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KATHERINE ROCÍO NIÑO BAYONA

ESPECIALISTA EN DERECHO
Universidad Simón Bolívar
Respetado señor Juez
Juzgado Séptimo Administrativo del Circuito Judicial de Valledupar
Ciudad
Asunto Contestación de la demanda
Referencia Rad. 20001-33-33-007-2019-00260-00
Medio de control Repetición
Accionante E.S.E HOSPITAL EDUARDO ARREDONDO DAZA
Accionados NATHALY JUDITH NIÑO BAYONA

Respetado señor juez,

KATHERINE ROCÍO NIÑO BAYONA, identificada con la cédula de ciudadanía No.


1.140.821.697, portadora de la T.P. No. 253.351 del C.S.J., actuando por intermedio de
poder conferido por la demandada NATHALY JUDITH NIÑO BAYONA, encontrándome
dentro del término procesal señalado por la ley, me permito dar contestación al medio de
control de la referencia, en los siguientes términos:

I. PRONUNCIAMIENTO EXPRESO SOBRE LOS HECHOS

1. Respecto al hecho primero, según el expediente que se aporta, es cierto.


2. El hecho segundo es una transcripción de los hechos resumidos en la sentencia que
resolvió el proceso de reparación directa.
3. El hecho tercero, según la sentencia aportada, es cierto.
1
4. El hecho cuarto es cierto, en el entendido de que el demandante expresa “dicho fallo
de segunda instancia toma como fundamentos jurídicos-probatorios, entre otros los
siguientes”, la expresión “entre otros” significa que esos apartes transcritos no son los
únicos fundamentos jurídico-probatorios que se aprecian en la sentencia para que el
Tribunal tomara la decisión.
5. Según se observa en la sentencia de segunda instancia, es cierto.
6. Este hecho es cierto.
7. Este hecho es cierto, en el entendido que así consta en el acta del comité de
conciliación de la ESE Hospital Eduardo Arredondo Daza (HEAD).
8. Este hecho es cierto.
9. Este hecho presenta inconsistencia. En la narración del hecho se manifestó que el
tercer pago de la indemnización de perjuicios en cumplimiento de la sentencia del 03
de abril de 2018 proferida por el TRIBUNAL Administrativo del Cesar se evidencia en
el comprobante de pago No. 125 del 22 de febrero, pero según el comprobante
aportado, se observa que fue pagado el 25 de febrero de 2019.
10. Es un hecho cierto.

II. PRONUNCIAMIENTO EXPRESO SOBRE LAS PRETENSIONES

Nos oponemos a todas y cada una de las pretensiones de la demanda, por las razones que
expondremos más adelante en el acápite de excepciones. Pero a prima facie es evidente
que la parte demandante incurre en un grave yerro, pues considera que el debate probatorio
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surtido en el proceso de reparación directa con radicación 20-001-33-33-001-2012-00211-01,
tiene efectos de cosa juzgada en el medio de control que invoca y, por tanto, no hizo ningún
esfuerzo para cumplir con los requisitos mínimos de la procedencia de la Acción de
Reparación, sino que se limita a citar apartes de la sentencia condenatoria dando por
sentados que son hechos ciertos, pero desconoce que la demandada no hizo parte del
proceso y, por lo tanto, no le son oponibles los hechos que hayan resultado probados en
aquel proceso. Lo único cierto hasta el momento es que la entidad resultó condenada, pero
el requisito que exige que el agente estatal debió haber actuado con una conducta con
modalidad de dolo o culpa grave, es decir, con culpabilidad y no con culpa, no lo acredita en
el libelo de su demanda.

Lo anterior, inexorablemente conduce al fracaso de las pretensiones de la demanda, pues la


condena surtida contra la ESE HEAD fue el resultado del análisis de una responsabilidad
objetiva y la acción de repetición, en cambio, exige que se demuestre una responsabilidad
subjetiva. Volvemos a lo mismo, el hecho de, no implica el qué, o bien sea, si se demostró
que el Estado en cabeza de la ESE HEAD tuvo culpa, no implica que el agente del Estado
haya actuado con culpabilidad. El Tribunal nunca persiguió esa finalidad, por el contrario,
basó su decisión en un indicio traído de la jurisprudencia, ya que el acervo probatorio no le
permitió comprobar abierta y claramente la responsabilidad médica. Tan es así que no fue
pacífica la decisión condenatoria, pues en primera instancia resultó absuelta la entidad.

Por lo anterior y por lo que se desarrollará a continuación, reiteramos que nos oponemos a
todas y cada una de las pretensiones de la demanda.
2

III. EXCEPCIONES PREVIAS

Código General del Proceso, artículo 100, numeral 1: Falta de Competencia

Las reglas para la competencia de la acción de repetición están contenidas en dos cuerpos
normativos de carácter contencioso administrativo. A fin de determinar la competencia de los
Jueces y Tribunales de la República para los diversos conflictos que se ventilan ante esta
jurisdicción, la norma contencioso administrativa atiende, entre otros, a los factores objetivo,
funcional, subjetivo y territorial, los cuales se distinguen en razón a su naturaleza, la cuantía,
a la calidad de las partes y al lugar donde acaecieron los hechos, el domicilio de alguna de
las partes, entre otras.

En primer lugar, tenemos el inciso segundo del artículo 7 de la Ley 678 de 2001 que en
obediencia del principio de conexidad ordena que el juez competente sea el mismo que
conoció del proceso de responsabilidad patrimonial contra el Estado que dio origen a la
sanción que se repite contra el agente oficial. Veamos lo que dice la norma:
ARTÍCULO 7º. Jurisdicción y competencia. La jurisdicción de lo contencioso
administrativo conocerá de la acción de repetición.

