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Trabajo Colaborativo No 1
Por
Grupo: 301138_171
Tutora-
PROGRAMA DE PSICOLOGÍA
ABRIL - 2011
ENSAYO
Si bien es cierto que el proceso mismo del envejecimiento va acompañado de
una degeneración de muchas de las facultades físicas y mentales en la
persona, eso no significa que la vejez sea sinónimo de enfermedad, en otras
palabras envejecer no es enfermar y el deterioro de las facultades físicas
tampoco implica un déficit en las capacidades cognoscitivas y psicológicas de
las personas. De allí que de lo que se trata es que hagamos las cosas que
tenemos que hacer para llegar a esa etapa final de nuestras vidas en las
mejores condiciones posibles.
Avanzamos a través de las etapas del desarrollo y así nos enfrentamos a la
adultez. Algunos viajarán dignamente y con orgullo, mientras que otros
caminarán con dificultad, cargados por limitaciones físicas, ambientales y
emocionales que les provocarán un fuerte estrés.
Pero ¿Cuándo se inicia en realidad la edad adulta? La plena madurez física se
alcanza normalmente a los veinte años o un poco más tarde. Empieza en esta
edad la etapa temprana de la edad adulta, que se extiende hasta los 40 años,
cuando comienza la etapa media de la edad adulta. Los 65 años marcan el
inicio de lo que se ha llamado <<tercera edad>>, que durará aproximadamente
hasta los 75 años. Si los dioses de la fortuna nos son favorables y duramos
más, entraremos en la edad adulta tardía, en la que de modo inexorable nos
dirigiremos hacia el final del ciclo.
Específicamente, uno de los ciclos vitales en los cuales según la cultura, la
política, el orden social, etc., no se encuentra dentro del marco de relevancias,
aunque, hoy por hoy, existe un interés de tratar de mejorar las condiciones de
vida de las cuales cualquier individuo atraviesa su último ciclo vital “el
envejecimiento”.
Dado que en la actualidad, la etapa del envejecimiento, es visto como un
fenómeno latente no deseado por sus consecuencias de impacto (pensemos
en la industria cosmética y estética).
Tesis de autor como Diane Papalia, donde expone dos teorías de por qué se
envejecen las personas: “la vejez es un proceso complejo, influido por la
herencia, la alimentación, la salud, los factores ambientales y no se sabe con
exactitud por que el cuerpo de las personas funcionan menos eficientemente a
medida que se hace viejo”.
Según esta tesis y al igual que muchas otras tesis de autores, las personas,
como parte de nuestra ley natural y dado el ciclo vital “nacemos, crecemos, nos
reproducimos y morimos”; vemos que desde el nacimiento, el individuo está
sometido a ir pasando por esos ciclos de vida hasta la decadencia, al desgaste
físico y mental como producto de etapas cumplidas próxima a caducar.
Papalia nos habla sobre su teoría del desgaste físico como: “un deterioro
comparado a una maquina, cuyas partes eventualmente se descomponen...
Trayendo enfermedades, hasta la muerte...”
Estoy de acuerdo con esta teoría del desgaste, por que el hombre al igual que
su entorno, es un sistema que opera también por causa y efecto,
científicamente comprobado, la tendencia del ser humano a debilitarse y por
ende el envejecimiento.
Dado que el proceso de la vejez es un proceso turbio como producto de la
declinación del ciclo vital y en las cuales cada individuo tiene que afrontar.
La persona en su etapa de vejez, dependiendo de su entorno, su estilo de vida,
raza, credo, status, el rol frente a la sociedad, se determina así mismo y se
proyecta como una etapa si es el caso, vitalicia y virtuosa por su gran recorrido
lleno de frutos a lo largo de su vida; en otras condiciones la vejez es
considerada como aquel momento donde se cierran puertas internas y externas
y consigo las perspectivas de vida, o simplemente la vejez como sinónimo de
estorbo.
A pesar de las diferentes visiones que se tejen en torno a la senectud, resulta
evidente que hasta ahora es un tema controvertido por la forma en que las
personas se ven obligadas a envejecer, restándole importancia el hecho de
estar ya viejo.