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LA LUPA MARAVILLOSA

PERSONAJES

Profesor : Nicolás Matamala


Clara : Javiera Necochea
Pedro : Valentina Dañín
Juan : Marina Céspedes
Laura : Antonia Crawley-Boebey
Microbio no identificado : Catalina Torrent
Microbio 1 : Elisa Bordagorry
Bacilo : Amanda Ruiz
Coco : Sofía Miranda
Coco 1 : Amanda Turner
Ameba 1 : Rafaella Cicarelli
Ameba : Josefina Aller

PRIMER ACTO

(Jardín de un colegio: fuente grande al fondo, árboles, plantas, bancas.)

(Un profesor estrafalario se dirige al público.)

 PROFESOR: Queridos alumnos, muy buenos días. Los he citado hoy acá, en el jardín del
colegio para contarles un cuento, un cuento de seres vivos, y de unos seres vivos muy especiales,
unos seres ¡terribles!

JUAN: (Contento) ¡Leones, tigres!

PEDRO: ¡Pan, pan, pan! (Disparando)

LAURA: (Emocionada) ¡Serpientes, lagartos!

PEDRO: Ssssssss (Simula del ruido el movimiento de una serpiente)

PROFESOR: -¡No, no, no y no! Voy a hablar de unos seres tan pequeños, tan pequeños que nadie
los puede ver, y tan malvados, tan malvados que se dedican a hacer sufrir a todos los niños del
mundo.

CLARA: ¿Y nadie puede verlos?

PROFESOR: Nadie.

LOS CUATRO: (Decepcionados) Aaah.

PEDRO: Ahhh, ¿pero vamos a verlos?

PROFESOR: ¡Claro que sí!

PEDRO: ¿Pues no decía usted que no se podían ver?

PROFESOR: No pueden verse solo con los ojos… pero yo soy dueño de algo mágico, algo
realmente maravilloso…

JUAN: ¿Qué cosa es?

PEDRO: ¿Algo mágico?


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LAURA: ¿Algo maravilloso?

CLARA: ¡Profesor, por favor, muéstrenos su secreto!

PROFESOR: (Con mucha emoción) ¡Una lupa!

PEDRO: ¿Una lupa?

PROFESOR: ¡Una lupa maravillosa para ver lo invisible! Y entonces, aunque esos seres vivos
son tan pequeños, tan pequeños, ¡uno puede verlos!

PEDRO: ¿Y los podemos ver?

PROFESOR: Si tú quieres... ¡Ara zalila balún! (Relámpagos, truenos, oscuridad)

 (Se proyectan algunas imágenes en la pantalla)

CLARA, JUAN, LAURA: (Se abrazan asustados, tiritan de miedo)

PROFESOR: Tranquilos niños, ustedes muchas veces han estados cerca de estos
microorganismos.

PEDRO: (Asustado) Ay, ¿qué es eso que se ve ahí?

PROFESOR: ¿Ves qué grande se ve? Más grande que tú. Pues eso... ¡es una gota de agua! Mi
lupa hace que se vea así de grande.

PEDRO: (Sorprendido) ¿Una gota de agua?

CLARA, JUAN, LAURA: (Juntos) ¿Una gota de agua?

PROFESOR: ¡Sí!, una gota de agua. Y adentro de una gota, ¡miren todas las cosas que puede
haber!

PEDRO: ¡Sí! ¡Veo figuritas! ¡Pero son muy pequeñas!

CLARA, JUAN, LAURA: (Juntos) ¡Muy pequeñas!

PROFESOR: Pues imagínense lo pequeñitas que son, que están dentro de una gota de agua.
Ahora, con mi lupa maravillosa podremos ver una de esas figuritas.

PEDRO: ¡Ohhhhhhh! ¿Qué es eso?

CLARA, JUAN, LAURA: (Se abrazan asustados, tiritan de miedo)

CLARA: (Dirigiéndose al microorganismo) ¡Hooola!

PROFESOR: Ese es uno de los seres invisibles, es tan pequeño que nadie lo puede ver con los
simples ojos. ¿Ven cómo lo hace grande mi lupa?