Será competente el juez o tribunal ante el que se tramite o se haya tramitado el


proceso de responsabilidad patrimonial contra el Estado de acuerdo con las
reglas de competencia señaladas en el Código Contencioso Administrativo.

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Al respecto, la Sección Tercera Subsección B del Consejo de Estado1 en providencia del 19
de mayo de 2016, reitera lo expuesto al indicar que la competencia por razón del principio de
conexidad en medios de control de Repetición el juez natural para dicha acción será siempre
el juez o tribunal ante el cual se tramitó el proceso de responsabilidad patrimonial:
“De suerte que el principio rector de conexidad establecido como principal en el artículo
7º de la Ley 678, con la anterior interpretación, resultaría contrariado, POR LO CUAL
SE PUEDE INFERIR QUE INDEPENDIENTE DE LA CUANTÍA CUANDO EXISTA
PROCESO DE CONDENA AL ESTADO LA ACCIÓN DE REPETICIÓN SIEMPRE
CORRESPONDE AL JUEZ O TRIBUNAL QUE TRAMITÓ Y CONOCIÓ EL PROCESO.

Para la Sala no hay duda de que la Ley 678 de 2001 es ley posterior y especial respecto
del C. C. A., en lo que atañe a las acciones de repetición, y que el artículo 7º, en
cuanto regula la jurisdicción y competencia para conocer en forma exclusiva de dicha
acción, en principio derogó parcialmente las normas mencionadas en lo
relacionado con el factor de competencia por razón de la cuantía. De allí que para
establecer a quién corresponde el conocimiento de una acción de repetición fundada en
una sentencia de condena dictada en proceso previo de responsabilidad patrimonial
contra el Estado, conocido por esta jurisdicción, basta acudir en forma exclusiva al
principio de conexidad y no se requiere en principio establecer la cuantía de la
demanda como lo exigían los artículos 132 y 134B del C. C. A.”2 (Mayúsculas, negrilla y
subrayado fuera de texto)

Por otra parte, en gracia de discusión se podría establecer que con la entrada en vigencia de
la ley 1437 del 2011- Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo- al ser una ley posterior que entró a regular el tema concerniente a este medio
de control de repetición en cuanto a que fijó la competencia para los procesos en primera 3
instancia atribuidos a los Jueces Administrativos cuando la cuantía no exceda de 500
salarios mínimos legales mensuales vigentes al momento de presentación de la demanda
(artículo 155 numeral 8° CPACA).

En ese orden de ideas, de igual manera afirmó la competencia para los Tribunales
Administrativos cuando la cuantía exceda de 500 salarios mínimos (artículo 152 numeral 11
del CPACA), así como la competencia por factor subjetivo concedida al Consejo de Estado
en los proceso de única instancia la cual se deriva de la naturaleza y grado del cargo que
ostenta el funcionario llamado a responder patrimonialmente frente al Estado (ley 1437 del
2011 artículo 149 numeral 13).

Así las cosas, si bien es cierto el CPACA entró a regular el tema concerniente a este medio
de control judicial al establecer por el factor objetivo y subjetivo la competencia para conocer
de dichos procesos judiciales.

Así mismo, se podría pensar que con la entrada en vigencia del estatuto procesal
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo por ser norma posterior a la ley 678 del
2001 se debería fijar la competencia con base en la Ley 1437 del 2011.

1
Consejera ponente: STELLA CONTO DIAZ DEL CASTILLO.- Providencia del 19 de mayo 2016.- Radicación
número: Radicación número: 15001-31-33-013-2010-00192-01(55614). Actor: HOSPITAL SAN RAFAEL DE
TUNJA E.S.E , Demandado: Milton Pinzon camacho.
2
Ibídem tomado de Consejo de Estado, Mag. Ponente Mauricio Torres Cuervo, Sentencia del 11 de
diciembre del 2007, radicado n.º 11001-03-15-000-2007-00433-00(C)

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Al respecto, el Consejo de Estado en pronunciamiento jurisprudencial ha establecido que si
bien el CPACA es norma posterior no es especial por cuanto la ley 678 del 2001 engrana
todo lo concerniente a este medio de control de Repetición y al respecto manifestó:
Precisa la Subsección que en el sub – lite, los hechos que dieron lugar al acuerdo
conciliatorio celebrado ante la Procuraduría 24 Judicial II Administrativa de Cúcuta, y
aprobada por el tribunal Administrativo de Norte de Santander, entre la entidad
demandante y los familiares, por los perjuicios morales y materiales causados a los
solicitantes con motivo del fallecimiento de los señores Eustorgio Caicedo Yañez y
Alexander Rojas, como consecuencia del accidente de tránsito, acaecido el 2 de junio
de 2010, en la ciudad de Ocaña - Norte de Santander.

De tal manera que, en los aspectos de orden sustancial y procesal, son aplicables las
disposiciones contenidas en la Ley 678 de 2001, ley vigente al momento de la
ocurrencia de los hechos.

