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Descripción de los resultados

Se estableció contacto con los administradores de grupos más grandes de Facebook con el
propósito de solicitarles permiso para contactarnos con sus miembros. Sin embargo, algunos
ignoraron las solicitudes y otros bloquearon a quienes les escribieron, pues temían una posible
infiltración. Luego, se estableció contacto con los miembros de los grupos, cuyos administradores
accedieron a la petición, que aceptaron ser entrevistados. Después de acordar las fechas para las
entrevistas, se recopiló capturas de pantalla, vídeos, audios y fotos de los grupos de Facebook y de
Whatsapp, que eran compartidos en los anteriores, para ser evaluados y comparados con los
resultados de las entrevistas.

Luego de realizar la lectura del consentimiento a cada colaborador, se procedió a realizar las
entrevistas, las cuales sumaron un total de siete. Se recopilaron datos importantes que fueron
comparados con las opiniones y comentarios de los demás miembros de los grupos para
establecer similitudes y diferencias.

Por último, se corroboró que el principal motivo que impulsaba a los taxistas a realizar medidas
para evadir a la fiscalización era que estaban disconformes con el trato que recibían por parte de
las autoridades. Sin embargo, no todas las opiniones al respecto eran consistentes, pues existían
divisiones internas entre los miembros sobre este aspecto y otros más que se verán en esta parte.

Existe dos tipos de grupos: los de Whatsapp y los de Facebook. En ambos se comparten
información y alertas sobre operativos de fiscalización mediante fotos, vídeos y audios. El primer
tipo de grupos es el más usado para informar a tiempo real los operativos que se desarrollan en
toda la capital. Para acceder a estos grupos, se debe de pertenecer a los de Facebook, por los
cuales han sido compartidos. En los grupos de Facebook, existe un administrador, el cual es se
encarga de establecer las reglas sobre las publicaciones que se realizan.

Tanto en estos como en los de Whatsapp, existen normas sociales conformadas por reglas o
pautas, que deben ser entendidas por los miembros. Estas normas guían y sanciona su conducta
para conducirla hacia los objetivos de cada grupo. Por lo general, en los grupos de Whatsapp se
realizan señalamientos más específicos de estas normas, las cuales tienen como finalidad la
supervivencia del grupo, garantizar el respeto mutuo entre los miembros e impedir temas de
discusión produzcan enemistades entre ellos. También se realizan advertencias sobre la expulsión
de miembros que no participen activamente y de aquellos sobre quienes se tenga sospecha de ser
infiltrados. De estos grupos resalta uno llamado “TAXI ALERTAS F... 🚕🚕”, el cual no solo establece
que quienes contradigan estas normas serán separados, sino también que el tiempo que durará
esta sanción será determinado por el administrador.

Los grupos son variados y están compuestos por distintos tipos de taxistas. Un hecho interesante
dentro de los grupos es que está compuesto por taxistas formales e informales. El primer grupo
también es diverso, pues algunos de ellos realizan comentarios negativos sobre publicaciones de
taxistas informales que solicitan ayuda para evadir algunas de las sanciones que les puedan
imponer los fiscalizadores. Otro aspecto interesante es que coexisten tanto la solidaridad como la
enemistad entre los miembros de los grupos, pues ambas salen a relucir cuando se envían
mensajes, audios, vídeos, fotos o imágenes que generan controversias.

Como se mencionó en el párrafo anterior, dentro de los grupos existe una gran diversidad de
subgrupos. Los administradores suelen presentarse como árbitros que aparecen en defensa de los
taxistas informales cuando lo que envían es recibido de forma negativa por los subgrupos de
taxistas formales, los cuales se perciben como superiores por contar con la reglamentación
necesaria para laborar. Otro aspecto interesante es el de la segregación. Esto ocurre cuando un
miembro envía un hecho contrario a las ideas de mayor preeminencia el grupo. Por ejemplo,
cuando se envían altercados entre taxistas y fiscalizadores, se tiende a marginar a aquellos que
abogan a favor de los últimos.

