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El comportamiento o conducta es, en términos de psicología, el conjunto de respuestas, bien por

presencia o por ausencia, que presenta un ser vivo en relación con su entorno o mundo de
estímulos.[1] Puede ser consciente o inconsciente, voluntario o involuntario, etc. según las
circunstancias que lo afecten. La ciencia que estudia la conducta y el comportamiento animal es la
etología y la ciencia que estudia la conducta desde el punto de vista de la evolución es la ecología
del comportamiento. [2]

El comportamiento es la manera en la cual se porta o actúa un individuo en la vida o cualquier


otro actor social. Es decir, el comportamiento es la forma de proceder que tienen las personas u
organismos ante los diferentes estímulos que reciben y en relación al entorno en el cual se
desenvuelven.

¿Qué es la conducta?
La conducta hace referencia al comportamiento de las personas. En el ámbito de la psicología se
entiende que la conducta es la expresión de las particularidades de los sujetos, es decir la
manifestación de la personalidad. Es por ello el concepto hace referencia a los factores visibles y
externos de los individuos.

Se entiende que hay tres factores que la regulan o influyen la conducta, estos son:

Fin. En primer lugar el fin. Es a partir del objetivo del comportamiento que la conducta adquiere
un sentido y da lugar a una interpretación.
Motivación. En segundo lugar se encuentra la motivación, es decir que la conducta posee algo que
la moviliza.
Causalidad. La conducta también posee o se produce por una causa determinada.
Además se considera que existen dos elementos más que dirigen la conducta, ellos son los
elementos de la sociedad y el ambiente, y los elementos biológicos.

Elementos del ambiente. En el primer caso se hace referencia al medio en el que el sujeto se
encuentra inmerso, tanto en relación con el ambiente físico, como social, incluyendo las
instituciones que lo conforman. En otras palabras solo se hace referencia a los factores externos.
Elementos biológicos. Vinculado con las cuestiones genéticas que son determinantes en el proceso
biológico. Es decir poseen un carácter interno. Además se le pueden sumar otros factores como la
alimentación o los meses de gestación en el vientre materno. Es por ello que la base de la conducta
humana se relaciona tanto con la parte psicológica como con la fisiológica de las personas, de
manera complementaria.

El valor es una cualidad de un sujeto o un objeto. Los valores son agregados a las características
físicas o psicológicas, tangibles del objeto; es decir, son atribuidos al objeto por un individuo o un
grupo social, modificando a partir de esa de lo cual es la atribución su comportamiento y actitudes
hacia el objeto en cuestión. El valor es una cualidad que confiere a las cosas comunes, hechos o
personas una estimación, ya sea positiva o negativa.

Se puede decir que la existencia de un valor es el resultado de la interpretación que hace el sujeto
de la utilidad, deseo, importancia, interés, belleza del objeto. Es decir, la valía del objeto es en
cierta medida, atribuida por el sujeto, en acuerdo a sus propios criterios e interpretación, producto
de un aprendizaje, de una experiencia, la existencia de un ideal incluso de la noción de un orden
natural que trasciende al sujeto en todo su ámbito. «Puesto que los valores no son cosas, ni
elementos de las cosas, entonces los valores son impresiones subjetivas de agrado o desagrado, lo
que nos producen a nosotros y que nosotros proyectamos sobre las cosas. Se ha acudido entonces
al mecanismo de la proyección sentimental; se ha acudido al mecanismo de una objetivación, y se
ha dicho: esas impresiones gratas o ingratas, que las cosas nos producen, nosotros las arrancamos
de nuestro yo subjetivo y las proyectamos y objetivamos en las cosas mismas y decimos que las
cosas mismas son buenas o malas, o santas o profanas» (García Morente, 1992).

Valores tales como: honestidad, lealtad, identidad cultural, respeto, responsabilidad, solidaridad,
amor, tolerancia, gratitud, laboriosidad, sociabilidad, etc., son fundamentales para convivir
pacíficamente en la sociedad.

La motivación es una actitud continuada en el tiempo con el objetivo de satisfacer una necesidad u
objetivo.

La motivación es algo que puede ayudar a cualquier individuo a mantenerse en acción, lograr los
procesos necesarios e implementar las acciones pertinentes para conseguir un logro, objetivo o
saciar una determinada necesidad.

Cada persona tiene distintas motivaciones, y dependerá de ella el grado de motivación que tiene
para conseguir lo que desea. Por ejemplo, un atleta que quiera participar en los Juegos Olímpicos,
tendrá que estar muy motivado para realizar los entrenamientos pertinentes, cuidar su
alimentación, ganar campeonatos y acumular experiencia para poder asistir y hacer un buen papel
en ese evento. O, por otro lado, una persona que va a empezar un curso universitario porque desea
ser veterinario y su pasión es ayudar a los animales. Se enfocará totalmente en aprender y aprobar
los exámenes para lograr su objetivo.

