y comercio.
Efecto: Al controlarse la economía, se controlaba a las personas. Por
ejemplo, mediante los gremios se determinaba quienes podían o no
ejercer algunos oficios.
Sistema fiscal: Era triple: Corona, nobleza e Iglesia. Estas entidades
cobraban impuestos a sus vasallos.
Causas comunes de las revoluciones: Mercantilismo
i) Debilitamiento del régimen feudal: Pese a que el absolutismo supuso (en los
siglos XV, XVI y XVII) un fuerte debilitamiento del feudalismo, especialmente al
ir unificando el derecho, en el siglo XVIII todavía quedaban importantes dosis
de él. Por ejemplo:
➢ El territorio estaba muy fragmentado políticamente.
➢ Los nobles poseían fueros o inmunidades, como los derechos de cobrar
impuestos, administrar justicia, entre otros.
Ejemplos de privilegios:
Se pensaba que los individuos, en cuanto sujetos políticos, tenían el derecho de conformar el pueblo o
nación y, desde ahí, construir la sociedad política. Aquí se promueven las libertades políticas. Un
antihistoricismo de la Revolución Francesa no opera sólo al oponerse a los privilegios feudales,
sino también al rechazar la idea de un gobierno moderado o mixto, como en Inglaterra. (Monarquía
constitucional).
La Revolución Francesa nunca se miró como una reforma de la monarquía o del antiguo régimen, sino
como una revolución. La misma oposición a los privilegios, impedía la conformación de una monarquía
constitucional.
La revolución francesa: individualismo
Fioravanti:
“En concreto, los constituyentes franceses rechazaron resueltamente la hipótesis de un veto absoluto del
monarca sobre los actos de la asamblea legislativa, ya que el carácter absoluto del veto hacía que la
voluntad del monarca se convirtiera en necesaria, al igual que la de la asamblea, para producir la máxima
fuente del derecho, la ley, reproduciéndose la lógica británica —a rechazar— del King in Parliament”.
Por otra parte, los constituyentes franceses rechazaron rápidamente la hipótesis de un sistema
bicameral, “que tiene su origen en la necesidad de equilibrar en sí el elemento aristocrático y democrático,
diferenciando oportunamente en este sentido las modalidades de acceso a ambas cámaras, como sucedía en
el caso de los Commons y los Lords.
La revolución francesa: estatalismo
Aurora Bosch: “Hacia 1760, las 13 colonias británicas de América del Norte, no
sólo habían demostrado su viabilidad económica, al constituir ya un tercio de la
economía británica, sino que eran una sociedad diversa […], en rápido proceso
de cambio, que iban afirmando unos rasgos distintivos con respecto a la
metrópoli” (2005: 1).
Población: Creció de 250 mil habitantes en 1700 a 2 millones y medio en 1776.
1/5 de población británica e irlandesa.
Causas de crecimiento demográfico: Aumento de esperanza de vida (70 años)
y fuertes oleadas migratorias, tanto libres como forzadas.
Migrantes forzados: Presos británicos y esclavos africanos. En 1780 había
575.425 esclavos africanos, 1/5 de la población colonial. También llegaban
“sirvientes contratados”, que vivían como esclavos por 4 años.
Migrantes libres: Ya no eran exclusivamente ingleses, también alemanes y
escoceses. En 1790 más de la mitad de la población eran migrantes no
británicos.
Territorio: En 1760 era una franja costera en el Atlántico. Sociedad
eminentemente rural. No más de 170 mil personas vivían en las ciudades.
Agricultura, actividad principal.
Ciudades más grandes: Filadelfia (35 mil habitantes), Boston y Nueva York (25
mil).
Revolución americana: individualismo
Es verdad que la Revolución Americana también poseía una cierta ruptura, pero era una
ruptura política con la madre patria, en pro de la independencia de las colonias, y no en
contra de un orden social preexistente.
Por el contrario, el pasado colonial era visto como tiempos de libertad y de igualdad que
se habían suprimido con el reinado de Jorge III, especialmente a partir de distintas leyes
tributarias y coercitivas.
Después de la Guerra de los Siete años, el Londres necesitaba pagar deudas y
financiar gastos en nuevos territorios. Para ello, comenzó una fuerte presión tributaria
sobre colonias. Por ejemplo:
Ley del azúcar (1764): Productos (no sólo azúcar; también tabaco, pieles, hierro y
madera) sólo podían exportarse a Inglaterra.
Ley de moneda (1764): Prohibición a las colonias de emitir papel moneda. Provocó crisis
económica.
Ley del timbre (1765): Impuesto sobre documentos legales, almanaques y periódicos.
Ley de acuartelamiento (1765): Obligaba a las colonias a abastecer y construir
cuarteles para las tropas británicas.
Estas leyes, y la falta de representación de las colonias en el Parlamento británico,
llevaron a los colonos a pensar en la independencia. Pero no para cambiar la sociedad
previa, sino para poder volver a ella.
Revolución americana: individualismo
¿Por qué se llegó a pensar en una unidad política superior a los estados (ex colonias)? Hubo problemas entre algunos
estados (por ejemplo, entre Virginia y Maryland sobre impuestos de navegación). La unidad militar, la lucha común en la
guerra revolucionaria, había generado una noción de patriotismo común, superior a los patriotismos regionales.
