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Introducción al Kalevala: Ukko, el Padre de los Cielos

Esta vez vamos a hablar de algo un poco diferente a lo que se ha venido tratando en entradas
anteriores, pues siempre hemos tratado de asuntos referentes a la mitología germánica (vikingos,
organización social, cultural y económica de estos pueblos germánicos, e incluso juegos). En esta
ocasión, vamos a hablar de un tema algo distinto, pero igualmente relacionado con la cultura
nórdica o escandinava: la mitología finlandesa, que por su geografía se encuentra también dentro de
un país escandinavo, por lo que presentará similitudes por estar cerca de los países germánicos y
distinciones por ser una cultura diferente, que otorga una mayor importancia a los espíritus.
Otro de los rasgos unificadores y a la vez diferenciadores sería el marco temporal, pues tanto la
mitología germánica como la finlandesa tenían primero una fuerte tradición oral, pasándose de
generaciones en generaciones simplemente recordando lo que anteriormente se les dijo, y más tarde
esa tradición oral se puso por escrito, en el caso germánico gracias a Snorri Sturluson con las Eddas,
y en el caso finlandés con Elias Lönnrot y el Kalevala. Pero la diferencia entre ambos es que la
primera se elaboró en el siglo XIII, mientras que el Kalevala fue recogido ya en el XIX. Esto conlleva
que, al reunir la tradición oral para unirla en el Kalevala, Lönnrot conocía ya la mitología
germánica, tanto por los escritos de Snorri en el XIII como por unos manuscritos islandeses del
siglo XVIII que ilustran toda esa mitología.
Como ya se ha dicho, la mitología finlandesa otorgaba mayor importancia a los espíritus. Es una
mitología mucho más chamánica que la germánica, por lo que en vez de explicar los sucesos por
medio de la intervención de dioses, lo explicaban por los espíritus que anidaban en el bosque, en el
pueblo, en los animales... Uno de los animales más importantes era el oso pardo, del que ni siquiera
se podía mencionar su nombre pues era el animal más sagrado, visto como la encarnación de los
antepasados (para referirse a él se valían d eufemismos como mesikämmen, "pata de miel" o kontio,
"habitante de la tierra"). Por ello, el cazar un oso era un acto heroico, que iba seguido de una fiesta
llamada "peijaiset", donde se trataba de convencer al espíritu del oso de que había muerto
accidentalmente y no asesinado. Además del oso, también veneraban al Alce de Hiisi y al Cisne de
Tuonela.
Pero esto no quita que su panteón esté tan repleto de dioses como el de cualquier otra cultura.
Dentro de este panteón, el principal dios es Ukko (del que se tratará a continuación), pero también
hay otros como Ahti (diosa del mar, aparece en una canción de Ensiferum), Akka (la dama anciana,
equivalente femenina de Ukko), Ilmatar (espíritu femenino del aire y madre de Väinämöinen),
Jumala (nombre generico para una deidad superior, hace referencia a la palabra "dios", igual
quetîwaz), Kuu (dios de la Luna), Luonnotar (espíritu de la naturaleza, la creadora femenina),
Pekko (o Pellon Pekko, dios de los cultivos y de la elaboración de la cerveza, y a quien Korpiklaani
dedica una canción), Tapio (dios del bosque), Tuoni (la muerte), Turisas (el dios de la guerra, que
comparte una raíz etimológica con Tîwaz, que en nórdico daría lugar al dios  Tyr) o Väinämöinen (el
protagonista del Kalevala).

Pero el principal dios del panteón finés es Ukko, también llamado Ylijumala ("dios superior"), quien
según algunas versiones sería el mismo que (o podría transformarse en) Ilmarinen o Perkele:

-El dios Ilmarinen representaría al herrero creador. No es de extrañar que, en la Edad del Hierro,
donde este metal es el garante del bienestar y de la victoria en las batallas gracias a la forja de armas
más resistentes que las anteriores de piedra o bronce, se le diera un culto especial al oficio
encargado de dar al hierro la forma deseada.
Ilmarinen arando el campo de víboras, de Akseli Gallen-Kallela

Ilmarinen forjando el Sampo, un molino mágico que producía grano, sal y oro. Obra también de Gallen-Kallela
De hecho, no son los únicos en rendir este culto, si pensamos en el martillo Mjöllnir de Thor o
incluso en el dios Hefesto/Vulcano de la mitología griega y romana respectivamente.

