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PRIMER ARTÍCULO

Carbonell: nuevos descubrimientos desafían hipótesis sobre


evolución humana
 El europeo occidental más antiguo era una mandíbula datada en 1.2 millones de años

Se descubre la corona completa de un molar de leche con una antigüedad de aproximadamente 1.4
millones de años

CIUDAD DE MÉXICO (05/MAR/2013).-Descubrimientos recientes hacen retroceder la frontera del poblamiento


humano en Europa Occidental a por lo menos 1.4 millones de años, y fuerzan a replantear las hipótesis sobre el
origen de nuestra especie, dijo hoy el paleontólogo español Eudald Carbonell.

Carbonell, codirector del proyecto arqueológico de la Sierra de Atapuerca en la provincia de Burgos, norte de
España, impartió este martes la conferencia magistral "Atapuerca en la evolución humana" en el Museo Nacional
de Antropología de la Ciudad de México.

En su ponencia, el investigador citó el hallazgo, anunciado el 4 de marzo en la versión digital de la prestigiosa


revista Journal of Human Evolution, de la corona completa de un molar de leche de un individuo infantil con una
antigüedad estimada de 1.4 millones de años.

El descubrimiento fue realizado por especialistas de diversos centros de investigación del mundo en un yacimiento
del municipio de Orce, suroriental provincia española de Granada, donde también se hallaron herramientas de
piedra y huesos de animales con señales de haber sido rotos o descarnados con tales utensilios.

Aunque las herramientas son del tipo conocido como olduvaiense, asociado a una especie humana primitiva de
África llamada Homo habilis, los investigadores aún no clasifican al espécimen de Granada, que ya empieza a ser
conocido como "Niño de Orce".

Antes de este descubrimiento, el título del europeo occidental más antiguo lo ostentaba un espécimen
representado por una mandíbula datada en 1.2 millones de años procedente del yacimiento llamado Sima del
Elefante, dentro del sitio arqueológico de Atapuerca.

Este ejemplar fue reportado en marzo de 2008 en la revista científica Nature por Carbonell y sus colaboradores.

En su conferencia, el también arqueólogo y antropólogo catalán refirió que este espécimen presenta un mosaico de
características que lo vinculan a diferentes especies humanas extintas, particularmente Homo antecessor, así como
a los restos hallados en Dmanisi, Georgia (entre Asia Occidental y Europa Oriental), entre 1999 y 2001.

Los fósiles de Dmanisi, datados en unos 1.8 millones de años, son los vestigios humanos más antiguos
descubiertos hasta ahora en Europa.

De acuerdo con Carbonell, "las semejanzas de los restos georgianos y el ejemplar de la Sima del Elefante plantean
la posibilidad de que los primeros pobladores de Europa Occidental procedieran de Asia, y no de África" como
generalmente se aceptaba.

Asimismo, explicó, ponen en tela de juicio el papel de Homo antecessor en la evolución de nuestra propia especie,
Homo sapiens.

Hasta ahora se pensaba que Homo antecessor, también descubierto en Atapuerca por el equipo de Carbonell y
reportado en la revista Science en 1997, era el antepasado tanto de los neandertales (Homo neanderthalensis) en
Europa como de los humanos modernos (Homo sapiens) en África.

Pero la ausencia, hasta ahora, de restos de Homo antecessor en África y la posible vinculación de esta especie con
los fósiles de Dmanisi sugieren que estos humanos extintos pudieron no haber desempeñado papel alguno en el
surgimiento de los humanos modernos y que terminaran en un callejón evolutivo sin salida, dijo Carbonell.

El experto está en México para impartir del 5 al 8 de marzo una serie de conferencias como parte de un proyecto
de intercambio académico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México con el Instituto de
Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) de España, del que es director. EFE
http://www.informador.com.mx/tecnologia/2013/442108/6/carbonell-nuevos-descubrimientos-desafian-
hipotesis-sobre-evolucion-humana.htm

SEGUNDO ARTICULO
El profesor Clive Finlayson opina sobre los últimos hallazgos en evolución humana
 Publicado por Guillermo Caso de los Cobos el enero 6, 2014 a las 6:00pm

Foto: Cráneo de Dmanisi, con 1,8 millones de años de antigüedad.


Fuente: BBC news | 31 de diciembre de 2013 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)

Por Clive Finlayson (izquierda), director del Museo de Gibraltar y autor de un reciente libro: "The


Improbable Primate".

