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HA-JOOI'-I CIMNG
FRDFESUR DE Le Fncuwnn DE ECONOMÍA "|" PÚLÍTIGIÄ 'I' SUBDIRECTBR DE
ESTUDIOS DE DESARROLLO EN LA unwëns1tmu DE C-ll'+MBR1DGE. DESDE 1992 Es
I'-1IEMIìRU DEL CONSEJO EDITORFAL DEL CAMBRLDGE JBURNAI. OF ECÚNOMÍCS Y
un 'ERABAJ›'\DCl UOMO CONSULTOR PARA DWERSAS 0RG›¢I.NlZAClÚNES INTERNA-
CIONALES. ENTRE ELLAS. DISTENWS unenmlswms DE LAS NACIONES UNIDAS. EL
BHNCCI mu:-lnmL Y EL BANCO ASIÁTICG DE DE5ARRULLQ. ENTRE sus OBRAS MÁS
HEUENTES UESTÁEÄN; RESTRUCTURÍNG KOREA INC ¡DON JANE-SUP SHIN=
ROUTLEDGECURZÚN. 2003) Y RECLAIMIN-G DEVELOPMENT AN AL FERNATWE
ECÚNDMICPULICYMANUFIL :con ILENE isrmsem ZED FREE s. 200!¦l_ 'I' ES- Aurort DE
NLJMERCISOS ARTÍCULOS SOBRE CUESTIONES que ww DESDE LJ'I.5 TEÚRÍAS
SDBRÉ EL ESTHÍJÚ. EL mfincxmoy LAS rfl5ïlïucinhxes IIASTå MS ECQNOMIAS EN
TRJKNSECIÚN.
Ha-Joon Chang

Retirar Ha escalera
LA ESTRATEGIA DEL DESARROLLO
EN PERSRECTNA HISTÓRICA

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Traducción de Mónica Salomón
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DISEÑO COLECCIÚM JEMDUÍN GALLEGO

TRADUCCIÚN DF MÓNICA SALOMON

INTRODUCCIÓN DE nmnrzfiw HOLD

Hacmws .åWAY THE LADDER


¡JEVEL ørwfnr S IRA TEGY .W .HES TORICÄHL PERSPECTWE

»la WIMBLEDUN PU[lL15H¦HG CDMPÁNY LIMITED. 2I:lI:l2

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quE SEAN nnuuïmuos URÍGINALES P›1R.fl. I=EFZMITM Un Enrcrúu DE
OTROS nufiuus Y QUE. DE REFRODUUR vnfiïfis, SE 1-lhfià consuma
EL TÍTULU Y UI. numen.

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ÍNDICE

PROLOGO A LA ENICIúN ESPAÑOLA 11

INTRODUCCIÓN. POR ANDREW MOLD 15

CAPÍTULD 1, INTRODUCCIÓN; CÓMO. DE VERDAD,


SE HICIERON RICOS LOS PAISES RICOS 33
1.1. Introducción 33
1.2. Algunas cuestiones metodológicas: las lecciones de la historia 35
1.3. Los capitulo 4.3
1./g.. Una "advertencia sanitaria" 4,6

CAPÍTULO 2. POLÍTICAS PARA EL BESÁRROLLO ECONÓMICO:


LA POLITICAS INDUSTRIAL. LA POLÍTICA COMERCIAL
Y LA PULITICA TECNOLÓGICA EN PERSPECTIVA HISTÓRICA 159
:›,.1. ìnnnducciún 4.9
2.2. Las estrategias de aMualización 57
2.2.1. I11gla1'er1'a 5?
2.2.2. Estados Unidos 64,
2.2.3.Alemania 75
2.2.4. Francia 79
2.2.5. Suecia BE
2.2.6. Otras pequeñas economías europeas 87
2.2.'¿. }apún 3' los Nuevos Paires Industrialízadoa
dc: Asia Úrifitlllal 92
23. La estrategia de aclelantamieiito del líder ir las
¡_-(8SP1I.g51_a5 de los países que intentan alcallzarlo=
Í11gla1'{-'r1'8 y sus seguidores 99
"F
s Las colonias 99
2.3.2. Los países sf*midepe11clie1r1tes 1o1
2.33. Las naciones rornpctidoras 103
2.4.. Folitinas para el desarrollo inLlust1'ial¦ algunos mitos
históricos .y algunas lecciones 1o9
2.4.1. Algunos mitos hiel-ürivos y algunos hechos sobre las
políticas puestas en práctica en po-ras anteriores to-9
L'¦."1.-2- "No sólo mediante aralicolcån; diversos modelos
df- promo:-iún dio la industria naciente 116
2.4.3. Gmrnparaciñn con los actuales países en desarrollo ¡ l l

CAPÍTULO 3. INSTITUCIONES Y DESARROLLO ECONÓMICO:


EL "BUEN GUBIERNO" EN PERSPECTWA HISTÓRICA 13¿¦
3.1. Im1¬or.lucciún 134.
3.2. La 11ìs't01'ia del d1±sa1T-11110 institucional de los países
d<:s111~ru11ados 137
3.2.1. De111oc1'acia 13?
3.2.2. La blllncracia y el poder j11dif:i;1ì 14.4.
3.2.3. l*1c±gì1n1=111:1-: de dc-¬rfi'L'hus de p1-upiedad 150
C(111t1I(1l de 1:1 gestión empresilriaì 156

3.2.5. Ínstilulziflrlcs I'ìr1a1'u¬ier:l5 165


8.2.6. Insüiuciones di* p1'¢1te1~ciór1 sorìnl y de 11'¡1hajo 116
3.3. El clesarlflìlu irls1ì1'uc'iünal en los países en d(±s¿1r1'0110¦
antes y ahora 108
8.3.1. Una vista p:-11-1orán'1ic¿1 del tì{:sz1r1'I11lu i11s1.itu1=innal
de los PAD 189
El ìargn y lu1*hul1:11t11 111111i1111 hacia el desarrollo
ilistihlrimlzll 191;
3.3. *L {211n1p:11':1cì1›11cs con pases en de=:.n1'rolìo actuales :zoo
CAPÍTULO ¿L LECCIONES PARA EL PRESENTE 210
4.4. Introducción 1110
4..2. Una reconsideración de las políticas económicas
para el desarrollo 211
4..3. Una reconsideración del desarrollo institucional 216
4..4.. Posibles objeciones 223 .
4.5. Comentarios finales 228

BiBLiOGRÄFÍÁ 235
PRÚLOGO A LA EIÍHCIÚN ESPAÑOLA

Este libro trata de uno de los temas más aeuciantes en la a c t a -


ligad ~a saber. cl de "cómo podemos promover el desarrollo
económico en los países en desarrollo"- a través del lente de la
historia. es decir. de la historia de la política económica y del
desarrollo institucional de los países actualmente desarrolla-
dos. En la obra se pone de manifiesto que. cuando los actuales
países desarrollados eran países en desarrollo. usaban muy
pocas de las politices e instituciones que recomiendan a los paí-
sos en desarrollo. Esto nos permite cuestionar la validez de la
receta para el desarrollo del "Consenso de Washington" actual-
mente imperante y concebir nuevas posibilidades de elaborar
estrategias de desarrollo alternativas.
España es uno de los países desarrollados apenas tratado
en el libro. En el capitulo 3. en el que se explica la historia del
desarrollo institucional. tiene un papel más destacado. pero
casi no se le menciona en el capítulo 2. en el que se explica la
historia de la política comercial y de la política industrial.
Puede que a los lectores españoles esto les resulte desconcer-
tante: España no es precisamente un psis sobre el que falten
episodios históricos que relatar. La razOn 110 radica en mi des -
conocimiento de la lengua española ni en que. a causa de ello.
iris conociinicntos de la historia de España sean limitados.

11
HA-JOÚN C.ll.Íl.N(5

Después dc todo. lie empleado fuetites inglesas para explicar la


historia de los Faíses Bajos
O la de Suecia, cuyas lenguas tam-
bién ignoro .
La principal razón tiene que ver con la inusual trayectoria
de desarrollo que España ha seguido en los últimos siglos, algo
que hace difícil encajarla en mi esquema global sin llIll estudio
mucho más serio que el que puedo realizar a par ti de fuentes en
lengua inglesa.
Habiendo liderado en 1111 determinado momento la parte
más indltslïializada de Europa (los Países Bajos. Ú el territorio
correspondiente 3. los actuales Países Bajos y Bélgica) y la mayor
la rte de las Am<'*ricas. España fue en un tiempo uno de los pai
ses más ricos y poderosos del mundo. .Les motivos por los que
no consiguió traducir las ventajas que le proporcionaba ese
estatus en un liderazgo industrial, tal como hicieron Inglaterra
y Francia. es tina cuestión que ha suscitado intensas controver-
sias entre los historiadores de la economia.
España entre en el siglo XX con una de las economías euro -
peas más pobres. a 1:1 par de las de países como Finlandia y
Noruega. Sin embargo. a diferencia de éstos. que protagoniza-
ron los "milagros" econOmices do osa época. España no tuvo un
muy buen desempeño en la primera mitad del siglo XX. La
Guerra Civil. sobre todo. supuso lll'l golpe fatal para ella, del que
sólo empezó a recuperarse en la década de 1960. En consecuen-
cia. España siguiO siendo. en muchos aspectos. un país en desa-
rrolio hasta mediados de la década de 1980. cuando segura
siendo bastante corriente clasificar al país como uno dc los PRI
(países recientemente industrializados). junto C011 mi nativa
Corea (del Sur). Taiwán. Brasil o México.
La inusual trayectoria dc desarrollo española hace del país
un estudio de caso sobre el desarrollo excepcionalmente intere -
santa. pero dificullza su inclusión en las detalladas explicaciones
por pases que hago en el capitulo 2. Mc habria gustado realizar
una investigación más exhaustiva sobre la experiencia españo-
la. cuya naturaleza excepcional hubiera permitido extraer algo -.
nas lecciones interesantes. pero el tiempo aprentiaha, y por eso
acabe por descartar la idea de hacerlo.

111
PRÚLOGC* A LA ED1E1ÚN ESPAÑOLA

Espero que este libro estimule a algunos de mis lectores


españoles a reflexionar con mayor profundidad sobre los acer-
tijos que plantea su país a mis tesis generales y contribuir así al
debate más amplio sobre las estrategias de desarrollo que he
intentado considerar a lo largo de las páginas que siguen.

11:1-.ìGON CI MNC
Junio de 2004,

13
INTRODUCCIÓN

Como en Crcínica de ama mucrlte anunciada de Gabriel García


Márquez. la defunción de la economía del desarrollo era de prever.
A1 igual que en una buena novela, todos los elementos convergían
hacia ese desenlace. Con la revolución monetarista, y los gobiernos
de derechas de Reagan y Thatcher en el poder. el clima intelectual de
la década de los ochenta era propicio para una revuelta contra la
concepción general de una disciplina especializada en la economía
del desarrollo de los pases pobres. El ataque fue iniciado por auto-
res como Linlc (1982) y Lal (1983). y quedó reforzado por la crisis
inminente de las economías planificadas de Europa Oriental y la
Unión Soviética. El ajuste estructural y el Consenso de Washington
fueron los acontecimientos que. supuestamente. remacharon los
clavos del ataúd. Así. pues. durante un breve periodo en los años
noventa, el enlloque económico neoclásico pareció imbatible y.
desde el punto de vista intelectual. la economía del desarrollo se
cncomraha aparentemente ante un callejón sin salida. No obstan-
te, aunque durante un tiempo permaneció encubierto. el análisis
econOmice heterodoxo de los pases en desarrollo nunca dese;-are»
ciO por completo.
Aunque su obra todavía no se conozca bien en Espana. las
publicaciones. cada vez más prolìfieas. de Ha-Joon Chang son una
buena prueba de ello.¡ La idea que subyace a esta obra en concreto

15
ANDREW MULD

una idea que quienquiera que tenga un minino conocimiento de


la historia. algún interés por el desarrollo y cierta sensibilidad con
respecto a las d ilCrcncias entre el Norte y el Sur siempre habla sus-
pcchado que era cierta, Sin embargo, los tabúes creados en torno al
terna de la obra son tales que ésta podrida suhtitulax-se; "Todo lo que
usted siempre quiso saber sobre el desarrollo cccliórriico el pers -
pcctiva histórica... pero 110 se atrevió a preguntar". En el seno de la
con'lunidad de estudiosos de la economía del desarrollo existen
algunos sobreentendidos que pocos se atreven a poner en duda.
Cfllïlü por ejemplo. que "la liberalización comercial la 1'nanera de
acelerar el crccimicn-to"; que "la democracia es una prccondíciún para
cualquier 'tipo de desarrollo"; que "el buen gobierno es indispensa-
ble para la reducción de la pobreza". etcétera. Muchos críticos aso-
cian este tipo de discurso exclusivamente a las Instituciones de
lìretton Woods (en concreto, el Banco Mundial. y el Fondo
Monetario Internacional) ¬--cn adelun te Instituciones Financieras
lrlte1*naF'.ionalcs. IFI-. pero de hecho también se ha impuesto de
manera generalizada en las diversas agencias y organismos de las
Naciones Unidas. así corno en muchas ONG. El discurso sobre cl
desarrollo se ha vuelto cada vez más limitado y cstc1'eo'I:ipad0. con
su insistencia en el "empoderamiento". las "politices prnaetivals".
la "::nnsl:n.1eciún de capacidades". el 'ïnatlnstrefi-fltin.g' de género",
te., y cada vez más desprovisto de contenido analítico auténtico.
'En este libro. Chang se atreve a cuestionar tt muchas de estas
vacas sagradas. Su obra es un apasionado asalto a la ortodoxia eco-
nómina tal como la conciben las IF! y tal como la apoyan la mayoria
de nuestras principales instituciones acatléniicas. En su intento de
poner en c11osl:ió/± el lamento hegeliano do que "lo único que
11prendemosde la historia es que 110 aprendemos nada de la histo-
ria". Ghana reivindica la importancia de la historia. El núcleo de la
obra consiste en un análisis en profundidad del historial de los paí-
sos actualmente intlustrializados durante su propio periodo de
t1*anslh1'1nacion.t*s económicas. sociales y políticas. y. a partir de esas
experiencias, se extraen unos cuantas lecciones importantes para
los pases en desarrollo at-tuales. El principal mensaje que Chang
transmite es que. en lo fundamental. los consejos dados El los países
en rlesztrrollo durante las dos últimas décadas no sólo han sido

16
INTRODUCCIÓN

básicamente erróneos sino que también ignoran la experiencia


histórica de los propios pases industrializados cuando se esšbrza-
ban por alcanzar el desarrollo. En consecuencia. los consejos reci-
bidos por los pases en desarrollo no sólo están equivocados sino
que son. básicamente. hipócritas.
Adetei-minado nivel. los argumentos de Changtienen poco de
nuevo; cl principal mensaje puede leerse totalmente en obras clá-
sicas. como The Are oƒflepitol de Eric Hobsbawm (1975) o Le Tiers
Monde d a s l'I:n_Po,sse de Paul Bairoch (1971). Pero aunque estos
autores se ocupan de algunos de los mismos temas. el mérito de la
obra de Chang es la manera en que une los argumentos de manera
concertada por primera vez y pone el acento en la relevancia de
estas experiencias histOrias para los debates contemporáneos
sobre los problemas del mundo en desarrollo. Chang sostiene que.
de manera intencionada o no. los consejos actuales sobre politices
que se dan a los países en desarrollo están impidiendo el progreso
económico de los países en desarrollo más pobres -al "retirar la
escalera", para decirlo de alguna forma- de manera que los países
en desarrollo no puedan seguir sus huellas. En una amplia gama de
cuestiones. que van desde las políticas comerciales y tecnológicas al
establecimiento de instituciones democráticas o el uso del trabajo
infantil. los países industrializados están obligando a los pases en
desarrollo a alcanzar unos determinados estándares y a adoptar
unas determinadas politices que son incapaces de satisfacer o que.
si lo hacen, impedirán su propio desarrollo.
Consideremos la cuestión del libre comercio. Chang dedica
un espacio considerable a deconstruir cl mito según el cual los paí-
ses actualmente desarrollados adoptaron politices de libre comer-
cio durante sus propias revoluciones industriales. No es una ironía
menor el hecho de que Estados Unidos (el país que actualmente
ensalza las virtudes de los regímenes de libre comercio con mayor
agresividad que cualquier otro) recurriera a una protección ara nee -
larra generalizada durante los momentos cruciales del desarrollo de
sus propias industrias emergentes. Pero Chang va más allá y
demuestra que. de hecho, ninguno de los pases actualmente indus-
trializados adoptó un régimen de libre comercio en el siglo XÍX. ni
siquiera Inglaterra (cuyo posterior viraje en la última mitad del

1?
ANUREW I¬-'IULD

siglo XIX hacia el libre comercio coincidió con el fin del iirlei-asgo
h r itálico mundial en la 1;n'odilrciOn de manu facturas). '1`[-¬nie de en
r1fU*1'1lIE± cpuc PH esa época se carecía de otros Í`.I1Sll.ll1llTl'E¦1lll:OS políticos
para pronlovcr la industria naciente. Gliangargnmcnia que "la pro -
tccciOn a rancelaria ara una herramienta politice mucho más
inf1poi-tante en cl siglo XIX que en nuestra época" (pis 55). Sin
crnbargo. mcdianlzc presiones hilar-*rales y las actuaciones de la
OrganizaciOn Mundial del Comercio (OMG), la pl'olecciürl amanee -
larra es una lierraïnienia que los p a s e s industflalisaclos niegan
rotuildanientf* a los actuales pases en desarrollo.
Cliang consic.lei'a asimismo de noancra global cl diseño insti--
tueional y la insistencia de las IFI en cl "buen gobierno". Fara sus
críticos, dillieilnlenI:e puede considerarse que las IFÍ s a n las insti-
tnciones más cual l'ieadas para dar lecciones a los pases en desa-
rrollo sobre la gestión del gobierno. Sus propios historiales dejan
inuclio que desear un cuanto a transparencia y loma de decisiones
fleinocrátiras. siendo un ejemplo dc esto las fainosas "Cartas de
intenciones" del FMI. cayos contenidos no se rlivnlgan al público
nero ohm iban a gobiernos elegidos dernocratieainentc a llevar a cabo
toda u na se rio de informas y a tomar medidas sin ningún tipo de
consalla.3 AdcInás. la i d a de la i1npo11"ancia del "buen gobierno"
siciriprc ha sido u t poco coja (¿quién habría de qua-or un "mal"
gob.icrno'?}. La palabra "bueno" es. en cualquier caso. una palabra
cargada dc connotaciones y tiendo a definirse en términos dc con--
di-~ lo que so considera "bueno". Esto os lo
Í'f'pCÍ(ìl1E5 HÉ*gE]UÚl'liUElS

qiic UCllllll(`, ciortalnonto. con respecto at diseño institucional. y

Ghana i:lorr1uos1'1'a do inancra convincente quo. para toda una gama


pie i11s'I:ìtu¢¬ionos (por ejemplo las du protección social, leyss de
pstoriios. bancos (=off:ralos. leyes de quiebra. regulación del moros--
do de valores y. especialmente. sistemas politices democríiticos) .
los nivolcs dc los pases iiicllzsirialisados dejaron mucho que desear
en al i'i'ai1sourso de su propio proceso dc desarrollo; nachas dc esas
lcyos of-an o liicn inexistentes o bien inoiïcaces. y la calidad de las
irisïituoioxios burocráticas solía ser bastante cuestionable.
'lábil como señala Chang, "muchas dc las instituciones que actual-
monto se consideran Ilüflüäílïiüä para cl desarrollo económico fus-
ron. Sn gran inccìida. si resultado. más que la causa. tlsl desarrollo

18
WTRDDucciÚN

ecmlúnlico en los países actualmente desarrollados" (pág. 4.5). En


cambio. actualmente la calidad dc las instituciones predominantes
en los pases en desarrollo suele ser mucho más alta que la que
habla cuando los pases industrializados tenían un nivel de desa-
rrollo comparable. Por lo tanto. ¿por que tanta insistencia ahora
sobre el "buen gobierno" ¿Acaso es porque se tiene la intención
de establecer unos estándares tan altos que los pases en desarrollo
fracasarán inevitablemente? Además. la innecesaria insistencia en
las actuales instituciones dc los pases pobres supone un despilfa-
rro dc los escasos recursos burocráticos dc tiempo y dinero que
podrían usarse para unos [ines mucho rnejores.3 De hecho. los
argumentos de Chang con respecto a los consejos politices inapro-
pìados y a las exigencias excesivas que se los hacen a las instiUiciones
de los pases en desarrollo podrian llevarse un poco más allá; podria
sostenerse que la mayor parte de los economistas ni siquiera aplican
los principios de la economía ortodoxa de manera coherente= se con-
centran en cuestiones específicas. como el comercio internacional o la
importancia de liberalizar los movimientos de capitales. e ignoran
otras cuestiones que se consideran. políticamente. más allá de los
límites. Considerese, por ejemplo, la aplicación incoherente de res-
tricciones a las migraciones. Siguiendo los principios de libre merca-
do. de la misma manera en que las IFI y los economistas ortodoxos
arguinentan apasionadamente al favor dc los libres movimientos de
capitales. se debería igualmente presionar con firmeza a favor del
desmantelamiento de todas restricciones sobre las migraciones.
Recurrira la igualación del factor precio apoyándose en el teorema
de Stolpher- Samuelson (es decir. afirmar que el comercio susti-
tuyo el libre movimiento del factor trabajo) resulta poco convin-
0¢n†g_4
¿Que implicaciones tiene todo esto para la manera en la que se
dan y se reciben consejos sobre políticas y estrategias de desarro-
llo? La ideología neoliberal (aun cuando se enmascare mediante el
riso de un lenguaje más progresista) impregna todo hasta tal punto
que las instituciones y los pases se ven cada vez más limitados en
su capacidad de actuar y. lo que es peor. en sus opciones políticas.
Foca decirlo de otra manera. nuestro pensamiento está enco1'seI¿1¬
do y. excepto dentro de unos límites muy estrechamente definidos,

19
ANDREW' MOLÍÍI

HO está permitido experimentar con políticas alternativas. Muchos


elementos que fueron filndamentales para el desarrollo dc los pai-
ses irrdusïríalizados. como la elalJoraoiúll de la política industrial o
el probsooionismo de las empresas nacionales. se han convertido.
el'ectivalrlente. en inaplicables.
Sin embargo. una cosa que los defensores de este nuevo con-
junto de políticas HO pueden esconder son los magros resultados
económicos que han resultado de ellas. En las dos décadas transcu-'
rridas desde que estas politices se aplicaron por primera vez. los
indices de crecimiento han disminuido considerablemente en
<*ompa1'aciOn von el Periodo anterior a las reformas. Éneluso el FM I
se ha visto obligado a reconocer que "el progreso en el aumento de
los ingresos reales y en el alivio de la pobreza ha sido decepcionan-
temente lento en muchos pases en desarrollo. y la brecha relativa
entre los países más ricos y los más pobres ha seguido aumentando.
En África, el nivel de ingresos reales per cápita es actualmerite más
bajo que hace treinta años" (FMI. 2000: 113). Esto resulta especial-
mente euríoso si se tiene en cuenta que esas politices se vendieron.
en un principio, precisamente con el argumento de que oont1'ihui~
rian a mejorar el desempeño económico. Contra este telón de
fondo. la evidente frustración en los pases en desarrollo con res-
pecto a las politices o1'I:odoxas resulta eompreiisiblo. Al mismo
tiempo, la justificación usada para explicar los pobres resultados
está empezando at desgas1:arsc= las políticas habrían l`uncionado -se
e11'g:xrI'1enl:a 2-i menudo- si hubieran sido aplicadas con más vigor y
los gobiernos df: los pases en desarrollo hubieran estado prepara-
dos para seguir cl caratino trazado. Este tipo de arg11ment0 es
(:urr¡e1'1te :1ctu.a11n1:nto con respecto Él All1'i(*11. En el periodo que
siguió a la independencia, la culpa de los inanes del con:inenI:e recaía
invariablemente (y en la mayor parte de los casos con razón) en las
poteneiais coloniales. En la era posterior al Consenso de Washington.
sin embargo, cl argumento se ha invertido. Una vez más. se sugiere.
toda la culpa os de Africa; dc sus gobiernos débiles. de su. deficiente
aipliüarión de las políticas. de su. corrupción. Foco ittlportzl que las
politices aplicadas f-stuvifian g<~ner:1lrr1enl.e diseñadas y construi-
das por Í;ìXlJ(:ì1'ÍOä E*XÍ'll¦:ll1jfillÚ$ y por donantes y que la viabiar ¡dad de su
puesta en p1*á(*tica no hubiere sido eornprobada.

20
INTRODUCCIÓN

Todo esto podría sonar peligrosamente similar a una teoría de


la conspiración del desarrollo económico. En el complejo mundo
en que vivimos. es cierto que muchas personas tienden a ver cons-
píraeiones cuando en realidad no existen; siempre que cierto tipo
de pautas o un determinado orden se hace evidente en nuestras
vidas cotidianas. caemos en la tentación de creer que debe haber
alguien moviendo los hilos. Paul Krugman observó una vez que él
estaba poco dispuesto a creer en teorías conspirativas porque.
habiendo conocido a algunos lideres mundiales. llegó a la conclu-
sión de que "se parecen mucho al resto de nosotros= la mayor parte
del tiempo no dan pie con bola". Sin embargo. en el mismo artícu-
lo Krugman reconoce que. de vez en cuando. "las conspiraciones sí
existen" (citado por Basu. 2oo3: 887). For su parte. el propio Chang
sostiene que uno no tiene por que creer en las teorias de conspira-
ción para entender como se ha producido la situación actual de
malos consejos y malas politices= puede que algunos de los que
hacen las recomendaciones estén realmente mal informados. Pero
aclara que la ignorancia "puede incluso que resulte aún más peli-
grosa que el acto interesado de retirar la escalera, ya que el fari-
seísmo puede ser mucho más obstinado que la defensa de los
propios inl;ereses"5,
En toda esta cuestión. lo más difícil de entender es qué ganan
los países Mdustrializados con impedir el desarrollo de los pases
pobres. Precisamente. en su reseña de la Obra de Chang, Paul
Streeten (2oo31 154.) ha argumentado que éste representa el punto
flaco del libro. ¿Acaso. pregunta Streeten. un mundo más próspero,
rico y desarrollado no ofrece mayores ventajas económicas. político
cas. sociales y culturales que un mundo desgraciado, pobre. plagado
de enfermedades, sin educación y subdesarrolìadoç Si existiera un
orden económico y social más progresista a nìveì internacional,
puede que Streeten estuviera *en lo cierto. Desgraciadamente. esto
110 es lo que ocurre en la actualidad. Resulta dificil evitar a la con-
clusión de que 0 bien a nuestros líderes politices les importan poco
los problemas del mundo en desarrollo o bien no están preparados
para aceptar los posibles costes poìiticos. en terminas de la pérdi-
da de apoyos de determinados sectores (por ejemplo de grupos de
presión agricolas). de que los países en desarrollo reciban un trato

21
ANDREW MDLD

más justo y mejores consejos sobre las ;¬›oìil:icas a emprender.


Además, la época en que los lideres políticos occidentales se s i t i e -
ron culpal.1les por el colonialismo (ir en consecuencia SIIFIVÍZHFÚII
sus políticas hacia el mundo en desarrollo) ya ha pasado hace
mucho tiempo. Iìueìga dceir que las memorias de les politices son
eonvenlenlïf-'meme cortas.
Así. pues. los lideres politices occidentales experimentan en
la actualidad pocas restricciones en cuanto a sus ar¦.i1:udes y poìiti-
cas hacia el mundo en desarrollo. En la medida e11 qae los precios
de las materias primas sigan siendo bajos y mientras la inestabili-
dad política en el Mundo en desarrollo no amenace los intereses
o<'cid<*11I:alr=s. el mundo en rlesarroììo. sencillaincntfz. no se tendrá
en cuenta en Tos cálculos politices. ¿Dc que otra manera puede uno
inlïerprctar. por ejemplo. la aparente arrogancia con la que Estados
Unidos ejerce unilateralrne te su poder dc veto efectivo sobre las
decisiones del FMÍ, o en la manera en que la UE exige la inclusión
de los derechos de propiedad intelecl:u:.1l en el marco de la OMG.
c'laral'ni*l¡te en del:rimen1.o de los países en desai-roì1o?" Desde
ex:'1usiva1ne11te el 1:)1llllÍ0 de vista dc la presión política, las cartas
están lï1¦11'lläclfls lo infra los países ('*ll r1esaI'1'o].lo. y cualqiiir-* l' ÍI1 tfznlo de
Po n o ' e11 práctica Pülìtiflålå autönomas fi rmeniio te rvbatiåü E11 los
loros in I:e1"r1:1cior1:1lfis. Si alguien pone flslïo en rinda 110 'tiene más que
fijarse: en el nerviosismo de los rcprose11tnnI.cs de Fslados Unidos y
de: la Unión Europea ante 1:1 fui-mación de grupo Gao dc pases flrl
ziìcsarrollo clurante la mi-:unión do Ca1'1('ú1'1 de la OMG en zoo?.
A otro nivirl, podrida al'gu1I1cnt;11'5c que En si1:i.iauió11 :u:I:u¿11 es.
aunque lairiiontziblr. 'lflialincntc (*omlJ1'c11sibi L*. La imposición
l1.±=*gF*n1Fi1'1ic*a de* las ìïìglilå co.rlvul'liuntt:s i1 los ÍHÍUTÚSÚS de los

Estados U riiiios no os más de-scarada que. por ojos-ripìo. la de los bi-á -


tánicus u n la India. cuando suprima ioron la in(1I.1sI:ri:.1iesiil india. o en
Lliimi. von las 1erras del opio Ífiairoch. 1993). De mi-:zinc:-el significa -
viva. Esiufifis Unidos no adoifló pleiiamciiitc i-*I lilJl'(: comercio hasta
que no estuvo C11 1.¦11¿t s.it11z1ciú1'1 lo s11I'icionte1'nc1'1te con fortziblc como
Píllïl Sflüüi' venlïzijas de $11 position ecoriúmiczi IJllÉ[lUINÍI1ElII1ÍÍfl tras la

Sfìgklfldäl Gl1P¡'II¦ì Mundial, vuzuido Pl'ÍIlUÍIJÉll('ä {'Ul11PÉI.idOll{¦S

habían sido 1ìI:crs1nu~1'1io closwuidos. No os una ¢*oi11oi:.lor1cia cl quo.


en una época [*I`l la que (.l dominio esliatiouriicloiiso del mundo os

11:.
INTRÚDUCCIÚN

c' asa ves más cuestionado (Todo. 2002). Estados Unidos mismo
esté elnpeaarado a mostrar una actitud ambivalente con respecto a
las ventajas del libre comercio. En diversas ocasiones, la
AdministraciOn Bush se ha quitado la máscara con respecto a las
cuestiones comerciales. por ejemplo cuando impuso restricciones
.
a las importaciones de acero y otorgó subsidios a los productores dc
algodón estadounidenses. Asi. pues. en los casos en que están en
juego los intereses de Estados Unidos, la Administración dc
Estados Unidos es decididamente menos entusiasta con respecto al
libre comercio. No es una coincidencia el que. para las elecciones
presidenciales dc 2oo11., ambos candidatos hayan sido notoriamen -
te cautelosos en sus declaraciones sobre la cuestión comercial.
Sin embargo. puede que exista una explicación más sencilla
para los dcsasti-osos e hipócritas consejos sobre politices y para las
obligaciones institucionales que se les imponen a los pases en
desarrollo. Y en este sentido se echa en falta una gran dosis de auto -
crítica por parte de los economistas profesionales. Tal como el eco -
tomista de Malaui Thandelc Micandawire (2oo.=1.¦ 2) ha señalado;

_- -
En esto. era de decon.st.rucciria de esquemas iateleetaa
les. ¿in de metodologías basadas en enfoques retó;-icos y socio-
Eógi-cos. he-os aprendido o. aceptar que las ideas que vencen
ea Au momento dado ao son. necesariamente "las mejores
sin-o simplemente las que ".tr"iu.n¿fan.".

De manera acertada. Mlcandawire deduce que. para explicar el


dominio de una idea económica concreta. debemos saber más
sobre como se forman y se diseminan las ideas entre los profcsio -
males de la economía y cómo estas ideas están vinculadas con las
estmcvuras políticas dc poder. En otra publicación. Chang (2oo3a) se
ocupa de esta misma cuestión y sostiene que. en gran medida, el
resurgimiento de la economía neoclásica ha estado asociado a los
inmensos recursos a disposición dc las IFI y de los gobiernos de los
países industrializados para propagar las ideasl' teorías económicas
ortodoxas. Los importantes recursos presupuestarios de que dis-
ponen les han dado una influencia especialmente poderosa en el
pensamiento económico. Chang sugiere también que en el mundo
academice existen presiones profesionales perversas. que obligan

23
ANDREW MDLD

al economista a que éste defienda ideas ortodoxos si quiere pospo-


rar en su carrera. Como ejemplo, Chang afirma que la reputación
de un "lmen" oconornisiza queda dete1'mi1'1arla en gran medida por
su número de publicaciones e r a s "principales" revistas, la mayo -
ría do las cuales proceden de los pases industrializados (especial-
monto de Fstarlos Unidos), y tienen una visión muy estrecha de la
coonoinia. Además. los salarios en el mundo acaclexnico son tan
bajos en la mayor parte de los países en desarrollo que el ofreci-
mienïo de una sola ronsultorìa en el Banco Mundial O en el FMI
puede resultar irresistible. En suma. las presiones a las que los
profesionales de la economia esta sometidos para oonllormarse
son lo que Albert Hirsliinan denominó elocuentemente "monoc-
oonomia" son enormes.
En este contexto. la rrìtica de Chang es en realidad más pro -
Funda que una sencilla discrepancia sobre polilieas= plan lea un roto
o la propia base mel.ocìológic=a de la economia moderna y sugiere
que. en lugar del enfoque neoclásico basado en métodos abstractos
y dednoi vos. sería más l`rnflílle1'o adoptar un en Toque más ooncre -
†o e inclnrtivo basado en la i*xl.I(-'rienoia histórica. Esto "busca pau-
ias llistú1'ic¿1s, roristruir teorizas para explicarles y aplicar estas
1:eo1'ías a problel'nals contemporáneos. teniendo en cuenta al mismo
tiempo los cambios en las circuiistairlcias tecnológicos. institucio-
nales y politices" (pág. 39) .
Usando esa metodología radicalmente opuesta al tipo de enfo-
que stloplxuio en la mayor parte de facultades de eco comía en la últi ¬
los década. ¿seria posible conseguir unos resultados mejores en lo
que respecI.a al desempeñe económico que con la metodología
actual?? Hace mucho tiempo se observó que 110 existe una co1'1'elal:iún
evif.ieni:e entre el éxito de una economiza nacional y la Llistiriciún ante -
lectuiil y el prestigio de sus economistas teóricos; países como
AieIriallia, Francia. Gorea o Ispóll. que p1'osper.s1'or1 en el período de
postg11e:'1¬:1. produjeron pocos genios 1'eeo11ocidos en las ciencias
coonóm ¡cas (I-Iobsbawm. 1980). Esas observación lleva s Is conclu-
siOn de que la I;eoría econOmice contemporáneo no es sólo GITÚ'I1E¦.1
sirio irreìevainte. Desde luego. tal como apunta Lawson 09972 3) ¦
Fi estado de so-¿eri pie lo. economía. oco.démic~a. contem-
PíJ'I`i'.Í-i1I8I.L no es bu.en.o. Desde ll-occ rmicfios años los profilcrnos

24.
INTRDDUCCIÚ-N

gnc se han m.nnlƒl-matado con regula:-¿dad plantean dudas


ccnsidcrnbåes acerca de la capacidad de muchas de sus
ramas para explicar, O tan sàquNern tratar. acontecimientos
del mundo rea! ofizcilitar' En evaluación de las políticas.

En otra de sus obras. Chang (2oo3b) ha cuestionado la utilidad


de los economistas para hacer frente a los problemas del subdesa-
rrollo. y sugirió que en sus intentos de crear una buena burocracia
económica y una buena gestión los pases en desarrollo deberían
hacer más hincapié en contratar a buenos profesionales en lugar de
buscar especialistas en economia. La experiencia de países como
Taiwán y Cerca del Sur, donde la representación dc funcionarios
con preparación técnica en carreras como la cie ingeniería es
mucho más frecuente que en los gobiernos occidentales. parecería
corroborar esta argumentación.
¿A que se debe el fracaso tan lamentable de los economistas
profesionales en relación a los países en desarrollo? Fuede que una
1'a:-LÚI11 sea la manera en que los economistas dedican tanto tiempo y

esfuerzos a materias de interés marginal para los auténticos pro-


blemas del desarrollo. Prictchett y Wooleoclc (aoo.i.= 192) están sin
duda ii lo cierto cuando comentan;
La mayoría esta de acuerdo en. que el debate sobre el
Con.sen.so de Washington se fe. conocer-nido en algo absoån-
tamente d.esproporelonado. En ocaswrws. el lo por ciento
de Ea tinta que se gasta tiene relevancia en un sopor ciento
para la ¿neNa a favor del desarrollo. Afifinyal cabo. apar-
te de la eaesulcín de quien esta en Lo cierto en lo que respec-
za a La política comercial. Eos deficit fiscales y otras
cuestiones similares. estas políticas no suman nada pare-
cido a ¡ l a agenda de desatollo (:onlpleW.... las p olrftllcas.
como la aper'f.u.ra eornereúaí. la probidad fiscal. ere., no
deben eoru'e{1Ir-se como Ii-T1 sustituto para una estrategia de
desarrollo coherente. Incluso el "Consenso de WashMgton
arnpirlodo que concede la Imporiâanella de algunos se:-vi -
cas clave (tales como educación) para la agenda. deja
fionalmente abierto el :interrogante acerca de como se pon-
dran en p:'dct.í.c(L.

25
ANDREW MÚLU

En es lie cemento. una de las debilidades más llamativas de la


u'1ode1'na teoriza eronúmiea es SIN casi obsesiva eorieerltraeiún eri los
pre:-ios, los ir1I:e1'('arrilJios y la es tal'›ili dad maeroeeonOmiea y la
('*ä('¦.ìSE1 HÍPHCÍÓH que presta a la euestiún de cómo Íl1EÉI'í.¦l11ElTl'Ell` las
capacidades preduelzivas. I..a denominada - e u irouía¬ "revoluciOn
del lado de la al"erl:a" de fines de la década de los ochenta. liderada
por los gobiernos de la señora Thateher y de Ronald Reagan. tuvo
una influencia más profunda en el pensamiento €(¦0IliÓ1II'lÍEÚ de lo
que suele pensarse= las ideas de Keynes sobre la importancia de evi-
tar fallos de eoerdinaeien y de mantener un nivel alto de demanda
ag1¬egada han desaparecido. a pesar de las pruebas abundantes de que
muelles pases en desarrollo están sufriendo precisamente las eonse-
eueneias de este tipo de problema. Y. aunque la idea ha reaparecido
tíinitlam emite en forma de los l11llo1'n'1es sobre Estrategias de
Redueeiciu de la lïlobreza (Pevertjf lleduetion. Stra-tegjf Pttpers) y de los
Mateos de Desarrollo Global (Coin¡prel1er1,sll.1›e Devsloprruwf. finrne-u=orlr.s) .
tanihieii ha desaparecido todo intento de dar una respuesta planill-
eaclay estisrtégìea a los retos que plantea el desarrollo .
Allerl:unadameute. las ortodoxias tienen la desagradable eos-
tun1I01'c de volverse contra $113 promotores. La anrizidura intelec-
tual del pensamiento neoclásien chirríe. F1 hecho de que un
cron-:irriisiil ortodoxo tan respetado come Sl:iglíts se l-¡aya pasado al
otro lado es un claro signo do que las cosas están es mliiando." El
giro sutil poro un:-l cado en lo posiciOn :le instituciones como el
Bzirieo Mtultli:-ll y el Fondo Monetario l l racional (que actual-
mente. por ejemplo. reconocen que puede haber razones a favor
do controlan* los movimientos de capitales) tzmlbiúil es ili1st ra'Iívo de lo
lejos que ha ido el deluatc en los últimos años. Puede que los eco-
nomislas del Clcsa1'roll-0 he E.erot.lc-xos hayan perdido muchas bata-
llos inteiectuolcs en el pasado. pero hic podrida ser que m:¿1l)m'm1
con:-indri la guerra. Tal. como revelan las tensiones en See.ltl.1e. Doha
y Gsmcún. el proyecto de gliihnlizscióri corre cl riesgo de dcshaeer¬
se a si inisino.
Asi. pues. ¿hacía dónde vamos? Fstá cloro que los consejos
sobre poiiticss que desprerlderi del análisis de Chang consisten
en que los países en deszn'rol.1o deben tener más independencia
pzirn elaborar sus propios políticas. La clal:›o1'in:ió1'l de reglas El nivel

26
INTRÚDUCCIÚN

internacional está dominada en la actualidad por el pensamiento


neoliberal. que aplica el mismo conjunto de reglas a prácticamente
todos los países sin tener en cuenta su nivel de desarrollo. En este
sentido. los países en desarrollo deben obtener una mayor autor -
mía en los foros internacionales como la OMC y liberarse de la
insoportable presión externa que los imponen los donantes y las
IFI. Y para que este se convierta en una realidad creíble, esas mis-
mas instituciones debcriaii experimentar un proceso de democra-
tieaeióri. El principio fundainenial debería ser que los diferentes
poises necesitan reglas diferentes según su nivel de desarrollo. Este
principio. desde luego, .ya se acepta en cierta medida. por ejemplo
en la regla de 'l"rai'o Especial y Diferenciado (Special and Diflereritifzl
Tã¬eeanen.t) de la OMG. Fero las excepciones que se conceden a los
pases más pobres consideran estrictamente periodos de Transi-
eiún y extiliguibles en na plazo de cinco a die:-s años. Chang sugiere
que a los poises en desarrollo debería eoncedérseles un espacio
politice mucho mayor para permitirles. por ejemplo, proteger sus
induslci-ias nacionales, promover las adquisiciones tecnológicas y
controlar flujos de capital. Sólo entonces podrán teneropofluniclad
de lograr un nivel aceptable de desarrollo económico y social
(Chang. citado en Madeley. 2 0 0 3 : 66-67).
¿Que posibilidades hay de que se produzca ese cambio en la
politice econOmice mundial? Pese a las 'fisuras en el pensamiento
ortodoxo. no capitulara FacilntenlÉ . Hizo falta que se produjera la
Gran Depresión para sacudir a la teoría económica y hacerla salir de
su complacencia y aplicar el cambio drástico en la gestión econò-
mica de la industrialización que representó la rcvoìuciúnkeynesia-
na. ¿Hace falta una calxastrofc similar en el mundo en desarrollo
_
para que los poiiiicos 8› los académicos sean conscientes de la
urgencia de la síttutciOn? A juzgar por la falta de progresos en la lucha
contra la pobreza 1: el subdesarrollo en ducadas recientes. puede
sostenerse que esa catástrofe ya está teniendo lugar. Con este telón
de fondo, uno de los objetivos de Chang consiste en restaurar el
equilibrio entre los debates actuales sobre el desarrollo. reestable-
cet' un sentido cie la proporción sobre que es lo importante para lle-
gar al desarrollo. cual sea el criterio con que se la considere. la
obra alcanza este objetivo de manera admirable.

2?
ANDREW MDLD

¿Y la relevancia que tiene esta Dbra para los lectores de lengua


espafioìa? En el caso de los lectores ìatìnoamericanos. apenas hare
falta. explicar esa relevziiioizn a excepción del África suhsaharìanal.
su continente ha sufrido como ningún otro las asperezas de la eco-
nomia globalizada y la severidad del discurso de la politice econó-
mica. No olvidemos que el Consenso de Washington se escribió
teniendo en m e t o . cspecíikzamente. a América Latina. Tal como
señala Falma (2oo3: I32):
En n¿r¡.gluL0. otro pm-Le del lindo el neolibercaåismo se
ezriendió con. tanta. rapidez. en una versión tan. lmidimensio-
noi 3' con seme_;'an.¿e u.m:.ƒì1r'rnidad y esaoriririr-izociOri. propias
de un '.'ƒïr¡. de ln', hrlstoria

Foro en el caso de España la relevancia Cs de una naturaleza


cliforontc. España ha logrado llevar a cabo una de las I:ransforrrla-
ciones más sorprciidentcs dc los últimas cuarenta años. sólo com-
pai-able. quizás. a la de un psis en desarrollo como la Corea nativa
dc Chang. La expe1'ic=ncia española pone de mauifiest.o las virtudes
del graiiualisnrio y de la autonomia. Sin embargo. en los últimos
of-ho años también España ha abrazado cl tipo de economia casera
dc la señora 'l`l'1a'E.cl'ie1'. con prcslipiwsfos equilibrados y poca con('ien-
oía sobre- sus consecuencias sociales (Navarro. zzooz), Esfrcreinos que
también en España esta obra contribuya a sacudir algunas concien-
cias y contribuya a reavivar una concepción más critica de la politi-
ca ccon(n11ic'a. en particular' en lo que reäpectii a las 1'i-:lacionss dc
Fspaña con al muntlo en desarrollo.

1\N1IlìE\U MU'l.U
Gl;ll1¡l..';E{irl Econdrrnirzfl. fin' las Naciones
IJn.¿das pmu A.ƒì'¿f'a. Aríffis Ahctm

Rì¡:I¡l!¡:Iì.ll-:NCl¿'*.$ I9IIšl..[O(,[{AI7IC.áS

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(aooäb) y Chang (¦zoo4.).
Ra
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l e -I¦'iI¦i¦l con los prim'illics¦ d:=nlocl'ålicos. FI j¢:I':¦ :ir: la secretaria del grupo dc los

29
ANDREW HOLD

I1:Ií:;<:s un (In:s:nI'I'olln en el FMI y en el Barco Mundi:11 :1.*¦*nI!1cl1cI6. en (2Slt1


scluimlu. que cl próximo tliflztzior del FM] Imwra ulegiclir zncciianlca un pro -
rcsn tra rI:;P¦IH*r1t{= y ¡J-ari inipalivn (fiagìIavzm. zc›o4.) Tal unrno era de pre . -
Var, sin <:lnhal.l'g¢›. i¦1 puliciúaì na sr l1Iv<› un cucnlii, t*n11II¡rI11åII(lo¦ic ;ll cx
IniI1I¦:tr'0 de Fiuaurnuls c::;p.'1ñu1 lludl'ig:: Hall: como ni rmcvn dircrlnn-
ge11:11I 1: .
'1 1É:1s¦ul*l_1r (2002) prüpnl'ci¢1rlzI lm (=j(¦111plfi iI1lcr-f.'s:\l1l1¦ en
\ 1 (::1I{' scrilido. duen--
Il'I(¦I1|¡\I![.|(l la cau'g:1 h1.n'ucr:ìIir-:l ('X('[1$I\"iI y flonlrzIpl'mlI1¢'¢¦r1ILa inlIHIv¦;l:l :el
[g0llm'I'¦1u ciiopc- pnl' Ius donnnlu.-sy las ÍFI,
4.. FI m'gum¢-llIn -vs l:¦il›f*t'i:IIrI1i:I11u débil pnrdus II¡ntivns= vr: l1Z'iI1U¦1' I1IgZII'. Izl unti-
v1:rgI.'I1¢¦i:| :'ntI"r palìsws sr ¡IN*l¢=l'aI'i:1 mucho rI1:ì!i 1ïN:1li¦L11t(= el liìuï: ll1nvil1tlic Mu
del l`:I:'im' l1':11›¡Ijn; 1¬l'I s<:g1It1I'I() l1Ig›1I'. (:1 Ivnfl-¦I1:l uh: $tnlpl1:'l'--S¦II1Iu{'ìsnl1 dclri -~
lira sigxlil'it':1liv¿11IIt'I1Il: la :I:'¡.;'1m11*l1i:1¢¦iúII Vn l`:wn1' d i iilJ1't¦ rmavimiclìin de
czznpilalus. que 101: urnnuIrliäizlfi 0I'I<ulI›xo¦¡ f:onsi¡I¦n'a:1 CHINO I:1 picdlïl ¦1I1giI1ZII¬
ii-L'l HI1ìÍl¦I¦l¡I iI1II:1¬I1:U:iUI1:Il l¦()I"[l1Il' ø.*¢›I1[11sr¢-
i¦'|v¬.*i¦r|h챬|1|v11Iv :1 la [1I'¢'g1I¦!IIaI (II:
"¿.lm' qIIé 1erIvI' Imfs le¢¬I':J rM el otl'o'*".
l11'p1I{'r¦[:› al r{'spc¦'to las 0Iuwrv:u'iI.n1u'¦¦ del p:ii1:úl¢l[±,'1:I Ulivm' Jalrnfs (199lì= xii)
¦;0I1I11 la I1a¡1Itr:1I<'zzI pum: fumzionåll fI¢=I czI!:iI:I¦ì$mfi II1{J(l4:I'Il:1. I..¡¡ 11ipóI¢*si†; Qm:
l1I'¦1II1IgII2! Isnmzs Cr; que en el :::1I>iI:Ilìsn1u ¦IvaI¦z;lrIn ìnay una l<'I1II:¦m:in iI1†IcI-(-I1-
ln Au ll:u~::l' diI1<-rcI :1 p;I1'1ir du.: la n1is{*I-in y la ¡11s:1lisili1{:cióII. rlcsdu 01 tI10 nH2I'Itfl un
que Ha* im:<~rIIi1.*:1 :I las pz-r±:ún:1a :| 1:ml¦;umìI' 11ivIlv'¦3 m:I1¢~ri:IIvs I1:Ir:I si1Iisll:ac1:¦'
Iav1-±=si¡'l:I1l(-5 y :1¦1-uluIu*í:1H. I=I'ciul:u; ¡t1'lifi1'i:1IIrI(:I1II-_ Sin 1-1I¦I›:I1'g¢›. nos i¡dvi(=I'I±-.
I la I1:u:t: 1`:1¦t:1 ['1`(¦i¦[` ('I'1=
.IlI'llI- f'or1s/›iI'n:.-¿du pura. fr.ru:¢'rnus I'h=.1¿§1'1II'fIId\'IS por pfl.r'Lc ¡faz Ilflfl 5flCl("'
ffml'. :iwrflu ir :iv Iu1:1.quI-r"r- vml sr›nlI1:'c›'r›s rlf* fmprr- y L:1r.jes II:-gi-¡ns y I1I'glIͦÍÍI'I'lͦÉ$
I'i:'gfI.1ru¦:1h= III:1L1¬I'i¢IEI's¡{:s. H:¦f"r'ií›E:' snllrz' al "cu.pílf¡IIsr11¦› :w:u!zü:I:1" I"fJ'IIIU se.
III.1'If'I'fl Il¡I{/ vnl¦:.n.r.¦I:i prnplü PS flnl:'flporfmI'.ƒì*rl.r"¡mu pxllixlfld ÍI fi3IZ¡1[I¿'l¡I. clac fi HI-
Í-IÍ"I1I¦ (na nrru: i i i . :lu'I1!.r y na ¡rue¡f.¦r "h.m.I:r"" mid'-ri). he In. ITLISIIHI. nmrlcrlt- qm:
I-(I-J'Í'l-'l! mi-u' sflzíiflua ¿escríhiïn los gruu-s wrnú "vgrrísirzs J"uro delmr' rCnrlnoc¡'¡'±:¡: qrw.
:huir: cl. Irwnín un. q-rw su. (!I*{›h:f:i.urII'¡d0. al frfliiil-t¡ií$Irlf› rwrI-rIzflzflo Su Ii:':;I'Irn/›I'rì¢:-
nr.u;-' lIu':1 un ±Lr11.l›¢:s I':¡¦Ir'f*.miJs Ú*:'1=Iu1¢Ifl J' rIIIvüIIIrffi fa mis«'l'iíI} ysrrrn Jt.tw.-¦Lr'r1s
s-'Ida s ¿N-Ií¦rirJIï!:s su: Qm: of tgflrl íf¦.fi1¢-:l¿r'¢1.

fe. En IIIIZIFFÍÍJIIIBS su ¡1¦'!;u¦1u:I1I¡1 luz. :lado Qm' los c:{1r!ll'iI¡LIy¢'rII{±a 1-¦;I:Irln11Itir1cm;I:¦;


:u¦1II'ag:1l1 ¡es pl'fisl;ItI1c:¦i dl* miles ¡Iv millnrlfls dc tlúlätflss :lui FM Í. vs de j1I¦;Iír.I:1
Qm' las ¦l[l1.(]'1'Í1'l¦I(.I{1$ rtfiI¡I(ImIIIi:l0nH1*±'; if-llg:1n PI :l¦'l'm:ì1u :Iv rlnvidix' qufì tln;'sliuo
du al 1.'liI11¦/'0 1' en que (-uIldi('i0m:s. P('ro eso es i¦1<':¦I'I'('1:lr¦: Llinwo p1"uviu-
:al un
ur. en lìltimu If1:'Ia1iI1u.:la los tI':1l1:I.izI±l¢›¦'cay Th: otros ('nI1l1'il)¦IycllIvs dr en; pali-
¬ìå'¦-1 { . n I1u¦s:1r^¡'0|ìn. IJ±I1'flLI¢' al FSF esas: sIcn1l›I'(: su Iv llcvlu:lv¢' lo p:Ig:l1l0 (Sligìifz,

2 0 0 1 : 226).
?. ¡el rI1vlìu¦$ un I;'sl1:1íi:1. { I I l:1:¦1s:IInic1I!(1 (:ü{›I1fìI11i1:[) se ha vucho r((s¦I±*II:I1I11:/IH:
orlmifixn. En Iii mnynr parla- flv las fait-II.II:1ci<*:; ¡il it¦I¢*I'rlis::i¡1li11iII'iHlm1 su w: vnn
malos n.lfi¦ì y :¬xislu tan l›m'u ¦;zll1lrI;Il1l<: :uírl1i1':n'iúrl pm' hi :¦:'nIml1Ii¦1¦Ing|0¦;¦IJ[¡--
1I:1. Hai-v 1111115 de:-z :1Ilìoa. un una {`lfllr'['I"III1¦li¦1 aulsrr' r<*i:u:if:lws Norlc-Sur en
M21l'II'i:1. fui ivsligf a tic Illo ('ll]IJ,'I'iI') dc' 0piI1i(›l1¢'¦-1 (mI1'<: ƒ\Ir::II-1.ï:1 Surf. el llI'(:miu
Nube-I du F¦'ormlrIiiI. y lm unlim'1¦l:z '[\I_¦(1]'IUII1i¦ïl¦II cspfIñul. ¡\nlc llivoI'¦ì:i$ ¡Iuula -
l¬¦u-iurws :Iv 51:11 un 1':wnl' du un zzrnlìiqnme más iImzHlirif-ìp!ir1:nI'i0 Th* I:I ¢:I:mII'›mi;I.
el 1:€-uI1.nI'I'Iisl:1 c~sp:11"MI insistió un Qm* las 1:¦:11.Irlin¦¡ iIHl2 Í'l'IiH('II')IÍI'IiII'iOEi m1nc:1
±'5l:1ri:Iu IH'l:s¦'!1¦vs en su 1`:1(:I1II;I:1. 5' qm- 105 0slluli:lr¦lufi (I¢*h1:ri:I1¦ Sul' ('flI15l¦i-CII -
tus :le que cst:1iJalrl :alii ¡J-:Ir:l csttldial' con 1'ìg<:r las "l`1ImI:u1Iul110s Iuìsium; Alf: la
c¡:0rlcl›l11i:\". CI1I:II1Il-N su lu insisliú un vs ponlo. älcmaplli que' los c:sl1Idìzll1Iea lv
<:(:onomi:! pmlí:1l1 esIudi:11¬ l'Ii~5I0I'izI. "¡u-l'u. ¢virl(:r1I1~Im"nI1*. sólo un su Iimzmpu
]ÍIH'I'.

:lo
FNTRGDUCCIÚN

8, En 0oI:IhIJI':u:iún con Sliglilz. (Zhang (2001) ha crlíiado Mln cnlcccíú-fl de articu-


los muy inuannsanlcaa que Iìlllüälrålll la evolución en el pcnsanìicnln dc Stigiilz.
Of-ns rconorníslzas del Banco Mundial también están dando señales cada vez
más rI¦II'ZIS¦ de r¢=11('1ìl:ìn ¿:0n1!I'i1la línea oficial. Milanovic {2o02: I), porcjcmplo.
sustWnc que "solo debido a urnas impurl:mu=s II1lcrpru1¡1cinn¢-s cr¦'ónl:¦¦$ de los
:monica:-iml1'Illna 1' Vic tes ¡Ns pm'líd2ll'íos du la glnbaliznaci '11 siguen ZI1'gLI-
I1'Il¦Ill¦Il' :L län.-or dv su munìficcncziaa sin límites"

31
I

CAPÍTULOì . I

INTRODUCCIÓN: COMO, DE VERDAD, SE HICIERÚN RICOS


LOS PAÍSES RICOS

1. 1 . IN'llíiODUGCIÓN

Fn la actualidad los países eii desenrollo sufren importantes presio-


nes por parte del mundo desarrollado y del esiablislititent de la políti-
ca internacional de desarrollo que éste controla para que adopten un
conjunto de "buenas politices" y "buenas instituciones" que impul-
sen si desarrollo cconórnico.¡ Según esta agenda. las "buenas políti-
cas" son. en l.ÉllI'fIÍllos pcneralcs. las pi-escritas por el llamado Consenso
deWnslt ilion. tas incluyen politices macroeconómicas restrictivas.
ìiberalizaición del comercio internacional y dc la inversión, privatiza-
ciones y desregtllacioncs.2 Las "buenas instituciones" son. básicamen-
te. las que se encimen lrtua en los pases deszll'rollaclos. especialmente en
los angloamericanos. Entro las instituciones eleve se incluyen la demo -
ci-acia. la "buena" burocracia. un poder juclioial inclepenclienlc. unos
derechos de pi-opieclacl bien protegidos (incluyendo los derechos de
propiedad intelectual) e instituciones de gestión gul1e1'namcn'lal y
fi naneii-'ra transp:=¦ren'les y orientaclats hacia el mercado (incluyendo
un banco central po1íl:¡caunentc independiente) .
Como veremos más adelante en esta obra. han tenido lugar aca-
lorsråos debates acerca de si es tas politices e instituciones recomen-
dadas son o no son apropiadas para los actuales pases en desarrollo.
CitIúosaiïioitte. muchos de los críticos que cuestionan la aplicabilidad

33
I-M-JCIÚN CWHNG

do si-5ias 1¬cc-oIrssndnrinries dan por cf-rto. 110 o11si:¿u1†r'. Qm* Estas


"busmls" politiftas e iilstiiïuciorics se usarorl en los pases desarrolla-
:Ios guarido éstos pslziìmiì en fase di-= Desarrollo.
Asi. por cjcznplo. se suco* aceptar que Inginicsrra se convirtió Sn
la p1'imL=1'a superpnI.enF:¡a influsïrìail mluidisl debido :-t su política de
ifl.issc=z-1ƒ'i:.i¡'r:. 1nio1'1i1'as que Francia quedo 1*szog:1da :i resultas de sus
pol.iI:iczls ínt.:*r¬\=<* ncionis±as. De mailerzi similar, está 1r11.1.y sxtslìtliiis Is
c1'c›'¿-ncia dc que el ahmldnnn Flan* Estados Unidos del libre comercio 11
favor del arancel Siraoot- I-ínwlry a comienzos rl e la Gran Depresión
(1930) Fue. en palabras d-sl iïunoso erononiisln do libro comercio
I3l'lzlgwaLi, "el arto. más visihlo y más iniprssional nt@ de locura arico -
m-sr{'i:11"3. Otra sj±'*tr11']lo más de la urcorisia ds que los países desairo -
lindos aioatls¿tron su c-=sl':11us r:('or1ó1¬:1ico El l:rzlvés dc tal aplicación de
"luierias" lìioliïiras o instituciones es al m:-mido zlrgumcnio de que,
sin patenlìss y otros lìswcìlos de propiedad iritviociiiol privados,
sstos pases no hahríam podido croar las Izsonoìogíils que los hicie-
ron 111¬úsp(=ros. El Csriiro jurídico Nscioriai para ci Libro C¦o1'nor-:io
ì±1¦er:1m(8I*ic:mo sostiene* que "pI historial Li los países i11dust1'ializa--
dos. qlw I'3lTì[.lEz¿ìTol'l como países su rlcsarrollo. df-mues¦.ra que la pro-
tvvF'ãún de' la p1'ülJi<*dald iras~clc-cuna] ha sido una de los inslrluncnlos
más pud@1'usos para el d¢~sa1~roIIo fzcullómìcu, el 011-'(*í1t1ieM:n de las
¢xpurl:a{'ioru.'s .y la diíìlsiún de nucvzls lccrtoìogíns. arte y 1=ult1.11'a"". Y
así suL':2s1v¿1rI1cnI'c.
11*111 ¿vs rca1rt1<:l11.c ce{*rI:o que las polìficas c i11s1ih.lcio11cs actual-
In(':11te re-*ftmnrmdadas :-1 103 parieses en [1052-lll1l011ID SOI! las n'1ís1'n¿1s que
arluptmem los IÍIHÍSGS L1(*±¬:iul1'oHa(1os cualndu ellos misrrlc-s cs'l:allan
dc1;:11'r01!ár1duse? Incluso at un nívcì sllpcri'ici:1L parece lwnher indìcifls
de hflvlluä histúrivns que' sllgielwzn que no fue eso 10 que ucurriú. Puede
qllíl' irl1g1.111{)5 de* 11o5uI:rus svparnos que. colt†1'a1'iaïr1c Htc": a lo que ucurriú
€-11 el saìgìu XVI ll 0
un el XIX. el Filado f1*:1m'és del siglo XIX fue bastar -
Tc* ennscrvadnl' y puro i1'1t¢;-rvclìcíonisln. Fucde que laaïlhién h asa nos
lerdo algo sublw-~ los ¿mitos araulcc-lcs en Fstados Unidos. al menos des--
pués de* Ea GlIE'lll'êl Giviì; Ú que hayamos oírlo el: :Jìggma parir: que c-1
Banca (ͦfl ntrnl de Flotados Unidos. la Iìcsclva Feclcral. no se Qreú Insta
1013. Puctle incluso que una u dos dc naso tres sepamus que Suiza se

comwirliiñ en uno de los Iìtíercs tuclìológicüs l'nundinlcs en el siglo XIX


sin CO1llÍ.É1l' G011uno of'.}' de* patentes.

34.
REÍlRJ\R LA ESCALERA

A la las de estos contraejemplos. que cuestionan la concepciónn


ortodoxa de la historia del capitzllïsino, resulta justo plantearse la
pregunt.a de si las países en desarrollo están. de alguna manera.
intentando ocultar los "secretos do su éxito". Este libro aúna varios
elementos de información histOria que contradicen la concepción
ortodoxa de la historia del capitalismo y nos proporcionan un cua-
dro global. aunque conciso. sobre las politices o instituciones que
los países desarrollados usaban cuando eran pases en desarrollo.
En otras palabras. lo que plantea esta obra ES: ¿cómo. de verdad. se
hicieron ricos los pases ricos?
La respuesta corta a esta pregunta Cs que los países desarrolla-
dos 110 llegaron a donde ahora están mediante las políticas y las in -
tiruciones que recomiendan actualmente a los pases en desarrollo.
En su mayor parte. pusieron en práctica políticas comerciales e
industriales "malas". tales como politices dc protecciOn a la indus-
tria naciente y subsidios a la exportación. prácticas que hoy en día
son desaprobadas. cuando 110 activamente rechazadas. por la OMG
(Organización Mundial del Comercio). Hasta que iio estuvieron
bastante desarrollados (es decir. hasta finales del siglo XIX o prin-
cipios del XX). los pases desarrollados contaron con muy pocas de
las instituciones consideradas esenciales para los pases en esa -
rollo actuales. incluyendo insti tueiones tan "básicas" como los
bancos centrales y las sociedades de responsabilidad limitada.
Si este es si. ¿acaso 110 están los pases desarrollados. bajo la
apariencia de recomendar "buenas" políticas e instituciones. difi-
cultando en realidad a los pases en desarrollo cl uso de las politi-
cas e instituciones que ellos mismos hablan usado para desarrollarse
económicamente en épocas anteriores? Ésta es la cuestiOna que
querernos tratar en esta obra.

1.2. ALGUNAS CUESTIONES ME'llODOLÓGICAS=


LAS LECCIONES DE LA I-IÍSTORIA

A1 economista alemán del siglo XIX Friedrich List (1?89-18'1.6) se le


conoce como el padre: de la mgiirricntzición sobre la industria nacien-
ts. a saber. la idea cie que. en presencia de países más desarrollados,

SS
HA-Juow CF-IAI*iG

los pases :.\¡:1'asaflos 110 liueden desarrollar nuevas industrias sin


COHH-¡F con la i1'1ïe¡¬.fenciòI1 estafixii. espeei¿Ilmenl:e emi protección
a11'ani*c1zl1'ia. Su obra maestra, Fi sismenum naei.fm,fl.L de in. F¦con.om.í›r1.
puilIEIf.'iL. fue publicada üriginarimneritc en 13"i.1. fi
List empieza su obra con una larga discusión lìisiórica. De
hecho, dedica las primeras 115 páginas (pie un te:«:I:0 de 435) a pasar
revista al su1'rle1¬cio y a las políticas ixulusiriaies dc los p1'incipa1€:s
países del mundo occidental hasta su época. En cl nslnidio se inclu-
yen las experieitriiis de Venecia (y otros estados itfilìzxnos), las ciu-
dades ha nas:-:áticas (lideradas por lIa1r1burgo y Lübeelc), los Poises
Bajos. Inglmena. Fspaña y Portugal. Francia. Aleniimizl .y Estados
Uniilus.
Mucho dc In que i-xpliea se iìpnllt' casi por emiipleni ii lo que la
ln:.iyfi1'i:1 de `fl.(lsoÍ:l'Úä sabemos (u creemos que sabemos) sobre las
híslxn-isis f'=r'n11ún'iicas de esos pauses." Resuìian espeei:1ImenI:e lla-
malivos p¦1r¦1 el Iectm' em1†empm'ánco los zinálisis que hace [.sI. de
InglalxeI-I':.1 y Estzides Llnidos. los sup11('s'[os centros de la poIíl:ic:.1
vcoflúiïiica liberal.
List sostiene que I ngIal:e1'1':1 fue en rcalíclatì el 111'imer psis en
pt-I'1lpc(*in11;u' el m'1<-' de I a prmnociún de la indusliria Itsaciflnte. que
±;egú1'1 su P11I'1†0 d(* vista Cs {-1 principio $uhyar:eni'fl al ca1m.ì11u hacia
' L plusp{-1'iclzIL1 de* la rriayor p:xr¦'c de los pasen y llegan a decir que
" [.q11wl1qllicrz1 que 110 esté r:onvr;*ncidu de la validez ¡M a1'gm1'1c1'11:o
FiI-* 1:1 industria 1'1z1L'icntc l debería estudiar primero la historia de 1:1

ind1.lsI.rí:l inglesas. M¢=1'pcv la pen:-t c'i1'¿1I' un amplio cxlzrzlclu du* su


re{:sIllrlt'^ll suììw la vía hritáni:'¦1 haci:-1 el öxifo inclu:-;l.1'i:-II:

Ha.f1¿¢=r1.dr1 C1.11-cr.rLz4:nf.f-fi infarto gm.do de cI'-est:-:':'0t-¿fr por


rl'i.('d¿f1 del libro ="utn.et'cí-ri. las grnrndïus n':.un.(u'-r¡lu.1íf.:-s H›1'¿l'¢¿rI-I-
r'f[.:i}' se ¢.!Iͱ*=.¡'c1rl. {.':¿e¡I.1a. de que et- grado rrufñs alto dc: c|2.ui.l.izn.-
r'¿rí:'I.. poder y r¿qu1'z(I. sólo ¡r:.:.ed¢* al-cr1.r¡.ztI.I'¦H* rrI.f'd¿rr,1I.u? r.:.n.a.
r'nmfM'l.r1,r.'I¢ín. de n:-(:.r1-¡:.ƒìr.¢*L¿u'fl--s y ¡'u:'n=Fer'cio un f1g:'iru.I$l.c.¡'r1..
Sr: dieron- 0¡u'n.í-a. dc' que sus Ir›cak's, rer'1lenLe:rl.f=ntc1 esf.c:.I›¿f:-
f'i.r.íus. no tc1:uÍr.1.I:- rr.::ngn.n.fl. posllb¿1!ídn.rfl dr' firtzfiw cn- sNlmclicírl.
de' ¿Hans cm l'l,pc:non-cM rfm- las I›i.<=jrr.s y fnsr2n.ILfl.drns ¡r't.d1.n$I.r'¿(:.s de
I-us zz:¦:tru.HJì*rus I ¡Ens i¿fLLí¢nI.r›s, los Im-nserH.¿rr›s, ¿es lm=IÉgr¿s ¿v las
h.±11c¦.t¡.rlr*sc's.I... De f1.h.í que rlruen¿n.ra-n. m.cchl.ru1.!Lr: na sis!-¦2m.fl.
dr: r(*s1."1Ífi-äo¡1.es. p:"rvlle¿;1ius.gf' apoyos. ¿r"-rI.splu-fI.f-fx-I' G. Su. pro¡J±o

*ìó
RETIRAR LA ESCALERA

ne¡'ru,rïo El ráqueztr.. Los ¿af.erlLos.çfel espí:7Ít1¿ enlpr'cs±1r¿al de ¿os


efmra-n_,I'erfls. H

Esta casi-ce tcrización del desarrollo industrial 1J1'itániI'.¬:cI se


opone. en lo Ihndemcntal, a la concepción prevaleciente que des-
cribe a Inglaterra como una valiente economía de libre comercio y
libre mercado que lucha central los países clirigistes del continen-
tc y que finalmente demuestra la superioridad de sus políticas con
un éxito industrial sin procedentes en la historia humana.
A continuación. List argumenta que cl libre comercio Cs bene -
filoso entre pases con niveles similares de desarrollo industrial
(razón por la cual abogaba firmemente por una unión aduanera
entre los Estados germánicos= Zollifiercin), pero 110 entre países con
diferentes niveles de desarrollo. Como muchos de sus contempo-
ráneos de pases que estaban intentando alcanzar a Inglaterra, sos-
tiene que el libre comercio bfi-uell¡cia1 el lrigletcrra pero no al las
economías menos desarrolladas. Reconoce. por supuesto, que el libre
comercio beneficia e los exportadores agrícolas de esas economías.
pero ello en ¢lcl:rimcnl.o de sus febricaintes nacionales y. por lo tanto.
en cletrim e t o de le prosperida1:l económica nacional a largo plazo.
Para él. por ande. los políticos y los cconmnistas británicos de su
época que pr<:c1i('i1ba11'1 las virtudes del libre comercio lo hacia por
razones 1'¿a{:io1'1a1ìs1:as. por más que estas razones se expusieron en
cl 1o.t'1g11ajc general isla de 10 que Lisl: llama "doctïirla cüämopoliln".
In-iercre la pena citar un largo extracto de este apartado;
Un ruïiiri n muy frmmïn. e InJ;eI¿gen.¿c que practica,quien ha.
F.nlcFr.n.zaf1Ío la, cI:-rnbrc de la.gratmrlïtfzflf es re ti la 1' la escalerapar
Lu, que en. N13pa.F1¦o lmmrfl- Unpeoìir H- unos trepar i'.ra.s él. En. ella
resido el secreto de In: ft¦ocn'¿t1.fL cosm.opoE¿¿a. de Adam. Sm.ifl1. j*
de ¿es lten.cicn¢'I:a.s cosmopolitas de su gran. ÚOÍI-ÉfllTIPÚ¡'[ÍI'1(¦O
Fl7í.H¡ifl.tn. Pina. si? como de todos sus su.ccsorcs en. El adlnlïnis -
1.m.rr:c5t1. ¿1¿be1'rLa.rnetuflÍ- brrllolrulca.
TOda. na-¿rin que :n.Fedrlan.Lc obügacxlorws .ir resflr'llcc::orLcs
p1'o::ccclïor1.is!.F1s sobre la n.a.¡›egn.ci<ín. lznyrx. HegcMo :L lm. grado
de dese:-:'l'oI¿o los. en su. capacidad indu.s¿r¿rsl J*v en. la n.a.I1cgc1.-
c::.¢ir¡. que n.l:ng1r.rw. otra rumcirín. pueda mn.n.rlener urI-a. libre
ÚÍiÍlLP['.Í-CILCÍEL cum. ella, no puede ha-ver nada. más sabio que

3?
u/.-.louw cnnns

retiren' esa escalera de sus grarI.riez¿1, predica.r ir. ¿as de:-:Ms


:r.f.wr:nr†.::s Ens ber:.eƒ¿(.'üJs del libre r:¢m'wr'r:ifJ .y d,-::r:l¢1rrn' fe. tflrnüä
pr=r¡.fl.r::r.nes que hasta; ernfionx-es alía. h.rdn?t.I. fesmFlf› c.!¢?¢1-:±'I.I›u.l!c:.r1. -
rin por ¿ns sendas del error. .'iuyr que ¢Ih.0rfl,. por prlLn'wr*c:. vez. ha.
In¿;¬r(:.¿i0 fit-'si-u-brr.r'I¢a w'/'f.'¿r:.¢i. [El énfasis n-1iu.l

En lo que rcspecizl ¿I Iïstadus Unirlos. List: SE ñaln que {-1 vais


lìabíal sido pI'{Evi€1rr1GI1'ïc 111:11ir1tc1'p1'cl'aclr› por las gl*¿m¦:1cs teúl'icos
H'n1'1úxr1í<'ns Adran Smith y .lean BelptisM San. quienes lo I'1¿1bia1'1
:*0t1sir1c±':1[ln "¢*omo Polo I'Iia-I". es ch-c'ir. ¢'1esI'ir1¿1{l(› el lmselmu un la
III El'e<:'i iva1rlen¦¢.'. en su olla La r'¿qr.±<=:z'cL de las Ncnc:¿rJr1.¿:s.
:\g1'ic~I.1II1I1':1.

Adam Smìih n<.IvirI:iú ser-izarnc1'II.c :I los esi'acl(n.11'!id!-=11$¦(':$ coniza


('u:.1lq1.IieI' II1lf*n1:o de promociúlt dr: la i.t1LlusE1'ía 11¿\:'i¢*1'1l:{-'¦
Si los (*sta-don1-r'r.rÍdc'rLs¢es. 11-11› scfL.por' cot1.¿11.I›er':'l.::o O :rwcf-¿ri-ri,
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Ne {*u.fl.lqI:.ie:¬ otro tipa de ;.=IÍolf=r1rrlr1.. j}'e:r.fl.r1. la rlr'l'r.p¢1r'¿u-cIrí:'l, de
las nI-¢r.r'l,1:¿ƒlLcl.'Lnr'c¦.s r*!:.:'0pr›r.r.s .11 r¿F:.m¿n (f.s:Z ir. t¡I.fJrt.F›pr›Ho un
:I-qr:fHfJs c'u¡11¶1fl.I.1'IÍfJLr¡.:; s:.:1yns que fJ1:.d¿cr'I:-Ir. ,,¡ìnb¡'r1r'u.1' f1IÍf=r1es
s{'¡'r'1-(jfl.I'n±'c:s, drlflgerr. rmrx. parte cn±l.s¿def'rl.ble de su r'r:.pHrr.¿
Itm':1¦'1 PSi-' fin., (srl. Ii¿gfl.1' de ((-c¢*Ir*Iw'I¢.t I'eU1.I'cIr.¡.¡'¡ÍF1,n. sí r1.Iurr.f*rI-I-0
ulÍ¿er'¿nr r¿r*l I›f1.lor dx' su.¡›rlJci¡¿cw u.r'w.aE.-y' ohs¿I'u.1'-J'rfr:.:t..
ero. ¿l:¶;'::.r'
de ¡J:'uir1.rwF'1', ml p:'r1¿¦'r'f'sr› de' su pr1.IÍs Ímcícr. una. r1I:.lE'{í:I.I.¿r'r¿
r¡:q::.ezfI- 1-' g'f'r1-t1.d¢'zrr.. ì I

Dos g:'l'1c1'¿1cio.t1es lnzìs lal'd(=. clislmlo List cst:.1b:1 vsc1-il›Ee11du


su nhra. 1!1ur:ì'10s enrnpeos $<:g1.lí:1l'1 ('orr11Jzt1'I:i{*11dn <*I ¡Jun lo de vista
(IF: Smith. A.ih1'I11n;t=:I¿m1en le para ellos, susliicne I..iHI:. los cslndourli -
dfinsvs .1'e:cì1a1z:11'(]11 von I`irlr¦eza1 el :mlráìisis dv Smith {"Il'l 1`avm' d{'l
" sc-~1'1I'¡{:lo r'mnúll" y "d{-1 inslíllto dv le {.11I0 era .I1f-t'c-=saI*¡(I pzlrzl la
r1¿1ciú1'1". p1'¢)[¬c'*die1'1<11.1 :1 p¡'oIc~gc1' sus i1::i1Is'l.ri:1s naminnics con ¿.¶rat'1

éxi't<) El ps-11'l'i1' [](-\ 1016.11


La o1›5s*1'w1ri<ìI'! de l..is¡ fue s0}Jrn1la1'ncn1:c j11st¡fí<*atl:l posic-
rim'11r1<~*1'1l'1=-. Ulla-lllIdl') Eslados llnìdos pasó 2: ser el mis :.11*r1irme przïü -
Í`lÍ'å1I1ÍÍ:' --y el (1-'nf un ìI11fil<=c~lu:1l- dci p1'c›tfi1c::i(›1'aisnrm dunlnlc el
sigilo sìg¦.1ìer11.{= :1 1:1 rcdacciörn de csf›s pasajes. pero tnn1hi<*11 se con -
vírliú en f-I líder rnunflial indu¦sI;ria11 lwcial 1'ina1es de e-se pcrìodu
(véase la sfltciún 2.2.2. d¦*1 velpítulu 2). 'l`;1171bién (le 1n:JsI.I':1I'n11 que
Lisa tenía alzó n los sig11ie-rlI.es z1('01ttf:cirniel1tos ì'1islÚri{'f›s un 1'ela(*iú11

'38
RETIRAR 1__,q ESCALERA

a su comenI.ario de "retirar la escalera". Cuando su supremacía


industrial 1'fl5l.l1'[(') absolutamente clara l:llEls la Sügllfldãì Guerra
Mundial. Estados Unidos no era tliiercnte de la Inglaterra decimo-
nñnica en su estrategia de ¡iirornoci-:in al libre comercio, pese al
hecho de que adcpiirió esa supremacía mediante el uso nacionalis-
ta de un fuerte proteccionismo.
Éstos son hechos históricos importantes que explicaremos
con mayor detalle en el próximo capítulo. Por el momentos sin
embargo. quisiera atraer la atención del lector a la metodologia de
Lisa. es decir. a su enfoque histOrio de la economia.
Este enfoque. si se aplica apropiadamente. no se limita a la
recolección y <*al:alogaeión de hechos históricos con la esperanza de
que de ellos surgirá naturalmente una pauta. Lo que hace. más bien.
es buscar pautas históricas permanentes. construir teorías para
explicarlas y aplicar estas teorias a problemas contemporáneos.
teniendo en cuenta al mismo tiempo los cambios en las circunstan-
cias tecnolOgicas, insïitucionalesy políticas.
Este enfoque, que Cs concreto e imluctivo. contrasta visible-
meme cc-11 el enfoque neoclásico actualmente dominante. el cual
está basado en métodos abstractos y deductivos. De hecho. este tipo
de nietotloiogìa hoc la baza principal dc la Escuela Histórica
Alemana. que fue la principal escuela en economía en muchos paì-
europeos continentales antes dc la Segunda Guerra Mundial y
que está presente en obras escritas en inglés por autores como
Polanyí o Shonfieldìä. La escuela incluía, entre sus principales
Inìc n1h1'os. a autores como Willielill Roseher. Bruno Hildebrando .
Kar] Knics. Adolph Wagner (el de la famosa Ley de Wagner)".
Gustav Sellntoller. Werner Soinlaart y (tliscuiilalemente) Max
Wblier. Weber. ac'l:ual1'ncn1:e conocido. de forma errónea. sólo como
sociólogo. fue de hecho profesor de Economia en las universidades
de Freiliu re y Heid elberg.1s
En la aetuaìidad rara vea se reconoce que la influencia de la
Escuela HistOrica Alemana a111:es de la Segunda Guerra Mundial
| -ascendió ampliamente a Europa continental. Sin embargo. la

escocia causo una I'uerl:e impresión en uno de los padres fundadores


de* la economia neoclásica, Alfred Marshall. quien señaló que su obra
"ha conseguido mas que casi ninguna otra cosa ampliar nuestras

39
1-la--oorl CHANG

ir.l(-zas. anunenfar nuestro uonocimierrto sobre nosotros mismos y


ayutlarnos la en tender el plan CF:rm¬al. por asa decirlo, del gobierno
divino del 111u1'1do""'.
A finales del siglo Xlxy principios del XX, i¡npo1't:1rltes c e n o -
Inístus eslacloullidenses estuvieron directa IE* indi1'ectamenI.e
i1¬±i'Iuencìa:.'lo=: por esta cseucl;t.l7 Aunque más tarde Sf' ¿1pzu'†a1'¡¡ ¡le
su i1'1ilueI1ci:1. el sarillo p:11'r011 dc la economía ncoclñsiczl estndolmi-
denso John Bates Clark. en cuyo I10]11})lll:ì se otorga el premio más
prrsl.igíoso ('o1'i('(*(lidc] a los jóvenes economistas estadeu nidensos.
fue a Alemania en 1373 y estudio con Roscher y Knies. la Iìiclmrd Ely.
uno de los prillcipalc--s economistas estadounitlenses de la época.
tam'1l)ien estudio con Kníes. y pos1.eriormenl:e ìnflu.¬yú C o la escuela
ìnsiiì11cì(›nalisla cslisflotltlidcnst' a través de su liliscipulo 1ll11'1
(Ä.01'm1'1(›11s.WFly i't¡(= uno de los padres l`u1'1(li1(lo1'os de lo Asociëtcìón
Fco11óI'rIic:1 Axriericanu (A.1m±1'ìca11 EcoIwmio Associaïion. ARA) .
Hasta el ( l a de hoy. la principal (*oni'erenoiel público de lo reunión
anual de la alsoci;1ciún se ímpzn'I.e en sol noml}rt*. ällflqllü son poros
los zlelualc-s mieml›1-os de la ASA que saben quién era.
Tras la Segunda Guerra Montliztl. cnomlo el Alf-s:m'ollo de los
países laust--(:{)ln.1ti:11{=:±; pasó 11 ser un I.{: una crucial. ci enfoque-* Iusió-
rÍ('0 fue* dr.-s¿11'rc›11iu.ì0 con gran éxito por 1mlchos de las pad1'e:-1 fu n-
clmiores dc": In "'E*Í."'0l1[llTlÍ2l d i ¢ìvs¿11'rol1o".8" Personas cunar Arlhm'
Í..:*1-vis. Walt Hüslïow y Simón Kuznets leo I'rm1l¿u'on SII I<*ori1t de hes
" llapas" Dei d±=sn1*rolln <:cf.:-nómirü sobre la base Alf: su mnpl lo ('0II1[] -
:*miento da* la l1isto1-1:1 de la indusi1'i:t1izzu'ión en los países clrrsa-
±'1'0lìi¦d0s.2I 'I`;unbir'-n resultó inl11.1ym11'fi* la tesis del "(.lesa1'1°o1lfl
¡:I1'(.lí0" (M l'1¡:-.=1'(:1'iaLliL'›r ec01'1ú1uic(› fistzulu11nir:Éense rlacidü en Rusi:=1
.^..lcx:1nclcr Uv1¬srh<:nl<ron, quien. !›aszìm'lusc en las vxl.1c1'íf:1t(*ías
¦"I1.ìl()PCE1S de" i11Flus¦I'i:1liz:.1ci(iI'1. 50$'IÍ1l\-"ll Qm: el c1'<:r-i(*11I:c dcsnrmllu
alL; la wc1'1ulogi:.1 l1:1ría 11ccc:s;u~io que los países que se c lnl1zt1'c:1ba1n
en la insihlsfrializalciórx (le-splfi-garan velficnìos imatitucionaìes más
pfiwclwosos para movilizar 1:! I`in:mr,iz1cEöI1 i11d1IstI~¡aì. La 0111-aI elEz
U<=1'sclu1-nlc1'<.›r1 1.11-u1:m raciona un iI11pu1'I::m1.c telón de fm'ul() al la obra
pionera dc l"lìt's:'h1'nan sobre economiat del desarrollo. F1 clásíro
rmmual dc K'i1'trElp11(:1'gt*1* sobre ücmìntníza del d{¦sa1'l'0lln hace una
e:¿te1'1sa 1¬fi-Fr-;re.m=ia su las t'xpc-*I'icl1{:i¿1s 11ieaI'óricals de los países en
desarrollo. Ta rnhién con 'ill1.l1II'1fi.I"OSi1S 1'<-*iervrlciëus ìì Gr-rscì'1c1'1lu'on,u

4.0
RETIRAR LA ESCALERA

En los años sesenta. con el auge. de la economía de desarrollo.


se publicaron, incluso. algunas colecciones de ensayos con cl pro -
pasito explicito de derivar lecciones para los pases actualmente en
desarrollo de las experiencias histOrias de los países desarrolla-
dos." Ya en 2969, Gustav Harás. un importante economista de
desarrollo neoelasico (aunque de una cosecha más antigua y más
amable). escribió un artículo titulado "El desarrolle económico en
perspectiva histórica" para la /lruerícon Econ.om.i.c Reviere. publica-
ciOn clave de la escuela d{1H'lÍIllElll1ÍÂl8.2¿4
Desafortunadamente. durante las últimas dos décadas. la eco-
nomía del desarrollo y la historia económica -dos subcsmpos de la
economía para los cuales el enfoque histórico es muy relevante-
han estado dominados por la economía neoclásica de la escuela
dominante. que rechaza categóricamente este tipo de razonamien-
lo inductivo. EI desafortunado resultado de ello fue que la actual
discusión sobre políticas de desarrollo económico resulta sorpresa -
dememente ahistOrica.
La I¡l.e1°atura del desarrollo está, Ciertamente. llena de propo-
siciones basadas en la teoria (por ejemplo. que el libre comercio
beneficia a todos los países) y puede. por lo tanto. basarse amplia-
mente eri experiencias contemporáneas (por ejemplo. la literatura
sobre el "Estado desarrollista" dc Asia Oriental). Sin embargo. $011

muy poco frecuentes en la actualidad las argumentaciones basadas


en las experiencias histOrias de los pases actualmente desarrolla-
dos (en adelante PAD)- Hay. ciertamente. algunas referencias his-
lúricas dispersas. y que además suelen referirse únicamente a
Inglaterra y Estados Unidos. Las supuestas historias de libre
comercios libro mercado de estos países se señalan como ejemplos
para los países en desarrollo. Sin embargo. las explicaciones sobre
los casos británico y estadounidense son extremadamente selecti-
vas y. por ende. engañosas. tal como se verá con mayor claridad más
adelante en esta obra.
El caso es que. desal'orf.u nadamente y con unas pocas excep-
ciones notorias. sonpocos los estudios serios realizados durante las
décadas pasadas que aplican el enibque histórico para el estudio
del desarrollo económico.25 Ésta es la razón por la cual uno de los
propósitos dc este libro sea el de reafirmar la utilidad de enlloque

4.1
¡M-JOON cHANGa

hìsl.úriu:'o mediante su apl ¡cación a la r1'í1'i('.El de los aeïuales distur-


$03 p(:puE¿1.rcs sobre "ì.nleIlas politices" y "buen gnì.'›ie1'1'1u". Esta
8ll¡rm:1(-iúlit. sin em'bau'go. puede dar al lerrtol' la impresión equivo-
cada c f : que el principal propósito le la-¡Iza obra es [J robar la validez
de un <-.~nlloqn{-* cot1c1'eI.¦J. usando el caso dc la ap! ic¿1(*iú1'1 de una poli--
Lif-11 ('flI'IIIÚ un:-lïcrizl prima. Ese no es el principal objetivo; 10 es la
discusión de un preì›Ien1:.1:'ontern;›o ráneu con ayurla de la hisiori:1.
A.rguln¢:I'Itzlré atlernaìs que. dailuä Ens rlelaales zu:I.uz¡Ic$ sobre las
"hue=na1s" pulítir-as e i.r1s1'iI1I('ion<-'5. este enfoque partir.'11I:u'rnente
rt*leva11I::* en este mnlnentu.
El libro se centra en ci sigla Xïxj' prinrìpios del XX. aproni--
1m.1da1nc:r1I:(: cntrft el fin dv las Cae:-ras N¿11Joleúl1i('a1$ (1315) y el
<~n1ni1-:neu de la Prìxnera Cuerva Mundial (1914). el pcrío-[10 en el que la
m:1yer par te de lee países :uctuaìmente desa1'rulì::rlos estaban
pasando pm' sus 1*(:volI.1r=im1es in¢hlsh¬¡nlc-*s. En êllgll flllìs casos. sin
embargo, znnpliaremos l`lI.H.'SI¦I'(} 1-ìl1¿liI-[1-0 lemporaì. l 1'1gIal.erra. pm*
ejemplo, I]'1er¦:('e n1.1e$1:1'u atelïciön desde el siglo XIV en adelante.
Llzula su cnnclición de pionera en muelws ámbitos le la política evo-
r1úmieaa y de 1:1 política de dese:-rnlìo inclusI;:'ia1. La Frus la del siglo
XVIII Cs otro caso ospociaì que breve maestra :1l.em*iOn en lu que
rcspeviu al sus rftformas fnfgaltizotivas y al desarrollo de nuevos
me-liofìos dc promociOna industrial guiados por el Estando. Otras
cf*opcioru±s que sm'¿ìr1 discutidos aquí son las expori@nc:¡as posta -
rieres ¡1 la Sogumda Guerra M uno ¡al de poises como jnpúrny Frarlcíu,
que {`Ol1!-ìÍg'llÍGllO 11 g{'l"l{"ll¦11' UH 1m presionmlto ¦Il'flc HU10 n o economl-
ue) sobre la base de la 1'adãcaI I:r:msllo1'11t1aciöl'l institucional que su
produjo tras la gucwra.
Se ha hecho un esfuerzo para cubrir la mayor pez-tu dc países
posibles. .Aullquc= este inl1=111.0 de t1'al:ar un amplio rsp-::clro de'
f*j<=n1pì~os I'sIII1o1-sa m.lssI.ro$ pr.11'1cípa1les hallazgos. I.:11nbién irrita
n¢*vesa1¬iamsnto a las criticas de los especialistas en la hislorìa eco-
¦!{'1n1¡c':1 1:10 esos países. Fs de sspolsu' 3' 10 awptmnos dc muy buen
grado. Porque-: no sólo csp±=rau1os i1'1corlI:iv:u' ¦1 los f'('o1'1u1'r1ìstas del
desarrollo el 1-em-onsimilerar la base his1'ó1'ica1 de sus teorías. sino que
tau'lbiéll qutarríamos que los hÍ$ÍÚ1'ÍélLlüllc$ de 1:1 t*1*m1olnía se vol -
vieran cor1scien1~¢-=s de las implicaciones teóricas de sus obras.
Si ésta logra dar pio :1 un clobalxx sohrz-: los aspectos generales y las

-:
¦
REHRAR LA E5C›D.LEFì'f\

partir-ularidadcs discutidas en las páginas que siguen. entonces


habrá aieaneado su principal objetivo.
'iìirnhiCn se ha hecho un esfuerzo especial para incorporar al
libro ejernploä dc fuera dc los países más "importantes". y por lo
tanto mejor conocidos (es deci r. cl Reino Unido. Estados Unidos.
Alemania. Francia. lapón). por lo que pueden sacarse conclusiones
más generales. Sin embargo. la lo=*eertura de otros pases es nece-
sariainente más restringida debido El la importante carencia de
estudios en lengua inglesa sobre esos temas. He intentado en parte
superar este problema con ayuda de asistentes de investigación que
hablan otras lenguas. pero las limitaciones de semejantes métodos
son evidentes. Hesque señalar. además. que sigue siendo muy
valioso examinar las experiencias de los países supuestamente
inejor Cflllüfìdüä. en especial porque existen muchos mitos y con-
cc-*neiones erróneas sobre $115 hislxorias.
La distinción entre políticas c instituciones que adopto en el
libro es necesariamente arbitraria. Según el uso corriente. puede
decirse que las instituciones son arreglos más permanentes. mien-
tras que las políticas se cambian con mayor facilidad. Por ejemplo.
subir los aranceles de ciertas industrias eons1:il:uiria una "política",
mieiitras que el propio arancel puede ser considerado tina "instint-
ciOn". Sin embargo. estas distinciones sencillas se derrumban con
facilidad. Asi. el derecho de patentes puede ser considerado como
una "i1'istitucie-ri", pero un país podria adopI:ar una "politice" de no
reconocer las patentes. como hicieron de hecho Suiza y Holanda
hasta principios del siglo XX. De la inisrna manera. cuando exami-
neinoe el derecho de la competencia lo haremos en el contexto de
.las instituciones de control de la gestiOn empresarial, pero también
como parte de la politice industrial.

