Está en la página 1de 14

¿Qué es un baptisterio?

Bueno, la palabra baptisterio procede del latín


‘baptisterĭum’ que es piscina, lugar de baño o inmersión, fue utilizada con ese
simple valor y sin ningún significado religioso por Plinio en el siglo I d.C., pero la
palabra había sido tomada del griego βαπτιστήριον con el mismo significado,

relacionado con el verbo (sumergirse) y con el adjetivo que


es bañista, especialmente el que se sumerge en el agua para limpiarse o purificarse),
y formada con un sufijo griego -terion que indica colectivos y lugares para realizar
la acción de la raíz verbal.

Es con el desarrollo y llegada al poder del cristianismo en el siglo IV d.C.


cuando baptisterium va a designar un edificio religioso cristiano distinto de las
iglesias o templos, destinado al baño ritual llamado bautismo (inmersión, baño) que
los cristianos consideraron ritual de ingreso a la comunidad y que antes practicaban
a veces en pozas, fuentes y arroyos. El baptisterio era un edificio de planta circular
o poligonal cubierto por una cúpula, en cuyo centro interior en principio había una
piscina o gran tina con escaleras de descenso para la inmersión, del que tenemos
bastantes ejemplos arquitectónicos antiguos. Sólo a partir del siglo VIII d.C.
empezaron a construirse algunos baptisterios como capillas especiales dentro de un
templo o iglesia, si bien en muchos lugares se mantuvo la tradición de construir el
baptisterio como edificio separado y distinto de la iglesia o templo. A menudo eran
de forma octogonal, como el Baptisterio de Fréjus o el de Letrán en Roma, primer
edificio expresamente dedicado a esta función. Representa entonces los siete días de
la semana y de la creación del mundo, más el día de la resurrección y de la vida
eterna, aritmología mística de la resurrección de la que el bautismo es el símbolo
anticipado.

Hay que tener en cuenta que, el primitivo ritual sacramental cristiano del
bautismo sólo se practicaba a adultos que habían pasado ya su fase de
catecumenado o aprendizaje de las enseñanzas y postulados de fe cristianos, con el
fin de borrar todos sus pecados, se hacía sólo en días señalados, en tiempo de
Pascua, que sólo podían perdonarse una vez y en grandes grupos, esto implicaba
una inmersión ritual de todo el cuerpo en agua, lo que exigía un edificio espacioso
para bastante gente y una piscina de inmersión.

Muchas religiones mistéricas anteriores al cristianismo practicaban rituales


iniciáticos de ablución con agua o distintos líquidos, pero en concreto los cristianos
heredaron esta práctica de distintas sectas judías, en especial los esenios que fueron
una secta judaica surgida en el siglo II a.C. y probablemente también de los
mandeos que fueron una rama religiosa nóstica de la época, distinta del judaísmo,
con creencias sincréticas y ciertos principios mazdeístas, que practicaba
regularmente el bautismo tanto en piscinas de agua corriente como en arroyos y
corrientes naturales. De hecho, según los estudiosos, Juan el Bautista que predicó
antes de Jesucristo, y a quien los evangelios remontan el ritual del bautismo, pudo
ser un esenio o un mandeo, puesto que además para los mandeos, quienes aún
perviven hoy como ínfima minoría religiosa, es su principal profeta o mesías.

Pero con el tiempo este ritual primitivo fue sustituido por otro, que no era
más que una tradición de los romanos: la lustratio o ablución de purificación que los
romanos practicaban con los recién nacidos a los 8 o 9 días de nacer, imponiéndoles
también el nombre en ese acto. Esta tradición se cristianizó y sustituyó al verdadero
bautismo de adultos, considerándose ya el rito iniciático por el que un recién nacido
se vinculaba a la comunidad cristiana. Fue entonces, alrededor del siglo VIII cuando
las piscinas bautismales empezaron a ser sustituidas por pilas menores, en forma de
pequeña tina elevada o fuentecilla circular que contenía agua con la que se regaba
principalmente la cabeza del bautizado. Siendo un gesto simbólico que representa la
absolución de los pecados y el nacimiento de un nuevo hijo de Dios. Por ejemplo, el
bautismo de Clodoveo hacia 496, en Reims, fue un acontecimiento que marca la
alianza del poder real y la iglesia.