Habrá que designar en primera instancia aquello que es motivador para alguien, en lo que se va a
centrar para enfocar toda su fuerza.

En resumen, se trata de prolongar acciones en el tiempo con la recompensa de alcanzar una meta,
que puede estar relacionada con logros personales, laborales, familiares, deportivos, entre otros.

Tipos de motivaciones
Estas son las más destacadas:

Motivación extrínseca: Se trata de algo externo al individuo. Aquello que proviene del exterior y
supone una motivación para conseguirlo. Aquí entran en juego las recompensas que se pueden
conseguir como un reconocimiento laboral, una suma de dinero, o una posición relevante en un
grupo de influencia.
Motivación intrínseca: Es el tipo de motivación que sale de uno mismo, además de que supone
una sensación de bienestar y logro personal ya que está relacionada con los objetivos que una
persona quiere alcanzar para sentirse mejor. Por ejemplo, clases de baile, mejorar en cada clase
nuestro papel para sentirnos mejor en todos los aspectos, tanto físico, como mental.
Motivación negativa: En este caso la motivación viene determinada por evitar algo negativo que
puede ocurrir si no realizamos algo en concreto. Por ejemplo, una persona que necesita perder
peso y le recomiendan ejercicio para evitar problemas de salud.
Motivación positiva: La motivación positiva está relacionada con lo que apasiona al individuo a
realizar este tipo de acción en el tiempo para conseguir sus propósitos. Además, lo hace porque se
siente bien y los beneficios serán de su agrado. Por ejemplo, estudiar una carrera universitaria que
le gusta.

Habilidades son poderes que un agente tiene para realizar varias acciones. Incluyen habilidades
comunes, como caminar, y habilidades raras, como hacer un salto doble hacia atrás. Habilidades
son poderes inteligentes: están guiadas por la intención de la persona y ejecutarlas con éxito
resulta en una acción, lo que no es cierto para todo tipo de poderes. Por extensión, el término
designa la cualidad de una persona capacitada para llevar a cabo esta acción. Lo que se conoce en
conjunto como habilidades.[1] Están estrechamente relacionadas, pero no son idénticas, a varios
otros conceptos, como disposición, know-how, aptitud, talento y potencial.

Teorías de habilidad tienen como objetivo articular la naturaleza de habilidades. Tradicionalmente,


el análisis condicional ha sido el enfoque más popular. Según él, tener una habilidad significa que
uno realizaría la acción en cuestión si intentara hacerlo. Desde este punto de vista, Michael Phelps
tiene la habilidad de nadar 200 metros en menos de 2 minutos porque lo haría si lo intentara. Este
enfoque ha sido criticado de varias maneras. Algunos contraejemplos involucran casos en los que
el agente es físicamente capaz de hacer algo pero no puede intentarlo, debido a una fuerte
aversión. Para evitar estos y otros contraejemplos, se han propuesto varios enfoques alternativos.
Teorías modales de habilidad, por ejemplo, se centran en lo que es posible para el agente hacer.
Otras sugerencias incluyen definir habilidades en términos de disposiciones y potenciales.

La personalidad es un constructo psicológico. Se refiere a las características psíquicas de una


persona que determinan su manera de actuar ante circunstancias en particular. El concepto engloba
el patrón de actitudes, pensamientos, sentimientos y repertorio conductual que caracteriza a una
persona. Tiene una cierta persistencia y estabilidad a lo largo de su vida, de tal modo que las
manifestaciones de ese patrón en las diferentes situaciones poseen algún grado de predictibilidad.
Al tratarse de un concepto básico dentro de la psicología, a lo largo de la historia ha recibido
numerosas definiciones, además de las conceptualizaciones más o menos intuitivas que ha
recibido. Algunos autores han organizado y clasificado estas definiciones en grupos.[4]

La definición de personalidad puede variar dependiendo de la teoría, de una manera sencilla, se


trata de la forma de pensar, sentir, comportarse que tiene cada persona y es relativamente estable
en el tiempo (es decir, nos permite predecir las acciones de una persona ante ciertas situaciones

En psicología y ciencias afines, se denomina aptitud (en latín: aptus) a las condiciones que hacen a
una persona especialmente idónea para llevar a cabo una tarea.[1] En el ámbito vulgar, aptitud,
destreza, habilidad y competencia se utilizan indistintamente, puesto que son términos
relacionados, pero no son lo mismo. Todos ellos hacen referencia a la capacidad de una persona de
realizar una tarea, pero tienen diferentes significados específicos.[1][2]

«Habilidad» es la capacidad de ejecutar una acción o tarea de forma correcta mientras que se habla
de «destreza» si se consigue realizarla con éxito.[3][4] En cambio, «competencia» es cuando se
desarrolla una habilidad para resolver una actividad compleja.[5]

El conjunto de todas las habilidades, destrezas y competencias conforman la inteligencia humana.