1.3. LOS GAPÍ'1IU!.,0S

El vnpituln 2 trata p1'i1'1<:ipa11'r¦fi=t1I:{: de En que en la actualidad llama-


¡was puììticas industriales. c0n1c1'c:ia1Ees y tflznmulógicats (G políticas
ÍG']` para alarcviar). Esto es porque. en mi opinión, las dìihrcncias
Fan estas pnììtic-as separan a los países que han ten ido más éxito en

4.3
FM-JUDN CHANG

la generación dr- e1'eei1ni{*111.o y cambio industrial de los demás países.


Las políl ¡cas ICT se han Milnlflllidíì en los úìtìrrnos ei:-*r1tos de años
en el centro de las controversias de la teoría del desarrollo econó-
mico. Esto rio supone. desde luego. que otras políticas no sean
ir11 po1'I'a11tes para F--1 desarrollo." Tampoco supone que el crecí--

ln lento eronúmìcn (aún menos cl crecimiento ind1.1sI.rin1) sea todo


lo que importa. aunque .yo creo que el Cl"BCIIT1Íf¦l1†0 es la clave ]JEIl'i.1
lograr un desarrollo ermnúmieo en sentido amplio.
El capitulo 2 se centra en un menor número de pases que el
eapiiulo siguiente. que trata sobre instituciones. Esto se debe,
sobre 1'odo. a que las políticas son más difíciles de ea1'a('I:crìzar que
las ins'tih.1r'iones. dado que son, tal como las he definido. más varia-
bles. Así. por ejemplo. podemos fácilmente fechar la legislación
fornlal. la responsabilidad li l'nil:ad¿1 o los bancos een orales (aunque
pueda ser más d iiïcil definir el punto exacto en que la ilìstìtueiún en
cuestión pasó a ser amplialrlente acepïnda y ef'ceI.iv:-I). pero es
mucho más difíoiì demostrar que. por ejemplo. Francia 'tuvo una
políriea de ìihre corrrereio durarte la última parte del siglo XIX,
Debido a la d.ifieull'ad irrvolurrrada en identificar con claridad la
¢=xisI.encia ir la entidad de unas pnlílzicas específicas. Demi que era
necesario incluir más explica<~iune$ sobre países. Lu que a su vez mc
impidió poder cxuhrir tantos países en el capitulo sobre poliiicas
cama en el capìumlo sobro i11s1:it11cìm1es (capítulo 3) .
El capítulo 3 ¢*u1:†1'e un espectro más amplio. tanto geográ fit-0
001110 Co tttzfeplual. En parte per la compìejìdad i11s1ítucionz11 de las
:anule-dnclcs 1'l'1OÍ.1{SllIllí-IS,.Y 1'ambiér1porqlle rlucstro clflcndi miento de:
qué instituciones son 1'calmen'I:{= críticas para cl desa1'1'ul1o econó-
micu Cs limitado. en el capítulo se consiclcrem un 1'1ú1m'1'-0 1'ela|.iva--
mente irripovtirrfic de instítucinnflfi. Incluyen la den1nc1*11{:ia. 1:1
buro(:ra1c-ã:1. el poder judicial. las c:le1'cchos dc prüpicdacl (espcciab
¡ a m e los d{*rr¿'(:h()s dc propiedad intelectual), 1:-1a insiíillciolws de
control dc la-1 gnsizión e1nprc*s:u'¡al (responsalfilidacl linlil.:ulz1. dera--
cho de quiebra. wquìsìtos de auditoria K' lralnspa1'e¬11ciL\. derecho de
L'uI'tlpü1cfi*T1fI.Í2l). insti1.u(~innes f"i namc:ie1-as (Imán. banco cc1'1t1'n1.
1'ú*gL1IIa±:i(ìr1 du garunïías. ì1r1s1:iI.1.1üior1c2-:- de fìnzluzas públicas). ins|:i--
'tucior1(*s de p1'0f{=r('ió11 äücíul y dc I:ra11J¿1ju (pc-*yes sobre fI'allJ:1ju
infantil. iruflitufioncs que regulan las horas de tr:1ba.¡u de los

1-4-
RI:ÍI'1R.fl.I7I Ut DEscrean

adultos y las condiciones de trabajo). En la medida en que soy


consciente, esta obra es única en el sentido en que proporciona
información sobre una gama tan amplia de instituciones en un gran
número de países.
El capítulo 4.. el capitulo final del libro. vuelve a la pregunta een-
trol; ¿están tratando los países desarrollados de "retirar la escalera"
por la que han trepado. impidiendo a los países en desarrollo la adop-
ción de las politices e instituciones que ellos mismos usaron?
Sostendré que la actual ortodoxia política equivale a " retirar la
escalera". La promoción de la industria naciente (pero no sólo la
protección de aranceles. me apresuro a añadir) ha sido la clave del
desarrollo de la mayor parte de las naciones. y las excepciones han
estado limitadas a pequemos pases situados en la cima tecnológica
mundial o muy cerca de ella. como por ejemplo Holanda y Suiza.
Impedir que los países en desarrollo adopten estas politices cons-
tìtuye una seria limitación a su capacidad de desarrollarse econó-
micamerite.
En el caso de las instituciones la situación es más compleja. Mi
principal conclusiOn es que muchas de las instituciones que actual-
mente se consideran necesarias para el desarrollo económico foc-
ron. en gran medida. el resultado, más que la causa. del desarrollo
económico en los países actualmente desarrollados. Esto no quie-
re decir que los países en desarrollo no deban adoptar las institu-
ciones actualmente predominantes en los países desarrollados
(aunque. en sentido opuesto, no deberían adoptar las politices
i11d11strialos y comerciales que ahora se aplican en los países desa -
rrolladosl. Fuede. incluso. que algunas de estas instituciones sean
beneficiosas para la mayoria de los países en desarrollo. si bien no
necesariarnentc para todos. aunque las lbrmas exactas que deberían
asumir son tema de controversia. Asi, Pol' ejemplo. se necesita un
banco central para gestionar el riesgo financiero sistémico, pero es
dcbatcible si el banco central debo tener una independencia politi-
ca casi absoluta y centrarse exclusivamente en el control de la infla-
ciOn. que es lo que sostiene la ortodoxia actual. Desde luego. dado
que muchas instituciones potencialmente benéficos sólo se han
desarrollado después de dolorosas lecciones econOmices y luchas
políticas. seria estúpido para los países en desarrollo renunciar

4-5
IImuofl cHAl~fe=

:1 las verll::].j:t$ de ser los úliimus en llegar que se dt=1'íva1'1 de la posi-


bilidad de la "aelïuziliiaalüön insl:il:ucio11al".
Sin errihargo. no hay que exeigerelr los lìenefieies de la aeluali -
:nación inslilueional, dado que ne todas las instituciones de "nivel
glehzxl" sm-1 l'IE'(¦üSêlI'ÍElI']'1CI1l:L! l.1er1ell.icies¡1s para todos les países en
dejan-elle. Por n'1en{:ie1'1¿u' algunos ejemplos que dìsr:uI:ii'é en pro--
|`undid:1d más adclzmte. puede que orlos Dei-erhes de propiedad
i11teler:I.u;1l rigurosos Ne sean beneficiosos 1J:Ir;1 la rnziyoi' parte de
los paìseä en desarrollo. De la misma manera. :-ilguni-is otras insti-
tuciones. teles como la regulación. n.rI.B11Br¡:.siì. pusihlemenixe no les
sean tan nefl'es:11*ia1s.- lo que eupene que el resuliadu neto Alf: adopta r
tales ine1:i1.u(*iunes puede hasta ser negativo. dado que la creación y
el maniieriìmìentü de estas l Í`lsl:llÍ11clüì'1fls exigen 1'eru1'sos, en parti-
eulai' 1'ecuI'$0$-= 1111rriaiws cual iIlie:1des. que suelen eeeaieear. También
pleniea Ea {'11esI:iÓn de s i la introduceiúri de institucinries "avan-
mafias" en pases que no están pxtpzlrades para ellas supone que
estas insli ¿uniones no I`ur1cien:u-án tan bien [-0II[1Q debieran.
Además. no deberíaanos perder de vista el hecho de que los países
:1c'tual1fnc1'1i'e en desarrollo ÍÍPHEÍH Í"'I1 1'ealída(1 unos 11ìveìes mu-:he
más altos de cleszurulle ìnstíiuF:í¢:-nal en fznrnpiwaeiúlì e n los PAZ
L'l.lElI'1d'U él:-us ea-;tal.1z1l'1 en Eäfiìdilìå equivale-*11I'es de d›±*s:lr:'ol1e (véase
el ¿Ip¿u'Iadu 3.3.3. de rapítuln 8). Si este es asa, puede que cl espa--
rie 1:1 nlf*.jm'a el-'{"Eivs de las ins!'iI.uc¡o11es en eses países n
l.lElll¦.l

í'fl!"llfl }11:120 $93 relalivmnenlïe reducido.


Desde esta pen-specl.iva1. también per.1l'í:-unos lean' que hay un
E*le:n<*r11e de' "reñí mar la ese:1le1'¿1" en el discurso de mirnc-mts sobre el
:I(-*sar1*nll:) en lo que 1'espeel':1 11 la mejora Í3'lSI.ÍÍ.1lCÍÚ1l¦E'EI. en la medida
CII que algunas de las ¡nst¡'Lucie11es que se exigen al sus pases en
ciesarreìle en irrelevantes e dañinas dado Sll estadio de desa1'1'fJlle
.y en la 1'l1f"(1Íd.¿l¦ en que $11 gestión resuìia ceslxesa.

mg.. UNA "¿*.I)VE]ìTENCI!\ SANlTAï"1IA"

LE que va al Lleca-irse en este ¡iba Iriolcslará sin duda al mucha gente,


¡ante íntelecuxa! mino n1or:.1I1m=n1:c. Muchos dc los reines que han
nrzcpixlcln como válidos 0 en las qm* incluso he creído con fervor se

4.6
šåí
REÍIRÄR LA ESCALER,U_ ii.I
šäí
¿!ë
pondrárl H1 duda. de la misma manera en ue otuvc de once en fåå
duda muchos de mis propios su ucstos en el rocoso de la investi- ¦1
E:ìf
gación realizada para esta obra. Fuelle ue al unas delas conclusio- in»
nes les resulten moralmente incomodas a algunos lectores. No
defiendo. desde luego, ue los al rentos
ninguna superioriflacl moral. Espero, sin elnhargo, revelar algunas
oe cx ongo ten un
šlëš
H

ërììg
| íÉ;
¦išfii¦
de las complejidades que rodean estas cuestiones. oscurecidas
durante mucho tiempo por zt1'gulnen'tacìon<:s alìistóríoas y a menu-
Iïlo n'lo1'alistas.

N0"ìl¡\S

|. Asi. adflnaia dc ¡aa "coiliiil:ion¡Iìii.l¦ldos ononúniic:ls" usuales vinculadas El la


ayuda I'i1m1lcicl'a nillllilzltfzlïil 3' bilaioi-al si los píiíscs un Ilcsnrrollo. lcncmuii
zihora "comïìciünaliiliìtlvs viiiiziilaclas si la gohi-rn:1l1z:l" (véase Kaplll')' Wchbcr.
2000).
2. Williamson (1990) i-o1ialiluyo la exposición clásica de cala clirslìún. Véaiiso
.
iflgunils -::1'íiil¦¦tä fleniuiiicii cm Stiglitz. znciizI: Úi:¦1t11p-L1. 2001
3. Bìmgwali. 1905. p. la. n. l o .
4.. N:1linn¦I1Law Conuzr for Iriier-Ainoi-ican Frei: Trafica [IÍ.¦i¦mro jurídico Nacional
para el Libro Conicroio lnlcIaniczi-ionnol, 1991. p. I. I
I

5. El libro se tradujo en Estados Unidos ya en 1056 (I-Icnrlurarm. 1933. p. 214). ln I

quo mi-Íicjaba la i-¦;iI'ech:i afiniclazl iriiclocUial ciiislcntc un usa época cnlri: I


!

Eiiiadoa Unidos y .*\lcinaFlia. los dos centros de economías "nacionalistas"


(véase iiimhiélì Do1-I'm:m. 1955.- Balnhkins. 1933: llodgson. 2001). Sin (¦n1l1:I1'- .
gn. la irazliicoiiin inglesa. que Cs la vi-rsiOii que he usado para of-:ln obra. no apa
recio hasta 1805. lo que belli{:ja cl dominio dc: la doctrina del libre comercio en
-
al Reino Unido a mediados del siglo XIX.
6. 'Ihmbién resultan inlcrcsaiitos por el si-prundcnii: grado dc sofisticación en
su rxplicacìón del pnpcl dc las politices públicas y do las insiiluoioncs en cl
clcsau'rcallo económico. Asi. por c.i<:mI›lo. Lisa ;Ifirm:1¦ "Por más induslriusus.
allnrriilivns. cl'cativos L: ¦n11.'1igen11:s que s a n los individuos. no pueden coln~
pensar 1:1 TaHa de Inslitlicifinvs ììhrcs. La historia también enseña que la inaynr
puna: de las c;Ipa1cidaclcs productivas de los individuos provienen de las insti-
luninnes suciailcs .].' dc: las uzulitlifìonvs bajo las cuzllcs se silíum" (p. 107).
7. List. 1885. p. 39. I

II. Frusigu(a Iunzgn ;uilirIn:1ndo= "Esta politice se aplicó con un éxito mayor La menor.
más rápido 0 más tardío. justamunic Gli prapürción El si las rncdiclas aulloplíl-rlas
se zurlzupinliann más u mlttnns zulccuaiclnmcrM' al nbjuiivú pc räeguido. y n si eran
implicadas y 1-rmlinuaflas con mayor o menor energia y peniuv-r:raI1ci:l" (p. u 1ì.
9. List, 1885. pe. 295-6-
io. Lisa. 10115. p. 99.
I I . Smith. 1937 (1776). pp. 31.7-0.
12. Lisl. 1885, pp. 99-ioo.
13. Polanyi. 1957 (I94.~1.): Shonficlcl (1965). También su encuentra en aìgginns
yarianics del Inzirxisnio (por ejemplo. en la teoriza dc la historia de Marx más
qm- en su teoría del valor du la ¡mano de obra) .
4-'J
1-U1-JÚON CIMNG

1.1.. La I.f:.y xlv W¿1l.=;tII:l'±auäli¦:11u que hay una t('lìd1*rlcizi N¦llul"¿1l acglìll la I.'1l:l1 el Iíllïìil -
11-n I'('iiI1ivn dc! ¡;0l)i(:1¬no ('I'0l"{¦ con el tl¦:s¦IrI'nlI0 dr.: la snnivclml hllllìilllil.
15. Véznzac lì¡ll:llllcìlIs, 1988. {':¡¡1í11IIo 6¦ 'l`ril›[¦. 1995-, Ilntlgsma. 2001.
.
1ú. M:1I'lls:II1: i"r'iI1-l'¦iple!.*: uf FI'O:1.OIII.i¦*S l.Princ:ipi¡1-5 de la EvnriuIIlízI.I ll" 11:-licifiìrl. 11.
?65: ('ilnd:› un IIuI{-1II¦¦on. 19¦!8, p. 529.
1?. BzIlnìmkíIìs. 1930. ciìpiílxiu la: llndgsnn. 2001: Dol'Fmzln. 1955. H:1I:1hkíl1s (1980,
p. 05) ¢:il:I una intvcsligalciúrl I1:zlIì1.1d¦I en 1906 qm: Fl(:n'l1lc5l1'a1 que 1:1 n1il:ul :fe
los 0¦;IaduII:liL1[*r1s(:s que -.=st1Idi¦1l'0ll (*i1*n('i¡1:; S'IIl¦iEIì{¦$ en E1.II'np:1uslmliilrurr un
Mnn¦:¦11ia.
10. lì2ll¡IhkiI1¦s. igflfl. p. 95: filnlïkilì. 1980. p. 31 | .
19. I?›iI¶iIh1¿in¦~:. I 931i. I›. 95% (.`m:hI':1II y Millar. lr;,l.L¦. p. 1I6m [ÍuI1lcln. 19i3o. p. 3 1 1 ;
Ga1'n1I}*}* (.:1rI11's. zzocao. p. 562.
'=.o. W:1¦i(' una $clcuLliòl'l de las l11¬iInci'8si ol›I'a¦; clzlvc un esa* I-:~I¬I':~a1o en ñ.gzI1'sy¡1l:I y
Sillgh (1953).
'.¦1. Vézlsv la I'x¦›lic:I¢*i-rin rin ::s.la¦; II*0I'íu¦i en Lrzwis. 1955; Huistuv, 196€ Kuznvtfi.
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2001. Sin {*ITIh¡ll'gt›, lm; rus p1'irïn'1'nr~¡ rslllmlíns I'vs<>ñ¿1(I[n; na son ion nh¡lI'N¦1L|0-
I1-s corno isla nhl':1. Halirnrh. aurII.l1Ic [~1IhI1. una amplia gana dc pases. sc- vell-
Ira pI'ím'ip:Iln1cl1ic: un 1:1 p:›ìitic:l c'omcl'ci¦ll. S:~11g11:1si5 (~m!sirI(=l'¦l una gi1I/I¦1
ÍI1{llII$l) I'r¦aì:; mnplin de' ¦mísL:s. pvrmx sus nlnscrvacìnnws Sol:-1'<1 vllnsa, ¿¬›¡¢1c|1I|1¡\1¦-
do los paísfzs ¢*s:-iI:\l1iI1zIv±›s. su 1I1:ì¦i hi un sur:II1l:Is, Wcimìy Huhsull culo-l:n una

g:In1:l :le l1¡lf¦5t'5 I'c=lz!tiv;!I11:-:11±'- Iinli[mla=


-
;1IrI¡¦1i:! g:11I1:I de* polilif:zls ---irl-1111:-il1'i:!l, 1-0I11(=l'1:l:1¦ y I'is<:aI I¡ n o ¦.¦11hI"('Il una!
cl H(=iI10 Ul1ìcIr›. FI'aI'IL*i:i. Pr1I:~¡ii1. J:1pú11.
Iìusiit y Est:1cIus IFnidos. El -r:shldi1¬› de f'\1I1u1l1:rl ¢-¢1I11ic:n<= nube:}l:is rI1l'uI'u11¢¬i¦¦s
pullluzulczs :| las 1-xpc¦riI¬I1('I:I›t llistôriczls ch- ios poises 1Ins:ll¬l-ollzlrlus, ]erro su
{`Ci'HI'¡! In'in:~ip¡1lr111:1M: un In ¢'xpcl'ic'ï1{!Í¡l hislr3l'ica dm' los p:1isc¦s en cI(=s:1¦'l'nl1n.
':Í›. Por 1-jun1l;›In. pubis In<=I'smIzI¦; di8<'ulirzin 01 l1(=1¦l10 Th' que sllcil rlzm' 1.IlI¦ì cfitzrlrìli-
mlml 1l1zl¦:l'<ar.'c'<lnólní:':1 m(-r1i:111tc pulíiìcais prc$ulI11cst:1ri:Isy Iï¦0Iu=I:1¦'i¦IE; a!1I'npin-
dass vs un l›I'::I'I'-vqIaisiln para el :1ns¦1I'l'0l¦:›. alllltluc no 1¦sI(¦y :lm: :1('I1c1'(l:› con
In('l'i¦'l'iI' la csiilhiiìüzul In:u:I'n1¦c:nr¦úl1'li{'¡i I'Ili un scnlimlo f.:¦i1r¿:(:hu. lin1i¦:ì-¡Io :a In
¢›hir=l1¦'íún dl* llalaìs talszls luna' hilas; dc inlìnI-íúI1 Írligan nitras. dc lmsrms ¡iv! 5 por
¦:i1:I1ln). von havrz la awltlzal <›r¦0[lIJxizI (v(*:ls±¦ I:lmhífil1 Stíglila. '100¡:l. up. 2'ì-5).

4.8
CAPÍTULO 2
POLÍTICAS PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO;
LA POLÍTãCA INDLISTRIAL, LA POLÍTICA COMERCIAL
Y LA POLÍTICA TECNOLOGICA EN PERSPECTIVA HISTÓRICA

2.1. INTRODUCCIÓN

En el capítulo anterior señale que los intentos dc aplicar las leccio-


nes aprendiflas de la experiencia histórica de los pases desarrolla-
dos a los prolìlemas del desarrollo contemporáneo han sido
sorprendentemente pocos. Adcnlás. como veremos más tardo con
mayor claridad. las escasas referencias el estas experiencias históri-
cas tienden a estar llenas de mitos que apoyan la versión ortotloxa de
la historia de la politice económica de los FAD. la cual hace hincapié
en los beneficios del libre comercio y en la política industrial del
inissez-ƒOire. La historia. que está en la base de prácticamente todas
las recomendaciones dirigidas a aplicar politices del tipo de las del
Consenso de Washington. es aproximadamente la siguiente. l
A partir del siglo XVIII. el éxito industrial dc la Inglaterra del
laissez-ƒhalre demostrO la superioridad de las politices de libre mer-
cado y libre comercio. Mediante estas politices. que liberaron la
energía empresarial de la nación. Inglaterra superó a la interven-
cìonista Francia. su principal competidora en la época. y se estable-
ció como la principal potencia económica mundial. Ésta pudo
entonces desempeñar el papel de artífice y de potencia hegemóni-
ca del nuevo orden económico mundial "liberal". sobre todo tras

4-9
IiA-JÚUN cum;

abanciorxnr. en 10.›1.6, su ¢:l<±pìo1'able 1J1'ut{~(-ció11 ag1*ícnl:1 (las Leyes


del "l`rigu) y otros I'e1t'1;tr1¢:r1l:t's de viejas I1"Ic¦']idas p1'0leccio:1isI::1s
11'w1'c:111Ii1is±as.
En su vzuraimm l1:1ci11 ese* orden mumìiaì lil.1cral. ci a rma dvfini-
tiva pie lrIgìe1i'e~1'1¬iI fue un éxito cconóxnico basado en un SÍESÍGIIHI de
libre Iru-'l'f':1(.1u/liblïz (*ume*1'(*iu. Esiu hizo que otros país@-s se d.ìeran
1-iwsltzt de las li un i lar-iones de sus políticas mcrcamlil ìsatas. por lo que
{*lllpflZ&lT(llì :1 zadoptur' el lil": ir* ("O1N{!llL'iO (0 al menos un cmnerein

naos li1;u'{:} :1 partil', 21p1*0xi1nad:1Ir1entt*. dc 1060. Sin crrsbzirgo. f›1


pI-<›yf:c=u1 de lng1;itc1'1-zi rccihiú una grzlfl ayuclzl de las olarzis de sus
L*eo nonflis1:als clásicos, UUIHÚ por ejemplo Adran Smith y David
Rì('n1*rlu. quienes dernostrax'o1'1 ieól'ieamcllI.{: la superii›1'idad de la
políI:í('z1 del la-Í-ssez-.fa-Ir'e, en p:1rI:ic11lm' el libre eurrlc-*:'eiu. Según
Willy de Clel'cq. eoririsarìn de Eelacimtes Í?eoiIÓ1'r¦íe:1s Exteriores de
las Gomullirladcs Europeas dlu'a11'1I(-' las ¡.Jl'imerns c-'=pof:as de 1:1
Iìurzda U1'11guay (1905--Q)¦
S rila en ¿film que r-asf atado de la Legilirrirldrid- Uarírrlcu. del
-
libre comercio en r*o:r1pnr.r'a-ciórl. con el r*'1:iendlfiü 1-11.r-:'ct1r1,n1l.Iis
nw que dem.r›snlu'or¡. Dfwirå Ricardo. John. Stuart: Mi-Hy Dfwirl
'
Hu.m.e. Adam Sm.i'.f.h _y aires autores prf›veni(:r1.tes de le
Husa-f1.cirifi ESCUUESÍL 3* mi r*of¡.secuer1.clla de ¿mi est¿1.üf-¿IrEf:.d reía-
viva¡uropm'cionf1.dcLpor cl Remo Ubaldo r:om.o la. :ìn.Icfl.y relati-
1›rx.r':u=r|.le 1›erLev0l-r›:1.te s::¡iJetpFJ1'er1c:.a O hegermíra. dwr'flJ'r.i.e la
$q¶II../I.rl{L rMlzdd del se:ghJ XIX. el litare crmi-ercllo pudo ríesu.rr0 -
la-rse pur'pi'i.:nem. vez {a.ē:r1.es del siglo XIXJ.1

l¡1sI.t= orden n'n.1r1di:11 liberal. pc=1'E'u(:cíun:1flo alrededor de


13'¡o. csixabn bzasaclo en políticas irldust1~ìalcs de ¿a.i.ssez-.ƒh',i-r'e den-
tro del país. en ha I'I'r;u'as débiles para Cu Ra los flujos i11l:c:'I1:1cín11¡1-
l{-s c c bienes. rapitnles y lraluxjn. si como en lM;-l estnbìlìcl;-1d
If]HL']l(ì('l¦0I1ÓI!ìllÍ'[liEl. tanto na-ìunal como ì11tc¡'1111cim1z:1. que cfiituvo

åå!l'¦-\l'lÍÍIz¦:ld¿\ por el Patrón Oro y por el principio de los prcsupufis-

tos equìlihn-nulos. A e-llo 'le siguió un periodo de: pros11e1-iclztd sin


pIe(=(~e{ì un:es.
Dvsafu¦'i1111±1:iamF¿¦nte. según esta historia. las cosas enlpeza-
1'm'1 El l.OI'{'(i'IISC con el vslzall ido de la Prímvra Gluten-at Mu ndìal. En res-

puc-sta El la im*sI:abiìiflat1 del $isl'elrla eü0l'ló1'nic0 y politice rnundiaï

H
dO
HÉÍIRJÄR LA ESCALERA

que siguió. los pases tuvieron, una vez más. que empezar a erigir
barreras comerciales. Fn 1939, Estados Unidos abandonó el libre
comercio 3' empezó a aplicar el infame arancel Smoot- l-Íawley.
Sepan De Clero. este arancel "tuvo efectos ciesastrosos sobre el
comercio internacional y. tiempo después [...]. en el crecimiento
cconórnicoy en el empleo de Estados Unidos. Actualmente algunos
economistas creen incluso que la Gran Depresión estuvo causada
principalmente por estos aranceles"3. Hasta Alemania y japón
levantaron altas barreras comerciales, y empezaron también a crear
poderosos carteles, estrechamente vinculados con el fascismo y
con la agresión externa de estos países en las décadas 3ÍgllÍfllTI.BS_4
El sistema de libre comercio mundial terminó finalmente en 1932,
cuando el Reino Unido. hasta entonces su principal impulsor,
sucumbió a la tentación y rcintrodujo los aranceles. La resultante
con1"racción e incstahiïiclad de la economia mundial y. luego. la
Segunda Guerra Mundial destruyeron los últimos remanentes del
primer orden mundial liberal.
Tras la Segunda Guerra Mundial, dice la historia. se hizo
algún progreso significativo en materia de liberalización comer-
cial mediante las primeras eonve rsaeíones sobre el GATT
(General Agreement en Trade and Tarifas "Acuerdo General
sobre Come:-ein y A1-aneeles"). Sin embargo. los enfoques dirigis-
tes de la gestión económica dominaron la escena política hasta la
década dc los seos setenta en el mundo desarrollado. 3' hasta
principios de la de los ochenta en los países en desarrollo (asa
como en el mundo comunista hasta su colapso en 1989). Según
Sachs y Wernc-r¬ cierto número de factores contribuyeron a la
búsqueda de proteccionismo y al intervencionismo en los p a s e s
en desarrollo.5 Frevaleeieron teorías "erróneas". tales como el
argumento de la industria naciente. le teoría del "gran empujón"
de Rosensetin-Rotlan (19113) y el estrueturalisnto latinoamerica -
no. por no hablar de las diversas teorías marinistas. Las políticas
proieeeionislas estuvieron también motivadas por exigencias
políticas. Ialcs corno la necesidad de edificar la nación y la neee -
sidad de "agenciarse" at ciertos grupos de interés. Hubo también
legados del control en tiempos de guerra que persistieron en
tiempos de Pas.

51
HA-.IDCIN CHFWG

AfurturiadaIrwrnte. se: sostiene. las políticas EnI(:1'v1=ncío1'1ístas


ha11 sido iiììnrlclonadas en buena medida en todo el murcio desde la
dñraclai dc 1980 con cl surgimiento del neoliberalismo. que hace*
hincapié en las virtudes del gobierno ir-ducido de las politices del
Io.rls-sc2z¬fir.r;rF' y de la ãlpcrtllra .intcrnacíumll. A fines de la década de
1970 el <¬r±*cimienï.o económico había empczaclfa :t dffbilífarse en
la milyür parte de los países del inunda desdara-oìiado. con la
exrepciórl de los de Asia y Asia Oriental, que ya estaban acome-
Iiericln "bu(*nas" politices. Este fallo de cnacimìcnto. que at menu-
do se rnzmifestri en las crisis económicas de p1'iflc¬ipios de la
rléflada de 1900. puso ¿ll desculìicrizu las limitaciones del inter-
ve*ncionismo y del proteccionismo al viejo estilo.
A i-csultas de ello, la mayor paros :le los pases en dcsairrollo
han acalzmarlo adoptando rejo r u f a s políticas ncoliberiiies. Las más
sin1húIi<*as de estas convews iones son. según Bl1agw:1I.ì. la apìicn-
ción por p:11'l:c de Brasil de la doctrino licoliheral hijo la presi-
clencial de Fs:'nam'1o Henrique Cardoso. un i mpo1'1:m'lI.e I:córico de
11 Dspendctlcizi hasta la década dI-* 1930; la entrada del tradicio-
ilalrri(*nE.:: a1'1l'i-¢*stadu11nidcnse México en el TLCAN ('l`1'atarlo dc
C'0tm11'cío de Amé1¬ic:1 del Norte) y los avances hacia una
Í..iÍ)i'C

.
c-c¬onc-rriia más al:›i¢=rI:a at librar:-11 por parte :le la India, que en un
tiempo fue el bastión del prut13(1cio1'aism0 .y de 1:1 1'(*glllaci1ì1'1.*` El
1n(:rr1f:i'ilu de gloria di* c:sI.1= avzmcf: hzìcia la libcralizcaic-ión y la
nIJc1'l'ur:i vvonóu-rmiuzt fue* <;'l de la salida d€!I comunismo en 1989 .
que ì"in:llrncr1'['{: aval con la "anomalía l1isl:ó1'ìc'¿1" del sistema
¢~mm:rc*ia1 Cf-nado que había prcclmninario en las p1'im¢'ros años
ele: pnfitgtw rra .?
Al cumbinai-s±= con el estahiccimicnlzo de las nuevas inslitu"
vienes de gol1('1'l'l;u'1za global reprcsu n'l'a¬:las por in OMG, estos cam--
bios poìíiic-os Él, nivel naciormì hill creafìu un l`1l1l.¦V0 sistema
¢-*('onó1nico global Qm* <*ornpal'a}.1l<-± en su potencial prnsper¡dar.l
sólo con la 'i.c1'np1'¿u1:1 "edad de oro" rie-1 liberalismo (1070-19u;.).11
Renato Iìuggifln, l priiïlcl' {:1i1'e'ctn1' general dc la OMG, sostiene
que gracias :1 este nuevo u1'dc=n mundial 'tenemos ahora "cl poten-
tiai para eïrradiczlr la pulJr{*za global en los 1J1'i1m=1I0$ años de pró-
Kimi) siglo [XXl}, una idea 11'l'ópi(:zk hasta hace unas 'pocas décadas,
por IF11.w 11051 sin es l a pnsihilirlarl r c n i j .

I"-
I.,I 1
RETIRAR LA ESBALERA

Come veremos más adelante. esta historia describe un cua-


dro bien construido pero básicamente erróneo. Hay que aceptar.
desde luego. que tzliuhién. en cierto sentido. el período de finales
del siglo XìX puede describirse con acierto como una era de Imls-
sez-¿]ìar;r'e.

TA8LA 2.1
ARANCELE5 MEDIOS DE PRODUCTOS MANUFACYLIRADIJS
PARA UNA SELECCIÓN DE PAÍSES DESARROLLADOS EN sus ErAPAS
INICIALES QE DESARROLLO [medias ponrieradas en purcentaies de Valora'

18201 1a75= 1913 1925 1531 1950


Austria' R 15-20 $8 16 za ii!-
Béigìca' ó-B 9-30 9 15 1¿, 11
Dinamarca 25-35 15-20 14 10 s.d 3

Francia R 12-15 20 21 30 18
Alemania* D-12 ¿H-6 13 20 21 26
¦1alia s.d. 8-10 '18 22 la-6 25
Japón' n 5 Elí 5.d, s.d_ s.d,
Países- Bajos' ¿-0 3-5 1. ó s.d. H
Rusia R 15-20 al. R R R
España R 15-20 ¿se 141 63 s,d.

$u.oz:ia R 3-5 20 16 21 9

Suiza B-12 -ú-6 9 1/. 19 s.d


Reino Unido å5-55 0 0 5 s.d. 23
Estados Unidos 35-a5 -úü-50 al. 37 ¿B M
FUENTE mumncn, toa, Pi -ED, TIHHLA 3.3.
NDT1\5=
R: DGSTIEHDN I'-IUMERDSAS Y sloulflwlvns FIESIRICCIUNES A UIS IHFDRTJEIDHES
DE FRDDUCTDS MñHUFà.ClUiTàD05. FOR Lo DUE L.I\S l'A5ñs lf\RII'lNCELf\R1¡\.S MEDMS NO SUS SIGNJFICMWAS.
I. El. BMW MUNDML0¶91. p_ w.
CUÁDRO Mi PIÍGPGRCION-1 uww. ïnsunslmlmfl DUE EN FMTÍE
SE L_I.ll\S›'\ EN Los pnovros ESTLIDIDS DE BMHÚÍIH, L05 CUALES CDNSUTUTEN LA 8IK5E DE UI TMELA
REPRGDUDIHA F-MS nnnlaa. SIN EMBåRGÚ. AUNQUE EN Un mnvon pnlflc DE 1.05 Cr-sus UIS clmns
DEL BANCO MUNDIM. SON MUY SIMILARES A LII'iS cIFm\s DE n›.Imcn. SON MEDMS NO FDNDEWIDJIR
pon LD DUE HESULTAN. DHDENTEHGNTE. MENOS JLDECUMDAS DUE LÑS crmns manos
FÚHDERADAS I*1ïOPDRCI0NñOJ\S FOR BMROCH.
2. ESTNS SUN ïfkfi-5.5 MUYAFRDPÉÍHIITWILS. Y SE REFEEREN 1l.L RANGO
IJE Låã TlfllSå.S I'›IEDli\S. NU A L05 BÍÍREMÚS.
a. -Ñ.U5ÍI'{I1\-l'F1JNBHÍlfl\ MHE5 DE 1m.
ñ. EN min DELGIM SE UNIFICÓ coa-4 ws PMSES B-M05.
5. LA CIFn.f\ DE 1990 CÚRHESFDNDE SÓLO A PRUSIA.
h. ANTES UE 1'f1T JAPÓN FUE omlcnnu h r-mmENER TIISAS àMNEELàRIñS EA.IàS [DE l*U\5TII\ UN 5 paz CIENTO!
MEDMHÍE UNA SERIE DE "TFII\l'àDOS DÍISIGIML ES' con Los p111555 EUHDPÉDS Y CDN E5TàDD5 UHIDOS.
EN Le `I¡\l1Lfl les. HILNCD MUNDML CITàDJ\ .mnfiIaa Tom Ii cunas fa La Tasa ARJ\NE¦ELãF¡l1\
M EOIIL NO F*U-NDEib\D-¡E DE .tnvúm paz TODÚS Los BIENES Mu SÚLÚ Los MñN1.lFƒ\CÍURà.DOS}
Påfifi ms¡uìlas 1925, na 1 1950. DEL na, 19 'H POR CIENÍO RESPEÉTIWIMENFE.

53
r M.-JUON CHAN@

Para 'Í*III"!P{"'Z¦.lï'., 'tal ('0r1'1(I lïauetìe ubser-vzxrsc en la tabla 2.1, hubo


un pmíndn at files del siglo XIX. aunqutfia breve. en el que en impor-
taxates Sf¦f¦H!llÍ'1$ de la fšculìornìa mundial prcdominell'on los regìmc: -
nas cflf: libre corncrciu. A p:n1i1* de !B¢1.(I. c-un la derogación de las
Leyes Dei 'I`l-igu. ci lìei.no Unido dio un vuelco de-cisivo hacia un
régirr:¢r1 chi- li|J1'@ cmne1'('in 1111íI:1I.el'¿tl (c¢m1plf±ta{lo en la década de
1860). nunquc Asia in icìaiziva se basó en su s1.1pf±1-¡n1*icla(l económi-
va. i11dís011I:il'1ì€' en su* momerltu. y estuvo im':x't1¬ãc~ablø>mcnl:e vin-
clxìada :1 su pnììtica iHlppl'ial. Entre 1360 y 1880, 111u('110s países
fi'ut'op±*us I1*d1I.jt*I'ort ¦sus1'a1'1:'ialn1c111e sus niv±~1[¬s de protección
;1I'a1'1cc1:.tría. AI mismo ticxnpo. Ea niziynI' pa;-à.c del reste :ii-1 Immclrçi
se vio ublìgncla si practicar ci libre cmncrcìo n~1e{ìiamt'c cl cnlm1ialis-
mo (véase el :1p:irI.ado 2.'3.1.) y en los casos dc 111105 pocos países
nomìnalmciltc "i11n'lcpcndicmc:s" (cm-no los IJ¿1ís{-~:i 1:11í110mt'Icï"ic:a--
nos. China, Tsiilniuìiai -----c1'11:unccH Siam-, Irán '-{'*l`l¦Oll1('fiS Fcr~sáe1---- y
'l`uI'q11í8 -cnlnnccs cl Iinpcric oI:cI11a11c---}, al I'I'e1v¢1s dc l.ratadus
rlcsigua Iba (véase cl zlpmizadn 2.1ì.2.). Sin l1.1ga1' :1 dilas. la obvia
cxc:c]Jciú1'i :I cesto fue l¡'sI'atrlc1s Uiiidoez. que l`lll¦-IIIÍUVU l'›n1"rclIas ¿11°a1'1c'1^-
l¿lrizl¦s 1 ¡uy clz'wtrìas i11cl¡.Iso F.lurarll:c este periodo. Sin c1'nbat'gn.
daflcr que la .[›(*()n0111la de Esizldus Unidos 0111 aún u na pzarïe rc-~IaI:i-
v¿m1c1'1t1> l.wqlwfla te* la €{¦O1}Ú!l'1Í&1 mun.dìal. p1.It'cìE1 t[\1(: san I'EI'ZUllIì1'

111:-* r1¢~<*i 1' qlw esto i`I1c Eu lnás H-'I'cz111r› al lìhnìz [¦Úl'1'l('JI(IÍfl que cl
nu.II1du ha conuviniu alguna lo. probablc1nF=11t<=. qm- llegllc 1-1
(.-ÚI'1OC{'I`)-

7`uda1vía más 1mpm'1:mte es el lwvllu de que la inl'c1-ve1'1c1úI1


eslzlial un tc1'i01' i1 la P1'irn¢¬r¦1 G11c1~r:I Mlaml la! (y quízaìs, illchlso. al la
Segllncla Gw::1'ra Mululizll) era. se*gün los u1'iI'c1'ios 1m')¢'lfi'1'uns. Bas --
t:lrtI:{: li1'niI'zule1. Anos de 111 década de 1930. pm' ej(-*111pln. ¡alto la
hc¡.§crïacmìz1 de* la :.In±'-†1'í11:1 del pl'esupl1cs'h› cq1:ililn'adfJ (~0n10 f'ì
lim cataldo :`LI('i111(;c miel sistvxïral 'Erihut:1rio fcìehãmìo. c:¡'!I'1'v otras cosas, a
de impuestos El El r{:n1z1 e1np1'<-sa1'i:¡1 en 1:1
151 ausencia dr P{'llS{llÍl1lE y
mslym- p¦u'†1* dv los paisvs) IíI¬flH2=.1I'OII corwiflcrnble nwnI'v las p<1sì1›i-
lidzuìcs de apìival' ¡un pI:1lí'I.ic8 p]-f:s11p1a(:s¡it1Iia at'1'iva. La flzmlnucìda
bausc i.†I1[1nsiti'va re;s'[ringïa los pI¬csupu<:sI:us gul}e1'1tz1n1f:11f:11(:s, por
su que c-ara clil'ic~i1 ìaaflau* la-zumles dcsexnbuìsus l.l¿l1l¿l lìnvs de cìesnrm -
lo. aun ('.'I1 (';1¦~¡(¬± di* Qm' el g0hÍCI-HQ I.1Ivi{=1¬a íI11:@rlci01ws Flt* 11aceI'E(›s:
los fi-=1'ï'()['¦1I']'fl{¦$ $011 lllìåì CK(l('[ÂI('ÍÓ1'.I novia en un l'1tlI-*n 111Ila'1'1c1'o ¡le

54-
REHRAR LA ESCALERA

países. En la mayor parte dc los países no existió un banco central


propiamente dicho hasta principios del siglo XX. por lo que cl
alcance dc la política monetaria fue también muy limitado. En
general, los bancos eran de propiedad privada y estaban escasa--
mente 1*ep;ulados por el Estado. por lo que la posibilidad de usar
"programas de crédito directo". tan usados y con mucho éxito en
países como šapñn. Corea, 'lavan y Francia durante el periodo de
postguerra. fue e}:†relnadan'1ente limitada. Medidas como la nacie-
nalizaciún de la industria o los planes de inversión indicativos.
prácticas que se ap]icaron en muchos países europeos. especial-
mente en Francia. Ansiria y Noruega hasta bien avanzada la post-
guerra, se consideraban impensables fuera de tiempos de guerra
antes de la Segunda Guerra Mundial. Una consecuencia de alguna
l a n e r a paraclOjica de todas estas limitaciones fue que la protección
arancelaria fuera una herramienta política mucho más importante
en el siglo XIX que en nuestra época.
A pesar de estas limitaciones. y 'Hal como he señalado en el
capitulo 1 y demostrará con más detalle en el resto de éste. prácti-
camente todos los PAD aplicaron activamente politices industria-
les. comcl'cialcs y tecnológicas (tor) iittervencioltistas con el
objetivo de protnover industrias nacientes durante sus etapas de
actuaìiaación."' Como veremos mas adelante. existieron algunas
aparentes excepciones a esto. como por ejemplo los casos de Suiza
y de los Países Bajos. pero éstos eran países que estaban en la fron-
tera tecnológica o nnty cerca de ella. por lo pie. por definición. no
les hacia falta promover deinasiaclo sus industrias nacientes.
Algunos pases usaron políticas ICT activas aún tras conseguir
actualizarse con éxito (Inglaterra a p1'ì11eipío$ del siglo XIX, Estados
Unidos a principios del XX). La protecciOn arancelaria era. eviden-
teniente. una herramienta politice muy importante 611 el paquete
de políticas ICT que usaron los PAD, pero. corno explicaremos des -
pues. 110 fue en modo alguno la única que usaron ni necesariamen-
l:e la más importante .
En el *frente comercial. los subsidios y las primas a la exporta-
ción en insumas se usaron írecuenteinente para promover las expor-
taciones. Los gobiernos. además de otorgar subsidios a la industria.
usaban diversos programas de inversión pública. especialmente en

55
IM-.JÚGN cl:mus

¡Im1ls':1esi.I'11cI.l111a. pero taunbifín en rrlan¡.1f'acturas. 1.415 guhícl-nos art) -


aron las adqrlisíciolles de wcxtologia i`oránc¦1, a veces por nìedius
legales. tales como la l?i11a1'I(*i:l(:ìú1'1de viajes de esttulios y estancias de
zlI1I¬eI1diza.¡c. y otras a través de medidas ilegales, que* incìuian el
apoyo al espionaje i1]dI1s'l1¬ia1. 1:1 in1.rorlucF;iúr1 de nlzìquiIlals cie con-
l:1¬:1b:1ndo y 1:1 1'1cgal:iv:1 a rccu11o<:cr las pata-zlìtes ext1'a11jc1'as. El desa-
rrollo de las capacìtlades tecnológicas iI1i.cI'n.as se incflìttívó 1ncl:li¿111tf.!
la concesión de ay1.1clas ec:o11ñmicas para invesiígaciún y tlesa1¬1'0llo.
BCll1CEI(ll.ÓÍ1 Y 1`o1'In;-wiúlì ]]]'0,{¶$1{]1];¶l. 'I'amhién se 1:om:11'011 !rlcdíclas

para au111e111aI' el L¦ll11Í.llCiI1'llÍ"11Ílll de las tecnologías :1v:1m::ldas (por


ejvlïxlulu. la creación .dc f'álJ1'icas muclelo. 1:1 o1'ga11iz:1ción de expos -
uìurlcs. la cxenciórl de ilttplwstüs H la m¿\q11i11a1'ia i1npn1't¿1cla por las
e1'11p1't~sas df=l sucio' privada). .Az.l1:1naìs. algunos gol)ìt*1'110s crearon

l'ï1flc¦l11ls]1'lÚs i11stit¦.1r'ir1nnle=s que f`a('iliI:z1l1:1n la coopcraciórl p1T|hIico--


[Jrívnclar (por r*.1n;*mplo. empresas (le capital rnixio y asucislcioncs
i11d11¦M'í11les rstI'f*c'lm1'1]{-'r1I1-* ví11r11la{ìas al gnhic1~11n). Es rlcstexcalìlc
qrw lnurhas de (""S-ÍEIS pnlìl'¡{';1s of' Vil] POR In uy ¡nulos ojos C11 la :.1cI.ua--
1irl:1cl. aun rumlciln. no han sirle declaradas fixplìciI.:11rlcnI.f: como llega --
les en las z-1<;ur:'cìos bilaicralcs y 1'r1ull:ila1.1:r'e1lcs.
Gua rudo afcanzanro n la": l*rcIr11:c1'a1 Iccnoìògíuel. los PAD lleva -
I`lJI'l :I cabo una serie de-: pnlíl.icas para slyudarse at ave asnal' en reja -
axicìn :1 sus compclzidwes exiswntcs y pnizcncialcs. El caso dc
!I'Igla1I.(=I'I':1. dado el largo Livmpo en que 1'nan†.uvu su püsícióll de
"cconolrlíal I`1¬urlt(:l'e'I es In uy {:la1'0 21 csl:c 1'cspec†n. pero también
ÍJHIU'c¡ pzlìsc*s lläêll'oì'1 11f1{¦did;1s sílnilal'cs Sfšgúll SUS pusìbilicìaudcs.
.P__
Í Itgh1tf.e1'1'a1 puso un pfiìutical nwnlidas p:-¡ra c:o11I¡'F1lm' la t1'ansl'c
1'er1.(:izl dc 1:ecnoìogia1 21 sus f.1Jn1p<3i.id1?›1'<*¦s potencíall±'s (par ejmn-
;:1I0. L:011.'i mlcs sultán' la m ii.§1'a†ï:iú n de 1r1:1I1u de ul.l1'¿1 cllalillicada D
1:1 e›:p(›rI.z1{*ióa'l dc maquira¿1:~åa) y presionó el los liaìscs lneI1us
desai-rolìados para qrw zlhriflrarl sus m e a d o s . en vaso necesario
par la l'uf:rza1. Sin crrtlmalgo. las economías que ìnl.er11.z1l1a:1 èìE¦ll12l"
1iza1-aw y q ue no {_†¦112-11] colonias l`<n'1'nalcs ni irxlbrrnaulcs no se rcsig--
It1=.1'on sc1¬wil1a1:1en1e ;-1 E1(.¦E"*)l¦.i†.l` estas rnculìdas 1'c5¦.1'icl:ìvas. sino
que ernplenrnn l.Il'1ll Iìlïìplill ga1m1 de Inedìdas para im'clltm' fillpfi -
1'i-H'les obs;I.ác1.1los crcaclos pm- esas 1'cst1'i('['iu11cs. I`l'3(¦1.Iïl1IÍ{'¦l1C].{]
Íl1{'l1.lä[l El medios "ilc=g:11es". tales como attmm' at I:1'a1J¿1j¿1:ìnre's

ex1.1'¦1nie1'oe= n al rorlt1'aham.lo de r1'1aqI1in:1r¡:1."

^..
56
¦
.I

I
RETIRARLAESCALERA

2.2. LAS ESTFLATECIAS DE ACTUALIZACIÓN

En este apartado examine las experiencias dc un buen número de


PAD -Inglaterra, Estados Unidos. Alemania. Francia, Suiza.
Bélgica, los Faiscs Bajos. Suiza. japón. Corea yTaiwan-y explico el
tipo de políticas industriales. comerciales y tecnológicas (ICT) que
usaron cuando eran países en desarrollo. Demos1:1'a1'é que, en la
mayoría le estos países. las politices que se usaron son casi las cono
trarias a las que la actual ortodoxia dice que emplearon "y actual-
mente reoomiencla que los países en desarrollo actuales deberian
usar 1'alnbién".

:¿.::.1. lI\ì(«!¿\'ll!*1{I*Lñ

Como i`uenI.e intelectual de las modernas doctrinas del lo.issezjƒO¡L¡'e


y corno el único país que puede afirmar que practicó un libre
CÚIIICFCÍÚ absoluto en un d'E.¦l:fill1]'1Í]1¦.ldtl periodo de su historia. la

opinión 1na.yoritaria es que Inglaterra se desarrollo sin ìllì-El inter-


vención estatal significativa. Sin embargo. esto nn podria estar más
lejos de la verdad.
Inglaterra entre en su era post- feudal (siglos XIÍI ir XW) como
llfišl economia relativamente atrasada. Antes de 1600 era una
importadora de tecnología proveniente de la Europa eontinentaI.I2
Se basaba en exportaciones de lana virgen y. en menor medida, de
tejidos l e lana de bajo valor añadido (lo que entonces se conocía
corno " tela corta") a los entonces más EIV¦1l1Zâ1dGS Faises Bajos. espe-
cialmente al las ciudades de Brujas. Gente e Y pres en Flandes.
actualmente parte de Belgica." l..os monarcas británicos de la
época gravalian estos productos principalmente por razones de
recaudación pero. dado que los tejidos se gravaban menos que la
laca virgen. esto alentaba la sus1:il:tlci-On de importaciones en teji-
dos dc lana y cierto grado de éxito en la exportación." Se cree que
Eduardo II! (132'2"'2"2') fue el primer rey que intentó deliberada-
mente desarrollar la fabricación local dc t e idus de lana. Sólo usaba
ropa ronl'eccion.ada con tejidos ingleses para si dar ejemplo al
resto del paistlfi trajo tejedores flamencos. cenlraliaO el comercio
de la lana virgen of prohibió la importación de tejidos de lana. lo

5?
Ha-Joohi CIMNG

Los monarcas fi la dinastía Tudor siguieron impulsando pI


dc*s:1r1¬oììo dc-* esta industria con la quo solo puclïlc deseribirsc {'OvillO
una politice! dc promoción deliberada dc la industria 11acicn1:o. F1
celebrado mercader, político y novelista del siglo XVHI Daniel
Dcfoc dcscrihc cata pcìitir.-a en su obra. ac¦.ualmcnl.c casi olvidada.
A Plan. oƒlilh.c Hr¡.gE¿sh Í.Íor'r:.¡:r.ercc [Un plan para :mi c{1rru.'1'c:iu inglés]
(1?¿2H)= 1? Fn ella dcscriì:›c con Vic:-to dciallc cómo Eos monarcas dc
la dir1a$tía'I"l.1dr›r. psp!-*cìalmenlïc Enrique-' VI! (1485-1509) c Isabel
í (I558- 1603), t1'a11sIlorma1'on Í11g1aI.e=1'r:1 Flo ser un vais que se basa ¬
ha princípalmcntc en la cxporl.aciOu de lana virgen a los Països
Bajos en la 11ació11 más ilnporlalltc del mundo en lo que respecta ¿I
1:1 manu|`acI.ura [In la lllI'l¦l..]"
Scggún Defoe. Énriqllt' Vil, and-'s dc su (*o1'on8ción en 14.35.
habla "sido una especie dc refugiado en la corte dc su ti la duque--
sa df: Burg'u.nd_;r [en cursiva en cl o1'igíl'1:-lIÃ"W. Allí quedó muy
imprcsiunadu con Fa pl'ospc1'idad dc los ï*aìscs Bajos. laasadu en la
mal'l1.l{lacI:ura dc 1:1 lana. y a pari.i=~ dc 141.39 puso cu ¡Je-aìciica ïn:ulc1'as
dc IÍIITITHÉJVÉI' la rnar11d'acf.ura df: la lana ¶)l'ifá1'1ic¡-1. ÍÉ11I:1'c otras medi--
rlas, se E`il1VÍE1llÚl1 lnisioncs rcalcss para if1c=I1tifìc:-11' lugares arlccuadøs
l`.l¦l1l¦1 fa n'1¿1n1l..If¦¿¡l'.=l'l.Iya dv la larIa.2'" se 1'1'njc:I¬01] 1'1'aba.jacln1¬f-s c'ua!illic¿1dos
(In los Pzrist-s 13:-1j¢›*;-21 sf- aumcntairorl los i 11'1pu-estos y 1'1:I±;1'a1 se prohì -
hi fi l`CITl}'J'(lllillllfl'CllÍi* la c›:pu11aL:íú1'1 dc Earn-1 virgcrl. Hlllìläily 1::11nl:›i(51'1
cluu*urr1›::1'rlu la h¬gìslucìón dc: 14.89, 1512, 1513 y 15"ì6, que p1'ol'1ihìa
las :~:~:pu1'l'au'i-:Jrms pie* Í("l{iS sin arahzlr, {""XC(fl1J¦U PH vi vaso Ch" piezas
rú31i{::1H pm' :'El--hajrr de d¡=¦¦.{1-]*¡'nfl1ål(1{ì vnìm' de* mertwuln. Esto. obser-
va Ramsey. rfiEllll'jaha la C>nI't›11(*vs "illlliuyeltte opinión fi(-* que era pra* -.

I"r~I'ih1[± É*XI}')Ú'i'Í'Z{l`lana en Í`u1¬tm1 de ivjidu más 111.10 en estzuln v¡1'g-311. pm'


El) que* EL r.1 ìg11a1n1t'1'1W mvjnr t*xpG1¬ta1' 11-*j ido IÍ('llL'l1l]'1(*I11[¡* :'±cnb;1(l~1) y
teñido que en un F~sl:acln sc=n1i1n:1nu!l:1:~turztfìn, mm pfllu.y sin <*¢1l'l'nl°"2.
'Pal fumo insiste Defu{-2. Enríqur*Vll. se dio (*nc-~r11'¿1 de: que, dada
1:1 ìJ›r(-*(.~ì1:1 1:e'<'I1n1ñgic:a que* pxìstía entre lrlgìaI:flr1'a1 y ìns Países Baj~t¦-8.
¡"SÍ.¦1 t1'an$fm'1'r1ztciñ11 *Lomm'i¦1 rmlcho t 1m11pfl. y por lo t:.mt0 actuó de

1'fl¡Mú*I'ü g1'a(1I.1nI.1¿3 Así. pues. subió Ens impuemus :1 1:1 cxpoflacirìn


¡le la na virgen sólo c11m1cìn 1:1 ilmduslcria csulb:1 mcjur ¦I${\-!¡.{_81¦I_ Tan
pruno türrlü qlwdö ('!al(› que Inglalifirra Tlü tenia. scnciììamente. la
<~npa1cids.1d 11ccf:sa1rãa1 para p r0cf*s¡1I' toda la lana vi 1'gr¿:n que producía .
retiró El ¡t›rollillici.ún= 11 la exporta-::ión LI EL lana virgcll que hätlmial
H

ll*
(

*r
¦
REFIRAR la ESCALERA

impuesto.2'* Según Defoe. no fue hasta la época de Isabel I (1587).


casi cien años despees de que Enrique VI! empezara su politice de
sustitución de importaciones (1489 que Inglaterra tuvo la Su'l!i-
ciente confianza en la competitividad internacional de su industria
dc manullacl:u1'a de lana como para prohibir por completo la expor-
tar-icin t e la11a.35 Esto condujo. al Cabo de un tiempo. a la ruina de
los fabricantes de los Faíses Bajos.
S e a n el análisis de Deibc. además dc esta politice de sustitu-
ciOn de importaciones. hubo otros facto:-cs que contribuyeron a la
victoria británica en la irldI.ls1.1'ia de la lana bajo el reinado de Isabel
I. Algurios de estos I'acto.res fueron fortuitos. como por ejemplo la
inmigración de ¦.rabajado1*es textiles flamencos protestantes tras
la ¿guerra de la independencia de España en 1567. Sin embargo.
otros I`acl:o1-es fueron creados deliberaclarnente por el Estado. Foca
abrir nuevos mercados. Isabel I despacho enviados comerciales al
Papa.y a los ernpcraclores de Ilusa. Monge] la y Persia. Las inverso -
nos masivas brittìnicas para logral' la supretnacia naval le permitieron
i1'1'a1npir en nuevos mercados .Y a menudo Boloniaarloä y mantener] os
corno mercados cautivos.%
Rei-;ul1'a difícil establecer la importancia 1'elativa dc los facio-
res anlcs mencionados para explicar cl éxito británico en la manu -
i`aciura do la lana. Sin embargo, si parece claro que. sin lo que no
puede ser dcscri 1:0 de otro modo que como al equivalente del siglo
XVI a la inocicrna estrategia de promociOna de la industria naciente
puesta en priìctica por Ellfifillìü su y proseguirla más Tercie Pol' sus
sucesores, ha:-ria resultado muy dificil. si no necesariamente
iinposihie. que los británicos lograran este evito inicial en la indos -
trialixación= SÍl`! csia industria clave. que explica al menos la mitad
(le los ingresos británicos en concepto de exportaciones durante el
siglo XVHI. si iievoluciün Industrial podria haber resultado. corno
mãitirno. muy i1ii'i(:i1.2?
In reforma de 1121 del derecho mercantil introducida poi-
Robert Walpole. el primer primer ministro británico durante el
reinado de Jorgc I (1714-27). supuso un cambio sustancial ii la
fullera de enfocar las politices iridiistrial y comercial británicas.
.Ál1I'criorrnen1c. las politices gubernamentales británicas
estaban por lo general enfocadas a la captura de comercio (sobre

59
lIIX-.JDÚN CI-¡ANG

todo rrwdizllttc la colonización y las L<1ye¦s dc Navega:-iú11, que* exigían


que 1:1 co1'n±:rcin con Inglatertïl tuvicral ¡usar en. 1)-¦.ll'l.¦0ä britál'liuus)?'"
y p1*e='l'<-'mlian g{'"Íll{3ll?1l' ingresos gubermnnrzntales. La pro-:ación de
la 1na¶1ufac*t1.11'¿1 d(-* la lana. tal como se explicó más arriba. fue la
t*xr:t=pniön más impnrliante a $51118 políticas; pero 111011130 esta fue en
p:.n"tf' nlm:iv:lrlo por el deseo dc generar mayores ingresos g|1hc1'11a--
lnfintalcs. En ramhít.›. las políticas i1'1l:rnc1ucid:1s cìcspués de vea:
teními el objetivo del ibczraulo de promover las industrias 1nnnul`a(¦--
Hnerzas. AL in1:1'(›cl1u:i1' I:-1 nueva Ice. Walpolc afirmó. al lI'av{8:~¡ del dis-
r:m'so di-'Í Tuy al Pa1'Ia1ne1'1t0=
Ha ewldentc que nada. f;uf1Ir'flJ¡¿;r'e tanto al f›¿enesf:a.r
lnífllfiün Í'OFfI-Ú la. G-l:;.:o¡1.'fl-t'rldn dr* báerncä rnmmnƒÍtm'¦.1nn:.flus Y lr.:-
1lrrL¡1F›r'M-{:¡l:;in- dc* rn.m1er'¿fl.s pr1:rn-ri-s fl:z.I;rLf1.r1¿ic=r¬rLs.lm

La lcgisìäluiólì 1.1c 17111 .y las subsigllìflltcs cmnhins políticos


s11pl±:l1t1:l'lt:1ri(›s il'lrL*luínn las :sig1.1i('1t1(=s 1r1{:dic.le1s.3" Fn p1'i1m:1' lugar.
$111 1'c1J¦1.§¿1rt›151, c
incluso se: elirnáuw ron por c0n'Iplc:t{›. ìfis i1111J11es†us
a la ì1'n porI'aciún sobzf- 1'ï1¿1tcI'ii1s p1'in'1as 1ISE1dE1S 1301" los fabrican -
1-,H.=!i En S{'glE.lIII[ÍIO lugm'. las prilnas 11 la ì1npo1'I:ac'íòn p11ra las matc-
|'ins primas en'1plpa1:izls IJåì1'ël las ¡n111t11.ll1tr1.1J1':1s I3XlìOI'[1l[']21S -una
political que-' lìathía 5111111 himen e'stz1blcc'iflz1en el lmís ::1fis<'Iz-: las Iiífifxnpoã
:In: Ú11iIlc*r1'1¡rJ y M:1rí:1---- se at.11n<:11tn1'm1.38 Por ejcl11IJì<). se redujo <*l
ixllpufislü sula las pi€'I{'$ de (*a51:01' y, en los vasos al* c›:pul'l.aciú n.
0c:11c~<=(!i8 una <:xcn+z*iún de 151 at-uitzxcl del ixlwpuusio IJ:1g:11l{›."3 En
llxgill', se ¡llJ1fli(:r0 [1 los ir±1pucsIu:s :-1 la «::xI.n}1'la1cEú11 pana 1:1
É('1'l¦('l`

rmlyül' pa rio' de las ïr1:1I'1u I`ac:UI:¬ns.2"1 Fn {'u;1r1'u lu¡¿;iu'. se SlI¦Â}ÍÉ'IIU'I1las


i1rIp11e€.I:os sobre lmiencs man11IIlacl:nrados e:u1°anjnrr›s sig|1il'íc±¦tiva--
/nr¿:nI.{=-. En figIIinlu lslgan-. los subsidios se la r¿-xpu1¬t;tci0n ("g1'a†ific¿1--
L~inltc=s") se* sx¦e]1±lisron a PHN"V-C115 a.n*t¡cul-:ms taìss ('0ïlllÚ prucìuc1=Js
de seda fllïss) .y póivnrzl (I131), micntnns que los ya sxisI.en1.-ss 1

subsidios n En expsx-izwiún dc- insta psrst velas y aasúcm' :*sllìnatlo se


:1l1!]1I8:ni::1]*01'1 (en
agffšx y v21ì*.%, rcsp<*vI.ívinrIe11Le).35 En s(:xl.u lugar',
se ìnlzrocïnju una-1 l-¢={-=l1ì:1r;ic3n pau".-1 <:on1.l'<')l;1I' la calidad dc los pro--
1

::Iu{:HJs Tl'1Elllll E`:1s't111-ados. ('s!Jü1*ia1ì1t7L'11I(: los p1'0ductus i;cxI'íle:s. rlc


i'i'1:=11'1c1':1 q un los ialnn-ica mi les poco css:-11p11losus no 1'1IxdicI-zm (ìa11'1i?¦r

la 1-epuialciún de los pl*ocI11cLos 1.11-il.aì1-1ìc0s en los mc:*s:u]fJs cx'tr:m--


[p ros .:at.

fio
RÉÍIRAR LA ESQALERA

Brisco I'cslll'ïlc el princìpin subyacente a esta nueva legisla-


cuán r'om0 Slgüfl:
[I.nsfizhr¿f=a¡t,I;es_Í ten.írm que serproLeg*¿dos en casa de la
F:om.pel.en.c¿a de por-urlnctos Camanjeros a.cr1.ba.dos: Ea. libre
e:r;pur'taeldfl. de a.rI;¡b¡.¢.lns acabados debía asegurarse y, cuan. -
Flo ƒìeercr. posible. hrxblfn. que :1m¿¡Ju.lsr.u'.la. mediante g"a.tlfi.m-
ciones ysubsrldius. fa?

.Algo que resulta muy interesante señalar aquí es que las poli-
ticas introducidas mediante la reforma de 17:21. asi como las prin-
cipios subyacentes. eran curiosamente similares a los empleados
pm' países como ]apÓn. Corea y Taiwán durante el período de la
posguerra. 'tal como veremos más adelante (apartado 2.2.7.) .
Con la Revolución Industrial de la segunda mitad del siglo
XVIII. Inglaterra empezó a aumentar su liderazgo tecnológico sobre
otros países. Sin embargo. aun asi prosiguió con su politice de pru-
moción industrial. que mantuvo hasta mediados del siglo XIX. En
aquel entonces su supremacía tecnológica era abrumadora.¡l"
El primero y principal componente de esta politice era. clara-
mente. la protección arancelaria. Tal como vimos en la tabla 2.1,
Inglaterra mantenía lll'1IDs aranceles muy altos en productos rnanu~
facturados aún en la década dc 1020, unas dos generaciones des-
pués del comienzo dc su Revolución Industrial. y cuando iba muy
por delante de las naciones que competían con ella en desarrollo
tecnológico. Además dc la protecciOn arancelaria. también se
pusieron en práctica otras medidas. En primer lugar. Inglaterra
prohibió las importaciories dc productos de calidad superior de
algunas de sus colonias en caso de que estos supusieran un peligro
para las industrias británicas. E11 1699 la Ley de la Lana prohibió las
exportaciones de productos de lana de las colonias y acabó con la
industria irlandesa de la lana. en ese entonces de nivel superior
(véase el apartado 2.3.1. E11 1700 se impuso una prohì'niciún a las
importaciones de productos indios de algodón de calidad superior
("percaics"). debilitando el que en ese momento era. plausible-
menlìe. el sector dc lnarlI.lfactu1'as dc algodOna más eficiente del
mundo. La industria del algodOn india fue destruida a continuaciOn
con cl fin del monopolio de la Compañía de las indias Orientales en

61
Hflm-JDÚN C1IANG

el (`Í.llÍ1CìlͦìÚ inf.s1'11aci<›nal en 1813. cuando lnglatc1'1°a se habla con-


wn-l'idu en un productor más eficiente que este país (véase el apar-
¡rulo 2.:-ì.). En I813, dos gencn-acio1'1cs después de vstc-› lecho, se
calculalua ya que cl4.0-4.5 por ciento de todas las expo1-tacxioncs tex
liìss de algodón hrilsìnim-as se dirigían a la Imìi:I.¡*'*
Harris el final de las Gua=rras Napülcónicas de 181r;. sin em]J¿1r--
go. los c'o1'1Iliados i`:1hri('antr±s h i túnicos exigicrml el ìihrs cmnercio
mm una lìrrneza rada vez lT1¡l'¡f0r. Pfilïl PAG c11'tor1ccs. la rnaytwízl de
las i'zlbricarltss británicos estaban Firmelnentc ascn1::1dos C(ì1'l'1() los
más vilicicnI.cs (le mundo en 1:1 rnayflr parte dc las incïustz-ias.
pxccptu un unas puras áreas lìrruitadsas en las que pases como
Bëìgirzl y Suiza SllI'ICIlil]Í]¦.lll en tcvnología a ìllglatcl'rn (véase el apar-
lmìn 2.v:.6.). An11q:1e una IHICVEI Ley del Trigo p1'orl'1ulgada en 1815
(Ingl:.1l'er1'n hnkúa tenido n¡1¡'[1(_¦I'[I$¿]3 In yes del 'I`rigü. que se remon-
lz11:›ar1 :1 :;¡,ü*š) supuso un 1llllTìÍ;*l'lllU un la protewión aagricnla. la pre-
sÍÚII para un C¦Q[nUI'(¦i0 más libre iba c11 a11I'r1c11l:n.'"]
Au11c[u±= hubo una ronda de rsducciunes a1'nIlreÍzlri;1s en 1 3 3 .
el grslra cambio llegó en 1316. c'1.lamlo la Ley del '111'igo fue abrogada
y los :-1I'i11I(:cl¢*s sol'11'¢-- muchos bienes ma1*111I'z1cl.t1I¬:u'los se aì1olic--
I'f›I1.'" [..a z=1br(›ga1F:í(31'1 de la Ley del Trigo su solía cmlsir1(›rnr por

Ci1¦l{)1l1['U$ CÚl'I'i0 la vicw.ria 1'ì11:11 dr* la duc'†I'i11¿1 eco Iìúrrnica clásica--

Hb('"1`Ell sulJ1*f.- la €=1'.I'ör1{¢z1 concepción rnc1¬c:alllìlisl.¿1. A111'1que I'IÍ.}


cle*l1eriznnus subesI.im¿u' vi gxapvrl de la I:e01'íi1 ccollúmìca en este
rarrabio política). imwlws l1ís1:u1'iado1°cs más 1";11'r1ili:11'iz¦1dQs con t-*Í
pe'rio¦:l0 si-*ñnlan que p1'ob:1l':1e1t1r›n1c d{±¡.m f-11U:1*1flcrs(a como ll ac~l.c›
du "i1l'1pr'1'i:t1i¦=un(› Flc li1¬›1'e con'1crci0""} que p1'fi*1'c1'1dia "fi'c11:1r el
siyamme lìarìzl la il1n'l11st1'i¿11iz¿1ciú11 C11 la E!.llf'olͦ¿l QUHH m81¬¡l.&1 ¡1n1pliaI1~-

dr; el I11('ll(lí1[10 para los 1']1¬ud1.1ct0s ¿1gl~icolas y lnalcrins 111^ì111as`""*.


Evi1:lc1'II:<;11'1(:11ft*. 1n1¡c¬}1f.15 de los Iídm'us ulavc- tlf- la catnpa1.ña

parxt I'('{'hÉ1ZZll' I11 I.,{-jr dul 'I'rigor. como el político Ru1'!fi*1't Gobdcn U
John Buwring. dc la .luitïa de Gomzzrcio. cmlc¡bicrm1 su ralnpalñzl
PII(*('ÍSå1IT1E1'lÍ:l* cm esas 1:é1'min(›s.'" El pun'E'o dc vista de Gubdcn

sobre pata cllcsI.iúl1 expunc c-011 (-lzlridad en cl :sigLlielll'r= pasztjm


FI sistcrntr. dc.[h:r'¿n:'ír.1s no se h.(nfJr'í¿L F1.I':'fnÍgc:.r.Éo, con. Lada.
I1:'±›br:.f›¿1id-tu¿, en.Ilnr.érlïc.'n,3' c:'r..-'He:11.arL¿n. San lu- rI1.rL-}}1)/'cc*r'Le-
su., f e ¡Jmf.r'íc:, h.:LfJr›r1s¢e rI4*su,r':'c›lla,dn. poma la fui- hc=f.'Jw. en. esos
¢f.r.›s IÉ$EfI.dn.~; ?' en Fì'ml.r'¡.a.. Iìélgí-<'F:. -y $u.í.zF1.. r:u'cE¿a.:¦.¿fl el

6-›
RET¦RAR LA EQCALERA

.ƒbxrnerua de las g1'a¿¿ƒir:r.:.rr:ones que ¿mm cmniala cara. del artes@ -


no l`J¡':i1Eci1L¿t'0 su, oƒi'ecí.da aljhbricczniìf-2 de esos países. ahlnzetm -
todo n. un premio reís bcyb. -15

For muy si nibólica que fuera la abrogación de la Ley del Trigo.


el verdadero vuelco hacia el libre comercio no tuvo lugar hasta la
década de 1850. Solio con posterioridad a los presupuestos de
Gladstorie de la década do 1050. y especialmente en la década de 1060.
en conjunción con cl tratado de libre comercio anglo-francés (el lla-
mado Tratado Cobden --Ghevalier) firmado ese mismo año. fueron
eliminados la mayo' parte de los aranceles. El siguiente pasaje dos -
cribe de forma sucinta la magnitud de Ía ìiberalizacìóli comercial que
tuvo lugar en el Reino Unido durante la década de 1050:
Fn r84.8. el Reino Unido temía. r.14,6 e.:-ttícrdos sujetos o
derechos a.m¡*1.ceIo-rios: en. 1860 tenía. 4.8. siendo todos ellos.
m.er1.os 12. artIÃcu.lo$ de lujo o de semi.-lujo. Hdbí-cnrlo sido el
más complejo de Europa. el sistema. o,¡'a.n,ce¿a.r¿o brritcinico
podría. h.a,I›erse tlrnpreso en "mcdla. _ptí'gr:n.fl- del ALma.no.que
Wh.¿f.fr.kcr -1fi

Cabe señalar en este sentido que el liderazgo tecnológico bri-


tánico que pernil:iú este vuelco hacia un rég'in1.en de libre comercio
se habla obtenido "detrás dc unas altas y duraderos barreras aran-
eelarias"'". También cabe señalar que la liberaliaaeiOn generaliza-
da de la economia británica que tuvo lugar a mediados del siglo XIX.
de la que la liberalizaciúlt comercial era sólo una parte. fue un terna
muy controlado y supervisado por el Estado. y que 110 se logró
mediante un enfoque de lo-issez -faire." Es destacable que Inglaterra
"adoptó el Libre Comercio con una lentitud dolorosa; 04. años
hubieron de transeurrì r desde la publicaciOn de La. Riqueza. de los
Nociones hasta el presupuesto de Gladstone de I860¦ 31 desde
Waterloo hasta la victoria ritual de 13.;.6""'3.
Además. el régimen de libre comercio no duró mucho tiem-
po. En la ducada de 1880, algunos apremiados fabricantes britzìni -
eos estaban pidiendo protecciOn. A. principios del siglo XX la
reintrodueeiñn del proteccionismo fue uno de los temas más can-
dentes de la política británica. a medida que el país iba perdiendo

63
HA-JOON CHANG

rápidamcnlx; su ventaja rr1anu1laF:tu1'r*1-a en rcìzxoiún at Estados


LInidos y :1 Alelnallizu pruelm df- ello fue la influencia ejercida por la
[iba para la Hefortrla A.ranc*c1m~i:1. formada en 1903 bajo el lideraz-
go del carismático politice Joseph Cl1arr1hcrlain.5" La e-ra del libre
0c›mo1'cio I:er1ninú cuando el Reino Unido rotwünociO l`i fl:111nonl:o
c¡1.u' había pfiwdido su procnninencia In2I¡1IIt¡1Cll¦.1II€ll¦.I y rcíntrodujo
;11'ar1L'c1cs al gran escala en 1932.5 |

2. 2.2. I:s'l1»u?0s: IJNHJUS

1811 como señaló ì..i.st (véase el capitulo 1). Irlglzilxr rra fue el pl'inlcr
país que lanzó con éxito una estrategia dc promoción a la ìndusiria
l'1zlri<:rlI:{.'. Sin cn1ba1¬g0. es prolnthle que SII usuaria más fcrvien1.e
l'1:1ya sino ìïstaflmas Unidos; cl eminente his1:oriadn r f:¢¬onú1nir:o Paul
Bzrirovh lo ìlamú una vez "la lrazulrf- I.›a|:1¬ia y bzlsl.¡ñr1 del 1m1dc1'l10
pI'm'ecciGllisrntI"58.
I1:s¦.e hH:l1n, sin mzmbzlrgo. ]`E1llE1 vez se recnnoc-1: en la 1i1€1':1l'I.1r:t

1'r1(›(¬Ie1'I1a1. espccialnlt'1'1l'c en la p1^ovcnienic de Esixrdos Unidos; incl.-


su xrnuchzua-1 personal qnu' en ut ms aspcvtos están l.1ic:n il1ior1n8d:-ls no
I:1a1'('cen {*$1;11' al 1:aI1U'›. Nada 11'1cnos q'r.1<-* el l'1is1'm'intlo1' económico
C1¡va 'l`rpì;›¡ìc'c›uk. una :11.11:u1'iLlad en la Hcvnhlciúrl Íludusu-iztì (±1.11'c›pea.
al ('ün19I11';1r la inl.1~odt1c<'iòn de aI'¡111ccles en 1870 en AlcnnnIìial. sos--
Nuvo qru- los 21I111-wclefi esta-1hat1 extwcliúlndosc en lodo 01 n11111d0.
incluso hnstat un 1:1 A1r1ë1'ic-:1 del líblï* c01m1'c.¦o" mi:-;_
ir

Aarón en los casos CTI que se 1-cuonoce ln EJÚS†E¦l'1['Íål de ¡11':1I1('fllc*s


eluvmlos, su in1p01'I.a11(*ia os nnly poco valm'ad;1. For ejelnpìo, de
i-ICII-É' ron c=nr1 el que llas1.a l1:-wc poco era el punto de vista <*oI1vcn<'i0 -
nas sobre la l'Iistm'ia efoncìxniczl csi8flo1.111id¢*r1sc. Noftll tnen<!ìn1'1a
los i1I'z1nc{:l¡-*s u t sola vez. súìo para t]csp:1ch¿11'los wlnü un f'11('t01'
i11sig1'lìI"icar1'I.p en la c-xpl¡(*ai:'iór1 d i dc-sa1'rnllu i1'1dI1st1'ial estadnll -
rmidense. Sostiene-. sin I'11uìesatz11's1~ un desa1'1'nHar la cuestión Y
c-italnlu el f¦ic;1lnc*nI:1= l.lIllE1 f21lc11I:(: sF:c'1lnd:11¬i:1 Bonsìrlc1'¿1bl(:11'1cnte
varia (cl cstufliu c'ìáäi('u de F. '1`a11ssig. 1892). q¡.1(-* "nlitmt1':1s que los
;n*zlnrele-s SU vülvif-*1'z)It C`€-ldèI vez lnás p1'(›¦:c(:cionislz1s PH los años
1.)0st¢->1'.ìo1'{:s :1 la G1w1'1'a Civil, vs ¡.llldüso que res11lI'z11'zlt1 tan i1'1I`lu-
yftniïas unmo ¶):t1':1 afbutelm' serialne1"rl:c la cxpmasión dc las rnalnufat' -
O
l.lIllEïS"rH.

(14.
i
RÉÍÍRAR LA ESCALERA

Sin embargo. una lectura más cuidadosa y menos sesgada de la


historia revela que la irnportancizi de la protecciOn de la industria
naciente en el d<*sm*:'ollo de Estados Unidos no podría haber sido
mayor. A prirtir dc los primeras tiempos de la colonización de le
que fuego se convirtió en Estados Unidos. la protección de la indus-
iria interna fue lina cllcsiiúrr politice controvertido. Foro empezar.
l 11glate1'i¬:l no quería industrializar las colonias. y upìicó en conse-
cuencia politices para ese fin (véase el apartado 2.3. para más deta-
lles). Fui torno el la época de la independencia. los intereses
agricolas del Sur se oponían ll toda protección. mientras que las
intereses 1nmlullacturer'os del Norte -repl'eselltados. entre UÍITIS.
pol'Alcxorrdcr Hämiilton. el primer secretario del Tesoro Lie Estados
Unidos (1739-g5)~ querian in11:J011erl¿1.55
Muchos señnieirr. por cierto. que fue Alexander Hamilton. en
sus J'n,j¦orm.es del Se¢:rc¿o.rio del Te:soro sobre lo, Cuestión de los
i!bfo.rrri.fllctu.irLs (1?9fl. y no Friedrich List. como suele pensarse,
quien construyó sistcmsìtícamente por prirncrai vez el argumento de
lo inclnst rin nacicmc.5" Dc hecho. tal como señalan Henderson y
l`{eìnert, List einpezú siendo un defensor del libre comercio y solo
se convirtió ¿el credo de la industria naciente tras su periodo de exi-
lio en Estados Unidos (1325-Bo). Mientras estaba allí conoció las
ubraä de ƒ'*LlexanL1er Hamilton y al entonces importante eeonolnis'I.a
estadounidense y gran defensor de la protección de la industria
naciente. Daniel Rayznond.5¡
En sus Iriƒoirnes. Harníl ton sostenía que la competencia del
extranjero y las "I`ueraas de la eosI.umb1°e" harían que las HIIGVEIB
industrias que pronto se volvieran internaciorialntente eornpetiI:i-
vas ("industria naeien1:es")5¡* no arranearìan en Estados Unidos a
in-*noe que sus pérdidas iniciales fueran ga±'anI.iaadas por ayudas
gube1'l'lamentalcs. Estas ayudas. dijo. podrían tomar la íbrrna de
impuestos sobre las importaciones O. en cases raros, prohibiciones
a la in1pm'l'acÍó1'1 de determinados p¡'Qdu¢tÚs_5u Cabe señalan-la gran
similitud entre esta concepción y la abraaacla por Waìpole (véase el
apartado 2.2.1.3 un hecho que no paso desapercibido para los esta -
I.