-Perkele tendría el origen de su nombre en Perkūnas, dios báltico del trueno, la lluvia, las montañas,
los robles y el cielo.

Mosaico de Perkūnas de 1978


De este dios Perkele hay una curiosidad interesante: a su llegada a Finlandia, los cristianos vieron el
culto que se le daba y decidieron demonizarle, de modo que hoy en día es un sinónimo de "diablo", y
"satanna perkele" es un grave insulto (estos casos de demonizaciones cristianas se repitieron con
anterioridad en la cultura vikinga: cuando vieron que para ellos existía un lugar llamado Hel o
Helheim donde iban todos los muertos que no fallecían en batalla, lo demonizaron, creando de ahí
la palabra inglesa para "infierno", Hell. Además, es muy probable que Heiðrún, la cabra del Valhalla
encargada de abastecer de hidromiel a los einherjar, fuese la que inspirara a los cristianos para
establecer esa equivalencia entre la cabra y el diablo).

Ukko aparece también relacionado con el nombre húngaro Agg ("viejo", nombre muy similar al
nórdico Ygg, otro nombre de Odín, también anciano). Es un dios climatológico (igual que Thor;
además, ambos llevan martillo), pero del clima típico de los parajes lapones: helada, nieve, hielo,
granizo, viento y lluvia, sol y sombra.
Al igual que otros dioses principales como Odín, Ukko tiene también una gran multitud de apodos o
"kenningar" como los siguientes: "Líder de las Nubes", "Pastor de las Nubes", "Dios de las Brisas",
"Rey Dorado", "Gobernador Plateado del Aire" y "Padre de los Cielos".
Es el encargado de lanzar los rayos (por lo que habría también una similitud con el grecolatino
Zeus/Júpiter), eliminando los malos espíritus que haya en las montañas, sacando de ahí otro de sus
kenningar, "El Tronador", y su morada es la Casa del Trueno.
Se le representa normalmente sentado sobre una nube en la bóveda celeste, soportando el
firmamento sobre sus hombros, lo que le granjea también el kenning de "Eje de los Cielos".
Armado como un imponente guerrero, lleva siempre un rayo por espada, el arcoiris por arco (lo que
constituiría una diferencia con el Bifröst germánico, un mero puente que conecta el Midgard con el
Asgard), que aún se llama "Ukkon Kaari" o Arco de Ukko.

Bifrost, de Arthur Rackham


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Lokasenna
También conocido como "los sarcasmos de Loki", es una obra que, tal como considera E. Bernárdez
en su libro "Textos Mitológicos de las Eddas" (del que copiaré algunos párrafos íntegros para
analizarlos), es una obra cristiana hecha para burlarse de los dioses paganos a través de Loki, que
les critica por las acciones que han realizado. Todos los dioses intentan rebatir a Loki, pero éste,
haciendo gala de su elocuencia, logra superponerse a las críticas de todos los dioses pero no a las
amenazas de Thor.

Manuscrito islandés del siglo XVIII que muestra a Loki con la red de pesca, invento suyo, pues cuando estaba huyendo de los
dioses pensaba formas posibles que estos tendrían de atraparle si se hacía salmón, y así ideó la red de pesca, que arrojó al fuego
para que no la vieran, pero Kvasir la vio a tiempo y la rescató del fuego mientras Thor cazaba a Loki