PEDRO: ¿Ese es un ser vivo?

CLARA, JUAN, LAURA: (Se abrazan asustados, tiritan de miedo) ¡Ohhhhhhhhhhhhh!

PROFESOR: Sí. También este otro. ¿Sabes cómo se llaman?

JUAN: Yo, yo, yo, yo sé, ¿bicho?


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LAURA: ¿Bicharraco?

CLARA: ¿Bichito?

PEDRO: ¿Cómo, se llama profesor?

PROFESOR: ¡Microbios!

PEDRO: ¿Y… de verdad son tan malos?

PROFESOR: Muy, pero muy malos. Pueden ser más peligrosos que los leones, que los tigres e
incluso que un hambriento hipopótamo.

PEDRO: Profesor, ¿Sería posible que usted me prestara su lupa maravillosa? Me encantaría
tenerla un momento para poder buscar otros lugares donde hay microbios.

PROFESOR: Te la puedo prestar un rato, pero ten mucho cuidado. Si quieres observar tú solo
basta con que veas a través de ella, pero si quieres que todo el mundo los pueda observar, tienes
que hacer que pase un poco de luz a través del vidrio, y ante tus propios ojos crecerán, crecerán y
crecerán. Toma, y no la vayas a romper. Bueno, tengo prisa, creo que ya sonó el timbre y tengo
otra clase. Te repito, ten cuidado cómo la usas, mucho cuidado jovencito. (Sale)

PEDRO: Gracias, señor. Gracias ¡Profesor! ¿Por qué dice que debo tener cuidado? ¡Ya se fue! ¿Y
cómo se usará esto?

JUAN: Usémosla por favor.

CLARA: Sí, sí, sí, usémosla.

LAURA: Con esta lupa, descubriremos un mundo maravilloso.

PEDRO: Pues... (Desconfía) Me da un poco de miedo… quizás no debí habérsela pedido. Bueno,
veamos qué sucede. El profesor me dijo que si pasa la luz... Mira, aquí está dando el sol...
Podemos tomarla por acá, por el mango... Hagamos que caiga la luz en la fuente.

JUAN: ¿Qué pasó? No se ve nada. Ningún ser aparece.

PEDRO: Pues no. Creo que… Oye, ¿qué es que eso que se mueve ahí?

(Un microbio se asoma y desaparece dentro de la fuente)

JUAN: ¿Dónde?

PEDRO: Me dio la impresión que…no, no es nada (Están de espaldas a la fuente, muy cerca)
Pues será que no hay bastante sol.  

 (Dos microbios se asoman y estiran las manos para agarrarlos. Los pierden por milímetros.)

LAURA: Buuuuuu qué fome, no resulta lo de los bicharracos.

Clara: Bichitos, bichitos, vengan … (Simula llamar a un perro)

LAURA: Creo que mejor nos vamos, ¿Te parece Clara?

CLARA: Me parece Laura, ¡adios chicos!, ¡Adios chicos!, ¡Adiooooos!

LAURA y CLARA: (Enojadas)¡Vamos!


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JUAN: Creo que no está bien sujeta. Ayúdame (La arreglan, retroceden acercándose a la fuente.
Otra vez van a pescarlos los microbios, que ahora son tres)

PEDRO: Yo creo que esta lupa no sirve para nada.

JUAN: Parece que no ¡Qué decepción!

PEDRO: A ver si moviéndola para allá.

(Otra vez se les escapan a los microbios, que esconden de nuevo.)

 PEDRO: Pues no. No se ve nada. A no ser que estén en el agua. A ver.

JUAN: A ver.

(Asustados corren, porque ahora sí casi los atrapan, y de frente, los microbios, que surgieron
repentinamente y con las garras listas.)

PEDRO: ¡Esos deben de ser!

JUAN: ¡Uyyyyy, qué feos son!

PEDRO: ¡Por poco nos atrapan!

JUAN: ¡No te asomes! ¡Míralos! Son tan pequeños que caben muchos en una gota de agua, pero
ahora la lupa los hizo crecer.