Algunos (por ejemplo, James Madison) comenzaron a pensar que había que establecer un sistema político que evitara la
“tiranía de las asambleas” y que garantizase los derechos naturales: liberty and property.
En otras palabras, era necesario reforzar el gobierno central, pero manteniendo la autonomía de los estados.
¿Cómo lograr esto?
Representación de los estados en el Congreso Nacional: Estados pequeños exigían igual representación que los grandes.
Solución: Congreso bicameral: Cámara de representantes: Elegiría uno por cada 40 mil habitantes; y Senado: 2 por cada
estado, independiente del tamaño.
Panorama español a fines del s. XVIII
Reformas políticas: Apuntaron a una mayor concentración del poder en manos del monarca. Pretexto:
Modernización de Administración, había sentimiento de decadencia. John Lynch habla de “nuevo
imperialismo” o “segunda conquista”.
• Se crea la Secretaría de Marina e Indias, que recibe muchas de las atribuciones del antiguo Consejo de
Indias relativas a guerra, hacienda, navegación y comercio, y el nombramiento de funcionarios con
atribuciones políticas y judiciales (1714)
• Se crea virreinato de Nueva Granada (1717)
✓ Secretarías del Despacho Universal (Felipe V, 1717): Ministerios, asesores directos del rey en asuntos
concretos.
✓ Ministerio del Despacho Universal de Indias (Carlos III, 1776): Ministerio específico para los asuntos
americanos.
✓ Virreinato del Río de la Plata (Carlos III, 1776): Abarcó antiguas gobernaciones de Buenos Aires y
Paraguay, Audiencia de Charcas (antes Perú) y Corregimiento de Cuyo (antes Chile).
✓ Promulgación del Reglamento y aranceles reales para el comercio libre de España a Indias (1778) que
elimina parte importante de las restricciones al libre comercio entre puertos americanos y españoles
✓ Intendencias (Carlos III, 1787): Primeras se crearon en Cuba y Luisiana. En Chile, se crearon en Santiago y
Concepción, dependientes directamente del soberano. Capitanía General de Chile se independizó del
Virreinato del Perú.
Reformas borbónicas: ámbito
económico
En el ámbito económico se dispuso la aplicación
de estímulos que favorecieran el desenvolvimiento
de la agricultura y la minería, mientras que se
comenzó lentamente a eliminar el monopolio
comercial de la metrópoli sobre sus dominios
americanos, aunque se reestructuró el sistema
tributario a objeto de elevar sustantivamente la
recaudación en las aduanas reales.
- Regía el Imperio español Carlos IV, hijo y sucesor de - Mientras tanto, crecía el
Carlos III desde 1788: También era absolutista, pero primogénito de Carlos y María
débil de inteligencia y voluntad. intrigante. En otras Luisa, Fernando, quien fue
palabras, no se destacó como un reformista, como un anidando un odio ilimitado en
monarca progresista. contra de Godoy: Temía que éste le
- Se dice que lo dominaba su mujer, María Luisa de arrebatara el trono. El pueblo estaba
Parma. a favor de Fernando. Le decían “el
deseado”.
- La situación del gobierno era
compleja: Carlos IV se apoyaba
mucho en el favorito Manuel Godoy
(1767-1851). Los reyes lo cubrieron
de riquezas, títulos nobiliarios (por
ejemplo, “Príncipe de la paz”) y
cargos: dos veces fue secretario de
Estado, es decir, el Ministro
principal.
Invasión napoleónica de España (1808)
Fernando creyó contar con el apoyo de Napoleón, pero esto no fue tan claro.
Carlos IV y Fernando VII fueron citados por Napoleón a la ciudad de Bayona el
día 15 de junio de 1808
El emperador francés decidió ser práctico: Optó por quitarles el poder y
entregárselo a su hermano mayor, José Bonaparte, apodado en España como
Pepe Botella.
José Bonaparte juró una Constitución liberal a la francesa: establecía una
“Declaración de derechos del hombre”, anulaba el requisito de nobleza para
acceder a cargos públicos, eliminaba los mayorazgos, etc.
Además Fernando VII fue apresado.
2. Formación de una serie de juntas gubernativas: Instituciones que vienen de las Siete Partidas de Alfonso X de Castilla
(1252-1284). Se formaron en casi todas las ciudades en nombre del rey cautivo en Francia.
Más tarde, la necesidad de coordinar la resistencia y la acción gubernativa, determinó que las juntas locales se unifiquen en la
llamada Junta Suprema Central Gubernativa de España e indias con sede en Aranjuez y luego en Sevilla.
Al comenzar 1809, esta Junta invitó a los americanos a enviar representantes, ya que “los vastos y preciosos dominios que la
España posee no son propiamente colonias o factorías, como las de otras naciones, sino una parte esencial e integrante de
la monarquía española”. Es decir, hay un reconocimiento de calidad de reinos patrimoniales y autónomos.
Movimiento autonomista en Hispanoamérica