Por la fecha de presentación de la demanda, al caso sub judice se le aplican las


disposiciones de la Ley 1437 de 2011, mediante la cual se expidió el Código de
Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo, en lo que no
sea contrario a la referida Ley 678 de 20013 (negrillas fuera del texto original)

De igual manera, en esta misma providencia del máximo Tribunal de lo Contencioso


Administrativo estableció lo siguiente:
“La Sección Tercera ha explicado en abundantes providencias4 los elementos que
determinan la prosperidad de las pretensiones de repetición que formula el Estado
contra sus agentes. Ha considerado que los tres primeros requisitos son de carácter
objetivo y están sometidos a las normas procesales vigentes al momento de la 4
presentación de la demanda; en tanto que el último de ellos, es de carácter subjetivo y
está sometido a la normativa vigente al momento de la ocurrencia de la acción u
omisión determinante de la responsabilidad del Estado que generó el pago a su cargo y
por cuya recuperación se adelanta la acción de repetición”5

En apoyo de lo anterior, el Consejo de Estado en la jurisprudencia anteriormente citada,


estableció de manera tácita la competencia que en principio es atribuida a los jueces
administrativos en primera instancia por el factor cuantía como se hizo alusión en párrafos
anteriores manifestando:
“Al respecto, el artículo 155 del Código de Procedimiento Administrativo y de lo
Contencioso Administrativo dispone:

“Artículo 155. Competencia de los jueces administrativos en única instancia. Los jueces
administrativos conocerán en primera instancia de los siguientes asuntos:

(…)

3
CONSEJO DE ESTADO SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO SECCION TERCERA SUBSECCION C
Consejero Ponente: JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA(E) Bogotá, D.C., nueve (09) de septiembre de
dos mil dieciséis (2016) Radicación número: 54001-23-33-000-2012-00002-02(54589) Actor: LA NACION -
MINISTERIO DE DEFENSA - POLICIA NACIONAL Demandado: MIYER ALEJANDRO SIERRA AREVALO
4
Sobre el tema pueden consultarse las siguientes sentencias: 27 de noviembre de 2006, expediente: 22099;
6 de diciembre de 2006, expediente: 22056; 3 de octubre de 2007, expediente: 24844; 26 de febrero de
2009, expediente: 30329; 13 de mayo de 2009, expediente: 25694; 28 de abril de 2011, expediente: 33407,
entre otras.
5
Ibídem

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8. De las acciones de repetición que el Estado ejerza contra los servidores o ex
servidores públicos y personas privadas que cumplan funciones públicas, incluidos los
agentes judiciales, cuando la cuantía no exceda de quinientos (500) salarios
mínimos legales mensuales vigentes y cuya competencia no estuviere asignada al
Consejo de Estado en única instancia”.

Así las cosas, el Consejo de Estado, no es competente para conocer del presente
asunto, por lo tanto, se ordenará la remisión del expediente al Juzgado Treinta y dos
Administrativo del Circuito de Bogotá D.C para que imparta el trámite de rigor, teniendo
en cuenta que fue este el que tramitó, y llevó hasta su culminación, el proceso de
responsabilidad extracontractual en la que resultó condenada la Nación – Ministerio de
Defensa, Policía Nacional-, por hechos en los cuales se vio involucrado el agente –hoy
demandado por repetición- Eccehomo Trilleras Martínez6.” (Subrayado nuestro)

Corolario de lo anterior, el Tribunal Administrativo del Tolima en sala plena, mediante


providencia del 26 de agosto del año 2016 con ponencia del Magistrado Dr. José Aleth Ruiz
Castro dentro de la cual, se dirimió un conflicto negativo de competencia entre los Juzgados
1° y 8° Administrativo de este Circuito Judicial en la cual se dispuso:
“(…) Examinadas las anteriores normativas, es claro que la ley 678 de 2001, reglamenta
de manera especial el medio de control de Repetición por la responsabilidad patrimonial
de los agentes del Estado, estableciendo reglas puntuales de competencia y por su
parte, el CPACA, regula en forma general la competencia al interior de la Jurisdicción de
lo Contencioso administrativo.

Si bien la misma Ley 678 de 2001 establece expresamente que el medio de Repetición
se debe tramitar de acuerdo con las reglas de competencia señaladas en el Código
Contencioso Administrativo – entendiéndose ahora la ley 1437 de 2011-, tal expresión 5
no significa que las prescripciones consagradas en esas mismas normas no deban
aplicarse, sino que, por el contrario, al no existir contradicción en lo consagrado en
ambas disposiciones, las mismas deben ser aplicadas en forma armónica.”

En este orden de ideas y a manera de conclusión, el Tribunal Administrativo determinó los


parámetros de competencia para conocer del referido medio de control atendiendo los
siguientes factores:
(…)

Subjetivo, en razón a la calidad del cargo que ostenta el demandado al momento de los
hechos constitutivos de la condena impuesta al Estado, conforme lo establece el
numeral 13 del artículo 150 del CPACA para ante el H. Consejo de Estado

Objetivo – Cuantía, si el monto de la pretensión es inferior a quinientos (500 S.M.L.M.V)


será competencia de los Juzgados Administrativos, o si es superior, será competencia
del Tribunal Administrativo

Territorial, atendiendo al Juez o Tribunal que ejerza jurisdicción territorial en el lugar en


que se haya resuelto el conflicto contra el Estado y,

Conexidad, en el sentido que será competente el Juez o Tribunal ante el que se haya
tramitado el proceso de responsabilidad patrimonial contra el Estado, siempre y cuando

6
CONSEJO DE ESTADO SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO SECCION TERCERA SUBSECCION C
Consejero Ponente: ENRIQUE GIL BOTERO Bogotá D.C., cuatro (4) de abril de dos mil trece (2013) Radicación
número: 11001-03-26-000-2013-00025-00(46354) Actor: NACION - MINISTERIO DE DEFENSA - POLICIA
NACIONAL Demandado: ECCEHOMO TRILLERAS MARTINEZ