La historia de Francia se parece a la de buena parte de Europa. En sus


comienzos estuvo marcada por la migración masiva de los errantes pueblos celtas,
el sometimiento y la influencia civilizadora de los romanos y el auge de la nobleza
local. El cristianismo supuso cierta unidad, pero quizá en ningún otro lugar ha
coexistido una Iglesia tan firmemente independiente con una autoridad central tan
poderosa. Lo que hoy es Francia surgió a partir de varios pueblos en la Edad del
Hierro, en particular por el mayor y mejor organizado de ellos: el celta galo. La
subyugación de estos pueblos a Roma fue gradual, pues tardó varios siglos en
imponer su gobierno, carreteras, comercio, cultura e incluso su lengua. Entonces
emergió la cultura galorromana, y la Galia se integró gradualmente en el Imperio
romano.

Empezaron entonces a emerger sofisticados centros urbanos con mercados y


baños con agua corriente fría y caliente. Los romanos también plantaron viñedos,
principalmente en Borgoña y Burdeos; introdujeron técnicas para el procesamiento
de las vides; y expandieron la fe cristiana, por entonces de moda. Con el tiempo, los
francos adoptarían esos pilares de la civilización galorromana, el cristianismo
incluido, y su posterior asimilación resultaría en una fusión de la cultura germánica
con la de los celtas y los romanos.

Con la caída del Imperio romano, llegaron los francos y otras tribus
germánicas comandadas por Meroveo, desde el norte y el noreste. Su nieto,
Clodoveo I, se convirtió al cristianismo, lo que le otorgó mayor legitimidad y poder
ante sus súbditos cristianos, e instaló su corte en París; sus sucesores fundaron la
abadía de St-Germain des Prés en la capital y, más tarde, la de St-Denis, en el norte,
que se convertiría en el monasterio más rico e importante de Francia y en la última
morada de sus reyes.

Fréjus es una comuna francesa ubicada en el departamento de Var, en la


región de Provenza-Alpes-Costa Azul. Ubicada a orillas del mar Mediterráneo, en la
desembocadura de los Argens y el Reyran, es la capital del cantón de Fréjus, sede
asociada de la diócesis, un balneario y centro turístico en la Costa Azul, una ciudad
de Arte e Historia.

Originalmente llamado Forum Julii, la plaza pública o mercado de Julius (lo


que implica César), una ciudad romana fundada probablemente en el 49 a.C. para
oponerse a la omnipotencia de Massilia, entonces una colonia que Auguste quería
en el año 27 a. C. bajo el nombre de Colonia Octavanorum para dar la bienvenida a
los veteranos del Legio VIII Augusta. Equipada bajo Tiberio, ella declinó hasta el
siglo IV, cuando ocurrió la constitución del obispado, segunda en Francia después
de Lyon.

Los orígenes de Frejus probablemente se encuentran en el pueblo celto-ligur


que se estableció alrededor del puerto natural de Aegytna. Los restos de un muro
defensivo todavía son visibles en Mont Auriasque y Cap Capelin. Los fócaos de
Marsella más tarde establecieron un puesto avanzado en el sitio.

Julio César también llamó a su puerto Claustra Maris, la barrera del mar. La
fecha exacta de la fundación es incierta, pero ciertamente fue antes del 43 a. C., ya
que aparece en la correspondencia entre Plancus y Cicero y estudios sugieren que en
el 49 a.C. es muy probable.

