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LA VIOLENCIA SEGÚN HANNAH ARENDT

Sin decirlo expresamente, tal vez esta sea la motivación que lleva a la autora a
interesarse por un tema, que a pesar de su inminencia, curiosamente era y sigue siendo
muy poco tratado, a tal punto ha sido descuidado el tema de la violencia, nos dice Arendt,
que ni siquiera en la Enciclopedia de ciencias sociales se encuentra un artículo sobre
ésta, el trabajo de Arendt sobre el totalitarismo pertenece a una corriente que, a diferencia
de la de Neumann, no opta por describirlo sino por un análisis de su contenido ideológico,
de la forma en que se ejerce y de los métodos que son utilizados por ese tipo de
regímenes.
Cabe subrayar que la reflexión de Arendt se distingue por ser eminentemente normativa
en el sentido de que lleva implícito un juicio, pues su objetivo es alertar sobre las
consecuencias de los fenómenos totalitarios y no sólo describirlos, para Arendt, el
advenimiento de los regímenes totalitarios es la consecuencia del fracaso de la
conciencia moral y del sentido común o sentido de la realidad. Estas particularidades de
la obra de Arendt pueden explicarse como una consecuencia de su experiencia de la
segunda Guerra Mundial, sobre la violencia tiene como punto de partida el contexto
sociopolítico de los acontecimientos estudiantiles del 68, así como el movimiento
denominado Black Power ubicados dentro de la Nueva Izquierda estadounidense.
En la Nueva Izquierda se propone como objetivo global la instauración de una democracia
participativa que permitiera una regeneración de la democracia representativa partiendo
de la base, o de las bases como se usaba decir entonces, el problema se agudiza cuando
el movimiento obrero se une al estudiantil, llama a la huelga general y el Estado ya no
logra asegurar los servicios públicos. El interés de Arendt por estos acontecimientos se
debe seguramente a que el tema eje del movimiento es la relación entre el poder
jerárquico del Estado con sus instituciones y la violencia. Así, mediante esta identificación
entre guerra y violencia y por medio de la continuidad entre política y guerra se llega a
asumir una especie de naturalización tanto de la guerra como de la violencia, con la
consecuencia de que ante algo inevitable no se justifica que nadie se detenga. “La guerra
fría y los niveles alcanzados en la carrera armamentista daban, según ella, razón a
Sakharov para decir que " una guerra termonuclear no puede considerarse como una
continuación de la política por medios distintos.
Estos cambios en las relaciones de fuerza llevan a Arendt a replantear la relación entre
poder y violencia, pues piensa que en adelante " la cantidad de violencia de la que
dispone un país dejará de ser un índice valioso de su fuerza, o una garantía segura contra
su destrucción por otro país mucho más pequeño y débil”. Me parece importante apuntar
desde ahora que, como seguiremos viendo a lo largo de este análisis, la concepción de
violencia en Arendt es bastante limitada.
Los principales inspiradores del movimiento estudiantil son, nos dice, Mao - Tse - tung,
Jean Paul Sartre y Fanón, quienes consideraban como apólogos de la violencia. Así, se
puede resumir que Marx reconocía el papel jugado por la violencia en las revoluciones,
sin hacer de ésta el motor de las revoluciones. Arendt presenta al movimiento estudiantil
como un fenómeno global, consecuencia de la repugnancia que causara a los jóvenes
los horrores de la segunda Guerra Wolin y Schaar lo llaman resurgimiento de un sentido
común”. Con el objeto de clarificar este problema en el ámbito político, Arendt se aboca
a hacer una dilucidación conceptual entre términos a menudo confundidos, traslapados
e inclusive identificados, y es ésta la aportación de este texto, en efecto, de la misma
manera en que hizo al principio una distinción entre guerra y violencia con el fin de evitar
que se les siguiera confundiendo, en el capítulo central del libro, llama a distinguir
cuidadosamente la violencia del poder, de la fuerza y de la autoridad, esta tónica de tinte
realista en donde se hace hincapié en el hecho de que el Estado utiliza varias formas de
violencia constituye, en esa época, la actualidad de la definición de Weber en el sentido
de que reconoce la crudeza de los instrumentos del poder.
Sin embargo, Arendt tiene razón en hacer resaltar que la definición del Estado no puede
incluir la de violencia caída. En efecto, en esta tradición el poder no está asociado con la
violencia y tampoco con la relación mando – obediencia, una vez subrayada la disociación
conceptual entre "El poder, corresponde a la capacidad humana no sólo de actuar sino
de actuar de concierto”. En realidad, hacer referencia a la idea de obediencia también
puede entenderse como lo contrario del ejercicio bruto de la violencia, la que desde su
punto de vista no es necesaria. Por otra parte, hay que decir que su presentación de Max
Weber es, por decir lo menos, incompleta. Arendt debió conocer a Max Weber
perfectamente pues no sólo fue su contemporáneo, sino que trabajaban en el mismo
ámbito y pertenecía a la misma cultura, la alemana.
El libro de Hannah Arendt resulta una lectura estimulante, ciertamente, pero también
ambigua en la medida en que rechaza la violencia y sin embargo apoya al movimiento
estudiantil, esta ambigüedad parece salvarse en el texto a través de un matiz entre
violencia a largo y corto plazos. “Así, nos dice que" hay momentos en que la violencia es
la única manera de conseguir que se escuche la moderación e insiste a todo lo largo de
su ensayo en la diferencia entre medio y fin, desde esa perspectiva, la naturaleza
instrumental de la violencia hace que ésta pueda ser aceptada cuando el fin que se
persigue con dicho instrumento es puntual y a corto plazo y en consecuencia, se pueda
velar porque no se transforme en un fin en sí mismo.
Desafortunadamente somos testigos de la vigencia de esta afirmación que el
derrumbamiento de las Torres Gemelas y la reciente invasión a Irak nos permite verificar.
Considero que a pesar de su interés por el movimiento estudiantil, Arendt no aprovechó
la oportunidad que éste le daba para reflexionar sobre otras formas de violencia. En este
sentido, y a pesar de sus limitaciones ya mencionadas, el ensayo de Arendt tiene una
dimensión visionaria que nos ayuda a seguir reflexionando sobre el tema de la violencia,
cuya relevancia está dada por la actualidad, nacional e internacional.
DIANA URIBE HABLA SOBRE PROCESOS DE PAZ HISTÓRICOS
Los procesos de paz son decisiones históricas, en donde los pueblos llegan a la decisión
de la paz, cuando están saturados de la guerra y donde estos procesos demuestran que
los pueblos no están condenados.
La paz implica inclusiones y una transformación profunda de la sociedad, donde en estos
procesos debe de haber nuevas maneras de gobernar y compartir puntos de vistas de
ambas partes, los procesos de paz son difíciles porque se deben de escuchar unos a
otros y ponerse de acuerdo para poder solucionar cosas complejas.

