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VEJEZ Y MUERTE COMO ESPACIO DE CONSTRUCCIÓN DE SENTIDO

Trabajo Colaborativo No 1

Por

Adriana Marcela Jaramillo Toloza

Grupo: 301138_171

Tutora-

MARIA DEL PILAR TRIANA

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

PROGRAMA DE PSICOLOGÍA

ABRIL - 2011
ENSAYO
Si bien es cierto que el proceso mismo del envejecimiento va acompañado de
una degeneración de muchas de las facultades físicas y mentales en la
persona, eso no significa que la vejez sea sinónimo de enfermedad, en otras
palabras envejecer no es enfermar y el deterioro de las facultades físicas
tampoco implica un déficit en las capacidades cognoscitivas y psicológicas de
las personas. De allí que de lo que se trata es que hagamos las cosas que
tenemos que hacer para llegar a esa etapa final de nuestras vidas en las
mejores condiciones posibles.
Avanzamos a través de las etapas del desarrollo y así nos enfrentamos a la
adultez. Algunos viajarán dignamente y con orgullo, mientras que otros
caminarán con dificultad, cargados por limitaciones físicas, ambientales y
emocionales que les provocarán un fuerte estrés.
Pero ¿Cuándo se inicia en realidad la edad adulta? La plena madurez física se
alcanza normalmente a los veinte años o un poco más tarde. Empieza en esta
edad la etapa temprana de la edad adulta, que se extiende hasta los 40 años,
cuando comienza la etapa media de la edad adulta. Los 65 años marcan el
inicio de lo que se ha llamado <<tercera edad>>, que durará aproximadamente
hasta los 75 años. Si los dioses de la fortuna nos son favorables y duramos
más, entraremos en la edad adulta tardía, en la que de modo inexorable nos
dirigiremos hacia el final del ciclo.
Específicamente, uno de los ciclos vitales en los cuales según la cultura, la
política, el orden social, etc., no se encuentra dentro del marco de relevancias,
aunque, hoy por hoy, existe un interés de tratar de mejorar las condiciones de
vida de las cuales cualquier individuo atraviesa su último ciclo vital “el
envejecimiento”.
Dado que en la actualidad, la etapa del envejecimiento, es visto como un
fenómeno latente no deseado por sus consecuencias de impacto (pensemos
en la industria cosmética y estética).
Tesis de autor como Diane Papalia, donde expone dos teorías de por qué se
envejecen las personas: “la vejez es un proceso complejo, influido por la
herencia, la alimentación, la salud, los factores ambientales y no se sabe con
exactitud por que el cuerpo de las personas funcionan menos eficientemente a
medida que se hace viejo”.
Según esta tesis y al igual que muchas otras tesis de autores, las personas,
como parte de nuestra ley natural y dado el ciclo vital “nacemos, crecemos, nos
reproducimos y morimos”; vemos que desde el nacimiento, el individuo está
sometido a ir pasando por esos ciclos de vida hasta la decadencia, al desgaste
físico y mental como producto de etapas cumplidas próxima a caducar.
Papalia nos habla sobre su teoría del desgaste físico como: “un deterioro
comparado a una maquina, cuyas partes eventualmente se descomponen...
Trayendo enfermedades, hasta la muerte...”
Estoy de acuerdo con esta teoría del desgaste, por que el hombre al igual que
su entorno, es un sistema que opera también por causa y efecto,
científicamente comprobado, la tendencia del ser humano a debilitarse y por
ende el envejecimiento.
Dado que el proceso de la vejez es un proceso turbio como producto de la
declinación del ciclo vital y en las cuales cada individuo tiene que afrontar.
La persona en su etapa de vejez, dependiendo de su entorno, su estilo de vida,
raza, credo, status, el rol frente a la sociedad, se determina así mismo y se
proyecta como una etapa si es el caso, vitalicia y virtuosa por su gran recorrido
lleno de frutos a lo largo de su vida; en otras condiciones la vejez es
considerada como aquel momento donde se cierran puertas internas y externas
y consigo las perspectivas de vida, o simplemente la vejez como sinónimo de
estorbo.
A pesar de las diferentes visiones que se tejen en torno a la senectud, resulta
evidente que hasta ahora es un tema controvertido por la forma en que las
personas se ven obligadas a envejecer, restándole importancia el hecho de
estar ya viejo.

Envejecimiento, vs. Juventud, las dos caras de la moneda en un solo destino,


que por si incierto, a la hora en que a cada cual le llegue el momento de ir
cerrando ciclos y con ello la víspera de la vejez.
Pero como la vejez no llega sola, frase célebre por la misma comunidad senil, a
razones de sus enfermedades, cambios corporales, mentales, etc, la tesis de
papalia nos menciona: “los tres sistemas de memoria”, “las fallas de memoria
se consideran como una señal de envejecimiento”.
La vejez en su forma positiva es tomada como una fuente de experiencia de
saber, y por qué no, patrimonio de una cultura viva.
Finalmente la lectura sobre el tema de la vejez, suscita pensamientos
controvertidos en aras a buscar una mejor manera de contribuir al
mejoramiento de individuos de la tercera edad. Ayudando a la integración de
aquellos que se creen menoscabados ante el mundo social y perturbados por
el peso de los años.
Integración que consiste en aprender primero a mirar desde otra perspectiva la
vejez y sentir que ser viejo es todavía una parte del ciclo vital que merece
vivirse de la mejor manera, como gratitud ante Dios y ante nosotros mismos.
Si el acontecer del viejo es el ser una generación moribunda en el aquí y el
ahora, ¿cuál es entonces la alternativa?
Mientras haya vida, la sociedad, mire el rostro de un anciano con admiración y
respeto, entenderemos por fin que la belleza y la juventud se alcanza en la
cima de la vida y no en un lugar intermedio de ella.
Según tesis de Eric Erikson, Crisis No 8: Integridad vs. Desesperación “ el autor
considera, que las personas de edad avanzada enfrentan una necesidad de
aceptar su vida, la manera de cómo han vivido, con el fin de aceptar su muerte
próxima. Luchan por lograr un sentimiento de integridad, coherencia y totalidad
de vida, en vez de dar vía a la desesperación sobre la incapacidad para volver
a vivirla de manera diferente. (ERIKSON, Erikson y Kivrick. 1986)”
Esta tesis de autor causa agrado en la forma de cómo se proyecta la vejez en
términos reales, ya que toda vida discurre de manera diferente y el viejo a
diferente del joven es algo único, porque no solamente afronta el trauma del
duelo, de la separación, la jubilación, del nido vacío, la soledad, las ironías de
su diario vivir, las secuelas de las enfermedades, a todo esto, no es valentía?,
no es fuerza vital para sobreponerse a las adversidades?, no es capacidad?
Pero nuestros jóvenes se quejan y se quejan mal, sin reparo alguno desdeñan
del valiente viejo, tal vez, ¿por el horror de verse en sus espejos viejos? A la
final, ¿si son verdades la coincidencias de nuestros destinos?
Contrario a la vejez solicita, cansados y abrumados, por el maltrato, la
negligencia, y el abuso a que son sometidos, hasta la forma en que los llaman
¡viejo! Es ofensiva, siguen el camino marcha lenta e irrevocable, hasta el fin de
sus días.

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