Llolinidenaes de la época. sobre todo para los oponentes políticos de


]~Ialnii1'on."" A su vez, tanfihién deberla señalarse que tanto el punto
de vista de Walpole como el de Hamilton son considerablemente

*SS
HA-J00N IIHÄNG

sin-aiiares a la co11c:*p::ió.r1 que sulwyzi[-I» a la política intluslrial dc la


pustguerra en Asia Oriental (véase cl zxluartado 2.?.7.).
FI1 principio Fstados Unidos cauce{:L'ìa de un sisl:ema z11'ancf=la-
rio a nivel federal, y m-*I imcn.l:o de c'unf-adcr al Gongreän vornpcten-
cias a1'zlll{:fi'l¡1rias en 1'g81 frzlvasúfl Cuando ulnuvo cnmpclccncias en
rliatïaria impnsitìvzl. cl Congreso aprobó una lay arancelaria liberal
(1789) que imponía ir 5 por ciento dc anlnccl piano snhre todas las
i1'n¡n›1'Iaci-nnes. por cjenlpln cáñamo. cristal y clavos. Mucha-os aran-
cvlcs Sm* Au I`llfll1ÍH]'Í.}lÍl en 1792. mlrlquc aún $ÍgL1Íl?1l0II1 estando muy

pm-df:lJ:1jo de Í0 rpr'untü1'1dado por 1-Iamiltmì. quien exigía un siste-


mu generalizado de pi-olzccciún a la industria HHCÍPI1te y la ('oncc---
sión de sI.1l'1si(:li0s. ï'asI.efiin-menlciie. y hasta la guvrrzl con Ing1a1"c1'1'a
Th* 1312. al nivel u1'a¡'1cE:la1'io promedio SP que-:dó en alI'¦:f;1{:fln1' de un
1.,.5 por c-ianiu. p(*1'o para pagar' los elc~.f:1cIr›s gastos de: guerra todos
los al-a la('fi*les su clupìic:1rn11 011 1012."12
Un vuelco imporI.anI'e en la política :1ran{:<:la rio tuvo lugar en
1816, cuaiiczìn. corrió señaló List (rapítuln 1). se i11I.ro(lujo una nueva
ley para 1'r1a1ì¦:<':n(.1' cl nivel arallcfilario cercano al que había en
tiempos de* guarra gracias a la consicìfirailuln* illí'luunvia política de
las indufiI.rìas I1;1(:icnI:4=s que l1aì1ím1 creó-ido bajo la pmtetcióut
" n:11:ur:1l" :-lrordilda por la en:-rra contra Íng1aI.c1'1'n. S:-' procedió asa
pese al hecho de que esa fucxnlxc de ingresos ya i'lÚ se 11ccesitab:1; el
algnclón. 1:1 I:.11'1a .y los prodzwtns 1'Ilëllììll'8('1111'ad0s de llìørrn 11±cilJic-
ron una proI.e<*ciú11 cspe<:ì:.1l.*'3 11:n la ley a1'a1'1u(-l;1ri:1 dc* 1816 casi
nados los l1ifi=m*$ ma1'1uI'1ì{'[111'¿u1os Í.111(ͦ(1E1I'Úlll sujetos el ar¿n1c!fi=1cs de
:11rf:d:'dor del 35 por cie1t10.*H La tabla 2.1 lnu<*sI.rn que* el Nivel
E-.l1l¿lI1[¦Í.¦1å.ìllÍÚ nwdin pa la Eos productos manuí'¡¬=cluI'zu.los t*n Fstadns

Unidos; <~r.1 1820 era de a}r<*de=dor dc! 4.0 por rivnlo. inicialmente
esta medida fue bien zlcügida por Izüdüs. irwllxidos los Eätamdus d{:1
Sn r, que uspcrahnll que co1'1I.rìh11yc1'fi al c1'fi'ci11'1ivI'1¦o de las indu:s--
t1¬iz1s en sus 1:(:rril.m'ius. Sin crruhznrgo, los Eätaclos del Sur pr0t'11'r;1 se
pusitmfm un c~onI.r¦t debido E! su interés en i1t'11.1m'I.¿1I' pmclucl'ns
rr1e.In11ilzI{*'t ¡Hadas h1'iI'áni{:os de czdidzul superior' y dchido al f1':1caso
del inH=nI:1.1 de I1¿1(¬f:r surgir indusl'riels en sus propios 1.{=rri'IoI'ios.65
Los iI1¡.f-res±>s agfllriüs. de>li Sur. con la ayuda de las currapañías
n:.1vic1'¿1s de Nueva I ngìate1'1'a (y cup<*(-izalmzxnie dr* Nueva York),
1r;rgr:1rmt d(:rr0†ar p1'(›.y('*1¬I:{J$ dc ley q1.u› c-+;I'al.11cci:1n aranceles más

66
.
marcan L.›"!i ESCALERH

elevados en 1320. 1321 y 1023."" Sin embargo. en 1824. se estableció


na arancel nuevo. aún más elevado. En 3328. el llamado Arancel de
las Álìoniinaciones dividió todavia más al país. Esto ocurrillfr porque
en esa época los intereses agricolas del Norte y del Oeste llevaban a
1;I'¦.Wa1' con elevados aranceles las materias primas 'D las manufactu-
ras de baje valor añadido que producían (como lana. cáñamo. lino.
pieles y licor). creando así tensiones con los estados manuI`acI.ure-
ros de Nueva Inglaterra.''
Aún se promulgó otra ley arancelaria en 1332. Ésta ofrecía un
.«1.o por ciento dc descuento promedio para los bienes manu factura-
dos """IIII-Él reducción mucho menor que la que los sureños habían
solicitado- y otorgaba una protección par tieularznente elevada a
los productos de hierro y a los textiles (por ejemplo. 1to-4.5 por
ciento para los productos manul'actu1'atlos de lana y 5o por ciento
para los tejidos). Esto condujo a la llamada Crisis de la NulificaciOn .
iniciada por la negativa de Carolina del Sur de aceptar la ley. Una
pirogiucsta de COI]ìPII0t]l1iso se aprobó en I833¦ ofrecía pocas reduc-
ciones inmediatas. pero preveía la reducción gradual durante los
dios años siguientes por debajo del 25 por ciellto para los bienes
menuEI11(:t11r¿t(1os y del lo por ciento para todos los productos. Sin
elnburgo. tan prunln como (:s'¦'a reducción dc diez años filtalizü en
18¿l.2.. se apl'olJó una nueva ley arancelaria que subía Los derechos dc

alduainn al niveles sin'1i¡;1res a los que tenían en 1B32-M1


Hubo una reducción en la prüleceiôlï dc la ley =.11'anee1¿11'i¿1 dc
1016. por más que el p1*olnetliü od- vFr.[m'em. dc los aranceles sobre las
5 ] CE] tegorìas más impm'tm11.es de productos importados seguís
siendo del 2? por ciento. Hubo una red11cciú11 ulterior en 185?.
*posibilìMds por la cesãición de los clemúerstals con los i'ahricsntes
dc ¡ejidos que querian que la lana virgen se situarzi en la "I iste libre"
.y los imperes{-*s de las compañas ì`e1'1*ovia1'ias. que querízut ílnpol'tar
h erre extranjero libre de impuestos. Bai1'or:h describe el periodo
que l'1'8nse1.11"1'iFì entre los años 184.6 y 1861 conlú de "proteccionis-
mu 1-r10de$tn"69. Sin embargo, este proteo ¡cinismo sólo es "modes--
lo" según los es1:ándm"e$ históricos de Estados Unidos (véase la
tnbìs 2. 1). Cabe además señalar que. dados los altos costes de trans-
porte del período. que se lYl1ll1ÍHVÍl;'¦llGI1 al menos hasta la década de
1070. los sramzeìes de Estados Unidos ltabrian sido una barrera

6?
HA-JNON CFIMIG

mayor para el comercio internacional que los europeos. aun en el


caso en que ambos hubieran estado al mismo n i v e l "
Sin embargo. la tensión creada en torno *laiiio a la cuestiOn
arancelaria como a la de la esclavitud se mantuvo entre al Norte y el
Sur. y finaìinonto culminó en la Guerra Civil (1861-5). Se suele
considerar que la causa de la Guerra Civil fue únicamente la cues-
tión de la esclavitud. pero en realidad los aranceles fueron otro
lema importante. Garrat.y_y Carnes afirman qucä
...lo nw.yorío. de los norl.crï.os no fi ri bríon. apoyo-do uno,
guerra, contra. lo, esFr¿r1.viti:.d. Lu. esciaifiiiifijiie lo. omiso, bolsico
de lo. sor.asicin.. pero no la. de io- FleLermino.r:ildn. dos Norte a
resistir lo. secesilfin.. que iïƒsiiltcí en el coii'Lp¡'o¦1LilsfJ del _pu.eblo
poro. ron. la i1.1tl1(irI-.H

Dado que el Sur habla considerado que los aranceles eran el


mayor activo existente de la unión. en tanto que la abolición de la
esclavitud era sólo una posihiìídad teOrica. Ta imI:lo1'l'a11eia de la cues--
tión a1'z11'leelarìa1 como causa de ln seeesiòn no pudo haber sido mayor.
La victoria dc Lincoln en las elecciones presidenciales de 1860
habría sido muy dificil, si no imposible. si los principales estados
tnoteceioiiistas de lìerisìlvania y Nueva jersey no I1uhíe1'ar1 traspa-
sado su lealtad al Partido Republicano gracias si su eon'1p1'omiso
electoral de mantener niveles elevados de protect-iOn.72 El com-
|}1'ümiS0 (el "dutìdeciïno punto" de la 1.1la†aI'o1'ma) fue de1il:let':1d:1--
mente redtietsdo de Forma ambigua para apaciguar los xniernlaros
del partido que estaban a favor del libre eorrlet'cio.73 M mismo
tiempo. seåmia siendo aee¡.il;alilc para los estados proteccionistas.
puesto que Idricoln era un "autentico p1'otet'cio1'1isia oficial" y. por
lo tanto. era considerado como aìgiien que no mzu'1tet'ul1'ia. una vea
7,
elegido, el espíritu del compromiso. |
En los primeros tiempos de su carrera politice Li nroin había
sido un d.esl.aeadn miembro del ser:-caniente proteccionista Fartido
Liberal y un seguidor entusiasta del earisrnátieo político Henry
(Hay. (Day abogara por "el sistema americano". que consistía en la
proteerión a la industria naciente ("preI:ecció11 para las industrias
nacionales") y eri el desarrollo de las inl'raest1-ueturas ("meju1-as
i.rdernas") en oposición declarada al "sistema h i l:árlico" dc libre

68
RErlRNR LA ESCALERA

comercio. y Lincoln compartía totalmente su punto de vi$ta.75


Aunque durante la campaña Lincoln se vio obligado a mantener un
perfil bajo en relación a la mayor parte de los temas controvertidos.
incluyendo los aranceles. con el fin de mantener unido a un partido
jovcny con corrientes diversas. manifestó con absoluta firmeza sus
convicciones proteccionistas siempre que lo consideró necesario."
Aunque era coherentemente antiesclavista. Lincoln nunca
habla abogado antes por la abolición forzosa de la esclavitud: con-
sideraba que los negros eran inferiores desde el punto de vista
racial y cstaha en contra de concederles el derecho al sufragio.
'teniendo esto en cuenta, resultaba probablemente menos temible
para los sureños en relación al tema de la esclavitud que en el fren-
te arancelario tras su elección. En efecto, todavia en los primeros
tiempos de la Guerra Civil. Lincoln dejé claro que era bastante par-
tidario de permitir la esclavitud en los estados del Sur para ante -
cr unida o la Unión. Puso en práctica la emancipación de los
esclavos en el otoño de 1862 más como fin movimiento estratégico
para ganar la guerra que a partir de sus -convicciones inorales-.75
E11 1362 se promulgó una nueva ley arancelaria. Estaba disfra-

cada de "co1¬npensaciú1'1" por cl aumento de los impuestos al consu-


mo y por la imposición del impuesto a la renta de emergencia
don¡nte la Guerra Civil, de modo que el margen previo de: protec-
cion pudiera mantenerse. Esto subió los porcentajes a "sus niveles
más eìevacìos en treinta años. mucho más elevados. en muchos
casos, que los nuevos impuestos indirectos e\co1'dz1dos"?9. En 1864.
los aranceles se subieron aún más. alcanzando unos porcentajes
más elevados que I111l1l"¿1, para satisfacer las demandas de los gastos
dc g1lÚI'Ilì'.ì. Fermanecieron en esos niveles tras la guerra. aunque
otros impuestos internos fueron elin1inados.ü" De este modo, la
victoria del Norte en la Guerra Gìvil perrnitiO que Estados Unidos
siguiera siendo el más ardiente practicante de la protecciOn de la
irldnstria naciente hasta la Frirnera Guerra Mundial. incluso hasta
la Segunda Guerra Mundial. con la notoria excepción de Rusia a
principios del siglo XX (véase la tabla 2.1)."1
En 1918, tras la victoria electoral del Fartido Demócrata. se
adopto el proyecto dc ley sobre cl Arancel Underwood. lo que llevo
a "un importante aumento en las categorías de productos a los que

69
HA-JOON CHANG

se* I)c*1'±M1i:-1 la lilaru (-ni.r:u:1:1 y a un:-1 caiga sigrliI*i1-ntiva de los


il¦lp'Lwstus E1 la iI11p0I'Iar'ió1'1. pI'oI'rIf1Iio"08. Esto 1'e:c.lu.io (-1 :1ran('c~1
¡.¦1~eï1r1-rnmlin solmru los hif'11:-*s nmu11ll:.u:l:111-nulos flesdfi el 4.4. por cif-nl.o
al 25 por {'ic=l1†c›. Ferri el cstalliclo dc la P1'ime1'¿1 Gu±=rrz1 Mundial
¿mula 1:1 efic:-lcisl de fi:si:1 I v . y en 1922 Sí' prnlmllgú 111121 ¡'I¡lflv¿l 1egis--
ì:.1<*iú1t a¡':1I'u:0ì:›1ri¡1 de c111c1'g{-'l'1ci¿!. Ir:-ls la vuelta de las 11-p1.Il1Iicarms
al porlm' en I<.1Q,1. En la Ely de 19-22. enlnqtlfi* los z11'aI'I:'r1E:s no volvie-
run :1 sus u1<:v¿nlus 11ivnF=l<.as dc 1061- I 9 I "L F-*I pu1'u:r1l:1.j(* f~l'¦:M.ìva111F:1'1-
H-= lnelganïiu äfxhre los l1i(=m8¦s 1'r¦amuI`:1('I:11I'1t[l('1s du imán rl:-u:iúr1 subió
un 230 pm' í.'ÍÍ.'I'IfO,IM
T1';1s :el m 1-1~1if:nzo <:h=~ la C¦I':-11'1 Dcpresiútt se 1.:›I'unu11¦.=;ó el III':1I1('('*1
S1NOF›t- 11 e1\vlfi.'y df: 10fiš0. se~g1'1.t1 B1'1agwa11i "0.1 ariïu tmìs visihìc y rìra-
Irasítirn xlv luz-uva n1'1l.i[,n11'u-*1':*i¿t!"H". Sin f*1nl'1;11'¡¿n. 1'sI'¿'L F::1;-;ac¦e~1'iz±1-
t':iú 11 vs 1n.11.y f:11ge1ñ0sa. A.111'1q1le el :-11¬¿II1('@l Slatooii-lìaaxvìcy pI'nv(1r:c'›
una gl1<*1'I':.1 a1':-1m:(-ì:1l'iiJ i11l.{=1'1'1¿1(~¡u11a1l. clr¿:l'Ji{'Ífl :1 qur- sm.: irnìpusso en un
rr1<.}I1-u-*ItM poco <›l.1u1'[unn -----sulxrc lado por 1:1 I'1lH'V¦l I10›si(-ión Alf*
F$I¿Idn¦-1 Uni::lo:s Cf 1r1tì I:1 n1¿1yoI' ¡'1¿1CÍÚn H[II'{*€¦(ll(J'1'2l I'1';Is 1:1 PI'¡I'l1'E"I'E1

G1I±=I'1*:.I M1u11:li¿Il-- no su1'n.1sn llll1¿l 1'upIur:1 r:1di{*¿1l vml. 1:-1 {'1'Ilf.líci011:1l


I'n'Jsici('›11 del país en pulía ii-:1 ('c¦¡r1eI'{:ia1."5
Du 11f.*c-l1r;I, el a1':lnL'cE S1't1noE-I--Imvìey súlu iI1¢:1'vn1c11l.ú 1r1a1'gi--
l`1¿1ll`I'H'I`1|.í* ¡*ì g.1'acl(:¦ dc [1:-{H.p('r~í<'›1'1¡smc :le: 3:1 cc'o1t011'ii:1 cstz1dmu1i--
dl'l`lS(`. 'ï`:11 {'0]'1t1] pïwmlf* CÍ)II!'1[lll'{)b{lI'S{'¦ :en Ial I:¿1l'1l:.1 2 . 1 . 1:1 l'¡-ìäèl

:tI'¿1r!0ú*I:1I'i:1 mfirlì:-I 1.1aII':1 I:li<~I1cs itlanul':.lci1l1':ul0s Qm? 1'¢~s¡.I¦1ú de esta


Ice l`í1{± dc- nn 4.8 por ('ícl'tl.{›. lo qlw: sigue: r:sI.z1ndo th-¬nI:1'r› :le en gallïut
dc: te-:sala pl'c.n-rwclin {:luz ì'azlì›im1 Im=dc11ï1iI'1ad0 un Fal.11flns Unidos
L1<'±s¡.l(: la G1w1'1'a (.ivil. ¡1l1I'1q1.I<* en el ('stI':1't0 snpcriun- de osa g¿1]l`¡¡-[_
Sólo en 1'e=Im~iún al b I'(.'v(= inle1¬luf.1Eu "1ibfll'¿11" dv ¡r)1:3---19-'=g la [ay
z11';11'1(:fi'l:n*i;1 dv 1930 I.111cdc in ¦.e1'pI'(-tz.1I'sv ¦JlJlI"IO un ¦I1II¦}'1(*I'1l'0 dv pro-

tu-rc iorlisnln. por Inés que Í11(lll.lS{J ("I1Í.ll'l'lÍ.¦Ú$ no lo I`1w1'¿1 1nI.wlw. l..:1
iaimla 2 . 1 11-11.wsl'1'a que la lnfin i1I'§1t.1Í.2(;!l;]]'Íi1 pl*0rnc-¢'Iin s<:›l.I1'&> los pro--
rhactus na na I`ac-l:u I'a1(:ì{)s 0 n 1925 Gla de un 3? por cien en, y subió a la n
'10 por (~ir:i'1I0 en lcƒh.
Sólo LIcsp1±fis dm-¬ la Sugmlnrln C111-'-1'I'a Mu1'lLlizI1. II's t11fh'Is Urlidus
-..von su Hì.llllII{.'ì'lllE\cͦl ìndustl'ial si 11 (*on~1pelf:I'1cízt- -- acabó por 1il.wI'a1-~
liaran' pi c{›1'r1t:1'{:iü y pasó a lí€:lv1':=l1' la (*:111±2::1 cl cl 'iilarc <*oa'nc1'{'i0. Sin
vr11¦.1:=1z'g(), valle se ñzllm' que .ììsízldcas U11ir.lns 11ì.l I1[¦i1 En pI':1rI:ic-ú en en
1r1i±;1'a'1¦1 rne<'1i(:l11 que' lo E'1i('i<-*'I'¿\ cl l`ìc~ino Unido rI111'¿1I1H: SII 111m-ínclu dc

*lo
RETIRAR LA ESCÂLERA

libre comercio (dc 1060 a 1932). Nunca tuvo un régimen de arancel


cero como el del Reino U11 ido y fue mucho mas agresiva en el uso de
rncdidas protceeionisias "oealias". Em re* esas incluían las restric-
ciones voluntarias a la exportación. las cue-ias sobre los productos
textiles y las prendas de vestir (mediante el Acuerdo Multifila-as). las
medidas de pro:eceiún y los subsidios a la agricultura (compárese
este con la abrogaciúii de las Leyes del Trigo ii el Reino Unido) y la
aplicación de sanciones comerciales unilaterales (especialmente
n'1edi.ante el uso de iinpuesios aduaneros cnr1l.i-fì1lnipárigfi.HG
Con'l'raria1nerlte a la actitud predominante una generación
otras, representada por la obra de Norih a mies mencionada. aci1.lal¬
meme los hisI.oriadores económicos l`fi('l'l11D(IC]1 cada vea más la
irnporI'aneia del proleceionisino en Estados Unidos. cuando antes
solían ser ex'l:rernadarneme cautelosos a la hora de hacer algún
Comentario positivo al respecto. Ahora. por lo menos. parece exis-
fir un consenso en cuanto a que la protección arancelaria tuvo una
in1porI:ancia eriïica en el desarrollo de dcierniinadas industrias
clave. l:ales como la industria textil a principios del siglo XIX y las
ìnflustrias del lliel'ro y el acero en la segunda mitad del siglo XIX.M
Aunque algunas eumelìiarìstas dudan de que cl efeete- del protec-
einnisrnü sobre cl bienestar nacional global haya sido positive. los
récurds de t:1'e{:imien lo alcamnafìes por Estados Unidas durante el
periodo p1¬utf*ecim1is¦'a hacen que este escepticismo parezca exeesi -
`l›'E1I'1'1(*Ill1IÍ" {'äl1ÍÍE'1ÚSU, fznando no i`:'ancamen¦e sesgado.

Bairoch señala (pie. rh11'a111e el siglo XIX y hasta la ducada de


los veinte, Esl.ad-:is Uni-dos fue la c-*eolinnìía que más creció en cl
mundo. pese a ser la más p1¬nteeeiu.nist:1 dltranie todo el período.'*"
Tampüto hay pruebas de que la única retlueeión significativa
del pI'ol:eF:ci(nlislno en la Eì[IÚ!1DIT1ͦ.l estadounidense. entre 134.6 y
1361. haya Ienirle algún impacto positive perceptible en el desarrollo
del país. Aún más interesante resulta el he efe de que los períedns de
mayor 11=1'1cìin'1iente un el ereeim ¡ente per capi la del FIB en veinte
años duraiïte el período 1830- 191o correspnndierail a los periodos
18-go-1980 (2.1 por ciento) je 1890-1910 (2 por ciento). siendo
ambas 111105 percudes de prol:eceionismc› especialmente altefiç
ResHlI:a tlifìuil ['1'ec1' que esta asociación entre el grado de pretee-
rìnnismn y el el'ecinlientu global :sea pura coi11eidenoi¦1. En este

71
l-EĈ-JHON CHANG

sr: Irticlo. O`ll{ou1'1<(= p1'op0'1'('iom1 a1Im]1&1s cvidenci:-ls c-stadíslicas sohrfi*


diez PAD. ìnrhaido Esiznrlos Unidos, duulntc* la "edad dv n o liberal" dz-
1H'25--1{)1.«1. que 1leIr111(-=s1ra:1 que la pI'ol.et'ció1'1 (rrltxìicla un tasas aran-
uelm-ias 1'rI<±dias) :si u n vì1*1¢-uìaldzl posi†iv:1±11c11t<-' al c1'ec¡n1i{:r1†n.IM
l¡'vid(-1'1tcIt1c11lc. tal como muchos señalaIl. la p1'0I1*cción aI'ar1--
cL~l:u*i¿I de zIlgI.1nas ì1'Ich.IstI'i:1s suìJ1¬cvivìú :t su útil iFl:.1cl. 1*-ur {:j(±rrlpln.
pcfse al continuado deba lx* s(›lJrc esta I-11cstióI1.91 hay un ¦1cu€1'clu
gcne1¬z1ìi1t:z1rl<) de que n11'eclc1.lf›1* de' la ¢.¡(icadzt dv 1830 los p1'oducto1'cs
1.u-x*ri1cs de algodón esI:ac1o11x'1ide11sos no nt-*('esiI'alJz1I1 I.:I'o1'ecció1¦.
pa1'1'ic1l1z¡rn'len1'c~ en aìggxllos ¦scg1'r1el1l'os del rr1cI'('ndi:› de bajo valor
añ;-\dido.'*'3 'lìarnbiím 1-*s nula posible que irwluso algunos de los
:-II'a11'1ccles l1l'.'C(ì$r'1l'iOS pueda tu hzthex' sido 1'i darlos a nivc.-los <*xc'esiv:-1--
mm^1I:¦¬ altos; f1±~bido za las p1'csio11<'s xlv los grupos (le inI:c1-Os y al
comal ¡cado 11-=g:1tco que r.*ara(*terizalJa al Í:-1 torna do clezris io1'I0$ poli --
ricas del país. Í'<-'so a estos I-r1:11'ives, pa-1I¬(:co difícil rogar' que. sin
pI'{'¦l¢;*{'('i<ì1'1 ;-I la i11rlus†1'ia1 n:1c3~¡e11¦0. la (-'fonmnízi de l?sI.:u1os Uniiluas

no se hubít' la ind11st1'ie1liz:1(lc› ni ¢:lcsarro11:ulo lam rzìpirlo rosario lo


hizo en $11 pi-1'í0do ('l[" d ::U1:l1¡:¢n('iFì1'l.
Por unxìs i1npo1'I;1nI.fi' Qm: pu1:{l:1lrnlwr sido. I:I pt'otv1-vió el amm--
vp1:11'ì¡I no 1`up 1;-I únii'::1 politiuïzi que el gobierno tic Esfatlos Unidos

puso en p1'ácli¢:a [J¿ìI':1 prolïaovci' vi cios;-1rl'ollo t={'01'1ú1¡'1i(*(› del país


su Falso de' älcllixllizai-.ió11. A pm'I:ir dc la l.,c}f IVlm'I'ìl (lv 1362.
cl111'z11'1l'o

8' prc1l:a¡Jlcrt1cnIf: .ya desde la alocada dc 1830, cl gohìemo apoyó Lina


amplia gama Fic medidas de invcsi¡nación ¿Ig1'í('(1]¿1. l..as rmzdidas
e*1'1'Iplf:ad:-ts incluían la uoncfss i n dc- fierra g11lw1']'1:-I111011taI a oolczgios
ag^íf:olas .y al asI:ahlc(¬in1ifi=mo de insI:il:1.II:os dc i1'1vt:slig:1c¡rìr1 gula* r--
tiarnrritalcs. tales vaina la Úficiiìa de la lndu$¦¦'ia Animal y la
üI'icina do Quiirnica .A±§ricola. I'.1'1 la se*gunrla mitad del siglo XÍX cl
g01.1ic1'1'10 Aumontó las ÍN't'fiI'fiÍ{ll'lL¦S [lúbìimlfi en educación en 184.0
la mi1:ad df- la irwursiúlì t01':11 en ed11(:acìÓ1'1 era plÍlhlìca. n'1i<-nlras
que en 1900 Caín cifra hi-¡bin :111mc1'1l'i1dr¿› hasta llegar :1 casi el 80 Pu r
¦'i::nI.0---- y :1un'¦f:nI:ú la tasa dc* nlI'ahel'izacìön lwsì:-1 cl 94. por f:ic11I.0
para 1900. Fl papf-I del golmícrno de Eslndos Unidos en la promu-
ción del l;lesar1'oìlo de* la i.r1ílI-:1est1'1.1c111ra del †1'ansp(›I'l{{. sobre todo
mctliamte la ¢*c)ncf*siún dc I.i(*I'rns y suhsid los at las colrlpañi;1s ferro -
viawizls. lnml.¦i{$I1 fue cl(:t<=rrninm1†c en la configI11.:wíún de la vid
hacia 1-*I clc=;z11*I'n!lu del p:1i=a."*

'?2
REHRAH LA ESCALERN

1-lay que I`€'¦CO]llCICfiI` que el papel del gobierno federal dc


Fslados Unidos en el desarrollo industriar ha sido sustancial tam-
bién en el periodo de la posguerra. gracias a la importancia do las
adquisiciones vinculadas a lo defensa y al gasto en I-I-D, que había
11"11ido ilì'llJOI'lÂÉl11Í.Í$ÍI1'1El5 consecuencias en otros tol'rollos adyacen-
tes." La parte del gobierno federal estadounidense en el gasto total
de I+D, que sólo era del 16 por ciento en 1930.95 estuvo entre la
llìilfld y dos tercios durante los años de IJostgtle1'r2i.9*" industrias

tales como la industria inforinática. la aerocspacial o Internet,


donde Estados Unidos sigue manteniendo un lidera:-:go internacio-
mii pese ul declive de su liderazgo tecnológico global. no habrian
existido sin una financiación de I+D vinculada a lo defensa por
porte del gobierno federal de psis." Tainìaien hay que mencionar
el papel determinante de los Institutos Nacionales de Salud de
gobierno estadounidense en el apoye ti la I+D en las industrias fui'-
inact'=1.1tic:.i y hiotecnoiúgica, manteniendo así el liderazgo de
Estados Unidos en estas indi.istriss. Incluso. según la inforinacióii
proporcionada por la asociación de la industria 'fa1'mzioéutil3& de
Fstados Unidos. sólo el 4.3 por ciento de la I+D fui-inaeéutiea está
financiado por la propia industria. en tanto que el 29 por ciento
está financiado por los institutos Nacionales de Salud."
Durante el siglo XIX Estados Unidos no sólo fue el bastión más
poderoso dc las políticas proteccionistas sino también su hogar
intelectual. En esa época la opinión mayoritaria do los intelectuales
estadounidenses era que "el nuevo país necesitaba una nueva eco -
no ía. una economia basada en instituciones politices y condicio-
nes cconóniicas diferentes a las prevalecientes en el Viejo
Mundo"w. Algunos de ellos llegaron a sostener que hasta las indus-
trias estadounidenses internacionalmente competitivas habrian de
contar con protección araticolaria debido a la posibilidad de que las
grandes üfl1l'.¦l'E*SElä pusieran en práctica un oiumpin-g depredador
para, tras diezmar a las empresas estadounidenses. volver a fijar
unos precios monopolisticos.l [lil
Bien entrado el último cuarto del siglo XIX. la mayor parte de
los economistas estadounidenses más originales del periodo pare-
cen haber sido firmes partidarios de la protección de la industria
naciente. Los bien conocidos partidarios de la promoción de la

73
iIJ'\-JOON CHANG

í.nnl11äI:t'i¿1 aìzwivntc Daniel Ra.y1ï1m'¡<'1 (*¿lui{=n r:jel'cíú i1ti"l1.Ii¬I'1{-1a1 sobre


F"rie(.{1*í('k1 i..ìst) y Maxtlwsv (lnrvy 'l'u<:1'on los dos prìllc'ip¿¡las <:cor1un1is-
ras ni* 1.1!'iI'I<=ipìufs del siglo XIX. en 1n11l'o que las ÚÚ(H10II1'l sI::ls est:1dc›11--
1`lidclasfis dr-~ rm*zlieu.lns y fines (leí siglo XIX esI.11viercm <1uI'ni11:uios por
l:1 i1'1E'I1u-*nriat dv] hijo dc- C':]rey. 1'-Ivlìïjy. ìlcnry CÍ:1I'C.Y ì`ut¦ descrito como
"ci únirn c-'['c.1I1r.›1'r1istaI (tsl.:1{Í<'›111'1irl(-=1'1sfl i1'11p(1l'!¿1nl.c" por Marx y Engels
H p1'i11c!ípio¦¬: :la la dëcacì:.1 mi@ 1050"H y fue uno de* los r:o1'1s{:jcros cco-
ltólniros (un 1:m1I.0 I'I'11slr:.1tlu) ¿le I.iI1('0111.IU3 l.l)esg1':u'i¿ut1im-1(-11I:<:. la
1r1:1yol'ía1 ¡le L-sins (`!l'¦(ìilf)ïT1ÍS†2ì8 no Iml'›í¿1n (:sF*zu'bm1<) 1-rn 121 h isiorisl FI1-*I
p[=11s;-111'1i(±I1I.0 cc-oraún-1í¢-0 <=sl:lr1<›ur1iLlc11se. pe ro 1'u(-:1'{m ellos. más q1.If*
los ('C(.Hll(lIIIìÍSl21$ vlaìsivns es1'z1dc›1111it1ensns ((-*:1tultce±: ::c›llsüler;tdos
(`(l1111l dc ${=g11nd:1 c¬lasc asvgtì n los pz11':ìIn(-1rue; 1.11-itánicos). las ì`ig1II'¿1s
in¦cìf:(¬l:I1:11¢~s nlás 1:)¡'<11niI1cr1I.('s de la tipo:-at ,
LE qm=- ha.y cum d{'ät'at('z1!' (*spr;*r:íal11t(~nt:= en (este s:.=]1ti{ìn es que
l'I1ìlC.hl'J$ imclcclualt-'s.y Po]¡ricos csizl(lo1.11'1ì[le1'1s{.'s du ramtt' el perío-

do dr: aactxlzIlizzlcìón ¢*onlp1'L' 1'ldir-ron ron cl:tl'idzld que 1:1 I.{=n1'í±1 (M


libre cut'nc-1-('io (IP fvllclida Do 1* los en011o'Ir1is¡i.15 ('l:ìs¡c:ns l.n'i1:áni¦:us
con i11:1d¿*L*11al.la ¦}au'n su vais. SE*gL'lI] re1;II.:.1 lìüirlx-:1'I:. 'í`l*1nrnels jelllì'1's<›r},
dawluidu :1 Ganan preocupación. i11I:{'ntú (en varan) i 11*1Iw¢'Íi1' En pulìlicsl-
:'iú11 dc los Pr'i.nr-¿pI:{1.=; :le ïì icz.1rdo en Eslnclus Urlithïas. un Iìr±¡11c1't cita
l:1t11bi('-aa, de I:I obran du [..is±, cl c*o1nr-~1'1ta1'iu dc 1111 {'o11g:'¢=sisI:e1 esta su

c'{m11'1idc'I1s<':. t:ür1H'1ttpu1'álì{*0 dc* Í..is't. q.uic n ol}s<:1.vú {`{ll(" la tco1'í:-1


r'{'11r1¡:rui;:Il itìglftszl "L-01110 Fa I'1'1¿ì.Y(ll' parta= dc los p1'(n1l11(=¦:)›s 1r1a111.1l'a('-
hwzulus ixaglt.-sf's. está conccìyiclzl p:-1ra la c-=xlJo¦'ie1{'ió1t, no 1Ja1'a el
i.'l1I1s11111n lllÍL¦I`l]Ú"HH-
'lìll ¦:mrI¢J Ra-lelwìoné il[lt{¦ÍlioIllïlfìI1Íc. I-Í¢:1'11'y Clan. el politice pro--
I.H'cio1'1isH1 más desïac:-mln cì<=- p1'i11('ìplos del siglo XIX y rrlerltür tcrrl -
prmun dc Alamhmn. Li ncoìn. lizmuì :-1 su pla:ai'o 1'1n:1 de política
crr111úr1'1ica el "sísU-.~1t'1a z1lm'=1'ic¿lnn" en oposición :1 lo pu* 1121111211121 cl
" siste:rr1:1 BI*it:ì'nico" de libre colrwrvio. . l o más l.m¬d{=. Í-Ier11'y Celflšy
sostuvo inc]usa Qm* el lihrc Co nlcl'cio era pzlrtc del si8tf.*I'r1:1 irlqlcrizllis -
1.:1 hl'itánico que 1'c-sìcsgzllxl a Estados Urlidüs al un pslpvl Alf' cxpul'f alclol' de'
Imtt{==1'i;1s p1¬im:1s.1 Wi 'l`an'thìél1 PS satbidfx que dnranwz la empaña elec-
to ml F.l<¬ 1000. en la quo Ca1:'t'.y (¶f¦selnlJ(*ñó un papel i11'Ec;*lccl1:al cl:wf:¬
los re1:1ubliczmos dc- zilgurloä cstadns ;n¬ul:cccio11isl:as se 1'cl'erii11'1 des-
|)¿'c~¦:iv¿1.Inc¡!II: :1 Eos c1±:111ÓcI'¿ì1.¿1s Cfìlïlfl a un "p¦tr¦ìflo su1'<=-ño-brí-1¢í.r¡-í-f.p¢› -
:1t1¡.i¿u'a11[~{:la1'io--(le d(-'s11.1'1i1ir1" 1(I12. [La r'1.11'siv;-1 es mía. 'I

7-1-
RETIRAR LA ESCALERÄ

:z.2.:›.. AI .I;1ï'~.M.NU'±

Memeni se ¡dc-=1'1l'ìfiea en la achtalidad como el log-arde origen de la pre-


tección de la industria naciente. tanto intelectualmente como desde ci
punto de vista de las 1.1oìíticas puestas en práctica. Sin embargo. en ter-
xninos históricos, la protección arancelaria desempeñó en realidad un
papel mucho menos importante en el desarrollo económico de
Alemania que en el del Reino Unido o que en el de Estados Unidos.
La proI:eeeìó1'1 airaneelaria para la industria en Frisia antes de
la 'unión adua1'le1'a nlernana de 1034. baje su ìidei-azgo (Zoflverein). y
la acordada a continuación a la industria alentara en general. siguió
siendo una pl'oteeeióll suave. Trehìlcoek, una autoridad en la
industrialización alemana de la época, afirma categóricamente que
"los aranceles de la Zoliverein. rcsuìtaron i11s1.1t'i{:ien1:cs como para
pI'opo1*cio11ar una eIlect.iva protección a la 'itìdustl'ia naciente', los
IIll'oduc¡'ores de hierro eareeierori de aranceles hasta IBM. y no
I.uvìeron una protección eficaz hasta mucho más tarde" in?. El esta-
do prusiano resistió de l a n e r a constante las presiones politices
para que se i1'r¦[Jusi<-'ran a1°an<'t'les rtlás elevados por parte de otros
estados miembros de la Zo¿lnf~f'eILr1.. Aunque hubo incrementos de los
aranceles en 1844. (sobre el hierro) y en 104.6 (sobre cl hilo de algo-
dón). eran relaiivainente pequeños. Después de ello. el arancel de
la Zoll1›crein manìElesi'ó una tendencia general decreciente hasta
finales de la década de 1870. ¡I partir de la celebración de 1111 acuer-
do bilateral de libre comercio con Francia en 1862 Y de una reduc-
ción en los iinpueslos al acero en I3.?0.III1!
En 1879. sin embargo. Otto von Bismarck. el canciller ale-
mari, inI:ro:.l1.1.jo un i inpo1'ti-mie Í1'1g¡'gn1Q¡1l.0 arancclilrio para cimen¬
'tan la alianza politice cnirc los _ƒmi.li:ers (grandes propietarios) y la
il'1d1.ìsI.ria pesada. el llairiadó "1¬nal'rin1onio del hierro y el cente-
m)"_lI]'J Sin i-n*1l'1ai-go, incluso después de esto. se acordó una protec-
ción supleineniaria sustancial sólo a la agrieul-tura y a las industrias
pesadas clave, cspL'ciallnclll.c la industria del hierro y el acero. y la
protección indus'i1'ial en general siguió siendo llaja."" Tal como
puede comprobarse en la tabla 2- 1. el nivel de protección de la indus-
iria alemana I'uc uno dc los mis lm¿¡'os entre países comparables
¬rlu1'al'1l'c el siglo XIX y la primera mi tal] del siglo XX.

75
H.=l\-JÍJON armas

La protección erancclaria relativa re Me baja no significa que


el Estado alemán tuviera un enfoque de loisscz-.ƒimire con respecto al
desarrollo económico. Bajo los reinados de Ferle.l*ic~o Guillermo I
{]713«.«¡.o) y de Federico el Grande (1?g.0-36), el Estado pr1.1sisno.
que más adelante unificO al Alemania. puso en práctica algunos
politices para pro mover nuevas intlustrins. Se usaron, ciel'tamente.
medidas convencionales como la protección åìI'åH'lcGlEìllͦ.l (que no
ora demasiado sig11illieaI.ivz1 en sí misma. tal como he señalarlo
antes). las concesiones de monopolios y los abasïecímientos baran-
ios para las i'áì›ricas reales, pero más in1i:›or1:m1.e fue la implicación
directa del Estado en las ilidustrials clave. I | |
Cuando Federico cì Grande llego al poder, Prusia! ero básica--
mente una F*xport¿idorz1 de: mzilerias primas, siendo los te idos de
lana y de lino los únicos productos inamuIlac'olr:1dos de exportaciOn.
I"rosiguiendo con las politices 1ne1-cantilislns de su paclre. Federico
apoyó al 1111 buen número de indostrizls ¬especinlme11te textiles
(sobre todo de lino). metales. ¿u'ma1'nen'I:o. porcelana, seda y azúcar
refinado---; concedió, entre otros cosas. derechos de monopolio. pro -
teceiOn comercial, subsidios s lo exportación e inversiones de capital.
adotrlás de oI:r:le1' al t1':1h:1jacloros cualificados del cxtralljerom
Mant1lvo también cierto .núlnfsro de casas comerciales que funciona--
han cono "consultorías de gestión" (así podría llmnárseìzts hoy da)
para obtener el desarrollo pionero de nuovaä irlduoirias, especial -
lnontc las de ouherlería, azúcar re l`inado. ineiioloo y municiones. Esias
" fábficas modelo" eran en muchos aspectos plantas de! Íï1VE'.llIll¿ldɦllO
su:-¬ no habrìam sobrevivido a una exposición a la c'olllpctonoia plcmi
del me-::odo›; sin embargo. fuer-on in~1porl'antos para introducir num*-
vas iocrxoìogízts y generar "efectos demosl.raciün". 1I :1
Con su ambición de tralnsllormar el país Clll 1.mz1potencia miìi-
tar. Fucìcrico tmttì:›ìé11 ancxionú la p1'ovi1:1cia irldusI.1'i:1l de Silesia y un

empiezO a trabajar en su desarrollo. En par1.it'ular promovió las


indusi rios del acero y del hilo. instalando en la provincia el pri1m=r
alto horno rio .Alemania y contratando l.cjo<'Iores ex Izranjeros cualif-
Íicados. a ('¿1d:1uno clo los rualos le ofreció un I;o.ìar gratuito. El desa-
-.- _
rrollo de Siìesìa vmno cl "arsenal de Alolnania fue promovido ¢.

r.*
además. iras la muerto dm* Federico. por t-ìerio n'úlnoro de (linínni~
los <*Ir1p¡'e1'1dfi*(lo1'os-- h|1rO<'1'a1'as.I 1-1

16
RHIRAR L;-. ESCALERA

El más importante de ellos fue probablemente Graf von


Recten. quien introdujo con éxito tecnologías avanzadas de los paí-
ses más desarrollados (especialmente de Inglaterra. de la cual
obtuvo la tecnologia del pudelado de hierro. el horno de hulla y el
motor a vapor) mediante una combinación de espionaje industrial
apoyado por el Estado y de caza furtiva de trabajadores cualificados
durante fines del siglo XVIII ir principios del siglo XIX. Otro perso-
naje significativo fue Peter Beutii. quien en 1816 se convirtiO en jefe
del Departamento de Comercio e Industria del Ministerio de
Finanzas. Beuth creó el famoso Gswerüeinstitot (Instituto de Artesania)
en 1320 para capacitar trabajadores cualificados. financió viajes al
extranjero para recoger inlbrmaeìón sobre nuevas tecnologías,
trajo máquinas extranjeras para copiarlas (dándoles las piezas ori-
ginales a empresas del sector privado) y dio apoyos para iniciar
negocios. especialmente en los campos de las industrias de maqui-
naria. motor a vapor y de locomotoras.¡ as
En 184.2 Silesia estaba considerada casi en el mismo nivel que
el Reino Unido desde el punto dc vista tecnológico. y era desde
luego la región más desarrollada del continente. Tal como se había
proyectado. cl evito de Silesia estuvo confinado a un pequeño
número de industrias vinculadas a lo militar. y no se expandió
fácilmente a otras regiones. Sin embargo. éste es un ejemplo
importante dc cómo, en una economía de actualización. el Estado
pudo compensa" la escasez de talento empresarial. 11r.
Desde principios del siglo XIX en adelante. el Estado pru-
siano también encabezó una forma de intervencionismo menos
directa y más sofisticada que la empleada en Silesia. Un ejemplo
importante es la financiación de carreteras por parte del gohier¬
no en el Buhlnn? Otro ejemplo importante es el de la reforma
educativa. que supuso no sólo la construcción de nuevas escuelas
y universidades, sirio también la reorientaeión de su enseñanza
desde la teología a la ciencia y la tecnologia, y esto en una epoca en
la que la ciencia y la tecnologia no se enseñaban 111 en Oxford ni
en Cambridge. La calidad de la educación superior alemana de la
época queda demostrada por el hecho de que, según se calcula,
entre 1820 y 1920 unos 9.ooo estadoun ideases fueron a estudiar a
Alemania.I I *I

Y?
H.I'\-J(10N CIIAE*-IG

q.

Ilubn ztlgunus cllecI:os de 0recímie=I11o rctal'dadu un 1:1 intc*1'-


vvllció le del gobierna prusiano 611 la IJl'imer:1 lnifzlcl dc! siglo XIX.
lnlvs cundo la oposición al de:sa1'1'ol1o de la bz1nca.H9 Sin e1':1ba1'gn.
en íé1'n1in0s glullaì¢~s 110 poden:ms {3S[¦fl1` en desacuerdo corl la af`ir-
rrmcicìrl dc Milward .y Saul de que:
...ÍI los pruíscs Qm. mper'll:1'f.m'l.lf.I.t'rJn. prJste1'io:'rnenr:c el
pf'oc'F:sfJ de in.fl:.¿sh'lïFLlIzr:.cirír1.. la acN:L1:.r.l F1s1:fr:1rl(If1› por Los
g¢›h:.¢2r-11.113 cI-iF'rI¡-fl,:w$ rio pr'rL:L:*í¶Jrlos del sig!-0 XIX les la-rcciá
nt-lu:fi.IJ :mis r:e:'cfi-rm. n. ¿es :"e:.Ií¢ir.ncEes ef:or1.(ímir:a-s que el
moufeio :ir-ás fsiwI. ideff.¿izrLdoy.fì'e(:IL(ert.h::rn.c:'L¿(: si.¡np¿iƒìcr¿d0 de
¿u (.ru.e I1.r1,InÍa. pcLsf1.tíu en fngl-fLle:'r'rl. n en. Fì'<L1'Lc¿f1- que las piïz-
sw-taf1r:.n las cr:0rI.or'r¡.isfi¢Ls. 120

Despufïs de la dúua-11:I de 10¿l.0. a11I:n== el c1'eciII-1i¢*11l:ü del sector


¡gr-ivzuhw. la pa11icip:t['i(31'1del E:-=l.aclo alemán en el clcsarrofln indos -
aria] pasó at ser menos l.1EIUl'l\1lllCÍ[ld21. Pero esto no signillicó una 1¬ci.i ¬
1'ada d i Estaidn, sino más bien una l:r;111sició11 dc=sF1{: un papel
:'ìircctivo su un papel guía. Los ejennplos de politices aplicadas en
E"$l.El época in¢81u.y{-*11 1:1 cotlrezsiólì de l1c:*as :I i11I1OV¦.1df.]I"{.¦S ],3]'ÚlT1ÍS(J"'
dios. s11bsidi¢¬›s al rmp1'clu:Icz:l0rf:s cmnpetcntcs y ha o1'ga1'1ìzaciú11 de
pipos¡cisnes de nueva ¡'t1:1q11ion rio y de procesos i1'u.lus¦.l'ia¦cä.HH
U;
Dl1v:u1I.:= el Scgulmdn Reich {1Eì7o- 1914), un majgrür (1{tsn1'1'oll0
dv! svclor l:n'iv:.uin y el 11->Ilo1¬z:1IrIie11l.o de la clase de los ƒ¡nrIJs:cr's en la .I.
;¿.
blll'()[*1'¡][;Íi1, {'(]flÍ fêll'ÍlìS st un 'rltayoi' IÍlfi slllllF'ullÚ illcìust rial. Ú(}l1{ll1jo a
Unix I;*1'osiúu de la autonomia ay de la czapacidzui del EsI:adQ.122
'I'rchìì<*m-k sfJs¦:ie1'1c qm, en tërrnilìos de* (:lfls¡11'1'01lo i11(:lusI:l'íal. el
papel xlv! Fsl:ado alemán en esta épF›u1 F-'st1.wu ütll1lli11¿lcìL1 un gran
¦1'1ct.lìd:1 at la auìnïì11is1.r:›1viú11 de ¿u'anuclcs, I* ¡±'1†'ü1'n1al1n(*1'1tt= El parlar
de: l`ilu=s du 1:1 1'1¦H'11¢iz1 dr* 1390 y Irás 1`o1'n1al.tnuntc :1 partir de 1¦1 de
1920. :1 la :5u!2›fi=I'v¡s1úr1 de 0:ìrI'cl.cs (1J:1r¡1 más dciatlìm sobre los rá1'-
teles a11(~-1n:1t1.±~5, véälsv cl zlparl.arlo 3.9.4. D Flor capítulo .123
A iwsa1- dcl de-clìvv 1-vìaltivo de la c-:1pzwi:.1n<1 csI.z1t:tl y ex la par-
livipauiólì del F5¡¡.ad0 en cl d{'sa1'x'olì0 im;h1s.I'1'i¿ll durante este
pcrioclo, la im]')01'l'am:i:1 dv la 1›oìíl.ìca a1'anc<81nrì:1 y dc la politice
:in (tán-1:<>l<-as perra (.1 d1*sal'rollu dr: 1:-¡s i11dusi.ri:.ts pusadals en la
é¡:1m:n no {.lpl]<:ri¿1. sin (-*rrlbai*gF1. sulJestiim11's(^. Tillo señala que los
*.a
¦:=?:¦Í

ai'z1n¡'(:lL's hi<¬.if-1'f.›n :1 los (~árl:c-les nlàs P i'if':1r-(-is P H las iild\lsi:1'ias

-el!
RÉÍIRMÍ LA ESCALERA

pesadas. porlnitiermdo así a las crnprcsas invertir e innovar de


manera más ag-'t=siva.12l1 Adoinás, durante este periodo. Alemania
encabezó la moderna politice social, imporl:ante para mantener la
paz social -y l'.l1'ÚII1OVf'l` asa la ì11vcrsìón- en un pais recio tememe
unificado q u e estaba mu dividido política, eli losa re ìonal-
monte (las instituciones de protección social se tratarán más ado-
lante. en el capítulo 3, apartado 3.2.6.A) .

2.2.-1. ì"l{fl.NCl¿'*.

De la misma manera que en el caso de Alemania. la política eco-


nómica francesa es objeto de una mitificación continua que
consiste en la idea. propagado principalmente por los liberales
bi-iltinicos. de que Francia siempre ha sido una economía diri-
gida por el Estado. una especie de antítesis de la Inglaterra del
leissez-.ƒin:re. Esta caracterización puede aplicarse en buena medi-
da al periodo anterior a la Revolución y al de la post Segunda
Guerra Mundial. En cambio. 110 es aplicable al resto de la historia
de este país.
La politice económica francesa del periodo anterior a la
Revolución ~a menudo conocido como colliertismo por jean-
Baptiste Colbert (1619-03). el celebre ministro de finanzas bajo el
reinado de Luis XIV- fue ciertamente muy intervencionista. Asi.
por ejemplo, dado su relativo retraso tecnológico en relación a
Inglaterra. a principios del siglo XVIII el Estado francés intento
reclutar masivamente trabajadores cualificados britanicos.125
Además, de manera similar a otros Estados europeos de entonces.
en el período inmediatamente anterior a la Revolución el Estado
francés incentivo el espionaje industrial. ofreciendo gratificaciones
a los que obtuvieron las tecnologías a las que se pretendía acceder y
llegando incluso a nombrar un ñtncionario que ostentaba el eufernís -
tico título de Inspector General de Manufacturas Extranjeras. cuya
principal tarea era la de organizar el espionaje industrial (véase más
adelante. apartado 2.3.3.). Estas acciones del gobierno fueron en
parte responsables de la desaparición de la brecha tecnológica
entre Francia c Inglaterra y de la exitosa industrialización francesa
en la época de la Revolución.1en

'29
HA-JUUIN CIMNG

La Revolución perlzurhó eonside1¬al1len1e1-nte' esta teuderteia.


Milwzmil y Saúl sostienen que se prudlljo un vueìeu signiI'ieativo en
la ;›olí1ic*a (ì[I(lHÓ'!l'Ii('5¦.ì g11be1'11arnemz11 iïancesa porque "la dcstrue-
ción del xrllsolnltisnio parecía vinculada. en las mentes de los revo--
111(:inI1a11ios. H 1:1 Íl1ÍÍll()d1lCͦÍÚl1 :le un $if-I'›t.(~l11El más tendente al
lrxissez-.fi1.rire""?. En los años inmediatzunentc posteriores a la
Revolución se llic~ierm1 nìgunos in1.(*.nI:os de prumüver el desa-
rrollo de la indus¦ri:t. ±~;uìJre liarlo el dc*s¿u'rnlln 'I:ecnulógic-0. por
par te de diversos gobiernos. en espceiaì el de Napoleón. Así. por
e.jeu~1ple. se m¬ganizarn11 exposiciones ind11su*inles, competieiu --
nas púI:1lì.r:-us para. invcr11.ar Imzquirlarisl espeeíllien y se (¦1'€¡-11'[}11
asüeiaeinnes eomereizxles para fsleilitzn' el ¡receso de cunsu!l.as
con el gel: iernu.I EI!
'Tras la caída de Napnleún, la pnlìtiea de Ir;-i:ssez-fizíre estaba fir-
1rxenwIltr' ímpl.=11'11:;1f;l¿1 y se mantuvo hasta 1:-1 Segunda Guerrzt
Mt.1ndìaL Muchos hislfçrriadnles co1'lside1'am que las Iin1iI:at1í{Jnc$ de
este 1'<*gin'1en son lll'H-l de las principales ('¿lì.lS¿lS del relativo csizmca-
mich lio Industrial del vais durante' el siglo XIX. 1 su
La tlaejm' iI1.1str;1cíÓn que puede hzwerse al respecto es el caso
de 1:1 política cmmzrciall. Dcsaifiantlo el saber convcilcionazl. que
r.'ont1'alJonc la II'1g1al.ci'r:1 di-1 libre comiwcio a I EL proteccionista
F`ralu-ia i.lccilnonúni(*n. Nyf: c a r n i n a unas dolallsdas evideiicias
ci-n1:)í1'iviis a partir dc las cuales conclu.yo que "cl rëgirncn comercial
de T¡l1'arlcii1 C111 más liberal que-' el dc Inglaterra El lo largo do la inayor
(

.›»
1]a11¬E.f' del siglo XIX. incluso en si periodo de-* 184.0 a 1860 [el supues- ›
:

to inicio dc] libre comcrcin :ihsoluto en 11'1g1:llf*I'r:1]"H". La tabla .


..
1
1

2.2. que ho tomarlo de Nyc. dumucsln-a que cuando la medición se


hace considerando los ingresos rectos dc aduana como porcentaje
cl@ los vaìorcs 11c1:o±8 de importarziúri (una medida csláitdsi' del pro-
toccionismo. lisada cspoci:1Imcn1:c por los historizidores). Flan:mcia
sicrriprc fue menos pruI.ccr~ionis1'a que Inglaterra entre 1821 y 1375.
en pau'1:iculm* 11115111 principios dc la década dc 186o.131 Tal como
podemos por en la tabla. cl Toni1'8sI.e en el grado de proteccionismo
ap!¡cado por los dos paiscs fue cspccialnicnic l`uorI:c en los pi'imc~
ros pcrioclos. poro siguió siendo sigrli'llicaiivo en las décadas que
sigl.1ìc1.{m al vìrnjte hriláriir-0 Inicia el libro comi-=1'cio que se p1'odt.ljo
un 184.6 con la :xhri¬›gz1{:ión fin las Leyes rlcl 1-rig0.I:12

80 .I

.f
RE7m›'›.n LA ES::ALERA
I

TABLA 2.2
pReTEcclohllsm0 EN EL REINO UNIDO Y EN FRANCSA. 1821-1913
(medido en ingresos de aduanas netos como porcentaje
de los valores de ìmperiaeiòn uelosi

Años RE1ND UNIDD FRANCIA


1021-5 53,1 20.3
1826-30 47,2 22.6
1931-5 ¿0.5 21.s
mas-au 30.9 18,0
IBM-5 32.2 17,9
18fi6-513 25.3 112
1851-5 19.5 13,2
1056419 15.0 10.0
1851-5 11.5 5,9
1866-70 8.9 3,8

1871-5 6.7 5,3


Iüïú-80 5.1 6.6
I8BT-5 5,0 ?.5
1806-W 6,1 8.3
1891-5 5.5 10,6
18%-1908 5.3 10,2

wm-s '?'.0 8.0

19%-10 5,9 u.u


1911-13 5,/1 8.8
I

FUENTE; WE IççI_I› 26 TABLA 1

Cabe deslacar que la excepciónparcial a este largo periodo de siglo


y medio de liberalismo en Francia. a saber, el imperio de Napoleón
III (1a.¡.a-70). fue el único período de dinamismo económico expe-
rimentado en Francia durante este lapso de tiempo. C011Napoleón
ll el Estado francés incentivo activamente el desarrollo de las
infraestructuras y creó diversas instituciones de investigación y de
enseñanza. Tambien contribuyó a la modernización del sector
financiero del país al conceder activos limitados e invirtiendo y
supervisando las modernas instituciones financieras a gran escala
tales como el Credit Mobilier. el Grédit Foncíer (el Banco de lo
Tierra) y el C¦redi1: I..yonnais."¡¡

B1
H.fl\-.JODN CHf~.I*iG

Fu el ir(:rII:v dc 1:1 política corm-=1*cia1. Napolfi~úI1 lil firmó el


I`artwso Izrantafln 1-umnrcial ¿11'IgIo-fl'an(*F*s (ci †1'at¿1do Cohdclr-
(Í'l1pvali<=I') dc 1860. Qm: 1'(*rlujn los ¿u'zlncelf:s !'¡'a!'1ccses de una
Ill2lTl{"l'¦1 s11s1'¡1t1('ial y :\m.n1{:ió url l)eriudo el:-* libe1'¿1lisn'1o {'urncl'cial

en el (:¢¬›11Ií1'1eM'c que* duró 11as1:zt 18?9_I:1-I Sin ¢1r1I›e11-go. tal ¢'nlnu


pmlclrlF›s ver en l:-I I.al.›I¿1 2.2. el gr:1(lo de p1'0I:ucci011.ìslno en Francia
ya era hastzlniie baja (más lJa.iu qu:-.* GR del Mixto Unido en la xnisina
época) cllamiu se en1IJezó ¡I aplicar el l'1'a1:]1:10 y. por lu lzmtu. la I
«

I'ed11c(~iú1'1 :un Ié1¬n-1i110s de 1'›1¬u1e('cioI"1isam› que 1'e¦sl1II:ò de f-'sw tra-


tnflu fue 1'(*1aI:i\.*amc1'1IIc~ mfznnr.
Ser dcjú que el l.I~m':-Ido l:1crdi<~ra vig{-11cia1 en 1892. y en los :tíins
sigulif-1'1l:c¬s se 1:1<*va1'0r1 las 'lasas de lnuchos ¿t1'n1'Ic:el('¦s, p1'im:ip1ìl- z

1m='nI.f* el1-: ¡os :11'¦11'1F'el{'s at los prud\.1c¦.us 1n:11'11I1l¿1fi't1t1¬:1dos. Sin


01l'1bz1i^go, m m iuvfl pocos r-l'uc¦os positivos del l'ipu df- ios experi-
Y

1r1c=-1'!t¿'I{:ì11s por países c:.m'10 Sur--(:i:l rlurmìtt-* el mismo pr~1-ìudo (véase

(-1 npelu-l.:1clo 2-2.5.}, ya que n¢› habla una ¢*s¦:1':L1¿=gi¿1 df: ntcrjura inclus-
trial culw1'clllf= subyac'e1'1I:c ¿1 En todo
i11c1'clnc1'1to ¦11'aI¦cfi*I:11'iu.
¿

(un. 01 l'1H1'.'VÚ 1'égirrw11 :II-.-]n{-cian1-in se upnnia en re-alidad ex use

<.1f~si;-{11!(›: el imtül' del 1'ñp;i1n¢::1 aral'1cela1'ifJ. el puli¦.¡cn Jules Méline. ;

mas i=x11liui1::1I11et'11.e Pont r a r o :1 la ind11st1¬i;1l ì:=::1ciú1'1 gc1'1c1*¿t1iznd:.1 El


rain de su (-o11viccirã1'1 de que F1'an0ia debió se=guir siemlo un psis dv
g1':I11.j{~1'u±; i 11¢lcpe11dic1tl:e$ y de pequeños i;1llercs.1II*5
$›

El goÍ1ip1'1'1o 1`t':11loé$ al.1(›!'d¿1l]:1¡os ¿1sm1'l:0s ccor1:ìn1¡cos con una ..*

1:m~I1ch=r1ci¿1 casi tan de Irmissez-¿,¡lr:,¿r-c, cspe=viz.tln1:=II±(: du1-:-1nic la '1`cr<'e1'a1


R{>pú1.)1i±'¡1, coma la de gobicrlm l.11'itzì1'1ic0. Dadas sus divisiones
pnlii.i¢-aa; 5* su ir1es¦aì.1ilicla¦.l. Fren1(:ia {::sI:al1:1 l›ásicalrlcntf~ Llirigidzl
por `L1Ili-1 l111I'0cI¬¦1('ia perma11¢nttc:. que :1 su oz est:-11:21 dolninadn por
el muy (¬(›I1sz-1'va1dc]r y le={:nucI':ì†i{:n MinisI.f>1'iu de* Firwmzas. El pre-
s1qJucs1'o g11burnn1I1cnI.;1l culìsistia en gran mcdìd:1 en gastos dc
:1d1ninìst1¬apiór1 central. ley 3; urdir, ecI11n:tción y 'i.ransl]u1'tc. las
Me:-ls c~lúsic~as de 1.1111'l'icìp:¡('iót1 del "Fslaclu minina". Fl papel wgll-
larium' (M Fstaüu siguió siendo 'lmrlbiél'l n'tillìnlo. ¡me
El Mi nisïx-¬ri0 dr' (¦o I±'w1'cìo 0 Imlustl'ia. que uva {›l vulll'o p(›l:e11{:ial q.

:le la poïíïiua industrial, no fue creado en su '[bl'rrlat TIlo(Í('3llì'l¦l hasta 1886;


elúrlc1'1Iun{'(-s el p1'es1.1pucsI.u que (1F11'111'olzflJa era el máspuq'ueño de todDS
los mituìstwìos. Se 0¢.›1'1cf*111.1'aba en gran medida en la p1'omm:ión de la
expofiac-ión .y en el cstal:11cci1ni{:11I:o de ;11'a1~1cc1es. y sus activirlaclcs de

821
Rennafi LA ESCALERA

promucióra i11dus1'1'iaI "además de subsidios concedidos raramente,


eonsistísn en su mayor parte en la organización de exposiciones, la
s1¡pe1'vísiün de las Guillaras de Comercio. la recogida de estadísticas
ccenómicas y la ('oncesiÓn de celldecol'acicnes a los cmpresal'ics"! al.
Ferro ni siquiera en estas áreas limitadas resultaba muy eficaz.
Además. en este 1:-eríndn los aranceles tenían sobre todo la función de
p1'o'lcgcr las estructuras industriales existentes (especialmente la
ag:-icnlI.ura) y no eran del tipo preactivo que se aplicó ella p1'omociöl'1
del dcszwrcllc ind11strial.Hu
Sólo tras la Segunda Guerra Mundial la elite francesa se vio
obligada a 1'eürgar1izu1' su lnaquìnnria estatal para e111'1'enturse al
pl'úlllema del relativo reI:1'aso industrial cl el país. Fn es entonces,
espec-ialmenI:e hasta fines de la década de 1960. el Esmero francés
usó la pl:1nillicaciöl1 irlclicativa. empresas el:aI:alcä ir lo que en la
actualìdacl se llama -no muy corr<:c1'amenI:e-- politIca industrial "al
estilo de Asia O1'ìc1'1t¡1l" para alcanzar 11 105 pases más avz111zz1d0$. A
resultas de ello. F'1'¿u1c iz1 experixnentú una I:rnnsl'o1'1mluiún esu'ucl:u-
ral de su ecnnomìa muy exiwsa y acabó por Sl.l.pE]'í1l` al Reino Unida
*tanta en terminas de prod ucciún como (en ln mayor parte de las
sectmes) te-mmolúgivus. | :w

2.2.5. Sl.11-l(IIá

Suecia. pese El su repumción de haber sido la "pequeña economía


abierta" durante el período de la posguerra. 110 entró en su edad
moderna con un régimen de libro comercio. Tras el fin de las
Guerras Napoleónicas. el gobierno sueco promulgó una ley arance-
¡aria r u y proI:eeeio1-risïa (1816) que prohibía las importaciones y
eKpo1'I'aeioz'1es de algunos artículos. A resultes de los elevados E11'¿1l1-
oeles. dc una pl'uhibieióll total a la ìmpoz-t:1eión de los bienes aca-
bados do algodón y de ¡nos aranceles sobre el algodón crudo
deliberadamente bajos. la producción del tejido de algodón se
invremelìtú conside1'a1lJ1f:1nc1'1te. 1-10 Una vez más, hay que destacar
la similitud entre este régimen arancelaria y el empleado por
Inglaterra en el siglo XVIII (véase el apaflztdo 2.2.1.). asi como el
usado por pases como Corea y 'lïlìwán en el periodo de le postgue-
rra (véase el alpzntado 2.2.?.).

83
EM-JÚON c†mnr_a

Sin embargo. a partir du 1830 la protección fue descendiendo


progresivameritc.1`" Se mantuvo un regimen araneclarío lavajo hasta
fines del sigo XIX. espeeialrnente tras la abolición. en I35?, de los
:xrmiceles a los productos alimenticios. materias primas y maqui-
I1a!'ìa."2 Como muestra la tabla 2.1. alrededor de 1075 Suecia icnìa
'r.1na de las tasas tlraricelëtrías más bajas de: 'todas las principales cco-
lioluías del listado.
Esta fase de libre comercio lile. sin emhzu-go. breve. Alrededor
dc 1880 Suecia empezó a usar los aranceles como medio de prole-
ger el sector agricola de la emergente competencia cstadoullidcnse.
'Después de 1892 (cuando fue obligada por muchos ti-¿nados comer-
ciales) tzlmliién proporcionó protección arzmcelaria y subsidios al
sector industrial. en particiilzw al emergente sector de la ingenie-
ría. 148 Tal como poder es ver en la tabla 2.1. para 1913 su tasa alla n-
celarla media sobre los productos na null;tcI:1.1radus estriba entre las
más altas de Europa. Es destacable que. según un estudio llevado a
cabo en la decida dc 1930, Suecia ocupaba el segundo lugar despees
dc Rusia entre los 14. países europeos estudiados en relaciOn :1 su
grado de protección a las n1aI1ullact.1n~as."'*
E1 resultado de este viraje hacia el proteecionislno fue que la
economía Sllfšflêl tuvo unos resulteclos consid<*1'alJlcm<-me buenos
un Ens rléeadas siguientes. Según algunos cálculos. entre 1890 y
nono Suecia era, después de Finlandia. la $eg11r1f.ì¡l economía en
I.e1'mino±8 de lucidez de crceirniento (medida en !'ulu*iñn del PIB
por llora de trabajo) de las 16 principales economías industriales. y
1:1 que más rápidalïnente creció entre 1900 y 19113.145
La proteveiOn su-aruzelarizl de fines del siglo XIX sobre todo
mío éxito po1'q1.lc estuvo eomhilìatla con la concesión do subsidios
inciush-i¿1Ies y con el apoyo al la I+D. con al objeto de impulsar la
adopciOn de nuevas Tecnologias. Los historiaclores econOmices
suelen estar de acuerdo en que los esfuerzos de prolusión de esa
época dieron un impulso considerable al desarrollo de determina--
das ir1d11sI:1*ias nacientes. aunque tuvo como {*l`eeí'o secu1'1clm'ìo
Negativo la prolilbrsleíön do pequeñas GDIPPÉSEIS rola Icivoluollte ine--
1`ieienE.ee.I -na
La proteeeióll :11'a1u*el¡11'ia y los subsidios no fueron las únicas
l¡er1'¿1n'1ie1'Ii:1s que Suecia empleó para promover el desarrollo

04. 1
RETIRAR LA ESCALENo.

industrial. Resulta más interesante el hecho de que a fines del siglo


XÍX Suecia desarrollara una tradición de estrecha cooperaciOn
público -privada en una medida sin paralelo en otros países duran-
te el rnisme periodo. ni siquiera en Alemania. con su larga tradi-
ción de asociaciones público-privadas (véase el apartado 2.2.3.).
lista relación cooperativa se desarroìiú en primer lugar a par-
tir de la participación estatal en los planes de irrigación y drenaje
agrícolas. La misma pauta lite aplicada entonces al desarrollo de los
ferrocarriles a partir dc la década de 1850. En contraposición al
modelo entonces dominante de desarrollo de ferrocarriles lidera-
do por cl sector privado (especialmente en cl Reino Unido) el
gobierno construyó las lineas principales (acabadas en 1870) yper-
mitió al sector privado construir lineas secundarias. La construc-
cióny la gestión de las lineas secundarias estaban sometidas al visto
bueno del gobierno y. a partir de 1882, se hacia un control de pre-
cios. En 1913. la compañía ferroviaria estatal controlaba el 33 por
ciento del lcilornetraje de las vías férreas y transportaba el 6o por cien-
to de los productos. 147
Métodos similares de cooperaciOn público-privada se aplica-
ron al desarrollo de otras in'l'raost1'ucturas. como el telégrafo y el
teléfono en la década de 1880 1* la energía hidroeléctrica en la de
1890. También se suele argumentar que esta cooperación técnica a
largo plazo con las empresas de propiedad estatal en las industrias
de ini'raes'lructura fue determinante para que compañías como
Ericsson (teléfonos) y ASEA (actualmente parte de la firma sueco-
suiza ABB. que fabrica equipamiento ferroviario y productos de
ingeniera electrice) se eonvirtierau en empresas mundialmente
reconocidas. iba
La colaboración público-privada existió también fuera del sector
de las inllraestrueturas. En 174.7 se creó una Oficina del Hierro
semiautónoma. Sus directores eran elegidos por la Asociación de
Maestros del H ferro (la asociación patronal), y mantuvo un cartel
de precios, desembolso préstamos subsidiados. proporcionó i111`o1]-
mación tecnológico y geológica, concedió bolsas de viaje para la bús-
queda de tecnología y promovió la investigación metalúrgica. La
industria fue lãheraliaada a med¡ d o s del siglo XIX, a partir de la libe-
raliaación del comercio de lingotes de hierro dentro del psis (1835).

Hs
Ha*E-JDIÍIN en-mhre

y en 1050 se l1:1ìJìaln c:lì11'1inatl(› la nlaym' ¡fralrïc de las rest:-i¢-1-ioxzcs.


PNG dcsllllés la astwinciúlì de e11tplcadoI'<8s siguió c~ulahor:11tdo con
el sub irzrnn en el inlp¦.lläo :1 la ¡ne.jür:-1 de los niveles 1:ë{:11ã(¬:›±i ir dc la
1~:1p:.u-ìizwiún. Es uk-:sI:a¢¬z1hle el parecido de todas estas iniciativas con
los nzsqufi:rI1¿1S de coìalmración público-p1'ìvzlda que hi('i(-I'011 lnzìs tzlnle
Í"1n1ns:1s :I las ccor1nn'1'ias de Asia Úrienlnl.1-w
*Él I':1do s11(*('n waìizò imporliarrtes {~sfl11c1'z<Js pa un facilita' la
au'Iq1.Ií:==i(-ión de I:-('I'1{1I('›gi:1 czxN-¿11'1jm':-t ztvzl llzancìa (incluyendo cl
<-apiuufijr; iI1I¶11stI'in1; véase el .1par1'z1d0 :-.3.3.. en el que se 1'1'¿11':1 esta
puwstiúrn). Sin B1nII1¿11'gu. {:1 csl'1Ie]-zo qlw d::(li('Ó en la zu'111r111laciúr1
:In lo {.11.I0 1:1 I110{ie1'11i1 ìil{-r:1l.u1*:=1 11:-1m;1 "c¬a11:›a<-irlatrlcs wc-1'¦o1úgi(::Is"
1'1.u* l.0c'1:1víz1 ¡mis 110I.0rì0.1 Sn Para ilnpllìszln' 1:1 ztdcluìsif.:iórl de tecno-
lügízl el g<'›l.1ic1'r1{1 sueco i*olu.'cdiú balsas y ayumlas de via.jc para esto -
dios <-: ¡11v<->sti¡±;ztc:iún. c-11-~ó un Minisl:0I-io de Ecrluunciú I`I en 1009 Y
la ficlLIL'¿.H:ió1't prinlzlI'¿1 pasó 11 ser o1.›1iga1I.()I'ia nr1¦.(-*H de la i:lé(';1¦:l8 de'
!¦š4.o. ¶..0:5 ÍnsliI'ul.<1›s Í*(1p1II;1I't*±s se* r:t'ca1'm'1 un I:I Lìéc-airfxi de 1360. y fc-n
1B'¡fi sc- iul I-¢Jtl11ju un pcrìudu de seis años du (={il1{*:1i¬iór'1 <11:›1ìgat0I'i¿1. A
niveles más altos. .F_'.] !7s1arlu surco coci":-ibuyó al cs1i1l.›lfi(*in1ie111':'1 xlv
iulsliluius de: i1'1vcsI:ígació1'1 iecnnìúgica. sifmdu el más l`¿urloso de cII:JS
pi hualiiulo (¬l'1:1I1'1'u*I¬s tlf.- 'Iì=~F.'11oì(1giz1 en Gui.(-:mhurio. 'y concedió El 151

indalstrizm --John: tcu.lu en la n1{-lalú1'gíca1 y :1 las il'1t11.1s1:l¬i.¬1±; vi11cuì;tcl:u:a a


la 11f1¡1dvI'e1-- Ilïli-1 I'iI1;u1('í¿ìciül1(;1i'¡'(-:1:1'i1 ¡Javea la i11v<*sI:ìgi1uiú¡'1.I
|-' |

Í...lil lï10IíI:i('a ['{'{H'1Ó fÍIÍCålì S-11É'{II.l cxpeI'i!1'1¢*1'1t(ì III] :'a1r1IJi1} signifi-


(*:1I.ivr› tras 1:1 ví:=1'o1'ì:1 1:lccI.01':tI (101 l*artitEo S0('íalìs1'z1 en 3932 (<1ufi=
dtzsrïv s-~rltorlccs sólo ha esiaclo apartarlo clfiì pcnler rnmìofi de diez años)
.y la lïrma del "en(*l'n l'1ís'!úrico" t*nI:rr-- los sindìoal.os of 1:1 aau¢:íaciú11
p:]I.I'r›ru1l en 19116 (el a[:uc]'r¿l0 S:1ìI:s.lüì1:t¢'1c:l1). EI rf1gi1nc1'1 político que
si.11'gi{ì 'tras cl 1.1a('I.0 de* 1936 estuvo i11icì;1111'1flfl'['c ccI1l.I-:ad0 en la ['Ol1S"
I rlIc-r~ìú11 de un sislf*m;1en el qua* los p:.I11'<.›I'1{›s |`inn :'1riari¿1r1 un genero--
so Íìslar.fu df.-1 Bìclìc-s1;l1' y I'<*¿1li2.:1I*i¿1I] il'r1¡)oI'1:.InI'e¦-1 ilIvr1'$ionf'H ¿t
f-:tn¡bio el:-: nlfrdc-I'nf~iór1szuìzlriaì por 1:1;u'te deI SindII`r:!1'o.I su
'l'ï':.I:a 1:1 Segunda Gut* rra I\f111ndi¡ì1 se: lIlìzo uso del [Jo l(*n(*ial del I

régimen 1.›¿II':1 pï'o11r1.ov('t' p] flosaxn-ollo il1d1.1$tI'ia1. IE'11. las rìéc-:u:las do


lo510 y 1960, el sillrlìfaato ('c!1t1':1lizado LO (Lan.:JIsuxgo.nl'-sn.í.f-or'I-rm 1'-
15:1
3±›c=r'I:gï.r) :u10[.11'ú el l!a1'mldo Í*l;1n H(^1'111--M(*itÍ11et'. Ú51€ i11±rod11j¢'› lo

ì¶a1n:1da polï†i('a1 salarial "soå¡d:1I'ì¿1", quo lona 11" l fin explicito dr*
ig11ala1' los $:.1l¿n'ios en 1:15 :lìlì--1'vI1i(:s iltrhtst1¬i:1s p:1r:1 I:1 mi±iI1'Ia oìasc-

HG I
I
I

1
.
I
REHRAR LA ESCALERA

de tralii-ijadoies. Se esperaba que esta medida ejerciera presión


sobre los rapilalistas de los sectores de bajos salarios y que los
!Il[¦flllH:i\'EIII2I ¡I ¡-llII1'1f¦l1l.i'H' su capital soriall para no perder trabajado -

res. permitiendo al mismo tiempo a los eapitalisltas de los sectores


de salarios al los mantener beneficios extraordinarios y más rápi-
dos de lo que seria posible de otro modo. Esto fue completado con
una activa politice de mercado de trabajo. que apoyó la recalifica-
ción pr-ollesiona1 y la reeoìocaeiOn de los l:rabajadores desplazados
pm' este proceso de desarrollo industrízil. Suele aceptarse que esta
estrategia contribuyó al éxito del desarrollo industrial de Suecia en
los primeros años de la pustgnerra.I5'¡
La estrategia sueca de desarrolle industrial en la postguerra.
basada en la-1 oomlainaeión de una 1'1egociaeiú11 salarial solidaria y
una poliI.iit:tt :-telivat hacia el mereildo de traliajo. diÍliel'e mucho de las
{:st1'a12egias adoptadas por otros pases y analizadas en esta obra.
Pese a sus diferencias, ambos tipos de estrategia se basan de hecho
en una ('oirlp1'ensi-fifa similar de como operzul las cconoinías en el
mundo real. Compalrten la ereeiicìa de que efectuar un viraje hacia
aelWidados da sito valor añadido resulta crucial para la prosperidad
de una nación .y que. si se abandoitn a los fuerzas del mercado.
puede que este viraje no se de a un ri1mo deseable desde el punto de
vista social.

1.r.. (}`III*.!\S 1=1-QLrI=:nfxs Ir(I{)N[)MI.fl§; FUI1(,}Í*W\S

H. ]5ÉI.(:¡(¦A

Ya nos hemos referido al dominio :la: los Países Bajos en la industria


dc la lana en el siglo XV. La industria, concentrada en lo que más
tarde pasó a ser Bélgica. inició luego un declive relativo. causado en
l`lÚpoca medida por la competencia de los protegidos productores
británicos. Sin embargo. Bélgica mantuvo sus capacidades indus-
triales y ruc la segunda nación -después de Inglz11'crra- en iniciar
una revolución irulustrial.
A_p:-incipios del siglo XIX Bélgica era una de las regiones más
industl'ializatlas de la Europa continental. por más que estuviera en
sãgnìlli(::lLiva desventaja por su tamaño relativamente pequeño y su

B?
un-Joou C1¡ANG

rlebiliclacl politice en relación a Francia y a ƒklemaiila. En esa época


f-:ra el Iítler 1m11'1Lli:1l en I:e('nologí¿1 en i:letcrmín¿u:I:=is ímllis'l1'izls.
ez-s1'1er.'ial1nonI:e las lnan.uI'actm'as de lana. Aunque porte de su licle -
rnzgtl tecnológico se había pe rdido en favor de sus competidores. ¿1
mi-:diodos del siglo XIX segura siendo uno dc los países más ir1dus--
Iriziìizados y más 1'i('os del mundo. solara* todo en influsl.rìas como la
textil. al acero. loa 1114-t¿Ilos no ferrosos y los producI.os qnílriicos.*55
A Cålllåíh <-~n bucrlal :nf-*cIir,l:1. de su superioricilacl 1'ecrloIúgic¿\.
i
Bélgica siguió siendo una de las ef'ollomías menos pro1egir.Ias durante
la mayo' parte del siglo XIX y principios del siglo XX (i:.iI1Iu =:.1). Hcns
y Solar sosiiencn que el país siguió siumlo un 'ïirdientc-* li.b1'ccamI.›is--
ia". cspcvialineiitc entre 1060 y la Primera Guerra Muridi:1l.I mi
Sin embargo, antes de csïc período Bélgica era co11siderab1(*-
inflrllï: más proteccionislzl q¡.1f-- los Poises Bajos o Suiifiei (véase más
xiclvlailiic). Durante las prirriems tres cueuías partos (le siglo XVIII.
el gobicrtio ausI:ri¿1c-0. que entonces gulmrnalaa lo que m;is zIiclelanw
si- r'nnvc1"t iría 1-*n Bélgica, la protegió con firmeza de la compa tercia
lz¦ril::íilic'a y l1F›I:1ncIcsn B invirtió en í11I!1'ar8s{1.Llct11la ir1cI11st1'ial.I5? A
pri ncipìos xlv! siglo XIX estuvo sometida al unas 'poli tiras nativas ICT
como pairlifif del Reino Unido (le los Países Bajos (1315-110) bajo cl
rrinaclo de Guillermo I. .Ailcrraásn hasta la década de ifìqo algunas
iniçlusn-ias czsNivicron muy I.›1*oI.t'gì(la0¦ los arancel<-*s llegaron al 3o-
60 por {'ic*.nlo para el algmlOn, lana y la iibrzi (IP lino. y al 85 por
vibro pa1':=l cl hierro. La Ley del Trigo belga no fue* aI.1olida hasta
1050.I5i*

B. Ion Písrzs Pajos

¡Duran le el sigla XVII los Países Bajas fueron la potencia mundial


:Íu1ni11an1:<±* en las esferas naval y comercial. DuIwxnte este período,
su "siglo de oro". la Goxnpañía I-Iolandcsa de las Indias OricMales
:superó ínvlusu a 1:1 Compañia Británica de las and las Ori.cnl:ales. Sin
em1}z11'gu. su ntzapaxcìdad naval y cmmercial experimentó un impor-
'tmltc decliw- cn. ci siglo XVHI. el llamado "período Periwig"
(I-1m.IÍ1:en.r.iƒr¿), con la clerrota en 1:1 c11a1'ta guerra angln-ìloìandes:1 1*11
1?80. que marvò sirulìólic'an1r.*r1!.fi: el fin:-11 dc la sup1'fi*1t1a['íz1 interna-
c:i0na1.159

HH ¡
:
Í
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I

I
REHRAR LA ESCALERA

No resulta fácil explicar porqué los Países Bajos no consiguie-


ron que su capacidad naval y comercial les diera el dominio econó-
mico global inclusirìal. La razón posiblemente reside en que eso era
lo que debía ocurrir natui'allnenle= citando tienes una base comer-
cial mundial corno, digamos, Hong Kong en la actualidad. ¿por qué
molestarse con la industria? Sin embargo. el gobierno británico
explotó similares capacidades hasta el limite cuando desarrolló sus
íriduslrias (por ejemplo, proinuìgó diversas leyes de navegación
que obligaron a transportar productos don tro y fuera del país en
barcos británicos). Así. pues. ¿por qué los Faises Bajos no hicieron
lo mismo? EI que no lo hayan hecho es especialmente intrigante.
dado que cl Eslzatlo holandés 110 habla sido nada tímido en $11 uso de
reglamentos agresivamente " nlercantilisl'as" en los terrenos de la
navegación. la pesca y el comercio iritcrnacional cuando estaba
iritcntando establecer su supremacía comercial en el siglo XVI y a
principios del siglo XVll.I'"
Se li:-m postultltìo muchas explicaciones para esto; los altos
salarios fruto de los elevados impuestos al consumo. la escasez dc
depósitos de carbón y acero. el declive de la capacidad empresarial
y la generalización de una inentalidacl rentista O la importancia del
1:¦Ú›Il$lII1llG¬ por nombrar sólo algunas. Algunos historiadores han
sugerido también que la capacidad industrial de Bélgica fue siem-
pre un obstáculo para cl desarrollo industrial dc los vecinos Poises
Bajosm Más interesante es la sugerencia que hace List. según la
cual el declive relativo de los Faíses Bajos se debió a que no conei-
guion-on construir cl conjunto de politices e instituciones públicas
necesarias para el desarrollo industrial. Asimismo. Wl'igllt propo-
nc que los aranceles bajos obsiaclllìziiron el desarrollo de las indus-
1rios holandesas. "'8
Sea cual sea la causa, los Países Bajos no consiguieron indus-
irialisarsc en la misma medida que sus competidores; Inglaterra,
filemania ir Bélgica. No olastantc. gracias a las posibilidades de su
ref! comercial. siguió siendo 1.1110 de los pases mas ricos del mundo
hasta principios del siglo XX. W*
Una excepción a la parálisis política que parece haber aqueja-
do a los Países Bajos enl.rc finales del siglo XVII y principios del XX
i`uel-on las iniciativas tomadas por el rey Guillermo I (1815-4.0).

