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PEDAGOGÍAS EMERGENTES
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PEDAGOGÍAS EMERGENTES
Hablar de las TIC, sin embargo, implica considerar los diferentes momentos
que han conllevado a que éstas se configuren de una manera particular. En la
literatura se retrata el paso desde la web 1.0, con recursos digitales e
interactividad de usuarios de manera estática, y donde se avanzaba hacia la
creación de los primeros recursos digitales, pasando por las transformaciones
que conllevaron a la creación de herramientas que permitieron la masificación
del conocimiento, e incluso, un momento que inicia recientemente donde se
habla ya de una web sensorial y emotiva (web 5.0), que gesta diseños para la
personalización de las interacciones entre computadores y sistemas
tecnológicos e informáticos y seres humanos, donde destacan las
innovaciones relacionadas con inteligencia artificial, aprendizaje profundo,
aprendizaje máquina, redes semánticas inteligentes, entre muchas otras,
creando así entornos y experiencias tecnológicas totalmente distintas a lo que
hace tan sólo décadas se tenía como alcance máximo de las TIC (Márquez,
2017).
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Puede encontrarse hoy la idea general donde es difícil pensar la sociedad
contemporánea tal y como funciona en la actualidad si se deja a un lado la
mediación y posibilidades ofrecidas por el mundo TIC, y precisamente, dicha
percepción no ha pasado por alto a la educación. Adell & Castañeda (2015)
señalan, de manera interesante que
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para así mismo innovar en términos pedagógicos, en lugar de usarlas como
herramientas novedosas para la enseñanza tradicional.
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En cuanto al concepto de pedagogías emergentes, éste quizá ha sido un poco
más complejo de delimitar, ya que se ha encontrado atravesado por diversos
enfoques e ideas que surgen en el marco de contextos cronológicos y
geográficos diversos, que difieren en sus visiones según el escenario social (ya
sea por su mirada cultural, económica, política o tecnológica), las cuales a su
vez se aplican al mundo educativo. Sin embargo, una definición posible podría
ser hablar de pedagogías emergentes como un conjunto, tanto de enfoques
como de ideas pedagógicas, que se encuentran en proceso de ser
sistematizadas, que emergen en el marco del uso de las TIC como mediadores
de la enseñanza-aprendizaje y que buscan sacar provecho de todo el potencial
de éstas tecnologías en términos comunicativos, informacionales,
colaborativos, interactivos, creativos e innovadores, potenciando una nueva
“cultura del aprendizaje” en educación (Hernández et al., 2012).
Hasta aquí podría hacerse un bosquejo sobre la idea que permite vincular
tecnología y pedagogía en educación, donde la primera va configurando una
práctica educativa con posibilidades novedosas y múltiples, al igual que
limitaciones particulares, y donde la pedagogía se valdría de dichos recursos
para modelar prácticas educativas donde se pone en acción la tecnología para
potencializar los procesos de enseñanza y aprendizaje, con mayor vanguardia
y alineación a los cambios suscitados por la sociedad del siglo XXI.
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ocasiones integraciones reales son llevadas a cabo. Adell & Castañeda (2015)
señalan que:
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cambios, solo será posible que los procesos de representación en la
enseñanza aprendizaje sigan afectados por las tecnologías emergentes, sin
que se dé un verdadero cambio en el sentido de la educación. (p. 10)
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• Usa, pero no se limita, a los límites físicos y organizativos del aula, por
lo que implica contextos formales e informales de aprendizaje, donde
incluso los estudiantes pueden crear espacios y ecologías de
aprendizaje propias, desde los recursos y herramientas posibilitados
por las TIC (personal learning environment).
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Un elemento sensible en éste ámbito es el de la evaluación. Mora et al. (2018)
señala la necesidad de virar en este contexto hacia una modalidad evaluativa
donde se implica en mayor medida la participación, en la cual el estudiante se
involucra en todo el proceso, y ya no se posiciona únicamente como quien
recibe una valoración de su rendimiento en un momento final del proceso. Las
bases aquí están puestas sobre la evaluación formativa, la cual igualmente se
entrelaza con las premisas de una evaluación formadora, auténtica, dinámica
o continua, pero que cobra en todas se configura desde un dinámica en la que
el rol evaluativo es transferido del docente al estudiante. La evaluación emerge
en forma de retroalimentación, en el marco de criterios y estándares de
claridad, integralidad, efectos motivadores y de aporte para continuar y no
finalizar, una ruta de aprendizaje.