[6]

Aptitud es la habilidad o postura que posee una persona o cosa para efectuar una determinada
actividad o la capacidad y destreza que se tiene para el desarrollo y buen desempeño de un
negocio, industria, arte, deporte, entre otros.

La palabra aptitud proviene del latín aptus que significa “capaz para”.

De esta forma, se entiende que el término aptitud puede aplicarse en diferentes entornos en los
cuales se desarrolla el ser humano, tanto en los que se involucran las capacidades cognitivas,
como físicas, biológicas, laborales, analíticas, entre otros.

¿Qué es la dinámica de la personalidad?


El término dinámica de la personalidad se refiere a los mecanismos mediante los cuales se expresa
la personalidad, con frecuencia enfocándose en las motivaciones que dirigen el
comportamiento. ... La motivación proporciona energía y dirección al comportamiento.

No es suficiente describir la personalidad. La relación entre la personalidad y el comportamiento


observable es a menudo sutil y no clara. El término dinámica de la personalidad se refiere a los
mecanismos mediante los cuales se expresa la personalidad, con frecuencia enfocándose en las
motivaciones que dirigen el comportamiento. Una teoría debe explicar la dinámica de la
personalidad y el desarrollo; también debe proporcionar conceptos descriptivos como los rasgos.
Sin tal amplitud de teoría, los rasgos pierden su significado completo.

Muchos estudios de psicología modernos y tradicionales apuntan a cinco dimensiones básicas de


la personalidad. La evidencia de esta teoría ha crecido a lo largo de los años con la teoría del
principio que surgió en 1949. Los cinco rasgos generales de personalidad descritos por la teoría
son extraversión (también a menudo deletreada extroversión), amabilidad, apertura, conciencia y
neuroticismo.

Los cinco rasgos básicos de la personalidad es una teoría desarrollada en 1949 por DW Fiske
(1949) y posteriormente ampliada por otros investigadores como Norman (1967), Smith (1967),
Goldberg (1981) y McCrae & Costa (1987).

Los investigadores habían pasado años antes de tratar de precisar los rasgos de carácter como una
forma de analizar el comportamiento de las personas. En un momento dado, Gordon Allport
encontró más de 4000 rasgos. Incluso cuando se redujo a 16, se consideró demasiado complicado.
Aquí es donde comenzaron los cinco grandes rasgos de personalidad.

Estas categorías amplias se han investigado y desarrollado a lo largo de los años y, aunque hay un
estudio extenso en cada área, los investigadores no siempre están de acuerdo en la definición de
cada característica.

¿Cuáles son los cinco grandes rasgos de personalidad?


Apertura
La apertura es una característica que incluye imaginación y perspicacia. El mundo, otras personas
y el afán de aprender y experimentar cosas nuevas es particularmente alto para este rasgo de
personalidad. Conduce a tener una amplia gama de intereses y a ser más aventurero a la hora de
tomar decisiones.

La creatividad también juega un papel importante en el rasgo de apertura; esto conduce a una zona
de mayor comodidad cuando se trata de pensamiento abstracto y lateral.

Piensa en esa persona que siempre está pidiendo lo más exótico del menú, yendo a diferentes
lugares y teniendo intereses en los que nunca hubieras pensado … es alguien que tiene un rasgo de
apertura alta.

Cualquier persona con un nivel bajo en este rasgo tiende a ser visto con enfoques más
tradicionales de la vida y puede tener dificultades cuando se trata de resolver problemas fuera de
su zona de confort de conocimiento.

Extraversión
La extraversión (a veces denominada extroversión) es un rasgo con el que muchos se habrán
encontrado en sus propias vidas. Es fácilmente identificable y ampliamente reconocible como
«alguien que se llena de energía en compañía de otros».

Esto, entre otros rasgos que incluyen locuacidad, asertividad y gran cantidad de expresividad
emocional, ha hecho que las personas extravertidas sean ampliamente reconocibles durante
muchos años de interacción social.

Todos tenemos un amigo o un miembro de la familia, o varios, que no son exactamente flores de
pared en una interacción social. Prosperan siendo el centro de atención, disfrutan de conocer gente
nueva y, de alguna manera, tienden a tener los mejores amigos y grupos de conocidos que hayas
conocido.

