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Grado en Administración y Dirección de Empresas

“CREACIÓN DE EMPRESAS”
(Asignatura optativa 40540)

Curso académico 2022-2023


Semestre 1º

BLOQUE TEMÁTICO
(VI)
Valoración y diagnóstico del negocio y la empresa
Unidad 21. La empresa como valor o mercancía:

fundamentos básicos de valoración y diagnóstico de un negocio


Unidad 21.-
LA EMPRESA COMO VALOR O MERCANCÍA: FUNDAMENTOS BÁSICOS
DE VALORACIÓN Y DIAGNÓSTICO DE UN NEGOCIO

Elementos susceptibles de transacción en el emprendimiento


Las ideas de negocio, como ya se vio en el tema correspondiente, además de ser factibles,
debe quererse ponerlas en marcha mediante una iniciativa que requiere de capacidad y
conocimientos para su gestión. Es preciso, pues, que haya una voluntad y capacidad de
emprender sustentada en la presencia de un espíritu emprendedor en quien o quienes
desean llevar a cabo y materializar la idea en el mundo real de los negocios.

Crear empresa es un acto de emprendimiento siempre, pero, como ya hemos visto, el


espíritu emprendedor es propio de personas que, lejos de conformarse con poner en marcha
un negocio idea y explotarlo con criterios de empresa, son de naturaleza inquieta y de
pensamiento lateral, inclinados a la innovación y la divergencia. Algunos emprendedores no
agotan mucho tiempo en una idea concebida y materializada y pone la misma “a la venta”
en un cada vez más concurrido “mercado de ideas de negocio” en el que los inversores o
“cazadores de buenas ideas de negocio” pugnan por hacerse con las mejores oportunidades
de invertir y rentabilizar su capital.

Los emprendedores, en buena parte de las ocasiones, se topan con la limitación financiera
para poder hacer realidad su determinación para sacar adelante el negocio, su ilusión, y se
ven en la necesidad de recabar la financiación necesaria, exponiendo su propuesta ante
quienes pueden proporcionar el capital preciso, los cuales valoran lo que se les presenta en
términos de rentabilidad y escalabilidad del negocio y, en su caso, deciden aportar el dinero
necesario siempre a cambio de algo, normalmente una participación (elevada y asfixiante en
algunos casos) en el negocio.

En cualquier caso, la idea de negocio ha de presentarse y justificarse como un “valor”


y su destino puede ser su enajenación a cambio de precio o su compartición en términos
de participación en beneficios con inversores ajenos a la idea. Ello hace necesario abordar,
siquiera someramente, algunas cuestiones relacionadas con la valoración y el pronóstico-
diagnóstico de negocios y empresas, sean éstas de nueva planta o inmersas en procesos
de reconversión, modernización, diversificación, innovación, ampliación o
internacionalización.

Hay que tener en cuenta que el valor de la empresa incluye tanto el negocio como la
capacidad de la gestión empresarial para hacer funcionar el negocio (o los negocios) objeto
de explotación por la unidad económica, por tanto, negocios valorados como altamente
rentables pueden corresponder con empresas escasamente valoradas por su deficiente
gestión. Es este uno de los elementos en los que se apoya el denominado “value investing”
(invertir en valor).

La valoración del “instrumento”


La valoración es un proceso por el cual se trata de asignar valor a las cosas, es decir,
determinar el grado de utilidad que reporta a sus usuarios o propietarios y, en consecuencia,
establecer el precio que se podría pedir por las mismas.
En el contexto de valoración al que aludimos aquí hemos de establecer una doble dimensión
valorativa: (1) valoración del negocio y (2) valoración de la ‘empresa’.

El negocio, sustentado en la ‘idea de negocio’, se valora, fundamentalmente, por su


capacidad estimada de ser rentable y justificarse la inversión precisa en su desarrollo; la
empresa, como “organon” es el instrumento diseñado para que las acciones exigidas por el
negocio puedan tener lugar con criterios de eficacia y eficiencia. Un instrumento mal
diseñado impide el desarrollo adecuado del negocio por muy rentable que pudiera ser, los
intangibles asociados al instrumento juegan un papel muy importante en la valoración del
mismo

Por tanto, la valoración de una empresa es el proceso para determinar el valor que, como
conjunto, tiene para sus titulares y la base para, en su caso, poder establecer el precio a
solicitar por ella en un proceso de venta.

