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Cómo se originó la falsa

reputación de la
hidroxicloroquina
La controversia en torno a la hidroxicloroquina es quizás una de las
más desconcertantes y frustrantes. Médicos y expertos en salud de
todo el mundo se han pronunciado a favor y en contra del uso de
este medicamento; algunos reportan beneficios espectaculares,
otros advierten sobre sus peligros mortales

Por
 ACO
 -
16 · julio · 2020

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 16 de julio del 2020.

 En una encuesta internacional realizada a 6227 médicos de 30 países


diferentes, el 37 % calificó la hidroxicloroquina, que es un medicamento
contra la malaria, como “la terapia más efectiva” contra el COVID-19.
En España, donde el 72 % de los médicos utilizaron este medicamento,
el 75 % de ellos la calificó como “la terapia más efectiva”
 Didier Raoult, microbiólogo francés y experto en enfermedades
infecciosas, informó que cuando a los pacientes se les administró una
combinación de hidroxicloroquina y azitromicina inmediatamente
después de su diagnóstico, la tasa de recuperación y “cura virológica”
fue del 91.7 %
 El Dr. Vladimir Zelenko descubrió que los pacientes que dieron positivo
por COVID-19 y que comenzaron un tratamiento con dosis bajas de
zinc, hidroxicloroquina y azitromicina “tan pronto como aparecieron los
síntomas”, redujeron cinco veces su riesgo de mortalidad
 El zinc parece ser la clave. En teoría, si se administra zinc junto con un
ionóforo de zinc como la hidroxicloroquina o quercetina en una etapa
temprana de la enfermedad, ayuda a reducir la carga viral y evitar que
el sistema inmunológico se sobrecargue

Existen muchas controversias con respecto a la pandemia de COVID-19, pero


tal vez una de las más desconcertantes y frustrantes es la relacionada con la
hidroxicloroquina Médicos y expertos en salud de todo el mundo se han
pronunciado a favor y en contra del uso de este medicamento, mientras que
algunos reportan beneficios espectaculares, otros advierten sobre sus
peligros mortales.

¿Terapia efectiva o tratamiento mortal?


En una encuesta internacional realizada a 6227 médicos de 30 países
diferentes, el 37 % calificó la hidroxicloroquina, que es un medicamento
contra la malaria, como “la terapia más efectiva” contra el COVID-19. La
encuesta fue realizada por Sermo, que es la principal compañía de
recopilación de datos de salud y plataforma social para médicos.

En España, donde el 72 % de los médicos utilizaron este medicamento, el 75


% de ellos la calificó como “la terapia más efectiva”. La mayoría de los
médicos utilizaron una dosis de 400 miligramos al día.

Didier Raoult, microbiólogo francés, experto en enfermedades infecciosas y


ganador de un premio científico, así como fundador y director del hospital de
investigación Institut Hospitalo-Universitaire Méditerranée Infection,
informó que cuando a los pacientes se les administró una combinación de
hidroxicloroquina y azitromicina inmediatamente después de su diagnóstico,
la tasa de recuperación y “cura virológica” fue del 91.7 %.

Según Raoult, en la mayoría de los casos, la combinación de medicamentos


“evita el empeoramiento, la persistencia y la contagiosidad del virus”.
Además, no se observó toxicidad cardíaca a dosis de 200 mg tres veces al día
durante 10 días, en combinación con 500 mg de azitromicina durante el
primer día de tratamiento, seguido de 250 mg diarios durante los siguientes
cuatro días.
Según lo informado por The Highwire el 2 de julio de 2020 (ver el video
abajo), se cita a Raoult diciendo que no prescribirle hidroxicloroquina a un
paciente con COVID-19 “debería considerarse negligencia médica”. Mientras
tanto, los investigadores de la Universidad de Oxford afirman que el
medicamento es inútil y no debería utilizarse en absoluto.

Las personas en contra del uso de la hidroxicloroquina ‘son culpables de


asesinato en masa’. ~ Dr. Vladimir Zelenko
El sitio web c19study.com es un sitio muy interesante que ha recopilado los
ensayos sobre la hidroxicloroquina. Enumera más de 40 estudios y
metanálisis que muestran resultados positivos, en comparación con nueve
que han llegado a una conclusión negativa.

El régimen del Dr. Zelenko


El Dr. Vladimir Zelenko, un médico de atención primaria en Monroe, Nueva
York, también ha reportado excelentes resultados con el uso de este
medicamento.

