Está en la página 1de 2

Texto argumentativo sobre el cuento «Mi tía Rosa» de Rubén Darío

¡Qué injusta es la vida con tu mayor esfuerzo, el que se pule de entusiasmo y


creatividad, ya no existe quién valore lo que haces con esmero, solo críticos muy
lejos de la verdad! En este cuento Darío presenta a Roberto como un escritor
enamoradizo y a sus padres como un ente de negatividad, que no saben
comprender el verdadero sentir de la vida y el ánimo por encender al viento la
viva experiencia cubierta de emociones y sentimientos; cosa que pondera el amor
al arte, es decir, a las bellezas espectaculares.

No se puede tachar a nadie sin conocer sus pasiones, habilidades y destrezas, sobre
todo el esmero y la dedicación porque, las mejores alegrías no nacen de las
grandezas, sino de las diminutas acciones. Sus padres se equivocaron al
menospreciar vilmente el talento de su hijo Roberto, haciéndole pasar el severo
castigo. Considero que cada ser humano es de libre albedrío, por lo tanto, debe
prepararse para enfrentarse a los diversos retos y así alzarse vencedor.

Es impresionante que los familiares sean los primeros en despreciar y pisotear el


talento de los suyos, no cabe duda que se escala hasta llegar a la cima; nadie nace
aprendido, todo es esfuerzo y coraje. Los progenitores de Roberto dejan de creer en
él, lo maltratan llamándolo asno a su corta edad de 16. Pero, cuando confiesa que
se ha enamorado, las injurias ensordecen y dan poder al desatino, o sea, el
desplome emocional que hacía derrumbar la ferviente mirada del muchacho.

Sus padres le dicen fuertemente que no se puede enamorar ni casarse cuando no se


tiene trabajo, que la única solución es derogar ese ensueño que lleva en el corazón
como espléndida llama. El gran error familiar fue enviarlo al campo, dejando así a
un lado la escuela para evitar el maltrato psicológico de la familia. Nadie es capaz
de pensar que nuestros padres se comportan así y nos trunquen los sueños solo
por creer en sus déspotas emociones y burócratas formas de educar, pues mientras
se creía todo tumbado, a los oídos del chico llegaron las palabras consoladora de su
tía viuda; Rosa.
Ella levantó con ímpetu la esencia del alma de Roberto en donde le prometió que
lo casaría con la mujer de sus sueños, aunque nunca se supo más de ella, ya que al
partir del lugar le allanaron los recuerdos y, solo ofrece poesías que embellecen la
agradable decisión de su tía. Está claro y no se puede evitar que la mujer es la
fuente de inspiración, de vida, entusiasmo y pasión, en síntesis, las damas son las
únicas en la vida en controlar nuestras emociones placenteras, por ello, nunca
niegues a tus hijos a dejar la escuela y sus proyectos propuestos, déjalos que
cumplan sus sueños y fluyan hasta lograrlos. Recuerda que, el arte es la viva
pasión del alma.

También podría gustarte