Está en la página 1de 2

Las nueve dimensiones del camino del Druida

La mayoría de los druidas se muestran reacios a tratar de definir que son y cuales son sus creencias en
unas pocas palabras. Esto como parte del reconocimiento de la naturaleza orgánica de la tradición
druídica, pero también al reconocer que una definición inevitablemente requerirá mucha mayor
explicación. Talvez la mejor definición corta es la dada por Brendan Myers:

Un Druida es un celador profesional de los misterios vivientes espirituales como se expresan en las
formas culturales celtas.

Sin embargo una cuestión es clara, los Druidas de hoy no son los Druidas de ayer. Por lo que una
definición de cuales son las cualidades que el Druida hoy en día aprende y trabaja con, se podrían
resumir en nueve dimensiones, como sigue:

1. La dimensión tribal; que comprende lenguaje, historia, tradiciones, mitos, sabiduría y geografía
de las personas que siguen el camino del druídico tanto en el pasado como en el presente. En
esencia, es todo lo que tiene que ver con la identidad de la tribu, así como su lugar y relación con
el tiempo y espacio.

2. La siguiente es la dimensión de las destrezas; el término es usado en su sentido más amplio,


desde lo que ahora llamamos artes, hasta las artes manuales, domésticas, agricultura, jardinería,
horticultura, y por supuesto, todas las manifestaciones y formas de magia. Todas ellas son
manifestaciones físicas de la parte metafísica que engloba cada parte de lo que los Druidas
hacen.

3. La siguiente es la dimensión del saneamiento, el restablecimiento del balance, el entendimiento


de el Mundo y todo lo que hay en él, en ambos, el nivel espiritual y el material; de las formas en
como el mundo y todo lo que vive puede ser dañado; y las formas en que cada Druida puede
usar de mejor forma sus habilidades para ayudar a su saneamiento y renovación. A pesar de que
los Druidas tratan con los síntomas cuando hay la necesidad, su trabajo mayor es en restablecer
el balance de las bases del ser – Sanar el alma maltratada del mundo.

4. La dimensión metafísica, que corresponde primariamente a los misterios y las razones del ser,
de la vida, la muerte y el renacimiento, de los ciclos en todas nuestras vidas. Es también un
aspecto de la tradición que se enfoca en el entendimiento y la sabiduría que puede ser obtenida
del contacto con nuestros ancestros y el Otro mundo. Es en la exploración de esta dimensión
que se abren las vias en las que los Druidas ven el mundo, las bases de todo lo que son y hacen.

5. La quinta es la dimensión del vidente. No solo concernientes al futuro, sino también viendo al
presente. Cuando las fuerzas desarrolladas de la intuición se permiten ir a través de la rueda del
tiempo, nada es irrelevante al lugar y tiempo que es ahora.

6. La sexta es la dimensión del ritual, esta dimensión hace más que llevar a cabo los rituales
mayores (las ocho ceremonias anuales y los ritos de paso) también se compone de ritos privados
y ceremonias, ejercicios, plegarias, meditaciones, enseñanzas y disciplinas están involucradas
en lo que es ser un Druida.
7. La séptima dimensión es la de la filosofía natural. Esto es buscar un entendimiento de las formas
en que el mundo funciona y del que somos todos parte; una búsqueda del entendimiento de lo
que es el universo estudiando al universo mismo.

8. La octava es la dimensión de la enseñanza. Aunque esta se refiere, en estricto sentido, a la


enseñanza de la tradición a otros, guiándolos a través de los bosques del espíritu, también tiene
una aplicación más amplia. Los Druidas se ven involucrados en un constante diálogo con el
mundo. Ellos escuchan, ellos responden. Es parte de la retroalimentación. A menudo, la
enseñanza es acompañada por el ejemplo, por vivir en un modo que inspire a los demás a
seguirlo.

9. Finalmente, la dimensión del servicio, el corazón mismo de la tradición Druídica. El objetivo de un


Druida no es mejorarse ellos mismos, todos los druidas sin embargo hacen eso dentro del curso
de su vida, pero como un medio para llegar a un fin, no como un fin en si mismo. Ser un Druida
es trabajar para hacer del mundo un mejor lugar para todos. Ser Druida es celebrar y venerar la
existencia. Ser Druida es convertirse en un adepto de forma que podamos servir mejor.
Ciertamente hay aspectos del servicio dentro de la dimensión social y ética de una religión, pero
están ligados usualmente a aspectos doctrinales, que establecen que nuestro buen
comportamiento social y ético no son sólo buenos comportamiento religiosos, sino también una
recompensa en la otra vida. Para el Druida, sin embargo, el servicio no se deriva de otros
aspectos de la tradición Druídica. No se hace porque sea un requerimiento doctrinal o para ganar
una recompensa. Sino que el servicio es la razón de la existencia de la tradición Druídica. El
servicio es el camino del druida, el camino del druida es el servicio.

Copyright 2005 © Graeme K. Talboys.

Adaptado del libro “El camino del Druida” (The Way of the Druid)

Graeme K. Talboys ha hecho carreras en filosofía y educación, es autor de una serie de títulos sobre
educación y sobre Druidismo y Paganismo Celta. Ha sido Druida por más de treinta años, en ambos
conceptos, como miembro de una Orden y por mucho tiempo, como Druida solitario.

Traducido y reproducido bajo permiso del autor, no debe ser reproducido total o parcialmente, ni
usado en otros sitios web sin el permiso adecuado.

Losceltas.org

También podría gustarte