Le dijo al locutor de radio Sean Hannity que su tratamiento de cinco días a


base de hidroxicloroquina, azitromicina y sulfato de zinc había tenido una
tasa de éxito de casi el 100 %. “He visto grandes resultados: previene la
progresión de la enfermedad y los pacientes mejoran”, dijo a Hannity.

En el video anterior, Del Bigtree entrevista a Zelenko sobre todas las críticas
que ha recibido por promover el uso de este medicamento. Según Zelenko,
las personas en contra del uso de la hidroxicloroquina “son culpables de
asesinato en masa”.

Señala que no tuvo problema en prescribirles hidroxicloroquina a sus


pacientes, aunque su uso no haya sido aprobado oficialmente, porque es un
medicamento que se ha utilizado durante décadas y es seguro incluso para
mujeres embarazadas y lactantes. Su tratamiento de cinco días se basa en
200 mg de hidroxicloroquina dos veces al día, 500 mg de azitromicina una
vez al día y 220 mg de zinc una vez al día.

El tratamiento debe iniciar durante los primeros cinco días de síntomas


clínicos de COVID-19, con base en la “sospecha clínica” de infección por
SARS-CoV-2 (no pruebas confirmadas por laboratorio, ya que los resultados
de la prueba toman unos tres días y por lo general, la carga viral detona al día
6).

El 30 de junio de 2020, Zelenko y dos coautores publicaron un estudio,


actualmente en preimpresión, que encontró que los pacientes que dieron
positivo por COVID-19 y que comenzaron un tratamiento con dosis bajas de
zinc, hidroxicloroquina y azitromicina “tan pronto como aparecieron los
síntomas”, tuvieron menos probabilidades de ser hospitalizados y redujeron
cinco veces su riesgo de mortalidad por cualquier causa.

Como señaló Zelenko en la entrevista con Bigtree, en esta combinación el


verdadero supresor del virus es el zinc. La hidroxicloroquina solo es el
transportador del zinc que le permite entrar en la célula. Mientras tanto, el
antibiótico ayuda a prevenir infecciones secundarias.

¿Será todo esto un esfuerzo concertado y coordinado para


inhibir el uso de medicamentos efectivos?
Según el Dr. Meryl Nass, toda la controversia alrededor de la
hidroxicloroquina no tiene mucho que ver con su seguridad y eficacia contra
el COVID-19, sino más bien, un esfuerzo concertado y coordinado para evitar
su uso.

De hecho, hay varias razones por las cuales ciertas personas y compañías no
quieren que un medicamento genérico de bajo costo ayude a combatir esta
enfermedad pandémica. (Producir un suministro para 14 días solo cuesta 2
dólares y puede venderse por tan solo 20 dólares).

Una de las razones más obvias es porque podría eliminar la necesidad de la


vacuna u otro de los medicamentos antivirales que se encuentran en la fase
de desarrollo. Ya se han invertido cientos de millones de dólares, además, los
fabricantes de vacunas esperan recibir ganancias de miles de millones, o
trillones de dólares. En una publicación de blog del 27 de junio de 2020, Nass
señala:

“Es muy curioso que en los últimos tres meses han ocurrido una serie de eventos
que han producido un mensaje unificado sobre la hidroxicloroquina, así como
políticas similares sobre este medicamento en los Estados Unidos, Canadá,
Australia, Nueva Zelanda y Europa occidental.
El mensaje es que la hidroxicloroquina genérica y económica es peligrosa y no
debe utilizarse para tratar una enfermedad potencialmente mortal como el
COVID-19, para la cual no hay (otros) tratamientos confiables.

La hidroxicloroquina se ha utilizado durante 65 años de manera segura en


millones de pacientes. Así que este mensaje se elaboró de tal manera que afirma
que el medicamento es seguro para sus otros usos, pero peligroso cuando se
utiliza para combatir el COVID-19. Algo que no tiene sentido, pero parece haber
funcionado. Estos actos pudieron haber sido orquestados de una manera creativa,
pero, el público tiene la última palabra.

¿Será posible que hayan planeado todo esto para empeorar la crisis de la
pandemia, y de esta manera vender medicamentos y vacunas costosas a una
población cautiva? ¿Podrían estos actos causar dificultades económicas y sociales
prolongadas, y eventualmente transferir riqueza de la clase media a los muy
ricos?”

