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Quien no conoce bien la fuerza de las palabras.

no puede conocer bien a los


hombres. Con ella con su ejemplo, Juárez forjó una patria y salvó la República.

Honorable jurado calificador, maestros y compañeros participantes. Mi nombre es


Leslie Josseline Martínez Escalante, represento a la escuela primaria José
Clemente Orozco y hago uso de esta palestra del pensamiento libre para disertar
con el tema:

LICENCIADO BENITO JUÁREZ: VIDA TRAYECTORIA.

Para que un hombre alcance la perpetuidad en la vida de un pueblo a través de


los tiempos, deben ser muy excelsas sus virtudes, pero más grandiosas deben ser
las cualidades de aquellos que se agigantan con el devenir de la historia, Juárez
fue uno de esos hombres iluminados cuyos ideales siguen vigorosos, vigentes y
nutriendo las inquietudes de un pueblo, Juárez sigue enarbolando con dignidad los
principios de libertad, democracia y legalidad.

hoy nos encontramos en este punto geométrico de nuestra era, reviviendo la vida
y obra del Benemérito de las Américas, forjador de esta mi patria grande.

Nada más justo que este homenaje, nada más grande y digno de un pueblo
generoso como el nuestro, que honrar en los hombres los nobles sentimientos que
constituyen la virtud.

Nacido de las masas oscuras y arrancado de la sierra de Ixtlán, Juárez pasó su


infancia rodeado no solo de ovejas, sino también de pensamientos, anhelos y
esperanzas. Los golpes que sufrió desde su niñez le dejaron una profunda
conciencia de pertenencia y lo orientaron hacia el propósito de trabajar
constantemente para destruir el poder funesto de las clases privilegiadas.

Durante su adolescencia enfrenta y libra una silenciosa batalla entre la miseria y


su corazón, el ama a Margarita Maza, hija de su primer protector y ha de llevar por
años clavada la espina de silencio y llanto enamorado.

A sus 23 años los jóvenes lo admiran y los hombres del gobierno le temen al
mostrar su elocuente palabra, donde afirma ¨La fuerza de la nación ha de tener su
origen y residencia en el tribunal de la opinión pública, el pueblo debe establecer
la independencia y el respeto a los poderes constitucionales.

A partir de este momento, Juárez eligió su largo calvario de liberal y libertador,


desde entonces, ha de sucederse en la vida de Juárez, el cuadro diario de un
heroísmo ciudadano; es decir, del heroísmo de la virtud. Desde ese día, caminó
del honor al poder, del poder al destierro, del destierro al triunfo. Contra su firmeza
no podrán ni el látigo de los escarnios ni el grillo de las cárceles.
En la actualidad, podría decirse entre quienes lo atacan, pero que al mismo tiempo
lo agigantan, que es una figura desdibujada que se va perdiendo para dar paso a
los nuevos tiempos, ¡No señores! Juárez es un hombre que por sus ideales
acciones no murió, sigue galopando por los caminos de la inmortalidad de la
historia de México y la humanidad.

Por eso hoy, los jóvenes de mi patria estamos aquí, para expresar de pie una
oración profunda a los cuatro puntos cardinales, al pastor de la esperanza y
maestro de la libertad:

¨Juárez, queremos ser siempre fieles al ejemplo de tus virtudes, queremos luchar
como tú que fuiste el soldado y el defensor más esforzado de las leyes
mexicanas¨.

Desde éste escenario y a mi corta edad siento gravitar en mi pecho los ideales de
Juárez, que iluminarán el sendero de la juventud tamaulipeca, para edificar una
paz auténtica, constructiva y perdurable.

Porque Juárez nos ha enseñado que la verdadera grandeza del hombre está en
su espíritu, en su valor, en su dignidad, en su talento y no en las riquezas
materiales.

Porque Juárez mostró al mundo que el más pobre y humilde de los mexicanos
puede ser el mejor de su tiempo, si a cambio de su pobreza encierra en su alma la
virtud, el genio y el patriotismo.

Por tu enorme lección: ¨Juárez, quiero ser como tú¨

He dicho, gracias.

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