Lo contrario es, por supuesto, alguien más en nuestras vidas que podamos conocer, un
introvertido. Prefieren la soledad y tienen menos energía en situaciones sociales. Estar en el centro
de atención o tener una pequeña charla puede ser bastante agotador.

Los extrovertidos tienden a tener roles muy públicos que incluyen áreas como ventas, marketing,
enseñanza y política. Vistos como líderes, las personas extrovertidas serán más propensas a liderar
que pararse entre la multitud y se verá que no están haciendo nada.

Amabilidad
Las personas que exhiben una gran amabilidad mostrarán signos de confianza, altruismo,
amabilidad y afecto. Las personas muy agradables tienden a tener comportamientos muy
prosociales, lo que significa que están más inclinados a ayudar a otras personas.

Compartir, consolar y cooperar son rasgos que se prestan a tipos de personalidad muy agradables.
La empatía hacia los demás se entiende comúnmente como otra forma de agrado, incluso si el
término no encaja del todo.

Lo opuesto a la amabilidad es lo desagradable, pero se manifiesta en rasgos de comportamiento


que son socialmente desagradables. La manipulación y la maldad hacia los demás, la falta de
cuidado o simpatía, la falta de interés en los demás y sus problemas son todos bastante comunes.

Las personas agradables tienden a encontrar carreras en áreas en las que pueden ayudar más. Los
trabajadores de la caridad, la medicina, la salud mental e incluso los que hacen voluntariado en
comedores populares y dedican tiempo al tercer sector (estudios sociales) ocupan un lugar
destacado en la tabla de simpatía.
Neuroticismo
El neuroticismo se caracteriza por tristeza, mal humor e inestabilidad emocional. A menudo
confundido con un comportamiento antisocial o, peor aún, con un problema psicológico mayor, el
neuroticismo es una respuesta física y emocional al estrés y las amenazas percibidas en la vida
diaria de una persona.

Las personas que exhiben altos niveles de neuroticismo tenderán a experimentar cambios de
humor, ansiedad e irritabilidad. Algunas personas que experimentan cambios repentinos de
carácter desde la perspectiva del día a día pueden ser muy neuróticos y responder a altos niveles
de estrés en su trabajo y en su vida personal.

La ansiedad, que juega un papel importante en la composición del neuroticismo, se trata de la


capacidad de un individuo para afrontar el estrés y el riesgo percibido o real. Las personas que
sufren de neuroticismo pensarán demasiado en muchas situaciones y encontrarán dificultades para
relajarse incluso en su propio espacio

Emoción
Emociones
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Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación del
individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo importante.
Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas guía
de respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria.[1] Los
sentimientos son el resultado de las emociones, son más duraderos en el tiempo y pueden ser
verbalizados (palabras). Fisiológicamente, las emociones organizan rápidamente las respuestas de
distintos sistemas biológicos, incluidas las expresiones faciales, los músculos, la voz, la actividad
del SNA y la del sistema endocrino, pudiendo tener como fin el establecer un medio interno
óptimo para el comportamiento más efectivo.[2]

La formación académica es la base para convertirse en un buen profesional, pero las habilidades
laborales de cada empleado marcarán la diferencia entre ellos. Por eso los reclutadores ponen
especial atención a estas actitudes y capacidades.

El currículum es una buena manera para realizar una criba curricular inicial, pero será en la
entrevista personal donde el empleado demuestre qué habilidades laborales reúne y cuáles son las
idóneas para desempeñar el puesto de trabajo al que opta
Las habilidades laborales son aquellas inherentes a la propia persona, que no tienen que ver con su
conocimiento técnico sino con su carácter y que, por lo tanto, diferencia a un trabajador de otro
que, a priori, están igual de preparados técnicamente para un puesto.

Tipos de habilidades laborales


Los conocimientos técnicos son fundamentales para desempeñar un puesto de trabajo, pero lo son,
de igual manera, las habilidades profesionales y las habilidades sociales de cualquier empleado.
Ambas son relevantes para crear un buen clima de trabajo que aumente la productividad de sus
trabajadores.

Mientras que las habilidades laborales son esas capacidades que tiene la persona, como
profesional, en la realización de sus funciones; las habilidades sociales tienen más que ver con su
forma de ser.

Dentro de las habilidades laborales podemos destacar:

La capacidad de adaptación.
Trabajar en equipo.
Controlar el estrés.
Ser capaz de negociar.
Comunicar correctamente.
Innovar y crear.
Tener iniciativa.
Saber tomar decisiones.
Actuar de manera racional.