La historia se sitúa en el palacio de los Aesir o Ases, donde Aegir, también llamado Gymir, dios del
mar junto a su esposa Rán (simbolizan el poder del océano, a menudo destructivo, al que Egil critica
en su Sonatorrek o Pérdida irreparable del hijo. El dios benévolo del mar sería el vanir Njörd),
prepara cerveza para los dioses una vez le han hecho entrega del caldero (según el cantar de Hymir,
este caldero le fue entregado a Thor tras dos "pruebas": la primera consistente en salir a pescar con
el gigante Hymir, quien pescó dos ballenas, pero Thor pescó a la serpiente Jörmungandr y le asestó
un martillazo en la cabeza antes de que desapareciera. Habiéndose asombrado de la fuerza de Thor,
Hymir dijo que podría llevarse el caldero si rompía la copa de cristal que le ofrecía. Thor lo lanzó
contra un pilar de piedra, que se rompió, pero la copa siguió intacta. La mujer de Hymir le aconsejó
que lo lanzara contra la dura cabeza de su marido, y Thor, obedeciendo el consejo, rompió la copa y
pudo llevarse el caldero). Thor no estaba presente, porque se hallaba en Oriente. Quienes sí estaban
eran su esposa Sif, Bragi (dios de la poesía) y su mujer Idunn (quien tiene también su propia
historia que ya relataremos, pues sus manzanas eran las encargadas de proveer juventud eterna),
Tyr, Njörd y su mujer Skadi (quienes tienen otra historia aparte acerca de su matrimonio), Frey y
Freyja, Vídar el hijo de Odín, y Loki. Aegir iba con sus dos servidores, Fimafeng y Eldir. La cerveza
se escanciaba sola. Los dioses alabaron a los sirvientes de Aegir, y Loki, furioso, mató a Fimafeng.
Todos se iban a abalanzar contra él, pero huyó al bosque, y los Ases siguieron bebiendo. Cuando se
calmaron, Loki se acercó, fuera estaba Eldir, a quien le dijo que quería entrar a amargarles su
banquete. Cuando llegó, pidió asiento entre todos, y Bragi se lo negó, pero Loki, que había hecho un
hermanamiento de sangre previo con Odín, le convenció a éste para que le dejara quedarse. Cuando
Odín lo permitió, Loki brindó por la salud de todos los Ases y Asinias, salvo Bragi que no le había
dejado pasar.
Todo esto acarrea una serie de insultos y críticas entre Bragi y Loki, donde van intercediendo los
demás dioses. A Idunn, que intenta apaciguar la lucha, la llama libertina. También insulta a Gefjun,
tras interponerse en sus críticas, lo que hace que intervenga Odín, a quien Loki le dice:

"¡Calla Odín!  Nunca sabes repartir


 la victoria en el combate;
le diste a menudo a quien no debías,
 le diste a los más flojos."

Odín responde llamándole amariconado (el mayor insulto entre los vikingos, pues era considerado
como una traición a uno mismo), pues concibió él mismo un hijo, a lo que Loki responde que el
amariconado es Odín, quien trató de conseguir la magia seid o adivinatoria de las völvas, y por tanto
propia de mujeres.
Frigg, la esposa de Odín, intenta calmarlos, pero Loki la critica, llamándola libertina, pues (según la
Ynglingasaga, cap. 3), cuando Odín salió de viaje, sus hermanos Vé y Vili pensaron que no volvería y
yacieron con su mujer. Frigg furiosa le amenaza diciendo que no hablaría así si estuviese Baldr, el
más querido por los dioses, a lo que Loki replica que, como todos bien saben, es el causante de su
muerte. Acusa asimismo de libertinaje a Freyja, quien por ser diosa de la fertilidad y de la potencia
sexual se le conocen varios amantes.

Asimismo va contraatacando otras críticas como la de Njörd, Tyr, Frey, Byggvir, Heimdall y Skadi
(por ese orden), tras lo cual Sif, la esposa de Thor, le sirve hidromiel y pide que no ataque contra
todos los Ases allí presentes. Tras esto, finalmente, viene Thor de Oriente, quien se deja de críticas y
comienza a amenazarle con golpearle con su martillo. Loki intenta contraatacar mencionando la vez
que Thor no salió victorioso, al enfrentarse a Skrýmir o Utgarda-Loki, pero al ver que eso no aplaca
la ira de Thor, decide que solo por Thor abandonará la fiesta.

Loki discutiendo con los dioses, de Lorenz Frølich. Junto a cada personaje podemos ver en el margen su nombre
Después de esto, Loki se escondió en la cascada de Frennang transformado en salmón, pero los
dioses lo capturaron y lo ataron sobre tres rocas puntiagudas, mediante las tripas de su hijo. Skadi
cogió una serpiente venenosa y la colocó sobre su cara, y el veneno que escupía caía en una vasija
que Sigyn, esposa de Loki, recogía, hasta que se llenaba. Cuando esto ocurría, Sigyn debía vaciar el
veneno, y el que caía mientras en la cara de Loki le hacía estremecerse, creándose terremotos.

