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En la luz adecuada,
en el momento correcto,
todo es extraordinario.
Aaron Rose.
La luces que me conmueven - Capítulo 1
—Está bien papá, voy por ella. Nos vemos aquí en un rato
—informa sacando las llaves de su vieja Pick—Up
mientras camina hacia afuera de la clínica.
—Así es mamá...
Zil les hace señas para que se paren y estos por temor
disminuyen la velocidad solo para pasarlos y en cuanto lo
hacen aceleran.
—¿La chica? ¡Zil! —los deja ahí para correr hasta donde
su familia para encontrar aquella escena que no le da
buena espina.
—Sí, creo que sí. —Se rasca la cabeza sin saber cómo
decir sus verdaderos deseos, cuando decide hablar toda
la familia lo ve atentos—. Pero... no quería irme hasta ver
a Zil y agradecerle personalmente. Ella —dice
dirigiéndose a la familia—, ha estado velando cada día
por mí desde que estuve en coma. Y aun cuando estaba
ya aquí instalado, seguía cuidando de mí.
Zil:
Espero que ahora que tu sangre corre por mis venas, esa
bondad me sea contagiada y llegue a lo recóndito de mi
alma que necesita con urgencia ser reparada. Deseo que
pueda ver la vida como tú y tu familia la ven y ser
agradecido y desinteresado tal como ustedes lo son.
—Te equivocas, veía las luces del cielo. Son luces que
me conmueven.
—Yo...
Andrés ha vuelto.
La luces que me conmueven - Capítulo 17
» Sé que hacer algo por uno sería hacer algo por todos,
pero ese no es el chiste, mi único deseo y mi único
anhelo es conocerlos mejor y mientras lo hago, me
gustaría que conociesen al resto de mi familia. Por eso
hemos venido mis hermanos y yo, queremos invitarlos a
pasar año nuevo con nosotros. Si es que aceptan, les
aclaro que esta invitación no es en "pago" por lo que me
ayudaron, es porque realmente quiero que nos
conozcamos y que mejor que conviviendo juntos.
Andrés teme que una vez que ella sepa ese pedazo de su
historia no quiera nada con él, pero aun así sabe que
debe ser sincero por el bien de una futura relación.
—Difícil tu caso...
—Claro...
—Sí.
—Sí ¿para qué esperar? No quiero que pase otro día sin
que sepas toda la verdad. Mereces saber esa parte de mi
vida —clara ella abrazándolo por completo.
Dicen que las almas son eternas y de ser así ellos han
encontrado a su igual en este tiempo de eternidad.
—Tal vez pienses que soy una boba, pero todo esto es
nuevo para mí —declara sin temor—. No me puedo creer
que ahora seamos novios.
—¡Andrés! ¿Dón...
—Pero eso...
—Hijo...
—No mamá, ¿cómo es que a ella la siguen todas las
desgracias de la vida? ¿Qué acaso debemos algo a la
vida para que le siga pasando lo peor? —inquiere en lo
que ha venido meditando—. No sé ustedes, pero estoy
cansado de vivir, preocupado de que algo le pase, y
ahora que por fin quisimos darnos un respiro, llega la
loca esa y les dispara.
—Sí, solo que vinimos por Tita y la niña. Nos dijeron que
Zil ya había salido de peligro y casi terminaban la cirugía
—informa a su concuño.
-.-.-.-.-
Zil solo asiente sin decir más. Deja que sus padres se
pongan de acuerdo con los Di Rosa. Ella solo piensa en
una cosa, quiere ver a Andrés antes de irse.
La luces que me conmueven - Capítulo 31
Zil se preparó para visitar a Andrés en el hospital, su
andar era lento pero constante. Era como cuando tuvo a
su niña, se sentía toda dolorida y drogada. Cuando llegó
a la habitación se encontró con la más hermosa de las
escenas.
La camioneta se detiene.
—Pero.
—Ya qué...
Fer sabía que a veces ella se sentía sola, pues solo tenía
a su madre y hermana que vivían en los Estados Unidos.
Eso le motivaba a buscarla y llevarla a su casa, para que
fuera amiga de su hermana. Aunque Zil vivía en su
mundo, siempre trataba de tener un tema de charla para
con su futura cuñada.
Y suelta la risa.
Zil se ríe, pues esa fue una nueva cosa que experimento
con su hija. Mientras estaban en casa de los Rivera, le
ayudaban a Karla Rivera a cosechar de sus hortalizas,
tomates, cebollas, brócolis, lechugas, zanahorias, apios y
varias especias como cilantro, romero y acelgas. Itzia
disfrutaba de las texturas, especialmente la de los
arbolitos como le dice ella a los brócolis.
—¿Qué dijo?
Zil les explicaba todo lo que ella realizaba con su hija, las
actividades, los juegos, la forma en que ella se
desarrollaba, con qué eran las cosas con las que
interactuaba más y con las que ella jugaba mientras
estaba en casa. También les contó que, durante todo ese
tiempo, sus padres, su abuela, su tío y ella habían estado
llevando a cabo las terapias, nunca había sido una sola
persona, sino que todos participaban en las actividades
de la niña. A Chayito le pareció sorprendente, porque
generalmente es una persona o dos las que se
involucran, no una familia entera.
Zil_11:25 p.m.
Mucho más.
La joven desactivo sus datos y se permitió dormir, feliz
por haber encontrado el amor. Feliz porque ese amor es
correspondido y reciproco. A la mañana siguiente cuando
activó sus datos móviles recibió el mensaje de Andrés
junto a una fotografía donde yace parado frente al espejo
vestido solo con una toalla.
Andres_5:35 a.m.
¡TE AMO!
Zil_6:32 a.m.
—Están arriba, voy por ellas —dice ella sin pasar por alto
la forma en la que él actúa.
—Sí...
Tita, que los mira con cara de no les creo que descansen,
solo se ríe.
—Totalmente —reafirma.
—Siempre...
La luces que me conmueven - Capítulo 55
Era aun de madrugada cuando Zil sintió escalofríos. La
sensación de sentirse observada le llega de repente.
Siente temor por Andrés y por toda la familia. Había
intentado apartar de su mente lo ocurrido hoy, pero una
vez que el hombre que ama se quedó dormido boca abajo
abrazando la cintura de ella, no pudo dejar de pensar en
que la situación fuera muy diferente si Carlota hubiera
decidido terminar con su vida.
—Bye...
Una vez que sale, Zil yace con todo listo en la cocina.
Aunque a él no le guste ella se dedica con toda la
paciencia a desinfectar cada corte, cada raspón que
tiene en lo ancho de la espalda. Con cariño va dejando
pequeños besos en lugares donde no tiene nada, esto
para no infectarle. Mientras él permanece de pie frente a
la mesa donde ella yace sentada, siente los escalofríos
del toque de sus manos.
Zil_9:03 p.m.