“El valor de mercado es la cantidad estimada por la cual una propiedad podría ser
intercambiada, en la fecha de valoración, entre un comprador y un vendedor en una
transacción en condiciones de plena competencia dónde las partes actúan con
conocimiento y sin coacción (Normas Internacionales de Valoración)

La valoración de una empresa no es un proceso orientado directamente a determinar el


precio de la misma. El precio quedará fijado, finalmente, mediante una transacción, si
existiera un comprador y un vendedor que se ponen de acuerdo en el importe y demás
aspectos a considerar. El coste se forma históricamente, esto es, se encuentra recogido en
los valores contables. El concepto ‘valor’ no es ni ‘precio’ ni ‘coste’, pero éstos están en
estrecha relación con el aspecto subjetivo del valor.
- El precio es el equivalente monetario del valor de equilibrio, esto es, el importe
acordado entre el comprador y el vendedor en el momento de realizar una
transacción, es decir, lo que se paga por el bien en el mercado.
- El coste de un bien o servicio es una medida de la cuantía de recursos empleados
para producirlo o prestarlo.

¿Por qué puede ser necesario proceder a valorar una empresa?

1- Operaciones de compraventa de empresas: la razón más clásica. Cuando estamos


interesados en realizar una operación de compraventa, la valoración es imprescindible para
ambas partes. Por un lado, al comprador, la valoración le proporciona el precio máximo a
pagar. En cambio, al vendedor, le indica el precio mínimo por el que debe vender.

2- Compraventa de acciones/participaciones: es imprescindible conocer el valor de la


empresa para saber si el precio de las acciones que vamos a comprar o vender se ajustan
a su cotización. En el caso de que la empresa no cotice en ningún mercado, para comparar
con la oferta realizada por el vendedor.

3- Ampliaciones de capital o salidas a bolsa: para justificar el precio de salida de las


acciones al público es necesario realizar una valoración fiel de la empresa.

4- Realización de un plan estratégico: la valoración será una herramienta clave a la hora


de realizar seguimiento del nuevo plan. Por ejemplo, estudiar el impacto de una nueva línea
de negocio. Es decir, analizar si crea valor o, por el contrario, lo destruye.

5- Identificación de los value drivers (elementos que crean valor): es aconsejable


realizar la valoración de una empresa periódicamente para jerarquizar los impulsores de
creación de valor de la compañía.
6- Tomar una decisión sobre la continuidad de la empresa: en la vida de una empresa,
a veces se plantean decisiones de llevar a cabo una fusión, escisión, etc. La valoración nos
puede ayudar a tomar la decisión correcta.

7- Obtención de financiación ajena: los directivos necesitan conocer el valor de la empresa


para obtener fondos ajenos, mediante la concesión de créditos o préstamos. La propia
entidad bancaria nos puede pedir una valoración objetiva de nuestra compañía.

8- Procesos legales, arbitraje y pleitos: en ocasiones, el árbitro o juez en una disputa


sobre precios, puede requerir una valoración para apoyarle en la resolución del conflicto.

9- Herencia y testamentos: la valoración nos ayudará a repartir la masa hereditaria de la


manera más igualitaria. Nos permitirá comparar el valor de las acciones con el de los otros
bienes.

10- Liquidación o quiebra de una empresa: en este caso valoraremos el valor de


liquidación de cada uno de los elementos de la empresa.

¿Qué significa crear valor en un negocio?

El emprendedor, una vez creada su empresa, debe actuar como un “craftsman”: el


artesano que va dotando a su ‘obra’ de valor con su “ars gerendi”. Se crea valor de empresa
cuando sus gestores, en su condición de “value drivers” (impulsores del valor), toman
decisiones “acertadas”, que generan rentabilidad económica, prestigio y buena imagen.
Crear valor hace referencia a las expectativas de futuro sobre la unidad económica.
El valor de mercado es un concepto diferente al de “precio de mercado”. Este último
es el precio al cuál se realizan las transacciones, mientras que el valor de mercado es el
valor subyacente real. Valor de mercado y precio de mercado no siempre son
coincidentes. El precio de mercado es aquel precio que se está dispuesto a pagar por algo
en un momento y lugar dado.

