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INTRODUCCIÓN A LA PROTECCIÓN INTERNACIONAL

DE LOS DERECHOS HUMANOS


1
Por Betiana Neubaum

La intención del presente texto es introducirnos en la materia de los Derechos


Humanos a partir de sus conceptos básicos, como pilares fundamentales de su
estructuración.

Así, vamos a arrancar por el propio concepto de Derechos Humanos, desde su


origen, pasando por su clasificación y características.

Hablaremos también sobre qué se entiende por tratados, haciendo hincapié en


aquellos que se refieren a la temática de los Derechos Humanos; así como también a los
principios que rigen la interpretación de estos tratados.

Por último, nos referiremos al impacto de los tratados de Derechos Humanos en el


sistema jurídico argentino y al control de convencionalidad como herramienta para
verificar la efectiva concreción de estos derechos en las normas y comportamientos de los
Estados.

CONCEPTO DE DERECHOS HUMANOS

a.- ​Origen y Fundamento de los Derechos Humanos

A partir de su inclusión en textos jurídicos internacionales, los derechos humanos


pasaron de ser un mero conjunto de valores éticos más o menos compartidos a tratarse
de una categoría normativa de gran importancia. Históricamente, los derechos humanos
se han desarrollado como una garantía de la persona y de los grupos más vulnerables
dentro de la sociedad, en contra de la opresión

De acuerdo con las definiciones que se brindan, se entiende que los derechos
humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de

1
Abogada Docente de la materia Principios de Derecho Constitucional y Derechos Humanos – CBC -Cátedra
Halperín
nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o
cualquier otra condición. Así, todas las personas tenemos los mismos derechos humanos,
sin discriminación alguna. Estos derechos son interdependientes, indivisibles y se
2
encuentran interrelacionados .

Otro concepto que se da también es el que explica que los derechos humanos se
fundamentan en la dignidad de la persona; por eso, todo ser humano, sin importar su
edad, religión, sexo o condición social, goza de ellos. Así, los derechos humanos son
facultades, prerrogativas y libertades fundamentales que tiene una persona por el simple
3
hecho de serlo, sin los cuales no se puede vivir como tal .

b.- ​Clasificación de los Derechos Humanos

De acuerdo con la distinción que se ha hecho en algunos instrumentos


internacionales y en atención a que se condice con la evolución histórica de la humanidad,
pueden identificarse – al menos – tres categorías: derechos individuales, derechos
sociales y derechos colectivos. La principal diferencia entre ellos está dada por la
4
conducta que se espera del Estado en cada caso .

En el caso de los ​derechos individuales​, también llamados de primera generación,


que se refiere a los derechos civiles y políticos, se pretende que el Estado se abstenga de
intervenir, limitar o cercenar las libertades esenciales de la persona. Su origen histórico
está ligado principalmente a los primeros movimientos revolucionarios contra las
monarquías absolutas europeas; como ser, las revoluciones británicas (particularmente, el
Bill of Rights de 1689), la revolución estadounidense de 1776 y la revolución francesa de
1789.

Por su parte, los ​derechos sociales​, que se los conoce como derechos de segunda
generación o derechos sociales, económicos y culturales, buscan, a diferencia del
anterior, un rol activo por parte del Estado. Su origen histórico se relaciona con el
nacimiento del socialismo europeo a partir de la Revolución de París de 1848, la Alemania

2
Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Naciones Unidas, “¿Qué son los
Derechos Humanos?” https://www.ohchr.org/SP/Issues/Pages/WhatareHumanRights.aspx
3
Conforme González Napolitano, Silvina S. y Pulvirenti, Orlando D., Coordinadores, “Introducción
al Estudio de los Derechos Humanos”, Errepar, Primera Edición, Capítulo 1, pg. 4
4
Conforme González Napolitano, Silvina S. y Pulvirenti, Orlando D., Coordinadores, “Introducción
al Estudio de los Derechos Humanos”, Errepar, Primera Edición, Capítulo 1, pg. 6-8
unificada de Bismark, la Revolución Soviética de 1917 y la Constitución de México de
1919.

