Está en la página 1de 3

CURIOSIDADES DEL CEREBRO

De Bandwagon al punto ciego: los


sesgos cognitivos más curiosos que
deberías conocer
Interpretamos erróneamente la información disponible, al dejarnos influir por
pensamientos, creencias, prejuicios. Y es muy interesante

Interpretas mal las cosas, pero no te preocupes, que no eres el único. Como nunca
podremos saber realmente si la realidad que observamos es la verdadera, o si
nuestra realidad coincide con la de los demás, estamos meramente limitados
por nuestros sentidos. Por ello, en algunas ocasiones sufrimos determinados
sesgos cognitivos sin darnos cuenta, como es lógico, de que nos sucede.

El sesgo cognitivo es una interpretación errónea de la información disponible,


al dejarse influir por pensamientos, creencias, prejuicios, etcétera. No hay un
único sesgo cognitivo, sino muchos dependiendo del momento, y vamos a repasar
algunos de los más curiosos e interesantes.

Efecto Bandwagon (o dónde va Vicente)


También llamado efecto de arrastre, es la tendencia a hacer o creer algo solo porque
muchas personas lo hacen o creen. Relacionado con el comportamiento gregario,
señala que la probabilidad de que una persona adopte una creencia es directamente
proporcional a que otros ya la tengan, debido a que preferimos ajustarnos a lo
preexistente, ya que es imposible no derivar nueva información de lo que otros
piensan y hacen.

 Sesgo de punto ciego (o no darte cuenta de tus prejuicios)


Nos pasa a todos. Es la tendencia a no darse cuenta de los propios prejuicios
cognitivos o verse a sí mismo menos sesgado que los demás. En general, es más
probable que la gente se vea a sí misma como mejor que el promedio de la población
para posibles tratos positivos y menos que el promedio para tratos negativos. Así
somos.

Hipótesis del mundo justo (o te lo mereces)


Parece increíble, pero tendemos a pensar que el mundo es un lugar justo y bueno.
¿Qué significa eso? Pues que si a alguien le sucede algo malo tiene que ser porque,
de alguna forma, se lo merece. Algo habrá hecho…

Efecto del falso consenso (o creer que lo tuyo es muy


normal)
Está comprobado que la mayoría de las personas creen que sus propios hábitos,
valores y creencias están mucho más extendidos entre otras personas de lo que
realmente están. En otras palabras, sobreestimamos el grado de acuerdo que los
demás tienen con nuestras ideas o comportamientos.

Sesgo de negatividad (o siempre gana lo malo)


Por algo intrínseco en nuestra psicología, el aspecto negativo de las cosas nos suele
resultar más atractivo que el positivo. Eso explica no solo por qué las noticias malas
suelen ser más conocidas que las buenas, sino también que recordemos las
experiencias traumáticas y malas de nuestro pasado, por encima de las que nos
son positivas.

 Efecto espectador (o pasividad)


Si estáis juntas dos personas y surge una emergencia, seguro que ambas ponéis de
vuestra parte para solucionar el problema. Pero, ¿y si te encuentras en un vagón de
metro en hora punta y sucede algo? Pues este fenómeno psicológico asegura que
es menos probable que intervengas para ayudar cuantas más personas haya.

Retrospección idílica (o cualquier tiempo pasado fue mejor)


En muchas ocasiones hemos hablado del problema engañoso de la nostalgia, y cómo
es un recurso frecuentemente utilizado por los populistas para intentar volver a una
Edad de Oro en la que todo era mucho mejor. Nos empeñamos en pensar y ver el
pasado como algo mucho mejor de lo que realmente fue, mientras que el futuro se
observa de forma negativa y decadente. Por eso, las nuevas generaciones son
siempre peores que las que vinieron.

Efecto Dunning-Kruger (o no sabes tanto como crees)


Los individuos incompetentes sobreestiman su habilidad, frente a los individuos
altamente competentes, que suelen subestimar en relación con la de otros. En otras
palabras, cuanto más sabes de un tema probablemente pienses que sabes menos, y
viceversa.

Efecto Forer (o creerse el horóscopo)


se produce cuando las personas dan voluntariamente su aprobación y aceptación a
las interpretaciones de su personalidad, pues creen que viene de una fuente fiable (el
tarot, por ejemplo). En otras palabras, aceptan como propias generalizaciones que
podrían ser válidas para cualquier individuo (lo más claro son los horóscopos,
aunque incluso se utiliza en publicidad).

Efecto en tercera persona (o los demás son más tontos)


Por supuesto, los medios de comunicación le han lavado el cerebro a los
demás. Pero a ti no, claro.

También podría gustarte