Poste de agravio
En esta ocasión vamos a tratar de un tema algo breve, pero igualmente interesante. Hemos visto
como los dos tipos principales de magia eran la seidr, o adivinatoria, propia de mujeres (como las
völvas), y la rún, es decir, magia efectuada mediante el poder de las runas bien para ayudar como
para causar graves daños: curando enfermedades, volviendo las armas del enemigo contra sí
mismo...

Por ejemplo, uno de los héroes más importantes de las sagas nórdicas (el cual va a ser a menudo
nombrado en esta entrada), Egil Skallagrímsson, se enfrenta varias veces contra el poder de las
runas y sale victorioso gracias a su conocimiento de la magia rún, primero en un combate contra Átli
Skammi (los dos se enfrentan en un duelo, pero Átli ha utilizado la magia de las runas para volverse
invulnerable a las armas. Egil, al descubrir este conjuro, se lanza a por él agarrándolo de manos y
pies y de un mordisco le desgarra el cuello, matándolo), y después curando a la hija de Thorfinn,
Helga, quien no podía dormir por la noche y tenía delirios, por lo que Egil investiga y acaba
descubriendo que la razón de su insomnio son unas runas mal grabadas en un hueso, por lo que,
tras raspar las runas, quemar el hueso y airear las sábanas donde dormía, graba otras nuevas,
solucionando el problema.

Pero la magia de la que se va a hablar aquí es otra, llamada el "poste de agravio" (en nórdico
antiguo "níðstang"), un poste hecho única y exclusivamente para maldecir a alguien. Consistía en un
poste largo de madera al que se le empalaba en lo alto una cabeza de caballo recién cortada.
De nuevo, el principal ejemplo de esta maldición en las sagas aparece llevada a cabo por Egil
Skallagrimsson, quien tenía una gran rivalidad con Eirík Blódöx o Hachasangrienta, hijo de Harald I
o el de la Hermosa Cabellera y esposo de Gunnhild, quien posiciona constantemente a Eirík contra
Egil, quien, después de matar a uno de los secuaces de Eirík, Berg-Önund...
"Cogió en la mano una rama de avellano y fue a un promontorio rocoso que había delante de la
costa; cogió una cabeza de caballo y la puso encima del palo. Luegohizo un conjuro, diciendo:
<< Planto aquí un poste de agravio, y dirijo el insulto al rey Eirík y a la reina Gunnhild -dirigió la
cabeza del caballo hacia tierra-. Dirijo el insulto a los espíritus protectores del país, que habitan
estas tierras, para que vaguen perdidos hasta que expulsen del país al rey Eirík y a la reina
Gunnhild. >>
Luego clavó el palo en una grieta de las rocas y allí lo dejó plantado; dirige la cabeza hacia tierra y
trazó runas en el palo, y dijo todo el conjuro."
(Saga de Egil Skallagrimsson, Snorri Sturluson, cap. LVII)
Egil Skallagrímsson, de Gustav Vigeland, en Mandal (Noruega)
Debió de funcionar, pues al año siguiente, Eirík y Hakón Adalsteinfóstri o Hakón I el Bueno (el
sufijo -fóstri significa "hijo adoptivo", y Adalstein sería Ethelstan, un rey inglés gran amigo de Egil
tras recibir su ayuda en la batalla de Vínheid del 937 contra los escoceses de Olaf el Rojo, de la
estirpe de Ragnar Lodbrok) reunieron cada uno su propio ejército, y al ser el de Hákon mucho más
numeroso, Gunnhild y Eirík tuvieron que huir de Noruega a Inglaterra.

Origen de la cerveza según el Kalevala


Situemos primero este relato dentro del Kalevala. En la región de Pohjola había una mujer, hija del
ama de Pohja, cuya mano se disputaban Väinämoinen, sapientísimo bardo y mago, pero de muy
avanzada edad, e Ilmarinen, paradigma del herrero hábil al igual que Hefesto/Vulcano en la
mitología grecolatina o los enanos de la mitología nórdica, y quien había construido al ama de Pohja
el sampo, un molino que molía sal, harina y hasta monedas.

Väinämöinen (izda.) e Ilmarinen (dcha.)

La hija del ama de Pohja eligió como marido a Ilmarinen, pero el ama, antes de permitirlo, sometió
a Ilmarinen a tres pruebas de las que salió airoso gracias a la hija del ama, que deseaba casarse con
él: de esta forma ara el campo de víboras, caza al oso de Tuoni y al lobo de Manala y pesca al lucio
del río de la Muerte.