El valor de mercado también es diferente de “valor razonable”, pues el valor razonable


depende de las dos partes involucradas en una transacción mientras que el valor de mercado
no. Ese valor razonable requiere de una determinación del precio que conforme a las partes
teniendo en cuenta sus ventajas y desventajas respectivas en la transacción.

Aunque el valor de mercado puede ajustarse a estos criterios, no tiene por qué hacerlo
siempre necesariamente. Hay diversas razones para querer calcular cuánto vale una
empresa:

• Para ver en qué medida la gestión hace mejorar la imagen y el prestigio.


• Cuando se considera la posibilidad vender todo o parte de un negocio o empresa.

Un objetivo fundamental de todo emprendedor, en su faceta de gestor y “value driver”, es


el de poder mostrar el valor de mercado de su empresa (negocio + acción gestora), para
elevar, consecuentemente, el precio de mercado de la misma, aunque no haya intención
de vender la empresa en cuestión.

Motivos más frecuentes por las que se vende un negocio


• En primer lugar, la edad: muchas personas llegan a cierta edad y no desean más que descansar y, no
teniendo herederos, o incluso habiéndolos, entienden que lo mejor es vender (o más triste aún,
‘desaparecer’)
• La disolución de una sociedad también es una causa usual en la venta de los negocios. Cuando los
criterios de los socios no coinciden y la situación es irreversible, la mejor opción es disociarse y poner en
venta la empresa. En ocasiones, uno o varios de los socios refundan posteriormente la empresa.
• La separación matrimonial, el divorcio, también puede ser causa de la venta de empresas.
• Lo mismo ocurre con las enfermedades cuando son patologías graves o cuando los dueños están
cansados, impedidos o sin ganas para continuar.
• Por supuesto, cuando el negocio no tiene los frutos deseados, también es usual ver anuncios de
negocios o empresas en venta o en traspaso. Aquí la mala gestión suele estar en el origen de la venta.
• Por tener intención de ponerlo en marcha la “idea de negocio” al no existir un “espíritu emprendedor”
para esa acción, en cuyo caso no se vende la empresa (no nacida), sino la idea sustentadora.

El Fondo de Comercio
El “Goodwill” o Fondo de Comercio de la empresa hace referencia específicamente al valor
intangible de la misma, es decir, a todo aquello pero que le da mayor valor al negocio, aunque no
sea expresado contablemente:
➢ La actitud y aptitud emprendedora.
➢ Personal capacitado y competente.
➢ Liderazgo en el mercado.
➢ La cartera de clientes líderes.
➢ Posicionamiento de sus marcas.
➢ La ‘aureola’ del logo de la empresa o de sus marcas.
➢ Buena reputación financiera por la solvencia.
➢ Los proveedores y su relación comercial.
➢ Las relaciones con las instituciones (públicas y privadas).
➢ Ubicación física y accesos (aspecto determinante en muchos casos)
➢ Etc…

Cuanto más valor intangible tenga una empresa, el interés por adquirirla aumenta y, en
consecuencia, también, el precio que se puede establecer. Es muy importante que la acción
gestora cuide y potencie mucho los aspectos reseñados, bien porque se quiera vender la
empresa o bien, por otros motivos…

Traspaso de negocio
Intervienen dos actores: (1) el titular del negocio que se traspasa y (2) el interesado en adquirir el negocio. Este último
asume la titularidad de la empresa y lo recibe en el estado y condiciones en el que se encuentra el mismo. Lo habitual
suele ser que el traspaso se realice mediante una venta o cesión de todos los bienes y derechos que tiene la actividad
empresarial (inmuebles, muebles, nombres comerciales, licencias, derechos arrendaticios etc.) a cambio de un precio
acordado entre las partes interesadas.

Es muy importante que el que vende esté al corriente en todas sus obligaciones con la Hacienda Pública, con la
Seguridad Social, con los trabajadores, con el propietario del local, con la comunidad de propietarios, con los pagos de
los suministros (electricidad, agua, etc.), con proveedores y con el ayuntamiento. Para justificar todo ello, se deben
aportar justificantes de estar el corriente en los pagos e incluir en el contrato una cláusula en la que se especifique que
dichas obligaciones no las asume el comprador. Ahora bien, también se podría acordar que el adquirente asuma las
deudas y obligaciones contraídas con terceros, como pudiera ser un banco, en cuyo caso se requiere la autorización del
mismo mediante una subrogación.