Fue en el Foro Julii que Octavio repatrió las galeras tomadas de Marco
Antonio en la Batalla de Actium en el 31 a. C. Entre 29 y 27 a. C., se convirtió en
una colonia para sus veteranos de la octava legión, agregando el sufijo
Octavanorum Colonia. Augusto convirtió la ciudad en la capital de la nueva
provincia de Narbonensis en el año 22 a. C., lo que provocó un rápido desarrollo. Se
convirtió en uno de los puertos más importantes del Mediterráneo; su puerto era la
única base naval para la flota romana de la Galia y solo el segundo puerto después
de Ostia hasta al menos la época de Nerón.

Posteriormente, bajo Tiberio, se construyeron los principales monumentos y


servicios aún visibles hoy: el anfiteatro, el acueducto, el faro, los baños y el teatro.
Forum Julii tenía impresionantes muros de 3,7 km de longitud que protegían un área
de 35 hectáreas. Había unos seis mil habitantes. El territorio de la ciudad, el civitas
forojuliensis, se extendía desde Cabasse en el oeste hasta Fayence y Mons en el
norte. Se convirtió en una importante ciudad comercial para la producción artesanal
y agrícola. La agricultura se desarrolló con villas rústicas como en Villepey y San
Rafael. La minería de arenisca verde y pórfido azul y la piscicultura contribuyeron a
la próspera economía.
El siglo IV vio la creación de la diócesis de Fréjus, la segunda más grande
de Francia después de la de Lyon; La construcción de la primera iglesia está
atestiguada en 374 con la elección de un obispo. Saint-Léonce se convirtió en
obispo de Fréjus en el siglo V d.C. y escribió: << A partir de 374, en el Concilio de
Valencia, se nombró un obispo en Frejus, pero nunca vino. Fui el primero de los
obispos de esa ciudad. Pude construir la primera catedral con su baptisterio >>. La
decadencia de Roma llevó a la de las ciudades de su imperio.

Ya en la Edad Media, a pesar de la constitución del obispado, el


enclavamiento del puerto llevó al declive de Frejus. En 572, los lombardos asolaron
la ciudad, seguidos en 574 por sus aliados sajones. El rey Raoul confirmó en 924
posesiones de la abadía de Saint-Martin d’Autun en Frejus, Vaison-la-Romaine y
países de Viena. A finales del siglo IX, la ciudad quedó completamente destruida,
los habitantes huyeron al interior y los sarracenos se establecieron en Fraxinetum.
Esta situación duró hasta 973 cuando fueron derrotados por Guillaume I de
Provence en la tierra y los bizantinos en el mar. En 990, para recuperar su
propiedad, el obispo Riculphe, abad de Montmajour, obtuvo del Conde de Provenza
la posesión de la ciudad y el puerto de Frejus. Construyó la catedral de Saint-
Léonce y fortificó la ciudad.

El grupo episcopal Fréjus constituye un conjunto de cuatro monumentos


excepcionales. La catedral marca la entrada del obispado en la región desde el año
374 y desde entonces ha seguido cambiando con el tiempo.

El baptisterio, un testimonio eminente de la expansión del cristianismo,


marcó a muchas almas con su bendición y las miradas en sus columnas de mármol y
granito siempre admiran su belleza y su época.

El claustro es un libro abierto sobre la representación del mundo en el siglo


XIV: su decoración sobre marcos es única en Francia. 

El Palacio Episcopal, convertido en ayuntamiento, luce orgulloso su fachada


medieval y guarda en secreto los tesoros de su pasado.
Para hablar del Baptisterio Paleocristiano de Fréjus, vale la pena mencionar
que la arquitectura paleocristiana corresponde al período más antiguo de
la arquitectura cristiana, que se desarrolló en el Imperio romano en la Antigüedad
tardía, entre finales del siglo iii hasta el siglo vi. Nació principalmente como una
necesidad para la construcción de edificaciones adecuadas para los cultos de
la religión cristiana.

