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YURI ANDREA MARIN BENJUMEA

GRUPO: 1B NOCTURNO
SEDE CENTRAL ESAP

¿Por qué con la constitución de 1991 el neoliberalismo agudiza el conflicto armado en Colombia?

HIPÓTESIS

A partir de la constitución de 1991, el conflicto armado en Colombia sufre un proceso de transformación al


desarrollarse un modelo económico neoliberal que trae consigo su propuesta de libre mercado y la
transnacionalización de las economías, estas políticas de regulación a la protección de la producción y el
consumo interno, permite que los capitales privados puedan competir con el Estado en la prestación de
servicios. Por lo tanto, Colombia pasa de ser un país productor de café en la década de los setenta a
convertirse en productor de minerales y coca en los 90, este cambio estructural productivo se debió a los
cambios que tuvo que afrontar la economía colombiana en un contexto más abierto, flexible y competitivo
debido al impulso de la globalización, en consecuencia, es necesario ubicar el conflicto colombiano en un
escenario en el que va a la par de la crisis agrícola de los países menos desarrollados, el consumo de
minerales e hidrocarburos da la necesidad cada vez mayor a los países industrializados de obtener insumos
de industriales y fuentes de energía combustibles derivadas primordialmente del petróleo, el gas, el carbón
y de algunos minerales; por consiguiente, con el consecuente agravante de las condiciones que ya existían
en el campo, la llegada del neoliberalismo conduce a un crecimiento de los grupos armados al resultar
dificultades sociales y económicas, debido al nuevo modelo económico de apertura, propiciando así,
condiciones de pobreza y desempleo en los territorios, convirtiéndose esto en motivo suficiente para que
los campesinos optaran por integrarse a las filas de combatientes ilegales y a los sistemas productivos de
carácter ilegal, entendiendo que el crecimiento de los grupos armados se dan debido a que las grandes
empresas acaparan las tierras y los recursos naturales, desplazando a poblaciones enteras, provocando
el fortalecimiento de estos grupos armados ilegales, tanto del paramilitarismo, como el de los grupos
insurgentes guerrilleros.

Como puede verse, los delineamientos de la constitución sobre el nuevo modelo económico debían partir
del libre mercado, base fundamental del neoliberalismo, creando así políticas que favorecen sin ningún
disimulo al gran capital y a la iniciativa privada, en detrimento de las políticas sociales, en consecuencia, la
constitución de 1991, desfavorece a un gran número de personas en la prestación de servicios de
protección y seguridad social, donde el derecho a la salud resulta bastante afectado, ya que focalizaron la
atención de los más necesitados en lugar de la universalidad.

La privatización de todos los activos del estado, fue el propósito de los precursores del neoliberalismo,
estableciendo así que servicios como la educación, los podía desempeñar mejor el sector privado,
convirtiendo así la educación superior a un mercado, imponiendo la educación como una mercancía que
se vende a los consumidores como cualquier producto, dejando de ser un derecho para convertirse en un
servicio meramente mercantil, como ya se sabe el mercado es excluyente en termino de ingresos, a lo que
conlleva a que muchos jóvenes no puedan acceder a la educación, generando aún más la desigualdad
social en nuestro país.

ARGUMENTOS VINDICTIVOS

NEOLIBERALISMO

Según David Harvey el neoliberalismo en tanto que antídoto potencial para las amenazas al orden social
capitalista y como solución a los males del capitalismo, había permanecido latente durante largo tiempo
bajo las alas de la política pública. Un grupo reducido y exclusivo de apasionados defensores
principalmente economistas, historiadores y filósofos del mundo académico se había aglutinado alrededor
del renombrado filósofo político austriaco Friedrich von Hayek para crear la Mont Pelerin Society (su
nombre proviene del balneario suizo donde se celebró la primera reunión del grupo) en 1947 (entre los
notables del grupo se encontraban Ludwig von Mises, el economista Milton Friedman e incluso, durante un
tiempo, el filósofo Karl Popper.

La etiqueta neoliberal señala contundentemente los principios de mercado libre, en conceptos que se
construyeron en la económica neoclásica, que emergieron en la segunda mitad del siglo XIX (esto gracias
al trabajo de Alfred Marshall, William Stanley Jevons, y Leon Walras), para desplazar las teorías clásicas
de Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx, no obstante, no podemos evadir la mano invisible del mercado
de Adam Smith, ingresando a los sentimientos más profundos del ser humano como la gula, el deseo de
riqueza, el poder y todo esto basado en el bien común, dando así la conclusión de que la doctrina neoliberal
se oponía a las teorías que defendían el intervencionismo estatal, como las de John Maynard Keynes, que
se dieron en la década de 1930 en respuesta a la gran depresión, después de la segunda Guerra mundial,
muchos de los políticos se inclinan hacia la teoría Kyenesiana en búsqueda de algunas fórmulas que
pudieran obtener para mantener bajo control el ciclo económico y las recesiones. Así, los neoliberales
tenían una fuerte oposición a las teorías en torno a la planificación estatal centralizada, como por ejemplo
las propuestas de Oscar Lange, que se aproximaban a la tradición Marxista.