Por último, los ​derechos colectivos o de tercera generación, requieren de un


compromiso del Estado pero también de la sociedad en su conjunto. Se trata de los
derechos al ambiente sano o de defensa del consumidor. Su principal característica es
que se trata de derechos indivisibles; por cuanto no puede afectarse el derecho de una
persona sin afectar el de las demás que, como en el caso del ambiente, habitan un mismo
espacio físico.

c.- ​Características de los Derechos Humanos

Las principales características que se le atribuyen a los derechos humanos son las
siguientes:

- ​inherentes​: por cuanto se afirma que ellos son innatos a todos los seres humanos sin
distinción alguna. No dependen del reconocimiento que efectúe el Estado porque se nace
con ellos.

- ​universales​: abarca a todas las personas en todo tiempo y lugar. De esta manera, no
pueden invocarse diferencias culturales, sociales o políticas como excusa para su
desconocimiento o reconocimiento parcial.

- ​absolutos​: en tanto su respeto se puede reclamar indistintamente a cualquier persona o


autoridad.

- ​inalienables​: en el sentido de que las personas no pueden ser despojadas de ellos y


tampoco se puede renunciar a estos derechos.

- ​inviolables​: significa que ninguna autoridad o persona puede vulnerar legítimamente


tales derechos.

- ​imprescriptibles​: porque no se pierden por el transcurso del tiempo, independientemente


de si se hace uso de ellos o no.

- ​irreversibles​: ello así en tanto todo derecho formalmente reconocido como inherente a la
persona humana queda irrevocablemente integrado a la categoría de derecho humano.
- ​progresivos​: en virtud del carácter evolutivo de los derechos humanos, se fueron
incorporando como tales derechos que antes carecían del reconocimiento y protección
internacionales.

TRATADOS INTERNACIONALES DE DERECHOS HUMANOS

a.- ​Concepto

La palabra tratado hace referencia a un acuerdo de voluntades que se da entre


dos o más partes (tratados bilaterales o multilaterales, según el caso). En el caso de los
tratados internacionales, las partes van a estar constituidas por quienes integren la
categoría de sujeto del derecho internacional, siendo los principales, los Estados y las
organizaciones internacionales.

Históricamente, los derechos humanos se han ido plasmando en distintos


instrumentos jurídicos conforme el momento de su reconocimiento. En una primera etapa,
aparecen en declaraciones, las cuales no poseen un valor jurídico vinculante y por ende
no resultan obligatorias. Aquí se encuentran, por ejemplo, la Declaración de Universal de
Derechos Humanos y la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre.
Actualmente, las declaraciones poseen el mismo valor jurídico que los tratados, es decir,
hoy son vinculantes.

Posteriormente, se han reconocido en tratados, que constituyen instrumentos


jurídicos de carácter obligatorio para quienes manifiesten su consentimiento en obligarse
por ellos. A su vez, los tratados de derechos humanos se los clasifica en universales o
regionales, dependiendo de si en él puede participar cualquier Estado o únicamente
aquellos que se encuentran en determinado continente o región. Esta clasificación
también hace referencia a la organización internacional de la que provengan; así, es
universal si es adoptado en el seno de la Organización de Naciones Unidas y regional silo
es, por ejemplo en la Organización de Estados Americanos o en el Sistema Europeo de
Derechos Humanos.

Por lo demás, vale aclarar que en derecho internacional se utilizan distintos


vocablos para hacer referencia a los tratados. Así, algunos de ellos se denominan “pacto”,
como el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, “convención” como la Convención sobre
los Derechos del Niño. En cualquiera de estos casos, el significado que corresponde
darles es el de tratado.

b.- ​Sujetos obligados y sujetos protegidos

Los tratados de derechos humanos tienen particularidades propias que los


diferencian del resto de los tratados internacionales. Una de ellas es, por supuesto, la
temática, pero pueden verse otras como ser el rol que cumplen los sujetos en esta
materia.

En primer lugar, corresponde referirse a los Estados, que son los sujetos firmantes
de estos tratados. Al suscribir un tratado de derechos humanos, el Estado asume una
serie de obligaciones que se encuentran allí plasmadas; siendo las principales las de
respetar y garantizar los derechos humanos a las personas que se encuentren en su
territorio.