La guerra contra la hidroxicloroquina también podría tener fundamentos


políticos. Como señaló la reportera de investigación Sharyl Attkisson en un
reporte publicado en el programa Full Measure el 18 de mayo de 2020,
“nunca antes un tema sobre un medicamento había tenido tantas
connotaciones políticas”.

En los ensayos sabotearon la seguridad y eficacia con el


uso de dosis tóxicas
El artículo de Nass menciona todo lo que ha sucedido hasta ahora con
respecto a la hidroxicloroquina, con la intención de mantenerlo como un
documento vivo que se irá actualizando con el paso del tiempo.

Nass dice que lo escribió de tal manera que pudiera leerse como una “lista de
tareas… que deben realizar las personas que están detrás de la información
negativa sobre el uso del medicamento”. Al momento de escribir este
artículo, la lista de Nass contenía 27 puntos. Le recomiendo leerlo completo,
ya que aquí solo mencionaré algunos puntos.

Varios de los puntos de la lista de Nass detallan la forma en la que lograron


que un medicamento que es seguro y efectivo pareciera peligroso.
Por ejemplo, Nass señala que tres ensayos clínicos aleatorios multicéntricos
utilizaron dosis excesivas que se sabe que son tóxicas. Estos incluyen los
siguientes. También analiza a detalle estos ensayos en otros artículos:

•El ensayo Recovery en el Reino Unido. Es un proyecto financiado por la


Fundación Bill y Melinda Gates, en el que se asignaron a los pacientes al azar
en los siguientes grupos, atención habitual o a uno de los cuatro tratamientos
farmacológicos principales: lopinavir-ritonavir, dosis bajas de dexametasona,
hidroxicloroquina o azitromicina.

Los pacientes recibieron 2400 mg de hidroxicloroquina durante las primeras


24 horas, una cantidad tres a seis veces mayor que la dosis diaria
recomendada y administrada por los médicos que reportan buenos resultados
clínicos, seguidos de 400 mg cada 12 horas durante nueve días más para una
dosis acumulativa de 9200 mg durante 10 días.

El ensayo finalizó el 4 de junio y concluyó que la hidroxicloroquina “no


producía ningún beneficio”.

•El ensayo Solidarity. Es una iniciativa de la Organización Mundial de la


Salud, en este ensayo que involucró a pacientes de 35 países diferentes
también comparó el estándar de atención con cuatro opciones de
medicamentos, incluyendo la hidroxicloroquina.

Es curioso que la OMS no especifica la dosis diaria utilizada en el ensayo. Sin


embargo, el registro de las partes canadienses y noruegas del ensayo
enumera una dosis de 2000 mg el primer día y una dosis acumulada de 8800
mg durante 10 días. Esto es solo 400 mg menos que la dosis tóxica del
ensayo Recovery en Reino Unido.

El ensayo de la hidroxicloroquina se detuvo el 25 de mayo, luego de la


publicación del estudio Surgisphere en The Lancet. El 3 de junio, después de
que se descubrió que el estudio de Lancet era un fraude y se retractó por
usar datos fabricados (y esto a pesar de haberse sometido a una revisión por
pares), se reinició el ensayo de la hidroxicloroquina.

El 17 de junio de 2020, el ensayo de la hidroxicloroquina se volvió a detener,


esta vez “con base en la evidencia del ensayo Solidarity, el ensayo Recovery
del Reino Unido y una revisión Cochrane de otras pruebas sobre la
hidroxicloroquina”.

•El ensayo REMAP-CAP (ensayo aleatorizado, integrado, multifactorial y


plataforma adaptativa para la neumonía adquirida en la comunidad). Aquí, los
pacientes recibieron una combinación de lopinavir y ritonavir o
hidroxicloroquina sola o una combinación de ambas.

El REMAP utilizó la misma dosis tóxica que el ensayo Recovery, pero en lugar
de 10 días, su tratamiento duró seis días. Además, este ensayo solo involucró
pacientes hospitalizados en estado crítico. En su blog del 19 de junio, Nass
también expresa otras preocupaciones sobre este estudio.

¿Están evitando el uso de un medicamento que podría


salvar vidas solo para garantizar ganancias?
¿Por qué utilizaron dosis tan altas en sus ensayos? La hidroxicloroquina se ha
utilizado durante más de 65 años, por lo que ya debieron haber quedado bien
documentadas tanto las dosis tóxicas como las efectivas para una variedad de
enfermedades. Los médicos que reportaron excelentes resultados son su
tratamiento también se mantuvieron dentro de las dosis recomendadas.