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sea también competente por el factor cuantía conforme a las reglas señaladas en el
CPACA7

A la luz de este análisis jurisprudencial que realizó el Juzgado Once Administrativo del
Circuito Judicial de Ibagué8, pasamos al caso sub exánime teniendo que el apoderado de la
ESE Hospital Eduardo Arredondo Daza radicó la demanda de Repetición sometiéndola a
reparto y correspondiendo éste al Juzgado Séptimo Administrativo del Circuito Judicial de
Valledupar, no siendo que por conexidad y por tratarse las pretensiones de una cuantía
inferior a los quinientos (500) salarios mínimos mensuales legales vigentes, le correspondía
al Juzgado Primero Administrativo del Circuito Judicial de Valledupar, por cuanto en este
despacho fue que se surtió la primera instancia del proceso de reparación directa que da
lugar a los valores que pretende reclamar la demandante mediante este nuevo proceso.

Con base en lo anterior, es claro que el competente para adelantar el medio de control de
repetición es el Juzgado Primero Administrativo Oral del Circuito de Valledupar. Establecido
como se encuentra que su Señoría es incompetente, lo procedente es declarar la falta de
competencia y ordenar la remisión del expediente al Despacho Judicial ya mencionado
según lo dispone el artículo 168 del C.P.A.C.A.

Por lo anteriormente expuesto solicito, muy respetuosamente al Despacho, que se sirva


declararla falta de competencia para conocer del presente medio de control de Repetición,
conforme a lo dicho.

Igualmente, ordene a quien corresponda la remisión del expediente al Juzgado Primero


Administrativo del Circuito Judicial de Valledupar, para lo de su competencia. 6

PRUEBAS

Para demostrar la excepción previa propuesta solicito se tenga en cuentan como prueba la
siguiente:

Documentales:

a) Copia simple de la sentencia de primera instancia proferida por el Juzgado Primero


Administrativo del Circuito de Valledupar del dos (2) de octubre de dos mil quince
(2015), con radicación 20-01-33-33-001-2012-00211-00, obrante en los folios 20-33
del expediente de la presente acción.

Código General del Proceso, artículo 100, numeral 5: Inepta demanda por falta de
requisitos formales: no se anexan las pruebas en los términos que exige la Ley.

Para el caso que nos ocupa, la prueba pertinente y conducente que logra demostrar la
culpabilidad de la conducta es la historia clínica, la cual debe ser aportada en copia íntegra,
auténtica, original y transcrita.

7
Inciso segundo del artículo 7° de la. Ley 678 de 2001
8
Radicación: 73001-33-40-011-2016-00098-00 Accionante: HOSPITAL SAN RAFAEL E.S.E DE DOLORESTOLIMA
Accionado: VICTOR GUILLERMO CANTOR ALVARADO

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En principio, señala la Ley 1437 de 2011 que le corresponde a la parte demandada,
tratándose de responsabilidad médica, aportar la historia clínica en las condiciones antes
anotadas. Esto lo encontramos en el inciso segundo del parágrafo primero del artículo 175
ídem. Veamos:
Artículo 175. Contestación de la demanda. Durante el término de traslado, el
demandado tendrá la facultad de contestar la demanda mediante escrito, que
contendrá:

(…)

Parágrafo 1°. Durante el término para dar respuesta a la demanda, la entidad pública
demandada o el particular que ejerza funciones administrativas demandado deberá
allegar el expediente administrativo que contenga los antecedentes de la actuación
objeto del proceso y que se encuentren en su poder.

Cuando se trate de demandas por responsabilidad médica, con la contestación de


la demanda se deberá adjuntar copia íntegra y auténtica de la historia clínica
pertinente, a la cual se agregará la transcripción completa y clara de la misma,
debidamente certificada y firmada por el médico que haga la transcripción.

La inobservancia de estos deberes constituye falta disciplinaria gravísima


del funcionario encargado del asunto.

Luego entonces, el eje vertical para estudiar este proceso, el aspecto neurálgico lo constituye
la historia clínica que, por obvias razones, reposa en el archivo de la institución clínica, es
decir, en la ESE HEAD y no en posesión de la parte demandada. En este sentido, la carga 7

dinámica de la prueba inclina la obligación hacia la parte demandante, que se encuentra


igualmente obligada a aportar todas las pruebas y el expediente administrativo que se
encuentra en su poder por mandato expreso del numeral 2 del artículo 166 CPACA.
Recordemos: “2. Los documentos y pruebas anticipadas que se pretenda hacer valer y que
se encuentren en poder del demandante, así como los dictámenes periciales necesarios para
probar su derecho”.
Pero, si su Señoría contrasta el acápite de medios de prueba con los anexos de la demanda,
resulta de gran preocupación para esta defensa encontrar que, a pesar que en el expediente
sí se hallan los 16 folios anunciados por el togado, en los anexos de la misma,
específicamente en los correspondientes a la Transcripción de la Historia Clínica, se puede
notar que de la página 7 de 9 se pasa a la página 9 de 9, encontrándose que la página 8 de
9 no figura dentro del expediente. Adicionalmente, en el folio 121 (repetido en el folio 127)
donde presuntamente se halla la misma transcripción de los folios 40-42, vemos que no
existe ningún sello ni firma que permita tener certeza o deducir quién es el autor o de dónde
proviene.

Así mismo, el folio 121, duplicado en el folio 127, no cumple con los requisitos exigidos por la
ley en el proceso de la referencia, siendo difícil aducir con certeza el autor del mismo, así
como lo contempla el artículo 244 del CGP. Veamos:

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“Artículo 244 del CGP Documento auténtico. Es auténtico un documento cuando existe
certeza sobre la persona que lo ha elaborado, manuscrito, firmado, o cuando exista
certeza respecto de la persona a quien se atribuya el documento.”