Tras estas pruebas, el ama concede la mano de su hija a Ilmarinen, y preparando el banquete, se da
cuenta de que no sabía preparar la cerveza pues no sabía su origen (en el Kalevala se menciona en
varias ocasiones que para saber fabricar algo es necesario conocer su origen, como en el caso del
hierro). Un anciano que la oye le cuenta el origen de la cerveza:

<< La cerveza tiene su origen


en la cebada, la bebida
extrae del lúpulo su aroma,
pero también requiere agua
y una cocción al fuego vivo.
Espíritu burlón, el lúpulo
fue plantado de pequeñito (...)
en el campo inculto de Osmo;
pero se alzó un hermoso tallo
que trepó por un arbolito
hasta en la copa detenerse. (...)
Cuando pasó un cierto tiempo,
el lúpulo desde su árbol,
la celada desde la tierra,
y el agua desde sus regatos,
al mismo tiempo exclamaron (es muy habitual en la mitología finlandesa atribuir cualidades
humanas como el habla a distintos objetos):
"¿Cuándo podremos estar juntos,
en compañía unos con otros?
Muy aburrido es vivir solos,
dos o tres es más agradable."
Osmotar, la mujer sin par,
cogió una espiga de cebada,
sólo seis granos, sólo siete
yemas de lúpulo, y  sacó
ocho cubos de agua de pozo,
puso la olla al fuego vivo,
y, un fugaz día de verano,
donde acaba el cabo brumoso
en la isla llena de nubes,
hizo cocer a fuego lento
la cerveza en una cubeta
de madera nueva, en un cuenco
hecho de tronco de abedul.
La cerveza ya estaba hecha, pero no estaba fermentada >>

La mujer comienza a pensar qué podría echarle para hacerlo fermentar. Pensando en ello, y
mientras limpia su casa, Osmotar encuentra un palito que, frotando con los dedos, transforma en
ardilla (o según otras versiones, un viejo encuentra el palito y ofreciéndoselo, Osmotar lo frota con
los dedos surgiendo la ardilla), a la que le pide que vaya al reino de los bosques o Tapiola ("-la" sería
un sufijo, muy utilizado en el Kalevala, que significaría "lugar". Nótese el gran uso del sufijo, que
aparece incluso en el título "Kalevala" o "región de Kaleva", donde viven Ilmarinen y Väinämöinen.
Tapio sería el dios de los bosques, y recibiría plegarias a menudo para encontrar algo concreto en la
inmensidad del bosque, como en el caso de Lemminkäinen) a recoger piñas.

Al ver el viejo (u Osmotar, como se ha dicho previamente) que eso no funciona para hacer fermentar
la cerveza, se fija en una viruta de la casa que transforma en una marta (animal similar a una ardilla,
cuya piel tenía un gran valor entre los escandinavos) dorada, a la que le pide que se adentre
cautelosamente en la cueva del oso para recoger su baba y llevársela a Osmotar para fermentar la
cerveza, lo que tampoco funciona.

Finalmente, se fija en una vaina de legumbre que transforma en abeja, a quien le encomienda ir a
una isla en el mar donde había una mujer adormecida, e impregnar su cuerpo de la miel que había
en la planta al lado de esta doncella.

<< Osmotar la echó en la cerveza,


y entonces ésta fermentó
en la tinaja de madera,
en la cubeta de abedul. (...)
Transcurridos unos instantes
llegaron muchos bebedores,
en primer lugar Lemminkäinen,
el celebrado aventurero
tan alegre y tan campechano,
que se cogió una borrachera
con la cerveza de Osmotar.
Este principio fue su origen,
la cerveza adquirió así fama,
siendo apreciada en todas partes,
pues una bebida apta
hasta para personas serias,
que a las mujeres pone alegres
y a los hombres de buen humor,
pone contentos a los cuerdos
y alegra más a los ya alegres. >>

(Extraído de Kalevala, de Elias Lönnrot)