Qué son los valores profesionales


Los valores profesionales son características inherentes a cada profesión y forman parte de la
identidad profesional.

Los códigos de ética de cada profesión generalmente están constituidos por valores profesionales
requeridos en cada profesión, estos determinan los deberes y las normas que regulan el ejercicio
profesional que representan.

Por lo general los valores profesionales están relacionados a la orientación de las conductas y
tareas de los agremiados a los distintos colegios, es decir, orientan a una actitud de compromiso,
dedicación y ofrecimiento a su trabajo y a la comunidad. Los valores profesionales no se limitan a
una práctica moral, sino que, ascienden al interés de las actualizaciones y desarrollo de la
profesión mediante investigaciones, estudios y propuestas

Lista de ejemplos de valores profesionales


Una vez hemos visto qué son los valores profesionales y la importancia que tienen, vamos a ver
cuáles son estos valores. A continuación presentamos una lista con los

1. Compromiso
Los profesionales comprometidos acuden al trabajo de forma voluntaria, incluso el trabajo deja de
ser considerado como un acto obligatorio desde el compromiso ya que se encuentran tan
implicados en mejorarse a sí mismos como profesionales. El compromiso permite adquirir las
responsabilidades y realizarlas con los menores inconvenientes posibles y los mejores resultados
que se propongan.

2. Ética
Un profesional que actúa en favor del servicio y desarrollo social, humano, profesional y laboral.
La ética se manifiesta en la congruencia de los pensamientos y las acciones, incluso en el
reconocer la ausencia de esta expresión de congruencia. Actos contrarios al servicio y a la
coherencia, representan la antítesis de los valores profesionales.

3. Responsabilidad
Otro de los valores profesionales más importantes es la responsabilidad. Hay actividades que son
asignadas dentro del lugar de trabajo, pero existen otras que se adquieren en la preparación
profesional: el hacerse cargo de las consecuencias de cada acto llevado a cabo en servicio,
denominarse autor y escultor del propio desempeño (encargarse de la actualización y constante
preparación).

4. Esfuerzo
Los logros dentro de la profesión está de más decirlo que son alcanzados tras arduos y extensos
períodos de trabajo, el compromiso concurre con el esfuerzo: el profesional se compromete con su
propio desempeño y es consciente de que esto de alguna forma requerirá de un trabajo, tiempo y
demás inversiones.

5. Respeto
Otro valor profesional imprescindible a mencionar es el respeto, también incluido en los
principales valores universales. El aceptar la propia capacidad y la de los demás profesionales
colegas permitirá que el desempeño sea favorable para ambos en relación a un ambiente
agradable.

6. Lealtad
Una persona leal se caracteriza por su compromiso, fidelidad, representación y dedicación aún en
las circunstancias adversas, defendiendo así los principios, objetivos y visión de la organización y
su profesión. Este valor también está incluido en la lista de valores familiares.

7. Adaptabilidad
Otro de los valores humanos más importantes en el desarrollo del área profesional es la
adaptabilidad. Este valor representa la capacidad para establecerse a los cambios de las situaciones
laborales y profesionales, sin tener que disminuir su compromiso, rendimiento y eficacia. Permite
a los profesionales apreciar y aprovechar las nuevas circunstancias que han modificado las que ya
conocía, lo cual lo lleva a encontrar nuevas ideas de mejoras.

8. Honestidad
La honestidad está implicada en la firmeza del carácter que no se doblega ante la más mínima
necesidad; mantener en pie lo que se ha dicho o hecho sin negarlo o eludirlo al verse confrontado
por un pensamiento opuesto. Es uno de los valores éticos y morales más importantes a nivel
personal. En un sentido profesional, la honestidad representa la capacidad de actuar de acuerdo a
lo que se dice y de acuerdo a las propias capacidades, sin alardear de más sobre ellas o denigrando
las de los demás para sobresalir ante ellos.

9. Individualismo
Aunque en muchos casos el individualismo aparente ser la contracara al trabajo en equipo, esto
puede representar una capacidad bastante beneficiosa para el desarrollo de una empresa ya que de
alguna forma las personas serán capaces de tomar iniciativas de mejoras sin requerir instrucciones
o manuales bastante estructurados y con el pensamiento de muchos más, y que quizá sea
desactualizado.

10. Secreto profesional


Toda aquella información a la que tenga acceso un profesional por motivo de su ejercicio
profesional debe ser almacenada y resguardada con mucha prudencia, un ejemplo muy claro de
este valor es la información que tienen los psicólogos y médicos de sus pacientes.

Qué es una aptitud o actitud profesional?


Cuando hablamos de aptitudes en el ámbito laboral, nos referimos a ciertas características que
tienen las personas de manera intrínseca. Las cuales pueden mejorarse con trabajo y constancia.