IRLANDA
Puso fin a 500 años de guerra, entre 1920 y 1921 Irlanda quedo rota y fue dividida en 2:
República de Irlanda e Irlanda del Norte, donde se generó una guerra civil por las
diferentes exclusiones que habían, entre ellas el impedimento a trabajar que tenían los
católicos en Irlanda del Norte, en donde solo recibían un subsidio para que no murieran
de hambre. Los irlandeses lograron resignificar el odio, la venganza y desarmar la muerte,
después crean el acuerdo de viernes santo y luego hacen un referéndum entre católicos
y protestantes en donde los protestantes son quienes corren con los gastos, el cual fue
aprobado y 5 años después se realizó el desarme.

GUATEMALA Y SALVADOR
No hubo un juzgamiento ni reparación de víctimas, se diagnosticó y reconoció a
Guatemala como un pueblo indígena, donde en la realización de este acuerdo hubo
mucha participación civil y muy ejemplar, aunque no se logró la ratificación de los
acuerdos en el referéndum porque algunos de estos acuerdos no pasaron la votación, al
final los acuerdos de paz fueron posibles con la finalización de la Guerra Fría, la cual
tomaba a Centro América como punto de lanza, en los acuerdos El Salvador tubo mejor
respuesta con el proceso.
A pesar de los acuerdos de paz, Guatemala y El Salvador siguen siendo países corruptos,
pero esto se debe a las maras y la 18, que son grupos que fueron formados después de
ser expulsados de Los Ángeles y nada tienen que ver con el conflicto, estos grupos
generan inestabilidad en la sociedad. Las negociaciones del proceso de paz en El
Salvador demoro 10 años y en Guatemala 5 años.

SUDAFRICA
En Sudáfrica se inició una guerra racial, en donde se llega hasta la prohibición del
matrimonio interracial, los blancos debían obedecer las leyes del racismo o de lo contrario
se sometían a la condena del silencio.
Se creó la Comisión de la verdad y Reconciliación, en donde la gente se presenta
voluntariamente, declaran todo lo que paso y conectaron sus actos con un delito político,
en donde el principal objetivo de esta comisión era el de sentarse frente a la víctima y
lograr que fuera perdonado de lo que había hecho, hubo conocimiento público de la
comisión y se aprendió a vivir con las verdades y los victimarios.
LIBANO
Tienen 17 comunidades religiosas, en el momento en que se enfrentaron los musulmanes
y los cristianos, Israel invade por el Sur y Siria por el Norte, cuando estaban rotos e
invadidos crean la paz de taif, donde se desarman las milicias y como dato curioso estas
milicias cambiaron las armas por celulares y se van los Israelitas y los Sirios para
finalmente terminar con 17 años de guerra civil y tienen una consigna que es
“musulmanes y cristianos no se matan en el Líbano”.

La persistencia en los procesos de Paz es clave porque algo que se forjo en tantos años,
no es fácil acabarlos en unos meses, las cosas que llevaron a cabo el conflicto toca
desbaratarlas profundamente

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