Sonatorrek o la Pérdida irreparable del hijo
Ya hemos hablado en otras ocasiones de Egil Skallagrímsson, y como ya se dijo fue tan buen
luchador como escaldo. Suyo es este poema llamado Sonatorrek o Pérdida irreparable del hijo.
Situemos un poco el contexto de este poema:
Tras sus múltiples expediciones y batallas contra Eirík Blódöx (o Hachasangrienta) se asentó en
Islandia, en el terreno que su padre, Skallagrím Kveld-Úlfsson, le legó. Allí tuvo dos hijas (Thorgerd
y Bera) y tres hijos (Böðvar , Gunnar y Thorsteinn). En esta ocasión hablaremos de Böðvar.
Böðvar estaba ya crecido, y era apuesto y fuerte como Egil o Thórólf a su edad. Böðvar quería
mucho a Egil y viceversa.
Un verano, llegó un barco al Hvitá (o "Río blanco", pues la terminación -á en los lugares tenía el
significado de "río"), y hubo gran mercado, y Egil compró mucha madera y la mandó llevar a un
barco; sus criados fueron con una barca de ocho remos que Egil tenía. En una ocasión, Böðvar
pidió que le llevaran consigo, y aceptaron; fue entonces a Vellir con los criados; en total eran seis,
en un barco de ocho remos.
(...) Sopló entonces un violento vendaval del sureste, y se vieron metidos en la resaca de la
bajamar; la mar estaba muy encrespada en el fiordo, como suele suceder; finalmente, el barco se
hundió, y murieron todos.
Más tarde, al día siguiente, aparecieron los cuerpos; el cuerpo de Böðvar llegó hasta Einarnees, y
otros llegaron al sur del fiordo, que es donde llegó también el barco; lo encontraron en
Reykjarhamar.
Ese día, Egil se enteró de estas nuevas, y fue a buscar los cuerpos; encontró el cuerpo de Böðvar;
lo levantó del suelo y lo colocó sobre sus rodillas, y se lo llevó luego a Digraness, al túmulo de
Skallagrím. Mandó abrir el túmulo y puso en él a Böðvar, al lado de Skallagrím(...)

Hecho esto, Egil se encierra en su habitación, hasta que su mujer Ásgerd manda llamar a su hija
Thorgerd, quien "engaña" a Egil para sacarle de su empeño en esperar la muerte: se encierra con él
fingiendo esperar también la muerte, y masticando un alga que según ella acorta la espera. Egil
mastica también el alga, que no los mata pero si les da sed, por lo que piden agua, pero se les da
leche, por lo que Thorgerd consigue convencer a Egil para que escriba un poema en honor a su hijo
Böðvar y ella lo escribirá en madera, y hecho eso "moriremos los dos si así nos parece". Egil, ya
persuadido, le escribió este poema:

(Sonatorrek de SIG:AR:TYR. La imagen del vídeo es Egil a caballo sosteniéndo a su hijo Böðvar)

"La lengua se resiste


a alzarse en mi boca,
no puedo levantar
la balanza del verso (la lengua);
no encuentro placer
en el néctar de Odín (la poesía);

No podré sacar
de la honda morada
de mis pensamientos
-me atormenta el dolor,
me impide moverme-
el licor de poesía
que un día trajo Odín
del país de los trols.

Vivía sin tacha


en la larga casa
similar a la nave
de guerra de Nökkver;
silbó la sangre,
el mar, en las rocas
donde habita
el pueblo de enanos.

Mi linaje ya se hunde
en la decadencia,
es un bosque repleto
de árboles caídos;
hondo dolor sufre
quien saca del lecho
al pariente querido
y lo lleva a su tumba.

Más diré, primero,


la muerte del padre,
cómo murió mi madre
sacaré de mi boca,
torrentes de palabras,
serán hojas del árbol
alto y copudo
de la poesía.

Cuánto daño me hace


la brecha que abrieron
las olas del mar
en los muros paternos,
abierta la raja,
vacía está y oscura;
una onda maligna
me arrebató al hijo.

Duro golpe me asesta


la diosa del mar,
huérfano estoy
de amigos amados;
rompió el mar los lazos
que mi estirpe unían,
las mismas ligaduras
que a mí mismo me unen.

Sabed que si ese agravio


con espada se vengara,
la esposa de Aegir
estaría ya muerta (Rán, a ambos se echa la culpa de naufragios);
si pudiera matar
al señor de los mares,
si atacar pudiera
a la esposa de Aegir.

Mas la ley no permite


vengarse con muerte
de quien mató a mi hijo,
así yo lo creo;
sabe cualquiera
que Aegir, el anciano,
no posee ni un hijo,
cosa es conocida.