Si un artículo publicado sobre la evolución humana en 2013 influyó en mí, por encima de todos los
demás, ha sido el maravilloso informe publicado por la revista Science el pasado 18 de octubre.
El artículo en cuestión describe el hermoso quinto cráneo de Dmanisi, en Georgia. La mayoría de los
comentaristas y colegas estaban llenos de alabanzas, pero la controversia pronto levantó su fea cabeza.
  Lo que era, en mi opinión, una conclusión lógica a la que llegaban los autores, fue demasiado para
algunos investigadores.
La conclusión del estudio de Dmanisi consistía en que, dada la variación de la forma del cráneo y de
la morfología observada en esta pequeña muestra, se derivaba  una sola población de Homo erectus, y
ello acompañaba a toda la variación observada entre los fósiles africanos adscritos a tres especies:Homo
erectus, Homo habilis y Homo rudolfensis.
Foto:  Los cinco cráneos humanos primitivos de Dmanisi (Georgia), del 1 al 5 (de izquierda a
derecha). / M. PONCE DE LEÓN / CH. ZOLLIKOFER (UNIVERSIDAD DE ZÚRICH).
Los cinco fósiles sumamente variables de Dmanisi, pertenecían, pues, a una sola población de Homo
erectus, así que ¿cómo podíamos entonces seguir sosteniendo por más tiempo que similar variación
entre fósiles, distribuidos ampliamente en el espacio y en el tiempo en África, reflejaban diferencias entre
especies? Todos tenían que ser de la misma especie.
  He estado abogando en que las diferencias morfológicas observadas en los fósiles generalmente
atribuidos a Homo sapiens (los llamados humanos modernos) y los neandertales caen dentro de la
variación observable en una sola especie.
No fue una extrañeza encontrar que los neandertales y los humanos modernos se habían cruzado, lo
que constituye una expectativa clara del concepto de especie biológica.
Pero la mayoría de las personas se sorprendieron con este particular descubrimiento, como de igual
modo lo hicieron con el quinto cráneo de Dmanisi y muchos otros descubrimientos recientes, por ejemplo,
el "Hobbit" de la Isla de Flores, en Indonesia.
Parece que casi todos los descubrimientos en paleoantropología se anuncian como una sorpresa. Me
pregunto cuándo la moneda caerá ("when the penny will drop": es decir, cuando por fin se comprende
algo): cuando tenemos cinco piezas de un puzzle de 5000, cada nueva pieza que se añade es probable
que cambie la imagen.
¿Realmente pensamos que teniendo un sólo residuo minúsculo de nuestra largo y diverso pasado será
suficiente para poder contar la historia de la humanidad?
Si los fósiles de hace 1,8 millones de años, más o menos, y aquellos más recientes de los tiempos de
los neandertales y humanos modernos, eran parte de una sola especie, morfológicamente diversa y con
un amplio rango geográfico, ¿lo que hay sugiere que habría sido diferente en los períodos intermedios?
Probablemente no sería tan diferente si tomamos los últimos hallazgos de las montañas de Altai, en
Siberia. La cueva Denisova ha producido todavía otra sorpresa al revelar que, no sólo hubo flujo
genético entre los neandertales, denisovanos y humanos modernos, sino que un cuarto especímen
también estuvo implicado en el juego de intercambio de genes.
La identidad de este cuarto jugador permanece desconocida, pero se trata de un antiguo linaje que se
habría separado probablemente hace más de un millón de años. El Homo erectus parece un candidato
probable. Sea cual sea el nombre que elijamos para definir este linaje misterioso, lo que estos resultados
muestran es que el flujo de genes fue posible no sólo entre homínidos contemporáneos, sino también
entre los linajes antiguos y más modernos.
Sólo para mostrar lo poco que realmente sabemos de la historia humana, otra sorpresa genética ha
confundido a los paleoantropólogos. Los científicos lograron extraer el ADN mitocondrial más
antiguo hasta el momento, procedente de la Sima de los Huesos, en Atapuerca, España.
La morfología de estos bien conocidos fósiles del Pleistoceno Medio (aproximadamente 400.000 años de
antigüedad) hace tiempo que se cree que representa a un linaje que condujo a los neandertales.
Foto: Un fémur descubierto en la Sima de los Huesos (Atapuerca) proporcionó un ADN mitocodrial de
400.000 años de antigüedad.
Cuando el resultado del ADN llegó, estaba en realidad más próximo a los 40.000 años de los
denisovanos de Siberia. Podemos especular sobre el resultado, pero otros han ofrecido ya suficientes
alternativas como para no tener que añadir más.
La conclusión que extraigo me lleva de vuelta a Dmanisi: hemos construido una imagen de nuestra