89
II.¢\¬JIÍION CHANG

Guillcrrun Í fistalxlf-rió rm.lc~Ilas :ìgtzrwiits que ¡'›I'oIJor('iml:-1han


l'in:L1'1c.'ii10ic'›1'1 i11dusI:¡-i8I s11bs¡(lia1:ì±\¦ la más í11'!p(›1*l¦1I11:(: l'1.w la
{ÍIornpañï:1 C¦¢¬›n1el'{*ìa1l I-I0l¿!11cIes:-1 {NmI('1'Ia1'u.I$cì1u l-Iaru.ìels-
Ma:1I$§('I1¦aI.1[.3i.§), 1:1-1I.;1lJl(*ci{.ìu en 1804.. La Cmnpañía ¿1l:1('›yi1l}:l al las
i11dusI.I'i¿Is llGlzlr!df!sals lncdinnte polìïifzzls de ¿1hus¦f:t'ín1icnI:0 defi-
Md¿ts (csiJt:~r'ì¿1l±I1er111¬ fan rc.-ìzwíóxx al azüc-nl' 1'(:lli11adu, los :1:$I.iIleI'{›s y
los I.¢>xti1<:s) 1.lsamì0 los bene* ficus de su (*{›11'I:1'1'('10 nlnnopnlifiticn
aun la fzülolìiu ('ìF-- java. que a pe1:'tì]' dc 1831 fue u1}1igaclzl :1 p1'od¦.1c*ìl'
!
w$(-'('I'1z1$ 1'F.~n¦ahlvs ('0ll'I(J r~aI'é¬ zrzúfizar c i11(¶igo."" Guillermo I
Iïlrldó t:1rr:hif*r1 el Füluìu ]J:ml la Ílìdufiirial N1u:im1:1I (1821), I
Sincli(¬;1E.n dc A¡r1ul'I.izm:iólt (1822) y 1:1 Suüietlacì Gf:1'u(*ral 1321111 1El
I'rolnoci<ìlt dt* la ÍI1I'l\1SE.I'ia Nacional (1822). Dur;t1'11<: la (iú(:;I:1ìn dc
1030 f~l ìïìsladu talnhién apoyó con l`i1-1r1f;z;1 1-1 <:ìes;II'I'oll(› de in
I110dt*I'r1¿1 ind1.1sl I'i¿1 textil del ulgor.ìú11, sobre Iodo <-*n la r¢~gió11 de
'I`v.f¦:nI:(=. 1:15
Sin (=mh:11'g0. 1-1 partir de lunes dc I0¡I.0 el vais 1'eg1'Bsó a un
l'égìI¬f1fi* 11 cl<-' ir1.IÍssez--fiL¿r'e que se* irmntuvo !'msl.:1 la ì*rinlcr¿t G-uti-nl
M1.Im:1¡n1 y, en vicrm mflflimlaì, hasta la Sn¬g111'1d:1 G11c~I'I¬:1 Mundial.
Iìln pI'ì.I'rIm' lI1g¿11'. tal rm'11<1 ptwrìm-* w-I'$(: en la Tnblxl ' › . 1 . los F:-níscs
1?l:1juä siguió:-*rfm si:-m.lo la c¢¢)11urI1í:1 1r1(:nns 1'›I'(1H¬gi1ïì:1 de' los PAD.
(*m'1 la ¢*xc(*1'u'iú1¡ (.l1.'1 R(*ì1If› Unido a Times del siglo XIX y dc ]:1p:ìl'1
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I

¡IIlÍÂE'S c f * la I`{"'$šÍi-ll.lI'¦if.IiÓl"l de l:1 a1.1'Eo11m'rIí:1 {ll';11l(*fi'121llͦ.l_ FH scgulltlcm

lIIga1]. en 1061) 1-*I país nbnliú la Ice de patvrflcs (iI'1I:1'0d11('id:1 pm'

p1'ì1n(-I'a oz Ú11 181'¡) aun el z-11*gu1ncl1I:o de que 01'¦:'¿1b;I un ITIÚIIOIJO' i

lio ¿1I'tìl'ì(:iz1I. Fsïn ir1ir.'¡ativ:1 <>sI.uvu p:n'(¬i;1ìrI1r>11I.(* il'lspiraclzl en el


Iì1{)V¡Il1IU¦'1[0 aa'1tipzlI.filtI'vs que* I-r¦['o1'I'ía FIu'o[.1a en c-*sa época. qlw
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llvs). I1's<1' :1 las p1'¢=sim'ws inI1'1'I1:n'if1I1aìe's. el vais se un--gú :1 witt--


I.1^0d,11ri1¬ la ley de' p:1t<=nt{{$ l'1asI:z1 191 2,."""
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1711 11-I'('(:1¬ lugar. o! gúhìt-*1'llo l1oI:1mì{~s creó €lvìi!1¦*I'ad:1rm*r11~<* i


una cornìpzlfiía i1I*iva<.l;1 p:.u'a gestionar los I`er1'(›c:1I'1-¡h*s l121{jiOTIE1l('5. I
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q 1.1e fJ1'g:.u1iza y I']11z111r:ió. ]`IålllEì V011'IIWI.iI' Qun las das c'c›rl1pañia-15


p1'¡v¿1d:.1s del $m-I.(1I'."' I1:sI:1 p1'á(:!¡(*zI era muy l`¦~U'¿ll PH. esa úl)o¢¬z1. y.
:I1II1CI\IC fe I.('=r'11'1it'1ns t3s1:I'iv1<)s no es una ¡JoliI:ifi':t xlv ¿flisscz-ji!-¡Ír'c,
i
na nì›slalntfi'. urnas }.›I'{=r11I's(›1'a de la n'In1k-1'r1¿1 poli1:ì['n imlllstr.i.=1l
xlrtwa-1 y pr0--(*<¬mtp<.-l'¡I Iba. .

9O I
I
a
!j.
REIIRAR LA ESCALÉRÑ

Durante este período de laissez-ƒoilre extremo. la economia


holandesa siguió siendo en Iïérminos globales más bien lenta. y su
industrial izcaeión relaI'ivamf*rlte poco desarrollada. Según las repu-
tadas eslzimaeiones de Maddison. medidas en dólares de 1990. los
Países Bajos seguían siendo el segundo país más rico del mundo en
182 0 tras el Reino Unido, aun después de un siglo de declive rela-
live (1.756 dOlores .{"l'(*1'1I'e el 1.5611 Un siglo después (1913). sin
embal'go. habían sido superados por nada me nos que seis países
-Anislzralia. Nueva Zelanda. Estados Unidos. Canadá. Suiza y
B(=lgiea--.y casi por /Hlernania. El ingreso per cápita de Alemania e s
sólo el 60 por ciento del de los Países Bajos en 132.0 (1.561 dólares
{'r-:=nI:e a 1. 1 12). pero en I91"ì estaba a penas por debajo (3.950 dOla-
res I`renI:e a i:l.¦.l3'3). I la (Vtiarise las eil'1-as detalladas de ingresos en la
[aula 3.7 del ('zIpiI:11lo 3.)
Fue sobre todo por esta rtlaún que el fin de la Segunda Guerra
Mundial fue testigo de la ir1trodur:eión de unas politices más inter-
veneíouìsuis. Se practicó una política industrial activa. especial-
anente en los años anteriores a 1963. Esta incluía medidas tales
como 1:1 eoneesiúu de apoyo financiero a dos grandes empresas
(una de [l(*f!l'Ú y otra de sosa cáustica). subsidios a las regiones
Í[lllllSl'lllElll'I'ì(*l1l'Ei atrasadas. impulso a la educación técnica. prome-
ciOn del rlc-sai-rollo de la industria del aluminio mediante subven-
ciones al gas y desarrollo de itlfraestru{'I.l11'21s clavo. lm

U. Suiza

Suiza ruc uno di-2 los prir1'1{:r0s países índue;tr¡:11iza1dos de Europa.


Ešiucw-hi snsl.in:*nc que la Revolución lmlusirizll suiza comenzó ape-
nas veinte mìns después que la in-itállicn. En 1850 Suiza. como
Bélgica. era una el:-> las es-conmrlias más indusl balizadas del mundo.
zullìque la 1'1zrlI.11':1le:¢¦1 11:-*tcrugénea Y dc-sec-=mrnlizad:«1 del psis llevó a
lu: 01 grado de' iI]<II.1su~¡:11¡zación fuera desigual en los dil"e1'entes
c:-1rltoiws.1'Fil
En cmmcrclo. la i I1d=.u¬:l:1-ia d i aÍgQfl<ìr1 experimentó un increí-
blv dcsztrrulì-:¬± mihnïmitì las iìéciltìels de 182.0 Y 1330. Según Milward Y
Sauz, "lf=11trr' una lcr(*cI'¦1 parte y la .mitad del hilo dc ¦1]godÚ11 tejido
en Suiza en 1822 era iinpnrtndn del Reino Unido. Sin úmflmargo. en

91
HA-.ÍDÚN CH.I'1\NG

1885 las irnpm-tacio11es de hilo ir-i'tániF:o casi habían cesado"l71.


Suiza era url líder tccllolúgico mundial en 1111 hl1E'I'l número de
I

irIdIlswias imam*tantes. especialnleni:e en la indllshìa textil del I

aìgorlérl. en "tanto que en muclms sectores se la consí<'1c1'aba tecnn-


1ógi(':1Infi11te más avanzada que cl Reino U1'1ido.I?2
Dado (gin: la brecha tecnológica r:ur.t el país líder era tan peque-
ña (si es que existía). la p1'o'I:r*{*rión de la industria naciente no fue
muy na=F:esaria en Suiza. Además. dado su pequeño tamaño. la pro- I

te-:ciOn le liahría resultado mas costosa que a los países mayores.


Asimismo. dada la estructura política l`uc1'tenlente flescenl ralizada i

(lol país, y su tamaño tan pequeño, quedaba poco espacio para la


protección centralizada de la iriclustria nacie11ta.1?3
Biucchi sostiene que el libre comercio fue cl aspecto más
importante de' la politiza económica suiza ya en el siglo XVI.
Atlniitt-*, sin embargo. que Ea protección "na1.m'al" de* In polnpeton-
cía ln'itáni<¬a acordada por la intervención do Napoloún dio El la
incì11sti'í¿1 textil suiza un respiro crucial, sobre todo si tenemos en
I

cuentzi la lìreoha i:e¦'1'1o1úgica que estaba surgiendo a resuìias del !


I
I

éxito 1)I'ìi:ìnit'o en la 1ne('a11iza¢*iún in-' la il'lclustria textil en osa


época. 1?-I Además. la politice de lFr.isse:z-fiiinz: suiza no supuso 1'1r:cc -
sa1*iamoltll.e una falta de se-witido estratégico por paz-lrto del gobierno
en las politices quo ponía (-'11 p1'áotìt:a. Su nogal iva a in1.1¬oducir una
Ice do patentes hasta 190?. peso a la ilnpol'tarltc prisión in tcrnacio--
nal. Cs un {-jarnplo en este* sentido. Esta poliiira a1'11'1pato11tes ha
c~or1t.rihu.iclo, según se dice. al flotan-ollo de un huf'ri núrfioro dr--
i11dusiriaa. l*1sI.1<*cialmcnto aiì-*cI.ar.1a$ por 1:-'sto oslllvit-won las inrlus-
trias quimia y I`a¦~Ii*I8o<åI.1tioa, que robo at'1:ivamento tecnologias al: -
manas, y la imlust rio alimenta rio, en la que la au$t*n(¬ia tlf* patfflitos
impulsó Sn. realidad la invcwsiún f-xliranjera directa (esta asunto se
trata con más detalle en los apartados ==.8.3 y8..3.I3).W5 I
!
r
I

:a.;¦.=.*. Jn1*0n 'I' 1.08 ntlwus amos:-:s lN!Íl[JS'i'II1I.¡\I.¦Z¡ll)0S 1)I-:nsm URI HN'll¢'\I..

.lapón lìugú laastnme tarda a la Gen-*lla i11tlust1'ia1. Los estadounidenses I


I

lo uhligarurl ¿-1 abrirse a la l'11t*1'za en 10511. (cl inllmnfl irlcidc11I:c del !


I

"BI.1qu±* N(~g1'u"). Allnqlm lfmlaian vislI11t1.b1':1<;Ic1 algunas Rosana del lnumlo I

F--1¦1*ope0 m1l:e¦-1:leí ì11:*idcI1t¢: - 'El U-avés de sus c:fJ11I*:wtos <*1Jr1 {'orm-1-cíarnira

gr
RÉÍIRAR LA ESr:ALERA

portugueses y alemanes--. al quedar más expuestos a Occidente, los


japoneses sufrieron una gran conmoción citando tomaron conciencia
del atraso relativo dc su país. Poco después el orden politice feudal se
colapsó. y. tras la llamada Restauración Meiji de 1868. se estableció un
régimen modernizador. Desde entonces. el papel del Estado japonés ha
sido rletcrminante para el desarrollo del país.
En las primeras épocas de su desarrollo lapón no pudo usar
protecciOn comercial. dado que cl conjunto de "tratados desigua-
les" que fue obligado a firmar en 1850 le prohibian imponer aran-
celos por encima del 5 por ciento. Por ejemplo. tal como puede
comprobarse en la tabla 2.1. la tasa media de los aranceles sobre
productos manufacturados en japOn en 1075 era del 5 por ciento en
una época en que Estados Unidos. pese a tener una brecha tecnolö¬
rica mucho menor con el Reino Unido, se vanagloriaba de su tasa
arancelaria industrial promedio superior al 5o por ciento. El
gobierno Japonés tuvo que ¡*ccnrI'lr, por consiguiente. a otros
medios para impulsar la industrialización hasta que recuperó la
autonomia arancelaria. algo que no tuvo lugar hasta 1911.
Para empezar, de manera similar a lo ocurrido con el Estado
prusiano a principios del siglo XIX en ausencia de iniciativas
empresariales en ci sector privado (véase el apartado 2.2.3.). cl
Estado japonés estableció unas fábricas modelo de propiedad esta-
tal (e "plantas piloto") para un buen número de industrias. espe-
cialmente las de astilleros. miseria. textiles (algodón. lana y seda)
.y 1rtiIitar.17'5 Aunque la mayor parte dc estas industrias pronto se
traspasaron al sector privado. que las obtuvo a precios de saldo. esto
un supuso el fin de la participación estatal ii la industria. En las
décadas de 18-go y 1880. por ejemplo. la mayor parte de los astille-
ros del Estado l` Cr 11 pri atizad s, per se les sigui' torgand
iinportantes subsidios incluso después de su privatización. Iunto
con la industria dc la marina mercante. vinculada a ella. la industria
de la construcciOn naviera recibió entre el lo y el 99 por ciento de
todos los subsidios del Estado antes de I924 El primer molino
de acero moderno (la Fábrica Estatal de Hierro Yawata) fue tan-
bien creado por cl gobierno en 1901."7
Sin embargo. la participación esta tal en grandes proyectos no
acabó con las fábricas modelo. sino que se amplió al desarrollo de

93
I

I-Iƒx-.IQDN CHIIKNG I

las in l`I':u¬st1'11(*l1.Iras. El Estado Mc*iii (:011±it1'11yú 1:1primera vid feI'1'('11


del país en. 1801. 'Iìwo que p1'npoI'c¡01'1ar cono*esìonf's g<~l'lc1'nlizz1clas
:1 Í[IVͦI'Fi(1'I"EI.S privadas P¦1II¡:l iIlten-'sn l-los en los l`c-*1'ro(-nI'I'ilcsI?3. y.
(.l1.n'emtf: las c:l<*c:1das :le 1830 .y 1890. 01:01-gó subsidios El las rrm'¦p¿1-
üias fe rroviarizls del 1-;t*cl'o1' privarlo: de 11e(*lu'a. en I:=t dmíczula de 1880
f*1 '36 pm r cif-_-111.0 ¡le tudns los stlhsid los cslatïzflos l`uc-run :1 parar al los
l`(=1'1'{›ü:1I'1'ilcS. 11111 1906 se Tli1(li('Il1il]iZÉlI'ÍJ1'l las líneas ¡J mi ncipaìcs más

en pn1'¡'1II1f:s. El gtJ11ácr1'1c1 j:1llurlés I:am].1ië1'1 en l.!{*zÚ :1 vm1s l'1'L1ì1'


in i`¡'m$:tr1.Ic11¦1':1s I'c-1eg1'álli(':.Is 1-*n 1869. y t' 11 1380 todas las IJrir1r~ipa -
in¬=s vio Li:.1d<-:s G-2-='U1ba1r1 t*n11ccIacl±1s 'lclfi*g1'¿ìl'i{:an1[-' tc. re
¿C.úï:'m 1.1<'›c.l(:rI1c›s vaìorztr cl papel dc las e11'I1:J1-rsas dc p1'npic~-
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llIlilïìí"Ili.1 mndf-~1'1'titl:ul'* MLt{*l1<1s cf¿›rr1e1'1ta1'ist:1s 110 su nluy flI1Ílìsì2ls¬

las al 1'c*spt'<8¦c'›. Llíllflfl Í.lìl(*. l:J{:}I' lo i.{(:nf:1':-11. ¡as l"'lTllÂlll{'äHÍ'§ TIO findif:1'm1
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se la-r:.ü1Í¿LfL ƒuI'r'n.r±rf-0 gt'.$¿Fi:'us e ¿al,ge:LI:r:'u$. 1fl'l,{1, p{>qr.wrìc1. pero ¡
rrzcåu oz nui-s ¿r:1.prI¡'!.(1-:LI-H fi1.fi:'z(r. de r."'I.b[¡I:.1 I.'I.d-Ir.:iI.1'llr1.l hc:.blI(r. l
rvcibaïråfw cu¢'1J.i[ï.r'f1.r:í.rƒ:1. Se h.r.I.lIíarl. r*n,c¿1ri..'.:"1-do nll.-.gl*f¡$ III-{ìl"{.'{L -
rías. {}*r.:.izci-s la :Luis I:rtpr›r'Lar'¡.f.¢>.ƒì:.r* Qm* las eII'1.p1'¢=$rI.s wuzrïsácn -
Ws se I¡.r1.hIÍu,rI. ri-#s¿Lr'r'oHr¡.f.¿fJ pc-ru, muer' si'.11›II.ei'r1,r'1 de* fn'l,.sre PÍHU- Inn.
t¡¡.rl,}'c¦r 1-:'(:c¿f:1.¿¿›II.Eru r;:n.dusr.f'í-(xl-. la I

Adr-.111¿ìs. ci-I gr›l.1i(-I'I1n jzlpr›1'1és puso P 11 ¡11'ác¦ic*n pulíiivaf-3 dc¦sI.i-


I¦:If}¿¦s ¡el ì":I{'iIil:11' 121 11':111sìlI'1*(-1'1('ìa dc: 1'<~cr10lugìas 1-: iI1sti†1.1cim1<=s
r=xl1'€.1t'L.§@¡':1:fi elvn 11z:1d:-15. Asi. !10 r <-=,je:1'n¡J1o, r'u1'!'l1'a11ú n11I<*1'Iuä r*011scje-
su 1']1á1\{il'I1(`} ¦1úll]p]'Ú fue 0 l llc 52? {'ll
rüs I:{-clìicns (=xI.rn11.j1:1'u$z
:H-¡5"!'¿, pan tlccnyú 1'aìpì<:1:~11r1cINfl :1 155 en 1385. lo ±'[1.u: stlgit-=1'(= una
rápìrlaa ahsor('i±ìl'l (h-~ r:u110ci1ni{:1'1I.0s por parte de: los .iapo¦1cses. El
MinisI.v1'io de* F:L11tcariú1.1 se* t=st:1l)Éfi:*iú en 1S*¿.1, y 1'ìncs del siglo

94-
REIIHAR LÁ ESCALERA

afirinaìma haber logrado una lelszi de alfalietieaeiOn dc] cien por


cien. N03
El Í?:stado Meiji también lzrntó de importery adapten' de los paì-
ses más svanlzados aquellas instituciones que consideraba necess-
riais para ci desarrollo industrial. No es fácil edscribii- er-recta1nen1'e
las "plantillas" dc las dillcrell'fes ¡nsl'i1'ueiol'les japoneses dc la época
a pases extranjeros especifico. pero está claro que lo que surgió
inieialmenlxe fue un pe.f.r~hwor'ln insI:ilucional.***`* El Derecho penal
1'e('ihió la influencia del Derecho francés. en tanto que los Derechos
comercial ir civil eran. en gran medida, alemanes, con algunos ele--
mentos briiánieos. Ei ejército se construyo según el modelo alemán
(con alguna i111lìuene¡8 francesa) y la marina según el modelo briïá-
nico. Fl banco central se eslaluieeiú según el modelo belga y el sis-
ten-ia imlleario general segúli el esuldou11itlen¦se. Las universidades
erar eslfldouilidenses y los escuelas. que tzlrnbién lo eran inicial-
meme. cambiaron rápidmne11I.e para adaptarse al los modelos l`ra111-
ces y alemán; y asa sucesivznnente.
No hace falte decir que hubo de I)EIS¿lI"l1l1 tiempo para que estas
instituciones se arraiga rail. Sin embargo. los historiadores consi-
deron que la velocidad con: la que los japoneses las asimilaron y las
EldÍ.]1')l[-¦1IIÚl'l fue Í*KI:llEIOlldÍllI¦-1I'i¡1. 'lìunhién dcsI:El('ì¿ll1 diversas innova-

ciones institucionales. tales como el empleo de por vida y las redes


durnhles de suben11traI':-tciún. que surgieron duramlzc el período de
la postguerra .
Tres el Í"in de los tratados desiguales en 1911. el Estado japonés
post--M c i i empezó a introducir cierto 1'lúme1'o de relbrmas arance-
Ian-ias con el fin de proteger ¿I las industrias nacientes. hacer más
ssequihies los materias primas importadas y controlar los bienes de
eo1'1s11rrlo de le.lo. las Unavcz más. podemos ver grandes similitudes
entre estas politices }' las que usaron anl:e1-iormente otros países
durante sus períodos de desarrollo.
"f al como puede apreciarse en la tabla 2.1. en 1913 Japón se
había convertido en uno de los países más proteccionistas. aunque
segura siendo menos preteeeionista que Estados Unidos en rela-
ciOn 11 sus industrias inzlnuiìietitreras. En 1926 se incrementaron
los srameelcs para algunos nuevas industrias. tales como los textiles
de lana. Pese s ello. los aranceles "no fueron nunca otra cosa que un

95
IU1-JHON CIMNG

su-uta s{=c1.I11rlari:I en pi awsenzll de 1:1 politice eco11úIrIi0:1" | un. aunque


zflgunas indus1:1¬ias cìavc cs1:;1l1ar1. desde luego, 1'ue1'te=1^rncr1tc prote-
I

giclas (por c*.j(:rr1plc›. ci 1¦i<;rI*0 .y el ;we1'0, el azúcar', el G(ll'IÍJI'(", los colu-


r:1I1tcs icxxiilcs y los textiles de larla). Aqui podenlos izllfzontrar
algmms l.1al-xnlclismns entre }:1pö1'1 clespuús de 1911, pm' un lado. y
Alf-*nu-trtia1* Suecia al 1`iles Ll cl s igìü XIX y pril'luipios de-1 XX, por ('›1.l'u.
'l'ndns ellas llä¦H'Úl'l p1'ol'vcciÓn :1I'mtr:el;11'i¿1 " l`ocaIiz:uì:.1". aun lo cual.
cl r(~gi en :1I'a1:1cc:l;11'i() gclmwaì sr* mmltlIvo mn€.le1'a[I:-1mcI'1'¦c pm-
tecziux', p m se aruuló una 'F'I.1e1'te plvtccciún a :=11g¡11'1as índ11su~ias
el:-wc. en lugar de la IJ1'{JI.ccciòr1 "1na.ul'{›" us:n'I:1 por pases como
Faz:-xdus Unidos. Rusia y Fsp:1r"l¿t en esa úpüua.
Fin la flfïc-:Ida de 1920. h a n una po<ìcros:.1 in filrfznciel alernmla.
.lzlpún empezó :-1 irrlpuìsal' 1:1 1'a('iu1'1z11íza1['iölt de i]1d1.Is1'1'i11s clave san-
ciur1a111do los ¿If'11c l'clos de czìl-teles e: ilnpuls:mdn f11sio11cs con cl fin
d<=- rusI.ri rugir' la "co1'npei'{:n0ia despílfi11'rzld(›ral". lograr cconornías de
escala. Hcvm- a calm una equ ipar:1c'iún de l`loI'l'Í1¦1s c iI1!1'ncl11ci1' le ges-
tión uiculziI'ic:1. i na' Estos csíWraaos se i11tc11silli(*¡11'o1-1, y el ('ontl'ol :le las
I¬†I'›l1ie.I'1:1(›s solare los cai:-1'el<:s sr: iutensíficzó un la década de 1930 en res--
pI1es1'a 11 1:! crisis ccorlórrlira mumììaxl que siguió al la Cfxutm DcpI'esiúr1y
:-| fas ±=~sñ¦c~I'zus dc gilf-*1'['n. cspvcizllrrtclltc 00 n la p1'111r1l11¡.§z1<:iún dr-= la l-.(*.y

.
de GLJIIWUI dc- las lnclllstl'ias l1'1f1pm'l:¿1ntcs de 1931 Así quedó estable--
f'ì1|a la pe1¡11.¦1 lnìsira de ii] políl.ic:l i11rh1sI'1'ia11 de poäI.gue1'1':1. | na Gurrlu (:l'1
mmzlms otros PAD, cl rcarnl«:* j:1p011és du la década de uƒìo <:11n|:ribu-
yú, svgúrl se' cree. al C1c:si1I'I'o11o de las in[11.1sl'l'i;1s p{:s¦1d:1s (aullque con
un l`í'SlllÍilÍ]lll p0›íI.i(*r› que aczlbó sicntlo FIes:1s11¬osu) 111 cst.ìrrn.11m' la
:'ìc1'na11d¿1y CIIC¦1l' HTIEI clcpa1'1±;ìún tccltológifi-at.un; I
I
I

1:)
vsu su celos eHil11f'1'zus d¦:s;l!'1'o11isï:1s, t11.11':IIr¦c la primera xnifad
..
I
I
de-:E siglo XX Japón no Fue. en I:úrmir10s gcrle1*ale*s, la supcres.l:1*e!!:1 I
I
I.
E
cvünóïnica en la que se rmwil'tiú I.r:1s la Svglznda Cucrrzl Mundinì.
S:-=gú11 ¿VE 1'cpuI.z1do 0sI:I.11:Iìo du Maddison, la tasa df: crcc:imie111.o per
cálJï'rzl dc- ]:±púlt l`1.If¿- solo de un 1 por ciento anual 61'11'1'¢.* 1900 y 1950.
Esto qlwflal algo por tlvbzlju del prmnrnliu le las In: cF:olwnlías de i
¦
pases dr' la OCDE nct11a1r1'1e=x1lc más in1p01'I:a1'1tL*:s estudiados por !

Maddisun. qua: creó df- un 1.3 por ciento anua1.w** aunq1.1c hay que
señala r que parte de f-'ste cl~s<--rnpcño. más bien puhrc. se debió al
el-o'llundo r:ulapso de la p1*<›dI.u-r-ióI'1 l:ras 1:1 d1"1'1'ntn de .lapón en la
Sf*g1.11'Ic1¿1 G11e1'1':.t M1.1.ndia1.1-›1
.

día .í
i
:~
¿
RETIRAR LA Escnwzn

Tras la Segunda Guerra Mundial, sin embargo. el crecimiento


reeoid dc japOn no tenía rival. partieularme te hasta la década de 1970 .
Entre 195o y 1973. el FIB per cápita de .Íapón creció u un asombroso B
por ciento anual. más del doble del 3.8 por ciento de media logrado por
los 16 PAD arri ha mencionados (cl 3.8 por ciento de media incluye a
Japón). Los siguientes mejores desempeños entre los PAD fueron los
dc Alemania yAusl:ria (ambos a un ¢1..9 por cien ) y el de Italia (4.8 p r
ciento); ni siquiera los pases en desarrolla "milagrosos" de Asia
Oriental. correo 'laiwán (6.2 por ciento) o Corea (5.2 por ciento), se
acercaron a los resultados de Japón. pese al mayor electo de "conver-
gencia" que podían esperar dado su mayol' retraso. oz
Desde hace mucho tiempo ha habido un debate ideológica -
nienlïe cargado sobre las causas del "milagro" cconúrnieo del lapón
y de los Nuevos Poises Industrializados de Asia Oriental durante las
últimas dos o tres decadas. Pese a algunos desacuerdos. actualmen-
te hay un amplio COHSCIISU de que el crecimiento espectacular de
estos países. con la excepción de I-long Kong. se debe fundamental-
menie a la puesta en practica de unas políticas industriales, comer-
ciales y tecnológicas Ger) activas por parte del Estado.w"
Al pasa r revista a las experiencias de postguerra de los países
de Asia Oriental. una vez más nos llaman la atención las similitudes
entre sus politices IG? y las dc otros PAD anteriores; Inglaterra en
ci siglo XVIEI. Estados Unidos en el siglo Xlxy Alemania y Suiza a
finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, también hay
que destacar que los países de Asia Oriental no han copiado exacta-
mente las políticas que los países :mis avanzados habían usado
antlt-'s. Las politices IGT que ellos. y algunos otros PAD como
Francia. l.l$2llloI1 durante cl periodo de la postguerra fueron mucho
mis sofisticadas y atinadas que sus equivalentes históricos. Los
pases de Asia Oriental usaron subsidios a la cic;:›o rtación más sus-
'ianciosos y mejor diseñados (tardo directos como indirectos) y. de
hecho, impusieron muy pocos impuestos a la exportación en coma
paraeiún con los casos ante1'ìo1'es.l9'1 Tal como he señalado repeti-
damente. se emplearon extensamente las rebajas de impuestos
para materias primas importadas y maquinaria destinada a indus-
'irias de export.aeiór1¬ 1111 método que muchos FAD. especialmente el
Reino Unido. habían usado para impulsar las expo1'taoiones.w5

9?
HAJUGN CI-¡ANG <

<

La coordinación de inversiones corriplemeiitarias. que pre -


piamente se había hecho de una manera bastante cl'1'áI,ica. si es que
se había hecho. quedó sistematizada mediante la plariificación
indicativa y los programas de i1'1vc1'siön gubernantontales."'6 La
regulaciOn de las entradas. las salidas. las inversiorlcs y los precios
de las ÚIII1Pl'fi$¦IS se puso en práctica para "gestionar la competen-
ria" de tal manera que se redujera la "coinpelencia iiespiliarrado-
ra".W7 Una vez más. estas regulaciones imitaron en parte a las
politices sobre oárteìes de finales del siglo XIX y principios de XX.
pero hicieron gala de una conciencia mucho mayor que sus equiva-
lentes histOrias sobre los peligros del abuso del monopolio y una
!
mayor sensibilidad en cuanto a su impacto sobre la actuación Dei I
I

mercado exportador. También se concedieron subsidios y se apli-


caro-11 restricciones a lo oompcteflciëi con el fin de contribuir al

.
«desarrollo tecrlològico y a una suave reducoiún de las industrias eri
deolive.m*
Los gobiernos de Asia Oriental 'también iritog1'a1'on. mucho
más estrecharricnte que sus antecesores. politizas vinculadas al
rapilzal humano y al aprendizaje a sus poìítìcas inclustriaìes
mediante la "planificación de la fuerza dc l:1'al)ajo"199. Las licencias
:1 la exportación de tecnología y a las inversiones extranjeras direc-
I
tas se regularon en un intento de maximizar la expansión del saber !
I
!
tecnológico dc* maniera más sistemátìca.2"" Hubo serios intentos de I

mejorar la base de cualificación del país y sus capacidades tecnoìú -


gìcas mediante subsidios (y suministro público) a la erlueacióll. I
lìzirmaciún profcsiorial Ra [+112ü1 I
Ã.

Gon la reciente crisis de Corea y la prolongada recesión dc |


I

japún. se ha vuelto popular cl argumento de que queda demostrado


que las politices ICT activas han sido un error..Aunque no es este el I

¦
lugar para en1:rar en el debate. cabe hacer algunas üonsicleracior l

11es.?'"2 En primer lugar, ir-ramos o no que los problemas recientes !

de lapón y Corea se deben a la ap] icación de unas políticas IC'llacti -


I
I
I

vas. no podemos negar que estas políticas estuvieron detrás del


I

I
I

"milagro" de estos pases. En segundo lugar. hay que señalar que


7'aiwtir1. que usó unas politices ICT activas. 110 experimentó ningu-~
na crisis financiera ni ma(:roecol'1Úmìt'a. En tercer lugar, todos los
olascrvadoi-es .informados de Japón. s a n cuales s a n sus opiniones, |

:
i
93 ì
I
|

i
RETIRAR LA ESCALERA

están de acuerdo en que la actual recesión del país no puede atri-


buirse a la política industrial del gobierno; tiene que ver más bien
con Í8icl'orcs como el excedente de ahorros estructural. una libera-
lización financiera emprendida a destiempo (que condujo a la eco -
momia de burbuja) y una mala gestión macroeconómica. En cuarto
lugar. en el caso de Corea la política industrial habla sido práctica-
mente desmantelada a mediados de la década de 1990, cuando
empeñO la crisis de la deuda que condujo a la crisis reciente. por lo
que no puede culpârsela por la crisis. Evidentemente. podría sostén
nerse que. en todo caso. la desaparición de la política ìndustriaì
contribuyó a la crisis al facilitar' las "inversiones duplícadas".2"3

2.3. LA ESTIUWEGIA DE ADELANTAMIENTO DEL LIDER


Y LAS RESPUESTAS DE LOS PAISES QUE INTENTAN
ALGA.NZARLO: ¡h1GLA'r1=;nm Y SUS SEGUI DORES

Una vez que un psis se adelanta a otros países, tiene un incentivo


natural para usar sus capacidades económicas y politices para ade~
lanzarse aún más. Las políticas británicas. especialmente las apli-
cadas en los siglos XVIII y XIX, son el mejor ejemplo de ello. Lo que
resulta deseoncel'tante es que estas políticas tengan tantos parale-
lísmos con las que en nuestra época los países desarrollados ponen
en práctica en relación a sus contrapartes en desarrollo.

2911. MS =i:0I..o¡~1ms

Inglaterra instituyó un poderoso conjunto de políticas con el fin de


impedir el desarrollo de las manufacturas en las colonias, especial-
mente en Estados Unidos. List informa que, en 170o.Willia1n Pitt el
Viejo (entonces conde de Ghatham). "molesto por los primeros
intentos de los habitantes de Nueva Inglaterra de crear fábricas.
declaró que no deba permitirse a las colonias fabricar ni siquiera
el clavo de una l1e1radI1i'a"2"'*. La caracterización de Brisco de la
politice colonial bajo Walpole describe la esencia de esta estrategia=
Mediante regulaciones comerciales e industr-teles. se
intento relego.r Cr. los coioitios a lo producción de materias

99
HA-_1OON CHANG
i

pránuns que Irlgiatevm se encargaría de elu.haru.r. con. el objeto de


cfcsincentivar c¡m.lqu.i-ci' ¿vio de r11.a.rwfiu:turfL que compirticru. de
u.lgu.n.fl. manera. con. las de la. rnruzflre _pn.&r¿f.L _'Y'_Pfl-¡H f:m1.ƒï,nc:.r 51.1-3
r~u,e›-codos fu los r:n¡ncrr:úm1.nesy.fubl'¿cr.zr1.±':>s ingleses. 21:5

Entre las politices aplicadas por Inglaterra se cuentan las


siguientes. En primer lugar. se aplicaron políticas para incentivar
la producción de ma'I:e1'ias primas en las colonias. Por ejemplo. en la
década dc 1720 Waìpole concedió subsidios de exportación ("gratì-
ficar:io1'u's") y abolir los araneeìes británicos a la importación de
materias primas producidas en las colonias americanas (como
eáñarno. lTI¦.1dl"'E'¿I y madera para c-onstruceió11)- Eso se hizo en la
rreeueia de que. al ineemivar la producción de materias primas, se
las "apälrtaría de proseguir' con lnanufileturas que ìr1I:e1'1'irìeran con las
de Irlgìzne1-I-a"2"6. Nótese que ésta es exaelarnente la misma lógica
que Gohden usó para j usli í`i(*;1r la ahrugzleiön de las Leyes del '[`rigo.
por rntender que. puesto que dil'it'ulI'aba11 las exporiacicmes agri --
eeìas de Fu:-opa cominernal y Estados Unidos. con ellas se contri-
Luuia invohlntaria11'1ente a indust1'iaìiz8 rlos (véase el aparlaldo
a. 2. 1.). Fn segundo lugar. alglmas actividades mam.lII:.1c1u1'e1'as fue -
ron ìlegalizarlas. Asi. por ejemplo. qlledú prohibida la ermsI:ruceión
de IIIIÉJVOS molinos de acero rofìantes y aliicrlüs, in que obligó al los
estación Fiidenses si fsspccziaì i r - s e en el aluminio y en el liicrro en
h:11'riis. dc: bajo valor añadido. en vez de en p1'od11l:1:0s dc- aiccrü, de

al lo valor ziñ¡1did:).2'"? Algunos hislo1'¡arlo1'e:-s sostienen que. en I'E¿1"


ìirlafi. este tipo de pn1íi'ìc'¡1 no provntfi m i s daños signilìcm¡vos en
la flcommiiai csI.a1I01.11tid<-:lisa dc la época. darlo que cl psis lio tciiía
vcriiiljais cc›1np:.ll'ë1I'ivas en 11II¦.ll'l1l I'aic11\I'a5.2"" Farfwxf razonable argu-
n'1enI:;1I'. sin c:1'r1l;la1*g0. que tal política se habria uonvvrtidu en un
i1r111(11'ti1r11;c uhslzáculn. si no en una llållll'E'l'El irisupc-rahlen para el
d{*sn1'rc›llu indush'ial de Fstados Unidos si el país hubiera seguido
as ¡mido una coluMna l:›rit¦ìi1ic¿1 mis allá de los cstsidins tempranas
(1)i'i1icip¿lÉI'i'1cnI.c agricolas y comerciales) dc (lf*sarrn!1o.8"' En ter-
pnlmiias que
CIE' I' lugar. SC
i1-:ron las expm'taIf*ioncs de las
l'ol'1il'}
compfliiiIi conpprurlucI:us lmritánivus. Ya hemos IHÍ.'11E'Í{JI]¿ld0 que la
tuxfii df*l aìgoción de la India recibió un duro golpe en cl
iI1th1sI':'i:i

siglo XVH1 con la proliihiriúii liritánicn de i1'nl1o1'I.a1' textiles dc

100
RETIRAR LA ESCALERA

algodón de la India ("percales"). pese a que los productos de esta


última eran de calidad superior a los británicos (véase apartado
2.2.1.).?.iü Otro ejemplo de esto se dio en 1699. cuando los británi-
cos prohibieron la exportación de tejidos de lana de sus colonias a
otros países (la ley de la Lana). con lo que prácticamente se destruí
yo la industria irlandesa de la lana. Esta ley sofoca también el sur-
gimiento de le industria de manufacturas de lana en las colonias
ame:-icanas.2!l Un ejemplo suplementario es cl de la ley que se
introdujo en 1732. que tenía como principal punto de mira la
industria de los sombreros de piel de castor que se habla desarro-
llado en América: esta ley prohibió las exportaciones de sombreros
de las colonias. ya fuera a poises extranjeros o a otras colonias.212
En cuarto lugar. se prohibió el uso de aranceles por parte de las
autoridades coloniales o, si se consideraba necesario por razones
presupuestarias. se minimizaba su influencia de diversas maneras.
Cuando en 1859 el gobierno colonial británico de la india impuso
unos pequeños aranceles a la importación de productos textiles (de
entre el y l o por ciento) por razones puramente fiscales. los pro-
ductores locales tuvieron que pagar el mismo nivel de impuestos
para obtener un "campo de juego nivelado"21 fe Aun con esa "com-
pensación". los 1`abrican†es de algodón británicos ejercieron cons -
tantos presiones sobre el gobierno para la eliminaciOn de los
aranceles, lo que finalmente obtuvieron en 1882.21-1 En la década de
1890. cuando el gobierno colonial de la India intento una ves mas
imponer aranceles a los productos de algodOn -esta vez para pro-
teger a la industria india del algodón. más que por razones de pre-
supuesto-, los grupos de presión de los textiles de algodón
lograron que fracasara el intento. Hasta 1917 no hubo aranceles a
las importaciones de productos de algodón hacia la 1ndia.1"5

2.3.2. LOS wusu-:s $EM1I)1=11[=1-.1[)I¡¿N'III'-l5

Aparte de las colonias formales. los interés británicos (y dc otros


PAD) dc impedir cl desarrollo de las tnanufacturas en países menos
desarrollados tomaron la forma. principalmente. dc la imposición
del libro comercio a través de los llamados "I 1'al:ados desiguales"
dura te el siglo XIX. Estos tratados solían imponer techos arau1oclari0s.

101
IM.-.JOON CI-MNG

Fl-orm:1l1ne111'e a la tasa un forme de 5 por ciento, y eli:miualJan la


autonomía 3_1'2{n¡_¦Qli1¡'1a_2'16
Resulta muy descor1eerI:anl;e comprobar que la vinculación cie
los aranceles a una tasa baja y uniforme (aunque no 1'1C[¦CSã1T.l.¦.ll'l1'E¦ te
por debajo del 5 por siento) es exactamente lo que los actuales eco --
sionistas modernos partidarios del libre comercio rccornicndan a los
pases en desarrollo. La obra clásica de Little Cf. al. sostiene que el
nivel apropiado de protección es, como máxime. del 20 por ciento
para los pases más pobres y de virtualmente cero para los países en
desarrollo intìs avanzados. El Banco Mundial sostiene que "los indi-
cios sugieren que es ven tajos hacer desaparece' de manera progne -
Siga .y rápida las restricciones cuariiitalidas y reducir los aranceles a
niveles ra:-:r›nalJle1'nenI:e bajesy uniformes. por ejemplo dentro de una
gama de entre 15 y 2.5 por ciento [énfasis añadidol"2l?. I

El Reino Unido usó los tratados desiguales por primera vea en


América Latina, ernpcaando con Brasil en 1810. a medida que los
países del continente adquirian la independencia politice.
lìrnpeaando por el Tratado de Nanlcing (184.a). que s i n in a la Guerra
del Opio (1839 4.23. Úhina fue obl izada a firmar una serie de trata -
I
dos cc-*sigualcs durante las dos décatlas signiralnes. Fstos 1.rz1l:ados I
I
I
dìvron lugar al cabo de un Izicmpo El una pérdida c-ulnplcta dc auto - I
I
nnmìa a1'a11c(=laria. }'. silnl}òlìcan1'1cnIc. un h1'it¿ìnic:.1 fue el jefe de
|

afluanas durante 4.5 años. cl:-sde 1063 11asl::1 1900. A peu'I:i1' dc 1024.
Siam fiacülalmcntü Tailandia) firmó divc~1'sos I.r:.It:1dns desìgl.1alf*s.
hasta llegar :ll más completa en 1855. Persia l'iI'I'rIÓ I:1'¿H'adns desi-
gnnles en 1836 j; en 1057, y 1':tmlJié11 lo hizo el ïnnperio ntmnzmo en ¦

1333 y 1861.2"¶ I
I

1
I"IasI::1 .lapón perdió su zm1mìt:-lnín E111-IIIC-l8lfiIIͦ-l con los tratadas
ã
d(:$igu:1!es fírmaclos tras su apertura en 1054. (véase apartado 2.=¦.7). F
r
Más ad¿*1:u'1tf: vollsiguió poner fin a los tral'8dos desiguales. pero esto e.

110 0Clll'1liI'Í21 hasta 19n.2I'.¡ En este cnntexfo también EL interesa-1Ilt<±


d{-'si'ar:aI- que cuando I:-1pón forzó la elperturel dc Corea en 1376 imita
con cxacl.¡and a los países occidental Cs, obliga do su Corea n 1`irma1'un
tratado dcsìg1.1al que la privaba de su autonomia :n':1n(*f±1a1*ia. pese al
hecho de que el propio Japón camcìzt aún de amtoiiomía.
Los pases l:zl.inoan1e1-icau1os más importantes consiguicl'oll
1'<'{'up€:ra r En zultonmrlía ¡1mr1(:fila1'i¡1 el p¿1rI.ir de la durada de 1880,

102
:

I
REURAR LA ESÍIfI›LERA

antes que japón. Muchos otros la ¡-€CIIp(;1'91ICI1] tan sólo tras la


Primera Guerra Mundial. pero 'Furquia tuvo que esperarla hasta
1923 (a pesar de que su tratado desigual había sido firmado en una
época tan temprana corno 1838) y China hasta 29.220 Anden
muestra como la industrialización en estos países sólo pudo empe-
zar en serio cuando recuperaron su autonomía arancelaria (y la de
otras 1Joliticas).'^m

:¦.:¦.:¦. MS NACIONIÉS (10mpIlå'llll)olLfis

E11 relación a otras naciones competidoras europeas (y más tarde en


relación a Estados Unidos). Inglaterra 110 pudo usar las descaradas
medidas mencionadas anteriormente para tomar distancia. En lugar
de ello. se concentró sobre todo eri impedir la salida del país dc sus
tecnologias dc nivel superior. aunque esas medidas no siempre
l`€¦sllll:i1llo11 efieaees.822

Hasta mediados d i siglo XIX. cuando la maquinaria empezó a


incluir tecnologias clavo. cl medio de transferencia tecnológica más
importante era el movimiento de trabajadores cualificados. que
encarnaban la mayor parte de los conocimientos tecnológicos. En
consecuencia, los pases menos avanzados intentaban contratar
trabajaitlores cualificados de los pases más avanzados. especial-
mente de Inglaterra, y también hacían regresar a los suyos que
estaban empleados en establecimientos en esos pases. Esto a
menudo se hacia mediante un esfuerzo concertado. orquestado y
apoyado por los gobiernos de los poises menos avanzados. en tanto
que los gobiernos de los más avanzados hacia todo lo posible por
impedir esas migraciones.
Tal corno se ha mencionado (apartado 2.2.4..), fue gracias a los
in1:e los de Francia y de otros pases europeos de contratar trabaja-
dores euali l'ieados a gran escala por lo que en I'2I9 Inglaterra se vio
finalmente obligada a introducir una prohibición a la emigración
de trabajadores cualificados. particularmente a los sometidos a
"soborno" o a los intentos de contratar trabajadores cualificados para
empleos en el exterior. Según esta ley. el soborno era punible con
multas e incluso con la cárcel. Los trabajadores emigrantes que no
volvieran a casa en un plazo de seis meses tras haber sido advertidos

103
I M.-JÚON clima@

:11 re:=spc('tn por un l`unciona1'i0 Uri Iïániro acreditado (g<*11e1'zll:ï1e11tt=


un diplonliUi¬:'o esiablerido en el exixanjf-:ru} pel'diarl sus derechos
a Pí.]SflÍ'1' tíc1-ras y bienes en Inglaterra. y se las 1'c li1'aIJz1 la cittrladar-
mía. L:-1 ley mencinnabn espccifìcamenlx: ìndttstrias tales como la
lana. el z1IL'¦::1'O. cl hierro. cl cobre y otros metales. si como la 1-elo -
juria; en la práctico. sin fambmgo. cubrían todas las im111st1'iz1s.283 La
p1'oÍlibi('iÚn al 1:1 en1ig.{1't1('iFì11 de t1'¿1llzt.iatlores ruzlli ficztrlns y al sr›hor--
no se* 1`l1¿ll'l1Í.ìlVO ìutstza 1825.22-1
Pustcrìo1'111clltc. a Incidida que las 11*mmulogías su 1r|:1I.cri¿1lizz1--
ban cada vez más un lflfiqlli na rio. la exportación de rrtaìquilìzxs pasó 11
estar scmletida al cm'11.ro1 g1.lì)ernmrlcr"1!.:11. En 1750 Inglaterra intro -
dujo 11ml nueva lt-y que pruhibìat la cxpo1't;.¡ciö11 dc* "hcrl'amicIltns y
utensilios" de las ìmlustrias dt- ia lana y de la seda. rcIloz'zando al
misnm tiempo los castigos al sudor tlü de trzlhajnfllorf-:s C'ualìf.ic¿1-
dos. Más tarde amplió y re Forzó esta prohibición :1 través de la
Iegislaìciún. En 1774. se introdujo otra Ice para cu11troì:11' 1:-1s expor-
L.

t:I(~io11u's de maquin¿u'i:=l tl (* las illdustrias del nlgutlün y del sino. En


I'?81 su revisó la ley de 1774.. y la t=xpresió.11 "11et-1-m1f1icnIas .yutf:nsi-
líos" EP $llsI.itu.yo por "r-uaìquier máquina. 1'r1üI.or. ht:1'1'aI'a1ieI1ta1.
prf'llsa. papel, iiirrisiìio o implemente". lo que 1¬eilleja1:1a la crecicrr-
te meoamiziieiórl de las iriduslirías. En 1?85 se promulgó la Ley de:
Hi*r1'mnienI:as para prohibir las exportaciones de muchos tipos de
rn:1quin¿l1'ia rlillc¡lenI:{=s. iilcluyerldo también ¡na prohibición al
soborno. Fsta prollìh.ieiól1 se relajó en 1828. cuando Wiliizun
Uuskisson. un :.1c:sI.:1c:u'ìo pz11'tìdari0 del libre comer¢=ìo. era presi--
-l'lt*11'|:e de la Olliein:1 de Comercio. y fue f'i11:1h1nen1'c abolida en
I:l.2.225
Í'IalSI:$i el siglo XVI Í, cuando se em'wi1'tìe.rün en nulo de los litio -- I

res tecnológicos round ìaìos. los .Países Bajos alsflmii-¬1'ol'1 una actitud !
I
I
cxtrem:1don'u-*riic ab¡r~1't:1 ["I'l reìaeiñti al ac'{:es1::- Fle los exlramjeros si $115.1
'te('nologías. Sin eifrlbxlrgio. esta zictitutl. tanto 11 nivel de e1'npl'esa$ como
de gobierno. ra1'r¦.bió (~u¿1n<.ìo su predominio Tecnológico empezó U.
estar 4-ada vez rrizìs erosionafio, y en l'25'1 el gobierno acabó por pro-
mulgzu' una ley que prohibía las expo1'tacio1'1es de m:1q11ir1a:'ia_y la emi-
gralcìún de trabaja-:1ol'es cuiilificziflos. Deszflortunadamvnixo. 1:1ley tuvo
muelle menos exijo que la del Reino Unido. y prosiguió la salida ¡le
tralifljatlmï-'s c-u:.Ilil'ieados y de 1'n8q11i1'1a1'ia.¿*M

l0.14
REHRAR Uh ESEALERA

Frente a estas medidas. con las que los países avanzados


intentaban impedir la salida al exterior de sus tecnologías, los
r e n o s desarrollados pusieron en práctica todo tipo de medios "dio -
gitirnos" para obtener acceso a las tecnologias avanzadas. Los
empresarios y los técnicos de estos países. a menudo con el con-
sentimiento explícito del Estado y hasta con ci apoyo activo de sus
gobiernos (ineiuyendo ofertas de gratificaciones para los que
dominaron tecnologias especificas), eran rutinariamente recluta-
dos para ejercer actividades de espionaje índustx-ial.227 Laudes.
Harris y Bruiand, entre otros. docmnentaron una amplia gama de
actividades de espionaje industrial dirigidas hacia Inglaterra por
parte de países como Francia, Rusia. Suecia. Noruega. Dinamarca.
los Países Bajos y ï5élgica.38" Muchos Estados también organizaron
y/o apoyaron la contratación de trabajadores británicos y de otros
países más avanzados. El intento l`rancés con Iohn Law (véase el
apartado 2.2.4.3 y el ¡Monto prusiano con Federico el Grande (véase
el apartado 2.2.3.) son súìo algunos de los ejemplos más conocidos.
Fese a todos estos esfuerzos. legítimos c ilegitimo. la actua-
lización tecnolOgica no resultaba fácil. Tal como la reciente litera-
|.ura sobre transferencia tecnológica ilustra. la tecnología incluye
muchos conocimientos Íáüitüs que no pueden transfer-irse fácil-
mente. Este problema no pudo resolverse ni siquiera mediante la
importaciOn dc trabajadores cualificados, ni siquiera en la época en
que éstos encarnaban El la mayor parte de las tecnologias clave.
Estas personas deban enfrentarse a barreras lingüísticas y cultura -
les y. lo que era más importante. no tenias acceso a la misma infra-
estructura tecnológica que en sus países dc origen. Laudes
documenta como a los pases de la Europa continental les llevó
décadas asimilar las tecnologias británicas, aun importando. como
itnporlzaron. algunos tralnajacloreä cualificados y. quizás. maquina-
ria L-lave.¿¿9
Por lo tanto. igual que ocurre con los modernos pases en
desarrollo, estas transferencias de tecnología resultaban más efec-
tivas cuando se hacían con cl apoyo de politices cuyo objetivo era
impulsar lo que la moderna economia de la ïecnologïa llama "capa-
cidades tecnolOgicas".3¿*** Tal como he mencionado en diferentes
lugares del apartarlo anterior. muchos gobiernos establecieron

105
IIA-JOUN Cl-¡ANG

insliilleiones de enev:-*ña1'11sa (por ejemplo, escuelas trenleas) y de


investigación (por ejemplo. diversas academias de ciencias no
Lietliearlals El la enseñanza). 'ì`ambié11 he señalado que tomaron
medidas para aumentar el ronoeimiento sobre las tecnologías
avanzadas mediante la <~1'eac-ión de museos. la organización de
exposiciones i11te1'na('ionales. la concesión dr: maquillarla nueva a
empresas privarlas y estalaleeienclo "fábricas modelo" que usaban
estas 'teeiiologías amarizados. Los incentivos firialìeieros que los i
gobiernos dahaii a las empresas para que éstas emplearall teeriolo -
I

g a s más avanzadas. Í3SPC[¦¡IÍIllYl[*1'1Íf¦ rebajas y exenciones de I

I
I

impuestos a las importaciones de equipamiento ind uslrial. 'tam- I

bién se IIII-lï'Ol'l n'1uc1'10.3" I-lay que dcslzaear que las rebajas de aran -
celes O la exención dc impuestos a cie:-'ros bienes de capital
im[Jo:'t11dos (que. euriosameme. eoexisüan con las 1'f:s'l¡'iee¡o11es al
las importaciones de otros bienes de capital) fueron hasta hace
I
I
poco unas do las principales herramientas de la polít=i{*a industrial I
de Asia Oriental.
A mecl.ìal:1os del siglo XIX las tecnologías clave se habían vuela
1:n tan complejas que la impori.aei-:in de t1':1lJajarlo1'es cualificaclos y
I

de maquinaria no bastaba para lograr cl c10mi11io du una ieenologia. !


¦
I
:

Esto queda reflejado en el hecho dc que las prohibiciones del :

gobierno britáiiieo si la emigración de 1rab:1jadoI'es cu:11illieacIos y al


las exporl.ac~i-ories de maquìrieiria hablan sido, para entonces. aboli-
das. Desde entonces. la irmisfer e c i a activa de los conocirnieritos
tecnológicos por parte de sus propietarios mediante la concesión de
patentes pasó ¿I ser un canal eleve de traiisfeiezicial tecnológica en un
hllcn ïlúlrlero de irldllstrìas, lo que hizo que las politices e instituto -
lee que CÚl']¦.]IOl¦1hêì1ll la protección de los derechos de propiedad ¡ t e -
lectuaì (en adelante DPI) pasaran am ser mucho más importantes que
;.itlteriorrnente. Feto eulmin-$8 más adelante en el surgimiento del
régimen de DFI. tras la Condenerón de Faris de 1833 sobre Fa temes y
la C'c›rw<-neiön de Berna de 1886 sobre Derechos de Autor. elahoraclas
El partir de las presiones de los países tec1'1olÓgic:1me te más avanza -
dos. especialmente Estados Unidos y Fralleia.
Entre 1790 y 1050 la mayor parte de los PAD 1Â1IIÚIIHU.]g8:.Dl1
leyes Fle [Jatentes (véase el apartado 3.2.3.8 del capitulo 3 para más
detalles). Sin embargo. todas estas primeras leyes de patentes

106
REHRAR LA ESI:ALERA

resultaron muy deficientes. a juzgar por los estándares modernos


que se exigen incluso a los países en desarrollo tras el acuerdo
TRI FS (Trade-Related Intellectual Property Rights "derechos de
propiedad intelectual vinculados al come:-cio") de la OMC 32
En relación al que es nuestro principal centro de interés en
este capitulo. hay que sesalar que estas leyes apenas acordaron una
protección muy inadecuada a los DPC de ciudadanos extranjeros.2¡3
En la mayor parte de los países. incluyendo el Reino Unido (antes
de la reforma de 1852). los Faíses Bajos. Austria y Francia. patentar
invenciones importadas por parte de sus nacionales estaba a
menudo permitido explicitainente. En Estados Unidos. antes de la
ley de patentes revisada de 1835. las patentes se coneedian sin tener
que presentar ninguna prueba de originalidad, posibilitando si que
se patentaran tecnologias importadas. Como ya dijimos. Suiza no
tuvo llI'l sistema de patentes hasta 1907, y. aunque los Países Bajos
promulgar-nn una ley de patentes en 1817. esta fue abolida en 1869 y
no fue reintt'odIlcida hasta 1912.
Lo que resulta destacable es que. pese al surgimiento de un
régimen de DPI en los últimos años del siglo XIX. incluso los pases
más avanzados seguían violando rutinariamente los DPI de los ci -
dadnos dc otros pases hasta bien entrado al siglo XX. Tal como se
mencionó antes. Suiza y los Poises Bajos no tuvieron una ley de
patentes hasta 1907 y 1912, respectivamente. Incluso Estados
Unidos, que era un firme defensor de los derechos de los propicia -
rios de patentes. 110 reconoció los derechos de propiedad de los
extranjeros hasta I891_2.¬i-1 Todavía en las últimas décadas del siglo
XIX. cuando Alemania estaba a punto de superar tecnológica mente
al Reino Unido. existía una gran preocupaciOn en el Reino Unido
solare la g`ene1'alizatla violación por parte de Alemania de sus mair-
cas registradas.?'35 Al mismo tiempo. los alemanes se quejaban de
la ausencia de una ley de patentes en Suiza y del consiguiente robo
de propiedad intelectual alemana por parte de empresas suizas.
principalmente de la industria quimia.
Aunque el Reino Unido eareciO de una ley de marcas regis-
iradas hasta 1862. Kindleberger semala que "ya en la ducada de 1830
un buen número de fabricantes británicos estaban continuamen-
te inmersos en litigios para proteger sus marcas regis1.radas"8%.

10-2'
un-¿now CHANG

En 1862 el lìeino Unido promulgó una ley de marcas rrgistradeis (la


ley dc Marcas de Mercaderías). que p1*nhibìa el "robo comercial".
como por ejemplo la fnlsi l`ica<:iún de marcas 1'egist1'adas y el etiqueta --
do de cantidades falsas. En la revisión do la ley en 1387. ante la preo -
c npación que dcspertahan las infrareioxtes extranjeras ---sobre Todo
a1cman:1s-- a la ley británica de marcas registradas. el Parlamento
británico añadió explícitamente el lugar o psis de l'al11'ìcaeiól1 como
parte de la necesaria "descripción corno<;ial". Esta ley revisada
prohibió no sólo las descripciones notcriamettte falsas sino Iiambieii
las descripciones etagniìosazs. como por ejemplo la entonces extendi-
da práctica alenflana de vende r vajilla de ShcllIlield f'alsii'i.ead¿1con 1811 -
sos logos. Según esta ley;
I.:-fra] en, delito penn.ln'r.erue castigado vender na. urtrícu-
lofi?-b¡'¿co.(i¢J en. el efczrrzngero que contenga cualquier palabra
n1-drets que rorl.d,u.zcfl. al comprador o. creer que esta: h.erh.o en.
In.gIa1±errn.. en ausencrlfl. de oflms palabras que dertcten el
lugar' de origen. real. 2:11

Según Kindlebcr-gel-, la ley ïmnbién comería disposiciones


específicas que exigían que "los bienes extranjeros marcados con el
no ubre de u n comerciante ingles lleven también la :indicación o el 110111 -
ere del lugar de su origen extI'anjero"23ll.
Sin embargo, las empresas slernanas pusieron en práctica
un buen núlncro de medidas para eludir esta ley. Asi, por eje -
ple. colocaban el sello del país de origen en el paquete y 110 en los
artículos ìnrlivicluales. por lo quo. ima vez que el objeto se desem-
p:-iquetalizi. los clientes no podían conocer el vais de origen del pro -
clucto (una táctica corriente. según se dice. en las i rnpornicioncs de
relojes y de si-cliivadores). Otra alternativa e s enviar algunos
artículos en piezas separsclas y hacerlas ensamblar' en Inglaterra
(por lo que parece. un método corriente 111-1111 los pianos y las hici-
vistas) o, Imnbierl. colocar el sello del país dc origen en un lugar en
el que quedara práctica meme invisible. Wìllianï n;loc1.unen1:a=
Una empresa u,ler11-(1.ïw. que czqmorl(f- o In.gln.ter'm- Im- gran
r'nir¡~l.ero de rn.ri.qnin.u,s de coser clu,rf¡.mer¡.¿e denom.f.n.o.d«:1.s
"Singers "y" "ll›f¢iqu.inas dr* Goser'Nr›r-Britcinieas pone el sello
.:

de "Hecho Sn. Alcmrm.i.o." en. .pequeños letras pm* debajo del

lola
RHIRAR La ESCALERA

pcafimnå. I-farian julia media, docena de costureras para dar la


'.›In:-:l¿a, a La. ¡nLíqu.¿r1,a y ¿ser Ea. leyenda; de Otra modo no se
podría leer. 219

2-4~ POLITICAS PARA EL DESARROLLO INDUSTRIAL;


ALGUNOS MITOS HISTORICOS YALGUNAS LECCIONES

En este capítulo he examinado la historia de las políticas industriales.


comerciales y tecnológicas (ICT) en un buen número de FAD cuando
éstos eran pases en desarrollo= el Reino Unido. Estados Unidos.
Alemania. Francia. Suecia. Bélgica. los Países Bajos. Suiza. IapOn.
Corea y Taiwán. El panorama que surge de esta revisión histórica es
básicamente contradictorio con el que describen los comentaristas
neoliberales. y también. desde luego. con el de muchos de sus críticos.
En este último apartado del capitulo comienzo por resumir mi
explicación del papel de las políticas ICT en el desarrollo de un buen
número de PAD clave (apartado 2.4..1-). Luego dibujo un cuadro glo-
bal de estos perfiìcs de países y concluye que. aunque virtualmente
todos los países usaron medidas de promoción de la industria
naciente. hubo una considerable diversidad entre los países en reía -
cien a la exacta ooinbìnaeiön política (apartado 2.4..2.). Compare
después las políticas ICT de los PAD de épocas anteriores con las de
los actuales poises en desarrollo y sostengo que. una vez: que conside -
ramos la brecha de productividad que necesitan superar, los actuales
países en desarrollo son en realidad mucho menos proteccionistas
que los propios FAD en el pasado (apartado 2.4..3.).

2.4.1. N.l..GUNOS MITOS 1-I1s'l¬o1ucosyAL(;unos1IFCI-105 SOBRE


ms l*Ol..l'IIICƒ\S 1*uE.=;'1';-.s EN l*lV\CIllCA EN EPOCAS)\N'I'E§ìlOI1ES

A. GAS] 'l'U›DÚS 1.05 1*n.lsr:5 EXITUSDS APLI CARON MEDIDAS DE l*lìO'l'I'.CCION

DE LA INDUSTRIA NAC]!:`NI1IIå Y f)'l'llñs PDI.Í'IllCAS IC'l` CUANDO ERAN JåGONOMÍñS

Qu E l.S'l'Al'!AN I N'¡'låN'lZ¢'L cum "m:'1'u.u.¦zr\ asa"

La argumcmtaciún que desarrollo en este capítulo deja claro que


L-así todos los PAD habían adoptado alguna forma de estrategia de

109
HA--JÚÚN CI¡ANG

promoción de la industria naciente cuando estaban intentando actua-


lizarse. En muchos países la proleocion aranc eraria ora L:11componen-
lc clave dc esta estrategia, pero no fue ni el único ni necesariamente
tampoco cl componente más importante de la estrategia. Es destaca-
ble que fueran el Reino Unido y Estados Unidos. los supuestos lugares
de origen de la politice de libre comercio. los que usaran la proteeciún
arancelaria más agresiva (veanse los apartados BE' G).
Las aparentes excepciones a este patrOn histórico entre los
pases a los que he pasarlo revista son Suiza. los Países Bajos y. en
menor medida. Bélgica, aunque aun en estos casos se han de hacer
algunos matices. Suiza se beneficio de la pro lecciOn " narural" acorde -
da por las Guerras Napoleónicas en un momento critico de su deca-
rrollo industrial. El gobierno de los Países Bajos usó. por un lado. unas
politices agresivas para alcanzar SII supremacía naval r comercial en
los siglos XVI y XVII, y por otro lado estableció agencias de financia-
ciOn industrial y promovió la industria textil del algodón en la década
de 1830. Bélgica pudo haber tenido una tasa arancelaria media baja en
el siglo XIX, pero el gobierno austriaco que la elimino durante la mayor
parte dci siglo X'v'lll era mucho más proteccionista. ir determinados
sectores estuvieron muy protegidos hasta mediados del siglo XIX.
I

Dicho todo esto. sigue siendo razonable describir estas tres econo- I

!
mias. O al menos la de Suiza ay la de los Faises Bajos. como economías
.
i
|

que se: desarrollaron mediante unas politices ICT hasta te liberales


'Se puede Z-HlgI1ì'l'1cllltEiT que los gobiernos de estos dos países se
contuvieron a la hora de adoptan* políticas comerciales proteccio-
uistas debido al pequeño tal-nano de sus eco non las. puesto que
hubiera conllevado unos costes de protecciOn relat ivamcnte eleva--
dos. Sin cmiiiargo. esta no es una explicación convincente. En pri-
mer lugar. Suecia. otro país pequeño. uso con éxito medidas de I
|

protección de la industria naciente a finales del siglo XIX y princi- i

pios del XX, cuando estaba intentando alcanzar a los países más
desarrollados en un buen número de industrias pesadas. Una razOn |

mas plausible para explicar la ausencia de protección de la indus¬


|

tria naciente en nuestro !.I*ÍD de pequeños países europeos es que. a


diferencia de Suecia. ya eran pases muy aran:-:ados tecnolOgica--
mento a principios del siglo XIX. Se na ntuvicron muy cerca de la
l`1'on†era tecttolúgica mundial durante el periodo de la Revolución

11 0
REHRAH LA ESCALERA

Industrial europea. lo que quiere decir que. sencillamente. no


necesitaban demasiada protección para sus industrias nacientes
(véase la sección 2.2.6. para más detalles).
Evidentemente. a todos estos argurentos se les puede contra-
poner el de que los PAD consiguieron industrializase independien -
teniente de. o incluso a pesar de carecer de unas poiiticas ICT activas.
Muchos acontecimientos históricos están "sobredeterlninados". en
el sentido dc que hay más de un factor explicativo plausible subya-
sente a ellos; es inherentemente difícil demostrar que las politices
ICT activas. e cualquier otro factor determinado. fueran la clave del
éxito de esos países.3'¡** Sin embargo. llama la atención la coinciden-
cia de que tantos de los países que usaron esas políticas. desde la
Inglaterra del siglo XVIII hasta la Corea del siglo XX. hayan tenido una
industrialización exitosa. especialmente si se considera que, según la
argurnen ración ortodoxa. esas políticas son muy dañinas .

B. EL MITO DE [NGLA'l'EIiÍì.f\ GOMO ECONOMÍA DE Llllfllsì COMERCIO

Y DE L.›uss1zz-ƒ:4m1e

Gontraria rnente al mito popular. Inglaterra fue una usuaria agresiva. y


en algunos casos pionera, de políticas ICT activas concebidas para
promover las industrias nacientes hasta que alcanzó una clara hege-
monía industrial a mediados del siglo XIXy adoptó el libre comercio.
Tales politices. aunque limitadas en su alcance, datan del
siglo XIV (Eduardo HI) y del siglo XV (Enrique VII) en :relación al
comercio de la lana, la principal industria de la época. Entro la
reforma dc la política comercial emprendida por-Walpole en 1?21 y
la abrogación de las Leyes del Trigo en 18416. Inglaterra había pues-
to en práctica los tipos de políticas ICT que alcanzaron celebridad
con su uso en los "Estados de política industrial" de Asia Oriental=
japón. Corea y Taiwán tras la Segunda Guerra Mundial. Muchas polí-
ticas que solemos considerar invenciones de Asia Oriental -como los
subsidios a la exportación y los descuentos arancelarios a las
importaciones sobre productos usados para la exportaciOn- eran
muy usadas en Inglaterra en este período. Además. hay que señalar
que incluso la política de libre comercio británica estaba motivada en
parte porel deseo de Inglaterra de promover sus industrias. Muchos

111
al;x-Jonu cHANGa

dr-' las p¿ll1'ida1'ios más acérrílnos del librf: comercio. in('luy<*mio el su


iídcr Richard fÍ0b1:lc-:r1. arela n que las imp01't¿u:ior1f:s lila-cs de produc-
Ins agricolas por parte de Ing]atu1'1'al dcsincenlivn1'¡:\n las manuIì1cE.¦|--
ras mi v países compc=tidores. las cuales no se halarìzm dfi'sm-rullaclo sin
la e}:is1'(:i1fia de las layes del Trigo británicas.

C. ¡*Ís'1¬.›u)ns Uwlnos unM U 'of [A MADRE 1›A'.1*11ln Y ±:L lì.-*l.S'lllÚN

1]1~:L 1\l{Ú'!ll'IGC1l } n ì SM 0 M u1›1e1ano"

Fue Flsfados Unidos. y no Alemania. como suele creerse. el país que


sistematizO por primera vez la lógica de la promoción de la indus-
tria naciente que Í1'1gla1.erra había usado tan ellieazrne11l.e para plani-
ficar su ;1s(*erlsió1'1 industrial. Los primeros argu1'oen1.os sistemáticos
E1 Favor de in industria naciente Fueron desarrollados por pensadores
esladeunidenses males como Alcxarider l-loniiltori y Daniel Raymond .
en I'anl'o que Frìedriell Lisa. cl supuesto padre intelectual de los algo -
menos El favor de la protección dc la iI1dusI.l'io 1'1aeie11i'o, se l`an1iIi8I'í -
lO von ellos durante $11 exilio en Estados Unidos.
r

El gobierno estadounidense puso en práctica esta lOgìea con


mayor {liIige1'1F:ia que ningún min país durante más de un siglo
(1016--1945). Durante este período, Fsiados Unidos había tenido
una de las tasas arancelarias medias sobra: las importaciones de
1

manul'aetaras más elevadas del mundo. Dado que el psis dislrutalra


de en grado ex:-epeionalrnente elevado de protección "natural"
debido su los altos costes del iransporlze. al menos hasta la década de
1070. `Pi1II(¦(¦f$ ra±no11ahle allirlnal' que ¢:luI'ante su al tllalizaeióxï indus-
trial las industrias estadoimidenses l`1.1eron las más protegidas del
mundo. Cuando Pal: Buehan, politice populista e ineonflo1-niista ¡le
derechas eslzadoimidense, afirma quo el libre pomeroio Cs una cosa
"alnI'ian'1orie¡ma". en cierto modo tiene razón.
Es eiertarnenie verdadero que las in(lllst1'ias de listados Unidos
no necesariamente requerían todas las molidas de protección arance-
laria que se pusieron en práctica y que muchos aranceles siguieron
lnamteniéïtdose cuando ya 1'ialJí¡111 dejado de ser útiles. Sin embargo,
larnhién está claro que la economía esladmiriidense no habría llegado
a donde está hoy en d la sin una ilnporI:an1:e protección arancelaria. al
menos en algunas íriduelzrias nacientes clave. El papel del gobierno de
2

.I.
112 in

.J"
A
RETIRAR LA ESCIÄLERA

Estados Unidos en el desarrollo de las infraestructuras y en el apoyo Ez


la 1-I-D. que se n1z1111:icnc en la actuaulídad. es también de destacar.

n. EL MITO l›¡: FllAN('lA COMO ¦ÍIDN'1lììAÍ*UN'I'I.'l 1›f/¦/r:.rs"r.H A 1..-1 ]l^ÍCLA'l'18l{{\A

nxaf, IAISSEZ -1-al ¡HH

El Estado francés anterior a la Revolución estuvo activamente invo-


lucrado en la promoción indusI:rial. Sin embargo. esta tradición
"colhertiana" quedó prácticamente suprimida debido a las ideologías
libertarias de la RevoluciOn Francesa yaz posterior-estancamiento poli-
tico que durante el siguioMe siglo y medio produjo una serie de gobier-
nos débiles y I`alI:os de visión (cuando no activamente retrógrados) .
Así. pues, pese a su imagen pública de país inherentemente
riirigiste, Francia gestiona un régimen político que en muchos aspec-
tos era más dc ioissez -jiulre que el de Inglaterra. y sobre todo que el de
Estados Unidos a lo largo de la mayor parte del siglo XIXy la prime-
ra mitad del siglo XX. Así, por ejemplo. entre las décadas de 1820 y
1860. el grado de proteccionismo fue en realidad más bajo en
Francia que en el Reino Unido.

EL uso lÍJM1"1'AI}f¦ me LA 1=1\o'n-:cnicãu conHRUÍAL LN A1.aMANIA

Pese a que se la suela identificar como el lugar de origen de la pru-


'lección dc la industria naciente. Alemania nunca usó realmente la
protección arancelaria de manera extensiva. Hasta finales del siglo
XIX tenía uno de los regímenes comerciales más liberales de
mundo. aunque algunas industrias pesadas clave sí recibían una
protección arancelaria sustancial.
Sin embargo, este no significa que el Estado alemán aplicara el
loisscz-jh.ir'e de la manera en que su contraparte francesa le aplicó
clurante la mayor parte del siglo XIX y la primera parte del XX. Tal
como ilustra la temprana experiencia de Prusia a partir del siglo
XVIII, las industrias nacientes podan ser --y lo eran- promovidas
por medios diferentes a los aranceles. incluyendo la inversión esta -
tal. la cooperación público-privada y diversos subsidios.
Aunque el desarrollo posterior del sector privado. en parte
debido al éxito de esos eslìierzos. hiciese que la intervención estatal

113
I

I¡A-Joan CI¡ANG

directa resultara innecesaria e inipopuiar. el Estado continuó


izlvscmpeííarido un impoi-telnl:e papel de "guía". Este fue el caso. en
pnrticiflar, en rclatziún ¡I algunas industrias pesadas de fines del siglo
XIX y principios del XX (que clurzinte esta época también recibieron
una importante proa=c-ción ai-:1nceìm'ia). lisis fue también ci período
Cl que el listado alcino se convirtió un pionero en cl csiahleci-
¦Í'I'1

miento de irlslil.Ilcinnes dc- protección social, en su intento de


ì1IIloI'Í:ig¦li.iI` la agitatciórl revolucionaria J' de esfablcüm' la paz social
I

(véase el :lpartzt-:ln 8.2..6.A del capitulo 3 para más deiaìies).


For lo I;a'nl:o, lnientms que Alemania difì(:illnen'I.e puede ser
Lifi'$cI'il'a coma) el mismo tipo de Estado de* Ia,issez~_ƒb'-fina que Francia

en el siglo XIX y principios del XX. la intervención es1'a1'al en el


principal periodo de-= actualìaaac.ún industrial es Aieinania no fue
tan impo1*I.ar1I:i" como algunos piensan. sobre tndu cm lo reìaciona-
(ln si la preteren-ión ar:n1cf±lau-ia.

F. Su1-.aux no 1-3I¦¦'MI"I¦]i I-un L.-\ "1'11:Qm:ÑA :economía .uau±1r1'.-\"


QUE más M¬›IiI.NN'I'I-1 PJKSÓ A IìEl*RE5l:1N'l'›*'I›ll

Aunque la experiencia sueca no exige una revisión tan drástica


como los casos que acabamos de discutir. sí contiene algunos mitos
que hace 'falta disipar.
En general. la protección arancelaria sueca durarilc cl período
dc actualizaciOn industrial no fue generalizada, pese al atraso ecc-
nómico del país. Sin errihargü. cl Estado sueco parece haber usado
la protección arancelaria de Ina1'1c1'a estratégica; para promover la
industria textil a principios del siglo XIX y para refora:-11' las inclusa -
trias mecánica y el¢'=ctrica en el siglo XIX. I-lay que destacar que el
regímeri aralìcelarìu sueco para la industria textil a principios del í

siglo XIX fue. de hecho. una clásica estratégica de promoción "asiá--


tico-orien1'.aI" de fines del siglo XX (y también de la Inglaterra del
siglo XVIII), que incluía aranceles altos sobre los productos finales
y aranceles bajos sobre las materias primas importadas.
Otro aspecto que debemos señalar es que desde un estadio tem--
prano Suecia desarrolló también unas formas interesantes de coopera-
ción público-privada en cl desarrollo de in Ilracstrucl:uras y en algunas
ìntlustrias clave, especialmente la del hierro. Esta colaboración es

1 1.1,
REHRAR LA ESCALERA

notoriame te similar a la que cuco entramos en Asia Oriental duran-


te el periodo de postguerra. La importancia temprana que dio a la
educación. a 1:1 -Formación p1'o1'csional y :I la investigación también
es destacable.

C. EL AC'll[\*ISMO ES'I1¡'\1'AL EN I'¦LIAI"ÚN DE LA PRIMERA MODA-EINIDAD

1-'ur. LII'«íE'llAD(J DEHIIJO A GON8'l'RIGCIONE5 I:1X'l'E.ì\NAS

Cuando se abrió al mundo por primera vez y se embarcó en su moder-


no desarrollo industrial. japón no pudo usar medidas de protección
arancelariapara promover nuevas industrias debido a los tratados desi¬
cuales que se vio obligado a firmar. los cuales limitaban sus aranceles a
tasas inferiores al por ciento. Tuvo que buscar otros medios de pro-
moción industrial y. así. el Estado japonés estableció fábricas modelo
en industrias clave (quo pronto fueron privatizados por razones de pre-
supuesto y de eficiencia). proporcionó subsidios a industrias clave e
invirtió en infracstrucuiras y educación. Sin embargo, dada la ìmpor~
rancia de los aranceles como herramienta para la promoción industrial
en esa época (cuando otras herramientas políticas no hablan sido
inventadas aún y/o dieron consideradas "demasiado radicales"), su
falta de autonomía arancelaria lo supuso un impedimento considerable.
Tan sólo a principios del siglo XX. con el fin de los tratados desi-
guales en 1911. pudo Japón establecer una estrategia de desarrollo
industrìai más global. la cual incluía la protección arancelaria como
elemento clave. El considerablemente superior desempeño de Japón
durante el periodo de posguerra. cuando puso en practica una impre-
sionante colección dc "innovaciones" en sus herramientas de politi-
cas ICT. muestra también como la capacidad de usar un mayor número
de herramientas politices puede hacer que la intervención estatal
resulte mas eficaz.

1-1. "CAzn11o{n's r¬Ulr1'I vos unwvlslwlnos EN Gunnlmlsosqul-:s"1


LAS POLÍ'IllCAS GAMBIAN CON EL DESARROLLO

Un hecho impürtauite que surgió de la argumentación que desarro-


lle c11 este eapímlo es que los PAD modificaron sus posiciones polí-
ticas de acuerdo con su posición relativa en la eompcïeneia

115
EIJÄ-_IüLI}N en MNS

internacional. Parte de esto Cs el acto deliberado de "rt¬I:i1'a1' la esca-


lera". pero también parece deberse et la natural tendencia humana
a reinterpretar el pasado desde el punto de vista del presente.
Guando estaban en situaciones de actualiraeiún industrial,
los FAD protegieron sus industrias nacientes, se apropiaren furti--
varnentc de* trabajadores eualì Fieados extranjeros, se hicieron con
maquinas de contrabando provenientes de los pases más desarro-
llados. ejercieron actividades de espionaje industrial 3' violaron, a
sabiendas, patentes y marcas registradas. En cambio. una vez que
pasaron a formar parte de la liga de las naciones mas desarrolladas.
se convirtieron en defensores del libre comercio c impidieron la
salida de trabajadores eualiIlicados y de tecnologias: también se
convirtieron en firmes protectores de patentes y marcas registra --
das. De esta manera. los cazadores Furtivos parecen haberse vuelto
guardabosques con inquietante regularidad.
El Reino Unido del siglo XIX molesto a muchos países. espe-
eiaiincnte a Alemania y a Estados Unidos; éstos consideraban que la
predica h i túnica de las virtudes del libre comercio era una hipo -
eresìa. ya que dnranlie el siglo XVHI Inglaterra habla usado medidas
de 'pro lección de la industria naciente con mas intensidad que nin-
gún otro vais. El mismo sentimiento podria expresarse hes día
citando los negociadores comerciales estadounidenses predicen las l

virtudes del li'ore comercio a los pases en desarrollo: o cuando las en -


presas farmacéuticas suizas piden una gran protección de los derechos
de propiedad intelectual.

2 ..| .1:. "NG 501,0 MF:Iì].f'hN'IIE»\lw.m:l31.Fs"= DI wm505 MODFI.Oh


el; l*lìOlv1()(¦!{ìN [JF IA lNDUS'IIHiA n.m:II::n'1'I.-1

'IE11 eimrnu su ha visto antes. práetic:-¡mente todos los PAD exitosos


usa1'0r1 zneflidas de protección de ]a industria naciente cl\.u~anI.e sus
pe.1'ìm¶es dc :-1{:I'u:-llizaeitin ir1t1ust1'i¿1l. Ferro este. desde luego. 110 sig- I
:

uíl`if:;1 que IJo(l:unüs concluir que esas políticas garanticen automá-


l`ÍL'i;1lTl{.1l`l`Í.`(` el éxito econónsicu. GOIllI:IH.¦ElTlüS lÍlG]1llëlsÍillf1(l8 ejemplos de

la his1'o1¬ia y de la QX[¦(j1]'i{¦/11'i;]. eontempul'álles que cur1†1'ar.lieen una


¦Jr0[Josieió11 la-un ingemia. Existe. sin en1b¿trg0. un patrón lNstörieo
nntm'iamellte persistente que se extiende de la ïnglaì Terra del siglo

116
REURAR Le ESCALERA

XVIII a la Corea de fines del siglo XXsegún el cual el desarrollo eco-


nómico exitoso se alcanzó mediante medidas de protección de la
industria naciente. Este patrón Cs. sencillamente. demasiado
poderoso como para ser considerado una mera coincidencia. For
consiguiente, quienes creen en las virtudes del libre comercio y de
politices ICT laissez-¿faire para los pases actualmente en desarroiìo
tienen que explicar por qué creen que este patrón histórico ha deja-
do de ser relevante. (Trataremos de nuevo esta cuestión en el capi-
Í1110 q..)
For más importante que haya sido la protección arancelaria
en el desarrollo de la mayor parte de los PAD. esta no fue en modo
alguno -lo rcpito- la única herramienta política, y ni siquiera
necesariamente la mas importante. empleada por estos países al
promover industrias nacientes. Exisüeron otras muchas. tales
como los subsidios a la exportación. las rebajas arancelarias sobre
insumas usados para exportaciones. la concesión de derechos de
monopolio. el establecimiento de cárieles. los créditos dirigidos. la
planiiïcación de inversiones. la planificación de mano de obra, el
apoyo a la I+D y la promoción de instituciones que ihcilitahan la
cooperación público-privada. Los aranceles ni i`ueron ni son la única
herramienta política disponible para un Estado que intenta desa-
rrolìar nuevas industrias o mejorar industrias viejas. En algunos
pases. como Alemania hasta fines del siglo XIX o Japón antes de la
restauraciOn de si autonomía arancelaria en 1911. la protección
arancelaria ni siquiera fue la l'ierramietlta más importante para la
promoción de la industria naciente.
Hubo, evidentemente. un grado de diversidad considerable
entre los PAD en cuanto a sus recetas políticas. dependiendo de sus
objetivos y de las condiciones a las que se enfrentaban. Asi. por
ejemplo. Estados Unidos usó la protección arancelaria más activa-
mente que Alemania, pero el Estado alemana desempeñó un papel
mucho más amplio y directo en la promoción de la industria
naciente que su contraparte estadounidense. Otro cjernplo es el de
Suecia. cuya politice se basó en acuerdos de actividades conjuntas
público privadas mas que. por ejemplo. la de Reino Unido.
Asi. pues. a pesar de algunos patrones históricos notoriamente
claros. también hay una diversidad considerable en la receta exacta dc

11-3
I

HA-JgON CIIA NG

la mezcla de he:-1-mnient:-1s políticas usadas para la p1'c›1rnución I

i n dust1'i¿ti en los diferentes países. Esto. El su vez. supone que no hay


un modela "dc talla única" para el desarrollo irulustrial; sólo
amplios primzipioe directores y diferentes ejemplos de los cuales
aprender.

-La. (:(:ìMI"f\Iì.f-\Cì{)N GUN LOS Ac'1¬uA1..i=:s p/.-151-:s EN nI=8s¡\I=I*.01..!..o


I
I

Las argiunentacioncs sobre politices comerciales de quienes se


muestran escépticos ante la puesta en práctica de Pol ìtìcas ICT acti-
vas rara vez reconocen la importancia de la protección arancelaria
¡
I
en el desarrollo econOmice de los PAD.2'*1 Y los pocos que si lo
hacen clesprecian la relevancia de los indicios liistórícos señalando
que los niveles de protección de los PAD en épocas anteriores son
ponsitleralilomerite hay os que los que se han dado un los actua-
ies pases en desarrollo.
l..iI:tlc et al. sostienen que "a]Jarl:o de Rusia, Esiatlos Unidos.
España y Portugal. no parece que los niveles arancelarios en el pri-
mer cuarto del siglo XX. Ullilfldfi eran ciertamente mas altos en la
mayor parte de los pases que en el siglo XIX. pc1'1nitic1'a:1 en gene--
ral unos niveles de protecciOn mucho más altos que el tipo de nivel -
les de promoción a la i1'1Lli1s1'1'ia que hemos visto. en el capitulo
anterior. que son Jos!ificables para los países en desarrollo actuales
[que. según sostienen, eran de como mucho un lo por ciento para
los pases más pobres y de prácticamente O para los pases en desa-
rrollo más avar1sarlosl"2'l2. De manera similar. l Banco Mundial
sostiene que "auriqiie los pases indust riales contaron con una pro-
i

tecciOn natural más alta antes del descenso de los costes del trans-
porte. el arancel medio en doce pases industriales iba del 11 al 32
por ciento entre :Sao y 191550 [...] En cambio. cl arancel medio a
los productos manulacturazlos en los pases en desarrollo es de un i

34. por (=iei1t.o"2i3. i

Fste arfnlrnc ni suena suf'icienI.clrlcn.tc razonable, sobre todo


si t'orIsitl€=1'aI'¦'Ios cl hecho de que las cifras dr los aranceles pueden i

hacernos s1.lbesf,irrlar el ¿grado de promoción le la ínclusl rio nacion ~-


te en los actuales pases en desarrollo cuando se los compa la con las
cifras eorrt':s1.1orltlientes a los FAZ de otros tiempos. Tal como lie

118
REHRAR UI. ESCALERA

señalado al comienzo de este capítulo (apartado 2.1.). las limitadas


competencias fiscales y la falta de competencias regulatorias del
Fstado limitaron seriamente el alcance de las políticas ICT diferen-
tes a la política arairieelaria en los FAD en tiempos pasados. Los
gobiernos de los actuales países en desarrollo tienden a usar un
espectro más amplio de herramientas politices para la promoción
de la industria naciente. aunque algunas de estas herramientas
(como por ejemplo los subsidios a la exportación. excepto en el
caso de los países más pobres) hayan sido puestas "fuera de la ley"
por la oye."-*
No obstante. este argumento es muy engañoso en un impor¬
tanto sentido. El problema es que la brecha de productividad entre
los actuales poises desarrollados y los pases en desarrollo es
mucho mayor que la que existía entre los PAD más desarrollados y
los menos desarrollados en epocas pasadas. Esto significa que los
actuales países en desarrollo deben imponer unas tasas arancela¬
rias mucho más elevadas que las usadas por los FAD en el pasado
para proporcionar el mismo grado de protección real a sus indus-
trias que el acordado anteriormente a las industrias de los PAD.245
En otras palabras. dada la mayor brecha en productividad a la que
deben hacer frente. los actuales pauses en desarrollo deben usar
unos aranceles mucho más elevados en comparación con los PAD
de otros tiempos simplemente para obtener los mismos efectos de
protección.
Antes de que pasemos a demostrar esta afirmación. debemos
admitir que no es sencillo medir las brechas de productividad
internacionales. Las cifras de ingresos pci- cápita son maneras evi-
dentes de aproximación, por más que resulten toscas. pero vale la
pena discutir si cabe usar los ingresos medidos en dólares actuales
o en paridad de poder de compra (FFF). Puede afirmarse que los
ingresos medidos en dólares actuales son un mejor reflejo de la
brecha de productividad en el sector comercializable. que es más
relevante en la determinación en los niveles arancelarios. Sin embar-
go. los ingresos medidos en dOlores están sujetos a las excentricidades
de las fluctuaciones de los tipos de cambio, que pueden no tener nada
que ver con los diferenciales en productividad. Las cifras de i l ' r e-
sos PFP son un mejor reflejo de la productividad global de un vais.