El neoliberalismo aparece en América latina y por ende en Colombia a finales de los 80, como una nueva
era de la extrema derecha económica, que fue impulsada por los regímenes conservadores de Reagan en
los Estados Unidos y Thatcher en Inglaterra.

De acuerdo con Ruiz, el neoliberalismo tiene su semilla en Colombia desde el programa de modernización
de la economía colombiana, que fue desarrollado por el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de desarrollo
económico y el Banco de la Republica, en la presidencia de Virgilio Barco (1986 -1990) y aprobado
mediante documento COMPES 2465-J, el 22 de febrero de 1990, pero este modelo tenia algunas
limitaciones, por tanto, se necesitaba formular una serie de reformas económicas al Estado, para así
permitir que el flujo de capital internacional dinamizara la economía.

Según Consuelo Ahumada, la implementación del modelo neoliberal está acompañado por un
fortalecimiento de las tendencias autoritarias del Estado, la autora argumenta que estas tendencias se
manifiestan en la toma de decisiones en la cabeza de la élite neoliberal de las fundamentales tomas de
decisiones y la marginación del resto de individuos de la sociedad. La autora pone en primera medida dejar
claro que la economía, más que ciencia, es política cristalizada en acciones y que estas acciones
responden a los requerimientos de esa elite dominante.

En Colombia la hegemonía neoliberal perturbo el modelo estructural de los años ochenta, convirtiendo así
las economías latinoamericanas en máquinas de pago de intereses internacionales en detrimento del
consumo interno y del desarrollo, luego en los años 90 nos incluimos en el Consenso de Washington, que
nos amarra a monedas con sobre valor, déficit comerciales y altas tasas de intereses administradas por el
Estado para captar el capital y la privatización de nuestras empresas públicas. El modelo neoliberal requiere
para mantener su desarrollo y mantenimiento, el esquema de un capitalismo salvaje que es sustentado por
unas fuerzas armadas que garantizan los procesos de privatización, la internacionalización de la economía,
defensa de la propiedad privada y la economía de mercado, donde tuvieran injerencia actores como el
sector financiero e internacional hasta los carteles que eran compatibles con el sistema.

Así bien, el proceso de neoliberalización, determina una realidad social donde se puede observar que más
que una reducción de pobreza, lo que se manifiesta es la inamovilidad de la misma, pues de la década de
los ochenta a la fecha, parte de la población sigue viviendo en tales condiciones. En segundo lugar, la
desigualdad, la pobreza y el sistema electoral en América Latina configuran un triángulo que no se puede
separar, en donde la democracia liberal legitima la inequidad y representa una expresión institucionalizada
de dominación política.
CONSTITUCIÓN DE 1991

En la constitución de 1991 se da inicio a una nueva estructura de estado, bajo las directrices del consenso
de Washington el cual tendría como objetivo reducir la capacidad de estado y empezar una carrera de
competencias en las lógicas del capital para la prestación de los servicios.

Según (Daniel Alzate Mora) a partir de la administración de Cesar Gaviria (1990-1994), se da un punto
fuerte de inflexión en el neoliberalismo, con su gobierno se aprobaron de forma acelerada un paquete de
reformas, su Plan Nacional de Desarrollo, al que denomino “la Revolución Pacífica”, fue orientada bajo tres
ejes: los nuevos mandatos de la apertura de las fronteras nacionales a los productos extranjeros, la
profundización de la modernización del Estado hacia la creación de nuevos mercados, lo que implicaba el
fin de los monopolios estatales en la previsión del servicio.

Gaviria retoma el programa de modernización económica de Barco, hacia la apertura económica y la


denominada modernización del estado, sin hacer referencia al “consenso de Washington”, aun cuando
presentaba gran concomitancia con aquel programa de reforma, Gaviria mantenía un estricto arraigo al
consenso (pos)neoliberal.

El primer grupo de reformas impulsadas por vía legislativa fueron aprobadas en la segunda legislatura de
1990 y se sancionan a principios de 1991, uno de los objetos que fue objeto de reforma fue el mercado de
trabajo con la ley 50 de 1990, con esta se pretendía mejorar la competitividad de la economía nacional en
los mercados internacionales, aumentar las tasas de ocupación, generar estabilidad de empleo,
contratación laboral directa y la adaptación de la jornada laboral a nuevas tecnologías y los modos de
producción, pero esta ley solo daba flexibilización al empleador para disponer de la fuerza de trabajo y
reducir el precio de los contratos laborales.