Además de entender en qué consisten, es importante que sepamos cuáles son las aptitudes y
actitudes más demandadas en el mercado laboral en base a nuestro perfil profesional.

Conocer cuál es el perfil de un trabajador ideal para un determinado puesto de trabajo, nos
permitirá comprobar si cumplimos los requisitos para el mismo. O si debemos focalizarnos en
mejorar alguna de nuestras cualidades.

Actitudes Profesionales
12. Colaboración o capacidad para trabajar en equipo
De sobra es conocido por todos que el trabajo en equipo es una de las cualidades más demandadas
por las empresas.

Para entender su importancia debemos tener en cuenta varios aspectos:

Las relaciones dentro del equipo serán más cordiales si todos tienen la capacidad de trabajar
juntos, escuchando el punto de vista de los compañeros.
Las decisiones se enriquecen cuando contamos con distintos puntos de vista. Tengamos en cuenta
que, muchas veces, el hecho de tener opiniones diversas puede ayudar a que surjan ideas que de
otra manera no hubiesen aparecido.

13. Adaptabilidad
La capacidad para adaptarse es otra de las actitudes profesionales esenciales a la hora de contratar
a una persona. Tiene que ver con el hecho de ser un poco «camaleones» y saber hacer simbiosis
con el ambiente que nos rodea, sea cual sea el mismo.

Los perfiles más rígidos suelen presentar bastantes problemas a la hora de tener que enfrentarse a
diversas circunstancias. Suponiendo, además, una situación bastante incómoda para el propio
trabajador.

La flexibilidad y la adaptabilidad son características similares. Si bien es cierto que la primera se


refiere a nuestras tendencias innatas, mientras que la segunda está relacionada con cómo nos
comportamos ante las distintas situaciones cambiantes que surjan a nuestro alrededor.

14. Gestión del tiempo


Muy relacionado con el aspecto anterior, está el hecho de aprender a gestionar el tiempo que
invertimos en la realización de una tarea. Conseguir optimizar el desarrollo de nuestras funciones
hace que se reduzca el nivel de estrés, a la vez que aumenta nuestra productividad.

Existen varias técnicas que pueden ayudarnos a mejorar nuestra gestión del tiempo, consiguiendo
ser más productivos.

Precisamente por ello, es una actitud bastante interesante y puede entrenarse con el tiempo y las
técnicas adecuadas.

15. Polivalencia
Los profesionales que demuestran polivalencia se convierten en uno de los perfiles indispensables
para la empresa. Poder adaptarse a distintas tareas puede resultar muy útil en el caso de que, en un
momento dado, necesitemos que esa persona colabore en otros puestos de trabajo.

No obstante, no debemos confundir polivalencia con el hecho de tener un exceso de tareas. Si nos
focalizamos en demasiadas cosas, corremos el riesgo de no acertar en ninguna de ellas.
. Proactividad
Actualmente, todas las empresas buscan perfiles de personas que sean proactivas y estén
dispuestas a ofrecer soluciones. Esta actitud profesional implica no quedarse quieto ante una
situación, estando en continua búsqueda de alternativas de mejora.

No obstante, la proactividad es una de las cualidades más complicadas para evaluar por parte de
los técnicos de selección.
17. Capacidad de resolución de problemas
La posibilidad de solucionar problemas de manera rápida y efectiva también es un rasgo muy
valorado por parte de los reclutadores. Debemos aprender a distinguir esta característica de la
proactividad, en cuanto a que la segunda no solamente se refiere a las situaciones problemáticas,
sino a una actitud colaborativa en términos generales.

18. Capacidad analítica


Tan importante como conocer las emociones de las personas con las cuales nos relacionamos, es la
capacidad de controlar las mismas. Mirando al futuro de una manera más analítica.

Muchas veces el hecho de dejarnos llevar por nuestros sentimientos genera malentendidos, por lo
que es importante que tengamos la capacidad de analizar desde un punto de vista objetivo. Esta
característica se encuentra muy relacionada con la resiliencia, la cual hemos visto previamente.

. Lealtad
La lealtad hacia una empresa es importante. No en vano, va a ser el lugar en el cual desarrollemos
nuestra trayectoria profesional. No debemos confundir la lealtad con el hecho de apoyar a la
empresa de manera indiscutible, aunque tome malas decisiones.

Debemos aprender a mantener un equilibrio en el cual quede claro que estamos les apoyamos,
pero siendo honestos. Es decir, si en algún caso existe alguna situación con la que no estemos de
acuerdo, debemos comentárselo desde la sinceridad y el respeto.