119
llf!l-.JOÚN CHANG

pero ti don a subostimzu', a menudo tonsider¿1l)len'1ct'1i:fi'. los di fe-


1*f:11ci:.!1es de produc'tivìdad en cl sortor vomcrcializalale. En lo quo
sigue ho usaltl¬o cifras de ingresos PPP. en pe11't.f: ilobido :1 quo pro -
porcionan una mejor medida de la producliviclad globo! de una eco-
nomía y en parixe porque las ¦11o.jorcs estimafziorws lústóricas
disponibles dc ilìgrc-sos de los PAD lwzalizandas por Macldisoll se sil'-
van de clIas.2`""
Según las csiìmaciones de Malddison. durante@ cl siglo XIX la 1
p1'opn1'{¦ión (lo los ingresos per cápita en términos de FPF en los
PAD más pobres (0-omo .l8]Jó11 y Finlandia) y los PAZ más ricos
(como los Países Bajos y el Iìcino Unido) era dc allredorlor de dos (J
vuaitro 21 u1m2-I? En nirlgún vaso ora Tan ínlporI::m'tu como ln brechel
(nutre los alifluaies países en dos:-11'1'ollo y los dús:11'1'o1latlos. Daros
1'ecion't'cs (lol sitio wF*h del Banco Mundial znucsl'1'ar1 que en 1999 la
dìlbro nala de illgl'esos por cápita en términos PPP entre los pases
más c.1csa1'1'oìiar.lo8 (por ejemplo Suizza. Japón o Eslzanlos Unidos) y
los monos df-:sa1'roll¿1(Ios (por ejemplo, Etiopía. Malaui o Tanzania)
f:s1^á en torno a 50 o 6o a 1.2«In Països en vías dc doom-rollo medios I

('onlo Nicorz1¡.=;1la (2.060 flúlares). la India (2.230 c.1ólare=s) o

Zi1r1h:1l11.Ie (2.690 ciúlawos) alomen enllrcrlI:¿1rse ¿1 hre(:l1as dc produc- I

tiviclacl en torno :J l o o 15 a 1. Incluso para los países en (losa:-1-ollo


l].21sl'z111I.fi* zwamzzldos como Brasil (6.B11.o dólares) n Úolonibia (5.580
dúlalws). la brecha dr' pro1luctivi(l:1(l con 1'espel'1:o 11 los principales I

p:=.íaf*±¬: ínfluslrizllcea es de: una proporciúii de alI'f:[.i{-¬:lo11 de 5 at 1. I

I
I
Cllanilo el fines del siglo XIX Es†ado¦s Unifloä acordó una pro- !

i.f~c'(*iúri :1rar1cf:l¿u'ia na--il la de más del 4.0 pm' ciento si sus in{lus1'rins.
sus ingresos per cápita mocliclos en FPF ya llcgah:-un a las 'tres (arar'
Ens pzlrlzcs de los del Reino Unido (2.599 dtìlaros frenuxo 21 3.511 dóla-
ros en I8'g5).2'1'* Y esto oc¦.1rría cuando la "1.11'ote('(*iú11 I1¦¡lllÍl'Ell" que
:1{'(n'dnbz1 1:1 dìstalu-io, osllf-*oiallnolllzc iinportanlit* en cl caso de
Estzidos Unidos, 4:-'ra vnnsiflf*ralilcmcriiie mayor que en la actuali-
clarl. como incluso la vita del Banco Mlmtli:-il que* scñalábanïos antes
I-{¦(-0111)(¦{\.25" Gompararlzl von esto. la tasa ¿u'ancelm'ia media ponde-

1-ada según el comercio exterior del 71 por ciento que I:('rlìa la India
justo antes del acuerdo de la OMS ¿ll ìlf*('llo de que su ìng1'r--

so por cápita modillo en PPP es sólo de alrerlodoi* de 11na: quinoea-


.s
vel partir' :lo rio Esinilos U11¡Flos--- hace p¦11'o(:er :I ese país como un iI

É
120 i
É
Rfznnnrz LA ESCALERA

verdadero campeón del libre comercio. Tras cl acuerdo de la OMC.


la India redujo su arancel medio ponderado según el comercio
exterior al 32 por ciento. un nivel por debajo del cual el arancel
medio de Estados Unidos nunca descendió en el período transcu-
rrido entre el Fin de la Guerra Civil ir la Segunda Guerra Mundial.
Faro ('onsiderar un ejemplo menos Gx't1'en1o. en 1875 Dinamarca
tenía una tasa arancelaria media de alrededor del I5-ao por ciento.
cuando su ingreso por cápita era visiblemente menor al 60 por
ciento del del Reino Unido (2.031 dOlores frente a 3.511). Tras el
acuerdo de la OMC. Brasil redujo su a1¬aneel medio ponderado
según al comercio exterior desde cl 4.1 por ciento hasta el 27 por
ciento, u n nivel que no está muy por debajo del nivel danés, pero su
ingreso medido en PPF es apenas del lo por ciento que el de
Estados Unidos (6.840 dólares frente a 81.910).251
Dada esta lJ1'eel'la de productividad. los niveles de protección
re-latívamenl-e elevados que predominaban en los pases en desa-
rrollo hasla la década de 1980 no parecen excesivos según los nive-
les históricos de los PAD. En lo que respecta a los niveles
ennside1'al.›lemenlc más bajos que se han generalizado tras dos
flecadas de liberalización comercial generalizada en esos pases. se
puede sostener, incluso. que los actuales pases en desarrollo están
en realidad menos protegidos de lo que lo solían estar los PAD.

N{}'ì'f\S

I. La de Sawlus y W.1rm:r (1995) vs una he las va:r¦%iom¦¦i du esta cucsliñn más fzqfll*
lil›l';ulns y Inca' inl'<›I-111ad:1s. pero {*n último 1é:*I1IiIto nquivnc;Ld:l. Blaaigwali
(1905, 1990) nl'I'(u:c uma v¢=I'¦-:iú11 Ítl(¦!1fls ucl1Iilih1-:Ida pero pI'nI›nI1In¡ncI:lc más
I'L*pI'e5('I1l:Iliva. l*1u-dc11 c'm:m1!rnrs<* csiuuliua de: iinporlznflus rlc¦tis<¦l'{¦s pnlíli -
en iI1II'I'lta1:inIlaI1¢:s Qm: ('¦ilmIll'fl cslc 1m1'Ho :In vista 1:11 Bhaagwatli ir IÍirs{'h
(I ggfl). un vI)ILI111c'l'l dc: cnsilyüs I'¢=¢I›pilnrìos en hurmt' Th:¡'\I'II1IiI' Dunkcl. quitsn
5up<:I¬.-¡só la lìm1fl;I Unngllnj' (l9H6¬g3) r.u:mrI¡› í:I'¡l 1lil'±-cinr generan! del GA'i'r
({1cII{:!-:il Ag:-I=<=1m:I1I en 'lu-il'is and 'í`¦':IdI: " ¡*wlIcrdn General sub re Araarnzczles y
Clm\t¦I'v1u"). Los nrtíüulns dc De Gl1:I'c(l y Iìl1g!.¦i1:1'n nl'l'ih¦1 vitätdus fm'ln:¡n 13¦1I'I(¦
min: mili! r¢:r'npil:lniÓII.
re
1... DL: (.I:'I'('q. 19-gli. p. 106.
li. Di* {'l¢:1':'q. 1993. pp. 1301-2.
»|. . Fl I'l('S:IÍn¦'¦l¡11:I¡lO vi I1c\II:› rlflru irm:1'v1'ln:innísmn cstzltal y alalnrraìciil. según
<:sl:l vcl'¦iiúlt de la llifilori:l. se rompió nlás tarda. tras el fin ¡le L1 Scguillla
GucrI~;1 Mmlflizll. I-:1a111rIo las atnluridzlrlnfi cs1:lllo1l11idcl1scs dc m¦upn{'iól\ en

121
IIII»-JUÚN Ci¡ANG

un;tus paires flisulviur-ur1 los :taN-Iczlus, al clrlrfic r-LI('uI:¦ dc qm: 1I¿1l)imI v¦¦in:i:› su la
mí?. del l`:Isr~i¦;II1n . I

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I›l'á<'lic¦1 desde Ilicgfy no le era) zII:±'p1afl:l por ¦JII"(]1ì p:1ís;cs.
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.
¡1u=il¡,=`LM'I'=1 para runlrnlzll' el "¢'nn¦:urm1 III: lujo ¡:s¦m<:i¦1¦¦m'rll¢' un In que' res-
pcL*l:1 :1 las lábiL*rIr:¦š dr: lujo ilrlpurlmlnsi. Vüläm* :II l'csllc-No Ch¡mI;. 199'?.
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1fi. 1Í1<'F¢1{-. 1720, pe. BI - l m .
in. IJuIlu<:. 1'¡""l'i. ¡L 94.. Sin u-n1Imrgn. l){*lbc da IIl1:i :=xpli±:iIci(ìI1 urror1<¦¿1 dr.: Inés
lïuclìos. Arìlts di: Su cu I'0I1ili'iúrI en 1.-1.115. Enl'iqll-n WI pälfiñ sus años de exilio un
IntI:ltcrra y un F'rallc*i:1. no en B1l1'gUI1¦]ƒ (Guun. 1995. ¡L 9). Darlo que
lì11¡'I;11Iltly tenían llllíl [:!I'g:I vlm'I.llaciòn con ¡ns y¡›l'kislz¡s (filtrm. 1997. up. 5-6).
±!:1hri:1 siclo e n c1.I:I1qI1if:t' caso iml›nsìIllc IIuv si juvnn ["I1I'irl1II±, un IEIflͦ¦1-filͦI'ͦI" i

Ilü rl¦1u= huir del régimen yo1~kisu:. I›uscal'a cxilìfi en Í51.ll'gllnFIy. Death: lucgzn,
cala* l¦1lllDI` i:1f!I'I1:I1 th: ì']uIloc lm r'n¦1¦hia la ::1I1±stiòI1I›¦ì¦~:i1':I (Iv que el ["('l1l.1'f¦ de* las
±±:;II¦.¦±¬l'¿±I¦¡ I}I'iI:ì1¦If:us por a1:lI1i1Ii:¿aI' su induslI'i:1 (lu:-:InI1' el I1-iI1ai]<› (lv Er1l'i111lc
VII r:!¬:111 los l*¦lí$-ps Raajns. Enciuy<:nciu 1ìu:'!.,f1ll1¦Í1.*. .tal;r:¡:í:::¢c'¢› rl'll-nm P{~IM por lia-
1`II¦Ifl1'I(' In :tlcfI1:ió11 s¦›l!l'v ¢¦s1:1 1lrli¦nl'tnnh:* ttlwsliólì.

20. Stzglìlì [1'r.:¦h¦:. Et¦rilllle: VII "puso l:l I11ilI1llr¦l1¦¦IIII¦1 de 1:ll1.1 H1 p c en vnriaisa l›:l.I'lcs
PIE su país. par!iflII:I:':1rI¢:I1Ie un W:1kclli¢:]¦1. l.1¦e:1±;y IìnIliI'ax, na si m:sII.¦ Iìiiiilqg
'xlv *l'nI'ksl1irc. un luís adrrflmsInio p:1ra Asia ¦-ìiluzwiòn pi1l't ic¬I1li1¦¬. ml¦II›I:¡r[u :el Ira-
Iuijn. :1I {¬fiI:I1. llena rin: in:1mm=l¬:1l¬›lc::a I`I1Nr1II*S;. I'¡]in;¡1; de": :*¡1I'lJú¦I j' u-lrzls (¦(lEì¦!H I

(E}¢~fnL*. lïzíì. 11. 96).


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¡HI ll::l'±i:l Inipllisxlrsv ron fl-:=I11:I.H.i:IfIfl :1I'dOI"' (Í hiuI¢*n1, p. 96).

21.. El1¦'i(l1I:: VII "Na pl1›ilìllió inlIIr.:11iz1I¦l!¦u:¦11¢¦ la c:xp:¦l'1:1c¬i:ìl1 (la I:1I1:1 :I Ir›sflf1.r:u±n--
was, ni Irll11{mn.O. Itzasïa zilgllrìmi años L1C¦;l}1.l¦ì¦;. grawú la ±:xpurl:1::±ò¦1 :In i:m:1 CDTI . .

más i:np1l¦:slns te: Ins que :II11r.=s tenían" (UcI'n¦'. Iqafl. p. 96). Fu Lu que ¡'uäpc{:-
la :I 121 llrullil:l-iciúsI :a i:I ¿1x1¦nl*1n::iúl1 de I:1n:I viI'g¢¦I1, l)I:ilm= diva: que FrI1*ìqu<- V l l I

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REÍIRAR L». ESCALERA

prcnhilxiciún Brutal de exportar In lana en su I-cin:u*h:- (íbidcm. p. 96). Asi. pues,


aunque* Enrique VII "Cn dan-mixlndn mmnnmu prcwndió frenar la exporta-
ción de In lana. aceptó que- se incumpliera su orden y más tarde rnlirúporcnm -
pc-lu la prohihi :~ión" {ihid¢:ln, p. 97).
25. Dafne. 1728. up. 9?-8.
26. Dclïnu. 1728. up. 9';.¦-101.
Ag. Las rxpoIfiaciszncs dr.: tejidos (en su mayor parla dc lana) constituían alrededor
del 'lo par cicnm de ¡as cxpuflncioncs en 1100. y min más del 5o por ciento dc'
las cxpnrlacioncs IManes han-:ia la déczld:1 de I?70 (Musson. 19't0, p. 05).
ala. Véase Wilson (I 90i.. up. I64.-5) sobre 1:1 evolución du las primeras Leyes dc
Navegación.
29. Giladu en List. 1005. p. 4.0. Según Lisa. fšalzi "durante siglas había sido la máxi-
mn principal de la política comercial inglcsal. como :uncrinrmentc había sido
la ¡le la política connzrcial :le la lïfzpúhlìca dc: VullcuiaI" fiihidcntl. p. 4.01-
Iìo. V-ézunscz los rlcztailivs en Brizna. 1907. pe. 131-3. 11.055, 169-71; Mcflnskixr.
1996. I). 158: Davis. 1966. up. 313- |.-I.¦ Wilson. 1904.. p. 26r?.
31. Iìcsuila interesante que un cl caso dl: susl:mcia¦s para teñir, las impuestos su la
importación se ahnlicrnn para ayudar zx las indusirins de teñido. mientras qu{-
[us impufitslus ¡I In <:x!¡nrl:u~ión se ìmrndlljf:ron "para que su exportación no
ayudara :| los lìIbI'i:-antaa rxilnlnjcrna" (Hrisuo. 1907. p. 139).
Brian-n señala que El prin1¢¦l'¡¡ prima a la r.xl›orl;Iciú1¦ fue concedida du:-ame cl
l'f.=í11¦uI<› (le: GuìH<:l'n1(1 y María para ¡al nxpu:'I¦lciún dc cftrvczâl, ucrvcza inglesa.
ccv<=za de ella gl'acluacirìu. sidra isidra de para (1901p. 153). Esta politice se
hizo famosa por cl uso exitoso que* su lli1-au dl: :ella en los pases dc Asia Oriental
II-:rs la Segunda Guerra Mundial (véase cl apartado 2.2.10 .
33. Brinco. 1907. p. 132.
*L-l.. Hasiil finca del siglo XVII la 1nz1yoz' parla dc las cxporlanioucs. igual que la
rnaynr pzIl'l(' dc las i1\1l)(¦I'l:1t*iuI1cä. su gnwalllan con un 5 por ni:-mn. Guillermo
III subir los inipucslus fi la inqxurtaciún liaste cl 15-25 por ciento. pero man-
tuvo la ¡asa de c:›:pm-la-ciones al 5 por1-icnto para la mayor parta de los p1'uduc~
los (Davis. 1966. up. 310-iinì. Las -:xrzcpcioncs a la posterior abolición de los
innpucsios a la nxporla:~iún bajo Walpolu incluían cl ¦1!unlhrr:. el plomo. el
mineral du plomo. la lata. la pie! curtida. el carhún, las tejidos de lana blanca.
las piclcsy cl palo (para más detalles véase Brisco. I90?. p. 131, n. I).
35. HI'isf:0 a¢:I'1ala que los subsidios a In r.xpoI¬lac:ón bajo al minlstcrio de Walpolc
na ¢:I':Ilt t:u11<'cdido's :| industrias nzu¦i¢'nlc¦i. sino :I mdnstrias ya nsialilm-cixlas
<l<:°'z. p. 152).
36. En p:±ini›r:ls de En-isro. "\1(›E!¦pnIc cMcndiú que, para vender con éxiln un un
nlcl1::uln Íue1'l{:IM' Me (`0fl1pvlilivn. era necesario que los bienes filcrniu dc al1:I
unlirlëld. El f:1l1l'il::Irl1c. dcmznsmdu allìsinso ¡mr slzpcrarcn vcnlazi rl su rival. ten-
clarín El bajan' la calidad de sus productos. lo que en úilinm término, rey:-rcuti -
rio -fan na-us bíuncs Ilcvhus en lrIgI:m:n*¦I. Sólo h:1hízl mm mamara (le ;lfì<2g1.\¦'¡II's-1:
dr.: :Pu: los lncncs lucrar du 1-ali.:Ind alta. y era la de uïzguiar su Iznìwiczuaiòrx
rmzdíalile la suln':¦'vislÓ¡l gub<±ruan1:=n1n1" (up-3. p. 185). Una vez más. cM':oI1¬
lrêlmos la nlodurnzl versiòll de cala pulifica en poises como lapón y Corea
clurzmlc 1-1 período (Lu postguc-rra. donde las zngencimz rzmncrcialcs uslznnics no
sólo a(~lu:n'un como fmzmcs de: infnl'm:Iciú¦1 y canales de mzzrcarlo. sino lam -
bien Roma (00¦1l1'{Il:l1loI'('S :le in: nalidaml de los productos dc: cxpürluciúul.
11. Brisco. 1907. p. 119.
_
311. Dnvts (1966) :Irgnnmma que el pcrìodn cnlrt: :-¡63 y 1776 fue fcslign de una
pflrl iculnr pl'uli le::rau-ión mil' mcatlidas protccuinnist:1s. que según él inlìuyuron
en la van=~:u-uccicìn de la opinión de Adam Smith sobre el lncrcnntilìsrnn en su
WcrrìllaïI Frƒfiulintls [La Hiqmezrn de las Nrwinmasl. puI›I in:ï:l en 1776.

123
i
F-l.l'L¬J-[ION CHANG

19. La exportación hI'i1á11i¡':I de por-mluclos dc algudfãn luxlil :i las I muas O1'icI\1¡1l{:s,


la In:1yuI'p¦1l1¢¦ de las camillas ibm: al pararsl la India. ::I1NI¢-III(ä dc un 6 ¡mr cien -
La de las ::xl1nrl:1¢¬in11¡¦s Intnìvs dc textiles dc aìgmlñnì tras las G1l±1l'r:¡s
NapolmzúImicas (:II1'ctlcrlnl' Fin 1015). :I un :al pal' ciento en Ifl.1.oy ¡a Inés del lo por
cierllfl l a s 1573. (W-zlsc I-lahshmvin, lanza, p. 125.1
4. . .
Por ¦mIm<'sI ('II la rnslyuz' parla dv I s Hui 5. 01 ap Y de los i:1l1ri¢¦:Inlc$ al IÍIn11
collM:¡'1'iU era cguísluy no p1'ml1It'I0 de su conversión inlulwlunl al noble prirn-
uìpifl riel Libre CU11u8l'1:in: lniczntras npoyalIzln el reczhaazn rlc ¡il I..cy del Trigo. los
I`aln'ics1nt¢¦s te' zmlgnrlñrl tlmnllaviernn su oposición ii la libre <:xport:1c¦iúl1 ¡le
lï1:iquinzi1'i:l :Ii: aìgnrlfìll haistn al l`in de la pi'o1¦il:iir:iñl"l fiiaiipiucslzi Pü1' priIn¡¦r:1
oz en !174.) H1 lfl.1.2 UvllassurI. 19-20. p. IOI: véase c l zl¡a:1rl:lrln :¦.3."5.). 1

4.1. BaiI'o<~I1. 1903. pp. zo-I. r


»|. . El t<*rmino pruvic:l1<: de Gnllaigluri-y Iìolu irwun. 1953.
.l,:ì. Kil1riIi=ì1(:1'{.¦<:l'. In-'¿'íl, p. 196. Vönstz un i=$-flltlìø clásico :iii papel de 18 l<¦r}l'íi¦ iz¢¬0›-
Ilú-mii¦:| en 01 cI¢=siiI'I'c1llo ¡le la ¡sülilirzi rc1I11i:I'r*i:11 h¦'iIiìrìic¡L isnircz 1'¡¦;o)r :Ii5u en
Sunmiizi. 1970. .
,¡.,|.. I{íruII(-11c!'g¢:I'. 19'?ri¦ H¦:im'rI. lggiì. En 1ILi.0. B¢3wI'iilg zwnaruscajó :l Ens Estnrins
I1Ii<:II1l›ros dc I:l i¿'r›i1w:1'ieiII. ¡llt*l'1Ii'I.I"I¦l fllilìvzii' Iriso Jr 1.".I1[¦1\!¬II]. il I0¦ì f:Ih1'i<:¡lliles
l›I'í1áníi-.mus (L¡lml<:s. 19903 p. 521).
4.5. 'fin HJIÍ-iii'r¦1 llïiilirigs uf ƒiicfíifzrri Cr›fnir'rl [Eso:'ilr›s Puliliizna dc: !\ic¬I1:ilI<l Cf.¬±hd(:l1].
111twli. lììiìgcwziy. Luiiilrixs. voi. 1. p. 150. citado pm' li1:ii1c:I'¦. 199Ii. p. 292.
.¦.[:. Fiulci<*l1. 1969. p. 02.
.-|.-¿. l졦iI'rn:l1. 1903. p. .l.ú. I

!
_1.11. W-;Ifi.<* Fnlamyi. 1957 Í.19.-l.q.]¬ ¦*nl›ílIllos 12-13. Pulzlrlyi sf›sli:'I1(1 rllI{: "rio llailrizl
n:1fi:1 l12ìlIlI'i1l un (:1 If1l'$$s*z-ƒìLír1=: lara Iihrcs nlcl'caflos Iìllflrzl pluli(¬I'nI1I1:!1:c1':::<is--
Iifln SII11Pl:'II1I.*ItIC l¦urlniIicI1Ii¦› que las 1-usas Sí¦_¬;IliuI':1It su u1II'sn, Du Iii mìsinai i

I`ll¦1IIIl¦1l¦I I{1.1(* lm; 1`:1bri(-as de nlguciúll ---In pI'Im'ip:1l im:Iu:;1riza dv Iil›rc~ 1¦-[II'I1(1II['ÍO""

I'I1-[=mI1 :'IiI*:Id¦Is uno Fljrkldäl cf.: zII'zIln1'lcs pr¢›t¢'('(-ìnnìst¦1¦i. älyutlzIs :1 la exp-n1'l:II'ióI1 !


y 䦦bäidi¡›s ilIliir:'c¬1m; a los s:1i:1I'io¦=. cl propio iaissI=z-.ƒì:.íI'I: I`u¢: ilplivättlo lmr cl I

E..~1.I
Í' ado, Fu los alñmi I1'±:iI11¡u¡ y ͦ¦IHll(1l1lE1 llwn lugar no sóloi i i e›:l1InsióI1 dv lfjrtztz
Qm: :Ir1IIlz1I::1r1 r<1gI¡!mI¦:1l(1s r¢'s1 I'Ic¦iv¡:s. sino 1¡1I1Ih ió I1 un Í*I1{Il'Iì1{* iiiinicfntn dc'
Iilri f1ll1:'iun1*:a aclmirlisl1':lliv:ls del Eslaclo. qua pasó at -¦¦:iIiIII cinlaclo xlv una bum--
'['I'¦Ifflilfll"!'I||`¦1| ¢':Ip¿1z de* cumplir :nm las 1:11'c:Is intrplmslzu; por las p¡11'Ii{in1.ì:›¦i de!
Ii[w1':I1i5I11n. 1'a1':1 CI 1llilita1'i-alan Iípinru... el frnEssf'z-ƒìm-ra na 0:11 un ¦nëlodu p:u':l
uhlumzr una v-ns:I. cruel la 1¬:I=;:1 qlw qllel'ia (IbÍ[¦I1'Í'llSÍ'" flglfg l.I94..-I.¦. 1). 139).
*i-'ôzastz ¦:IItlhiür¦ l¦ul'r.-lm:u'I. Joao. sola? cútnn las l'i¦0I"IDlI1Í2ìl¦IS :'l:ìsl('0ä-3 ilpnyiII'<:l1
la ¡!1II=¦1'('I1I'ÍúN räliltul. 1¦1)T¦¦ïi(ll'II¦Ill¦1 I1H'(:sn1'i:I ¦)EII'EI al C¦:ì[al11I('(:i¦ni<'l11n del ::iS¬
l±'Irt:¦ ch' II'Il¦1l-['¦II[I'), I.¶l1¦*(*i:IlIl1cnl1* la irï1¡›I¡1I'lt¦1:'iú1I ¡in I1'¦1I1:ljZI(lm1:s 21 ¦n1<'iI.[n
nwiliatralc: 1:I d::*;lr1I{:::i(m dr.: la p1':›cIIIr-¢¬ifI~I1I'UI'¡lI al ¡n-qI1nñ:I <'sv:I1:l.
4.9. I2iul{I[¬I1, ¦969, 11. Ha.
50. Snhn* pJ ¦!H›ll1.1I15iU y rrairla :fe la I.igi¡ piII'i1 la R1:1ln¦'IrI:1 )'ìl':1lt['I~l:II'ia )' el p:Ip::I q1u'
hwn ('¦1l:1l1lhf.:1'lui1'l un ¦~II:1. vósls-c- [`1¦1¦'iu.'. 1999.
51. lì:Iirn¢~I1. 1903. p. IM.
112. H¡li['ar;:l1. 19r)3, la. Ho.
5.1. 'I`r:*l:il(-nck. 19fì1. p. Lili.
54.. Nn1-111. 19ñ5. 11, íì-qq..
55. Fvid<=I1Iv1m=I11r:, no ìul.y una s('l1::i1l¡I ¦:o1'l'es[:undc=n¢'i:l uno :I ¡mu ¢'l1I¦'c El Cusi -
cien "M:It¢1¦'i:II" dv :1l¡.;1li¦:n y su p0sir:iór1 irlt0¦cntI:1l. l*±¦sI: El ser un propi(~1:1I'i0
1l¢: finåülanvos :;11:'uüfi. ]cll1l1=I'snI1 ¢'r:1 muy f:w0¦':lhl{: a la l›l'{1II:(:I'Iú-:I du- la mrlllslrla
I::¦c:it-Ill!-. Fu (':IIrllII0. el ¦H'¦¦ilI' {'l(` }lI'¦H."1'¦[l("1'ÍI1¦ In parir: In:ar1u1lucl1Ir¢-I*:I ¡lui mm-rlv
del Iliiiåïj' Th' se-1' un I`:inlosn1 im'cl11¦l›l' iruthlstrinl. Ík't1j¡II11il1 Frilliklin rm zIpoyú la
prul{.¦¦:I:iúl1dv la lmlllslrlzl nar~i1~I!t(:. Sin ünll:a\l'g11. {"1':ml:lirl Ilvgô :1¡II›nyi1¦' la pnl--
tec-n:i{ìr¦ du l:I 1I1d\I¦iI!'i¦¦ n1nml1':1clurc-¦':l -l`!ìlIld1'I[II1Í(ll'II¦ìf.¦ cl:-l1i¦l¦1 aa Qm: la industrial

12.1.
RETIRAR LA ESCALERA

seria capaz de eompotir con la europea. que poda sni-


(¦5ͦ1d(¦l1,ll]i[l[¦fläl.. ltuncn
varsc pagzntdo salarios dc subsistencia. mientras que la cslzldounidense no
poda haeorlo. dada la abunda nota de tierra y la escasez de mano de obra. Véase
Kzlpitlu (1981u up. I?-21).
56. Gordon. 19'M.. capítulo U: Freeman. l989i Reincrt, ;996. Desde luego. hubo
pensadores autos que llamilton que plantearon algunos elementos fe! argu-
mento :le 1:! industria naciente en sus escritos. Sobre ellas véase Reincrt, 1995.
Según Bairoch (1993). entre los Informes dc I-Iamilton y cl Sistema Nacional de
E¢'ononn'n.Foñico. dc List Idilio otros escritos que :tbogahan por la protección de
tal industria niueioulfr. obra de* atttorcs como el alemán Aclain Miiller.y los fran-
coses Jean -Antaine Chaptal y Ciuuìos Du pin (p. 17).
5?. l-ienderson. 1933; Heìucrt. 1998. Véttnse más detalles sobre la vida y la obra dc
List mt llcmlerson. 1903. El elrgmnento completo de List fue publicado en The
No-tionai Sgcsti!m of Politicai? ti-oniungr [EI Sàsnzmn, No-cional de Eennomúzr. Folitieo]
un 11ì.¶.l. Sin tamlmrgú. según Spiegel (1971). la primera versión de su argu-
nwnto at favor ¡les tlcsan-rollo del "poder productivo" nacional apreció en un
libro que escriliíri pa rs los proteccionistas :lo Pensilvania en 1827. Outiincs of
¿hlr.el'Lcn.fl Fhlitinoí .Econoniy (pe. 362¬3) .
.
58. Bniroelt1 (1993, p. 17) atribuye a l-lanniitou la invención del término 'industria
nación I: .
59. Dnrfmzm y'1lugwcII 1960. pp. 8:-2; Conldn. xgflo, pp. 116-7.
Go. Según Elkins y McKìïri*.':Ic. 'asi medida que la concepción haInihonfama su ¡ha
revelando -una imporlanlu deuda consolidada. un poderoso banco nacional
impumtos sobre cl consumo. manufalcturns uuhsidiadas por el Estado 3 a la
larga. incluso. un cjúrciio regular-~ la Influencia :le Wnipoìc era demasiado
obvia como para pasar dcsapcruibida. Fue para ruuiatlrsuz n ella y II Indo lo
que pnrcm-ía ìmplìczll' que In convicción I¢¦i'l'cI-sonãamzI' fue CsI:1blH'íd¡1"
(I 99.ì. ¡L IN).
Cn. Garrz1Iyy C:Irn¢=s. 2000. pe. 139-4.0.
62. Cai-paty5' Cm-nca. ampo. up. 1511-5, DIO: Bairofrh. 1993. p. 33.
63. Garraly y Car:-nas. aooo, p. :zw: Cocln-an y Miller. 1942. up. 15-16.
64. B:nro::h, 199:i. p. 38.
65. G¿11l1'fl1_1,r_y C=u~I1<›s, -:›.c=0n. p. aro.
66. Couhrzmy Miller. 1942. p. 16.
(1'?. Úzlrrnlj* y Carnes. up. 219. 2.2.1.
GU. Balrm:h. 1993. p. 3.-;.¦ Ga±rr:1Iyy Cnrlws. 9000. up. aún:-3. Jzal1¦ Cuc'hl'zmy Miller,
194 II. 1ü.
*1
1l.l

69. C211-r:I¦yyC:lrIu¬s. p. 335; Bairüch. 1993, pe. :L-1.-5-. Lulhin. 1994. p. 611.
lo. Aunque se insinurú un se=rv¡¡:io regulan' de Irmumlllaìntìcos al vapor un 1833. los
Imrcos El vzipnr sólo l)il$¦1II0i] a r<~¢¦1nïI1aa:II' :n los ¡arcos a vela culm p1'im:ipnh-s
merlina :la lramaporlaz lmarílimn un la dñcäitla du 18-¡vo (O'Í1ourE<u y Wilìiamsfim,
1999. pe. .33-4.).
el. G:lrr:±l.yy Carnes. aooo. p. 4.05.
72. Lulhin. l9±l.4.. up. 614.-24.. Dmzbcrin l1:rurd:1rsc fI1.u*. romo una cnaliuión entre
las 1z=h¿gs (lihcr¦l¦cs} pro1cl;vionisl:l¦a y los dcrnúcratus occidentales que qunzriäm
In libre :lis!rihucìún de tierras púlìliuzls pero un genmzraì querian el libre
rumereio. el PzIrtidu H¢=.publicarm en sus l›r¡nlcrzls épocas no crn lm Pau-lidn
¦IbÍt¦IIIfi1'l1('NÍl¦ PI'l)l{'C{¦ÍOI"IÍ5fIïI.
13. El Icxln daría que "na Mnlu que [1-¦'0pnl'Cinfl¦1 ingresos para el mamcnimicnlo
del gobierno grllrl'alI lufiadiantøz: cìurúcllns dc aziuzmn sobre las impnrlacioncs,
una politice scnsnla requiera un ajuste la! de estas xlnporlzwiozacs que alicnic cl
.
desarrollo de los inlrrustzs inclustrialcs del psis; y nosotros rccfmmndanms usa
política (lv in¢=rc:unhìo:s itaarinnalvs. que asegura ll buen salario al waabnjaldor,

125
I-HJL-JGÚN CHAN@

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1'n:miÍc±1lô¦ "l.:Is tlcìugílmnnczs dc: lìcrlsilvzuniay
de Nutra Jfizrslzy c:¦ii1.lvic¦1.o11 Ibr-
mid¡1l1|1::: un su l:uj'N :i la snlucìún arancclurìay su hilarnlatrl rcasuilñ ('fil11-Ilglüliíl.
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nus. pI l¦r¡=saicl¿'l1H' irá el l1¦II'cclóI1" (t:ill'1¦! a Noah Swaync. 1'nl›i;l il1{'1IIi1'l:1en (~:Irl:¡
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raros uurluñns y pequeños grnlljr-rms ¡M Dvstr.
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R1;fII1j›.R LA ESCALERA

HQ. Iìairoeh. 1993. pp. 52-3. Según Bairoeh. cl tercer período de crecimiento más
rápido de veinte años de duración fue cl de 185o--go (1.8 por ciento). Sin
embargo. el registro de este período es más dificil dc valoran-que ci de los otros
dos. En primer lugar, el período 185o -61 fue I.1I'I período de proteccionismo
relativarnenle (pum sólo relznivanienteì bajo. mientras que ci dc I 862-'/o tuvo
un incremente considerable de la protección. Ádeniás. este período incluye los
pe rio-dos dc la Guerra Civil (I ¦l6i-65) y la reconstrucción de postgeerra y. por
la tanto. :IQ puede ser tratado dc la misma forma que otros períodos.
lo. Véase O'lìonrke, nono. Los diez pases son: Austria, Canadá. Dinamarca.
Francia. Alemania. Italia. Noruega. Suecia. cl Iìcino Unidos Estados Unidos.
mi. El papel dc los aranceles Ltfl el des:l l'rolio de los productos textiles de algodón
ha dado lugar a un debate enndentr. 1hussig fue el primero en ¦ll'g\.l!TlCI1l¦H` que
"prolialxlemente ya en 1tìzq.. y casi con seguridad en 1332. la industria habla
aleanaado una firme posición en la cual pudo enfrentarse a los competidores
exti'nnjI.¦ro¦; en situación de igualdad" (I892. p. 136). Bits cuestionó cala :|i'ir-
nutación yy concluyó su estudio con la alïrmaclón de que "la eliminaciOn de
nrmieeles... ilal}l'ia reducido el valor añadido de los textiles en. como mínimo.
tres cuartas partes. Lu que esto implica es que alrededor de la mitad del sector
industrial de Nueva lnglaterrtl cayo en la bancarrota" {198*i.. p. i 04.5i Irvin y
Ti-min (nono) se ponen del lado de Taussig y sostienen que los productores
textiles de algodón ritladoilnirlrrrlses halarían sobrevivido la abolición aranee¬
¡aria porque se espeeializahan en diferentes productos que los fabricantes bri-
uìnicos. Sin embargo, la diferencial erre ellos y Bìls no es realmente tan
importante como parece si primera vista. Irvin y'Iì:min no contradicen la opi -
r i n de Bits de que los productores estadounidenses no podan competir con
los productores británicos en segmentos del mercado con alto valor añadido.
Simplemente rornenlan que la mayor parte de los productores estadonniden -
ses no a: encontraban realmente en OED5 segmentos.
.
92. E gormarlyS L: I fi. no. p. 4,0 -. Iipaoy. ano p. 726. Ésta s i raa . pro .
stIn1¦ilJI-onìflrilo, por la cual al comienzo de la Guerra Civil la industria textil de
lana dc Nueva lnglimu-l'a estaba un general liastanic satisfcultíi con la prolfsu-
virón ¡nos-ol¬aldat acolfladzl por la Ice arancelaria de 1fl57. uN la medida en que el
arancel sobre las nlälïciúati primas segura ¦iit:m.lu bajo. En cambio. estados como
l'cnsilv:Inia. Nueva jcracy, pa:-los de Maryland y Virginia Occidental (con sus
ínlcreacs mineros). un las que la IIC1-*R g<::1c1-sIción de industrias pesadas orc-
oia en torno :ui ojo hit-rm-carliún. eran muy dtwidicliimciilti lirnlcocinnislas
(véase Luthin. l9»1..l.. pp. (315-2o).
9**. Koma!-WI'iglit, 1995, pp. 1oo-2. esa. p. i r . IL 3?.
94.. Sliapiro y 'liiylorz 1990. p. 866i Owen. 1966. capitulo 9; Mnwctyy Hoacnlicrg,
1±.¡915.
95. Gwen. tgúfi. up. 1=1.9'5°-
96. Moweryy Rosongcrg. 1993, Iahlia 2.3.
9?. Shapiru y 'lìiylor Itaucan mi cxvclunlo resuman de esta Cucslìön= "Boeing no Soria
Boeing ni IBM si-.ria IBM ni un sus iognts militares ni en los comerciales sin los
1-em1-alos :lui Pentágono y cl apoyo Th: la iiivcsiigziniOn civil" (1990,¡L 866).
98. Véase I1Hp:f¡\-www.pltarma.orgipuhlinations.
99. Spiogri. 1911. p. '-ìú'l..
n o . Coukin. 1980. p. 108. Ei mejor ejemplo de es proteccionismo extremo fue: ci
dc Willainl Philips. quico. junto con Calvin Columna. fue uno do los más famosos
activistas :i I"lvm-de la protección rlc la industria nacicmo il principios del ligio
XIX. Philips publicó uno dc los dos o tres primeros manuales dc economia en
Estados Unidos. A Mntruioi oƒfiililicai Econoinƒ [Manual de economiza politice]
(Conkin aullo. p. i-gli).

12?
un-Jonu cimms

un. Vëilsnz :u'l'ih:I; ¦;0l'rI'¡* In vida 1* la obra de: (.¦;1I'¡Ij'. \r("i1:;(: t;m\IJiël1 ì(¡II1l:II1. 1031.
5 de: I11:1¦'z0 dc: 1352. un K. Marx y F. Íɱ¦[;¦'l:;= Lclten: tu
l o g . {":II'I:I il Wb*yrl¢*lrl¦'Y\*I'.
Amar-ir-ans. 134.8-95: A Svlfzctifarl ¡Carina a los csl;!r1oI1I1id¡:IIs\:s. 1l좦.{¦-95& i i i
es<'I¿'t'F*iÓrll. N1uw:1 *¡'nI'Ji. ͦ'llvl'l1:ltion¦1l F1Ihlis!1¢1I's. 1953. cilarlu en I"l1':I_1t¦:së.
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no?. 'l`I'f:l›il1:u1'k. 1933. |›. la; vüzisv t:m1I›i¢"l¦ l11:1c:khmII'n. I-1g-¡, p. l1'¿f. Simi c:1nh:II¬gn,
Tillo r-1t:1 la H:¦5i¦¦ Lluuloflìl L*s¢*1'ilzl un AI<¦m:IrIia pur'l`. Úhl'IÍsl1i en la Un ivcr:;itl:IfI
du Giiilìrigr ti. ¡II.:r.: 1'M¦1u¢=st|'¡1 lo Qm: él llaman "¦~;uI'pl'cIul<'nI{-nlI.¦n!r.: sugnificzlïI-
(y <:I'±:I:i¢'l1I(¦ä) rfvrlus IN r:¬›If.*¢'II)I'cs" del :II':II1c¦:l de In ï.ll1ìú11 CuI11(=l'ci:1l
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III-U5I:I/Ii1. qm' c(1rIs!iII1.)':ì IN hzasl* :M :ll'¦Im'0l ¡Ir la Zollwrrirn ('1'¡ll¡,-, I<.¡¢.;'I. p. 191).
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{'i¡1-1:15 de la I.lòc::Id:I de agito. (*lr"ü:1¦¡¢:l¡'u1ly Cìl¡II'Ig. 1995. 1›ar:1 más cl<*I:I1I¢=¦;.)
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John i..:Iw ch: la Ílr'Ii$¦ìi¦;¦~:ipI¦i (¦¦m-apslny. Diu lug:1r el l'0l?rl'1:¦;i¦[i:1s por l›;1rl1: dc* los ¡

111'il:ì11i¢':›s. lIIIi.l¦I1('S un I'?1=) i:IIr0III1jc::'ul1 111121 pI'uhil›i<'ióI1 :I I:l c±la1Ig/':l('iú1l siz- I

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I!aijndcawii ¡.1:ll'¡1 rifiacinpiziìaìi' ¡muslos du Irzihajn un el cxII'imjcrl:› ("sohal'nn")
(véase el anparludo 2.3.3. para más detalles).
126. Viinsc MilwaiIfly Saúl. 1979. up. 210: Fuhlun. 1913. up. GB-9.
121. Milwarcì y Saúl. 1979. p. aflq..
luli. Milwarcl eS:iul. 1979. up. 2204,-5.
129. Kilidlchc-ri.¦¢:r. 1970. up. I91)-200.
130. Nyc. 1991, p. 25.
131. En :ip:u'i:nlc cmïlrzniliccifìui con la tabla 2.1. la lahla 2.2 muestra que seguía
habla-ndu cicrizi ¡iruiczccióu en In vcunmniei I: rìtaìnIca. Esto Cs si Po r u c el lil:re
uxnniurnio sólo l'u¢: ilhsnli1l0 1:11 el in:Iso :le los plïìrluctoii m¦m1IlìII:l1II'ados (leal
ir
Í'0¦l'I1Ú si- Iimstrnba en la i:al:!:1 2. 1) zu'ul seguían en pie algunos "ingresos :mm-
cv.*larios" pm':l 11-it*M¦s de ILlo¡›, VézIsr¦. pi1l'¦1 más dfzliillcs. la primera fila de
Field-en (1969) hacia el l'in¡1I d i a¡›:lrlarlo 2.2. | _
132. Irvin (19gfì) i-ucslionn la cnmzlusióni du Nyc basándose en varios motivos. La
más nï¡¡ioI'Iim1(: de sus rl'iti(':Is Cs Qm: la In¦iym' pzlrlc de* los nriilìcuics liriuini-
mas que iìiguítzrcm en pie 11115 In dévaiiln de 10.1.¢ crin "¡l:':111Cul(*s al Ens inga¢=sus".
imlmcsl:1s al airlicuius de hijo, y pm' lo liintn tuvieron poco inipai-lo un los
irwfsiitivos iiidnualrmics. Sin uniliiirgo. en Bel réplica. Non (1993) señala que
ìmrlusn ¡ns al'anc¡'Ie5 n las ingrusfss pueden Icncl' Un impacto significativo en la
{*¦ìEIlllCHIlll\ industrial. y que no am: hasta la décarla de 1360 cuando los nrzImzc' -
les lwíláliiros su oorii-irlicaron prillcipallnuflhz en :lramccics ¦1 los ing.:-esas. pm'
In que sin :II'gLI1I11'I1tfI uro válido al II'I(¦IIl1Ei hasta; iflúo.
133. 'l'r¢:hih:m~Ic. 1981. p. IEi4.i Bura. 1964. 1-npítuln ›].¦ Caincrun, 1953. Czimcron des -
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F- ,l.fi2}_
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de snrsupc-1*zlcln pm' qllivn ftncra su I'iv:I1 durnmc todo ni siglo. lmlchoei vomcn-
1¡I¡'íSI:IS ¦›I'iIãIIicus (en carl filr1l'I'¡IIwcs{*s 0 su) tlcsl ïicznl uf collln\slc crllru su
II-¡'0l›iu nI1Ilc:rI1u: de lflJssez¬fi:i11: y el émaísnizs n dririgrsnic de Frmnzial. ignurnmio.
pm' ¢~o:¦sIgui<-uuu. el Ixcclm de que I:! Eslacln francés ìanlaízu sido un Eslzldn casi
lm! lun-0 i11l::r¬n-In-if›r1ist:I (y un algunos :uspfzuìüs anón más que clic) nmnn el
fislzltïfi laliiãnicn ¢luI'¦1¡IH' cl sigla 3' medio {¡u(*. l¦':m¦mur1'ió unlria la I\(".'l1l1I(:i-ñn
Fram¡"(*S:1}' In Scglllldïl Gr<*I'r:I Mumlinl.
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uelarms y la ullídud 1-um1ún\ica dC E1Ire1mT. LIJI1¦h'<:s, 1938. Los pases inclui-
dos su Austria-I~lungri:l. Bélgica. Bulgaria. FinianIdia. Francia. AicmaIliu.
Íl:1lii1. H.u.mani:1. lì¦1sia1. SuriMn, Espslña. Sus:-ia. Smlizny cl Humo Unido. Qucckm
mumlllidos Dimlnlax-ca. Nniucgn. I'm1ugaI ir los Países Bajas. Enirc cllns.
lïorlugal y los I*a¡¦;us Bnjmi eran mucha menos ¡›rntcccionistns que Suecia.
Sobre loro Din;In'1zIr:-:1 era lIIE{¦ï'Il)5 prrìlccffiunísta. pero [Chic unas iII'¡lI1¢*('¦cs
imlusiríslh-s haasNIraic ukrvzu-loa. NurucgzI t¢¦11í:I ni;lnc:clus cluvildnä.

129
¡M-JÚON CHANG

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FiI1l:tmIi:1. FI'¡1m:iiI, Halizl. Japón. Nora<=gn, Ica: Paires Bnjnss. el lìvimr Unirla. i
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¦:sl:Ihlncirì¦1lgl1l1n›¦; prinfipios sI111y:I['<¦I¬›l¢'s :I la Hzlmacla "pn1i1n::;l zwlãva del mcr-
u
uaulo :Iv lns años dc po¦;t¡;uv1¬I'a (pe. 4.6-7]
l1'zlh¡Ij0" de .
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ilülalìrlnzaui h:Iì1í:I :IIr.:1±l:-fizulo su p u l o c1lllnin:III1¢: ¡en ¦?30 (iggoh, p. 253) .
lío. S:*l1rnuIIo:'. du la lìscllvla I-Iislúrìcza Mcm:l11:1. im:Illyr Llnil l)I'f.:'.*U I›m'u ilusfl'¦1liv:1 "

cxl1ìic:I:*i<ìI'l df- las puìílicafi Im1¡llldcsas usarlas para :*si;lhl¢-cel' su auprm¦mnf-in


(:mm¬l'n::1l: poliliraa {*{1EuI'Iii1l. polílíra de ufuvcgaxciúrx. la I1¦¡;LII:1ciúl1 del cúnlcrflio
un el Iuvamlfz y la I-(~gl1l:1ciúI1 du la ¡1es¡-:I del ¦11'¢I¦(l1l(! Jr 111: 1:1 hailcnzl (véase
Sczhmoìlcr. IBÚ4.. vsp. pp. 52-3).
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I

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I'?.-l.. ìlincchi. 1073. pp. 6-¿. Gio-I.


I'?5. Pnrat más ciclnllcs véase S::l1i1II'. 19?I.
I
116. Vézlsnfl Smith (agggìyfillcn (1931) para más rlctnllfes. I
1-I?. Mt:P¦'l1:1*sn1l. 19117. up. *!›1. 34.-5.
I"¿Í3. '"l"I II valtimtlosüti eri!n Ius iI1v1'l'a(11'eä privados que el 1::1¡Jil;1I :11: relmìlã NI 13Í11
1111111 1:1 l1I'inu*1'N vid fül'rea ;11'iV11d¡1. cmrc Tnkin y Aumnri. sólo dcsipués dc Qm'
el gnhimerrlu Pton1{¦IÍflllfl <~11nslruiI' la linea para los dl1{zñmì con ingenieros del
Dt.*pal'Ia1nt'nl1:- dc: 1In1u111!rI:1, lila:-r:Ir de impuestos ¡I las tierras: p1'ollic<Iad de 111
{'nlnp:Iñí:I ay g:¡1':1I11iz;II' ¡I la 1:ump:1ñi:I un 1'cncIin1i1'nl<J nvlu del ll pal' ci:-uln

|
130

¡
RETFRAÑ LA EscALanA

:anual en la linea entre Tokio y Sendníy por qmm:e años en la linea de Sendili ii
Aomori" (Smith. 1955. ¡L 43).
I?9. M¢:ì*herson, 1987. p. 31; Smith. 1955. pp. 4.1.-5.
illa. Por ejemplo, Landcs. 1965. up. mo-6.
101. Smith. 1955. p. 103.
182. Dc ellos. 205 eran consejeros aeenicos. 14.4. maestros. 69 gestores y adminis-
lrzidoresy 36 lraibsqxidores cualificados (Allen. 1981. p. 349.
133. MnFheI-son. 19fl7, p. dio.
I 04, Véase Wcslney. I911?. capítulo I.y McFherson. 1987. p. 29. para más detalles.
105. pillen. 1981. p. 133. y MeFhcrsFm. I90?, p. 29. para más detalles.
I86. Filen. 1901. pp. 133-4..
1i5?. .Iohnsoll. 1952, up. 105-6; MePhen=on. 195% pp. 3:-J.
1Hli, Johnson. 1982. pp. to5-15.
109. McPherson. I9lifg. pe. 35-6.
190. Maddison. 1989- Los 16 pases son: /\lem:In1¡i, Austrazlia. AusWía. Bélgica.
Canadá. Dimunflrea. Establos Unidos. Finlandia. Frameizi. alia. japón.
It
Nonlega. los Paires Bajos, ci Reino Unido. Sueeiay Suiza.
191. Según las: estimaciones. el FIB japonés (no el por empila) de 194.5 cayó :1 un .1.El
por ciento dc la cima aleanzzula en 1943. Esto Inc, sin embargo. algo menos
terrible de lo que ocurrió con Alemania. donde en 19% el FIB era sólo un 4.0
por eienln de la rima a la que se bahía ¡legado en 19.1.4., o con Ausiria. donde el
PIB de 194.5 era eqinvaienie El solo el .1.1 por eienlo del los picos alcanzados en
194.1 y I9.'I.. (Véase Maddison. 1959. pe. 1*zo¬i, iabìa [1-2.1
192. Toda la ill1'orrn.aei±ìn de este pãrrafn proviene de Maddison. 1989. p. 35. tabla
3.2.
193. So-hr-.1 la fase Icmprmm ¡le esta debut-F: vc'-ase Iohnsnn. I982¦ id.. 19flq.: Dora.
1936: 'I`hnmpson, 1989: finnsdcn. 1939¦ Wcstplmzal. 1990; Wide. 19-9o. y Chang.
1993. Sobre: la fase más renícluic véase Banco Muncliiil. 1993¦ Singh. 19941Lall.
19134¦ Stiglitz. 1996¦ Wsulc. 1996, y Chang. aoolh.
I9q.. *H~'csl1›l1aI. [97011.uculdu-Neuratll. 19861 Amsdcn. 1989; Banco Mundial. l9gà.
195. Wrãilphnl, I973¦ l..uc¢Ide-Ncuratlfa. I9fl6= Chang. 1993.
196. Chang. 1¢.¡93: id.. 1994..
197. ñmaclcnyåinglx. I 994.¦ Chang. 19941 id.. 1999.
190. Dora, 1906: Chang. zompo.
199. Yo uy Chang. 1993.
200. Clrang. 199fl¡l1
201. Kim. 199~*= I-Iony Can. 1993¦ LaIly'lleub:ll, 1990; Ghangy Chccnm, zooaz.
202. Para más criticas a esas upirnnncs. véase Chang, ]999¦ id., 2000.
203. Véilsc Chang, l99Bh; Chiang' at al.. 1998.
zaoq.. List. 1085, p. 95.
13.05. Bl'is¢¦n. 1907, p. 165.
206. Brisca. u8o7,p. 157.
lo?. Gran-aly y Carmzs. nono. pp. '27-El.
zzoü. Lupscy. 2ooo. ¡L 723.
:zo-9. Tras la ìndmzpcnclcncizn de Estados Unidos. Inglalcrra intentó mantenerlo como
¡noxuzccior dc lrlznWrizls prilnas (cspuciaìmcnte nlgodónì. razón por la cual Diu
apoyo al Sur en la Cum:l'rzl Civil.
210. La indnslri'u fue Iïrmimcnlc dcsirnida dul¬umu la primera mitad del siglo XIX
por la ilmndi1ción de las n1¢=rn*ndo¦a de los nnmnccs superiores productos hrüú -
ricos. iras al fin. en 1813. del mmwpulio dc la C¦omp:lñía du: las Indias
Ori¢:m¦1l<=s (Ilnbslmwm. 1999. p. 27).
un. Fiznxnsäly. 1932. p. 66; Eincrt. 1995. p. 32, sobre ll'I:m¡1iI¦ Gëltwly y C:lrm:s,
2000, pe. 7?-11. sobre Estados Unidos.

131
HA-JOON C¦'l81NG

2912. BI'i:;rI1. I lo?. p. (lo. :


i

1113. Bni1'on'11. 1993. p. Hea.


qIq.. Fara más clclziilcas véase I-Izunlutly. 1972. f-:lpiullu I

215.
I

llobSl1›¡h.vl¦1. 1999. p. 129. I


I

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ch: un :I p01-¡¦i(*¦110 (Fi¢*ld¢¦r1. 1969. p. 91)
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!

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rlümin ¦`I['¦IIlll'¦I8lflIII¦1 a ¶II'ql1Í¡I fue efe-nlívn tan sólo en 1929. I

'=tal. Íirnatlvli. 2001.


I

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2113. Wasn jcwcnuy. I9?7. y l[¡1rrls, 1993. capitulo 10. 1::Ir:I más (l(:lall1¦s. I
aaq.. l.:1I1[h-s. Iqóg. [1-. 14.8.
f

"25. Sübrt' la Ley de EI:-rl'i1l11l~r.±IHas y la l›r0l'Iììlicirìl1de soI1nI'n:Ir. vfì:Is{: 1-l:I1'rìs. 199-H.


1
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vézläz* Iíincllulaxzrgm¦r. p. l*5::¦¦ I...1mi¢::a. 1969, p. 14.3. Ber! (rgiio. c-:lpíhlio 9) pru-
I
!mrc*iün:| u1'I:1 cxpli¢::miál1 lmicn inforlr1:1cl:I sohrc* In fI1'I›zlh:¦i ¡mliti-rns 1' simula*- !
nniws <l11<' 1'f›I1¢-:1i¬<›I1 1:1 :nlurlivión Lix: la pMI1il›i¢'1ÓI1 :1 l l (1XIlüIIÍ.¦ìÍ'iÓI1 de*
II12I(II11]'I¦lI"I¦ì.
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clury jmfnhìnn, I'I1<- |1M1Ih1':IIl:1 II1spn¢'10I` Cclìcnll de Mnn1lf:n¬Im':1s Eni 1':iI1j<*r:1s
por el gnìsuarnn I':':II1c¦'*:;. ."'lu11qL1-F: la Inbiún ¡lC13l15<:.l¡¡h:l :1 los pr-n:1uF:Iorcs Ir:1rIc(›- I

sus suhrc: ¡›rohlc:ln:u; Ir.¬±r:I1ni¢ìl¿'i1:ua. su principal ncìivimlnul hzljü [la (*LII'ulnistiwl


Ii1-1u1I1¡iIIzII:irì11 de su o¢I1p:1F:iú11 usmsislin en pl'¦u'Ii{:¡I¦' el ¢=spinnzljv.' in¢Ius1l'ìaI_y
¦inlmI'mI:' el II'z1l1:Ijn¦¶nI'¢:fi vl¦:1IiIlí1*alJu¦; hrilzìlllvns (IÍarl'ir;. 19913. p. 21).
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ìus :I䦛::c¦I:›H :~m1r.I'('1ns de' uslfis ì<±y(:s qm- eu: ¢'n¦1äìclcr{:I1 "dclli[:i¢¬I1I1~s" dc|›<:II:Ic-
r.ìr| dr] punto dv vi-Ha th- c:\:i:I mm. Pssi. por ejvlu!1Io. 1=xistv.'II ll"ll('lIOìì zargulnfltn -
.
las :| l`:wnl' 1f un c<1rlll'a1I.l1= ir; l1:It<¦11lI~s. :le: lns I1I'I7nluc:l0¦s du las iI1dlmII'i:1s 1Iuí1I1ãc*:1
3* l'i11'n'¦:IL:11I1I i Ra.
2.33. Palm Irás d::I:lllc::i ¬vó:Is¢- Wiì]i:Ims. :H-gfi1 1I<:r1I'I)s¢'. I 9 5 I ; Si-lLi1ll'. I9-i'I¦ M¦'[.¢¦I)(I,
xgillì: [`r:1fls. 21000. y SnknlullEly Kiìzln. nono.
s*:'L¦.. Erala-fl-ras 11I1í¢1:›¦i no su aidulatú por [~o111l›l-pin si la Cul1venuicìI1 rh' B¢\I'MI ¦;uln'¢1
(lu11:(¬I1fls de plnplfztliirl i¡'lt(*1-n:f.*11I:1E il1l::1'n:1¢:ic1r1aIt*s (IHHG) 1Ia¦+!:I 19fIiì. r.'I1¦IIUIU
:llroììú l`in¦llmun1¦: el r1=rlllisito dc que los d1*1'<:1:I10s 1¬(=¡;ásI:'rIIIus de los libros
1:-r›1'I'uäl10›I1'l¡PraI1 sólo in lilwuss ìn1¡n'1*sos en Ft-;1¦1l.l0¦; Unírlns 0 Iil1ngr:1fi¿lI}u¦¡ (:011
pl¦lr¦c1I1:1s ¢=s¦1:l{¬l4::11nid¢*l15c¦ì IÍ5F:›k:›luE'l'y Khan. 2ooo. p. 9).
-135. Va:I¦a:* l..:ImI¢:s. 1969, ¡L .'ì'2.H. I-lay que dazstxntzai' rII1¦2 H1 f i n épur.:i1 los h1¬il¦ìI\ic*0¦¦
ir-ãiícalaairl al ñl1:1I1¡Iui¦I no sólo pm' I'(¦l!u1'I'il' nl ¦::;l)in1t1:ljI: ìnilnscl rial y por violar'
le ley (le m:11'(¦¦15 rcgi:;1l':ula fiirm tnmhi(l1 pm' {*x}mI'lM' I)i[*I1l'¦i f:1ì)rl(';IrIn¦; par I
II'l-ilfll) ¿lv ¦›l:›r:1 C¦I!l('f'lñI'Ífl (I-(as-1I{1I'(lI.-.sara la |'¦:1'i(:Ifl1- rfispuhl ¦'¡lll'1* F'ï›|¦II`ll)¦i- U|1irl¦›a J
y (China ¡ml'csu n-mlivuì. Í
'¬"I(1. I(iI¦rllcl1I\l'g¢*l' 19'2'8. p. 216. Í
237. Willi:1¡'rI:i. 1€h)6. p. lflq. i

1
RETJMR LA ESCALERA

1-138. Kìiidlcliclgcr. 1978. p. 216.


239. Williiuns. 1896. p. 138.
2.1.0. l{indleberger (1964.¬ capitulo 15) brinda una airgumentaeión clásica sobre esta
cuestión. Éviilcllluinenhi, t-asi mil. desde la sihiaeiún du ¡os depósitos dc car-
bón en el caso dc Europa accidental (PeIncriIn:s. 2000) hasta las variedades de
los eullivns eoiiI'uciiInr›s en el caso dc: lapón {MoI'ishnn¦¦. 1982). Se' ha usado
para explienrel éxito industrial.
-14.1. Little el al. (=970. pe. 16:2-9) y Banco Mumliril (zggi. pe. 9z'-H) son dos new-
nas t¦¦!CC{'[Jl'.¦:IDI"l¦3ä.
24.2 Little et al.. ¦9?0. pp. 163-4..
24.3. Banco Mtllldinl. 1991. p. 9?. enmlr-n 5.2. Los doce pases un cuestión son;
¡\lcrnaiIlia. flmstriea. Bélgica. Diiiaiiinrcai. Especia. Estados Unidos, Francia.
Italia. las Poises Bajos. Suecia. Suizily el Reino Unido.
›¦«l.›1.. Véaisc una eirilllmeiún (le las eonstriceimi<'s ndiewmilcs impuesiini-i por cl aeuer-
da de la OMC. sobre upcieues p:›l¡1¡e:Is por parte de Ica guhiernns de los países
eii deszlrrolln en ƒikyilz et iii.. 1990.- finisdeii. 2000; Gliangy Cheema. zona.
2.1.5. Nótese que hasta la Segunda Guerra Mundial prúeiictlmcnle ninguno de loa
actuales pases mi des:lrl'ollo tenia autonomía en politice eumercial rleliido el sl:
estatuto colonial 0 a les tratados desiguales. Fm' lo lalnln, carece de sentido ira-
mrles :il mismiz- nivel que los actuales pases ii desztmillo. Véase el :Ipal'tndo
2.3.9. pm'eI más detalles.
24.6. Vñalsu Mmlriíson. 1995.
;1«¡.'g. Por cjcnnplo. los ingresos: per ciìpila medidos un nìólewcs dc 1999 en Japón Jr un
Finlandia un 10i-.0 crean Th.: 7o.1. y-¿59 dólilrcs 1-cspcclìvsalnonlc. en tanto quo los
dc] Hrino Unido y los Faiscs Bajos eran dx* 1.756 dúIzIrns_¡r 1.561 --una propor-
rìrìn de u n o s :fu 2.5 a 1-. Fn 1913 In lu'c('il:l entre Japón (1.334 dólares) 0
Portugal (I 354. dólares) y el Reino Unido (5.082 dólares) n Estados Unidos
(5.5o55 dóiarca) uunmmú :| una 111-npuwiñru de :II¢:rII::I:›I¬ :fe 4. el l. Para más
rlmrlzillfli de las usflnnacìomzs de ingresos Ilistóxänns de Msuldison. véase la tabla
3.1. Cn si cupílllio *l he esta obra.
24.8. En E¢"rminos de par fiad dc: l›odsrdc compra (vil drìlzll'us dt' 1999). los ingresos
por csìpim de iìsíauius Unidos. Suiza y Japón fueron do 31.g1o. 28.760 y 25.170
dúhu-cs 1'(¦spccliv;In1¢eI1tr. Tralducido z1 dúlm-cs aoluaìcs. la h racha cslá enIra IOO
zu 4_.oo :I I. I-'n dI;n¬¢=s z!cillahzä. los ingresos ¡mr cápita do 1999 Iìxeron dc 3Iì.'ìBo
dólares Cu Sulszl. 32.030 dólsrf-s en ]:1¡1ó11 y 3 ] .g IO dólares en Esuulos Unidos,
un lanlu que fueron du ¡no dúI¡II'cs un Ftiupía. ¡Ho (lÓI:u1*$ en Maiemi y 260
tlólilrvfi en Timzzunìil.
2.1.9. Mnrldison. 1995.
2'go. [*›:m¡¦o Mundi.-al. 1091: véase' Iaunhis'-u Mmidison. I91)5.
951. Véase Mudrlison, x995i sitio web del Bani Mundial.

133
CAPITULO 3
INSTITUCIONES Y DESARRULLQ ECONÓMICO; ¦
I
EL "BUEN GOBIERNO" EN PERSPECTIVA HESTÚRICÄ .I

.
i
I

I
I
I

i
I
!

3.1. INTRODUCCIÓN

La f¦ucsI:iÚn del desarrollo institucional ha pasado a ocupar, bajo cl


loma de "lluon gobierno". :el et*n'tro d i cscoitario del dcbatt: sobre
la politice de clcsarrfflìo. Dostìc hace aproxirnadaincntc una flecada.
el csi.o.bLish.rncrI-L dc: la política ittIc1'l'1acional de tìcsarrollo (en de -
lance EPID) ha cmpcaado 2-1 reconocer las ìimi'l'acio1'1t*s dc su políti-
ca amcrior. la cual hacia hincapié en "mejorar los precios" a través
dc "ì:›ut-rias poììticas". Actual rrtcntc ha aocptatlo también la impor-
t:a.nc.ia de la estructura institucional que apuntala ("l sistema de pre-
cios.¡ Íleo mallcra espacial tras la rocicnizc crisis asiática. que en
términos gcnci-alos 5 inflzrprctú GUIDE) la c'uns(*c¡1c*i'icia de unas I
¦
I
:-
c*strurtI.1ras iristitucio riales r.1oficio11l;cs. t'1 FPID ha ompcaatio a ¦
I

hacer un énfasis cadawca na.*yo' en "la mejora de las instituciones"


of si inoluir su quo Kapul' y Web llarriatl "comliciunalídatlcs vincula --
das a la gobcrnariza"2.
La ofensiva proviene actual monta: dc quiooos creen que torio
psis habria dc adoptar un conjunto dc "huchas instituciones" (quo.
dtlsgiatciadzlineiiitt', suelen oquipal'a1'sc dc m a r i c a implícita a las
illstituoíonos de Estados Unidos). con algunos pcríotios transito -
rios mínimos (dc r i c o a dios años) para los paiscs más pobres;
di-ic:-sos amir:-dos en la (JMf:¦ t:o11stítuycn cl mejor cjvmplo dc esto.

134.
I
RETlRf~.R M ESCALERA

Fn apoyo de esta argumentación existe una literatura cada vez más


abundante, especialmente la elaborada por el Banco Mundial y sus
acólitos. que intenta establecer correlaciones estadísticas entre
variables institucionales y desarrollo económico. con la supuesta
causalidad yendo de las primeras al segundo.8
La respuesta al interrogante de exactamente que institutones
deberían incluirse en el paquete del "buen gobierne" varía de una
recomendación a otra, siendo una de las causas de importancia no
menor el hecho de que no entendamos completamente la relación
entre unas instituciones concretas y el desarrollo económico. Sin
embargo. este paquete de "buenas instituciones" sucre incluir un
sistema democrático. una burocracia y un poder judicial eficientes
y libres de corrupciOn; una firme protección de los derechos de
propiedad (privada). ineìu.ycndo los derechos de propiedad intelec -
cual; unas buenas instituciones de control de la gestión empresarial
--que cumplan en particular con los requisitos de transparencia
informativa y leyes de quiehra-- y unas instituciones financieras
bien desarrolladas. Aunque se los incluye con menos frecuencia. se
considera que también es importante contar con un buen sistema
financiero público y con un buen sistema de protección social y dc
instituciones laborales que proporcionen "redes de seguridad" y
protección de los derechos de los trab:-1jadores.'*
Los críticos sostienen que. aparte del hecho dc que las institu-
clones financieras internacionales (III) no tienen un mandato off -
c a l para intervenir en la mayor parte de las cuestiones de
"gobcrnanza".5 puede que las instituciones de los países desarro-
llados sean demasiado exigentes en relación a los requisitos finan-
cieros y de recursos humanos exigidos a los pases en desarrollo.
Algunos críticos sostienen también que algunas de estas instituto -
nes pueden actuar contra las normas sociales y los valores cultura-
les de algunos de los pases implicados. Muchos ponen el acento en
la dificultad de realizar trasplantes institucionales. y cuestionan el
¡ t e nto de imponer una pauta institucional común a países que se
encuentran en diferentes situaciones .
Los argumentos de estos críticos son buenos. pero en ausen-
cia de ideas sobre que instituciones son necesarias ufo viables y
en que condiciones. se corre el peligro de usarlos para justificar.

135
1l:›.-Jo-ar~1 CHANG

se¬ru-illznncnte. cuaìquicr si-(Mr. quo -1--xí$1:c*11lr: un 105 países en desav-


rmllo. ¿Cuál entonces. la altr*1'1'mi:ivs1?
Un posible <*nf'uq1.l1= 1-onsiste. evidente-zmentc. en descubrir
tlírecI'alr1(-nlc Cu:ãlc¬s de las insl:ituciom-s con "mejores práctic:1s"
rt¬sulI.¿1n Eldüü xli-Idêlfš [Lara países en desarrollo específicos t1'zmsp1¿m--
tándfirlas y observancia cfnnn l'u11cif›nan. Sin embargo. tal corno
puede F:0ntlJrulJa1'sc a partir de los lïacasos de las po1iI:icas de ajus-
l.<- t-'8l'1'11ct¦.11'z1ì en muchos pases en de-snrr-:Jllo y :lv la t'rslrlsi(:iún
I
-Erfzü rlchnica en muchos pnisvs va CD rnuuislzas. f-*sin na suele funcio-
±1a.1r* .Y pues@ r1'sulI::1r muy cfisfosü.
Otra alI:cm8I:iv:1para los pases en desarrollo es f-s[Jcra1' 21 que las
inslí'I'uciuncs cvo!11<-ìnnen dc n-1&nfilg1 espuniànea. I;*oFl1'i:1:.u'g11nemar-
I

sf' que la 1ncjor ma1'w1':-1 de obtener instiïucìmles que (-0I1ve11g11n 11 las I


I

Condi<'In11fi¬s luuzflns es permitirlescvolllciomu' pon rlzltul'alidad. como I


!
c.icrtamf=nI:e pc-urrió en los pases actual mcnltc desm'1'ol1zu1ns (PAD) I

cuarldü eran países en dcsnrollo. $111embargo. esa es11nn1á11ea evulu - !

r i n puflìc- llfivar anuvho tiempo. Además. :lada 1:1niliunxlczal del proco -


su c-mhllivo. 110 I:(*1'1c:1n{1s garantías dc' que esa manera de proceder i
I
acnlw [l¿11'1(:lu lugar a las Inejurfies insl.itucíones posibles. aun cQ11sìde--
1':ìnrIoP:=1s desde la pfi*1'spe¢'fiva de las c-xigeneias 11:.1cien¡1ìes espe('íl'ì(=:1s.
Fslas cuestiones. por lo tanto. nos seIìalan la ¦{-rr:F=1'¿1 vía alter--
ua1:iv¿t ----mi [J1'<-*EI(-*I'i1]a-----. que eorlsiste en ¿l1.11'c11der de la I1is'tu1'ie1. Dc
1:1 misma lïIÉ1T1("l'í1 que el cl <.*ztpi1.ulo anterior' iremos t'onsicle1'aclo la
F~¡.Iestíú.t:1 dc las "llenas pulìtic:-ls" desde ur1:=1 perspectiva 1'1ìstórie¡1,
pedexnos. y deberiamos. exI:1'¡1e1' lecciones de la histeria y no del
ae¦.I1:.I1 estado de les países desa1'1'ollndos en le que co1'1ci cI'rlc al
desell*1'ollo í11stil'ueiolt¿1ì. De sic 1nedo. los pases en rlesarrolìu
puede n aprender de las F:x[Je:'ie11ei¿1s de los pases d(*sa1'1'e1Ézu1os si n
I'8:r1(:I' que pagar todos los eostcs FISEICÍEILIOS al d<*sm'mllo de ]'1l_l(¦V¦'¡$
i11sI.iI.ucim1es (una de las peens vermtajas de "III:*ga1' l's1'du"). Esto I

I
impor!:anl:e p[]1"q11[~. una ves puestas en pie, las instituciones pue- |

11011 ser más dilïeiles de c'¿11n1Jim' que ìzlä políticas. Esto ;1y1.1dará I
I

tz1I'rfl)if111 a les r.lo11slr1tes que quieren ideenl:ivar la elzìupeáón dc ins- I

fiítueienes (=spevìí*'i¢-as por parte de los 1'c('ep'lQ1'es de su apoyo


finmlcierf› a cleeìdir si los :trgumenlzes especifico Fiel tipo "aún no
estaiimìs prepm':.ulus" que les 1'ra1'1smitel1 algunos de los gobiernos
de los países 1'ecep1'n1'es Perl a11'gu1ne11tes razonables.

136
RETIRAR LA ESF:ALERA

Tal como señale en el capitulo a pesar de la evidente rele-


1,
vancia del enfoque histórico para entender los problemas del desa-
rrollo en nuestra época, resulta sorprendente lo poco que se ha
escrito desde esta perspectiva. Esta aberración es aún más seria en
el ambito del desarrollo institucional.' Con este capitulo intento
llenar eso importante vacío.
En el apartado 3.2. examine como determinadas instituciones
que actualmente se consideran como componentes iïindamentales
de la estructura del "buen gobierno" evolucionaron en los PAD
cuando éstos eran pases en desarrollo, principalmente entre prin-
eipios Dei siglo XIXy principios del XX. Examino seis grandes áreas;
democralcia (apartado 3.a.1.). burocracia y poder judicial (3.2.2.).
derechos de propiedad (3.2.3.). control de la gestión empresarial
(3.2.¿1,.), instituciones l`inanci<=1-as privadas .y públicas (3.a.5.) e
instituciones dc protección social y laborales (3.245).
E11 el apartado me ocupo de la cuestiOna de en que medida la
evoluciOn in Izilnciorial lograda por los PAD en cl pasado es compara-
ble a la de los actuales países en desarrollo en niveles similares de
desarrollo. E11 el primer subapartado (3.3.1.} se muestra a los FAD en
el proceso de evolución institucional de pocas pasadas mediante
tres "fotos fija" (182o. 1075, I9i3)¦ en el3.3.2. se muestra que el pro -
ceso de desarrollo institucional de los FAD fue "largo y tormentoso";
en el3.3.3. se compara el nivel de desarrollo institucional de los PAD
en el pasado con el de los actuales pases en desarrollo y se demues-
Era que. en unos estadios de desarrollo comparables. los primeros
tienen en realidad unos niveles mucho más altos de desarrolle inslì -
tueional que los alcanzados por los actuales PM.

3.2. LA HISTORÍA DEL DESARROLLO INSTITUCIONAL DE


LOS PAISES DESARROLLADOS

1.2. ¦ . 1)1=:moc1mc[,«1

El debate sobre la relación entre democracia y desarrollo económi-


co ha sido pzlrtìculormcnte íntensof En los primeros años de post~
bfucrra se lìaììíal o ularizado cl au- momo dc ue los sises en

I3?
1-m¬:0nn CHANG

d<~s:.Irro!!o no pzwclefl p{-*1'miI:¡rs(-: unas instituciones 1le*1'nncrá1icas


" suras Hoy d a . el punto de vista dominante del EFID es que la
1:lc-nmcracì:-11-ontriì¿›uy1: al clvsarn-ollo el-mìórnicn y Qm». por lo tanto.
debe se r p1-ornovida como una p1'e1-ondiciúlm del desarrollo. I! Sin
embargo›. otros al.1l:ÉIE'ü¦_-1 Süfiêlllìlì que la 11en'1o(1racin vs más bien HH
pmductu del rlcs111'1'0llo .y no una prccomiiciúll del mismo. y que.
por lo tanta. TIO es CH renlidald 111121 viIri:1ìll(: ÍÍ[Il("' pntlalIIIÚS mzmiplt-¬
lar. tanto en el caso de que* conside1'cn'1os que es h11cn:1para el desa-
el raso Co I'1t1'a1'ìo.
1'1'11ll0 -f'01fl'1ü un

No SI' hace aquí ningún intento de 1'c'solvc1' este' difícil y largo


|

1:lcl:z111*. Si n cznbargn. la cxperie11ni:11'1ís'!'ò1'icn de los países desz1rro-


--
¡lados a waïfi I'csp{'c1'o nos (:111*1"11'a una hì$to1'iz1 iI'1teI'<¬s:I11†e Qm' debe
ría Ilf-var al lector :-I r.letene¦*s{~ antes de ¿1(:1=p1:¿1r sin nlás la actual i
|

('u1'11:epcíón ortodoxa según 1:1 cual la 1:1¦[:1'x111›['1'a{'i:1 FS una prc:con<1i~-


crión (101 desalrrullo . I
I
I
I
I

Cuando se int1'o<'l11jo por p1'ilnf:ra vez cl voto en los PAD. éste* I

estaba li111iI.¡1tlu a un:t pequeña minoría dc p1'npiL=t:11¬ios hombres I


I

(gc*ne1*aImeMe (Him más 111: *lo años dc edad). que solían tener 1111 I
I

núrr1{'ru dfssiglutl dc tutus po11deI':1dns de a1:uerdo ¿1 11111.1 c-avala has:1{l:1


I
propiedad. el nivel educativo o la edad. Por ejemplo. en Francia,
(*ll la

entre 1815 y 1030. la posibilidad de ve-l:ar sólo la I.eI1í¡1n los llerrabres ¦

mayores de 3o años que pagaran al menos 8oo francos de impaesies


directos. le que signi iieaba que sólo entre 8o.ooo y loo.ooo perse --
nas de una población de 32 millones (Cs decir. cl 0.25--o.3o por cien-
Eu de Ea pob1:leiÓI'1) podía vetar. Erltre 1-330 y 184.0 hubo cierta
rcìajariún de los requisitos de: voto. pero aun así sólo el 9.6 por cien -
tu ale los Írallceses estaban 11abiliI:ades para voI:a1'.9 Muchos analistas
r'<mte111por:ìneos coinciden en señalar que en Inglaterra. ames de la
ley da Refi'›rnrla de 1032, que fue el punir de inl'ìexióll en la extensión
del sufragio en el vais. los prepìelaries de tierras pedían decidir 39
de 4.0 eleee i-:mes 11'1ur1iei1:1ales mediare la inì'!1Ie1'1cia que ejc1'Cí:=\l'1 I

sobre sus a1'1'e11da'larios, el soborno y el eìientelisrno n Después de !

esta ley, les derechos de voto sólo se m'rlplìallm del 111. al 13 por cien - ì

te de los lurmhres. en parte porque a muchos arteszmos y trabajado --


ría con pesa 0 ningurlai propiedad se les retiraron sus derechos
políticos a resultas de esta ley. la cual eslzableeía un vincltle más dìrce -
lo entre prupicdud y dereelìes pe! ítieos. En Iïalía. incluso después del

13es
RETIRAR LA ESCALERJK

descenso de la edad del voto a 21 años y de la reducción de los requi-


sitos impositivos en 1802. sólo alrededor de dos millones de hombres
(el equivalente al 7 por ciento de la población) podía votar, debido a
los requisitos impositivos más bsijos pero aún existentes ya los requi-
sitos de aìlhlietizaeióxl. 11

WQLA 3.1
iNTROQUCCiÚN DE LA DEMOCRACM EN LÚS PAD

PAIS SUFRAGICI UNIVER5ML MASCULINQ suFRAGio UNIVERSAL


Alemania 18159 1 19%
Ausïralìa 19032 1962
Austria WB? 191B
Bélgica 1919 19-a8
Canadá 1920 : 1970
Dinamarca TÉÉ9 1915
España s.d. 19?? Í19311"
Esladns Unidas 1965 mana' 19-$5
Finlandia 191'?" 19m
Francia nada 19456
Italia †9]çr› T9-åô
Japón 1925 1952
Noruega 18911 1913
Nueva Zelanda la? 1911?
Países Bajos 19ì'r' 1919
Portugal n ¡WD
Reino Unido 1918* 1928
Suecia 1918 1910
Suiza 1579 1-sm
FUENIE5: THEITBDRN [1fl7] Y 5lLElEY :mear PARA Las 1t¬rDI::.n.DurrEs DE DEMOCTMCM, lurunr-u\clún ñ0ICI0NàL
DE FUNEH [1Wall SDIJRE ESTñDOS UNIDOS Y DE ven 1I7BDì SDBRE ESFJ\Ñå. rwu.mM DETFILLES SGBRE Le INTRDDUCCIÚN
na. 5U¦1fi.#.6I0 UNIVERSJU. l,'ÉASE LJ\ Tàflblì32.
I, CON EIDEFCIONES VlN0.ILI!I.D¡'1S JK u FITDFIEDAO.
2 CON ExcEI*1¦lnnë \I'INCUL.AD›\S A L¡\ lm.
3. DGI*-I EXCEPCIONES \.fINCUI_AD¡L5 A LA PROPIEDAD.
fl'1. CDMUNISTAS UELUIDGS.
5, CERN rrestnlccloucs.
6. ¡unas Las I-¦0M[1[¡ES v NUJERE5 DE IRS DE su Años,
i EL SUFRJIEID ur4rvensnL F-MSCULIHD SE furrrouumu EN WH] FEED SE ELIMINÚ Euïrflz IE'i'I1 Y am:

DEBFDO à. L!! PÉRDIDA DE DERECHOS DE L05 NEGROS EN Los fisrwus DEL SUR,
ND FUE HESTMJLECIQD IMSTA las. ¡mm M5 DEMLLES YÉJLSE EL ÍEXÍÚ.
-. EL sur-nnnlu UNl1l'Efi5J\L SEINTRDDUJD EN 1n1. PERÚ SE BLU'-IINÚ 'mas EL GULFE
DE ESTMJD MILITAR DEL GENEITJIL Fmmhacu EN tan. HD FUE REST,MSLECIDÚ H1\5Tñ ms.
vÉ.*\$E EL ¡sano p.fJ.RJ\ Hals UErNLLE5.

139
HA-.JOON EIHANG

No he hasta 18418. año en que Francia introdujo el sufragio


universal masculino. cuando unas lo rlmts limitadas de democracia
empezaron a darse en los PAD. 'Fui como vemos en la tabla 3.1, la
mayor parte de los PAD in1:rodu.io1'o11<*l sufragio universal masc11li--
no entro mediados del siglo XIX y las primeras dos décadas del XX.
Aun asa. sin embargo. el proceso no careció de 1'c'E1'o('csos.
Asi. pm' ejemplo. a finales del siglo XIX. t-uando se vislumbra
la osibilidad de t de el Fnrtírlo Sooialdomócra†a g'arra las eleccio-
nes. al menos las locales, Sajonia abanrlonó el sistema de sufragio
universal masculino que había adoptado a11l:erìot'mf=nI:c y adoptó un
sistema de voto estilo prusiano basado en eros es:-ttnffntos (que la
propia Prusia usó de 184.9 a 1913).12 Según este sistema, cada uno
de los tres estamentos (identificado sel-››'en sus in spresos) el rio t-1
mismo número de dele :I ados al Farlamento. lo E1de si1;=fllillioalJa tIue
los dos :=s†.8rïlentfls rincónFalas Úz ue re ›resemahan al 3- . nrcicn-
tn y al 10--15 por <~ifi=nI.o de la población. 1'cspcctivs1nel1å.c) siempre
podio superar en la votawíón al estmnenlco pobre. En 1909
Snionia se nìeiaba aún más de la democracia al vonccdcr a los votan-
Irs eratrt* uno y cu8M.0 votos se 1:1sus in reses y su 1wsiciún social.
Asi, I¡un (-'cmIlìo.
.I -¬. 1 de gtan tamaño
los Jro 1uictsrios de una rrallln
obtcniara tres votos ¿ud icionalcs. en t.an1:n que se adjuflivaban votos
slzpìcxmntarios a mui:-*nes tc-'nían más estudios y a los 1'na.yorcs de 5o
años.
En Esiadus Unidos. a los negros [fe sexo masculino se los per-
mitió votar a parlar dc 1870. tu-as la Decimoquinta Enrnienrla El la
Gn.nsI:i1uc:¡ón. qun rohihiú al los csludos ne -dar el voto el ni ms
IJ[.III$U]']1I "por FEIZÍJTIÉS de' raza. color D nltteriox' cmìdìción de servi-
dumln'c"= Sin emhaio, los estados del Sur los volvieron ex despejar
sus «ici-c[:l'1os entra 1390 (Mississippi) y 1908 (Georgia). Al no
poder ÍI1ÍllO[ll1Ci1` 211111-ì1'tan'¦c1'11:c= medidas 1'¿1cisI:z1s. ndr›pI.a1'01'1 EN

fu 1un' :Is ello métodos tales como ref uisitos ir nsitivns de ru-
Iiieul i d (L]u z tII" f. I m u r1 l etp.él(Í ice
m b'ii1'1mn.iw=r . *1".:1ns
h d esl os de í'i.=os
¬fl pGl u I

de algunos blancos pobres) O cxeìinsnes dc alfzlbciizzwióll (que


aplicallali ¦1 los au1a1l'ahel:os hlalricus von Gram iudulgcnuía). Después
de esto, sólo mtos puros 11t*g'1'us de los estados del Sur pudieron
votar. Asi. por ejemplo. en Luisiana se emitieron 130.000 votos en
las elervíoncs de 1396. pero sólo 5.000 en las de 1q00.1" Äflelmfuìs.