También se tomaron medidas para liberar el comercio exterior, con el documento Conpes 2494 de octubre
de 1990, definen los lineamientos para desmontar aranceles y eliminación de requisitos como las licencias
para realizar importaciones, esto se trató de una decisión unilateral del Presidente Gaviria y el Ministro de
Desarrollo económico, en ese entonces Ernesto Samper Pizano, “pretendían disminuir el nivel conjunto de
arancel y sobretasa del 33,5% vigente en noviembre de 1990, a 14,6% en 1994”. (Dinero.com, 2013a).
según el presidente Gaviria la falta de discusión de estas medidas se debió a la discusión de la Asamblea
Nacional Constituyente.

La ley 7 de 1991 “por la cual se dictan normas generales a las cuales debe sujetarse el Gobierno Nacional
para regular el comercio exterior del país, se crea el Ministerio de Comercio Exterior, se determina la
composición y funciones del Consejo Superior de Comercio Exterior, se crean el Banco de Comercio
Exterior y el Fondo de Modernización Económica”, con esta ley se buscaba someter la producción nacional
a la competencia externa y así forzar un desarrollo tecnológico para aumentar la productividad y la
eficiencia.

La ley 9 de 1991 puso fin al monopolio estatal, privatizando el mercado de divisas, esta medida se buscó
para estimular el flujo de capitales, pero según (Estrada 2004, p. 78), develaba un carácter de doble moral
de las elites gobernantes con el negocio del narcotráfico, que era perseguido por las fuerzas del estado,
pero a través de este tipo de decisiones patrocinaban la incorporación de sus recursos a los circuitos legales
de acumulación, pues en la práctica quedan legalizados en el mercado paralelo de divisas y posesión de
activos en el exterior.

Otros cambios fueron la ley 1 de 1991, donde deciden la liquidación de Colpuertos y los ferrocarriles
nacionales y disponían un régimen de concesión portuaria, todo este conjunto de cambios permitió avanzar
el programa de gobierno, sin embargo, la anterior constitución de 1886 se consideraba una barrera que
debía ser superada, por tal razón Gaviria y su equipo de asesores asumen la reforma a la Constitución con
el fin de adecuar la reforma estatal a su proyecto económicos (pos)neoliberal.

Es así, como la Constitución de 1991 llega con un papel central en tanto que su introducción y
profundización va a estar ligada y legitimada a través de la retórica de la democracia participativa y la
búsqueda de la paz, a través del mercado y la mercantilización de los servicios públicos como la salud.
Esta modificación da legitimidad a esa avanzada neoliberal ampliando los conceptos de democracias
participativa, la definición del Estado Social de Derecho y los derechos humanos.

En conclusión, según (Jesús Villa 2006), con la Constitución de 1991 paso exactamente que con las
anteriores y es que surge en medio de una crisis nacional y se esperaba que con ella se solucionara los
diversos problemas que afrontaba el país, sin embargo, en Colombia continúan entronizados la anomia y
el caos, el país continuo en una misma situación de violencia o quizás peor, continuo la violación a derechos
humanos, se agudizo la desigualdad social, puesto que esta fue con participación de la burguesía en su
totalidad quienes plasmaron en la constitución sus propios intereses.

GLOBALIZACIÓN

La globalización en la actualidad es compleja, trasciende la economía e impacta concisamente en aspectos


esenciales de la vida de las naciones, como lo es la cultura, la educación, la política y la visión general que
se tiene del mundo contemporáneo.

Según Saxe Fernández “el termino globalización ha experimentado un largo proceso evolutivo compuesto
por cuatro etapas principales: el primer antecedente ocurrió hace cinco siglos cuando la palabra globo se
empleó para hacer referencia al planeta entero. Segundo en el siglo XIX el adjetivo global tomo una
connotación de carácter mundial. Tercero, durante la década de los 40 del siglo XX apareció el verbo
globalizar. Finalmente, en 1961 la palabra globalization fue incluida por primera vez en un diccionario
estadounidense. Desde entonces, la globalización se ha convertido en una expresión común en el ámbito
político, económico, social y académico, por ejemplo, destaca el caso de dos importantes investigadores
de las Relacionales Internacionales, Robert Keohane y Joseph Nye comenzaron a desarrollar estudios
acerca de la interdependencia global a finales de la década de los setenta”.

Se entiende por globalización al proceso que se da por la internacionalización e interdependencia de las


economías sociales, entendiendo así que los países se encuentran en un planeta donde se tiende a ser un
solo mercado y una sola unidad económica, la globalización está relacionada con el surgimiento de las
compañías multinacionales.