La mar me ha causado
pérdida irreparable,
qué triste es contar
la muerte de un hijo;
era escudo de mi estirpe,
echó a andar por la senda
que conduce a la alta
mansión de los muertos.

Sé muy bien que mi hijo


grande hubiera sido
si hubiera crecido
y llegado a ser hombre;
si hubiese llegado
a tener el vigor,
la mano fornida,
de un fuerte guerrero.

Atendía siempre
las palabras del padre (es decir, sus palabras),
aunque los otros
otras cosas dijeran;
él era mi apoyo
en todas las cosas,
en él mi fuerza
podía reposar.

Me viene a menudo
al pensamiento
la falta de amigos;
cuando la lucha
aún más se endurece
pienso en esto,
vuelve a mi recuerdo,
mi razón atormenta:

¿en quién confiaré,


acaso algún hombre
llegará a ayudarme
en mi amarga cuita?
Me hará tanta falta
cuando el pérfido ataque,
ha de ir con cuidado
quien de amigos carece.

Es difícil hallar
en el tronco de Odín (refiriéndose al mundo y a todos los dioses y hombres)
a uno tan sólo
en quien pueda confiar;
sirve a lo oscuro
quien vende por oro
el cuerpo de un hermano
por compensación.
(Era costumbre entre guerreros de alta alcurnia, al matar a un rival, ofrecer a la familia de éste una
compensación monetaria para aplacar la ira de éstos. Si la familia no aceptaba el dinero como
compensación, se intuía el comienzo de la batalla y de la toma de venganza por parte de la familia)

Compensación, dicen
que nunca se logra
por el hijo muerto;
queda engendrar sólo
otro hijo más
que diga la gente
que era igual de bueno
que el hermano perdido.

No me agrada ya
compañía de gentes,
aunque busquen todos
conservar la paz;
ha llegado mi hijo
de Odín al albergue,
el hijo de mi esposa
fue a ver a los suyos.
(Al Valhalla, o albergue de Odín, no iban sólo quienes morían en batalla. También iban aquellos
que, al morir, eran marcados con una lanza, por la lanza Gungnir, símbolo de Odín, a quien le
dedica los siguientes párrafos)

Pero me es hostil
el dios que destila
dulce licor de malta
agrio su corazón;
ya no puedo erguir
mi cansada cabeza,
no puedo tener firme
el carro de la razón (kenning para "cabeza"),

desde que mi hijo


fue arrastrado
por la fiebre ardiente
del mundo de los vivos (aquí habla de su otro hijo Gunnar);
bien sé que él siempre
evitó con orgullo
caer en la vergüenza,
que evitó el vituperio.

Recuerdo todavía
que el dios de los gautas (Odín)
se llevó a mi hijo
al país de los dioses;
rama de mi estirpe
al que yo engendré;
retoño querido
era de mi esposa.

Yo fui amigo fiel


del señor de la lanza,
tan crédulo fui,
que en él confié;
pero el dios, que es rey
de los dioses todos,
el que el triunfo otorga
quebrantó la amistad
(Este "señor de la lanza" es, de nuevo, Odín. A él se le adoraba, como padre de los dioses, cuando
había que ganar una batalla, para no morir en ella, o dicho de otra forma, "para hacer esperar un
poco más a sus hijas las valquirias")

Por eso, no podré


hacer ya sacrificios
gustoso a Odín,
defensor de los dioses;
pero he de ser sincero,
el dios más sabio
me dio compensación
por todas mis cuitas.

Odín, el guerrero
habituado al combate,
me concedió un arte
perfecto y sin tacha,
que obliga al enemigo
a descubrir sus tretas,
tal es la fuerza
de la poesía.

Estoy afligido
pues cerca está ya
Hel, la diosa
de los hombres muertos;
mas con alegría,
y aun con deseo,
y ya sin miedo,
aguardaré la muerte.