Pasos en el proceso de traspaso de un negocio:


1. Si el negocio ya está funcionando lo mejor será hacer un Traspaso de la Licencia de Apertura, así se evita
tener que tramitar una nueva licencia con los costos y el tiempo que ello implica. Además del traspaso de licencia
se puede formalizar en simultáneo un contrato escrito sobre el traspaso de negocio y si, además, hay una venta del
bien inmueble, habría que realizar una escritura pública ante notario e inscribirlo en el Registro de la Propiedad.
2. Habrá que tramitar una Licencia de Obras si el nuevo empresario realiza reformas y nuevos
acondicionamientos deberá.
3. El anterior titular se deberá dar de baja en el IAE y el nuevo titular, darse de alta.
4. Se deberán inscribir en el Registro los nuevos empresarios.
5. Se deberá formalizar la Subrogación de los Trabajadores, así como notificar a sus representantes la sucesión
empresarial. Entrega del impreso T8 a la Seguridad Social.
6. Si hay contrato de alquiler se le deberá comunicar la cesión al propietario del local. Si el contrato de
arrendamiento es posterior al 31/12/94 no es necesaria la autorización previa por parte del propietario, pero si es
anterior al 1/1/94 requerirá de su autorización para poder ceder el contrato a un tercero.
7. Cambiar la titularidad de los suministros si se trata de una sociedad distinta a la anterior.
8. Formalizar la Subrogación de los contratos mercantiles en vigor con los proveedores de bienes y con los
clientes.
9. Formalizar la Cesión de nombres comerciales y marcas, si procede, en la Oficina Española de Patentes y
Marcas.
10. Efectuar la declaración de Impuestos por la transmisión del patrimonio empresarial o profesional. No está
sujeta a IVA, salvo que no se cumplan los requisitos, en cuyo caso si lo estaría. Si la transmisión incluye bienes
inmuebles estará sujeta al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, que deberá pagar el comprador. La operación
también está sujeta a una plusvalía municipal.

Ventajas del traspaso Desventajas del traspaso


• En primer lugar, el tiempo: es rápido. A través de • El costo es mayor en comparación con la iniciación
este método no se necesitan realizar los de un negocio. La razón es porque usualmente se
documentos de habilitación. A su vez, no se suma un nuevo porcentaje de ganancia para el que
requiere de una inversión principal porque el traspasa.
negocio está conformado y en funcionamiento.
• En algunos casos, la marca no tiene una buena
• Por otro lado, se reciben todos los conocimientos imagen o ha habido problemas legales con el
y métodos para continuar con la actividad. dueño anterior que se ‘heredan’.

• También es favorecedor el hecho de que se cuenta • El cambio de nombre y documentación, con todos
con una firma y marca conocida en el mercado, los posibles problemas que esto conlleva.
que está en funcionamiento y con empleados
contratados.

• Tener información fiable acerca del estado


financiero y la actividad. A esto hay que sumar
que se tienen vínculos y relaciones establecidas
con proveedores y se tiene una ubicación o
campaña publicitaria que fue hecha con
anterioridad.

Diagnóstico de la empresa

El Diagnóstico Empresarial se puede definir como un proceso analítico que permite


conocer la situación real de la organización. Asimismo, sirve para evidenciar los problemas
que impiden el crecimiento, sobrevivencia o desarrollo de las empresas.

El término ‘diagnóstico’ procede de la palabra griega διάγνωσις (diagnosis), la cual


traducida al castellano viene a ser asimilable a “reconocimiento”. Si nos ubicamos en el
mundo empresarial, este término hace referencia a aquellas actividades que se llevan a cabo
para poder conocer de primera mano cuál es la situación de la empresa y cuáles son o
serían, en su caso, los principales impedimentos para alcanzar sus objetivos.
Gracias al diagnóstico de la empresa se puede localizar la raíz de un problema,
permitiendo así aplicar todos los recursos necesarios para eliminarla y hacer que la empresa
alcance, mantenga o recupere el buen rumbo. Algunas ventajas del diagnóstico empresarial
son:
• Brinda una visión amplia de la situación empresarial.
• Detecta áreas de oportunidad de forma eficaz y oportuna.
• Permite proporcionar soluciones que permiten a las organizaciones enfocar sus
esfuerzos futuros en implementar las medidas más efectivas de mejora.
• Evita el desperdicio de recursos en correcciones imprecisas.
• Permite prever Problemas futuros, detectando las vulnerabilidades en la organización.

