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Herzog en la Amazonía:
una “visión”*
Herzog in the Amazon: a “vision”
ENRIQUE FLORES
ESQUIVEL
Universidad Nacional
Autónoma de México
recepción: 13 de octubre de 2016
aceptación: 19 de abril de 2017
* El presente artículo forma parte de una investi-
gación más amplia. Véase también Flores (2016).
En su libro la Conquista de lo inútil, rela- The book Conquest of the Useless by Werner
cionado con la filmación de Fitzcarraldo, Herzog records in detail the filming of Fitz-
Werner Herzog registra los detalles de una carraldo, a project that entailed several
empresa que cobró varios años de trabajo years of filming in a large area of the Peru-
en una extensa zona de la Amazonía perua vian Amazon. Nevertheless, Herzog him-
na. No se trata, como dice él mismo, del self points out it is not a diary: he describes
diario de una filmación, sino de un texto Conquest of the Useless as a text marked
marcado por la alucinación y una rara in- by hallucination and a rare poetic inten-
tensidad poética —una visión—, que en mi sity —a vision. My research explores the
análisis vinculo con las mitologías de los relations between the mythologies of the
indios shipibos, en las riberas del Ucaya- Shipibo Indians on the banks of the Ucayali
li, y con las visiones mitológicas del barco river and the mythical visions concerning
de vapor demoníaco: la súpay-lancha de the 19th-century demonic steamboat: Fitz-
Fitzcarrald. carrald’s súpay-lancha.
“Se apoderó de mí una visión: la imagen “Ira de Dios”, la selva, como en Aguirre,
de un enorme barco de vapor en una mon- la ira de Dios. Así apostrofa, de entrada,
taña” (Herzog, 2012: 5).1 Así comienza Herzog al Perú: “País dormido, sobre el
la Conquista de lo inútil, menos un diario que la ira de Dios se ha enfriado” (2012:
o “informe de rodaje” de Fitzcarraldo que 12). Una lengua extraña que nada tiene
una bitácora de navegación, como apunta que ver con la lengua indígena —aunque se
Herzog en su prólogo escrito un cuarto confunda con ella— y que probablemente
de siglo después. O “más bien paisajes in- surja contra aquel horizonte, en la memo-
teriores, nacidos del delirio de la selva”; ria de una traducción “delirante”, y que
aunque “tampoco de eso estoy seguro”, comienza: “Tengo la certeza de hallarme en
dice en enero del 2004 (3). Una visión. la estrofa de un poema ajeno” (8). O, como
La palabra recuerda el título de una gran
obra esotérica del poeta irlandés William
Butler Yates —Una visión—, o la tradición
“visionaria” del romanticismo alemán, 1 Utilizo la versión española de la obra de Herzog,
como los “gérmenes” o fragmentos y los de Juan Carlos Silvi (2012), que mejora a veces la
Himnos a la noche de Novalis. Y la com- versión argentina de Ariel Magnus (2008), a pesar de
plementa, poco más adelante, otra frase algunos rasgos dialectales (peninsulares) que estor-
poderosa: “Cuesta acometer este trabajo, ban la lectura. Ambas traducciones, sin embargo, son
esta enorme carga de sueños” (7). Burden excelentes y me parecen igualmente recomendables,
of dreams, como se titula el gran docu- cosa poco común.
mental de Les Blank, y como es posible
sintetizar en la enorme “carga de sueños” 2 La oposición selva / realidad es distinta al ámbito
de la película de Herzog, desmesurada y hollywoodense: “Aquí se da por sentado que subire-
megalómana, expresada intensamente en mos un barquito de plástico por una colina a algún
el lenguaje de los conquistadores o los co- estudio de cine, tal vez a un jardín botánico que no
lonialistas —extranjeros o no— de la era esté muy lejos, por qué no San Diego, allí hay inverna-
infame e interminable de la expansión y la deros con buenas plantas tropicales. He preguntado
explotación, pero siempre con voz lírica: cuáles son entonces las malas plantas tropicales, [e
insistí en que se tratará de] un verdadero barco de
Suena la voz de Caruso, que acalla todo vapor sobre una montaña de verdad, pero no por
chillido de los animales de la selva y ex- una cuestión de realismo, sino por la característica
tingue el canto de los pájaros, porque en estilización de las grandes óperas” (2012: 9).