Lo que queremos indicarle al Despacho es que la parte actora no cumplió con el requisito
formal de aportar junto con la demanda los documentos que pretende hacer valer y que
están, por disposición de la Ley, en su posesión.

Concatenado a lo anterior, el tenor de lo previsto en el Código General del Proceso en su


artículo 245, ordena que los documentos sean aportados al proceso en original o en copia
y que las partes deberán aportar el original del documento cuando estuviere en su poder,
salvo causa justificada. Veamos la literalidad de la norma:

CGP

Art. 245. “Aportación de documentos. Los documentos se aportarán al proceso en


original o en copia. Las partes deberán aportar el original del documento cuando
estuviere en su poder, salvo causa justificada. Cuando se allegue copia, el aportante
deberá indicar en dónde se encuentra el original, si tuviere conocimiento de ello”.

Es así como el Despacho puede apreciar, con meridiana claridad, que la parte demandante
no cumplió con las formalidades que le ordena la ley y que por tal razón ha dificultado esta 8
primera parte de la defensa y contradicción a la que tenemos derecho, desembocando con
su omisión la ineptitud de la demanda.

PRUEBAS

Todo lo antes acusado se aprecia en el expediente entre los folios 110 al 1279.

En concordancia con lo brevemente expuesto, solicito a su Señoría se sirva decretar la


ineptitud de la demanda y, en consecuencia, ordene la devolución de la misma para que sea
subsanada.

IV. EXCEPCIÓN DE MÉRITO: POR NO EXISTENCIA DE DOLO O CULPA GRAVE


EN LA COMISIÓN DE LA CONDUCTA

Sea lo primero recordarle a su Señoría que los procesos de Reparación Directa y el de


Repetición no son lo mismo, como lo pretende el apoderado de la parte demandante. El
hecho de que mi prohijada no formara parte del proceso primigenio, implica que lo probado
en dicho proceso no hace tránsito de cosa juzgada frente a la demandada.

9 Téngase en cuenta que los folios 122 y 123 se encuentran en una sola hoja, así como los folios
124 y 125 también se hallan en una sola hoja.

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Adicionalmente, recordemos que la acción de repetición tiene su génesis en el artículo 90
Superior, que literalmente manifiesta:
ARTICULO 90. El Estado responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos
que le sean imputables, causados por la acción o la omisión de las autoridades
públicas.

En el evento de ser condenado el Estado a la reparación patrimonial de uno de tales


daños, que haya sido consecuencia de la conducta dolosa o gravemente culposa
de un agente suyo, aquél deberá repetir contra éste.

De esta norma se desprenden dos acepciones totalmente diferentes. En el inciso primero


encontramos que el Estado responderá patrimonialmente cuando quiera que produzca un
daño con culpa, mientras que en el inciso segundo se establece la obligación del Estado de
repetir contra el agente estatal que haya actuado con conducta dolosa o gravemente
culposa, es decir, con culpabilidad.

No se puede equiparar la responsabilidad objetiva de la comisión de un daño antijurídico


cuando se determine el nexo causal con el hecho de que el daño haya sido consecuencia de
una conducta dolosa o gravemente culposa. La primera figura es de reparación y la segunda
es una figura sancionatoria. La culpa es un presupuesto para reparar y la culpabilidad es un
presupuesto para sancionar10.

La revolución del artículo 90 de la Constitución consiste en que ya no se repara por falla en


el servicio, sino por el daño antijurídico en el cual el Estado tenga la culpa. Ya no interesa si
el Estado obró bien u obró mal, solo basta con demostrar que el Estado ocasionó el daño, 9
pero no importa la intención, la atención o el descuido 11.

Bien señaló el demandante en su libelo demandatorio que el Código Civil en su artículo 63


contiene la definición de estos aspectos. Veamos:
ARTICULO 63. La ley distingue tres especies de culpa o descuido.

Culpa grave, negligencia grave, culpa lata, es la que consiste en no manejar los
negocios ajenos con aquel cuidado que aun las personas negligentes o de poca
prudencia suelen emplear en sus negocios propios. Esta culpa en materias civiles
equivale al dolo.

Culpa leve, descuido leve, descuido ligero, es la falta de aquella diligencia y cuidado
que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. Culpa o descuido,
sin otra calificación, significa culpa o descuido leve. Esta especie de culpa se opone a la
diligencia o cuidado ordinario o mediano.

El que debe administrar un negocio como un buen padre de familia, es responsable de


esta especie de culpa.

Culpa o descuido levísimo es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre


juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes. Esta especie de
culpa se opone a la suma diligencia o cuidado.

10
Dr. Martín Bermúdez Muñoz, Acción de Repetición. Ponencia impartida en el marco del Segundo Pre
Congreso de Derecho Procesal realizado el 2 de junio de 2017 en la ciudad de Pamplona. Instituto
Colombiano de Derecho Procesal.
11
Ídem

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El dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad
de otro.

Resulta entonces, su Señoría, que para que prospere la pretensión de la repetición en contra
del agente estatal, es de trascendental importancia determinar la calificación de la conducta
del mismo, dado que la condición sine qua non para que proceda la acción de Repetición es
que la reparación patrimonial a la cual fue condenado el Estado haya sido consecuencia de
la conducta dolosa o gravemente culposa de quien actuó en nombre y representación del
Estado. Entonces, el criterio subjetivo de la responsabilidad debe ser demostrado. No hay
Repetición por responsabilidad objetiva.