Por otro lado, se encuentran las personas físicas, que son los sujetos a los que se
destina la protección de los derechos humanos. Así, los Estados se comprometen entre
ellos a proteger el efectivo ejercicio de los derechos humanos por parte de las personas.
En caso de incumplimiento, o sea, si el Estado no permite el pleno goce de estos
derechos, la persona humana puede acudir ante los organismos internacionales para
denunciar dicho comportamiento.

c.- ​Obligaciones estatales de respeto y garantía

En el derecho internacional de los derechos humanos existen dos obligaciones


genéricas que recaen sobre los Estados que forman parte de los distintos instrumentos
jurídicos. Ellas son las de respetar y garantizar los derechos humanos.

En el caso de la obligación de respetar, consiste en el cumplimiento por parte del


Estado de la norma en cuestión. Ese cumplimiento puede consistir, según el caso, en un
hacer o un no hacer. Así, entre las medidas que ha de adoptar el Estado para respetar
tales derechos, se encuentran las acciones de cumplimiento, las que pueden ser positivas
o negativas y están determinadas por cada derecho o libertad.

En el mismo sentido, al ser el Estado es el principal garante de los derechos


humanos, es el principal responsable de actuar en caso de que se produzca un acto
violatorio de los mismos, debiendo hacer todo lo posible para resolver el asunto a nivel
interno y reparar el hecho dañoso antes de tener que responder ante instancias
internacionales.

Por su parte, la obligación de garantizar consiste en el deber de los Estados de


organizar todo el aparato gubernamental como también cualquier estructura a través de
las cuales se manifiesta el ejercicio del poder público, de manera que sean capaces de
asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos.

Se refiere, más concretamente, al deber de prevención, investigación y sanción


que tienen los Estados respecto de toda violación de los derechos humanos reconocidos
en los distintos instrumentos jurídicos.

Entre los deberes a los que se compromete el Estado, cabe referirse a la de


adoptar disposiciones de derecho interno a fin de dar efectividad a los derechos y
libertades previstos en los tratados internacionales.

d.- ​Principios de interpretación de los Tratados de Derechos Humanos

Se trata de  enunciados  normativos  generales  que  sirven  de  fundamento  a 


otros  enunciados  normativos  particulares  o  recogen  de  manera  abstracta  el 
contenido  de  un  grupo  de  ellos.  Así,  ayudan  a  la  interpretación  armoniosa  de  las 
normas  jurídicas.  Existen  principios  de  este  tipo  en  todas  las  ramas  del  derecho; 
siendo  los  que  se  enumeran  a  continuación  algunos  de  los  relativos  al  derecho 
internacional de los derechos humanos. 

1.- ​Principio pro homine

5
Conforme lo define Pinto , se trata de un criterio hermenéutico que informa todo el
derecho de los derechos humanos, en virtud del cual se debe acudir a la norma más
amplia, o a la interpretación más extensiva, cuando se trata de reconocer derechos
protegidos e, inversamente, a la norma o a la interpretación más restringida cuando se

5
Pinto, Mónica, “El principio pro homine. Criterios de hermenéutica y pautas para la regulación de
los derechos humanos”, en ABREGÚ, M. y COURTIS, C. (Comp.), La aplicación de los tratados de
derechos humanos por los tribunales locales. Editores del Puerto-CELS, Buenos Aires, 1997,
p.163.
trata de establecer restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o su suspensión
extraordinaria.

Este principio coincide con el rasgo fundamental del derecho de los derechos
humanos, esto es, estar siempre a favor del hombre.

2.- ​Principio de buena fe

La buena fe constituye actualmente un principio general del derecho plenamente


reconocido por el Derecho Internacional no solo a nivel de convenios internacionales y
doctrinario sino también a nivel de la jurisprudencia internacional.

Respecto de su sentido puede decirse que la buena fe comporta un modelo ideal


de conducta social, que implica un actuar honesto, leal, correcto, exento de malicia. Es el
espíritu con que deben cumplirse las obligaciones y ser ejercidos los derechos, donde las
acciones y los efectos de las mismas han de interpretarse del modo que socialmente se
espera que ocurran.

3.- ​Principio de universalismo

El principio de universalidad en materia de interpretación y de aplicación de


los derechos humanos parte del postulado de la dignidad de la persona humana, y
sostiene que todas ellas, en cualquier lugar, deben gozar de un estándar mínimo de
tales derechos.