A pesar de que en muchos casos el diagnóstico se realiza bajo la supervisión de expertos


en el tema, como consultoras y profesionales ajenos a la empresa a diagnosticar, lo cierto
es que también existe un número elevado de responsables de sus propios negocios que
optan por asumir y desarrollar seriamente esa tarea, pudiendo plantearse dos formatos de
diagnóstico:

• Diagnósticos integrales: Son principalmente conocidos por la gran cantidad de


variables empresariales a las que se puede aplicar. Para poner un ejemplo,
podríamos encontrar el diagnóstico de Competitividad, un estudio que permite
conocer las oportunidades, debilidades, ventajas y amenazas de una empresa. Y todo
ello sobre la base de considerar y evaluar numerosas variables que el profesional o
auditor ha señalado e incluido en el análisis.

• Diagnósticos específicos: Se caracterizan por centrarse en procesos más


concretos, es decir, se estudian diferentes aspectos relativos al mercado, los estados
financieros o los procesos de gestión, así como cualquier otro aspecto relacionado
con la producción y la comercialización.

Independientemente del enfoque, sea específico o integral, que inspire el diagnóstico, se


deben tener en consideración 4 pasos que, según algunos profesionales, favorecerán un
buen trabajo y estudio, facilitando un diagnóstico más acertado:

1. Evaluación. Establecer un aspecto que permitirá evaluar la situación actual o pudiera


despertar un interés por la empresa, centrándonos en aquellos puntos sobre los que
deseemos realizar el diagnóstico: consumidores, situación financiera, procesos
productivos, etc.
2. Visión detallada. En este punto es cuando el equipo o persona encargados de realizar
este diagnóstico se centran especialmente en recoger toda la información posible acerca
del aspecto o proceso empresarial concreto por el que se está interesado. Este proceso
es posible gracias a la toma de imágenes, tablas, gráficos, entrevistas y toda clase de
recursos que permitan conocer de primera mano la situación actual.
3. Cálculos. Llegados a este punto y con la información recogida de la fase anterior, es el
momento para establecer el grado de alcance en función del parámetro que se haya
querido fijar.
4. Conclusiones. Se analiza toda la información que se ha recogido y se estudia para
evaluar y conocer los motivos que impiden alcanzar aquellos parámetros que en su
momento se establecieron. Conociendo los problemas, será mucho más fácil encontrar
las soluciones.

Todo este trabajo de diagnóstico se puede llevar a cabo bajo diferentes perspectivas,
principalmente se consideran 4:

• Financiera. Abarca todo el departamento contable y de administración de la empresa,


evalúa todos sus números y estudia cuál es su situación actual. Conoce sus inversiones
y fuentes de financiación entre otros.
• Consumidores. Desde aquí se evalúan todos los datos relacionados con el
comportamiento de los clientes y su trato.
• Proceso interno. Se centra principalmente en el estudio de los procesos de producción
de la compañía. Determinando su calidad y eficacia.
• Personal y sus capacidades. Hace una comparativa con las capacidades que posee el
personal activo de la empresa y las que teóricamente se debería de tener para alcanzar
altos niveles de eficiencia.

El “exit” y su relación con la valoración del negocio y la empresa

Cuando se habla de “exit” (salida) se alude al momento en que un inversor financiero


considera salirse de la empresa en la ha invertido, materializando la rentabilidad que dicha
inversión le ha generado. No puede determinarse, no obstante, cuál sea el mejor momento
para promover el “exit”…

Antes de tomar una decisión de participar en una sociedad, un inversor siempre analiza las
probabilidades de materializar un buen “exit”, considerando tanto la oportunidad como los
“facilitadores” de esa salida (salida a bolsa o venta a un tercero). En el caso de las
denominadas “startups” hay que añadir el “exit” que hacer referencia al propio emprendedor,
al fundador de la empresa, en cuyo caso el “exit” implica la venta de su “startup”, aunque
ello pueda resultar paradójico o propio de lo que ha venido en denominarse la “cultura del
pelotazo”.