Aunque se originó en Siria y Egipto pasó rápidamente a Occidente y fue


en Roma, como futuro centro de la cristiandad, donde se produjeron las primeras
manifestaciones de monumentos arquitectónicos en el ámbito de los cementerios
o catacumbas, dentro de una etapa de clandestinidad debido a las persecuciones de
que eran objeto los que practicaban la religión cristiana. En esa misma época para
celebrar las asambleas de culto religioso se utilizaron viviendas privadas,
adaptándose algunas de sus salas para este fin (domus ecclesiae).

Comienza modestamente desde finales del siglo ii hasta 313, cuando el


cristianismo fue perseguido, luego floreció plenamente en la escala de todo el
imperio desde el reinado de Constantino I, el primer emperador en convertirse al
cristianismo y con Teodosio I, quien de hecho la hizo religión oficial en 380. La
arquitectura paleocristiana fue así heredera directa de la tradición arquitectónica
clásica romana. No creó un nuevo vocabulario, sino que le dio un nuevo significado
a los elementos que tenía a su alrededor para reunir a los fieles, magnificar los
lugares santos, adorar a los mártires y honrar a los muertos.

La edificación está separada del nártex de la catedral por un estrecho


vestíbulo, constituía uno de los tres santuarios de la catedral episcopal. El exterior
del monumento es un edificio de planta cuadrada cuyas fachadas han conservado su
fábrica de piedra galo-romana, excepto las del sur y el oeste, que fueron revestidas
en el siglo X con bloques de piedra rústica, ya que la ciudad sufrió grandes
transformaciones en esa época. El piso intermedio es de planta octogonal con un
vano de cabecera redonda abierto a cada lado. El piso inferior es circular y la
transición del octógono a la circunferencia está marcada en la fachada por ocho
salientes triangulares. Esta superposición de tres pisos, sucesivamente cuadrados,
octogonales y luego circulares, forma un conjunto sorprendente.

En el interior del cuadrado del piso inferior hay un octógono, cada una de las
esquinas tiene un absidiolo o nicho semicilíndrico, abovedado en cul-de-four, es
decir una bóveda formada por una media cúpula, y en los laterales, un nicho de
fondo plano, abovedado en semicírculo. Ocho columnas romanas, sostienen los
arcos de medio punto, cuya estructura está formada por cuñas alternadas con
grandes ladrillos. En el extradós, hay un cordón de bloques de piedra cuadrados,
decoración que se encuentra en las arcadas del acueducto y en la del puente de las
Esclapes, en el canal de desviación del Argens en el puerto romano de Fréjus, lo que
atestigua el perfecto conocimiento de la técnica romana por parte quien construyó
del Baptisterio.

En el extradós de los arcos y nichos hay una ancha banda de sillería muy
tosca rematada por una cúpula formada por tres cuerpos: un tambor octogonal
inferior y una bóveda de coronación unidos por una zona de conexión, que presenta
la siguiente disposición:

Anchas y gruesas losas de piedra tallada, lanzadas como puentes entre los
ángulos del polígono octogonal, lo transforman en un polígono de dieciséis lados
sobre el que descansa una serie de dieciséis arcadas, ocho de las cuales están
abiertas en los lados del octógono y sirven para iluminar el edificio, y ocho son
ciegas en los ángulos. Tienen las mismas características que los de la planta baja y
ofrecen un dispositivo de notable solidez para equilibrar los empujes 2. El papel
esencial de las esquinas es actuar como placas de apoyo en la base de la cúpula,
permitiendo la creación de la base circular sobre la que ésta encuentra su
cimentación natural; esto explica el relleno de mampostería de las partes diédricas
de las esquinas, situadas por encima de las losas. Éstas constituyen los cimientos
inferiores de la cúpula, en los que se incluyen los arcos de medio punto de las
arcadas que sirven de aliviadero de cargas.

