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I.

Identificación
 Plaza de San Pedro
 Gian Lorenzo Bernini (1598-1680)  
  cronología: 1656-1657. S.XVII.
 Arquitectura religiosa, cívica o urbanismo
  Dimensiones. 340 x 240 m plaza elíptica y 15 m de altura   las columnas  
   
II. Análisis formal

 Bernini en lugar de una sola plaza, realizó dos unidas.   La primera es trapezoidal y la segunda
elíptica con un obelisco en el centro y dos fuentes laterales. Esta forma elíptica se ha querido
ver como símbolo de los brazos de la iglesia que abraza a los fieles. Cada uno de los brazos
ovalados consta de una columnata formada por columnas (184) y pilastras (88) toscanas. La
columnata sostiene un entablamento jónico y encima una balaustrada y las estatuas de santos
realizadas por discípulos de Bernini, símbolos del triunfo de la iglesia. La plaza trapezoidal se
cierra por la fachada de la basílica lo que nos lleva a subir la mirada hacia la cúpula.
El espacio es abierto pues proporciona diferentes puntos de vista. Tiene una función
propagandística al servicio del Papado y de Roma como centro de la Cristiandad. Su
concepción permite ver el balcón desde el que el Papa realiza la bendición " Urbi et Orbi". 
 En un principio Bernini proyectó la construcción de una plaza con dos brazos laterales y un
tercero que cerraba el espacio y la aislaba. Detrás de este brazo se encontraba una manzana
de casas. Este tercer brazo no se llegó a construir y la plaza quedó abierta a la Vía de los
mártires    
  
III. Análisis estilístico.
Una vez terminada, a mediados del siglo XVII, la basílica, convertida en planta longitudinal por
Carlo Maderno quien realizó también la fachada, el Papa   Alejandro VII, quién trata de utilizar
la arquitectura como modo de exaltación del poder del pontífice y de la Iglesia, encarga a
Bernini la realización de la plaza que debería ser capaz de acoger a grandes concentraciones de
fieles según los postulados contrarreformistas.
El contexto histórico en el que se desarrolla esta obra es el de una crisis generalizada:
económica (malas cosechas), demográfica (hambrunas y epidemias), política (guerra de los
treinta años 1618-1648) y religiosa (enfrentamiento y división católicos y protestantes).  Nos
encontramos en el siglo XVII momento en el que se desarrolla el arte barroco, definido, en un
principio, con sentido peyorativo por lo recargado y artificioso. Sin embargo, esta
consideración no se sostiene pues es una manifestación artística original con grandes logros
estéticos, muy vinculados al contexto de crisis en el que se desarrolla y CARACTERIZADO POR:
-Función propagandística: El Papado, defensor de la Contrarreforma, utiliza el arte
como propaganda católica; las Monarquías absolutas, Francia Luis XIV y España Felipe IV o
Felipe V, lo emplean como exaltación de la autoridad, y en Holanda se usa como propaganda y
exaltación de la clase burguesa.
- Los recursos artísticos van dirigidos a los sentidos, a provocar el impacto
emocional, por este motivo, frente al equilibrio y orden del renacimiento, se busca el
movimiento en arquitectura, lo dramático y expresivo en la escultura y en pintura los juegos
lumínicos y el color.
 -Es un arte con finalidad de conmover, emocionar al pueblo, mantenerlo así en la
obediencia al orden establecido en unos momentos de crisis.
           En el caso de Roma el Papado, cuestionado por los protestantes, buscó convertir a  
Roma en el centro de la iglesia católica y planteó la idea de atraer a los fieles conmoviéndolos
o sorprendiéndolos, así se desarrolló un arte que trata de provocar la sorpresa visual: lo rico o
apariencia de riqueza deslumbra. Es la expresión del poder de la iglesia. Se desarrollaron
reformas urbanísticas con plazas, como la que analizamos y fuentes.
Bernini fue un artista polifacético que trabajó al servicio del Papado que en el contexto de la
Contrarreforma cuyo objetivo era convertir Roma en la capital de la cristiandad. Aunque
como arquitecto conserva y respeta elementos renacentistas como la medida del hombre,
introduce innovaciones basadas en el movimiento, el efectismo: plantas elípticas, curvas y
contracurvas y elementos decorativos de gran riqueza, recuperando la fusión de la
arquitectura con escultura y pintura (mármoles veteados, bronces, estucos pintados)

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