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«Yo soy yo y mi
circunstancia
y si no la salvo a ella no
me salvo yo»
Ortega y Gasset
(filósofo español del siglo XIX, exponente de la teoría de la “razón vital”)
Con esta frase aparecida en Meditaciones del Quijote Ortega insiste en lo que está en torno
al hombre, todo lo que lo rodea, no sólo lo inmediato, sino lo remoto; no sólo lo físico, sino
lo histórico, lo espiritual.
El hombre, según Ortega, es el problema de la vida, y entiende por vida algo concreto,
incomparable, único: «la vida es lo individual»; es decir, yo en el mundo; y ese mundo no es
propiamente una cosa o una suma de ellas, sino un escenario, porque la vida es tragedia o
drama, algo que el hombre hace y le pasa con las cosas. Vivir es tratar con el mundo,
dirigirse a él, actuar en él, ocuparse de él. En otros términos, la realidad circundante «forma
la otra mitad de mi persona». Y la reimpresión de lo circundante es el destino radical y
concreto de la persona humana.
Ser Responsable, teniendo en cuenta que responsable quiere decir dar respuesta, o sea
responder a lo que el mundo o la circunstancia me plantean. Esto implica salir del yo al
mundo, escuchar y ver lo que el mundo espera de nosotros.
“El hombre está condenado a ser libre, porque una vez arrojado al mundo, él es responsable
de todo lo que hace. Depende de ti darle a la vida un significado” Jean-Paul Sartre
Victor Frankl (autor del libro “El hombre en busca del sentido” y creador de la logoterapia,
neurólogo y psiquiatra austríaco del siglo XX), dijo:
“El amor a sí mismo es el punto de partida del crecimiento de la persona que siente el valor
de hacerse responsable de su propia existencia.”
Así como necesitamos un esquema conceptual, un sistema de ideas que guíen nuestra
acción en el mundo necesitamos que este sistema de ideas, este aparato para pensar opere
también como un sistema abierto que permita su modificación. Estas modificaciones del
esquema referencial no son tomadas como una renuncia sino como las modificaciones
necesarias para una adaptación activa a la realidad y para que ante los cambios en el
contexto los deseos y proyectos sigan siendo posibles.
1. la comunidad,
2. la comunicación
3. la comunión solidaria.
• La Realidad individual
Todas estas relaciones vinculares, todas estas circunstancias, si no aprendemos a
observarlas, aceptarlas y elaborarlas, se van a reflejar en malestar:
En términos generales a veces nos metemos para adentro, nos introvertimos: nuestro yo es
chiquito, no puede, el afuera es enorme y devorador y otras veces nos extrovertimos:
nuestro yo, es grande y poderoso y el afuera es invadido y arrasado. Y entre esos dos
extremos nos vamos moviendo en el mundo causándonos y causando un abanico de
malestares.
Lo que pienso de mí mismo y lo que pienso del mundo, o sea el yo y mi circunstancia muchas
veces no son dos mitades de un todo, hay una dominante, y esto se va a manifestar en
alguno de todos estos malestares:
• Baja autoestima. Inseguridad
• Timidez. Estados de ansiedad
• Estrés. Estados depresivos
• Miedos y fobias. Tics nerviosos
• Adicciones. Trastornos del sueño
• Conductas compulsivas. Falta de control
• Pensamiento Negativo. Obsesiones
• Alteración de la conducta alimentaria
• Irritabilidad, agresividad
Los medios, los recursos para resolver las situaciones críticas, no se encuentran fuera de
nuestro alcance como suponemos en medio de desmoralización y la impotencia. En
realidad, están y quizá siempre estuvieron dentro de nosotros mismos. El desafío
entonces es conectarnos con la propia interioridad con el “quién soy”, “qué tengo” y el “que
puedo hacer”.-
El proyecto inicial debe ser siempre RECONOCER EL VALOR DE LA VIDA.
Y de esa forma, adultamente, se comenzará a diseñar un nuevo PROYECTO DE VIDA.
Es decir, las Áreas Vinculares nos hablan de nuestras dificultades, son una oportunidad
que nos da la vida, el mundo, el afuera para mirarnos, para ver qué hacemos con esto que
nos tocó vivir.
La caja de Pandora es un mítico recipiente de la mitología griega, tomado de la historia de Pandora, la primera
mujer, creada por Hefesto por orden de Zeus, que contenía todos los males del mundo.
La historia cuenta que Zeus deseoso de vengarse de Prometeo por haber robado el fuego y dárselo a los
humanos, presentó al hermano de este, Epimeteo, una mujer llamada Pandora, con quien este se casó. Como
regalo de boda, Pandora recibió un misterioso pithos —una tinaja ovalada, aunque actualmente sea citada y
aceptada como una caja— con instrucciones de no abrirlo bajo ningún concepto. Los dioses habían otorgado a
Pandora una gran curiosidad, por lo que decidió abrir la tinaja para ver qué había dentro. Al abrirlo, escaparon de
su interior todos los males del mundo. Cuando atinó a cerrarla, solo quedaba en el fondo Elpis, el espíritu de
la esperanza, el único bien que los dioses habían metido en ella.