¿Será que utilizaron dosis conocidas por ser tóxicas para sabotear estos
ensayos de forma intencional?

Los médicos también reportaron que se obtienen mejores resultados cuando


el medicamento se administra durante una etapa temprana de la enfermedad,
mientras los síntomas aún son leves o moderados, sin embargo, en estos
ensayos el medicamento no se administró hasta que ya era demasiado tarde.

En Michigan, se realizó un análisis retrospectivo de 2541 pacientes y


encontró que el uso de hidroxicloroquina por sí sola redujo en más de la
mitad la mortalidad, es decir, del 26.4 % al 13.5 %. (La hidroxicloroquina en
combinación con azitromicina tuvo una tasa de mortalidad del 20.1 % y la
azitromicina sola tuvo una tasa de mortalidad del 22.4 %).

Más del 90 % de los pacientes habían recibido el medicamento o


medicamentos dentro de un periodo de 48 horas de su hospitalización. No se
observaron eventos adversos cardíacos entre los pacientes que recibieron
hidroxicloroquina.

Los otros tres ensayos (Recovery, Solidarity y REMAP) tampoco utilizaron


zinc, que parece ser un factor clave. Como señaló Zelenko anteriormente, la
hidroxicloroquina solo se utiliza para transportar el zinc hacia las células. Nass
señala que:

“Las conclusiones son aterradoras:

1. La OMS y otras agencias nacionales de salud, universidades y


organizaciones benéficas han realizado grandes ensayos clínicos diseñados
para que la hidroxicloroquina no muestre beneficios en el tratamiento
contra el Covid-19, quizás para beneficiar a los competidores
farmacéuticos más poderosos.
2. Al hacerlo, estas agencias y organizaciones benéficas han conspirado para
aumentar el número de muertes en estos ensayos.
3. Al hacerlo, han conspirado para privar a miles de millones de personas de
beneficiarse de un medicamento que cuando se utiliza de forma adecuada
podría ser seguro y económico. Esto podría contribuir con la prolongación
de la pandemia, las pérdidas económicas masivas y el gran número de casos
y muertes”.

Otros aspectos de los que debemos hablar


Aparte de eso, hay otros dos aspectos que aún no hemos mencionado:

1.Lo que estamos viendo en este momento es que los pacientes se están
utilizando como conejillos de indias. A partir del 16 de junio de 2020, la
Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por
sus siglas en inglés) estableció que la única forma en que un paciente puede
recibir hidroxicloroquina es al participar en un ensayo clínico.

Del mismo modo, en el Reino Unido, se ha pedido a los médicos tratantes que
inscriban a todos los pacientes hospitalizados por COVID-19 en los ensayos
Recovery y REMAP. A mediados de junio, Recovery tenía más de 11 500
participantes.
Lo que esto significa es que miles de pacientes están recibiendo un
tratamiento aleatorio en lugar de que su médico decida el tratamiento ideal.
Por cierto, Reino Unido tiene una de las mayores tasas de mortalidad por
COVID-19 en Europa. Al eliminar la elección del tratamiento, el número de
muertos podría terminar siendo mucho peor de lo necesario.

¿Esta tendencia podría seguir, incluso después de la pandemia? Ahora que los
médicos se están preparando para aceptar que sus pacientes sean tratados
de manera aleatoria en lugar de con el mejor tratamiento a su consideración,
la pregunta es, ¿harán los mismo con otras enfermedades?

2.En segundo lugar, tres artículos recientes argumentan que las dosis
excesivas de hidroxicloroquina utilizadas en el ensayo Recovery en realidad
no eran tóxicas. Esto crea una contradicción grave que aún no se ha aclarado.
Como señaló Nass en un correo electrónico que me envió:

“Hipotéticamente, digamos que tienen razón y que incluso las dosis altas son
seguras. Entonces, ¿Por qué la FDA, la Agencia Europea de Medicamentos, las
farmacéuticas, los gobernadores, etc. están restringiendo este medicamento que
es tan seguro y que no causa daños en caso de sobredosis? Esto es una
contradicción”.