Una fotografía, tomada durante la restauración, revela que estaba formada


por mampostería de pequeño tamaño, cuyas hiladas se superponían en series
horizontales y circulares, integrándose unas con otras y disminuyendo gradualmente
de volumen a medida que se inclinaba. Sin embargo, esta parte importante, que
constituía un precioso testimonio de la cúpula primitiva, fue demolida para permitir
la construcción de una cúpula moderna.

El acceso al baptisterio se realizaba originalmente a través de dos puertas


situadas en la parte posterior de los dos ábsides, que flanquean la puerta de hierro
forjado abierta en un nicho de fondo plano por el cardenal de Fleury en el siglo XIII
3. Sus diferentes alturas (2,80 m y 2,10 m) no pueden explicarse, como se ha
escrito, por una diferencia de nivel, ya que los umbrales están al mismo nivel. Sólo
el simbolismo parece ofrecer una explicación. La puerta inferior era sin duda por la
que los catecúmenos, que en la tradición cristiana son personas que aún no han sido
bautizadas, pero que están aprendiendo a serlo, de esta forma un catecumenado
representaba un período de instrucción y de espera, entraban en el recinto por la
pequeña puerta baja que hay a la izquierda de la entrada actual. Esta última fue
abierta más tarde y tiene una puerta de hierro forjado que data del siglo XVIII,
entraban en el baptisterio; salían por la puerta superior después de recibir el
bautismo y se dirigían a la catedral vecina para oír la misa de Pascua y comulgar por
primera vez. Los baptisterios de la Mayor de Marsella y de Rávena en Italia también
tenían dos puertas.

En el centro del baptisterio 4 hay una pila octogonal de 1 m 30 de ancho y


82 cm de profundidad, pero que se estrecha bruscamente en su mitad y sólo tiene 90
cm de ancho en este punto, lo que da lugar a la formación de una especie de escalón
de 20 cm de ancho a partir del cual la profundidad es de sólo 42 cm. Estaba cubierta
por un copón octogonal, cuyos restos se encontraron durante la restauración.
Investigaciones posteriores han demostrado que no se trata en absoluto de la piscina
original, que se utilizaba para el bautismo por inmersión de adultos, en la cual, las
paredes estaban recubiertas de losas de mármol blanco. No tiene la anchura
habitual, que variaba de 2 a 5 m según la importancia de las ciudades episcopales,
así como los tres escalones simbólicos existentes en los baptisterios sin columnata,
o las dos escaleras de tres escalones en los provistos de columnata.
Un informe, publicado por el testigo de la restauración del baptisterio, lo
confirma. Monseñor Chaix, vicario general de la diócesis de Fréjus, conocedor de
las cuestiones arqueológicas, pudo seguir, día a día, los trabajos realizados para
despejar el edificio, y dejó constancia de sus observaciones en la Semaine religieuse
de Fréjus et de Toulon. “Delante de la puerta sureste del baptisterio, dice, se ven
algunos sillares, restos de los escalones por los que se descendía a la piscina
primitiva.” Y añade, además: "Esta piscina, probablemente octogonal, no llamó la
atención de los restauradores y lo lamentamos." En 789, un Capitulario de
Carlomagno había ordenado que el bautismo ya no se administrara a los adultos,
sino a los niños antes del año de edad, y a partir de entonces, como las piscinas
primitivas ya no eran adecuadas para la inmersión de los niños, fueron abandonadas,
modificadas o sustituidas por pilas de paredes verticales, es decir, cubas. Es esta pila
carolingia de paredes verticales es la que existe en el baptisterio de Fréjus. Sus
dimensiones son proporcionales a la estatura de un niño de aproximadamente un
año, que es por término medio de 70 cm.