Según Susana Nudelsman, desde antes del siglo XV, América Latina ha estado recibiendo la influencia
extranjera que le ha impedido un normal desarrollo económico, político y social, que la ha llevado a un
proceso tardío en sus procesos de industrialización y de logros en las libertades individuales y colectivas.
La globalización presente en América Latina empieza a sentir sus influencias cuando ya no queda nada
que producir, no se tiene como explotar las riquezas, empieza a notarse los recursos naturales como el
carbón, el petróleo etc, para su explotación, se va olvidando poco a poco la producción interna de telas y
tejidos, el comercio, entendido como la posibilidad de intercambio para solucionar necesidades, se
convierte en la única solución.

El nuevo momento comercial que empezaba a influenciar América Latina, reemplazaba rápidamente la
producción interna, por la producción de bienes de consumo de lujos, la apertura y libre movilidad de
mercancías y capitales destruyeron empresas agrícolas e industriales nacionales que ya estaban
consolidadas, trayendo más miseria y desigualdades a las regiones, de esto resulta el empleo precario. el
siguiente es el panorama que tiene la región después de más de una década de experiencia globalizadora;
el paisaje que nos muestra la autora no puede ser más desolador: “la última década de intensa globalización
ha causado mucho daño y sufrimiento. Las tasas de interés de la deuda externa han subido, pasando del
3% en 1980 a más del 20% en la actualidad. La distribución del ingreso se ha empeorado, la pobreza ha
aumentado igual y el poder adquisitivo de los trabajadores latinoamericanos ha disminuido en un 27%. El
80% del crecimiento del empleo ha sido empleo precario, sin protección o beneficio alguno. En la
actualidad, existen 90 millones de latinoamericanos indigentes y 105 millones no tienen acceso a ningún
tipo de servicios. El número de niños que trabaja ha crecido exponencialmente, hoy en día hay al menos
19 millones de niños que trabajan en condiciones también deplorables. El movimiento desesperado que se
desencadenó para explotar los recursos naturales de la región ha causado una degradación del medio
ambiente y el uso de plaguicidas y fertilizantes se ha triplicado desde 1996” (Barlow, 2002; p 95 y 96).

En síntesis, el sometimiento que padecen todos los países latinoamericanos por la mercantilización
beneficia más a las elites burguesas que se apoderan del capital y perjudicando al proletariado que cada
día se empobrece más, los grandes consorcios internacionales, las multinacionales financieras, las grandes
empresas de informática y telecomunicaciones siendo estos los sectores más favorecidos con la
globalización.

Ya centrándonos en Colombia, al igual que todos los países latinoamericanos, las consecuencias de la
globalización y el neoliberalismo han sido nefastos, Un estudio de Luis Jorge Garay (2002), muestra cómo
la mayor parte de la población colombiana se encuentra en un estado lamentable de exclusión social, esto
es una situación de privación de bienes, servicios y oportunidades de integración y participación político-
social, todo lo cual le niega el acceso al relativo bienestar o aprovechamiento de las ventajas que debería
ofrecer la convivencia colectiva. De acuerdo con el autor citado, la exclusión social se expresa en elevadas
desigualdades e injusticias sociales; el aumento de pobreza e indigencia de sus habitantes; las cifras
alarmantes de desempleo e informalidad laboral; la ineficiencia Estatal en el cumplimiento de sus
obligaciones en materia de educación, salud, vivienda y prestación de los servicios básicos, además de la
incompetencia en la atención a la infancia y el adulto mayor. “Según estudio la situación no puede ser más
dramática en Colombia, la concentración de la riqueza y el ingreso han aumentado, pasando el coeficiente
de Gini de 0.54 en 1978 a 0.57 en el 2000; la pobreza e indigencia igualmente han crecido: el 60% de la
población es pobre y cerca del 25% indigente; los salarios reales promedios de los trabajadores han
disminuido y con ello el bienestar de numerosas familias; el 66% de los trabajadores percibe dos salarios
mínimos y el 37% uno; el ingreso per cápita descendió de 2145 en 1995 a 1798 dólares en el 2000 como
consecuencia del bajo crecimiento económico de esos años que fue del 0.7%, promedio anual entre 1997
y 2001; el 61% de la población trabajadora labora en empleos informales y el desempleo ha oscilado en
los últimos años alrededor del 20%; el 49% de la población no está cubierta por salud básica y el 71% no
tiene acceso a pensiones de vejez; hay 800.000 niños trabajando en condiciones difíciles, el 13.5% de los
menores de cinco años padecen de desnutrición crónica y el 18.5% del total de infantes no tienen acceso
al sistema educativo. (Garay, 2002).

Finalmente, en Colombia la globalización y el neoliberalismo agudizaron todos los problemas del país y los
tecnócratas economistas al servicio del Estado y del capital internacional desmantelaron gradualmente el
sistema productivo agotando las fuentes de crecimiento, esperando un mejor futuro como lo dijo el entonces
presidente Gaviria.