evolución basada en la morfología de los fósiles, y eso estaba equivocado.
No podemos poner tanto peso taxonómico en un puñado de cráneos cuando sabemos la plasticidad -o
lo fácilmente que puede cambiar- que tiene la forma del cráneo en los seres humanos. Nuestros
paradigmas también deben cambiar.
Hace algún tiempo hemos reemplazado el punto de vista lineal de nuestra evolución por uno que
representa a un árbol ramificado. Y ahora es el momento de reemplazarlo por un escenario de linajes
genéticos entretejidos que se bifurcan y se fusionan cada vez más con el paso del tiempo.
Esto significa, por supuesto, que debemos abandonar, de una vez por todas, el punto de vista de la
superioridad humana moderna sobre los humanos arcaicos. Los términos "arcaico" y "moderno" pierden
todo el sentido cuando el concepto de humano moderno sustituye a todos los otros linajes.
También nos libera de las trabas, profundamente arraigadas, que han tratado de vincular la evolución
humana con etapas tecnológicas de fabricación de herramientas de piedra -la Edad de Piedra-, incluso
cuando hemos sabido que éstas se han solapado entre sí durante medio millón de años en algunas
instancias.
El mundo de nuestra evolución biológica y cultural fluye demasiado lejano para nosotros como para
que lo restrinjamos a algunas etapas unidas por transiciones.
El reto ahora debe ser tratar de aprender tanto como podamos de los detalles. Tenemos que
profundizar en la información genética y es aquí donde la arqueología entra en escena. Nunca sabremos
cómo los homínidos de Denisova se ganaban la vida, dado que, después de todo, lo único que tenemos
son meros fragmentos de su anatomía a nuestra disposición, por no hablar de otras poblaciones de las
que ni siquiera podemos ser conscientes de las mismas.
Lo que debemos hacer es tratar de entender el espectro de las posibles respuestas de las poblaciones
humanas a las diferentes condiciones ambientales y cómo la cultura ha intervenido en estas relaciones.
Los neandertales será fundamentales para nuestra comprensión de tales posibilidades, ya que han sido
tan bien estudiados.
Un documento reciente, por ejemplo, apoya la opinión de que los neandertales de La Chapelle-aux-
Saints, en Francia, enterraban intencionalmente a sus muertos (derecha), lo cual contrasta con
los informes de una conducta caníbal no muy lejos de allí, en El Sidrón, en el norte de España.
Aquí tenemos dos patrones de comportamiento muy diferentes dentro de los neandertales. Del mismo
modo, los humanos modernos del suroeste de Europa pintaron en las paredes de las cuevas durante un
período limitado, pero muchos de sus contemporáneos no lo hicieron. Algunos neandertales actuaron de
una manera completamente diferente, al parecer, mediante la selección de plumas de aves rapaces de
particulares colores. Más que centrarse en las diferencias entre los humanos modernos y los
neandertales, lo que muestran los ejemplos es la gama de posibilidades que se abrían a los seres
humanos (incluidos los neandertales) en diferentes circunstancias.
El futuro de la investigación sobre los orígenes humanos deberá centrarse en tres ejes: 
* promover la investigación genética para aclarar la relación de los linajes y la historia de los seres
humanos;
* investigar usando las nuevas tecnologías en los viejos yacimientos arqueológicos, como en La
Chapelle-aux-Saints;
* investigar en los yacimientos que actualmente conservan un enorme potencial para nuevos
descubrimientos.
Yacimientos de esta última categoría son pocos y distantes entre sí. En Europa. por lo menos, muchos
fueron excavadas durante el siglo pasado, pero hay algunos ejemplos que quedan pendientes. Las
cuevas de Gorham y Vanguard, en Gibraltar, donde yo trabajo, se encuentran entre ellos, ya que abarcan
más de 100.000 años de ocupación y son verdaderos depósitos de datos.
Hay otra dimensión en esta historia. Parece que la comunidad mundial está llegando a reconocer el
valor de los sitios claves que documentan la evolución humana.
En 2012, las cuevas del Monte Carmelo fueron inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial de la
Unesco y el Gobierno del Reino Unido tratará de poner a la cueva de Gorham, y cuevas asociadas del
Peñón de Gibraltar, en un estatus similar en enero de 2015. Es un reconocimiento del valor de estas
cuevas como archivos de las formas de vida y del medio ambiente de la gente que vivió en las mismas
hace mucho tiempo, pero que son una parte muy importante de nuestra historia.
http://terraeantiqvae.com/profiles/blogs/el-profesor-clive-finlayson-opina-sobre-los-ultimos-hallazgos-en-
#.U1cIQ1V5O58

