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- LA MISION DE JESUS
La Iglesia celebra en octubre como mes de las misiones puesto que fue en
este mes que se encontró (no podemos decir descubrió) el continente
americano con el continente europeo, encuentro de dos culturas, lo que se llama
también el encuentro entre dos mundos, abriendo así una nueva página en la
historia de la Evangelización.
Además, el primer día de este mes festejamos a Santa Teresita del Niño
Jesús, quien es la patrona universal de las misiones. Ella nunca abandono su
claustro, pero en los últimos años de su vida, mantuvo correspondencia con dos
padres misioneros, uno de ellos enviado a Canadá y otro a China y les acompañó
constantemente con sus oraciones. Por eso el Papa Pio XII en 1927, quiso
asociarla a San Francisco Javier como patrona de las misiones.
"Jesús se acercó y les habló así: «Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y
en la tierra. Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos.
Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y
enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy
con ustedes todos los días hasta el fin de la historia.»"
4.- REFLEXION
Todo lo anterior despierta en los fieles un espíritu misionero que nos mueve
primero a salir de nosotros mismos y dar un paso más para ir a los demás; no
podemos crecer en la fe solo para “engordar” sino para compartirla con quienes
aún no conocen a Jesús. Lo mismo si estamos en alguna comunidad no debemos
encerrarnos en nosotros mismos sino que debemos salir para formar nuevas
comunidades.
Debemos entender que Dios nos llama a todos como misioneros partiendo
desde donde estamos, nuestra familia, después ser misioneros en nuestro
barrio o colonia, salir a evangelizar nuestra parroquia y todas las familias que
viven en el territorio de nuestra diócesis y a partir de allí, hasta los confines
de la tierra. Se parte de lo más cercano hacia el mundo. (Hech 1, 8)
5.- ACTUAR
o En esta primer semana del mes de las misiones sugerimos que salgamos a
misiones en dos acciones concretas:
1. Primero salir de nosotros mismos pidiendo en oración al Espíritu por
nuestro envío misionero.
2. Salir de misión al corazón de nuestra familia. Anuncia la Buena Nueva a
tu familia
"Después de esto, el Señor eligió a otros setenta y dos discípulos y los envió de
dos en dos delante de él, a todas las ciudades y lugares a donde debía ir. Les
dijo: «La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen, pues, al
dueño de la cosecha que envíe obreros a su cosecha."