A la izquierda de la pila bautismal y a poca distancia, se puede ver a ras de


suelo [fig. 3, 2] la parte inferior de un gran dolium. Debía de contener unos 250
litros. El rito observado en el bautismo galicano utilizado en Fréjus explica su
presencia y uso en el baptisterio: "Antes o después del bautismo y de la entrega de
la vestidura blanca al neófito, tenía lugar la ceremonia del "lavatorio de los pies",
dice Monseñor Duchesne. Se trataba, dice, de una peculiaridad local, introducida
primero en el sur de la Galia y en la Alta Italia, y es seguro que no estaba permitida
en Roma. Era propio de la liturgia galicana y ambrosiana -distinta de la romana- en
uso en Provenza y, por consiguiente, en Fréjus.

Era necesario, en estas condiciones, que se colocara en el baptisterio un


recipiente que contuviera el agua necesaria para esta ceremonia, simbólica por otra
parte, debido a que los catecúmenos eran bañados antes de entrar en el baptisterio;
en Fréjus, se trataba de un dolium. Pero, según Monseñor Batiffol, sacerdote
católico francés e historiador de la Iglesia, el lavatorio de los pies no requería un
recipiente cerrado como el dolium, sino una jofaina. La objeción no parece decisiva,
porque era posible llenar una jofaina con el agua extraída del dolium. El señor
Formigé considera que este último contenía la reserva de aceite para el bautismo,
que el número de catecúmenos, por una parte, y la unción extendida a todo el
cuerpo, por otra, requerían, según él, un suministro importante. Esta objeción no
parece aceptada, ya que, según el obispo Duchesne, la unción extendida a todo el
cuerpo no se aplicaba ni en el rito galicano ni en el romano. Sólo se utilizaba en los
ritos de iniciación cristiana de las iglesias orientales. En el rito galicano, en uso en
Fréjus, el obispo sólo realizaba unciones locales, en particular la del aceite
perfumado en la cabeza del neófito: se convendrá en que estas unciones, incluso
repetidas un gran número de veces, no requerían una cantidad de aceite tan
considerable como la contenida en el dolium, es decir, unos 250 litros.

Es cierto que, el aparato del baptisterio de Fréjus es en parte romano; sin


embargo, un estudio más profundo de los detalles de su arquitectura y las
comparaciones que son posibles realizar posteriormente con otros edificios llevan a
identificar las características esenciales de su filiación oriental, caracterizada en
particular por numerosas aportaciones sirias. En cuanto a la tesis del Sr. Angelis
d'Ossat, que considera los edificios octogonales como baptisterios "como derivados
de un esquema especial adoptado de la arquitectura romana", el estudio de las
Termas y del Palacio de Diocleciano en Spalato, a los que sin duda se refiere este
autor, revela claramente disposiciones orientales y probablemente sirias,
consecuencias de la influencia del arte oriental, que apareció en Italia desde finales
del siglo I.

Según M. L. Bréhier, lo que confiere al baptisterio de Fréjus su poderoso


interés es que su planta corresponde exactamente a la de la Iglesia descrita por San
Gregorio, obispo de Nisa, en una carta escrita en 371 y 394; la filiación oriental,
dice, sigue siendo cierta aquí. Su planta es, en efecto, oriental", escribió en 1943,
“tenemos aquí una disposición de varias figuras geométricas, inscritas o anidadas
unas dentro de otras; una planta cruciforme, anidada en un cuadrilátero inscrito en
un cuadrado, procedimiento corriente en Armenia y Georgia, como ha demostrado
claramente Baltrusaïtis.”
El baptisterio de Fréjus también se asemeja a los edificios de planta
octogonal, coronados con una cúpula de tambor, disposición bastante común a partir
del siglo IV, como atestiguan las iglesias de Wiranschehr en Mesopotamia, Soara,
Bin Bir-Kilissi-Isaura y Derbi en Asia Menor central. Cabe señalar que varios
baptisterios de Liguria y la Baja Provenza reproducen la forma de una cruz griega,
en la que los ángulos de intersección de los montantes o fustes y el travesaño están
ocupados por absidiolos, que transforman la planta cuadrada interior del
monumento en octogonal.