PEDRO: Sigamos buscando… vamos.

 (Los microbios emergen descaradamente. Son profundamente malvados y pérfidos. Emiten


risitas crueles.)

BACILO: ¿Hacia dónde se nos escaparon esos niños?

AMEBA: ¡Ya casi los habíamos atrapado!

COCO: Pero van a regresar, siempre regresan.

AMEBA 1: ¿Tú crees que beban agua de la fuente?

MICROBIO: ¡Claro! ¡Les encanta beber agua sucia!

AMEBA: ¡Bravo! ¡Los enfermaré! ¡Tendrán cólicos estomacales y fiebre! ¡Tal vez hasta los
inyecten o los hospitalicen! (Ríe a carcajadas)

(Aparecen niñas jugando con barro)

BACILO: ¡Mira aquellas dos! ¡Están jugando con tierra! ¿Tú crees que se laven después las
manos?

COCO: (En tono de ironía) Siiiiiiii, claro, qué va, por supuesto.

MICROBIO 1: ¡Ojalá que coman dulces con las manos sucias! Porque así estaré listo para
acabármelos.

COCO: ¡Tal vez se hagan heridas en las piernas y se las dejen llenos de mugre! Ahí estaré yo,
para infectarlos.
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(Gritos generales de entusiasmo)

Cantan todos: (Marcha)

Somos los microbios

y venimos a enfermar

a esos niños sucios

que no se quieren lavar.

¡No se laven nunca,

no se laven nunca!

¡Cuando estén enfermos,

vamos a gozar!

(Marchan gozosos, hacen gestos amenazadores. Luego, invitan):

(Con perfidia)

Vengan, niños, vengan,

en la fuente han de beber.

aunque esté muy turbia,

ya que tienen mucha sed.

¡Viva el agua sucia!

¡Viva el agua sucia!

Y en las uñas largas

nos podemos esconder.

(Marchan triunfalmente, riendo y tropezándose, llenos de maldad.)

Agua de manguera

también la pueden probar.

¡Coman muchos dulces

con las manos sin lavar!

¡Somos los microbios,

somos los microbios,

y a todos los niños

los queremos enfermar!


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(Entre gritos y mutuas felicitaciones terminan la canción)

COCO: Creo que estoy en magníficas condiciones. Me siento capaz de hincharles manos y pies.

AMEBA 1: Yo voy a provocarles cólicos estomacales tan fuertes que se van a retorcer como
lombrices.

BACILO: Yo los voy a hacer toser sin descanso, hasta que escupan el esqueleto por la boca.

MICROBIO: ¡Nadie va a poder detenernos!

PEDRO: ¿Y ahora qué vamos a hacer? Nuestro profesor me dio la lupa para hacerlos crecer,
pero no nos dijo cómo defendernos de ellos.

JUAN: Parece que estamos perdidos.

(Siguen hablando con mímica sentados en una banca)

COCO: ¿Oyeron? Creo que un niño anda por aquí

BACILO: ¡Son dos!

MICROBIO 1: Listos para el asalto.

MICROBIO: (Haciendo el gesto scout) ¡Siempre listo!

AMEBA: Dice que no sabe cómo defenderse. (Ríen todos a carcajadas)

(Van acercándose lentamente. Pedro y Juan corren atontados, son asaltados; huyen finalmente y
se esconden entre los árboles. Lentamente, empiezan a descender los microbios.)

 COCO 1: ¡Mira cuántos niños!

BACILO: ¡Y allí está uno que tiene las manos sucias!

AMEBA 1: ¡Mira qué uñas tan largas tiene aquella niña!

MICROBIO: ¡Hay muchos, muchos, todos para nosotros!

BACILO: ¡Mira tanta suciedad, qué belleza!

(Se van acercando más a los niños del público.)

COCO 1: ¿A cuál vamos a atacar primero?

(Aparecen Laura y Clara vienen muy sucias.)

LAURA: ¿Qué pasó? ¡Juaaan! ¡Pedrooooooo!