Saga de Egil Skallagrímsson, de Snorri Sturluson (ed. Enrique Bernárdez)

Fenrir
Loki Laufeysson tuvo tres hijos con la giganta Angrboda: la serpiente Jörmungandr, el lobo Fenrir
y Hel. Pero al saber los dioses que esos tres hijos habían nacido en el Jötunheim, la tierra de los
gigantes, se dieron cuenta de que no les traerían más que desgracias, por lo que decidieron librarse
de ellos.
A Jörmungandr la arrojaron al mar que rodea toda las tierras, y allí creció hasta el punto de que
podía ocupar todo el mar cuando se mordía la cola.
A Hel la envió al Níflheim, la tierra del frío (tierra con una importancia básica en el mito de
la creación). Allí le dio poder sobre los muertos enviados allí, que eran aquellos que fallecían de
enfermedad o vejez. Por así decirlo, el Valhalla sería como el Cielo cristiano, donde van aquellos que
lo merecen, mientras que el reino de Hel, el Helheim, sería el destino para aquellos que no han
conseguido ir al Valhalla, por lo que sería el equivalente al infierno cristiano (de ahí el nombre
inglés para infierno, hell).

A Fenrir (el personaje que tratamos en esta entrada) lo cuidaron los Ases en su tierra, y  Týr tenía
el valor para ir de darle a comer (más información sobre Týr aquí). Como el lobo no paraba de
crecer, los Ases decidieron encadenarle (para ver el conocidísimo relato del encadenamiento de
Fenrir, pinchar en el enlace anterior).
Este encadenamiento del lobo guarda relación también con la mitología finesa, pues en uno de los
cantos del Kalevala, donde la mujer de Ilmarinen reza a Tapio (rey de los bosques) y
a Ukko para que eviten que a sus vacas les pase nada malo cuando salgan a pastar, se dice:

<< Guarda tu perro entre dos rocas,


átalo a una cadena de oro,
ponle de plata una correa
para que no provoque estragos,
para que no siembre el terror.
Pero si eso no bastara,
oh, Ukko todopoderoso,
dorado y plateado dios,
escucha mis palabras de oro,
oye mis súplicas fervientes:
coloca un tallo del serbal
del can en su achatado hocico;
más si el serbal aún fuera poco,
fabrica una correa de cobre;
si el cobre fuera poco fuerte,
una argolla de hierro haz;
pero si el can rompe el metal,
si el chucho aún provoca estragos,
colócale una barra de oro
en las quijadas, cúrvala,
e inmovilízale el hocico,
atenázale bien los dientes
de manera que no se pueda
quitar el bozo si no es
con un cuchillo o con un hacha. >>
Pero, curiosamente, como diría Gangleri en el Gylfaginning, "¿por qué no mataron los Ases al
lobo , si esperaban daño de él?". Por una única razón: en los santuarios o "lugares de
tregua" estaba prohibida cualquier tipo de lucha o menos aún muerte (igual que en el Althing,
donde todo el mundo debía dejar sus armas a la entrada del recinto), y además así se demuestra una
máxima de la mitología nórdica: la idea de un destino horrible que se conoce cuál es pero que no se
puede cambiar (igual que el mito griego de Casandra, quien estaba maldecida por Apolo a predecir
siempre un destino que sería horrible pero que nadie nunca la creería, de modo que, aunque sabe lo
que pasará, no puede cambiarlo). En este caso, el destino fatídico e inevitable del que hablamos es la
influencia de Fenrir en el Ragnarök:

Primero llegará el invierno Fimbulvetr, donde tres inviernos se seguirán, y en medio ningún


verano. (...) <<Sucederá entonces también que temblarán la tierra y las montañas se
derrumbarán, y todas las cadenas y las ligaduras se romperán y quebrarán. Entonces se soltará
el lobo Fenrir. (...) Y el lobo Fenrir irá con la boca abierta, la mandíbula superior por el cielo y la
inferior por la tierra; aún abriría más la boca si hubiese sitio para ello. Saldrá fuego de sus ojos y
su nariz. (...) Cabalgará primero Odín con su yelmo de oro y su hermosa coraza y su lanza, que
llaman Gungnir, atacará al lobo Fenrir (...) El lobo se tragará a Odín, que así morirá. Pero luego
le atacará Vídar y pondrá un pie en la mandíbula inferior del lobo. Lleva en el pie un zapato hecho
por todos los hombres con las suelas de cuero desgastadas en los dedos o el talón, que los hombres
quitan de sus zapatos. Por eso debe tirar las suelas desgastadas el que quiera ayudar a los
Ases (dato curioso, ¿no?). En la mano cogerá la mandíbula superior del lobo y le destrozará la
boca, y ésta será la muerte del lobo. >>

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