De acuerdo con Steve Blank, una startup es una entidad temporal que busca un modelo de
negocio repetible, rentable y escalable (Modelo RRE). Desde esta perspectiva de
temporalidad, cuando los fundadores encuentran el modelo de negocio RRE y han
encontrado a sus clientes, deben dar el paso a la fase de creación de la empresa, en otras
palabras, dejar de ser “startup” y empezar a ser empresa. Ya no buscan nada, ya lo tienen,
y deben hacerlo crecer. Los actores ¡deben ejecutar!
Las características personales y profesionales para encontrar un modelo de negocio no son
las mismas que las necesarias para “ejecutarlo” y “gestionarlo”. Incluso la “adrenalina”
que se desprende en la búsqueda, no se encuentra en la ejecución. Una “startup” no es
como una empresa convencional, la gestión es diferente. Cuando llega ese momento de
tránsito o madurez, los fundadores suelen apartarse de la gestión y, en algunos casos,
dedicarse a encontrar el próximo proyecto “startup”, diseñar otro modelo de negocio RRE.
Es la figura del “emprendedor en serie”.

Existen diversas opciones de “exit”:

• Venta a una empresa con visión estratégica, que busca sinergias significativas que generarán
valor al conjunto que se forma entre ambas, adquirida y adquirente derivas de: economías de
escala, economías de alcance, presencia en nuevos mercados, adquisición de talento,
adquisición de cartera de clientes, adquisición de capacidad productiva, ….

• Venta a un inversor financiero. Esta salida depende del perfil del inversor, de su ‘portfolio’ de
inversiones y de las sinergias que se puedan generar con ellas, así como del mercado en el que
opera la “startup” y las posibilidades de consolidación que existan en el mismo, etc.

• "Oferta Pública Inicial" (IPO, Initial Public Offering) . La salida a bolsa no supone una fórmula
habitual de “exit”. Las “startup” tardan en demostrar que son modelos de negocio RRE y los
mercados financieros son cautos y bastante conservadores…

• “Spin-off” de una parte del negocio que pueda discurrir de forma aislada para un tercero. Bajo
este punto de vista, una vez identificado el “pedazo” del que se va a prescindir, la cuestión no
difiere mucho de las opciones anteriores.

• Liquidación. No es un “exit”, sino más bien un “end”. Solo cabe decir que, si la cosa va mal sin
visos de enderezar el tema, hay que plantearse si no es más conveniente liquidar y salirse, en
lugar de prolongar la agonía.
El momento de ejecutar la salida (la de los inversores y la del propio “fundador”) depende en
gran medida de factores ajenos a la voluntad del actor mismos, pero, para los pocos que
pueden controlarse, debemos identificar la fase de desarrollo de la empresa:

Con toda probabilidad el valor de mercado de la compañía será mayor si el producto está en
la fase ascendente de la etapa competitiva, cuando el comprador puede “engancharse” a
ese crecimiento de la compañía. Ese es el momento en el que se ha encontrado el modelo
de negocio RRE.

No obstante, la decisión de “exit” mediante la venta de la empresa “startup” debe responder


a un proceso de “evaluación continua” y no a un impulso de un momento dado. Es preciso
reflexionar y tomar en consideración ciertos factores:

1. Adecuada organización interna: no siempre la empresa está preparada para asumir el “exit”
que su fundador, el modelo no funciona sin él…
2. Considerar el momento: atender a los ingresos recurrentes, si existe una buena tasa de
crecimiento de clientes/usuarios.
3. Practicar un análisis del mercado (crecimiento, desarrollos tecnológicos, competencia, etc.).
4. Análisis de los “jugadores” (players) y de la complementariedad que aporta la “startup”, en
orden a localizar a compradores estratégicos e inversores privados.
5. Realizar una valoración independiente de la compañía que permita fijar las horquillas en las
que moverse en la negociación con el potencial inversor.
6. Contar con un asesoramiento profesional siempre es aconsejable.
Análisis básico de algunos métodos de valoración de empresas

La valoración de una empresa es, por naturaleza, subjetiva: a unos les puede parecer que
la empresa está infravalorada, a otros les puede parecer que esa empresa está
sobrevalorada…

Ninguno de los métodos de valoración disponibles es perfecto; todos ellos se basan en


una forma de ver y entender la empresa y, en ocasiones, pueden propiciar infravaloraciones
al no contar con determinados elementos que influyen en el valor de la empresa, mientras
que en otros casos ocurre lo contrario. Un elemento incidente son las expectativas: si se
considera que una empresa va a tener unos beneficios significativos de cara a un futuro, se
entenderá que la empresa irá reforzando su valor a lo largo del tiempo.