20. Perseverancia
La capacidad de continuar centrados en nuestros objetivos, independientemente de que los
resultados que hayamos obtenido previamente no sean positivos, también es una actitud
profesional muy valorada.

Debemos tener en cuenta que las cosas no siempre van a salir como nosotros queremos, pero
tenemos que insistir hasta que nos encontremos más cerca de nuestros objetivos.

21. Control del estrés


El estrés es uno de los problemas que más nos afecta en nuestro ambiente laboral. Precisamente
por ello, debemos aprender a paliarlo en nuestro día a día, estableciendo estrategias para
controlarlo.

Algunas personas tienen más capacidad para gestionar este tipo de situaciones de manera efectiva.
Esto conlleva unos menores niveles de estrés y una mayor capacidad para manejar situaciones
que, a priori, podrían resultar complicadas para otro tipo de perfiles.

Los perfiles que controlan bien las situaciones de estrés son muy valorados en aquellos puestos de
trabajo que requieren resultados a corto plazo. Principalmente porque los niveles de estrés que se
manejan son mayores que en otro tipo de empleos.

22. Capacidad de comunicación


La última aptitud que vamos a ver, tiene que ver con la habilidad para comunicarnos con otras
personas. Es decir, saber expresar qué es lo que necesitamos de manera efectiva y clara.

Una buena comunicación favorece que los compañeros se entiendan mejor, además de evitar
malentendidos que puedan acabar derivando en posibles conflictos dentro del equipo.

Satisfaccion laboral
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En el contexto de la psicología del trabajo, la satisfacción en el trabajo general de la persona en
relación con su trabajo y depende de diversos factores psicosociales. Hay otras
conceptualizaciones que se refieren a la satisfacción laboral como sinónimo de motivación o como
un estado emocional positivo. Algunos consideran que la satisfacción y la insatisfacción son
fenómenos distintos y opuestos. [1] La satisfacción laboral se definió como un estado emocional
placentero que resulta de la apreciación del trabajo de uno; [2]reacción afectiva a un trabajo; [3] y
una actitud hacia un trabajo. [4]

Una de las definiciones más utilizadas en la investigación organizacional es la de Locke (1976),


quien define la satisfacción laboral como "un estado emocional placentero o positivo resultante de
la evaluación del trabajo o las experiencias laborales" (p. 1304). [5]Otros lo han definido como
simplemente cuán contento está un individuo con su trabajo; si a él o ella le gusta el trabajo o no.
[6]Se evalúa tanto a nivel global (si el individuo está satisfecho o no con el trabajo en general)
como a nivel de faceta (si el individuo está satisfecho o no con diferentes aspectos del trabajo). [6]
Spector (1997) [6]enumera 14 facetas comunes: Apreciación, Comunicación, Compañeros de
trabajo, Beneficios adicionales, Condiciones laborales, Naturaleza del trabajo, Organización,
Crecimiento personal, Políticas y procedimientos, Oportunidades de promoción, Reconocimiento,
Seguridad y Supervisión.

Las influencias en la satisfacción incluyen el medio ambiente , la higiene , la seguridad en el lugar


de trabajo, el estilo de gestión y la cultura , la participación de los trabajadores, el
empoderamiento y el trabajo por cuenta propia de los grupos, entre muchos otros.
Ocho cualidades de un buen empleado
Escrito por Universidad UNIACC | 06 marzo 2022
[Artículo actualizado. Original publicado con fecha 11 octubre 2017]

Quizás al pensar en un "buen empleado" se viene a tu mente una persona que trabaja de manera
eficiente durante 8 o más horas de trabajo, que es productivo, que se levanta temprano y solo tiene
en mente lograr las metas que su empresa le exige. Pero la verdad es que un buen empleado
destaca en el mercado laboral por sus principios y valores, además de las competencias que lo
hacen idóneo para desenvolverse en el medio y estar constantemente capacitándose para crecer en
su área profesional y ser una pieza clave en la empresa.

Dentro de las cualidades que todo buen empleado, se pueden destacar características claves que
favorecen al clima laboral que las empresas necesitan para seguir creciendo.

1. Tiene sentido de pertenencia


Siente que la empresa es parte de sí mismo y está dispuesto a afrontar los retos con pasión, como
si fueran sus propios desafíos, no pensando en lograr las metas de otros, sino más bien, se hace
parte de ellas. Además, trabaja pensando en los logros colectivos, más que en los individuales. De
esta manera le resulta más fácil afrontar aquellos desafíos que exigen una complejidad mayor.