CLARA: ¡Si no vienen, nos vamos! ¿No quieren comprar sopaipillas en el carrito?

LAURA: ¡Ya no se escondan!

COCO: (Ruge) ¡Mira qué delicia!

AMEBA: ¡Esas son las más sucias!

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TODOS: ¡A ellas!

 (Corren y caen encima de ellas.)

CLARA y LAURA: ¡Ay nooooooo! ¡Por favor!!!!!

(Se las llevan arrastrando. Ellas gritan)

PEDRO: ¡Se llevaron a Clara y a Laura!

JUAN: ¿Y ahora qué hacemos?

PEDRO: ¡Hay que buscar al profesor, para que nos ayude a rescatarlas!

(Salen corriendo)

TELÓN

SEGUNDO ACTO

(Ante el telón, sentado en el filo del proscenio, el PROFESOR lee atentamente un libro)

(Entran corriendo Pedro y Juan.)

PEDRO: ¡Señor, señor! ¡Vinieron los microbios!...

JUAN: ¡Y se llevaron a mi hermana...!

PEDRO: ¡... Y a una amiguita de ella!

PROFESOR: ¡Cómo es posible! (Se levanta) A ver, cuéntenme. ¿Usaste la lupa maravillosa?

PEDRO: ¡Sí! ¡Y salieron unos microbiotes enormes!

JUAN: ¡Nos corretearon!, ¡Nos persiguieron!, ¡Nos hostigaron!

PEDRO: ¡Y luego se llevaron a Clara y Laura!

PROFESOR: Dime qué aspecto tenían, para saber con qué armas vamos a combatirlos.

PEDRO: ¡Eran... muy feos, horribles, aterradores, espantosos!

JUAN: ¡Grandes! ¡Con patas!

PEDRO: Uno tenía muy pocas patas. Parecía como... un, como una, como… ¡ah no sé!.

JUAN: Pero había otro que tenía muchas patas.

PROFESOR: Vamos a ver si los reconocen. Voy a mostrarles algunos de ellos. (Se abre el telón.
Pasan las proyecciones con mucha rapidez) ¿Eran como éstos?

JUAN y PEDRO: ¡Nooo!

PROFESOR: ¿Como éstos?

JUAN y PEDRO: ¡Nooo!

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PROFESOR: ¿Y, cómo éstos?

PEDRO: ¡Como ésos eran, como ésos eran!

PROFESOR: ¡Ahh! Estos son amebas, viven en el agua sucia y dan horrorosos dolores
estomacales cuando te los bebes. ¿Y no había de estos otros?

JUAN y PEDRO: ¡Sí, de ésos también!

PROFESOR: ¡Estos se esconden en los rasguños sucios, y en las heridas, para hincharte los
brazos y las piernas! Y… ¿Cómo éstos?

JUAN y PEDRO: ¡También había de esos otros!

PROFESOR: ¡Este es de los peores! Es muy pequeño y se llama bacilo de Koch. Se esconde en
todas partes, da la tuberculosis y pone a los niños flacos y moribundos. Vive en el polvo de los
jardines, donde las personas escupen. ¡Pero hay que apresurarse, para salvar a sus amigas!

PEDRO: ¿Y por qué no nos dijo cómo hacerlos desaparecer? ¿Hay alguna razón especial?

PROFESOR: ¡No te dije! Es que a veces me distraigo. Soy distraído. Bastaba con que pusieras la
lupa al revés. ¡Vamos a salvar a las niñas! ¡Deben tenerlas en algún rincón húmedo y oscuro del
jardín. Pero antes, tenemos que estar muy limpios; vamos a comprar cepillos de dientes y a
lavarnos la boca, luego las manos, y hay que ponernos ropa limpia. ¡Rápido! ¡Ah! ¡Y hay que
cortarse las uñas! ¡Sólo así no podrán hacernos nada!

(Salen corriendo. Oscuridad.)

CUADRO 2

(Un rincón del jardín. Especie de cueva muy baja, formada por ramas)

(Las niñas amarradas. Los microbios las observan)

LAURA: (Gime) Señor, señor, no sea malo, deje que nos vayamos.

