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EL HOMBRE QUE CUIDA LA CASA,

él pudo haber bailado en el Gran Ballet Nacional;


los perros lo seguían, le hacían gracias,
-pero él no le bailaba a nadie-,
nos contó borracho esa noche que nevaba
(él nunca se emborrachaba;
no tomaba con nadie)
A veces recuerdo, balbuceó de repente,
a veces escribo -yo llevaba seis meses
sin escribir una palabra,
la confesión me hizo querer tomar la palabra,
pero él no tenía tiempo
para escuchar a nadie-.
Los perros, balbuceaba,
ya están viejos,
ya no persiguen a nadie;
a veces me doy vuelto y no me siguen;
los perros no siguen a nadie.
Afuera los perros mordían
la pata de una burra muerta

XIAO DI SOLÍA DECIRME: HUELES A TEMPLO Y SONREÍA


Yo también
te tendré en mis manos
algún día, Katárzyna.
El día que los bañistas
ardan a la orilla de la playa,
el día en que devoremos juntos un bistec;
el mismo día en que nos sostengamos
de las mechas
y nos maravillemos ante la revelación
que juntos somos tan felices algunas veces.
Aquel día, aquel mismo día,
yo habré terminado un libro
que será sólo para ti,
aunque entonces diré sin miedo
que está dedicado a Ustedes
y tu me mirarás, de arriba
para abajo,
como quien encuentra
la pata de un perro
y me sonreirás.

TREN A XIAN: LA MONTAÑA


Que si el paisaje –que se construye de pronto,
a modo de secuencia-
se desprende o estalla
¿dónde estaremos para desternillarnos
de la risa?
¿dónde se rendirá tu –nuestra- locura?

Bautiza nuestro sueño, una gran guagua gigante,


con tu vaso de champaña.
Arrójala sobre el cuerpo del recién nacido
-sacrilegio amoroso-
y descansa tus plegarias;
sobre sus órganos sexuales de niño
nada te hará daño
nada de desanimará.

¿Será ese el paisaje?


¡Por supuesto que ese será el paisaje!
Todo el paisaje
Nada más que el paisaje:
La montaña.

KATARZYNA DESCANSA EN EL JARDÍN DE LOS LEONES RAQUÍTICOS Y DE


PASO: SUEÑA.
Habrá sido el contacto con el pasto
el polvillo del loto, que abundaba
en el Jardín de los Leones Raquíticos,
lo cierto es que Katárzyna, de improviso, tuvo un sueño:
Katárzyna soñó con dragones.
Dragones con el rostro de perros shitzu
Dragones con multitud de extremiedades
Dragones bicéfalos
Dragones enanos; cientos, miles de dragones enanos
que avanzaban en manada, como un chorro
de agua o de electrolitos,
como un solo animal
(cabe mencionar que en general
los sueños de Katárzyne no se caracterizan por ser
complejos, es más, en su subconciente
parecen abundar imágenes solitarias,
inconexas y a la vez sencillas,
repetitivas:
un ascensor que nunca llega a destino,
un árbol mecido por el viento.
un saco de dormir infinito que es llenado con piedras,
aunque Katárzyna sabe, comprende, que ese saco de dormir
nunca se llenaría
y el sueño sigue su curso
y parece hacer introducir a Katárzyna
en otro sueño o que casi logra hacerla introducir en otro sueño
hasta que este (el segundo sueño)
se revienta, como una burbuja de agua,
como una burbuja de jabón
y los dragones, que han estado observando
todo esto desde sus nubes, una snubes
coloridas, contenidas de color, se reían
y hacían gestos morbosos y se burlaban
y exclamaban ¡cómo puede ser esto posible!
¿de dónde saca esta niña semejantes ideas?
y luego se lanzaban
de hocico hacia el acantilado que era el cielo
y en definitiva el sueño de Katárzyna
se iban de pique hacia las murallas mismas del sueño.
Entonces Katárzyna despertaba
y de aquel momento
sólo quedaba un olorcillo a quemado
y algo de recuerdo.

FRAGMENTOS DE INDIAS.
Parte II: Rupias
La enfermedad ha tocado la cara del niño
con majestad
El río, que hoy es lago,
se rebalsa durante el invierno;
cientos de personas mueren –parecen estar
resueltas en ello-
y sus oraciones hacia una variedad imposible
de deidades
logra atravesar las luces y
bocinas de Jaipur
y alcanzar los oídos sorprendidos
de las aldeas aledañas.
¿Qué hubiese sido India sin ti, Katárzyne?
Una loma de esperpentos
un mal presagio del provenir
una tontera, una diablura, una diablada
¿Qué hubiese sido Bolivia contigo, Katárzyna?
¿Estuviste allí conmigo también, Katárzyne?
Sí que estuviste conmigo. En parte,
En Boliva, en India, en Myanmar, en Koh Pa Ngan:
eres el omnímodo.

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