Las plantas octogonales de los baptisterios de la Liguria italiana y de la Baja


Provenza, incluido el de Fréjus, no derivan de un esquema específicamente romano,
sino indudablemente de tipos orientales. La influencia oriental de Fréjus se aprecia
no sólo en la planta, sino también en algunos detalles importantes de su
arquitectura. Cabe destacar el uso de columnas sin arquitrabes, cuyos nichos y
ábsides de fondo plano en la planta baja, así como la serie de arcadas abiertas en los
lados del octógono, se alternan con las arcadas ciegas de las esquinas.

A esto hay que añadir la transición del polígono de ocho lados al polígono
de dieciséis lados con la ayuda de losas colocadas planas en las esquinas del
octógono y que sirven de "placas de apoyo" para la cúpula. Se trata de un ingenioso
dispositivo que se encuentra, según un estudio del Sr. Charles Diehl, en pequeños
edificios sirios, como los kalybes de Umm el Zeitoun, fechados en 282 y los de
Chaqqa en el Haouran sirio del siglo III. El baptisterio de la iglesia de Esdras,
también en el Haouran sirio, construido en 515, muestra la misma disposición de las
losas. Parece que no se trata de un proceso específicamente sirio.

Las placas de soporte, que revelan indudablemente una influencia oriental


influencia en la construcción de la cúpula, el tambor circular con ventanas en su
parte inferior, característico, según Marcel Aubert, de un trazado oriental y
bizantino en contraste con las cúpulas bajas de los romanos, iluminadas por un
óculo en la parte superior y cobijadas bajo una linterna como las que se encuentran
en encontradas en iglesias argelinas, en particular en el baptisterio de Djemila (siglo
V).
Las cuatro filas de ladrillos que forman la base de las primeras hiladas de la
cúpula también reflejan una influencia oriental y bizantina. Los constructores
romanos se contentaban generalmente con una sola hilada. Estas numerosas
aportaciones confirman la acción histórica de los orientales, cuyo inicio, escribe
Louis Bréhier, data del periodo cristiano I y alcanza su máxima intensidad en la
Galia merovingia. Del siglo IV al V", dice Marcel Aubert, "el comercio en el
Mediterráneo estuvo en gran parte en manos de sirios y orientales y, según Dom
Leclercq, no hubo monje arquitecto que no viniera de Oriente al norte de Italia, en
particular a Asís.

Queda por precisar, en la medida de lo posible, la fecha de construcción del


baptisterio y, para ello, conviene acercarlo a la iglesia de Saint Satyre, en Milán,
cuyo epitafio, conservado en la iglesia de Saint-Embroise, en Milán, atribuye la
construcción al arzobispo Anspert, fallecido en 888, pero que probablemente sólo
remodeló un santuario más antiguo, del siglo V. La cúpula de este edificio tiene
"placas de soporte" similares a las de la cúpula del baptisterio de Fréjus. Los dos
edificios pueden compararse y considerarse contemporáneos. Esta hipótesis se ve
reforzada por el hecho de que un poco más tarde, a mediados del siglo V, el
baptisterio de los ortodoxos y la capilla de Saint-Nazaire y Saint-Celsus (mausoleo
de Galla Placidia) en Rávena, ambos construidos hacia 450, tienen una cúpula que
descansa no sobre "placas de soporte", sino sobre pechinas. Cabe pensar que,
debido a las frecuentes relaciones existentes en aquella época entre la Provenza
marítima y el norte de Italia, es muy probable que, si el baptisterio de Fréjus se
hubiera construido después de estos dos monumentos, se hubieran utilizado, como
en este último, pechinas en lugar de placas de apoyo en el soporte de la cúpula.