Con ocasión de lo anterior tenemos que:


“Como hemos dicho, cuando la Administración ejerce una potestad sancionadora,
impone un castigo, lo que solo se justifica cuando el sujeto pudo haber actuado de otro
modo, haciéndose por tanto merecedor a un juicio de reproche, sin el cual una sanción
no tiene sentido alguno12. A diferencia de la responsabilidad civil, que únicamente busca
establecer quién debe asumir el daño y no conlleva un castigo, la responsabilidad en
materia punitiva implica imponer una medida con un fin aflictivo, la cual tiene que estar
correctamente justificada y exige cuando menos un comportamiento negligente por
parte del autor. A diferencia del derecho penal, donde la regla general es que resulta
exigible el dolo para poder sancionar, en derecho administrativo resulta suficiente la
culpa, pero en todo caso esta resultaría indispensable. Esta exigencia de un actuar
negligente constituye un elemento del tipo infractor, que no sería otro que la tipicidad
subjetiva o el juicio de reproche objetivo, en tanto está dirigido a la conducta y no al
autor (que sería más bien el juicio de reproche subjetivo, al que nos referimos más
10
adelante).

En este caso, existirá culpa o negligencia cuando se produzca el resultado no querido por la norma o
se realice la conducta generadora del riesgo, pese a que el sujeto pudo y debió evitarlo, observando y
cumpliendo una norma que imponía un deber de cuidado13. En consecuencia, una conducta será
negligente cuando no hubiera sido posible actuar de modo diferente, mientras que no lo será si el resultado o
riesgo prohibido se hubiera producido de cualquier modo. En estos casos adquiere una gran importancia
determinar los estándares de diligencia, en función de los cuales corresponderá enjuiciar la conducta, a
efectos de establecer si constituye una vulneración de un deber de cuidado.”14

De lo anterior se colige que efectivamente, la culpabilidad es indispensable para proceder a


determinar si amerita repetir en contra del agente del Estado que conllevó a que la entidad
que representa resultara responsable de la indemnización patrimonial a que hubo lugar.

En el caso sub judice, encontramos que el doctor Negrete, en el acápite de los hechos,
transcribe las razones por las cuales el Tribunal ordenó la indemnización por parte de la ESE
HEAD e idéntico ejercicio realizó al momento de argumentar la conducta a título de dolo o
culpa de la ex agente del Estado, NATHALY NIÑO BAYONA.

12
"Multas administrativas". Sebastián Martín Retortillo. Revista de Administración Pública: Centro de
Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 1976
13
Fundamentos de derecho administrativo sancionador. Omar Mejía Patiño. Fundamentos de derecho
administrativo sancionador: Universidad del Tolima - Grupo Editorial Ibáñez, Bogotá, 2013
14
El principio de culpabilidad en el Derecho Administrativo Sancionador, con especial mirada al caso
peruano. Víctor Sebastián Baca Oneto. Revista Digital de Derecho Administrativo. Universidad Externado de
Colombia. Disponible en el enlace web:
https://revistas.uexternado.edu.co/index.php/Deradm/article/view/5708/7537#toc

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Tan es así que literalmente manifestó:
“Así las cosas, se debe calificar la conducta del ex agente público bajo las anteriores nociones de título de
culpa grave o dolo para atribuirle responsabilidad, a través de un juicio de valor de su conducta.

En este sentido, para valorar la conducta de la señora NATHALY JUDITH NIÑO es necesario precisar lo
siguiente, recuérdese que la el Tribunal Administrativo del Cesar, cuando revoca el fallo de primera instancia,
se fundamenta en el siguiente argumento jurídico y acerbo probatorio:

(…)

Pues bien, una vez observado todas las vicisitudes y demás argumentos que sobre el caso en concreto el
Tribunal Administrativo fundamentó su decisión, resulta en forma palmario avizorar que se cae en una
conducta de carácter culposa por parte del médico que atendió a la paciente el día 22 de septiembre de 2010
(sic) en la sede del HEAD del Corregimiento de Mariangola, Culpa esta que se desprende por las omisiones
acaecidas por el no traslado oportuno de la parturienta a un segundo nivel de atención, así entonces como
consecuencia de la omisión médica mantuvieron a la paciente por mucho tiempo en el centro de salud, quizás
confiados en realizar un parto de carácter normal en dicho centro de salud, observando así el elemento Culpa
por parte del personal médico que atendieron a la paciente el día 22 de septiembre del 2010, una vez
observado dentro de la Historia Clínica y el medico (sic) auditor de la ESE HEAD, se verifica que la Médico
que atendió y omitió el traslado oportuno de la paciente el día 22 de septiembre de 2010, se identifica como
la Medico (sic) NATHALY JUDITH NIÑO BAYONA, (…) persona contra quien iría la presente Acción de
Repetición.

Esta conducta omisiva y culposa, propia de quien desatiende los asuntos que le son confiados por
inobservancia de las normas jurídicas, raya dentro de la denominada Culpa grave que plasma el inciso
segundo del artículo 4 y el artículo 6 de la Ley 678 de 2001.

En este orden de ideas, es notable que la conducta omisiva de la señora NATHALY JUDITH NIÑO, se 11
encuadra en el requisito subjetivo de la acción de repetición, cual es la culpa grave, por lo cual se considera la
procedencia del medio de control de repetición en contra del Ex Servidor Público por los perjuicios causados a
la ESE Eduardo Arredondo Daza de Valledupar.”