EDUCACIÓN

Según Renán Vega, Así como se han presentado grandes cambios económicos y políticos en el plano
internacional en las últimas dos décadas, que algunos autores han bautizado con los eufemismos de Nuevo
Orden Mundial o Globalización; también se han generado modificaciones en los sistemas educativos.
Dichas transformaciones han estado directamente ligadas a los cambios mundiales, lo cual ha incidido en
transformaciones curriculares en diversos países, como en Colombia. No sobra recordar que las políticas
públicas de tipo nacional han ido quedando supeditadas a los requerimientos del capital transnacional, a
través de la acción de organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la
Organización Mundial de Comercio. Esto supone la disminución en los gastos consagrados a la educación
y la pérdida de autonomía en materia de planes de estudios e investigación.

Por otra parte, debe considerar el término de competencias, el cual es concepto que ha venido
extendiéndose a diversos ámbitos de la educación, y su principal abanderado es el banco mundial como lo
señala en uno de sus últimos informes sobre la educación: "Las competencias combinan capacidades y
valores interrelacionados, se pueden enseñar (aunque también es posible adquirirlas por fuera del sistema
educativo formal). El hecho de poseer competencias clave contribuye a una mayor calidad de vida en todas
las áreas". Y posteriormente, precisara que las competencias deben ser conducidas a la competencia
económica, ya que para desempeñarse en la economía mundial y en la sociedad global se necesita
dominar habilidades de índole técnica, interpersonal y metodológica". (Banco mundial,2003)
Así mismo la estructura como competencia tal y como lo orienta el banco mundial, la CEPAL y otros entes
burocráticos, definirán que los sistemas educativos asumen de manera forzosa los supuestos de la
competitividad en la era de la "sociedad de la información", dejando de lado la formación integral del ser
humano, el cual debe ser el foco de un sentido profundo de la formación educativa, al analizar el sentido
de “competencia educativa” se va entender como ese choque o enfrentamiento entre los individuos,
haciendo que desde sus siclo de formación más básico el individuo tenga que hacer lo que fuera necesario
para conseguir su logro final, empezando así su carrera de productividad para que a futuro sea un
trabajador útil un sinónimo de producción, lo cual significa que el trabajador debe sujetarse a los
requerimientos de los empresarios capitalistas, y la educación simplemente debe ofrecer fuerza de trabajo
barata y siempre dispuesta a someterse a las exigencias del sector privado.

Finalmente el neoliberalismo ha generado un gran impacto, ya que ha empleado una terminología


empresarial empleada en el escenario de la educación, donde ya no existen directores de escuelas si no
gerentes, los estudiantes ya no son parte del proceso educativo, y son vistos como clientes o una mercancía
más, los profesores son vistos como simple proveedores del servicio, en ese sentido, la educación es
considerada como un negocio en el cual va producir un insumo final denominado capital humano, y su
eficiencia se va medir en costo beneficio.

Según Jaime Alberto Rendón Acevedo En estos devenires de la política económica y del funcionamiento
de los Estados, se han puesto en debate la Educación y Neoliberalismo elementos fundamentales sobre el
papel que debe de cumplir éste en la provisión de bienes y servicios para la sociedad; sus alcances en
materia de regulación y control a los mercados e incluso su participación en actividades productivas
concretas. De esta manera, la lógica propia del sistema ha hecho que el Estado termine como un ente
regulador de actividades básicas, que pueden ser provistas por los agentes privados, aun si son
consideradas actividades prioritarias para el bien público, como son los casos de la salud, las pensiones,
la construcción de infraestructura o la propia educación.

En ese sentido y para el caso colombiano: La educación será gratuita en las instituciones del Estado, sin
perjuicio del cobro de derechos académicos a quienes puedan sufragarlos. Corresponde al Estado regular
y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación con el fin de velar por su calidad, por el
cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos; garantizar
el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su acceso
y permanencia en el sistema educativo. La Nación y las entidades territoriales participarán en la dirección,
financiación y administración de los servicios educativos estatales, en los términos que señalen la
Constitución y la ley.”

Visto así el asunto puede ser de fácil raciocinio. Es obligación del Estado garantizar la educación hasta los
15 años, podría estimarse que hasta noveno grado, aunque las grandes ciudades garantizan educación
pública hasta el grado 11. No obstante, el Estado puede tomar las decisiones, y lo hace, de realizar cobros
parciales, adicionalmente, ante la escasa oferta, las familias pueden, es más, tienen que optar por otras
alternativas en el mercado, donde el precio se ajusta a las características del bien, es decir, a la calidad y
servicios complementarios a la educación.