4.- ​Principio de indivisibilidad e interdependencia

Significa que no puede considerarse que existen derechos humanos que sean más
importantes que otros sino que deben interpretarse y tomarse en su conjunto y no como
elementos aislados.

A su vez, debe tenerse presente que todos los derechos humanos y las libertades
fundamentales son indivisibles e interdependientes; por lo que se relacionan entre sí y
debe darse igual atención y consideración a la aplicación, promoción y protección de
todos; esto es, complementarse, potenciarse o reforzarse recíprocamente

5.- ​Principio de progresividad


El principio de progresividad fue reconocido en los primeros instrumentos
internacionales de derechos humanos; en el caso del PSJCR se expresa que ​se establece
un sistema inicial de protección que los Estados americanos consideran adecuado a las
actuales circunstancias sociales y jurídicas, no sin reconocer que deberán fortalecerlo
cada vez más en el campo internacional, a medida que esas circunstancias vayan siendo
más propicias​.

De esta manera, lo que se pretende es que el piso de protección de los derechos


reconocidos no se agote en los alcances establecidos en el instrumento y,
consecuentemente, ninguna disposición pueda reducir la protección más amplia que les
puedan deparar las normas de derecho interno o internacional aplicables.

Así, puede decirse, en función de este principio, que la interpretación de las


normas así como cualquier revisión o modificación constitucional o legal futura, debe
realizarse de la manera más favorable al ejercicio, goce, protección y garantía del
derecho.

6.- ​Principio de no discriminación

El principio de no discriminación se refiere a la garantía de igualdad de trato entre


los individuos, sean o no de una misma comunidad, país o región. Es decir, vela porque
los derechos humanos sean aplicados en condiciones de igualdad, no pudiendo otorgarse
preferencias a unas sobre otras.

El trato igualitario que propone este principio puede exceptuarse en caso de que
se trate de situaciones en las cuales exista algún tipo de vulnerabilidad que requiera una
protección especial.

7.- ​Principio de democracia

La democracia es uno de los valores y principios universales fundamentales de los


sistemas de protección de derechos humanos. Entre democracia y derechos humanos
existe una fuerte relación, ya que, de manera conjunta, son elementos de un Estado de
Derecho que comparten una premisa elemental: permitir que los gobernados vivan con
dignidad.
Por eso es que las organizaciones internacionales que se dedican a su protección
tienen entre sus propósitos el de consolidar las instituciones democráticas en los Estados.
Por lo tanto, existe la necesidad de que los gobiernos diseñen espacios institucionales y
mecanismos de participación que permitan a los ciudadanos expresarse en el proceso de
toma de decisiones públicas y asumirse como corresponsables de solucionar los
problemas públicos. Es decir, la democracia participativa se conceptualiza como un
sistema basado en un mecanismo racional de convivencia, legitimado por el
consentimiento ciudadano a través del voto y de su participación en la vida pública que
persigue la identificación de propósitos e intereses comunes entre gobernantes y
gobernados.

e.- ​Restricciones legítimas a los Derechos Humanos

Como cualquier otro derecho, los derechos humanos son relativos, lo cual significa
que son pasibles de una reglamentación razonable. Así, el derecho no se ejerce de
manera absoluta, porque debe permitir su ejercicio por las demás personas.

En este sentido, los derechos humanos son objeto de restricciones legítimas, que
se dan a través de su regulación legal, sin desvirtuar su naturaleza y con miras a su pleno
goce y ejercicio en sociedad.

6
Conforme lo sostiene Pinto , la regulación legal del ejercicio de un derecho implica
la cristalización jurídica de todos los elementos que a nivel normativo y orgánico aseguran
que los sujetos alcanzados por la norma se encuentren en posición legal de ejercer o
disfrutar el derecho humano de que son titulares y al que ella se refiere.

f.- ​Responsabilidad internacional por violación de los Derechos Humanos

La participación del Estado en un sistema internacional de protección de derechos


humanos trae aparejada una serie de compromisos cuyo cumplimiento debe ser
observado por éste.

A nivel internacional, el Estado se compromete como un todo, una unidad y sobre


ésta repercuten los incumplimientos de cualquiera de sus agentes, sin importar, incluso, el

6
Pinto, Mónica, “Temas de derechos humanos”, Editores del Puerto, 2011, 2° edición, 1°
reimpresión, Capítulo IV, páginas 87, 88.
7
nivel en el que actúen . Así, la responsabilidad internacional se establece por actos u
omisiones de cualquier poder u órgano del Estado, independientemente de su jerarquía, al
violar algún tratado internacional y se genera en forma inmediata con el ilícito
internacional atribuido al Estado.