TERCER ARTÍCULO

Nuevos descubrimientos sobre la evolución humana


Tres nuevos fósiles, tres nuevos candidatos a eslabones perdidos, adornan la cadena evolutiva
que conduce al ser humano. La coincidencia en poco menos de dos meses de sus respectivos
descubrimientos se une a otra serie de noticias sobre la evolución humana que se han
producido a lo largo de este año, bicentenario del nacimiento del naturalista inglés Charles
Darwin.
FUENTE | Público 24/08/2009

150 años después de la publicación de su teoría de la evolución, que bajó al ser humano del
pedestal al que él mismo se había subido y lo colocó en su justo lugar entre los demás primates, los
científicos siguen perfilando los detalles de la historia familiar de la humanidad.

FÓSILES. NUEVAS CARAS EN EL ÁLBUM FAMILIAR


El 18 de mayo se presentó Darwinius masillae, el primate fósil más completo y mejor conservado
obtenido hasta la fecha. Sus descubridores vendieron el hallazgo de Ida, como bautizaron al
ejemplar, como "el descubrimiento científico más importante de los últimos tiempos" ya que
afirmaban que este fósil de 47 millones de años de antigüedad se trataría del "eslabón perdido entre
todos los primates y el resto de los mamíferos".

Para Salvador Moyà-Solà, director del Instituto Catalán de Paleontología, la nueva especie es


"claramente" un adapiforme, una rama del árbol evolutivo de los lémures, pero "no aporta nada al
conocimiento sobre el origen de los monos y antropoides, mucho menos del hombre". Y añade: "El
mensaje lanzado a la prensa y la importancia del hallazgo no tienen nada que ver".

Poco más de un mes más tarde, pero sin tanta fanfarria mediática, se publicó el descubrimiento de
Ganlea megacanina, un primate de hace 38 millones de años encontrado en Myanmar, candidato a
antecesor común a todos los simios, incluido el hombre. "Este sí que es muy importante, porque
podría aclarar el debate científico sobre el origen geográfico del grupo", explica Moyà-Solà.
Tradicionalmente se ha considerado África como el continente en el que aparecerían los primates
antepasados de todos los monos y antropoides modernos. La aparición de Ganlea en Asia podría
forzar una reinterpretación de esta teoría, "si se confirma su posición en la base del árbol evolutivo".

El lugar de origen de los simios no es el único que ha sido cuestionado recientemente. En junio de
este año, el grupo encabezado por Salvador Moyà-Solà hizo público el descubrimiento de Lluc, un
primate que vivió hace unos 12 millones de años en la península Ibérica que sería una forma
intermedia entre los extintos afropitecinos y los actuales grandes simios (orangutanes, gorilas,
chimpancés y humanos). 

Anoiapithecus brevirostris se une así a Pierolapithecus catalaunicus, también descubierto en el


mismo yacimiento por el grupo de Moyà-Solà. Ambos fósiles apuntan al origen euroasiático de los
grandes simios, que se pensaba que había tenido lugar en África, desde donde habrían migrado a
Asia los antecesores de los orangutanes.

BIPEDISMO. SE ACLARA EL ORIGEN DE LA LOCOMOCIÓN HUMANA

Un reciente estudio concluye que los antepasados humanos no caminaban por el suelo apoyándose
en los nudillos, como sí lo hacen chimpancés y gorilas. Los grandes simios más emparentados con
el hombre desarrollaron esta adaptación de manera independiente, según afirman los autores del
estudio. 

Tampoco se balanceaban por las ramas de los árboles de la selva, como hacen los orangutanes.
"Los antepasados de los grandes simios hacían una vida repartida entre el suelo y los árboles",
señala Moyà-Solà. Mientras que los antepasados de los orangutanes se adaptaron a llevar una vida
más arbórea, los antepasados de gorilas, chimpancés y humanos se adaptaron al desplazamiento
sobre el suelo, pero cada uno de un modo diferente. Cuando el ancestro de los humanos actuales
dejó los árboles definitivamente, ya lo hacía caminando sólo sobre las extremidades posteriores.

Esto confirma algo que ya había sido apuntado por los descubridores de los fósiles de los homíninos
más antiguos, rompiendo definitivamente uno de los iconos populares sobre la evolución humana
más extendidos.