En estas condiciones, parece justificado situar su construcción a principios


del siglo V y, en cualquier caso, antes del año 450, y ello con mayor probabilidad si
se tiene en cuenta que toda la región se hallaba bajo la influencia de la Iglesia de
Milán desde finales del siglo V, la influencia de la Iglesia de Milán, como atestigua
el rito galicano o ambrosiano. Rito galicano o ambrosiano, seguido en Fréjus.
Monseñor Duchesne precisa que esta primacía de la Iglesia de Milán se ejerció a
finales del siglo IV y principios del V.

Fréjus fue administrado durante este periodo por un gran obispo, San
Leonardo, que poseía todas las cualidades necesarias para la dirección espiritual de
la ciudad episcopal en aquella época de fe ardiente, de organización del culto
cristiano y de reconstrucción de los edificios religiosos, construidos de prisa y
económicamente por necesidad tras la paz de la Iglesia, después del Edicto de Milán
en 313, bajo Constantino, en el que a todos los súbditos, incluidos expresamente los
cristianos, se les autoriza a seguir libremente la religión que mejor les pareciera.

Conclusiones

1° El baptisterio de Fréjus fue construido probablemente a principios del


siglo V y, en todo caso, antes de Tannicus. en cualquier caso, antes del año 450.

2° Su piscina bautismal, originalmente una piscina de inmersión para


adultos, cuyos restos no se conservaron durante la restauración, fue sustituida en el
transcurso del siglo V o, a más tardar, en el siglo V, por una pila de paredes
verticales, destinada al bautismo por inmersión de los niños impuesto por el
Capitulario de Carlomagno en 789, consagrando un uso ya aplicado en el siglo V.
Es esta pila carolingia la que ha sido restaurada.

3° El bautismo se administraba originalmente según el rito ambrosiano o


galicano, como atestiguan los restos del dolium, que contenía el agua destinada al
lavatorio de los pies de los neófitos.

4° La filiación oriental del baptisterio es segura. Se revela no sólo por la


planta octogonal; el uso de arcadas sobre columnas sin arquitrabes; en la disposición
del tambor perforado con ventanas en la parte inferior de la cúpula; sino también
esencialmente por el uso de "placas de apoyo" en el soporte de esta cúpula,
utilizadas en los Kalybes del Haouran sirio, en el siglo III.
Este está clasificado como Monumento Histórico desde 1908, el
nombramiento, ya mencionado, de un obispo para Fréjus, demostró que aquí se
asentó una importante comunidad religiosa, lo que convierte a Fréjus en el centro
religioso más antiguo e importante de Francia y lo hace el obispado más antiguo del
Var y el segundo, después de Lyon, en Francia. El bautismo es un rito de paso, lo
que explica que el baptisterio sea casi siempre un monumento independiente.

El estado de conservación de este baptisterio es notable. Hasta el nivel de las


ventanas altas, la estructura es original. Los muros son de arenisca roja vinoso y
verde del macizo del Esterel, así como de ladrillos decorativos principalmente. Su
cúpula fue restaurada por Jules Formigé, arquitecto jefe del Monuments Historique,
encargado de Provenza desde 1920.

Se dice que las columnas de granito fueron reutilizadas desde la antigüedad.


Cinco de estas columnas proceden del macizo de Gigri Dag, cerca de la ciudad turca
de Ezine, en granito de Troad. Se trata de un granito particular con manchas oscuras
muy bellas, ricas en mica negra. Cada columna soporta un capitel de mármol de
Carrara o de Asia Menor, específicamente Proconnesus, la actual isla de Mármara,
seis de los cuales son reutilizaciones romanas de los siglos III y IV, de las que sólo
dos fueron talladas en el siglo V. La amplia entrada principal al baptisterio es
posterior, del siglo XVI, añadida durante la construcción del nuevo pórtico de
entrada del Grupo Episcopal en 1530. El estado actual, puerta y cancela, datan del
siglo XVIII, y son obra del obispo de Fleury, obispo de Fréjus de 1698 a 1715.

También podría gustarte