Al hablar de investigación documental se refiere a un servicio de información
retrospectiva que está o va opuesta a la información corriente, o sea, se manifiesta en la recopilación, procesamiento y difusión de los procedimientos científicos y técnicos de datos elaborado por instituciones que constituyen unidades de información, la cual proporciona detalles acerca de temas de interés de la sociedad. También se designa a la era de la microlectura de la segunda revolución industrial y la era cibernética las cuales dan los resultados eficientes y eficaces a un proceso investigativo.
Según Lasso de la Vega (1975) las bibliotecas aportaban en cierta manera al
manejo de la información ya que guardaban contenidos para una minoría, entre filósofos y literatos, sin embargo, al operarse grandes circunstancias en la sociedad europea y operaciones se democratizo el pensamiento dando grandes espacios para el investigador, pero esto no significó mucho porque las bibliotecas no podían satisfacer otras necesidades, por ello los estudiosos se vieron obligados en sistematizar la búsqueda del conocimiento aprovechando la experiencia de muchos expertos y trabajadores en las actividades académicas.
Con esto, bibliotecarios, documentalistas, analistas e investigadores decidieron
aplicar nuevas técnicas investigativas que corresponden desde los manuales a la mecánica, electrónica y reprográfica. Sí bien, encontraron teorías y mediante la intelectualidad desarrollaron el trabajo mecanizado y automatizado dejando así a un lado la artesanía, es decir, trabajo hecho a la manera de cada quien (Tancara,1989).
La investigación complementó sus bases teóricas a través de las metodologías
ponderadas al punto de vista del investigador como también fundamentos epistemológicos, en concreto, se empezó a mezclar la información cotidiana con la científica con el fin de delimitar los conceptos y consolidaciones que corresponden al análisis de datos obtenidos (Reces, 2007). Es válido mencionar que la investigación es un proceso de estudio social basado en las normas y condiciones de las cosas, o sea, en las ciencias de la información. Para investigar es importante tomar en cuenta los tipos de información que podemos obtener en las actividades prácticas y cotidianas, asimismo, los criterios categóricos desde los datos científicos, que es un proceso adecuado al conocimiento de las leyes objetivas de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Por una parte, especialistas dedicados a la recolección de información, por otra, el contexto y la realidad en la cual se encuentra el investigador y lo investigado (UNICIT, 1978).
Como investigadores debemos seleccionar las fuentes comenzando desde los
datos cuantificados, o sea, las observaciones y construcciones ajustadas a la ciencia y tecnología que den constancia a la práctica investigativa expresada con base en la matemática y otros datos como la entrevista, todo con el propósito de recoger y transmitir interpretaciones de los datos concebidos.
En conclusión, podemos decir que la investigación documental es un proceso
sistematizado que tiene bases científicas, cotidianas y tecnológicas a partir de las interpretaciones concretas y objetivas de los investigadores. En otras palabras nos proporciona un resultado eficaz y eficiente para demostrar a la sociedad un estudio con bases teóricas. En síntesis, es una técnica de investigación cualitativa que se encarga de recopilar y seleccionar información a través de la lectura de documentos, libros, revistas, grabaciones, filmaciones, periódicos, bibliografías, entre otros. A comparación de otros métodos, la investigación documental no es tan popular debido a que las estadísticas y cuantificación están consideradas como formas más seguras para el análisis de datos. Este tipo de investigación suele asociarse con la investigación histórica, por lo que los investigadores pierden confianza por su falta de claridad. Sin embargo, la historia da sentido al pasado y al presente.