El zinc es clave
En conclusión, volvamos a donde comenzamos, con los reportes de éxitos
sobre el tratamiento. El 8 de mayo de 2020 un estudio publicado en el
servidor de pre-publicación medRxiv, comparó los resultados en pacientes
hospitalizados por COVID-19 tratados con hidroxicloroquina y azitromicina
sola, o con el régimen de Zelenko que utiliza hidroxicloroquina, azitromicina y
zinc.

Y aunque la adición de sulfato de zinc no tuvo impacto en la duración de la


hospitalización, la duración de la estancia en la UCI o la duración de la
ventilación, el análisis univariado demostró que el uso de zinc:

 Aumenta la frecuencia de alta hospitalaria


 Disminuye la necesidad de ventilación artificial
 Disminuye las tasas de admisión en la UCI
 Disminuye la tasa de transferencia al hospicio para pacientes que nunca
ingresaron a la UCI
 Disminuye la mortalidad

Como señalaron los autores:

“Después de ajustar el tiempo en el que se agregó sulfato de zinc a nuestro


protocolo, hubo más casos de alta hospitalaria (OR 1.53 …) y menos casos de
mortalidad o transferencia al hospicio (OR 0.449 …).

Este estudio proporciona la primera evidencia in vivo de que el sulfato de zinc en


combinación con hidroxicloroquina puede desempeñar un papel muy importante
en el tratamiento terapéutico contra el COVID-19″.

En resumen, para maximizar la efectividad del tratamiento, se tiene que


utilizar zinc. Como se explica en mi artículo “¿La quercetina podría ser una
alternativa más segura a la hidroxicloroquina?“, la hidroxicloroquina actúa
como un ionóforo de zinc, lo que significa que transporta el zinc a las células,
además, el zinc parece ser un” ingrediente mágico ” que se requiere para
prevenir la replicación viral.

Si el zinc y un ionóforo de zinc se administran a tiempo, en teoría, podrían


ayudar a reducir la carga viral y evitar que se sobrecargue el sistema
inmunológico. Como se señala en el artículo preliminar, “Does Zinc
Supplementation Enhance the Clinical Efficacy of
Chloroquine/Hydroxychloroquine to Win Todays Battle Against COVID-19?”
publicado el 8 de abril de 2020:

“Además de los efectos antivirales directos, CQ/HCQ [cloroquina e


hidroxicloroquina] se dirigen en especial al zinc extracelular a los lisosomas
intracelulares donde interfiere con la actividad de la ARN polimerasa dependiente
de ARN y la replicación del coronavirus.

Debido a que la deficiencia de zinc ocurre con mayor frecuencia en personas de


edad avanzada y en aquellas con alguna enfermedad cardiovascular, enfermedad
pulmonar crónica o diabetes, suponemos que la CQ/HCQ junto con suplementos
de zinc pueden ser más efectivos para reducir la morbilidad y mortalidad por
COVID-19 en la monoterapia.
Por lo tanto, la CQ/HCQ en combinación con zinc se debe considerar como un
estudio adicional para los ensayos clínicos de COVID-19″.

Hasta el momento, ningún ensayo clínico importante ha seguido esta


recomendación tan lógica. Por desgracia, debido a la corrupción y la
politización de la ciencia en este asunto, es difícil ofrecer recomendaciones
claras y precisas. Al final, todo se reduce a, en manos de quién pone su
confianza.

La quercetina es una alternativa casera, natural y segura


Dicho todo esto, si sospecha que ha contraído COVID-19, probablemente no
estaría de más probar una versión del régimen de Zelenko, tan pronto como
aparezcan los síntomas. Como se explica en el artículo mencionado
anteriormente, la quercetina también es un ionóforo y tiene el mismo
mecanismo de acción que la hidroxicloroquina: hace que las células absorban
mejor el zinc.

Por lo tanto, es posible que no necesite el medicamento. También podría


cambiar el antibiótico por un antibacteriano natural como el aceite de hoja de
olivo o el de orégano. Puede encontrar más información sobre este tema en
el artículo “Cómo mejorar la absorción de zinc para reforzar la salud
inmunológica“.

Yo tomo quercetina y zinc como profiláctico todos los días, antes de irme a
dormir. La razón por la que es mejor tomarlos por la noche, varias horas
después de su última comida y antes del largo ayuno y el sueño profundo, es
porque la quercetina también es un senolítico (es decir, mata selectivamente
las células dañadas viejas o senescentes) que se activa por el ayuno. Así que
no espere más y aproveche los beneficios de la quercetina?

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