De lo citado, podemos concluir que el ejercicio realizado por el togado de la parte


demandante fue superfluo y solo se limitó a transcribir y reciclar lo dicho por el Tribunal frente
al hecho de existir un indicio.

Y, como quiera que la prueba reina en este asunto que tratamos es la historia clínica y, dado
que la parte demandante no la aportó como es debido, entonces tenemos que es imposible
demostrar que mi poderdante actuó bajo Dolo o Culpa Grave. Antes bien, se observa dentro
de los documentos aportados (16 folios) que no existe prueba contundente que permita
evidenciar la mala praxis o la violación o extralimitación de la ex servidora acusada frente a
sus deberes funcionales.

A propósito de los deberes funcionales, la parte demandante no aporta ningún documento y


no cita ninguna ley que demuestre que la Médico NATHALY actuó indebidamente frente a
sus obligaciones. No hay un concepto de la violación de las normas que aduce el togado que
infringió la galena. Solo se limita a indicar, someramente, que las normas conculcadas fueron
los artículos 4 y 6 de la Ley 678 de 2001. Veamos lo que dicen estas normas:
ARTÍCULO 4º. Obligatoriedad. Es deber de las entidades públicas ejercitar la acción de repetición o el
llamamiento en garantía, cuando el daño causado por el Estado haya sido consecuencia de la conducta
dolosa o gravemente culposa de sus agentes. El incumplimiento de este deber constituye falta disciplinaria.

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El comité de conciliación de las entidades públicas que tienen el deber de conformarlo o el representante legal
en aquellas que no lo tengan constituido, deberá adoptar la decisión respecto de la acción de repetición y
dejar constancia expresa y justificada de las razones en que se fundamenta.

ARTÍCULO 6º. Culpa grave. La conducta del agente del Estado es gravemente culposa cuando el daño es
consecuencia de una infracción directa a la Constitución o a la ley o de una inexcusable omisión o
extralimitación en el ejercicio de las funciones.

Se presume que la conducta es gravemente culposa por las siguientes causas:

1. Violación manifiesta e inexcusable de las normas de derecho.

2. Carencia o abuso de competencia para proferir de decisión anulada, determinada por error inexcusable.

3. Omisión de las formas sustanciales o de la esencia para la validez de los actos administrativos determinada
por error -inexcusable.

4. Violar manifiesta e inexcusablemente el debido proceso en lo referente a detenciones arbitrarias y dilación


en los términos procesales con detención física o corporal

Como puede apreciar su Señoría, el artículo 6 encierra unas circunstancias que requieren el
esmero por parte del demandante para encuadrar la conducta. Algo que en el derecho
punitivo se conoce como adecuación típica de la conducta y que consiste en encuadrar los
elementos fácticos que permiten concluir que el sujeto acusado incurrió en la conducta
descrita. Acto seguido, se entra a determinar si tuvo la intención de cometer la conducta, si
actuó por descuido o negligencia y si existen causales de exoneración. Pero hacer una cita
extensa de normas y luego, tomar apartes de una sentencia de un proceso en el cual no
participó el agente estatal acusado, resulta aparentemente insulso. 12

Si bien hubo valoración por parte de un perito, no puede perderse de vista el hecho de que
mi prohijada no tuvo oportunidad para contradecir dicho dictamen. Al mismo tiempo que
dentro del expediente aportado en el libelo que se estudia no reposa la historia clínica como
lo indica la norma, razones de peso que imposibilitan el ejercicio adecuado de una defensa y
contradicción en los términos que lo ordena el magno derecho del Debido Proceso,
contenido en el artículo 29 Superior.

Además, la parte demandante olvida que para la época de los hechos, la médica NATHALY
NIÑO BAYONA tomó posesión del cargo de Profesional S.S.O., (MEDICINA), para prestar su
Servicio Social Obligatorio (S.S.O.), en la Institución ESE Hospital Eduardo Arredondo Daza
desde el 04 de marzo de 2010 hasta el 03 de marzo de 2011, como obra en el expediente 15.

Su falta de experticia y el hecho de que no tuviera especialización alguna, le exigían


únicamente una atención básica y un correcto diligenciamiento de la historia clínica.

En el informe pericial del Instituto de Medicina Forense se exigen prácticas de un profesional


especialista en el tema y se cuestiona la orden del traslado, sin embargo, se desconoce que
las situaciones en las cuales se haya una persona en un centro médico de primer nivel que
no cuenta con todos los insumos básicos y una infraestructura que no se encuentra en
condiciones óptimas para ejercer la labor medica siendo.

15
Ver folios 93 y 94 del expediente. Folio 93: Resolución No. 374 del 03 de marzo de 2010. Folio 94: Acta de
Posesión No. 010020 del 04 de marzo de 2010.

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Las normas existentes obligan a la médica NIÑO BAYONA a llevar adecuadamente la
historia clínica, a brindar la atención básica y a ordenar el traslado. Pero existen
circunstancias que no siempre se pueden contener en una historia clínica, por ejemplo, el
hecho de que en el centro médico no se contara con un teléfono para solicitar la ambulancia
o el hecho de que el centro médico no contaba con la infraestructura suficiente para
suministrar el servicio de urgencias.

No se puede partir de la verdad procesal de un proceso en el cual la implicada no tuvo


participación.