2. Está dispuesto a aprender


Alguien que piensa que ya lo sabe todo, tiene una visión muy corta de sus capacidades. Por el
contrario, un buen empleado se destaca por estar en constante capacitación y aprendizaje,
aprendiendo habilidades que le permitan impulsar los procesos de la empresa. Innova, propone y
se instruye constantemente, conforme las competencias de su cargo y entorno, para ofrecer
siempre el mejor servicio.

>> Leer más: Cómo puedo destacar en mi trabajo <<

3. Es resiliente
Sabe sobreponerse ante las dificultades, entendiendo que no todo es fácil, por lo que está dispuesto
a trabajar duro para superar cada obstáculo sin martirizarse por lo sucedido ya que mantiene una
actitud positiva. La resiliencia es un cambio de mentalidad que todos y todas pueden desarrollar,
no solo para el ámbito laboral, sino que para toda la vida.

4. Sabe resolver problemas


Ligado con el punto anterior, un buen empleado busca la resolución de problema en vez de
quedarse en el problema en sí. Busca soluciones beneficiosas para la empresa, ya sea por sus
medios o con ayuda de otros aun cuando no es el encargado de llevar a cabo la toma de decisiones,
es oportuno para proponerlas. No espera que le resuelvan sus problemas, toma la iniciativa y es
constructivo.
Si vienes con el problema, pero no con la solución, entonces tú eres el problema.

5. Es eficiente
La eficiencia es la capacidad para lograr un fin empleando los mejores medios que se tenga a
disposición. En ese sentido, un empleado ejemplar busca optimizar los recursos, sobre todo el
recurso del tiempo. No solo cumple con lo que le piden, sino que hace mucho con poco y obtiene
buenos resultados.

Manejo del mal comportamiento

Las personas se comportan de maneras muy distintas a las de sus semejantes, Sin embargo la
conducta de las personas está muy ligada a la satisfacción de sus necesidades y la resolución de
sus problemas.
Muchas veces la conducta de las personas se ve influenciada directamente por la opinión de las
personas que están a su alrededor, los cuales los inducen a hacer o dejar de hacer ciertas
actividades. La mayor causa de la conducta humana es la satisfacción de necesidades. Puesto que
ella es el móvil más importante de los seres humanos.
En el mal comportamiento influyen las necesidades humanas han sido clasificadas por mucho
estudiosos de la conducta humana, y uno de ellos es Abraham Maslow quien las clasifico así:

§ Necesidades fisiológicas: Son aquellas que ayudan al cuerpo a estar en un estado de equilibrio
físico.
§ Necesidades de seguridad: Son de índole física y psicológica y su objetivo es hacer sentir al
individuo seguro. El satisfacer esta necesidad favorece a que la persona se sienta protegido de los
problemas físicos y los de fuerte carga emocional.
§ Necesidad de estimación: Esta necesidad está integrada por el deseo de “ser alguien en la vida.
En ella se incluye el deseo de auto respeto, de logros, de sabiduría, de independencia y libertad.
§ Necesidad de autorrealización: Comprende el deseo de auto cumplimiento, o sea la tendencia de
estar actualizado.

En toda organización siempre se van a presentar conflictos en algún momento, por naturaleza los
seres humanos somos complicados, pero una persona difícil lo es frecuentemente con todo el
mundo, esta situación hace que despertemos emociones diferentes en otras personas y que se nos
dificulte el control de las nuestras.

El mal comportamiento en el individuo, puede ser:

El comportamiento antisocial: Son aquellos que dañan o tienen la intención de perjudicar a la


organización. Sus empleados incluyen agresión, discriminación, sabotaje y hostigamiento.
El comportamiento improductivo: Cualquier comportamiento intencional por parte de sus
miembros de la organización que es contrario a los fines e interés de esta.
El comportamiento disfuncionales: Son comportamientos negativos de un trabajador y acarrean
consecuencias negativas para un miembro de la organización.
Posibles soluciones para manejar el mal comportamiento.
Aplicar nuevas conductas.
Hablar con las personas en privados.
Reconocer los problemas del empleado.
Controlar las emociones.
Asumir responsabilidades.
Actividades reproductivas en la empresa.
Establecer controles administrativos.
Tomar interés en el trabajo.
Brindar horarios flexibles.
Establecer políticas claras y específicas.
Hacer críticas y comentarios para mejorar.
La mejor manera es reunirse con la “persona de mal comportamiento” en privado de tal manera
de poder analizar las situaciones y describirle su mal comportamiento de una forma no acusatoria,
basándose en la descripción de hechos específicos recientes y anteriores, escuchar atentamente
sus razones o causas que lo llevan a un mal comportamiento, hacerle saber que la empresa está
esperando un cambio de comportamiento y realizar un plan de acción en conjunto para ver el
progreso.

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