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Universidad La Salle Morelia

Valentina García Navarro


El mensaje liberador de Jesús

Moisés en el testamento
ֹ , pron. estándar: Moshé, pron. tiberiana: Mōšeh; en
Moisés (en hebreo, ‫משֶׁה‬
griego antiguo, Mωϋσῆς, Mōüsēs; en latín, Moyses; en árabe, ٰ‫م ـ ـ ـ ـ ـ ــوس ـ ـ ـ ـ ـ ـى‬, Mūsa),

llamado en la tradición judía Moshe Rabbenu (‫משֶׁה רַ בֵּנוּ‬


ֹ , Moisés nuestro
maestro),[5] es el profeta más importante para el judaísmo, liberador del pueblo
hebreo de la esclavitud de Egipto y encargado por Dios de entregar la Ley
escrita y, según los rabinos, la Ley oral, codi cada más tarde en la Mishná.[6]

El cristianismo heredó esta imagen de Moisés, a quien venera como redentor y


legislador y, por ello, anticipo de Cristo. En ambas tradiciones, Moisés es el
autor del Pentateuco, en hebreo Torá, los cinco primeros libros de la Biblia, que
contienen la Ley, llamada por ello Ley de Moisés. En el Islam, Moisés es uno de
los profetas que más veces (ciento treinta y seis) se nombra en el Corán. En
dichas referencias se dice que Moisés es el mensajero enviado al pueblo de
Israel y el único en haber escuchado directamente a Dios, por lo cual se lo llama
kalîm Allah. Los relatos del Corán retoman y a veces reelaboran las narraciones
sobre Moisés contenidas en la Biblia y en la Hagadá, para remarcar el
paralelismo entre Moisés y Mahoma, a quien el primero habría anunciado. En
todas las religiones abrahámicas, Moisés es una gura central como profeta y
legislador.

El Éxodo constituye la fuente primaria y la más antigua sobre Moisés, el libro


sagrado relata la vida y obra del profeta, así como sus parientes y legado. Su
nacimiento se da en Egipto, hijo de Amram y de Jocabed, ambos de la tribu de
Leví. En aquel tiempo, el Faraón (se desconoce el nombre) para controlar la
población hebrea, emite que todo hijo varón sea echado al Nilo, la madre de
Moisés lo coloca en una cesta al río de donde es recogido por la hija del Faraón
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(el midrash la llama Bitia), quien lo cría como propio. En su juventud, mata a un
egipcio que maltrataba a un hebreo y huye al país de Madián en el desierto. Allí
se casa y tiene una revelación divina en el Monte Sinaí.[7] Regresa a Egipto por
orden divina y junto a su hermano Aarón demandan al Faraón (se desconoce el
nombre) la libertad de los hebreos; ante la negativa del soberano invocan sobre
Egipto las diez plagas bíblicas. A causa de ellas, los hebreos son liberados y
Moisés los conduce hacia el Sinaí. Allí, recibe la Ley, la entrega al pueblo de
Israel y organiza sus instituciones y culto. Finalmente, después de pasar
cuarenta años en el desierto, lleva al pueblo hasta la Tierra Prometida, pero
muere en el monte Nebo (Transjordania) antes de poder ingresar en ella. La
Biblia no menciona donde sepultaron a Moisés.

El judaísmo rabínico considera que la vida de Moisés se extiende desde el año


1391 a. C. hasta 1271 a. C.,[8] [9] mientras que Jerónimo lo ubica en 1592 a. C.
[10] y James Ussher en 1571 a. C.[11]

A partir del siglo xvii, la atribución del Pentateuco a Moisés fue puesta en duda,
entre otros, por Baruch Spinoza. En el siglo  xviii, Jean Astruc reforzó esta
noción con argumentos de crítica textual; en ambos casos no se negó la
existencia de Moisés. A partir del siglo  xix se intentó ubicar a Moisés en el
Imperio Nuevo de Egipto, relacionándolo con guras como Akenatón o Ramsés
II.

El consenso actual es que se trata de un personaje legendario, aunque algún


líder tribal tipo-Moisés pudo haber existido a nales de la Edad del Bronce.

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Profetas en el antiguo testamento

Un profeta es una persona -a veces una comunidad- que habla de parte de Dios.
Conforme lees estos libros recuerda que el rol de los profetas sigue vivo y que su mensaje
es relevante para nosotros, si sabemos interpretarlo y aplicarlo a nuestra realidad.

La Biblia divide los libros proféticos en mayores y menores, por el tamaño de su obra y
no por la importancia de su mensaje. Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel son los profetas
mayores o más largos. La falta de orden cronolñogico suele causar confusiones de tipo
histórico, por lo que al leer cada libro conviene revisar su presentación para situarlo bien
en el tiempo.

Los profetas eran personas llamadas por Dios para ser sus portavoces ante el pueblo,
sobre todo en tiempo de crisis. Su mensaje se conoce como profecía u oráculo; usan
muchos símbolos y metáforas, y escriben en variados géneros literarios entre los que
destacan gestas o hazañas, cartas, oraciones o plegarias, lamentaciones, oráculos, relatos
de la vida y lenguaje apocalíptico.

Los profetas realizaron con valentía su misión y con frecuencia tenían problemas, pues su
mensaje era duro, sobre todo para los poderosos y los dirigentes del pueblo:

• Enfatizan la alianza con Dios, su fidelidad y la necesidad de guiar su conducta de


acuerdo con la Ley.
• Denuncian la infidelidad a Dios, que lo ofende a él, hiere a las personas y destruye
al pueblo, advirtiéndoles el castigo si no se convierten.

• Motivan a la conversión y dan esperanza de una vida nueva, exhortan a acogerse a


la misericordia de Dios y a responder a su amor.
Dios fortalece a los profetas para transmitir su cercanía y protección al pueblo, al tiempo
de lo desafía a vivir según su corazón. Envió profetas que hablaran directamente a los
reyes, pues su misión es guiar al pueblo según los ideales de Dios para evitar injusticias,
divisiones y depravaciones humanas.

Los pecados que denunciaron los profetas con más intensidad pertenecen a los cuatro
sistemas de funcionamiento social. Estos pecados son la idolatría, los falsos profetas y el
culto hipócrita vacío de buenas obras (sistema religioso); las injusticias sociales de los
gobernantes que oprimen a su pueblo sin compasión, en lugar de cuidar de él según el
corazón de Dios (sistema político); la explotación y trampas de los ricos y comerciantes
que reducían a la gente sencilla a la pobreza y miseria (sistema económico); las
injusticias de jueces y tribunales que se dejaban comprar por los poderosos e imponían
castigos desproporcionados a los pobres (sistema judicial).

Los anuncios de esperanza dados por los profetas están íntimamente ligados con la
comprensión de Dios, al tiempo que rvelan su amor incondicional; su perdón para quien
se arrepiente y enmienda; su promesa de un rey (el Mesías), que gobernaría con sabiduría
y crearía paz, justicia y unidad. También transmiten la revelación paulatina de Dios,
quien a través de ellos, comunica que ama a todas las naciones y que la salvación es para
todos.

Es importante reconocer que Dios sigue mandando profetas a lo largo de la historia para
recordarnos su amor y llamarnos a conversión. De hecho, todos los cristianos estamos
llamados desde nuestro bautismo a ser sacerdotes, profetas y pastores. Cumplimos

nuestra misión de profetas cuando anunciamos a Jesús e invitamos a las personas a


seguirlo fielmente y responder al amor de Dios.

Referencias

https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoblog/jregamu/?p=278

https://es.m.wikipedia.org/wiki/Moisés

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