De esta manera la educación pasa de ser un bien meritorio a ser convertirse en esa mercancía, a partir de
sus condiciones económicas que la personas tangan la capacidad de pago, la educación, a pesar de la
normativa internacional y nacional, se condiciona al constituirse en este modelo neoliberal en un bien que
se debe transar libremente en el mercado para posibilitar que las personas puedan acceder a ella en su
totalidad;1 quedan algunos segmentos que no son cubiertos por el Estado, como la formación preescolar
(solo existe la responsabilidad con un año) y la educación superior, esto sumado a que la oferta pública en
todos los niveles educativos es limitada y, obviamente, las familias tienen que optar por lo privado no
solamente como una opción sino como una obligación.

Según Zoe Medina Valdés La Reforma del Estado la disminución de los gastos públicos significa un
drástico recorte de los gastos sociales, entre los cuales se encuentran los destinados a la educación, ya
sea por la eliminación de subsidios, la disminución de los salarios de los trabajadores docentes, o el recorte
de gastos en materiales escolares. Lo cual se manifiesta, indiscutiblemente, en la calidad y el alcance de
esta actividad.

Por otra parte, la privatización en general, va iniciar el proceso de despido masivo de los trabajadores la
situación social, con lo cual acentúa las condiciones que influyen en la deserción escolar ante una
necesidad de sobrevivencia. En cuanto a la privatización de la enseñanza, profundiza la diferenciación
social, una vez que abre brechas entre la calidad de la educación privada y la pública la cual deberá
enfrentar serias restricciones presupuestarias.

Las barreras de acceso han generado deserción escolar generalmente involuntaria, determinada por la
necesidad de insertarse en el mercado laboral, formal o informal, como la única opción de sobrevivencia,
La maternidad temprana, los trabajos infantiles, el abandono de las actividades escolares, influyen
cuantitativa y cualitativamente en la calidad de la educación, para dejar saldos negativos, lo que aleja a los
pobres de toda posibilidad de homologarse con los sectores de más altos ingresos, Como se puede
apreciar, el impacto neoliberal sobre la educación colombiana, tiene una expresión socioeconómica, que
ha conllevado a que los jóvenes vean una salida a su condiciones de vida implantadas por un modelo, que
ha generado miseria y hambre a llegar a las filas e grupos armados, ya que de cierta manera se sienten
protegidos y con de alguna manera un grado de poder.

SALUD

A partir de la constitución de 1991 se implementaron profundas reformas políticas, sociales y económicas,


entre estas se destaca la creación de un nuevo sistema general de seguridad social, entendiendo que la
protección de la salud y la seguridad social son deberes del Estado y derechos de los individuos,
garantizando por medio de políticas económicas y sociales, que permitan un acceso igualitario a los
servicios de salud.

Una ley marco determinará el desarrollo progresivo del régimen de la seguridad social integral, incluyendo
la asistencia pública, el subsidio al desempleo y la licencia de maternidad. Estos derechos se extienden a
los trabajadores de la cultura” (Asamblea Nacional Constituyente, 1991).

El artículo 48 de la Constitución política, fue reglamentado por la ley 100 de 1993, en la comisión
codificadora de la ANC para julio de 1991 se definió, en el artículo 49, la salud como servicio público y
derecho fundamental. Sin embargo, en la Gaceta Constitucional del 10 de octubre de 1991 la Plenaria
reajustó los artículos 48 y 49 en donde la definición de la salud como derecho fundamental fue suprimida
de la redacción final. En el artículo 49 se incorporó la mención sobre los principios de eficiencia,
universalidad y solidaridad como orientadores y sustento para la prestación de los servicios de salud. El
artículo 49 también fue modificado. En su formulación original establecía que el servicio público de salud
debía ser organizado, dirigido y reglamentado “por medio de entidades públicas”; éste último elemento de
entidades públicas fue eliminado en la plenaria (Lamprea, 2011, p.37).

Es preciso anotar cómo el artículo 48 que consagra el derecho irrenunciable a la seguridad social, al mismo
tiempo dispone que:

“El Estado, con la participación de los particulares, ampliará progresivamente la cobertura


de la Seguridad Social que comprenderá la prestación de los servicios en la forma que
determine la Ley. La Seguridad Social podrá ser prestada por entidades públicas o privadas,
de conformidad con la ley”.

El artículo 49, sobre la salud en este mismo sentido establece:

“Corresponde al Estado […] establecer las políticas para la prestación de servicios de salud
por entidades privadas, y ejercer su vigilancia y control. Así mismo, establecer las
competencias de la Nación, las entidades territoriales y los particulares, y determinar los
aportes a su cargo en los términos y condiciones señalados en la ley”
Sobre estos dos artículos Constitucionales, fue que se elaboró la ley 100 de 1193, que incluye salud,
pensiones y riesgos profesionales, contrariamente a todo lo que se estableció en los anteriores artículos,
acudiendo está a darle un sentido importante a una política social subsidiaria propia del modelo económico
neoliberal, de ahí, que la ley sea un instrumento que reorganiza la salud en un esquema competitivo de
mercado donde el eje articulador son las organizaciones intermediarias (EPS, IPS, ARS y ESE) tanto para
prestar un servicio, como para la parte administrativa, todo esto solo llevo a que la red de salud colapsara,
debido a las imperfecciones del mercado y la debilidad institucional, lo que dio lugar a que se cambiara el
monopolio público, por el monopolio privado. Así pues, en materia de salud, los recursos que deberían
garantizar la prevención y prestación del servicio, terminan desviados por la intermediación establecida en
la ley, además de un importante grado de corrupción que eleva los costos del servicio.

