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Hay que tener en cuenta que, el primitivo ritual sacramental cristiano del
bautismo sólo se practicaba a adultos que habían pasado ya su fase de
catecumenado o aprendizaje de las enseñanzas y postulados de fe cristianos, con el
fin de borrar todos sus pecados, se hacía sólo en días señalados, en tiempo de
Pascua, que sólo podían perdonarse una vez y en grandes grupos, esto implicaba
una inmersión ritual de todo el cuerpo en agua, lo que exigía un edificio espacioso
para bastante gente y una piscina de inmersión.
Pero con el tiempo este ritual primitivo fue sustituido por otro, que no era
más que una tradición de los romanos: la lustratio o ablución de purificación que los
romanos practicaban con los recién nacidos a los 8 o 9 días de nacer, imponiéndoles
también el nombre en ese acto. Esta tradición se cristianizó y sustituyó al verdadero
bautismo de adultos, considerándose ya el rito iniciático por el que un recién nacido
se vinculaba a la comunidad cristiana. Fue entonces, alrededor del siglo VIII cuando
las piscinas bautismales empezaron a ser sustituidas por pilas menores, en forma de
pequeña tina elevada o fuentecilla circular que contenía agua con la que se regaba
principalmente la cabeza del bautizado. Siendo un gesto simbólico que representa la
absolución de los pecados y el nacimiento de un nuevo hijo de Dios. Por ejemplo, el
bautismo de Clodoveo hacia 496, en Reims, fue un acontecimiento que marca la
alianza del poder real y la iglesia.
Con la caída del Imperio romano, llegaron los francos y otras tribus
germánicas comandadas por Meroveo, desde el norte y el noreste. Su nieto,
Clodoveo I, se convirtió al cristianismo, lo que le otorgó mayor legitimidad y poder
ante sus súbditos cristianos, e instaló su corte en París; sus sucesores fundaron la
abadía de St-Germain des Prés en la capital y, más tarde, la de St-Denis, en el norte,
que se convertiría en el monasterio más rico e importante de Francia y en la última
morada de sus reyes.
Julio César también llamó a su puerto Claustra Maris, la barrera del mar. La
fecha exacta de la fundación es incierta, pero ciertamente fue antes del 43 a. C., ya
que aparece en la correspondencia entre Plancus y Cicero y estudios sugieren que en
el 49 a.C. es muy probable.
Fue en el Foro Julii que Octavio repatrió las galeras tomadas de Marco
Antonio en la Batalla de Actium en el 31 a. C. Entre 29 y 27 a. C., se convirtió en
una colonia para sus veteranos de la octava legión, agregando el sufijo
Octavanorum Colonia. Augusto convirtió la ciudad en la capital de la nueva
provincia de Narbonensis en el año 22 a. C., lo que provocó un rápido desarrollo. Se
convirtió en uno de los puertos más importantes del Mediterráneo; su puerto era la
única base naval para la flota romana de la Galia y solo el segundo puerto después
de Ostia hasta al menos la época de Nerón.
En el interior del cuadrado del piso inferior hay un octógono, cada una de las
esquinas tiene un absidiolo o nicho semicilíndrico, abovedado en cul-de-four, es
decir una bóveda formada por una media cúpula, y en los laterales, un nicho de
fondo plano, abovedado en semicírculo. Ocho columnas romanas, sostienen los
arcos de medio punto, cuya estructura está formada por cuñas alternadas con
grandes ladrillos. En el extradós, hay un cordón de bloques de piedra cuadrados,
decoración que se encuentra en las arcadas del acueducto y en la del puente de las
Esclapes, en el canal de desviación del Argens en el puerto romano de Fréjus, lo que
atestigua el perfecto conocimiento de la técnica romana por parte quien construyó
del Baptisterio.
En el extradós de los arcos y nichos hay una ancha banda de sillería muy
tosca rematada por una cúpula formada por tres cuerpos: un tambor octogonal
inferior y una bóveda de coronación unidos por una zona de conexión, que presenta
la siguiente disposición:
Anchas y gruesas losas de piedra tallada, lanzadas como puentes entre los
ángulos del polígono octogonal, lo transforman en un polígono de dieciséis lados
sobre el que descansa una serie de dieciséis arcadas, ocho de las cuales están
abiertas en los lados del octógono y sirven para iluminar el edificio, y ocho son
ciegas en los ángulos. Tienen las mismas características que los de la planta baja y
ofrecen un dispositivo de notable solidez para equilibrar los empujes 2. El papel
esencial de las esquinas es actuar como placas de apoyo en la base de la cúpula,
permitiendo la creación de la base circular sobre la que ésta encuentra su
cimentación natural; esto explica el relleno de mampostería de las partes diédricas
de las esquinas, situadas por encima de las losas. Éstas constituyen los cimientos
inferiores de la cúpula, en los que se incluyen los arcos de medio punto de las
arcadas que sirven de aliviadero de cargas.
A esto hay que añadir la transición del polígono de ocho lados al polígono
de dieciséis lados con la ayuda de losas colocadas planas en las esquinas del
octógono y que sirven de "placas de apoyo" para la cúpula. Se trata de un ingenioso
dispositivo que se encuentra, según un estudio del Sr. Charles Diehl, en pequeños
edificios sirios, como los kalybes de Umm el Zeitoun, fechados en 282 y los de
Chaqqa en el Haouran sirio del siglo III. El baptisterio de la iglesia de Esdras,
también en el Haouran sirio, construido en 515, muestra la misma disposición de las
losas. Parece que no se trata de un proceso específicamente sirio.
Fréjus fue administrado durante este periodo por un gran obispo, San
Leonardo, que poseía todas las cualidades necesarias para la dirección espiritual de
la ciudad episcopal en aquella época de fe ardiente, de organización del culto
cristiano y de reconstrucción de los edificios religiosos, construidos de prisa y
económicamente por necesidad tras la paz de la Iglesia, después del Edicto de Milán
en 313, bajo Constantino, en el que a todos los súbditos, incluidos expresamente los
cristianos, se les autoriza a seguir libremente la religión que mejor les pareciera.
Conclusiones