Y, con las pruebas que se obtuvieron, lo único cierto es que el Centro Médico de la ESE
Hospital Eduardo Arredondo Daza del Corregimiento Mariangola no contaba con recursos
suficientes para brindar ni la correcta atención ni la oportuna remisión, porque si bien es
cierto que el Tribunal encontró probado (no sabemos en cuáles pruebas) que la orden de la
remisión tardó varias horas en ser prescrita, no se tuvo en cuenta que ello no fue porque la
médica NIÑO BAYONA actuara confiadamente, sino porque no contaba ni aún con los
recursos para requerir los servicios de una ambulancia aquel fatídico día.

Pero lo que más llama la atención es que cuando le correspondía a la ESE HEAD
defenderse en el proceso primigenio, sí entró a considerar tales circunstancias. Incluso, muy
acertado fue su apreciación sobre el hecho que las remisiones no son instantáneas y que la
preparación de estas, en condiciones idóneas, suelen tardar horas, dado que no depende
solamente de la discreción del médico remitente, sino que depende, en mayor proporción, de
los procesos entre la prestadora del servicio de la salud y de la promotora de salud, es decir, 13
entre el Hospital que recibió el paciente y la EPS de la misma.

En el Acta del Comité de Conciliación y Defensa de la ESE HEAD, en relación a la demora


para la remisión y traslado, este Comité expresó:
“8. El proceso de referencia como lo define el Decreto 4747 de 2007, en el que se
registra: ‘El decreto 4747 de 2007, en el Capítulo II, artículo 5°, literal b, punto 6,
registra que a las EPS les corresponde: Diseño, organización y documentación del
proceso de referencia y contra referencia que involucre las normas operacionales,
sistemas de información y recursos logísticos, requeridos para la operación de la red’.
Así mismo, en el mismo decreto, Capítulo III, en el artículo 17, registra que: ‘El diseño,
organización y documentación del proceso de referencia y contra referencia y la
operación del sistema de referencia y contra referencia es obligación de las entidades
responsables del pago de servicios de salud, quienes deberán disponer de una red de
prestadores de servicios de salud que garanticen la disponibilidad y suficiencia de los
servicios en todos los niveles de complejidad a su cargo, así como la disponibilidad de
la red de transporte y comunicaciones’. En consecuencia, la demora evidenciada en la
aceptación de la remisión de la paciente y traslado, más de 6 horas, no es derivada de
los procesos inherentes a la atención realizada en el HEAD. 9. La condición de Abrupto
Placente, desprendimiento de placenta, con el componente de sangrado, diagnosticada
durante la atención en el Hospital Rosario Pumarejo de López, no es evidente durante
su permanencia en le (sic) HEAD, como quiera que no se evidenció descenso de las
cifras tensionales, taquicardia u otros criterios clínicos que pudiesen demostrar la
existencia de esta; así mismo la demora en la aceptación y traslado, procesos

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inherentes a las actividades desarrolladas por la EPS, el mencionado diagnóstico pudo
condicionarse a la referida demora.”16

Haciendo, pues, uso de la sana crítica, puede usted, honorable señor Juez, apreciar que
para el Comité no hay un verdadero convencimiento de la culpabilidad de la conducta que le
quiere endilgar a mi poderdante, la accionada médico NATHALY NIÑO BAYONA. Antes, en
la contestación de la demanda que esboza la sentencia de segunda instancia en el proceso
primigenio vemos lo que manifestó:
“Señaló, que solo hasta el 22 de septiembre de 2010 la paciente se presentó al centro
hospitalario con dolores, donde al ser valorada y dada la complejidad observada, fue
diagnosticada con un trabajo de parte en fase latente, razón por la cual fue remitida ese
mismo día a un centro de mayor nivel de atención como es el Hospital Rosario
Pumarejo de López.

“Precisó, que si bien era cierto en ese centro hospitalario a la actora se realizó
periódicamente sus controles prenatales, los cuales arrojaban normalidad, también lo es
que ello no es motivo para afirmar que por eso existió una falla en el servicio , pues
como se desprende de la atención realizada en el Hospital Rosario Pumarejo de López,
esta presentó una patología de abrupto placentario o desprendimiento prematuro de
placenta lo cual puede ocurrir desde la semana 20 del embarazo o antes del nacimiento
y como su nombre lo indica puede presentarse de manera abrupta, sin que en el caso
de la demandante existiese ningún factor de riesgo que terminara la presencia de la
complicación con autoridad.”

Es un poco extraño ver cómo pasó del convencimiento de la ausencia de responsabilidad por
parte de la prestación del servicio médico hacia la paciente demandante, a una postura casi 14
que irracionalmente opuesta.

En ese orden de ideas, no pueden prosperar las pretensiones de esta demanda, cuando
quiera que el elemento principal que conlleva a ejecutar esta acción es que la conducta haya
sido cometida con dolo o culpa grave y, ni la parte demandante se esforzó por realizar una
acusación contundente, ni tampoco se cuentan pruebas que así lo demuestren. Solo
tenemos un indicio que admite todo juicio de reproche, si lo que se pretende es acusar a mi
defendida de haber obrado negligentemente, no siendo que ella, contrario a lo que presume
el accionante, actuó con la ética, esmero, responsabilidad y cuidado con la que puede actuar
un Médico que se encuentra en su año rural en un Centro de Salud de un Corregimiento de
difíciles condiciones para la época de los hechos.

PRUEBAS

Documentales:

A) Ruego al Despacho para que así mismo ordene a la ESE Hospital Eduardo Arredondo
Daza la remisión íntegra y auténtica de la Historia Clínica, así como su transcripción en los
términos que ordena la ley.

16
Ver folio 101: Página 7 de 9 del Acta del Comité de Conciliación y Defensa Judicial de la ESE Hospital
Eduardo Arredondo Daza.

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