111.0 I
¬¦
RElïlR›¢\R LA ESCALERA

la amenaza de violencia provocó que muchos de los pocos votantes


negros cualificados no se registraran y que de entre los registrados
muchos no votaran. Esta situaciónperduró hasta la Ley del Derecho
de Sufragio de 1965. introducida tras las movilizaciones del
Movimiento de Derechos Civiles.
En España. cuando la introducción del sufragio universal en
1931 dio lugar a una serie de gobiernos republicanos de izquierda o
centro-izquierda. las iìiersas conservadoras reaccionaron contra
ello con un golpe militar en 1936. suspendiendo así la democracia
hasta el fin de la dictadura de Franco en 19'2r›1*
Aunque el sufragio universal masculino de la mayoria de la
población (blanca) se generalizó en los FAD al final de la Primera
Guerra Mundial. estos pases difícilmente podían llamarse demo-
cracias en cl sentido puramente formal del termino. dado que las
mujeres y las minorías étnicas carecían de derechos políticos. No
fue hasta 194.6 que la mayoria de los 19 PAD relacionados en la tabla
3.1 alcanza ro11 cl sufragio ll universal.
Australia y Nueva Zelanda fueron los primeros pases que
otorgaron el voto a las mujeres (en 1903 y en 1907. respectivamen-
tc), aunque Australia denegó derechos políticos a los no blancos
hasta 1962. Noruega otorgó cl voto a las mujeres que pagaban
impuestos o a las mujeres casadas con hombres que pagaban ir pues-
tos en 1907. aunque el sufragio universal sólo se introdujo en
1913.15 En Estados Unidos las mujeres sólo obtuvieron el derecho
al voto en 1920 y en el Reino Unido en 1928. En muchos otros paí-
ses (por ejemplo en Alemania, Italia. Finlandia. Francia y Bélgica)
las mujeres no obtuvieron el derecho al voto hasta después de la
Segunda Guerra Mundial. En el caso de Suiza. el sufragio femenino
se concedió casi cien años después de la introducción del sufragio
universal masculino (1379 y 1971, respectivamente).
Algunos países impusieron también restricciones al voto
basadas en credos politices; Finlandia prohibió votar a los comu-
nistas hasta 194.*l~ En pases con minorías no blancas importantes,
como por ejemplo Australia. se impusieron restricciones raciales.
En el caso de Estados Unidos. incluso en los estados del Norte. el
sufragio de los negros estuvo permanentemente limitado hasta la
Guerra Civil. En 1821. por ejemplo. el estado de Nueva York eliminó

el.
1 1
H›'\-JÚUN CIMNS

el requisito de 1)US('I'3l' propiedades para los votantes blancos. pero


para los votantes negros lo aumentó a 2.50 dólares. "una suma fuera
del alcance de casi todos los residentes negros del listado". En 186o
los negros (únicamente los hombres, desde luego) podían votar (811
las mismas condiciones que los blancos en sólo cinco estados de
Nueva Inglaterra." Después de la Dec irnoquinta Enmienda (1870),
diversos obstáculos, tanto formales (por ejemplo, los requisitos de
alfahctizsaciótl. de "carácter" y de posesión de propiedades) como
in1'orlnalf~s (por ejemplo, las amenazas de sufrir represalias violen"
tas). inantuvieron a los negros alejados de las l11'IlEls. 1?
Aun cuando los PAD alcanzara mi la democracia formal. a
menudo era de una calidad muy pobre. como en el raso de muchos
de los actuales pases en desarrollo. Ya hemos mencionado el pro -
hìema de "calidad" en relaciOn a la eoncesiún de derechos scìeetiva
según la rasa, el sexo r la posesión de propiedades. Fero eso no era
todo.
Fui primer lugar, el voto secreto no se generalisú hasta el siglo
XX. Noruega. que estaba relativamente avanzada en términos de
instittwiorlcs demoerátie¿1s.l" solo introdujo el voto secreto en
1084.. En Prusia los patronos podían presionar a sus 1'1*abajaldnrcs
para veta 1' Cn un stmtimlo determinado hasta la reforma electoral de
1919 porque las votaciours no se hacia en secreto. Francia sólo
intl'nflu .Jo el sobre y la ah i na fin votación y la cabina C11 1913. varias
dénzzcías después de la ínirocìucciórl del sufragio lmivers:11 mascu--
lino."
En sx=gI.1ndu lugar. la rnmpra de votos y el Iraudc electoral @1`2-III
1'an1bién moneda corriente. Así. por Gjcmplfl. los sahornas, las
a INfifll-12215 y las promesas de empleo a los vutaMes finflrou prácticas
currifi~u†fi*s en las elevciuncs Uri Lánícas hasta finales del siglo XIX. El
primer intclltü serio de co:'11:1'(}la1' la currupciúll electoral fue la Ley
de Fráclciuas de Corrupción de 1853--4.. Fita rey dcïinió por primera
vez aclxividaclrs cum sobra-nos. "ir1vi'l'acioncs". in f'lu¢~nF:ìa indebida
te in I'ì11'1ida0ìó t1. 1-~staì›le{:i.et1d0 al mismo tiempo los proccdinlìentos
pa ra el 1'E'Cll{¦ntn electoral y las audiizorías. Las meclid:1s 1¬csultar0r1,
no c'›bs†a111e. inr:Í'í(*acf:s.2" La Ley de Pl'áct'iras Gorrupias c Iìegalcs
pro1'Flulg:1(la en 1803 co11si¡;11¡ó 11-ducir dc* manera sìgnillicatìva la
c(›rr11pc¦ióI1 vle¢'l.ora1, para al problema scp;uí:1 ¦=x¡slienr'lo bien

14.2
mzlm›\R LA ESCALERA

entrado el siglo XX. sobre todo en las elecciones locales." E11 las
décadas posteriores a la introducción del sufragio universal masco -
lino en Estados Unidos. se dieron numerosos casos en los que se
usaba a funcionarios públicos en las campañas políticas de los par-
tidos (incluyendo donaciones forzosas a la financiación de campa-
Nas electorales). asa como fraudes electorales y compra de votos
Con unas elecciones tan caras no es de sorprender que los
funcionarios electos fueran corruptos. A fines del siglo XIX la
corrupción legislativa en Estados Unidos. especialmente en los
Parlamentos estatales. ora tan importante que el futuro presidente
Theodore Roosevelt lamentaba que los asamblearios de Nueva
York, que vendían abiertzunente sus votos at los grupos de presión.
"tuvieran la misma idea sobre la Vida Pública y el Servicio Civil que
la que tiene un buitre sobre una oveja 1nue1°ta"23.
Asi. el camino hacia la democracia de los PAD fue duro. Sólo
tras varias décadas de campañas politices (por ejemplo. las campar
las a favor del sufragio femenino o el de los negros) y de reformas
electorales, esos países adquirieron los atavíos básicos de la demo-
cracia --sufragio universal y votación secreta-, e incluso entonces
su práctica estuvo anegada de fraudes electorales. compra de votos
y violencia.
Es destacable el hecho de que. comparadas con los PAD en sus
primeros estadios de desarrollo. en realidad los actuales países en
desarrollo parecen tener un mejor historial en este sentido. Tal
como podemos ver en la tabla 3.2, ningún PAZ acordó el sufragio
universal por debajo de un nivel de ingresos por cápita de 2.eoo
dólares (en dOlores internacionales de 1990). pero la mayor parte
de la amplia selección de pases actualmente en desarrollo de la
tabla 3.2 lo hicieron muy por debajo de ese nivel de desarrollo.
Evidentemente. muchos de estos países han experimentado
retrocesos en s11s avances democráticos de la misma manera C11 que
ocurrió con los FAD. sobre todo mediante golpes militares. Sin
embargo. cabe destacar que. aun en los casos en que se suspendían
por completo las elecciones. ninguno de los gobiernos no demo -
erátíeos de los países actualmente en desarrollo reintrodujera una
pérdida de derechos políticos selectiva basada en factores como la
posesión de propiedades. el genero o la raza. factores que hablan

14.3
FIA-JDDN cunwu

sido z1n1p1ia1I1{:1'1tt* acepl:ac.ìos 001m1 ct'íu*1'ios lcgiI:imos para la [Jér-


rìida de dc1'e('hos pnìitìcos en los PAZ en épocas pasadas. Éste
demuf=st1-:1 que la idea, si un ncvesariamentc: la práctica. dcc sufra-
gin universal está mucho más zweplïada en los actuales países en
desarrollo que en los PAD cuzmdu estaban en eslndius similal'es de dc-
sarrulìo.

3.2.1. M E5Ulì(J{ͦIM{:¦l¡1 Y I:¦¡.. I'{.)'I.ìI*:Iì]lII.ìlE1Iƒ\I.

A. Í.;:'IL ]!Ul{U[ìIì!'L'fͦl1\

Pocas personas. incluso aquellas que suelen müstralrsc escépticos


HHÍÉ' las actívidzlclos del Ésïadü. es1'a1'íz1n en dfisacuorclo con la idea
de que una h11rocl'af'¡a efioazy†rzmsparenl:o PS detcrlni11:mto para oí
dm-=s:1rrollo e*conómi<~o.2" Ar1:ual1t1o11'te tiene lugar. sin embargo. un
serio dohatfl* sobre cómo deheriiunos del'iMl' exacixaunonte la clica
cía y la Íll¿1l1spfll'Úl1cÍ¿l y sobre como cielmorìaxnos cl soñar un sistema
de imzfi-~n†ivos bu-oorái ¡con para clesarrollaur estas Í..'E1I'i'lCÍ:Cl'.iSÍÍìCiIS.

TABLA 3.2
íNGRE50S PER CÁPITA AL ADOPTAR EL SUFRAGIÚ UNNERSAL
I

PIB RC. EEN DÓLARES PAD EN DESARROLLO ¡AÑO EN PAISES {AÑO EN QUE SE
INTERNACIONALES QUE SEADOPTÓ EL SUFRAGICI MJÚPTÚ EL SUFR»*3¡Gíl3
DE 19901 ur¬1wEn5A:.= era nc.:- un1\f EnsnL= PIB RC.)
-r.: 1.I]I]ü dólares Bangladesh {I9-IW; 5135 tlúìarnsl'
Birmania ima- 393 dólares?
Egipto Í1952; 5å2 dúìaresl
Etiopía H955; 295 tiòlaresi

- r
india l19li?= 6/«I dólares
Indonesia USE; 51/1 tì6{at1-:sl
Kenia musa; 713 dólares!
Pakislán Í1947¦ 631 dülaresi'
Corea del Sur {19áH¦ 717 dólares)
Tanzania {'E 96›2¦ 506 dá-lar-2.-si
Zaire H 967: ?0? dúìaresi-
1.DÚÚ-1 ,999 Ilòiares Bulgaria {l9á5.- 1.073 dólares]
Ghana {195?: 1.159 dólares?

14-4- ã
RETIRAR Le ESCALERA

PIB RC. [EN DÓLARES PAD EN 0EsA.l*=(;g0LLo Mo EN PAISES ¡Año EN sus se


INTERNACIÚNALES QUE SE ADÚP EL SUFRÄGIO ADOPTÚ EL suFRa-mln
DE 1990] UNIVEf{Sflq.L: Pla FM un1vEnsAL= pl8 RCJ
1.0111-1.999 déïares Hungría (19à5= 1.721 dó!aresl
México (INT: 1.182 döìareãl
Nigeria 9979: nas* dólares]
Turquía l19¡¢6: 1.129 dólares!
2.000-2.999 dólares Auslria (I91 B: 2.572 dólares) Colombia 11957: 2.382 dólares}
Alemania l19II6; 2,503 dólares! Perú na; 2.732 dólares!
Italia U 9-46: 2.143 dólares! Filipinas ill951; 2.526 dólares

Japón 11952: 2.2l?`? dólares?


Noruega 11913: 2.275 dólares)
Suecia GAS: 2.533 dólares!

3.000-3.999 dólares Dinarnanca H915: 3.635 dólares) Taiwán fl 9Trl2¦ 3.313 dólares!
Finlandia (19¿l±'a: 3.578 dólar-asi Chile nSm 3.715 dúlaresl
Francia [19-156: 3.819 dólares!
!í_0flD~¿.999` déíares Bélgica ll9á8= ›fi.91? dólares! Brasil [1977: 4.613 dólares:
Países Balas l1'?19: C1.022 dólares!
5.1100-9,999 dólares Australia ll 962: 0.691 dólares) Argentina H 9å7; 5.089 dólar:-sl
Nueva Zelanda Venezuela H917: 6.8% dólares]
ll 907: 5.367 dólares?
Portugal lI9?B.- 5.aa5 dólar-:sl
Reino Unido ll 928: 5.115 dólares!
>I0.000 dólares Canadá ll9701 11.15a ¦1úE:lresl"
Suiza í1991: 11.142 dólares!
Estados Unidos
H 965: 13.316 tlúlaresi
FUENTES; THERBDRN sI-re ELEMDNtS ilïifl: M;'¡QDISQ-N 1m51.
t. PIB p.c. EN 1'ma.
2. FIB no. EN Tififl.
3. EL SUFRAGID UNI1¡'EIìã.flL SE CDNCEDIÚ EN I-Ma GÚH UI ouflsflïuclúra REO.flCTJlDñ
FOR U\S FLIERZ.à50EUP11NTE5 ¡ms un szsurwa enema HUNDI-1L,
PERU no ENTFIÚ EN Wüflfl HABTJK 1H-2. CUANDO CUNCLIJYÚ
EL GOBIERNO niuïnfi DE ESTADGS LIRIDDS.
-G. DUIW DD SE UBTUWID EL ESTAHJTQ DE DOMINIO.
5. Cu/mua u Le; DE ELECCIDNES DE EEE m CDNCEDIÚ DERECHOS POLÍTICOS PLENU5.

La opinión dominante durante el siglo pasado fue la abrazada


por cl economista-sociólogo alemán Max Weber. Según él. la buro-
cracia moderna se basa en el reclutamiento meritocráticü. en unas
carreras pmfesio males generalistas y cerradas y en la colwrancia

1.1.5
HA-JOnN CHFING

e.rr1pI'¢.±saI'ial salvag11:11'r]¿1d¿1 por una gestión rcgì:1.rncmista.85


In':{' iül1tm'1'1cr1tc. sin ürnlazlrgo, la lì†e1'atu1¬a sobre la "Nueva Gestión
HIblìca" (NGP) ha plarlteaclo un reló al la nrludnxín wveììcrizltla.
D<~1lifi*rlcEu 111121 1'1~I'0r1na l1111'{1cráti(ta hzlszll'ìa en CElIll'E' llE1S prollcsionalcs
1lisseñad:1e; al más ('01'1:0 plazo. (*s[Jccia1ìi:¿e1L1¦1s y ":-11311-'1't¿1s"; incentivos
mo11c1:a1'ios 1!1i15 i1'1'1p1J1'1'z1r1tes y un estilo de gesïìúrl más "smp1*ssa-
1'i:1l" (0 i1np(-:1's(›11z11) basado c l una ¿1ciuz1ci(ir1 c11z111i ifìcahle y trans-
PI11'€I'1ÍÍì.2('

Aunque algunos dc los cambios deilendidos pm' la NGF pueden


ser útiles 1JJ-IFE! afinar la burocracia ya existente en los pases desa-
rrollados. qllü iiiásieamente es l.11'lE1 llìlll'ÚcllE!ciE1 weberiana. las cues-
tioïlcs nas relevantes para la mayor parte de los pases en desarrollo
Cs corno podrian llegar a tener sus lntroeraeias al ]'¦'Ip1'105 la "webs-
rianidatl" más elern-cntal.27 Ésta es también la tarea que los PAD
debieron asumir en sus primeros estadios de desarrollo.
lis bien sabido que hasta cl siglo XVIII las ventas declaradas de
vargas y l1UI1[lï'(8S públicos ---algunas veces con etiquetas de precios
muy puhlieitadas- eran llflí-1práctira corriente en la mayor parte de los
FAD. Antes de la {¡]1p0]'¦¦,]'fi1€ relbrma burocratir-a ernpr-e11clif_ia en
Prusia bajo Federico Guillen-no I (1713-4.0). aunque los cargos no se
vendían formalmente. a menudo se otorgaban a quienes estuvieral'l
dispuestos a pagar la cantidad más alta en concepto del impuesto que
h:1bih.Ial mente se imponía sobre el salario del primer año.'"
En parte porque se los compraba y vendía sin tapujos. los car--
gos púgil seos Fueron considerados forinalmente como propiedad
privada en muchos de estos pases. En Francia. per ejcrnplo. fue
r u y dificil introducir medidas disciplinarias para los 1›urOcra'l:as
hasta la 'le rcera República (18-28) preeisarnente por esta razOn." En
l nglaterra. antes de la reforma llevada a cabo a principios del siglo
X1X. los ministerios gubernamentales eran estaillecin'1ienl:os priva-
dos qllü [10 vendían cuentas al PElll'lili']llÚlllO¬ pagaban honorarios C11
lugar de salarios a sus empleados y mantenían muchas oIlicillas
olisolrtas como siriecuras.¿*** Vineulada a la venta de empleos púber i --
eos tìälíìllël la cesión a particulares de la funeió mi reeaur.latoria. que se
oracticú f'undamentalnicnte en la Francia anterior a la RevoluciOn
pero tarnbiún en otros países. incluyendo Inglaterra y los Poises
Bajos (véase el apartado '3.s.5.D para mas detalles) .

l4.6
RETIRAR LA ESCALERA

El sistema de spoils. por el cual los cargos públicos se otorga-


han a personas leales al partido gobernante, se convirtió en un
componente clave de la política estadounidense desde el surgi-
miento del sistema hipartidista en 1828 tras la elección del presi-
dente Jackson. Esta situación empeora mucho en las décadas
posteriores a la Guerra ci¬.«a.**l Hubo intensos llamamientos a la
reforma de la función pública durante el siglo XIX para crear una
burocracia profesional y no partidita, pero no se hicieron progre-
sos eri ese sentido hasta la LeyPendleton de 1083 (véanse más deta-
lles sobre esta ley más adclante).3?' For su parte, Italia y España
mantuvieron el sistema de concesión de cargos a partidarios del
gobierno durante todo el siglo XfX.3*3
Además de la venta de cargos públicos. el nepotismo era tam-
bien una práctica extendida. Aunque los datos históricos concretos
sobre esta cuestión son. evitlentemcnte. difíciles de obtener -y
todos los datos de los que si disponemos han de ser interpretados
con cautela---. Armstrong señala que una proporción significativa
de los administradores de elite en Francia y Alemania tenían
i
padres que también eran altos funcionarios. lo que sugiere un
grado signilìcativo de nepotismo.¡** Asi. por ejemplo, de los buró-
cra tas de alto rango de la Francia preindustrial (principios del siglo
XIX). alrededor del 23 por ciento tenían padres que eran adminis-
tradores de elite. Cuando se produjo el despegue industrial del país
a mediados del siglo XIX. la proporción alcanzaba todavia el 21 por
ciento. Las cifras correspondientes a Prusia eran de 31 y 26 por
ciento. respectivarnente.35 Feuchtwanger sostiene que, incluso tras
la importante reforma burocrática emprendida bajo Federico
ir
Guillermo l (véase más adelante). Cl nepotismo segura siendo
corriente y muchos cargos eran virtualmente hereditai-ios"¡*". En
Prusia se elimino de la competencia a los hombres instruidos de clase
media baja cambiando los requisitos de entrada. de manera que en la
década de 1060 "un proceso de reclutamiento cuidadosamente con-
trolado creó una elite administrativa compuesta de individuos preve -
mientes de la aristocracia y de la clase media aeomodadza"¡l?.
Con la venta de cargos públicos. la concesión de éstos a personas
fieles al partido gobernante y el nepotismo. no debe sorprender que la
tocayor parte de las burocracias de los FAD se caracteriza:-an por una

14-7
L-IA-JUDN CHAN@

c\=.ìtlenI:-' falta de profesi.o1'1alitlad. al menos hasta fines (le siglo XÍX. FH


Eslados Unidos los jacksonianos desprccialian el conocintiento de los
{'šX[ÍIE'1'lÃOB. y estaban en contra de la profesionalización tic la 1]1.I]'0C]'[l.ͦlEl
alcganrlo que el mayor número posible de ciudadanos tleberìa poder
participar en la actuación del gobierno. Incluso tras la ley Fetitlleton de
1883. que estableció la Comisión del Servicio Civil para gestionar el sin -
tema df: COl'1Cll.11'SOS competitivos para ibrrnar parte de la burocracia
federal. solo se accetlía por concursos competitivos a alrctletlor del lo
Í

por ciento de los puestos 'I:1'nhajo en la fiiliciOnptílilica. Los burócra-


te
ias italianos dc Finares del siglo XIX no tenían "garantías legales. y ni
siquiera consttftintliiiarias. sobre la ocupación de cargos públicos. des-
pitlos. pensiones. etc.. y 110 podan 1'ecI.11'rir a los tribunales". Hasta
principios Dei siglo XX las carreras en la i'u.tlción púlilica en España
estaban potlerosamente deterniinatlas por lo que se conocia como
podrinczgo. Incluso en Bélgica, que en el siglo XIX era el segundo vais
más intiustrialieado después t e Inglaterra, la funciOna pública no paso a
estar totalmente profesionalieacla hasta 1933.38
Solo tras un prolongado proceso de reformas se consiguió la
i
morlernización de las burocracias de los PAD. Prusia fue una pionera
¦.-.1:1 este SÍ:']]'IIÍdO. Federico Gl.IÍllGllÍHÍ] 1 puso en práoiica una amplia
1'eflo1'ma hu I'oc1'ática El partir de 1.213. año de SII EISCCÍISÍÓIÉI al trono.
Entre las medidas clave se incluía la eemxralización de autoridades.
ciesparramadas en dos düflüïlëlä de entidades territo1'ial{:s separadas
(muchas de ellas ni siquiera fisicamente contiguas) y en ciepartanwn-
ios solapados; la transf'o1'ma{:iún Dei estatuto de los 1mI'úc1'a!.as. que
pas-a1*o11 de ser sirvien'Ees p rifados de la familia real a se1' si rviftnïes del
Esiadüa los pagos regalares en metálico (y no en especies como antes)
de unos salarios adecuados y la im1'ocl11ccìO11de un esïric'l:o sistema de
supc1¬visión.'" Gracias a estas medidas y a las 1'net;li::ìas alrlìcìonales
introducidas por su hijo, Federico mi Grande (1'H,u-36), a priiìeipios
del siglo XIX se podía decir que Fmsìa había instalado los eìemsntos
llave dc: una burocracia moderna (weheriana)= un <-'xame11de ingreso ,
una o1'gaI1iaaciÓnjcrairquica. sistemas de pensiones. un procedimìeil-
to disciplinario y la seguridad del mantonimion1:o del puesto de ïraha-
jn. Otros estados alemanes como Bavaria, Baden Y Hesse también
l'1i('ie.ro1'1 progresos importantes en este sentido duraiite los printe-
ms años del siglo XIX."

1;l.H
REIIRAR LA ESCALERA

En Inglaterra las sineeuras filcron clilninadas mediante una


serie de rcibrmas que dieron emprendidas entre 1780 y 1834.. La
i'en1u11e1'acíÚn burocrática experimentó una translbrinacíúll en la pri-
mera mitad del siglo XIX. pasando de un sistema de honorarios a uno
de salarios. Sólo en torno a esta época el estatuas de los ministerios de
gobierno del Reino Unido cambió. y pasaron de ser establecimientos
privados a convertirse en ministerios modernos en el sentido actual.
Sólo después de 1860 la iìmcíón pública británica he modernizada de
manera sustaneiaI.'" Estados Unidos hizo progresos importantes en el
terreno de la profesionalización de la burocracia en las dos últimas
décadas del siglo XIX. elevándose la proporción de cargos guberna-
mentales federales sujetos a exámenes de ingreso competitivos del lo
por ciento en 1803. cuando se pi-oinuìgó la Ley Pendleton. hasta alre-
dedor del 5o por ciento en 1897.43

13. E1. POI.lI*Ilì]UI)IClAL

E11 el discurso contemporáneo sobre "buen gobierno" se hace gran


hincapié en que un poder judicial políticamente independiente
administre "el imperio de la ley"*¡¦`!. Sin embargo. tenemos que ser
algo cuidadosos al adoptar esta retórica sobre el "poder judicial inde-
pendiente".
Podria argumentarse que un poder judicial con un grado ele -
vado de independencia política (por ejemplo. el poder judicial
alemán o el japonés) no es necesariamente deseable. dado que caro -
ce de un control democrático suficiente. Ésta es la razón que lleva a
algunos países a elegir a algunos de sus funcionarios judiciales, sien-
do los ejemplos más conocidos los de Estados Unidos en la actualidad
y el Reino Unido en el siglo xIx.-1* En el Reino Unido cl límite entre
el poder judicial y el legislativo es. además. difuso, dado que los
jueces más importantes ocupan un escaño en la Cámara de los
Lores. Sin embargo. son pocos quienes soslendrian que esto con -
tituyc un problema ìmpo1'I:1NI:c.
Así las cosas. debemos valorar la calidad del poder judicial 110
simplemente en función de su independencia politice. sino en
relació n a muchas dimensiones; la profesionalidad de los funcionarios
judiciales. la calidad de sus juicios (ir no a partir de una concepción

14-9
l'IA-3DDN CHMIG

estrecha del "imperio de la ley". sino también desde una perspectiva


social más amplia) y el coste de la administración del sistema.
De la misma manera que los poderes judiciales :le los actuales
pases en desarrollo, los poderes judiciales de muchos PAD pade-
cieron una excesiva inlluenc-ia política y casos de corrupción en los
nonilorem lentos (o. en los casos aplicables, eri las elecciones) hasta
el siglo XIX. aunque también posteriormente. 'ï'anlbien era fre-
cuente que sus ocl.lpiml'es fue:-en <*xclusìviimen'fe hombres de un
I
extracto social reducido y privilegiado con poca formación en
Derecho. se es que tenían alguna, :1 resultas de En cual la justicia se
clispemäalaa El menudo de manera sesgada y sin profcsionailirlad.
En el Reino Unido ni siquiera las leyes zinticorrupciónde 1853-.-1.
y 1083 (véase arriba) afectaron a la elección de los oi'ici:.1les de justicia
cl e 1:-1 coro na (roroneis). sujeta si 1.1na extendida corrupción y a inane -
bras políticas paro idistzis. Las elecciones col'narcziIes para los cargos de
ollir:ial-cs de justicia de la corona se eholìeron en 10110. y solo en 1926 se
les impusieron cualil'icaciones profesionales ohliga1I.ories.'*5
Du1'a1'1i'c fines del siglo XIX Alcniania hizo progresos impre- I

I
siona1'1I.es l¬izicia el "imperio de la ley". y a l'ìi1:il(-*s de siglo habla I
I

ohicnido un poder judicial muy independiente. Sin cinhargo. |

siguió fallando igualdad ante lo ley; los delitos cie los n-iilitiires y de
la clase media se llevabiin con menos diligencia iirlie los trilJun¿1lt*s
y se castigalaari con menor severidad. Este problema de "justicia de
clase" afecto s otros PAD con 1:1 misma inl:c11sirlail en esa época.
incluyendo ¿el Reino Unido. Estados Unidos y Fi-iim'ia.'!" En Italia, al
menos hasta fines del siglo XIX. los jueces no soìian fi-'ner I`o1'ma-
ción en 1Í)erecl1o y "no podían protegerse 21 si ïl'IÍESl1lÚ{¬¦, y mucho
cienos si los demás. contra los abusos polí1~icos"'l7. |

3.2.3. 111-:(:ImI-:nEs in 1'›1=n.I::(:l II JS DF 1'›I101›l l-:I§lr\llJ 1

En cl d ìsc'ursu sobre el "bw-11 gr›¡1ic1'llo". la "ralid:1d" de los r<8gí - I


!
de* L1±*rf:cl10s: de- prupiecìad se culläirìwal ig1.laln'1f-111'<: Í'un(ln--
Fl1L¦llICS

nu-*11Ta1. dado Qm' se* 1.1 considerar un dcte1'minm1'[c c1:.tvf! dc los


El ir1v<':I'síón .Y. por lo †.lìllll:0. :le ala t'1'¢'awión de l`ÍÍ.Ilã($?¦EI.
i1'1F.'c::1'i1:ivos ¿1

Sin e=11'1bargo. no rcstlltn fácil medir la "calidad" de* 1111 régizncrl de


dcr-e('l'1F›s de: ex-opie-uxlznfl, ya que 1:ifi'ne 111I1tt(=1'c'›so$ Cflll'lpOl'lGl11.-CS:
!
I
150

1
marcan Lek ESCALERA

derecho dc eontrilios, derecho empresarial. derecho de quiebra. de.-


rr-*che de herencia. derecho tributario y legislación sobre el empleo
de la tierra (por ejemplo, leyes de establecimiento de zonas urba-
nas. requisitos medioambientales y regulaciones antiincendios).
por nombrar sólo unos pocos.
En muchos estudios empíricos se evita este "problema de agre-
gación" pidiendo a las personas que responden in las eneueslas que
o'I'org11en un valor numérico a la calidad global de las instituciones de
protección de los derechos de propiedad (por ejemplo. "seguridad
de contratación y derechos de propiedad" O "cumplimiento de los
contratos o derechos de propicdacl").'"! Sin embargo. ni siquiera esta
" solución" un inadecuada al problema está disponible para la compa-
ración histórica que estamos haciendo en este capítulo.
Porconsigniente, a diferencia de otros aspectos del desarrollo ins-
iimeional discutidos aqui que son más "mensurables" (por ejemplo. la
democracia medida por la existencia de un sufragio universal; el desa-
rrollo de instituciones finaiicieras medido por, entre otras cosas. la
existencia de un banco central). resulta imposible hacer una compara-
ción general de la calidad de regímenes de derechos de propiedad a lo
largo de la historia y en diferentes pases.
Un aspecto del sistema de derechos de propiedad que si se
presta fácilmente ¿I este tipo de análisis es el de los derechos de pro-
piedad intelectual, que están definidos por un número reducido de
leyes claramente ìdcntilïcalnles (por ejemplo la ley de patentes y. en
menor medida. la ley de derechos de autor y la de marcas). En este
apartado hacemos. por lo tanto. un análisis empírico detallado de la
evoluciOn de los derechos de regímenes de propiedad intelectual de
los FAD. Pero antes creo necesario hacer una serie de comentarios
teóricos generales sobre el papel de los derechos de propiedad en el
desarrollo económico (con algunas referencias históricas).

A. ALGUNAS CÚNG.i:1!'CIf}NE¦:¦ IåHlìÓNEJ\S SOBRE Los DEl{!:1GI*IOS DE pltorlunan

Y EI, D:l'¦S¡\lillOI.LO EÍJDNÓMIÍIU

De acuerdo con vi discurso ortodoxo predominante en la actuali-


dad. se suele considerar que cuanto más importante sea la protcc -
cien de las derechos de propiedad, tanto nlejor para cì desarrollo

151
I-I¿'~.-JOUN CHANG

eeonOmieo. dado que esta proteeciOrl incentiva la rreaeión dc


rlqui*za. Aunque pus-*de ser l*azor±alble argumen1.ar que la persisten-
I'(-~ ineeri:irl1.1mbre sobre la seguridad de los derechos dc propiedad
es d:±ñirla1 para las inversiones Ez largo plazo y para el crecimiento. el
papel de los dore:-ltos de propiedad en el cieszirroììo económico es
mucho más complejo que lo que sugiere este tipo de ¿u'gurnento.
La se*gu:~idad de los derechos de propiedad no puede conside-
rar:-se como algo biiflio en sí mismo. Existen Intlrfihos ejemplos en la
historia en los que Is presc1°vzlciO¦1 de determinados derechos de |

propivllëld ha resulliado ser dañino para el desarrollo económico j,-›'


F-*ri los que la vil:-¡ción dc- delierminados derechos de propiedad

existentes (Y lo creación de otros nuevos) resultó en realidad bene -


Iïeiosa para el desarrollo económico .
F1 ejemplo mejor conocido es probu1^›lemcnl.e el de los C{'l'IÍ'El"
mientas (en.cl{1$Ii.r'es) en IngÍ¿ll:err¿\; éstos 1.-'iolaiban los derechos de
propiedad eolmm¡l:aria existen les al n;'erc'al1' las iierraìs comunales. i

pero i'lJ1'1trib11.yero11 al desarrollo de la industrizì dc 1:1 lema al pro -


mover el os'I:al.1]eoi1nì<*1r1to de granjas de ganado ovino en las tierras
c.-o11lliscad:1s. Pana der otros ejemplos. De Soto doF:I.lme1'1lal como el
¡`(.¦l¦ÚlllU('Íìl1i{'l1ÍÍ.} dc los (loroclws dc ocupación Cll¦'1llLdl) so producían

víol¿1<¬ior1os de los derflthos do los propiotmius fue dc1.ormin¿\nto


|

p:±r:1 el desarrollo del Obsto tzslëldorlnidonse. Ilpham ci lo el famoso


|

caso Sarldcrson do 1068. en el que el '['ril.mnz11 Supremo de


Pc1'1silv:1r1ia pasó por :lito al derecho quo torreen los l¡1I.ill1.111dìst¿1s
de cx igir i-'l ¿rocoso a ílgllílå limpias en favor de la imlustria del car-
bón. que ora una dx* las prir.1('ipa1{:s industrias estatales en esa
üpocsl. -iv La 1'oÍ'or1na agraria en JapOn, Golli;!ê1 y 'Í`:1iwá11 tras la I

Sogumiu Guerra Mundial violaba los dcrcvhos de propiedad de los


laI:ill\111fiìisI:as. pero con ribu.yFì al desarrollo que su I.n'ocI1.1jo al partir
do ontonros en pases. Muchos autores sosïicncn que la nacio-
nalización de las f;:mpr(-*sas ìndusi rial-*s tras la Segunda Guerra
Mural ìzll en países como Austria y Fraxnoia contribuyó a su desarro-
Ho industrial por medio c1{= la 'tralnsiert*11oia de tloterminaldas pro-
piedaltlos indus'l:rìalcs pfltolìooiclìies al una cìasc capitalista
irrclusirinl conse*w:1dora y no dinámica a unos gestores profc5io11¿1--
los del sector público bien dispuestos hacia las modernas tecnolo-
gias y a la roalìzacìOll do inversiones agresivas.

152
RETIRAR LA ESMLEM

Fm' ecmsiguiente. lo que importa para el desarrollo económi-


co no es 5i¡np1Q1I1E,¡"l1'-[8 la protección de todos los derechos de pro-
piedad existentes sin tener en cuenta su naiiiraleza. sino qué
derecllos dc protección se protegen y en qué condiciones. Si hay
grupos que pueden utilizar dcterininadas propiedades mejor que
sus dueños actuales. puede que sea mejor para la sociedad no pro-
teger los derechos de propiedad existentes y. en lugar de ello. crear
HIICVOS derechos que i1'nnsiie1'¿n1 las propiedades en cuestión a los

grupos anteriores. Con esta consideración general en mente,


observamos dehilladainente las instituciones de protección de los
derechos de propiedad intelectual .
B. DEREGH DS I! le l*l{l)l'I1-111/1.11 1n'l'1±L1-:(ir UA L

El primer sistema dc patentes se inventó en Venecia en 14.-M., cuan -


do concedicro1'l diez años de privilegios a los i11ven1'o1'es de nuevas
artes y maquinas. En el siglo XVI algunos estados alemanes. princi-
palmente Sajonia. usaban patentes. aunque no de manera completa ¬
mente sisteme!Ica. La Ley de Patentes hritaìnica se creo en 1623 con el
Estatuto de Monopolios. aunque muchos i11vestigadores5" sostienen
que no fue merecedora verdaderamente del r1o1nb1*e dc "Ley de
Patentes" has la su re forma en 1052. Francia adoptó una ley de paren -
tes en 1791. Estados Unidos en 1793 yƒittstria en 1'294..
1111 como se ha rtieiicionado en el capitulo 2. la mayor parte
de los demás PAD establecieron sus leyes de patentes en la prime-
ra mitad del siglo XIX; Rusia (1812). Prusia (1815). Bélgica y los
Poises Bajos (181?), España (1820). Bavaria (1825), Cerdeña (1826).
tall Estado Vaticano (1833). Suecia (1834). Würtlxcinberg (1836)1

Porttigal (1037) y Sajonia (1845). Japón promulgó su primera ley de


patentes en 1385251 Estos pases empezaron a desa1'1'olIa1' 01ros ele-
111e11tos de sus regímenes de protección de derechos de propiedad
intelectual. tales como los derechos de autor (introducidos por pri-
mera vea en Inglaterra en 1709) y las leyes de mareas 1'egis'l'1'adas
(i11t1^oducidas por prhnera vea en Inglaterra en 1062). en la segu-
da mitad del siglo XIX.
Llegados a este punto, cabe señalar que todos estos primeros
regímenes de protecciOn de los derechos de propiedad intelectual

153
4-¡A-JQÚN CHJÄNG

(DPU muy "deIli1*ientf*$" segúrl les u1'Í1:e1'iüs de nuestra


{`1l¿llll

úpueu.53 Los sistemas de pzllerues de lnuel1us países CElll€CÍEìI1 de


requisitos de r1e1fr1ns1;1'¿1eión del deeeuhri111ienI:e. ohligahan a hacer
frente a costes muy :dios en la e1unp1¡1nente1eiú1'1 y pìlOCGS3Ill1Í(8I'¡l:O

de los f'm'Inularios de solicitud de patentes 1* Qtnrg:1l'aan un Ilivcl de


protección inadecuado a los poseedores de las I}i1l.{¦I'IÍlflS. La mzlyur
par te de las leyes de patentes eran muy luxas u la hora de CGlflpll0 -
bm' la nriginaìidad del invento. En Esïadoes Unidos. por ejemplo.
antes de la revisión de la Íey de pa'l'e11tes de 1 3 6 . las patentes se
vürleedìmì sin tener que presentan' ninguna ])f'lII†*l)E! de originalidad.
Esto na sólo eonçlueín al patentada de teenolegìae iInporI:a€ÍEls sino
qUe" 1:¡.1mbié11 inre11¦:ivaba 21 los ïimadc:-res EL IP Financiarse" païenlun-
(In p1'od.uF'tus ya usados ("f;t1±;¦1s patel'ltes") y exigía-*11du dinero a sus
usuarios bajo la alnet1:tza de clemandarloe por i]11lrecei011.53 Pocos
países autorieah:111 patentes de e\1stanleiue químicas y f¿IIlltlâlcélll:Íc-¡Js
(si eu¦.ori:etba11las de procesos). aunque esta pr:ìel.iea ha sido "ile-
ga1iz:1da" por cl acuerdo TRI PS {'l`r:1de- Related Asa-=:el:s al' Intelìeelual
Property Rights "Derechos de propiedad iuteìeel.u:1l vinculados al
c'ulne1'eiF›") de la OMC.. excepto para los pases más ¡8~uh1'es (e inclu-
su 911 me raso sólo están exentos hasta :¿oo6).5"
Esixus lcyvs (¦Úil1CCl'l Í211'I una p1'ol.ccción rmly inadecuada. sobra*
todo en relación el la prol.ección de los DFI exi:rar1.¡e1-os. algo que se
está co1'1.virtím'1d0 en un punto imporl:antc dc z.-Fn1t.ruvcrsia tras cl
ac't1t'1'¢;¡n TRIPS (1ïlara más dutalìes. véanse las c:1illu1'e:rlcías citadas en
el npar1.acìo 2.3.3.). (lomo ya dijimos. la mzlym* parte de' las leyes cc
Pi-1l:Úl1ÍC$ del 5 igìo XIX ftrnn muy 1¦.L'{El$ a la hora de' ro nìprohm' 1.1 ari--

gitlillidnrl d(*Í ir-'t'nl:o. .ikrlf-umìs. tal como se 1`l1EI1(IÍDI1Ú' E11 el capiïu-


lu 2, la Inayor parte* ¡le los paisflä. i1'1cl11y(-*nclo el RI;±irm~ Unido
(:11

(2111 tes de 1352). los Pnís±¬s Bajos. Ausirin y F1'1111F~ia. el pa1:e1'1tadn por

pztrìfl' de: SHS naxcionnlefi fllì Í1'1V{"'I'1("ÍIÍH1('*S ilnpo'mtd:1s SG suììa permi-

tir ab¡crI;:uncn1:e. Los casos de Suiza y de los P¦.1is¢=~s Bajas en relato -


cien a SHS leyes de* parten I.~:*s mfrrenen HHH nlayol' E1ÍÍElll¦JÍÚIIJ..55
Fui cl capi 1:1.110 2 (apz.u-tatdu 2.2.6. B) ya señalnrnus que los Faìses
Bajos allülicron su ley de patentfts entre ]3171;1869, La resultas tanta ..
..
de la naE.u¡'ala:fia lmstallfc df:lli(:ì1:¦1rì:l de 81 ley fiinvìusü para los pará- ..
..
..
nf1fi:I'rus de la épucsúfif' como de la inlIIuen*:'ia del movimnientn antí- ..
.
p¿1teni:fis que* 1'ccor1'í¿1 l*1u1-opa en es cltìu11c¢ï±s. Esl:rcchame111:e

i54,
RETIRAR La 55¡;_o.§_ER.ú.

vinculado a los movimientos a favor del libre comercio. este movi-


miento condenaba a las patentes por considerarlas similares a otras
prácticas monopolísticas.57
Suiza no reconoció el DFI sobre invenciones hasta 1888.
cuando se promulgó una ley de patentes que protegía únicamente
los inventos mecánicos ("inventos que puedan representarse por
medio de modelos mecánicos")5". Sólo en 1901. y en parte debido
a la amenazas dc Alemania de imponer sanciones comerciales como
represalia al uso que hacía Suiza de sus inventos químicos y farma-
céuticos. empezó a existir una ley de patentes merecedor-a de tal
1 nombre. Sin embargo, la ley adolecía de numerosas carencias. en
particular. la negativa a conceder patentes a sustancias químicas
(en contraposición a procesos químicos). Sólo en 1954. la ley suiza
de patentes pasó a ser comparable a la de otros FAD. aunque las
sustancias químicas siguieran siendo ìmpatentables hasta 19,?8_59
Con la promulgación de leyes de DFI en un número cada vez
mayor de países. las presiones para establecer un régimen interna-
cional de DFI comenzaron a crecer naturalmente a partir de fines
1E del siglo XIX40 Se celebraron una serie de reuniones sobre la mate-
ria. empezando pm- el Congreso de Viena de 1073. y el Convenio de
París dc la Unión Internacional para la Frotección de la Propiedad
Industrial fue finalmente firmado por 11 pases en 1883. Los signa-
tarios originales fueron Bélgica. Portugal, Francia. Guatemala.
I
r
:
I lalia. los Faíses Bajos, San Salvador. Serbia, España y Suiza.
Í
I

I
El Convenio cubría no solo las patentes sino las leyes de mar-
I

I
cas reg'isí.radas (lo que posibilitó que Suiza y los Faíses Bajos lo
pudieran firmar pese al carecer de una ley de patentes). En 1886 se
firmó el Convenio de Berna sobre derechos de autor. El Convenio
de París fue poste:-iorincnte. revisado varias veces (sobre todo en
1911. 1925. 1934. 1950 y 19610. protegiendo cada vez más los dere-
chos de los poseedores de patentes. ju nto con el Convenio de
Berna. este constituyó la base del régimen internacional de DPI
l
hasta el acuerdo 'I`HIPS." Sin embargo, tal como hemos visto en ci
1
capítulo 2 (apartado :1..3.3.). pese al surgimiento de un régimen
internacional de DPI, los FAD más desarrollados continuaronvio-
laudo CÍJl'l regularidad los DFI de ciudadanos de otros pases hasta
bien entrado el siglo XX.

*55
H.tI.~J00l'\í CHANG

Lo anterior debería mostrarnos cuál {1¡3fi.[_¦jgl'lI:c-3 eran los


I
11-=gin1enes de DPI de los PAD (cuando eran países en desan-0110)
según los eri I:erios que se exigen a los pases en rlesarruììo actuales.
Se produjeron vinìaeinnes generalizadas e importantes incluso por
parte de les PAD más avanzados hasta finares del siglo' §{IXy. poste-
riu1'rr1cnte, cspeciahnente en le que consumía a la 1:11'o†eeeiún de las
DPI de eafranieros.

11.2.-1. {:()n'rnnl.. DE ¡ A <,1=:s'1'Iun I=mI›lu=:s;x1†:ln-l..

A. RES pc*-¡sam 1.1 I)1I\Iì Li M r'1'A1.m

En nuestros dios ÍÍÍ"'l1(Í1l'*lTI()S El ÍIlEll` por SÍ*lTɦ-llflü el principio de res-


potlsnihilidad limitada. Sin enibsrgo. siglos deselles de su inven-
ción en cl siglo XVI para proyectos comerciales orriesados e
irrlporIa11'¦:es (siendo la Co1rl1L1¿1f'iÍü lšrilánie¿i de las I11dì:1s Orientares
el mi-jor ejemplo temprano), era por lo general o¡J.jel.o de gran des-
€onI`ianz¿1.
Muchos creían que el principio de 1'esponsabììid¿1d liinitacla
eolìdlxeïa 11 una aslineiim de riesgos excesiva (o a lo que hoy día llo-
1rI81'11OS ir riesgo lnorzll") por pzlrI:{= tanto de los propieI:a1rios como de
los ges1:01'eS. ('orlsìf{e1*ilhan que era una ir1s'ti'l'11eiúll que Sflüãlvålbil IU
que entonces se ponsiderolisn -.junto (ton la eodieie- uno de los
lnoeariìsmos disciplinarios eleve del eztpilnlìsnio. el saber, el temor
al f`ra1'zlso y al la irlrlígerleia. en especial teniendo en CUCIHÉ1 la dure -
la de las leyes de tlui1:111'et de ese entonces (véase ¿1p¿11'I.a(10 3.2.4..G).
i*\_11s1'n Smith sostuvo que 1:1 responsabìlìifad limitada darla
hlgfll' ¿I que los gÍ"SIÃÚl'C5 l`lÍ'l¦1Ít*II-i-lN el vilg0. R1 ii1fl11y1->r1I:e [*Í'Úl1Ú111ͦì1li1

rl principios del siglo Xïlkf Iohn M11C¦1.1lIoch srgiimentú que relaja--


ria el eo1'lt1'ol de los ])ropiei:arios sobre los gestores [¦Úl1Íll'i1tE1dOS.$'!
Telrnhiiïn se 1-reía, eo n cierto j11s'I:ifì1.'e1['íú1t. que era 111121 causa impor-
tante de I;-1 eslJcc'I.t121('iön Í'ìnzmeier:.1. El Ilirio Uriitlo 1.11'011il›iÓ la for-
rnattiön de I1111-vas son¡edades de respoiisahiticlad lírn¡toda eo mi estos
¿11'g11/1'1e1]i1.1s medio te la Ley Buhhìe de 1*¿2o. a11n1:Iue tres la sbroga-
E
(' ion de lo ley en 1325 se z111tori:¿E11'01'1 de 1111ev0.'*3 I
r
I
Sin t°111l)¿t1'g11. 'tol como ha sido demostrado repe'tidame111:e en
los últimos siglos. I:I respollsalhilidad limitada proporciona uno de

¡Sim
¦
RETIRAR LA ESCALERA

los mecanismos más potentes para "socializar el riesgo". lo que ha


posibilitado inversiones a escala sin precedentes. Ésa es la razón
por la cual. pese a su potencial para crear "riesgo moral". todas las
sociedades han pasado a aceptar la responsabilidad limitada como
piedra angular de la gestión empresarial moderna.*l*
En muchos países europeos. las sociedades de responsabili-
dad limitada -o sociedades anónimas. que es como se las conocía
en aquella época- habían existido bajo la regulación de cartas rea-
les ad hoc desde el siglo xvififi Sin embargo. no fue hasta mediados
del siglo XIX que empezaron a autorizarse de manera corriente. no
como un privilegio .
La responsabilidad limitada generalizada se introdujo por
primera vez en Suecia en 1844. El Reino Unido le siguió de cerca
con la Ley de Sociedades Anónimas de 1856, aunque la responsabi-
lidad limitada para bancos y compañas de seguros se introdujo algo
más tarde (en 1357 y 1862. respectivamente). lo que retejaba la
preocupación. entonces muy extendida. de que pudieran causar
serios "riesgos morales". Rosenberg y Birdzell documentan cómo.
unas ducadas despues de la introducción de la responsabilidad
limitada generalizada (fines del siglo XIX). los pequeños comer-
ciantes. "quienes, estando activamente a Cario de un negocio tanto
como sus propietarios. intentaban limitar la responsabilidad por
sus deudas por el 1-neeanismo de constituirse en sociedades". eran
vistos con malos 010s."
En Bélgica. la primera sociedad de responsabilidad limitada
se lìt ndó en 1022. y la década de 1830 fue testigo de la formación de
un gran número de sociedades semejantes. Sin embargo. hasta 1873
no se generaliza la responsabilidad limitada. Durante la década de
1050, en varios estados alemanes se introdujo en forma restringi-
da. de modo que los principales propietarios tenian responsabili-
dad ilimitada pero podían comercializa:-se acciones que otorgaban
limitada. Sólo en la década de 1860 varios estados alemanes recor-
iaron o debilitaron las tradicionales leyes de los gremios. abriendo
así la puerta a la total institucionalización de la responsabilidad
li mirada (Sajonia eri tB61. Württelnbel'g en 1362 y Prusia en 1868-9).
En Francia la responsabilidad limitada sólo se generalizó en 1067,
pero en España, aunque las sociedades anónimas empezaron a

15?
HA-JOHN Cif¡'n1"IG

..
....
surgiría en 18411. no quedó totalmente asentada hasta 1951. Es des - .

loable que en Portugal la responsabilidad limitada ya se hubiera


goiieralizado en 1863 21 pesar Dei 1'et1'aso económico del país en ese
.
..
c*ntorlees.'? ..
....
En Estados Ullidos. la prirrlera ley de responsabilidad limita-
do general se promulgó en el estado de Nueva York en 1311. Sin I
!

embargo. la ley cayó en desuso alrededor de 1816 debido a la apatía


general con respecto a las sociedades de responsabilidad limitada,
y otros estados no permiiioron la creación de soc-¡edades de res- Í
ponsahilitlad limitada hasta 1837. Incluso después, como ocurría en
los Estados europeos en ese entonces. los prejuicios contra las
Ã
g
sociedades de responsabilidad limitada se mantuvieron al menos
11as'l'a la ducada de 1850. Todavia en la dorada de 1860 la mayor' parte
r
i
de las manufacturxls el'a11 pl'odllciclas por empresas no constituidas i
en sociedad, y no exista una ley foderaì que eonoed tora una res ¬ Í
ponsahilidad limitada ge11e1'alizada.m!
Í

f.

B. 1.1-:nas l l " QUIICIEIMS

Las leyes que regular las quiebras han sido objeto de mm atención
rada ves mayor dur:-into las úìtìmas dos décadas. Las iinportzmtes
quiebras de elnpl'esas que tuvieron lugar tras las diversas crisis
eronómicals de este período han vuelto a las P@I'301'1¿15 más cons-
cientes de la necesidad de oorltat' con unos moran ismos efectivos
pzlral revo1:1F'ilizn' demandas que cntram en colisión: la tI'al1s ile1'e11cia
de fondos y la p1'f:ser~.*ación del empleo. Las crisis industriales de
los países de la OCDE durante las décadas de 191o y 1980, el eolap -
so del comunismo. el desgraciado fracaso de la "transición" desde
fi les de la década de 1980 y la crisis asiática de 199? fueron espe--
uialmeiite ilnportilnies en este sentido.
Aunque el debate en 'torno al contenido de la ley de quiebras más
adecuando ---la ley favorable si los de11do1*es en Estados Unidos. la ley
favorable :1 los acreedores en el Reino Unido o la ley que protege n los
Lr'ah.ajadores en F1'nnf:ia- s i u e sin resolverse. son poros quienes ni -
sm que resulte rleseaìíile condal' con una ley de q'Lliehríls etlie:1s.t*II
En la Europa pre indlisirial, la ley de quiebras era considerada
sobre todo como un medio de establece r los procedimientos para

158
Í
REHRAR LA ESCALERA

que los acreedores valoraran los activos de empresarios deshones-


tos y despillarradores y para castigarlos. En el Reino Unido, la pri-
mera ley de cpiiebras. aplicable a comerciantes con determinado
montante de deuda. iN introducida en 154.2. aunque sólo quedó
consolidada con la legislación de 1571. Sin embargo. la ley era muy
dura con los comerciantes en bancarrota. y establecía que todas sus
futuras propiedades debían destinarse a la cobertura de deudas
anteriorcs.7"
Gon el desarrollo industrial se pasó a aceptar cada vez más que
los negocios puedan fracasar debido a circunstancias que están mas
allá del control individual. y no sólo a consecuencia dc la desltones-
tidad y el despilfarro. A resultas de ello. las leyes de quiebras c i p e -
aaron a considerarse como un modo de hacer borröny cuenta nueva
tras las bancarrotas. Esta transformación de la leyes de quiebras fue.
junto con la generalización de la responsabilidad limitada. uno de los
elementos clave en el desarrollo de mecanismos para "socializar el
riesgo" que permitieron asumir riesgos mayores. necesarios para las
grandes industrias modernas. En i7o5¬6. por ejemplo. se introduje-
ron medidas en el Reino Unido que permitían a los empresarios en
quiebra que cooperaran mantener el 5 por ciento de sus activos e.
incluso. liberaban a algunos de la obligación de hacer frente a las deu-
das en el futuro si los acreedores lo consentían."
Sin embargo, la ley de quiebras del Reino Unido siguió siendo
muy deficitaria según los criterios modernos hasta mediados del
siglo XIX. Hasta entonces, recuperarse de una quiebra fue privilegio
de una pequeña clase dc negociantes. la responsabilidad de entablar
acciones judiciales correspondía total mente a los acreedores y el sis-
tema no era uniforme en todo el psis. También habla problemas rela-
cionados con la concesión de la liberación de las deudas. que sólo
podía ser ecricedida por los acreedores. no por los tribunales. lo que
negaba a muchos negociantes la oportunidad de empezar de nuevo.
También exista la falta de profesionalidad y una tendencia a la
corrupción en los funcionarios que gestionaban las quiebras.72
La época victoriana fue t e s t o de una serie de reformas de la
ley de quiebras. empezando con el establecimiento del Tribunal de
Quiebras en 1031. En la enmienda de 1042. la liberación de las deu-
das se convirtió en un derecho otorgado por los tribunales. iio por

159
lIA-Jnow CHAN@

los acreedores, lo que I`aeiìi~tú que los empresarios en quiebra


tuvicrarl una segluada oportunidad. Sin embargo, la c-o'oerl:ura de la
lel fue limitada liaza 184.9~ cumldo pasó a ser aplicaluìc a todo aquel
que se ganara la vida por "la fah1'ic'aeiún de bienes 0 me I`CFll1CÍElS"'H.
En Estados Unidos las primeras leyes de quiebra se 1r1odela1'o1'l
según la primera ley inglesa (I`avo1'a11le al acreedor) y l`ueron admi-
nislradas at nivel estatal. Sin embargo. hasta fines del siglo .XIX sólo
unes pocos estados tenias algún tipo de ley de quielJ¡¬as, y éstas
divorgìan de m i s a otros. (lìe1'!.o número de leyes de quiebras cede-¬
males se í11t1'0d1.1je1'm'1 durante el sigla XIX (18-::-o. 134.1 y 1367). pero
tuvieron u na vida r'o1'l'a debido a su naturaleza delle<-mesa. Y fueron
abrogadas en 1803. 1811.1 y 1873 respecizivamonte. .La ley de 1800 . I

por ejemplo. ìibcralia a ll'Hl(¦]l1US de sus justas deudas contraídas :1 I

través de espeeulaeinncs de I:ier1'as y barreras de I.ll(J'Ill1lZ-gü a fines de


la década de 1'¿*c}o. y el alivio que provocó sólo con.I.lujo a una lnayoi' l
I

es.pe{'ula-::íó11. La ley de 134.1 fue c1'itic:-ida porque daba a Ens arrec-


dores sólo el lo pm' CF1c*ni'o de la propiedad. y la mayor parte de este I
I
I
!
¦1orceu±ajf- qaeclaba absorbido por los costes legales y administra-
iivus. 'l.laml›ie11 so la criiieú por la regla de que la l.›ropiedad debía
v-J-ncle1's¢¬ Íl1lTl('2IIli¡:lÍHl11E!l1Í'{¦ para obtener flirmlïi en metálica. pnl' la !
I
que resulI'alJa f.lesverlI'ajosa para los ElGl'CCdDI'Gä desde el purllxì de !

vista f`ineli'icicm. Aclentás. los '¦¡'ib1;l11¿Ih_¦3 110 dalJ¿11'1 abasto con el


gran Ilúlll-í;!1l{J (In: casos: duramtu los prilncrüs L'ElEl.ÍI"l) años posterior -
I'("S :1 1:1 p1'rnmllgac'iÚ1:1 de la ley c1'1 186? se p l`E'S(¦1l1Ílilaun 25.000 casos E
por año. Úiirü punto cm1t1'nvfi1'tirlo vinculado a En Écy era la w1aljzi- I
ción de En exigencia de que las ('0Mfi.llEÍElÍlÍ["S {"11 quiebra pagaran al
I
I
menos 1:1 mitad de las deudas ('unt1'aíd:±s :mas du la Gue=1'ra Civil. le I
I
que provocó criticas de los :.1creedo1'fis en el sentirlo de que la run-
cesión ¡Jrutcgia la irresponsabilidnd.w
I-Iasia 1593 el Gülìgfflfifl na {'0I.1s'Iguiú êI[l()[1ͦiH` HHH ley de que@ - i
¦
h a s [fldcral d1.u';1(Ícr11. Las dispusìcimìcs de esta ìvy incluían la
li1:›er¿1('ión de 'todas las deudas. na sólo las uurrt raifiials después de: l
i898¦ pfirmisn de quiebras invnllmtarias y volunI.:1rii.is; exención si I

Midas Eos grmìjeros y asalariados dc quiebras invuìu rl iaviasa protes- I


I

I
I

ción de todas las pi-opiedaclcs exentas dc aidjuclicziciön bajo la ley


estatal Y c'n11c'csiÓn dv 1.1n período dc gracia :I los ínsoìvcntcs para
I

morganízzu' sus aslinttis H ìlpgüp a 0o1n1:11'u]nisos cum los nu1'uedo1'e:s.


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REHRAR Un. ESCALERA

C. Ä1lì)l'l'Ú¦É\ÍAS. IN1¬l(l.llìMES l"ÍNANCIE1ìOS Y nlvu1..c/Lcróm DE INf~'(II1¦MAGIÓ]'*¡

La importancia de las auditorías finaiicieras y de los informes ha


sido objeto de gran atención desde la reciente crisis de las economías
asiáticas. Muchos líderes extranjeros culpan a la opacidad de las clien-
tas de las empresas. a la lasitud dc los reglamentos sobre auditoria y
divulgación de información en los países que sufrieron la crisis por
sus malas decisiones sobre empréstitos. Un COl'lf.II¦iI¦II'g'l¡l'1'1CI1Í0 obvio es
que. incluso antes de la crisis. se aceptaba abiertamente que la in1hr--
mación at nivel de empresas en estos pases tenia estos problemas. En
serncjantes situaciones, el curso natural de la acción para un presta-
mista prudente habría sido no prestar a estas compañías. Teniendo
esto en cuenta. el argumento sobre "falta de información" de los Ii dc -
res internacionales parece. en gran medida. autoexeulpatorie.75
Dicho esto. pocas dudas caben acerca de la necesidad de con-
tar con instituciones que mejoren la calidad y la divulgación de la
inforrriación empresarial. Aun así, debemos considerar. sin
embargo, los costes en recursos humanos y financieros que supone
desarrollar estas instituciones frente a sus beneficios. espeeiai-
ineute eri pases en desarrollo que carecen de tales recursos.
Si examinamos la historia de los PAD nos llama la atenciOn el
hecho de que. incluso en esos países. las instituciones encargadas
de regular los informes financieros y los requisitos de dixmlgaciún de
it'1Í'0l'1nacìÓ11 seguían siendo de una calidad muy baja bien entrado
el siglo XX.
El Reino Unido empezó a exigir auditorías externas a las
empresas con la Ley de Empresas de 1844. pero el requisito volvió
-El convertirse en optativo con la Ley cie Sociedades Anónimas de
1856 debido a las recomendaciones de críticos como John Stuart
mil." Dado que las sociedades de responsabilidad limitada exigen
una mayor transparencia para controlar el comportamiento opor-
mnista por parte de sus accionistas dominantes y de sus gestores
contralïados, esto constituyó un importante retroceso.
Gon la promulgación de la Ley de Empresas de 1900, las audi-
torias externas volvieron a ser obligatorias para las compañas bri -
lánicas. Sin embargo. aún no exista una exigencia directa dc que
las empresas prepararan y puhiicaran informes anuales para los

161
HA-JOON III-MNG

accionistas. ¿aunque fuera 1111 requisito impla-rito. dado que el audi-


lor lcl'Ií¿\ la olìligaciún de inl'ornlar a los acciollisuls. Hasta la pro--
rnulgución de la Ley de Enlpresas de 1907 no fue obligatorio
pmIlalícar el balance. y iras ello muelles colïlpuñízlfi explotaron un
vicio de la ley. pues 110 espeeillie:=1ba cl plazo de tiempo ¡Jura presen-
tar' cl inerme. y llcllubarl el CInismo 11alanoe año eros año. El lacio
solo se lleno con la Ley do 1928. por la cual las compañías se vieron
olwligadus a rellenar y a hacer circular un tes dc* las reuniones gene-
rales anuales los l)a11am¬es aetuaì izarlos y :1 divulgar información
más detulluzla. como por ejemplo la composición de los activos."
No ol'›s1:1nl.e8llaslia la Ley de Compañías de 1911.8. las regulaciones
sobre divulgación de in FormaciOn seguían siendo insuficientes, convir-
tíemlo el mercarlo de los últimos tiempos de la época victoriana en un 1
"I mi creado (fe seglulcIa lnano" fina.:-lset.ƒo:~ lemons.l.?¿* C1'al'I'S concluye que-=
|

I
...el dese-¡Tello ole m.erco.fI.os de capital rasados en. ¡nos
derec:h.os iiruïuorlemes pera. los aecion.í.s¿fw y en le o.tn.er1.a.zo, de
i
une l.(J¡'ì'I-flr de poderhosiil es ornjìsnrírnerno r'elu.nrlvemen.Ie recien.-
ne en. el Reino Unioìo. u-un cuando los br¿.tciui:=osfimerou. los pio-
rneros de los mooler'n,o.*; inƒorrnes ,ƒìna.fl-cieros y éstos este-bon I
I

p1'e.<i&I¡.le$ en lo. trfulicíOn. del Derecho C-buztín (Gom.m.ot1. I.0110.79


I

Alenuinia sólo en partir de la promulgación de la Ley de


Iii/1
r
:
I

Errlpiwssas de 1344. se crnliiezaron a ap]icor las disposiciónnas sobre el É


¡

listado do compañas que comisaban en Bolsa. En Nomegs. la legisla-


ción pro millgzidslyel en 1910 obligó a las empresëls a irlfnrmal' sobre sus
prcsupuosizos y ganancias dos veces al año para que sus accionistas y el
Estado tuvieran más datos sobre el Estado de los negocios. Estados
Unidos {'onvi1'I.¡Ó en obligatoria la divulgación plana de Is ìnliormaciün
om1:111-'sa1'íal a los invcrsorss en relaciOn a ofertas públicas de omisión
|
f
dc valoras sólo l.r:-ls la promulgación de la Ley íìïdcral dc Valores de
1933. En España. cl csc1'I.1'l.ínio dc las cuentas realizado por auditores
indopewidìontss solo paso :1 ser obligatorio en 1988.**0

D. l..¡;1YI¿s I:-za IA COM PE'll1'lNíII;ì

CuI1tra1'1am(^nl.c a lo que da por supuesto en gran par te de la lite-


1'¿M.11'a afr tuno sullre la malaria. el control de la gestión ernpresarìal

162
1
RETIRAR LA ESC.N.LERA

no es simplemente una cuestión interna de la empresa en cuestión.


Las acciones de empresas muy grandes con poder importante en el
mercado pueden tener consecuencias para todo la economía (por
ejemplo. si quiebran, pueden crear situaciones de pánico financie-
ro) o socavar la base de la propia economía de mercado (por ejem-
pio. mediante la explotación sociaìmentc dañina de una posición
de monopolio). En este contexto, el control de le gestión empresa-
rial se convierte en un problema de la sociedad en su totalidad. no
sólo de los accionistas de una empresa en particular.
La gestión empresarial asa entendida no involucra simple-
mente la legislación a nivel de empresa. como por ejemplo, las
leyes que especifican las obligaciones de la junta directiva para con
los accionistas; también involucra muchas otras regulaciones -por
ejemplo, regulaciones sectoriales. regulaciones sobre el comercio
exterior e invcrsionf:s¬-- y normas informales que rigen las prácti-
cas comerciales. tales como los convenios sobre el trato que debe
darse a los subcontratistas.
En este apartado consideramos la evolución de la institución
más iácilineiitc identificable del control de la gestión empresarial
"social", a saber. las reyes de la competencia (legislación antro -
nopolio y/o u.nti-tru.st) en cierto número de FAD. También hago hin-
capié en que mi explicación no comparte la ortodoxia actual, que
asumo que los actuales pases en dcsarroiìo necesitan una politice
erntitmst al estilo de la de Estados Unidos.*"
Ya en 181o Francia adoptó el articulo 4.19 de su Código Fenal.
al cual ileali:-taba las coaliciones de vendedores. Estas asociaciones
hablan provocado la subida o la bajada dc precios por encima o por
debajo de los de la "competencia natural y Iilzlre". Sin embargo. la
Ice se aplicó irregularmente. y en 1880 habla caído en desuso. A
partir de la década de 1890. los tribunales franceses empezaron a
aceptar combinaciones "defensivas" (carteles) y a apoyar sus
acuerdos. No fue hasta 1906 que Francia anuló el artículo 4.19 y
adoptó una ley c.nti.tmst "moderna" y más aharcado1'a.82
Estados Unidos fue el pionero en la elaboración de las leyes de
la competencia "modernas". La Ley cmtitrust Sherman se promulgó
en 1090. aunque cinco años despues el Tribunal Supremo la parali-
só en el célebre caso del Trust del Azúcar. Hasta 1902. cuando cl

163
i
HA-Jaun Cl¿ANG

I
presidente Theodore Roosevelt la usó contra el lwlding ferroviario de i
i
I. F. Morgan. la Compañia de Valores del Norte (Northern Securities i
!

.
I

!
Compa na) fue usada. de hecho. más contra los sindicatos que contra
I

las grandes corporaciones. Roosevelt creó la Oficina de Corporaciones .

I
en 1905 para investigarlas malas prácticas empresariales; la Oficina fue
ascendida de categoría. convirtiéndose en la ComisiOn Federal para el
Comercio con la Ley o,ntitru.s.t Clayton de 1914" que también prohibía I
I
I
el uso de legislación o-ruitrust contra los sindic.atos.¡l3 i
¦

Durante el siglo XX el Estado británico ni apoyo ni condenó los


trusas ti otras prácticas contrarias a la competencia. Sin embargo.
hasta la Primera Guerra Mundial. los tribunales estuvieron bastan-
te dispuestos a apoyar la validez de acuerdos comerciales restricti-
vos. La primera iniciativa ttrMtru-st que se tomó fue la Ley sobre
Ganancias Excesivas (1919, suspendida en 1921). creada para hacer
Frente a la escasez de la postguerra. Durante la depresión de la
década de 1930. el Estado apoyó la i'acìo11alizaciö1'i y la carteliza-
ción. llubo que esperar hasta 194.3 para que, con la Ley sobre
Monopolios y Prácticas lìestrictivas. se intentara promulgar la pri-
mera legislación seria 8nI.imonopolio/aittitmst, pero esta resultó en
gran medida i1'1el'icaz. La I..ey de Prácticas Hcstrictívas de 1956 se:
opuso con ¢-llicac'ia el los carteles. pero tuvo ll1Ú II1flS éxito contra la
Inorlopolizaciön mediante l`usio.nes.'*'*
Tal PÍIIHÚ ya se ha znencionado en el capitulo 2 (apartado
'*.2.3.). el Estado alemán apoyó inicialmente con firmeza EL los cár-
ieles. .y reforzó sus acuerdos durantf: los primeros tiempos de éstos
(fines del siglo XIX y principios del xx). El punto cul1'nirla11te de
esta práctica fue* una reglamenlzaeíOn de I 09? del principal trilaunaì
del psis segúnla al los carteles eran legales. Apara ir de la Frimera
guerra Mundial la cartel isaeìún pasó a ser una práctica extendida y
el med lo a través del cual cl gobierno. pìarlifivalaa las actividades
eeoncìn-ricas. La Ley de Carteles de 1923. que daba al 11-ibunaì el pude:-
de eliminar carteles, fixe ln primer:-1ley geperal de la competencia en
I*:uropa. Sin embargo, la ley un resultó eficaz, al definir a los carteles
con mucha rigidez. y aqueììos a quienes esta ley daba la potestad de
controlar a Eos carteles -a salar. el Ministerio de Economía y el
Tribunal de Carteles- de todos modos solo la usaban de oz en cuan-
i
do. El Tribunal de Carteles fue abolido en 1930. cuando una serie de
I

164. I

.a
.-i
RHIRAR LA ESCALERA

leyes de emergencia dieron al Estado la potestad de disolver cualquier


cartel que considerara necesario. En 1933 el ministro para Asuntos
Económicos recibió la potestad de anular cualquier cárcel o de de ere -
tan la formación de carteles obligatorios."5
En Noruega la primera ley au.t¿ti'¡¿st fue promulgada en 1926.
pero la comisión eutitrust que se encargaba de ella partía del
supuesto de que su deber era controlar los comportamientos
monopolístieos. no impedirlos categóricamente. Aunque la ley fue
posteriormente reemplazada por la Ley de Precios y la Ley de la
Competencia en 1953. que contenían unas disposiciones algo más
estrictas (por ejemplo. las empresas debían informar sobre las
.
principales fusiones y adquisiciones) la base principal de la poli-
tica antitrust noruega siguió siendo la publicidad y el control más
que la imposición de prohibiciones categóricas. La Ley de la
Competencia danesa de 1955 (la Ley sobre Monopolios y Practicas
Iìestrietivas) funcionaba de acuerdo con el mismo principio de
"publicidad y corurol".*m

J 'I F' lh=f¬n¶1J(¬l-:ml SIINAN(11¬IW¬

A. B¢"\N'(IA Y 1u:cu1_-*~.F;1F3n llANí.ÍAHl¡\

Dado el importante incremento de crisis bancarias en el mundo en


las dos últimas décadas. aproximadamente. el establecimiento de
un buen sistema de regulación bancaria se ha convertido 011 un
lema fundamental en los esfuerzos del EPID para la promoción del
desarrollo industrial. En la historia de los FAD. sin embargo, el
establecimiento de instituciones encargadas de regular la banca no
se consideró una cuestión importante hasta bastante tarde. puesto
que el desarrollo de la propia banca fue un proceso Ientoy desigual.
ron la posible excepción de Inglaterra.
El sistema bancario de los FAD se fue construyendo lenta-
n"Iente.**2 En Inglaterra, el psis con el sistema bancario más avan~
nado del mundo hasta mediados del siglo XX. la integración
iïnariciera completa se alcanzó únicamente en la década de 192-o.
cuando los intereses de los depósitos en las ciudades y en el campo
se homologaron. En Francia. el desarrollo del sistema bancario

165
lh".-JOON CHANC

sufrió mayores retrasos aún. A. mediados Dei siglo XIX tuve hilar la
gerieralizneitìii del uso de los billetes dc banco (cuando en Íriglaterra
había 'tenitìo lugar r-ri cl sitie XVIII) y. en 1863. las tres cuartas partes
de la población tudavia no 'tenían acceso a los scrvirins bancarios.
Prusia emlfó zipcmis con unos pocos bancos liaste el siglo XVIÍI.
mientras que se prime-r banco con capital social no se hindú hasta
1840. En Suecia los bancos sólo aparecieron a fines del sigla XIX.
Expcrimeniaron una írrlpur1:anle expansión en 1870. antes de I:-1 cual
los créditos si p1'oI.1HcI:ürf:s y vxpo1'I:adores eran proporeionaidos por
casas de rnmercìo mcrcariïìl Cs, y sólo pasiuïiit a usental-se pm' cumple -
lo en I;-1década de 1390. En Fortugaì 1:1industria de la haI1r::i sólo expo-
mi menú un impflrlïnnlzc deszu'rullo en las décadas rio 1860 y 1870. una
vez que se permitió crear bancos con capi tal socis1.i*"
En los PAD los baleos HU se (8011VÍI'llÍ{¦1l0ll 011 Íll1S[ÍI.ll(JÍ(l}Ill('3S 1]I'ü -
l`esiona¦r's de pit-*s1.aIr1o hasta principios del siglo XK. Anl:erim'mente.
las vincular' iones persorlaiies i11'llluí:.m p(I(i{'I'0snnlen1.ü en las dccisin -
nas sobre los pifistsmus barw;-1.!'iris. Duran te ci siglo XIX, por ejemplo.
los bar~ns esuidounidcrises prestabziii cl grueso de su dinero a sus
dii'r¢l:on=~s. :1 los P¿II'Í('"l] les de (Estas y El SHS ͦÚI'lÚflill](IIS."9 LOS baiicos
escoceses del sigla XVIII Y los baulcos ingleses en el siglo XIX eran
lnìsica mc-ute aso-ìscioncs de ayuda u-u.1I:uz1 para F*mr1e1'ci¿m1<-:s que
más que ÍILIIICÚS CII el sentido 13-\Ud€1'n0.9"
11r¿'ccsii:¿¦'iJzlI'1. u11 (*1-edito

Las i'(*gLt1¿u'iunes bancarias U1'¿I]'I muy inadecuadas. Fstxados Unidos


pc r11'IiI:ís "].)1'á{*'licus baricarias salvajes". que eran poca diere n tes
ir .
en principio. de las ol:1e1'ariün{*s de 'Fa]si'l'ieaciúI1" | . Las prácticas
bzlnceìrías salvajes resultarara. especiahuerli:e p1'ohìem:ì'I:icas duram-
tm-= el periodo de treinta :1los que fue' teslign de la 1-=Iì1nin:1c¡ón del
poco dUl'2lÍÍ1('llÚ banco se1ni<'ent1'al. el Segundo Banco de Estados
U.nidos. entre 1336 y 1865 (véase el apzlrI:ad0 3.2.5.B). Aunque el
e s t e global de ¡as quien-:ls de bancos no regulados en la época
Fue. según ha {'alculade. pequeño. esos culupsns eran cu1*r'ìen-
tes." En 1929. el sistema l›8nF'nrin estadounidense estaba caus-
liiuidu por "miles .y miles de bancos y cu1'1'edu1'íz1s pequeños.
gestionarlos con poca prellesinn:tìidad y escasamelfle sup:-'1'vis:a--
dos". Esto suponía que duran! el período de prusperidsd de la
presidencia de Goolidge (19==3--9l Goo bancos d:=1l›¿m quiebra cada
L
que.
'13

166
RETIRAR Lii ESCALERA

En Italia hubo un gran escándalo a ììncs del siglo XIX (I 809 - 92),
cuando la quiebra dc uno de los seis bancos emisores de billetes. la
Banca Romana, puso al descubierto una red de corrupción (concesión
do Crétlito a ilnportantes políticos y a sus prnientcs. incluyendo dos ex
primeros ministros). un deficiente sistema contable y la emisión
"il'regulal"' de billetes de banco (por ejemplo, billetes duplicados) en
cl corazón de la industria bancaria del vais."
En Alemania la regulación directa dc los bancos comerciales
110 se infroclujo hasta 1934.. con la Ley (le Control del Crédito. en

tanto que en Bélgica las regulaciones loancarias sólo se promulga-


ron en 1935. con el cstalalecirníento de la Comisión de Banca."

B. B.-uwcos cnww-n.11.Hs

Actualmente. el banco central -con su monopolio de omisión do


moneda, su intervención en el mercado del dinero y su función
de prestamista de último recurso- es considerado como la piedra
angular de una economía capitalista estable. I-lay un acalorado
debate sobre cuán políticamente independiente habría de ser el
banco central. asa como cuáles deberian ser sus objetivos, metas
c instriunentcs más apl'opiados.% Por más acalorado que sea el
debate, son pocos los que niegan la necesidad dc tener un banco
central. Sin embargo. esto no era si en los primeros tiempos del
copilzaìistno.
"Ya desde el siglo XVIII, los bancos dominantes, como el Banco
de Inglaterra e l s Grand s bancos de Nue a Y rk. esto i ron obli-
gados a desempeñar el papel de prestamista de último recurso en
tiempos de crisis financiera. La cada vez mayor habilidad de esas
instituciones para tratar con pancos financieros sistémicas a corto
plazo, y la consiguiente estabilidad que esto ayudaba a producir a
largo plazo. condujeron naturalmente hacia la creación de un banco
central propiamente dicho.
N o obstante. eran muchos los que en ese entonces creían que
crear un banco central incentivaría una excesiva asunción de riesgos
en épocas de agitación financiera (0 lo que actualmente llamamos
"riesgo mcra1").9? Quien mejor resumió este sentimiento fue
Herbert Spencer. quienobservó que "el resultado último de proteger

167
I
FIA-.IÚUN CHANG !
I
I
I
al hombre dc los Cf:-=oI:os de la tonta*i'ia es poblar el mundo de ton- I

tos"'***. A resultas de filo. cì desarrollo de los iban:-os voiitralos fue !


I
un PIÚIICSU muy lento y Ilìllläãlfiliì en los pAo.'***
El ïìilcsbarilc sueco (creado en 1688) fue nominalmente al pri-
mor banco control oficial dos marido. Sin oinbargo. no pudo funoìo ~-
dar como un v¦^11i&uio1'o benioo central hasta mediados (lo siglo XIX
porqlto oalrooiai. OM ro otros cosas, do monopolio do la crnisiúlì [lo
hiiiclcs. que no obtuvo liusl:¿1 19o"1..1""
El Banco do lng'la¦:cr1'a fue creado en 1694. y. :l partir dc l sig I o
XVIII. o1'rl1Jo:ø:O en :isurnir al papel de prestamista do Ultimo recurso
(aunque liajƒ quien sugiolwe que esto sólo ocurrió :l partir do la pri -
moro rnitafl ¿lo siglo XIX). Sin omlnirgo. no so oonvirljñ en un
banco cfinirall f.:on'ilJiei'o hasta 1844. El banco ccritrall I`rancés, al
Banquo de Franco. se cre*1ì en ilìoo. poro sólo obtuvo el monopolio
¿lo la cnlisì-:in de billetes en 1B.e1.8. Hostal 1936. sin o1'nl;›zu'go. al Bunquo
Alf: F1l¦.ì1'l1:'f:' f*s'luvo controlado ll nflznno ntfllfilöntg por los propios han-
con más que por al gobierno. El banco conlriil do los Paixsos Bajos, el
N<-=cle1¬l¿mds('l1f- Bank, fue creado en 1014. por cl .FPy Guillermo I.
J'

1-=i;g,1.1ienclo mi modelo del Banco do Iriglaitzrra. Sin embargo. lucho


para favor circular sus billetes dc Mãlïlüìfêl gr-zrloraliaacfa hasta la déoa - !

da de 1830 .y siguió siendo un banco "Ion-al" con socio en A.mstert.Ian-1 I


I

i
hasta la década fio 1860. HH
El Banco dc Fspaíìo fue ('1'oado en 1829. pero no obtuvo l
1nonopolí{:- sobre la clnlsién de bílìeïes hasta ]074.. y has.-:f a 1962 era
un banco privado. El BEHICO de Portugal i"uo creado en 184.-2. pero su
monopolio sobre la ol'lflisiún :le bilhéh--s ootaha restringido a la
mi-:giólï dc* Lisboa. Obtuvo Iogallnorlto al monopolio completo de'
la omisión clo Iìillotos 1:-:11 1837, pum. debido a la rosistollcia de los
ch* más L~:s.r1c:oo olrlisoros de hìllohzs, solo en 1891 obtuvo al monopo-
i
lio en. É:-1 llvraìctica. El Banco dc Portugal sigue siendo totalmf:nl'e pri -
vado y I!.O puede' int:-=1'vo1'1ìr en al M€']'Í'{1[]0 del [IÍHE1-Q.I"2
Fl h:-1n('o {'o11t1'al belga, la Banqufl Nationale dr' Bolgiquc. no so
cron hasta 10l;1; fue. Rin f-mhargo. 1.1110 de' los priInoros bancos con --
'traìoä arxWntìcos pon monopolio do la omisión do billetes, algo quo
lo Feo con l`o1-ido en el mozo-mo do su oroación.!"" Dc- los onoo paz --
los que 11'a'Ean1o$ en este apartado. solo los bancos ce n tralcs britá -
rico (1844) y i'1-anoés (1043) ohlavioronol monopolio de la omisión

¡Mi
RETIRAR LA ESCALERA

de billetes antes que Bélgica. El banco central alemán no se creó


hasta 1871. obteniendo el monopolio de la emisión de billetes en
1905. En Italia el banco central no se estableció hasta 1893 y no
obtuvo el monopolio de la emisión de biììetes hasta 1926. El banco
nacional suizo. fundado en 1907. se formo a partir de la fusiOn de
cuatro bancos emisores de billetes.
En Estados Unidos el desarrollo de los bancos centrales fue
aún más lento. Los primeros intentos dc introducir êlllllqllfi no
fuera más que un grado limitado de centralización bancaria fraca-
saron de maneras bastante espectaculares. El Frimer Banco dc
Estados Unidos (First Bank oƒthc USA), que era privado en un Bo por
ciento. fue creado en 1791 con el firme apoyo de Alexander
l-lainãlton, entonces Secretario del Tesoro, en contra de la oposi-
ciOn del entonces Secretario de Estado Thomas Jefferson. Sin
embargo. no consiguió que su carta fuera renovada por el Congreso
en 1811, y el Segundo Banco de Estados Unidos (Second Bank oƒthe
USA). creado en 1016. conoció el mismo destino veinte años mas
tarde. En 1863 Estados Unidos acabó por adoptar una moneda
enIca mediante la Ley Nacional de Banca. pero seguía sin verse un
banco central en ninguna parte."H
Dada esta situación, y tal como se mencionó anteriormente.
los grandes bancos dc Nueva York se: vieron obligados a desempe-
ñar la i'u/1oió11 de prestamistas de último recurso para garantizar la
estabilidad del sistema, pero esta solución tenía limitaciones evi-
dentes. Finalmente, en 1913, al Sistema de Reserva Federal de
Estados Unidos vio la luz mediante la Ley Owen- Glass. que fue impul-
sada por el espectacular pánico financiero dc 1907. I-[asta 1915, sin
1-n1hargo. sólo cl 3o por ciento de los bancos (con lo por ciento de
todos los activos bancarios) estaban en el sistema. y todavía en 1929 el
65 por ciento seguían estando viera del sistema. aunque para ese
entonces suponían sólo el 20 por ciento del total de los activos banca-
rios. Esto hizo que en 1929 la ley "dejara a 16.ooo pequeños bancos
fuera dc su jurisdicción. Casi cada año cientos de ellos iban a la quie-
bra""I5. Asimismo. durante la Gran Depresión la Comisión de la
Reserva Federal estaba controlada de hecho porflall Street.106
A continuación, presentamos e r a tabla 3.3 un resumen de las
anteriores descripciones dc la evolución de los bancos centrales en

169
I

Hfla-JGUN CE~IANl'8
I

I
!
!
I
I

los P.f\lÍ}, 1...a pri¦nvI'i.1 {:n1mn11z1 l`C]ÍlI'E1S{'HI:êl el año en cl q1u*. Fliw*1'$ns !

lmamczos ('e11I:1'alfis se csI.:11›.h'cie*1'or1; la segulula i11:.li±:¿1 c=uállcìo se con-


I
!
virl iban en laancns (*c1'Il:1'aI(~s IJ1'npinmn1tte cli('llus 1r1r-~d i:mI.c la QlJ1c11-
('ió1'1 del 1nm1opolin dc: la vmisiót'l de billetes y ut1-as wlnpc lzcn[-i¿ts
lcgz\ic*s. La ¡abla muestra q de la rmayfwía de las unce países n=:scf1:1dos
l'e~11í¿n1 HDlìl]Í1'1¿1II!'lÍ.'TJI¦lÉ` han:-0› {'en'¦r:1lcs al films de 1:1 dz-iF~:.u'la dc- 18¿1.o.
Sin m'rlhal'go. hasta l.11¬iI'1ci1'1ios re(*Í siglo XX (*¦-:ios 1`l2l1'1Í'US no se comia'-
¦
1-icron en :=11.itf'=1'1I:i<*(¬›s 11:11'1cos vr±1'111'aE¢'s en la mzlyo ría c c ' <-'slns país:-13.
Sólo en 1391, r'(m la cu1'u:f8siú1'1del \no1'1r›poli<:› du la e1'F\lsíún de h¡1lc'lcs
:-11 Ba11('0 de' Fu1-l'I1g:1l. la nlayol'ízr de los O rice llalru:us ccnt1':1lcs incluiclns
l.'I1 la tabla ]Í"l'¿l!ì11IIOì1 El L¦1JI:L'I10I' esa rtlmlnpolin. I
I

!
i
I
I
I

TN.BU\3.3

DESARROLLO DE LOS BANCUS CENTRALES EN LOS PAZ I

I
I

AH@ DE CREACIÓN Año EN %UE SE UBTUVO EL MDNDFÚLIO |

DE EMISI N DE 8ÍLLÉÍES
Suecia 1583 am
Reino Unido -----.. .. 15-'ãti
Francia IBBÚ 18=1a¬

Poises I3alos 181-ú Danés de la década de 1060


España ___ _I32a*_ 107-ü
I
I
Poflugaì n i - I - n - H
mi 18911

Békqica 1051 1851


àlcemzunìa `r871 1905

la.li.1 1893 1926

Suiza 1907 1937


I

I
I

Erados Unirlos 1913 Después :In 1929" I

|_ [:üNïRDL.I\D¡L pon Los FROFIÚS BMJQUEIIBS Hñ.STa'\ ms.


