La distribución de la tierra y sus USOS

Cuando se habla de «tierra» se hace alusión, en general, a las superficies que pueden ser
destinadas a la producción. En los territorios provinciales preexistentes a la consolidación del
Estado nacional, la distribución de la tierra no cambió mucho desde la época colonial. La
población indígena perdió sus tierras o quedó confinada a otras de propiedad colectiva, por lo
general las menos fértiles. En las provincias del interior, las grandes propiedades incluían
extensiones de tierra con muy diferente aptitud para producir.

En algunas áreas, por la sequedad del clima, las tierras aptas para producción de cereales y
alfafa. Por eso las tierras donde se había aplicado la técnica de irrigación para controlar el agua
de los ríos eran las más valiosas y codiciadas, y en esas provincias el control del agua es tan
importante como el de la tierra. Fuera de los oasis, las grandes propiedades estaban integradas
por tierras no aptas para la agricultura pero con algunas zonas con pastos y árboles donde se
practicaba una ganadería extensiva, es decir, alimentada en grandes extensiones con
vegetación natural. Cuando se incorporaron los territorios de frontera al territorio nacional,
quedaron disponibles grandes extensiones de tierras aptas para obtener los productos más
solicitados, Como la mayor parte delas tierras fue apropiada para formar grandes
explotaciones, se produjo un proceso de concentración de la tierra que no fue evitado ni por el
Estado nacional ni por los provinciales.

En la Patagonia, las estancias ganaderas fueron aun más grandes que en la llanura pampeana.
Para producir un gran número de cabezas de ganado, se apropiaron de mayores extensiones
de tierra. En el área chaqueña y en la actual provincia de Misiones, además de las estancias
ganaderas, se expandieron las empresas forestales para explotar los bosques de la zona. Una
menor proporción de tierra pasó a manos de familias que formaron medianas y pequeñas
propiedades o explotaciones, por lo general denominadas chacras.

Algunas se formaron en colonias agrícolas, formas de asentamiento donde las familias

pudieron convertirse en propietarias de tierra. La mayor parte de las familias que se asentaron
en las zonas agrícolas en expansión lo hicieron como arrendatarios, es decir, alquilando
parcelas pertenecientes a las grandes propiedades o estancias. En las zonas agrícolas de
colonos y arrendatarios se formaron las áreas rurales más densamente pobladas, porque la
producción se basaba en el trabajo del grupo familiar en tierras de poca superficie.