(1) Valor Contable de la empresa

También conocido como valor en libros (“Book Value”) o valor matemático. Es bastante
fácil de determinar utilizando el balance de la empresa y considerando el Neto Patrimonial.
Se trata de la suma del capital aportado en la constitución de la empresa más la
autofinanciación por enriquecimiento. Es decir, los beneficios que se han retenido a lo largo
del tiempo para financiar la expansión de la empresa. Si ha habido pérdidas, éstas minoran
el valor del patrimonio neto

En muchos casos se toma en consideración del denominado Valor Contable Ajustado


(VCA) o, “Adjusted Book Value” (ABV), siendo uno de los métodos de valoración
patrimonial más utilizados. Este método de cálculo del valor patrimonial se utiliza en los
casos en los que el balance no refleja el valor real de los activos empresariales.

VCA = Valor Contable (+ -) Ajustes de valoración extracontable

Los ajustes de valoración extracontable son los que se aplican por entender que la cifra
reflejada en el Balance de Situación de la empresa no expresa el valor real. Por ejemplo, el
valor de los inmuebles reflejado en el Balance de Situación, en ocasiones, suele ser
superior/inferior a su valor real, por lo que se debería realizar un ajuste en el sentido
oportuno. El Valor Contable Ajustado puede ser superior o inferior al Valor en Libros,
dependiendo de si el en el Balance están sobrevalorados o infravalorados algunos activos.

El problema de este método es que para calcular el Valor Contable Ajustado es necesario
conocer bien la empresa para determinar si el valor de los activos que figura en su
contabilidad se corresponde con su valor real.

(2) Valor de liquidación de la empresa

Se trata del importe que se obtendría por la venta de los activos de la empresa si la
empresa cerrara hoy. A ese importe se le ha de restar el valor de las deudas y los gastos de
“echar el cierre” y liquidar, en su caso, la sociedad mercantil.

VLE = Activo realizado - deudas abonadas - gastos de liquidación

Esta forma de valorar una empresa beneficia mucho a aquellas empresas que tienen un gran
patrimonio tangible (edificios, maquinaria…) y perjudica a aquellas que han arrendado su
capital productivo (“leasing financiero”). No obstante, es una buena forma de ver cuánto
sería el mínimo que podríamos recuperar de una inversión.

(3) Valor bursátil de la empresa

El valor bursátil sólo es aplicable a empresas cuyo titular es una S.A. Se obtiene
multiplicando el número de acciones por el valor de cotización en Bolsa de las mismas.
Supone una forma bastante aproximada de establecer el valor de mercado de la empresa.

Este valor, obviamente, cambia, casi constantemente, con la cotización de la empresa en el


mercado de valores. Se trataría, pues, del valor de mercado en el momento de valorar la
empresa.
𝐕𝐁 = 𝐧º 𝐝𝐞 𝐚𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 × 𝐂𝐨𝐭𝐢𝐳𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐛𝐮𝐫𝐬á𝐭𝐢𝐥

No obstante, la bolsa no refleja a la perfección el valor de una empresa, puesto que, a veces,
se tiende a sobrevalorar a unas empresas y, otras veces, a infravalorarlas. Además, tiene la
desventaja de que no todas las sociedades por acciones cotizan en Bolsa.
(4) Valor teórico de la empresa

También se refiere a sociedades por acciones. El valor teórico o “valor teórico-balance”


de una acción o participación muestra el valor de los fondos propios de la empresa que
corresponden a cada acción. Su cálculo es simple:

𝐑𝐞𝐜𝐮𝐫𝐬𝐨𝐬 𝐏𝐫𝐨𝐩𝐢𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞𝐬𝐚 (𝐜𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚𝐥 + 𝐫𝐞𝐬𝐞𝐫𝐯𝐚𝐬)


𝐕𝐓 =
𝐍º 𝐝𝐞 𝐚𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬

𝐕𝐚𝐥𝐨𝐫 𝐦𝐚𝐭𝐞𝐦á𝐭𝐢𝐯𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞𝐬𝐚


𝐕𝐓𝐁 =
𝐧º 𝐝𝐞 𝐚𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬

Es una forma de valoración bastante utilizada en la valoración relativa, especialmente


cuando se compara con el precio por acción, dando lugar a la ratio:
𝐏𝐫𝐞𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐚𝐜𝐜𝐢ó𝐧
𝐕𝐓𝐁 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐚𝐜𝐜𝐢ó𝐧

(5) Valor intrínseco de la empresa (importante en nuestro contexto)

El valor intrínseco es el importe que debería valer una empresa por sus características
financieras y competitivas. Ese valor intrínseco constituye la base valorativa sobre la que se
centra el value investing, que es una modalidad de inversión consistente en adquirir
empresas que cotizan a un precio inferior a su valor. ¿Qué valor de referencia es ése?, pues
el denominado valor intrínseco. El establecimiento del mismo resulta pues muy importante
en el contexto de la valoración de “startups”.