En cuanto al comportamiento de los miembros, se distinguen dos elementos que, según Rafael
Roda, componen la estructura de las relaciones de grupo: el estatus y los roles (Roda, 1999, p. 4).
Por ejemplo, el estatus de administrador le confiere a quien los tiene la libertad completa de
acción sobre el contenido que se envía y discute en los grupos. En ese sentido, los administradores
pueden adquirir roles como los de quienes imponen y garantizan el orden interno. Además, estos
son los roles que esperan de ellos los demás miembros. Otro ejemplo es el estatus que adquieren
algunos miembros a partir de los roles que realizan en los grupos. Por ejemplo, quienes advierten
las consecuencias negativas de las acciones beligerantes que se pretenden tomar cuando ocurren
hechos que han generado controversias en los grupos, adquieren con el tiempo un estatus
relevante y bien percibido por ellos mismos, como ocurre con uno de los entrevistados (Entrevista
4, anexo 4).

Por otro lado, la mayoría de los miembros considera a su grupo como una familia y, bajo la
perspectiva de uno (hacer referencia), la actitud de parte de los miembros es como la de un niño
travieso, ya que no le hace daño a nadie, y más bien, se usa para disuadir a las “injusticias” que
cometen las autoridades. Las percepciones que tienen los miembros de los grupos sobre estos son
positivas y se observa más en los grupos de Whatsapp, ya que cuando un miembro realiza una
alerta, recibe el agradecimiento de los demás por medio de comentarios. El hecho de que entre
extraños se apoyen genera un ambiente de confianza que fortifica al grupo. Sin embargo, también
existen algunos que señalan que la información brindada por el informante presenta
imprecisiones. Esto abre debates dentro de los grupos. Además, destaca el hecho de que hay
miembros que usan la información para seguir laborando a pesar de que no está permitido debido
a las restricciones del estado de emergencia. Se aprovechan de las informaciones sobre operativos
de la ATU en determinadas avenidas con la finalidad de cambiar sus rutas y también porque se
encuentran realizando una labor informal.

Los medios de comunicación han desempeñado una función muy relevante en el imaginario de la
población, ya que a los fiscalizadores se reivindica su actuar de fiscalización. Hace unos meses, un
caso que captó la atención de los medios y, en consecuencia, de la sociedad, fue el caso del
fiscalizador atropellado por un taxista. La prensa (Fuente G , I. Revisar fuente H) señaló al
fiscalizador como una víctima de la informalidad, mientras que al taxista lo representaron como un
desadaptado. Sin embargo, entre los miembros de los grupos analizados, la justificación sobre el
proceder de su compañero se fundamenta en que el taxista entró en pánico al ver que le iban a
quitar su carro. Señalan, también, que la municipalidad de Santiago de Surco es una de las más
sancionadoras y que cada intervención que realizan termina en la incautación del vehículo.

Otro ejemplo de representación, se puede observar por medio de un reportaje emitido por
Panorama y un artículo de El Comercio (Fuente B y W), en el cual se señalaba que un supuesto
fiscalizador filtraba información a los taxistas para que puedan conocer las estrategias municipales
para el control de los informales, mientras que en el programa Panorama se aseguró este hecho
sacando de contexto la información.

Por último, los miembros consideran que los fiscalizadores actúan con la consigna de imponer
papeletas de forma prolífica. Es por ello que algunos taxistas, a pesar de contar con todos los
permisos exigidos, deciden evitar a los fiscalizadores. Por otra parte, también señalan que esa
función de recaudación responde a intereses personales de los altos mandos de la ATU. Uno de los
entrevistados (hacer referencia) mencionó que los fiscalizadores se aprovechan de la ignorancia
de los conductores en el aspecto legal de las intervenciones. Señala también que hay leyes que no
son claras y que son el fundamento que usa el fiscalizador para sancionar. Con respecto al accionar
de la PNP, se mencionó que la dinámica de cooperación entre los fiscalizadores y la policía es
producto de una contratación por parte de la ATU para asistirlos en las intervenciones en caso de
una respuesta agresiva por parte del conductor (hacer refencia). Además, consideran que hay un
abuso de autoridad por parte del policía, ya que en ciertos casos se solicita la documentación para
entregársela al fiscalizador por medio de la intimidación.

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