Las descripciones que los autóctonos nos Mientras sigue cerca de nosotros, en
hicieron de esa embarcación fantástica una laguna o en un meandro del río, el
no dejan de recordar las exploraciones mueraya [o chamán] puede intentar re-
del Ucayali, cuando los barcos de vapor cuperar a la víctima, y muchas veces lo
remontaban el gran río y sus afluentes. ha conseguido, pero si ha sido arrastrada
La primera expedición tuvo lugar en 1866 por el agua viva hasta llegar al mar, es
y la comandaron Tavara y West; la de demasiado tarde, ya no puede hacerse
Carlos Fermín Fitzcarraldo, inmortali nada. Toda búsqueda se hace vana.
zada por la película de Werner Herzog,
en 1890 (88, nota 70). Aquel joven, ay, había llegado al mar.
Cushusca lo había hecho prisionero.
El relato, titulado “De la gente de la tierra Ya sabes, en ese barco grande lleno de
y de las aguas”, cuenta cómo Cushusca, genios del agua que llaman Acurón. Ahí
el bufeo, transformado en persona, acos- era donde había sido encerrado, fuerte-
tumbra salir del río en busca de víctimas mente encadenado (89).
—gritando: “Hu hu uh uh”— o de una joven
para convertirla en su esposa: “Cuando El navío expoliador de Fitzcarraldo se ha
ella gime al soñar o al estar dormida, es transformado en una máquina, una bestia
que Delfín le hace el amor sin que [...] o una personificación mitológica, que en
se dé cuenta” (89). En el tiempo de los lugar de arrasar a su paso, como el barco
ancestros, había un joven y excelente pes- de vapor, con las selvas y los ríos —con
cador envidiado por un brujo, quien de- sus habitantes animales, espirituales y
cidió hechizarlo, preparando un brebaje humanos—, esclaviza y castiga a los “pre-
Travesía que recuerda, también, el “Gran Se trata de la misma Tierra sin Mal que
Viaje” shipibo hacia la “Tierra sin Mal”, una estudió profundamente Hélène Clastres
tierra más generosa alejada de esta “tierra en su gran libro sobre el “profetismo tu-
hostil”, que, como sugiere Bertrand-Ri- pi-guaraní”. Una tierra mítica que aflora,
coveri en su comentario al mito de “El bajo distintas formas, en otros mitos shi
gran viaje de Tinticorichi hacia la Tierra pibos: “El día que voló la tierra” (1993:
sin Mal”, presenta analogías —como una 242-245), “El hallazgo del lago de la abun-
alegoría mitológica— con la “iniciación dancia” (246-253), “La partida del último
chamánica” (2005: 270). Sucede, en fin, Inca y el pueblo de los Chaiconi” (267-269)
como si los viajes y los trances chamánicos y “El Gran Viaje de Tinticoricho hacia la
se vincularan con el “arte de la navegación” Tierra sin Mal” (270-278). No en todas
o como si la empresa visionaria de Herzog estas versiones la tierra prometida se alcan
lo transformara, involuntariamente, en
chamán:
Antaño, como sabes, los antiguos via- 16 “Mientras descendía por ríos impasibles, / sentí
jaban muy lejos, por mucho tiempo, y que no me guiaban ya los sirgadores: / Pieles Rojas
mucho más frecuentemente que ahora, vociferantes los habían clavado desnudos / a postes
y cuando había que emprender una larga de colores, y utilizado como blancos [...]. // ¡He visto
travesía era indispensable la presencia fermentar los enormes pantanos, nasas / entre cuyos
de un guía, de un sabio verdadero [...]. juncos se pudre todo un Leviatán! / Y ¡desplomes de
agua en plenas bonanzas, / y lejanías cayendo en los
Hacía falta mucho esfuerzo para remon- abismos, cual cataratas!” (2008: 49-52).
A ese tipo de visiones, a ese tipo de “tradi- Ahí, la función demiúrgica del Inca pro-
ciones chamánicas” pertenece, en última tector y justiciero, pero también irascible
instancia, la “visión” premonitoria u obse- y tiránico, halla su estatuto divino. Es la
siva de Werner Herzog. Del mismo modo, “mitificación del acontecimiento” (38):
no sólo es posible decir que hay un univer- los “avatares de los incas” que la etnohis-
so mitológico en la gestación de Fitzcarral- toria amazónica de los shipibo intenta
do, en especial en el navío de Fitzcarraldo, documentar, y los “relatos mesiánicos”
sino también que ese barco pertenece a shipibo emparentan con personajes bí-
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