CONDICIONES AMBIENTALES RELACIONADAS CON EL ALMACENAMIENTO
DE MEDICAMENTOS.
Es universalmente admitido que el concepto de calidad de un medicamento
incluye dos características básicas: eficacia y seguridad. Mientras que la eficacia se define como la capacidad de un medicamento para obtener la acción terapéutica buscada en tiempo y forma, se entiende que un medicamento es seguro en tanto los riesgos que tiene para el paciente resultan aceptables en términos de un análisis de beneficio-riesgo. Dentro de los requisitos de calidad exigibles para un medicamento está su estabilidad, es decir, la capacidad de una formulación particular en un sistema de envase/cierre determinado, para mantenerse dentro de sus especificaciones físicas, químicas, microbiológicas, terapéuticas y toxicológicas a lo largo de todo el período en el que está en el mercado. Son muchos los factores que inciden en la estabilidad del medicamento desde su fabricación hasta el momento de su utilización, por lo que deficiencias en los sistemas de conservación (rotura de la cadena de frío) o en el tipo de envase pueden ocasionar estragos en la estabilidad de un medicamento. En términos generales existen una serie de condiciones ambientales que pueden afectar la estabilidad y por lo tanto alterar la eficacia y la seguridad de un medicamento como se menciona a continuación. Según la Resolución 1403 de 2007 del Ministerio de la Protección Social, los servicios farmacéuticos deben contar con mecanismos que garanticen las condiciones de temperatura y humedad relativa recomendadas por el fabricante del medicamento o dispositivo médico. Se deben llevar registros diarios de control de estas magnitudes con un termómetro adecuado y un higrómetro calibrado; por lo anterior es importante tener claros algunos conceptos que nos ayudaran a comprender y dar cumplimiento con este requisito:
❖ Temperatura: La temperatura es una magnitud referida a las nociones
comunes de calor medible mediante un termómetro. Su unidad de medida en el Sistema Internacional de unidades es el grado Celsius (°C) ❖ Humedad Relativa: Cantidad de vapor de agua presente en el aire. Su unidad de medida en el Sistema Internacional de unidades es el porcentaje de humedad relativa (%hr). ❖ Almacenamiento: Es el conjunto de actividades que tiene por objeto el cuidado y la conservación de las condiciones técnicas con las que fueron elaborados los medicamentos y dispositivos médicos. ❖ Medicamentos fotosensibles: Son los que se degradan rápidamente en presencia de la luz, deben almacenarse protegidos de esta. ❖ Medicamentos termolábiles: Son los que se alteran por acción del calor. Deben almacenarse a temperaturas adecuadas para evitar su descomposición con el calor. Entre estos se encuentran los productos biológicos, los que se recomiendan almacenar a temperaturas de refrigeración entre 2 °C y 8 °C. ❖ Medicamentos higroscópicos: Son los que son sensibles a la humedad, generando un deterioro en su forma farmacéutica como ablandamiento y cambio de color.
GENERALIDADES DE MEDICAMENTOS FOTOSENSIBLES:
Los medicamentos fotosensibles son un grupo de fármacos que por sus características necesitan conservarse protegidos de la luz. No se dispone de muchos estudios al respecto y cuando se dispone de estos suele citarse en su prospecto o ficha técnica, aunque no está indicado en el cartonaje. Todos los medicamentos fotosensibles deben mantenerse en envases apropiados (al resguardo de la luz) tanto en el Servicio de Farmacia como en las distintas Unidades de Hospitalización, para evitar su deterioro. Muchos de ellos vienen acondicionados por la industria farmacéutica en ampollas de cristal topacio para protegerlos de la luz. Si esto no ocurre, deben conservarse siempre dentro del cartonaje del envase original o envolverlos en papel de aluminio u otro papel opaco. Es importante que no se expongan a la luz desde su fabricación hasta su utilización. Es por ello que como medidas generales debemos tener en cuenta que: ✓ Únicamente se extraerán del envase que los protege de la luz cuando vayan a ser administrados. ✓ Se deben reconstituir y administrar justo antes de su uso. ✓ Cuando por algún motivo el medicamento haya permanecido cierto tiempo expuesto a la luz se debe consultar su estabilidad antes de utilizarlo. ✓ Cuando un medicamento presente alguna alteración en su aspecto externo (cambios de color, enturbiamiento o precipitado de formas líquidas) se procederá a su inmovilización para valorar su estabilidad y posterior retirada del botiquín si así lo requiere aunque no esté caducado. Es importante en este momento hacer una aclaración hacia el termino de medicamento fotosensibilizante que se define como aquel farmaco que provoca reacciones de fotosensibilidad entendiéndose estas como daños que pueden provocar en la piel del paciente al reaccionar con la exposición solar. Existen más de 300 principios activos que pueden desencadenar este tipo de efectos adversos, y algunos se encuentran presentes en medicamentos de uso tan frecuente como anticonceptivos, antibióticos, antiinflamatorios, antihistamínicos, antidepresivos, antihipertensivos, antidiabéticos, etc. De todos ellos, las reacciones de fotosensibilidad