La verificación de la mencionada responsabilidad requiere la determinación de que


el hecho sea ilícito desde el plano internacional de los derechos humanos, para lo cual no
interesa si resulta ajustado o no al derecho interno del país de que se trate. Esto es lo que
establece el artículo 27 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados al
disponer que los Estados parte no pueden invocar disposiciones de su derecho interno
como justificación del incumplimiento de un tratado.

Es así que la obligación de dar cumplimiento a lo dispuesto en las decisiones de


los organismos internacionales corresponde a un principio básico del derecho sobre la
responsabilidad internacional, respaldado por la jurisprudencia internacional, según la cual
los Estados deben acatar el tratado internacional de buena fe y conforme lo prescribe el
artículo 27 de la Convención de Viena.

IMPACTO DE LOS DERECHOS HUMANOS EN EL DERECHO ARGENTINO

a.- ​El artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional – Su interpretación

En este punto, corresponde referirse al lugar que ocupan los tratados de derechos
humanos en el sistema jurídico argentino. Al respecto, debe recordarse que a partir de la
reforma constitucional de 1994 ha ocurrido un cambio de paradigma en el sistema de
fuentes de nuestro ordenamiento. Ello por cuanto se han integrado a las normas
constitucionales, las normas convencionales internacionales de derechos humanos, las
que deben colocarse en el mismo lugar que la Constitución Nacional

Este planteo surge del artículo 75 inciso 22 en cuanto especifica una serie de
tratados de derechos humanos a los que les otorga jerarquía constitucional, lo cual
significa , no solo que han de estar en la misma posición que la Carta Magna, sino que,

7
Esto es especialmente relevante para los Estados como el nuestro que tienen una organización
en la que cada estado o provincia que la compone tiene autonomía y, por ende, independiente en
sus decisiones del gobierno central.
además, deben entenderse de modo complementario a ella. A su vez, se deja abierta la
posibilidad de que el Poder Legislativo pueda otorgar jerarquía constitucional a otros
tratados de derechos humanos. Es decir, que la enumeración allí realizada puede
ampliarse, y de hecho así ha ocurrido ya que el Poder Legislativo otorgó jerarquía
constitucional a la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de
los Crímenes de Lesa Humanidad, la Convención sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad y la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas.

De esta manera, el ordenamiento jurídico argentino se ha tornado abierto y


acoplado al derecho internacional de los derechos humanos. Se trata de la idea de
pluralismo jurídico que implica la existencia de una interacción entre los distintos
ordenamientos jurídicos.

b.- ​El valor de la jurisprudencia internacional

El tribunal interamericano, a través de su jurisprudencia a lo largo de los años, ha


ido consolidando la integración y la fuerza de las determinaciones del derecho
internacional de los derechos humanos. Ahora bien, se ha suscitado la cuestión sobre si el
carácter de tales interpretaciones es vinculante o meramente orientador para los Estados.
En una primera aproximación, puede decirse que no existen dudas respecto del carácter
vinculante de las sentencias en el caso concreto. Esto es, habiendo reconocido la
jurisdicción internacional, el Estado asume el compromiso de dar cumplimiento a sus
fallos.

Sin embargo, la cuestión más importante se suscita en torno al valor de las


interpretaciones que emanan de sus sentencias; más allá de las decisiones específicas y
que se vinculan con el sentido y la orientación que el tribunal interamericano otorga a los
derechos que emanan del PSJCR.