EL ORIGEN DEL HOMO. LA CUNA DEL GÉNERO HUMANO, ¿ÁFRICA O ASIA? 

Si el origen africano de los grandes simios se ha puesto en cuestión por el hallazgo de nuevos
fósiles, la reinterpretación de viejos conceptos también cuestiona el papel de África como cuna del
género humano.

José María Bermúdez de Castro, co-director de Atapuerca, recuerda que "tan sólo las especies son
entidades naturales, todas las agrupaciones superiores son construcciones artificiales". Los criterios
para incluir una especie dentro de un género u otro varían "según los autores y las modas: del
mismo modo que hay científicos que proponen incluir a los chimpancés dentro del género Homo, hay
argumentos muy válidos para excluir alHomo habilis".

María Martinón-Torres es partidaria de esto último. Esta paleontóloga es autora de un reciente


estudio sobreHomo georgicus, la especie de homínino más primitiva encontrada fuera de África, en
el yacimiento de Dmanisi (Georgia). "El desarrollo de los habilis es muy similar al de los
australopitecos, y el uso de herramientas no es un argumento válido porque otras especies más
primitivas ya las fabricaban", explica Martinón-Torres. Para ella, el origen africano del
género Homo se basa en una falacia. "La preponderancia del continente africano se debe a que en
Asia no se ha excavado ni el 25% que en África; hace 2,4 millones de años (antigüedad de los restos
de habilis) no había ninguna barrera entre los dos continentes, ni geológica ni ecológica, que
impidiese la migración de una especie de australopiteco fuera de África". 

Según esta investigadora, el género Homo surgiría con georgicus en Asia, desde donde se


produciría la colonización de África con ergaster y de China e Indonesia con erectus. Sin embargo,
una de las piezas clave en esta teoría era el fósil de Longgupo, datado en dos millones de años. En
principio descrito como erectus, su descubridor se retractó en junio y ahora lo asigna a un nuevo tipo
de simio no hominino.

La colonización de Europa la realizaría antecessor, especie de la que se ha encontrado este pasado


mes de julio en Atapuerca un nuevo fósil de hace 1,3 millones de años que presenta muestras de
canibalismo. Losantecessor representan un estado intermedio entre los ergaster africanos y los más
recientes heidelbergensiseuropeos, antepasados de los neandertales. La especie humana actual
surgió en África, desde donde se extendió a todo el planeta, desplazando a los neandertales y
los hobbits de la isla de Flores.

NEANDERTALES. TAN PARECIDOS Y SIN EMBARGO TAN DISTINTOS

Los diminutos hobbits de Flores podrán haberle arrebatado a los neandertales el dudoso privilegio


de ser los últimos miembros de la familia humana en extinguirse, pero la mera supervivencia no les
hace evolutivamente más cercanos al hombre actual. El pariente (extinto) más próximo
al sapiens moderno sigue siendo el hombre de Neandertal, del que se ha logrado secuenciar este
año el 63% de su genoma.

"Las primeras descripciones de los neandertales los retrataban como primitivos hombres de las
cavernas antecesores de los humanos modernos", comenta Carles Lalueza Fox, experto en genética
neandertal delInstituto de Biología Evolutiva (CSIC-Universidad Pompeu Fabra) que participó en
proyecto. "Hoy, sin embargo, su ADN nos revela una imagen más moderna y parecida a la de
los sapiens, a la vez que descartan una posible hibridación entre ambas especies", concluye.

HOBBIT DE FLORES. LA PEQUEÑA PIEZA QUE NO ENCAJA EN EL PUZLE

Este año también se han publicado varios estudios de los fósiles encontrados en 2003 en la isla de
Flores. En enero un nuevo análisis de la morfología del cráneo corroboró las conclusiones de otros
estudios similares anteriores, descartando que los ejemplares se tratasen de sapiens enfermos. Y en
mayo, el análisis de los pies de estos hobbits confirmó definitivamente que pertenecen a una especie
distinta al ser humano actual.
Su origen, en cambio, sigue siendo un enigma. Su reducida capacidad craneana es similar a la de
los australopitecos, y un análisis publicado el pasado mes de julio indica que el Homo
floresiensis pudo haberse originado, no ya de un erectus, sino de un habilis. Dos millones de años
de evolución separan los restos fósiles de ambas especies, un hueco que sólo podrá ser rellenado
con futuros hallazgos. 

Autor:   Maximiliano Corredor

http://www.madrimasd.org/noticias/Nuevos-descubrimientos-evolucion-humana/40455

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