son más frecuentes en los siguientes fármacos: • Antibióticos / antimicrobianos: tetraciclinas, fluoroquinolonas, ácido nalidíxico sulfonamidas, trimetroprim • Antifúngicos: griseofluvina, ketoconazol • Agentes cardiovasculares: amiodarona, captopril, diuréticos (furosemida, hidroclorotiazida) • AINEs: ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno, ketoprofeno, piroxicam, celecoxib • Fármacos para el sistema nervioso: antipsicóticos (clorpromazina, perfenazina), antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, imipramina), benzodiacepinas (alprazolam, clordiazepóxido) • Hipoglucemiantes orales: clorpropamida, gliburida, tolbutamida • Otros fármacos: retinoides (isotretionina, etretinato), ciertos quimioterápicos (dacarbazina, 5-Fuorouracilo, vinblastina, metrotexato), vitamina B6, ranitidina Esto no significa que por tomar estos fármacos se vaya a tener necesariamente una reacción de fotosensibilidad, pero sí que son frecuentes en ellos, por lo que se deben de tomar las debidas medidas de precaución. Por otro, pueden darse reacciones de fotosensibilidad con muchos otros principios activos, lo que ocurre es que su frecuencia es menor. Existen dos tipos de reacciones de fotosensibilidad. La gran mayoría (casi el 95%) son reacciones de fototoxicidad, y sólo una pequeña parte (5%) son reacciones de fotoalergia. La diferencia entre ellas estriba en si media o no el sistema inmunitario en la reacción. En el caso de las reacciones fototóxicas, se produce un daño celular directo causado por el medicamento activado con la radiación, de naturaleza no inmunológica. Las reacciones fotoalérgicas en cambio, están mediadas por el sistema inmunitario y requieren de una exposición previa. El fotoalérgeno se transforma por efecto de la radiación y se une a las proteínas de la piel, para convertirse en un fotoantígeno y desencadenar así la reacción inmunitaria. En las reacciones de fototoxicidad, las lesiones suelen ser similares a las quemaduras solares, aparecen en las zonas expuestas a la radiación, después de unos minutos u horas tras la exposición, y suelen desaparecer entre 2 y 7 días tras la suspensión del fármaco causante, aunque a veces puede producirse una marcada pigmentación de la piel que puede durar meses. En lesiones más graves el tiempo de recuperación es más variable. En las reacciones fotoalérgicas el daño no depende de la dosis ni del tiempo de exposición a la radiación, ni tampoco de la vía de administración, y además, pueden aparecer reacciones cruzadas entre fármacos similares. Las lesiones suelen manifestarse como reacciones inflamatorias de tipo eccematoso, o bien con erupción y prurito, asemejándose a una dermatitis atópica. Esta reacción fotoalérgica se presenta en personas genéticamente predispuestas. El tiempo de recuperación es variable. ¿Cómo debe protegerse el paciente? La prevención primaria es la mejor medida de protección para un paciente en tratamiento con medicamentos fotosensibilizantes. Aunque ya se ha comentado que no todos sufren lesiones tras una exposición solar, es mejor tomar precauciones. Las medidas generales de protección son: • Utilizar filtros solares del máximo factor protector posible (recomendado FPS 50), o específicamente indicado para prevenir las reacciones de fotosensibilidad, cada dos horas, sobre todo en las zonas más sensibles o expuestas como el rostro, los hombros, o el escote • Utilizar prendas de vestir preferentemente oscuras que eviten que los rayos solares entren en contacto directo con la piel, incluidos gorros, sombreros, y gafas de sol • Evitar la exposición solar prolongada, principalmente en las horas centrales del día (de 11 de la mañana a 5 de la tarde), así como las fuentes artificiales de rayos ultravioleta (cabinas de bronceado artificial). • Si el medicamento se toma una vez al día, es mejor hacerlo por la noche, para que la concentración del principio activo fotosensibilizante sea menor en el momento de la exposición a la luz solar Si a pesar de todo lo anterior, el paciente observa una lesión en la piel, debe consultar lo antes posible con su médico para que confirme o descarte si se trata de una reacción asociada al medicamento y le indique cómo tratarla.
El farmacéutico, como profesional sanitario especializado en el medicamento,
debe garantizar el uso seguro, efectivo y eficiente de los medicamentos, así como mejorar la calidad de vida de los pacientes en relación con su farmacoterapia, por lo que sí, debe de avisar en el momento de la dispensación de la posibilidad de estas reacciones y de las medidas de prevención recomendadas. No obstante lo anterior, es importante que el paciente tome conciencia de este peligro, y asuma un rol más activo, preguntando siempre a su médico o a su farmacéutico, si el medicamento que está tomando puede producirle una reacción de fotosensibilidad, y que les informe de su estilo de vida y si lleva intención de exponerse al sol. También puede el paciente identificar cuáles son estos medicamentos ya que llevan un símbolo en el cartonaje en forma de triángulo rojo, con un sol parcialmente tapado por una nube en su interior, y una leyenda debajo del triángulo que pone “Fotosensibilidad: ver prospecto”.