La seguridad social determinada como un servicio público obligatorio debe tener al Estado como actor
principal y no como espectador del sistema, sin embargo, el sistema se estructuro desde el mercado y la
división de clases sociales, en tanto que la capacidad de pago es la que permite acceder al valor de uso
de la mercancía de la salud, quien tenía el valor de cambio (dinero) es quien puede acceder y pagar los
servicios de salud.

TIERRA Y CONFLICTO ARMADO

La afirmación la cual la apropiación, el uso y la tenencia de la tierra han sido motores del origen y la
perduración del conflicto armado abre un camino para explorar estas dimensiones que lo hacen condición
de viabilidad de la nación y que conducen a momentos fundacionales de la misma. En la formación social
colombiana los grupos de poder han generado distintas modalidades de apropiación de los recursos y de
control de su población, separando a las comunidades de sus tierras y territorios tradicionales y limitando
el acceso a los mismos mediante procedimientos en los que se han combinado el ejercicio sistemático de
la violencia con políticas de apropiación y distribución de las tierras públicas. En los países centrales, en
donde han ocurrido procesos avanzados de desarrollo, surgieron modalidades productivas con elevada
intensidad de capital, representadas en distintos sistemas de transformación industrial los cuales han sido
posibles gracias a la vinculación masiva de la población, incluyendo proporciones mayoritarias procedentes
de las áreas rurales.

En nuestro caso, las transformaciones económicas y sociales ocurridas a partir de la independencia de


España estuvieron orientadas hacia la exportación de minerales, oro en particular, maderas, cortezas y
cueros, inicialmente para ser sustituidos por los cultivos de tabaco, café, banano, azúcar derivada de la
producción de la caña y productos derivados de cultivos ilícitos, en particular la coca. La obtención de estos
bienes se ha desarrollado en unidades agrícolas de distinto tipo, los cuales abarcan desde las pequeñas y
medianas explotaciones hasta plantaciones, controladas por empresas orientadas hacia la exportación de
los bienes producidos.

Las políticas aperturistas implementadas en la etapa neoliberal, nos han llevado a incrementar en Colombia
en un 700% las importaciones de alimentos, hasta alcanzar cifras cercanas a los 7,5 millones de toneladas
anuales. Para el capitalismo rentista y usurero de nuestro país es mucho más "eficiente" especializarse en
las importaciones a gran escala que generar procesos de desarrollo rural garantizando la seguridad y la
soberanía alimentaria. Esto ha acelerado el empobrecimiento del campesinado, que junto a la estrategia
violenta y expansionista del latifundio ganadero y narcotraficante es la razón más fuerte para que en
Colombia haya más de 2 millones de desplazados forzados.

En contravía del discurso oficial las estrategias de desarrollo rural siempre van dirigidas a favorecer al
latifundio, a los ganaderos y a los agroindustriales. Por ejemplo, el crédito agrario en Colombia está limitado
para los pequeños productores a cantidades inferiores a la inversión necesaria, obligándolos a asociarse
con propietarios grandes, que al servir de fiadores imponen las condiciones de explotación (aparcería),
para completar el cuadro las tasas de interés anual han sido de usura, más del 40% anual.

La economía campesina ha disminuido ostensiblemente como resultado de la de la expropiación violenta,


el asesinato selectivo, las masacres, los ametrallamientos y bombardeos a que han sido sometidas
históricamente las comunidades campesinas por parte del Estado, pero también por la implementación por
parte del establecimiento de políticas "públicas" agrarias excluyentes y anticampesinas que obedecen a
los lineamientos del FMI, el Banco Mundial y la OMC, estas políticas aperturistas neoliberales han
fortalecido el latifundio.

El conflicto se derivada por la desigualdad y la dramática situación de violación sistemática de los derechos
civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales de los colombianos evidencian claramente
la ilegitimidad del Estado colombiano y ponen en entredicho su viabilidad en el conjunto de la comunidad
internacional. Colombia es un país en el que los intereses rentistas de capitalistas nacionales prostituidos
no sólo eliminaron la autonomía alimentaria, sino que vendieron la soberanía alimentaria y política de los
colombianos. Las nuevas semillas alteradas genéticamente sólo sirven una vez, sometiendo en el futuro
próximo a la dependencia total de las transnacionales la casi totalidad de las actividades rurales en el
mundo. Un país con un Estado que no produce lo que se come no es un país en el que sus pobladores
disfruten de la dignidad.