ì
2. EL NDNOPDLIB DE La EMISIÚN DE BILLETES SE E5TI\I1l.ECIÚ LEmu.r-1lïnTfi EN 1w?. PERU EL HDNDPDLID DE FIICTD 5Úl.ü SE
Ll'IGHÚ EN Ifl9I DEBIDO A LA ni:slsrcr~lcl:. DE UIR05 Hamas Eulsonë DE fl1LLErE5. EL meuco SEGIJE asuman
TDTMMENIE EN M.flND5 FÍN\l'.MJJ'\5 Y ND PUEDE INÍEFWENIR EN EL MERCADD DEL DINERO.
J. EL ¿a un ÍÍIEIHÍ) DE Los Bhn1.zlll5. fl1JE supoz4mt¢ EL 20 Pula EIENÍD UE Los J'iCTI\l'05 BILNCMIIDS, l1ì.¦ED.flRON rufinn DEL
5-¦:iÍEP~¦IVl DE LA flE5ERVà 1'EUElu-.l. Hà5T.I\ 1129,

!
I

C". PlI>1{¦II.'l...AfIIlÓN m-11. M imcmm mz VJ\l.(`! mas I


!
I
I

En la artllal fase de globalización financiera dirigida por Esteldims


J

Unidos. el n1¦e11'adu de valolï-s se-* na (!onve1'tid0 en el símbolo del capi- I


I
I

talismo. C.uand(1 el c*om1mismo se derrumbó, muchas ucnnümìas de


f

¡Jo
|
RÉÍIRAR LA ESCALERA

transición se apresuraron a crear bolsas de valores y enviaron a


jóvenes promesas a capacitarse en el extranjero como corredores
de bolsa, aun antes de crear otras instituciones capitalistas más
básicas. De la misma manera. muchos gobiernos dc países en desa-
rrollo se han esforzado mucho por crear e impulsar sus mercados
de valores y por alarirlos a inversores extranjeros. crece tido que ello
los darla acceso a lirios recursos i`inancieros hasta entonces fuera de
su alcance. l ll?
Evidentemente, muchas personas. la más famosa de las cuales
fue John Maynard Keynes en la década de 1930. sostuvieron que el
capitalismo funciona mejor cuando el mercado de valores desem-
peña un papel secundario. Como se sabe. desde la década de 1980
ha tenido lugar un acaloraclo debate sobre los méritos relativos de
los sistemas financieros con primacía del mercado de valores de los
pases angìoamerieanos y los sistemas con primacía de la banca de
lapón y de los países de Europa eonlinental.I"B Sin embargo. la
concepciOn ortodoxa sigue siendo la de que un mercado de valores
que funcione bien es una institución necesaria para el desarrollo
económico. concepción que recientemente ha ganado adeptos gra-
cias al auge de mercado de valores en Estados Unidos. aunque este
auge está decayendo rápidamente debido a la rápida ralentización
de la economía es'I'adounidense.
Sea cual sea la importancia que se otorgue ala Bolsa y a otros
mercados de valores. establecer instituciones que los regulen eficaz-
rnentc es indudablemente una tarea importante. Dado que las bolsas
se convirtieron recientemente en una fUente suplen otaria de ines-
tahilidad financiera en los países en desarrollo. sobre todo cuando
estaban abiertas a flujos exteriores. el establecimiento de iiistihicio-
nes para regula:-las es ahora una tarea urgente. For lo tanto. ¿cómo
gestionaron los FAD el desarrollo de esas instituciones?
El desarrollo temprano del mercado de valores eii Inglaterra
(creado ii 1692) condujo al surgimiento igualmente temprano de
la regulación de mismo. El primer intento. que data de 1697.
limitó el número de corredores de bolsa mediante la concesión de
autorizaciones c impuso un limite a sus honorarios. En 1234. el
Farlamiento aprobó la Ley de Bernard. que intentaba limitar los
fines más especulativos del n'lercado de valores prohibiendo las

171
HA-JÚON CHANG

opciones de cürnpra, pa'olliì›iendo Ei las partes el cstalmlecimienta de


c(›111.rz1tos mediante el pago dc rlife1¬en±*iales de precios y estipuìan--
do que las acciones debcríarl ser ellectivamentf= puscidas para que
los corltl'aïos que hablan llevada a SII venta fueran refrf:11dados por
un tribunal. Sin embargo. esta ley no se aplicó .y fue: finalmente
abrogada en t86o. mu
r
Ir

Posteriormente. excepto por la Ley de Compañias Bancarias


(Acciones) que prohibía la venta al descubierto de acciones banca -
rias ----y que, de todos modos. no se aplicó-. hubo pocos intentos
dc regular el mercado de valores hasta 1939, chanclo la Ley de
Prevención del l'1'a11cle (Inversiones) fue p1'om11lg;1d¿1. La ley intro-
ducía un sistema do mito:-izacioncs para individuos y empresas que
t1~abaja1'o11 con acciones que hablan dc ser concedidas por el
Ministerio de Gorricrvio. el cual tenía cl poder dc 1-evocar o de
rcclïasar la renovación de una zurro rización si la parte implicada
daba información falsa o inadecuada al solicitarlo o negociarla. La
ley fue 1'eFo1':aárldose con el tempo, dándose al Minzísterio de
Comercio la Po-Festad de establecer reglas concernientes a la canti-
dad de información que los corredores deban dar en las ofertas de
ventas (1944) y dc nombrar inspectores eocm-gados de investigar la
administración de las sociedades inversoras por obligaciones
(1953) INI
I

No fue hasta la promulgación de la Ley de Servicios Financieros


de 1906 que el Reino Unida introdujo un sistema global de regulación
del mercado dr valores (que entró en vigor cl 29 de abril de 1980).
Esta ley exigía el listado oficial de las inversiones en Bolsa y la
publicación de los detalles con ante1'io1'ídad a la clabnracióii del lis
todo; también establecía la responsabilidad penal de aquellos que
dieran inllurmaciones falsas O engañosas y prohibía la gestión de
negoc.ios de inversión a todo aquel que no estuviera autorizado El
11 -1 HI
hacerlo.
En Fstados Unidos los mercadeas de' valores uI'g811izad{1s datan
de 1:1 década de 17'2°o. Los primeros intentos di- lwvgulalrìos se enca-
1t1ina1'm'1 El impedir la partiftipaciórn de pcrsoìlaä con infolunaciön
privilegiada. En 1789, por ejemplo. el Congreso prnrmllgö una ley que
Iìiflhibìat a los íïmriu1'1a1'ios del 'Í`e80ro especular en cl mercado dv
valores; at ilM'nl;luc'i'r esta lcgisìarúón. Estados Unidos iba incluso por

vea
RETIRÁR LA ESCALERA

delante del Reino Unido. Aunque el gobierno federal amenazó


periódicamente con introducir la regul aciOn del mercado de valo-
res, tal regulación quedó en manos de los estados individuales
durante todo el siglo XIX. Pere no todos los estados tenían leyes que
regularan las transacciones del mercado de valores (el mejor eje -
plo es el de Pensilvania. uno de los estados más importantes en ese
entonces desde el punto de vista económico). y las leyes que si exis-
tìan eran débiles en la teoría y todavia más débiles en su aplicación
práctica. l l e
El fraude en las transacciones del mercado de valores, espe-
cialmente las informaciones falseadas. se convirtió en un delito
contra la propiedad a mediados del siglo XIX. pero hasta la Ley
federal del Mercado de Valores de 1933 no pasó a ser obligatorio el
que se revelara la información completa. A principios del siglo XX.
veinte estados instituye ronleyes reguladoras de valores que exigían a
los banqueros dedicados a la inversOr el registro de valores ante
las autoridades estatales antes de venderlos y que penalizaban la
falsedad informativa; pero las leyes resultaron ineficaces y conte-
nían muchos vacios. La primera regulaciOn federal eficaz del mer-
cado de valores fue la dc la Ley federal del Mercado de Valores de
1933. que dio a la Comisión Federal de Comercio la potestad de
regular las transacciones del mercado de valores. una potestad que
posteriormente se transfirió a la nueva ComisiOn de Valores y
Cambio en 1934,."3

D. 1NS'l'iTUÚlDNI¿¦-ì DE I-'INANZAS púnucns

La continua crisis fiscal en muchos países en desarrollo ha sido un


gran obstáculo al desarrollo al menos desde la década de 19-2o. El
EPID considera que la naturaleza del problema fiscal en estos paí-
ses radica en cl despilfarro. pero en la mayor parte de los casos
existe un problema más profundo. a saber, la incapacidad dc cobrar
impuestos I-I Esto argumento también se apoya en el hecho dc que
los desembolsos 1:l1'esupuesta1'ios en los países en desarrollo son
proporcionalmente mucho menores que en los países desarrolla-
dos. cuyos gobiernos pueden gastar -y cobrar impuestos- en una
medida rucho mayor.

113
HA_JO0N cH›*~.¦*~u';
.
|
|

i
|

La capacidad de cobrar impuestos exige. al nivel más profun- |

i
i
do. la capacidad de suscitar legitimidad política, tanto en relación :
al propia gobierno como en lo que concierne a los impuestos espe-
eifiros i replicados. Por ejemplo. el impuesto per cápita (Falo Twii)
que Margare I: Thatcher intentó introducir en el Reino Unido f'raca--
só porque la mayor parte de los contribuyentes británicos lo consigo
doró "injusI:u" 0" ' ende. legítimo) más que porque pensaran
pus
q al el impuesto era demasiado elevado o porque pensaran que el
i

gobierno de Thatcher fuera ilegítimo.


Sin embargo. no hasta con asegurar la legitimidad política de
un régimen y de los. impuestos específicos para aumentar la capacho -
dad de cobrar impuestos. También hace falta que se desarrollen I

l.ll'l.¦:-IS ÍIll$l1il.l,IClI.ll1ES Í.lCl€'llIl'ìinE1d¡-IS. tales como nuevos mecanismos

impositivos y adrninistralïivos para mejorar el cobro de impuestos.


¿Cómo hicieron los PAD, pues. para gestionar este proceso?
En los primeros tiempos de su desarrollo. los PAD tenian unas
capacidades fiscales muy limitadas; a este respecto. probablemen-
te padecieron aún más que la mayoria de los países en desarrollo en
la actualidad. Su capacidad de cobrar impuestos era tan limitada !
que la cesión del vocero de impuestos at pan-ticuiares se aceptaba de ;
manera lo.neralizada como un medio eficaz desde el punto de vista Í
de los costes para aumentar' los ingresos gi1bc1'na111e11i'alcs en los
siglos XVII y XVIH. Muchos contemporáneos la jus1:illica1-on como
un modo de ahorrar gastos administraizivos. estabilizar los ingresos
y reducir la corrupción en el sobre de impuestos; no eran. proba--
hì±=*meni'e. argrl1110111108 irI'acionaEes si Tenftirios en enema cuán pobre -
rncnt¬f: desarrolladas estaba II las iiislituvioiies de finanzas púber ices en
osos pases en aquel €1'1Í:0[l{J{*$.115
Sobre todo. un muchos FAD las finanzas gubernamentales -en
particular las finanzas de los gobicrrios locales- eran un caos
durante la mayor parte del período en cuestión. Un ejemplo muy
signiiìcativn es el de los impagos por parte de un buen número de
I

gobiernos de estados de Estados Unidos de prestamos hi-il:ánieus en


1842. Tras estos impagos. los l`i1¬.ancieros británicos p r e s i o n a n al
gobierno l`ederal esiìadounidellsr: para que asuiniera la responsahi--
lidad del pago (algo que nos recuerda los hechos ocurridos en Brasil
Eras cl impago del estado de Minas Gerais en 1999). Cuando estas

174,
RETIRAR Un ESCÄLERA

presiones Fracasaron. 7l't.e Tomes se burló del intento del gobierno


federal de Estados Unidos de obtener un nuevo prestar más tardo
en ese mismo año argumentando que "el pueblo de Estados Unidos
puede estar totalmente persuadídü de que existo un determinado
tipo de garantías a las cuales la abundancia de dinero. por mayor
que no puede otorgar valor. y que dentro de esta clase sus pro -
piar garantas ocupan un lugar preeminente" I I G.
Lo que exacerba especialmente los problemas en las finanzas
públicas de la época fue la combinación de guerras frecuentes. que
exigió una financiación pública sustancial extraordinaria. y la inca-
pacidad de cobrar impuestos directos. especialmente el impuesto
sobre la renta.! 1? La inexistencia del impuesto sobre la renta (algu-
nos países hablan tenido impuestos sobre la propiedad ufo sobre la
riqueza desde épocas relativamente tempranas) reilejalua en parte
l åì escasa :representación política de las clases más pobres. pero
también la limitada capacidad administrativa de la burocracia. Esta
restringida capacidad burocrática era. sin lugar a dudas. una de las
razones por las que los aranceles (los impuestos más fáciles de
cobra r) fueron tan importantes como fuente de ingresos en los FAD
en épocas anteriores, y también para muchos de los actuales países en
desairo Ho más pobres.
El impuesto sobre la renta se uso en principio como un
impuesto de emergencia que tenia como objetivo la financiaciOn de
la guerra. Inglaterra introdujo al impuesto sobre la renta propor-
cional en i'/99 para fiiianeiarla guerra con Francia. pero lo eliminó
cuando la guerra terminó en 1816¦ Dinamarca lo usó para la finan-
ciaciún de emergencia durante la guerra revolucionaria de 1789 y
las Guerras Napoleónicas de 1809¦ Estados Unidos introdujo un
impuesto sobre la renta temporal durante la Guerra Civil. pero lo
abolió tan pronto como la guerra terminó en 1372."8
En 184.2 el Reino Unido se convirtió en el primer psis que
impuso este impuesto de forma permanente. Sin embargo. la upo-
sición al impuesto fue importante, ya que se le consideraba una
medida desigual y una intromisión; John Mcüulioch. uno de los
economistas mas influyentes de la época. sostuvo que los impues-
tos sobre la renta " exigen una constante interferencia e inquisieiôn
en los asuntos de los individuos. por lo que, independientemente

1?5
HH-JOON cnnwa

de su desigualdad. provocan un sentiiniento pcrlnanelltc de irrita -


C~iór1"119, Ya en 1874" la abolición del impuesto sobre la renta fue un
importante punto en la platallorin:-1 electoral de Glastone. quien sin
cnibargo perdió las elecciones zn
Dinamarca introdujo Ilfl impuesto sobre la renta permanen-
te y progresivo en 1903. En Estados Unidos. la Ley del Impuesto
sobre la Renta de 1094. fue anulada por "ineoinstitucional" por el
'I`ril.1unal Supremo. Una propuesta de ley posterior fue derrotada en
1098. y la Decimosexta Enmienda. que autoriza el impuesto sobre la
renta federal. no se adoptó hasta 1918. Sin embargo. el impuesto
era de solo un 1 por ciento para los ingresos netos sujetos ¡I i1npues--
tos por en-ima de los ;'8.ooo dólares. subiendo al 7 por ciento para
1

ingresos superiores a los 5oo.ooo dólares. En Belgie:-1 se introdujo


en 1919; en Pornigal. en 1922. pero fue abolido en 1923. para reins -
taurarse tan solo en 1933. Pese a que más tarde alcanzó relevancia
por su voluntad de imponer elevados porcentajes en su impuesto
sobre la renta. Suecia no lo introdujo hasta 1932. Fn Fspañs. el pri-
mer intento de introducirlo por parte del ministro de Finanzas
Calvo Sotelo en 1926 fracasó debido a una Qarnpaña en contra "lide-
rada por la aristoe ras*ia del mundo Í)atlcario"."¡

g r INSI sU(IUNlS§J§ 1 * H 0 ' Í l ( H U N "›(}(J1'l.l.,Yì)¶"ll1ìƒ*.Í5AJí}

I-X. In:-¡'±*l'1'ucI<1nl;8 nl-. PRD'I'I-.G(¦IÚN Sn-r:IAL

Gon ci progreso en la lilicralizaciún y clcsrcguìac:iún que puede


rcsuitzlr en un 11'a=.-;tm'n0 ccfinúm ico a gran escala. si como la fue -
ciencia c;-¡cia vez mayor con que se producen crisis cccnómicas,
cxistfl una mayor preocupación por proporcionar rricclins dc vida a
las más afcflacloä por estos procesos en los países en desarrollo.
Incluso el FMI y el Barón Mundial. que zultericrmcnl:c estaban en
(:ü11t1'a de introducir en los pases en dcs¡l1'1'(›ilo unas insI'it1.1ciones de
pul:ct'ciún social que cmìsidcrzilìmi "prematuras" (sobre todo debi-
do :1 su prcur-upacióri por los déficit p1'cs11pucstm'io:-3). csiún refirién-
dose ¡1ctu¿11mc1'l1'(* a la necesidad dc proporcionar una "red dc
seguridad". Por 10 tanto. aunque los niveles exigidos tienden a ser
bastante bajos, en 1:1 actualirlad se ejerce presión sobre Eos; pases en

1''t') e
RETIRAR LA ESCALERA

desarrollo para que adopten algunas instituciones de protección


social mininas. aunque esta presión es mucho más débil que la que
se ejerce en relación a la mayoria de los demás elementos de la
agenda del "buen gobierno".
Las instituciones de protección social son. sin embargo.
mucho más que "redes de seguridad"; si se las diseña y aplica
cuidadosamente. pueden aumentar la eficiencia y el crecimiento
de la pI-oductividad.18'¿ El suministro eficaz -desde el punto de
vista de los costes¬-- de servicios de salud y educación puede dar
lugar a mejoras en la calidad de la fuerza de trabajo que pueden,
a su vez, aumentar la eficiencia y acelerar el crecimiento de la
productividad. Las instituciones de protecciOn social reducen
tensiones sociales y aumentan la legitimidad del sistema políti-
co. proporcionando si un entorno más estable para las inver-
siones a largo plazo. Apuntalar provisionalmente el consumo
metliztnte mecanismos tales como el seguro de desempleo puc-
den incluso contribuir a evitar el recalentamiento del ciclo
comercial. Y si sucesivamente.
Todos estos lie neficios potenciales de las instituciones de
protección social deben compararse con sus costes potenciales. En
primer' lugar esta los efectos potencialmente corrosivos de las
instituciones de protección social en la ética del trabajo y el sentí-
do del propio valor que sienten los receptores de ayudas. En segundo
lugar. unas cuestiones aparentemente técnicas pueden determinar
significativamente la eficacia y la legitimidad de estas institucio-
nes. Éstas incluyen lavalcraciOn de si los beneficios y los niveles de
contribución se establecen de manera adecuada. si la administra-
ción del sistema se considera justa y eficiente y si hay un mecanis-
mo efectivo para comprobar los fraudes en el sistema. En tercer
lugar, intentar cobrar más impuestos para financiar un programa
de protección social en un contexto en el que su legitimidad políti-
ca no este firmemente establecida puede llevar a "huelgas de inver-
sión" por parte de los ricos. o incluso al apoyo a un retroceso
violento. tal como ocurrió en Chile con Allende.
Sean cuales sean los costes y los beneficios exactos de una ins-
titución de protección social especifica. el hecho de que todos los
PAD hayan desarrollado un conjunto común de instituciones de

1??
i

IIA-JÚUN CIIÁNG

pro1:cceiú11 social a la .largo del licmpo (excepto en Jo que respeclïa 8


i
la I`l'l"'¦l$Í5†.Í:*lllllG y ¡f›rcoeupalltc ausencia de 'llïìfl asislcneia sallital'ia
global en Estados Unidos) sugiere que hay a1g1u¦a1s necesidades
L'ÚIlfIl1ì1IEI$ que deben ser satisfechas 1'11 los difercutcs países. Sin
(.=ml1aI*go. l'Ia.y que ¢:IcsI:acar que las ìrlstituciel'les de protección
social I:iem1fi-11 a csI.alllccci's<-' en [III estadio ba s'Earll'e ta1¬1:1i11 de desa-
1TU110 en la majƒor 11arl'e c c los países.
Las insiituciorics que dan cierta protección :1 los ä('('lOII("S mas i

rlc'=b¡Ies 1:lc t11'1a sociedad siempre han sido necesarias para garantizar
la cslabiìídacl social. Antes dc la imh±sE.rialãzacìó11, estos cuidados los
l.1roi.1o1'F'io11:-1lJat'1 la familia czdcndicla. las eo1'm1nid:1(lf±s locales y las

orgarli:e.aciilncs religiosas. F11 los PAD. PÚH ci debìiiI:a1'r1i<*11to dc estas I


I
I

illsl'itueioncs que siguió a la in d11strialimació11 y a la 1.lrha11izae¡ú11


Il11ra11tc cl siglo XIX, ernprzaxre-11¿I ¡.1ll111Cnf.:1r las tensiones sociales. Ml

como rlemuf-st1'a el conslan1:c temor a la revolución que s11ìlrie1'o11


muchos de estos países en cl Í:l'E1l1SClHISÚ del siglo.
Sin embargo, antes dc la década de I8'?o. las insl.ál11cioncs de
.
I.1I'ol:eeciúrI social xlv los PAD eran muy pobres y se basaban en
llïlfl lcgisìación del tipo dc la Ley (11-' Pobres ì11'ìl'zírlica. Las leyes dc

alivio a la pobreza dc la época estigrnaïizahan a los receptores


Lic ayuda esl.a1:a1. y imuiehos países los privaban dc los derechos de
voto. Asi, por ejemplo. Noruega 3' Suecia i1'1l'1'oduje1'o1'1 el s11f'1'agie I
I

en 1398 y 1910 respectivamente. pero hasta


1Hlli¬¡.'C1l¦:ìEl] Iïliläfllììiflü

{"I`EÍGll1Ct"H. aquí--llus que ìaabían 1°e(-ibífìe asistencia esI.al al na pedían

vüI..1i°.
Tal c'o1'nn puede cunlproìjarse en la tabla 3..-1., las insti tueiones
de pr'ote(*eiúr1 sucia] dc los PAD súìe empezaron a su:'gi1' a fines del
siglo XIX. Su F.Íesar1'nll<J estuve espeleade por la creí¢*n'le iìlerza pali -
tica de las velases populares 'tras la importante extensión del sufragio
duralite este periodo (véase apartado 3.2.1.) y por el actinismo sindi-
val. No lluho¬ sin e1'1f1ba1'gu, nillglma relación ftlncìamenliai entre la
I-*x'a=.!'.isiúr1 del sufragin Y la este fisión de las i11sl.¡1ueic-nes de proteo- I

eiún social. Mif~r.1t1'as que en países como Nueva Zelanda existe un


elaru vinculo entre la temprana extensiónll del sufl'agifl y el desarrollo
de instituciones de pralzeeeión social. en casos como el de Alemania
ereciernn rápidanw.nl:e cuando el sufragio estaba relativamente
I ir i lado.

WH
HÉÍIRJXR LA ESCALERA

TABI.››. 3.-G
INTRODUCCIÓN DE INSTITUCIONES DE PROTECCIÓN SGCIÁL EN LOS PAZ

ACCIDENTES
FNDUSTRIALES SALUD PENSiONES DESEMPLEÚ
Alemania 1371 1033 1889 1927
Suiza 1881 1911 10à¿ 192fi
Austria Iba? 1asa 1927 1920
Noruega I 89à 1909 1926 190¿
Finlandia 1895 1963 1937 19I?
Reino Unido IBA? 1911 1908 1911
Irlanda' 1897 1911 ww 1911
Hacia 1098 1896 1898 1919
Dinamarca 1898 1892 1891 1997
Francia 1890 1a9a 1895 1905
Nueva Zelanda 1900 1938 1898 1938
España 1900 !9á2 1919 d.
Suecia 1901 1891 1913 193ú
Países Bajos 1901 1929 1913 zvla
Australia 1902 1945 1989 19á5
Bélgica 1903 189¿ 1900 1920
Canadá 1930 1971 1927 19àD
Estados Unidos 1930 No 1935 1935
Portugal 19¿2 198á" . 198á'* .19Bú"
FUENìES= :*l§l'F50n. mm. p_ 1m. ïf\Bui IM. UI INFDRWKÚÚN SOBRE ESP.IllÑà PROCEDE DE VÚLTES Ir'n1'¦.maza 119071 'sola
:Wavl. LA DE PDFTIUWÄL PROCEDE DE wuzflEn 11un v MmnlE :un n

NOTAS.
I. LOS Fnísë Esnifa EOLOCñDG5 EN EL ORDEN EN EL GUE uwrmuuwenou L0-5 S1EGURrJS DEACCIOENTES INDUSTRIAL@
nfinmzznwno FOR N!.EH.h.NIN EN IE?II. el SE IHIRGDUJO EN EL MISMD .min EN M15 DE UN PAIS. CDLDCJIMDS PITJMERO EI.
Ms QUE IHÍRÚDUJÚ ANTES EL SEGURO DE 5llLUD.
2. LAS1:1Fm1. INCLWEH nl.GuHus mccnulsmus sus l=UERON INICIALMGNTE vuLu:~fïa\RID5 PERO :DN JWUDA Esmrnl.. así
como Los mECANISMOS OB1.IG.f\70ITI05,
› IRLAND-ti ERA UNA :msnm ÍIEL REINO UNIDO DURANTE LOS :Mas DE REFERENCIA.
.. AUNUUE EN PUHIUGAL SE ESTABLECIERUN ¡ILGUNAS INSÍIFUCIDNES DE FRDÍECGÚN snclm.In pJEHTIH DEM Dëcnm DE
tan. EÍMN UNDS SISTEMAS MUY FR.MìP~1ENT-I\¡ìIQ5 DUE COH'515TIM-J EN REGÍHENE5 FARuALES aun nfiwlnnnw LÚS
sssuims SDCI-l'\LE5 DE Díriknmnnus GRUPOS SÚCIINLÉS H.l\5T›\ 1¶n-i

Alemania fue. de hecho. la pionera en este ámbito. Fue el pri-


mer país en introducir seguros de accidentes industriales (1871).
seguros de salud (1883) y pellsiones estaiaìes (1889). aunque Francia
fue el priruer psis que introclujo el seguro de desempleo (19o5).12"
Las prínucras instituciones de protección social de Alemania tenían

1*¿9
Ha-.fnnw CHAN@

ya un carácter muy "moderno" (daban. por ejemplo. cobertura


universal) y. aparentemente. suscitaron gran adiniraciún por
parte de la izquierda francesa en esa época. Es destacable que bajo
el liderazgo de Gustav Scltmoller. los estudiosos do la Escuela
HistOrica Alemania (véase et capítulo 1) constituyeron la impor-
tanto Ífereirl. fitr Sozittlpotitili: (Sindicato para la Politice Social) e
impulsaron con firmeza la promulgación de leyes dc protección
social. en Aìemania."5
Las instituciones de protección social lograron progresos
ilnpresio1'1ari.tt-:s en los PAD durarte cl período dc Cincuenta años
quo transcurrió entre cl último cuarto del siglo XIX y cl printer
cuarto del siglo XX. En ]8'i'5 ninguno dc los 19 países relacionados
en la tabla M. tenía ninguna de las cuatro instituciones de proteo
cien social indicadas en la tabla. con excepción df- Alemania. que
habla introducido cl seguro dc accidentes industriales en 1371. Sin
embargo. en 1925. 16 pases tenian seguros de accidentes indus-
triales, 18 tenian seguros de salud. la tenían un sistema de pensio-
nes y 12 tenias seguros de desempleo.

B. lNS'1'¶'lllICHJ'NI*1S DE Hl'¦G1ILA.GIÚN m-:1. 'r'11n1m_ïo Ni-'A N T ] I.

El trabajo infantil ha dado lugar a un debate especialmente acelera--


do desde los primeros tiempos de la industrialización, tal como
pronto vel'emoä. Más recientemente. sin embargo. el debate l a
tomado una nueva dimensión internacional. Actualmente se exige
que los pases desarrollados presionen a los pases en desarrollo
para eliminar el trabajo infantil. Particularrncnte controvertido es
la propuesta de reducir el trabajo infantil mediante la imposición
de sanciones comerciales a 1 raves de la OMG a pases que violen los
"es-I:ántl:1res laborales inte1'naI:ionales", incluyendo en especial
los estándares sobre 'trabajo infantil.I%
Existe una preocupación generalizada de que esas sanciones
impongan estfzindares institucionales que los pases en desarrollo
no puedan asumir. aimqlie resulta difícil dc determinar exacta--
mente qué es lo "asulnilJle". A algunos les preocupa que puede alm-
sarse de esas medidas en interés del proteccion ismo encubierto
"irljnsto"; otros sostienen que. sean o no econúmicamcnte viables.

130
RETIRAR LA ESCALÉR-0.

cuestiones como la regulación del trabajo illfantil no deberían san-


cionarse a nivel internacional. Algunos comentaristas señalan que es
poco razonable esperar una rápida erradicación del trabajo infantil en
los actuales pases en desarrollo cuando a los PAD les llevó siglos
alcanzarla.
El trabajo infantil se extendió en los PAD durante los prime-
ros tiempos de la industrialización. Según algunos inibrmes. en la
década de 1820 los niños británicos trabajaban entre 12.5 y 16 horas
al d a . Entre 184,0 y 184.6 los niños menores de 14. años suponían
más del lo por ciento de la fuerza de trabajo de las iäbrieas en
Alemania. En Suecia todavía se empleaba a niños de cinco o seis
años en 1037. IN?
E11Estados Unidos el trabajo infantil era un fenómeno gene-
ralizado a principios del siglo XlX: en la década de 1820 alrededor
de la mitad de los obreros textiles del algodOn eran menores de 16
años. E11 esa época era muy común que las familias fueran contra-
tadas como una unidad completa. En 1813, por ejemplo. un fabri-
cante de algodón anunciaba en un periódico provincial del estado
de Nueva York. el Utieo Patrios. que "se buscan familias serias e
industriosas C011 al menos cinco hijos. todos mayores de ocho años.
en la Fábrica de Algodónflza. En igoo cl número de niños menores
de 16 años que trabajaban a tiempo completo (1.7 millones) supe-
raba el número total de miembros de la Federación Americana del
Trabajo (American Federation of Labour. AFL). en ese entonces el
principal sindicato del psis. nao
En el Reino Unido. los primeros intentos de introducir insti-
tuciones de regulación del trabajo infantil fueron duramente resis-
titlos. En el debate sobre la Ley de Regulación de Fábricas de
AlgodOn de 1819, que prohibía el empleo de niños menores dc nueve
años y limitaba las horas de trabajo de los niños. algunos miembros
de la Cámara de los Loros sostuvieron que tu el trabajo deberla ser
libre". en tanto que otros argumentaron que los niños no son
"agentes libres". Las primeras leyes (18o2. 1819, 1325 y 1031) se
aplicaron muy débilinente. en parte porque el Parlamento no vota-
ba para comprometer el dinero necesario para $11 puesta en prácti-
ca. La ley de 1819. por ejemplo, sólo había dado lugar a dos condenas
Cu 1825.1:10

181
I'IA-JDÚN CHANG

El primer intento serio de regular el trabajo Infantil en el


Reino Unido fue la [el de Fábricas de 18%. pero esta sólo cubría las
industrias del algodón, la lana. cl lino y la seda. i .n Esta ley prohibía
emplear a niños menores de nueve años. También limitaba la jor-
nada dr: trabajo de los niños entre 9 y 13 años a ocho lloras y la de
"personas jóvenes" (entro 13 y 18 años) o doce horas. Los niños no
podan tralaajal' por las noches (entre las 20.80 y 5.3o). En 184.41
otra Ley de Fábricas redujo el lfiorario de trabajo de los niños
menores de 13 años a seis horas y medio (o siete en ei1'cI.1ns1'ar1eias
especiales) y dispuso tiempos de descanso para eoiner obligatorios.
$111 einhargo. esto se CONI:1'ïlI'1'eSI:Ú parcialrneiite reduciendo la edad
minina de trabajo de 9 a El años. La Ley de Fálaríe:-ts de 104.'z (la "Ley
de las Diez lloras") redujo la jornada laboral de los niños de entre
13 a ll años a diea horas.
A partir de 1853 otra serie de industrias pasaron a ser inclui-
das en las f,lillerentes leyes que se aplicaron dc manera simultánea.
siendo la ley de 1867 la mas significativa a este respecto. El horario
laboral de Eos n¡los empleados en las minas. sin embargo. no se con -
templo en la Ley de Fáb1'ìc¿1s hzlstat I 8'?2. No obsI.m1i:e. incluso en la
Ley de F`:íb1'i{'¿1s je 'l`al1(*1'cs de 1382. los niños de más de lo años csïa -
han obligados :-1 h'aba.ia1* hasta treinta horas at la selmlna. en tanto que
las eondíeiunes eran todavía más floras en las fábricas no texI:il(:5. 1'-12
En Alozrlania, Prusia introdujo la primea ley sobre tb:-¡jo
i11f¿tnti1 en 1839. Esta ley prohibió el empleo "1'<-~guliu'" de niños
nrI.(-*11orc›s de 9 años y de ni los an:.¡1¦'abetos 1t1<-*11orc>s de 16 en fá1J1'ì--

ras y n'1ini1¦s. En 1053¬1.. cuando se iIls†iülyú la irlslJecciúrl 1'ah1'il y la


edad nfxírlima ìegazl l`1.lo elevada 11 12 años. la ley pasó El alplical'sc en
alguna Inerlida. Sin ¬1*m1JzIrio. sólo en 1373. cuando la ley 1'eflu1'zó la
ìnspereiún. al ira-lh:-¡jo illl'hlfll:ìl de niños menores de 12 años pasó 21
ser EE:-fgzfl. I¡:n Saioìlie el Iïrahajo inilm'11:il de los niños menores de 10
fue ìlegalìzado 1.- 11 1861. Hg puaiiro años desnués la edad ntÍr1in121 de Ira -
bajo para .niños fue c-lavada :1 12 años. Frrmci:-1 esstzthìeuiú mm regula-
Qíñn sobre el trabajo inllan1:i1 en 1B¿l_.1. y al año siguiente Austria elevó
1:1 ffdnd l:1bor¡1l en las fáb1¬icas de 9 años (1.1n:.1 eclzId qllt-" SG h:-lhía esta -
hleciflo en 1707) al I2.1212-i
En Suecia se prunlulgú en. 134.6 una ley que prohibía el traba--
ju du los niños 11'lfi]'l(1ll('*5 de 12, años, en tanto que ¡na ley de 1881

182
RETIRAR LA ESCÄLERA

reslríngió la jornada laboral i l l a útil a seis horas. Sin embargo. estas


leyes se inrulnplicron de manera generalizada hasta 19oo, cuando
se creó una agencia especial de inspección para ponerlas en prácti-
Ca: el mismo año. cl máximo número de horas de trabajo para niños
de entre 13 y 18 años fue reducirlo a diez horas. ia-I
En Dinamarca la primera regulación del trabajo infantil se
aprobó en ]8?3. Prohilìía emplear a niños menores de 10 años en la
industria. Csi.al;›Ieci«E:ndose la cantidad máxima dc horas de 'l'ral)ajo
dc las grupos dc edad i o - 14.y 14.- 18 en seis y medio y doce. respec-
tivainentc. En 1925 se decreto que Ica niños menores de 14. años
que no hubieran concluido legalmente su escolaridad no podan ser
contratados. No ohsiamc. esta ley hacía una excepción para el tra-
bajo agrícola. forestal y pesquero. y para la navegación. La promul-
gación dc esta ley fue relativanienfe fácil, dado que el Parlamento
danés estaba en ese entonces controlado por los intereses agríco-
las. cuyos l'C1Jll("¦SGl'1Í€ìl\ÍE*S no pusieron objeciones a una legislación
que no afectaba a su sccior. las
En Noruega la primera legislación para regular el trabajo
5 infantil se pronnilgO en 1892."6 La ley prohibía emplear a niños
incnorcs de l a años en establecimientos industriales, en tanto que
cl trabajo de las niños de entre 12 y 14. años pasó a estar muy regu-
lado; la jornada laboral para los de entre 14. y 18 años quedó limita-
da a diez horas. Se prohibieron los turnos nocturnos para los
menores de 18. excepto en las fábricas que funcionaban las veinti -
cuatro horas del día.
En 1873 al gobierno español promulgó 11na Ice que prohibía el
empleo de niños menores de l o años, pero resulto ineficaz. Una
nueva ley. promulgada en 1900, limitaba la jornada laboral de los
II
I niños de entre l o y 14. años a seis horas en los establecimientos
I

I industriales ir a ocho horas en los comercios. En Holanda el trabajo


I

I
I
I
infantil se regalo por primera ves en 18?4. y. en Suiza. en 187'2."7
I
I
En Bélgica el primer intento de regular el trabajo infantil I'ue
la ley de 1870 vinculada al empleo infantil en las minas. En 1909 los
|
niños mayores de 12 años vieron limitada su jornada laboral a doce
i
i horas al d a y seis días a la semana. El empleo de niños menores de
12 años quedo prohibido. En 1914., la edad mínima de trabajo
infantil se elevó a 14. años. En Italia una ley que prohibía el empleo
.
I
I
I

183
I
l
I

I
Hflk-.JÚON :Hans

de niños xmmores de 12. años no se irltrnduju hasta 1902. mientras


que en Furlugaì las rcguìacimles sobre las horas de trabajo de los
niños (y de las mujeres) sólo se ¡1doptaI'on. en 191B.1'M

TABIJ. 3.5
INTRODUCCIÓN DE LA REGULACIÓN DEL TRAELMO INFANTIL EN LOS PAD

PRIMER INTEl3TD PREMERA REGULÁCIÚN


DE REGLILACI N REGULJÄCIÚN RELÄTIVAMENTE
ÍMAYORITARiAMENTE "SERIA" GENERAL Y EIFEN
+ › ..... INEFICAZ APLICADA

åuslria 1TB? ¡am 'P .


Reino Unida 1802 1833 1un
Prusia 1Ú39 mas-4 18.78
Francia Iüàl ? 'J

Estados Unidos 1Bå2* WM-M 1938

Suecia .I
ìüáó ¡sal 1900

Sajolúa 1861 ? ?
Dinamarca 13?3 w25 ?

Bpqñg. ìfl?3 1900 1*


Ibis-as Bajas. 1a:-na Í' ?
Suiza IB?? Í' 'I'
iëica _ 1878 1909 191É?

Noruega 1892 ? Í*

llalia 1902 'E' ?


Pc›I'tuc;lal 1913 '? ?
FUENTE: EL 1551111.
-cunnnu IMSEEJKCIIUSEÍTS apnoraú suREGULMZIÚNE STJIHJHL.

El! Estados Unidos algunos sstadoä Eldop†HllÍ.lll'l 1'og11lacio11{es


sobre 1:1'¿1l'isjo inll¿111ii1 ya en la rléuadii do 104.o¦ Miss:-ichusfrtts en
1$4.'z. New Í-Íiimpshiro en 134.6 y Maine 3' Fcnsilvsmin en 13"1.3.i¿iU A1
sstulliil' lo I*rí1n(*1':=i G11o1'ra Mundizll, casi todos los estados hablan
sdoptsrlo lo)-'ps quo [.›rohihian el empleo de niños pequeños y que
ìimi1:ahsr1 los horarios dc los miiyorcs. Duramtc este periodo de
Iraiisición. la ini{:isi.iva tomada por cl Comité Nacional sobre
'Frshajo I n'I'¦i1"iIii corisidoril <:1'u('ial. Dosgrsciadornvrric. las leyes
soguízzn spiicándoso dc- manera inadecuada. El Congreso aprobó
un Ley cio Traìzfojo inIlanI¬11 foclei-al en 1916. pc-ro dos años después

18q.
Harman LA ESCALENA

el Tribunal Supremo la declaró inconstitucional. Otro intento. esta


vez eri 1919, sufrió el mismo destino. Hubo que esperar hasta 1938
para que. con la promulgacítån de la Ley de Pautas sobre Trabajo
justo, se adoptara una legislación federal que prohibía el trabajo
infantil.140
La tabla 3.5 proporciona un resumen de la información pre-
sentada anteriormente sobre la evolución de la regulaciOn del tra-
bajo infantil en los PAD durante los siglos XIX y XX. Por más que la
información contenida en la tabla sea incompleta y las fechas de los
acontecimientos aproximadas. parece claro que hasta mediados de
la década de 18'go 111 siquiera existía una legislacion cosmética
sobre trabajo infantil en la mayoría de los 15 poises que aparecen en
la lista. Hasta principios del siglo XX no hemos tenido ni siquiera
unas regulaciones sobre trabajo infantil "razonablemente serias"
generalizadas en los PAD.

G. l¡~.¡5'!'1'I'U0¡0NE¦; QUE nuacuufl IA .]0l{N.l\DA DE 'l'lU\1MJ{} Y TAS GÚNDIUIGNES

IJar]ìOIl)\LB¦ì DE LOS AHI!LT08

Las instituciones que regulan la jornada de trabajo y las condicio-


nes laborales de los trabajadores adultos no atraen. desde luego.
tantos comentarios como las que regulan el trabajo infantil. Sin
embargo, las cuestiones i'nnda¬:ne tales involucradas en su aplica-
eió n son b:isicamente las mismas que las que tienen que ver con las
instituciones que regulan el trabajo infantil.
Durante el siglo XIX. en la mayor parte dc los PAD eran
corrientes las jornadas de traì›ajo prolongadas. Antes de la Ley de
Fábricas de 104.4. la jornada laboral normal en el Reino Unido supe-
raba las doce horas. En Estados Unidos, todavia en la década de
1890 sólo nn pequeño número de patronos ilustrados estaban dis-
puestos a aceptar jornadas de trabajo inferiores a las habituales de
diez horas. Muchos trabajadores inmigrantes recientes trabajaban
más de dieciséis horas al día en el siglo XIX."i En Alemania la
semana laboral media era de setenta y cinco horas entre 1350 y
1870. de seis horas en 189031de cincuentas cuatro en 1914.. en tanto
que la jornada laboral de los panaderos en Noruega en las décadas
de 1070 .ir 1880 era a menudo de dieciséis horas. La jornada laboral

185
lIA-JOÚN CHÄNG

ir-dia en Suecia era de once U doce horas hasta la dejada dc 1830. y


la de i9oo podía durar hasta diecisiete horas en fzleterminadas ocu-
pan-iones. espeeiaìmente en la panadera. Mui-eh eaìoula Qm-: en I
I

1080 la semana laboral danesa era de unas setenta horas. exI:endi-


dels en una ¦ìC[T1š'IÚ¦1 laboral du seis días '; medio. 1-11
Pese a estos horarios (.¦XIÍ:I'(Hl11l{l.'ìI'1lGÍll†C prolo1'1g:.tclos. hasta
me<.liados del siglo }(eX no existió una legislación que regulara la !
I
I

!
.jornada laboral de los adullzos (1'eeuéI'd(=¦-ie que en algunos pases ¦
I
I

habla ha-1lJif.1o algunos ini.enl'os de 1-opçalar el trabajo in l`anI.il desde


Fines di-=.1. siglo XVIII y principios del XIX)-
Uno de los p1'i1'neros intentos de controlar la jovada laboral
de los aduìios fue la Ley de Fïìliríeas ìn¬if1ì11¡la de ]04.¿[.. EQI:re otras
cosas. esta ley limitaba las jornadas laho males de las n'u1.¡eI'es maya u.

res de 18 años a (lord horas y les prohiliia el trabajo 1'10eI.ur1'10."3


Aunque no esi'a11'›a estipulado ìegaìmente, hi .jornada laboral social-
merito aeep1'ai'ile de los wahajacìores adultos IlÚ]11lj]]'[-*5 'umiiuien se
redujo a doce horas tras la prornulgaeiOn de esta ley. La Ley de
Fiìhrieas de 1842. que entro en vigor al año siguiente, limitaba la
.iguaria laboral de ¡as mujeres y los niños a diez horas. Sin embar-
go. mur~l1us patronos cxploI::.1ron diversos vacíos lcg;1l(:s para ¡nini-
mizar el ì1rIpnoto ch: osta legislación. Muchos. por ejflnllJlo, no
p{'r'lnìtízln hacer pausas para ÍTJITIUI' Llnrmttc 18 jorlladü laboral.
vnlro las 9.ooy ¡as 19.00 h.""
'Fn Estnfiios Unidos se irlIrlt›duje1'on lilnìtar:¡o1'1os al 1:1 jornala
laboral a nivel de los distintos estados. Massachusetts fue cl prime--
ro en prunmlgm' una Ivy. en 187/1.. que limiI;;1b21 las jormulns labora-
los de las lnujfzres y de los niños al diez horas C1i:Iri2Is."5 I-Iztsta la
década de 1890 L-sin le*gisla1oión no se generalizO un todo el país.
1-Iexeia principios de :siglo algunos estados iimiizwon además la
du1'ar:ióI1 dv la jornada laboral en industrias osp€!cílli(¬zls (como los
ie1'1'o¢.':ar1'iles y las minas). en las quo el cansancio l)1'ovoc:.llJa graves
awrideni:f:$. Sin ernbax-go. en les de 1900, "el impacto colectivo dc tal
legislación no era gran cosa", sobre todo porque n'1l.1chDs jueces
('ons{:1v¿1do1'es ín't.enta1'o11 limitar su zlplìvaciúrl. Fra 1905. por
ejemplo. el Tribunal Supremo de Estados Unidos declaro, en se
famoso vaso Luchar c'nIltra Nueva York, que la ley que establecía
una jornada laboral] de diez lloras para los pansclmwos. que había

136
nãïmnfl Le E~:.C:M.ERA

sido pl'orrlulgada Po r el estado de Nueva York. era inconstitucional


porque "privaba al panadero de la libertad de trabajar tanto como
r.lesea1'a". En 1908 una ley de Orejón que limitaba la jornada labo-
ral de las lavanderas a diez horas diarias fue impugnada ante el
Tribunal Supremo. aunque en este caso el tribunal mantuvo la ley
$11 vigor.

Hubo que esperar hasta aproxinìaclamente 191o para que la


mayor pzrrie de los estados de Estados Unidos;
modiƒìca-ran. la. tradición dc derecho eonní.n. de que el
Habcajarlïor'u.cepto.bo, el riesgo de su,fi'i:' un occidente como una
de las condiciones del empleo y que no viento. d,erech.o un recibir
c I penas c-iones si s ƒnïo herid s. e menos q e se pudácrcm,
dem.os.¢rm- que el pu.aron.u habría tenido una conducto. negli-
gflflfl-Ú. HG-

Sin embargo. en esa época las leyes sobre riesgos laborales se


aplica-iban muy débilmente. y los seguros de accidentes industriales
no se crearon hasta 1930 (véase la tabla 3.4.).
La in Formación disponible sobre otros PAD es más fragmen-
taria. pero parece razonable allil'rtiar que las regulaciones mínimas
de la jornada laboral y las condiciones de trabajo de los adul tos no
existieron en muchos PAD hasta fines del siglo XIX o. incluso. prin-
cipios del siglo XX.
Ya en 1848, en Francia se promulgó una ley que limitaba lajor-
nada laboral femenina a once horas diarias. Sin embargo. a princi-
pios del siglo XX la elite I`rancesa segura oponiéndose con firmeza a
toda reg¬ulaciOn del trabajo de los hombres adultos. Ninguno de los
países eseandinaf-.tos tenía leyes que regularan el trabajo de las
mujeres adultas antes del comienzo dc la Primera Guerra Mundial.
En Italia la jornada laboral femenina fue limitada a once horas dia-
rias en 1902. aunque el día de descanso semanal obligatorio 110 se
introdu.lo hasta 1907. En España. hasta 1904. no se estableció el día
de descanso semanal (el domingo). en tanto que Bélgica no intro-
dujo el día de descanso en las empresas industriales y comerciales
hasta 1905_l=l?
Hasta bien entrado el siglo XX no se realizaron las primeras
regulaciones "modernas" de las jornadas laborales. E11 España se

287
I;
1-IA-J-:¦on CHANB

introdujo una jornada laboral de ocho horas a niveles regionales en .


I

s
1902 --relativamente pronto. dado su nivel de desarrollo-. pero I
I

esta no se gencralizú hasta 1919. En Suecia se introdujo una sema- I


I

na laboral de cuarenta y ocho horas en 1920. DÍl'lil:Íl"li1I'(!¢'1 también


convirtió en obligatoria la jornada laboral de ocho horas en 1920.
pum la agricultura.y la industria maritima. que entre ambas emplea -
han en torno a un tercio de la fuerza de trabajo. quedaron excep-
tuadas de la ley. Bélgica introdujo una semana laboral de cuarenta y
ocho horas en 1921 y una semana laboral de cuarenta horas en 1936.
S rila e n la Ley de Normas Laborales Instas de 1938 la semana labo-
ral de un rnáxirno de cuarenta horas pasó a aplicarse en Estados
Uniclos.I'¦"

3.3. EL DESARROLLO INS'I'ìTUC1ONAL EN LOS PAÍSES


EN DESARROLLC; ANTES Y AIIORA

Tras la argumentación que hemos hecho en este capítulo. ¿qué


puede decirse sobre el desarrollo iristitneional de los pases actual-
mente desarrollados (FAD) en el pasado? Me doy cuenta de que. en
este contexto. gerealizar resulta avellttznldo. dada la PSCEISEZ de los
registros históricos (espeeialrnerrte en lo que respecta a los pases
más .pequeños) y a las diferencias que su Flan entre los dil'ercnl:es 1
países. Sin ernbargto. tal generalizaeión es necesario para los propO - E
sitos pie esta obra e ir11.enI:art" hacerla en este apartado.
Pa ra ello empiezo p 01' presentar unas ìbtos fija de tres (line - E
rentes etanos del flileserrolio de los PAD (apartado 3.3. LJ- Considero Í
l
las Siguien.I.es= a) 1820, para referirme a los primeros tiempos de la 1
industrialización. invlusn en relación a los PAD más avanzados: Í
11) 1875. para referirme al pul'lto culmirlante de la industrialización 5
g
de los PAZ más avanaadosy al principio de la industrialización en los É
PAD 1'l1€l'l-US avanzal.los= e) 1913. para reiierirme a la matlurem industrial 1
de los PAD más desarrollados y el punto culminante del proceso de
industrialisaeiñti de los PAD menos desarrollados. Fri el siguiente
apartado señalo que el proceso de desarrollo iristitncìonal de los FAD
ha sido lento y desigual (apartado 8.3-.:',.). Luego eoanparo los niveles
de desarrollo institucional. de los PAZ de los primeros tiempos con í
5

188
É
Í
RÉÍIHAR LA ESCA§..ERà

los que se dan en los actuales países en desarrollo (apartado 3.3.3.).


Mi conclusión es que los países en desarrollo actuales tienen en
realidad unos niveles mucho más altos de desarrollo institucional
que el que tenían los FAD en estadios comparables de desarrollo.

:I.:1.1. UNA VÍS'Ilƒ*. PANUDO{!\M[(IA nI-11, l)I'"š¡\Íì1ìOl..I.Ú lns'llì'llUclONE..


Día [DS NAS

1820: LA mnns'1¬n1.u.lzAclún EN sus PIHMEBOS 'rIEM1*0S

En 1320 en ningún PAD había siquiera sufragio universal masculi-


no. Cuando el voto se generalizó, en los casos en que se generalizó.
sólo podían votar las personas de sexo masculino con propiedades
importantes. y muchas veces deban ser también mayores de 3o
años. En todos estos países el nepotismo. las prebendas. las sine-
curas y la venta de cargos públicos eran corrientes en relación a los
nombramientos burocráticos. En muchos casos la función pública
tenía al carácter formal do propiedad privada, y en la mayor parte
de los países no existía una burocracia profesional asalariada en el
sentido moderno (Prusia y algunos otros estados alemanes consti-
tnyeron importantes excepciones a esta regla) .
Los derechos de propiedad existe tes debían violar-se rutina-
riamenlc para crear espacios para los nuevos derechos de propio -
dad, sobre todo en pases nuevos como Estados Unidos. Solo unos
pocos pases tenían leyes de patentes (el Reino Unido. Estados
Unidos. Francia y Austria) y la calidad de esas leyes seguía siendo
muy baja. sin que prácticamente se hiciera ninguna comprobación
sobre la originalidad de los inventos que se pretendían patentar. La
promulgación de una ley que al menos se acercara a la " moderna"
ley de patentes tuvo que esperar otra decada y media, hasta la revi-
sión de 1836 de la ley de patentes estadounidense.
La responsabilidad limitada. una condición institucional clave
para ni:l desarrollo de la empresa moderna. no era una institución
generalizada en ningún psis. constituyendo. por ende. un privile¬
gio más que un derecho. Ni siquiera los países con los sistemas
l`inancicros corporativos más desarrollados en ese entonces conta-
han con regulaciones que exigieran la realización de auditorías

189
HA-JÚÚN CIMNG
.
.
.
..
.
.
.

e1{1:e1-[ias O 1:1 divulgaieión de información completa. Las leyes de

qniebrai. en caso dc que existíor¿111, eran muy deficitarias y cubrían


I
sólo una erase liiniizada de negocios. Además. estaban limitadas en 1

su capacidad de "socializar el riesgo" haciendo "horran y cuenta


nueve" para! quienes lïueran 11 la quiebra. Las leyes de la competen- .
I
r

cia ni siquiera l:'xisI:í:1n; el arfieulo 4.19 del Código Penal francés de


1 8 1 0 corlstii:u.le un ejemplo limitado e inzideciiadamcnte aplicado.

Los ha neos seguían siendo, en I:érlninos ge1'1e.raìe$. una Dove - rI

dad, exeepio quizás en algunas regiones dc liafia (Venec-í:1y Génova,


erre otros ìI1ga1I'es), ci Reino Unido y. en un:-1 1n<-'dido menor.
F's'ladoe Ullidos= sin. onibargo. ninguno dc los pases esïudindos
tenía un l'1:1n('o eerll:r:1l p1¬opi¿11nen'te dicho con cl Monopolio de la
emisión de billetes y furleiol'les formales de p1'esI'8mis1a1 de úhiino
recurso. La 1'eguìaciò11de los lnerendos de v:-llores exisï la en ziìgunos
plises. pero era muy :i11:1dec*11¿lda1 y poco epìie:-ido. En ni11p;1ìr1 país
exiz-slzie el i n .pllesto sobre la renta excepto como medida de "urgen-
cia" du tan!e las guerras (por ejempìo. en Ing1aïe1'r11para el período
1799-1816 o en D¡n:1n'1:1rca durarll'e las Gnerrzts Nepofeñnieatfl.
E
./!1.deI'1'1:ìs. I1íng111'10 de los FAD tenia im'-;titt1eiom=:-1 de proiec- Í
riún social o regulaciones laborales sobre las jormlclas de trnlmio.
1.r:1ì1a.jo infzuni il o salud y seg1.11'id11d en el empleo. Las únicas excep-
ciones eran una Ú dos ìryes 1ni1f1i1nz1s e inellie:.1ces que regulaban el
lrabzljo infantil en 1111215 pocas industrias leiniies del l`iei11o Unido I
I
I

(la ley de 1002? le de 1819), y 1:1 Iiinilaeión de la edad laboral legal 11


los mayores de 9 años en Aust rio, por medio de una 1€-.V 13ron1ulge1-
I1:1 en I';fl'¿.

IHÍEÉ' I..fi. 1NUIU-:'I'NIM.IïM1ïI:›N Ir.i'~f SU APÚGEG

Fu I315. :=.nI'r± los prugïeãos de' la indus1:ri:=llizaciön. los FAD experi-


r1'1fi~]'1ta|¬ün un rurlsirlcfintlale dfitsarrollü iuslzitucionzrì, I:1›::1'{1 la calidad
dv sus i1'1sa1:itu¢'íonf±s era, sin el!lljrflrgo, muy illfcrior a la que exigi-
mns al ¡ns pases en des:11-rollo act ualcs con un nivel de desarrollo Í
lo rnp:n':1blf: al de los FAD de crltm'lccs (sobre esta cornpzrracifm.
véase el zuparlsxdo 3.3.3.).
En ni1'Ip;l1no dc estos pases habla su frigio universal, aunque
unos pocas ----por fljempìo Francia, Dinamarca y ìïìstados Uniclos-« si

190
Herman LA ESCALERA

hablan logrado. al menos en teoría, el sufragio universal masculi-


no. si bien posteriormente se dio un paso atrás a este respecto en
Estados Unidos. Pero incluso en estos países. algunas instituciones
democráticas básicas, como por ejemplo el voto secreto. no existían y
el fraude electoral era un fenómeno generalizado. Las burocracias
apenas habían empezado a adoptar características modernas. tales
como el reclutamiento en base la los méritos y las medidas discipli-
narias. y esto solo en unos pocos países pioneros como Prusia y el
Reino Unido (pero no. por ejemplo. en Estados Unidos). en tanto
que el sistema de venta de cargos públicos seguía vigente en
muchos países.
La mayor parte de los PAD hablan instituido leyes de patentes
en esta época (Suiza y los Poises Bajos constituían unas notorias
excepciones). pero la calidad de esta legislación era baja. La protec-
ción de los derechos de propiedad intelectual de los ciudadanos
extranjeros era particularmente mala. en parte porque no exista un
sistema internacional de protección de la propiedad intelectual. Asi.
por ejemplo. pese a ser un firme dciensor de un sistema de patentes
internacional. Estados Unidos no reconocía aún los derechos de
autor fi los extranjeros. y muchas empresas alemanas seguían eu -
dándose de la fabricación de productos ingleses falsificados .
Puede que la generalización de la responsabilidad limitada
fuera un fenOmeno ya existente en varios países (Suecia. el Reino
Unido. Portugal, Francia y Bélgica) en ese entonces. pero hasta
estos pases carecían de regulaciones sobre los procedimientos de
auditoría y divulgación de información de las sociedades de res-
ponsabilidad limitada. Apenas hablan transcurrido tres décadas
desde que el Reino Unido habla establecido una ley de quiebras
relativamente "moderna" por la que se daba cierta oportunidad de
"comenzar de nuevo" a los que hablan quebrado (1849) y Estados
Unidos carecía aún de una ley federal de quiebras. Las leyes de la
competencia seguían siendo inexistentes. pese al rápido ascenso de
las grandes empresas y de las actividades de los trusas (para enton-
ces. el artículo 4.19 del Codigo Penal francés de 181o había caldo en
desuso).
Los bancos seguían siendo instituciones nuevas en muchos
PAD, algunos de los cuales -especialrncnt Italia. Suiza y Estados

191
HA-JHON CHANG

Unidos- no eontahanaún con un banco central. incluso en los paì--


ses que si tenían notninairnente bancos centrales (por ejemplo
13'orI.ugaì. Sue-r-ia y Alemania), la el'ieaeia de éstos estaba El menudo
muy limitada porque no tenian el monopolio de la misiOn de bille-
tes. La regulaeiOn bancaria seguía siendo una rareza: era habitual
conceder prestamos a los "amigo1:es" y las quiebras bancarias eran I
1`reenentes. lnelnso el Reino Unido. el psis con el mercado de valo-
ros más desarrollado, carecía de una regulación adecuada del
mismo, a resultas dc lo cual las intervenciones :lo personas con
información privilegiacla y la tnanipulatfiún de los precios abunda-
ba. F1 impuesto sobre la renta pernlaneme. íntroduoido por prime --
Ra voz en al Reino Unido en 1843. segura siendo mm novedad.
En esta énoea ninguno do los PAD contaba con estructuras do
protecciOn social Inodern:.ts. siendo la única excepción en este sen-
tido al seguro de aecidenles industriales introducirlo en Alemania i

en 1871. En cierto número de países -como por ejemplo en el Reino


Unido. en Prusia y en Suevia- existían irislituciones que regulaban
!|

el trabajo iniatttil. pero la apìieaeiún de las normativas dejaba i

1¬mlcho que desear. En niuehos pases segura estando permitido


enlplear a niños relalivatnente pequeños. de entre 9 y Is años de
edad. Otros pases. como por ejemplo Bélgica. Italia y Noruego. no
tenias ningún tipo de regulación del trabajo infantil en ese enton-
ees. Fn ningún PAD se hablan limitado las jo1'na{l:1s de trabajo de i
E
los lioinlnes adultos. aunque algunos países promulgaron leyes que I

:
I
I

resizriungían las jornadas laborales Ierrieninasz aun así. estas leyes


I
I
I

liiahan un uml.:-ral relax ivantenle alto, de diez a doce horas al d a . i


I

!
Las leyes de segttri[lad en el empleo. si existían. p r¦ìetieat'nente no i
I

Hpliflilllâlll.

lEII.1¦ EL vnmxnnzn lii-¦ LA tmxlulsIiI-'m l nD lls'l'lìlAL

Fn 191*3¬ cuzmcln el más rico de los FAD alcamú el nivel dc las pai-
en Iïlesanullo más ricos de la actualidad (Brasil. 781ilamlia,
'l`urquia, México, Colombia). a los que se exigen ins†.it11ciuncs "de
nivel mu ndiaì", las intiitucioncs dc los PAZ que esiïlbnri e1'11'.0nt'es
en Pl'lJ{'CSÚ de dc:sa1'1'ollo erait. df: ziciierilo a estos pm-ámctms. de
bajo 11i'vr..-ì. I

I
I
¦

II

192 !

I
I
I
I
I
RÉURAR LA ESCALERA

El sufragio universal segura siendo una novedad -exista


sólo en Noruega y en Nueva Zelanda- y ni siquiera era habitual el
sufragio universal masculino auténtico. en el sentido de "un
hombre, un voto". Estados Unidos y Australia, por ejemplo.
impoflian restricciones raciales. en tanto que los alemanes tenias
acordado un número diferente de votos según sus propiedades.
educación y edad. El voto secreto acababa de introducirse en
Francia (1913): Mcmania todavia no lo tenia. La modernización
burocrática habla progresado de manera muy significativa, sobre
todo en Alemania. pero el sistema de concesión de cargos públi-
cos a los seguidores políticos continuaba siendo un fenómeno
generalizado en muchos países (en particular en Estados Unidos
y en España); al mismo tiempo. el proceso de profesionalización
de la burocracia apenas estaba empezando a surgir, incluso en
países como Estados Unidos: sólo tres décadas antes (en 1883) se
había pasado a exigir url nivel mínimo de accesos mediante pro -
cosos de reclutamiento competitivo en la burocracia federal de
Estados Unidos.
Incluso en el Reino Unido y en Estados Unidos. las institu-
ciones d ('ontr 1 de la gestión empresa:-i l staban m y por
debajo de los estándares modernos. El Reino Unido había empe -
zado a aplicar las auditoras obligatorias para las sociedades de
responsabilidad limitada sólo una década antes (1900), pero.
debido a un vacío legal. los balances que hacian públicos las
empresas no tenían por qué estar actualizados. En ambos pases,
is divulgación completa de información en las ofertas dc emisión
de valores segura sin ser obligatoria. La ley de la competencia era
ineaisicnte= aunque se habla abordado en Estados Unidos con la
Ley Sherznan de 1890. no fue hasta la Ley Clayton de 1914. que el
país pasó a tener una ley eruiirust inerecedora de ese nombre.
Europa tuvo que esperar otra década más antes de tener su pri-
mera ley de la competencia, que se materializó en la Ley de
Car tcìes alemana de 1923.
La banca segura siendo subdesarrolladas en Estados Unidos.
por ejemplo. las filiales bancarias aún no estaban permitidas. La
regulación bancaria seguía siendo desigual en la mayor paz-te de
los poises. Los bancos centrales se estaban convirtiendo en una

193
I
HA-JÚON CHANG I
I
I

insl itu{'irì11 muy habitual. [wrü su calidad seguía estz111r;.ln 1m.1y lejos de
I

in que lr=spcrn1'ianlr›s en r1u±~sIr(:›s días. En Plstfmclos Unidos, por ejem- i


I

plo, la cfzmralización ì)m1ca1'ia cm emhrioiiarin (1913) y cialiría sólo


el 30 por ci<3n1'o de los ballcüs del país. El bzmco central italiano I
I
seguía lI.u:Í1zu1do por el Inmmpulin de la emisión de billetes. Las I
I

apuraciones.1-eaiizadns pm' personas con inlìn-mación privilegiadall I

la manipula-xciún del p1'fl'ì(¬› de las acciones carecían aún de una


rfzgu loción adecundex. Ni el Rcirw Unido ni Estados Unidos. los dos
I
I
I
I

países que tenían cmouccs los mercados dm v:-11n1'f:s mis desarrolla-


dos. exisüsi una regul:zcicìn que contvmpìara esas p1'¿ìr.'tÍcas (tuvie- E
I

|'0|'l que* ("'SIJC!'ElI` hasta 1039 y 1933. 1'±*spectivzuncnl.c). El ilnpucs'I*o

:sobre la renta segura siendo una novedad. Ésiaulos Unidos no lo


ín1:rodujo hasta 1913. tras dos dêvavrlas de luchas pulitivas y disputas
legales. -:-=n tan Lo que* Suecia. pese al que pn$tcri01'n'1en1:G lo aplicó dc I

I
I
inanflrn ge11eraliz:tda. segura sin iiiiplzinïarlo en absoluto en el |

n'1ome11I:ü al que nas r{'lle1'imos.


Es posible- que": cl único se:ctor en el que los FAD iban bien.
un ¢'ompamc-ión con los países en desa rrulìn ncliuaìes con niveics
silnilares de dcsarrolìo. Fuera el dc las instituciones de prulec--
›:-ión social. que experinflel'ltaron un rretlirnierato bastzuxte impre--
sionante a partir dc la década de 1880. En 1913 la mayor parte de
los PAD (ron la excepción de Gzmadá. Estados Unidos y Portugal)
te oían ilnplanladüs los seguros de aceidomes ílldus'lrìales (aunque
muy. inemnpletos). los si-:guros de salud (exceptuando a los Países
Bajos, Nueva Zelanda, España, Finlandia. Australia of Portugal) y
unas pensiones estatales (con la excepción de Nol'uega. Finlandia.
c

Suiza. España ir I-*or'[ugal). Fl seguro de desempleo seguía siendo,


sin embargo, una novedad= se introdujo por primera vez en Francia
en 1905. y en Irìamla, el Reino Unido. Dinamarca y Norue -
la hacia 1913. Sin enflbargo. países ('O]1llÚ Noruega y Suecia se--
guían p r i v a r l o de derechos politices a los receptores de ayudas |

sociales. i

Asimismo, para entonces se hablan promulgado numerosas


leyes laborales sobre las jornadas de trabajo, la seguridad en el
mantenimíerrto dc--1 puesto de trabajo. el trabajo Femenino y el I

trabajo infantil. pero sus niveles eran más bien bajos, su coher-
tura era limitada y Su aplicación, débil. En Estados Unidos. por
I

I 911. `
N
I
!
2

.›
REURAR LA ESCALERA

ejemplo. incluso el limite de diez horas a la jornada laboral dia-


ria fue fieramcme combatido por los patronos y por los jueces
conservadores. y tuvo que pasar otro cuarto de siglo antes de que
se prohibiera el trabajo infantil a nivel federal (1938). Ningún
país había llegado a imponer 111 siquiera una semana laboral de
cuarenta y ocho horas (por no hablar de la de cuarenta) para
aquel entonces.

$1 .¿1.2. EL Í.A.R(›U y'runlsul..¦>:n'1*o CM@:no E-[AGM 1;1i, DIlSM*.ROLl..0


Íï\%S'ili'llUC1UN.-"\I..

La primero que se desprende de la detallada argumentación del


apartado 3.2. y del resumen del subapartado 3.3.1. es que a los FAD
les llevó décadas. si no siglos. desarrollar instituciones a partir del
momento en que se empezó a percibir su necesidad. También
debería señalarse que los PAD experimentaron frecuentes retroce-
eos en este proceso. Pcrinítascnos dar algunos ejemplos para ilus-
trar este punto.
La democracia tardó mucho en desarrollarse. Para dar sólo un
par de ejemplos. a Francia y a Suiza les llevo casi cien años (dc 184.8
a 194.6 y de 18-39 a 19?I. respectivamente) pasar del sufragio univer-
sal masculino al sufragio universal. La necesidad de una burocracia
profesional moderna se sentía de manera generalizada ya en el siglo
XVIII. pero en muchos PAD esta burocracia sólo se implantó real-
mente en el siglo XIX. El valor de las instituciones de responsabilidad
limitada ya se habla reconocido a fines del siglo XVI. cuando las cartas
reales que otorgaban responsabilidad limitada se concedian a emprc -
ses grandes y ricsgcsas (por ejemplo. la Compañia Británica de las
Indias Orientales): sin embargo. 110 empezó a usarse de manera gene-
ralizada hasta mediados del siglo XIX incluso en los países más avan-
zados. la necesidad de implantar bancos centrales se reconocía en
algunos círculos ya desde el siglo XVII. pero el primer banco central
"real". el Banco de Inglaterra. no i`ue instituido hasta 1844. Estados
Unidos sintió la necesidad de tener al menos cierto grade de centrali-
:cación bancaria desde los primeros tiempos de su existencia. tal como
se desprende del establecimiento del (poco duradero) Primer Banco
.
dc Estados Unidos en 1971 pero sólo en 1913 se instauró el sistema de

195
HA¬JÚON CHÂNG

!
la Reserva Federal. e incluso unto ces su cobertura segura siendo muy I
I
1
limitada. i

La difusión de nuevas institutoles desde países innovadores :


l

at resto de los PAD también llevó un tiempo considerable. La tabla I

I
l
I

3.6 ilustra, en los casos eri que es posible. donde y cuándo surgie- I

I
ron por primera vez los diferentes instituciones. cuándo fueron I

adoptadas por la mayor parte de los PAD y en qué punto fueron acep ¬
todas por todos ellos. La tabla muestra que. aun si excluimos el caso
excepcional de la ley de patentes "pre-moderna". transcurrieron ?
!
¿Í
desde un m i n i o de veinte años. en los casos de las pensiones I
i
estatales y el seguro de desempleo. hasta 150 años (por ejemplo. la
I

cemralizacìön bancaria moderna) entre el establecimiento de una ì

innovación institucional y su adopción por parte de la mayoría de


I
!

los PAD. La *tabla también muestra que. en lo que respecta al perío-


!
do temporal transcurrido entre una innovación institucional y su !
I

i
I

adopción como un "estándar internacional" por parte de los FAD


(por ejemplo. cuando la gran mayoría de pases la adoptan). no I.

estamos hablando en terminas de décadas sirio de generaciones. !


I

I
Fste ritmo pasarlo en el desarrollo institucional de los PAD se !
I

debió a dÍ\*'¦Í'llSEl$ I'E.lZOI1{'S. I


I
I

En primer lugar. sobre todo en sus prinleroe estadios de desa- I

rrollo. muchas instìtucioles no f`ueron zidopledas. o siguieron 1


F

siendo ineficaces cuando se adoptaron. porque ('rm1 "incostee-


bles". La inisencizx de regulaciones laborales y de protecciOn social i
I
!

vs el ejemplo más evidente al respecto. pero muchas instituciones


l'in:ineierss y de control de la gestiOna cmp1'esari8l siguieron siendo
irieficacee en los primeros tiempos porque no habla suficientes
recursos para su gcstlón y puesta en praicticzl.
En segundo lugar, en muchos casos las instituciones 110 fueron
aceptadas. mm cuando hablan pasado a ser "coste:lbles". debido a la
1-esiste11eiu de aquellos que iban a salir perdiendo (al menos :i corto I

plazo) con I:-1 introducciOn de esas instituciones. La resistencia a la


I

derrioerncia, a la reåulaciòn laboral o al impuesto sobre la renta por i


parte dc las clases propietarias son probaI›1ernenl.e los mejores
ejemplos en lo que a esto respecta.
En tercer ìugzlr, algunas veces les instituciones no se adopta-
ron porque la lógica económica que las subyacida no había sido

196
i
|
RFHRAR Lun ESCALERA

adecuadamente entendida por sus contemporáneos. La resisten-


cia a la responsabilidad limitada o a la centralización bancaria,
aun por parte de quienes habrian resultado beneficiados con el
establecimiento de tales instituciones. Son un buen ejemplo de
esto.
En cuarto lugar. también hubo instituciones que no fueron
adoptadas debido a ciertos "prejuicios de la época", aun cuando
hablan pasado a ser claramente "costeahles" y se habla entendi-
do la lógica que las subyacía. La tardía introducción de la bulo -
ci-acia profesional en Estados Unidos. debida al prejuicio
jacksoniano contra la profesionalidad. o la tardía introducción
del sufragio femenino en Suiza son. probablemente. los mejores
ejemplos.
En quinto lugar. el desarrollo institucional se retraso en algu-
nas ocasiones debido a la interdependencia entre determinadas
instituciones. por lo que se hizo necesario que las instituciones
vinculadas entre si se desarrollaran simultáneamente. Así. por
ejemplo. sin el desarrollo de instituciones de finanzas públicas que
coìu-ai-an impuestos, resultaba dificil pagar salarios apropiados a
una burocracia profesional moderna; pero sin una burocracia
impositiva desarrollada, resultaba difícil desarrollar instituciones
de finanzas públicas. No es ninguna coincidencia que el desarrollo de
la burocracia moderna discurriera mano a mano con el desarrollo
de la capacidad fiscal del Estado.
Se necesitan más conocimientos histOricos detallados para
explicar por qué una institución determinada no fue adoptada en
un país determinado en un momento determinado; desgraciada -
cuente. no hay espacio en esta obra para entrar en ese debate. Sin
embargo. lo que parece desprenderse claramente de nuestro aná-
lisis es que las instituciones han tardado normalmente décadas.
si 110 generaciones, en desarrollarse. En este contexto. la actual
exigencia popular de que los países en desarrollo deben adoptar
instituciones de "nivel mundial" ahora mismo. o al menos en los
próximos cinco o diez años. so pena de sufrir castigos por no
hacerlo. parece entrar en contradicción con las experiencias
llistóricas de los PAD que están planteando prccísamentc esas
exigencias.

197
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¬wn¦:13¬l1Lr4l
Década de 1930 G=*u81dtJHd la SOHUEEEQ
de ¡SUD-dé-:ada deI5'3üI[?) delsãgldkï P-:san JUDIC8ÃJ. HODERND
Principios siglo XIX{Prusia¦I
Mediados dela década
1965 Frincípios Dei E1.IF:ü$iï.åCLÁ Hnaafim
1928
feqnåìlåól
=9'¡6 L
1870 E 90? fNuevaZe[anda) Sufragio universal
1918
i-Íiä-.IDDN Ci-MNG

ugdEf)§zÓl 18-'28 Uïrancìai


.¿06 ! Sufragio mascuíƒno
ESTADOSUNIDOS Dar-aocmcla
Oü!níì0nI3ëš NOI3dOCI*';' vwifln ADQPCIGN MATDRITARIA PRIMERA Auopclúw
RFSUMENDE LA EV0LUCJ0NlH5TITUCJÚNÁL DE Las PAD

193
TABLÁ 3.6
PRìI^."IERA HDUPCJÚN ADOPCIÓN HÄYDRJTARIA
Eencus cenUefiu ÚLTIMAJWDPCIÚN REINUUNIDO
ióããíåuechì
sumansuuvisa
18š?= 1913(Estados Unid,asi*1,
Bancoscentrales"muderïuoäiIBM (Reino
Unido!
ww. Alan
1E9]= 1929fiülados Unidnslfi*
Regulación de! 1.I,J9(Reino Unidül' 18-G-ts 6Z6 L
mercado de varares l 6'?9 E] ap WPEIPBJ-*J
Regulación "moderna" ÚUBIQPEpE'J-gp
de mercado de valores"
Impuesto sobre la Renta $939 :Esa
18-G2ífieine Unido]
(up!un Wiiëìl ZFBI
WSTJTUCÍDNES DE TRAE.UD 18122 Elól
T' PRGTECCIGN soclfl.L
$›ìgurn.de accidentes l¿8 l
1B?1 =8a51
111 Lrsãrlales [E[IJEI..L.IEI'lfl
Íâlematlial 1930 Iàiados Unidos
$98 l Canadá] ¿¿,el. ÚET6 J.
Seguro de Salud 1583 #ll-51
[EjIJELI'JãW'} Aún ausente
en Estados Unidos* 1161
Pensiones estatales ¦e!uELuaw]. 688 l Aún ausente
1909= 19ú6{5uFZâJ' 8061
Segura dedesempleo 1
{E[3LIE-H]sus
19%
1'?2EI* 1945 Musìralíaì' llói;
{E!¬1¦snV) ¿8¿ l
Regulación deltrabajoínfänfƒf 1935
11973 r 1913 [Pal-tugali' anal
Relgulacíg,'n.'rnudel;r1a' ffipsvnw-fwun9¿8L
{E.E5r1.l¿
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HA-JUON CHANG

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Hemos visto que cl desarrollo institucional de los PAD en épocas


pasadas fue un proceso largo y turbulento. Lo que resulta más per-
tinente en este sentido es el hecho de que. en general, los FAD esta--
han mucho menos avanzados desde el punto de vista institllciolìzll
en aquel entonces que los pases aetualmenlie C11desarrollo en esta-
dios similares de desarrollo.
Fara ¢*lshorsr este argnxmonto debemos. en primer lugar. com-
parar los niveles de df'sat1'¡'-ollo de los PAD entonces en desarrollo
con los de los paísesen ¡le-*salrrollo jemales. En la 'lalala 8.7 compara--
mos los ingresos per cápita de los PAZ durante los siglos XIX y pri n-
eipios del XX (en dOlores inte1'11a{:ior1¿1les de 1990) con los ingresos
de los países en"dr-=ssrro11o acules de 1992. EvifleIfleInentc, este es
sólo una ooI1'1pz11'z1oiÓn muy rudiïnentarìai, dado que hay problemas
bien eonoridos con el uso de cii'1-es de ingresos para medir el nivel
de desarrollo de un país. espocialmen te si ello SLIPUI-¡{-› el uso de esta -
dísticas histOrias que :ibarorni más de dos siglos. Sin embargo. la
labial si nos da una idea :=1p1'oxiin21ds de donde estaban los PAD cuan -
do estxihzm en proceso de desarrollo en relación al los pases en ¿lesa -
rollo actuales.
La eornparacíón demuestra que, en la década de 1820. la mayor
parte de los FAD estaba, en sentido genérico. en un nivel de desairo --
l o que iba desde el nivel actual dc Bangladesh (270 dólares de ingle -
sus per cápita) al de Egipto (1.927 dólares de ingresos por eapfla),
inelizyericlo grupo a países como Birmania (Myanmar). Ghana.
Cosra de* Marfil, Kenia, Nigeria. India y Pakistán. En 1'25 la mayo r
parte de los PAD había superado el nivel de ingresos dc Nigeria--
India. pe ro incluso los más ricas (el Reino Unido, Nueva Zelanda y
!*a.iat1'ali;1) eatalaan al nivel de Cliiria (3.098 dólares) o Perú (3.232
dólares) en la al-'l'ualidad. El rcslzo. incluyendo a I"Íl'a(lOS Unidos.
Alemania y Franca-ia. estaban entre los niveles actuales de Pal<isI'á11
(1.642 dOlores) e Indonesia (2.'?z1.9). En 1913 los PAZ más ricos (el
Reino Unido. Fstados Unidos. ƒ\us1'ralia v Nueva Zelanda) hablan
alearxaado oi nivel de los pases en desarrollo más ricos en la actuali-
dad (por ejemplo Brasil. México. Colombia v'llaiìalìd.¡a). Sin embar-
go, la rnayorìa, desde Finlandia hasta Francia y Austria. estaban

200
nmaruxn LA ESCALERA

todavía al nivel de los actuales países en desarrollo de ingresos


medios (como Filipinas. Marruecos. Indonesia, China y Perú).
Cuando hacemos encajar estas comparaciones de ingresos con
las tres fotos fija históricas de los PAD que hemos hecho antes
(apartado 3.3.1.). podemos ver inmediatamente que en épocas
anteriores los PAD tenían unos niveles de desarrollo institucional
relativamente bajos en comparación a los de los poises que tienen
unos niveles de desarrollo semejante en la actualidad. El Reino
Unido. por ejemplo, en 1820 estaba a un nivel de desarrollo algo
más elevado que el de la India en la actualidad. pero no contaba
siquiera con muchas de las instituciones más "básicas" que existen
en la India. tales como el sufragio universal (en el Reino Unido no
existía en aquel entonces ni siquiera el sufragio universal masculi-
no). un banco central. el impuesto sobre la renta. la responsabili-
dad limitada generalizada, una ley de quiebras "moderna". una
burocracia profesional O regulaciones significativas del mercado de
valores. Exceptuanclo un par de regulaciones mínimas y poco apli-
cadas sobre trabajo infantil en unas pocas industrias. en 182o el
Reino Uuicfo 110 poseía ni sicpiiera unas regulaciones laborales
mínimas.
De manera semejante. en 1075 Italia tenía un nivel de desarrollo
comparable al de Falcistán en la actualidad. Sin embargo. no tenía
sufragio universal masculino ni burocracia profesional. ni siquiera un
poder judicial rcrnotarnente independiente y profesional. un banco
central con el monopolio de la emisión de billetes ni una ley de la
competencia, unas instituciones que Pakistán tiene desde hace déca-
das. (La democracia es una excepción evidente. pero. pese a la fre-
cuente suspensión de la politice electoral. en Pakistán el sufragio,
cuando está permitido. ha mantenido su universalidad.)
Para dar otro ejemplo. Estados Unidos en 1913 estaba en un
nivel de desarrollo similar al de México en la actualidad, pero su
nivel de desarrollo institucional iba muy retrasado las mujeres caro -
cian aún formalmente de derechos politices. como de facto ocurría
con los negros y otras minorías étnicas en muchas regiones del psis.
Solo había pasado algo más de una década desde la promulgación de
una ley de quiebras federal (1893) y apenas dos décadas desde que el
vais reconociera los derechos de autor de los extranjeros en 1891.

2o1
HA-JUUN CI mus

En esta cI:apz1. zuleniás. Estados; Unidos segura i":--rIiell(lo un sisicma


I
de c{'~I'Iu-afizaiciúni hziricziria muy incornplr lo. en Ta fltu que el in1pu{±sl:o !
I
I
I

sobre la rcnts npcllas l'1abi:1 enripczaxlo al existir (1913) y el esliIhls" I

cimit*nI.o de una ley de rumpf:tcm:ia signilìcativa I.llvo que esperar


hasta la I.(*y (.la.yl'm'1 dc 191,1,. TE l'I¦l.ìUCO había Hrguliirìoncs Í'ede1':1les
sobre cl marcarla dv va11o1'<'s 0 sobre ci trabajo in l`zml:il. Y la escasa
Iegisliiciúll esïataxl que había un c-sms áreas era de 쬛:1j:1 calidad y se I

nplic:-iba muy poco. I


I
I
I.

Apnrtir de las ani.fi*riures ejerr1¡1los. podernos (`0I1('1lìÍI` que. en


los primeros iii-mpos dc su desarrollo e<'üllómicu. los PAD conta-
ban ron un:-ls f>str11ctlu'zls iilstituciuiiales lïillühü 11101103 des:-11'1'n11a¬
das qui- ias que sxislcri en los pases en flcsai-1-ollo actuales con
niveles c*urnp¿1I-alwlcs dc d{=sm~rollo. No 11a-vs l`;tll'a ilecir que el nivcì
de (Issa rrullu ¡ns!iiucional de los PAD estaba muy per debajo de los
todavía In;-is altos "nívrles globales" que se exigen (le los actuales
países Cl ll :lesa r o l le.

TABLA 3.7
¿DÓNDE ESTABAN LOS PAISES ACTUALMENTE DESARRDLLADDS (PAD) cUANDo I
55ïAB;5*N EN suceso DE DESARROLLO?
lLas cifras corresponden a dólares de 19901

I
I

BANDA DE PAD PAD PAD PAD PAÍSES


fflgflãšgg EN 1750 EN 1820 EN WH EN 1913 EN
PER PÍÍPI. DESARROLLO
I1992; I

For debajo Franco ¦*?2ìi .Japón (ïuaì Etiopia {3üoì


de 1.000 Finiamlìa [759] Bangladesh 1720)
Canadá 1H93} Birmania 17111ì1
Irlanda (9551
1.000-1.5il1U Remo Unido Noruega Finlandia Japón Ghana H.0fi?¦ i
H 329) 11,0021 {1.176) {I.33¿;)

España 11.0631 Noruega Porlu al Kenia I¦T.I355l


fl_åó9} H.5.3
ilaìia [1.ü92ì Cosia de
Mardal il .ìâiú

Alemania H .I 1211 Nigeria H J52!


Suecia H .l9BÍI India 'H .3-5:81
Francia [I .2 I81

Dinamarca 13.2251

n
20-.
i
RETIRAR LA ESCALERA

BANDA DE PAD PAD PAD mu países


Iwanäos EN l'.¡"5ü EN Ífi-2D EN ¶B?5 ENIHIB EN
PER pro DESÄRROLLÚ
{1992}
1.000-1,500 üiaclos Unidos
{l.287¦
Bélgica 112911
Austria H 2951
1.5011-2.0flD Ausìralìü H 5281 ìlalia ¦1.5161 Grecia H .é21I Pakistán [1451521
Países Bajos Canadá [l.ó9EI} Egipto ll .9271
¦ï.561) Suecia (I.-E3351
Reino Unido U.'¡56¦I› ñu5irïa 1:1 .986¦'
2.0Bfl¬3.0Ú0 Dinamarca Finlandia Filipinas 12.2131
(2.031'I 12.0501
Francia 12.1981 España [2255]
Alemania Noruega Marruecos
[2.T9B¦ 122751 !2.327i
Estados llalia 12.5011 Indonesia
Unidos 12.5991 (2.7¿›9]
B-éígica 12.8001 Irlanda [2733]
Países Bajos
12.8291
3,¦]I][l¬¿l.IÍIOI] Nueva Zelanda Suecia {3.09¿-1 Perú [32321
*Í3.?fl7ì
Reino Unido Francia 1311523 China {3,[1'?81
[3.5ï T I
Austria I3.-úfl-8i
Dinamarca
Í3.?-Sii]

Alemania (33331
Países Bajos
13.950)

=';.g90¬5.000 Australia Bélgica {à.13ü} Turquía paz)


masa:
Suiza 14.2031 Tailandia buzz)
Canadá 14.2311 Brasil {à,B621
5.[]{]U-.¿,_g{1{) Reino Unido Mix ¡Co
l5.lJ32Í! {5,ü981
Nueva Zelanda Colombia l5.359]›
(5.1181
Estados Unidos
¦5.3071

. . Auslratia (5.505)
FUENTE; r-muuuscn ms. de, ClFÍ'UlS DE ITSO SUN E›nRnpuuc¦ones DE DMG5 DE 1020. COHSiDERi\NDO UNOS Tnnicss DE
CRECIMIENTO el~:unL DE0.-s PUR CEENTD LANTO Fåflå EL ÍIEIND UNÍDÚ cor-1o paz FRI'iN[¦lh EL B,ú POR CIENTO Es LA MEDIA
nuuufifinm DE Lll'15 ESTIL-'IJLGONES aanuz.v«.nns pon Los E5TUDIU5u5 DE Un rllsronm Ecnwúwlìtnnfi lNGLJ\TEI1Hø'\ 105
VÍIIES. am. Es ni M›1FLIM-'IENïE Acspmno POR Los Hnsrunlnuoflis DE UL EEÚNGHM DUE EL ÍNDICE DE CRECIMIENTO DE
Fnnwcln EN Esa ÉPGCIL Efiñ slmrumn M DE IHfiLn†Er†n.n. ¡C-RDUIEE ion.