Aquí toma sentido el lema de Warren Buffett:

“Price is what you pay; value is what you get”


(el precio es lo que se paga; el valor lo que se obtiene…)

(6) Valor de reposición en la empresa

Este valor viene a indicar lo que cuesta adquirir una empresa o un elemento patrimonial con
la misma capacidad de producción o eficacia que el que se está considerando. Por ejemplo,
el valor de reposición de un activo es lo que cuesta sustituir un activo productivo por otro que
cumpla las mismas funciones que el activo a reponer, aunque pueda el nuevo activo
presentar características técnicas o tecnológicas distintas al antiguo.

(7) Valor substancial de una empresa

Es el valor real del conjunto de bienes de la empresa, considerando su estado de uso y


utilidad, necesarios para el funcionamiento de la misma y el mantenimiento de su capacidad
productiva.
Partiendo de la estructura patrimonial de la empresa a valorar, Valor Substancial (VSE)
podemos discriminarlo en:
• Valor Substancial Bruto (VSB) y
• Valor Substancial Neto (VSN):

VSB = Valor actualizado del activo de la empresa

VSN = Valor actualizado del activo de la empresa - pasivo exigible

(8) Valor en rendimiento de una empresa

Una empresa no puede considerarse sólo como algo cuyo valor responde meramente a la
diferencia entre un activo y un exigible. Existen aspectos no tangibles que inciden en el valor
de la empresa, que contribuyen (positiva o negativamente, según los casos) a que su Valor
en Rendimiento (VRE) sea distinto al que da su cuantificación en el valor substancial de la
empresa (VSE).

En el valor de mercado de la empresa tienen una incidencia muy marcada aspectos tales
como: la imagen de la empresa en el mercado, la estructura y eficacia organizativas de la
empresa, la dirección y administración de la empresa, los recursos humanos actuantes, las
relaciones con clientes y proveedores del sector, la ubicación o localización de las
instalaciones o establecimientos. Todos esos elementos constituyen el intangible de la
empresa. Todo ese conjunto de elementos intangibles conforma lo que se conoce como
Fondo de Comercio o “Goodwill” de la empresa, en el caso de que sean positivamente
valorados.

Se puede decir que, cuando se compra una empresa en funcionamiento, lo que habría que
pagarse por ella es decir el valor de la empresa VE sería:

VE = VSE + FCE

El Valor en Rendimiento de la empresa (VRE) se considera como una función de tres


variables:
-El beneficio empresarial.
-El tiempo.
-El tipo de actualización o tasa de descuento aplicable. Es decir:

VRE = f (B, n, i)

Siendo: B = beneficios esperados en el futuro


n = nº de ejercicios a considerar en el proceso valorativo
i = tipo o tasa de actualización o descuento a aplicar al cálculo.
Para determinar el VRE es preciso, pues, cuantificar o valorar los elementos que conforman
la función anterior, tal como a continuación se expresa:

j =n j =n
Bj
VRE =  j =  B j (1 + i )
−j

j =1 (1 + i ) j =1

Hay otros métodos de valoración de empresas que no vamos a desarrollar, pero que
conviene citar:

- Activo Corriente Neto o “Net Current Asset Value” (NCAV).


En este método sólo tiene en cuenta los activos corrientes a la hora de valorar una
empresa, sin tener en cuenta el valor de los activos fijos.

- Activo Corriente Neto Ajustado o “Net Net Working Capital” (NNWC):

Es el método más restrictivo a la hora de calcular el valor patrimonial de una empresa,


ya que, además de no tener en cuenta el valor de los activos fijos, ajusta el valor de
los activos corrientes.

El Net Net Working Capital (NNWC) es un método de valoración patrimonial ideado


por Benjamin Graham, propulsor del “value investing”.

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