Attwell & Hughes (2010, citado en Hernández et al., 2012), señalan, entre
dichas posibilidades, las comunidades de práctica, la teoría de la actividad, el
constructivismo social de Vygotsky, el aprendizaje andamiado, los objetos
fronterizos, modelos de cajas de herramientas pedagógicas, desarrollo
rizomático del currículum, discurso, colaboración y meta-cognición, el
bricolaje, y los estilos de aprendizaje. Esta sugerencia conlleva a indicar una
advertencia necesaria: hablar de pedagogías emergentes no quiere decir
necesariamente pedagogías nuevas, sino que son emergentes en el sentido de
ubicarse como opciones posibles, oportunas e innovadoras en la praxis
pedagógica alineado a las posibilidades de las TIC, por lo que puede devenir de
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modelos que ya cuentan con cierto renombre, o que han sido señalados con
anterioridad por la literatura, pero que hoy cobran un sentido distinto en el
marco del contexto contemporáneo atravesado por las TIC.
Mora et al. (2018) señala además modelos basados en diferentes vías para el
aprendizaje, que hoy por hoy se conectan con la idea de pedagogías
emergentes, y que son posibles de ser materializadas con la mediación TIC.
Entre estas, señala el aprendizaje ubicuo (u-learning, que se relaciona con el
aprendizaje expandido, abierto, colaborativo, democrático y comprometido,
donde ocupa un lugar especial el aprendizaje para la vida y la ciudadanía, y las
competencias-habilidades blandas), el aprendizaje contextual o situado
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(siendo clave aquí la interacción), y el aprendizaje basado en problemas (por
sus siglas, ABP, que propone un problema a resolver ante grupos de trabajo,
para buscar información, analizar y proponer soluciones).
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Si bien estas configuran algunas líneas sobre las cuales focalizar alternativas
desde dichas pedagogías emergentes en el contexto de su integración con TIC,
quedan por fuera de las mencionadas aún diversas alternativas,
convirtiéndose en todo un panorama por explorar. Algunos investigadores y
docentes han puesto sobre la marcha dichas pedagogías y tecnologías
emergentes, por lo que resulta interesante mencionar algunos casos en los que
dichas pedagogías se han posicionado en proyectos innovadores.
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su rendimiento académico fruto de las bondades de la realidad aumentada
(64% de la población).
López (citado en Hernández et al., 2012) llevó a cabo por su parte otro
proyecto interesante desde ésta perspectiva: Identificación y regulación de
emociones con Scratch. Aquí, utilizando las bases del Pensamiento reflexivo se
toma la herramienta que le permite a los usuarios escribir un texto corto sobre
lo que hacen, piensan o sienten desde Scratch. El proyecto permitió entonces
identificar y responder a procesos emocionales, con resultados bastante
favorables que permitieron que dicha experiencia fuera respaldada para una
siguiente etapa de aplicación, y evidenciando el uso de las TIC como mediador
en prácticas pedagógicas que emergen desde modelos interesantes integrados
en aula.
Por su parte, Cuenca (citado en Hernández et al., 2012), pone el foco sobre el
uso de videojuegos para el aprendizaje de la historia y el paisaje medieval.
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Proyecto en el cual se encuentra un entorno con alta capacidad de interacción
y motivación, desde el uso educativo de videojuegos particulares que permiten
recorrer el mundo medieval occidental en el aula de clase, que además permite
la interacción entre jugadores en línea, lo que implica el desarrollo de
habilidades para el trabajo colaborativo y de socialización virtual.
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desde la virtualidad, y el aprovechamiento de los avances de las neurociencias,
la inteligencia artificial y las TIC, que han encontrado hace décadas un camino
que recorren con holgura y al cual las Instituciones universitarias se van
sumando recientemente.
Referencias
Mezarina; Páez; Terán & Toscano. (2014). Aplicación de las TIC en la educación
superior como estrategia innovadora para el desarrollo de competencias
digitales. Campus virtuales, 3(1), 88-101.
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Moreno. (2013). La tecnología educativa emergente en el contexto educativo
del siglo XXI. Educación y territorio, 3(1), 7-11.
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