203
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Killlf¦l1¦llln cl si.. 1999).
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d±:rr¦o1¬1.:I('i¦¡ es 1:1 úllH'at "uol'ldipion:l]iL1¦ld 1ns¦iILu:iounI" ¦IpI'0pi:\r1;I que las IF!
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suhnrrlo, Qm: se: I1a<*i:1 "I:ur1 un lììáa ä1¦Ir~n1nifl;ld _}' hast¦mn¬ nnáäi H-!urillilrl que la
lIII(! su usa ni 1'I)n1.'-l¦11ir l1n l¦'1l¦_"]"{'¦) en wrzlca lìlllillildfl c11 1Iì'l¦1Pinal dl' Í'¦]'L'¡IS¦l[ll') de:
(¦ínf~innati". s¢~g1':1l el paz-ruúdiru Nflnr ììirk ïìíbrxru! en lfìíalì (Ú¢.Ic:l'¦l'¦1l1 f Miller". .
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dc* :I'rI1hus I!:1¦'tidu›a. Ililrlïïldo "La n~:1I›nl1c:I-ia dv] 1*:1h:1lln ¡Ii-I-{I"l›". ¦')ii¡;i¡[ l.c›oo
C111ll¡ìr"t*¦ì p:1l'vnln vil at<:¦:iIJrl(:s fi-l'ruvi:lri:ls. y las il1l¦'¡1s:!ap1¦j:ls Iliúiurout subir los
p ¦'{'¡¦i¦ ] s Itzlata 5.ooo flülzlruzs pm' vuìu. El [;l'ulm il1I:'n¦¶llj0 I:II11híñn "I-qycs :Lu
:*¦1*¡1ig0", :faro si su :¡llol›1¡llMrl. p<a1'jl¦(li<'zlh:m ¡'0I1¦~¡it]1:r:lh1CMul1lI¦ las ì¦I1cI'uH('¦5
Alf: dr:l<:l¬mil1:lrì¢:¦; im'livifllln¦; I'ìr±›s (I I.'lnPI'u›;¦!s, y liwI;n ¦'xigí¡1n un l1:1g0 II:II':I

204.
nzïumn Uh ESCALERA

abrogar la ley. A resultas de calmo. algunas empresas crearon grupos do presión


<:III:argadoa de {:0I*nprz1r legislación, ìibrá ndosc si del ¡.:l1an.l:IjC. Véase Bergson,
19-28. pp. 59-60. para más clcialles.
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desde la perspcrliva del END.
25. Wchcr. 1968: véase 1:lmbíél1 Evans. :995. czlpiunlo 2. para más explicaciones
sobre 1-sia cuestión.
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35. Desde luego. ¡Min un ímplir-a que 1-1 mzpnlisinu Iìtcra la razón dc todos esos
nomh I'zlu1ic:n10¦~: n

36. Fuu¢'l1lw¡l1¦g1'r. 1910, p. 4.5.


3?. .*'u'rllslrn-Ilg, i9?3. up. 79-111. Sin ¢¦lnb¡1I'g0. mi término "zlríslucrnui:l" dela:
ìMcI'pr«:1:1rsc con c:i<=I't.'1 cautela en este contexto, Desde las dios del Gran
Elia-clur Federico Guillermo (16.1.o- I 608) era costumbre en Fnisia cnnol¬›Ic<'cr
:I plclucyus que laullim-ran asccndìrln lunilla :in:n¦:«:iII' pnsicloncs altas Cu mi ¦5l.¦rvͬ
ni real fifiuufrhiwzungur, 1970. p. 4.5-6).
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55 (S0lJI'1¦ l1:1li:l); PalaIcìn. 1938. p. 4.96 (sobre: 1;¦S11¡1ña); Bzlmlhuìn. 1946. pp.
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39. Fan: más detalles véase Dunvarl. 1953¦ Fcuclmvamger. I9?0i Golhclf. 2000.
4.0. Sobre esta caracterización de la nuodcrnu hu1'ncr:lci:l "wcbcri;l¦¬.:1" en el :-en -
tcxlo ¡Lu los aaciunlnes países en desarrollo. véase Rauch y Evans. :¦ooo¦
Anwrlcrsonyfìml l'¦~;{1l1, 19?8¦ véase también Blacklmurn. I 9?'?. up. '26-7. 32-.-1..
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52. I:ÍI¦1I1¦cnnlil1u la lr:1l:Ihr¡I "rlnafiviclllcs" porque lu que es dcIlici<¦nlc dcp¢¦n-1:10 al
lllfllus un parte del punto de: vista de* cinlzl uno. Ngunus cl'ccll. por vjcmpla. que
las p¡1I<:11luH du: l›l'u:1Iu*1ns ¢inl10l'zldna con suslnncìns químicas; Íz¦l'lllncélltiu:is 110
1I"'L*l'i:ul permitirse, mivnirns que otros sostienen que si son dcst:¡lhlt'5.
3 kg
53. .
Según Gr-hl*any Mtllcr (l9.1.... 2 p. na). por lo InnlI›. cl hecho de qm- f:ntI'<' 1H2o
y 1fì'!o Eslmins Ulmlus pruclujczra $15 l¦¦1l(¦nI<¦=i por año Frank' al las 14.5 del

205
.
I

in-JGUN CHANB
I

Íiuinn Llnirlo sr: rlcbiú prlncipaIIncl1\*c :| la clifcrczrlcun en "csvrúlmlos".


CoI1lrá51c$<* csi-n :On cl aI¬gl1nH:/1In die Sü1<ninlTy I(h:1¦1 dc: que fue glïurìas :I ml L.
"buen" :ai5l::In:1 du fmtcnllvs el que un : h e Estnrìos Unidos ¦iuPcl'¦¦r:1 amplia-
lncnïc su 1rlglM¡:¦'1'n un paltrralcs per cápita (zoco, p. 5) .
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I

I:¡sp:1luzltcs. ¡lcrrrnilía ci pal:-mado de* ilwnnïos imlml'tadus. amulahzn las [laten-


tes ¦1:1cínmlh:s dm' ilxvulxlns que i1f1ql1i1'i('l':!n pnicnlcs ¢¦Xll'¿Mj-¡¦1':l¦i y na iIlìpürlia
l'H:I1;Iliz:1{riüI1¦:s al mi ¡mr pnrlc de otros (IP ¡u'(ulluctus pntclïliidos sin l›c=l'1uí¦ifJ
si -:"l':1 para el propio Ilf'gü¢:iu (Sc'l1ifI`. 1971. up. 1 9 - 2 0 ) .
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äaxivalI' :1 la ÚunnpzMia dc los Marca del Sur i'rum¦llfln cl flujo de' s\¦scrìlu'ioln¦s en
nmalàlico :u nmprcsas rivales. no lm medio para allanarla" ((931, p. 70). como
sugiero ya aquí. Fuera cual fuera cl ¡nativa suhymrunic H la ice. cl hecho dc que
:suhrcvivixerzl un siglo impiìc:l que la opirlióll (le que la rcspnxisilbiìidzld IimiI:|-
da proamlvve la este:-ulnción. I'uc¬riI v¢±:'¢I;1dc=t':l O falsa. tenía una amplia acepta-
uma.
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A1<*m;mia1. junio :a Japón, fue uhlígzlda zi eIdoplzIr una estricta Ice de la compe-
I¢:n¦'i:1 al estilo col:atlmlnìd(:n¦¦r: por las i1u¦oridzIrI<::-¡ dc nffllpinciñu cslarlnuni-
densas. Sin ulIlbal'gu, las IJust(*I'ioI'1¦s l'rlodiI'it'a(:i{:rlc5 de la Ice. snlllïz toda lil :Iv
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Mitchell. jefe del Nacional City Iåanky director del Banco de la Reserva Fcdcrzul
rlc Nueva York. Mitchell. intcnlzmdü minimizar los daños de sus actividades
cspoculaliv.-is en al zlugc de la Gran Depresión. presionó con éxito a la Reserva
FedeI-:af para que diera imirulia atrás en la política dc ajusta monetario que
halaìiuinlmciäldo :l principios de 1929 (Bi-ogzin. 1985. up. 525-6).
101. Singh (1997) lince una firmo crílirn de este punto de vista.

207
J-FIX-JOÚN ¬:HANG

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!¡.c=. G:II'r:I1y y G:Irne¦;. 2000. up. 601. 764.. Agradezco :1 Stnzüey Fllgcr:mln por lia-
I1`I¡1I'III(! la :Ilazzlci-ñn. por mclzlifl ¿le una ¢¬nmunicz1¢-ión l)cl'smliII, sohrv el irme -
lo de Ivgì¦;lalf.:íú-n (l-E1 1919.

203 a
I
I
REÍÍRAR Le ESCALERA

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hlul.- Marx. I9?6. pp. 395. 398-9¦ Hobsbawm. 1999. p. 102.
14.5. Cm-ralyy ('m'rIcs. 2000. p. 607¦ l-:ada la infurlnaciún dv! resto dci párl'¡¡llo pru-
viene de àhídcm. pp. 607-8.
1.1.6. C:II'I-zflyy Cawlìrs, 2000. p. 607.
14:7. I(uis<=L 1901. p. 4, (Frann¡a}; Engarman. 2oo1. apéndice 1 (pases cscélnclirm-
vnsì; Claflc. 1996. p. 13? (1tali¡l)¦ Solo, 1909. p. 591 (España)-, Dccìueszac. 1932.
p. 4.96 flìélgicn).
14.8. Solo. 1909. pe. 505-6 (Éspañ:l]; Nnrbnrg. 1902. p. 61 (Su¢±l:1il): M¢*›rch. 1982.
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noto. p. 76-1. (Estados Unidas) .

2o9
CAPITULO 4
LECCIONES PARA EL PRESENTE

¿1,.I.

La su-gun1f:rll:aciúl1 que hemos di~sm'1'o11:u'l0 Iursta pI muiriento nos


nlL*7I'11Ics1.r:1 cúmu las politices c Íì'!Sl.lÍI.¦CÍOIH;'5 usada-ls por los p a s e s
zIc1l1alrn(=nl.c desarrollados en los cslaldios 'temprzu'lns de su desa-
rrollo rliIli¢=rcn siguilli(*a±ivan1e1'1te de las que cun'1úl'lrr1e-r1te se
que han usado, y aún difieren más de las dirfzfi-t1-iccs rece -
!-ll.l]"lOl]É"

Il1{'l'1d¦Id¿l5 0 -más bien y con ntaycn' 1`I'er:11e11t:i:I- exigida-ls al los

:t(*t1.u1l'f*$ paires en Ll0s¿ll'rullu.


En los próximos dos aparltadfis de este uapílul-zm resumo las
pri rt(:ipa.l:-*s c-mi-:'1usi<n1es dc los capi mulos 2 y3. y 'también abordo la
cuestión de si 1'cal.11'lc-*ntfl podemos llegar a la curlclusiñll de' que el
au-i.uzll impulso 21 las "hurânzls políticas" .y el "buen gobierno" por
parte (le los pases clesarrollados signiIli~:~a de hecho <^l :±(*1:(› de " 1'<8ii--
rar la cävaluRa".
A corltinuaciíìn, en el apartada 4..4.. me detengo a analizar
algunas dc las pnsiblm-fs nhjecinnes :1 mi al'g'I.lnlen1zlciú11. Y. final-
xnentc. en el EIIJI-I1'ͦldO 4..5 saco algunas corlclllsitlrws y sugiero
ruievas s e l l a s de* investigación que han surgido del prese11I.c
estudio.

1210
RETIRAR L.f\ ESCÄLERA

4.2. UNA HECONSIDEBACiÓN DE LAS POLÍTICAS


ECONÓMICAS PARA EL DESARROLLO

En el capítulo 2 consideré las políticas que habían usado los poises


actualmente desarrollados (PAD) durante su proceso de desarrollo.
empezando por la Inglaterra del siglo XIV hasta llegar a las Nuevos
Paises industrializados de Asia Oriental de finales del siglo XX.
Mi argumentación confirma en una medida considerable la
observación que hizo List hace 150 años. en una época en la que
muchos se hubiesen tomado a risa la idea de que. en el plazo de dos
generaciones. Alemania estarla desafiando económicamente a
Inglaterra, 0 que Estados Unidos se convertiría en la principal
potencia industrial del mundo. De la argumentación surge una
pauta coherente según la cual todas las economías en proceso de
actualización emplean unas políticas industriales. comerciales y
tecnológicas (ICT) activas -pero 110 simplemente protección aran-
celaria. tal como he señalado repetidamente- para promover el
desarrollo económico. como ha ocurrido desde antes de los tiempo
pos de List. Puede que las herramientas politices involucradas en
esos esfiierzos promocionales se hayan vuelto mas variadas. com-
plejas y eficaces desde los tiempos de List. pero la pauta general ha
seguido siendo notoriamente semejante .
Sea cual sea el método político exacto empleado, parece haber
un determinado número de principios comunes que se repiten en
la larga serie de estrategias de desarrollo exitosas, comenzando por
las estrategias puestas en práctica por Eduardo III en el siglo XIV,
pasando por las de Robert Walpole. Federico el Grande y Alexander
i-lamilton en el siglo XVIII. hasta llegar a las de los deeisores políti-
cos estadounidenses. alemanes o suecos del siglo XIX y las de sus
homólogos de Asia Oriental o Francia en el siglo XX.
Tal como se ha observado repetidamente a lo largo de los últi-
mos siglos, el problema común al que se enfrentaban todas las eco -
n o m a s en proceso de actualización es que el viraje hacia
actividades de valor añadido más alto, que constituye la clave del
proceso de desarrollo económico, no ocurre " naturalmente".¡ Esto
es así porque. por diversas razones. existen discrepancias entre los
beneficios sociales y los beneficios individuales de las inversiones

211
HA-_l00N cunhers

en actividades de alto valor añadido o en industrias nacicn1;es e11las


economías en proceso de desarroIlo.¿
Dadas estas discrepancias, se hace necesario establecer algu-
nos mecanismos para socializar el riesgo que las inversiones supo-
nen. Contrariamente a la creencia popular. esto no tiene por que
invol11c1'a1' una inteivcneión política directa. como por ejemplo
protección arancelaria o subsidios. sino que el riesgo que suponen
estos proyectos puede social izarse mediante el establecimiento de
instituciones (más adelante se desarrolla este plmie, véase el apar- i

tado 4..3.). Sin embargo. la solución institucional tiene unas limita-


ciones importantes. En primer lugar. las ínstiiueiones son. por I

naturaleza. la materialización de unas reglas generales y, por lo


llanto. puede que no resulten elïcaces para enfrentarse a los prohle
mas vinculados a industrias específicas. En segundo hlgar. el esta-
hlecirn lento de nuevas instituciones puede llevar largo tiempo. tal
como sostuvimos en el capítulo 3. y es probable. por lo tanto. que
esto límite la capacidad de los pases de responder 1':'1pida11'1e11†e a
nuevos retos. A resultas de ello. puede que una in'I:ewent'iún politi-
ea más ibcaliaada y mas ágil sea preferible. en machos casos, a las
soluciones instimcionales.
Sin ernburgo. el hecho de que la inf.ervenciOu estatal directa.
espe{*i;1htleme en forma de politices ICT. åì menudo sea l1C(¦-l8S¿lïlÍ¡-1

para soeìalizali* los riesgos involucrados en el desarrollo dc las 1

i:1dus'u-ios naeìeniïes. no significa que haya una ü nie:-1 Inalrxeru de 1 I


I

llevarlo :l cubo. es decir. mtdian1:c la 1J1'o1;eeuìú1'1 :-11'u11ee1:11'ìa.3 Tal I

p(.II.I]10 demuesïru mi argllmentuciól'l del eupìtulo 2. n n los di l'e1'en1'es


I
I
I

países $13 usaron muehes herramientas p.[]]ìl[ÍCElS diferentes con ese


fin, debido ¿1 1:15 cIìfe1'e1'1eins en el reI:1'aso tecnológico rcìulivo de cada
uno. de la siludión ìnI:e1'1'1z1eionel, de la disponíbilíd;1d de recursos I

l`llìIITIE1I'1Q5. yasí sueesivuuìelflr-. No hace fa] te decir que incluso en el |

t
Iïliälïlü país r'enh'u1'se en la })1'o'moeìún puede -y desde luego debe--- i


[*Vl`ll1Il'ÍflTIEI1' (1111 el tiempo en función de la C21l'ì1lJÍ¿Il1 fC sitLlzleiÚ r1
J

ánI:e1*n:.1 e inl:E"ll1'1[ìCi[]l1¦1l. Con mue fu I'rec-ueneiu los pases exitosos


¡un sido aquellos enpuc-es de zulup'¦.zu¬ con llulJilidad su foco político
r
u u nos condiciones eurnhi:1nl.es.
-I
Fvidenlemea-ue. el ìleeho de que el uso de unas puìiticus ICT
,.
f

ueI.i\*ns sc-:1 necesario HU supone que 'todos los países que 11se11 esas
:›

'r
l¦l
¬ 1 r* |j'
REHRAR LA ESCALERA

políticas vayan a tener el éxito económico garantizado. Tal como


sabemos a partir de las experiencias de un buen número de pases
en desarrollo durante el período de la postguerra, el éxito de estas
políticas está determinado de manera fundamental. por un lado.
por las formas específicas que asumen esas politices y. por otro. por
la capacidad y voluntad de Estado de ponerlas en práctica.'*
El panorama que surge de nuestra revisión histórica parece
suficientemente claro. A1 tratar de ponerse a la par con las econo-
mias pioneras. los PAD emplearon politices industriales. comer-
ciales y tecnológicas intervencionistas para promover sus industrias
nacientes. Fuede que las formas y los énfasis de estas politices
hayan variado según los diferentes países. pero no puede negarse
que ellos usaron activamente estas politices. En terminas relativos
(es decir. teniendo en enema la brecha de productividad con los
pases más avanzados). muchos de ellos protegieron en realidad sus
industrias con una mayor intensidad que los pases actualmente en
desarrollo.
Si este es el caso. el paquete actualmente recomendado de
"buenas politices" que hace li incapié en los beneficios del libre
comercio y otras políticas ICT de lo.issez-ƒoaìre parece contradecir a
la experiencia histórica. Salvo una O dos excepciones (por ejemplo
los Países Bajos y Suiza), los PAD 110 alcanzaron el éxito sobre la
base dc es paquete dc politices. Las politices que habían usado
para llegar a donde están ahora -Cs decir. politices ICT ac1:ivas-- son
precisamente aquellas que, según los FAD. los países en desarrollo
no deberian usar debido a sus consecuencias negativas en el desa-
rrollo económico.
Por consiguiente. ¿están los pases desarrollados -y el esse,-
lllislnnent de las políticas internacionales de desarrollo (EPID) que
ellos controlan-~ recomendando unas politices que consideran
beneficiosas para si mismos más que beneficiosas para los pases
en desarrollo'7 ¿Existe algún paralelismo entre esto y el impulso
británico al libre comercio contra las políticas proteccionistas de
Estados Unidos ay otros FAD que estaban intentando alcanzar su
nivel dc desarrollo en el siglo XIX" ¿lis justo deoirque el acuerdo de
la OMG que impone restricciones a la capacidad de los países en
desarrollo para que desarrollen unas politices ICT activas es sólo

213
1m-Jouwcnnmu

una versión moderna y ntultilateraï de los "tratados desiguales" que


el Reino Unido y otros PAZ usaron para imponerse a países semi--
independien|:es? En otras palabras. ¿están los pases desarrollados
"re I,irando la eseaìera" por la que t1'epa1'o11hasta lo alto para que los
países en desarrollo ltü puedan conseguirlo? La I'Í:¦S1.lll.IGSÍI¦:l El todos
estos idle rrogan tes desgraciadamente, 8fÍllT11¦1ÍÍVíl.
La enIca manera posible que tienen los países desarrollados
dl" negar la aeueaeiún de que están "rel'iralldo él la escalera" seria
sostener que las políticas ICT activas que habían puesto en p1'f¦eï'iea
anteriormente eran beneficiosas para el desarrolle econOmice pero
que han dejado de serlo porque "los tiempos han cambiado". En
Ul.l'¦.IS padahras. puede sostenerse que las "buenas políticas" de ayer
puedan no ser "buenas poåìtiras" para hoy.
Aparte de la escasez de razones en11vi11ee11tes que ÍIEITIIEESÍPEII
por que este habria de serasí,5 el pobre historial en materia de ere-
pimiento de los pases en desarrollo durante las dos últimas deea-
das sugiere que esta linea de argumentación es sencillamente
insoslienihle, Durante este periodo la mayor parte de los países en
desarrollo han emprendido " reformas de Polítiess" y han puesto en
-
p1':ì('tí{:¿I unas "lJu<:11a-ls" ----o al lTIÍ;¦l'IÚ5 "r:to.1o118s"- politicos. las con
los. suI.nlostalrlcn'tc, promovcrìan el cl'ccílnìonlo. Faro Flocirlo ron
sencilla-az. al. rcsullïldo ha sido muy decepcíonzunte.
La cruda lmlliclaci es que las rollorm:1s de* políticos" nooliboro -
Fr

los no han sirlu L'ap¿u:os de cumplir con su promesa i`und;1mo11ral. o


bah:-'r. un:r¦'ener el closo1'1'ullo fizculìónïico. C'u:mLlo se <:stalJ:m por ion -
sin en praìc-tica so nos dijo que. en 'EamI:o que esas "roEbrm:1s" podrían
ínrro1no1'1I:z11¬ lo desigualdad El corto plazo y posilrlemcnle 1.Ilmhiëlt 3.
largo plazo. proclucilían lIl'l u1'13círr1ic11l'o más reìpido yen último tér-
mino dm"la11 lugar . t una rrwjora general ¡nado con rruënyor cIlicaci:1
que-' las politice-us ir1I:orvcncio nislns dc los años do la po-stg11o1'rz1. El
hìsl:orir=.l rio las últimas dos décadas demuestra que solo lo parto
negativ:-1 de osta pI'c(.li€:(:ió11 se ha cumplido. La desigualdad de las
rolttzts oro:-ió tal como su predijo. poro la proInc-l.ido aceleración del
olïtoimicnlìo nunca se hizo nrzllitlzld. De hcf:ho. al -:~rcoi1nionto so 11:1
dessloolororlo ro1'lsir.loralJlc1'ncn11* durante los dos úllillläìs déc:1d::ls.
t=5püci¿1IIr1en_I:F-* en los países en desarrollo. en oonixraste con el periodo
19{a0- 1080. cl el quf* prodontìnah¿t11 las "malas" politices.

211.
RETIRAR LA ESCALERA

Según los datos p1'oporc.ion11dos por Weis1)rot et al. para los 116
pases (desarl'olllldos y en desarrollo) sobre los que tenian informa-
ción el indica de crecimiento del PIB per cápita fue del3.1 por ciento
anual entre 1960 y 1980. en tanto que sólo fue de en 1.4. por ciento
anual entre 190o y 20-oo. Sólo en 15 de los 116 países de la muestra -13
de los 88 países en clesarrolìoú- el índice de c1'ccin'1ic1'1to he mayor a
un 0,1 por ciento anual entre estos dos períodos?
Más preeismrle1'lte. según Weishrot et al. el PÍB per cápita creció
un 2.0 por ciento anual en los países laI:i1'1o¿11neric:mos durante el
período 1960- 1980. en tanto que quedo estancado entre 1980 y 1988,
creer nde a 11.11 0.3 por ciento anual. El FIB pet cápita cayó en el Africa
s11bsz1haria1'1a1 en 1.111 15 por ciento (0 su illdice de crecimiento fue de
-0,8 por ciento anual) entre 1980 y 1930, cuando había subido un 36
por ciento en el período 1960- 1980 (o su índice de crecimiento habla
sido del 1.6 por ciento a1'111a1). Los historiales de las economías de los
países cx com11nisl.as (les "economías de transición") -exceptuando a
China y 11 Vietnam, que no siguieron las recomendaciones neolibera-
Ies---- son aún más lúgubres. Stigiitz señale que. de las 19 economías en
transición de Europa Oriental. incluyendo a la cx Unión Soviética."
solo el FIB dc Polonia de 1997 supero al de 1989. año en que comenzó
la transición. En los restantes 18 países. el PIB per cápita de 1997 era
lTlCI1(}1` en un 4.0 por ciento que el de 1989 en cuatro países (Georgia.

Azerbaiyán. Moldavia y Ucrania). E11solo 5 de ellos el PIB pez' cápita de


1997 era superior al So por ciento del nivel de 1989 (Rumania,
Uzbekistán. la República Checa. Hungria y Eslovaquia).
Por consiguiente. tenemos aqui una aparente "paradoja". al
menos si uno Cs un economista neoliberal. Todos los pases. pero
de manera especial los pases en desarrollo. crecieron mucho más
rápidamente cuando usaron "malas" políticas durante el periodo
1960- 1980 que cuando usaron "buenas" políticas durante las dos
décadas siguientes. La respuesta evidente a esta paradoja es aceptar
que las políticas supuestamente "buenas", de hecho. no son bene-
ficiosas para los pases en desarrollo. y que lo que ocurre en reali-
dad es que las "malas" políticas tienen posibilidades de mejorar si
situaciOn si se aplican con eficacia.
Ahora bien. lo interesante es que estas "malas" políticas son
básicamente las que los PAD pusieron en práctica cuando ellos

215
I
1{P.,-]l]0¦~.1 CHANG

mislnus eran países un ¢.1esa1'rollc›. Ante esto. sólo podemos con-


cluir que. al recome ndzn' las supuesta:=ntr.== "buenas" puìíticas, las
PAD están. cicctivarr!cnI.e. "retirando la es<~alc-rra" por la que subie-
ron para alre!rlzfzal' la cima del rrecimic n o .

4.3. UNA HECONSiDERAGiÓN DEL DESARROLLO


INSTI'IIUɦìONAL

FI proceso de desarrollo institucional y el papel que desempeña en


cl desarrollo econüinico global sigue siendo un tema :nas entendi-
do. Si bica es cierto que hace 'falta contar con más irnfestigaciones
sobre al papel de los instituciones en el desarrollo económico para
llegar a unas conclusiones más definitivas ----algo que esta más allá
del alcance de esta obra-. de la argumentación desarrollada en al
capítulo 3 destacan los siguientes p1.1nl:os.
La mayor parto de las instituciones que actualmente se roco-
iniendan a los países en desarrollo como partos del paquete del
"buen gobierno" fueron. de hecho, los resultados. más quo las cau-
sas. del desarrollo económico de los FAZ. En este sentido. iio está
claro e1.látlt.ss de ellos so ii verdaderznnente "necesal'ias" para los
ae1.ual.cs poises en desarrollo. ¿Resultan tan necesarios que, según
cl punto de vista del EPI D. deben imponerse a estos pases median-
te unas poderosas presiones externos bilaterales y multilaterales?
Además, aun si ílc(¦pll.ElI1'ios que ciertas insI:itucioncs son "bue-
nas" o, incluso. "necesarias". debemos set' cuidadosos s la hora de
especificar las i'ortnas exactas que deben asumir. En el capítulo 3 he
explicado que casi sobre cada ìnst¡I.1.1eiún existe un debate sobre qué
forma exacta debería tomar. ¿Qué tipo de burocracia buena para
el desa1'rollo'7 ¿Cuán l'irmemente deberían proteger los regime-
nes de derechos dc propiedad existentes? ¿En que medida las leyes
de quiebra deberian favorecer a los deudores? ¿Guán indepen-
diente deberla ser el banco central? Podríamos seguir haciendo
twcguiitas. Decidir con eitaei itud que variedad de que ilistitueióii es
necesaria para un rlclïerntinado tipo de país es algo que supera el
alcatict* de esta obra. Sin embargo. E51Jɦlll{l que la a1¬gi1me11tació11
que lie desarrollado eri el capítulo 3 haya demostrado que el punto

216
fiEnnn.R LA ESCALEl

de vista actualinentc dominante de que existe un único conjunto de


instituciones de "mejores prácticas" (lo que generalmente signifi-
ca instituciones angloainericallas) que todo cl mundo ha de adoptar
os una cuestión muy prohleinática.
Sin embargo, el a.l'glmienf.o dc que muchas dc las iiistímcioncs
achialmente recomendadas por ci discurso sobre el "buen gobierno"
puedan no ser necesarias. ni tan siquiera beneficiosas. para los actuales
pases en desarrollo 110 deberla interpretarse como que las instituciones
no importan o como que los pases en desarrollo no necesitan mejorar
sus instituciones. Por cl contrario. las mejoras de la calidad delas insti-
tuciones parecen haber estado históricamente asociadas con un mejor
desempeño en el crecimiento. observación que podemos apoyar con
facilidad con ejemplos l1isI:¿-ricos y contemporáneos.
'faz como puede observarse en la tabla 4.4. los indices de creci-
miento de los ingresos anuales per cápita de los once PAD sobre los
que tenemos dates para el período 1820-75 van desde el o.6 por cien-
to (Italia) al 2 por ciento (Australia). siendo tanto la media no ponde-
rada como la mediana de 1.1 por ciento. La tabla también muestra que
entre 1875 y 1913 los indices de crecimiento dc los ingresos per cápita
estuvieron entre el 0.6 por ciento (Australia) y el 2.4. por ciento
(Canadá). cum una media no ponderada del 1 .7 por ciento luna medie-
na del 1.4. por ciento. Dado que los PAD eirperimentaron un desarro-
llo significativo de sus instituciones desde mediados del siglo XIX
(véase el apartado3.3.1. del capitulo3). es muy plausible que. al menos
en parte, esa aceleración del crecimiento se debiera a las mejoras de la
calidad de sus instil:ueiones.
El desempeño económico considerablemente superior de los
FAD durante la llamada "edad de oro del capitalismo" (195c- 1973). si
se compara con el de los períodos anteriores y posteriores. también
resalta la importancia de las instituciones para generar crecimiento
económico y estabilidad. Durante la edad de oro. los FAD crecieron
normalmente fin 3-4. por ciento anual per cápita. contrastando con el
índice de 1 -2.por cierne que habla predominado anteriormente (véase
la tabla 4.-1) y también a diferencia del indice de 2¬2.5 por ciento.
que ha sido el usual desde que la edad de oro terminó (véase la tabla
4,.3= más detalles sobre esta cuestión más adelante). Según las esti-
maciones realizadas por Mnddison (1909). el ingreso per cápita de

21?
¡
3
s
1-1.I'\.~.JüGN Cl-MNG I
I
los 16 m:1ym'cs PAD tuvo un ìmlire dc {'1°{:ci1'1'1¡enI:o :M 3.8 por ciento
I
I
I
:11I1ua1ì rIuI'am¦.e este 1›(*1'iu(I0. mlaínnlose PI1 países ('0m0 .lapón (0 por
c-Manto). AIc1n:11'Ii¿-1 y A1.¦st1'ãa1 (ambos n *1..9 por (:im¬±1'o) C Italia (-¶..0 por
I:irnlL¬.~) unos ímiiccs de r1'e('in1ì(:niG a1t'1'i01'1np1'1I:(* i1'1i1ï1:1gi11al)I(±s.')
La t'rlzIy[]1' Paris rlc los <*r›11'1cnlm'ista1s ¿:l:ribuyf:n la edad de oro dv los
ï*ƒ\D .11 la m-rezlciú11 dc na:-us rr1ej01':~s instituciones 'tras la Scguncla
C¦11e:I'I';1 Mum;lial. †a11(:s (:un'l(› ins1:ituciu11¢-as [}1'esu1J1u:sI.111*ias activas
(kcync~sia!'!as). EsMrìns d i Bielìcstilr plenos. regulación lnás cslrìctzl
:in las 1t'tcr'cz1dns i`in:1t1<*ic1'0s. i11sti'I.ucimles (:mprcsa11*iz1I:=s Llc: negocia-
viúu s;1lzlI'ii1L i;1esI:i†1lcìn1ws de ¢.*0n1'din11ciñ1'1 de invcl'siolftfls y. en algu--
nos casos. de 11zIcìo11.1l ilación de II1dll$ÍÍ1liE1S (cspecía1[11'lc1'1l'c en F'1'a11ci:-1
.y Austria). Su{*l(› hab(-'1' un amplio ac'11v1'do en que estas i11sEil:uci.0nes
¦lY'11d1'ͦI'0lll a los PAD a ["1`f'C(*1' 1~áp¡dan1cmc. al propo1-cinnarlcs una

lmìyor cs1:a11ìli:.lad rr1a1'1'uc('o11ó1nic¦l y l`i1'1:1I1cíc1'a. unas zlsigsmcìoncs


de 1'c{8111'sos 1'1'1ãs adccuztrlas y 1-naynr paz social.la

TABI.A -'ì.ì
CRECìI'~"IIENII'ü ANUAL PER CÁPITA DE LÚS PAZ EN EL PASADO

1020-'75 10?5-1913
(PORCENTAJE oF=ONCENTAJE› I

Alemania n.
1.2 1.5

Auslraiia 2.0 - n.:5 _ l .

Auslfia 0.8 1.5


Bélgicai LG H]

Canadá 1.2 _ _ 2.¿ _ _


Dinarnartâ 0,9 1,ú
Ella dos Unidos EL 1.9 ll

Finìandin 0.8 1.5 - :

Fra ocia 1,1 1.2


Hzllia 0,6 1.3

Noruega Cu*
Países Bajos 1.1
Reino Unido 1.3 I ,D
Suecia - 0.0 1.fi
Media ¡'›Olldera:la 1.1 13
Mediana 1.1 l.ú
í
Fl-JFNTE: l"J'\LCUI.P\fJCI n I›!-suIn DE MhDDISON 1I995¦.
!
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N
¦

1218
JI
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J
.›

I
|
.I
I
REHRAR LA E5I;.f\LER,l\

La comparación del crecimiento de los PAD en el pasado con


la de los países en desarrollo durante el periodo de postguerra tam-
bién nos brinda imporf.antes elementos para valorar la relación
entre politices. instituciones y crecimiento económico.
Yo diria que los países en desarrollo pudieron crecer más
rápidamente en los primeros años de posguerra (1960-1980)
que los PAD en estadios comparables de dcsarroilo en par te por
que tenían unas instituciones mucho mejores que las que estos
últimos habían tenido (véase el apartado 3.3.3. del capítulo 3>.1 I
La tabla 1.2 ¡nuestra que durante el periodo 19-6o-1980 los
actuales países en desarrollo crecieron en torno al 3 por ciento
anual en términos por cápita. Éste es un índice de crecimiento
muy superior al obtenido por los PAD durante su "siglo de desa-
rrollo" (1020-1911), cuando los indices de crecimiento medio de
los FAD estaban en torno al 1-1.5 por ciento anual. tal como
muestra la tabla 4..1 .

TABLA /.,2
CRECIMIENTO DEL PÍB PER CÁPITA DE LAS mfses EN DESARROLLO. 1960-108¡3

1950-1970 19Ír'0¬1980 1960-1QBEI


(PORCENTAJE) (PÚRCENTME1 IPORCENTAJEI
Paiseã de ingresos bajos 1.8 1.7 1_8

África subsahariana 1,7 D,2 1.0


Asia 1,8 2.0 1.9
Países de ingresos medios 3.5 3.1 3.3
Asia Oriental yo Pacífico 4,9 5.7 5,3
.¿*aMérica Lalina sr Caribe 2,9 3.2 3.1
ürionfe Medio v Nurle
de África H 3.8 2,5
África subsahariana 2.3 1.¿ 2,0

Europa del Sur 5.6 3.2 ¿na


Todos los pases
en desarrollo 2.8 3.0

Países nnduslrìaìizados 2.1. 3.2


FUENTE: BIWDD MUNDIAL. nao. TABLA àPÉNDICE DE UL PMITE 1.
cum; Ulâ cirrus DE V??? Y 1900 no SUN 0EF4NlTiW\S. 5FNO ESTIMACIONES DEL BAHCO MUNDIAL. mmm DUE DES
ES-7IM.NI:¦JflNÍÍ5 Eme SUFUESIM-TENTE uvïumtsrns. Las nrrms DE CRECIMIENTD ¡RUTENTICIB fwu LOS FERÍODÚS HW-I9Bü
un
'r 1960-1¶1ì0 DEBEN SER LIGERJWENTE MJ-5 muas QUE LAS aun Frsuflnfl En ¡Sm rauI.,1.

219
EIA-JUDN CHANG

'Rodas las cifras anteriores apuntan a que la mejora de la cali-


dad de sus instituciones es una tarea importante para los países en
I
desarrollo que pretendan acelerar su crecimiento económico y su I
!

desarrollo. Sin embargo. hay que hacer dos matizaciones impor- ¦


I
!
I

tantes. En primer lugar. al impulsar la mejora de las instituciones !


!
I
!
de los países en desarrollo¬ deberíamos aceptar que es un proceso I

largo y ser más pacientes con él. La argumentación expuesta en el


capitulo 3 muestra que a los PAD les llevó decadas. cuando no
siglos. desarrollar sus instituciones, y que hubo frecuentes contra-
rieclades y retrocesos en el transcurso del proceso. Contemplados
desde esta perspectiva. los periodos de transición de 5 a l o años
que actualmente se les están dando a los países en desarrollo para
mejorar sus instituciones de acuerdo con "estándares globales"
resultan muy inadecuados. Además, dado que los poises en desa-
rrollo actuales ya están más avanzados desde el punto de vista insti-
lucio na que los PAD en estadios de desarrollo semejarites. pedir a 1I
I

E
estos países que instalen torra una gama de nuevas instituciones E
¦
¦

1
segur "estándares globales" en cortos periodos de tiempo parece I
I

poco realista. Lo que no significa. claro está. necesariamente que los


I
I
I
II
r
países en desarrollo deban adoptar estánrlares insl:io.1c:ionalc--s del ã
:
I
siglo pasado; ni que los pauses desarrollados acepten cl argumento de
"aún no estamos prepa1~ados" que usan los gobiernos de los pases en
desarrollo (sobre esta cues'E.ìón. véase más adelante el apartado 4.4,3.
No obstante. es evidente que tendria que haber ideas más claras
sobre la velocidad --o la fa] Ta de olìa- con la que p1.1(*de alcanzarse el
desarrollo institucional en los países en desarrollo.
La segunda matizaciOll que me g1.1s*ta1-ía hacer es que las "bue -
nas" irlslzìlmciones protlnoen crecimiento sólo cuando se las combi-
na con "h-uelias" politices. Tal como el lector puede 1JI'ohablen1e1'1te
adivi11i.1a'. cuando digo "buenas" políticas quiero decir las politices
que la mayor parto de los PAD usaban cuando se estaban desarro-
.
llando. y no las que están recomendando a(:tualm('11Te a los poises
en desarrollo. El hecho os que. pese a las 1rlejora*.s continuas y
presunlìbleme11I.e cada vez más rápidas do la calidad de eos insti-
I.ucio11(=s, los países en desarrollo actuales han experimentado sig-
:
11ifíeaiiv:1s 1'ale1'1t1:›:aciooes en su crecimiento en las dos últimas !

décadas (véase el apa1'I.:1do 4.23. En mi opinión esto oc111'riÓ porque


1
2
220 s
|
RETIRAR LA ESIÍALERE

la capacidad de estos pases de poner en práctica las "(auténtica-


mente) buenas" políticas estuvo muy restringida a resultas de las
" reformas de politices" llevadas a cabo durante este período.
La tabla '1.3 muestra que el índice de crecimiento per cápita
medio de los pases en desarroifo ha caído desde alrededor del 3
por ciento anual en el período 1960-1980 (véase la tabla 4..1) hasta
el 1.5 por ciento anual en el de 1980 - 1999. 11; Este último es. básica-
monte. el índice de crecimiento que los PAD alcanzaron a fines del
siglo Xixy principios del XX0875- 1913). cuando estuvieron obsta-
culizados por unas condiciones institucionales monos favorables
que las experimentadas por los pases en desarroìio dc la actualidad
(véase la tabla i1..2). Los únicos subgrupos que alcanzaron índices de
crecimiento superiores a ese nivel en este periodo fueron Asia
Oriental (y cl Pacífico) cAsia del Sur. cuyos índices de crecimiento
están dominados por los de China e India. respectivamente. Lo que
resulta interesante es que esos dos poises son a menudo reprendi-
dos por el EPI D por la mala calidad de sus instituciones y politices.
Si hubiéramos excluido a estos dos pases de nuestros cálculos de
las medias dc los pases en desarrollo. ci resultado final habria sido
el de un indico de crecimiento aún mucho menor."

TABLIÄ ¿I.3

ÍNDICES DE CRECÉMIENTD DEL PIB PER GAPITA PORCENTAJES› EN países


EN UESARRULLO DURANTE LA "ERA DE LA REFURMA FNSTITUCIONAIÍ

1983-1990 1gg¦]-l ggg 1980-1999


Países en desarrollo La 1 .7 1,5
Asia Oricnial y Pacífico al. 6,1 6,3
Europa 1: Asia Central 1.5 -2,9 0,6
Ámérica Lalina y Caribe -0.3 1.7 0,6
Oriente Medio `; Norte de África -1.1 0.8 112
flrsia del Sur 3.5 3,8 3.6
Jííflca subsahariana -1.2 -D.2 -ll?
Países desfirrøilados 2.5 1.8 2,2 I

HI)II.l1.= LDS EUU05 PRÚWÉNEN DE BANCI] Í'-HJNDML 12001L LAE CIFRAS AÚN SÓLO ål'R0:IüMñEÍDNES. nnnu QUE SE
consmwfinon SUSTWLTEHDO LD5 ÍNDJEES DE CNE4:¦MIEN1O DE LA FDBLACIÚN UE Las ÍNDICE5 DECREUMIEN10
DEL PIE. ESTO 'UNO DUE ¦iNIEFl5E1\5l PORQUE EL mico MUNDM-L OEJÚ DE puaucnn LÚS ÍHHICES DE
CRECIMIENTO DEL FIB PER CllPI†J1l DE LOS ÚLTIHD5 DIO ILÑDB .\ PARTIR DE su INFORME sauna EL DESMRÚLLD
MUNDIAL DE UNI, YÉISS-E una l:LNSIFlt.M:lúN DE LCIS Imrss5 EN UI, 7J\[!LI\ DE u fwsIn.-133-IE DEL INFORME.

221
I

Tm-Jonu CHANG
1

Por r~ons¡guie11I'c. parece hastanie plausible el argumento de


que. durante el período 1960-1980. en parte gracias a unas bases
ìnsl'i1.u:*ionales 1~nejor›.=-s en comparación con las de los PAD en esta--
dios cornparahlcs de desarrollo. los países un desarrollo actuales
crecieron mucho más rápido que los PAD porque se les permitió
aplicar "malas políticas". Sin cntbargo. cuando esas políticas deja-
mn de aplicarse en la década dc 1900, unas instituciones mejores
--y presurriìblcmen!.e cada vez mejores- no hastiaron para [IAB
pedir tan anotarse mãä tantos que los FAD en los primeros 'tiempos
de su desarrollo. por no hablar de mejorar su propia actuación del
período 1960--19lìo.'*`*
¿Qué significa todo esto en relación al argumento de "retirar I
I

la es:-alera"? Yo estarla dz* acuerdo en que. si se ejercen de una


1nau(=I'a realista y se combinan con las politices adecuadas. las pre-

siones inI:cr11acionalcs para realizar mejoras ins'I:iI.u<*ioltales pue-


den clcsompcñar un papel positivo en el proceso de desarrollo. No
obstante. al actual impulso a las mejoras i1'1s†ì1:urìonales en los paì-
ses en desarrollo no se está haciendo de esta manera y es probable
que tcrrnine como otro ejercicio de "retirar la escalera".
.Al exigir de los paires en (lesorrollo unos niveles instituciona-
les qm- ellos un¡amos 1`lll1'.1('¦] l'lobíml alcanzado en niveles compara-
bles df- clcsarrollu, los FAD están. elhetivaunentm-*. adoptando un
doble ralsfl-o y dañando 21 los pases en desarrollo ouzmdo les impo-- í
rien Iriuulias ini-\l'itllciutles que .ni necesitan ni pueden cuslearse.l5
Así. por ejemplo. mantener unos derechos dc propiedad "de nivel
global" y unas insI.ituL'ioncs de control de la gestiOn empresarial
exigiría :-I los pases en desarrollo formar (o peor, contratar del
e::l:ranlero) lHll guari ejëreii.o df.- abogados 'of andmores dc cuentas de
elite. Foto significan quo inevitalilemenle t<:mh'án monos Clì1'l(*!l[ì
(propio o de los tiiollanteäl luN1'{1 gastar en. po r ojo mplo. la prepara-
ción de maestros :le escuela o de ingenieros inclustrìzlleä. que pue--
:len ser más necesarias dado su nivel de desarrollo. En este sentido.
los PAD "1'nirzln la escalera" no sólo en el terreno de las políticas
sino tarnhién en el de los instiluz-iones.
Sin en):u¬go, cl cual ro en rolariúll El las instituciones es más
complejo que el de las políticas. A. dillercn<*ia de lu que ocurre con las
politira±=;. mui-llas (le las instituciones que se rocoiriieridall pueden
.|

,II
t

221.1
2
LE:
!
..
..†
RETIRJÄR LA ESCALERA

otorgar beneficios a los pases ii desarrollo. aunque es importante


delzermiïlar sus 'formas exactas. Sin embargo. estos beneficios
potenciales sólo pueden materializarse plenamente cuando se
combinan con las políticas "correctas". Existen lainhien unos costes
genuinos de las mejoras institucionales. Por lo tanto, el que la campa-
ña a favor de las "buenas instituciones" dé efectivamente lugar a un
acto de "retirar la escalera" depende en gran medida de las lbrmas
exocïas y de la calidad de las instituciones exigidas. así como de la velo-
cidad con la que se espere que esas exigencias sean satisfechas. En
ambos aspectos el actual impulso a favor de la reforma institucional no
parece muy positivo para los pases en des:1r1'ollo.

4.-4~ POSIBLES OBIECIONES

Podrian plantearse al menos tres objeciones a la argumentación


que he desarrollado en esta obra. La primera, y más evidente. es el
argmnento de que los pases en desarrollo necesitan adoptar las
políticas e instituciones recomendadas por los pases desarrolla-
dos. les guste o no. porque asa funciona el mundo= los fuertes lle~
van la voz cantante y los débiles cumplen sus órdenes.
A cierto nivel es dificil negar la fuerza de este argumento. En
este sentido, el debate que plantee en el apartado 2.3. del capítulo 2
sobre las tácticas para "tomar distancia" empleadas por los PAD en
tiempos pasados (colonialismo. tratados desiguales o prohilzuición
de exportaciones de maquinaria) respalda este argumento. Hay.
además, múltiples pruebas de que incluso en los tiempos actuales.
cuando el colonialismo y los tratados desiguales han dejado de ser
aceptables. los países desarrollados pueden ejercer una enorme
influencia sobre los países en desarrollo. Los FAD ejercen una
inllueneìa bilateral directa mediante la ajada al desarrollo y las
políticas comerciales. Tambien tienen una influencia colectiva
sobre los pases en desarrollo mediante su control de las institucio-
nos financieras internacionales de las que dependen los países en
desarrollo. Y tienen una influencia desproporcionada en la gestión
de diversas 01'ganizaciones internacionales entre ellas. la ostensi-
blemente "democrática" OMC. que se rige por el principio de un

923
HA-.inCON C¦IANB

paris-un voto (a ilifereiieia df- la ONU. en le que los miembros per--


lnanentes del Consejo de Segtiridatl tienen poder de velo; O del
Banco Mundial o del FMI. en los que el poder de voto ('ol'responde.
i
e grandes rasgos. si capital ztportado). Además. aproxirnadamellte
durante las últimas dos décadas, el erilapso de la Unión Soviética.
que labia proporrziouitdo cierto contrapeso al pudor de los países
clesalwollatios. y cl tlesvzu'1eeitïlicn'to del llamado movimiento de los
"no alineados" de los pases en desawoìio han debilitado aún más
-
|

las posiciones negoeiadorzis de los países en desarrollo.


Pero, Ei otro nivel, el íìllgilll'lüIH:o de que los poises en desairo -
l o clel}eri:.u1seguir las "nuevas reglas" de la economía mundial por--
que esto Fi lo que quieren los países desarrollarlos. y el EPID que
u

controlan. está fuera dc lugar, Lo que estoy soslenientlo Cs. preei -


samenlce. que estas "nuevas reglas" deberían cambiarse. Estoy de
¿l{.'llÉ'lldO con que la posibilidad de que estas reglas se cambien en un

futuro próximo Cs ¡tina pequeña. Sin exnhargo. esto no es motivo


para que no valga la pena disc-utir cómo delìcrìmt c:11n1Ji:11'se. Si
pcnsatnos que estas reglas deben cambian-se necesitamos debatir
cuál es la mejor maulera de hacerlo. por más pequeña que ses la
posibilidad de cambio. Al it.le1'l¦.illicar las "reglas" metliztnte las cua - i

i
les: se han desarrF›lladn los PA D, esta obra p1'etend<= cuntrihuìr pre-
visamente tu ese debate.
La segunda objeción posible consiste en el argumento de que
las peliixieas y ¡ns irlsti'I.ueìenes reeomerndatlas por el EPID 11 los paí- I
|
|

ses en deszm-olle deben mìuptarse porque eso es lo que quieren los r

itwe I'Sm'(!S internz1vi<›11ale±s. Puede a1*gmnenta1*se que resulta irre-


h='van1.e cl que II los países en d{'¦S2ll'TÚ"Í.] les gusten D 110 esas "11ll{.¬;-
vas reglas". atan si el EPID está dispuesto a carlthìarlas. Po:-que en
esta era globalizada son los inversores internacionales los que llu-
van Itz voz eanl:anI:e. Los pases que 110 adopten las politices c insti-
tuciones que quieren los inversores ìn1;e1'naci01¬±ales serán. evitados
i

por ellas y. en eenseeueneizt. resultarán perjudicados.


Sin emhal'gtl. este ztrgumente presenta lmu'llns prohlemzlä. En
primer lugar. no está claro que a los inversores ínternaeiüttaìes les
implJrtet't tanto las políticas e insìilueiones promovidas por el
EPID. China. por c.ien'1ple. ha conseguirlo ¡Itraf-1' una gran eamícletd
de írwerxsiñn extranjera pese tu la p1'01iIleraciún de le que. según la

*E
224. :É
Q'
s
¿
.s
RETIRAR LA ESCALERÄ

definición actual. son "malas politices" e "instituciones débiles".


Esto sugiere que lo que los inversores realmente quieren a menudo
es di f r e n t e de lo que dicen que quieren o de lo que el EFID dice
que quieren. siendo la democracia y el imperio de la ley los mejo-
res ejemplos en este sentido. Los estudios empíricos demuestran
que la mayor parte de las variables institucionales tienen una
importancia mucho menor que factores tales como el tamaño del
mercurio y el crecimiento para determinar las decisiones de inver-
sión internacionales."
E11 segundo lugar. incluso si la conformidad de políticas e ins-
titueiones con los estándares internacionales condujera efectiva-
mente a un aumento de la inversión extranjera, la inversión
extranjera no seria el elemento clave en la mayor parte de los meca -
mismos de crecimiento de la mayoría de los países. En otras pala-
hras. el valor potencial de una política o de una institución para un
psis deberla determinarse más por lo que contribuirán a la prome-
ción del desarrollo interno que por lo que pensaran sobre la cues-
tión los inversores internacionales. Esta obra demuestra que es
posible que muchas de las instituciones que están siendo promovi-
das actualmente por los que defienden el marco del "buen goìiier-
no" no resulten necesarias para el desarrollo. Puede que algunas de
ellas (por ejemplo. la protección de determinados derechos de pro -
piedad) ni siquiera sean buenas para impulsarlo. E11 concreto. si
tenemos en cuenta los costes de creación y mantenimiento. la crea-
ción de tales instituciones puede tener fácilmente un impacto glo-
bal negativo. aun en el caso de que elevara el monto dc la inversión
PX t l`¿l n.¦ e l`¦:l.

En tercer lugar, y especificamente en relación a las institucio-


nes. .yo sostendría que. aun si determinadas "l'Juenas" instituciones
se introducen bajo presión global, puede que éstas no produzcan
los resultados esperados si 110 pueden ponerse en práctica con efi-
cacia. Es posible argumentar que deberíamos aceptar de buen
grado cierto grado de presiOn externa en las situaciones en que el
gobierno de un país en desarrolle se resiste a la introducción de
determinadas instituciones que son evidentemente "costeables" y
compatibles con las normas politices y culturales predominantes
en su sociedad. Siri encargo, también deberíamos reconocer que la

225
HA-JOSE*-1 CHANÉ3

introducción de instituciones en países que no están "preparados"


para recibirlas puede significar que las instituciones no funciona-
rán bien o que se colapsarán completamente. Entre otros ejem-
plos tenemos los de las democracias colapsadas por golpes
militares, fraudes electorales y compra de votos o impuestos
sobre la renta evadidos rutinaria y abiertamente por los ricos.
También plantearán problemas los cambios institucionales
impuestos desde afuera sin "apropiación local" (local o-wnershtp) .
para usar los términos de la jerga actual. Si esto es asa, los inver-
sores internacionales inteligentes serán conscientes de que
poseer determinadas instituciones sobre el papel no es lo mismo
que tenerlas realmente. lo que significa que la introducción llor-
rnal de instituciones conformes a "estándares globales" supondrá
de hecho pocas diferencias en lo que respecta al atractivo del país
para los inversores extranjeros.
En cuarto lugar. en la medida en que el estabiishnrcrtt de la
politice internacional de desarrollo es capaz de influir en la mane-
ra en que se definen. se interpretan y se promueven las "buenas
politices" y las "buenas instituciones". la discusión sobre que polí-
ticas y qué instituciones deberian eicigirse a los diferentes pauses
desarrollados sigue teniendo algún valor. El argumento de "siga las
normas globales o perezca" presupone que el EPID es una veleta
que se muevo ciegamente según los vientos de los sentimientos de
los inversores internacionales. No obstante. este estabiishmeni
puede decidir. y en una gran medida lo hace. con que intensidad
impulsar determinadas políticas e instituciones.
La tercera objeción posible a mi argumento, que tiene que ver
en concreto con la cuestión del desarrollo institucional. es que el
"estándar mundial" de las instituciones se ha elevado durante.
aproirimadamente. el último siglo y. por lo tanto, los actuales países
en desarrollo no deberían considerar como modelos de comporta-
miento a los PAD de hace 15o años.
Debo decir que estoy totalmente de acuerdo con este argu--
mento. Acierto nivel sería absurdo sostener otra cosa. En terminas
de ingresos per cápita. puede que India tenga un nivel de desarro~
llo similar al que tenia Estados Unidos en 1020. pero esto no tiene
por que significar que deberla reintroducir la esclavitud. abolir el

226
REURAR LA ESCALERA

sufragio universal. desprofesionalizar a su burocracia, abolir la


responsabilidad limitada. generalizada, abolir el banco central. abolir
el impuesto sobre la renta. abolir la ley de cornpetenciay así suce-
sivamentc.
Evidentemente. en muchos aspectos el hecho de que el están-
dar global de las instìmciones se haya elevado ha sido algo positivo
para los países en desarrollo. o al menos para quienes hanemp1^en~
dido las reformas en ellos. A diferencia de sus homólogos de los
PAD de antaño. los reformsdores de los actuales países en desairo -
llo no tienen que luchar demasiado contra la idea de que la intro-
ducción de elementos como el sufragio universal. el impuesto
sobre la renta, las restricciones a las jornadas de trabajo y las insti-
tuciones de protección social llevarán al fin de la civilización tal
corno la conocemos. Tampoco tienen que reintentar determinadas
instituciones como la centralización bancaria o la responsabilidad
limitada, cuando en los FAD de antaño hubo dificultades para que
se entendiera la lógica subyacente a esas instituciones.
Asi, pues, los países en desarrollo deberían explotar al máxi-
mo las ventajas de ser los últimos en llegar e intentar alcanzar el
nivel más elevado posible de desarrollo institucional. Además, tal
como he señalado antes en este mismo capítulo (apartado 4..2.1.
puede que los niveles más elevados de desarrollo institucional sean
la razOn por la cual los países en desarrollo de la actualidad pudie-
ron. cuando se los permitió usar "malas políticas" durante las daca -
das de 196o y 1970. tener unos indices de crecimiento más altos
que los de los PAD en estadios de desarrollo comparables.
Lo que me preocupa. sin embargo, es la creencia de que las
instituciones son simplemente una cuestión de elección y que. por
lo tanto. todos los países deberían intentar llegar al "estándar
mínimo global" (fijado bastante alto) ahora mismo o tras un 1níni¬
mo período de transición. Aunque aceptemos que los pases más
retrasados no tienen que gastar tanto tiempo como el que tuvieron
que gastar los países pioneros para desarrollar nuevas institucio-
nos. no deberíamos olvidar que a los PAZ les llevó por lo general
décadas. y en algunos casos incluso generaciones. la creaciOn de
unas instituciones cuya necesidad ya habla sido percibida.
Normalmente les llevo algunas décadas más hacerlas funcionar

227
la-Jo UN cnnwo

adecuadamente y mejorar su administración. cerrar diversos vacíos


legales y reforzar las prácticas. Asimismo. no dehe1¬íamos olvidar
que. en comparación con los PAD de antaño. los pases en desarro-
llo actuales tienen unos altos niveles de desarrollo institucional.
niveles que en las décadas de 1960 y 1970 demostraron ser bastan-
te capaces de contribuir a unos indices elevados de crecimiento
económico. Teniendo esto en cuenta. puede que resulte poco rezo -
nahle pedirles que eleven la calidad de sus instituciones considera-
blemente y en un período de tiempo reducido.

='1«-5- COMENTARIOS FINALES

¿Por qué el estoblishmenn de la política internunciona del clesarrolio


y los PAD que lo controlan no recomiendan las políticas que usara n
durante los últimos siglos la mayor parte de los (ìesarrollistas exìto~
sos? ¿Por qué intentan imponer hoy día a los actuales pases en tiesa--
rrollo determinadas instituciones de "mejores prácticas" que no se
habían usado en los PAZ en estadios comparables do desarrollo?
¿Por que. entonces. los pases avanzados son tan ignorantes de
su propio desarrollo histórico? ¿Se debe z- la tendencia natural
dc las personas a interpretar la historia desde al punto do vista de
su actual agenda intelectual y politice, que a menudo puede oscure-
cerla perspectiva histórica? ¿O es porque. tal como ha ocurrido
repetidanlenl:e. los países actúan de acuerdo a sus propios intereses
cuando ¡rnponen politices e institxuciones que ellos mismos no
hablan usado durante su propio desarrollo pero que les resultan
beneficiosas una vea que han llegado a la frontera tecnológica? En
pocas palabras. ¿están intentando los países desarrollados "retirar
la escalera" con su insistencia en que los pases en desarrollo adop -
ten políticas e instituciones que no son las que ellos usaron para
alcanzar el. desarrollo*
La argumentación desarrollada en esta obra propone que. sin
lugar a dudas. eso es lo que están haciendo. Acepto que posible-
mente este acto de "retirar la escalera" se haga a partir de una
genuina (aunque mal iriforrnacìa) buena voluntad. Puede que algu-
nos de los clecisores politices de los FAD y de los estudiosos que

" l I"¦I
"2¬ 1*-› 0
RETIRAR m ESCIXLERA

hacen las recomendaciones crean realmente, por estar mal infor-


mados, que sus propios países se desarrollaron mediante el libre
comercio y otras políticas de laissez-faire y que quieran que los paí-
ses en desarrollo se beneficien de esas mismas políticas. Sin
embargo. esto no lo hace menos dañino para los países en desarro-
llo. Puede. incluso. que resulte aún más peligroso que el acto de
"retirar la escalera" basado en intereses nacionales declarados.
dado que el fa:-iseismo puede ser mucho más obstinado que la
defensa de los propios intereses.
Sea cual sea la intención subyacente a este "retirar la escale-
ra", la cuestión s que estas supuestamente "buenas" políticas e
instituciones no han sido capaces de producir el prometido dina-
mismo en el crecimiento de los pases en desarrollo durante, apro-
ximadamente. las dos últimas decadas. es decir, el periodo en que
han sido promovidas por el EPID. Es evidente que en muchos paí-
ses en desarrollo el crecimiento. sencillamente, se ha colapsado.
Por lo tanto. ¿qué hay que hacer? Aunque desarrollar una
agenda detallada para la acciOn es un objetivo que supera el alcance
de esta obra. se puede sostener lo siguiente. Para empezar, se debe-
rían dar a conocer más los hechos históricos sobre las experiencias
de desarrollo de los pases desarrollados. No se trata sólo de una
cuestión de "corregir la historia". sino también de permitir a los
pases en desarrollo que hagan elecciones bien informadas sobre
las políticas e instituciones que pueden resultarles apropiadas.
Deìiería haber un mayor esfuerzo intelectual para entender mejor
el papel de las politices e instituciones -especialmente de estas
últìmasw en el desarrollo econOmice. eiiminantìo los mitos histo-
ricos y las teorias excesivamente abstractas que ciegan a muchos
teóricos y deeiso:-es politices.
Más en concreto. en terminas de políticas. las "malas políti-
cas" que la mayor parte de los PAZ usaron con tanta eficacia cuan-
do ellos mismos eran países e n desarrollo deberian estar permitidas,
si no activamente impulsadas. por los países desarrollados y por el
EPID que ellos controlan. Aunque es verdad que las politices ICT
activas pueden algunas veces degenerar en una red de papeleo y
corrupción, esto no tiene por que significar que por ello esas politi-
cas no deban usarse nunca. Después de todo. no dejamos de volar en

229
I!

HA-Joow CE-IANG

aviones porque existan posibilidades de que se estrellen, ni abando-


names todos los programas de vaeunaeión porque algunos niños I
mueran debido a reacciones alérgicas.
El resultado de todo este es que necesitamos abordar las pelí-
ticas internacionales de desarrollo de una manera muy diferente a
la empleada por los países desarrollados y el establishment de las
politices internacionales de desarrollo.
En lo que respecta a las politices, en primer lugar yo de1'ende¬
ría un cambio radical de las eondieionalidades politices vinculadas
a la asistencia financiera del FMI y del Banco Mundial o de los
gobiernos de los países desarrollados. Estas eondieionalidadcs debe - a
rían basarse en el reeonoeimie te de que muchas de las políticas que
se consideran "malas" de hecho no lo son, y que. por lo tanto. no
puede haber una política de "mejores practicas" a la que todos debe -
rían adherirse. En segundo lugar. las reglas de la OMC y de otros
acuerdos <~onlerciu.les multilaterales deberian reseribirse de modo
que se pt*1'mitiera un uso más activo de herramientas de promociOna a
la industria naciente (por ejemplo. aranceles y subsidios) .
La mejora de las instituciones deberla impulsarse particular-
mente por el cnortne potencial de ereeilniento que una combina-
ción cie (verdaderas) buenas politices y buenas instituciones puede
producir. Sin cmlnargo. esto no deberla suponer la imposición de I
l

un conjunto fijo de instituciones contemporáneas zingloamerica-


nas eri todos los países. Tambien debe haber un es'E'uerzo mayor,
tanto en el nivel académico como en el práctico. de explorar cuáles
son exsctainente las instituciones necesal'ias o beneficiosas para
según que tipos de pases, teniendo en cuenta sus estadios de desa-
rrollo y sus situaciones concretas en términos económicos. políti-
eos. sociales incluso. culturales. Sobre todo, debe procurarse no É

exigir una mejoría excesivamente rápida de las insI.il\1ci011es por


parte de los países en desarrollo. especialmente teniendo en cuen-
ta que ya tienen unas instituciones bastante desarrolladas en coin-
paraeiún con las de los PAD en estadios comparables de desarrollo.
y puesto que la creación y la gestión de nuevas instituciones so ii
muy costosas.
Si se permite que los países en desarrollo adopten politices e
instituciones más adecuadas en relación a sus estadios de desarrollo

230
Herman LA ESCALERA

y a sus situaciones concretas. esto les facilitará crecer a una mayor


velocidad. como está comprobado que ocurrió durante las décadas
de 1960 y 1970. Insto beneficiará no solo a los países en desarrollo
sino también, a largo plazo. a los países desarrollados. además de
Incrementar el comercio y las oportunidades de inversión disponi-
bles." El hecho de que los países desarrollados no sean capaces de
verlo es la tragedia de nuestros tiempos. Para usar un clásico pro-
verhio chino. puede que estén "perdiendo ganancias mayores y a
largo plazo por buscar con demasiada urgencia ganancias más
pequeñas y a corto plazo". Es tiempo de volver a plantearse que
políticas y que instituciones contribuirán al desarrollo más rápido
de los países en desarrollo actuales; esto, a su vez, aportará mayores
beneficios también a los pases desarrollados.

NU'll.^ü:i

1. Evidentemente. dc qué actividades de mayorvslor añadido su trata Cs algo que


dependerá d i país JF del periodo contemplado. fis. por dm' 1111 ejemplo lleva -
do al extremo, la iabrieaciún dc tejidas de lana, que era lo actividad de alto
valorañadido en la Europa dc los siglos Xlldy XV. actualmente Cs una :actividad
de baje valor añadida. .Mcltlås. las actividades de alto valor añadido no necio
sitan ser ni siquiera "industrias (rnanul'actureras}" en el sentido convencional.
-
tal como se desprende del término "promociOn de la industria naciente".
Dependiendo de les sectores en que tengan lugar los avances tecnológicas. las
actividades de alto valor añadido podrían ser algunas de las que oficialmente se
clasifican como "servicios"
a. Véase Chang. 199-1.. capitulo 3: Stiglitz. 19961 Lall. 1993. sobre las ramones por
las cuales pueden existir esas discrepancias. A menudo el prohierna es que loa
emprendedores del sector privado. a quienes el Estado deberla intentar influir
en la definición de sus perfiles de coste-beneficio. en completamente inexis -
tantes. I-lsa es. por ejemplo. la rsntún por la cual Federico el Grande se vie oh li -
gado a usar (een éxito) a un pequeño número de burócratas-emprendedores
para desarrollar sus industrias en Silesia. o la de que muchos pases en diosa -
rollo hayan tenido que usar (en muchos casos sin éxito) empresas públicas
tras indepiendiaarsc después de la Segunda Guerra Mundial.
3. Shafaeddin señala que List también consideraba los aranceles y los subsidios
como solo dos de las muchas políticas para promover el desarrollo industrial
Égooo. pp. 9-1o).
4.. Para mas detalles véase Evans. 1995: Stiglitz. 1996i Chang y Checma. ecos.
5. Un argumento plausible es el que proporciona O`i*.aurke. zoco. pp. 4-a1--5›
Cita algunos estudios de Jeffrey Williamson y sus asociados que sostienen que
en el siglo XIX la protección arancelaria elevó la inversión mediante la redne -
cien del precio relativo de los bienes de capital. dado que los liicnes de capital
eran muy poco comercializados en es entonces. Luego prosigue sosteniendo
que eri el siglo XX los bienes de capital son más eomercialiaados. y que hay

231
I

l-IA-JÚON CHAN@

ItllI.1.I'h¦IH lv que In lll'olc-ntión zlutnclfln czì II-n¢¢¦i:› Relativo de' los lìiüncs de capi-
Iai j' si l'ill¦±:Iliz¦11:1 inversión. Sin
cn1l1:II'gc›, :sclmilc que cl lïzsullnde d i estu-
dio sobre el siglo XIX Cs mu.y sernsilxìc a la mu:¦stl'a 1' que está :1snu*ìa-rln :I una
c-nrl'c1;II'iútl naldzl I'v('o¦I1<1l1d;II1lu ¦;1:g¦I1II Iii cual la pzlflicipilnifirt de la irwcrfiiún
uaslá vimzulsirlfl 11-f=gativ:1lnc11l¦¦ al c:'¢-cir¡1icn1o en un mndclu rlt* Snlow filll11[!I!1¦I"
rin. Fl :Irg1III1I=ntr›. saIllnitv (ì'H01lrk'I.'. 1'(:¦¦1Ill:!. en cl m-r:jm' de las canina. pum
nnnc*111y:*nt<-.
6, W(:is.l1Mt at al. (ampo) NO 1'l(¦I'iM'11 " l1:Ii¦n~s en d(*$zll'ro1l0" cmnu ('¦iH¦I,;o1'íi1. para
yo los cl-:¦Ilin-n (-c'ml ¢¬ì¦:I'I:l :1I'I›iIr:l:'icIl::Fì) como pases con nlc*Iln¦ì dc 1o.ooo
¡1(31¡II'¦18 de irlgl'csus per uzìpitn 1-11 dñEal'<=s tsinflntlzlitlclìsmzs dc 1999. Elio sigui -
.
fi:':1 que' aJ:Iis<==s í'Oi"I1fJ Cl¡ípro. Tiliwãn. Gl'1:n'ìa Forlugaly Malla (que: 1H:IIP¦1I'I las
pusi:-innws 21. a 211) quedan ìnvluidos en la calcgurin dc: países d{:a:11'I'oIl:1cIo¦~;.
rrìicnlraìa; Qm: paisvs corno B:1rl›nflns, COI'C:l, fu'gcIltina, Suyf.rì1vìIes y Ar.1ì1i¦1
Silufií (que (IE1lìlìIII'1 las l}rIsi1*in11¡1¦i 29 :I 83) uslán cì:1sil'ic:1fl0¦ì rnnlu P:!i¦ic:¦~i un
tlvs:i ir-nlIn.
'¿L [ns dos ni¢:us piniscs I11~¦;z1|'1'nll:Idns- l¦Í1In que cl rI'c¦=ìIní1~I1¦0 se auf.-lu1'(ì unir:- i
los dos pm-l'io<los son LunxvnabIlrgfa e 1rl¿1rlrli1. Las 13 países en dcs¦ll'rollu en las
que el a:I'{*uin1i1:I11n su flcelvl'-mi un Chile, MnL1ri<~iu. 'le:lil¡mrlí:¦. Sri l-:II1!:n. Clìinn.
Imlizi. lì:111¡.;Iiui¢¦sì1, M:luriI;ll1ì;l. llgmxfiln. Muz;I1nhiquu. Cluld, Bilrkilìa Faso y
Blll'lll'¦¦Ii. Sin cnninaa-gun. en el cznsn dr' BI.1I'11I1-¡li lo que l)cI1I'I'iú. n'líls que un¦1act'-
I<'r';u~iúrI del nací rllicI'Itn :lutónli:::1. I'u-L: una :1csaccIcl':1cìól1 :la: l:l 11:-r11lcció11 :le
los ii1¡.;rv$I}S (25 por -r:í(¦11I(¦ I"'¢-nN: :1I 7 por UÍPIIÍD di: I'!¦d1I[¦(IÍÚll ¡Eu ir; ingle<'sus).
1'ldcl:1á:-s. In :II:('I1:r:I:'iI3l1 el:-I (*l`(¦(¦IIHI("I1lO en al liarlos 1I'±=s paiscaä -Ug:1mI:1.
M0?.¡1rllEJif.l1I<: y Child- |nI1¦d¢* l"XPIlil¦¦II¦"5(¦ en IJI1¢*l1:I medida pm' cl en dc: las gue-
r1'ns. ¡'ivil1':$ (G al lì'1Il1I'IO¦i pm' ¡mal siglìifitsaalivsl ¦'c:In<°nión :Ir su vizìlicrlcizl) más
que pm' C`iIIllI1ìÍÍJ¦i un las l›oliticn±a. '1¦l.¦I1icI1t¦n rain en tznrntn. en I'¦¦:¡lli1ì¡ul äúlu un
I'I1'Il'\"l' psiisvs en d(:¦i€ll't'o1IO tuvcu lI1giII' I l l a iìI.¦üh.¦II¦I[¦iÚII rlvl t'I'{'('Í1l1i¦'rlt0 qua:
11:Ir.:dc i1lI'il›IIiI'sc. C u Ir-nrizn, :| un r.;m1IJin hacia "h1IcII:1s pnlilimraus". azvitlrxìlfl
que :nm :na un IIi*¦](ll'ÍEìlìlIÍI$ nìlvidaz' que el la:-jur dcs¡~nlpl'ñn dc* las das In¡1yul'c*;
ch: cslzls l1ll(¦\"Í.' (¦(¦ü]1flI"I]I¦IEi. es flrrvír flhiml (|.Ir:¦¡d<- uN :gr por 1t11-111:› :anual :I IM
¡La pm' f'i0l1Ifl ¦1tl1I:IÍ)Y 1¦I lmlirl (desde un 0.1por ¦-ic'llln ;1]]1_l¡l¦ :I un 3.? |1urc:ir.:r1-
10 :m1I:1ì), un pilfllt' ¦LI1'il)ui1'su el IITIHS "b1l{.ìllI¦IS pr›Ii!i0iIs" I;Il Í'OII¡IÚ las 1icfimz <'l
I

Gu ll 'alIl¦i-H -[le W:¦sl'l1t1g¦¢1ïl .


II. Stiglìiz. '¿oolh. l.'Ín 0I11:-11 ns¢'¦'mlvtlII: en I'm1<-icìnu del índice de: [~I'c'¡:ìn1ivn10 (O
Inaìfi bica cl imlì¢:n~ de c:(¦1111':l¡:¦'iún. I[=I1 tnrifis los censos cx::1:p11l:¦l1dn :| Pulnrniza)
Hora l¬r'lrI'giN. AzcrlwaiyzìIr. Ml.1Irlavi:¦. !.le~r:mi¦¦. [.t'IrJI1i:1. K:1'¿ujiS1¡ì11. HI1¦ii:l.
l(iI*¡-{l1izisI:ìI1. l$1¦lg:ll'ln. Í.iIII¡1I'li¦\. lìi<¦h1I"I"I¡sii1. l-lsu1rIiiI. .f\]1›zu'Ii:I. R¦lan:II1ia1.
l.lz1H:ki=;1á¡l. lh:I:1'Il1lic¦:1 Cllfl::1. lllmgI'í:!. Fsluvnmglxiaay ìI0lulli:I.
=). Los In patisra Sam; .-"ll1:I'IIzmi:I. .Fulstl':1lin. .-*"l.1Islri¦t. Bél¡,¦i(:N. (¦¡1¡I;1dä. ì]II1a1niII'r¦1.
Í:ͦiI :Irlos Ilïli(lus, Finlauulia, Frnmciaa. Ilzliìa. jallún. Nn1'1I(1gn. ir; Fsnísus [ìaju-zi. cl
lìviilo i.Ínirlu›. S1l1:¡°1:1.y 5n12:1. Í
cm. M¡1l'g1i:l]ƒ Se:h-un". Igqo; !\l'l¡'nsII'<¬›l1g::l :l1.. I99I¦{lrIil'11f:r(›¦i¦;y Cri1iI"I1CllI)'i¦-I. I¢yg'2.
I I . Útl';1 rzlzúu EìIII})"¦'IE'('/II(` :a :esta f."I'1¬=('i INi:z¦II0 I';Ipi¦.ln es que I:l vr-rum:1:í:1 nulmlizlì
pzïlzilazì (':'v.:¡:i\:rul:› 1\I¦ìs rápida ¢=11 té¦'1tIinos ¡;l=›I›:IIcs gl'ïll".Íi1$ al 1^:ìl1i1l¦› ('I'('ͦiI11i{!I1ID
:lv has lnníscs Ii(¦:;:II'l'0]l:1I:lns. qua SIIPUIICII -PI graso dc la I:('<±I11›IF!i:1 l1fI1II'I1'li:I¦.
ƒ\¿.;l';I:i(*:t.(~rJ a jnhn Gmi(:vll: Smith par :-:8:lì:II:l1'ln¢¬ vaN: pullto. Sin I' Iìlhilrio. 1l(:IJ1'1ría
{lfläͦIl'¦III'&1l¦ sI:-r. I:1l ['E)Iï\*lì se ha ¦:¢ñ¡1l:l1l¦›:lr1lc*s. vele 1:rc[~iI11i¢'I1l¢¦ I'ãpirln dc las no -
illllllíil-H {l1:s:II'I'uII:1-rI:1s I:Imhién tuvo qtlc ver cm las 1r1F:j01':1:s dv -sus iI1slílI1(*ic1I1¦-s.
Snhrc c~I ]'I¡I_¦u*l de la cic:rI1:Im{:I INI7I1di:II en vi vI-{~¢¬iI11i¦*I1ln Th: los ¡¦:1iä::¦; en {l¢:±i:I-
1'ru!En ±'lnr:1lllP la d¢"¡:a1(l¿1 :le: lqfioy llaca. vëzlsez IíI':Ivls. I970; l.::wí¦i. 1980.
Las c~ii'r;as dc las ¡lula izlblas un son i1l:aul11t:I111[::I¦<: <~nmpa1¬.1l›I{¬s. (latín qua* la
1-›.
{¦IlÍ(¦gI1IIÍE1 dc: "l}¿Iis:I*ä <*n r!('fi¦II*1'0lln" 1:f›rI1¦.1r1'IIIì0 ¢:ul1j\II1lI›fi liI;¢=I¬:1I11<-11II= Cliff' -
1'¢'1L1us uh* l1:1ìsI's PI] Í'fl.lll¦I l:lhì:l.
I

a
I
.

32 I

|

RETIRAR LA ESCALERFÄ

13. Este iiidiru de 1-rc:-imicnln Si: :iscincjn más ¡I Iris dc los FAD dc principios y
nicdíadus del siglo XIX (mI¦1nnI::- lcnizm muy pocas de las instituciones reco-
mcndadzls actueilmunlc por ci END) que el los dc fines d i siglo XIXy princi-
[.I-iN¦ì ¡iii XX (Nuanrln habiz (¦1¦l¦:¦1'in1cn1:ld¦.1 in1poi¬tnn1::s mejoras en la calidad
de sus ìmaliiucionns) .
el.. Úirn clnmcnlu de prueba: du que las "Iiucnas instituciones" no bastan para pro-
ducir cnzcimiczriiu es ci hecho dc que las principales cconurnias asiáticas en
-.lcsarrnlln qncrlarun prácticamcnu: csiaincadas en la prìmeräi mitad del siglo
XX. puse al hay-Itn :in: que su imrodujcran ¡muchas instituciones modernas bajo
el dominio ¡'nloni:Il (formal 0 iiilbi-mail). Según los cálculos de Maddison
(1989). el imlivc dc: nl'¡'¢'i micnlu medio p c ' caìpiia del FIN dc los mlcvc princi-
pales pases un Il-r:.sn1'1'olln ssìzìlicos fiflanghidcsli. China. Cnrczi del Sur.
Filipinas. India. lnduncsia. Pakistiìii. 'lìiilnnrliay 'l`aiw:ìn) en el período 2900-50
fue del por ichal anual. En el mis peri d .'l11iw:in y Filipinas crecieron
un 0.4. por ciento anual. Cu:-any 'iïiìlzindin ii un 0,1purcicnio anual. China en: -
uiú un -o.3 pal' :innlu zmual: Ens pases FIL Asian dv! Surf: lnilüflcsizI si. -0.1 por
ciento. Sin :m1li:II'go, ratos países pudieron UI'ͦCl¦¦¦` con :mucha inayor rapidez
I r a s ! Fin del rlnminio cuiclnizll. El Índice dc ul'c:1:irrli1:nlo pcrcaìpita del PSB del
puríurdo
I 1950-8? un na-nus países I'u-n d i 3.1 por ciento anual. En parte cala :se
clchiñ :| Las Im'ju I'zI¦*: en la l'fl.lirlnd du: sus ilìälihlnlnxtcs. pero ci cambio nuìs
p ..
Impnrlaulc fue que pudieron poner ͦII 1Il'i'lclica las polilicas corl'I.¦¢:1'as", Cs
d<'I:ir. pr›lili¢¬:¦s ICT :I¢:Iiv:1S. Véase lll1¦I maxposiuìún más fl-¡'I:IlI:lrl.1 de este ¡aunlu
en ›*\n1s-LI-r.¦I1. Root.
15. Una :unücclcata más bien Irisa:en apoyan di: este z1l'gulm:nl0 Cs qua. justo clcapués
d i colapso del Sm-iaãismo BH Mnugnlin, ci gobierno estadounidense otorgó
una gran :-nnticlnrl de dinero a la Universidad dc 1lzinmrd p:11':I qm: cnlrennra il
zluccn51z-a zh- _iú-vcrlus y I›¦'il'tamus inungnhss como con-cdm-cs de bolsa. dinero
que ¡md rio llzlh1:rs1': usililn l1:ll':l I`i11:Im:i¦u' mu<~I'lns ohjciivns te: dcsatrmllo el!ilcs.
1ú, Cluulg. 199021.
I?. Iïsln no iII1l›Iir::I. desde luego. que todas v:1y:ln zl l`›{:lN'fiClaI's-2: dc* clln. Asi. pm'
rjv mplu, :üglunos Ilììlìajiulnrcs du los países -tlf-s:u¬l¬nll:1clns puczdcn suIlrir:l con -
sicr:uuI1l::i:1(Iv un ir-I'cm¢:I-Itu dv las <:pol'Iul1irf:uIc=s de inversión en los países en
d1:szI¡"I'ollo I'II¡f~ res1IH¡¦ en la 1I':!I1sf¢~I'(¦n<~i:l dc ciurlas actividades :le pmduczziúri
21 las lnlísva en dl-¦;:1I'i'{:l¦l-0. ¡I TIICIIÍIH que exista un ¦l'IE{'ílflÍSIl1D Intcrnn ãlprclpiz1-
nin dc: Ir:msÍcl'¦:u(!ìil¦i de ìrtgrvsfaes.

233
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168. Europa; entre la integración monetaria .)-' la crisis económica mundial


Fr:I:l:'i¦sco Rodriguez Ortiz

167. Desafíos para una nueva asociación. Encuentros ydescncucntrus


entre Europa y América Llantina
Christian Fracs y Karina Faneca (e-als.)

166. Las nuevas guerras en cl mundo global. La convergencia entre


rlcsarrolìo y seguridad
Marta Dnffiuld

165. Porto Alegre se mueve. Veinte opiniones sobre cl futuro


del Foro Social Mundial
LM. ñlncrnlas. I. Egircun y M. Romnw ficoorfls.)

164.. Globalización. resistencia y negociación en Aznérìca Laiìna


Cünlhcr Dictzy Beatriz Férez Galán (cds)

163. EI divino Bolivar. Ensayo sobre una religión republicana


Elías Fino Ilurriota

162. Los Estados inviahlcs. No-dsarrollo y supervivencia en el siglo XXI


Oswaldo :le Rivero

161. Educación amhìcntaì para cl desarrollo sostenible


Furnmuln Kramwr
1íao. El Lìespe1'I:;1r de la r1u1:vz1 China. Iniplicaciones del ingreso
rlc China en la Orgallizcnción Mmnlial Llei Come:-cio
Jcuciruu S-him' Msutuatcs

1, . El nmvianicnto zintiglohaìizziniòll en su Iuberinw.


59
figlIslill M:›r¡ìII (mnI'd.)

153. Cultura, desigualdad y 1'¢:flcx1vu[:lf.l. La sociología de Pierre Bourdieu


Iiwicr Nnyn sed.)

157. La presencia militar en las ciudades. Ú1¬ígc11cs y desarrollo


del espacio urbano miliful' en Espaíul
llnfiIf-1 Mas I-Icrrnåmlcz

156. H±:rmzu1os;y cncnligos. Lib+::1'zlIismuy relaciones inI,e1'n:1cáon:¡les


Flïarwisc-rm I:n-'icr Peñas

155. Industria como n.1t111'aleza. I'Ii1(:ìa le prflduccíún limpia


Blmillt. Luis ['.1larill¦rì1¦. ,I"I,II¡¡ ÍͦnI'l<¦¦i. Jur¡§11 l".i1-¢-hI1I:Inny ÚN¦:¦l'1:¦ï Hnlilaillfi (I:-lla.)

±54. Bosnia en paz, Lecciones. retrasa y npu1'tu11ìr11u:lns


dr- llfläl Püâgl-lcI'll2ì (¦'Cll1Í{¦I'11l'}01IEì!1CEl
Íìnill Hulmwai flurIl¡I

158. Espzaña y la cuestión pnìcsi ir tal


lgl1:lcif.n Mvnrfrz -[.l¦u¡1ari:1 u.: le%¿li:u¦ l.'›:II'rr.:íì:u1¿1 {I:m¬›I'¢ls.)

152. FinaImiación del desarmllfx y coherencia en las 1›nlí1:i-:zas


da: los donantes
J:1:aHl¦IIIJI1i:¦ .-"\lr1r:=i0. M;Irl¡I ñI'i¡l== Hr›l¦11'¦¦. [':.V.K, l?il:«¦Gr.*r:ll:l. I':ll.li HM:l¦i:lk.

!\ncll'<:w Multi. Msmucl MuII1:.Il1i=i4.1. Pzull Mmilzey. Slwilal I'¡¦gu. l{I!I1i¦›¢:'l IìaII'I'<*:'
y Olas Slnkku

151. La piuïrtn afo1't11r1:Itl:I. C:uFI:u'ì¿1s en las lïflälniorlfizs hiso:lno-africanas


de los siglos XVII y XVIII
Ú±:I'I¦UìI¦ S:ml:¦11iI I*érczyJu:m Mi1.1n1! Szurhlima Púruz
150. La glrflaalizaciàn y sus (.¦1*ìSiä. Intcrprctaciuncs desde
la ecnnolnía c1¬íiic;1
I. Cllcsrixziaz. C. Do:1lérlil. D. I..ú~vy c I. "u"¦*':ul¦urs1c:in

149. Conflicto en cl centro escolar. El modelo de 'alumno ay-udant$`


COIIID estrategia de intervención ecluctiya
l5:Il1Ir.=l F-l:rn:ilulr.¦1. Emiliana X-'ilI:msI:l¦Iay Silvina I`Iu¦u¦s

1.1.3. Elementos de anáìisís. económico 1n:u':›cista


Los engranajes del capitalismo
11. Mnrliïl. M. Dupont. M. lIusson. C. Sanlzblyy H. Wiìnn.

14.1. La formación de espacie público.


Una mirada ctnnlögìca sobre el Case Antic de Barcelona
Nndja Monncl

14.6. Las Relaciones Int¢:1'n:u:iumales en un mundo


en l1':1I1sfor1n:u:iÓn
Fr ml l'i¡1Ili¦lily

14.5. LE cunzlrzitina del círculo: posibilidades ir retos de


la trian¿1.1l:lciòr1 Esparìa-A.mé1'ica Latina-Asia Pacífico
PaIblu lìustcln y Imiiì Ángel Snlillu (unnlpsJ

¦q..1.. D1:satI'1'ollu y coo;:u:1'acìún en znnns rurales de América


latina y África. P:lra aidentrxmrsc en cl bosque
Gnnaala íhnxmrirn-¿-:ln: Nauru. Íknximlin Iìuilriglwz-CnrmoI1iI. ñIÍI'udn Macias
y Pilall' l$;I1Í¡Iri:l (I.¬Ir.=rI1s.ì

14.3. Manual p1'áL:ticu dc educación ambiental.


'I`éc11icas dc- simulación. juegos y otros métodos educativos
FÚI'I¦1&I1dI'I KrziInvr

1.1.2. El trabajo de las 1mljel'es.


KH-l'l!Il Mnassirlg
14.1 . Hugo Chávez. tal cual
'lïrodam Fuikúff

ut.o. La un flicacirãn de (.orca .


El epílogo de la "gucn'a f¡'i:l"
Snrrlingnflastilica

189. Rcvulitviúrt y cl:-siìusiúri. La Vcrlezllf:l:1 de I-lugo C¦l1ávc¦:¢


G:1rI¦›fi Bl¡¡r1('fI

133. Hz¡Ói(:ali'¿¿11' la dcII'g0c1'.aci:1.


Porto Alcgfls; un modelo :le municipio participativa
Sara Enrwhì Cordón y 2:1¡nur l*ìn1¢.1nl<e1 C. Costa

13'Í . El les:n'rolln= historia de mm vreencin of:cidpntnl


Gilbert Risa

136. Is1':wI-PalesI.ina; la allernalivzz dc la <'unviw3ncia binacional


M in-in-I Wars[*l1:l.wsliI

135. Vivir dc- las mantas. El negocio del inquilinato en el Madrid


elr: 121 Rcstm.lració11
lsiliIci H. Chumillsiaa

I34.. El m<:›vimicnt<r Calibán en Afganistán.


üosvclta dc tcmpeslades
Micluaui Griffin

1 3 . Irán. Hacia un desorden prnnlctcdor


Mario Jesús ¦!.*1crll1¦:r:›

132. Guerra en Kosovo. Un cstuclio sobre la ingeniería del odio


Cnrlus Taibo

131. I-Iislorias de-1 S;Iha1'a. Ei pcnry el mejor dv los nlun¢1os


Alcajmuìrn G:¦1':'ía
1

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