8
Tal como lo resalta García Ramírez , la Corte Interamericana tiene la potestad de
interpretar el PSJCR, lo cual implica la capacidad de definir el sentido y alcance de las

8
García Ramírez, ​Relación entre la jurisdicción interamericana y los Estados, Anuario
Iberoamericano de Justicia Constitucional,​ 18, 2014, p. 256, conforme lo cita Pizzolo, Calogero,
Comunidad de intérpretes finales – relación entre tribunales supranacionales constitucionales y
supremos​. ​El diálogo judicial,​ Editorial Astrea, 1° edición, 2017, p 434
normas correspondientes, no solamente en un litigio concreto y para sus propios fines,
sino también para todas las hipótesis en que venga al caso la aplicación de aquellas. Se
trata así de un doble papel que tiene cualquier resolución del tribunal internacional por un
lado, inter partes en cuanto a los hechos y sus consecuencias inmediatas y directas; y
erga omnes, en cuanto a normas convencionales y su interpretación en todos los casos.
Así, la competencia para ejercer el control de legalidad ya no es una competencia
exclusiva de los jueces nacionales. Ello por cuanto el pluralismo normativo no solo cambia
el paradigma de la legalidad constitucional sino la garantía de su eficacia; eso es, el
control de constitucionalidad. Éste se reconvierte en control de convencionalidad,
trasladando la última palabra en derechos humanos (en tanto materia común de las
9
normas interconectadas) a los organismos internacionales de control .

De esta manera, se determina el doble papel de una sentencia interamericana: por


un lado, tiene efecto inter partes en cuanto a los hechos del caso y sus consecuencias
inmediatas y directas; y, por el otro, se trata de un efecto erga omnes, en lo que concierne
a las normas convencionales y su interpretación en todos los casos. Tal criterio se deja
ver claramente con la doctrina del control de convencionalidad.

c.- ​El control de convencionalidad

Se trata de una creación jurisprudencial de la Corte IDH que consiste en el


procedimiento a través del cual se verifica si determinada norma estatal, o en su caso, la
omisión de dictarla, se encuentra conforme los tratados de derechos humanos. En este
sentido, su finalidad radica en la comparación entre la norma objeto de discusión y la
Convención Americana. Si de su análisis surge que la primera es contraria a la segunda y
por ende, inconvencional, entonces la primera no debe ser aplicada.

10
Es en el caso Almonacid Arellano en el que la Corte IDH consagró la doctrina del
control de convencionalidad, desarrollando sus características propias. En dicha
oportunidad especificó que (...) ​los jueces y tribunales internos están sujetos al imperio de

9
Von Bogdandy, Armin, ​Del paradigma de la soberanía al paradigma del pluralismo normativo.
Una nueva perspectiva (mirada) de la relación entre el derecho internacional y los ordenamientos
jurídicos nacionales en “Internacionalización del Derecho Constitucional, Constitucionalización del
Derecho Internacional”, Capaldo, Griselda, Sieckmann, Jan y Clérico, Laura (Directores), Parte 1,
pg 143, Editorial Eudeba 1º edición 2012.
10
Corte IDH. Caso “Almonacid Arellano y otros vs Chile”. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia del 26 de septiembre de 2006. Serie C N° 154. Párrafo 124.
la ley y, por ello, están obligados a aplicar las disposiciones vigentes en el ordenamiento
jurídico. Pero cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como la Convención
Americana, sus jueces, como parte del aparato del Estado, también están sometidos a
ella, lo que les obliga a velar porque los efectos de las disposiciones de la Convención no
se vean mermadas por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde un
inicio carecen de efectos jurídicos. En otras palabras, el Poder Judicial debe ejercer una
especie de “control de convencionalidad” entre las normas jurídicas internas que aplican
en los casos concretos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En esta
tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la
interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la
Convención Americana.

​ icta el caso Boyce y otros vs Barbados en el que


Posteriormente, la Corte IDH d
explicita concretamente de qué manera debe implementarse el mencionado control en el
ámbito interno de los Estados. En dicha oportunidad el tribunal, luego de expresar que el
Estado había realizado un análisis centrado exclusivamente en la constitucionalidad de la
norma en cuestión, explicó que (...) ​la cuestión debería haber girado en torno a si la ley
11
también era “convencional” .

De esta manera, la Corte Interamericana establece un paralelismo entre los


controles de constitucionalidad y convencionalidad, estableciendo que los jueces deben
realizar ambos controles. En este sentido, conforme se desprende de lo dicho, a fin de dar
cumplimiento a las obligaciones que emanan del PSJCR, resulta necesario efectuar este
control; porque la constatación constitucional no resulta suficiente a tales fines.

11
Corte IDH. Caso “Boyce y otros vs Barbados”. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 20 de noviembre de 2007. Serie C N° 169 Párrafo 78.

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