COCO 1: No soy señor. Soy un microbio. (Muy grosero)

AMEBA: Bueno. ¿Quién empieza?

COCO: Yo puedo comenzar.

COCO 1: Yo también puedo comenzar.

MICROBIO: Bueno decídanse, pero luego sigo yo.

MICROBIO 1: Quiero empezar luego mi trabajo.

AMEBA 1: (Cruel) ¿No tienen sed, niñitas?

CLARA: Sí, señor... digo...

LAURA: Sí, don Microbio. Tenemos mucha sed.

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AMEBA: Pues les voy a dar de beber... ¡¡¡agua de la fuente!!! Se enfermarán de cólicos y mucha
fiebre. (Ríe a carcajadas)

COCO: Tienen las manos sucias, ¿cierto? Pues yo no voy a dejar que se las laven, hasta que se
les hinchen. (Carcajadas)

BACILO: (Feliz) Y yo les voy a dar dulces y pan... ¡para que coman con las manitos sucias, y
luego yo entre a sus pulmoncitos con el pan, y las haga toser y toser, hasta reventarlas!
(Carcajadas)

MICROBIO 1: ¡Y yo las voy a tener despeinadas y con la ropa sucia, hasta que se llenen de
granos! (Carcajadas)

TODOS: (Bailan y cantan en torno a ellas)

¡Somos los microbios,

somos los microbios,

y a todos los niños

los queremos enfermar!

¡Sí!

(Los microbios siguen bailando y cantando con mímica)

PROFESOR: (Fuera de escena) ¡Oigo cantos y gritos, creo que aquí están!

CLARA Y LAURA: ¡Aquí estamos, aquí estamos! (Entra el profesor, vestido con bata médica;
Pedro y Juan, muy limpios, detrás.)

COCO 1: ¡Qué se han creído! ¡Estas niñas son nuestras, por sucias!

PEDRO: ¡Aquí traigo un palo muy bueno, que limpiamos con agua, jabón y alcohol, para
pegarles con él!

JUAN: ¡Y yo traigo otro!

AMEBA 1: ¡Al ataque!

(Atacan, pero es como si un aura invisible protegiera a los niños)

MICROBIO: ¡No les puedo hacer nada!

MICROBIO 1: ¡Es imposible destruirlos!

COCO: ¡Están demasiado limpios!

AMEBA: ¡Este hombre está más limpio que ninguno! (Los niños les dan de palos y los hacen
correr.)

PROFESOR: No los dejen ir. -Yo voy a desatar a estas niñas y a lavarles las manos.
¡Alcáncenlos!

(Persecución de microbios. En el escenario, salen el profesor y las niñas

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COCO 1: ¡Pido paz, por favor paz!

BACILO: ¡Arranquemos!

COCO: ¡A la fuente! ¡A la fuente! (Corren y se meten ahí.)

PEDRO: ¡Pronto, demos vuelta la lupa!

(Le dan vuelta y los microbios desaparecen)

JUAN: ¡Se fueron!

PEDRO: Yo creo que ahí están todavía, pero invisibles, como eran antes.

PROFESOR: Muy cierto. Siguen ahí, y así pequeñitos e invisibles son más peligrosos todavía,
porque no nos damos cuenta de su presencia.

JUAN: ¿Y Laura y Clara?

PROFESOR: Están acabando de asearse, para que ningún microbio pueda hacerles nada.

(Entran Clara y Laura)

CLARA y LAURA: ¡Miren qué limpias estamos!

LAURA: ¡Ahora sí, que vengan los microbios!

LOS 4 NIÑOS: (Cantan)

Como somos niños limpios

los microbios no vendrán;

en sus charcos y en el lodo

humillados quedarán. (Bailan)

TODOS.

¡Humillados quedarán!

TODOS.

¡Los microbios morirán!

(Retardando.)

Los microbios derrotados

ya no hay nada que contar,

colorín y colorado,

este cuento se va acabar.

TELON

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