El capitalismo y sus cadenas agroindustriales, el capitalismo de los transgénicos que atenta contra las leyes
dialécticas de la naturaleza no necesita del campesinado tradicional, el trabajo campesino que durante
años dignificó la vida del hombre y su relación con la naturaleza se convirtió para el capitalismo en un
insensible problema de mano de obra. En Colombia, por ejemplo, las nuevas cadenas agroindustriales de
caña panelera producen con el trabajo de 11 asalariados durante una semana lo que tradicionalmente con
trapiches caseros producían 700 familias campesinas durante un año. He aquí la contradicción fundamental
que evidencia la antiética del desarrollismo del capitalismo neoliberal, es la contradicción de la capacidad
de acumular dinero frente a la dignidad del hombre.

Finalmente se puede afirmar que, a partir de esta dramática situación de violación sistemática de los
derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales, todos estos factores han
conducido a que en muchas ocasiones los campesinos tomen las armas en defensa de sus vidas, bienestar
social y económico. La tendencia hacia la concentración de la propiedad territorial, apoyada en la violencia
estatal y terrateniente, ha ampliado sus límites al control de los territorios estratégicos pretendiendo así
control de la tierra, de las aguas y otros recursos, como los mineros y áreas para futuros desarrollos viales
y energéticos como megaproyectos, La expansión del conflicto se ha profundizado en torno al control de
territorios estratégicos por parte de grupos paramilitares, y esto ha generado el desplazamiento de
comunidades enteras. A esto se le suma la práctica de liquidar organizaciones campesinas y a los
opositores políticos, utilizando esto como mecanismo de hegemonización política y control estatal.
CONCLUSIONES

En relación ante lo expuesto se puede afirmar que la Constitución de 1991, toma los lineamientos del
Consenso de Washington, en el cual las reformas económicas, políticas y sociales, se ven afectadas
gracias a la implementación de estas nociones de desarrollo, un decálogo que fue la punta de lanza versión
en la cual se da la apertura económica del país, es la del capitalismo salvaje en la cual el país no tuvo
preparación alguna y pasa del modelo por sustitución de importaciones que blindaba la economía nacional
a un modelo globalizado de competencia en el mercado mundial.
Sin lugar a dudas, las contradicciones económicas y sociales que están en la base del desplazamiento
forzado, el recorte al gasto público en: salud, educación y vivienda son reflejo del modelo de desarrollo
imperante en Colombia, caracterizado por la acumulación creciente de capital especulativo y por las
profundas desigualdades sociales, que son en gran medida los factores que agudizaron aún más el
conflicto armado.

Colombia fue pionera en la implementación de la estrategia (pos)neoliberal en medio del conflicto social y
armado, el terrorismo de estado y la consolidación del mismo, promulga la Constitución Política de 1991
que define a Colombia como un Estado Social de Derecho, este cambio se dio supuestamente para dejar
atrás el autoritarismo, la desigualdad, la violencia, para dar paso a la democracia, a la paz y al respeto por
los derechoso humanos, sin embargo en el marco de este cambio, se lleva a cabo la estructuración del
sistema de seguridad social y por ende su colapso, la inequidad en la educación aumentaba, que el Estado
perdiera todo manejo sobre los servicios vitales, que el proceso de descentralización se reserve, que la
deuda crezca, que el déficit fiscal se desborde, pero más grave aún, el aumento de la pobreza y la
acumulación del capital en un mínimo porcentaje de la sociedad.

Finalmente, al ver la falta de oportunidades de los campesinos el desplazamiento forzado de sus tierras
para cambiar de manos a trasnacionales, ha detonado aún más el conflicto velico en las zonas rurales,
haciendo de ellos instrumentos de guerra. Los cuales fortalecen el brazo armado de grupos al margen de
la ley que por años solo han tenido que cargar un fusil para salvaguardar su vida, en el caso de los grupos
insurgentes, lo mismo pasa con los grupos paramilitares, personas que fueron entrenadas para combatir a
estos grupos insurgentes, los cuales fueron financiados por grandes empresas y entrenados por entidades
del Estado (FFMM).

Las políticas neoliberales desde la Constitución de 1991 han promovido otra guerra en las ciudades, la
precarización laboral, la falta de oportunidad para los jóvenes al poder ingresar a la educación, optan por
ingresar al trabajo informal, dado que los ingresos en sus familias son precarios, guerra que se puso en
marcha, al reducir el gasto público, y ver como una mercancía los servicios básicos, a los cuales el Estado
debe garantizar y brindar mínimas condiciones dignas para la población.
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